Confía en mí (Harry)

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. sakdjhsakfhksajdf .
No me acuerdo si comente antes, aca o otra de tus novelas, pero bueno nada, amo tu noveeeeeee kasjdfhksdhfksadfkj.
Siguela prontooooooo :)
OH! Eh... uhmmm... me acabo de dar cuenta que pasé de pag... lkadfkasjdhf.
Okay byeeee. siguelasiguelasiguela.

Ay ay ay ! Había descubierto la historia, la había empezado a leer, después la perdí y recién ahora la volví a encontrar y me hizo muy feliz haberla encontrado nuevamente. Harry no puede ser tan tierno, es que es demasiado perfecto y dulce y me encanta. Me encanta tanto como todo lo demás.
Y ahora que volví a encontrar la novela, me sumo como lectora oficial. Espero el próximo capítulo con ansias! Te mando un besote enorme!
Lulu

Son TAN tiernos!!!! Los amo y Niall, mi vida es super inseguro pero Susan esta muerta por el asique mas le vale que mueva el culo y haga algo de una vez. Siguela
xoxoxo

siguelaaa soy nueva lectora

—¿Me estás diciendo que no habrá clases por los próximos tres días?—pregunté como por décima vez.
—Hablaré con Harry, aquí tenemos un serio problema de sordera—dijo Stacey burlona.—Están fumigando todo el plantel, así que suspendieron las clases por algunos días.
—Entonces es perfecto. Pasado mañana es el cumpleaños de Sue, podemos organizar lo de la casa de verano para esta semana. Llamaré a Niall luego.
—Cambiando radicalmente de tema… quiero que me digas acerca de Harry. ¿Cómo les está yendo?—a pesar de estar separadas por algunos kilómetros, intuí que subía y bajaba las cejas repetidas veces.
—Eh… bien. Ayer me dijo que me amaba—al decir aquello, sentí el calor subir a mis mejillas.
—Oh Dios mío. Eso es un enorme paso… gigantesco—su voz era de sorpresa.—¿Qué le dijiste, que lo amabas también?
—No…
—¿Cómo que no? Creí que lo amabas.
—Pues claro que lo hago. Pero cada vez que estaba a punto de decírselo llegaba alguien y nos interrumpía.
—Demonios, eso sí que es mala suerte—ella dijo burlona.
—Pero quiero sea especial. Que cuando se lo diga, estemos solos y me aseguraré de que nadie interrumpa ese momento.
—Y después viene la acción…—ella insinuó.
—Es imposible hablar contigo—reí—. Me pasaré por tu casa luego para acordar lo de Susan. Adiós, te quiero pervertida.
—Y yo a ti, mi gatita perversa.
—¡No soy ninguna gatita perversa!—exclamé y luego colgué la llamada.
Dejé el teléfono a un lado y tomé la libreta que estaba sobre la cama. Me coloqué boca abajo y apoyé mi peso sobre mis codos. Comencé a hacer una lista de lo que se necesitaría para la sorpresa de Sue en la casa de veraneo de Stace.
—Hola, amor—Harry se sentó sobre mi espalda, apoyándose en mi trasero. Se agachó y dejó un beso en mi hombro.
—Muy cómodo, ¿eh?—ironicé—. Hola—ladeé la cabeza y él volvió a agacharse, dejando un beso en mis labios.
—¿Te estoy aplastando?
—No realmente, puedes quedarte así si quieres, pero si llega Colin y te ve ahí, te mata.
—Acaba de salir con Isabelle. Los mellizos no están, tu mamá tampoco, eso significa que tú y yo estamos solos—él dijo con una voz exageradamente seductora. Los dos reímos.
—No te pongas en plan seductor, Styles.
—¿Qué estás haciendo?
—No habrá clase durante los próximos días debido a la fumigación en el plantel, así que estaba pensando en poner en marcha el plan de Niall y hacerle una sorpresa a Sue por su cumpleaños.
—¿Eso quiere decir que pasaremos nuestro romántico domingo planeando el cumpleaños de Sue y aguantando a un estresado e irlandés Niall?
—Exacto—asentí—. Levántate, iremos a casa de Stacey.
—Ew no, ahí estará Blair. Esa tipa me mira como si me quisiera comer cada vez que me ve.
—Ay pobrecito Harry—hice un cara de pena fingida—. Tranquilo, no dejaré que la bruja mala te ponga un dedo encima. Ahora bájate, déjame cambiarme.
Harry se quitó de encima de mí y me levanté. Fui al armario para reemplazar los shorts por unos pantalones largos de jean y la blusa holgada y corta por una blusa azul, al igual que mis zapatos. Me puse una chaqueta larga encima y até mi pelo en una coleta. Salí y tomé la libreta, mi teléfono y mi bolso.
—Vamos—le dije a Harry.
Bajamos las escaleras, tomé las llaves de la casa y salimos.
—Espera—me tomó de la mano, deteniéndome.
—¿Qué sucede?—le miré extrañada. El se inclinó y puso una mano en mi nuca, atacando mis labios con los suyos. Rodeé su cuello cuando sentí su lengua tocar mi labio inferior. Nos fundimos en un largo beso y un apretado abrazo.—¿Por qué fue eso?—pregunté cuando nos separamos.
—Solo quise hacerlo—rozó su nariz con la mía y tomó mi mano.—Vamos.
Nos subimos a su auto. El conducía tranquilamente, tarareando una que otra canción que sonaba en la radio.
—Tenemos que pasar por Nialler—dije luego de enviarle un mensaje al rubio.
—Ok.
Miré su perfil atentamente. ¿Acaso podía ser más hermoso, tierno y preocupado? ¿Acaso podía ser más perfecto de lo que ya era? Y me regocijaba saber que era mío, y yo suya.
¿Acaso no se daba cuenta de que me derretía cada vez que tomaba mi mano, entrelazaba nuestros dedos y los besaba uno a uno juguetonamente? Parece que no, porque eso era lo que estaba haciendo en aquel momento. Tomó mi mano y besó mis dedos entrelazados con los suyos. Se detuvo cuando paró frente a la casa de Niall.
—¿Te he dicho lo mucho que te amo? Si no, te amo, princesa—me miró a los ojos mientras lo decía.
—Harry, yo…
—¡Hola chicos!
—Maldición—murmuramos los dos al mismo tiempo. Parecía que Harry estaba tan ansioso por escucharlo como yo por decírselo.
—¿Interrumpo algo?—preguntó Niall.
—No, no, hola Nialler—giré medio cuerpo y él depositó un sonoro beso en mi mejilla.
En la mayoría del transcurso del viaje hablamos Nialler y yo acerca de lo que sería mejor para la sorpresa de Sue. Lo mejor era que seríamos solo nosotros.
Hacía unos momentos en los que había dejado de hablar, y solo escuchaba a Niall, que estaba demasiado nervioso y aún no era el día.
—Niall, ¿podrías calmarte un poco? Creo que me vas a pegar la desesperación—dije sonriendo.
—Lo siento—se excusó.
—Ya estamos aquí—avisó Harry. Se bajaron del auto y Harry tomó la mano de su novia cuando caminó a su lado. Niall tocó el timbre.
—Zayn, Liam y Louis ya están aquí, pasen—Stace sonrió.
La última hora la pasamos hablando y organizando todo. Y tuvimos todo listo en poco tiempo, ya que ayudaba mucho el hecho de ser nosotros los únicos invitados.
Bajo las órdenes de Stacey, Zayn y Niall fueron a encargar el pastel, mientras Louis y Harry fueron a comprar algunas cosas para decorar el lugar.
—¡Maldición Blair, no me jodas!—exclamó Liam bajando las escaleras. Miró a su prima con el ceño fruncido.—¿Acaso hay otra persona en la faz de la tierra más molesta que tu hermana?
—¿Tú en la mañana con resaca?—ella lo fastidió.
—Oh, ya he encontrado la respuesta a mi pregunta—dijo mirándola.
Vi como Stace le hacía una seña con el dedo mayor, para luego cruzarse de brazos. Aquellos dos no podían vivir ni juntos ni separados.
—Ya estamos aquí—dijo Louis entrando a la casa nuevamente, con una bolsa plástica en cada mano.
—Eso quiere decir que tenemos todo listo, ¿verdad?—pregunté.
—Supongo que sí, Niall acaba de confirmar que tendrán listo el pastel para mañana temprano.
—Perfecto. ¿Nos vamos, Harry?—dije levantándome del sofá y caminando hacia él, que dejaba las bolsas de plásticos sobre una mesa.
—Sí, claro—él se aceró.
—Entonces, yo me iré más temprano con Zayn para ir organizando todo—comenzó a hablar Stacey—, pónganle la excusa de que hace tiempo que nadie pasa por allí y hay que limpiar algunas cosas. Ustedes deberían llegar en eso de las dos de la tarde.
—Perfecto, nosotros nos encargamos del resto—dijo Louis.
—Nos vemos luego—dije como despedida. Tomé mi bolso y la mano de Harry y nos dirigimos hacia su auto.
—Aún tenemos un par de horas juntos—dijo mirando hacia el frente—. ¿Te apetece hacer algo?
—La verdad es que sí. ¿Me llevarías a la pista de patinaje?—casi lo dije pensativa.—Se ha convertido en un lugar especial. Fue donde me pediste ser tu novia—lo miré, sintiendo mis mejillas ponerse coloradas.
—Pues vamos hacia allá—dijo sonriente.
—Le avisaré a mamá—dije tomando mi teléfono y enviándole un mensaje rápido. Ella confirmó unos pocos minutos después.
—Aquí estamos—él dijo cuando aparcó frente al edificio. Entramos tomados de la mano y fuimos a alquilar los patines.
Como la última vez, Harry tomó los míos y los ató, para luego mirarme dulcemente.
—Me consientes demasiado, Harry—solté una risita.
—Eres mi niña consentida—dijo el depositando un beso en mi frente.—Vamos—tomó mi mano y me jaló hacia el hielo, donde, aún tomados de las manos trazamos círculos, espirales y varias figuras abstractas mientras estábamos en nuestra burbuja. Solo nosotros dos. No importaba si no estaban mirando.
Salí patinando de sus brazos lo más rápido que pude, y él vino detrás de mí, riendo y exclamando cosas para que me detuviera.
—¡No me vas a…!
—Te tengo—murmuró acorralándome entre la pared de vidrio que dividía el hielo con los bancos del otro lado.
—Hiciste trampa—me quejé golpeando su pecho suavemente.
—¿Cómo demonios se supone que iba a hacer trampa, Aurore?—inquirió burlón.
—¡Cállate!—me cubrí los oídos.
—Porque aparte de ser una consentida, eres una niña berrinchuda—se burló apartándome las manos de los oídos. Se inclinó para besarme, y justo en ese momento mi teléfono sonó, explotando nuestra burbuja.
—¿Mamá?—fruncí el ceño. Se escuchaba mucho movimiento, objetos desparramándose por el suelo, incluso se escuchó lo que probablemente era un jarrón rompiéndose, pero mamá no respondía—. ¿Mamá?—Harry me miró confundido, queriendo información.
—¡Suéltame!—escuché que gritó.
—¡Te he encontrado, perra!
—¡No John, por favor! ¡No!—gritó ella con todas sus fuerzas.—¡Ayuda!—fue lo último que escuché antes de que la llamada se cortara. El teléfono resbaló de mi mano, a pesar de que no lo escuché chocar contra el hielo. Estaba en shock, mi cerebro trataba de asimilar lo que había pasado en tan pocos segundos y mis ojos batallaban por no soltar las lágrimas contenidas.
—¿Qué pasa? Aurore, mírame—tomó mi rostro entre sus manos y buscó mi mirada con sus verdes ojos. Las palabras se quedaron estancadas en mi garganta. Pero sabía internamente que por cada segundo que perdía, la vida de mamá corría más y más peligro.—¡Aurore! Dime que está pasando—Harry me zarandeó.
Lo tomé de la mano y lo llevé hacia los bancos, y procedí a quitarme los patines rápidamente, para colocarme los otros zapatos. Estaba tan nerviosa que no podría ni desanudar los cordones. Harry tomó mis manos y las apretó.
—Dime qué está pasando. ¿Quién llamó?
—Mamá está en peligro, Hazza—y las lágrimas salieron—. Papá nos encontró.