Confía en mí (Harry)

—Ya basta, no me dejas ver la televisión.
—¿Por qué ver televisión si tienes a algo mejor aquí y en vivo?—él presumió, tapando mi visión.
—Maldición Harry, ¡no veré si lo matan!
—¿Sabes qué? Pues Sebastian muere, Taylor tiene un hijo con Lauren y el hijo de George mata a Jason, ¡já!—rió cuando vio mi expresión asesina.
—¡Me has arruinado la película!—tomé un pequeño hielito del vaso que había estado lleno de soda minutos antes y se lo lancé. Él lo esquivó, de manera que se estrelló contra el suelo, de manera que se rompió en pedacitos que volaron por el suelo, cerca de la puerta.
—Lo siento. Ya la vi y me aburría—se encogió de hombros.
—Pero no por eso tenías que arruinármela a mí—me crucé de brazos haciendo un puchero y evitando su mirada.
—Oh vamos, sabes que no puedes estar enojada conmigo—dijo él con voz burlona. Comenzó a picarme en el costado con su dedo índice, a lo que yo me removí, de manera que él se detuvo. Obviamente yo bromeaba, y no lo veía. Dejó de moverse de repente y estuve a punto de girar la cabeza para ver qué estaba haciendo, cuando algo frío se deslizó por mi espalda, haciéndome pegar un brinco en el sofá.
—¡Harry!—grité su nombre cuando sentía un escalofrío recorrer mi columna. El solo se reía mientras me veía retorcerme tratando de sacar el pedazo de hielo de dentro de mi camiseta.—Voy a matarte—luchaba para sacármelo mientras me removía por el frío que causaba contra mi piel. Cuando lo tuve en mi mano, perdí el equilibrio y me fui hacia adelante.
Y de pronto me detuve, sin impactar con nada. Sentí un agradable cosquilleo en mis antebrazos, donde las manos de Harry se cerraban firmemente para impedir mi caída. Estaba casi encima de él, casi. Removí la cabeza suavemente cuando sentí la necesidad de que me soltara y poder estar sobre él; eliminé esos pensamientos de inmediato.
Con demasiada dulzura y delicadeza me ubicó de nuevo a su lado, sentada, sin embargo, una de sus manos no había soltado mi brazo, si no que se había deslizado un poco más abajo, justo sobre el codo. Siguió bajando un poco más y sus dedos tocaron la piel interna de mi brazo debajo del doblez del codo, donde comenzaba una fina y pálida línea vertical que se detenía unos pocos, pero considerables centímetros más abajo.
Tocó el largo de la fina, pero pálida cicatriz, la toco tan suavemente que apenas parecía que me tocara, era como el toque de una pluma sobre la piel. Mordí mi labio mientras reprimía las ganas de llorar, recordando la tarde anterior, la cual había sido arruinada por dos personas que creí no me toparía jamás en la vida.
—¿Dolió mucho?—preguntó casi con temor a decirlo, sin apartar los ojos de mi brazo y de sus dedos, que aún se deslizaban suavemente sobre mi piel, causando una sensación de agradable alivio a mis penas.
—Sí, bastante—me removí, inquieta, apartando la mirada y limpiándome una lágrima discretamente. Los dedos de Harry se movieron de allí, y por un segundo sentí el impulso de decirle que no se detuviera, que sus suaves caricias me hacían sentir cálidamente bien, pero no me dio tiempo. Su mano había bajado por el resto de mi brazo, tocando las pulseras tejidas que envolvían mi muñeca y tocando por último, mi mano; dudó un poco antes de entrelazar nuestros dedos con firmeza, acariciando mi piel con su pulgar, suavemente.
—Sabes que puedes contarme lo que sea, y que si me pides que no lo diga, lo haré, ¿cierto?
—Lo sé Harry, lo sé. Es sólo que… no lo sé… quizá no me siento preparada para hablar de eso ahora…
—También sabes que si lo que dijo esa chica fue cierto, eso no quiere decir que dejaremos de quererte y que ya no formarás parte de nuestro grupo, ¿verdad? Dime que lo sabes Aurore—a eso no respondí, porque sabía que si hablaba, mi voz se quebraría—. Nada de lo que haya pasado cambiará el ahora, ¿ok? Estamos aquí para ti… estoy para ti…—mi cabeza, que estaba recostada en su hombro, se levantó para mirarlo a los ojos.
No me había percatado de lo cerca que estábamos el uno del otro, tanto que podía sentir su aliento salir de sus labios ligeramente entreabiertos impactar contra mi rostro. El se había acercado un escaso centímetro cuando de pronto se retiró rápidamente al ser interrumpidos por el sonido de mi teléfono.
Me separé de él y lo rebusqué entre los cojines que allí había. Lo tomé y vi el nombre en la pantalla.
—Hola Niall.
—Eh… Hola, Beth. Yo solo llamaba porque… pues… pues porque me siento mal, ¿sí? Ayer desapareciste, hoy no viniste a la escuela y pues… siento que ya no hablamos. Creí que éramos mejores amigos…
—Y lo somos, pero…—sentí una punzada de culpa al decir eso. Si se suponía que éramos mejores amigos, ¿por qué no le podía contar nada de mí?—Simplemente…
—Está bien—dijo tras una larga pausa de mi parte.—Sólo quería saber si estabas bien. Estaba preocupado.
—Me alegra que hayas llamado, en serio—no lo decía por el momento interrumpido, sino porque comenzaba a sentirse bien aquella preocupación… hacia mí.
—No hay de qué. Mañana irás a la escuela, ¿verdad?
—Eh… sí, eso creo.
—Está bien. Te llamo más tarde. Te quiero Beth.
—Ok. Igual, Niall—sonreí de lado y colgué la llamada.
—El te quiere mucho—dijo Harry una vez había terminado. Sabía que él y Niall no eran los mejores amigos, no se odiaban, pero por algún motivo no tenían la mejor relación que se podía imaginar. No sabía por qué, y él nunca lo había mencionado.
—Eso creo—sonreí de lado, apartando la mirada de mi teléfono, levantándola para ver a Harry. Que estaba sentado de lado, con el costado apoyado en el espaldar del sofá y un brazo recostado sobre el borde del mismo; su otra mano descansaba sobre su muslo, tamborileando suavemente con los dedos.
—En serio. Todos te queremos—él sonrió abiertamente. Nos miramos fijamente durante unos segundos antes de que él abriera sus brazos—. Ven aquí.
—No necesito un abrazo.
—Tal vez tú no lo necesitas, pero yo sí—él dijo casi con súplica en sus ojos. Me acerqué a él y sus brazos me rodearon con suavidad, apretándome contra él. Descansé la cabeza en su pecho mientras un brazo me rodeaba y una de sus manos se deshacía de la goma elástica que mantenía mi cabello atado en una cola de caballo, dejándolo suelto. Procedió a acariciar suavemente mi cabello ahora cayendo por mis hombros y espalda. Sus dedos pasaban con facilidad entre mis broncíneas hebras, con exagerada parsimonia. Segundos después siguió de la misma manera, y apoyó su mentón en mi cabeza, y a mí no me molestaba para nada.
—¿Estás bien, Harry?—pregunté quedamente.
—Eso creo Aurore… te diré cuando esté seguro.
—¿Por qué me llamas Aurore? Todos suelen llamarme Bethany, o Beth.
—No lo sé, me gusta tu segundo nombre. Es… en algún modo, dulce, lindo, sencillo, como tú—sentí cómo se encogía de hombros.
No respondía eso, tan solo pude sonreír, sonreír y abrazarlo más fuerte.

—¡Bethany Aurore Chassier!—escuché un grito que llamó mi atención. Sobresaltada, cerré la puerta del casillero y afirmé la correa de mi bolso en mi hombro. Un cuerpo chocó con el mío y unos brazos me rodearon, impidiendo que cayera al suelo.
—Niall… me estrujas muy fuerte—dije entrecortadamente. Se separó de mí y me tomó por los hombros, examinándome de arriba abajo. Me volvió a abrazar por pocos segundos y se separó definitivamente.—Estaba preocupado.
—Sí, me doy cuenta—dije burlonamente, colocando la correa del bolso en mi hombro de vuelta.
—Ven, vamos—tomó mi mano y me condujo por el pasillo hacia nuestra próxima clase. Hablaba de muchas cosas, de todo menos de lo que había pasado ayer. No dijo ni palabra.
—Nialler, ¿puedo preguntarte algo?
—Por supuesto—dijo sonriendo, con las manos en los bolsillos mientras yo tomaba su brazo. Se veía realmente lindo con el suéter del instituto de color azul marino y aquel logo en el pecho, del lado izquierdo. Su cabello estaba ligeramente despeinado y sus ojos estaban brillantes. Se veía más contento que siempre.
Podía ver cómo algunos nos miraban. O tal vez, miraban más a Niall. Les parecía sorprendente el hecho de que de un momento a otro, Niall se juntaba con personas ubicadas en un rango de “popularidad”, cuando pasó mucho tiempo solo y siendo molestado por el simple hecho de ser becado y no poseer los mismos recursos económicos que muchos aquí.
—¿Qué pasa entre tú y Sue?
—¿Celosa?—sonrió de lado.
—Sí—dije seriamente. Niall me miró rápidamente, con el ceño suavemente fruncido.—Claro que no Niall, solo quiero saber qué pasa—reí ante su expresión. Su entrecejo se suavizó y sonrió de lado.
—Pues… todavía no es nada serio…
—Todavía—repetí.
—Pero creo que me gusta—él se encogió de hombros, sonriendo suavemente.
—Creo que alguien se está enamorando…—murmuré con voz cantarina.
—Já já, cállate Beth—reí ante su falsa molestia y sarcasmo.
Nuestra charla fue interrumpida cuando entramos al salón de Historia y ocupamos asientos en los últimos bancos, ya que habíamos llegado cuando la clase acababa de empezar. Niall, que estaba a un lado de mí, garabateaba algo en la última página de su libreta, mientras yo, con los brazos apoyados en la mesa, miraba a lo lejos, por la ventana, la cual era azotada por las insistentes gotas de lluvia que nublaba la visión hacia el exterior.
Y por algún motivo, pensé en Emily, la ex de Harry. Sentía en mi interior que la había visto antes… en algún lugar, pero la había visto.
Caminaba por la calle con un helado en la mano. Era un día caluroso y aún sentía que me quemaba con los cortos shorts que lucía, tratando de disminuir un poco el calor. Era imposible. La calle estaba tranquila. Parejas paseando de la mano. Padres empujando coches o tomando a pequeños de la mano. Unos cuantos grupos de amigos bajo la sombra de un gran árbol en el parque contiguo.
Había llamado a Fleur para quedar, pero ella había dicho que tenía asuntos que resolver con un familiar que había llegado de visita de otro país. Sintiéndome levemente herida por el rechazo, salí de casa sola y con la intención de dar una vuelta y no desperdiciar una tarde soleada de un sábado en París.
Una reconocida cabellera rubia con mechones castaños me hizo detenerme. Se trataba de ella, de Fleur, sentada en una mesa afuera de una cafetería, mirando su reloj impaciente y golpeando el suelo con un tacón repetidas veces. Se levantó al momento en que una chica, también rubia, estuvo frente a ella. Se dieron un corto abrazo y cruzaron un par de palabras. Fleur se quitó las gafas de diseñador y entró en la cafetería, con su corto vestido de estampado y sus altos tacones de color azul, a la vez que contoneaba las caderas, llamando la atención de uno que otro chico cerca. La otra chica rubia se giró antes de entrar a la cafetería, dejándome ver su rostro. Era extrañamente parecida a ella… a Fleur.
—Emily…—susurré.
—¿Qué?—Niall susurró a mi lado, con los ojos entrecerrados y levemente inclinado hacia mí.
—Emily…

—¿A dónde iremos hoy?—preguntó Susan con una sonrisa.
—Yo quiero ir a Nando’s.
—Siempre quieres ir allí, Niall—ella le respondió burlonamente.
—¿Y?—él se encogió de hombros.
—Yo iré a casa de Zayn, tenemos un proyecto que hacer para mañana—dijo Stacey, que se disponía a irse de la mano con su novio.
—Ajá sí, cuidado, y no rompan la cama—comentó Louis en voz baja.
—¡Pervertido!—Stace le pegó en el hombro con el puño cerrado, provocando que él lanzara un chillido un tanto muy agudo. Todos rieron, mientras miles de cosas pasaban por mi cabeza a la vez.
—¿Beth, estás en este mundo?
—¿Eh?
—Parecías transportada a otra dimensión—Stacey me miró preocupada—. ¿Estás bien?
—Sí, sí, claro—asentí rápidamente, casi automáticamente. Segundos después, ella se despidió, no muy convencida y se alejó con Zayn. Los demás estaban sumergidos en una conversación animada, junto con Liam, que había llegado unos segundos luego de que Stacey se hubiera marchado.
—Aurore, ¿qué sucede?—levanté la vista cuando tuve a Harry frente a mí.
—Harry…—miré hacia los demás, que parecían no notar nuestra presencia y lo jalé de la muñeca. Salimos de allí sin que los demás se percataran y nos alejamos unos metros.—Sé quién es Emily…
—Claro que sabes. Te la presentamos…—dijo confundido.
—No, no es eso. Sé quién le dijo a Fleur que yo estaba aquí.
—¿Quieres decir que fue Emily?
—Sí. Emily es prima de Fleur.

:O Emily malvada, y Fleur más malvada, les voy a meter hielos en las pantis! Aurore y Hazza si quieren casar pero no lo hacen porque...la la la la)?Sigueeela belleza! BESOS xoxo

Niall eres una ricura pero apetece matarte despues de que hayas estropeado el casi beso de aurore y harry!!! na sigues siendo una ricura igualmente, una ricura muy inoportuna!! fleur....aagh y emily doble agggh agggh SON UNAS MALVADAS, siguelaaaaaa pleasee

:OOOOOOOOOOOO ESA BITCH -.-' Harry jukbneviudtnhbi que cosi:$ y Niall jgbvwnvurgbvd otro cosi mas:$ jajajjajaja xd

haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa diosssssss volvi oye diosss beth y hazza van mejor que nunca ahora pasan mucho tiempo juntos vivaaaaaaaaaaaaaaa

siguelaaaaaaa la amoooooooooooooo

¡Hooooooooola!
¡Nueva lectora! ¡Recién salida del horno! Me encantó el tema de la novela y cada uno de los capítulos escritos. Escribes maravillosamente bien, ¡nunca dejes de escribir! podrías llegar a ser una escritora famosa, y yo sería tu manager(?) ná, mentira, no sirvo de manager.
Sigue escribiendo malditamente fantástico todos los capítulos que quedan, que yo estaré aquí como porrista animándote. -Mentira, tampoco sirvo de porrista-
Bueeeeeeno, me voy, bye! muchísimos besos y abrazos para ti~

DONDE ESTAAS?