Scars (One Direction) TERMINADA

I want you to fall apart like I did
You to hurt for all of this - Every Avenue

Finalmente la escuela había acabado y todos los días desde que Harry había cumplido 18 (y su madre le había regalado un auto) él me llevaba a casa y comíamos algo juntos, a veces incluso hacíamos algunas tareas, otras solo conversábamos o veíamos algo de televisión.

Hoy día, estaba muy asustada y nerviosa para hacer cualquiera de ellas, así que me demoré en la sala primero, guardé mis cuadernos con sumo cuidado y me dirigí a mi casillero para guardar lo que no necesitaba. Caminé de forma lenta por los pasillos, tomándome todo el tiempo que podía de forma que Harry se aburriera y se fuera sin mí.

Estaba ajustando la mochila sobre mi hombro cuando escuché una voz decir mi nombre, pensé que podía ser Harry por lo que me detuve y me volteé para enfrentar a quien sea que me estaba hablando.

-¡Hey Amelia! – Me dijo un chico alto y descuidado caminando hacia mí - ¿Vas a casa ya? – me preguntó una vez que me hubo alcanzado. Era Charlie, un viejo amigo de Harry, ellos se conocían desde pequeños y muchas veces salía con nosotros. Sin embargo, hacía un tiempo ya que no había hablado con él y que tampoco se juntaba con nosotros.

La verdad era que nunca habíamos sido tan cercanos, tan solo teníamos un amigo en común y es por eso que me sorprendió que me preguntara tan naturalmente sobre irme a casa.

-Sí, en cuanto deje mis libros – le respondí retomando mi camino con él a mi lado y tratando de alejarme un poco de él porque mi corazón latía rápido, tal como lo hacía cada vez que un chico se me acercaba demasiado.
Cualquier chico excepto Harry, irónicamente ahora lo único que quería era estar con él para sentirme segura, era el único que me hacía sentir así y probablemente tenía que ver con el hecho de que éramos casi hermanos y era alguien de quien nunca podría desconfiar.

El silencio estaba poniéndome aún más nerviosa por lo que intenté hablar con él y sonar despreocupada:

-¿Por qué querías saber? ¿Algún interés especial? – él me miró con curiosidad y pareció meditar lo que había dicho, pero me respondió parcamente:
-Solo necesito hablar con Harry ¿Aún te va a dejar cierto? –agregó con interés.
-Sí pero, um, justo hoy día – comencé a decir, pero fui interrumpida por mi teléfono sonando.
-¡Oh! Disculpa – musité mientras lo sacaba de mi bolsillo, agradeciendo a quien me llamaba, quien sorpresa, sorpresa, era Harry.
-¿Dónde estás? – me preguntó, su voz sonando ansiosa. Lo que me pareció extraño porque pensé que estaría más bien irritado de tener que esperarme. Debió haber estado más preocupado por mí de lo que pensé en un principio.
-Ya voy, me entretuve hablando con Charlie – le respondí, sonriéndole nerviosamente al aludido – Él te estaba buscando, así que vamos para allá.
-¿Charlie? ¿Y qué quiere? – preguntó Harry enojado.
Otra vez me sorprendí frente a su reacción, ¿Por qué estaba enojado? Harry adoraba a Charlie… Quizás tenía que ver con el hecho de que él era quien me había retrasado, lo que estrictamente no era verdad. Por un momento olvidé todos mis problemas, estaba mucho más intrigada por esta reacción no tan Styles.
-¿Cómo puedo saber? – Le dije – En fin Harold, vamos para allá – y le corté. Él odiaba que le dijeran Harold y sabía que iba a molestarme por ello, pero no me importaba, estaba más preocupada por los veinte minutos de viaje hasta mi casa, que de cualquier otra cosa.

Charlie y yo caminamos en silencio hasta que divisamos a Harry de pie apoyado contra la puerta de su auto. Mi corazón había latido velozmente todo el camino hasta allí, mi espalda estaba toda sudada y tenía unas terribles ganas de vomitar. El estacionamiento estaba casi vacío, todo el mundo ya se había ido a casa.

Una vez junto a Harry, me hice a un lado y metí mis cosas en el asiento del copiloto, dándoles espacio a Charlie y a Harry para que hablaran sin tener que preocuparse por mí.

Pero ellos solo se miraron y una vez que yo estuve sentada, Harry abrió la puerta para subirse también, Charlie lo detuvo y Harry se dio vuelta con brusquedad.

-¡¿QUÉ?! ¿Qué es tan importante? – gruño Harry.
-Mira amigo, lo siento, p-por lo que pasó, no fue mi intención…
-¿No fue tu intención? Sabías exactamente lo que le estabas… - Harry inspiró y pareció calmarse un poco – Mira, Charlie no quiero hablar de ello, no hay nada más qué decir- Tú tomaste tus decisiones – Quiso agregar algo más, pero en vez de eso se subió al auto y puso en marcha el motor. Salimos del estacionamiento en menos de un segundo, dejando a Charlie en el mismo lugar luciendo derrotado, pero aún en la distancia pude notar que tenía los puños fuertemente apretados.

Harry por otro lado, estaba furioso, sus mejillas estaban rojas y sus nudillos estaban blancos de lo fuerte que apretaba el volante.

-¿Qué fue eso? – le pregunté, mis náuseas completamente olvidadas.
-Nada – me respondió él.
-¡Oh vamos Harry! Eso – apunté hacia atrás con mi dedo – No fue nada ¿Qué está pasando? Pensé que tú y Charlie eran amigos.
-Éramos, esa es la palabra – dijo él furioso.
-Pero ¿Qué pasó? – todos mis nervios habían desaparecido, bueno, para ser justos estaban relegados en la parte posterior de mi mente. EN este momento estaba más preocupada por él que por mí – No puede ser que un día dejaron de ser…
-No quiero hablar de ello Amelia ¿De acuerdo? – me gritó, pareció sorprenderse por su arrebato, pero mantuvo en silencio por el resto del camino. Sabía que si me daba el pase, yo nunca dejaría de preguntar. Una vez que me dejó en casa me murmuró que tenía que hacer algo y se marchó apenas cerré la puerta.

Con mi pecho apretado y con lágrimas queriendo escapar de mis ojos miré en dirección al parque y temblé, como siempre me ocurría cuando miraba hacía este. No podía entender como un lugar que siempre me pareció hermoso ahora estaba asociado a tan malos recuerdos. Subí corriendo los escalones de mi casa y cerré la puerta con llave, me apoyé en ella tratando de controlar mi respiración y las lágrimas que corrían por mis mejillas.

Mi celular vibró y lo saqué, era Harry, supuse que se había percatado que cuando me gritó yo no le había gritado de vuelta. Eso era lo que solía ocurrir, cuando uno de los dos estaba enojado por algo o con el otro, solo nos gritábamos hasta que sacábamos toda la mierda de nosotros mismos; inmediatamente después nos reíamos por ser tan imbéciles. No supe si se había percatado que esta vez me había quedado en silencio, porque su mensaje solo decía dos palabras: Lo siento.

Pensé en él y en cómo le iba a ocultar todo esto que estaba sintiendo, me sentí culpable por esconder todas estas cosas, pero luego recordé que él tenía sus propios secretos. Una sensación de esclarecimiento me golpeó y sentí que lo estaba perdiendo, lo que era realmente estúpido porque yo también estaba escondiendo cosas de él.
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No más capítulos hasta el viernes probablemente así que disfruten este! :) ¡Un besito y díganme que les pareció!
Maca

Stop these games
You got me feeling like I'm so insane
You know I'd tell you but I feel restrained
Is it safe enough to say?...
qu'est-ce que c'est?
-Frank and Derol

Sentí unos pasos, pero no miré hacia atrás, tan solo agarre con fuerza mi bolso y apure el paso, pero quien fuera que estaba detrás también lo hizo, por lo que miré asustada, sentía mi corazón acelerado y mi pulso latía en mis oídos. Alguien con la capucha puesta de un polerón gris con un diseño de garras rasgándolo estaba caminando muy cerca de mí, me giré y me preparé para correr, pero él me agarró por la espalda y me tiró al suelo. Puso una mano enguatada sobre mí boca y yo grité contra ella, con una velocidad que no creí posible me bajó los pantalones y aferró mis muñecas con fuerza, no podía moverme, me estaba aplastando y no podía respirar, gritaba y gritaba, pero sabía que nadie podía oírme, las lágrimas corrían por mis mejillas, aún intentaba gritar, pero ya no salía ningún sonido de mi boca, lo único que podía oír eran sus gemidos y el ruido de las hojas cada vez que se movía. Todo pasó muy rápido, pero a la vez pasó tan lento, que fue una tortura, pestañeé y se había ido, lo único que quedaba ahí para recordarme que no había sido mi imaginación eran mis pantalones en mis muslos y las marcas de sus dedos alrededor de mis muñecas…

Desperté llorando y gritando, desesperada, me costó comprender que había sido una pesadilla, todo había sido tan real, lo había vuelto a revivir, tal y como si hubiera vuelto a suceder…

Tapé mi boca con mi puño para ahogar el llanto y evitar que mi mamá se acercara a averiguar que me pasaba, cuando miré la hora y vi que eran las nueve y diez de la mañana, supe que ella ya no estaba en la casa. Dejé a mi mente vagar y recordé el por qué había ido por el parque en primer lugar:

“Estaba oscuro y quería llegar a casa lo más pronto posible, me había tomado más tiempo de lo esperado en la biblioteca y ahora tenía que atravesar el parque en la oscuridad. Por lo general lo evitaba cuando era de noche porque el sendero que me llevaba directo a mi casa tenía poco iluminación y era peligroso, pero como quería llegar rápido utilice el atajo. Al principio pensé que podía ser un ladrón y estaba dispuesta a entregarle todo, pero cuando se puso tan cerca de mí y no me dijo nada supe que algo andaba mal…”.

Estaba temblando y me sentía pésimo, por lo que corrí al baño y vomité, me limpié con la mano y me miré al espejo y una sudorosa e irreconocible yo me devolvió la mirada. Caminé de forma autómata hacia la cocina y llené un vaso con agua, lo sostuve en mi mano con dificultad, porque estaba temblando violentamente, pero no pude contenerlo más. Arrojé el vaso a la pared y grité, grité lo que no había podido gritar desde esa noche, grité hasta que la voz no me salió más y hasta que caí de rodillas llorando.
Esto estaba resultando demasiado para manejarlo, me acosaba día y noche, y lo peor era no saber quien había sido, sentía como que me observaban, cómo que alguien… Él sabía quién era yo y me vigilaba…

Una vez que me calmé recogí los trozos de vidrio y me bañé, limpié la casa y me dispuse a hacer mis deberes, tenía casi todo terminado, solo me faltaba hacer un ensayo y estaría libre… Situación que no me alegraba en absoluto porque enfocarme en las tareas era la mejor distracción que tenía.

Apenas llevaba un párrafo cuando sonó el timbre, iba a hacer como que no estaba cuando sonó de nuevo, por lo que me encaminé hacia la puerta, no esperaba a nadie así que sin quererlo mi corazón comenzó a correr y empecé a sudar. Abrí con temor y me encontré mirando a Zayn a los ojos. ¿Qué hacía aquí?

-¿Amelia? – Dijo él con su usual acento y añadió al notar que yo no decía nada -¿Recuerdas que íbamos a trabajar juntos en nuestros ensayos?
¡Oh por supuesto! Eso había sido semanas atrás, antes de todo el asunto de… del incidente. Me estremecí de forma involuntaria al recordarlo y él lo notó, pero lo cubrí diciendo:
-Por supuesto, pasa – me hice a un lado y lo dejé entrar, preguntándome cómo iba a sobrevivir a ello, sentía que se me iba a salir el corazón y me temblaban las manos al punto de ser incontrolables y no había estado ni un segundo dentro de la casa.

Le serví bebida y él se instaló a mi lado en la mesa, tratando de que no notara mi expresión me cambié y me senté frente a él, necesitaba poner algo de espacio entre nosotros, estaba tan tensa y nerviosa que no paraba de retorcer mis manos y mover mis piernas.

-¿Estás bien? – preguntó tratando de ocultar una sonrisa.
-Sí, solo… distraída – le dije jugando con mi lápiz y sin mirarlo. Así era más fácil mentirle.
-Pareces nerviosa – me comentó ante lo que pegué un respingo y casi golpeo su vaso con mi brazo, pero él lo corrió a tiempo.
-¿En serio? – dije tratando de sonar despreocupada, como mi antigua yo solía ser.
-Sí, ¿Ha ocurrido algo? – me preguntó, su sonrisa se había ido y sus ojos parecían verse más oscuro de lo normal.
-¡No, claro que no! – Casi grité – Es la escuela, eso es todo, tantas cosas que hacer… - tartamudeé.
-Tiene sentido – me respondió, pero sabía que no me creía, me miraba… Me miraba como si supiera.
-En fin, ¿De qué decidiste escribir tu ensayo? – me dijo sonando mucho más como el Zayn normal.
-No estoy segura – le respondí con sinceridad (finalmente) – Solo escribí algunos párrafos y saqué algunas definiciones, no sé hacia dónde va…
-¿Puedo leerlo? Quizás si lo comentamos, puedas despejar tus ideas – siguió sin parar de mirarme a los ojos.
-S-seguro – dije nerviosamente, se lo entregué y mientras lo miraba observaba leer recordé palabra por palabra:

“¿Qué es el miedo? ¿Es realmente solo una perturbación angustiosa del ánimo por un peligro real o imaginario? O es ¿Solo una reacción a un peligro real o amenazante? O quizás ¿Solo es la actuación de la hormona antidiurética en la amígdala cerebral? Independiente de cuál sea la respuesta, lo único real es que en sí, el miedo ES real. Pero, por qué se da esto…

Por qué el miedo te carcome desde adentro y arrasa con todo, el miedo puede herirte, cambiarte, incluso matarte. ¿Es realmente solo una reacción química en pos de la supervivencia?... Pero es tan desgarrador, por qué alguien querría sentir algo como eso, el no poder respirar, el no poder vivir, seguir adelante…

El miedo consume todo y te lleva consigo, te sume en la oscuridad, en la nada…”

Supe cuando había terminado de leer, porque me miró de inmediato, había estado a punto de llorar mientras escribía eso, por lo que por ningún motivo iba a seguir sentada enfrente de él, arriesgándome a ello, pero tampoco iba a responder sus preguntas.

-Es bastante… crudo – dijo lentamente - ¿Qué te dio la idea? – había algo en él que me ponía nerviosa.
-No sé - le respondí encogiéndome de hombros, me observó con tanta intensidad que me volteé y comencé a buscar algunas cosas para comer - El otro día estaban pasando una película – dije – no la vi, pero agarre algunas escenas… Eso pudo darme la idea, creo – mentí con facilidad gracias a que estaba dándole la espalda.
-Oh – me dijo él, de pronto atrás de mí.

Dejé caer el cuenco, que estaba sosteniendo, con brusquedad en el mostrador. No lo había sentido moverse, había sido sorpresivo, tal como…

-Lo siento - me dijo – Quería ayudarte – sonaba arrepentido, pero tenía miedo de voltearme, mi corazón latía tan fuerte que tenía miedo de que lo escuchara y la sangre había abandonado mi rostro por completo.
-Sí, no importa – musité agarrando unas papas fritas y tratando de controlar mi respiración - ¿De qué se trata el tuyo? – le pregunté para desviar la atención lejos de mí.
-No lo tengo totalmente decidido aún, pero estaba pensando en hacerlo de un libro o algo así – hizo una pausa y agregó – Pero, tu idea es más… Interesante – lo dijo tal como si pensara que yo ocultaba algo. Lo cual hacía, pero se suponía que él no debería saberlo.
-Eso suena bastante bien – le respondí sinceramente, poniendo cuencos en la mesa y evitando su mirada.
-Sí, en fin sinceramente creí que te costaría más – me miró de reojo con curiosidad y diversión mientras se sentaba otra vez – Ya sabes, desde que este no es tu fuerte.
-Me subestimas Malik – sonreí casi naturalmente, pero la verdad era que Zayn me ponía realmente nerviosa. Me miraba como si supiera que algo estaba mal, no como Harry que era preocupación pura, sino que él lo hacía como si supiera todo lo que pasaba por mi mente, como si lo supiera todo.
Suprimí un escalofrío, lo miré escribir inclinado en el papel, parecía ajeno a mí, concentrado escribiendo, pero todas sus actitudes y reacciones me hacían pensar que él podía saber algo. Pero era Zayn, era imposible que él supiera algo, no si yo no se lo había dicho a nadie, la única forma sería que… Zayn levantó la vista y me vio mirarlo, me dio una sonrisa maliciosa y siguió escribiendo.

La única forma de que supiera, era que hubiera sido él.

Pero eso no era posible… Este era Zayn, éramos amigos desde hace mucho tiempo… Él no era esa clase de chico… Él era bueno…
¿Que sabía yo? Nada, él perfectamente podría serlo… Un escalofrío me recorrió mientras contemplaba la posibilidad, pudo ser él, como pudo ser otro, como pudo ser un desconocido…

-¿Estás bien? – Me preguntó preocupado – Estás muy pálida.

Desvié mi mirada de la pared y lo miré a los ojos ¿Podría haber sido cualquiera verdad? Acechando en las sombreas hasta que alguien pasara…
Nuevamente me recorrió un escalofrío, pero esta vez también sentí náuseas, cubrí mi boca con la mano y me abalancé sobre el basurero de la cocina. Zayn se levantó de un salto y se acercó para sujetar mi pelo, pero antes de que lo hiciera grité, comencé a gritar y a llorara de manera desesperada, alejándome bruscamente de él.
No pude leer la expresión en sus ojos eran como… Ausentes, trataba de no inculparlo, pero no lo entendía y no pude hallar una manera de detener los sollozos que surgían desde el fondo de mi pecho y que nublaban mi mente. Traté de alejarme de Zayn, pero no pude me tropecé y caí de rodillas al suelo, a través de mis lágrimas lo vi dudar, pero finalmente se agachó frente a mí y me preguntó:

-¿Estás bien? – me miraba con aparente preocupación, pero no podía hallar la entereza para creer que era sincero y además ya no confiaba en mí para juzgar a las personas.
-Sí, es solo que… - me limpié la boca con la mano y continué – Han pasado algunas cosas y no sé como… Lo siento. Hoy no es un buen día para-para trabajar.
-Pudiste habérmelo dicho – musitó él – No me habría importado.
-No quería que hubieras perdido tu tiempo - susurré de vuelta, pero en el fondo quería que se fuera, quería que dejara de mirarme como si lo supiera, como si tuviera algo que ver en todo lo que había pasado.
-No me hubiera importado – repitió y me abrazó, ante lo que tuve que reprimir un grito. Mi corazón latió de forma desbocada y mi visión se hizo borrosa, la forma de su agarre era familiar, segura. Pero por otro lado Zayn no era tan de piel conmigo y en ese preciso momento me estaba sosteniendo como si quisiera llevarse el dolor y hacerme sentir mejor, algo que antes solo Harry y mi madre habían hecho, siendo ellos con quienes yo me había desahogado y me había dejado llevar.

La forma en que Zayn me estaba abrazando era una forma en la que nunca nos habíamos tocado antes y se sentía bien, pero a la vez mal; abrazar a alguien de esta forma estaba mal, que alguien más que no fuera Harry me tocara estaba mal… No sabía que pensar mi mente era un caos, por un lado este era Zayn, mi amigo, pero por otro aquellos que cometían v-v… ataques de ese tipo, siempre resultaban cercanos y de confianza… Me alejé abruptamente de él y le dije de forma un poco dura:

-Realmente me gustaría estar sola.
-P-por supuesto – dijo él sorprendido, o así lo parecía, pero no soy quien para determinarlo, mi mente era un borrón en ese momento.

Tan pronto como estuvo fuera me encerré en mi habitación, procurando haber cerrado todas y cada una de las puertas y ventanas de la casa, y me senté mirando al vacío. No entendía nada, no sabía nada, no sabía qué hacer, el recuerdo parecía que iba a perseguirme hasta mi muerte…
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¡Chicas perdón por haber tardado tanto! la universidad me consumeeee :( Pero me queda un mes y salgo de vacaciones así que ahí podré subir más a menudo!!
Beso enorme para mis lectoras que no se aburrieron de esperar, las amo :) <3 ¡Y la segunda parte de este capítulo viene después!