Sentimientos Mutuos[Logan Lerman] Terminada.

No pudo seguir más allí. No soportaba las miradas de lástima que sus amigas y sus novios le dirigían en ese momento. No importaba si Sabina estaba a su lado invisible dándole apoyo o que. Ella solo quería huir de allí lo más pronto posible.

Corrió ignorando a los llamados de sus amigos hacia la puerta mientras intentaba evadir a las personas que se interponían en el camino. Sus lágrimas nublaban su vista, por lo que tuvo que limpiárselas con las palmas de la mano, debido a que había olvidado su abrigo en el cumpleaños. Poco le importaba ya, porque nada de lo que había echo había valido suficiente la pena como para que Logan se enamorara de ella. Él nunca la amaría, nunca la querría, nunca soñaría con ella, nunca sería nada más que su amiga y eso la lastimaba mucho.

¿Y ahora qué? ¿Debía hablar con Logan donde seguramente él le diría que no podían ser más que amigos porque le gustaba su amiga Sheila? ¿Debía pasar todo de nuevo para estar a su lado aunque sea solo amistad entre ellos? ¿Enserio iba a pasar lo mismo que paso en su presente, aguantando los llamados a la mitad de la noche, las conversaciones sin fin del comportamiento de Sheila, los abandonos que él le hacía por ella, las veces que tuvo que aguantar verlos abrazados o besándose? ¿En verdad iba a rebajarse al nivel de conformarse con algo que simplemente la heriría al pasar el tiempo?

Decidió que no. Prefería morirse de dolor por estar lejos de él que seguir aguantando todo lo que había aguantado por meses. Se quedó parada en mitad de la calle, aun sorprendida por su decisión. Madison debía aprender a quererse a sí misma, a pensar más en ella y no en los demás, y recién en ese momento se estaba dando cuenta de todo. Solo tenía quince años, solo esa corta edad como para dejar que su corazón muriera por un amor no correspondido. Quizás ellos terminarían como su tía Evangeline, quizás ella encontrara a alguien que la amara como ella lo amara a él. No estaba segura, pero ya no quería sufrir más.

Camino despacio, abrazándose a su misma y dándole calor a sus brazos pasando las manos una y otra vez. No se atrevió a reprimir las lágrimas, porque sabía que algún momento se acabarían y quería que ese momento llegara pronto, por lo que no las aguanto y las dejo salir sin sentir la menor vergüenza.
Escucho el sonido de un auto detrás suyo, un sonido familiar, pero se dijo así misma de que debía ser simplemente coincidencia porque había miles de autos como los de él. Y se equivocó.

Logan diviso a la castaña que iba caminando a un paso lento y tranquilo. Suspiro de tranquilidad y bajo del auto, dejándolo encendido al igual que las luces. Comenzó a llamarla, pero ella no respondía, solo seguía caminando como si no lo escuchara, algo que hizo que se irritara. Camino con grandes zancadas hasta ella y le tomo el brazo haciéndola girar.

Madison se encontró con sus ojos azules, los cuales la había hecho experimentar tanto amor y sentimientos profundos, pero esa vez solo sintió tristeza y decepción, aun así se dijo que debía ser fuerte, por lo que no mostro ningún cambio en su rostro, siguió igual de seria.

- ¿Madison? ¿Estás bien? - pregunto el frunciendo el ceño y observando sus ojos rojos. Una punzada de culpabilidad lo golpeo dentro de él. Y todo era su culpa. - Madison, respóndeme - susurro asustado al ver que ella solo lo observaba y no le decía ni una sola palabra.

- ¿Qué? - contesto en forma brusca, algo que hico que Logan la soltara.

- Te preguntaba si...

- ¿Si estoy bien? - interrumpió con ironizo - Si, estoy bien. Gracias, ya te puedes ir.

Un dolor se formó en el rostro de Logan, le dolía que Madison actuara así con el pero ¿Que más se podía merecer? Había besado a su amiga, se suponía que esa noche le preguntaría si quería ser su novia, se suponía que él estaba enamorado de ella ¿Porque había besado a Sheila? Es verdad que la consideraba hermosa, que le había hecho sentir cosas extrañas, pero quería a Madison y no la quería perder.

No supo exactamente porque se sentía increíblemente atraído por Sheila, cuando la veía en la escuela un par de veces jamás le había llamado la atención ni nada, pero con solo mirarle a los ojos esa noche, algo hizo que no se pudiera separar de ella, hasta que claro Dean lo golpeo en la cabeza en pleno beso y Aarón lo empujo separándolo de la chica. Logan no había entendido nada, hasta que Josh, quien sujetaba a Aarón para que no siguiera atacándolo, le dijo que Madison se había ido corriendo al presenciar el beso. El castaño se había sentido realmente un desgraciado, se disculpó con Sheila y corrió hacia su auto, estaba asustado por si algo le llegara a suceder por su culpa.

Observo como la castaña se daba vuelta y se alejaba de él, camino unos pasos para alcanzarla.

- Espera, Madison - murmuro haciendo detener a la muchacha - yo te llevare, es tarde y...

- No quiero que me lleves.

Logan entrecerró los ojos, estaba irritándose demasiado.

- Madison, sube al maldito auto - le dijo tomándola del brazo con fuerza.

- Suéltame - ella giro y se enfrentó a el fulminándolo con la mirada, una mirada cargada de odio y rencor que hizo estremecer por dentro al chico - Quiero que me sueltes ahora mismo.

- Debo llevarte a tu casa, es tarde - repuso el intentando hacerla razonar.

- ¿Por qué no vuelves a la fiesta y vas a llevar a Sheila a su casa? Estoy más que segura que a ella le encantara.

Madison observo como Logan cerraba los ojos con fuerza y aprovechó el momento de empujarlo y liberarse del brazo, pero a penas lo hizo, porque Logan la volvió sujetar del brazo con firmeza, impidiéndole el escape.

- ¡Suéltame, ahora! - grito y con todas sus fuerzas, intento reprimir sus lágrimas.

- ¡No! ¡Madison, por favor, súbete al auto! - exclamo el perdiendo la paciencia - ¡Deja de ser tan inmadura! ¡Pareces una nena berrinchuda que solo le gusta armar escándalos!

- ¡Y tú eres un maldito imbécil por jugar conmigo! - le grito ella sin poder ocultar un gemido de dolor y dejar salir las lágrimas. Aquello calmo a Logan y la soltó.

- No jugué contigo... lo juro - susurro el desconcertado.

- Oh, claro que no lo hiciste - dijo con sarcasmo y negó con la cabeza - No sé qué mierda quieres de mí ahora. Ya no podemos ser amigos, ya no podemos ser nada. No me quedare de brazos cruzados viendo como haces tú estúpida historia de amor con Sheila mientras yo me hundo en la depresión. Rouse tenía razón, eres un idiota.

- Rouse no sabe nada - replico el fulminándola con la mirada - Y si, mejor que no seamos amigos, que no seamos nada. Es mejor que yo me valla con Sheila y tú te vayas con alguno de los tantos que tengas por ahí.

Madison abrió los ojos en grande y sin dudarlo, estampo su mano en la mejilla de Lerman, haciendo que él se quedara en completo shock por lo que había sucedido. Cuando volvió sus ojos aun sorprendidos a la castaña, esta lloraba a mares y negaba con la cabeza.

- Jamás debí enamorarme de ti, solo eres un idiota.

- Espera, Madison...

- ¡Vete al diablo, Logan Lerman! - le grito separándose totalmente de él y volviéndose a echar a correr en la noche oscura.

Corrió, no supo cuánto tiempo, solo supo que Logan se había quedado allí parado y no la fue a buscar. Seguro que iba a volver a la fiesta y a su nuevo mundo con Sheila ¿Por qué sucedía esto? Encima él se había peleado con su mejor amigo y con Aarón. No quería que hubiera pelea entre ellos, y menos por ella. ¿Y sus amigas? Ellas deberían estar molestas con Sheila, ahora los grupos se dividirían y Debbie volvería a estar en el medio de sus dos mejores amigas, y era algo que Madison no quería, porque la rubia ya tenía muchos problemas con sus desórdenes alimenticios como para sumarle otro más.

Una vez que estuvo enfrente de su casa, se encontró con la figura de Sabina caminando hacia ella con el rostro lleno de preocupación. Una furia asecho en su cuerpo y alma. Eso era todo su culpa, porque ella le había prometido que Logan y ella serian una pareja, pero todo había sido mentira. Sabina le había engañado de la manera más cruel.

- ¡Chica! ¡Por Dios! ¡He estado buscándote por todos lados!

- ¿Ah sí? - respondió secamente. Sabina intuyo que había algo que no andaba bien.

- Lo siento, cariño - murmuro intentando acercarse para darle un abrazo, pero la castaña se corrió antes de que pudiera tocarla.

- ¿Por qué me mentiste? - pregunto furiosa - ¿Por qué me diste falsas esperanzas cuando él nunca podría llegar a amarme? ¿Cuál es tu excusa? Se supone que faltaba un mes para que se conocieran...

Sabina rendida, decidió confesarle la más dolorosa verdad.

- Ellos están destinados a estar juntos en un momento de su vida - le respondió a lo que Madison frunció el ceño confundida - El destino siempre hace que ciertas personas se crucen, como sucedió con tu tía Evangeline y Greg, ellos en cualquier momento sino era ahora, se encontrarían de nuevo. Rouse y Josh en tu tiempo están separados, pero se volvieran pareja en tu presente cuando el volviera al empezar las clases. Aarón y Mía iban a cortar para luego volver. Si tú no hubieras ayudado a Lucy y Dean a confesarse entre ellos, los dos hubieran terminado juntos cuando ambos estuvieran en la misma universidad. Lo mismo con Sheila y Logan: Sheila necesita creer que enserio habrá alguien en su vida por más errores que cometiera, y Logan debía aprender a amar de una manera dolorosa para luego cerrarse y conocer a alguien maravillosa que abriera su corazón de nuevo y lo hiciera increíblemente feliz.

- ¿Y cuál es mi destino? ¿No se supone que nosotros lo armamos? - replico la castaña aun llorando - ¿Mi destino es ser siempre la amiga que consuela y ayuda?

- Ustedes lo arman a traves de sus decisiones, pero hay cosas que jamás cambiaran - negó con la cabeza la mujer chocolate - Lo siento, Madison. Pero ese será tu destino por ahora.

Madison sin poder contenerse dejo escapar un gemido de dolor que tenía dentro de él. No podía aguantar el peso grande de dolor que llevaba dentro de él, no podía seguir adelante, no podía seguir soportando ese cruel destino por un año más.

- ¡Siempre lo supiste! ¡¿Por qué me hiciste esto?! ¡¿Por qué?! - grito a todo pulmón, haciendo que la mujer chocolate se sobresaltara para luego mirarla con tristeza - ¡Estoy harta de toda esta mierda! ¿Y sabes lo que quiero? ¡Quiero volver a mi tiempo! ¡Quiero volver de una buena vez! ¡Es lo menos que me debes! ¡Quiero despertarme con mi pelo negro, con que mis padres están de viajes y que Logan se fue con Sheila una vez más para nunca más volver! ¡Hazlo! ¡Hazlo ya!

Al no ver respuesta de la mujer, Madison corrió dentro de su casa abriendo la puerta sin preocuparse de hacer o no ruido. Corrió por las escaleras casi tropezándose pero volviéndose a levantar, ya no le importaba si sus padres la regañaban, ella necesitaba estar sola. Se tiro arriba de su cama después de cerrar la puerta con llave, allí comenzó a llorar aún más sin poder detenerse, repitiendo una y mil veces su deseo:

"Volver a mi tiempo. Quiero volver a mi tiempo. Necesito volver a mi tiempo."

No supo con exactitud en qué momento se quedó dormida, solo que cuando se despertó tenía un enorme dolor de cabeza y sus ojos le pesaban, a lo que se imaginó de que debían estar hinchados. Rasco su cabeza preguntándose que había sucedido, hasta que los recuerdos de la noche anterior queriendo liberar lágrimas, pero no se lo permitió, no volvería a llorar.

Se levantó dispuesta a darse un baño, camino a pocos pasos al baño y se observó en el espejo. Sobresalto tocándose el pecho, como si su corazón fuera a saltar. Su cabello era negro, tenía una remera vieja de los ramones y unos pantalones cortos. Su cabello completamente liso y un poco más largo.
Rápidamente, se dio cuenta de que había vuelto a su presente.

Extrañada, siguió la misma rutina de todos sus días, incluso hablo con Natalie que le dijo que sus padres volverían al finalizar las vacaciones que sería dentro de un mes, dejándoles la casa libre y noches de develación. Madison sonrió medianamente a su hermana y volvió a su cuarto después de almorzar.
Agarro su celular y se fijó que había llamadas perdidas de alguien especial. Su corazón se encogió con fuerza. Con teclear un par de veces, bloqueo el número de Logan, lo borro del msn y también dejo de seguirlo en twitter. Se dijo a si misma que empezaría de nuevo, y esta vez sin Logan Lerman.

Los días fueron pasando con lentitud y pensamiento. Madison se destiño el pelo volviendo a su color natural y dejando sus ondas en su pelo, cambio su vestimenta negra agregándole colores más vivos, y pidió disculpas cada noche a Sabina mientras miraba las estrellas. Su amiga no tenía la culpa de que ella fuera tan terca de no aceptar que jamás Logan podría llegar a amarla, pero al menos estaba contenta de haber conseguido una amiga como su estrella, aunque lo haya arruinado en ataque de furia.

Los comienzos de las clases se venían cada vez más cercanos, pero si de algo estaba segura, era que, sucediera lo que sucediera entre Sheila y Logan, ella lucharía por encontrar a alguien que se enamore de ella y ella de él, sin importarle las consecuencias.

Logan Lerman ya no formaría parte de su vida.

Días después.

Como tradición, Debbie y Madison tenían la obligación de juntarse a dormir en la casa de la castaña para hablar sobre su año, imaginando y especulando como serian, que parejas formarían, quienes podrían ser sus compañeros en los bailes; pero lo más importante, el pasar el tiempo juntas.

Madison estaba dispuesto a hacer las paces verdaderamente con Debbie aquel día, ya no podía seguir tan distante con ella aún más cuando su amiga pasaba problemas graves. Se mantuvo casi toda la tarde cocinando las tartas preferidas de su amiga y las palomitas para las próximas películas románticas que verían. Por supuesto, también compro el helado y los pañuelos por si alguna de las dos comenzaba a llorar mientras veían el filme.

Una vez que todo en su cuarto estuvo preparado y ordenado, bajo casi corriendo las escaleras hasta llegar a la puerta. Abrió de un solo tirón y se encontró con una cabellera rubia, de ojos grises y estatura bien alta. Debbie siempre había tenido un cuerpo bien formado, pero se la veía más flaca que de lo que recordaba. Una puñalada sintió dentro suyo, pero no se permitió borrar su sonrisa y abrazo a su amiga con fuerza.

- Uh. Mad, a mí también me alegra verte, pero… ¿No te parece que deberías dejar de romperme los huesos?

- ¡Oh! ¡Lo siento! – se disculpó la castaña avergonzada. – Vamos, pasa. Tenemos toda la noche sola, Natalie salió con Nate a cenar por su aniversario – le comento a su amiga.

- Oh, eso sí es genial – sonrió Debbie con notoria alegría por la hermana de la castaña - ¿Y ese olor tan rico?

- Te prepare la tarta de fresas que tanto amas, y también la de banana – sonrió Madison cerrando la puerta.

Debbie hizo una sonrisa falsa. Madison sabía que le iba a costar hacer que ella lo admitiera, pero estaba dispuesta a ayudar a su amiga cueste lo que cueste.

Después de las típicas charlas de que hicieron durante el verano, los pequeños viajes que realizaron, las anécdotas que recordaron, lo que podría llegar a pasar aquel año, finalmente, Madison le tendió un plato con una porción de tarta.

- Vamos. Come – le sonrió.

Debbie negó con la cabeza seria.

- No, gracias. Yo ya…

- ¿Comiste en tu casa? – interrumpió Madison dejando el plato de lado – Sí, claro.

La rubia miro los ojos de su amiga que reflejaban tristeza, y sin poder aguantar, dejo caer unas lágrimas.

- Estoy recuperándome – dijo tomando un pañuelo y limpiándose las lágrimas – En verdad, todos los viajes que realice fue con la clínica de rehabilitación donde pase estos meses. Hace una semana salí porque mi mejoría es notoria. Sé que lo que hacía estaba mal, pero estoy cambiando, Mad. Te lo juro.
Y sin poder decir algo, Madison abrazo a Debbie con fuerza y se echó a llorar en su hombro, arrepentida de haber estado tan distante de ella solo por Sheila, sin siquiera ponerse en el lugar de su amiga o de estar allí para apoyarla. Debbie comenzó a relatarle a Madison de cómo había sido su rehabilitación y sus problemas en casa, los cuales por suerte estaban superados una vez que sus padres descubrieron su problema.

- Mad, sé que fui mala amiga al no contarte esto, pero no quería que tuvieras más problemas de los que ya tienes – se mordió el labio inferior la rubia.

- ¿Qué podría importar más que tu salud, Deb? – negó con la cabeza la castaña – Hubiera dejado todo de lado si tan solo lo hubiera sabido. Incluso me hubiera puesto a dieta contigo si es necesario.

- Por eso tampoco te lo quería decir – rio un poco y luego sonrió – Sé que siempre estuviste ahí para mí, pero quizás yo no quería que nadie estuviera allí. Yo quería hundirme y morirme. Gracias a cielo, Lerman me encontró desmayada y me llevo a mi casa.

Al escuchar el nombre del castaño su corazón dio un brinco con fuerza. Se reprendió a ella misma porque se suponía que ya no debía sentir nada por él, que él ya era el pasado y debía seguí adelante.

- En la fiesta de Dean Collins – comenzó a relatar la rubia – no había comido hace más de una semana, por lo que me encontraba muy débil. Me desmaye en el baño y antes de que pudiera darme la cabeza contra el piso, Logan me sujeto. El hablo con mis padres y les dijo sobre mis problemas.

- Eso… eso es bueno – se aclaró la garganta y desvió la mirada de la rubia para no echarse a llorar.

- Mad. Yo sé que siempre lo quisiste – Madison miro sorprendida a la rubia, quien le sonreía con tristeza – Y también sé que él quería a Sheila. Y que Sheila a Jason, pero el a ti…

- ¡¿Qué Jason que?! – exclamo abriendo en grande los ojos - ¡¿Jason Watson?! ¡Me tiraba las trenzas en primaria!

- Por eso mismo te molestaba – rio negando con la cabeza – Se nota que no te das cuenta de cuantos chicos se mueren por estar contigo…

- Pero solo he hablado con él durante las fiestas o en el laboratorio en donde somos compañeros…

- Eres linda, eres divertida, dulce y comprensiva con todo el mundo. Vamos, si alguien te pide que escales una montaña de miles de metros para que busque una muñeca o un autito, lo harías sin dudarlo. Eres maravillosa, y Lerman es un estúpido porque nunca se dio cuenta de que mujer tenía a su lado cuando lo único que hace es ser el perrito faldero de Sheila.

- Pensé que Sheila era tu mejor amiga – levanto las cejas Madison.

- Lo es, pero tú eres aún más importante que cualquiera – le guiño el ojo – Además, se cómo ha sido Sheila todo este tiempo con Lerman, y como Lerman ha sido contigo. Mad, no pierdas más el tiempo. Tú te mereces lo mejor.

- Gracias, Debbie – dijo la castaña soltando unas lágrimas.

Abrazo a su mejor amiga, sabiendo que después de esa noche las cosas volverían a ser como antes.