. NO SOUND .

Harry tomaba los pequeños frascos vaciándolos con delicadeza dentro de un recipiente. Ni siquiera necesitaba el uso de las unidades de medición. Sus capacidades sobrepasaban las de cualquier gotero.
Estaba en su habitación privada. Un lugar que contenía cientos de pequeños frasquitos con diferentes esencias. El hecho de que no pudiera hablar no significaba la escasez de sus sentidos.
Louis lo había tachado de marica por no haber examinado las “cualidades” físicas de la chica. Sin embargo solo le vasto con ver sus ojos para encontrar la inspiración que necesitaba. Reflexionaba sobre esto mientras inhalaba profundamente el nuevo aroma que creaba. Era estúpido e incoherente pensarlo pero, tal vez algún día ella lo usaría.

(…)

-Vamos Cato, vamos Cato, vamos Cato…- Ed brincoteaba de un lado a otro señalando el panfleto que un hombre le había entregado. Era el anuncio de una gran tienda de deportes situada en una plaza a las orillas del centro.
-Termina tu helado Pepper- dijo esta con los ojos cerrados recargando la cabeza en la banca del pequeño jardín en el que se encontraban. Habían aprovechado que su madre resolvía asuntos del trabajo para salir a explorar un poco de su nuevo hogar pero el espíritu aventurero de Cato se agotó tan rápido como llego. El acento ingles era odioso. El olor a “aventura” del que tanto hablaba su madre a ella le olia mas a smog, mierda y contaminación ambiental. Estaba agotada y solo habían cruzado la calle.
El niño, que nunca renunciaba una vez expresados sus deseos, miro a Cato con los ojos abiertos de par en par haciendo uso de una letal técnica de inclinación de cabeza.
-Por favor- imploro abriendo aun mas sus ojos de cachorro- Cato, piensa en todas las raquetas que debe haber…
-¡Ed, llevamos una semana en el país! ¡¿Como supones que sepa como llegar hasta allá?!- se quejo incorporándose
-Oh simple, ¿no dice mamá que preguntando se llega a Roma?, bien, nosotros solo necesitamos llegar a Politik Square que esta aquí mismo en Londres- repuso este sonriendo apuntando el panfleto, Cato suspiro derrotada.
- Bien- refunfuño- tus argumentos son validos, vamos pequeño genio.
La dichosa plaza estaba mas concurrida delo que esperaba, Cato apretó la mano de Ed con fuerza con temor a que este se le perdiera.
-vamos que no tenemos mucho tiempo- dijo mientras caminaban a paso rápido escrutando las tiendas y sus productos
-¡Mira ahí es!- exclamo Ed soltándose de su agarre y corriendo hacia el local.
-¡Ed!- chillo Cato algo histérica siguiéndole rápidamente el paso cuando algo muy duro se apareció en medio de su camino haciéndola tambalear hacia atrás, la persona con la que había chocado sostenía un gran pera de box, con la cual Cato se había dado de pecho y le estorba para pasar- lo lamento- mascullo alargando el cuello para captar el pelirrojo cabello de su hermano
Justo iba a avanzar cuando sus ojos se encontraron con los de él, pero esta vez este desvió la mirada demasiado rápido. Demasiado rápido como para que Cato volviera a ver su propia vida reflejada en sus pupilas.
-¡Tu!- exclamo más feliz de lo que pretendía sonar- Hola ¡Esto es tan raro! - saludo sin aliento- el chico asintió con la cabeza y dejo la pera en el suelo mirando fijamente hacia la salida- ¿me recuerdas verdad?
El simplemente asintió. ¿Qué pasaba? Cato supuso que era tímido, o tal ves demasiado engreído, lo que sea que fuera la comenzaba a fastidiar.
-Vaya que te gustan los deportes –señalo la pera de boxeo en un intento patético de sacarle platica, él se encogió de hombros- ¿iras hoy?- volvió a preguntar reprendiéndose por ser tan insistente, sin embargo el volvió a asentir- Bien nos vemos en la noche –dijo tratando de captar algo de su mirar verde, pero este sencillamente sonrió de lado y se alejó, tan silencioso como una sombra. Suspiro y fue hacia donde Ed.
-¿encontraste lo que buscabas?- pregunto amablemente el chico castaño de la caja.
-Incluso mas- murmuro para si misma. El castaño la miro confundido y esta negó con la cabeza- si muchas gracias- aclaro mientras este checaba el precio del balón y el short deportivo, Cato leyó su insignia.
“Liam”
-Son treinta libras…Oye… bueno… sé que no es mi asunto, pero no pude evitar verte “hablando” con Harry- Cato le miro con el seño fruncido mientras le tendía los billetes, la manera que había encomillado la palabra hablando había sido inusual- el chico de ojos verdes ¿Lo conoces?
- ¿Su nombre es Harry? Vaya, es un nombre lindo- se maldijo a si misma por no poder mantener sus pensamientos dentro de su cabeza, Liam la escruto cuidadosamente con la mirada.
-Si… ¿no lo sabias? Bueno no me sorprende... -comento como quien no quiere la cosa-
-¿A que te refieres?
-¿Acaso no lo sabes?- Cato le miro mal, si lo sabría no lo estaría preguntando ¿o si?- Harry es mudo.

Y ahí todo cobro sentido...

…O algo parecido