En las Vegas (Harry Styles) |TERMINADA|

Después de coger todas sus pertenencias y cerrar la puerta con su perro mirándola extrañado preguntándose hacía donde iban, fue hacia el coche a dejar las maletas y subirse en este. En el camino ninguno de los dos hablo, lo que había pasado en la habitación era demasiado vergonzoso para tener una conversación corriente. El viaje se le hizo demasiado corto ya que no tenía ningunas ganas de llegar a casa de Harry, el perro acurrucado en su regazo dormía tranquilamente sin saber a dónde iba. Sus novelas la acompañaban en el asiento trasero... Era como estar en casa, pero con él.
Llegaron a una reja alta que flanqueaba una casa de color blanca con el tejado gris y con un camino de piedra lleno de flores y arboles a los costados. Dejo el coche justo en la entrada de la casa y Amy y Grym se bajaron de este. Harry se acercó a ella como si se hubiera acordado de algo que debía de saber si o si, pero no le dio tiempo a abrir la boca ya que sus dos primos, Niall y Liam y la esposa de este, Silvia, salían a recibirles.

- ¡¡Hola!! - le saludó primero la pelirroja – Me alegra volver a verte, y por suerte tranquila... -bromeó ella – - Espero que mis zapatos te fueran bien. - le sonrió Silvia -
- Si... Muchas gracias – dijo tímidamente Amy que no sabía que estuviera allí la familia de Harry -
- ¿Que tal estás, Amy? - le saludo Liam y más tarde Niall -
- Bueno, dejen de molestar, tengo que acomodar a mi esposa en mi habitación – Amy se giró suplicándole con la mirada una explicación -
- Si, nosotros los esperamos en el salón, quiero la historia completa – volvió a sonreír Silvia – Pero parece que el perro me ha cogido cariño, así que me lo quedo mientras se acomodan – dijo cogiendo al perro en brazos que estaba muy excitado al ver rostros nuevos -

Mientras Harry cogía las maletas de Amy, ella poco a poco fue subiendo los libros hasta el pie de las escaleras sin entrar en ninguna habitación, después los ordenaría. Cuando acabó de subir todas las novelas, volteó para mirar donde iba a vivir las dos próximas semanas. Una casa con muebles modernos de colores claros, una escalera preciosa donde se imaginó sin querer a ella y Harry bajando juntos, un pasillo interminable de habitaciones le daba la espalda sin saber cuál sería la suya... Esa casa eran todos lujos y se sintió feliz aunque solo fueran un par de semanas.

Harry salió de la última habitación mirándola fijamente preguntándose con la mirada que hacia allí parada, Amy bajando la vista por si le leía el pensamiento cogió unas cuantas novelas y sin saber por dónde andaba fue dirección a la habitación, cuando se pudo quitar los libros de la cara y ver esa habitación se quedo con los ojos como platos. Una cama más grande que todo su apartamento gobernaba la habitación en tonos marrones y beige, dos puertas que cotilleando, mientras Harry iba a por más libros, daban una a un baño con bañera gigante y otra a un vestidor más grande que el baño. Salió de allí apresurada antes de que llegara Harry y vio un balcón precioso que daba a un jardín con piscina... Harry la sacó de su estado de asombro.

- ¿Te gusta lo que ves? - Amy asintió con la cabeza – Tenemos que hablar de porque está aquí mi familia, y lo que les he explicado...
- Si, deberías... - susurró ella – Porque no he sabido muy bien cómo reaccionar...
- Mis primos son mis socios en el negocio...
- ¿En el negocio familiar? - le interrumpió Amy -
- No, en mi negocio – le dedicó una mirada cargada de reproche por interrumpirle – Este negocio lo he creado yo con el sudor de mi frente ya te lo dije una vez, no me hablo con mis padres. Mis primos se unieron a mi cuando ya tenía varios hoteles repartidos por el mundo. Cuando nos vimos en Las Vegas era porque estaba interesado en un hotel que está más alejado del centro pero que es muy grande y tiene buena comunicación. Nos interesaba y nos preguntábamos como sería, ellos se marchan pasado mañana a Nueva York donde tienen su casa pero les dije que si les apetecía se quedaran a la inauguración de esta noche ya que ellos no habían tenido la oportunidad de verlo ya que todas las negociaciones las hice yo. Les expliqué en su momento que ya nos conocíamos y que por eso nos casamos aquella noche, la misma historia que a tus padres... - terminó de explicar Harry, en ese momento Amy entendía porque el día anterior le salió tan fluida la explicación, lo que no entendió es que si el trato, entre comillas, se lo había dicho en casa de sus padres... ¿Cómo había estado tan seguro de que ella iba a aceptar para contarles antes la historia romántica de como se conocieron? -
- ¿Y cómo es que ellos “saben” cómo nos conocimos? ¿A caso estabas muy seguro de que yo fuera a aceptar? - le espetó Amy molesta porque hubiera parecido algo que no era -
- Si – dijo tajante Harry – Te dejo para que acomodes tus cosas en la habitación. Tengo a varias personas trabajando para mí en esta casa, Ana la cocinera y Frank que te traerá ahora unas estanterías de la biblioteca para que puedas colocar tus novelas en la habitación. - y dicho esto salió por la puerta -

Amy se sentó en la cama realmente enfadada por la forma en que asintió a su pregunta como si fuera lo más normal del mundo, Grym que estaba abajo con Silvia abrió la puerta con el morro y entró mientras la miraba con su nariz chafada y su cabeza de lado, sonrió instantáneamente, y decidió que ordenaría todo para poder darse una ducha. Cuando entró en el vestidor seguida de su perro vio que tenía un hueco para dejar su ropa... Comenzó a doblar y a guardar la ropa en esa parte y al terminar vio que le sobraba aún la mitad del espacio que le habían dejado. Salió a la habitación y vio una estantería color marrón chocolate colocada en una esquina de la habitación, ni había escuchado la puerta cuando había entrado Frank para colocarla. Cuando por fin terminó de acomodar todas sus cosas, cogió un vestido con estampado floreado por debajo de la rodilla y sin demasiado escote, su ropa interior y se sumergió en la bañera que le sentó tan bien que se quedó dormida.


- Me pensaba que o te habías escapado o te habías perdido... - la voz de Harry la despertó de su ensoñación mientras se sumergía mas en el agua para que no viera nada -
- Sal de aquí, me estoy duchando. Si vamos a comenzar así nuestra convivencia será mejor que me marche, no voy a permitir que mi privacidad quede anulada – Harry la miraba con los brazos cruzados sobre el pecho con una mirada tan gélida que no era capaz de adivinar que era lo que podía estar pensando – No se que hace ese vestido ahí encima, pero espero que no sea el que te vayas a poner para la fiesta de esta noche – murmuró Harry entrecerrando los ojos -
- ¿Qué hora es? - preguntó Amy desconcertada - ¿Nos tenemos que arreglar ya para la fiesta?
- Si, llevas ahí dentro por lo menos dos horas, debes estar más arrugada que una pasa. Sal y arréglate, salimos dentro de media hora.
- Con diez minutos me sobra – contraatacó Amy aún sumergida en la bañera -
- Me parece perfecto. Como tardes más de diez, comenzaré a dudar de tu palabra.

Amy estupefacta vio como Harry salía del baño y la dejaba allí sabiendo que su orgullo estaba en juego. Se secó rapidísimo y fue a la habitación a por otro tipo de ropa interior para que le quedara bien con el vestido. Cuando se lo puso junto a los zapatos y las joyas y se miró al espejo y se sintió rara, le pareció mucho menos sexy y atrevido cuando se lo probó en la tienda. Fue corriendo a maquillarse ya que le quedaban pocos minutos para cumplir los diez y no pensaba darle la razón en nada a Harry durante esas dos semanas. Decidió que el pelo lo dejaría suelto y ondulado para que le cayera hasta la cintura como una cascada y se puso un poco de su perfume favorito. Cuando estaba cogiendo el bolso, Harry abrió la puerta con una sonrisa en el rostro que se le borro de inmediato.

- ¿Nos vamos? - dijo Amy pasando por su lado, que se había quedado en la puerta, vio como Harry cerraba los ojos e inspiraba el olor que había dejado a su paso -
- Si... Estamos ya todos listos abajo... - susurró él, bajando detrás de ella las escaleras -
- Que vestido más bonito – exclamó Silvia – Déjame pensar.... ¿Gucci... o Dolce & Gabanna? - Estás preciosa...
- Es secreto – sonrió Amy pensando que ese vestido costaba menos que un calcetín diseñado por alguno de los que había nombrado -
- Que mala eres – rió Silvia, cogiéndola del brazo – Anda, vamos.

Se subieron todos en la limusina y se les hizo muy corto el trayecto hasta el hotel, Harry estaba a su lado mirando por la ventanilla sin compartir la alegría de su familia. Silvia le pregunto que le volviera a explicar la historia de como se habían conocido y haciendo un esfuerzo por acordarse de toda la historia que había explicado ayer Harry, comenzó a hablar hasta que el coche frenó y bajaron todos.
Harry le cogió de la cintura y junto al flash de muchísimas cámaras entraron al hotel, donde Amy se quedo ensimismada de lo bonito y lujoso que era todo. Harry comenzó a presentar a mucha gente que no le dejaba de felicitar por la reciente boda.
Cuando se sentaron a cenar, Harry estaba a su lado y su mano estaba apoyada en su espalda todo el tiempo, cosa que ponía sumamente nerviosa a Amy que tenía todo su cuerpo en tensión por el simple roce de una mano. Mientras estaba bebiendo un poco de agua él le susurró al oído.

- Sé que te lo he dicho varias veces desde que nos conocemos... Pero esta noche estás preciosa – dijo moviendo su mano, acariciándole la espalda -
- Muchas gracias – tartamudeó ella que se había atragantado con el agua – Tu también estás muy guapo esta noche con ese esmoquin –