Payphone//Zayn Malik// TERMINADA//

Rolling in the Deep se escucha alto. Llamo a mi madre a avisarle que he ido a hacer unas cosas urgentes y después de pocas y pérfidas explicaciones acepta. Aparco quince minutos después en el gran edificio con un campus enorme que se muestra color verde vivo, al igual que las paredes que lo adornan. Puedo divisar al vigilante acercarse a mi encuentro, al mismo tiempo que veo a Zayn con una enorme sonrisa trotando.
-No se preocupe- Alcanza al vigilante, el cual tuerce los ojos y se devuelve a su lugar.
-Que amargado- Musito mientras bajo la ventanilla del auto.
-Me acostumbre- Sonríe y entra.
-¿Louis?- Pregunta el dueño del preciado convertible negro y asiento con mi cabeza. El contacto de sus cálidos labios junto a mi mejilla me hace sonreír. Se abrocha el cinturón y sube la ventanilla a su respaldo.
-¿A dónde me ibas a llevar esta mañana?- Pongo en marcha el automóvil.
-A la playa- Sonríe y clava su dulce mirada en mí.- ¿Quieres que yo conduzca?-
-No, mejor de regreso- sonrío de lado tratando de mirarlo. Mira atento cada punto de mi rostro, aquella tierna mirada me puede hacer intimidar demasiado.
-¿Ya avisaste a tu madre?-
Lo acabo de hacer-
-¿y eso que aceptaste venir? Yo pensé…
-Estaba aburrida, algebra no es lo mío-
-Ah entonces aceptaste para salir del aburrimiento- Se hace el ofendido.
-No, también quería verte- Se me quiebra la voz con vergüenza. Su mirada tan matadora hace que cada célula de mi cuerpo se ponga nerviosa. Es como una primera cita, solo que esto no es para conocernos, es para reiniciar. Me sonríe soltando una ahogada carcajada, la cual disimula subiendo más el volumen de aquella hermosa canción en Ingles.
-¿y cómo va la universidad?- Varia nuevamente el volumen de la radio, solo que esta vez lo modera.
-Mientras no inicien las pruebas estoy bien. ¿y tú?-
-Ahí, me destaco como me opaco- Recuesta su cabeza en el vidrio y canta la estrofa del coro de dicha canción en radio.
-¿a cuál playa es?-
-La que te lleve la primera vez- Vuelve a clavar aquella miel mirada en mi rostro. Es como un libro abierto Zayn. La playa Ocean, según Zayn y yo, puesto que nunca recibió-aquel hermoso lugar- un nombre respetable como etiqueta. Pero allí me llevo cuando nos conocimos. Me comento que sus abuelos vivieron en la cabaña más cercana durante más de tres años y el pudo enamorarse del lugar. Me dice que almorcemos en un lugar del camino, pero niego asegurando no tener hambre. Sin más, compra algunos mecatos y comida no tan saludable y volvemos al paso. Las grandes palmeras que adornan el lugar y el viento nos indican que vamos llegando. Sin dirección alguna, sigo las indicaciones que Zayn me da y con afán en nuestros corazones porque por fin podamos aclarar nuestras emociones y/o sentimientos mirando el atardecer- llego al lugar. Azules aguas alejando cualquier disturbio. Tranquilidad y paz se canta en silencio mientras las cristalinas aguas se mueven a los compas de un lento vals. A lo lejos de toda ciudad y mundo las almas se encuentran con una sola intención, observar el hermoso atardecer. Esa hermosa unión de sentimientos, se revuelven en la playa. El agua clara y las arenas solitarias. Solo él y yo dispuestos a reencontrarnos. Me siento nerviosa por lo que viene. No son más de las doce aun, así que podemos disfrutar de una media tarde.
Apago el motor y me introduzco en la arena. Quito los viejos zapatos negros que llevo puestos y aquel corbatín que me regalo mi madre la navidad pasada. Suelto la coleta de mi cabellera y observo a Zayn mirándome con detenimiento. Nos e abajado del carro y le hago señas para que se apresure.
Una viaja gorra que lleva puesta, se la quita con rapidez al igual que su usual tenis blanco. La ancha camiseta que ocupa se deja llevar por el viento que sopla fuerte y hace que mi cabello se alborote haciéndome libre.
-Gracias- Expreso en un susurro-me ha encantado venir aquí-
Se acerca y puedo sentir su manos rodear mi cintura. Su rostro a una estatura mucho más alta a mí. Y sus perfectos ojos que me demuestran cariño. –De nada-susurra mientras puedo abrazarlo con seguridad.
Nos adentramos en el gran piso de arena. Nos sentamos sin importar la ropa que llevamos, mirando el destino. Las cálidas aguas. Parece un paraíso. Aquellas nos llaman a gritos que entremos en ellas. Se ve el gran sol acariciando con su mano el manto del mar y unas diminutas olas en movimiento.
Nos miramos cómplices comentando con nuestros ojos. Grandes sentidos. Introduzco mi mano en los suaves granos de arena y rasguño lentamente su materia. Toma mi mano sin permiso previo y se levanta.
-Vamos- Sonríe mientras mira con ansias el mar.
-No traje vestido- Me excuso con nostalgia. Maldita sea aquel hermoso traje que llevo puesto y no es capaz de hacerme entrar en las aguas claras.
-Báñate con mi camiseta- Se quita con rapidez la camisa a botones y me la pasa, obligándome a bañar en ropa interior. Agradezco lo ancho que es su torso y me permite introducirme en la camiseta como un vestido. He dejado el traje en el carro y solo me acompaño de la gran camiseta y mis preciadas pulseras. Me advierte que se bañara en bóxers y puedo reírme a carcajadas, agarra mi mano y el grande escalofrío que llega me impide introducirme.
-Hace mucho frio- Toco mis brazos depositando calor de mis palmas.
-Entonces entraras conmigo- Lo miro prohibiendo que haga algo, pero delicadamente toma mis piernas y me carga en brazos con mucha lentitud. Me sujeto fuerte de su nuca y clavo mi mirada en su rostro, específicamente sus ojos.
-Cuidado me lastimas- Le advierto adjuntando mi dedo índice y entrecerrando mis ojos.
-Nunca lo haría- Sonríe amplio y me mira, desviando en seguida aquella mirada para llegar al mar. Me deja con cuidado y aquella helada agua me hace estremecer. Siento mi piel de gallina y puedo sentir mis labios empezar a congelarse a medida que me introduzco en el agua.
Nunca logre superar, a pesar del buen atractivo en su cuerpo nunca aprendió a nadar ni se atrevió hacerlo. Nos adjuntamos a la orilla de la playa donde el agua rozaba mis pechos mientras me sentaba doblando mis rodillas.

Nos divertimos por varias horas. Y con la incapacidad de algún reloj, podría pretender que duramos más de dos horas metidos en el agua. Volviendo a conocernos, las cosas que han cambiado –que sin noción de tiempo- pasaron durante más de un mes. Combinamos risas y cada diminuta caricia que nos damos significa demasiado para nuestros corazones. Mis labios empiezan a temblar por el frio y podría jurar que se encuentran morados. Lo miro apretando fuertemente su mano y entiende mi señal disponiéndose a salir.
Toma mi mano y aquella azul camiseta e ha pegado por todo mi cuerpo con arrugas por doquier. Botamos chorros de agua, mientras nos acercamos al automóvil. No trajimos toalla y nos lamentamos que el sol no sea lo suficientemente bueno como para secarnos por completo. Me abraza de nuevo haciendo que mi rostro se recueste en su pecho. A pesar de que estamos mojados, puedo sentir el estrecho calor que me envía mientras acaricia mi espalda.
-Deberías quitarte la camisa para quedar más seca ¿no crees?- Me mira inocente y aquellas vagas intenciones de poder mirar mi cuerpo me hacen sonrojar.
Me acomodo detrás del convertible y obedezco su sugerencia. Oprimo la grande camiseta y puedo quitar toda el agua en ella.
-Zayn préstame tu camisilla- Le grito mientras puedo verlo vigilando delante del carro el lugar. Activa la alarma y saca de allí una seca camisilla. Agradezco y le prohíbo acercar se más advirtiéndole que estoy en ropa interior. Quito el incomodo brassier y con la misma camisa seco superficialmente mi cuerpo poniéndomela en instantes.
Salgo con la diminuta camisilla, mostrando sin más, mis largas piernas. Abro el coche para tomar un top del conjunto. Sujeto rápidamente y cierro con fuerzas el convertible.
-Toma preciosa- Me ofrece de una bolsa azul con cosas comestibles dentro. No he comido desde la mañana pero puedo asegurar que no tengo hambre. Le niego con la cabeza y lo abrazo por el cuello. Sonríe de lado y vuelve a ofrecerme.
-Debes comer y no es una opción es una orden- Sonríe y lo suelto con rabia.
-No te enojes bonita, debes comer. No has comido desde hace dos horas, debes tener hambre- Toma mi cintura y pone la insoportable bolsa en mis narices.
Aplasto una papa y la introduzco sin ganas en mi boca.
-¿feliz?- Tuerzo mis ojos.
-Deberías comer más. Están deliciosas- Vuelve a poner la bolsa y deseo botarla al suelo y aplastarla, pero su mirada me demuestra preocupación. Y tomo varias y las deposito lentamente. El sonríe conforme y me vuelve abrazar haciéndome calentar aun mas entre sus brazos.
Ponemos un poco de música, mientras esperamos que llegue la hora sexta. Ya me siento completamente seca. Zayn señala la casa de sus abuelos que se divisa a lo lejos y puedo verlo sonreír recordando cuando venia a visitarlos.
Toma mi mano desprevenida y me guía hasta las arenas alejándonos del automóvil. Diviso su reloj y exactos faltan quince minutos para la perfecta presentación. Nos recostamos en la arena, mientras aquella iluminación se opáquese a medida de segundos. Hermoso y grandioso atardecer. Estamos en primera fila de testigos al cambio. El sol cae en lentos pasos y la luna se asoma sonriente dando las buenas noches. Duran segundos conectados al mismo tiempo. La potente luz torpeza mi mirada pero nada se compara con esta perfecta tarde.

Siento su mirada detallando mi rostro. Me atrevo a observarle esperando que exprese lo que sienta. Acaricia mi mejilla con delicadeza.
-Eres tan hermosa- Y con su dedo índice recorre todos los puntos de mi rostro. Acomoda un mechón rebelde de cabello que ha salido a mi frente y roza mi hombro derecho con quietud.
-No sé cómo te perdí- Desvió mi mirada acurrucándome entre mis propios brazos, buscando en ellos alguna explicación.
-¿Qué hice malo para que termináramos?- Agudiza su voz sin intención y me obliga a mirarlo alzando mi mentón.
-No hiciste nada malo-
-¿entonces?- Habla pero callo inconscientemente- ¿entonces?- Insiste de nuevo.
-Soy una persona incapaz de demostrar lo que siento muy fácilmente o correctamente. Tú me conoces. Esa incapacidad de demostrar mis sentimientos por miedos. Esos últimos meses de la relación discutimos prácticamente todos los días, tú te salías de tus cuerdas y empezaste a involucrarte aun mas en el alcohol y lo de fumar. Y se me complico decírtelo, se me complico decirte como me sentía porque tus gritos, tus insultos me afectaban y quede muda. Incapaz de expresarte aquello que deseaba para mejorar. Me quedo terminar- Exprese cada una de mis palabras en un hilo de voz, mientras no me atrevía a mirar sus ojos si no mirando al cielo y sin más, sintiendo su vista clavada en mi.
-Podemos mejorar, solo necesito una oportunidad mas- Se quiebra su voz en un vago intento de acercarse y abrazarme. Tal vez decirle todo esto que siento me quita un peso de encima.
-No es tan fácil-
-Lo es. Juntos podemos salir adelante. Me ayudaste a salir de tantas cosas que me consumían en mi pasado. Sin ti yo estaría muerto, estaría sin vida y sin conocer lo que era es el amor. Fuiste mi primer amor, y es así. No me importa que haya salido con otras chicas antes, tú fuiste la especial. Eso es lo que importa. Necesito una oportunidad, te demostrare que te amo- Puedo girarme a verlo y mi vista se nubla en cada frase que adjunta con sus labios. Deja de luchar en contra de tus sentimientos. Le sonrío tímidamente y me vuelvo a girar a ver el cielo. Besa mi hombro y me hace derramar una lágrima.
Imita mi acto haciéndonos conquistar un necesitado silencio. Toma mi mano nuevamente y me sobresalto sin moverla. Deposita cortas caricias en ella con su pulgar y aquella mínima demostración me hace sentir enamorada.
-Podemos intentarlo- Sonrió y puedo notar su amplia sonrisa mostrarse en sus inquietantes labios. Suelta mi mano y sin evitar el contacto me jala delicadamente hacia él para introducirme en su pecho y sentir por horas su respiración.

Llegamos a mi casa en inmensos minutos. Aquellas diminutas sonrisas que nos brindamos en el camino delataban lo nerviosos que estamos. Mantuvimos un viaje silenciosos acompañado de la hermosa melodía de fondo. Me dejo en mi casa con las pocas ganas de separarnos, prometió llevar el automóvil a la casa de Louis y luego ir a su casa caminando. Ademas de aprovechar para comentarle a Isabella y a Louis como seguía Niall.
Prende el motor y me envía en instantes un mensaje "Es bueno volver a nuestros tiempo" X :) Aprovecharía para dedicarle una sonrisa, pero se ha adelantado haciendo imposible su visión.
Mi madre pregunta con quien estaba y donde estaba. Podría susurrar que con Zayn y que me evitara alguna explicación más. Pero quiero mantener privacidad en este momento y más con ella. Me limito a decirle que estaba con Maru y que la castaña le enviaba saludes.

Mi madre ha tocado con demasiada fuerza la puerta haciéndome despertar con el simple roce. Me quejo en silencio y abro con lentitud la madera personalizada. Le doy los buenos días mientras le aseguro que ya me iré a duchar.
-Diana y Montse que van a ir contigo- Expresa mientras trata de arreglar mi cabello con dificultad. Entra a mi habitación sin pre aviso y se adentra en mi armario en busca de algo que ponerme.
-¿van a ir a mi universidad?- Quito mi pijama y grito mientras abro la ducha.
-Si, así parece. Sus padres consideran que eres buena influencia- Se ríe y puedo frenar las deliciosas aguas que caen para fulminarla con la mirada y luego reírme. Mi madre es única. Un alma joven y divertida encarnada en un cuerpo de 40 años con algunas notorias arrugas.
Acomodo la toalla y observo su detenimiento al buscar tantas cosas dentro del armario.
-Deberíamos ir de compras- Pone en mi cama un vestido azul con un par de zapatos plateados y una correa del mismo tono. Pasa un bolso marrón y sale de mi habitación sigilosamente sin mencionar nada más.
Ocupo ponerme aquel agradable conjunto escogido por mi madre y cepillo mis dientes para bajar. Trato de recoger la lacia cabellera que cae por mis hombros y aplico una escasa cantidad de cosméticos.
Sonrió a penas veo a mi padre y me despido sonriendo de él.
-Liam llévanos- Deposito un beso en su mejilla pidiendo compasión por nuestra tardanza.
-Yo las llevo- Dice Liam levantándose del acogedor comedor. Le sonrió y con la dificultad de tomar un pequeño vaso de leche salgo.
Diana y Montse están uniformadas. Calcetines blancos, zapatos negros y un largo y empalagoso vestido de cuadros rojos. Ambas llevan coletas y un delicado gancho que adorna sus cabelleras. Pensé que irían a mi universidad a inscribirse o a conocer. Pero mi madre se ha confundido, realmente irán a trabajar durante cuatro meses como el extra para graduarse. Aquel trabajo de anexo que debes realizar para conseguir un digno diploma. En mi caso tres meses de ayudante en el Zoológico funcionaron a la perfección. Las abrazo y nos adentramos en el carro.
-¿como llegaron el viernes?- Pregunta mi hermano a penas enciende el motor.
-A la perfección- Responden al unisono como si fuese planeado. Nos miramos cómplices y parecía como si aquella mañana los cuatro estuviéramos demasiado felices. Mejor dicho, malditamente felices.

Aparcamos en la universidad. La alarma se descontrola y Liam ríe mientras intenta apagarla. Maru se acerca sonriente con sus usuales peinados y escucho mis propios balbuceos hacia Liam haciéndolo sonrojar. Aquel tierno beso que se regalan hace que Diana me proporcione un codazo preguntando que ha sucedido. Basta decirle que están de nuevo juntos y conforme se baja del convertible.

Saludamos a Maru, seguido de que Louis e Isabella se nos acercan.
-Hola pequeña- Despeina mi cabellera el morocho y acato a reírme. Aquel Louis que alcanzaba a divisar con el par de mochilas colgando a su hombro era mi Boo Bear, el de siempre. No aquel apagado chico sin expresión alguna el día del accidente. Y lo entiendo, pero simplemente me alegro de que este así.
Saluda a las chicas con un gran abrazo. Me pregunto si en alguna ocasión Louis estará dispuesto a aceptar que siente algo por Diana. Me parece miserable que siendo ambos tan iguales y compatibles no estén dispuestos a estar juntos.
Saludo a Isabella mientras caminamos juntas
-¿Y eso que mis Tomlinson estén muy felices hoy?-
-Amiga, ya Niall despertó- Se sobresalta acordándose y abrazándome de lado la rubia y puedo notar su felicidad.
-Pero Louis no puede llevarme a verlo. ____ quiero verlo- Parece una pequeña niña encorvando su labio inferior y formando un adorable puchero en su rostro. La abrazo fuertemente y le prometo que iremos a visitarlo hoy juntas.

Nos adentramos en las aulas correspondientes y me alegro de poder distraerme un poco junto a Maru. He dejado a las chicas en la rectoría, deben hablar con la directora pero les prometo que volveré. La señora de baja estatura y corto cabello desata un exagerado miedo en la mayoría de los universitarios.


Salgo de mi casa junto a unos vaqueros oscuros y una camisa a cuadros roja. Suelto mi cabello en ondas y camino con rapidez a la casa de Isabella. La puertas adornadas en blanco con una extravagante puerta principal.
Una moto aparca en todo el jardín me pregunto si sera Brian. Desde el día en que me abandono cuando lo llame no he vuelto a hablarle. He recibido algunos mensajes de voz y de texto los cuales me conformo con eliminarlos en seguida. Me limito a tocar la puerta y ver su gran cabellera lacia sonriente por mi puntualidad. La abrazo y le digo que es hora de irnos. Para el insoportable Karma el chico de ojos grises y la similar cabellera negra sale con nostalgia de la cocina. Lleva junto a sus mano un vaso de agua y unas pastillas. Le tuerzo los ojos con total odio y puedo ver como a medida que se acerca hacia mi, Isabella gira su cabeza para divisar la causa de mi distracción.
-___- Susurra pálido y con la voz quebrada.
-Brian- Corto mi media sonrisa y miro a Isabella para decirle que debemos irnos.
-Podemos hablar-
-Debemos irnos-
-Las llevo-
-¿en tu moto?- Me rió amargamente y haciendo que ponga su cara seria.
-En el auto de Louis-
-Bueno si pero rápido que quiero ver a mi Niall- Y eso me hace reír. Sube las escaleras y siento el resueno de la alarma. Isabella se introduce con dependencia en el automóvil y yo me aguardo en el copiloto.

Activa la música en bajo volumen. Isabella se pone sus audífonos como sis sintiera que algo muy importante debemos comentar.