Hippie in troubles. {Nick&tú. [Terminada]

Capitulo treinta y cuatro.

- ¿Sigues ahí?
- Aquí estoy.
- Uf, bien, pensé que escuchaba chillidos de tortura.

_______. detuvo el Ipod a mitad de la canción y descolgó el teléfono, quitando el alta voz. Tyron la había llamado media hora antes, en medio de una inspiración fotográfica, cosa que significa, por lo general, además de tomar fotos; escuchar música a todo volumen mientras canta como sí estuviera en un auditorio.
Se tumbó sobre la cama, extendiendo los pies hacia el techo y le prestó más atención a su amigo.

- Listo. ¿Qué problemas te atormentan, Ty? -Preguntó con voz dulce.
- Nada, ya dejaste de cantar. -Una risa ronca se escuchó al otro lado de la linea y ______. frunció el ceño.
- Cállate. Canto hermoso.
- Sí, seguro, linda. Hoy vi a Cat, y a su cabello morado.
- ¿Te gustó?
- Me gustaría de cualquier color, en realidad.

La peliverde alzó ambas cejas, un gesto que Tyron no fue capaz de ver. Se movió rápidamente sobre la cama para sentarse de un tirón y acercó más el teléfono a la oreja, como sí eso la haría escuchar mejor.

- ¿Ty, mi pequeño, hermoso, ingenuo Ty, te gusta Catherine? -Un silencio rápido se hizo, pero pronto la voz ronca de Tyron le llegó de nuevo a los oídos.
- Sí, pero...
- ¡Oh, por dios, tú y Cat, sería tan hermoso, tan natural!
- _______., ¡Hey, Hey! escúchame. - Ella se calló, haciendo caso a su amigo- Cat no sabe nada. Pero quiero decirle todo hoy, después de la graduación.
- ¿En la fiesta? -______. se movió nuevamente en la cama, reprimiendo el deseo de gritar de alegría.
- Sí. -Una pausa- ¿Crees que sería muy... Empalagoso?
- ¡No, no, no! Hazlo. Yo estaré allí para apoyarte sí Cat te rechaza.
- Gracias, también te quiero.
- Ya, sabes que ella te amará. -______. se levantó de la cama y miró el reloj- ¡Me tengo que ir! No me he bañado, ni vestido...
- ¿Irás a la graduación?
- Ajá. No tenía muchas ganas, pero no perderé ésto por nada del mundo. Además, como le dije a Cat, muero por verte en un traje elegante.
- Y yo a ti vestida como una dama de sociedad.
- Ni sueñes. - La peliverde soltó una pequeña risa antes de hacer sonar sus labios en el sonido de un beso- ¡Nos vemos dentro de unas horas, Ty!
- Adiós, linda.

______. Colgó el teléfono, lo dejó en su lugar y entró directamente a la ducha después de haber colocado el Ipod nuevamente, dejando que la dulce melodía de Easy to love la acompañará durante los siguientes minutos.
Se lavó el cabello lo más rápido que pudo; el alisado de la peluquería no lograba durar más de dos días, su cabello clamaba por una lavada. Se enrolló en una toalla, salió a la habitación y cogió su pijama. Aún tenía que arreglarse el cabello, así que no se pondría su vestido "Elegante" aún.
Optó por dejar su cabello liso y suelto, con suaves ondas en las puntas. Corrió de regreso al armario, lo recorrió con la mirada y sacó el vestido color gris claro después de pensarlo un par de veces.
Lo compró el día anterior gracias a las insistencias de Cat, la cual clamó que era un vestido perfecto y que sería una tonta al no comprarlo.
En realidad, el vestido le quedaba bastante bien. Era suelto, de un hombro, con parte de la espalda descubierta. Daba la sensación de venir de la antigua Grecia. Además, el color resaltaba su cabello verde esmeralda. Sin duda Cat poseía un gusto refinado.
Dieron las 7:30 cuando por fin, después de pensarlo bastante, se calzó los zapatos de tacón negro. No era su opción preferida, pero la ocasión lo meritaba.
Se levantó a paso de principiante en las alturas, apagó el Ipod, susurrando las últimas palabras de la canción y se giró hacia el tocador para colocarse un poco de perfume. Ella quizás no tenía la autoestima más alta del mundo, no era perfecta ni tenía cuerpo de modelo, eso lo sabía, pero aquella noche se sentía hermosa y única.

"Voy saliendo ¿Paso por tu casa?"
El mensaje de Tyron la agarró por sorpresa, pero le respondió un rápido "Sí" antes de coger su bolso pequeño a juego con el vestido que Caroline le había prestado, era hermoso, pero lamentaba que su cámara no cupiera ahí.

Salió de su habitación y cerró la puerta detrás de ella. Le fue todo un desafío bajar las escaleras sin tambalearse pero lo logró con éxito. _______. No sabía si habría algo de comer, o sí comería algo de camino a la graduación así que decidió hacer una rápida parada en la cocina. Pero en el momento en que pisó el lugar deseó nunca haberlo hecho.
Llevaba más de una semana sin haber visto siquiera rastro de Nicholas. Sí no fuera por las llamadas constantes de Caroline a la oficina de su hijo podría jurar que había viajado al otro lado del mundo sin boleto de regreso. Por orgullo, karma, obstinación, y un poco de esperanza de que él se disculpara por voluntad propia no lo había llamado, ni insistido en siquiera verlo.
Pero por lo que veía en ese momento; él no la estaba pasando tan mal después de todo.
Nicholas se encontraba sentando, ocupando uno de los puestos de la barra de la cocina, mientras hablaba con su voz más seductora con una castaña digna de ser modelo de Victoria's secret. La postura de ambos; él inclinado hacia ella, y ella lanzándose sobre él con su gran escote de pechos falsos dejaba bastante claro que la charla que tenían era solo un anuncio de lo que vendría después.
______. Hizo sonar el tacón contra el suelo un par de veces y carraspeó la garganta con intención de llamar la atención de ambos.

- ¿Interrumpo algo? -Preguntó, haciendo acoplo de sus mejores cualidades de actuación para hablar normal.

La castaña se separó de un movimiento rápido de Nicholas y éste hizo lo mismo, pero sin inmutarse siquiera un poco. La peliverde siguió de largo hasta la nevera y la abrió de par en par.

- ¿Quién es ella? -La mujer que estaba con Nick se bajó de un saltito y se acomodó la larga cabellera castaña.
- Nadie. -Nicholas la dirigió suavemente hasta la puerta de la cocina y le sonrió- Dame unos minutos, ya subo. ¿Te parece?

La mujer asintió, le dedicó una rápida mirada de desprecio a ______. y salió de la cocina sin decir más. La peliverde sabía que Nick seguía ahí, aunque las puertas de la nevera impedían verlo. Sacó una manzana junto con la botella de agua y cerró.

- ¿Tienes hambre tu también? Qué mal educado de tu parte no ofrecerle nada de comida a tu... lo que sea. -Comentó, sirviéndose un poco de agua en un vaso- Está tan delgada, parece que no ha comido en años...
- Basta. - Nicholas se acercó un poco más y la miró; ella no le devolvió la mirada.
- ¿Qué? No sabía que te gustaban así, pero eso demuestra que no sé nada de ti.
- Tengo un amplío gusto, lo sé. -La voz del pelinegro sonaba pedante, fría: idéntica al primer día en que lo conoció.
- Pues va de mal en peor.
- En realidad, va en ascenso. Contigo toqué fondo.

_______. Podía jugar a ese estúpido juego de palabras con doble sentido. Pero aquello fue lo último que pudo soportar. Sí Nicholas iba a ser un total idiota nuevamente, bien, pero ella quería explicaciones.
Se giró con paciencia y lo encaró. Por dentro sus emociones iban de un lado a otro, pero al menos lograba mantenerse serena por fuera.

- ¿Qué rayos te pasa? -Le soltó, no se había dado cuenta, pero su voz temblaba- Estás siendo un total imbécil desde hace semanas.
- Siempre he sido así.
- ¡Cállate! Sabes que tu no eres así, Nicholas. Tu no... -______. tragó saliva; aveces odiaba ser tan blanda con las personas- No eres así. Sé que ésto es una portada, algo te pasó y...

Nicholas soltó un bufido y negó con la cabeza para luego soltar una de las risas más frías que ella había escuchado jamás en toda su vida. Para su sorpresa, el pelinegro la agarró por las muñecas, sin hacerle daño, y la acercó a él.

- Yo siempre fui así. Eres tú la que quisiste creer que yo había cambiando. Pero déjame decirte algo, pequeña hippie. -Hizo una pausa y la soltó- Prefiero ser así.
- ¡Sé lo que te de la gana, Nicholas! -Ahora gritaba: el torbellino de emociones se había apoderado completamente de ella- Puedes seguir siendo el mismo de antes. Alguien frío, vacío, por mi está bien. -Pudo sentir las lágrimas correrse por la mejilla y se la limpió rápidamente- Creí... Creí que te había cambiando, siquiera un poco. Yo creí, que me amabas. ¿Sabes?

El pelinegro la atravesó con una mirada fría y cortante, sin levantar la mirada antes de hablar.

- Eres demasiado ingenua. No eres mi tipo, ni lo serás. -Nicholas era tan implacable como un bloque de hielo en ese momento- Eres infantil... Rara. Sí, ______., fuiste uno de los mejores polvos que he tenido en toda mi vida. Pero no hay manera en éste jodido mundo que salga con alguien que se tiña el cabello de todos los colores en el arcoiris. Es triste.

_______. Sabía que estaba llorando y no se molestó en enjuagarse las lágrimas, o disimularlas. Dio unos pasos con cuidado, sin voltearse siquiera a mirarlo al pasar junto a él y abandonó la cocina.
Ya no había nada más que decir. Nicholas dejó todo bastante claro: Ella no era su tipo. Ya estaba bastante grande para pegarle, o aventarle el vaso de agua, lo menos que podía hacer era dejarlo solo.
Había pasado de tener un ánimo excelente a estar en el suelo. Siempre había sido fiel creyente de que las palabras herían aveces más que los puños, algunas las sabía soportar, pero ella tenía sus limites y lo había alcanzado.
Salió a la calle y el frío viento de Londres la golpeó directamente en el rostro, arrebantandole por un par de segundos el aliento. No quería detenerse a pensar, porque sabía que en el momento en que estuviera completamente sola con sus pensamientos se quebraría como un palillo bajo el peso de un elefante.
Caminó calle abajo, solamente dejándose llevar por sus pies. La calle estaba casi completamente solitaria. Se detuvo unos segundos y se quitó los tacones antes de seguir con su camino sin rumbo.
Su mente amenazaba con soltar toda la información, repetir las palabras de Nicholas una y otra vez. Era impresionante cuan destructiva podría ser su propia mente.

- ¡Hey! ¡Hey, _______., detente!

Escuchó el motor de un auto detenerse unos metros más atrás de ella, pero no se volteó a ver. No necesitaba hacerlo, sabía de quien era la voz.
Unos segundos después una mano firme la detuvo por el hombro, haciéndola parar su caminar frenético. ______. alzó los ojos y miró a Tyron sin expresión en su rostro.

- ¿Cariño, qué te pasa? - El rostro moreno de Ty se contrajo en una mueca de preocupación al tiempo que su mirada le recorrió toda la cara.
- Nada.

Pero a Ty no le convenció. Se le quedó mirando por un rato pero la vista vacua que le devolvía la peliverde solo lo asustó más. Sentía el deseo de protegerla como sí de una hermana menor se tratara. La tomó por ambos hombros y la sacudió suavemente. Ella no respondió.

- ¿Te robaron? -Preguntó, fijando sus ojos en los de ella. ______. negó con la cabeza- ¿Te golpearon? -Otra vez negó con la cabeza- ¿Te caíste, te corrieron de la casa, te tocaron?

Nada, ella no hacia más que negar con la cabeza. Tyron soltó un suspiro y se acercó más a su rostro.

- ¿Estás herida?

_______. No negó ni asintió, pero no pudo contener el río de lágrimas que empezó a brotar nuevamente de sus ojos. Ty no se esperaba aquello, y por un par de segundos se quedó frío. Pero tan buen amigo como era ladeó la cabeza y la abrazó, rodeándola con los brazos delicadamente. Le acarició el cabello verde con cariño, sin soltarla. Para su sorpresa, _______. reaccionó y lo abrazó al tiempo que hundía su cabeza entre el hombro y el cuello de él.

- ¿Qué sucede, linda? -La voz de Ty sonaba lejana, pero cargada de preocupación- Vamos, háblame, por favor. ¿Necesitas que me quede contigo?
- No... No, Ty. - Se separó a duras penas de su amigo y lo miró a los ojos. Era la mirada más triste que él había visto en un largo tiempo- Ve a la graduación, es tu noche y la de Cat...
- Cállate. Sí necesitas que me quede lo haré, Cat lo entenderá.

Ella negó con la cabeza y sonrió como pudo antes de agarrar el rostro de Tyron entre sus manos.

- Vas a ir a esa estúpida promoción, y le dirás que la amas. ¿Me oyes? Yo... Sé cuidarme sola. Te prometo que regresaré a casa. -Se acercó y le plantó un suave beso en la mejilla- Te ves guapísimo así.
- Al menos déjame llevarte de regreso, te alejaste unas cuantas calles.
- Tranquilo...
- Joder, no quiero dejarte sola, así que déjame llevarte. ¿Sí?

_______. Asintió, agradeciéndole con todo el corazón lo que estaba haciendo por ella. Tyron le extendió la mano y ella la tomó, pensando nuevamente en la gran elección que fue hablarle por primera vez al moreno.

H-O-L-A Chicas ¿Cómo están? Espero que de lo mejor n_n.
Dentro de unos pocos minutos me pondré a escribir, y bueno ya saben, me tardaré una hora o algo así (Como siempre) para subir el cap.
Un millón de gracias por leer, en serio, ustedes son las mejores<3.
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Fran, debo decirte que me enamoré de tu firma. Osea, Nicholas sale perfecto, gosh. Jajajaja, Ty es un amours. ¡Gracias por leer<3!
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¡Hola, Mel! Bienvenida a la novelita. Aw, muchísimas gracias, en serio, que bonita<3. Qué genial que te gustará tanto la novela como para leerla en dos días, honestly.
OHAJAJAJAJA, Vamos, sí lo matas no hay protagonista :c. Pero sabes que el fondo amas al Nicholas. Okno. No te preocupes que tus tudas serán resueltas en los siguientes capítulos n_n
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Lu, sí vas a secuestrar a Nick por favor dime donde lo vas a mantener encerrado para yo pasar allí también. You know... Primero le caigo a besos y después lo demás lalalala. Okno, mira lo que éste hombre me hace decir.
Ay por dios, MUCHÍSIMAS GRACIAS, LU<3. En serio, no sabes que genial es que te guste tanto la novela. Eres un amoursh.
GuessWhat Yo también amo que me digan Hippie es como que "I know it"
GuessWhat2! Aw yo lo quiero ver ¿Puedo, puedo, síiii? sjahjsk, cuando lo subas me dices para verlo :D.
GuessWhat3! JAJAJAJA, Ah, pero eso es bueno, it's fun.
GuessWhat4! Yo también, srsly. Eres la primera con la que hablo así aquí en el foro sjhsk. I know, en serio algún chino debería inventar un aparto de teletransportación, es necesario.
Looove you even more!<3.
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JAJAJAJAJA Ush, todo el mundo está contra Nick últimamente. Okno.
Gracias Kande<3.
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Oh, entonces te diré así, yo soy Estefania, pero dime nia n_n.
JAJAJAJA Todas quieren golpearlo, pobrecito.
Aw, Muchas muuuchas gracias, que bueno que te guste la novela<3.
Posdata: Tu firma de los gemelos, la AMO. ¿Eres fan de Harry Potter? sajshk.

Capitulo treinta y cinco.

Movió el pie una vez más, tocando el suelo con un ritmo inexistente. La pequeña sala de espera antes de la administración del Instituto de Artes estaba vacía, no se escuchaba más ruido que la respiración de ella, y la estaba empezando a aturdir. No soportaba el silencio en grandes dosis; quizás por eso nunca le gustó del todo hacer yoga o meditación en grupos grandes. Estar en completa armonía con el silencio no era una de sus cualidades.
Para ella meditar significaba escuchar sus canciones preferidas a todo volumen con un par de audífonos puestos y una taza de su bebida fría preferida. Todo lo opuesto a las meditaciones callada y monótonas de los monasterios.
Había llamado el día anterior para pedir cita en la recepción y pedir que le otorgaran su diploma, el cual, por motivos que se guardó para sí misma, no pudo ir a recoger la semana pasada. La citaron para las diez de la mañana, y ahí seguía, en interminable espera.
Se arrepintió de no haber traído consigo su cámara e Ipod pues el edificio del Instituto era muy decorativo por dentro, de modo que podría haber aprovechado el tiempo tomando fotografías.

- ¿________.? -La secretaría que le recibió cuando llegó se asomó por la puerta.
- Aquí.
- Pase, por favor.

______. se levantó, acomodó su falda negra con flores moradas y entró en la administración. El lugar dedicado a administrar todo lo relacionado con el Instituto, a diferencia de como ella se imaginó; no era muy grande.
Constaba de dos habitaciones cuyas paredes fueron demolidas para formar una sola. Era espaciosa, con archivadores amontonados en las paredes, tres escritorios grandes y un montón de sillas. Siguió a la secretaria hasta el segundo escritorio, donde la señora Meredith, directiva en jefe del Instituto, la esperaba.

- Buenos días. -Saludó la peliverde con una sonrisa en los labios.
- Buenos días, cariño. Siéntate por favor. -______. obedeció y ocupó su puesto- Tu llamada me llamó la atención; no fuiste la única que faltaste, por supuesto. Pero honestamente esperaba verte.
- Lo sé, pero no pude venir. Fue un pequeño inconveniente. -Soltó un suspiro y la miró- Espero que no halla problema en...
- Oh, no, no. Tú diploma está intacto, no te preocupes por eso. -Meredith le dedicó una sonrisa cálida, buscó algo en su gaveta y sacó el diploma guardado en un sobre amarillo- Aquí tienes, ______., pero antes de irte, firma aquí.

La peliverde asintió, tomó el bolígrafo y la hoja que le ofrecían y la firmó mientras escuchaba a la señora Meredith explicarle que aquello era una carpeta que daba constancia de que todos los graduados, en efecto, recibieron su diploma una vez terminado el curso. ______. le devolvió el papel junto con el bolígrafo y en cambio tomó entre sus manos su preciado diploma.

- Listo. Esta usted oficialmente graduada, señorita.
- ¡Muchas gracias, señora Meredith! -Se levantó de la silla y aunque sintió el impulso de abrazarla, extendió la mano en forma diplomática.
- Fue un placer. Que le valla bien.

_______. Guardó el diploma en su bolso con cuidado antes de salir de la administración para después abandonar el edificio. Se sentía libre, feliz, nueva. Aquel pequeño pedazo de papel significaba que ya era oficialmente una fotógrafa profesional, no una amateur más. Ahora podría salir al mundo y conseguir trabajo, fotografiar las cosas más hermosas de la vida. De repente el trabajo le dejó de parecer una esclavitud y lo empezó a ver más como una extensión de su alma, de lo que amaba hacer. Aún no podía regresar a California, pues el curso de derecho por el que sus padres la habían enviado ahí duraba hasta Diciembre de aquel año, y apenas estaba en Septiembre. Lo que significaba que tendría que quedarse allí por unos meses más. Luego regresaría a su hogar, les diría a sus padres que el Derecho no es lo suyo y se dedicaría a lo que amaba.
Sonaba como un plan perfecto, creado por el más hermoso cosmos allá afuera.
Se subió a la bicicleta que había comprado hacia ya cuatro días y pedaleó tranquilamente hasta el café donde su amiga trabajaba. El lugar estaba bastante lleno debido a la hora, sin embargo dejó su bici en la calle y entró.
Para su suerte Catherine estaba en medio de su descanso.

- ¡Adivinen, adivinen! -_______. se acercó a la mesa, mordiéndose el labio inferior con los dientes para tratar de controlar su sonrisa.

Tyron y Cat se giraron sin sorprenderse de verla ahí y ambos fruncieron el ceño.

- ¿Qué pasó? -Preguntó Catherine, sosteniendo la mano de Ty.
- Adivina. -Repitió.
- ¿Viniste a ver la feliz pareja que Cat y yo hacemos? -Preguntó Tyron, jugando con ella.
- ¿Te diste cuenta de que soy la mejor amiga que has tenido? -Dijo Cat.
- Son un asco, en serio.
- Ya, jugamos contigo, linda. -Le aseguró Ty.
- Cierto. - Movió una silla y esperó hasta que ______. se sentara- Dinos, ¿Qué te tiene tan emocionada?
- ¡Esto!

La peliverde sacó el diploma de su bolso y se los pasó a sus amigos para que lo vieran. Ambos lo observaron por unos segundos antes de volver la mirada hacia ella y sonreirle.

- Felicidades, ______. Ya eres bienvenida al mundo de los grandes.
- Ahora ya tienes un papel que prueba lo buen fotógrafa que eres.
- ¡Gracias, chicos! -Se levantó sin poder contenerse y los abrazó antes de caerle a besos a ambos- Ya soy toda una profesional.
- Vale, vale, pero deja los besos babosos para otro día. -Dijo Cat entre risas.
- A mi no me molesta.
- Tyron, busca tu muerte natural.

El moreno le sonrió a su novia jugetonamente antes de plantarle un tierno beso en los labios. ______. regresó a su asiento y sonrió para su interior: Ambos se veían realmente felices.

- Felicidades a ustedes también, sé que los felicité por mensaje y todo, pero no es lo mismo.
- Gracias. -Respondieron los dos.
- Bien, amo pasar tiempo con ustedes pero tengo que irme.
- Oh, vamos tonta, quédate un rato más, aún tengo como doce minutos de descanso.
- ¿A donde vas?
- A la casa, guardaré esto y luego iré a revelar unas fotos. -Guardó su diploma nuevamente en el bolso, se acercó a los asientos de ambos y los abrazó rápidamente antes de salir- Nos vemos después, los quiero.

Tyron y Cat alzaron las manos a forma de despedida, despiendose de ella hasta que abandonó el café y se perdió de vista.
_______. Subió nuevamente a su blanca bicicleta, tomó la calle paralela y empezó descender camino a casa. Últimamente no le gustaba quedarse mucho tiempo en casa, prefería estar afuera, en algún sitio que no le trajera tantos recuerdos a la mente. Pero aveces no le quedaba de otra que regresar ahí.
De todas maneras se confinaba a su habitación, saliendo solamente a recoger su plato de comida o a charlar un rato con Lulú, y aveces, con Charles. Caroline ya casi no estaba presente en la casa, así como Nicholas, que no pisaba el lugar así su vida dependiera de ello.
Soltó un largo suspiro, botando con el toda sus malas vibras, cruzó a la derecha y se detuvo frente a la casa. Ya que la bicicleta no podía entrar a la casa la cargó hasta el porche con cuidado, depositando la bici allí antes de regresar a la entrada principal.
Entró a la casa con la intención de llamar Lulú para hablar un poco con ella, pero unas voces procedentes de la cocina la hicieron callar. ¿Visitas a esa hora?
La curiosidad pudo más con ella que el deseo de ir a su habitación así que se acercó hasta la puerta de la cocina para ver quienes eran los nuevos invitados de Caroline.
Casi se cae de espaldas cuando sus ojos se encontraron directamente con los de sus padres.

- ¡Oh, bien, allí estás! - La cara de su madre expresaba una mezcla de decepción, tristeza y en cierta parte alegría de volver a verla- Tu, señorita, regresas con nosotros en el primer vuelo de regreso a California mañana por la mañana. ¿Me estás escuchando? ¿Cómo pudiste engañarnos así a tu padre a mi, ah? ¿No te da vergüenza? ¡Eres una adulta, por el amor de Dios! -Su madre hizo una pausa y retomó el control- Ten tus maletas listas, ______. Mañana te vienes con nosotros, quieras o no. -Hurgó algo en su bolso y lo sacó, entregándoselo en la mano a ella- Te tiñes el cabello hoy mismo, se acabó ésta tontería de tener el cabello del color que te venga en gana. Sí no te vas a comportar como una adulta, entonces dejaré de tratarte como tal. ¿Qué habría hecho su Vera no me hubiera comentado nada? Gracias al cielo esa criatura me comentó que estabas estudiando arte...

_______. Sabía que su madre seguía hablando, pero ya no la escuchaba. De repente se sentía vacía, a millones de kilómetros de distancia. Regresaría a casa; sí, pero no de la manera pacifica y tranquila con la que había soñado.

Ohlalá, Hola chicas. I'm sooo happy to see (or read) you guys tonight<3.
Vengo CARGADA de inspiración, lista para escribirles otro capitulo. Como saben, suelo tardarme una horita o algo así para escribir y subir el cap, pero hoy me tardaré un poco más ya que aún no he cenado.
Pero igual quería responderles a todas n_n.
Anyways, hoy habrá cap, solo tenga paciencia y listo. Las quiero a todas, son las mejores lectoras<3.
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Jajajajaja, Fran te noto algo molesta. Okno. Gracias por leer y comentar, en serio<3.
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Uh, primavera, que bonito. Aquí, en Venezuela, no existe esa estación del año. Siempre es verano o invierno. SIEMPRE. Pero igual los meses de Abril-Mayo se parecen a la primavera porque hay flores por todos lados :D.
Mi mamá dice lo mismo, dice que se dañará mucho y así. Porque hay que decolorarlo primero, so... Por los momentos solo me deja teñirme las puntas. ¿Con papel crepé, really? sajhsjk, dime como se hace ¿Síii? a ver si puedo hacerlo.
SJAHJSHJS AH, yo le puse nombre a mi laptop JAJAJA, en serio, se llama Jully.
Ay, muchas gracias Lu n_n. Yo ahorita tengo el cabello largo -Me llega un poco más abajo de la clavicula- porque el año pasado me lo corté supercortito, como Emma Watson y pues ahorita es que creció.
Añuñu, tu también eres una de mis mejores amigas acá en el forito, and i love you like a kid loves chocolate.
PD: YO VI EL VIDEO SJHJ, aparte amo la canción. Ohmygush, tenemos bastante en común.
----------.
Insultala, vamos, se lo merece. Okno. JAJAJAJA, Ya veo que también odias a Vera, Meel. It's normal. Muuchas gracias, en serio<3.
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Es que hay que agregarle drama a la cosa, you know. JAJAJAJA, muchas gracias Kande por leer y comentar <3.
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¡Bienvenida a la novela, Paula! Yo me llamo Estefania, pero dime nia si quieres n_n.
Oh, unete el club. Ahorita todas odian a Nicholas, pero solo hay que darle tiempo :D.
Yo me considero Hippie, pero ya sabes, una Hippie moderada por las reglas de su mamá. Pero eso de Alma Libre, es bastante parecido, tengo que decirte que amé el concepto. Yo también hago eso de que cuando los pensamientos me aturden salgo a algún lugar a tranquilizarme.
Mi mamá tampoco, chocalas. Okno. Pero es que ella dice que hace mucho daño y así...
Oh, esas carreras son hermosas<3.
Bueno, yo tengo que decirte que amo completamente tu firma, soy una total potterhead y aparte la pareja de R&R me cautiva, son un amours.

Capitulo treinta y seis.

______. Hundió un poco más los pies en la arena, enterrándolos debajo de la misma y alzó la mirada hacia el mar.
Ella, además de las personas que habitaban las dieciocho casas que compartían la hilera directa hacia la playa, era una de las pocas personas que podía disfrutar la hermosa vista del océano a cualquier hora del día que le apeteciera. Y esa era una de sus horas preferidas. Sí bien disfrutaba dormir hasta que era casi medio día, aveces se levantaba antes del alba, se calzaba los zapatos deportivos e iba a correr toda la avenida paralela al mar antes de regresar a la costa y quedarse ahí hasta que su mente se aclarara.
Ver el mar mientras la música le inundaba los oídos era una de sus cosas preferidas de hacer. Por eso le gustaba tanto su casa, quedaba justamente frente al mar.
Además de ella no había casi nadie en la playa a esa hora de la mañana. Un trío de surfistas que, a diferencia de ella, se levantaron temprano para tomar las primeras olas el día, y una nadadora que solía ver casi siempre eran los únicos habitantes del lugar; la mayoría de las personas llegaban un poco más tarde, ya dadas las diez u once de la mañana.
Su cámara yacía a un lado de ella, descansando después de haber tomado al menos veinte fotografías aquella mañana.
Ya llevaba cuatro días de regreso en California, su hogar, su casa, pero la felicidad se había quedado al otro lado del Atlántico. En gran parte tenía que ver con su cabello, ese molesto y simple color castaño oscuro no la representaba, se sentía una más en el mundo. Una persona que fue puesta por pura casualidad, y que no estaba destinada a nade grande.
Su reloj de muñeca le indicó que ya eran las nueve, cosa que significaba regresar a casa antes de que su madre se atacara de nuevo. Se calzó los zapatos, sacudió su trasero para despegar la arena del pantalón deportivo y dio media vuelta de regreso a su hogar.

- Estás despierta.

Dijo, _______. al tiempo que cerraba la puerta trasera de su cocina, la que daba hacia la escalera que desembocaba en la playa y miró a su madre sin mucho ánimo. Había albergado la esperanza de poder evitarla como lo estaba haciendo desde el momento en que subió al avión.
Miriam ladeó la cabeza, quitando la mirada unos segundos del tocino que freía y le sonrió a su hija.

- Tu padre tuvo una reunión más temprano y me levantó. -Sacó unas tostadas del tostador y las puso sobre la mesa- ¿Qué tal tu caminata ésta mañana?
- Bien. -Se limitó a contestar; le prestaba más atención a la tarea de quitarse los zapatos para no llenar la casa de arena.
- ¿Quieres acompañarme a desayunar? Hoy no tengo ninguna reunión, así que mi mañana está completamente libre. -Sacó las últimas tiras de tocino del sartén, apagó el fuego de la hornilla y sacó una jarra de jugo de la nevera.
- No, gracias, no tengo hambre a esta hora, comeré más tarde... Qué tengas buen provecho.

______. Iba a seguir de largo hasta llegar a su habitación pero Miriam la agarró suavemente del brazo, así que tuvo que desistir y girarse, preparándose mentalmente para aguantar otro discurso digno de un Emmy de parte de su mamá.
Esperaba ver esa típica mirada en sus ojos de "¿Por qué rayos haces todo mal?" pero para su sorpresa, los ojos color castaño miel de su madre no expresaban más que amor en ellos.

- Mira, cariño, sabes que no me disculpo fácilmente, ni me gusta hacerlo. Pero debo admitir que me equivoqué gravemente contigo. No debí haberte obligado a teñirte el cabello, ni haberte gritado de esa manera... Ni arrastrarte conmigo en un avión, como sí tuvieras cinco años. -Acunó el rostro de su hija entre sus manos y le sonrió- Siempre quise que fueras una abogada, que te metieras profundamente en la diplomacia y terminaras en algún país exótico, representando a California. O trabajando en una empresa famosa, pero esos son mis sueños, linda, no los tuyos. Lamento haber sido una total bruja contigo, no eres una mala hija, cariño... Siempre has sido la hija que quise, y quiero. -Su madre trató de aguantar las lágrimas y sonrió- Y te querré sin importar de que color tengas el cabello... Lo que intento decirte es que eres libre, _______. -Carraspeó la garganta y le acarició el cabello castaño- No te obligaré a hacer nada que no quieras, ya eres una adulta, y debo tratarte como tal.

_______. Pestañeó un par de veces sin responder nada a cambio de la hermosa e inmensa disculpa que su madre le estaba ofreciendo. Seguía perdida entre las palabras "Te quiero" y "Eres libre" que pronunció su mamá en el discurso. Sabía lo difícil que era para ella disculparse, nunca le había gustado y eran muy pocas las veces que lo hacia desde el corazón.
Su madre, a diferencia de ella, era una mujer dura, de acero. Digna de admirar. Si, tenía su lado dulce, tierno y amoroso, pero no era un atributo que le gustara mostrar ante nadie. A ella le gustaba ser temida, no querida.
La castaña sonrió por fin, dando señales de haber escuchado a Miriam y sin pensarlo dos veces le lanzó los brazos al cuello, apretándola en un abrazo de oso gigante.

- Mamá, no te odio. No podría... -La abrazó más fuerte, negándose a soltarla- Gracias, gracias, gracias por entender. Te prometo que saldré a buscar trabajo, ya verás. Luego conseguiré un apartamento, aunque extrañe ésta vista... ¡Oh, mamá, gracias!
- Vale, vale, está bien. -Se separó de su hija y se sentó a la mesa- Con respecto a eso del trabajo, pueda que tenga un amigo que esté interesado en contratarte...

________. Asintió con la cabeza y se sentó a la mesa, dispuesta a escuchar más sobre su posible nuevo empleo, además se moría de hambre. Siguió escuchando con atención todo lo que decía, pero una parte de su mente se desvió hasta un lugar recóndito donde solo podía pensar en cual sería su nuevo color de cabello.











Nicholas miró con ojos vacuos el asiento vacío frente a él en la mesa de su departamento. Llevaba casi una semana encerrado en ese lugar, se sentía atrapado.
Su departamento solía ser su refugio del mundo, diseñado perfectamente para estar siempre en armonía con él, pero ya no se sentía así. Antes aquel bonito sitio nadie lo conocía. Nadie además de él y _______.
Y desde que ella puso un pie ahí lo cambió para siempre. Ya no lograba ver su apartamento como un sitio de tranquilidad, sino más bien como un constante recuerdo de que la estaba evitando, que había jugado suciamente con sus sentimientos... Qué la había herido después de todo.
Lanzó el tenedor al otro lado de la habitación y se levantó de la mesa, dejando su plato a medio terminar.
Nunca en su vida se había odiado tanto a si mismo, pero en ese momento se sentía como la persona más detestable de todo el planeta; y eso era decir bastante.
_______. Había confiado plenamente en él. Aún podía ver perfectamente la mirada de dolor puro el día que le dijo todas esas asquerosidades. Sí dieran Emmys por actuar sin una cámara rodando, él sin duda ganaría al menos cuatro seguidos.
Sí tan solo le pudiera decir, si tan solo pudiera aclarar un poco las cosas, quizás no se odiaría tanto a si mismo... Y ella no sufriría tanto.
Era cierto que los primeros días en que todo empezó la estaba evitando a propósito, pero después del accidente de la castaña cuyo nombre no recordaba, no había podido verla. El trabajo estaba constantemente requiriendo de sus atenciones, para ésto o para aquello, para firmar contratos, conocer nuevos clientes, escuchar las charlas de su padre... Siempre había algo que hacer en el trabajo.
Pero ahora, después de varios días, por fin tenía un momento libre.
Tomó las llaves de su auto junto con las de la casa de su madre, se colocó la chaqueta y abandonó el departamento; buscaría a _______. y le diría todo de una vez. Ninguno de los dos merecía sufrir de esa manera.


- ¡________.! -Cerró la puerta principal de su casa haciendo el mayor ruido posible y subió con paso apresurado las escaleras centrales- ¡________.!

Gritó nuevamente su nombre al tiempo que se dirigió hasta su habitación. Sentía su corazón latiendo fuertemente contra su pecho, quizás era la emoción de aclarar todo el desastre de los últimos días, o quizás era simplemente porque vería su rostro una vez más sin discusiones o lágrimas de por medio.
Abrió la puerta de la habitación y se precipitó hacia adentro de la misma solo para encontrar que estaba completamente vacía. Siguió hasta el baño, solo para asegurarse, pero tampoco había nadie allí.

- Mierda. Mierda, no.

Corrió hasta el closet y lo abrió de par en par: Igual de vacío. No había siquiera una prenda que indicara que ella seguía allí.

- ¡Maldita sea! -Cerró la puerta de un golpe y salió de la habitación.

Cruzó el pasillo hasta la siguiente habitación de huéspedes y abrió la puerta con furia; una parte de su cerebro le decía que ella no estaría allí, pero la esperanza, que podía cortar como el filo de un cuchillo, le decía que no perdía nada revisando. Pero estaba igual de vacía a la primera habitación.
Se detuvo en el medio del cuarto, su mente ya sabía la respuesta, pero se negaba a aceptarla: Ella ya no estaba, se había ido.
De repente la sangre le empezó a correr más rápido, el corazón a latir desbocado. Cerró los puños y aguantó las inmensas ganas de gritar y matar a alguien al mismo tiempo.

- Nick, hijo, ¿Qué haces aquí tan temprano? -Caroline se detuvo en el umbral de la habitación cuando observó la ira y decepción en los ojos de su hijo.
- Tú. ¡Tú hiciste que ella se fuera! -Rugió, mirando a su madre con una mirada devastadora.- ¡Tu y tu maldita cláusula!
- ¿De que hablas? Nicholas creo que... -Extendió una mano a su hijo, intentando acariciarlo.
- No, madre. - Dio un paso hacia atrás, sin retirarle la mirada- Tu hiciste que se fuera. ¡Joder, ya no está!. ¿Sabes lo que hiciste? ¡Lo que hicieron! ¿Tienen alguna maldita idea de como se sintió, de como me sentí yo? -Lanzó una de las almohadas, que chocó contra la pared- Me sentí como un monstruo, joder.

Nicholas se dejó caer sobre la cama, sin fuerzas para nada más y se tapó el rostro con ambas manos.
Caroline se acercó poco a poco, hasta abrazarlo por completo. Pensó que su hijo la echaría a un lado y comenzaría a gritar nuevamente, pero por el contrario apoyó la cabeza en su regazo, llorando lágrimas amargas sin miedo a ser visto o juzgado.
Pocas veces en su vida había llorado; creció con la mentalidad de que los hombres no lloran bajo ninguna circunstancia, y solo dos veces, sin contar el típico llanto infantil, había llorado. Pero ya no le importaba si su propia madre lo veía llorar, no soportaba más... Hasta un hombre como él tenía sus limites.
Caroline le acarició el cabello como solía hacerlo cuando era un niño y no dijo nada. No era el momento. Ya tendrían tiempo de sentarse y hablar sobre todo, en especial de como harían para reparar el daño hecho.