What If I Disappear? {One Direction & Tú}

Los rayos de sol penetraban el cristal de la ventanilla del auto, provocando que todos los chicos abrieran tan solo un poco sus ojos. Liam había conducido por más de cuatro horas y se habían detenido en un puesto de gasolina que, por cierto, estaba a unos cuantos metros de una cafetería, y Niall, quien estaba acompañando a su amigo mientras que se encontraba conduciendo, insistía hasta más no poder en comer algún desayuno, luego de una noche del comienzo de un viaje largo hasta Roma, Italia; en donde verían los próximos vídeos y al siguiente que sigue de los cuatro restantes.

Liam intentó llamarles la atención con delicadeza, esperando a que se despertaran por completo. Todos estaban acurrucados en el asiento trasero, abrazándose y dándose calor y comodidad los unos a los otros, pero antes de que Liam se pudiese haber dado cuenta ya los había llamado poco tiempo después. Se alarmaron al principio, pero luego todos asintieron ante la sugerencia de su amigo y se bajaron del auto, luego de habérselo dejado a cargo al estacionamiento no muy convincente. Liam, de nuevo, fue el encargado de pedir unos sandwiches para todos los demás en el idioma que nadie más sabía que hablaba, para luego comenzar a comer con el lindo -aunque a veces incómodo- sonido del silencio, mientras que sus bocas apetitosas saboreaban las ricas salsas que poseía el desayuno que devoraban. Sus miradas estaban perdidas en la nada, pensando en quién sería el siguiente en su lista. ¿Acaso sería Harry? ¿Tal vez Liam? Aquellos pensamientos no serían respondidos por alguna otra persona mas que ___, la única que sabía todas las contestaciones ciertas.

Hablaron un poco, luego de un tiempo lleno de completo silencio, de lo que sus admiradoras se habían atrevido a hacer ante cualquier situación en la que ellos estuviesen presentes. Era increíble su lealtad hacia ellos, aunque tal vez cuando algunas de ellas se fijaran en lo que había hecho Zayn -que para ellas era buscar a una fan en específico-, se decepcionarían por completo y dejarían la idolatría tan solo por celos e ignorancia que no podían soportar.

Al terminar, se levantaron en silencio -de nuevo- y volvieron al auto, para seguir con su camino y cambiar de conductor, que en este caso sería Niall mientras que Liam descansaba del par de horas en las que manejaba sin descanso, no al menos hasta hace media hora.

Las horas en el auto lleno de un frío sofocante se volvían prácticamente infinitas y sin charla alguna, como si sus lenguas estuviesen secas y no pudiesen articular siquiera un sonido entendible como una palabra, lo que hacía del día nada más y nada menos que uno tan triste como las mañanas de otoño en Londres. Las ventanas estaban empañadas por la helada brisa que chocaba con la vidriera, provocando un escalofrío insoportable para todos los chicos, y aún más Harry, quien se encontraba acurrucado bajo los brazos del mayor. Cada respiración hacía un pequeño efecto de humo a pesar de que estuviesen "protegidos" dentro del vehículo.

Al llegar, luego del turno de Zayn al volante, se dirigieron al hotel con las esperanzas de al menos descansar las veinticuatro horas que restaban al día siguiente, pero uno de los que llegó más activo fue Harry, por lo cual todos permanecieron despiertos esperando que la comida que preparaba Niall estuviese lista, mientras que jugaban partidas de videojuegos en la consola. Se insultaban como nunca antes, mas todos sabían que eso era el resultado de la fiebre que afecta la mente de las personas que intentan, de una manera pacífica, utilizar el mando del control sin ningún acto incoherente.

Al estar listo el almuerzo, Liam los llamó a todos justo después de una charla llena de pavor junto con el irlandés acerca de las probabilidades de que el siguiente, fuera uno de ellos dos. Se decían y comunicaban que habían hecho, a ver si encontraban las razones válidas para contestar cada una de sus preguntas deseosas de poseer respuestas; sin embargo, descubrían millones y millones de situaciones sucedidas pero nunca su mente pudo ser capaz de descubrir cual de todas ellas era la que más la había afectado en su pasado, presente y tal vez, futuro. Se sentaron a comer en silencio, a medida que la tradicional pasta Linguine italiana, cocinada por el rubio que no paraba de llevarse miles y miles de pastas a la boca, como si nunca en su vida había tenido el placer de deleitarse con un alimento fino y típico. Los demás apenas se llevaban la comida a la boca: Harry jugaba con el tenedor, revolviéndolo y provocando que se enrolle todo el contenido del plato en él; Zayn tenía el teléfono escondido debajo de la mesa; Liam solo perdía sus ojos en la coca-cola servida en la mesa y, Louis, miraba detenidamente como Niall se mataba por la comida al frente de él. Pero luego lo notó. Se detuvo.

—¿Algo está mal?—indagó—¿Tiene mucha sal? Sí, suelo echarle mucha sal, seguramente...

—Hey, Nialler—Zayn le interrumpió sus palabras rápidas y casi incomprensibles—Está bien, no es la comida. De veras.

—Es por lo de Hemsworth...—soltó de inmediato el ruliento, aun continuando con su juego del tenedor.

—Oye, está bien, la encontraremos...

Entonces, en ese preciso instante, interrumpiendo las palabras que el irlandés estaba a un momento pequeño de decir, la portátil totalmente abierta soltó un ligero ruido de que había recibido un correo electrónico. Todos intercambiaron miradas justo antes de levantarse con desespero e incorporarse en la cama, la cual era la encargada de sostener el artefacto electrónico. Zayn, con las manos en el Trackpad, hizo unos cuantos movimientos para entrar en el correo que provenía de un tal "H_95".

—¿Conocen a alguien con ese usuario?—inquirió Louis, confundido.

—Puede ser una admiradora de Harry nacida en el noventa y cinco—sugirió Liam, a lo que todos asintieron, mientras que el anteriormente mencionado había fruncido el ceño.

—Si hubiese sido de esa manera, creo que sería algo como "DirectionerForeverxx", o "ilovehazzastyles"—analizó—No creo que un nombre tan normal provenga de una fan.

—Eso es cierto—continuó Tomlinson.

Todos asintieron, de acuerdo con las palabras de su amigo de rizos. Tenía razón.

—¿Y si es ella?—dijo Niall, esperanzado por recibir una respuesta positiva y que tuviese mucho en común con lo que el estaba esperando.

—Niall, no creo que...

—Claro que puede ser.—dijo Liam de inmediato—H de Hemsworth y, bueno, todos sabemos que ella ha nacido en el año mil novecientos noventa y cinco.

Zayn solo miraba de lado a lado, observando y escuchando cada una de las propuestas dadas por sus compañeros, pero el resultado mental que le brindaba su cerebro, era que su mejor amigo era el portador de la verdadera razón; de la verdad. Sin esperar ninguna otra opinión, abrió el contenido y solo encontró un video, pues no tenía asunto o comentarios adjuntados. Suspiró y lo abrió, para que automáticamente se descargase y pudiese ver el interior del video.

Sí. Era ella. De nuevo.

Hola.
Saludó con desánimo, para luego dejar unos tres puntos suspensivos en el aire.
Sí, soy yo, de nuevo; después de provocar un ligero remordimiento y tal vez, sufrimiento en uno de ustedes. Lo siento..., o tal vez no.

Bien; supongo que esperan a que diga el nombre del siguiente, así nomás, pero no lo haré; dejaré que ustedes adivinen a través de mis palabras, a pesar de lo difícil que sea leerme los pensamientos, porque ahora saben que no pueden darme de sentado otra vez. No de nuevo.

Veamos: ¿cuántas cosas hemos hecho juntos? O más bien, para culminar velozmente, ¿qué no hemos hecho juntos?. Nos hemos traído la luna a la tierra un millón de veces, hicimos cosas tan prohibidas que probablemente en este momento estaríamos tras las rejas y, también, hemos metido en problemas a personas tan inocentes como lo son los bebés. Fuiste mi beso más... hmm, ¿cómo lo diría?... salvaje y placentero y, para matarles las dudas, también el dueño de mi primer beso.

Entonces, el muchacho ya sabía de quien hablaba: hablaba de él. Él era el siguiente.

Nos conocimos en una estación de trenes; un año después de mi primer corazón roto. Yo iba a la escuela en este medio de transporte porque mi hermano era cada vez más reconocido y no sería capaz de ir a todos lados junto a él, sin por lo menos salir sin algún rasguño. Estabas al otro lado, siempre te veía allí con su mochila y tu ropa casual bastante gótica; agradecía que no te colocaras maquillaje..., o tal vez lo hacías, pero no se notaba. Yo, por otra parte, andaba uniformada todo el tiempo: corbata negra, camisa blanca, chaqueta de color azul marino, falda del mismo color, medias largas y zapatillas; siempre me llamaste la atención.

Luego de una semana de miradas cruzadas, unas tímidas, otras provocativas, me saludaste. "Linda voz" pensaba yo. Desde ese día, todas las mañanas nos veíamos en la estación y nos sentábamos juntos, a conocernos un poco más y para que tu me hablaras del tatuaje que te hiciste con tus amigos con una pequeña aguja y un poco de tinta. Reí. Dijiste que algún día me harías uno de tus diseños y yo acepté encantada, pero no había tenido la oportunidad de ir a tu casa. Después de un par de días, me invitaste a un baile escolar de Navidad y, precisamente, esa noche yo no tenía actividades en la escuela por el hecho de que había un consejo de maestros; y, por tal razón, asentí contenta ante tu propuesta.

Vaya coqueto, querido Zayn.