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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
hay estos dos
Va terminar amandose
Porque del odio al amor hay solo un paso
Siguela!!!!
Va terminar amandose
Porque del odio al amor hay solo un paso
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
chelis escribió:OTROOOOO
SIIIIIIIIIIIIIIIIII
yo tambien quiero otroooooo :L
Ciin :)
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
hola chicas
gracias x sus comentarios
me encanta leerlos
ya les sigo la nove :)
CAPÍTULO 6
Vamos a dejarnos de tantas gilipolleces y simplemente desnudémonos.
[color=white]Anne Commings-Baker-Mossey (¡malditos aquellos tres matrimonios!) estaba sentada en su decadente cama de seda y satén, mirando fijamente su ordenador portátil e intentando no reírse. No quería despertar a su juguete sexual que roncaba a su lado. Bien, él no era un juguete sexual. Pero era demasiado joven para ella, demasiado sexy. De todos modos hacía que se estremeciera siempre que la miraba, así que había decidido probar suerte con él, aunque no pasaría mucho tiempo antes de que le dejara.
Nicholas acababa de llamar a (_TN) odia pollas y (_TN) acababa de echarle una mirada que decía eres asqueroso, bésame y ambos parecían como si hubieran disfrutado de la contienda y se odiaran a sí mismos por ello.
Ahora se habían separado.
Anne miró todo lo ocurrido por la pantalla del ordenador divida en dos, una vista desde la cámara de (_TN) y otra desde la de Nicholas .
Sobre el lado derecho de la pantalla, (_TN) entraba en su coche. A la izquierda, Nicholas se movía a través de la barra... ¿para seguir a (_TN)? Anne nunca llegaría a saberlo porque él se detuvo en mitad del camino. ¿Por qué te paras? Obviamente la quieres. Y quiero ver si ella te pega un puñetazo.
—¿Qué pasa aquí? —exigió el pastelito que colgaba del brazo de Nicholas .
—Sí —dijo Darren Sawyer, el objetivo de (_TN)—. ¿Qué pasa aquí? Ella quería irse a casa conmigo, ¿y luego quería rociarme con spray de pimienta? Esto es una maldita locura. ¡Y no defraudé al equipo! Ni siquiera soy de ningún equipo —echó un vistazo a lo que Anne supuso era la expresión cruel de Nicholas , perdió los nervios y salió corriendo en busca de sus amigos.
—Ve a casa con tu marido —dijo Nicholas al Pastelito—. No es agradable que te engañen.
—¿Qué? No sé de qué hablas —se rió nerviosamente—. No estoy casada.
—Sí, lo estás, y deberías avergonzarte de ti misma.
El pastelito jadeó ante la sorpresa, el ultraje, la indignación y la decepción. El ultraje ganó. Ella le fulminó con la mirada.
—No hay nada malo por tener un poco de diversión.
—Y —dijo Nicholas desdeñosamente— ese es el motivo por el que renuncié hace años a las relaciones. Gracias por recordármelo.
—¡Eh! —frunciendo el ceño, ella le pinchó en el hombro con un dedo. La alianza destelló en la multicolor luz, rosado un segundo, amarillo el siguiente—. Eres un gilipollas, ¿sabes? Tú coqueteaste conmigo. ¡Tú viniste a mí!
—Por tu marido, deberías haberme mandado a paseo, ¿no crees? —se alejó de ella entonces, empujando a su paso a la gente que bailaba y hablaba, y salió fuera justo a tiempo para que Anne viera el sedán que (_TN) conducía uno de los pocos coches de la compañía que usaban los señuelos en las asignaciones para que nadie supiera su verdadera matrícula salir del aparcamiento arrojando grava de las llantas trasera.
Nicholas maldijo por lo bajo, se quedó quieto durante varios segundos y luego se arrancó la cámara del cuello. Giró la lente hacia él y Anne le vio los ojos entrecerrados, y los labios apretados por la furia. Una vista deliciosa, para ser sincera.
—Espero que disfrutaras con esto —gruñó él, y su lado de la pantalla quedó en blanco.
Ah, lo hice. Anne se rió con malicia.
Mientras tanto, (_TN) golpeaba los puños sobre el volante.
—Soy una mujer estúpida, estúpida y deberían pegarme un tiro para librar al mundo de mi presencia. ¡No estaba excitada! Él es grosero e insufrible y solo porque llena sus vaqueros siempre que te mira no significa que debes excitarte cada vez que él te llama por nombres groseros. No eres una masoquista. O no lo solías ser, de todos modos —refunfuñó sombríamente.
Golpeó el volante de nuevo.
—¡Oh, joder! —dijo, pareciendo mortificada. Se arrancó la cámara y la lanzó sobre el salpicadero.
Su lado de la pantalla quedó en blanco.
Anne se rió otra vez. Normalmente no miraba la asignación en vivo. Sin embargo, ya que esta era la última asignación que conseguiría observar, decidió hacer una excepción. ¡Gracias a Dios que lo hizo! La vida de (_TN) necesitaba un poco de agitación. La muchacha se volvía demasiado hastiada, demasiado cerrada.
Demasiado como ella misma. Y Anne no quería eso para (_TN). Sí, una vez había considerado la bondad y la amabilidad como una debilidad, y había hecho todo lo posible por erradicarlas de (_TN). Ahora…
Anne suspiró. Había tenido buenas razones, o eso había pensado. Había soportado tres horribles e infieles maridos. Después de echar al número tres, la amargura arraigó en ella y decidió fundar AATP. Las mujeres tenían derecho a saber lo que conseguirían… O lo que ya tenían. En aquel entonces, el negocio también fue una buena terapia, permitiéndole arrojar la frustración sobre los objetivos.
Durante años, a medida que observaba a cada vez más hombres engañar a sus mujeres, el odio creció. Aquel odio pronto consumió su vida. Todo el día, a todas horas, no había pensado en nada excepto las formas de castrar y mutilar a la especie masculina.
Entonces, hacía unas semanas, recibió una llamada telefónica. Su segundo marido había fallecido de un infarto. Él había sido un año más joven que Anne.
Incluso, aunque a menudo fantaseara sobre su muerte, ésta la conmocionó. No tenía un prometedor mañana, comprendió, y ya había gastado la mayor parte de su vida. Gastado en odio, soledad y desesperación. Aquella comprensión había sido un momento revelador para ella. No más aislarse del sexo opuesto. No más permitir que el cinismo empañara todos sus movimientos. Viviría el momento; disfrutaría de todo lo que se le cruzara en su camino.
Lo haría ahora, antes de que fuera demasiado tarde.
Su compañero rodó hacia ella y suspiró suavemente. Un momento pasó en silencio, luego extendió la mano y le acarició el brazo desnudo.
—¿Lista para otra ronda? —la preguntó con voz ronca.
Ella tenía cincuenta y un años y el sexo... Se lo había negado durante los últimos quince. Durante sus matrimonios, había sido una mujer a la que le gustaba el sexo a menudo y con fuerza. Después del tercer marido, había expulsado el sexo de su vida completamente. Su cuerpo estaba encantando de volver al juego por fin.
Era por esto que había abandonado temprano el trabajo hoy. "Asuntos personales". Alias Operación Orgasmo. Ahora era una prioridad. Estaba harta de negárselo.
Recoger a este tipo en un supermercado de acuerdo, una tienda de licores habría sido una aberración para ella. Primero, él trabajaba de cajero en la tienda ya mencionada. No era el hombre de negocios por el que se había sentido atraída en el pasado. Segundo, era veinticinco años mayor que él. Tercero, era veinticinco jodidos años mayor que él.
Él debió de pensar que era una alcohólica, de tantas veces como visitó la tienda últimamente. Pero siempre fue dulce con ella, siempre coqueteaba. Antes, le había tratado como a una porquería para enmascarar la atracción. Esta vez, no. Esta vez lo había invitado a unos tragos del vodka que acababa de comprarle.
Lo que Anne quería, ahora iba a por ello.
Para su sorpresa, él aceptó encantado.
—¿Y bien? —La incitó, ya con más fuerza.
Dejó el ordenador portátil a un lado y se hundió en sus brazos que la esperaban. La química entre Nicholas y (_TN) era suficiente para encender un fuego dentro de cualquier mujer con un clítoris. Anne definitivamente tenía uno. Y su amante sabía justo donde encontrarlo.
El teléfono sonó, y (_TN) salió sobresaltada de un sueño dónde Nicholas se cernía sobre ella, la boca tapada con cinta adhesiva para que así no pudiera decirle nada mientras le daba placer y luego se imaginaba su muerte porque no era asunto suyo el darle placer, ni en el país de los sueños ni en ningún otro, e interrumpir el resto de una pacífica noche el teléfono sonó de nuevo el resto de una pacífica noche que, al parecer, no iba a poder disfrutar. Soñando o sin soñar.
Otro toque.
Se estiró a por el teléfono, tanteando, pero solo consiguió tirarlo. Maldiciendo por lo bajo, lo buscó por el suelo. Le ardían los ojos, estaba excitada e irritable y todo era oscuro en la habitación, por lo que le llevó un rato encontrar al pequeño bastardo. Cuando finalmente lo sostuvo contra la oreja, rodó de espaldas y gruñó:
—¿Qué?
—Solo quería asegurarme de que llegaste a casa a salvo.
Nicholas . Ella inspiró un cálido aliento. Escuchar su voz después de todo lo que había soñado era como tener las piernas extendidas y a Nicholas moviéndose lentamente entre ellas. Moviéndose, moviéndose perversamente, con su duro, su muy duro pene empujándola hacía el orgasmo. Temblando, echó un vistazo al despertador sobre la mesilla, 1:03 de la mañana. ¿Por qué la llamaba?
—¿(_TN)? —dijo.
—¿Qué? —repitió, sin aliento esta vez. Los pezones se endurecieron y sintió un cosquilleo en el estómago. El (aparentemente interminable) dolor entre las piernas se intensificó.
—¿Llegaste bien a casa, verdad?
—Estas hablando conmigo ¿no?
—Suenas más bien como si me gruñeras. —Indicó él. Él pareció feliz con eso. Demasiado feliz. Incluso excitado.
Sus ojos se estrecharon con desconfianza.
—¿Estás caliente?
—Tal vez —dijo él después de una larga pausa—. ¿Y tú?
—¿Cómo te atreves a preguntarme algo así? No me conoces.
—Tú preguntaste, yo contesté. Yo preguntó ahora, así que es justo que respondas. ¿Estás caliente?
—Infiernos. No
Él rió entre dientes.
—Mentirosa.
Sí, lo era.
—Me llamaste odia pollas y tenías razón. Tú tienes polla y te odio.
—¿Quieres saber una cosa?
—No —contestó ella, sin aliento otra vez. ¿Qué iba decirle? Algo sexy, a juzgar por su tono—. No, quiero.
—Te lo diré de todos modos. Discutir contigo me excita. Es estúpido, pero así es.
¡Dios Querido! Sus discusiones le afectaban de la misma forma horrible que a ella. Estaban condenados. ¡Condenados! ¡A no ser que…No, no, no! Eso no ayudaría. Tenía que ser dulce con él. Tan dulce que él vomitaría por tanto azúcar. Eso haría. Cualquier cosa para detener esta locura.
Mañana, le diría a Demi que olvidara su guerra, que olvidara hacerle cosas horribles y mezquinas a Nicholas . En su actual estado de locura, eso podría parecerle un juego sexual previo. No necesitaba más juegos. Podría saltar sobre él.
—¿Tú y Ronnie con ie os divertisteis esta noche? —preguntó en un tono meloso—. Parecía una muchacha tan agradable.
—¿Celosa?
—Por favor. Eres tan… —cerdo egotista, puedo ver por qué piensas eso— amable por ayudarla con su obvia falta de autoestima al mostrarte tan agradable con ella. Sí, a nosotras, las mujeres, nos gusta que los hombres sean encantadores con nosotras.
—¿Qué eres? —preguntó él, confundiéndola.
—¿Perdón?
—En realidad no eres una odia pollas, ya que mientes al decir que no estás excitada ahora mismo. ¿Eres una polla adicta o una rompe pollas?[/color]
gracias x sus comentarios
me encanta leerlos
ya les sigo la nove :)
CAPÍTULO 6
Vamos a dejarnos de tantas gilipolleces y simplemente desnudémonos.
[color=white]Anne Commings-Baker-Mossey (¡malditos aquellos tres matrimonios!) estaba sentada en su decadente cama de seda y satén, mirando fijamente su ordenador portátil e intentando no reírse. No quería despertar a su juguete sexual que roncaba a su lado. Bien, él no era un juguete sexual. Pero era demasiado joven para ella, demasiado sexy. De todos modos hacía que se estremeciera siempre que la miraba, así que había decidido probar suerte con él, aunque no pasaría mucho tiempo antes de que le dejara.
Nicholas acababa de llamar a (_TN) odia pollas y (_TN) acababa de echarle una mirada que decía eres asqueroso, bésame y ambos parecían como si hubieran disfrutado de la contienda y se odiaran a sí mismos por ello.
Ahora se habían separado.
Anne miró todo lo ocurrido por la pantalla del ordenador divida en dos, una vista desde la cámara de (_TN) y otra desde la de Nicholas .
Sobre el lado derecho de la pantalla, (_TN) entraba en su coche. A la izquierda, Nicholas se movía a través de la barra... ¿para seguir a (_TN)? Anne nunca llegaría a saberlo porque él se detuvo en mitad del camino. ¿Por qué te paras? Obviamente la quieres. Y quiero ver si ella te pega un puñetazo.
—¿Qué pasa aquí? —exigió el pastelito que colgaba del brazo de Nicholas .
—Sí —dijo Darren Sawyer, el objetivo de (_TN)—. ¿Qué pasa aquí? Ella quería irse a casa conmigo, ¿y luego quería rociarme con spray de pimienta? Esto es una maldita locura. ¡Y no defraudé al equipo! Ni siquiera soy de ningún equipo —echó un vistazo a lo que Anne supuso era la expresión cruel de Nicholas , perdió los nervios y salió corriendo en busca de sus amigos.
—Ve a casa con tu marido —dijo Nicholas al Pastelito—. No es agradable que te engañen.
—¿Qué? No sé de qué hablas —se rió nerviosamente—. No estoy casada.
—Sí, lo estás, y deberías avergonzarte de ti misma.
El pastelito jadeó ante la sorpresa, el ultraje, la indignación y la decepción. El ultraje ganó. Ella le fulminó con la mirada.
—No hay nada malo por tener un poco de diversión.
—Y —dijo Nicholas desdeñosamente— ese es el motivo por el que renuncié hace años a las relaciones. Gracias por recordármelo.
—¡Eh! —frunciendo el ceño, ella le pinchó en el hombro con un dedo. La alianza destelló en la multicolor luz, rosado un segundo, amarillo el siguiente—. Eres un gilipollas, ¿sabes? Tú coqueteaste conmigo. ¡Tú viniste a mí!
—Por tu marido, deberías haberme mandado a paseo, ¿no crees? —se alejó de ella entonces, empujando a su paso a la gente que bailaba y hablaba, y salió fuera justo a tiempo para que Anne viera el sedán que (_TN) conducía uno de los pocos coches de la compañía que usaban los señuelos en las asignaciones para que nadie supiera su verdadera matrícula salir del aparcamiento arrojando grava de las llantas trasera.
Nicholas maldijo por lo bajo, se quedó quieto durante varios segundos y luego se arrancó la cámara del cuello. Giró la lente hacia él y Anne le vio los ojos entrecerrados, y los labios apretados por la furia. Una vista deliciosa, para ser sincera.
—Espero que disfrutaras con esto —gruñó él, y su lado de la pantalla quedó en blanco.
Ah, lo hice. Anne se rió con malicia.
Mientras tanto, (_TN) golpeaba los puños sobre el volante.
—Soy una mujer estúpida, estúpida y deberían pegarme un tiro para librar al mundo de mi presencia. ¡No estaba excitada! Él es grosero e insufrible y solo porque llena sus vaqueros siempre que te mira no significa que debes excitarte cada vez que él te llama por nombres groseros. No eres una masoquista. O no lo solías ser, de todos modos —refunfuñó sombríamente.
Golpeó el volante de nuevo.
—¡Oh, joder! —dijo, pareciendo mortificada. Se arrancó la cámara y la lanzó sobre el salpicadero.
Su lado de la pantalla quedó en blanco.
Anne se rió otra vez. Normalmente no miraba la asignación en vivo. Sin embargo, ya que esta era la última asignación que conseguiría observar, decidió hacer una excepción. ¡Gracias a Dios que lo hizo! La vida de (_TN) necesitaba un poco de agitación. La muchacha se volvía demasiado hastiada, demasiado cerrada.
Demasiado como ella misma. Y Anne no quería eso para (_TN). Sí, una vez había considerado la bondad y la amabilidad como una debilidad, y había hecho todo lo posible por erradicarlas de (_TN). Ahora…
Anne suspiró. Había tenido buenas razones, o eso había pensado. Había soportado tres horribles e infieles maridos. Después de echar al número tres, la amargura arraigó en ella y decidió fundar AATP. Las mujeres tenían derecho a saber lo que conseguirían… O lo que ya tenían. En aquel entonces, el negocio también fue una buena terapia, permitiéndole arrojar la frustración sobre los objetivos.
Durante años, a medida que observaba a cada vez más hombres engañar a sus mujeres, el odio creció. Aquel odio pronto consumió su vida. Todo el día, a todas horas, no había pensado en nada excepto las formas de castrar y mutilar a la especie masculina.
Entonces, hacía unas semanas, recibió una llamada telefónica. Su segundo marido había fallecido de un infarto. Él había sido un año más joven que Anne.
Incluso, aunque a menudo fantaseara sobre su muerte, ésta la conmocionó. No tenía un prometedor mañana, comprendió, y ya había gastado la mayor parte de su vida. Gastado en odio, soledad y desesperación. Aquella comprensión había sido un momento revelador para ella. No más aislarse del sexo opuesto. No más permitir que el cinismo empañara todos sus movimientos. Viviría el momento; disfrutaría de todo lo que se le cruzara en su camino.
Lo haría ahora, antes de que fuera demasiado tarde.
Su compañero rodó hacia ella y suspiró suavemente. Un momento pasó en silencio, luego extendió la mano y le acarició el brazo desnudo.
—¿Lista para otra ronda? —la preguntó con voz ronca.
Ella tenía cincuenta y un años y el sexo... Se lo había negado durante los últimos quince. Durante sus matrimonios, había sido una mujer a la que le gustaba el sexo a menudo y con fuerza. Después del tercer marido, había expulsado el sexo de su vida completamente. Su cuerpo estaba encantando de volver al juego por fin.
Era por esto que había abandonado temprano el trabajo hoy. "Asuntos personales". Alias Operación Orgasmo. Ahora era una prioridad. Estaba harta de negárselo.
Recoger a este tipo en un supermercado de acuerdo, una tienda de licores habría sido una aberración para ella. Primero, él trabajaba de cajero en la tienda ya mencionada. No era el hombre de negocios por el que se había sentido atraída en el pasado. Segundo, era veinticinco años mayor que él. Tercero, era veinticinco jodidos años mayor que él.
Él debió de pensar que era una alcohólica, de tantas veces como visitó la tienda últimamente. Pero siempre fue dulce con ella, siempre coqueteaba. Antes, le había tratado como a una porquería para enmascarar la atracción. Esta vez, no. Esta vez lo había invitado a unos tragos del vodka que acababa de comprarle.
Lo que Anne quería, ahora iba a por ello.
Para su sorpresa, él aceptó encantado.
—¿Y bien? —La incitó, ya con más fuerza.
Dejó el ordenador portátil a un lado y se hundió en sus brazos que la esperaban. La química entre Nicholas y (_TN) era suficiente para encender un fuego dentro de cualquier mujer con un clítoris. Anne definitivamente tenía uno. Y su amante sabía justo donde encontrarlo.
El teléfono sonó, y (_TN) salió sobresaltada de un sueño dónde Nicholas se cernía sobre ella, la boca tapada con cinta adhesiva para que así no pudiera decirle nada mientras le daba placer y luego se imaginaba su muerte porque no era asunto suyo el darle placer, ni en el país de los sueños ni en ningún otro, e interrumpir el resto de una pacífica noche el teléfono sonó de nuevo el resto de una pacífica noche que, al parecer, no iba a poder disfrutar. Soñando o sin soñar.
Otro toque.
Se estiró a por el teléfono, tanteando, pero solo consiguió tirarlo. Maldiciendo por lo bajo, lo buscó por el suelo. Le ardían los ojos, estaba excitada e irritable y todo era oscuro en la habitación, por lo que le llevó un rato encontrar al pequeño bastardo. Cuando finalmente lo sostuvo contra la oreja, rodó de espaldas y gruñó:
—¿Qué?
—Solo quería asegurarme de que llegaste a casa a salvo.
Nicholas . Ella inspiró un cálido aliento. Escuchar su voz después de todo lo que había soñado era como tener las piernas extendidas y a Nicholas moviéndose lentamente entre ellas. Moviéndose, moviéndose perversamente, con su duro, su muy duro pene empujándola hacía el orgasmo. Temblando, echó un vistazo al despertador sobre la mesilla, 1:03 de la mañana. ¿Por qué la llamaba?
—¿(_TN)? —dijo.
—¿Qué? —repitió, sin aliento esta vez. Los pezones se endurecieron y sintió un cosquilleo en el estómago. El (aparentemente interminable) dolor entre las piernas se intensificó.
—¿Llegaste bien a casa, verdad?
—Estas hablando conmigo ¿no?
—Suenas más bien como si me gruñeras. —Indicó él. Él pareció feliz con eso. Demasiado feliz. Incluso excitado.
Sus ojos se estrecharon con desconfianza.
—¿Estás caliente?
—Tal vez —dijo él después de una larga pausa—. ¿Y tú?
—¿Cómo te atreves a preguntarme algo así? No me conoces.
—Tú preguntaste, yo contesté. Yo preguntó ahora, así que es justo que respondas. ¿Estás caliente?
—Infiernos. No
Él rió entre dientes.
—Mentirosa.
Sí, lo era.
—Me llamaste odia pollas y tenías razón. Tú tienes polla y te odio.
—¿Quieres saber una cosa?
—No —contestó ella, sin aliento otra vez. ¿Qué iba decirle? Algo sexy, a juzgar por su tono—. No, quiero.
—Te lo diré de todos modos. Discutir contigo me excita. Es estúpido, pero así es.
¡Dios Querido! Sus discusiones le afectaban de la misma forma horrible que a ella. Estaban condenados. ¡Condenados! ¡A no ser que…No, no, no! Eso no ayudaría. Tenía que ser dulce con él. Tan dulce que él vomitaría por tanto azúcar. Eso haría. Cualquier cosa para detener esta locura.
Mañana, le diría a Demi que olvidara su guerra, que olvidara hacerle cosas horribles y mezquinas a Nicholas . En su actual estado de locura, eso podría parecerle un juego sexual previo. No necesitaba más juegos. Podría saltar sobre él.
—¿Tú y Ronnie con ie os divertisteis esta noche? —preguntó en un tono meloso—. Parecía una muchacha tan agradable.
—¿Celosa?
—Por favor. Eres tan… —cerdo egotista, puedo ver por qué piensas eso— amable por ayudarla con su obvia falta de autoestima al mostrarte tan agradable con ella. Sí, a nosotras, las mujeres, nos gusta que los hombres sean encantadores con nosotras.
—¿Qué eres? —preguntó él, confundiéndola.
—¿Perdón?
—En realidad no eres una odia pollas, ya que mientes al decir que no estás excitada ahora mismo. ¿Eres una polla adicta o una rompe pollas?[/color]
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
hay este Nicholas :x
Ane quien la viera!!!
Con un jovencito!!!
Siguela!!!
Ane quien la viera!!!
Con un jovencito!!!
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
PUEDEEENN SER LAS TREEEEESSSS?????
AJAJAJJAJAJAJAJAJA
AAAII ESTOS DOOOOSSSSS!!!
COMO SE QUIEREN.......
PERO MAAATAAAARRRR!!!
JAJAJAJA SIGUELA PORFIISS
AJAJAJJAJAJAJAJAJA
AAAII ESTOS DOOOOSSSSS!!!
COMO SE QUIEREN.......
PERO MAAATAAAARRRR!!!
JAJAJAJA SIGUELA PORFIISS
chelis
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
Continuacion del capitulo 6
—Nunca lo sabrás —dijo apretando los dientes.
—Genial. Una rompedora —suspiró—. Qué lástima.
La sangre le hirvió.
—Esta conversación es aburrida y tú también. Lo próximo será que me preguntes por el pronóstico del tiempo. ¡Adiós!
—Espera —dijo rápidamente—. No cuelgues. Tengo algo que decirte.
Hizo una pausa, estúpidamente contenta de que él quisiera mantenerla en la línea.
—¿Qué?
—Doble o nada, ¿recuerdas? No bailaste conmigo. No olvides traer mis doscientos dólares a la oficina mañana —dijo—. Como tú, no acepto cheques. —Click.
Con la boca abierta, miró fijamente el teléfono. Entonces, frunciendo el ceño, presionó la rellamada. Nicholas contestó enseguida.
—Gané la primera apuesta y tú me debes cien dólares —dijo—. Tú ganaste la segunda, así que sólo tienes que guardarte tu maldito dinero. No te debo nada. Si necesitas que use algo más contundente para explicártelo en un lenguaje más simple, avísame. —Click.
Un segundo más tarde, el teléfono sonó.
—¿Qué?
Su adictiva risa le acarició el oído.
—No jugamos con el método americano, nena. Jugamos con el británico. Es la buena. Me debes doscientos dólares. —Click.
Otra vez, se encontró mirando fijamente el teléfono. Poco ético, eso es lo que era. De ninguna forma las reglas de juego británicas eran diferentes a las americanas, se lo había inventado.
El teléfono sonó de nuevo un segundo más tarde y (_TN) sonrió abiertamente. Le tentó el dejarlo sonar toda la noche, pero estaba impaciente por una cuarta ronda. Presionó el botón de hablar y dijo:
—No vuelvas a colgarme otra vez o voy a… —apuñalarte en el corazón— hornearte unas galletas con virutas de chocolate y luego llevártelas en una bonita y decorada cesta. —Eso es. Eso era dulce. Bueno, dulce siempre y cuando no fuera su madre quien hiciera los pasteles… Pero no valía la pena pensar ahora en eso—. Admítelo. No te debo un centavo.
—¿De qué hablas? No te colgué antes y no me debes dinero. ¿Y por qué me amenazas con galletas de viruta de chocolate? ¿Es que las has hecho alguna vez? —dijo su hermana Brittany. Sin esperar respuesta, añadió—: Escucha, Mamá me llamó. Tiene una de sus crisis.
—¿Qué? ¿Por qué? —De repente seria, (_TN) se enderezó de un salto. Los oscuros rizos cayeron en cascada por la espalda.
—Está decidida a intentar tener una cita.
—No, no, no —gimió (_TN)—. ¿Por qué se expone a pasar por eso de nuevo? ¿Por qué nos expone a pasar por eso de nuevo?
—Porque tiene necesidades —dijo Brittany, el tono destilando repugnancia.
—Qué asco. Nunca, nunca, nunca vuelvas a decirme eso.
—¡Eh! solo repito lo que ella me dijo.
—Bien, no lo hagas.
Brittany soltó un largo y profundo suspiró de frustración.
—¿Qué vamos a hacer? Nosotros… —pausa—. ¿Appel, Cherry, qué hacéis levantadas? Ya ha pasado vuestra hora de acostarse.
(_TN) oyó unas risitas e imaginó a sus sobrinas gemelas de diez años corretear por el dormitorio de Brittany. Ellas podrían parecer ángeles con sus dulces y redondeadas caras pero eran unas diablillas en sus almas.
La posibilidad de (_TN) de establecerse y tener niños era muy remota, por lo que prodigaba toda la atención a sus sobrinas.
—Iros. A. La. Cama. O le contaré a Papá que os portasteis mal —pausa—. Gracias —pausa—. Se niega a tomarse los antidepresivos —dijo Brittany, retomando la conversación como si nunca se hubiera interrumpido—. Por lo que terminará llorando sobre el hombro de todos los hombres que se acerquen a ella, esos hombres la abandonarán y luego se sentirá incluso más deprimida porque nadie la quiere. Presiento un intento de suicidio… ¡y no será el de Mamá!
El teléfono emitió una ruidosa señal y (_TN) se sentó más recta mientras una oleada de entusiasmo la atravesaba.
—Cuelgo. Tengo otra llamada. —Tenía que ser Nicholas , y le costaba esperar para oír su voz… uh, le costaba esperar para regañarle, el muy cerdo. Entre las protestas de Brittany, (_TN) colgó—. ¿Qué? Será mejor que esto sea una disculpa.
—¿Te ha llamado Mamá? —preguntó Brent, gemelo de Brittany—. ¿Y por qué tengo que pedirte perdón? No he hecho nada malo, joder.
Ella suspiró con decepción.
—No, Mamá no me ha llamado, y no te preocupes por la disculpa. Tengo en la otra línea a Brit, quien me ha explicado la situación.
—Mamá nunca te llama con sus problemas —se quejó él—. No es justo. Creo que a ti te quiere más.
—Ella solo quiere que alguien piense que es normal, y ese alguien que escogió soy yo. ¿Recuerdas lo que dijo el terapeuta?
—Quiere que alguien piense que es normal —se burló él—. Yo sólo quiero que sus crisis y revelaciones ocurran durante el día.
—De nuevo, ¿recuerdas lo que dijo el terapeuta? De noche está sola, sin nada que la distraiga —(_TN) hizo una pausa—. Tal vez deberíamos comprarle un perro.
—Es alérgica, muñeca. Así que, ¿has hablado con Demi últimamente?
(_TN) se deslizó en la suavidad del colchón. Dios la salvara de su familia.
—Sale con alguien. Ya lo sabes, así que deja de atosigarme con ella. Deberías de haberle pedido una cita cuando éramos adolescentes.
—¿Cómo de en serio va con ese novio? Le pregunté si quería ver una película, pero ella dijo que tenía planes con él. ¿Qué clase de planes?
—Prácticamente está prometida, por lo que déjala en paz. Ahora, adiós, Brent —dijo y pulsó la tecla de colgar.
—A la cama —decía Brittany sobre las ruidosas risitas—. Va en serio, niñas. Esta es la última advertencia. ¡Steven! Steven, las niñas no se acuestan.
La risita se detuvieron y los susurros tomaron su lugar, entonces la voz profunda de Steven le llegó desde la línea.
—Bien, mis pequeñas tartas de fruta, vamos a darle a mamá algo de privacidad —ruidos estáticos de besos—. Te quiero, conejita.
—Yo también te quiero, azucarito —dijo Brittany.
(_TN) sintió arcadas. Agradecida, la otra línea emitió una señal de nuevo, salvándola de escuchar el resto. Ella descolgó.
—Que quieres ahora, Brent. —Silencio—. Brent. Por favor. Nada de respiraciones pesada o tendré que hacerte daño.
—Uh, ¿(_TN)?
Todo dentro de (_TN) se congeló. El odio la inundó, así como la añoranza, la necesidad y todas las lágrimas que no había derramado por él durante todos estos años.
—Te dije que no me llamaras aquí, Papá.
—Brent me dijo que estabas levantada. Sólo quería…
Con mano temblorosa, ella colgó.
—...hombre más guapo que he visto —gorgojeaba Brittany.
—Y tú eres… —Comenzó.
—Estoy aquí, estoy aquí —dijo (_TN) a toda prisa. Se obligó a sacarse de la mente la llamada de su padre. Igual que hacía siempre. Él no la afectaría de ninguna forma—. Brent me llamó —dijo—. Mamá también le llamó a él.
—¿Por qué siempre nos llama en medio de la noche?
En vez de darle la misma respuesta que le había dado a Brent, (_TN) dijo:
—Aquí va una pregunta mejor… ¿por qué siempre me llamáis en medio de la noche después de que ella os llame?
—Bueno, mira. Si yo tengo que sufrir, tú también. ¿Qué vamos a hacer con mamá?
—Le compraremos un gato.
—Es alérgica, idiota.
Suspirando (_TN) observó, a través de la rendija que había entre las cortinas beige y que cubrían la única ventana del dormitorio, cómo la luz de la luna penetraba entre los árboles que se mecían suavemente.
—No te preocupes. Pensaré en algo —Brent y Brittany eran los que escuchaban los problemas de su madre y (_TN) la que conseguía solucionarlos. Al menos esto le arrancaría de la mente a Nicholas .
O eso esperaba.
De regreso a su apartamento, Nicholas se sentó en el sillón, mirando fijamente la magnífica mesa de póker. El fieltro era del color del dinero y la base, intrincadamente tallada, brillaba intensamente. Éste era su altar. Su sitio de oración.
Echó un vistazo a las maletas y cajas dispersadas a través del suelo de la sala de estar, cada una repleta con sus cosas. Ropa, platos y, básicamente, todo lo que necesitaba para sobrevivir. Todavía no había desempaquetado, aunque había tenido varias semanas para hacerlo. Y no creía que lo hiciera en varias semanas más. Había estado demasiado ocupado intentando comprar AATP y ahora estaba demasiado ocupado en que todo fuera un éxito. Por no mencionar, que estuvo demasiado ocupado con la molesta (_TN).
Debería llamarla otra vez.
Frunció el ceño. No, no debería. Había actuado con muy poca profesionalidad toda la noche, lo que era raro en él, y ya era hora de ponerle fin. Era culpa de (_TN). Tenía que mantenerse alejado de ella. Lejos, muy lejos. Aquella mujer le irritaba y le excitaba a niveles que nunca había experimentado antes. Siempre que estaba cerca, escuchaba su voz o pensaba en ella, se ponía duro.
La necesitaba fuera de la empresa. Pero…
Le había hecho reír. Ella sacaba lo mejor de él. Quería que sacara lo mejor de él otra vez.
Mierda. Frustrado, se pasó la mano por el pelo. Sí, necesitaba que se fuera, pero si ella se marchaba a otra agencia no sería capaz de controlar sus asignaciones. Molesta como era, la mujer necesitaba un protector. Algún día cabrearía a algún idiota y éste estallaría, haciéndole daño. Al menos Nicholas podría vigilarla si trabajaba para él.
Cuando Darren había agarrado el brazo de (_TN) para retenerla en el lugar, Nicholas casi le había roto la nariz al hombre. Por supuesto, no habría sido lo suficientemente doloroso, por lo que tendría que haberle arrancado los brazos y piernas y golpearle la cabeza con ellos. Pero (_TN) había plantado su spray de pimienta en la cara del tipo antes de que Nicholas pudiera hacer ningún movimiento y todo había terminado bien.
Pero ¿y si no lo hubiera tenido? (_TN) podría haber sido herida, golpeada. Eso era suficiente para que el estómago se le revolviera. Las mujeres eran unas estafadoras por naturaleza, pero no se merecían el dolor físico.
Jamás se había preocupado por un señuelo femenino antes, pero lo estaba ahora. (_TN) era una pequeña cosita delicada… bueno, era de estatura media y probablemente golpeaba como un defensa de fútbol americano. Era independiente, fuerte e intrépida. Aún así. Los hombres eran más fuertes. El hecho de que (_TN) u otro señuelo femenino, por norma general, hicieran las asignaciones solas, colocándose en la línea de fuego sin ninguna auténtica vía de escape, le congelaba la sangre y, en ese mismo momento, se juró que se aseguraría de que eso nunca pasara de nuevo.
De todas ellas, (_TN) necesitaría la mayor protección. No necesitaba ninguna razón para hacer esa evaluación, sólo había que verla para saber que era verdad. Ella tenía un atractivo que suscitaba toda clase de atenciones inmorales. Sentado en la barra, había vigilado cómo el cachondo hombre se la comía con los ojos y contemplaba la posibilidad de jugar con ella. Había parecido distante, intocable, y aún así completamente dispuesta a intentar cualquier acto sexual sugerido, cuanto más depravado, mejor.
Él mismo había querido hacerle cosas malas. Cosas salvajes. Cosas ilegales en treinta y dos estados. Era culpa de su déjame-chuparte la boca. Y si él, un ciudadano respetable (cuándo quería), había anhelado hacerle tales cosas, ¿qué habían querido los otros hombres?
Nada bueno, seguro.
Sí, iba a ser su nuevo compañero. Tanto si a ella le gustaba como si no. Tanto si a él le gustaba como si no. Sin importar que quisiera permanecer lejos de ella.
Él recogió el teléfono y marcó el número de su mejor amigo. Éste sonó, sonó y sonó hasta…
—Será mejor que sea algo importante —dijo Kevin con la voz rasposa por el sueño interrumpido
Nicholas no se molestó en identificarse.
—¿Puedes tú y los demás venir a la nueva oficina mañana? Te necesito antes de lo planeado.
—¿Qué diablos pasa? —Kevin bostezó—. Por una vez, me encantaría poder relajarme un sábado. Sabes que siempre he odiado trabajar los fines de semana.
—Primero, sabes que los sábados es el mejor momento para poner a prueba a un objetivo, y segundo, ese es el día en que la mayoría de los clientes están disponibles para encontrarse con nosotros. Además, puedes relajarte en la oficina.
—Eso es difícil de hacer, ya que el gilipollas de mi jefe me exige entrar temprano.
Nicholas resopló.
—Que gracioso. Quiero asignar a los señuelos femeninos compañeros masculinos.
—Compañeros. Me gusta cómo suena eso.
—Estrictamente de trabajo, amigo mío.
Kevin masculló algo por lo bajo que sonó a ya-no-eres-nada-divertido. Como si Kevin fuera a desarrollar algo más con alguna de las mujeres. El hombre llevaba siendo célibe durante dos años.
—¿Sigue en pie la partida de póker de mañana por la noche?
Nicholas lamentó cambiar de planes; por lo general planeaba su vida alrededor de sus partidas de póker nocturnas.
—No, tendremos que dejarlo para otra noche. Me han surgido cosas para mañana. No llegues tarde a trabajar —dijo y colgó. Lanzó el inalámbrico a la caja más cercana. De ninguna manera iba a hablarle de (_TN). Ni él entendía su necesidad de protegerla y cuidarla. O de discutir con ella. Sobre todo porque solo la conocía desde hacía veinticuatro horas.
Todo lo que sabía es que iba a tener que ser agradable con ella de ahora en adelante. Era el único modo que le hacía sentir que podía tener algo de control a su alrededor. De otra forma, terminaría mojando su pluma en la empresa porque a (_TN) le gustaba su lucha tanto como a él, la pequeña mentirosa. Era todo jadeos cuando la insultaba.
Gracias a Dios que él no era el único loco aquí.
Suponía que esto quería decir que si ella le trastornaba, menospreciaba u ofendía, él sonreiría y se lo agradecería. Si ella le daba un bofetón, él sonreiría y se lo agradecería. Si ella le encadenaba a una cama y le robaba toda su ropa y dinero, él sonreiría y se lo agradecería. Tal vez le pediría que subiera a la cama con él, también, a ver lo que pasaba.
Idiota.
Frunciendo el ceño, se levantó y caminó rápidamente hacía la cocina para coger una cerveza. No, dos cervezas. Con sinceridad, que el ser agradable comenzara a parecerle en el fondo divertido, sabía que no era buena señal. Nada buena en absoluto.
«Eres tan hermosa, nena. Tenía ganas de presumir de ti ante todos mis amigos esta noche, pero trabajo hasta tarde». Le había dicho Wyatt unas horas antes, cuando la había llamado.
A Demi no le había alterado que Wyatt rompiera su cita. ¡Maldita sea! Debería haberlo hecho. Quería estar alterada. Y ese deseo la estaba volviendo loca, deprimiéndola y preocupándola, haciéndola pensar que estaba mal en ella. Llevaban saliendo un año. La trataba maravillosamente. No había día que no elogiara su aspecto. «Déjame mirarte. Dios, si hay otra mujer más perfecta, yo no la he visto». A pesar de la forma en que se había quejado a (_TN), realmente le gustaban aquellos elogios. Pero…
Solo quiero ser amada por quien soy, pensó, triste. Solo quiero ser amada por la mujer que soy por dentro. Una vez había pensado que Wyatt era capaz de eso, pero últimamente no estaba tan segura…
¿Qué haría Wyatt si la viera sin maquillaje? ¿Todavía querría presumir de ella ante sus amigos? ¿Qué haría si llevara pantalones de deporte a la cena? ¿Todavía aseguraría que no había nadie más bonita? Las posibilidades podían no haberla preocupado mucho cuando comenzaron a salir, pero ahora, solo de pensar en su reacción la enfermaba, revolviéndola el estómago.
Fácilmente podía imaginárselo escapándose de ella del mismo modo que Brent corrió hacía tantos años. Brent. Simplemente su nombre le hacía temblar. No tenía que preguntarse qué pasaría si él la viera como algo menos que perfecta. Saldría corriendo otra vez, tan rápido como sus pies pudieran llevarle. Y eso es bueno, se dijo firmemente.
Recordó como, hace varios años, cenó con (_TN) y su familia. Durante el transcurso de la comida, Demi había logrado volcar los espaguetis por todas partes, cubriéndose a sí misma de espesa salsa roja y fideos. Brent le había echado una mirada, se había levantado de un salto y había salido corriendo del comedor. Incluso aunque la imperfección había sido temporal, él no había sido capaz de alejarse de ella lo bastante rápido.
Tal vez (_TN) había tenido razón todo este tiempo. Tal vez los hombres realmente eran unos cerdos e incapaces de darle a una mujer a ella todo lo que necesitaban. Y aún así, eso no detenía a Demi de desear que ese evasivo y soñado romance se hiciera realidad.
—Solo quiero ser amada —gritó, lanzándose sobre la cama. Lloró hasta que no hubo nada más en su interior.
—Genial. Una rompedora —suspiró—. Qué lástima.
La sangre le hirvió.
—Esta conversación es aburrida y tú también. Lo próximo será que me preguntes por el pronóstico del tiempo. ¡Adiós!
—Espera —dijo rápidamente—. No cuelgues. Tengo algo que decirte.
Hizo una pausa, estúpidamente contenta de que él quisiera mantenerla en la línea.
—¿Qué?
—Doble o nada, ¿recuerdas? No bailaste conmigo. No olvides traer mis doscientos dólares a la oficina mañana —dijo—. Como tú, no acepto cheques. —Click.
Con la boca abierta, miró fijamente el teléfono. Entonces, frunciendo el ceño, presionó la rellamada. Nicholas contestó enseguida.
—Gané la primera apuesta y tú me debes cien dólares —dijo—. Tú ganaste la segunda, así que sólo tienes que guardarte tu maldito dinero. No te debo nada. Si necesitas que use algo más contundente para explicártelo en un lenguaje más simple, avísame. —Click.
Un segundo más tarde, el teléfono sonó.
—¿Qué?
Su adictiva risa le acarició el oído.
—No jugamos con el método americano, nena. Jugamos con el británico. Es la buena. Me debes doscientos dólares. —Click.
Otra vez, se encontró mirando fijamente el teléfono. Poco ético, eso es lo que era. De ninguna forma las reglas de juego británicas eran diferentes a las americanas, se lo había inventado.
El teléfono sonó de nuevo un segundo más tarde y (_TN) sonrió abiertamente. Le tentó el dejarlo sonar toda la noche, pero estaba impaciente por una cuarta ronda. Presionó el botón de hablar y dijo:
—No vuelvas a colgarme otra vez o voy a… —apuñalarte en el corazón— hornearte unas galletas con virutas de chocolate y luego llevártelas en una bonita y decorada cesta. —Eso es. Eso era dulce. Bueno, dulce siempre y cuando no fuera su madre quien hiciera los pasteles… Pero no valía la pena pensar ahora en eso—. Admítelo. No te debo un centavo.
—¿De qué hablas? No te colgué antes y no me debes dinero. ¿Y por qué me amenazas con galletas de viruta de chocolate? ¿Es que las has hecho alguna vez? —dijo su hermana Brittany. Sin esperar respuesta, añadió—: Escucha, Mamá me llamó. Tiene una de sus crisis.
—¿Qué? ¿Por qué? —De repente seria, (_TN) se enderezó de un salto. Los oscuros rizos cayeron en cascada por la espalda.
—Está decidida a intentar tener una cita.
—No, no, no —gimió (_TN)—. ¿Por qué se expone a pasar por eso de nuevo? ¿Por qué nos expone a pasar por eso de nuevo?
—Porque tiene necesidades —dijo Brittany, el tono destilando repugnancia.
—Qué asco. Nunca, nunca, nunca vuelvas a decirme eso.
—¡Eh! solo repito lo que ella me dijo.
—Bien, no lo hagas.
Brittany soltó un largo y profundo suspiró de frustración.
—¿Qué vamos a hacer? Nosotros… —pausa—. ¿Appel, Cherry, qué hacéis levantadas? Ya ha pasado vuestra hora de acostarse.
(_TN) oyó unas risitas e imaginó a sus sobrinas gemelas de diez años corretear por el dormitorio de Brittany. Ellas podrían parecer ángeles con sus dulces y redondeadas caras pero eran unas diablillas en sus almas.
La posibilidad de (_TN) de establecerse y tener niños era muy remota, por lo que prodigaba toda la atención a sus sobrinas.
—Iros. A. La. Cama. O le contaré a Papá que os portasteis mal —pausa—. Gracias —pausa—. Se niega a tomarse los antidepresivos —dijo Brittany, retomando la conversación como si nunca se hubiera interrumpido—. Por lo que terminará llorando sobre el hombro de todos los hombres que se acerquen a ella, esos hombres la abandonarán y luego se sentirá incluso más deprimida porque nadie la quiere. Presiento un intento de suicidio… ¡y no será el de Mamá!
El teléfono emitió una ruidosa señal y (_TN) se sentó más recta mientras una oleada de entusiasmo la atravesaba.
—Cuelgo. Tengo otra llamada. —Tenía que ser Nicholas , y le costaba esperar para oír su voz… uh, le costaba esperar para regañarle, el muy cerdo. Entre las protestas de Brittany, (_TN) colgó—. ¿Qué? Será mejor que esto sea una disculpa.
—¿Te ha llamado Mamá? —preguntó Brent, gemelo de Brittany—. ¿Y por qué tengo que pedirte perdón? No he hecho nada malo, joder.
Ella suspiró con decepción.
—No, Mamá no me ha llamado, y no te preocupes por la disculpa. Tengo en la otra línea a Brit, quien me ha explicado la situación.
—Mamá nunca te llama con sus problemas —se quejó él—. No es justo. Creo que a ti te quiere más.
—Ella solo quiere que alguien piense que es normal, y ese alguien que escogió soy yo. ¿Recuerdas lo que dijo el terapeuta?
—Quiere que alguien piense que es normal —se burló él—. Yo sólo quiero que sus crisis y revelaciones ocurran durante el día.
—De nuevo, ¿recuerdas lo que dijo el terapeuta? De noche está sola, sin nada que la distraiga —(_TN) hizo una pausa—. Tal vez deberíamos comprarle un perro.
—Es alérgica, muñeca. Así que, ¿has hablado con Demi últimamente?
(_TN) se deslizó en la suavidad del colchón. Dios la salvara de su familia.
—Sale con alguien. Ya lo sabes, así que deja de atosigarme con ella. Deberías de haberle pedido una cita cuando éramos adolescentes.
—¿Cómo de en serio va con ese novio? Le pregunté si quería ver una película, pero ella dijo que tenía planes con él. ¿Qué clase de planes?
—Prácticamente está prometida, por lo que déjala en paz. Ahora, adiós, Brent —dijo y pulsó la tecla de colgar.
—A la cama —decía Brittany sobre las ruidosas risitas—. Va en serio, niñas. Esta es la última advertencia. ¡Steven! Steven, las niñas no se acuestan.
La risita se detuvieron y los susurros tomaron su lugar, entonces la voz profunda de Steven le llegó desde la línea.
—Bien, mis pequeñas tartas de fruta, vamos a darle a mamá algo de privacidad —ruidos estáticos de besos—. Te quiero, conejita.
—Yo también te quiero, azucarito —dijo Brittany.
(_TN) sintió arcadas. Agradecida, la otra línea emitió una señal de nuevo, salvándola de escuchar el resto. Ella descolgó.
—Que quieres ahora, Brent. —Silencio—. Brent. Por favor. Nada de respiraciones pesada o tendré que hacerte daño.
—Uh, ¿(_TN)?
Todo dentro de (_TN) se congeló. El odio la inundó, así como la añoranza, la necesidad y todas las lágrimas que no había derramado por él durante todos estos años.
—Te dije que no me llamaras aquí, Papá.
—Brent me dijo que estabas levantada. Sólo quería…
Con mano temblorosa, ella colgó.
—...hombre más guapo que he visto —gorgojeaba Brittany.
—Y tú eres… —Comenzó.
—Estoy aquí, estoy aquí —dijo (_TN) a toda prisa. Se obligó a sacarse de la mente la llamada de su padre. Igual que hacía siempre. Él no la afectaría de ninguna forma—. Brent me llamó —dijo—. Mamá también le llamó a él.
—¿Por qué siempre nos llama en medio de la noche?
En vez de darle la misma respuesta que le había dado a Brent, (_TN) dijo:
—Aquí va una pregunta mejor… ¿por qué siempre me llamáis en medio de la noche después de que ella os llame?
—Bueno, mira. Si yo tengo que sufrir, tú también. ¿Qué vamos a hacer con mamá?
—Le compraremos un gato.
—Es alérgica, idiota.
Suspirando (_TN) observó, a través de la rendija que había entre las cortinas beige y que cubrían la única ventana del dormitorio, cómo la luz de la luna penetraba entre los árboles que se mecían suavemente.
—No te preocupes. Pensaré en algo —Brent y Brittany eran los que escuchaban los problemas de su madre y (_TN) la que conseguía solucionarlos. Al menos esto le arrancaría de la mente a Nicholas .
O eso esperaba.
De regreso a su apartamento, Nicholas se sentó en el sillón, mirando fijamente la magnífica mesa de póker. El fieltro era del color del dinero y la base, intrincadamente tallada, brillaba intensamente. Éste era su altar. Su sitio de oración.
Echó un vistazo a las maletas y cajas dispersadas a través del suelo de la sala de estar, cada una repleta con sus cosas. Ropa, platos y, básicamente, todo lo que necesitaba para sobrevivir. Todavía no había desempaquetado, aunque había tenido varias semanas para hacerlo. Y no creía que lo hiciera en varias semanas más. Había estado demasiado ocupado intentando comprar AATP y ahora estaba demasiado ocupado en que todo fuera un éxito. Por no mencionar, que estuvo demasiado ocupado con la molesta (_TN).
Debería llamarla otra vez.
Frunció el ceño. No, no debería. Había actuado con muy poca profesionalidad toda la noche, lo que era raro en él, y ya era hora de ponerle fin. Era culpa de (_TN). Tenía que mantenerse alejado de ella. Lejos, muy lejos. Aquella mujer le irritaba y le excitaba a niveles que nunca había experimentado antes. Siempre que estaba cerca, escuchaba su voz o pensaba en ella, se ponía duro.
La necesitaba fuera de la empresa. Pero…
Le había hecho reír. Ella sacaba lo mejor de él. Quería que sacara lo mejor de él otra vez.
Mierda. Frustrado, se pasó la mano por el pelo. Sí, necesitaba que se fuera, pero si ella se marchaba a otra agencia no sería capaz de controlar sus asignaciones. Molesta como era, la mujer necesitaba un protector. Algún día cabrearía a algún idiota y éste estallaría, haciéndole daño. Al menos Nicholas podría vigilarla si trabajaba para él.
Cuando Darren había agarrado el brazo de (_TN) para retenerla en el lugar, Nicholas casi le había roto la nariz al hombre. Por supuesto, no habría sido lo suficientemente doloroso, por lo que tendría que haberle arrancado los brazos y piernas y golpearle la cabeza con ellos. Pero (_TN) había plantado su spray de pimienta en la cara del tipo antes de que Nicholas pudiera hacer ningún movimiento y todo había terminado bien.
Pero ¿y si no lo hubiera tenido? (_TN) podría haber sido herida, golpeada. Eso era suficiente para que el estómago se le revolviera. Las mujeres eran unas estafadoras por naturaleza, pero no se merecían el dolor físico.
Jamás se había preocupado por un señuelo femenino antes, pero lo estaba ahora. (_TN) era una pequeña cosita delicada… bueno, era de estatura media y probablemente golpeaba como un defensa de fútbol americano. Era independiente, fuerte e intrépida. Aún así. Los hombres eran más fuertes. El hecho de que (_TN) u otro señuelo femenino, por norma general, hicieran las asignaciones solas, colocándose en la línea de fuego sin ninguna auténtica vía de escape, le congelaba la sangre y, en ese mismo momento, se juró que se aseguraría de que eso nunca pasara de nuevo.
De todas ellas, (_TN) necesitaría la mayor protección. No necesitaba ninguna razón para hacer esa evaluación, sólo había que verla para saber que era verdad. Ella tenía un atractivo que suscitaba toda clase de atenciones inmorales. Sentado en la barra, había vigilado cómo el cachondo hombre se la comía con los ojos y contemplaba la posibilidad de jugar con ella. Había parecido distante, intocable, y aún así completamente dispuesta a intentar cualquier acto sexual sugerido, cuanto más depravado, mejor.
Él mismo había querido hacerle cosas malas. Cosas salvajes. Cosas ilegales en treinta y dos estados. Era culpa de su déjame-chuparte la boca. Y si él, un ciudadano respetable (cuándo quería), había anhelado hacerle tales cosas, ¿qué habían querido los otros hombres?
Nada bueno, seguro.
Sí, iba a ser su nuevo compañero. Tanto si a ella le gustaba como si no. Tanto si a él le gustaba como si no. Sin importar que quisiera permanecer lejos de ella.
Él recogió el teléfono y marcó el número de su mejor amigo. Éste sonó, sonó y sonó hasta…
—Será mejor que sea algo importante —dijo Kevin con la voz rasposa por el sueño interrumpido
Nicholas no se molestó en identificarse.
—¿Puedes tú y los demás venir a la nueva oficina mañana? Te necesito antes de lo planeado.
—¿Qué diablos pasa? —Kevin bostezó—. Por una vez, me encantaría poder relajarme un sábado. Sabes que siempre he odiado trabajar los fines de semana.
—Primero, sabes que los sábados es el mejor momento para poner a prueba a un objetivo, y segundo, ese es el día en que la mayoría de los clientes están disponibles para encontrarse con nosotros. Además, puedes relajarte en la oficina.
—Eso es difícil de hacer, ya que el gilipollas de mi jefe me exige entrar temprano.
Nicholas resopló.
—Que gracioso. Quiero asignar a los señuelos femeninos compañeros masculinos.
—Compañeros. Me gusta cómo suena eso.
—Estrictamente de trabajo, amigo mío.
Kevin masculló algo por lo bajo que sonó a ya-no-eres-nada-divertido. Como si Kevin fuera a desarrollar algo más con alguna de las mujeres. El hombre llevaba siendo célibe durante dos años.
—¿Sigue en pie la partida de póker de mañana por la noche?
Nicholas lamentó cambiar de planes; por lo general planeaba su vida alrededor de sus partidas de póker nocturnas.
—No, tendremos que dejarlo para otra noche. Me han surgido cosas para mañana. No llegues tarde a trabajar —dijo y colgó. Lanzó el inalámbrico a la caja más cercana. De ninguna manera iba a hablarle de (_TN). Ni él entendía su necesidad de protegerla y cuidarla. O de discutir con ella. Sobre todo porque solo la conocía desde hacía veinticuatro horas.
Todo lo que sabía es que iba a tener que ser agradable con ella de ahora en adelante. Era el único modo que le hacía sentir que podía tener algo de control a su alrededor. De otra forma, terminaría mojando su pluma en la empresa porque a (_TN) le gustaba su lucha tanto como a él, la pequeña mentirosa. Era todo jadeos cuando la insultaba.
Gracias a Dios que él no era el único loco aquí.
Suponía que esto quería decir que si ella le trastornaba, menospreciaba u ofendía, él sonreiría y se lo agradecería. Si ella le daba un bofetón, él sonreiría y se lo agradecería. Si ella le encadenaba a una cama y le robaba toda su ropa y dinero, él sonreiría y se lo agradecería. Tal vez le pediría que subiera a la cama con él, también, a ver lo que pasaba.
Idiota.
Frunciendo el ceño, se levantó y caminó rápidamente hacía la cocina para coger una cerveza. No, dos cervezas. Con sinceridad, que el ser agradable comenzara a parecerle en el fondo divertido, sabía que no era buena señal. Nada buena en absoluto.
«Eres tan hermosa, nena. Tenía ganas de presumir de ti ante todos mis amigos esta noche, pero trabajo hasta tarde». Le había dicho Wyatt unas horas antes, cuando la había llamado.
A Demi no le había alterado que Wyatt rompiera su cita. ¡Maldita sea! Debería haberlo hecho. Quería estar alterada. Y ese deseo la estaba volviendo loca, deprimiéndola y preocupándola, haciéndola pensar que estaba mal en ella. Llevaban saliendo un año. La trataba maravillosamente. No había día que no elogiara su aspecto. «Déjame mirarte. Dios, si hay otra mujer más perfecta, yo no la he visto». A pesar de la forma en que se había quejado a (_TN), realmente le gustaban aquellos elogios. Pero…
Solo quiero ser amada por quien soy, pensó, triste. Solo quiero ser amada por la mujer que soy por dentro. Una vez había pensado que Wyatt era capaz de eso, pero últimamente no estaba tan segura…
¿Qué haría Wyatt si la viera sin maquillaje? ¿Todavía querría presumir de ella ante sus amigos? ¿Qué haría si llevara pantalones de deporte a la cena? ¿Todavía aseguraría que no había nadie más bonita? Las posibilidades podían no haberla preocupado mucho cuando comenzaron a salir, pero ahora, solo de pensar en su reacción la enfermaba, revolviéndola el estómago.
Fácilmente podía imaginárselo escapándose de ella del mismo modo que Brent corrió hacía tantos años. Brent. Simplemente su nombre le hacía temblar. No tenía que preguntarse qué pasaría si él la viera como algo menos que perfecta. Saldría corriendo otra vez, tan rápido como sus pies pudieran llevarle. Y eso es bueno, se dijo firmemente.
Recordó como, hace varios años, cenó con (_TN) y su familia. Durante el transcurso de la comida, Demi había logrado volcar los espaguetis por todas partes, cubriéndose a sí misma de espesa salsa roja y fideos. Brent le había echado una mirada, se había levantado de un salto y había salido corriendo del comedor. Incluso aunque la imperfección había sido temporal, él no había sido capaz de alejarse de ella lo bastante rápido.
Tal vez (_TN) había tenido razón todo este tiempo. Tal vez los hombres realmente eran unos cerdos e incapaces de darle a una mujer a ella todo lo que necesitaban. Y aún así, eso no detenía a Demi de desear que ese evasivo y soñado romance se hiciera realidad.
—Solo quiero ser amada —gritó, lanzándose sobre la cama. Lloró hasta que no hubo nada más en su interior.
ElitzJb
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
JAJAJAJAJAJAJAJAJ!!!!
ME ENCAAAAANTAAAA LA QUIMICA-FUEGO ENTRE ELLOOSSSS!!!!!
AAIIIII POBRE DE LAS NIIÑAAASS CON NOMBRE DE FRUTAAAASSSS!!!
JAJAJAJAJA HASTA SE ME ANTOOJOOO UNAAAAA!!!!!!!....
YYY AAII DEMIIIII!!!!
YA ENCONTRARAS A TU PRINCIIPEEE
ME ENCAAAAANTAAAA LA QUIMICA-FUEGO ENTRE ELLOOSSSS!!!!!
AAIIIII POBRE DE LAS NIIÑAAASS CON NOMBRE DE FRUTAAAASSSS!!!
JAJAJAJAJA HASTA SE ME ANTOOJOOO UNAAAAA!!!!!!!....
YYY AAII DEMIIIII!!!!
YA ENCONTRARAS A TU PRINCIIPEEE
chelis
Re: Atrapa a tu Pareja Nicholas Jonas y tu (TerMINaDA)
lo pensamientos de nick son tan pero tan ...
no se .. pero me encanta :L jajaja
pero rayis .. yo me moriria si mis hermanos me llamaran a esa hora de la mañana ...
aunque si es por algo de mi mamá .. a lo mejor no tanto :P jajaja
y demi .. pobrecita ...
en verdad wyatt es un idiota !
ameee el cap !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
no se .. pero me encanta :L jajaja
pero rayis .. yo me moriria si mis hermanos me llamaran a esa hora de la mañana ...
aunque si es por algo de mi mamá .. a lo mejor no tanto :P jajaja
y demi .. pobrecita ...
en verdad wyatt es un idiota !
ameee el cap !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
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