The boyfriend game. {Liam payne y tú}. terminada.

OMFG!!!

No me lo puedo creer!!!

Cómo que no sintió nada Liam al besar a rayis???

Sara me da miedito...

Estoy deseando saber que va a pasar en la semana de entrenamientos de la rayis y Liam...

Muchos kisses!!

Hola de nuevo.
Sube capitulo por favor, o morire.
D:

omfg. llore. dios fue como asfghjkl llore, su su primer besoo.. sdfghjk. maldita sea. siguela milu. te amo. no puedo comentar mas. es simplemente horrible lo que le paso a __ con su primer beso.buaaa. asdfghjkl. siguela xxAle

Siguela:B

¿Soy desesperante?
¿Acosadora?
No importa, igual quiero que subas la novela :B
bye

Sigueeeeeeeeeeeeeeeeeela. Punto.

Gracias por darme una razón para odiar a Liam Payne. Por favooooooor eso es jugar con los sentimientos de las personas!!! Lo odio tanto y me frustra tanto toda la situación...

*se va al rincón a llorar*

seguila!

Vamos pequeña, sube porfavor :(

la beso, la beso, la beso!
que lindo Liam pero de amigos?
pff no me agrada eso!
siguela que me dejaste con intriga

omg .. se besaron !!!!!!!
pero liam .. ese fue el comentario mas insensible que escucheee en mi vida .....
solo un beso .. de amigos .. que no singnifico nada !!! ¬¬
grrrrr .. y era el primer beso de la rayis ... omg .....
amee los capsi !
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

El lunes fue el peor día de mi vida. Sara me ignoró todo el día, y Beth trató de ser neutral. La práctica fue peor. Sara me tiró al suelo tres veces y jugó mejor de lo que la había visto. A pesar de lo mucho que había mejorado durante el tiempo que había estado practicando con Liam, fue aún mejor que yo. Yo estaba quitando mi cara de la tierra por tercera vez cuando Beth se puso en cuclillas junto a mí. —¿Estás bien?

—Genial. —Escupí algo de hierba de mi boca y me senté.
—Tal vez quieras pedir disculpas. Eso ayudaría.
—¿Pedir disculpas? ¡Yo estaba tratando de ayudar!
Beth cogió algo de mi cabello y lo tiró en el campo. —Bueno, ella no lo ve de esa manera.

—¿Vaya, te parece?
Ella miró por encima de mí—. Especialmente desde que Harry se presentó
nuevamente a la práctica para verte.
—¿Qué? —Giré alrededor para mirar detrás de mí. Efectivamente, Harry estaba descansando en el banquillo, vestido con sus coloridos Nike y sus vaqueros de costumbre. Niall estaba de pie junto a él, asando los dedos de los pies en la tierra y disparándole periódicas miradas a Beth. Estos dos realmente necesitaban reunirse. -Genial.‖Todo‖lo‖que‖necesito‖es‖tener‖a‖ Harry‖aquí‖fastidiandome…‖—
Pero a medida que lo estudiaba, me di cuenta que no me observaba.Estaba estudiando el terreno donde estaba la acción.

Me volví a mirar en la dirección que estaba mirando, y mi corazón saltó.¡Estaba buscando a Sara! De ninguna manera. Pero definitivamente así era.
Sonriendo, me puse de pie y me sacudí, viendo girar a Sara cerca de alguien a la que parecían haberle hecho un mal corte de pelo y arruinado su vida. No tenía idea de que Harry estaba observándola. Era simplemente un dolor en el trasero destruyéndome.
—¿Qué estás mirando? —preguntó Beth.
—Harry. Está aquí viendo a Sara, no a mí.
—No, uh... —entonces se desvaneció tranquilamente al ver lo que yo estaba
viendo—. Wow. Ella no tiene ni idea. Voy a decirle.

La agarré del brazo antes de que pudiera moverse. —No. A Harry sólo le gusta cuando ella olvida lo impresionante que es él y deja de ser una chica estúpida, coqueteando. Si lo señalas, va a actuar toda extraña con él de nuevo.

La entrenadora Merrill sopló su silbato, señalando el final de la práctica, y vi a Sara dirigirme una diabólica mirada antes de marcharse con la entrenadora para ayudar a reunir los balones de fútbol. Mi mandíbula estaba apretada cuando la vi hablando con la entrenadora. Ella nunca hablaba con la entrenadora. Nunca. Lo hacía sólo para entrar en el equipo, para desplazarme del equipo universitario. —Nunca he tratado de quitarle a Harry, pero ella si está tratando de robar mi sueño.

Beth me lanzó una mirada, pero no dijo nada. ¿Qué podía decir? Sabía que tenía razón. Cuando seguimos viendo, Harry se deslizó, se levantó y fue hacia Sara, comenzó a ayudarle a recoger los balones. Ella sacudió su mirada hacia él, entonces sonrió, dijo algo y él se echó a reír, su mirada se aferró a su cara como si fuera todo lo que necesitaba para sobrevivir. Yo apreté los labios viendo un poco de su vinculo. Quería que Liam me mirara así, incluso, si era sólo una vez. Quería que caminara hacía mi, todo fresco y casual, incluso aunque descubriera que yo le gustaba.

—Mira eso. Harry abandonó a Niall. ¿Crees que debería ir y hacerle compañía a Niall? —Beth estaba viendo a Niall con la mirada más patéticamente nostálgica que nunca había visto en su rostro.
—Sí, deberías hacerlo. Ve a hablar con él.
—Está bien —asintió una vez, pasó los dedos por su pelo, y luego corrió hacia él. Le dio una tímida sonrisa pero la adoró totalmente cuando vio que se acercaba. Y yo estaba allí, sola, viendo a mis amigas con estos chicos y sus sonrisas, y supe lo que tenía que hacer.


Perdón chicas, no me llegaban ningún mensaje por eso no la seguía.

Me dirigí hacia "nuestro" campo y allí estaba él. Pateando goles mientras me
esperaba. ¡Basta! Era adorable, divertido y talentoso y yo simplemente no podía soportarlo más.

Liam me miró y sonrió. —Hola.
Tomé una profunda respiración y me dirigí hacia él.
Su sonrisa se desvaneció. —¿Qué está mal? Te ves fuera de juego.
—No puedo practicar más contigo.
Frunció el ceño. —¿Por qué no? Esta es la gran semana. La hora de la verdad.
—Lo sé, pero voy a hacerlo por mi cuenta.
Su ceño fruncido se profundizó. —¿Por qué?
—Porque estoy…‖—Empecé a dejarlo salir, luego vacilé ante la confusa mirada en su rostro. Durante el último par de semanas, se había convertido en mi amigo, y le debía algún tipo de explicación. No era su culpa que fuera una idiota. Así que me derrumbe—. Este es el asunto, Liam. Ese beso estuvo fuera de línea.

Hizo una mueca. —Pero dije que no significaba nada.
—Exactamente.
Un pequeño surco se formo en su frente. —¿Y?
Negué con la cabeza, no muy dispuesta a decir lo que realmente quería. Quiero decir, una cosa era hacer alusión a ello, y otra anunciar que me gustaba, y no estaba interesada en ser tratada como una leprosa por un tipo al que consideraba mi amigo. —Cambiaste las reglas cuando me besaste, y no puedo volver atrás.

Ladeó la cabeza. —¿Por qué no?
Le hundí el dedo en el pecho. —Porque estás equivocado. Una chica y un chico no pueden besarse en los labios y hacer como que no significa nada, ¿de acuerdo? No con un beso de esa manera.

Me miró fijamente, con una conmocionada mirada que comenzó a esparcirse
por su rostro. —¿Estás diciendo que te gustó mi beso?
—¡Ese no es el punto!
—¿Pero te gustó?
—¡Olvídalo! —Lancé mis manos al aire y comencé a caminar de nuevo hacia el gimnasio. No podía tener esta conversación.
Liam estaba a mi lado, como, en un segundo. —¿Puedes dejar de caminar
por un minuto? Tenemos que hablar.
—¿Qué se puede decir?
—¿Te…‖gustó? ¿Cómo, gustar, gustar? —preguntó.

Oí la vacilación en su voz y me mordí el labio inferior. Eso fue todo. El fin de nuestra amistad. Ya podía sentir lo que se alejaba. Tomé una profunda respiración, tratando de resolverlo y luego me volví hacía él. Sus ojos eran cautelosos, y no me estaba tocando. Se veía tan lindo, tan impresionante, y todo lo que quería hacer era decir que sí. Decirle la verdad.
Dio un paso hacia atrás, lejos de mí. —¿ Y a ti?
Levanté mi mano y avancé, él retrocedió un paso, en caso de que tuviera la
intención de tocarlo. Tenía un nudo en la garganta, pero tenía mi respuesta. Sólo había una respuesta que podría darle si tenía orgullo. Así que puse las manos en mis caderas y me encontré con su mirada. —Liam, creo que eres un gran jugador de fútbol, y me gusta salir contigo y sí, creo que eres un besador decente.

Su piel tomó este tono verdoso y cambió su peso, empujando sus manos en lo más profundo de sus bolsillos.
—Pero, francamente, no eres mi tipo.
El alivio cruzó por su rostro, por lo que me dieron ganas de enterrar la cabeza en una pila de hojas y llorar. —Eso es genial —tiró de mi hombro—. Me preocupaste por un minuto. No te metas conmigo de esa manera. No puedo tomarlo.

Comencé a caminar hacia el gimnasio de nuevo, dándome cuenta de que Sara, Beth y sus chicos estaban en un pequeño cuarteto en el campo. Podía oír sus risas, me hicieron sentir aún más sola. Así que lance a Liam una altiva mirada. —Estás delirando si piensas que podría estar interesada en ti. —Me reí, mientras mi corazón se rompía en pequeños pedazos. Las chicas del universitario estaban caminando en dirección opuesta a mí, hacia el campo. Quería estar con ellas. Si iba con ellas, Liam no me importaría nunca más.

Sus hombros se relajaron con mis palabras, y cayeron a mi lado mientras
caminaba. Luego, de un minuto o dos, ladeó la cabeza. —¿Qué está mal
conmigo?

Puse los ojos mientras intentaba encontrar una razón que él creyera. —Porque…‖eres‖como‖una‖niña.‖
sus cejas se alzaron. —¿Qué?
Tosí para reprimir una carcajada. —Eres como una de mis amigas, excepto que te gustan los deportes tanto como a mí. Puedo hablar de todo contigo, nos divertimos y esas cosas. —Asentí con la cabeza—. Sí, eres como una amiga con las piernas peludas.

—¿Una amiga con las piernas peludas? —repitió, con su voz un poco elevada.
—Sí. Y hueles peor que las niñas después del fútbol, pero aparte de eso, es casi lo mismo. —Tenía que alejarme de la mirada de horror en su rostro antes de que me viera reír. Con el orgullo recuperado, supongo. Me abrió la puerta del gimnasio y la agarró cuando entraba.

Me miraba, como si no pudiera entenderme. —Tú eres problemática, _____.
Me las arreglé con una descarada sonrisa que ni yo me creía. —Con elogios
como ese, me pregunto ¿por qué no me extraña que seas como una amiga? Ese no es el tipo de cosas que un chico le dice a una chica. Frunció el ceño, pero no respondió.

Interiormente, todo lo que quería estaba marchitándose y muriendo. Todo se había terminado entre nosotros. Nos habíamos besado, había sido
impresionante, y aún así quería huir de mí. Lo único que salvaba nuestra
relación fue el hecho de que lo llamé una amiga con las piernas peludas.

Verdaderamente patético. Me detuve afuera del vestuario de las chicas, donde podía oír a mis compañeras riendo y burlándose. —Me tengo que ir.
Me agarró del brazo antes de que pudiera abrir la puerta. —¿Por qué? ¿Por qué estás abandonándome esta semana? ¿Sólo por un beso? No lo entiendo. No pensé que fueras del tipo que deja todo por lo que ha trabajado por cosas como esas.

Lo miré, con su cabello castaño todo despeinado y sus intensos ojos marrones, y por primera vez me pregunte qué estaba haciendo para gustarme. Quiero decir, en serio, ¿realmente debería perder mi tiempo agradándole a un chico que se asustaba ante la idea de que me gustara? ¿Un chico que no se había dado cuenta de que era una chica, incluso después de estar completamente vestida como una chica la noche del viernes?

Era hora de que me dejara de gustar. Merecía más que pasar tiempo a su
alrededor, cuidando cada palabra que decía en caso de que lo asustara, siendo miserable porque no podía dejar de gustarme y él no me quería. —Oh, soy una chica, Liam. Simplemente no lo has notado. —Entonces empujé la puerta del vestuario dejando que se cerrara de golpe en su cara.