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Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
Lo siento, pero mi Modem habia muerto! :$
pero ya estoy de vuelta y traigo 2 capitulos ^.^
Espero que les gusten & gracias por los comentarios!
vuelvo más tarde! :D
pero ya estoy de vuelta y traigo 2 capitulos ^.^
Espero que les gusten & gracias por los comentarios!
vuelvo más tarde! :D
Capitulo 8
Nicholas sonrió a la niña que le observaba con curiosidad desde el otro extremo del vagón. Debía tener poco más de cuatro años, y la sonrisa espléndida y blanca como la aurora. Le obsequiaba con una de sus mordisqueadas galletas, y él la aceptó, fingiendo que la devoraba con apetito. Escuchó la risa de la pequeña, llenando su corazón con aquella inocencia y recordándole la oscuridad en que se encontraba.
- ¿ Cuál es tu nombre ?- inquirió, inexplicablemente enternecido por la mirada infantil - Eres una jovencita preciosa, ¿ lo sabías ?
- Mi nombre es Alice... - contestó con una espontaneidad deliciosa - Tengo cinco años, ¿ sabes ?... Mira,¿ te gusta mi muñeca ?. También se llama Alice...
El asintió, mientras la niña desvestía una y otra vez su juguete, como si fuera todo un placer para ella que él viera la habilidad con que lo hacía.
- Tú, ¿ cómo te llamas ? - las palabras tropezaban en sus pequeños labios y él volvió a sonreír para responder a la amigable conversación que le ofrecía.
- Nicholas... Nicholas Jonas...
- ¿ Qué nombre es ese ?. - la vio arrugar la nariz, demostrándole que no lo encontraba apropiado para ninguna de sus muñecas.
- Es un nombre francés, cariño. Pero puedes llamarme como te guste durante el viaje...
Alice sujetó una de sus manos, colocando sobre ella la minúscula taza y sirviendo el líquido invisible de su diminuta tetera.
- Tomaremos el té...
Nicholas hizo un gesto divertido con los ojos, indicando que la imaginaria bebida era de su agrado, y la niña le sonrió con aprobación.
- Francia está muy lejos, ¿ verdad ?
Reconoció mentalmente que era así. Demasiado lejos de lo que él amaba. Tan lejos que deseaba saltar de aquel tren, y recorrer mucho más rápido que él la distancia que le separaba de ella.
Dos años... Dos largos años, añorando y muriendo en silencio, deseando tener el valor de regresar a ella... Deseando poseer el coraje suficiente para suplicar que le aceptase en su vida, aunque sólo fuera para poder mirarla de lejos.
- Vamos, tómate el té... Te pondré un poco más, pareces sediento- aquella escena infantil le pareció deliciosa. Cuánta generosidad en las tempranas palabras, cuánta bondad... Como si realmente, adivinara que estaba hambriento de la más insignificante muestra de cariño.
- ¿ Cómo de lejos, Nicholas ?¿ Más lejos que la casa de la Tía Susie ?. ¿ Más lejos que la fábrica de papá ?. ¿ Más que la tienda del Sr. Orvie ?... ¿ Cuánto más lejos ?
Acarició las trenzas doradas que coronaban la pequeña cabeza, maravillado por la curiosidad de sus atropelladas preguntas.
- Mucho más, Alice... Mucho más.- no sabía realmente dónde se encontraban aquellos lugares de los que hablaba, pero suponía que para su recortada estatura, debían parecerle increíblemente lejanos.
La elegante dama que dormía hasta entonces, tiró de su hija con insistencia, al percatarse de la conversación que mantenían.
- ¡ Alice !. No molestes más al señor...- y luego la obligó a sentarse sobre sus rodillas, haciendo que las lágrimas de descontento brotaran de aquellos azules e inocente ojos.
- Por favor... No es molestia...
Pero la mujer hizo caso omiso de sus palabras, y la niña le miró somnolienta, restregando sus manitas contra el vestido.
- Te he dicho mil veces que no hables con extraños. Niña mala...- la oyó susurrar en voz baja, y se clavó en su alma como un insulto.
Un desconocido... Eso era exactamente lo que era. Un desconocido para todos, y para él mismo. Le dolió que aquello fuera tan real.
Durante mucho tiempo, había creído saber perfectamente quién era, y qué era lo que esperaba del mundo y lo que el mundo podía esperar de él. Pero la soledad de los últimos meses y las frías noches parisinas, tratando de ahogar en alcohol y mujeres su amargura, le habían demostrado cuán equivocado estaba. No lo sabía... Peor aún, sabía con certeza que no era lo que había fingido ser. Una cosa era segura: sin ella, era menos que aquel cigarrillo que se consumía entre sus dedos... Era menos que eso, menos que nada si no podía tenerla.
Casi sin darse cuenta, sus puños se cerraron con fuerza alrededor de su rodilla, y elevó la vista, tropezando con la curiosa mirada de la mujer que acunaba a la niña en sus brazos.
Tuvo la impresión de que aquella señora le observaba con temor, como si escudriñara en sus ojos para descubrir al perverso monstruo que era, y ladeó el rostro para escapar de su análisis.
Su mirada siguió hipnotizada, el paisaje que la oscuridad y el movimiento del tren devoraban a su paso. No estaba seguro de porqué había vuelto... Quizá al verla una vez más, con aquella altiva expresión diciéndole adiós, se convenciera de que debía olvidarla por fin. O quizá era una especie de castigo que se había impuesto por tantas mentiras, por tanto engaño que ahora se volvía contra él para atormentarle cada minuto que pasaba sin ella. El motivo era lo de menos, porque ya estaba allí, y temblaba como un niño emocionado ante la idea de volver a respirar su mismo aire. En unas pocas horas, descubriría de nuevo lo que se sentía al recibir su desprecio como una bofetada en plena cara. Pero no le importaba... Era un precio muy alto el que tenía que pagar por su necedad. Y era justo... Saldaría sus deudas con ella, soportaría cualquier insulto con inmenso placer si con ello podía tenerla a unos metros.
Sacó el viejo reloj del bolsillo de su chaqueta, ansioso por comprobar cuánto quedaba aún para que el tren se detuviese, y al hacerlo, algo rodó a sus pies.
El sonido metálico hizo que la niña abriese los ojos de pronto, y se deshizo de las manos de su madre, con ojos curiosos y chispeantes. Sus delgados y menudos dedos sostuvieron el objeto frente a él, entregándoselo con una sonrisa resplandeciente y satisfecha.
- Es muy bonito- comentó, mordiéndose los labios y dejando que el brillo reluciera contra su cara.
Nicholas entrecerró los párpados, observando extasiado la hermosa alianza, y tratando de recordarla en las manos pálidas y elegantes de Charlotte. Era el único recuerdo físico que guardaba de ella, y lo había ocultado durante años para evitar que la furia de su padre lo destruyera también. Sus vestidos, sus zapatos, todas sus cosas habían ardido en el fuego tras su huida, pero él no permitió que aquello fuera pasto de las llamas. Pensó en lo ridículo que se había sentido, escondiendo aquella joya bajo su almohada, mirándola entre lágrimas mientras el coche de Charlotte se alejaba a través de su ventana. Lo había escondido con el firme propósito de lanzárselo a la cara cuando tuviera la menor oportunidad. Pero ahora que lo tenía en sus dedos, y mirando la expresión de felicidad en el rostro infantil, se sintió incapaz de llevarlo consigo por más tiempo.
- Puedes quedártelo, Alice... Te lo regalo.- rodeó el pequeño puño con su mano, cerrándola sobre el pedazo de metal, pero ella se lo devolvió sin perder la sonrisa.
- No puedes. Es un anillo de boda... Y yo soy pequeña aún. Debes guardarlo para tu esposa. Si no lo haces, se pondrá muy triste y llorará.
Una esposa... La idea le hizo querer llorar a él. ¿ Cómo era posible que una personita tan insignificante pudiera ser tan sabia... y tan inconscientemente cruel ?
- Este anillo perteneció a una persona muy importante para mí, pequeña. Seguro que le gustaría que lo tuvieras.- insistió, pero ella volvió a negar con la cabeza.
- Cuando sea mayor, quiero tener un jardín grande con tres perros, ... y un ganso...- regresó con paso tambaleante por el sueño junto a las faldas de su madre - Tú.. tú, ¿ qué quieres ser de mayor...
Las dulces palabras se perdieron en el aire. Aquella era una pregunta en extremo interesante. ¿ Qué quería ser ?... Quería ser como ella, sin duda. Recuperar aquella inocencia que el paso de los años le había arrebatado. Pero eso ya no era posible. Se sorprendió ante lo difícil que le resultaba desprenderse del más mínimo detalle con respecto a Charlotte. Como si en aquel momento, su intangible mano estuviera allí para decirle que no debía hacerlo. Hizo girar el oro ante sus ojos unos instantes, y lo guardó nuevamente en su bolsillo, desanimado por la certeza de que jamás podría escapar del pasado. Se recostó en el respaldo de su asiento, y dejó que el parpadeo singular de las estrellas le adormeciera en silencio, mientras el leve vaivén del tren le mecía y le devolvía a sus recuerdos.
<< Vuelvo a casa >>, pensó, sintiéndose como un ladrón por ello.
Había emprendido aquel viaje sin saber bien porqué lo hacía... Pero a pesar de que supiese que su regreso no estaba bien, no podía dejar de pensar en la felicidad que le embargaría en el instante justo en que volviera a verla.
- ¿ Cuál es tu nombre ?- inquirió, inexplicablemente enternecido por la mirada infantil - Eres una jovencita preciosa, ¿ lo sabías ?
- Mi nombre es Alice... - contestó con una espontaneidad deliciosa - Tengo cinco años, ¿ sabes ?... Mira,¿ te gusta mi muñeca ?. También se llama Alice...
El asintió, mientras la niña desvestía una y otra vez su juguete, como si fuera todo un placer para ella que él viera la habilidad con que lo hacía.
- Tú, ¿ cómo te llamas ? - las palabras tropezaban en sus pequeños labios y él volvió a sonreír para responder a la amigable conversación que le ofrecía.
- Nicholas... Nicholas Jonas...
- ¿ Qué nombre es ese ?. - la vio arrugar la nariz, demostrándole que no lo encontraba apropiado para ninguna de sus muñecas.
- Es un nombre francés, cariño. Pero puedes llamarme como te guste durante el viaje...
Alice sujetó una de sus manos, colocando sobre ella la minúscula taza y sirviendo el líquido invisible de su diminuta tetera.
- Tomaremos el té...
Nicholas hizo un gesto divertido con los ojos, indicando que la imaginaria bebida era de su agrado, y la niña le sonrió con aprobación.
- Francia está muy lejos, ¿ verdad ?
Reconoció mentalmente que era así. Demasiado lejos de lo que él amaba. Tan lejos que deseaba saltar de aquel tren, y recorrer mucho más rápido que él la distancia que le separaba de ella.
Dos años... Dos largos años, añorando y muriendo en silencio, deseando tener el valor de regresar a ella... Deseando poseer el coraje suficiente para suplicar que le aceptase en su vida, aunque sólo fuera para poder mirarla de lejos.
- Vamos, tómate el té... Te pondré un poco más, pareces sediento- aquella escena infantil le pareció deliciosa. Cuánta generosidad en las tempranas palabras, cuánta bondad... Como si realmente, adivinara que estaba hambriento de la más insignificante muestra de cariño.
- ¿ Cómo de lejos, Nicholas ?¿ Más lejos que la casa de la Tía Susie ?. ¿ Más lejos que la fábrica de papá ?. ¿ Más que la tienda del Sr. Orvie ?... ¿ Cuánto más lejos ?
Acarició las trenzas doradas que coronaban la pequeña cabeza, maravillado por la curiosidad de sus atropelladas preguntas.
- Mucho más, Alice... Mucho más.- no sabía realmente dónde se encontraban aquellos lugares de los que hablaba, pero suponía que para su recortada estatura, debían parecerle increíblemente lejanos.
La elegante dama que dormía hasta entonces, tiró de su hija con insistencia, al percatarse de la conversación que mantenían.
- ¡ Alice !. No molestes más al señor...- y luego la obligó a sentarse sobre sus rodillas, haciendo que las lágrimas de descontento brotaran de aquellos azules e inocente ojos.
- Por favor... No es molestia...
Pero la mujer hizo caso omiso de sus palabras, y la niña le miró somnolienta, restregando sus manitas contra el vestido.
- Te he dicho mil veces que no hables con extraños. Niña mala...- la oyó susurrar en voz baja, y se clavó en su alma como un insulto.
Un desconocido... Eso era exactamente lo que era. Un desconocido para todos, y para él mismo. Le dolió que aquello fuera tan real.
Durante mucho tiempo, había creído saber perfectamente quién era, y qué era lo que esperaba del mundo y lo que el mundo podía esperar de él. Pero la soledad de los últimos meses y las frías noches parisinas, tratando de ahogar en alcohol y mujeres su amargura, le habían demostrado cuán equivocado estaba. No lo sabía... Peor aún, sabía con certeza que no era lo que había fingido ser. Una cosa era segura: sin ella, era menos que aquel cigarrillo que se consumía entre sus dedos... Era menos que eso, menos que nada si no podía tenerla.
Casi sin darse cuenta, sus puños se cerraron con fuerza alrededor de su rodilla, y elevó la vista, tropezando con la curiosa mirada de la mujer que acunaba a la niña en sus brazos.
Tuvo la impresión de que aquella señora le observaba con temor, como si escudriñara en sus ojos para descubrir al perverso monstruo que era, y ladeó el rostro para escapar de su análisis.
Su mirada siguió hipnotizada, el paisaje que la oscuridad y el movimiento del tren devoraban a su paso. No estaba seguro de porqué había vuelto... Quizá al verla una vez más, con aquella altiva expresión diciéndole adiós, se convenciera de que debía olvidarla por fin. O quizá era una especie de castigo que se había impuesto por tantas mentiras, por tanto engaño que ahora se volvía contra él para atormentarle cada minuto que pasaba sin ella. El motivo era lo de menos, porque ya estaba allí, y temblaba como un niño emocionado ante la idea de volver a respirar su mismo aire. En unas pocas horas, descubriría de nuevo lo que se sentía al recibir su desprecio como una bofetada en plena cara. Pero no le importaba... Era un precio muy alto el que tenía que pagar por su necedad. Y era justo... Saldaría sus deudas con ella, soportaría cualquier insulto con inmenso placer si con ello podía tenerla a unos metros.
Sacó el viejo reloj del bolsillo de su chaqueta, ansioso por comprobar cuánto quedaba aún para que el tren se detuviese, y al hacerlo, algo rodó a sus pies.
El sonido metálico hizo que la niña abriese los ojos de pronto, y se deshizo de las manos de su madre, con ojos curiosos y chispeantes. Sus delgados y menudos dedos sostuvieron el objeto frente a él, entregándoselo con una sonrisa resplandeciente y satisfecha.
- Es muy bonito- comentó, mordiéndose los labios y dejando que el brillo reluciera contra su cara.
Nicholas entrecerró los párpados, observando extasiado la hermosa alianza, y tratando de recordarla en las manos pálidas y elegantes de Charlotte. Era el único recuerdo físico que guardaba de ella, y lo había ocultado durante años para evitar que la furia de su padre lo destruyera también. Sus vestidos, sus zapatos, todas sus cosas habían ardido en el fuego tras su huida, pero él no permitió que aquello fuera pasto de las llamas. Pensó en lo ridículo que se había sentido, escondiendo aquella joya bajo su almohada, mirándola entre lágrimas mientras el coche de Charlotte se alejaba a través de su ventana. Lo había escondido con el firme propósito de lanzárselo a la cara cuando tuviera la menor oportunidad. Pero ahora que lo tenía en sus dedos, y mirando la expresión de felicidad en el rostro infantil, se sintió incapaz de llevarlo consigo por más tiempo.
- Puedes quedártelo, Alice... Te lo regalo.- rodeó el pequeño puño con su mano, cerrándola sobre el pedazo de metal, pero ella se lo devolvió sin perder la sonrisa.
- No puedes. Es un anillo de boda... Y yo soy pequeña aún. Debes guardarlo para tu esposa. Si no lo haces, se pondrá muy triste y llorará.
Una esposa... La idea le hizo querer llorar a él. ¿ Cómo era posible que una personita tan insignificante pudiera ser tan sabia... y tan inconscientemente cruel ?
- Este anillo perteneció a una persona muy importante para mí, pequeña. Seguro que le gustaría que lo tuvieras.- insistió, pero ella volvió a negar con la cabeza.
- Cuando sea mayor, quiero tener un jardín grande con tres perros, ... y un ganso...- regresó con paso tambaleante por el sueño junto a las faldas de su madre - Tú.. tú, ¿ qué quieres ser de mayor...
Las dulces palabras se perdieron en el aire. Aquella era una pregunta en extremo interesante. ¿ Qué quería ser ?... Quería ser como ella, sin duda. Recuperar aquella inocencia que el paso de los años le había arrebatado. Pero eso ya no era posible. Se sorprendió ante lo difícil que le resultaba desprenderse del más mínimo detalle con respecto a Charlotte. Como si en aquel momento, su intangible mano estuviera allí para decirle que no debía hacerlo. Hizo girar el oro ante sus ojos unos instantes, y lo guardó nuevamente en su bolsillo, desanimado por la certeza de que jamás podría escapar del pasado. Se recostó en el respaldo de su asiento, y dejó que el parpadeo singular de las estrellas le adormeciera en silencio, mientras el leve vaivén del tren le mecía y le devolvía a sus recuerdos.
<< Vuelvo a casa >>, pensó, sintiéndose como un ladrón por ello.
Había emprendido aquel viaje sin saber bien porqué lo hacía... Pero a pesar de que supiese que su regreso no estaba bien, no podía dejar de pensar en la felicidad que le embargaría en el instante justo en que volviera a verla.
HeyItsLupitaNJ
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
Capitulo 9
____(tn) observó con orgullo el rostro menudo y sonrosado que tenía ante ella. Limpió con ternura las pequeñas manos, y el pequeño se revolvió ansioso, luchando por soltarse de sus brazos y volver a sus juegos. Le concedió la libertad con un suspiro de satisfacción, sin perder de vista cada uno de sus movimientos, mientras el niño, ajeno a la vigilancia a que era sometido, se deslizaba con alegría sobre la hierba para perseguir su pelota.
El sol se reflejaba en el ensortijado cabello negro, y no pudo evitar pensar en lo mucho que se parecían. Su pelo era oscuro y sus ojos color azabache, coronados por unas cejas en exceso arqueadas, le conferían una expresión adulta y melancólica, que se mezclaba con la ternura infantil de sus labios al hacer pucheros.
Cerró los ojos, tratando que el sabor amargo de sus pensamientos no empañara la felicidad que aquel ser había hecho llegar a su vida. Recordó las noches de preocupación y soledad, y la inmensa alegría que había sentido al sostenerle por primera vez entre sus brazos, y supo que no se había equivocado al tomar aquella decisión. Habían sido dos años de soledad, de humillación y murmuraciones, pero valía la pena cualquier sufrimiento anterior. Lo sabía con sólo mirar el rostro alegre de su hijo. Al verle allí, jugando tranquilo, como si fuera consciente de que a sólo unos pasos había alguien que daría su vida para protegerle, supo que aquello era cuánto necesitaba para vivir. Atrás quedaba el rencor y la tristeza... Le bastaba tener aquel cuerpecito contra su pecho para saber que no podría vivir sin el preciado tesoro que él le había dejado al partir. Había logrado perdonarle, incluso había llegado a entender las razones que le habían impulsado a comportarse de aquel modo. Pero sobre todo, había agradecido a Dios que le pusiera en su camino para hacerle obsequio del mayor regalo que había soñado jamás.
- ¿ Dónde está ese pequeño diablillo ?
La risa del anciano la devolvió a la realidad, y frunció el ceño al ver cómo agitaba ante los curiosos ojos de su hijo un paquete envuelto en cintas.
- Sr. Williams... - su voz estaba cargada de reproches, pero en el fondo, sabía que todo cuanto hiciera para que ese hombre se comportara como un adulto, era inútil - Le he dicho mil veces que no quiero que acostumbre a Andrew a recibir regalos a todas horas...
- No digas tonterías, chiquilla... ¿ Vas a decirle a un viejo lo que tiene que hacer ?. Mi querida Blanche y yo, ya habíamos criado cinco robustos hijos antes de que tú aprendieras siquiera a gatear...
Desobedeciendo las indicaciones de la muchacha, el hombre escondió el paquete a sus espaldas, provocando que el niño tirara de sus pantalones con nerviosismo y alegría a la vez.
- Está bien, demonio, vas a conseguir romperme el traje...- rasgaron juntos el papel, y los ojos infantiles se agrandaron al descubrir el contenido de la enorme caja. El niño trataba de erguirse con torpeza para montar el caballo de madera, y ella le sujetó, temiendo que cayera en el intento.
- No ha debido hacer esto... Le está mimando demasiado, y luego tendré que parecer una madre estricta cuando le regañe.
- Pues será mejor que vayas acostumbrándote a ello, porque adoro a este niño... y él a mí- lanzó una carcajada al ver como este se acercaba, tirando de él para que viera como montaba su nuevo juguete.
____(tn) se dio por vencida, comprendiendo que todo cuánto dijera no sería suficiente para hacer entrar en razón a su testarudo visitante. Aunque se esforzaba por disimularlo, las atenciones que el anciano tenía con su hijo la conmovían. Además, aquel hombre había cuidado de ella cuando más lo necesitaba, y sentía que podía confiar en él, como en el padre que había perdido hacía unos años.
Se levantó, recogiendo con lentitud la manta sobre la que se había recostado, y entró en la casa, agitando la cabeza al escuchar los grititos de felicidad que su hijo lanzaba al ser mecido por el anciano.
Contempló la amplitud del salón que se abría ante ella, y pensó en lo vacía que estaría su casa de no ser por la risa alborotada de Andrew.
Se preguntó, cómo era posible que en tan poco tiempo, su vida se hubiera llenado de felicidad con la sola llegada de dos personas a ella. Primero, había sido Nicholas, tan altivo y tan desgraciado a la vez, quien le había descubierto el amor, haciéndola mujer y madre a la vez... Y luego aquel travieso hombrecito, quien sin saberlo, se había convertido en el centro de su universo.
Se sintió afortunada por poseer tanto, y deseó por un instante que, dónde quiera que estuviera su atormentado amor, pudiera compartir un poco la dicha que ella disfrutaba. Sabía que era una locura pensarlo, pero a veces, la idea de que le había arrebatado la oportunidad de ser padre, la atormentaba. Le había acusado tantas veces por sus mentiras, y ahora ella misma se convertía en la mayor de las embusteras. La culpabilidad la asaltaba al imaginar que algún día, él pudiera descubrir su secreto. Temía la expresión de su rostro, la dureza de su mirada, acusándola por tan doloroso engaño... Pero el deseo de proteger a su hijo de cualquier recuerdo amargo que pudiera herirlo, era superior a todo pensamiento honesto hacia Nicholas. Nada podía hacer por él, no podía salvarle de la mezquindad que durante tantos años le había hecho odiarla. Y no permitiría que el pasado volviera a aquella casa, aún amándole como le amaba.
El Sr. Williams irrumpió en la casa, perseguido por el balbuceante parloteo del niño, y ella le ofreció asiento, sirviendo dos copas y sentándose a su vez junto a él.
El hombre mantuvo la mirada clavada en ella, con la arrugada frente delatando una preocupación que despertó la curiosidad de la joven.
- ¿ No piensas decírselo nunca, verdad ?. - la pregunta era más una afirmación, y ____(tn) cruzó los brazos sobre el pecho con actitud cansada - Querida niña, ¿ no te parece que ha sido ya suficiente castigo ?... Los dos habéis sufrido mucho por los errores de otros... Y Andrew necesita un padre...
Ella le miró contrariada.
- Por supuesto que sí. Pero no “esa clase de padre”.- había sido categórica al hablar, y el anciano se sorprendió de la fuerza que aquella mujer de aspecto frágil encerraba en su interior.- No toleraré jamás que Nicholas utilice a nuestro hijo para hacerme daño, y sé perfectamente que si lo descubre, sería muy capaz de hacerlo. El no podría amarme, y no podría amar a mi pequeño, y yo no voy a darle la oportunidad de herirnos a los dos...
- Creo que te equivocas, muchacha... Puede que ese joven no haya sido honesto al principio, pero yo conozco a las personas cuando las miro a los ojos... Y he visto mucho dolor, y mucho amor también en los de ese hombre... Tal vez esto es lo que necesita para comprender que su lugar está aquí.
Señaló a su hijo, y ella lo abrazó instintivamente, como si el propio Nicholas estuviera allí en aquel momento, dispuesto a arrebatárselo para siempre.
- Aquí no hay sitio para él, Sr. Williams. No hay sitio para su rencor, ni para su amargura. No pienso cambiar mi decisión... Y espero que usted sepa respetarla.
- Puedes estar tranquila- asintió con la cabeza, pero no parecía demasiado convencido, y ____(tn) sospechó que no estaba siendo del todo honesto con ella.- Sin embargo... He de advertirte, que es muy posible que vuelvas a verle en estos días. He recibido un telegrama desde París, y al parecer, está interesado en adquirir unas tierras que han puesto a la venta en esta zona.
El corazón de ____(tn) dio un vuelco.
- Pero, ¿ porqué ?. No lo entiendo. Este es un pueblo pequeño, y las tierras aquí ya no se cultivan como antes. Y no me imagino a ese hombre criando ganado para ganarse la vida. - la noticia había provocado que sus manos comenzasen a temblar de nuevo, tal y como ocurría en sus sueños al pensar en su regreso- Sr. Williams, usted sabe perfectamente que esta no es la vida que Nicholas Jonas ambiciona... Debió aconsejarle bien antes de traicionarme...
- No se trata de eso, niña. - el anciano pareció ofendido por sus palabras, y ella se arrepintió de haber hablado impulsivamente -Al parecer, piensa seguir con sus negocios en el extranjero, pero dirigiéndolos desde aquí. Quiere construir su casa, y por sus palabras, no creo que pueda hacerle cambiar de parecer... Quizá quiera sentar la cabeza, y este lugar es tan bueno como cualquier otro...
- Usted sabe que no. ¿ Es que no se da cuenta ?. Tendré que trasladarme si él decide instalarse cerca... No puedo arriesgarme a que descubra.... a que descubra a Andrew- la voz se heló en su garganta al ser consciente del peligro que se avecinaba.
- Han pasado dos años, hija. Es tiempo suficiente para que las heridas se cierren... Y siempre puedes inventar algo para alejarle de vosotros. Puedes contarle que te casaste a su marcha, y que enviudaste repentinamente... O puedes decirle que un amor fugaz te convirtió en madre de un hijo ilegítimo. En mi opinión, lo más sensato por tu parte, es que le digas la verdad, y tal vez así podáis ser felices los dos de una maldita vez.
____(tn) lo miró con furia. ¿ Cómo podía insinuar siquiera que debía revelar su secreto ?. Mostrar a Andrew, y decirle << siento no habértelo comunicado antes, Nicholas, pero eres padre de un hijo sano y robusto. Este es tu hijo, y se llama Andrew>>. ¿ Presentarle a su pequeño, al único ser a quien amar que le quedaba en el mundo?. ¿ Soportar la crueldad de sus palabras, la amenaza segura de que se lo arrebataría de cualquier modo, tal y como su padre, muchos años antes, había hecho para atormentar a la pobre Charlotte ?. Al parecer, la historia se repetía una vez más. El destino había decidido que los fantasmas de Nicholas se cerniesen también sobre ella, y ____(tn) sintió el incontrolable deseo de escapar de allí. Antes prefería huir, esconderse de su fría mirada, de la amargura de su alma que ella no había sido capaz de calmar.
Antes prefería estar muerta que renunciar al cariño de su hijo y permitir que él lo educase, convirtiéndolo con seguridad en el ser triste y sombrío que él mismo era.
- Tiene que ayudarme... - pidió con voz vibrante, sin soltar ni un segundo al pequeño, que la observaba abstraído sin comprender porque su madre temblaba como una hoja al viento - Tiene que prometerme que no le contará nada...
- Ya te he dicho que no sabrá nada por mí... Pero te aconsejo que tengas mucho cuidado, ____(tn). Quizá haya llegado ya, y estoy seguro de que lo primero que hará será visitar esta casa... Debes reflexionar sobre lo que vas a hacer. Está en juego su vida, la tuya... y la de vuestro hijo. Piensa en ello, ¿ lo harás, querida ?.
Aceptó el apretón cariñoso de la huesuda mano sobre su hombro, y le vio marchar con el paso lento y la expresión meditabunda.
No tenía nada que pensar... Había cuidado sola durante todo ese tiempo a su hijo, y lo había hecho bastante bien. No necesitaba de su caridad, ni de su cinismo para estropearlo todo, ahora que la vida le sonreía de nuevo.
Andrew gimió, asustado por la manera en que su madre le oprimía contra su cuerpo.
- No llores, mi pequeño... Mamá no dejará que nadie te haga daño...
Su llanto angustiado hizo que el niño comenzara a llorar también, y ella le calmó con dulces palabras, meciéndolo hasta lograr que sus pálidos párpados se cerraran y sus labios se relajaran en una sonrisa de satisfacción que la llenó de orgullo.
El sol se reflejaba en el ensortijado cabello negro, y no pudo evitar pensar en lo mucho que se parecían. Su pelo era oscuro y sus ojos color azabache, coronados por unas cejas en exceso arqueadas, le conferían una expresión adulta y melancólica, que se mezclaba con la ternura infantil de sus labios al hacer pucheros.
Cerró los ojos, tratando que el sabor amargo de sus pensamientos no empañara la felicidad que aquel ser había hecho llegar a su vida. Recordó las noches de preocupación y soledad, y la inmensa alegría que había sentido al sostenerle por primera vez entre sus brazos, y supo que no se había equivocado al tomar aquella decisión. Habían sido dos años de soledad, de humillación y murmuraciones, pero valía la pena cualquier sufrimiento anterior. Lo sabía con sólo mirar el rostro alegre de su hijo. Al verle allí, jugando tranquilo, como si fuera consciente de que a sólo unos pasos había alguien que daría su vida para protegerle, supo que aquello era cuánto necesitaba para vivir. Atrás quedaba el rencor y la tristeza... Le bastaba tener aquel cuerpecito contra su pecho para saber que no podría vivir sin el preciado tesoro que él le había dejado al partir. Había logrado perdonarle, incluso había llegado a entender las razones que le habían impulsado a comportarse de aquel modo. Pero sobre todo, había agradecido a Dios que le pusiera en su camino para hacerle obsequio del mayor regalo que había soñado jamás.
- ¿ Dónde está ese pequeño diablillo ?
La risa del anciano la devolvió a la realidad, y frunció el ceño al ver cómo agitaba ante los curiosos ojos de su hijo un paquete envuelto en cintas.
- Sr. Williams... - su voz estaba cargada de reproches, pero en el fondo, sabía que todo cuanto hiciera para que ese hombre se comportara como un adulto, era inútil - Le he dicho mil veces que no quiero que acostumbre a Andrew a recibir regalos a todas horas...
- No digas tonterías, chiquilla... ¿ Vas a decirle a un viejo lo que tiene que hacer ?. Mi querida Blanche y yo, ya habíamos criado cinco robustos hijos antes de que tú aprendieras siquiera a gatear...
Desobedeciendo las indicaciones de la muchacha, el hombre escondió el paquete a sus espaldas, provocando que el niño tirara de sus pantalones con nerviosismo y alegría a la vez.
- Está bien, demonio, vas a conseguir romperme el traje...- rasgaron juntos el papel, y los ojos infantiles se agrandaron al descubrir el contenido de la enorme caja. El niño trataba de erguirse con torpeza para montar el caballo de madera, y ella le sujetó, temiendo que cayera en el intento.
- No ha debido hacer esto... Le está mimando demasiado, y luego tendré que parecer una madre estricta cuando le regañe.
- Pues será mejor que vayas acostumbrándote a ello, porque adoro a este niño... y él a mí- lanzó una carcajada al ver como este se acercaba, tirando de él para que viera como montaba su nuevo juguete.
____(tn) se dio por vencida, comprendiendo que todo cuánto dijera no sería suficiente para hacer entrar en razón a su testarudo visitante. Aunque se esforzaba por disimularlo, las atenciones que el anciano tenía con su hijo la conmovían. Además, aquel hombre había cuidado de ella cuando más lo necesitaba, y sentía que podía confiar en él, como en el padre que había perdido hacía unos años.
Se levantó, recogiendo con lentitud la manta sobre la que se había recostado, y entró en la casa, agitando la cabeza al escuchar los grititos de felicidad que su hijo lanzaba al ser mecido por el anciano.
Contempló la amplitud del salón que se abría ante ella, y pensó en lo vacía que estaría su casa de no ser por la risa alborotada de Andrew.
Se preguntó, cómo era posible que en tan poco tiempo, su vida se hubiera llenado de felicidad con la sola llegada de dos personas a ella. Primero, había sido Nicholas, tan altivo y tan desgraciado a la vez, quien le había descubierto el amor, haciéndola mujer y madre a la vez... Y luego aquel travieso hombrecito, quien sin saberlo, se había convertido en el centro de su universo.
Se sintió afortunada por poseer tanto, y deseó por un instante que, dónde quiera que estuviera su atormentado amor, pudiera compartir un poco la dicha que ella disfrutaba. Sabía que era una locura pensarlo, pero a veces, la idea de que le había arrebatado la oportunidad de ser padre, la atormentaba. Le había acusado tantas veces por sus mentiras, y ahora ella misma se convertía en la mayor de las embusteras. La culpabilidad la asaltaba al imaginar que algún día, él pudiera descubrir su secreto. Temía la expresión de su rostro, la dureza de su mirada, acusándola por tan doloroso engaño... Pero el deseo de proteger a su hijo de cualquier recuerdo amargo que pudiera herirlo, era superior a todo pensamiento honesto hacia Nicholas. Nada podía hacer por él, no podía salvarle de la mezquindad que durante tantos años le había hecho odiarla. Y no permitiría que el pasado volviera a aquella casa, aún amándole como le amaba.
El Sr. Williams irrumpió en la casa, perseguido por el balbuceante parloteo del niño, y ella le ofreció asiento, sirviendo dos copas y sentándose a su vez junto a él.
El hombre mantuvo la mirada clavada en ella, con la arrugada frente delatando una preocupación que despertó la curiosidad de la joven.
- ¿ No piensas decírselo nunca, verdad ?. - la pregunta era más una afirmación, y ____(tn) cruzó los brazos sobre el pecho con actitud cansada - Querida niña, ¿ no te parece que ha sido ya suficiente castigo ?... Los dos habéis sufrido mucho por los errores de otros... Y Andrew necesita un padre...
Ella le miró contrariada.
- Por supuesto que sí. Pero no “esa clase de padre”.- había sido categórica al hablar, y el anciano se sorprendió de la fuerza que aquella mujer de aspecto frágil encerraba en su interior.- No toleraré jamás que Nicholas utilice a nuestro hijo para hacerme daño, y sé perfectamente que si lo descubre, sería muy capaz de hacerlo. El no podría amarme, y no podría amar a mi pequeño, y yo no voy a darle la oportunidad de herirnos a los dos...
- Creo que te equivocas, muchacha... Puede que ese joven no haya sido honesto al principio, pero yo conozco a las personas cuando las miro a los ojos... Y he visto mucho dolor, y mucho amor también en los de ese hombre... Tal vez esto es lo que necesita para comprender que su lugar está aquí.
Señaló a su hijo, y ella lo abrazó instintivamente, como si el propio Nicholas estuviera allí en aquel momento, dispuesto a arrebatárselo para siempre.
- Aquí no hay sitio para él, Sr. Williams. No hay sitio para su rencor, ni para su amargura. No pienso cambiar mi decisión... Y espero que usted sepa respetarla.
- Puedes estar tranquila- asintió con la cabeza, pero no parecía demasiado convencido, y ____(tn) sospechó que no estaba siendo del todo honesto con ella.- Sin embargo... He de advertirte, que es muy posible que vuelvas a verle en estos días. He recibido un telegrama desde París, y al parecer, está interesado en adquirir unas tierras que han puesto a la venta en esta zona.
El corazón de ____(tn) dio un vuelco.
- Pero, ¿ porqué ?. No lo entiendo. Este es un pueblo pequeño, y las tierras aquí ya no se cultivan como antes. Y no me imagino a ese hombre criando ganado para ganarse la vida. - la noticia había provocado que sus manos comenzasen a temblar de nuevo, tal y como ocurría en sus sueños al pensar en su regreso- Sr. Williams, usted sabe perfectamente que esta no es la vida que Nicholas Jonas ambiciona... Debió aconsejarle bien antes de traicionarme...
- No se trata de eso, niña. - el anciano pareció ofendido por sus palabras, y ella se arrepintió de haber hablado impulsivamente -Al parecer, piensa seguir con sus negocios en el extranjero, pero dirigiéndolos desde aquí. Quiere construir su casa, y por sus palabras, no creo que pueda hacerle cambiar de parecer... Quizá quiera sentar la cabeza, y este lugar es tan bueno como cualquier otro...
- Usted sabe que no. ¿ Es que no se da cuenta ?. Tendré que trasladarme si él decide instalarse cerca... No puedo arriesgarme a que descubra.... a que descubra a Andrew- la voz se heló en su garganta al ser consciente del peligro que se avecinaba.
- Han pasado dos años, hija. Es tiempo suficiente para que las heridas se cierren... Y siempre puedes inventar algo para alejarle de vosotros. Puedes contarle que te casaste a su marcha, y que enviudaste repentinamente... O puedes decirle que un amor fugaz te convirtió en madre de un hijo ilegítimo. En mi opinión, lo más sensato por tu parte, es que le digas la verdad, y tal vez así podáis ser felices los dos de una maldita vez.
____(tn) lo miró con furia. ¿ Cómo podía insinuar siquiera que debía revelar su secreto ?. Mostrar a Andrew, y decirle << siento no habértelo comunicado antes, Nicholas, pero eres padre de un hijo sano y robusto. Este es tu hijo, y se llama Andrew>>. ¿ Presentarle a su pequeño, al único ser a quien amar que le quedaba en el mundo?. ¿ Soportar la crueldad de sus palabras, la amenaza segura de que se lo arrebataría de cualquier modo, tal y como su padre, muchos años antes, había hecho para atormentar a la pobre Charlotte ?. Al parecer, la historia se repetía una vez más. El destino había decidido que los fantasmas de Nicholas se cerniesen también sobre ella, y ____(tn) sintió el incontrolable deseo de escapar de allí. Antes prefería huir, esconderse de su fría mirada, de la amargura de su alma que ella no había sido capaz de calmar.
Antes prefería estar muerta que renunciar al cariño de su hijo y permitir que él lo educase, convirtiéndolo con seguridad en el ser triste y sombrío que él mismo era.
- Tiene que ayudarme... - pidió con voz vibrante, sin soltar ni un segundo al pequeño, que la observaba abstraído sin comprender porque su madre temblaba como una hoja al viento - Tiene que prometerme que no le contará nada...
- Ya te he dicho que no sabrá nada por mí... Pero te aconsejo que tengas mucho cuidado, ____(tn). Quizá haya llegado ya, y estoy seguro de que lo primero que hará será visitar esta casa... Debes reflexionar sobre lo que vas a hacer. Está en juego su vida, la tuya... y la de vuestro hijo. Piensa en ello, ¿ lo harás, querida ?.
Aceptó el apretón cariñoso de la huesuda mano sobre su hombro, y le vio marchar con el paso lento y la expresión meditabunda.
No tenía nada que pensar... Había cuidado sola durante todo ese tiempo a su hijo, y lo había hecho bastante bien. No necesitaba de su caridad, ni de su cinismo para estropearlo todo, ahora que la vida le sonreía de nuevo.
Andrew gimió, asustado por la manera en que su madre le oprimía contra su cuerpo.
- No llores, mi pequeño... Mamá no dejará que nadie te haga daño...
Su llanto angustiado hizo que el niño comenzara a llorar también, y ella le calmó con dulces palabras, meciéndolo hasta lograr que sus pálidos párpados se cerraran y sus labios se relajaran en una sonrisa de satisfacción que la llenó de orgullo.
Nos Leemos más tarde!
Lu wH!;*
:hi:
HeyItsLupitaNJ
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
no lo puedooo creeerr nick la va a ir a buscaaarrr!!!
y ____ tiene un bb de nick
aaaiiiii siguelaaa porfiisss
pero que estavez si sean feliiiceeesss y que le diga la verdad!!!
y ____ tiene un bb de nick
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pero que estavez si sean feliiiceeesss y que le diga la verdad!!!
chelis
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
woww
ke pasoo??
un hijo??
wow
2 años?
komo pasa el tiempo
me encaanntaaaa
ke pasoo??
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me encaanntaaaa
mariely_jonas
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
OMJ!!!! como crees??
2 años??? y un bebe ahhhh
y Nick va en busca de la rayis y ahhh creee que la rayis lo odia y la rayis cree que Nick la odia ahhh plis tienes que seguirla ya!!
Amo la nove :D siguelaaaaa ´pliis!!
2 años??? y un bebe ahhhh
y Nick va en busca de la rayis y ahhh creee que la rayis lo odia y la rayis cree que Nick la odia ahhh plis tienes que seguirla ya!!
Amo la nove :D siguelaaaaa ´pliis!!
Karli Jonas
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
Holaa! aqui les traigo más nove! :)
Nos leemos mañana! ^.^
Capitulo 10
Lu wH!;*
:hi:
Nos leemos mañana! ^.^
Capitulo 10
Nicholas atravesó los arbustos que rodeaban la casa, obligando a callar a los perros con la dureza de su mirada. No quería que los animales dieran con sus ladridos el aviso de su llegada. Sabía que ella no aceptaría verle de ningún modo. Pero al pisar de nuevo aquella tierra, había sentido que no podía dejar pasar un sólo minuto sin estar cerca de ella, aunque fuera a escondidas y tuviera que espiarla como un ladrón.
La enorme ventana del salón estaba entreabierta, y se detuvo junto a ella, ocultando su rostro en la oscuridad para evitar que le descubriesen.
No podía verla con claridad, pero reconocía la figura difusa que la luz del fuego dibujaba contra la pared de la estancia. Podía sentir su presencia, incluso podía percibir su perfume mezclándose con el olor húmedo de la noche.
Una extraña sensación de paz se apoderó de él. Estaba en casa... Aunque ella lo negara mil veces, aquel era su hogar. Se daba cuenta al estar allí, a sólo unos metros de su amor, de que siempre lo había sido... Y se odió por haberse esforzado tanto en destruir la tranquilidad que encerraban aquellas paredes.
El brillo tenue de las llamas iluminó el rostro con el que tanto había soñado en sus largas noches de soledad, y tuvo que contenerse para no atravesar las cortinas y revelar su presencia. Estaba mucho más delgada de lo que podía recordar, y las marcas de cansancio y preocupación rodeaban sus hermosos ojos. Sin embargo, la veía más bella que nunca, más madura... más lejana a él de lo que jamás habría imaginado. No parecía la misma jovencita asustada que temblaba y se enfurecía a cada palabra suya, y no sabía si descubrirlo le ayudaría en sus propósitos. La ____(tn) que él amaba era orgullosa, impulsiva, pero podía dominarla y hacerla suya si la convencía con su ternura. Aquella otra ____(tn) parecía mucho más... mujer, más segura de sí misma, quieta y confiada frenta a la lumbre, como si nada pudiera hacerle ya daño. Quizá él era tan pobre, tan mezquino como hombre... Tuvo miedo, en su egoísmo, de no poder causar en ella el efecto que causaba tiempo atrás. Y es que no poseía nada más para luchar contra la decisión que sabía ella había tomado... Sólo tenía el amor que sentía por ella, y después de su comportamiento pasado, dudaba que fuera suficiente para reclamar de ella un ápice de perdón o de cariño.
La mirada de la joven se deslizó distraída hacia la ventana, y él retrocedió, temeroso de que advirtiera su presencia. Pero no lo hizo. Se levantó y dirigió su sonrisa, suave y aterciopelada, hacia algo que yacía sobre el sofá, junto a ella. La vio elevar en sus brazos un bulto pequeño, casi oculto por la manta que lo cubría, y cuando la luz resplandeció sobre él, sintió que todo su mundo se desplomaba a sus pies en unos segundos.
Debía tener poco más de un año, el pelo más oscuro que la propia oscuridad de la noche, y el rostro apacible y hermoso como un amanecer. Nicholas apretó los labios, parpadeando para alejar de sí la imagen que se había clavado en su mente, hiriéndolo con crueldad. Inconscientemente, apoyó las manos sobre el cristal, inhalando con fuerza el frío aire, y rezando en su interior porque lo que había visto, no fuera más que otra de sus pesadillas. Pero cuando abrió los ojos, la pesadilla seguía aún ahí, tan viva y tan real que se le antojó un cuadro engañosamente angelical. Un cuadro cuyo significado, traía feroces demonios a su cerebro para hacerle purgar sus pecados.
Sus miradas se toparon en la distancia. La de ella, de terror, de auténtico miedo al descubrirle... La suya era tan sombría, que a la luz de la luna, su expresión parecía casi diabólica. La joven protegió al niño contra su pecho, como si temiera que de un momento a otro, el diablo hiciese su triunfal aparición para robárselo.
Nicholas apartó con brusquedad las cortinas y se deslizó hacia el interior del salón, luchando por controlar la sarta de preguntas que se agolpaban en sus labios.
Ella permaneció impasible, sin dejar de aferrar su pequeño tesoro, como si esgrimiera contra él una poderosa bandera que el hombre no pudiera derrotar.
- Ha pasado mucho tiempo, ____(tn) - su tono era frío e inexpresivo, pero ella sabía que estaba furioso. Si había descubierto la verdad, o si pensaba que se había convertido en una mujer fácil, ya no tenía importancia. Cualquiera de las dos cosas, provocaría en él la rabia, y ____(tn) no pudo sostener por más tiempo su mirada interrogante.
- Es cierto.- sus piernas se doblaban por el temor, pero fingió que su presencia no la afectaba. Deseaba que se marchara cuanto antes, que dejara de mirarla y de mirar a su hijo para buscar en él algún parecido con cualquiera de los hombres que ella podía conocer. La ofendía con las suposiciones que adivinaba en sus ojos, pero prefirió dejar que siguiera acusándola en silencio.
Nicholas no podía dejar de mirar al pequeño que ella, inútilmente, se esforzaba por ocultar bajo la manta. Aquellos rasgos eran muy familiares para él... El mentón marcado, los labios finos y apretados, en un gesto que parecía haber sido pintado por él mismo en aquella carita inocente. Incluso la manera en que sus menudos puños aferraban el vestido de su madre, le resultaba tan cercano...
- ¿ Qué has venido a hacer aquí ?- preguntó la joven con dureza, dispuesta a que él viera su determinación porque se fuera - No hay nada tuyo en este lugar...
- ¿ Ah, no ?- el sarcasmo de su voz la hería profundamente, y él lo sabía. Sin embargo, no podía hacer nada para evitarlo - Prefiero averiguar eso por mí mismo, si no te importa...
Descubrió el rostro del pequeño, ignorando las protestas de la joven, y al comprobar lo que quería, una extraña sensación de júbilo se apoderó de él. Estaba furioso con ella, por privarle de aquella noticia, pero al mismo tiempo, su corazón se hinchaba ante la idea de que había algo en el mundo realmente suyo. El parecido era ten evidente que pensó que era absurdo seguir haciéndole preguntas. Aún así, no dejó que ella supiera lo feliz que le hacía su pequeño descubrimiento.
- Podría ser hijo mío- comentó con aparente indiferencia.
- Pero no lo es.- ella negaba con gestos, mientras pensaba con rapidez alguna mentira que les apartara de ellos.
- ¿ Cómo puedes estar tan segura ?.- imaginó otras manos recorriendo aquel cuerpo amado, y el rostro se ensombreció para atemorizarla aún más- ¿ Ha sido para ti tan fácil consolarte en mi ausencia, ____(tn) ?. Porque yo no he podido olvidarte, créeme... Durante todo este tiempo, no he hecho otra cosa más que maldecirme y maldecirte por lo ocurrido.
- Todo eso pertenece al pasado... Y espero que no tengas intención de revivirlo, porque ahora soy muy feliz. Y no permitiré que estropees eso también.
Nicholas apretó los puños a su espalda. La mirada femenina se clavaba en él con fiereza, como si quisiera insultarle con ella. Debía ser paciente, a pesar de que la furia crecía en su interior por momentos. Tenía que dominar sus sentimientos, o la perdería para siempre.
- No he venido a causarte problemas- dijo, y ella sonrió con un cinismo que le sorprendió. ¿ Cuándo había aprendido a ser tan dura ?. ¿ Es que aquellos dos años habían logrado acabar con la dulzura que él tanto anhelaba en sus sueños ?.
- ¿ A qué has venido, entonces ?- inquirió con desdén.
- ¿ Quién es el padre ?.- señaló al niño que sostenía en los brazos - Supongo que tendrá un nombre.
____(tn) encogió los hombros, demostrándole que lo que pudiera pensar de ella, ya no podía hacerle daño.
- De quién sea hijo no es asunto tuyo... Y se llama Andrew. Es todo cuanto tienes que saber. Ahora puedes marcharte, estaba a punto de acostarle.
El se interpuso en su camino, impidiendo que se moviera de allí.
- No he recorrido un camino tan largo para que me despidas de esta manera, querida. Ya veo que tus modales no han cambiado nada en todo este tiempo.
- Quiero que te vayas. Si no lo haces, yo...- le amenazó con su silencio, provocando una carcajada seca en el hombre.
- Tú, ¿ qué harás ?- levantó su mano para acariciar las pálidas mejillas, pero ella retrocedió asustada - Mi dulce ____(tn)... Deberías mirarte al espejo y ver la expresión de tu cara... Es exactamente la misma expresión de aquella primera noche. Sólo que ahora ya no puedes engañarme, porque no tienes hermanos que salgan en tu defensa. Y conozco bien esa mirada brillante. ¿ Es miedo lo que veo en tus ojos ?.¿ Qué es lo que temes, mi terca y mentirosa amiga ?.
____(tn) se mordió los labios. Había algo en el tono de su voz que la inquietaba, y no estaba segura de lo que era. Era como si el despecho y la alegría se mezclaran en sus palabras, y no podía entender cuál era la causa.
- Escúchame bien, ____(tn).- ocultó el rostro en la oscuridad para seguir hablando - Si he vuelto, no ha sido para hacerte daño, ni para perturbarte de nuevo con mi egoísmo. Nada más lejos de mi intención... He vuelto porque no logro encontrar la paz lejos de este lugar. Sé que tal vez no la halle nunca, quizá porque no he hecho nada bueno para merecerla... Pero estoy seguro de que, si existe alguien capaz de proporcionar a mi vida algo de sentido, eres tú. Por más que lo he intentado, no he conseguido que mi mente acepte la idea de que no puedo tenerte... Y sé que tú has pensado lo mismo, por mucho que te esfuerces en negarlo... Ya lo ves, al final, creo que ninguno de los dos ganó la batalla... Pero ambos hemos perdido algo en el intento, ____(tn). Yo he perdido mi orgullo, y lo pisotearía con gusto si me pidieras que lo hiciera... Pero dime, ¿ qué has perdido tú ?
La joven respiró con fuerza. ¿ Aún tenía el valor de preguntarlo ?. Le había perdido a él, ¿ no era suficiente ?. Su inocencia, y su corazón la habían abandonado en el mismo instante en que él se alejaba de su vida, pero no cometería el error de confesárselo.
- Eres muy arrogante al hacerme esa pregunta. ¿ Qué te hace suponer que he pensado en ti un solo minuto ?
Nicholas se volvió hacia ella, analizando detenidamente sus delicadas facciones, que temblaban ahora al enfrentarse a él.
- Sé que es así. Incluso tratando de engañarme, tu mirada es tan sincera, ____(tn), que te sorprenderías. Si no sintieras nada por mí, no estarías tan ansiosa porque me fuera... ni apretarías a ese niño tan fuerte contra tu pecho.
- Está bien, deja de jugar, por todos los santos. Y dime de una vez qué es lo que quieres...
El disimuló la turbación que las palabras cansadas de la joven producían en él. Buscaba la mejor manera de proponérselo. No quería que sonara frío, ni que pareciera que se trataba de algo perfectamente calculado. Pero realmente era así, y la providencial llegada de aquel niño hacía que su plan se simplificara.
- Quiero que estés en mi vida. Ya no me importa lo que tenga que hacer para conseguirlo. Sólo sé que si no eres mía, acabaré por volverme loco... Y no estoy dispuesto a que eso ocurra.- esquivó la mirada atónita de ella y siguió hablando - Te estoy ofreciendo una oportunidad, ____(tn)... Si ese hijo es mío, le daré un apellido respetado y una vida llena de comodidades... Y si no lo es, te convertiré en una mujer honrada ante los ojos de Dios y de los hombres... Sé mi esposa... Dame unas cuántas migajas de todo ese amor que leo en tus ojos, y te prometo que nunca lo lamentarás... Por favor, no hagas que te lo suplique...
Sus manos temblaron al tomar las de la joven, y ella sintió que su alma se despedazaba al ver la expresión torturada en su rostro. ¿ Qué locura le estaba proponiendo ?. Ser su esposa... compartir su lecho cada noche. ¿ Era consciente de lo que le pedía ?. El dolor de su ausencia no sería nada comparado con el dolor de tenerle cerca y saber que no la amaba. Había hablado de una obsesión, de un sentimiento enfermizo que ella jamás podría aceptar a cambio de lo que ella misma sentía. Pero miraba a Andrew con tanta vehemencia, casi con adoración... ¿ Tenía derecho a negarle lo único puro que su atormentada vida podía brindarle ?
- Sé que no puedes creerme... Yo mismo no puedo creerlo tampoco. Pero te juro que no estoy mintiendo. Dios sabe que esta vez no.
- ¿ Realmente hablas en serio ?. ¿ Esperas que crea que has cambiado tanto como para sacrificar tu orgullo y criar al hijo de otro hombre como si fuera tuyo ?...- le vio asentir, y la confusión se apoderó de ella - ¿ Y si me niego ? ¿Y si obedezco a la razón, y decido que no tienes derecho siquiera a estar ahora mismo en esta habitación ?
Los dedos de él se cerraron como garfios sobre sus hombros, y los retiró con rapidez ante la exclamación ahogada de la joven.
- No me obligues a decírtelo, ____(tn)... No me obligues a ser cruel cuando no quiero serlo...
- ¿ Me estás amenazando ?¿ Te atreves a hacerlo después de lo ocurrido ?- su voz se apagó al comprender lo que él pensaba. No había cambiado mucho, aunque se esforzara por hacerla creer lo contrario. Aún creía que podía conseguir cualquier cosa con sólo levantar una de sus manos, y saberlo la destrozó.
- No tiene que ser así... Pero si no existe otro camino, removeré cielo y tierra para demostrar que ese hijo que me has ocultado estos años, lleva mi sangre... Sabes que lo haré... Pero moriré si me obligas a ello... Los dos sufriremos, ____(tn)... No deseo que suceda de esa manera.
- ¡ Tú no lo deseas !- estalló , sintiendo que la cólera teñía sus blancas mejillas - ¿ Alguna vez has pensado en algo más que no fuera lo que “tú deseas” ?. Si crees que voy a dejar que pongas tus sucias manos sobre mi hijo, es que te has vuelto loco de verdad...
- ____(tn). Yo nunca, ¡ nunca !, ¿ me oyes ?, le haría daño a nuestro hijo...
- ¿ De veras ?. No te creo. ¿ Y sabes porqué ?. Porque tuviste un gran maestro en tu padre, y muchos años para perfeccionar tu odio... No puedo creer una sola palabra tuya. Desde que te conocí, todo han sido engaños y farsas, maquinadas por esa mente perversa que posees... Si te acercas a Andrew para herirme, jamás te lo perdonaré.
El hombre dejó caer sus manos a ambos lados de su cuerpo, en actitud de derrota. Ella le golpeaba intencionadamente en la herida que más le dolía, y lo sabía. Estaba tratando de ser cruel con él, recordándole el pasado para que no olvidara quién era, y cuánto daño le había hecho. Pero él sabía que tras aquellas duras palabras, existía todo un océano de amor que caía en forma de lágrimas rodando hasta sus labios.
- ¿ Me amas, ____(tn) ?.¿ Me has amado alguna vez ?- preguntó en un murmullo.
El silencio de la joven fue lo bastante revelador para saber que sí. Pero el deseo vehemente de proteger a aquel niño impediría jamás que lo confesase, y Nicholas se conformó con leerlo en su rostro.
- Voy a hacerte muy feliz, ____(tn). Tanto, que sólo la muerte podrá separarnos el uno del otro...
- Cállate. No quiero que sigas hablando... Por favor, vete...
El asintió, con la promesa callada de que volvería al día siguiente. Y ella supo que lo haría. Volvería, ese día y todos los días después de ese. Porque en el fondo de su corazón, había reconocido en el inocente rostro de su hijo, su propio rostro atormentado. Y ella no tenía fuerzas para arrebatarle también eso. Rezó por él mientras acunaba a su hijo. Y por ella misma, porque el amor que sentía lograra por fin aplacar la ira que tantos años de dolor habían puesto en él.
La enorme ventana del salón estaba entreabierta, y se detuvo junto a ella, ocultando su rostro en la oscuridad para evitar que le descubriesen.
No podía verla con claridad, pero reconocía la figura difusa que la luz del fuego dibujaba contra la pared de la estancia. Podía sentir su presencia, incluso podía percibir su perfume mezclándose con el olor húmedo de la noche.
Una extraña sensación de paz se apoderó de él. Estaba en casa... Aunque ella lo negara mil veces, aquel era su hogar. Se daba cuenta al estar allí, a sólo unos metros de su amor, de que siempre lo había sido... Y se odió por haberse esforzado tanto en destruir la tranquilidad que encerraban aquellas paredes.
El brillo tenue de las llamas iluminó el rostro con el que tanto había soñado en sus largas noches de soledad, y tuvo que contenerse para no atravesar las cortinas y revelar su presencia. Estaba mucho más delgada de lo que podía recordar, y las marcas de cansancio y preocupación rodeaban sus hermosos ojos. Sin embargo, la veía más bella que nunca, más madura... más lejana a él de lo que jamás habría imaginado. No parecía la misma jovencita asustada que temblaba y se enfurecía a cada palabra suya, y no sabía si descubrirlo le ayudaría en sus propósitos. La ____(tn) que él amaba era orgullosa, impulsiva, pero podía dominarla y hacerla suya si la convencía con su ternura. Aquella otra ____(tn) parecía mucho más... mujer, más segura de sí misma, quieta y confiada frenta a la lumbre, como si nada pudiera hacerle ya daño. Quizá él era tan pobre, tan mezquino como hombre... Tuvo miedo, en su egoísmo, de no poder causar en ella el efecto que causaba tiempo atrás. Y es que no poseía nada más para luchar contra la decisión que sabía ella había tomado... Sólo tenía el amor que sentía por ella, y después de su comportamiento pasado, dudaba que fuera suficiente para reclamar de ella un ápice de perdón o de cariño.
La mirada de la joven se deslizó distraída hacia la ventana, y él retrocedió, temeroso de que advirtiera su presencia. Pero no lo hizo. Se levantó y dirigió su sonrisa, suave y aterciopelada, hacia algo que yacía sobre el sofá, junto a ella. La vio elevar en sus brazos un bulto pequeño, casi oculto por la manta que lo cubría, y cuando la luz resplandeció sobre él, sintió que todo su mundo se desplomaba a sus pies en unos segundos.
Debía tener poco más de un año, el pelo más oscuro que la propia oscuridad de la noche, y el rostro apacible y hermoso como un amanecer. Nicholas apretó los labios, parpadeando para alejar de sí la imagen que se había clavado en su mente, hiriéndolo con crueldad. Inconscientemente, apoyó las manos sobre el cristal, inhalando con fuerza el frío aire, y rezando en su interior porque lo que había visto, no fuera más que otra de sus pesadillas. Pero cuando abrió los ojos, la pesadilla seguía aún ahí, tan viva y tan real que se le antojó un cuadro engañosamente angelical. Un cuadro cuyo significado, traía feroces demonios a su cerebro para hacerle purgar sus pecados.
Sus miradas se toparon en la distancia. La de ella, de terror, de auténtico miedo al descubrirle... La suya era tan sombría, que a la luz de la luna, su expresión parecía casi diabólica. La joven protegió al niño contra su pecho, como si temiera que de un momento a otro, el diablo hiciese su triunfal aparición para robárselo.
Nicholas apartó con brusquedad las cortinas y se deslizó hacia el interior del salón, luchando por controlar la sarta de preguntas que se agolpaban en sus labios.
Ella permaneció impasible, sin dejar de aferrar su pequeño tesoro, como si esgrimiera contra él una poderosa bandera que el hombre no pudiera derrotar.
- Ha pasado mucho tiempo, ____(tn) - su tono era frío e inexpresivo, pero ella sabía que estaba furioso. Si había descubierto la verdad, o si pensaba que se había convertido en una mujer fácil, ya no tenía importancia. Cualquiera de las dos cosas, provocaría en él la rabia, y ____(tn) no pudo sostener por más tiempo su mirada interrogante.
- Es cierto.- sus piernas se doblaban por el temor, pero fingió que su presencia no la afectaba. Deseaba que se marchara cuanto antes, que dejara de mirarla y de mirar a su hijo para buscar en él algún parecido con cualquiera de los hombres que ella podía conocer. La ofendía con las suposiciones que adivinaba en sus ojos, pero prefirió dejar que siguiera acusándola en silencio.
Nicholas no podía dejar de mirar al pequeño que ella, inútilmente, se esforzaba por ocultar bajo la manta. Aquellos rasgos eran muy familiares para él... El mentón marcado, los labios finos y apretados, en un gesto que parecía haber sido pintado por él mismo en aquella carita inocente. Incluso la manera en que sus menudos puños aferraban el vestido de su madre, le resultaba tan cercano...
- ¿ Qué has venido a hacer aquí ?- preguntó la joven con dureza, dispuesta a que él viera su determinación porque se fuera - No hay nada tuyo en este lugar...
- ¿ Ah, no ?- el sarcasmo de su voz la hería profundamente, y él lo sabía. Sin embargo, no podía hacer nada para evitarlo - Prefiero averiguar eso por mí mismo, si no te importa...
Descubrió el rostro del pequeño, ignorando las protestas de la joven, y al comprobar lo que quería, una extraña sensación de júbilo se apoderó de él. Estaba furioso con ella, por privarle de aquella noticia, pero al mismo tiempo, su corazón se hinchaba ante la idea de que había algo en el mundo realmente suyo. El parecido era ten evidente que pensó que era absurdo seguir haciéndole preguntas. Aún así, no dejó que ella supiera lo feliz que le hacía su pequeño descubrimiento.
- Podría ser hijo mío- comentó con aparente indiferencia.
- Pero no lo es.- ella negaba con gestos, mientras pensaba con rapidez alguna mentira que les apartara de ellos.
- ¿ Cómo puedes estar tan segura ?.- imaginó otras manos recorriendo aquel cuerpo amado, y el rostro se ensombreció para atemorizarla aún más- ¿ Ha sido para ti tan fácil consolarte en mi ausencia, ____(tn) ?. Porque yo no he podido olvidarte, créeme... Durante todo este tiempo, no he hecho otra cosa más que maldecirme y maldecirte por lo ocurrido.
- Todo eso pertenece al pasado... Y espero que no tengas intención de revivirlo, porque ahora soy muy feliz. Y no permitiré que estropees eso también.
Nicholas apretó los puños a su espalda. La mirada femenina se clavaba en él con fiereza, como si quisiera insultarle con ella. Debía ser paciente, a pesar de que la furia crecía en su interior por momentos. Tenía que dominar sus sentimientos, o la perdería para siempre.
- No he venido a causarte problemas- dijo, y ella sonrió con un cinismo que le sorprendió. ¿ Cuándo había aprendido a ser tan dura ?. ¿ Es que aquellos dos años habían logrado acabar con la dulzura que él tanto anhelaba en sus sueños ?.
- ¿ A qué has venido, entonces ?- inquirió con desdén.
- ¿ Quién es el padre ?.- señaló al niño que sostenía en los brazos - Supongo que tendrá un nombre.
____(tn) encogió los hombros, demostrándole que lo que pudiera pensar de ella, ya no podía hacerle daño.
- De quién sea hijo no es asunto tuyo... Y se llama Andrew. Es todo cuanto tienes que saber. Ahora puedes marcharte, estaba a punto de acostarle.
El se interpuso en su camino, impidiendo que se moviera de allí.
- No he recorrido un camino tan largo para que me despidas de esta manera, querida. Ya veo que tus modales no han cambiado nada en todo este tiempo.
- Quiero que te vayas. Si no lo haces, yo...- le amenazó con su silencio, provocando una carcajada seca en el hombre.
- Tú, ¿ qué harás ?- levantó su mano para acariciar las pálidas mejillas, pero ella retrocedió asustada - Mi dulce ____(tn)... Deberías mirarte al espejo y ver la expresión de tu cara... Es exactamente la misma expresión de aquella primera noche. Sólo que ahora ya no puedes engañarme, porque no tienes hermanos que salgan en tu defensa. Y conozco bien esa mirada brillante. ¿ Es miedo lo que veo en tus ojos ?.¿ Qué es lo que temes, mi terca y mentirosa amiga ?.
____(tn) se mordió los labios. Había algo en el tono de su voz que la inquietaba, y no estaba segura de lo que era. Era como si el despecho y la alegría se mezclaran en sus palabras, y no podía entender cuál era la causa.
- Escúchame bien, ____(tn).- ocultó el rostro en la oscuridad para seguir hablando - Si he vuelto, no ha sido para hacerte daño, ni para perturbarte de nuevo con mi egoísmo. Nada más lejos de mi intención... He vuelto porque no logro encontrar la paz lejos de este lugar. Sé que tal vez no la halle nunca, quizá porque no he hecho nada bueno para merecerla... Pero estoy seguro de que, si existe alguien capaz de proporcionar a mi vida algo de sentido, eres tú. Por más que lo he intentado, no he conseguido que mi mente acepte la idea de que no puedo tenerte... Y sé que tú has pensado lo mismo, por mucho que te esfuerces en negarlo... Ya lo ves, al final, creo que ninguno de los dos ganó la batalla... Pero ambos hemos perdido algo en el intento, ____(tn). Yo he perdido mi orgullo, y lo pisotearía con gusto si me pidieras que lo hiciera... Pero dime, ¿ qué has perdido tú ?
La joven respiró con fuerza. ¿ Aún tenía el valor de preguntarlo ?. Le había perdido a él, ¿ no era suficiente ?. Su inocencia, y su corazón la habían abandonado en el mismo instante en que él se alejaba de su vida, pero no cometería el error de confesárselo.
- Eres muy arrogante al hacerme esa pregunta. ¿ Qué te hace suponer que he pensado en ti un solo minuto ?
Nicholas se volvió hacia ella, analizando detenidamente sus delicadas facciones, que temblaban ahora al enfrentarse a él.
- Sé que es así. Incluso tratando de engañarme, tu mirada es tan sincera, ____(tn), que te sorprenderías. Si no sintieras nada por mí, no estarías tan ansiosa porque me fuera... ni apretarías a ese niño tan fuerte contra tu pecho.
- Está bien, deja de jugar, por todos los santos. Y dime de una vez qué es lo que quieres...
El disimuló la turbación que las palabras cansadas de la joven producían en él. Buscaba la mejor manera de proponérselo. No quería que sonara frío, ni que pareciera que se trataba de algo perfectamente calculado. Pero realmente era así, y la providencial llegada de aquel niño hacía que su plan se simplificara.
- Quiero que estés en mi vida. Ya no me importa lo que tenga que hacer para conseguirlo. Sólo sé que si no eres mía, acabaré por volverme loco... Y no estoy dispuesto a que eso ocurra.- esquivó la mirada atónita de ella y siguió hablando - Te estoy ofreciendo una oportunidad, ____(tn)... Si ese hijo es mío, le daré un apellido respetado y una vida llena de comodidades... Y si no lo es, te convertiré en una mujer honrada ante los ojos de Dios y de los hombres... Sé mi esposa... Dame unas cuántas migajas de todo ese amor que leo en tus ojos, y te prometo que nunca lo lamentarás... Por favor, no hagas que te lo suplique...
Sus manos temblaron al tomar las de la joven, y ella sintió que su alma se despedazaba al ver la expresión torturada en su rostro. ¿ Qué locura le estaba proponiendo ?. Ser su esposa... compartir su lecho cada noche. ¿ Era consciente de lo que le pedía ?. El dolor de su ausencia no sería nada comparado con el dolor de tenerle cerca y saber que no la amaba. Había hablado de una obsesión, de un sentimiento enfermizo que ella jamás podría aceptar a cambio de lo que ella misma sentía. Pero miraba a Andrew con tanta vehemencia, casi con adoración... ¿ Tenía derecho a negarle lo único puro que su atormentada vida podía brindarle ?
- Sé que no puedes creerme... Yo mismo no puedo creerlo tampoco. Pero te juro que no estoy mintiendo. Dios sabe que esta vez no.
- ¿ Realmente hablas en serio ?. ¿ Esperas que crea que has cambiado tanto como para sacrificar tu orgullo y criar al hijo de otro hombre como si fuera tuyo ?...- le vio asentir, y la confusión se apoderó de ella - ¿ Y si me niego ? ¿Y si obedezco a la razón, y decido que no tienes derecho siquiera a estar ahora mismo en esta habitación ?
Los dedos de él se cerraron como garfios sobre sus hombros, y los retiró con rapidez ante la exclamación ahogada de la joven.
- No me obligues a decírtelo, ____(tn)... No me obligues a ser cruel cuando no quiero serlo...
- ¿ Me estás amenazando ?¿ Te atreves a hacerlo después de lo ocurrido ?- su voz se apagó al comprender lo que él pensaba. No había cambiado mucho, aunque se esforzara por hacerla creer lo contrario. Aún creía que podía conseguir cualquier cosa con sólo levantar una de sus manos, y saberlo la destrozó.
- No tiene que ser así... Pero si no existe otro camino, removeré cielo y tierra para demostrar que ese hijo que me has ocultado estos años, lleva mi sangre... Sabes que lo haré... Pero moriré si me obligas a ello... Los dos sufriremos, ____(tn)... No deseo que suceda de esa manera.
- ¡ Tú no lo deseas !- estalló , sintiendo que la cólera teñía sus blancas mejillas - ¿ Alguna vez has pensado en algo más que no fuera lo que “tú deseas” ?. Si crees que voy a dejar que pongas tus sucias manos sobre mi hijo, es que te has vuelto loco de verdad...
- ____(tn). Yo nunca, ¡ nunca !, ¿ me oyes ?, le haría daño a nuestro hijo...
- ¿ De veras ?. No te creo. ¿ Y sabes porqué ?. Porque tuviste un gran maestro en tu padre, y muchos años para perfeccionar tu odio... No puedo creer una sola palabra tuya. Desde que te conocí, todo han sido engaños y farsas, maquinadas por esa mente perversa que posees... Si te acercas a Andrew para herirme, jamás te lo perdonaré.
El hombre dejó caer sus manos a ambos lados de su cuerpo, en actitud de derrota. Ella le golpeaba intencionadamente en la herida que más le dolía, y lo sabía. Estaba tratando de ser cruel con él, recordándole el pasado para que no olvidara quién era, y cuánto daño le había hecho. Pero él sabía que tras aquellas duras palabras, existía todo un océano de amor que caía en forma de lágrimas rodando hasta sus labios.
- ¿ Me amas, ____(tn) ?.¿ Me has amado alguna vez ?- preguntó en un murmullo.
El silencio de la joven fue lo bastante revelador para saber que sí. Pero el deseo vehemente de proteger a aquel niño impediría jamás que lo confesase, y Nicholas se conformó con leerlo en su rostro.
- Voy a hacerte muy feliz, ____(tn). Tanto, que sólo la muerte podrá separarnos el uno del otro...
- Cállate. No quiero que sigas hablando... Por favor, vete...
El asintió, con la promesa callada de que volvería al día siguiente. Y ella supo que lo haría. Volvería, ese día y todos los días después de ese. Porque en el fondo de su corazón, había reconocido en el inocente rostro de su hijo, su propio rostro atormentado. Y ella no tenía fuerzas para arrebatarle también eso. Rezó por él mientras acunaba a su hijo. Y por ella misma, porque el amor que sentía lograra por fin aplacar la ira que tantos años de dolor habían puesto en él.
Lu wH!;*
:hi:
HeyItsLupitaNJ
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
waaaaaaaaaaaa!!Nick estan lindo
y ahhh que le digoa que la amaaa
que ambos se digan que se aman :D
ahh plis tienes que seguirla ya pliiis!!
me encnata esta noveeee!! sigueee plis!!
y ahhh que le digoa que la amaaa
que ambos se digan que se aman :D
ahh plis tienes que seguirla ya pliiis!!
me encnata esta noveeee!! sigueee plis!!
Karli Jonas
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
wwwwwwaaaaaaaa
me encantaaa
es un amor nick kn ella
pero k sufra un pokito mas
siii
kiero mas kapi
me encantaaa
es un amor nick kn ella
pero k sufra un pokito mas
siii
kiero mas kapi
mariely_jonas
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
Holaaaaaaa, Holaaaaaaaa! :D
Espero esten super bien! :)
aqui traigo un capitulo más! ;)
Espero les guste! aahh & quiero que sepan que la nove
ya pronto termina, 4 capitulos más y acaba! :$
ya estoy buscando nueva nove! después les digo cual es! ^.^
Enjoy It! :D
Regreso más tarde con más!
Lu wH!;*
:hi:
Espero esten super bien! :)
aqui traigo un capitulo más! ;)
Espero les guste! aahh & quiero que sepan que la nove
ya pronto termina, 4 capitulos más y acaba! :$
ya estoy buscando nueva nove! después les digo cual es! ^.^
Capitulo 11
La boda se había celebrado en la más estricta intimidad. El pastor, el Sr. Williams y Nicholas. Los tres serios y solemnes frente a ella. Le había mirado una última vez antes de pronunciar el sí, y le había parecido que la escena que se desarrollaba ante sus ojos era la más triste que podía recordar. Ni siquiera la muerte de su padre había producido en ella aquel sentimiento de vacío. Era como si todo cuanto había sucedido, incluida la ceremonia de aquella mañana, perteneciera a la vida de otra persona. Como si las voces que oía provinieran de algún lugar muy lejano y no tuvieran nada que ver con ella. Sin embargo, todo era real. Tan real, que al observar su imagen en el espejo, el pánico se apoderó de ella. El debía estar esperándola en la alcoba contigua, y la idea le producía un cosquilleo en el estómago que la aturdía. Su cuerpo deseaba reunirse con él, revivir de nuevo el placer de sus manos sobre su piel. Pero su mente y su corazón se negaban ante el hecho de que él no la amaba realmente. Sólo era una más de sus pertenencias, otra de sus victorias... No estaba segura de poder soportar esa evidencia durante mucho tiempo. Y temía que él lo descubriera, que enfureciera si no conseguía que se doblegara a su capricho... Temía por Andrew, y por él mismo. Y le compadecía a la vez, porque sospechaba que, a pesar de todo, él deseaba complacerla y experimentar ese sentimiento que jamás había conocido antes.
En un intento desesperado por escapar, se dirigió a la puerta y cerró el pestillo que separaba ambas habitaciones, respirando agitadamente. Era un acto infantil de su parte, pero no tenía fuerzas para enfrentarse a él tan pronto... Aún no.
Se deslizó entre las sábanas con suavidad, cubriéndose hasta la mandíbula, y su cuerpo se tensó al notar el leve movimiento al otro lado de la cama.
La oscuridad le impedía ver el rostro masculino, pero podía oler el aroma a tabaco, y escuchaba su respiración acompasada mezclándose con los latidos de su propio corazón.
Cerró los ojos, aguardando el momento en que él posara sus dedos sobre ella, y controlando el deseo de abrazarle también. En aquellos instantes, no estaba segura de querer huir o amarle hasta hacer desaparecer cualquier sombra de tristeza en su mirada...
- No debes temer nada, ____(tn)- su voz era inexpresiva, pero ella sabía que la había visto cerrar su puerta y que estaba furioso por ello- No te tomaré por la fuerza... El terror que adivino en tus ojos es suficiente para enfriar mis deseos.
Vio su figura recortada en la oscuridad, y por un instante, la luz de la luna filtrándose por la ventana, descubrió su rostro apesadumbrado. Deseó tener el valor de correr tras él, de decirle que volviera junto a ella y le mostrara de nuevo su ternura...
Nicholas clavó su mirada en las sugerentes curvas que dibujaba la sábana. Dios, qué hermosa era... Sus cabellos se esparcían como un exquisito manto sobre la almohada, y los delicados hombros asomaban con timidez al final de la tela. Quiso besarla, tomarla en ese mismo momento... Pero si lo hacía, ella volvería a confirmar sus dudas... Pensaría que saciaba su apetito sin más, y no se trataba de eso... No quería poseer sólo su cuerpo. Quería ser dueño de su mente y de su alma, y no lo conseguiría comportándose como un animal en celo.
- Dormiré en la habitación de al lado- dijo para tranquilizarla, provocando una silenciosa decepción en la joven - Y... ____(tn).... No vuelvas a poner el cerrojo a la puerta. No será necesario.
Ella sintió rechinar las bisagras, anunciando que se había ido, y se irguió en la cama llena de confusión. Quizá no la encontraba atractiva... Quizá su único deseo era tenerla allí, bajo su vigilancia, y estar cerca de su hijo... Quizá... Agitó la cabeza, para hacer desaparecer de su mente todas aquellas suposiciones. Su indiferencia la hería profundamente. Pero, ¿ porqué se sentía morir ?. Eso era lo que quería, lo que había deseado evitar mientras prometía cuidarle y respetarle el resto de su vida... Pero ahora que él había dejado bien claro que no esperaba nada de ella, la idea la inquietaba. Si no era capaz de despertar en él el más mínimo deseo, significaba que tampoco podría hacer que la amara... Lloró en silencio, ahogando sus sollozos para que él no la oyera.
Pero Nicholas podía escuchar cada gemido que brotaba de sus labios, y controlaba desde el otro lado de la puerta, el impulso de derribarla. Aquella mujer no le amaba... Ahora lo sabía con certeza. El descubrimiento hizo que todos sus sentidos quisieran gritar su dolor a la noche... No merecía una sola mirada de compasión de aquella mujer, no poseía ni la milésima parte de honestidad que ella... Y sin embargo, ella lloraba por él... Lo adivinaba en cada una de sus lágrimas, y se sintió afortunado por ello... Sólo debía esperar un poco, y entonces lograría que ella le perdonase al fin.
Apoyó la espalda contra la dura madera, procurando hacer el menor ruido. No quería asustarla... La imaginó sobre el lecho, preocupada e inquieta, con tanta ternura por ofrecer que lo enloquecía pensarlo. Permaneció así durante mucho tiempo, hasta que el silencio completo le indicó que se había dormido. Unas horas después, seguía con la dulce imagen de la joven ante sus ojos, y los cerró con fuerza, convencido de que si podía retenerla unos minutos más, podría retenerla también a ella para siempre.
En un intento desesperado por escapar, se dirigió a la puerta y cerró el pestillo que separaba ambas habitaciones, respirando agitadamente. Era un acto infantil de su parte, pero no tenía fuerzas para enfrentarse a él tan pronto... Aún no.
Se deslizó entre las sábanas con suavidad, cubriéndose hasta la mandíbula, y su cuerpo se tensó al notar el leve movimiento al otro lado de la cama.
La oscuridad le impedía ver el rostro masculino, pero podía oler el aroma a tabaco, y escuchaba su respiración acompasada mezclándose con los latidos de su propio corazón.
Cerró los ojos, aguardando el momento en que él posara sus dedos sobre ella, y controlando el deseo de abrazarle también. En aquellos instantes, no estaba segura de querer huir o amarle hasta hacer desaparecer cualquier sombra de tristeza en su mirada...
- No debes temer nada, ____(tn)- su voz era inexpresiva, pero ella sabía que la había visto cerrar su puerta y que estaba furioso por ello- No te tomaré por la fuerza... El terror que adivino en tus ojos es suficiente para enfriar mis deseos.
Vio su figura recortada en la oscuridad, y por un instante, la luz de la luna filtrándose por la ventana, descubrió su rostro apesadumbrado. Deseó tener el valor de correr tras él, de decirle que volviera junto a ella y le mostrara de nuevo su ternura...
Nicholas clavó su mirada en las sugerentes curvas que dibujaba la sábana. Dios, qué hermosa era... Sus cabellos se esparcían como un exquisito manto sobre la almohada, y los delicados hombros asomaban con timidez al final de la tela. Quiso besarla, tomarla en ese mismo momento... Pero si lo hacía, ella volvería a confirmar sus dudas... Pensaría que saciaba su apetito sin más, y no se trataba de eso... No quería poseer sólo su cuerpo. Quería ser dueño de su mente y de su alma, y no lo conseguiría comportándose como un animal en celo.
- Dormiré en la habitación de al lado- dijo para tranquilizarla, provocando una silenciosa decepción en la joven - Y... ____(tn).... No vuelvas a poner el cerrojo a la puerta. No será necesario.
Ella sintió rechinar las bisagras, anunciando que se había ido, y se irguió en la cama llena de confusión. Quizá no la encontraba atractiva... Quizá su único deseo era tenerla allí, bajo su vigilancia, y estar cerca de su hijo... Quizá... Agitó la cabeza, para hacer desaparecer de su mente todas aquellas suposiciones. Su indiferencia la hería profundamente. Pero, ¿ porqué se sentía morir ?. Eso era lo que quería, lo que había deseado evitar mientras prometía cuidarle y respetarle el resto de su vida... Pero ahora que él había dejado bien claro que no esperaba nada de ella, la idea la inquietaba. Si no era capaz de despertar en él el más mínimo deseo, significaba que tampoco podría hacer que la amara... Lloró en silencio, ahogando sus sollozos para que él no la oyera.
Pero Nicholas podía escuchar cada gemido que brotaba de sus labios, y controlaba desde el otro lado de la puerta, el impulso de derribarla. Aquella mujer no le amaba... Ahora lo sabía con certeza. El descubrimiento hizo que todos sus sentidos quisieran gritar su dolor a la noche... No merecía una sola mirada de compasión de aquella mujer, no poseía ni la milésima parte de honestidad que ella... Y sin embargo, ella lloraba por él... Lo adivinaba en cada una de sus lágrimas, y se sintió afortunado por ello... Sólo debía esperar un poco, y entonces lograría que ella le perdonase al fin.
Apoyó la espalda contra la dura madera, procurando hacer el menor ruido. No quería asustarla... La imaginó sobre el lecho, preocupada e inquieta, con tanta ternura por ofrecer que lo enloquecía pensarlo. Permaneció así durante mucho tiempo, hasta que el silencio completo le indicó que se había dormido. Unas horas después, seguía con la dulce imagen de la joven ante sus ojos, y los cerró con fuerza, convencido de que si podía retenerla unos minutos más, podría retenerla también a ella para siempre.
Enjoy It! :D
Regreso más tarde con más!
Lu wH!;*
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HeyItsLupitaNJ
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
aaaaaaaaaaa zeeeeee caaasaaaroooooooooo
chelis
Re: Sombras del Pasado - NicholasJ&Tu (Adaptación) - TERMINADA
wwwwwwwwooooooooooooowwwwwwwwwww
ubo bodaa
wwwwwwwwwiiiiii
pobre rayi komoo sufre
pobre nick sufre kn ella
ya k se amen abiertamente y ya
mariely_jonas
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