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Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Continuacion...
Así que estaba impaciente por alejarse de él, ¿no? O encontraba la dirección de su conversación tan perturbadora cómo él o simplemente lo encontraba aburrido.
—Sí —dijo y pensó, ¡yo no soy aburrido!—. Gracias.
Con un suspiro de alivio, se levantó y salió precipitadamente de la sala de estar. Dulce soledad… lo que él deseaba. La tentación de fugarse por la puerta, o quizás por una ventana, le invadió, pero, por extraño que le pareciera, permaneció donde estaba.
Le tenía tan excitado que no podía pensar con claridad. Si hubiera empezado a hablarle de copos de nieve, podría haber sido capaz de correrse. Sin embargo, huir ahora significaría que (_TN) había ganado, y se negaba a dejarla ganar hasta en esta pequeña escaramuza.
Nicholas tuvo mucho tiempo para pensar en la escaramuza y su vencedor, y lo que pasaría durante dicha escaramuza si las cosas conseguían escaparse de su pequeño control como que sus respiraciones se volvieran pesadas, que se llamaran con nombres lascivos y que eso le gustara más de lo que debiera porque (_TN) tardaba más de lo necesario. Eso le irritó seriamente. Como si él fuera el problema en su pequeño tête-à-tête de pronósticos del tiempo, insultos y excitación.
—Aquí tienes —dijo cuando volvió por fin, ofreciéndole una botella de color ámbar.
El no la cogió al principio, simplemente se la quedó mirando fijamente con desconfianza.
—¿Tendré que salir corriendo a urgencias si me bebo eso?
Los ojos le destellaron con aquel delicioso fuego azul. Qué vergüenza que tanta sexualidad fuera desaprovechada en alguien completamente fuera de sus límites.
—No —dijo con brusquedad—. Lamentablemente.
Oh, bien. De nuevo la cólera. Era mejor así. Pero pudo sentir la creciente excitación, retroceder al aburrimiento fingido. Cogió la botella sin más comentarios, cuidadoso de no tocarla. Un roce y podría insistir por otro. Y otro, hasta que estuvieran desnudos. Hasta que se retorcieran juntos, jadeantes, en un salvaje baile que los condenaría a ambos al infierno.
Reclamó su asiento frente a él. La falda tejana se deslizó por encima de los muslos, revelando varios centímetros de pura y deliciosa tentación. Él tomó un trago de cerveza, pero el frío líquido poco hizo para apagar el furioso fuego en la sangre.
Estúpidas hormonas. Estúpida química. Estúpido pene. Si no fuera porque le tenía tanto cariño, lo castigaría hasta que eso gritara por piedad. Mmmm, gritar. Frunció el ceño y sacudió la cabeza. Idiota.
—Bueno —dijo.
—Bueno —repitió (_TN) y enganchó varios sedosos rizos detrás de la oreja.
Él vislumbró varios pendientes de diamantes rodeando su oreja. El efecto era sorprendentemente erótico y se preguntó qué se sentiría al pasar la lengua por cada uno de ellos.
—¿Para qué agencia trabajabas? —preguntó mientras se estudiaba las uñas como si no le importara la respuesta.
—Para La Última Prueba en Dallas.
—¿Por qué te marchaste? —se limpió una pelusilla de la pierna—. ¿O te despidieron por cabrear a tus compañeros?
Se encogió de hombros. No estaba preparado para decirle la verdad todavía, que era el dueño de LUPD y había querido ampliar el negocio. Que ahora, era su jefe. ¿Se equivocaba al esperar una respuesta violenta cuando finalmente se lo dijera? Si ella jugaba bien sus cartas, él podría presentarse desnudo el martes en la empresa.
—Quería un cambio de aires —dijo finalmente—. Y no, no me despidieron.
—¿Eres de Inglaterra, verdad?
—Manchester.
—Que bien. —Enredó un mechón alrededor del dedo.
No pareció impresionada por sus orígenes de la misma forma que la mayoría de las mujeres lo estaban, solo curiosa… y no mucho. Tal vez había conseguido lo que había intentado conseguir en primer lugar: que ella le tuviera tanta aversión que jamás estuviera tentada de acostarse con él. Que era exactamente lo que quería. De verdad.
—Aunque he vivido la mitad de mi vida en Estados Unidos —dijo, simplemente para prolongar la conversación.
—Que bien —repitió, claramente como si no le importara.
No soy un jodido pelmazo. Bebió otro trago de cerveza y echó un vistazo al reloj de pulsera. Una hora y cuarenta y siete minutos para que fueran al club. Seguramente podría provocar su furia otra vez… o, seguir suavizando las cosas en ese tiempo.
—Bien —dijo (_TN). También, echó un vistazo a su reloj, una cadena de plata que se curvaba alrededor de la delgada muñeca—. Supongo que debería empezar a prepararme para la asignación de esta noche.
Otra forma de decirle que se fuera al infierno. Gracioso, había sido más directa antes.
—Creía que ya estabas preparada. —Debería querer marcharse. Él, realmente, quería marcharse. Ella era un problema, su conversación aún podía derivar hacía el aburrido tiempo por el amor de Dios, no podía volver a pasar por eso y las cosas estaban tan suavizadas como podrían estarlo entre ellos—. Por eso rechazaste mi oferta de ayuda, ¿recuerdas?
—Yo… bueno —se echó hacia delante y los negros rizos le cayeron sobre la cara cuando descansó el codo sobre la rodilla. Eso provocó que Nicholas reparara en el espectacular escote. Pechos redondos, absolutamente perfectos. Sin sostén. Sus favoritos—. Mira —dijo—. Tuvimos un mal comienzo. Tú te disculpaste —añadió con sequedad—, y yo lo acepté. Sentarse y hablar de tonterías no nos servirá de nada a ninguno de los dos. Mejor cortamos con esto ahora, antes de que nos conduzcamos el uno al otro al suicidio.
OK. Eso le cabreó maravillosamente. Conducirla al suicidio, claro. Él tenía permitido ser un pelmazo, ella no. No es que lo hubiera sido alguna vez, maldita sea.
—Ya que has arreglado y suavizado las cosas entre nosotros —siguió (_TN)—, ahora podemos ser cordiales en la oficina. Lo que no quiere decir que tengamos que socializar fuera de las horas de trabajo.
—Yo no te pedí que socializáramos fuera del trabajo, ¿verdad? —había más calor y cólera en el tono del que había pretendido.
—Bien —apretó la mandíbula, permaneciendo callada durante un momento—. Por que preferiría hacer manoplas de ganchillo como mi depresiva madre antes que pasar otro segundo más en tu compañía.
La excitación que se encendía siempre que ellos discutían, luchó con volver con más fuerza.
—Voy a hacerte comer esas palabras —dijo, rezando para estar alardeando, ya que realmente no podía permitirse acostarse con ella, lo que seguía siendo una maldita vergüenza—. Y vas a encontrar cada una de ellas deliciosa. Hasta me rogarás por otra ración.
Ella tembló. ¿De miedo? ¿O de anticipación?
—La única cosa por la que rogaré —dijo ella—, será por tu ausencia.
—Yo no diría nada más si estuviera en tu situación. Cuánto más digas, más lo lamentarás después.
Ella bostezó.
—Tú acento me molesta.
—Mentirosa. —Luego soltó—. ¿Te gusta jugar?
—No —dijo, frunciendo el ceño, confusa ante el repentino cambio de tema.
Qué lástima. La habría hecho irresistible, por lo que tal vez debería estar feliz de ello. Ya la quería, lo que no era precisamente una noticia de última hora. Desnudarla, lanzarla al suelo y penetrarla, sería una bonificación.
—No me mires así —gruñó ella.
—¿Así como?
—Como si fuera la cena.
—¿Quieres serlo? —No pudo menos que preguntar. ¡No puedes tenerla, idiota!
—No —jadeó.
Bueno. Se alegraba de ello. En serio.
—Supongo que, en verdad, conoces algo sobre el póker. Eres buena yendo de farol.
—Nunca voy de farol.
—Por favor. Eres toda fanfarronería, Hoyuelos. Y, para tu información, esta noche perderás nuestra apuesta. —Lo dijo sólo para devolverlos al tema principal, pese a que quisiera seguir deslizándose cuesta abajo por la tentación—. Tengo fe absoluta en que Darren Swyer te vea como la rompecorazones que eres y te envíe por donde has venido.
Nicholas se levantó y llegó de una zancada a la puerta. Mejor marcharse ahora antes de que hiciera algo más estúpido que irritarla con su dureza… algo como hablar de días soleados y frías brisas.
Aunque ¿Había algo más estúpido que eso?
Dios, estaba tentado de darse la vuelta, saltar a través del cuarto y besar aquellos carnosos y rosados labios, beber su aliento hasta que ella sólo pudiera jadear su nombre. ¡Diablos!, tal vez debería hacerlo, simplemente para sacársela del sistema. Estaba listo y dispuesto. Los besos no eran sexo, y mientras no tuvieran sexo, estaría bien.
Sí. Claro.
Si comenzaba a besarla, no se detendría hasta que hubiera besado cada centímetro de su cuerpo. Nada de besos. Aceleró el paso hacia la salida más cercana.
—Y yo tengo absoluta fe de que alguien te asesinará mientras duermes —gritó ella a su espalda.
Él sonrió francamente. Sí, era una maldita vergüenza que ella estuviera prohibida.
—Sí —dijo y pensó, ¡yo no soy aburrido!—. Gracias.
Con un suspiro de alivio, se levantó y salió precipitadamente de la sala de estar. Dulce soledad… lo que él deseaba. La tentación de fugarse por la puerta, o quizás por una ventana, le invadió, pero, por extraño que le pareciera, permaneció donde estaba.
Le tenía tan excitado que no podía pensar con claridad. Si hubiera empezado a hablarle de copos de nieve, podría haber sido capaz de correrse. Sin embargo, huir ahora significaría que (_TN) había ganado, y se negaba a dejarla ganar hasta en esta pequeña escaramuza.
Nicholas tuvo mucho tiempo para pensar en la escaramuza y su vencedor, y lo que pasaría durante dicha escaramuza si las cosas conseguían escaparse de su pequeño control como que sus respiraciones se volvieran pesadas, que se llamaran con nombres lascivos y que eso le gustara más de lo que debiera porque (_TN) tardaba más de lo necesario. Eso le irritó seriamente. Como si él fuera el problema en su pequeño tête-à-tête de pronósticos del tiempo, insultos y excitación.
—Aquí tienes —dijo cuando volvió por fin, ofreciéndole una botella de color ámbar.
El no la cogió al principio, simplemente se la quedó mirando fijamente con desconfianza.
—¿Tendré que salir corriendo a urgencias si me bebo eso?
Los ojos le destellaron con aquel delicioso fuego azul. Qué vergüenza que tanta sexualidad fuera desaprovechada en alguien completamente fuera de sus límites.
—No —dijo con brusquedad—. Lamentablemente.
Oh, bien. De nuevo la cólera. Era mejor así. Pero pudo sentir la creciente excitación, retroceder al aburrimiento fingido. Cogió la botella sin más comentarios, cuidadoso de no tocarla. Un roce y podría insistir por otro. Y otro, hasta que estuvieran desnudos. Hasta que se retorcieran juntos, jadeantes, en un salvaje baile que los condenaría a ambos al infierno.
Reclamó su asiento frente a él. La falda tejana se deslizó por encima de los muslos, revelando varios centímetros de pura y deliciosa tentación. Él tomó un trago de cerveza, pero el frío líquido poco hizo para apagar el furioso fuego en la sangre.
Estúpidas hormonas. Estúpida química. Estúpido pene. Si no fuera porque le tenía tanto cariño, lo castigaría hasta que eso gritara por piedad. Mmmm, gritar. Frunció el ceño y sacudió la cabeza. Idiota.
—Bueno —dijo.
—Bueno —repitió (_TN) y enganchó varios sedosos rizos detrás de la oreja.
Él vislumbró varios pendientes de diamantes rodeando su oreja. El efecto era sorprendentemente erótico y se preguntó qué se sentiría al pasar la lengua por cada uno de ellos.
—¿Para qué agencia trabajabas? —preguntó mientras se estudiaba las uñas como si no le importara la respuesta.
—Para La Última Prueba en Dallas.
—¿Por qué te marchaste? —se limpió una pelusilla de la pierna—. ¿O te despidieron por cabrear a tus compañeros?
Se encogió de hombros. No estaba preparado para decirle la verdad todavía, que era el dueño de LUPD y había querido ampliar el negocio. Que ahora, era su jefe. ¿Se equivocaba al esperar una respuesta violenta cuando finalmente se lo dijera? Si ella jugaba bien sus cartas, él podría presentarse desnudo el martes en la empresa.
—Quería un cambio de aires —dijo finalmente—. Y no, no me despidieron.
—¿Eres de Inglaterra, verdad?
—Manchester.
—Que bien. —Enredó un mechón alrededor del dedo.
No pareció impresionada por sus orígenes de la misma forma que la mayoría de las mujeres lo estaban, solo curiosa… y no mucho. Tal vez había conseguido lo que había intentado conseguir en primer lugar: que ella le tuviera tanta aversión que jamás estuviera tentada de acostarse con él. Que era exactamente lo que quería. De verdad.
—Aunque he vivido la mitad de mi vida en Estados Unidos —dijo, simplemente para prolongar la conversación.
—Que bien —repitió, claramente como si no le importara.
No soy un jodido pelmazo. Bebió otro trago de cerveza y echó un vistazo al reloj de pulsera. Una hora y cuarenta y siete minutos para que fueran al club. Seguramente podría provocar su furia otra vez… o, seguir suavizando las cosas en ese tiempo.
—Bien —dijo (_TN). También, echó un vistazo a su reloj, una cadena de plata que se curvaba alrededor de la delgada muñeca—. Supongo que debería empezar a prepararme para la asignación de esta noche.
Otra forma de decirle que se fuera al infierno. Gracioso, había sido más directa antes.
—Creía que ya estabas preparada. —Debería querer marcharse. Él, realmente, quería marcharse. Ella era un problema, su conversación aún podía derivar hacía el aburrido tiempo por el amor de Dios, no podía volver a pasar por eso y las cosas estaban tan suavizadas como podrían estarlo entre ellos—. Por eso rechazaste mi oferta de ayuda, ¿recuerdas?
—Yo… bueno —se echó hacia delante y los negros rizos le cayeron sobre la cara cuando descansó el codo sobre la rodilla. Eso provocó que Nicholas reparara en el espectacular escote. Pechos redondos, absolutamente perfectos. Sin sostén. Sus favoritos—. Mira —dijo—. Tuvimos un mal comienzo. Tú te disculpaste —añadió con sequedad—, y yo lo acepté. Sentarse y hablar de tonterías no nos servirá de nada a ninguno de los dos. Mejor cortamos con esto ahora, antes de que nos conduzcamos el uno al otro al suicidio.
OK. Eso le cabreó maravillosamente. Conducirla al suicidio, claro. Él tenía permitido ser un pelmazo, ella no. No es que lo hubiera sido alguna vez, maldita sea.
—Ya que has arreglado y suavizado las cosas entre nosotros —siguió (_TN)—, ahora podemos ser cordiales en la oficina. Lo que no quiere decir que tengamos que socializar fuera de las horas de trabajo.
—Yo no te pedí que socializáramos fuera del trabajo, ¿verdad? —había más calor y cólera en el tono del que había pretendido.
—Bien —apretó la mandíbula, permaneciendo callada durante un momento—. Por que preferiría hacer manoplas de ganchillo como mi depresiva madre antes que pasar otro segundo más en tu compañía.
La excitación que se encendía siempre que ellos discutían, luchó con volver con más fuerza.
—Voy a hacerte comer esas palabras —dijo, rezando para estar alardeando, ya que realmente no podía permitirse acostarse con ella, lo que seguía siendo una maldita vergüenza—. Y vas a encontrar cada una de ellas deliciosa. Hasta me rogarás por otra ración.
Ella tembló. ¿De miedo? ¿O de anticipación?
—La única cosa por la que rogaré —dijo ella—, será por tu ausencia.
—Yo no diría nada más si estuviera en tu situación. Cuánto más digas, más lo lamentarás después.
Ella bostezó.
—Tú acento me molesta.
—Mentirosa. —Luego soltó—. ¿Te gusta jugar?
—No —dijo, frunciendo el ceño, confusa ante el repentino cambio de tema.
Qué lástima. La habría hecho irresistible, por lo que tal vez debería estar feliz de ello. Ya la quería, lo que no era precisamente una noticia de última hora. Desnudarla, lanzarla al suelo y penetrarla, sería una bonificación.
—No me mires así —gruñó ella.
—¿Así como?
—Como si fuera la cena.
—¿Quieres serlo? —No pudo menos que preguntar. ¡No puedes tenerla, idiota!
—No —jadeó.
Bueno. Se alegraba de ello. En serio.
—Supongo que, en verdad, conoces algo sobre el póker. Eres buena yendo de farol.
—Nunca voy de farol.
—Por favor. Eres toda fanfarronería, Hoyuelos. Y, para tu información, esta noche perderás nuestra apuesta. —Lo dijo sólo para devolverlos al tema principal, pese a que quisiera seguir deslizándose cuesta abajo por la tentación—. Tengo fe absoluta en que Darren Swyer te vea como la rompecorazones que eres y te envíe por donde has venido.
Nicholas se levantó y llegó de una zancada a la puerta. Mejor marcharse ahora antes de que hiciera algo más estúpido que irritarla con su dureza… algo como hablar de días soleados y frías brisas.
Aunque ¿Había algo más estúpido que eso?
Dios, estaba tentado de darse la vuelta, saltar a través del cuarto y besar aquellos carnosos y rosados labios, beber su aliento hasta que ella sólo pudiera jadear su nombre. ¡Diablos!, tal vez debería hacerlo, simplemente para sacársela del sistema. Estaba listo y dispuesto. Los besos no eran sexo, y mientras no tuvieran sexo, estaría bien.
Sí. Claro.
Si comenzaba a besarla, no se detendría hasta que hubiera besado cada centímetro de su cuerpo. Nada de besos. Aceleró el paso hacia la salida más cercana.
—Y yo tengo absoluta fe de que alguien te asesinará mientras duermes —gritó ella a su espalda.
Él sonrió francamente. Sí, era una maldita vergüenza que ella estuviera prohibida.
esto es una guerra entre ellos
y es muy divertida :) espero q lo allan disfrutado
nos leeremos después
y es muy divertida :) espero q lo allan disfrutado
nos leeremos después
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
ahh estos dos van a venir matandose
Espero que a besos
Siguela!!!
Espero que a besos
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
me encantaaaaaaaaaaaaaaaaa !
de verdad dan risa la rayis y nick !
jajajajajaja
son unos personajes los dos jajajaja
amee el cap !
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
de verdad dan risa la rayis y nick !
jajajajajaja
son unos personajes los dos jajajaja
amee el cap !
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
ElitzJb escribió:Ciin :) escribió:holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa !!!
nueva lec toraaaaaaaaa !
esta realmente genial esta novela por dios !!!
la relacion entre la rayis y nick es tan .. wow ...
please siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
holaaaaaaaaaaaaaaa!!! :hi:
bienvenida ... creo q esa relacion es explosiva ya veras
ya la sigo...
muchas gracias por la bienvenidaaaaaaaaaaaaaa :D
Ciin :)
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
.........
GUUUAAUU ESTOOOOSSS!!!!
SOOONN PUROOO FUEEEGOOOOOO!!!!!
AAAIII ACABAAAARRRAAANNN MATANDOOSEEEEE!!!
JAJAJAJA PERO A BESOOOSS Y A OTRAAASSS COOOSAAASS
GUUUAAUU ESTOOOOSSS!!!!
SOOONN PUROOO FUEEEGOOOOOO!!!!!
AAAIII ACABAAAARRRAAANNN MATANDOOSEEEEE!!!
JAJAJAJA PERO A BESOOOSS Y A OTRAAASSS COOOSAAASS
chelis
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
aranzhitha escribió:ahh estos dos van a venir matandose
Espero que a besos
Siguela!!!
si eso se matan con palabras y con hechos ;)
ya la seguire
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Ciin :) escribió:me encantaaaaaaaaaaaaaaaaa !
de verdad dan risa la rayis y nick !
jajajajajaja
son unos personajes los dos jajajaja
amee el cap !
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
jeje sip todo en ellos causa gracia :)
en unos monentos la sigo
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
chelis escribió:.........
GUUUAAUU ESTOOOOSSS!!!!
SOOONN PUROOO FUEEEGOOOOOO!!!!!
AAAIII ACABAAAARRRAAANNN MATANDOOSEEEEE!!!
JAJAJAJA PERO A BESOOOSS Y A OTRAAASSS COOOSAAASS
espera q ya vendrá lo bueno
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
CAPÍTULO 5
Si es verdad que somos lo que comemos, entonces yo podría ser tú antes de mañana.
La infernal música salía de los grandes altavoces colgados en lo alto. El humo ondeaba en todas direcciones, cortante a través de la oscuridad. Camareros y camareras brincaban hacia adelante y hacia atrás, sirviendo copas y sonrisas. Una estrambótica luz se arremolinaba en el centro de las dos pistas, iluminando a la muchedumbre retorciéndose, bailando en una multitud de colores. Había más piel mostrada aquí de la que, por lo general, encontrabas entre las páginas de Playboy. Más pechos y muslos de los que el buen Coronel servía en un día cualquiera.
Oh, sí. Era viernes por la noche y el Mercado de la Carne estaba abierto para el negocio.
(_TN) se abrió paso a través de la sudada y bamboleante muchedumbre. La cámara y el micro estaban en su lugar, ocultos en un broche en forma de flor, fijado en el escote. Todo estaba siendo transmitido y supervisado en el ordenador de Anne. Mañana, revisaría el vídeo con ella, la cual luego se encontraría con la novia de Darren Swyer. ¡Pobrecita!
(_TN) no estaría allí para la reunión. Para evitar los arrebatos de celos, nunca se permitía la presencia del señuelo en el cuarto cuando se lo comunicaban a la víctima. Pero si quería, podía observarlo por un monitor como Demi había hecho esta mañana. A veces lo hacía y a veces no. No creía que lo viera esta vez. Esta novia era una llorona; lo sabía, lo sentía y no creía poder estar quieta de pie, viendo sollozar a otra mujer.
Mientras (_TN) caminaba hacia la barra, llevaba el bolso colgado a un hombro. En él guardaba el spray de pimienta, la barra de labios, un poco de dinero y un DNI ligeramente falsificado. Nunca quiso que un objetivo supiera la dirección de su casa, por lo tanto toda la identificación estaba alterada. Por el rabillo del ojo, descubrió una mesa llena de veinteañeras. Todas, excepto una, reían y charlaban. La que no lo hacía parecía… triste, mientras miraba fijamente su cóctel margarita.
¿Había sido engañada? ¿Era por eso que esa noche salía con las chicas que, supuestamente, la animaban? ¿Cuántas veces había sido testigo de eso mismo a lo largo de los años?
—¡Eh! preciosa —dijo alguien, llamando su atención—. Lucho contra el impulso de hacerte la mujer más feliz sobre la faz de la tierra esta noche.
Le ignoró. Dios la salvara de esas cursis bravuconerías.
Se encontró explorando al gentío en busca de Nicholas más bien que de su objetivo. ¿Estaba aquí? ¿Se había cambiado sus pecaminosos vaqueros? Después de todo, aquellos vaqueros tenían el orgullo de haberle mostrado su muy grande erección todo el tiempo que él había estado en su casa. Desafortunados, eso es lo que eran. Él debería llevar una tienda de campaña para mantener oculta aquella cosa. Ninguna mujer debería ser expuesta a eso y ningún hombre debería estar tan bien dotado y ser tan magnífico. ¿Y qué diablos le había excitado? ¿Una discusión sobre el inusitado tiempo?
Sin lugar a dudas. Nicholas era extraño.
No importaba que hubiera sentido los candentes rescoldos del deseo durante todo el tiempo que él estuvo allí. No importaba que aquella pelea la hubiera excitado. Otra vez. Odio a ese hombre.
En cualquier lugar donde estuviera, independientemente de lo que llevara, sería un maldito buen sitio donde verla triunfar en su apuesta. Se lo restregaría por la cara durante el resto de su vida. No es que planeara tratarle durante mucho tiempo. Lo quería despedido cuanto antes. Él era demasiado peligroso para su paz mental. Demasiado peligroso, y punto.
Cuando alcanzó la barra, un hombre en la mitad de los cincuenta le brindó una sonrisa ansiosa. ¿O era un ceño? Costaba decirlo por el Botox. Le ofreció una silla mientras la miraba de arriba abajo, deteniéndose en sus pechos y entre sus piernas. Tenía el espeso pelo plateado, una cara de plástico e iba vestido con un traje que gritaba riqueza. Incluso olía a caro. Y llevaba una alianza.
—Mi nombre es Ted, pero tú puedes llamarme como quieras, mientras me llames —dijo—. Espero que no te importe que te lo diga, pero tu cuerpo es exquisito.
—Gracias, abuelo —refunfuñó, tomando el asiento. Estaba de mal humor. Algo de lo que podría culpar a Nicholas . En estos momentos, para ella, todos los hombres eran una mierda. ¿No lo son siempre?
—¿Abuelo? —la expresión congelada no cambió, aunque los ojos destellaron por la afrenta. (_TN) a menudo tenía ese efecto sobre la gente. Sin otra palabra, él huyó lejos. Si no hubiera llevado un anillo, se habría sentido culpable por insultarle. ¿Me vuelvo cruel y despiadada como Nicholas ?
—Un Ginger Ale. —Le dijo al camarero, un pequeño rubio con brillantes mechas anaranjadas tiñéndole el pelo. A (_TN) le habría gustado una cerveza, pero beber en el trabajo sólo podía causar errores, por lo que nunca se daba el gusto.
La copa llegó poco después y bebió a sorbos de la pajita. El frío líquido le humedeció la boca seca y el dulzor le excitó la lengua. Dios, esta noche…
—Un cóctel Screwdriver —dijo de repente una sexy voz a su lado. El dueño de esa voz no la tocó, pero ella sintió su delicioso calor, olió el puro pecado. El deseo. Sí, se excitó.
Nicholas .
Ella se estremeció y bebió otro sorbo del refresco, el dulce líquido ahora ácido en la garganta. Se obligó a mantener la atención directamente al frente… Aún cuando sintió los ojos de Nicholas fijos sobre ella, brillantes, quemando… quemando… quemando... Hora de concentrarse y encontrar a su objetivo.
—Ponga dos —añadió él, el acento de repente espeso y majestuosamente erótico, como si acabara de bajarse de un avión desde Inglaterra—. Uno para mí y otro para la excepcional señorita a mi lado.
Obviamente ellos no compartían la misma opinión sobre el beber en el trabajo.
—¿No es simplemente la cosa más bonita? —dijo él entonces. Todo atisbo del desdén de antes se había ido y en su lugar había un fluido encanto. Seductor. Persuasivo.
Su cálido aliento le acarició la nuca y ella de nuevo se encontró con que los pezones se endurecían ante su presencia, la sangre ardiendo en las venas. El corazón incluso se saltó un latido mientras un provocativo estremecimiento le recorría la piel.
(_TN) apretó los labios. ¿Qué pensaba que estaba haciendo, dirigiéndose a ella de este modo? Después de la forma en que la había tratado hoy, había esperado que llegara con un tridente y un billete al infierno con su nombre. Esto tenía que ser algún tipo de juego para que bajara la guardia y que perdiera la apuesta.
Sí, eso era exactamente lo que quería hacer, comprendió, agarró la bebida con fuerza. Bien, ya le enseñaría ella.
Respirando profundamente, se giró hacia él y, comenzando a levantarse, deslizó gradualmente los ojos por todo su cuerpo. Él no se había molestado en cambiarse, todavía llevaba aquellos vaqueros que abrazaban su culo y mostraban su erección, y aquella camiseta que besaba sus músculos. La única diferencia en su aspecto era el collar masculino de cuentas negras que ahora llevaba, aunque sospechaba que, en realidad, era una cámara.
Sus oscuros y resplandecientes ojos estaban entornados e irradiaban una sola palabra: Orgasmo. El pelo estaba despeinado y cayéndole sobre la frente. Sus labios llenos estaban ligeramente separados. Bésame, le decían. Y ella amó-odió la forma en que la estrambótica luz le rodeaba en un brillante halo multicolor. Era un ángel. Un ángel caído.
—¿Esa es la mejor frase para ligar que tienes? —preguntó, la voz más jadeante de lo que había planeado—. Porque es una mierda.
—Oh, lo siento. No me dirigía a ti —agarró las bebidas, el hielo girando velozmente, y se movió alrededor de ella, bordeándola hasta la mujer que estaba a su izquierda.
La mandíbula de (_TN) cayó abierta y jadeó. ¡Oh, esa rata bastarda! Lo había hecho a propósito. ¿En retribución por decirle que preferiría suicidarse antes que hablar con él? Cuando ella asumiera la dirección de AATP, estaría despedido.
Las mejillas de la mujer florecieron con un bonito rubor mientras él se inclinaba y le susurraba en la oreja. Su liso pelo rubio ceniza estaba engominado y su maquillaje era solo un poco excesivo. Su mira-que-vestido podría haber ganado el título de Puta de Babilonia si (_TN) no sostuviera el título ella misma.
—¿Cómo te llamas, amor? —Le preguntó Nicholas , de espaldas a (_TN).
El acento era aún más pesado que antes. Y había llamado amor a la mujer. Sospechó que sus llenos y suaves labios estaban curvados en una sonrisa devastadora. Y había llamado amor a la mujer. Sin duda sus ojos marrones estarían encendidos con una conocedora mirada, llena de malas intenciones. Y había llamado amor a la jodida mujer.
¿Y por qué te importa?
No me importa, se aseguró. Con total seguridad no le quería para sí misma. De ninguna manera. No, gracias. Probablemente, él no había lanzado todos sus tiros.
La mujer se rió tontamente como una colegiala. Pero (_TN) estaba dispuesta a apostar a que, a la única clase a la cual la hembra había asistido últimamente, era la de Guarra 101. Y no, no estaba celosa. Simplemente exponía un hecho. No seas cruel. Tú eres profeminista ¿recuerdas?
—Soy Rhonda, pero mis amigos me llaman Ronnie. Con ie.
—Bueno, Ronnie con ie, yo soy Nick y te he traído una copa. Te vi y simplemente tuve que acercarme.
Otra risa tonta.
—Me alegro. He estado observándote desde el momento en que entraste y me habría puesto a gritar si me hubieras ignorado.
(_TN) prácticamente vomitó en su boca. Él permitía a Ronnie con ie que le llamara Nick y ella se habría puesto a gritar si la hubiera ignorado. Por favor. De nuevo, las manos apretaron el Ginger Ale.
—¿Estás casada, Ronnie con ie? —preguntó él.
(_TN) miró imperturbablemente como Ronnie perdía la sonrisa y dejaba caer la mano izquierda tras la espalda… Como si la piedra de dos quilates no hubiera sido visible desde el comienzo de la conversación.
—Oh, uh. Acabo de divorciarme.
—Al menos, ten la inteligencia de quitártelo antes de salir —refunfuñó (_TN).
Nicholas le echó a (_TN) un mordaz vistazo. Uno que parecía decir, te lo dije. Su expresión brilló con la victoria.
(_TN) le enseñó el dedo corazón levantado. Sus labios se estiraron en una sonrisa. Disfrutaba con esto ¿verdad?
Ronnie con ie se apresuró a cambiar de tema, remontando su mano derecha a lo largo de su camisa para recuperar su atención.
—¿De dónde eres, Nick ? No puedo ubicar tu acento. Espera, déjame adivinar. De algún sitio con sol, ¿no? ¿Australia? —hizo una pausa—. ¿Tengo razón, verdad? Estás tan bronceado.
—Deberías preguntarle por el tiempo que hace allí —dijo (_TN), girando para apartarse—. Eso realmente le gusta. —El hombre no era más que un cerdo, tocino ya cortado y listo para servir. Así que él había demostrado su punto. Y qué. Algunas mujeres eran tan infames como los hombres. Qué gran descubrimiento. Eso no cambiaba el hecho de que, sobre la balanza de la inmoralidad, los hombres ganaban. Siempre.
Ella se bebió el resto del refresco, deseando que fuera un chupito de tequila (doble). Las risitas tontas siguieron. La repugnante y acariciadora palabra amor fue usada varias veces más y Nicholas hizo abiertas proposiciones cada vez que él, expertamente, elogiaba su pelo, ojos y "asombrosas" curvas.
Esto era una tortura, escuchar ese intercambio la ponía enferma.
—¡Eh!, Ronnie con ie —Se encontró diciendo mientras dejaba de golpe el vaso en la barra. Se volvió hacía la feliz pareja, la expresión claramente de preocupación mientras echaba una ojeada sobre el hombro de Nickey .
Nicholas le frunció el ceño, pero solo había diablura en sus ojos mientras se inclinaba hacia delante para... ¿oler su pelo? Ella frunció el ceño. Ronnie frunció el ceño, también, sin gustarle que la hubieran interrumpido.
—Yo no le cogería demasiado cariño a éste —dijo (_TN), acariciando el hombro de Nicholas —. He oído que es un eyaculador precoz.
Nicholas se ahogó con su bebida. La boca de Ronnie cayó abierta. Cuando Nicholas fue capaz de respirar, se puso rígido y miró airadamente a (_TN), todo atisbo de travesura desaparecido.
Ella agitó las pestañas inocentemente. Un segundo más tarde, vio por el rabillo del ojo un musculosos Hulk por el exceso de ejercicios entrar en el club. Fuerte mandíbula y entradas familiares. Darren Swyer. Su objetivo. Gracias a Dios.
Cuando comenzó a trabajar para AATP, el nerviosismo siempre la golpeaba cada vez que descubría su objetivo. Ya no. Los nervios pronto se habían convertido en una justificada indignación. Esta noche, sin embargo, sintió pura y dura anticipación.
Que empiece el juego.
—Ah, querida —dijo ella—. ¿Me perdonáis los dos? Acabo de descubrir un pequeño pedazo de cielo justo aquí, sobre la tierra, y tengo que conocerle o gritaré —se alejó, meneando las caderas, sabiendo que Nicholas tenía que observarla en acción tal y como Anne quería.
Caminando con más ligereza de lo que había hecho durante todo el día, los tacones de aguja golpearon sobre el coloreado hormigón, acortando la distancia entre ella y Darren. Estaba aquí con dos de sus amigos y ellos sonreían ampliamente como idiotas mientras inspeccionaban la selección de carne de esta noche. Encontraron una mesa vacía al fondo, se sentaron en las sillas y pidieron bebidas. Darren no pidió la cerveza sin la que, supuestamente, no podía vivir, notó ella cuando la camarera les trajo tres tequilas.
(_TN) no pudo impedirlo; se permitió echar un vistazo hacia atrás, hacia la muchedumbre que abarrotaba la barra, donde Nicholas estaba de pie, observándola detenidamente con los ojos entrecerrados. Ronnie (con ie) tiraba de su brazo, pero él no la miró.
Ahora (_TN) tenía toda su atención y ese pensamiento le provocó un estremecimiento. Diablos, el calor en sus marrones y oscuros ojos le hizo estremecerse. Mira y aprende, articuló ella.
Buena suerte, articuló él de vuelta con una expresión satisfecha.
No la necesito. Ella se volvió hacia Darren y, habiendo alcanzado su objetivo, tropezó con él "por casualidad", echando su silla hacia atrás. Sus brazos la rodearon para impedirle caer el resto del camino en la mesa. Ella procuró ocultar su repulsión.
—Mira por donde vas... —comenzó él.
—Lo siento tanto —dijo ella, otorgándole a la voz la medida justa de vergüenza y provocación—. Que torpe soy.
Él perdió el enfado cuando sus ojos se fijaron en el escote, que con tanto orgullo mostraba su cuello en pico. Cuando Nicholas la había mirado así, había querido saltar sobre él. A Darren, simplemente quiso darle un rodillazo en las pelotas.
Oh, sí. Era viernes por la noche y el Mercado de la Carne estaba abierto para el negocio.
(_TN) se abrió paso a través de la sudada y bamboleante muchedumbre. La cámara y el micro estaban en su lugar, ocultos en un broche en forma de flor, fijado en el escote. Todo estaba siendo transmitido y supervisado en el ordenador de Anne. Mañana, revisaría el vídeo con ella, la cual luego se encontraría con la novia de Darren Swyer. ¡Pobrecita!
(_TN) no estaría allí para la reunión. Para evitar los arrebatos de celos, nunca se permitía la presencia del señuelo en el cuarto cuando se lo comunicaban a la víctima. Pero si quería, podía observarlo por un monitor como Demi había hecho esta mañana. A veces lo hacía y a veces no. No creía que lo viera esta vez. Esta novia era una llorona; lo sabía, lo sentía y no creía poder estar quieta de pie, viendo sollozar a otra mujer.
Mientras (_TN) caminaba hacia la barra, llevaba el bolso colgado a un hombro. En él guardaba el spray de pimienta, la barra de labios, un poco de dinero y un DNI ligeramente falsificado. Nunca quiso que un objetivo supiera la dirección de su casa, por lo tanto toda la identificación estaba alterada. Por el rabillo del ojo, descubrió una mesa llena de veinteañeras. Todas, excepto una, reían y charlaban. La que no lo hacía parecía… triste, mientras miraba fijamente su cóctel margarita.
¿Había sido engañada? ¿Era por eso que esa noche salía con las chicas que, supuestamente, la animaban? ¿Cuántas veces había sido testigo de eso mismo a lo largo de los años?
—¡Eh! preciosa —dijo alguien, llamando su atención—. Lucho contra el impulso de hacerte la mujer más feliz sobre la faz de la tierra esta noche.
Le ignoró. Dios la salvara de esas cursis bravuconerías.
Se encontró explorando al gentío en busca de Nicholas más bien que de su objetivo. ¿Estaba aquí? ¿Se había cambiado sus pecaminosos vaqueros? Después de todo, aquellos vaqueros tenían el orgullo de haberle mostrado su muy grande erección todo el tiempo que él había estado en su casa. Desafortunados, eso es lo que eran. Él debería llevar una tienda de campaña para mantener oculta aquella cosa. Ninguna mujer debería ser expuesta a eso y ningún hombre debería estar tan bien dotado y ser tan magnífico. ¿Y qué diablos le había excitado? ¿Una discusión sobre el inusitado tiempo?
Sin lugar a dudas. Nicholas era extraño.
No importaba que hubiera sentido los candentes rescoldos del deseo durante todo el tiempo que él estuvo allí. No importaba que aquella pelea la hubiera excitado. Otra vez. Odio a ese hombre.
En cualquier lugar donde estuviera, independientemente de lo que llevara, sería un maldito buen sitio donde verla triunfar en su apuesta. Se lo restregaría por la cara durante el resto de su vida. No es que planeara tratarle durante mucho tiempo. Lo quería despedido cuanto antes. Él era demasiado peligroso para su paz mental. Demasiado peligroso, y punto.
Cuando alcanzó la barra, un hombre en la mitad de los cincuenta le brindó una sonrisa ansiosa. ¿O era un ceño? Costaba decirlo por el Botox. Le ofreció una silla mientras la miraba de arriba abajo, deteniéndose en sus pechos y entre sus piernas. Tenía el espeso pelo plateado, una cara de plástico e iba vestido con un traje que gritaba riqueza. Incluso olía a caro. Y llevaba una alianza.
—Mi nombre es Ted, pero tú puedes llamarme como quieras, mientras me llames —dijo—. Espero que no te importe que te lo diga, pero tu cuerpo es exquisito.
—Gracias, abuelo —refunfuñó, tomando el asiento. Estaba de mal humor. Algo de lo que podría culpar a Nicholas . En estos momentos, para ella, todos los hombres eran una mierda. ¿No lo son siempre?
—¿Abuelo? —la expresión congelada no cambió, aunque los ojos destellaron por la afrenta. (_TN) a menudo tenía ese efecto sobre la gente. Sin otra palabra, él huyó lejos. Si no hubiera llevado un anillo, se habría sentido culpable por insultarle. ¿Me vuelvo cruel y despiadada como Nicholas ?
—Un Ginger Ale. —Le dijo al camarero, un pequeño rubio con brillantes mechas anaranjadas tiñéndole el pelo. A (_TN) le habría gustado una cerveza, pero beber en el trabajo sólo podía causar errores, por lo que nunca se daba el gusto.
La copa llegó poco después y bebió a sorbos de la pajita. El frío líquido le humedeció la boca seca y el dulzor le excitó la lengua. Dios, esta noche…
—Un cóctel Screwdriver —dijo de repente una sexy voz a su lado. El dueño de esa voz no la tocó, pero ella sintió su delicioso calor, olió el puro pecado. El deseo. Sí, se excitó.
Nicholas .
Ella se estremeció y bebió otro sorbo del refresco, el dulce líquido ahora ácido en la garganta. Se obligó a mantener la atención directamente al frente… Aún cuando sintió los ojos de Nicholas fijos sobre ella, brillantes, quemando… quemando… quemando... Hora de concentrarse y encontrar a su objetivo.
—Ponga dos —añadió él, el acento de repente espeso y majestuosamente erótico, como si acabara de bajarse de un avión desde Inglaterra—. Uno para mí y otro para la excepcional señorita a mi lado.
Obviamente ellos no compartían la misma opinión sobre el beber en el trabajo.
—¿No es simplemente la cosa más bonita? —dijo él entonces. Todo atisbo del desdén de antes se había ido y en su lugar había un fluido encanto. Seductor. Persuasivo.
Su cálido aliento le acarició la nuca y ella de nuevo se encontró con que los pezones se endurecían ante su presencia, la sangre ardiendo en las venas. El corazón incluso se saltó un latido mientras un provocativo estremecimiento le recorría la piel.
(_TN) apretó los labios. ¿Qué pensaba que estaba haciendo, dirigiéndose a ella de este modo? Después de la forma en que la había tratado hoy, había esperado que llegara con un tridente y un billete al infierno con su nombre. Esto tenía que ser algún tipo de juego para que bajara la guardia y que perdiera la apuesta.
Sí, eso era exactamente lo que quería hacer, comprendió, agarró la bebida con fuerza. Bien, ya le enseñaría ella.
Respirando profundamente, se giró hacia él y, comenzando a levantarse, deslizó gradualmente los ojos por todo su cuerpo. Él no se había molestado en cambiarse, todavía llevaba aquellos vaqueros que abrazaban su culo y mostraban su erección, y aquella camiseta que besaba sus músculos. La única diferencia en su aspecto era el collar masculino de cuentas negras que ahora llevaba, aunque sospechaba que, en realidad, era una cámara.
Sus oscuros y resplandecientes ojos estaban entornados e irradiaban una sola palabra: Orgasmo. El pelo estaba despeinado y cayéndole sobre la frente. Sus labios llenos estaban ligeramente separados. Bésame, le decían. Y ella amó-odió la forma en que la estrambótica luz le rodeaba en un brillante halo multicolor. Era un ángel. Un ángel caído.
—¿Esa es la mejor frase para ligar que tienes? —preguntó, la voz más jadeante de lo que había planeado—. Porque es una mierda.
—Oh, lo siento. No me dirigía a ti —agarró las bebidas, el hielo girando velozmente, y se movió alrededor de ella, bordeándola hasta la mujer que estaba a su izquierda.
La mandíbula de (_TN) cayó abierta y jadeó. ¡Oh, esa rata bastarda! Lo había hecho a propósito. ¿En retribución por decirle que preferiría suicidarse antes que hablar con él? Cuando ella asumiera la dirección de AATP, estaría despedido.
Las mejillas de la mujer florecieron con un bonito rubor mientras él se inclinaba y le susurraba en la oreja. Su liso pelo rubio ceniza estaba engominado y su maquillaje era solo un poco excesivo. Su mira-que-vestido podría haber ganado el título de Puta de Babilonia si (_TN) no sostuviera el título ella misma.
—¿Cómo te llamas, amor? —Le preguntó Nicholas , de espaldas a (_TN).
El acento era aún más pesado que antes. Y había llamado amor a la mujer. Sospechó que sus llenos y suaves labios estaban curvados en una sonrisa devastadora. Y había llamado amor a la mujer. Sin duda sus ojos marrones estarían encendidos con una conocedora mirada, llena de malas intenciones. Y había llamado amor a la jodida mujer.
¿Y por qué te importa?
No me importa, se aseguró. Con total seguridad no le quería para sí misma. De ninguna manera. No, gracias. Probablemente, él no había lanzado todos sus tiros.
La mujer se rió tontamente como una colegiala. Pero (_TN) estaba dispuesta a apostar a que, a la única clase a la cual la hembra había asistido últimamente, era la de Guarra 101. Y no, no estaba celosa. Simplemente exponía un hecho. No seas cruel. Tú eres profeminista ¿recuerdas?
—Soy Rhonda, pero mis amigos me llaman Ronnie. Con ie.
—Bueno, Ronnie con ie, yo soy Nick y te he traído una copa. Te vi y simplemente tuve que acercarme.
Otra risa tonta.
—Me alegro. He estado observándote desde el momento en que entraste y me habría puesto a gritar si me hubieras ignorado.
(_TN) prácticamente vomitó en su boca. Él permitía a Ronnie con ie que le llamara Nick y ella se habría puesto a gritar si la hubiera ignorado. Por favor. De nuevo, las manos apretaron el Ginger Ale.
—¿Estás casada, Ronnie con ie? —preguntó él.
(_TN) miró imperturbablemente como Ronnie perdía la sonrisa y dejaba caer la mano izquierda tras la espalda… Como si la piedra de dos quilates no hubiera sido visible desde el comienzo de la conversación.
—Oh, uh. Acabo de divorciarme.
—Al menos, ten la inteligencia de quitártelo antes de salir —refunfuñó (_TN).
Nicholas le echó a (_TN) un mordaz vistazo. Uno que parecía decir, te lo dije. Su expresión brilló con la victoria.
(_TN) le enseñó el dedo corazón levantado. Sus labios se estiraron en una sonrisa. Disfrutaba con esto ¿verdad?
Ronnie con ie se apresuró a cambiar de tema, remontando su mano derecha a lo largo de su camisa para recuperar su atención.
—¿De dónde eres, Nick ? No puedo ubicar tu acento. Espera, déjame adivinar. De algún sitio con sol, ¿no? ¿Australia? —hizo una pausa—. ¿Tengo razón, verdad? Estás tan bronceado.
—Deberías preguntarle por el tiempo que hace allí —dijo (_TN), girando para apartarse—. Eso realmente le gusta. —El hombre no era más que un cerdo, tocino ya cortado y listo para servir. Así que él había demostrado su punto. Y qué. Algunas mujeres eran tan infames como los hombres. Qué gran descubrimiento. Eso no cambiaba el hecho de que, sobre la balanza de la inmoralidad, los hombres ganaban. Siempre.
Ella se bebió el resto del refresco, deseando que fuera un chupito de tequila (doble). Las risitas tontas siguieron. La repugnante y acariciadora palabra amor fue usada varias veces más y Nicholas hizo abiertas proposiciones cada vez que él, expertamente, elogiaba su pelo, ojos y "asombrosas" curvas.
Esto era una tortura, escuchar ese intercambio la ponía enferma.
—¡Eh!, Ronnie con ie —Se encontró diciendo mientras dejaba de golpe el vaso en la barra. Se volvió hacía la feliz pareja, la expresión claramente de preocupación mientras echaba una ojeada sobre el hombro de Nickey .
Nicholas le frunció el ceño, pero solo había diablura en sus ojos mientras se inclinaba hacia delante para... ¿oler su pelo? Ella frunció el ceño. Ronnie frunció el ceño, también, sin gustarle que la hubieran interrumpido.
—Yo no le cogería demasiado cariño a éste —dijo (_TN), acariciando el hombro de Nicholas —. He oído que es un eyaculador precoz.
Nicholas se ahogó con su bebida. La boca de Ronnie cayó abierta. Cuando Nicholas fue capaz de respirar, se puso rígido y miró airadamente a (_TN), todo atisbo de travesura desaparecido.
Ella agitó las pestañas inocentemente. Un segundo más tarde, vio por el rabillo del ojo un musculosos Hulk por el exceso de ejercicios entrar en el club. Fuerte mandíbula y entradas familiares. Darren Swyer. Su objetivo. Gracias a Dios.
Cuando comenzó a trabajar para AATP, el nerviosismo siempre la golpeaba cada vez que descubría su objetivo. Ya no. Los nervios pronto se habían convertido en una justificada indignación. Esta noche, sin embargo, sintió pura y dura anticipación.
Que empiece el juego.
—Ah, querida —dijo ella—. ¿Me perdonáis los dos? Acabo de descubrir un pequeño pedazo de cielo justo aquí, sobre la tierra, y tengo que conocerle o gritaré —se alejó, meneando las caderas, sabiendo que Nicholas tenía que observarla en acción tal y como Anne quería.
Caminando con más ligereza de lo que había hecho durante todo el día, los tacones de aguja golpearon sobre el coloreado hormigón, acortando la distancia entre ella y Darren. Estaba aquí con dos de sus amigos y ellos sonreían ampliamente como idiotas mientras inspeccionaban la selección de carne de esta noche. Encontraron una mesa vacía al fondo, se sentaron en las sillas y pidieron bebidas. Darren no pidió la cerveza sin la que, supuestamente, no podía vivir, notó ella cuando la camarera les trajo tres tequilas.
(_TN) no pudo impedirlo; se permitió echar un vistazo hacia atrás, hacia la muchedumbre que abarrotaba la barra, donde Nicholas estaba de pie, observándola detenidamente con los ojos entrecerrados. Ronnie (con ie) tiraba de su brazo, pero él no la miró.
Ahora (_TN) tenía toda su atención y ese pensamiento le provocó un estremecimiento. Diablos, el calor en sus marrones y oscuros ojos le hizo estremecerse. Mira y aprende, articuló ella.
Buena suerte, articuló él de vuelta con una expresión satisfecha.
No la necesito. Ella se volvió hacia Darren y, habiendo alcanzado su objetivo, tropezó con él "por casualidad", echando su silla hacia atrás. Sus brazos la rodearon para impedirle caer el resto del camino en la mesa. Ella procuró ocultar su repulsión.
—Mira por donde vas... —comenzó él.
—Lo siento tanto —dijo ella, otorgándole a la voz la medida justa de vergüenza y provocación—. Que torpe soy.
Él perdió el enfado cuando sus ojos se fijaron en el escote, que con tanto orgullo mostraba su cuello en pico. Cuando Nicholas la había mirado así, había querido saltar sobre él. A Darren, simplemente quiso darle un rodillazo en las pelotas.
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Continuacion ....
—No hay problema —dijo con mirada lasciva.
—Aquella última copa debe haber sido demasiado para mí. Oh, Dios mío —exprimió su bíceps y se obligó a sí misma a ruborizarse... una habilidad que le había llevado más de un año aprender—. Gracias por cogerme. Probablemente me salvaste la vida.
Él se hinchó como un pavo real.
—Bien, entonces, supongo que estas en deuda conmigo.
—Supongo que sí —rió, interiormente sintiendo arcadas.
Sus compañeros se rieron y uno de ellos dijo:
—¿Por qué no te unes a nosotros, dulzura?
—No estoy segura de que deba —agitó las largas y pintadas pestañas, como diciendo Soy-tan-inocente-y-a-la-vez-tan-traviesa—. Sois unos extraños.
—Entonces permíteme hacer las presentaciones y así nos conocerás —dijo Darren, su mirada todavía fija sobre los pechos—. Soy Darren y estos dos payasos ya se marchan.
Los dos hombres gimieron, pero no protestaron cuando se levantaron y se dirigieron a la barra. Obviamente se ayudaban los unos a los otros con las damas. Como Demi , (_TN) a veces quería decirle a los hombres quién era y por qué estaba aquí, así podía hacerles sentir miserables. Oh, la satisfacción que sentiría…
Pero no podía decir ni una palabra, incluso si el objetivo no pasaba la prueba de AATP. Admitir tal cosa realmente acarrearía problemas. Los hombres se volvían monstruos cuando se enteraban de que habían sido filmados. Hace años, (_TN) se enteró del caso de una mujer, un señuelo, a la que había matado un objetivo, asesinada para que no pudiera decirle a su esposa lo que había hecho.
—Soy Jane —dijo. Ofreció una mano a Darren y él unió sus dedos alrededor de la palma, sosteniéndola más tiempo del necesario. Forzando otra sonrisa, ella se colocó sobre uno de los asientos ahora vacíos—. ¿Me invitas a una copa? —Esta era una pregunta estándar, solo para tantear el terreno.
Él vaciló durante varios segundos y por un atormentador segundo (_TN) pensó que podría perder la apuesta con Nicholas . La estudió, calibrando… ¿el qué? ¿Su facilidad? Finalmente, él hizo señas a la camarera.
—¿Que quieres, dulce Jane?
Se sintió aliviada y triste a la vez.
—Pediré un Ginger Ale. Realmente no debería tomar más alcohol. Ya me siento un poco achispada.
—Uno más no te dolerá —la engatusó.
—Bueno, quizás solo uno. Tomaré otro pink nipple —se rió tontamente. Dios, odiaba reírse tontamente.
Él pidió por ella, como si no fuera capaz de hacerlo por sí misma.
La camarera se alejó rápidamente para buscar la bebida y mientras ella se marchaba, Nicholas y Ronnie reclamaron la mesa al lado de la de Darren. Por supuesto, aquella mesa ya estaba ocupada por un ruidoso y cacareante grupo de mujeres… a quienes no les importo la presencia de Nicholas en absoluto. Ellas prácticamente babearon sobre él mientras las presentaciones eran hechas. Y por lo que (_TN) pudo ver, Ronnie quiso arrancarles los ojos a todas.
—¿Y qué hace una pequeña cosita dulce como tú en un sitio como este? —preguntó Darren a (_TN), ignorando a los recién llegados.
Ella apenas se refrenó en soltar un suspiro. ¿Cuántas veces tendría que oír aquella frase?
—Bueno —dijo, inclinándose hacia delante y apoyando los brazos sobre la superficie de la mesa—. Acabo de terminar de trabajar, soy bailarina, pero aún no estaba lista para irme a casa —Por lo general decía que era bibliotecaria. A la mayoría de los hombres les gustaba la fantasía de la-inocente-que-se-volvía-una-gata-salvaje, pero (_TN) sabía, por el expediente de Darren, que a él no le iba eso de la inocencia—. Pensé que esto podía ser divertido y, no sé, un poco salvaje.
—No hay nada malo en eso —dijo él, sonriendo amplia y felizmente. Su rodilla, casualmente, rozó la suya—. Bailarina. Wow. ¿Así como… stripper y ese tipo cosas?
—Stripper y toda clase de cosas. —No se apartó, aunque quiso hacerlo. Gilipolleces como esas, siempre conseguían cabrearla. No quería ser tocada por semejante escoria. Con expresión embelesada, se echó hacia atrás en la silla. Unos minutos más y tendría las pruebas para su querida novia y luego podría marcharse. Lejos de Darren, lejos de la multitud. Lejos de Nicholas y su peligrosa atracción.
Abrió la boca para preguntarle a Darren si estaba casado cuando oyó decir a Nicholas :
—Ronnie, moza descarada. Nunca he encontrado a una mujer más hermosa.
Risa tonta, risa tonta.
Las manos de (_TN) se apretaron en puños.
—Darren —dijo, asegurándose de que la voz fuera lo bastante alta para que la escuchara y oh, tan anhelante—. Realmente me salvaste la vida, y mencionaste que te debía un favor. ¿De qué tipo de favor hablamos?
Él se inclinó hacia ella, meneando las cejas.
—¿De qué clase estás dispuesta a dar?
—Ronnie, me vuelves loco. Hueles tan bien.
—Darren, ¿qué dirías si te dijera que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa?
Él tragó aire.
—¿Cualquier cosa?
—Cualquiera.
—Vamos a ver… —Él se golpeó la barbilla con un dedo, sus verdes ojos brillando con triunfo, como si ya la tuviera en su cama. Extendió la mano y cogió la suya—. Tengo algo en mente, pero no quiero parecer atrevido.
—Ronnie, eres todo lo que siempre he soñado en una mujer.
—Darren, eres muy dulce, nunca serías demasiado atrevido conmigo. Dime lo que quieres y yo... Espera. No estarás pillado, ¿verdad? Por favor dime que no estás casado.
—Diablos, no, no lo estoy —dijo él—. Ni tampoco tengo novia. ¿Y tú?
—Nada de novios —se inclinó hacía él y sonrió lentamente, aún cuando en realidad quería arrancarle los ojos. Éste sería el primero en subir de puesto en su lista del Muro de la Vergüenza de Internet. Posición: cerdo de mierda—. ¿Por qué no vienes a casa conmigo? Pondré un poco de música, haré un pase con mi colección de ropa interior para ti y te lo agradeceré como es debido. Y, para que no haya ningún malentendido, hablo de sexo. —Di que no. Por el bien de tu novia, di que no.
Sólo había visto a su novia una vez y a distancia, pero fácilmente recordaba la tensión nerviosa que la mujer irradiaba. La esperanza de que se equivocara. (_TN) comprendió en ese momento que felizmente perdería la apuesta con Nicholas si simplemente pudiera ir mañana a AATP y escuchar a Anne decirle a la novia que su hombre había pasado la prueba.
—Me encantaría —dijo Darren, casi tartamudeando con la prisa. Se puso de pie de un salto—. Solo déjame despedirme de mis amigos.
La decepción se cerró de golpe en su interior, con fuerza.
—No te molestes —dijo, perdiendo la sonrisa. Ya estaba. Ya tenía la prueba que quería su novia. Había ganado la apuesta con Nicholas . Pero jamás se sintió tan mal.
Cosas buenas habían salido esta noche, se dijo a sí misma. Una importante era que la novia de Darren sabría a que perdedor estaba atada y tenía la esperanza de que le abandonara. (_TN) había ganado cien dólares demostrándole a Nicholas que se equivocaba. De todas formas, ninguna de aquellas cosas consiguió levantarla el ánimo.
Quería agarrar a Nicholas por el pelo y gritarle ¡Te lo dije! Y luego besarle, añadió sus hormonas, y perderos por un ratito.
No, les replicó firmemente, y recoger mi dinero. Las hormonas enmudecieron. Nicholas era un enigma, y eso era todo. A hombres como Darren, los entendía. Ellos veían algo que querían y lo cogían, sin importar el daño que provocaban. Nicholas no había hecho nada más que lo inesperado. Seguramente era la única razón de que la afectara tanto. Una vez que le entendiera, sería igual a todos los otros machos que conocía y el deseo desaparecería.
Eso esperaba.
Frunciendo el ceño, giró hacia él. Sus ojos se encontraron, observándose. Sacudidas eléctricas le viajaron a lo largo de la columna vertebral.
—Creo que mencioné que no acepto cheques —dijo ella, poniéndose de pie.
—¡Eh! ¿A dónde vas? —preguntó Darren, confuso—. ¿Quieres que te siga o algo así?
—He cambiado de idea. —Cerdo—. Me voy a casa. Sola.
—¡¡Eh!! —dijo Darren—. No puedes cambiar de idea.
(_TN) ancló las manos sobre las caderas.
—Bueno, pues lo hice.
La apresó del brazo, un poco demasiado fuerte para su paz mental. Ella rebuscó en el bolso con la mano libre y de pronto sacó el spray de pimienta. Lo sostuvo en su cara. Por la esquina del ojo, vio a Nicholas tensarse, como si se preparara para la lucha.
La mandíbula de Darren se abrió y la liberó con tanta rapidez que casi se cae.
(_TN) reprimió una sonrisa satisfecha. Y un estremecimiento. No había tenido que amenazar a nadie con el spray desde hacía meses. ¿No deberías haber sabido que el destino te depararía un trabajo más difícil de lo acostumbrado esta noche?
—No tientes a tu suerte —gruñó Nicholas a Darren, que palideció y dio un paso atrás. A (_TN), le dijo con más calma—. ¿Estás bien?
—Por supuesto que lo estoy —dijo, tratando de parecer fuerte y segura, pero sin conseguirlo exactamente.
La estudió un momento. ¿En un intento por leerla?
—Doble o nada a que dices que no subirás a esa pista a bailar conmigo —dijo él.
Le tentaba bailar con él. ¡Oh, cuanto le tentaba! Dejar que la envolviera en sus brazos. Que la sostuviera cerca. Y no tenía nada que ver con el dinero y todo con la búsqueda de la seguridad. Un hombre acababa de amenazarla. No con palabras, pero si con la fuerza, todo porque su juguete se le había escapado. A (_TN) le gustaba pensar que era resistente pero, tal vez, sería agradable permitirle a alguien cuidar de ella, sólo una vez. ¡Qué tontería! Confiar en un hombre en algo era muy, muy, muy estúpido.
—Tú ganas esa apuesta. No bailo con cerdos —dijo y, sin otra palabra, se alejó rápidamente. Por una vez, insultar a Nicholas le pareció incorrecto. Él pareció sincero al querer saber si estaba bien, pero ese fue lo único que se la ocurrió para mantenerle a distancia. Más que nada, tenía que escapar del club, escapar de las peligrosas cosas que Nicholas le hacía sentir. Huir de todo. Pero sus siguientes palabras la detuvieron.
—¿Sabes qué? Hay sólo tres clases de mujeres en el mundo, Hoyuelos —le gritó por encima de la música. Jamás había parecido tan burlón.
Ella no quería, pero se encontró girando y enfrentándole, de algún modo necesitando escuchar lo que tenía que decir más que marcharse. Él estaba de pie al lado de la mesa. Tanto Darren como Ronnie miraban de él a (_TN) y de (_TN) a él, sus caras fruncidas en una enojada confusión.
—¿Y? —Incitó (_TN), dando golpecito con el pie. Dios, era tan sexy. En estos momentos, parecía peligroso, capaz de todo. Si hubiera sido cualquier otro hombre aparte de Darren, claro podría haberse lanzado sobre él. Cualquier cosa por probar todo ese oscuro regocijo, para olvidar los propios miedos y la angustia que la novia de Darren experimentaría mañana.
Mirando a Nicholas , necesidad y deseo siguieron moviéndose en espiral a través de ella, aplastando… Acabando con la resolución, y esto la cabreó. No debería desearle. No debería haberlo deseado antes y no debería desearle ahora. Déjalo. Déjalo, maldita sea.
—Estoy esperando —dijo ella, y pensó: Di algo que me haga odiarte de verdad, así podré dejar de desearte.
—Unas son rompe pollas —Nicholas levantó un dedo—. Otras son polla adictas —otro dedo—. Y otras son odia pollas. Tú eres la última, Hoyuelos. Prefieres arrancarle la cabeza de un mordisco a un hombre, antes que confiar en él aunque sea un poco. No es asombroso que Anne escribiera cosas tan elogiosas en tu expediente. Y a propósito —añadió con un gruñido, girando hacía Darren—. Esta noche dejaste al equipo en muy baja posición. Gracias por joderlo todo.
Maldita sea. Y maldito Nicholas . De algún modo, sus palabras sólo le hicieron desearle más, querer demostrarle que estaba equivocado. ¿Si soy una odia pollas, pensó, girando sobre sus talones y alejándose de verdad, por qué quiero la suya enterrada profundamente dentro de mí?
Sacudiendo la cabeza, aceleró el paso y dejó que la puerta del Club se cerrara detrás de ella con un golpe.
—Aquella última copa debe haber sido demasiado para mí. Oh, Dios mío —exprimió su bíceps y se obligó a sí misma a ruborizarse... una habilidad que le había llevado más de un año aprender—. Gracias por cogerme. Probablemente me salvaste la vida.
Él se hinchó como un pavo real.
—Bien, entonces, supongo que estas en deuda conmigo.
—Supongo que sí —rió, interiormente sintiendo arcadas.
Sus compañeros se rieron y uno de ellos dijo:
—¿Por qué no te unes a nosotros, dulzura?
—No estoy segura de que deba —agitó las largas y pintadas pestañas, como diciendo Soy-tan-inocente-y-a-la-vez-tan-traviesa—. Sois unos extraños.
—Entonces permíteme hacer las presentaciones y así nos conocerás —dijo Darren, su mirada todavía fija sobre los pechos—. Soy Darren y estos dos payasos ya se marchan.
Los dos hombres gimieron, pero no protestaron cuando se levantaron y se dirigieron a la barra. Obviamente se ayudaban los unos a los otros con las damas. Como Demi , (_TN) a veces quería decirle a los hombres quién era y por qué estaba aquí, así podía hacerles sentir miserables. Oh, la satisfacción que sentiría…
Pero no podía decir ni una palabra, incluso si el objetivo no pasaba la prueba de AATP. Admitir tal cosa realmente acarrearía problemas. Los hombres se volvían monstruos cuando se enteraban de que habían sido filmados. Hace años, (_TN) se enteró del caso de una mujer, un señuelo, a la que había matado un objetivo, asesinada para que no pudiera decirle a su esposa lo que había hecho.
—Soy Jane —dijo. Ofreció una mano a Darren y él unió sus dedos alrededor de la palma, sosteniéndola más tiempo del necesario. Forzando otra sonrisa, ella se colocó sobre uno de los asientos ahora vacíos—. ¿Me invitas a una copa? —Esta era una pregunta estándar, solo para tantear el terreno.
Él vaciló durante varios segundos y por un atormentador segundo (_TN) pensó que podría perder la apuesta con Nicholas . La estudió, calibrando… ¿el qué? ¿Su facilidad? Finalmente, él hizo señas a la camarera.
—¿Que quieres, dulce Jane?
Se sintió aliviada y triste a la vez.
—Pediré un Ginger Ale. Realmente no debería tomar más alcohol. Ya me siento un poco achispada.
—Uno más no te dolerá —la engatusó.
—Bueno, quizás solo uno. Tomaré otro pink nipple —se rió tontamente. Dios, odiaba reírse tontamente.
Él pidió por ella, como si no fuera capaz de hacerlo por sí misma.
La camarera se alejó rápidamente para buscar la bebida y mientras ella se marchaba, Nicholas y Ronnie reclamaron la mesa al lado de la de Darren. Por supuesto, aquella mesa ya estaba ocupada por un ruidoso y cacareante grupo de mujeres… a quienes no les importo la presencia de Nicholas en absoluto. Ellas prácticamente babearon sobre él mientras las presentaciones eran hechas. Y por lo que (_TN) pudo ver, Ronnie quiso arrancarles los ojos a todas.
—¿Y qué hace una pequeña cosita dulce como tú en un sitio como este? —preguntó Darren a (_TN), ignorando a los recién llegados.
Ella apenas se refrenó en soltar un suspiro. ¿Cuántas veces tendría que oír aquella frase?
—Bueno —dijo, inclinándose hacia delante y apoyando los brazos sobre la superficie de la mesa—. Acabo de terminar de trabajar, soy bailarina, pero aún no estaba lista para irme a casa —Por lo general decía que era bibliotecaria. A la mayoría de los hombres les gustaba la fantasía de la-inocente-que-se-volvía-una-gata-salvaje, pero (_TN) sabía, por el expediente de Darren, que a él no le iba eso de la inocencia—. Pensé que esto podía ser divertido y, no sé, un poco salvaje.
—No hay nada malo en eso —dijo él, sonriendo amplia y felizmente. Su rodilla, casualmente, rozó la suya—. Bailarina. Wow. ¿Así como… stripper y ese tipo cosas?
—Stripper y toda clase de cosas. —No se apartó, aunque quiso hacerlo. Gilipolleces como esas, siempre conseguían cabrearla. No quería ser tocada por semejante escoria. Con expresión embelesada, se echó hacia atrás en la silla. Unos minutos más y tendría las pruebas para su querida novia y luego podría marcharse. Lejos de Darren, lejos de la multitud. Lejos de Nicholas y su peligrosa atracción.
Abrió la boca para preguntarle a Darren si estaba casado cuando oyó decir a Nicholas :
—Ronnie, moza descarada. Nunca he encontrado a una mujer más hermosa.
Risa tonta, risa tonta.
Las manos de (_TN) se apretaron en puños.
—Darren —dijo, asegurándose de que la voz fuera lo bastante alta para que la escuchara y oh, tan anhelante—. Realmente me salvaste la vida, y mencionaste que te debía un favor. ¿De qué tipo de favor hablamos?
Él se inclinó hacia ella, meneando las cejas.
—¿De qué clase estás dispuesta a dar?
—Ronnie, me vuelves loco. Hueles tan bien.
—Darren, ¿qué dirías si te dijera que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa?
Él tragó aire.
—¿Cualquier cosa?
—Cualquiera.
—Vamos a ver… —Él se golpeó la barbilla con un dedo, sus verdes ojos brillando con triunfo, como si ya la tuviera en su cama. Extendió la mano y cogió la suya—. Tengo algo en mente, pero no quiero parecer atrevido.
—Ronnie, eres todo lo que siempre he soñado en una mujer.
—Darren, eres muy dulce, nunca serías demasiado atrevido conmigo. Dime lo que quieres y yo... Espera. No estarás pillado, ¿verdad? Por favor dime que no estás casado.
—Diablos, no, no lo estoy —dijo él—. Ni tampoco tengo novia. ¿Y tú?
—Nada de novios —se inclinó hacía él y sonrió lentamente, aún cuando en realidad quería arrancarle los ojos. Éste sería el primero en subir de puesto en su lista del Muro de la Vergüenza de Internet. Posición: cerdo de mierda—. ¿Por qué no vienes a casa conmigo? Pondré un poco de música, haré un pase con mi colección de ropa interior para ti y te lo agradeceré como es debido. Y, para que no haya ningún malentendido, hablo de sexo. —Di que no. Por el bien de tu novia, di que no.
Sólo había visto a su novia una vez y a distancia, pero fácilmente recordaba la tensión nerviosa que la mujer irradiaba. La esperanza de que se equivocara. (_TN) comprendió en ese momento que felizmente perdería la apuesta con Nicholas si simplemente pudiera ir mañana a AATP y escuchar a Anne decirle a la novia que su hombre había pasado la prueba.
—Me encantaría —dijo Darren, casi tartamudeando con la prisa. Se puso de pie de un salto—. Solo déjame despedirme de mis amigos.
La decepción se cerró de golpe en su interior, con fuerza.
—No te molestes —dijo, perdiendo la sonrisa. Ya estaba. Ya tenía la prueba que quería su novia. Había ganado la apuesta con Nicholas . Pero jamás se sintió tan mal.
Cosas buenas habían salido esta noche, se dijo a sí misma. Una importante era que la novia de Darren sabría a que perdedor estaba atada y tenía la esperanza de que le abandonara. (_TN) había ganado cien dólares demostrándole a Nicholas que se equivocaba. De todas formas, ninguna de aquellas cosas consiguió levantarla el ánimo.
Quería agarrar a Nicholas por el pelo y gritarle ¡Te lo dije! Y luego besarle, añadió sus hormonas, y perderos por un ratito.
No, les replicó firmemente, y recoger mi dinero. Las hormonas enmudecieron. Nicholas era un enigma, y eso era todo. A hombres como Darren, los entendía. Ellos veían algo que querían y lo cogían, sin importar el daño que provocaban. Nicholas no había hecho nada más que lo inesperado. Seguramente era la única razón de que la afectara tanto. Una vez que le entendiera, sería igual a todos los otros machos que conocía y el deseo desaparecería.
Eso esperaba.
Frunciendo el ceño, giró hacia él. Sus ojos se encontraron, observándose. Sacudidas eléctricas le viajaron a lo largo de la columna vertebral.
—Creo que mencioné que no acepto cheques —dijo ella, poniéndose de pie.
—¡Eh! ¿A dónde vas? —preguntó Darren, confuso—. ¿Quieres que te siga o algo así?
—He cambiado de idea. —Cerdo—. Me voy a casa. Sola.
—¡¡Eh!! —dijo Darren—. No puedes cambiar de idea.
(_TN) ancló las manos sobre las caderas.
—Bueno, pues lo hice.
La apresó del brazo, un poco demasiado fuerte para su paz mental. Ella rebuscó en el bolso con la mano libre y de pronto sacó el spray de pimienta. Lo sostuvo en su cara. Por la esquina del ojo, vio a Nicholas tensarse, como si se preparara para la lucha.
La mandíbula de Darren se abrió y la liberó con tanta rapidez que casi se cae.
(_TN) reprimió una sonrisa satisfecha. Y un estremecimiento. No había tenido que amenazar a nadie con el spray desde hacía meses. ¿No deberías haber sabido que el destino te depararía un trabajo más difícil de lo acostumbrado esta noche?
—No tientes a tu suerte —gruñó Nicholas a Darren, que palideció y dio un paso atrás. A (_TN), le dijo con más calma—. ¿Estás bien?
—Por supuesto que lo estoy —dijo, tratando de parecer fuerte y segura, pero sin conseguirlo exactamente.
La estudió un momento. ¿En un intento por leerla?
—Doble o nada a que dices que no subirás a esa pista a bailar conmigo —dijo él.
Le tentaba bailar con él. ¡Oh, cuanto le tentaba! Dejar que la envolviera en sus brazos. Que la sostuviera cerca. Y no tenía nada que ver con el dinero y todo con la búsqueda de la seguridad. Un hombre acababa de amenazarla. No con palabras, pero si con la fuerza, todo porque su juguete se le había escapado. A (_TN) le gustaba pensar que era resistente pero, tal vez, sería agradable permitirle a alguien cuidar de ella, sólo una vez. ¡Qué tontería! Confiar en un hombre en algo era muy, muy, muy estúpido.
—Tú ganas esa apuesta. No bailo con cerdos —dijo y, sin otra palabra, se alejó rápidamente. Por una vez, insultar a Nicholas le pareció incorrecto. Él pareció sincero al querer saber si estaba bien, pero ese fue lo único que se la ocurrió para mantenerle a distancia. Más que nada, tenía que escapar del club, escapar de las peligrosas cosas que Nicholas le hacía sentir. Huir de todo. Pero sus siguientes palabras la detuvieron.
—¿Sabes qué? Hay sólo tres clases de mujeres en el mundo, Hoyuelos —le gritó por encima de la música. Jamás había parecido tan burlón.
Ella no quería, pero se encontró girando y enfrentándole, de algún modo necesitando escuchar lo que tenía que decir más que marcharse. Él estaba de pie al lado de la mesa. Tanto Darren como Ronnie miraban de él a (_TN) y de (_TN) a él, sus caras fruncidas en una enojada confusión.
—¿Y? —Incitó (_TN), dando golpecito con el pie. Dios, era tan sexy. En estos momentos, parecía peligroso, capaz de todo. Si hubiera sido cualquier otro hombre aparte de Darren, claro podría haberse lanzado sobre él. Cualquier cosa por probar todo ese oscuro regocijo, para olvidar los propios miedos y la angustia que la novia de Darren experimentaría mañana.
Mirando a Nicholas , necesidad y deseo siguieron moviéndose en espiral a través de ella, aplastando… Acabando con la resolución, y esto la cabreó. No debería desearle. No debería haberlo deseado antes y no debería desearle ahora. Déjalo. Déjalo, maldita sea.
—Estoy esperando —dijo ella, y pensó: Di algo que me haga odiarte de verdad, así podré dejar de desearte.
—Unas son rompe pollas —Nicholas levantó un dedo—. Otras son polla adictas —otro dedo—. Y otras son odia pollas. Tú eres la última, Hoyuelos. Prefieres arrancarle la cabeza de un mordisco a un hombre, antes que confiar en él aunque sea un poco. No es asombroso que Anne escribiera cosas tan elogiosas en tu expediente. Y a propósito —añadió con un gruñido, girando hacía Darren—. Esta noche dejaste al equipo en muy baja posición. Gracias por joderlo todo.
Maldita sea. Y maldito Nicholas . De algún modo, sus palabras sólo le hicieron desearle más, querer demostrarle que estaba equivocado. ¿Si soy una odia pollas, pensó, girando sobre sus talones y alejándose de verdad, por qué quiero la suya enterrada profundamente dentro de mí?
Sacudiendo la cabeza, aceleró el paso y dejó que la puerta del Club se cerrara detrás de ella con un golpe.
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
OOOOOOHHHHH!!!
EL JUUUEEGOO EMPEEEZOOOOO!!!
QUIEN GANAAARAAAAA!!!????
EL JUUUEEGOO EMPEEEZOOOOO!!!
QUIEN GANAAARAAAAA!!!????
chelis
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
AAAAAAAAHHH!!!
ESOS DOOOSSSSSS!!!
SO UNA TROMBAAAAAAA!!!
JAJAJA ME ENCAATAAA
ESTA NOVEE
ESOS DOOOSSSSSS!!!
SO UNA TROMBAAAAAAA!!!
JAJAJA ME ENCAATAAA
ESTA NOVEE
chelis
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
jajajajajajaja
me mato lo que le dijo nick al hombre ..
'Y a propósito —añadió con un gruñido, girando hacía Darren—. Esta noche dejaste al equipo en muy baja posición. Gracias por joderlo todo.'
alguien perdio una apuestaaaa ... :P
yo estoy de acuerdo con la rayis .. todos son iguales u.u
amo la relacion que tienen ella con nick :P
ameeee los caps !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
me mato lo que le dijo nick al hombre ..
'Y a propósito —añadió con un gruñido, girando hacía Darren—. Esta noche dejaste al equipo en muy baja posición. Gracias por joderlo todo.'
alguien perdio una apuestaaaa ... :P
yo estoy de acuerdo con la rayis .. todos son iguales u.u
amo la relacion que tienen ella con nick :P
ameeee los caps !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
lo repito... malditos maestros!!
sorry pero pfff no me dan tiempo para nada mas ¬¬
hahaha en serio que su discusiones me matan!!
y mas porque se excitan por todo, jamas habia sabido
de alguien que se excitara con el tiempo hahaha
uuhh rayos pense que Nick ganaria la apuesta
pero se preocupo por ella aww
siguela que me encanta!!
sorry pero pfff no me dan tiempo para nada mas ¬¬
hahaha en serio que su discusiones me matan!!
y mas porque se excitan por todo, jamas habia sabido
de alguien que se excitara con el tiempo hahaha
uuhh rayos pense que Nick ganaria la apuesta
pero se preocupo por ella aww
siguela que me encanta!!
DanieladeJonas
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