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Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
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Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
amores we´re stuck que me cuentan
Hakuna Matata Bitch
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
CHICAAAAAAAAAAAAAAS, NO HAY QUE DEJAR QUE PARE ESTA NOVELA CUANDO NOS FALTA POCO PARA ACABAR LA PRIMERA TEMPORADA, CORAZONES.
Vanellope
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
Come Away Little Light, Come Away To The Darkness
Nadie sabía qué decir, era el momento, no había alternativa.
Esa mañana había amanecido nublada, y el frío nos consumía a los cuatro. La noche anterior había sido dura, mis hojas habían conseguido quitarle el pus a Peeta y la pomada de Electra consiguió bajar el hinchazón, pero eso no serviría para mantenerlo con vida y todos lo sabíamos. Estaba al corriente de los planes de la Saeta de Luz, ya que escuché como lo hablaba con Cato, y me parecía una absoluta locura que intentara acceder a la cornucopia. Pero, realmente era la única manera de salvarle la vida a Peeta.
Así pues, nos pasamos aquel día mejorando la cueva. Por las provisiones no teníamos que preocuparnos, y por el agua tampoco, el nacimiento del río estaba abajo hacia el este de la cueva, muy cerca. Cato fue en busca de piedras pesadas y yo me ocupaba de apilarlas, turnándome con Electra para cuidar al chico, el cual se quejaba cada vez que dejábamos el trabajo para humedecerle el trapo de la frente, que en realidad era un trozo de uno de los numerosos sacos de dormir, o para ponerle una hoja o pomada.
-Deberíamos hacer algo, no durará. -Comentó la Saeta de Luz, Cato levantó la mirada de su manzana y clavo sus ojos claros en ella, sabía a que se refería y él evidentemente no estaba de acuerdo. -La única opción es ir a la cornucopia.
-No es una buena idea, ya te lo dije. -Contestó él, de mala gana. -En todo caso iría yo, soy el único que conoce todo eso.
-Y al primero que querrán matar. Te llevaste su comida y no eres precisamente pequeño. Eres hábil pero ellos tanto como tu, y son más. Y dudo que tu, -Miro a la Saeta -No te les eches encima, además, llamas la atención. -Me metí yo en la conversación, lo había estado pensando. -La mejor opción es que vaya yo. No soy hábil, pero si ligera y ágil, es una de mis pocas cualidades. Si les pillo despistados, puede que ni se den cuenta de que he ido.
-Ni hablar. -Cato parece bien decidido a no dejarme ir. -No irás.
-No eres quién para... -Entonces, la voz de Templesmith interrumpió nuestra discusión, en la cual la Saeta se mantenía bastante el margen. Aunque era fácil adivinar sus pensamientos, seguro que no dejaría que otro que no fuera ella se acercara a por la cura a la cornucopia.
Nos invitaba a un banquete al alba, ¿quién sería tan estúpido como para caer en eso? Pero al parecer, debió de leer los pensamientos de la mayoría de nosotros, y comentó que no era un banquete común, si no que aquello que anhelábamos con desesperación lo encontraríamos allí, preparado y listo para que lo recogiéramos. La cura de Peeta.
-Iré yo. -Anuncia la Saeta, levantándose y metiéndose dentro, dejándonos en silencio a nosotros. Miré un momento a Cato y fue como si pudiera leerle la mente, sabía qué pretendía hacer. Sus ojos se clavaron en mi y nos quedamos mirando unos instantes, hasta que me levanté y entré a por las cantimploras.
Sin mediar palabra con nadie fui a rellenarlas al río, no era el momento para tener compañía y quizás tampoco para ser tan relajada y permitirme el estar fuera, despistada, sola y con solamente una daga en el cinturón. Observé el cauce del agua, bajando ruidosamente y fundiendo la espuma blanca en cristalina agua azul, tan inocente a primera vista y tan letal cuando se la deja actuar.
-Assa, no vayas. -Giré mi cabeza para observar al rubio, que poco después se sentó a mi lado, mientras la oscuridad amenazaba con empezar a tragarse el cielo, que tornaba colores naranjas y rosados.
-No vayas tu. -Dije secamente, sabía que no había motivos para desconfiar, por el momento no había echo nada extraño que pudiera hacernos dudar de su lealtad.
-Te lo estoy diciendo enserio, te matarán. -Bajé la mirada, sacando mi daga y dejando que este reflejara el naranja del cielo. La empuñadura azul cristalino de esta me devuelve un reflejo dorado del sol.
-No eres inmortal tu tampoco. -Dije, mirándolo de reojo, comprobando que él tenía su mirada fija en mi daga.
-Pero tu eres más débil, Deméter. -Eso me sentó bastante mal. Sé que no era nada hábil, y que si no fuera por mis aliados de seguro que habría muerto hacía tiempo, pero... Ni que él estuviera echo de hierro.
-¿Y crees que tu eres invencible? -Musité, ya algo enfadada.
-No. Pero viviría. Tu no. -Contestó él en un tono más bien ácido, sin dar su brazo a torcer, mirándome fija e intensamente a los ojos, y lejos de enfurecerme, algo, aquella parte en mi interior a la que yo llamaba la pequeña Assa, parecía alegrarse de volver a ver sus ojos, que parecía que se te metían en el alma y te dejaban las puertas cerradas a la suya.
Bufé y me levanté, recogiendo las cantimploras y metiendo la daga en mi cinturón, volviendo a la cueva. Escuché los pasos pesados de él detrás de mi, antes de que me tomara del brazo y me girara, haciendo que quedáramos bastante cerca el uno del otro. Como hacía tiempo que no estábamos. El agarre era firme, sin embargo, no doloroso.
-La seguiré, le haremos creer que es ella la que va, pero la seguiré y la ayudaré a salir de ahí. Volveremos con la cura. -Susurró, ya que no había necesidad de levantar la voz, casi podía sentir su aliento.
-Yo no quiero quedarme aquí... Puedo ir perfectamente yo. -Murmuré, replicando. Su mano se endureció en mi brazo, ejerciendo presión.
-Ni se te ocurra seguirnos. Tienes que cuidar del enamorado, o no pasará de esta noche. He visto heridas con mejor pinta que esa y no pasaban de una semana. -Siseó él, con determinación. La mirada fija e impactante de él empezaba a asustarme un poco, pero a la vez me aportaban la tranquilidad de saber que eran capaces de volver.
-Tened cuidado... Y cuida de ella. -Bajé la mirada y su mano se aflojó considerablemente, visiblemente más relajado. Pero no se apartó, y por un momento olvidé dónde estábamos, que las cámaras estaban fijas en nosotros. Lo olvidé todo, menos a él.
Levanté la mirada lentamente y vi que sus ojos estaban clavados en mi, en mis ojos. Eran los mismos que los del Cato que fue antaño, y mis ojos reflejados en los suyos los mismos que los de la pequeña Assa que había conocido él. Sentí algo en el pecho, que me oprimía y no dejaba que respirara. Quizás fueron imaginaciones mías, pero creí tenerlo más cerca. Hasta que reaccioné y desvié la mirada, soltándome de su agarre y yendo hacia la cueva. La noche no tardaría en caer sobre la arena.
Cuando la Saeta de Luz salió, Peeta se opuso pero Cato y yo no dijimos nada. Unos minutos después Cato desaparecía, echando un último vistazo hacia nosotros. Así que me quedé solo con el rubio malherido, y me dediqué a limpiarle la herida y a darle de cenar. Estaba cansado, pero se notaba que quería conversación.
-¿Y cómo es la vida en el 4?
-Pues, está bien, la gente no suele morirse de hambre, siempre hay algo que comer y mi padre también se encarga de eso. Y la pobreza, existe, no es que seamos demasiado ricos, existe una minoría más rica pero tampoco mucho más, pero la pobreza vigente no es una pobreza extrema. No verás a un niño morir de hambre o sin ropa, si se muere la gente es por enfermedades, no banales como un resfriado, pero contra una pulmonía poco se puede hacer. -Contesté, cambiándole la venda.
El chico parecía interesado en el tema, y durante unas horas estuvimos hablando sobre las respectivas vidas en el 12 y en el 4. Pero, cuando llegó el alba, enmudecimos los dos. La tensión se podía palpar, y sentía el dolor de Peeta, cada vez estaba peor, había estado mal mientras hablábamos, pero la conversación le distraía mientras yo le secaba el sudor y le daba agua. En esos momentos no había nada de lo que quisiéramos hablar, y estábamos demasiado tensos.
Fueron las peores horas de mi vida, ahí con la luz del sol saliendo lentamente del horizonte, rompiendo la oscuridad de la cueva, pero sin llegar a penetrar en el silencio. Me mantuve sentada al lado de Peeta, y no recuerdo en que momento nos tomamos de la mano, pero al darme cuenta me apretaba con fuerza, por el dolor y por los nervios. No sabía como calmarlo, ya que yo estaba tan nerviosa como él.
-¡No debiste hacerlo!
-¡Habrías muerto! Deberías darme las gracias, ¡tenemos lo que necesitábamos!
-¡No tenías que hacerlo! ¡Traidor!
Mi reacción fue inmediata, solté la mano de Peeta, el cual se incorporó, aunque no se levantó y yo salí de la cueva, dejando que la luz del sol me aturdiera un momento. Giré mi cabeza, provocando que mi cabello dorado se moviera violentamente y al verlos, sonreí de puro alivio. Parecían sanos y salvos, llevaban una mochilita naranja con un 12 medio cubierto y una mochila azul marino con el número 4. No lo pensé dos minutos, y eché a correr colina abajo para recibirles.
-¡Estáis vivos! -Sin ser realmente consciente, me abalancé sobre Cato, abrazándolo con fuerza y notando que un nudo que se había formado en mi corazón se aflojaba y dejaba que mi corazón volviera a latir. Antes de que él reaccionara abracé también a la Saeta, no éramos amigas, pero sí que me alegraba enormemente de verla, por algún motivo le había tomado en estimación.
-Nosotros también nos alegramos de verte. -Dijo ella en tono jocoso, cuando la solté, visiblemente aturdida. -¿Y Peeta?
-Bien, la noche ha sido terrible, pero está vivo. -Y es que no podíamos pedir más, había momentos en los que la fiebre la hacía delirar y murmuraba el nombre de Electra una y otra vez, en esos momentos sentía que su vida se escapaba de mis manos. -Tenemos que darle la cura.
La chica de los ojos violetas corrió a administrarle la medicina a Peeta, y antes de que me diera cuenta, Cato volvió a abrazarme. Pero no repudié su abrazo. Esa noche la ansiedad me había atacado, nunca pensé que la idea de perderle me fuera a afectar así, y ahora que notaba su corazón latir, sentía que todo volvía a estar bien. Escondí mi rostro en su pecho y eché a llorar, sin motivo aparente, solamente, lloraba, de alegría, de pena, de nervios, de dolor, de felicidad... Era demasiado para mi. Él me acariciaba el cabello y susurraba que ya estaba, que estaba todo bien.
Suspiré, calmando mis lágrimas, me separé un poco de él y me limpié las mejillas con el dorso de la chaqueta. La luz del sol empezaba a alumbrar aquel lugar, y los colores anaranjados se fundían lentamente. Le miré, avergonzada.
-Lo siento, yo...
-No tienes que disculparte, Assa, está todo bien. -Noté como besaba mi cabeza, larga y dulcemente, sonreí suavemente y volví a mirarle. -Deberíamos ir.
Asentí con la cabeza, volviendo a la cueva y mirando a Peeta, en el suelo al lado de ellos había una inyección vacía y Electra le limpiaba la cara a Peeta del sudor.
-Ya está, esperemos que funcione. -La chica sonrió, y creo que fue la primera vez que le vi una sonrisa real, verdadera. Estaba feliz, aliviada de haberle salvado. Le devolví dulcemente la sonrisa, y me puse a buscar algo para que comer, se tenía que celebrar.
Las cosas al fin y al cabo no pintaban tan mal.
-Deberíamos ir a por ellos. Solo estamos nosotros, Marvel y Thera. Somos más, podemos con ellos. -Cato asintió, parecía de acuerdo con Electra.
-Pero, ¿crees que sea seguro llevarles a ellos dos? ¿Y si nos despistamos y...? -Comenzó el rubio, como si Peeta y yo no estuviéramos presentes o no fuéramos más que unos críos.
-Yo sé defenderme solita. -Dije, bastante ofendida.
-Y yo estoy recuperado, demostré que sé como matar a alguien. -Comentó Peeta, ácidamente.
-Tu estás débil y Thalassa, eres débil. -Dijo tajantemente Cato, como si diera por zanjado el asunto.
-Iremos, al anochecer, pero debemos estar juntos, ellos pueden quedarse atrás, que se vigilen mutuamente y... -Continuó la Saeta.
-¡No somos unos críos! -Exclamó Peeta enfadado, tanto como lo estaba yo.
-Os comportáis como tal. -Cato parecía imperturbable. Y no conseguimos convencerles de que podíamos ayudar.
Recogimos las cosas, aunque solamente nos llevamos la mochila azul marino con el número 4. Dentro había varios vendajes, medicinas y pomadas, era para Evan, pero murió a manos de Lec antes de que pudiera darse cuenta, y le arrebataron la mochila. La mía se quedó ahí, me dijeron que era pequeña, nunca sabremos que se encontraba dentro.
Cuando la oscuridad en la arena, nos pusimos en marcha. Salimos de la cueva, Cato cargaba la mochila y Electra ayudaba a Peeta a caminar, estaba mucho mejor pero una cosa así no se desvanece como lo hace el vapor.
-Mierda, mi daga. -Murmuré, dándome cuenta de que la había dejado en el saco de dormir, ya que no creímos que los necesitáramos.
-Te acompaño, vosotros seguid, os alcanzaremos fácilmente. -Dijo Cato, Electra y Peeta asintieron y siguieron con su paso lento y vacilante. Yo y Cato dimos media vuelta, no estábamos ni a diez minutos de distancia.
La luz del sol siquiera calentaba ya, empezaba a hacer frío. Y no hablamos durante el trayecto, me metí en la cueva, revolviendo mi saco y sacando mi daga, metiéndola en mi cinturón, saliendo rápidamente. Miré a Cato y este me sonrió levemente, los últimos rayos del sol se desvanecieron en el horizonte y seguimos el río hacia abajo, como habíamos echo antes. Entonces, noté la mano de él sobre mi brazo, yo me había adelantado un poco. Me detuve y le miré, sin entender a qué venía. Abrí la boca para preguntar, pero no tuve tiempo ni de eso. Sus labios se pegaron a los míos antes de que pudiera darme cuenta.
Me quedé helada, no sabía como reaccionar. Así que no reaccioné. Se separó al ver que no correspondía y su mano aflojó en mi brazo, entonces, reaccioné, noté que le perdía, así que mis manos fueron a parar a su nuca y poniéndome de puntas volví a besarle, antes de que se separara del todo, la diferencia de estatura no lo habría permitido de no ser así. Noté sus labios moverse debajo de los míos y sus manos estrechando mi cintura, atrayendo mi cuerpo al suyo. La sensación fue simplemente indescriptible. Los sentimientos empezaron a despertar dentro de mi, todo se acumulaba, pero entre ellos un sentimiento ponía su marca, imponía superioridad encima de los demás. Le quería. Siempre lo había echo, por eso confié en él, por eso había una parte de mi que me impedía pensar mal de él.
El beso duró hasta que nos quedamos sin aire y nuestros labios se despegaron lentamente, le miré a los ojos y en mis labios se esbozó una dulce sonrisa, él sonrió de vuelta y me dio un beso más sencillo y corto, solamente apretó mi labio inferior con los suyos y me dio un pico después de eso. Dejé de ponerme de puntas y tomé una de sus grandes manos, tirando de él, con una sonrisa al ver que no reaccionaba. Me reí en voz baja y brevemente, con frescura, y él reaccionó, caminando. No hacía falta decir nada, ambos sabíamos que era probable que alguno muriera, y de no haberlo echo si uno sobrevivía, no se lo perdonaría nunca. Veinte minutos después encontramos a Peeta y a Electra, con paso lento pero constante.
-¡Si que tardaron! -Dijo Peeta en tono burlón y pícaro, Cato le miró mal y se adelantó para tomarle el relevo a Electra.
-Cállate, enamorado. -Masculló con una leve sonrisa, que borró rápidamente.
-Diría que no soy el único... -Musitó divertido, ella sonrió y vi como la luna se reflejaba en sus ojos violetas.
-Cállate. -Repuso él tajantemente, ayudándole a andar. Yo y Electra fuimos delante, al acercarnos fuimos más cautelosos y cuidadosos, sin hacer ruido nos confundimos en la oscuridad entre unos matorrales, justo en el límite del bosque, antes del espacio abierto dónde estaba la cornucopia.
Ahí estaban los cuatro, Deo se dedicaba a afilar sus armas, Clove se limitaba a estar sentada, Marvel estaba tumbado sin hacer nada en particular y Thera se movía arriba y abajo, discutiendo con ellos tres, aunque ninguno parecía prestarle atención.
-Deberíamos matarlos. Cato puede que sea difícil de matar, pero sabemos como juega, y si le engañamos conseguiremos que nos ayude. Nunca le he visto muy espavilado.
-¿Crees que ese traidor dejará que los matemos? Y recuerda que la Saeta es una amenaza. -Dijo Clove con absoluta tranquilidad.
-A esa la mato yo, y a Cato será fácil convencerle de que le perdonamos, no sé que rayos le pasó pero no es imbécil, sabe que con ellos morirá. -Repuso ella, completamente segura y altiva.
-Mira que eres idiota. -Saltó Marvel, tajante y duro. -Ese no se fue porque sí. Fue por la rubia del 4. ¿No os disteis cuenta? No dejaba de desviar todo tipo de armas que fueran en su dirección, y llevaba un colgante de mujer, obviamente era de la chica. Yo mismo lo vi. Era una piedra azul y ponía, Assa, que me supongo que es el diminuto de Thalassa. Mientras dormía se lo miré. -Añadió al ver que Thera iba a replicar.
-¿Así se llama? Bah, no importa. Los matamos a los cuatro y listos. -Dijo, con desprecio.
-Yo diría que ellos mismos han venido al matadero. -Comentó Deo, fríamente, mirando sus armas todavía. Me quedé helada, y los tres profesionales restantes le miraron confundidos, incluso Marvel se incorporó. Deo levantó lentamente la mirada y la clavó en dónde estábamos escondidos. Ninguno nos habíamos percatado de que nos hubiera visto. Los otros dos siguieron su mirada y antes de nada, Electra se puso en pie, seguida por Cato. El cual nos miró como para advertirnos y nos empujó levemente para que nos hiciéramos atrás, bosque adentro.
-Anda, hablando del rey de Roma. -Comentó Clove en tono burlón. Todos se pusieron alerta, y aunque había una distancia considerable entre unos y otros parecía como si estuvieran cara a cara. Me levanté, no iba a permitir que lo hicieran solos, Peeta me imitó y Cato se giró a mirarnos.
-Alejaos. -Murmuró, con urgencia en la voz y en la mirada. Negué con la cabeza y le miré intensamente a los ojos.
-Vosotros, dejad las palabras de amor. -Entonces, una lanza de las de Deo pasó rozando el hombro de Cato, y se hundió en mi hombro izquierdo, noté como la carne se rompía. Grité de dolor y sorpresa, y Cato se adelantó para ir a por Deo, pero Thera se interpuso y empezaron a pelear. Yo gimoteé y me arrodillé, intentando quitármela, había atravesado mi hombro, la punta asomaba por el otro lado y dolía demasiado, las lágrimas no tardaron en aparecer.
Marvel por su parte atacó a Electra, con la cual empezó a luchar, intentando terminar con ella. La lucha era acérrima, realmente espeluznante. Yo intentaba quitarme la lanza, pero dolía tanto que no me atrevía y solo gimoteaba de dolor y dejaba que las lágrimas bajaran por mis mejillas. Pero vi perfectamente como Deo se acercaba por la espalda a Electra y empuñaba la lanza, apunto de clavársela en la espalda.
-¡Electra! -Grité, pero antes de que se diera cuenta, Peeta ya había ensartado a Deo con su espada. El cuero sin vida de Deo, cayó al suelo, provocando un cañonazo estruendoso. Marvel se alejó rápidamente en la confusión y fue a intentar matar a Cato.
Dejé de lamentarme, de comportarme como una cría y me arranqué la lanza. Nunca nada me había dolido igual. Me levanté y empuñé rápidamente mi daga, yendo directamente hacia Marvel. Pero antes de que alguien lo viera, Thera ya me tenía sujeta y hundía un cuchillo en mi cuello, presionando un poco, lo suficiente para que un fino hilo de sangre cubriera mi cuello como un collar rojo.
-Todo el mundo quieto o la degollo. -Amenazó, Marvel se quedó detrás nuestro y los demás se quedaron completamente quietos. Clove por su parte seguía en segundo plano, simplemente observando a todos los demás, no se movió para salvar a Deo ni para ayudar a nadie. -Y vosotros dos podríais hacer algo para ayudar, que de acuerdo que no son una amenaza, pero yo sola será largo. -Dijo Thera, despistándose un momento, momento que aproveché para clavarle la daga en el estómago. Aulló de dolor y empezó a desangrarse, le quité la daga, manchándome completamente de sangre y vi como se desangraba a un ritmo alarmante, creo que le había atravesado el hígado. Murió en pocos minutos. Me quedé horrorizada de lo que había echo, las manos bañadas en sangre y la empuñadura cristalina de la daga cubierta de sangre espesa, caliente y roja.
Cato se adelantó y sacó un trozo de tela, para limpiar mis manos y la daga, sin mediar palabra, sabía que nunca antes había matado a nadie. Me quedé helada, sin reaccionar, aún cuando sonó el cañón. Cato me devolvió la daga y besó mi frente, provocando que reaccionara. Levanté la mirada y él me sonrió ligeramente, tomando mi mano y yendo hacia la cornucopia, donde estaban Marvel y Clove subidos.
Esperamos ahí abajo, hasta que el alba empezó a despuntar en el cielo. Entonces, vimos como Clove sacaba su cuchillo e intentaba matar a Marvel, el cual con la espada la mató rápidamente y vimos su cuerpo descendiendo hasta impactar contra el suelo, dejando un rastro de sangre húmeda en el metal. Sonó el tercer cañón.
-¡Baja de ahí, cobarde! -Gritó Peeta, con la espada bien empuñada. Nos quedamos cerca de la cornucopia, cerca del cadáver de Clove, el cual no me atreví a mirar. No era el momento para sentirme vulnerable.
-¡Venid a buscarme! -Contestó él, reacio a bajar y a enfrentarse a cuatro él solo, ya que debía pensar que de uno en uno sería más fácil. Se puso de pie, con ademán intimidatorio, pero puso el pie dónde no tocaba, y resbaló con la sangre húmeda de Clove, cayendo estruendosamente al suelo, haciendo caer en el proceso a Electra, ya que se intentó aferrar a ella y la tiró al suelo con él como resultado.
Rápidamente se intentó levantar, pero al parecer se había roto una pierna, así que volvió a caer, esta vez, intentó clavarle la espada bañada en sangre de Clove a Electra. Pero Cato se adelantó y le pisó la mano, haciendo que gritara de dolor y soltara la espada, mientras la de Cato se hundía en su pecho, matándolo irremediablemente.
El cuarto y último cañón retumbó en toda la arena, anunciándonos la victoria.
Peeta ayudó a Electra a levantarse, y Cato dejó ahí la espada, no la necesitábamos más. Nos alejamos de los dos cadáveres de Marvel y Clove, quedando alejados de los de Thera y Deo, que estaban relativamente cerca. Nos sentamos en el suelo. El dolor de la herida en el hombro volvió a atacar, sumado a la molestia de la herida en el cuello, aunque no tenía nada que ver el dolor. Cato retiró un poco mi camiseta, sentado a mi lado, inspeccionó la herida con ojo crítico, y con el pañuelo de antes limpia un poco la sangre y me miró a los ojos después.
-¿Te duele? -Asentí, mordiéndome el labio y él sonrió suavemente, acariciando mi mejilla.
-En el capitolio de lo curarán, desaparecerá el dolor. Te lo prometo. -Sonreí lentamente, sin deshacer el contacto visual, cuando la voz de Templesmith interrumpió.
-Enhorabuena, finalistas de los septuagésimos quintos juegos del hambre. Les comunico que la modificación de la posibilidad de que haya más de un vencedor ha sido revocada. Como es usual en los Juegos del Hambre, solamente puede haber un vencedor. Que la suerte esté siempre de vuestra parte.
Nos quedamos todos helados, nadie era capaz de decir nada, hasta que Electra murmuró.
-Debimos imaginarlo... -Levanté la mirada, que tenía sobre mi mano entrelazada con la de Cato y la observé a ella, suspiré.
-¿Y ahora qué? -Murmuré. No podíamos matarnos entre nosotros, ya no. Y nadie parecía dispuesto a hacerlo.
Electra se levantó, y se introdujo un poco en el bosque, aunque seguimos viéndola. Al volver mantenía el puño cerrado. Se sentó de nuevo en su sitio y abrió la mano. En la palma de esta vimos claramente un puñado de bayas. Pero no cualquier tipo de bayas.
-Jaulas de la noche... -Murmuré, reconociendo las venenosas y letales bayas. Electra y yo nos miramos a los ojos, fijamente, y asentí levemente con la cabeza, extendí la mano y unas cuantas se depositaron sobre mi mano. Cato tironeó de mi brazo el brazo sano, el que tenía las bayas.
-No, Assa, no dejaré que lo hagas.
-¿Y cual es tu solución? -Cato cerró la boca, literalmente, mirándome intensamente a los ojos. Reflejaban una profunda tristeza, que me hizo daño incluso, pero solamente desvié la mirada.
Sin decir nada, el rubio tendió la mano, y otras pocas bayas cayeron en su mano, no hacía falta más que una para matar a alguien. Peeta recolectó las suyas y nos quedamos todos en silencio.
Nadie sabía qué decir, era el momento, no había alternativa. Nos pusimos de pie y Peeta fue el primero en poner su mano en el centro, seguido de Electra, después yo y por último Cato.
-A la de tres. -Murmuré, serían mis últimas palabras.
-Una... -La última de Cato.
-Dos... -La segunda sentencia, de parte de Peeta.
-Tres. -La final de Electra.
Así pues, nos pasamos aquel día mejorando la cueva. Por las provisiones no teníamos que preocuparnos, y por el agua tampoco, el nacimiento del río estaba abajo hacia el este de la cueva, muy cerca. Cato fue en busca de piedras pesadas y yo me ocupaba de apilarlas, turnándome con Electra para cuidar al chico, el cual se quejaba cada vez que dejábamos el trabajo para humedecerle el trapo de la frente, que en realidad era un trozo de uno de los numerosos sacos de dormir, o para ponerle una hoja o pomada.
-Deberíamos hacer algo, no durará. -Comentó la Saeta de Luz, Cato levantó la mirada de su manzana y clavo sus ojos claros en ella, sabía a que se refería y él evidentemente no estaba de acuerdo. -La única opción es ir a la cornucopia.
-No es una buena idea, ya te lo dije. -Contestó él, de mala gana. -En todo caso iría yo, soy el único que conoce todo eso.
-Y al primero que querrán matar. Te llevaste su comida y no eres precisamente pequeño. Eres hábil pero ellos tanto como tu, y son más. Y dudo que tu, -Miro a la Saeta -No te les eches encima, además, llamas la atención. -Me metí yo en la conversación, lo había estado pensando. -La mejor opción es que vaya yo. No soy hábil, pero si ligera y ágil, es una de mis pocas cualidades. Si les pillo despistados, puede que ni se den cuenta de que he ido.
-Ni hablar. -Cato parece bien decidido a no dejarme ir. -No irás.
-No eres quién para... -Entonces, la voz de Templesmith interrumpió nuestra discusión, en la cual la Saeta se mantenía bastante el margen. Aunque era fácil adivinar sus pensamientos, seguro que no dejaría que otro que no fuera ella se acercara a por la cura a la cornucopia.
Nos invitaba a un banquete al alba, ¿quién sería tan estúpido como para caer en eso? Pero al parecer, debió de leer los pensamientos de la mayoría de nosotros, y comentó que no era un banquete común, si no que aquello que anhelábamos con desesperación lo encontraríamos allí, preparado y listo para que lo recogiéramos. La cura de Peeta.
-Iré yo. -Anuncia la Saeta, levantándose y metiéndose dentro, dejándonos en silencio a nosotros. Miré un momento a Cato y fue como si pudiera leerle la mente, sabía qué pretendía hacer. Sus ojos se clavaron en mi y nos quedamos mirando unos instantes, hasta que me levanté y entré a por las cantimploras.
Sin mediar palabra con nadie fui a rellenarlas al río, no era el momento para tener compañía y quizás tampoco para ser tan relajada y permitirme el estar fuera, despistada, sola y con solamente una daga en el cinturón. Observé el cauce del agua, bajando ruidosamente y fundiendo la espuma blanca en cristalina agua azul, tan inocente a primera vista y tan letal cuando se la deja actuar.
-Assa, no vayas. -Giré mi cabeza para observar al rubio, que poco después se sentó a mi lado, mientras la oscuridad amenazaba con empezar a tragarse el cielo, que tornaba colores naranjas y rosados.
-No vayas tu. -Dije secamente, sabía que no había motivos para desconfiar, por el momento no había echo nada extraño que pudiera hacernos dudar de su lealtad.
-Te lo estoy diciendo enserio, te matarán. -Bajé la mirada, sacando mi daga y dejando que este reflejara el naranja del cielo. La empuñadura azul cristalino de esta me devuelve un reflejo dorado del sol.
-No eres inmortal tu tampoco. -Dije, mirándolo de reojo, comprobando que él tenía su mirada fija en mi daga.
-Pero tu eres más débil, Deméter. -Eso me sentó bastante mal. Sé que no era nada hábil, y que si no fuera por mis aliados de seguro que habría muerto hacía tiempo, pero... Ni que él estuviera echo de hierro.
-¿Y crees que tu eres invencible? -Musité, ya algo enfadada.
-No. Pero viviría. Tu no. -Contestó él en un tono más bien ácido, sin dar su brazo a torcer, mirándome fija e intensamente a los ojos, y lejos de enfurecerme, algo, aquella parte en mi interior a la que yo llamaba la pequeña Assa, parecía alegrarse de volver a ver sus ojos, que parecía que se te metían en el alma y te dejaban las puertas cerradas a la suya.
Bufé y me levanté, recogiendo las cantimploras y metiendo la daga en mi cinturón, volviendo a la cueva. Escuché los pasos pesados de él detrás de mi, antes de que me tomara del brazo y me girara, haciendo que quedáramos bastante cerca el uno del otro. Como hacía tiempo que no estábamos. El agarre era firme, sin embargo, no doloroso.
-La seguiré, le haremos creer que es ella la que va, pero la seguiré y la ayudaré a salir de ahí. Volveremos con la cura. -Susurró, ya que no había necesidad de levantar la voz, casi podía sentir su aliento.
-Yo no quiero quedarme aquí... Puedo ir perfectamente yo. -Murmuré, replicando. Su mano se endureció en mi brazo, ejerciendo presión.
-Ni se te ocurra seguirnos. Tienes que cuidar del enamorado, o no pasará de esta noche. He visto heridas con mejor pinta que esa y no pasaban de una semana. -Siseó él, con determinación. La mirada fija e impactante de él empezaba a asustarme un poco, pero a la vez me aportaban la tranquilidad de saber que eran capaces de volver.
-Tened cuidado... Y cuida de ella. -Bajé la mirada y su mano se aflojó considerablemente, visiblemente más relajado. Pero no se apartó, y por un momento olvidé dónde estábamos, que las cámaras estaban fijas en nosotros. Lo olvidé todo, menos a él.
Levanté la mirada lentamente y vi que sus ojos estaban clavados en mi, en mis ojos. Eran los mismos que los del Cato que fue antaño, y mis ojos reflejados en los suyos los mismos que los de la pequeña Assa que había conocido él. Sentí algo en el pecho, que me oprimía y no dejaba que respirara. Quizás fueron imaginaciones mías, pero creí tenerlo más cerca. Hasta que reaccioné y desvié la mirada, soltándome de su agarre y yendo hacia la cueva. La noche no tardaría en caer sobre la arena.
Cuando la Saeta de Luz salió, Peeta se opuso pero Cato y yo no dijimos nada. Unos minutos después Cato desaparecía, echando un último vistazo hacia nosotros. Así que me quedé solo con el rubio malherido, y me dediqué a limpiarle la herida y a darle de cenar. Estaba cansado, pero se notaba que quería conversación.
-¿Y cómo es la vida en el 4?
-Pues, está bien, la gente no suele morirse de hambre, siempre hay algo que comer y mi padre también se encarga de eso. Y la pobreza, existe, no es que seamos demasiado ricos, existe una minoría más rica pero tampoco mucho más, pero la pobreza vigente no es una pobreza extrema. No verás a un niño morir de hambre o sin ropa, si se muere la gente es por enfermedades, no banales como un resfriado, pero contra una pulmonía poco se puede hacer. -Contesté, cambiándole la venda.
El chico parecía interesado en el tema, y durante unas horas estuvimos hablando sobre las respectivas vidas en el 12 y en el 4. Pero, cuando llegó el alba, enmudecimos los dos. La tensión se podía palpar, y sentía el dolor de Peeta, cada vez estaba peor, había estado mal mientras hablábamos, pero la conversación le distraía mientras yo le secaba el sudor y le daba agua. En esos momentos no había nada de lo que quisiéramos hablar, y estábamos demasiado tensos.
Fueron las peores horas de mi vida, ahí con la luz del sol saliendo lentamente del horizonte, rompiendo la oscuridad de la cueva, pero sin llegar a penetrar en el silencio. Me mantuve sentada al lado de Peeta, y no recuerdo en que momento nos tomamos de la mano, pero al darme cuenta me apretaba con fuerza, por el dolor y por los nervios. No sabía como calmarlo, ya que yo estaba tan nerviosa como él.
-¡No debiste hacerlo!
-¡Habrías muerto! Deberías darme las gracias, ¡tenemos lo que necesitábamos!
-¡No tenías que hacerlo! ¡Traidor!
Mi reacción fue inmediata, solté la mano de Peeta, el cual se incorporó, aunque no se levantó y yo salí de la cueva, dejando que la luz del sol me aturdiera un momento. Giré mi cabeza, provocando que mi cabello dorado se moviera violentamente y al verlos, sonreí de puro alivio. Parecían sanos y salvos, llevaban una mochilita naranja con un 12 medio cubierto y una mochila azul marino con el número 4. No lo pensé dos minutos, y eché a correr colina abajo para recibirles.
-¡Estáis vivos! -Sin ser realmente consciente, me abalancé sobre Cato, abrazándolo con fuerza y notando que un nudo que se había formado en mi corazón se aflojaba y dejaba que mi corazón volviera a latir. Antes de que él reaccionara abracé también a la Saeta, no éramos amigas, pero sí que me alegraba enormemente de verla, por algún motivo le había tomado en estimación.
-Nosotros también nos alegramos de verte. -Dijo ella en tono jocoso, cuando la solté, visiblemente aturdida. -¿Y Peeta?
-Bien, la noche ha sido terrible, pero está vivo. -Y es que no podíamos pedir más, había momentos en los que la fiebre la hacía delirar y murmuraba el nombre de Electra una y otra vez, en esos momentos sentía que su vida se escapaba de mis manos. -Tenemos que darle la cura.
La chica de los ojos violetas corrió a administrarle la medicina a Peeta, y antes de que me diera cuenta, Cato volvió a abrazarme. Pero no repudié su abrazo. Esa noche la ansiedad me había atacado, nunca pensé que la idea de perderle me fuera a afectar así, y ahora que notaba su corazón latir, sentía que todo volvía a estar bien. Escondí mi rostro en su pecho y eché a llorar, sin motivo aparente, solamente, lloraba, de alegría, de pena, de nervios, de dolor, de felicidad... Era demasiado para mi. Él me acariciaba el cabello y susurraba que ya estaba, que estaba todo bien.
Suspiré, calmando mis lágrimas, me separé un poco de él y me limpié las mejillas con el dorso de la chaqueta. La luz del sol empezaba a alumbrar aquel lugar, y los colores anaranjados se fundían lentamente. Le miré, avergonzada.
-Lo siento, yo...
-No tienes que disculparte, Assa, está todo bien. -Noté como besaba mi cabeza, larga y dulcemente, sonreí suavemente y volví a mirarle. -Deberíamos ir.
Asentí con la cabeza, volviendo a la cueva y mirando a Peeta, en el suelo al lado de ellos había una inyección vacía y Electra le limpiaba la cara a Peeta del sudor.
-Ya está, esperemos que funcione. -La chica sonrió, y creo que fue la primera vez que le vi una sonrisa real, verdadera. Estaba feliz, aliviada de haberle salvado. Le devolví dulcemente la sonrisa, y me puse a buscar algo para que comer, se tenía que celebrar.
Las cosas al fin y al cabo no pintaban tan mal.
…
-Deberíamos ir a por ellos. Solo estamos nosotros, Marvel y Thera. Somos más, podemos con ellos. -Cato asintió, parecía de acuerdo con Electra.
-Pero, ¿crees que sea seguro llevarles a ellos dos? ¿Y si nos despistamos y...? -Comenzó el rubio, como si Peeta y yo no estuviéramos presentes o no fuéramos más que unos críos.
-Yo sé defenderme solita. -Dije, bastante ofendida.
-Y yo estoy recuperado, demostré que sé como matar a alguien. -Comentó Peeta, ácidamente.
-Tu estás débil y Thalassa, eres débil. -Dijo tajantemente Cato, como si diera por zanjado el asunto.
-Iremos, al anochecer, pero debemos estar juntos, ellos pueden quedarse atrás, que se vigilen mutuamente y... -Continuó la Saeta.
-¡No somos unos críos! -Exclamó Peeta enfadado, tanto como lo estaba yo.
-Os comportáis como tal. -Cato parecía imperturbable. Y no conseguimos convencerles de que podíamos ayudar.
Recogimos las cosas, aunque solamente nos llevamos la mochila azul marino con el número 4. Dentro había varios vendajes, medicinas y pomadas, era para Evan, pero murió a manos de Lec antes de que pudiera darse cuenta, y le arrebataron la mochila. La mía se quedó ahí, me dijeron que era pequeña, nunca sabremos que se encontraba dentro.
Cuando la oscuridad en la arena, nos pusimos en marcha. Salimos de la cueva, Cato cargaba la mochila y Electra ayudaba a Peeta a caminar, estaba mucho mejor pero una cosa así no se desvanece como lo hace el vapor.
-Mierda, mi daga. -Murmuré, dándome cuenta de que la había dejado en el saco de dormir, ya que no creímos que los necesitáramos.
-Te acompaño, vosotros seguid, os alcanzaremos fácilmente. -Dijo Cato, Electra y Peeta asintieron y siguieron con su paso lento y vacilante. Yo y Cato dimos media vuelta, no estábamos ni a diez minutos de distancia.
La luz del sol siquiera calentaba ya, empezaba a hacer frío. Y no hablamos durante el trayecto, me metí en la cueva, revolviendo mi saco y sacando mi daga, metiéndola en mi cinturón, saliendo rápidamente. Miré a Cato y este me sonrió levemente, los últimos rayos del sol se desvanecieron en el horizonte y seguimos el río hacia abajo, como habíamos echo antes. Entonces, noté la mano de él sobre mi brazo, yo me había adelantado un poco. Me detuve y le miré, sin entender a qué venía. Abrí la boca para preguntar, pero no tuve tiempo ni de eso. Sus labios se pegaron a los míos antes de que pudiera darme cuenta.
Me quedé helada, no sabía como reaccionar. Así que no reaccioné. Se separó al ver que no correspondía y su mano aflojó en mi brazo, entonces, reaccioné, noté que le perdía, así que mis manos fueron a parar a su nuca y poniéndome de puntas volví a besarle, antes de que se separara del todo, la diferencia de estatura no lo habría permitido de no ser así. Noté sus labios moverse debajo de los míos y sus manos estrechando mi cintura, atrayendo mi cuerpo al suyo. La sensación fue simplemente indescriptible. Los sentimientos empezaron a despertar dentro de mi, todo se acumulaba, pero entre ellos un sentimiento ponía su marca, imponía superioridad encima de los demás. Le quería. Siempre lo había echo, por eso confié en él, por eso había una parte de mi que me impedía pensar mal de él.
El beso duró hasta que nos quedamos sin aire y nuestros labios se despegaron lentamente, le miré a los ojos y en mis labios se esbozó una dulce sonrisa, él sonrió de vuelta y me dio un beso más sencillo y corto, solamente apretó mi labio inferior con los suyos y me dio un pico después de eso. Dejé de ponerme de puntas y tomé una de sus grandes manos, tirando de él, con una sonrisa al ver que no reaccionaba. Me reí en voz baja y brevemente, con frescura, y él reaccionó, caminando. No hacía falta decir nada, ambos sabíamos que era probable que alguno muriera, y de no haberlo echo si uno sobrevivía, no se lo perdonaría nunca. Veinte minutos después encontramos a Peeta y a Electra, con paso lento pero constante.
-¡Si que tardaron! -Dijo Peeta en tono burlón y pícaro, Cato le miró mal y se adelantó para tomarle el relevo a Electra.
-Cállate, enamorado. -Masculló con una leve sonrisa, que borró rápidamente.
-Diría que no soy el único... -Musitó divertido, ella sonrió y vi como la luna se reflejaba en sus ojos violetas.
-Cállate. -Repuso él tajantemente, ayudándole a andar. Yo y Electra fuimos delante, al acercarnos fuimos más cautelosos y cuidadosos, sin hacer ruido nos confundimos en la oscuridad entre unos matorrales, justo en el límite del bosque, antes del espacio abierto dónde estaba la cornucopia.
Ahí estaban los cuatro, Deo se dedicaba a afilar sus armas, Clove se limitaba a estar sentada, Marvel estaba tumbado sin hacer nada en particular y Thera se movía arriba y abajo, discutiendo con ellos tres, aunque ninguno parecía prestarle atención.
-Deberíamos matarlos. Cato puede que sea difícil de matar, pero sabemos como juega, y si le engañamos conseguiremos que nos ayude. Nunca le he visto muy espavilado.
-¿Crees que ese traidor dejará que los matemos? Y recuerda que la Saeta es una amenaza. -Dijo Clove con absoluta tranquilidad.
-A esa la mato yo, y a Cato será fácil convencerle de que le perdonamos, no sé que rayos le pasó pero no es imbécil, sabe que con ellos morirá. -Repuso ella, completamente segura y altiva.
-Mira que eres idiota. -Saltó Marvel, tajante y duro. -Ese no se fue porque sí. Fue por la rubia del 4. ¿No os disteis cuenta? No dejaba de desviar todo tipo de armas que fueran en su dirección, y llevaba un colgante de mujer, obviamente era de la chica. Yo mismo lo vi. Era una piedra azul y ponía, Assa, que me supongo que es el diminuto de Thalassa. Mientras dormía se lo miré. -Añadió al ver que Thera iba a replicar.
-¿Así se llama? Bah, no importa. Los matamos a los cuatro y listos. -Dijo, con desprecio.
-Yo diría que ellos mismos han venido al matadero. -Comentó Deo, fríamente, mirando sus armas todavía. Me quedé helada, y los tres profesionales restantes le miraron confundidos, incluso Marvel se incorporó. Deo levantó lentamente la mirada y la clavó en dónde estábamos escondidos. Ninguno nos habíamos percatado de que nos hubiera visto. Los otros dos siguieron su mirada y antes de nada, Electra se puso en pie, seguida por Cato. El cual nos miró como para advertirnos y nos empujó levemente para que nos hiciéramos atrás, bosque adentro.
-Anda, hablando del rey de Roma. -Comentó Clove en tono burlón. Todos se pusieron alerta, y aunque había una distancia considerable entre unos y otros parecía como si estuvieran cara a cara. Me levanté, no iba a permitir que lo hicieran solos, Peeta me imitó y Cato se giró a mirarnos.
-Alejaos. -Murmuró, con urgencia en la voz y en la mirada. Negué con la cabeza y le miré intensamente a los ojos.
-Vosotros, dejad las palabras de amor. -Entonces, una lanza de las de Deo pasó rozando el hombro de Cato, y se hundió en mi hombro izquierdo, noté como la carne se rompía. Grité de dolor y sorpresa, y Cato se adelantó para ir a por Deo, pero Thera se interpuso y empezaron a pelear. Yo gimoteé y me arrodillé, intentando quitármela, había atravesado mi hombro, la punta asomaba por el otro lado y dolía demasiado, las lágrimas no tardaron en aparecer.
Marvel por su parte atacó a Electra, con la cual empezó a luchar, intentando terminar con ella. La lucha era acérrima, realmente espeluznante. Yo intentaba quitarme la lanza, pero dolía tanto que no me atrevía y solo gimoteaba de dolor y dejaba que las lágrimas bajaran por mis mejillas. Pero vi perfectamente como Deo se acercaba por la espalda a Electra y empuñaba la lanza, apunto de clavársela en la espalda.
-¡Electra! -Grité, pero antes de que se diera cuenta, Peeta ya había ensartado a Deo con su espada. El cuero sin vida de Deo, cayó al suelo, provocando un cañonazo estruendoso. Marvel se alejó rápidamente en la confusión y fue a intentar matar a Cato.
Dejé de lamentarme, de comportarme como una cría y me arranqué la lanza. Nunca nada me había dolido igual. Me levanté y empuñé rápidamente mi daga, yendo directamente hacia Marvel. Pero antes de que alguien lo viera, Thera ya me tenía sujeta y hundía un cuchillo en mi cuello, presionando un poco, lo suficiente para que un fino hilo de sangre cubriera mi cuello como un collar rojo.
-Todo el mundo quieto o la degollo. -Amenazó, Marvel se quedó detrás nuestro y los demás se quedaron completamente quietos. Clove por su parte seguía en segundo plano, simplemente observando a todos los demás, no se movió para salvar a Deo ni para ayudar a nadie. -Y vosotros dos podríais hacer algo para ayudar, que de acuerdo que no son una amenaza, pero yo sola será largo. -Dijo Thera, despistándose un momento, momento que aproveché para clavarle la daga en el estómago. Aulló de dolor y empezó a desangrarse, le quité la daga, manchándome completamente de sangre y vi como se desangraba a un ritmo alarmante, creo que le había atravesado el hígado. Murió en pocos minutos. Me quedé horrorizada de lo que había echo, las manos bañadas en sangre y la empuñadura cristalina de la daga cubierta de sangre espesa, caliente y roja.
Cato se adelantó y sacó un trozo de tela, para limpiar mis manos y la daga, sin mediar palabra, sabía que nunca antes había matado a nadie. Me quedé helada, sin reaccionar, aún cuando sonó el cañón. Cato me devolvió la daga y besó mi frente, provocando que reaccionara. Levanté la mirada y él me sonrió ligeramente, tomando mi mano y yendo hacia la cornucopia, donde estaban Marvel y Clove subidos.
Esperamos ahí abajo, hasta que el alba empezó a despuntar en el cielo. Entonces, vimos como Clove sacaba su cuchillo e intentaba matar a Marvel, el cual con la espada la mató rápidamente y vimos su cuerpo descendiendo hasta impactar contra el suelo, dejando un rastro de sangre húmeda en el metal. Sonó el tercer cañón.
-¡Baja de ahí, cobarde! -Gritó Peeta, con la espada bien empuñada. Nos quedamos cerca de la cornucopia, cerca del cadáver de Clove, el cual no me atreví a mirar. No era el momento para sentirme vulnerable.
-¡Venid a buscarme! -Contestó él, reacio a bajar y a enfrentarse a cuatro él solo, ya que debía pensar que de uno en uno sería más fácil. Se puso de pie, con ademán intimidatorio, pero puso el pie dónde no tocaba, y resbaló con la sangre húmeda de Clove, cayendo estruendosamente al suelo, haciendo caer en el proceso a Electra, ya que se intentó aferrar a ella y la tiró al suelo con él como resultado.
Rápidamente se intentó levantar, pero al parecer se había roto una pierna, así que volvió a caer, esta vez, intentó clavarle la espada bañada en sangre de Clove a Electra. Pero Cato se adelantó y le pisó la mano, haciendo que gritara de dolor y soltara la espada, mientras la de Cato se hundía en su pecho, matándolo irremediablemente.
El cuarto y último cañón retumbó en toda la arena, anunciándonos la victoria.
Peeta ayudó a Electra a levantarse, y Cato dejó ahí la espada, no la necesitábamos más. Nos alejamos de los dos cadáveres de Marvel y Clove, quedando alejados de los de Thera y Deo, que estaban relativamente cerca. Nos sentamos en el suelo. El dolor de la herida en el hombro volvió a atacar, sumado a la molestia de la herida en el cuello, aunque no tenía nada que ver el dolor. Cato retiró un poco mi camiseta, sentado a mi lado, inspeccionó la herida con ojo crítico, y con el pañuelo de antes limpia un poco la sangre y me miró a los ojos después.
-¿Te duele? -Asentí, mordiéndome el labio y él sonrió suavemente, acariciando mi mejilla.
-En el capitolio de lo curarán, desaparecerá el dolor. Te lo prometo. -Sonreí lentamente, sin deshacer el contacto visual, cuando la voz de Templesmith interrumpió.
-Enhorabuena, finalistas de los septuagésimos quintos juegos del hambre. Les comunico que la modificación de la posibilidad de que haya más de un vencedor ha sido revocada. Como es usual en los Juegos del Hambre, solamente puede haber un vencedor. Que la suerte esté siempre de vuestra parte.
Nos quedamos todos helados, nadie era capaz de decir nada, hasta que Electra murmuró.
-Debimos imaginarlo... -Levanté la mirada, que tenía sobre mi mano entrelazada con la de Cato y la observé a ella, suspiré.
-¿Y ahora qué? -Murmuré. No podíamos matarnos entre nosotros, ya no. Y nadie parecía dispuesto a hacerlo.
Electra se levantó, y se introdujo un poco en el bosque, aunque seguimos viéndola. Al volver mantenía el puño cerrado. Se sentó de nuevo en su sitio y abrió la mano. En la palma de esta vimos claramente un puñado de bayas. Pero no cualquier tipo de bayas.
-Jaulas de la noche... -Murmuré, reconociendo las venenosas y letales bayas. Electra y yo nos miramos a los ojos, fijamente, y asentí levemente con la cabeza, extendí la mano y unas cuantas se depositaron sobre mi mano. Cato tironeó de mi brazo el brazo sano, el que tenía las bayas.
-No, Assa, no dejaré que lo hagas.
-¿Y cual es tu solución? -Cato cerró la boca, literalmente, mirándome intensamente a los ojos. Reflejaban una profunda tristeza, que me hizo daño incluso, pero solamente desvié la mirada.
Sin decir nada, el rubio tendió la mano, y otras pocas bayas cayeron en su mano, no hacía falta más que una para matar a alguien. Peeta recolectó las suyas y nos quedamos todos en silencio.
Nadie sabía qué decir, era el momento, no había alternativa. Nos pusimos de pie y Peeta fue el primero en poner su mano en el centro, seguido de Electra, después yo y por último Cato.
-A la de tres. -Murmuré, serían mis últimas palabras.
-Una... -La última de Cato.
-Dos... -La segunda sentencia, de parte de Peeta.
-Tres. -La final de Electra.
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Este capítulo se lo dedico a la maravilosa Noemi, la cual celebra hoy sus 17 años. ¡Felicidades preciosa! Te quiero :(L):
Thalassa Deméter.
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOO, COMPLETAMENTEEEEEEEEEEE, YA VAMOS A TERMINAR LA TEMPORADA Y ESTOY COMPLETAMENTE FELIZ SISISISISISISISIIIIII <3 <3 <3 LAS AMO MUJERES, AY NOA ESTUVO DIVINO EL CAP, LLENO DE TANTO DRAMAAAAAAAAA :ooooo
Vanellope
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
If I stumble they're gonna eat me alive Help, I'm alive, my heart keeps beating like a hammer
If my life is mine what shouldn't I do?
They Rattled my cage
To see if I would bite
So now I'm standing here alone
I'm learning how to live life on my own Forget about the past I'll never know
I'm learning how to live life on my own Forget about the past I'll never know
Kyle Howe
Han pasado varias horas desde que la emisión de los juegos de hoy termino y Magno me ha dicho que necesitaba descansar, probablemente cierto. Estoy tan cansado que los parpados se me caen solos, pero la consciencia se reúsa a abandonarme , y cuando no lo hace no hay diferencia entre estar dormido o despierto , todo es oscuro de todos modos. Y paso la mayor parte de mi tiempo pensando en la misma cosa.
Ella.
Sus ojos, esa mezcla intrigante y complicada entre gris y azul oscuro, que asemejaban a una tormenta,un rayo casi plateado , un milagro peligroso sin duda , pero hermoso , único, Un breve destello de luz en la eterna oscuridad. Sus ojos eran una de las memorias más placenteras de mi infancia, porque cuando ella te miraba incluso siendo ciego podias sentir el poder de su mirada…La luz de Su mirada y como te quemaba..
Suspiro levantándome del sofá y me dirijo a la habitación principal , sabia que terminaríamos durmiendo en la misma cama de todos modos , y era una de las crudas verdades de ser solo el mejor amigo. Allí estaría ella esta noche , junto a mi tan cerca, su pequeño cuerpo buscando calor contra el mío , pero no podre tocarla , porque aunque este justo allí esta a mil kilómetros de distancia , ella no se fijaría en un pobre ciego como yo.
Me despojo de la camisa y la arrojo a algún lugar cerca de la cama , me meto al baño para echarme agua fría en la cara su voz hace eco en mi memoria , siento sus labios frios contra el lóbulo de mi oreja que a duras penas alcanzaba de puntillas “Kyle te quiero”.
Si ella supiera…
Entonces escucho un portazo y una risa leve.
“Magno, eres tu?” – otro portazo este es más cerca , proviene del cuarto me asomo a la puerta del baño para salir cuando de repente siento el impacto de algo que ha dado contra mí. Un par de manos se deslizan por mi cuello , el tacto logra que se me paren los pelos de la nuca, lo que ha dado contra mí no es algo , sino alguien.
Sus labios se estrellan súbitamente contra los míos. Si, definitivamente se trata de ella , sus labios pequeños y suaves sabían moverse muy bien , la lengua entre tímida y retadora.
Me saben a canela, no me sorprende , pero tienen un toque de algo picante , que reconozco como licor , vino sino me equivoco.
Sus manos van de mis hombros a mi pecho, contornea los músculos con excepcional cuidado logrando que me estremezca por completo y luego van hacia abajo ,el minimo roce de sus manos me llena de placer , mi cuerpo se estremece mi corazon late desenfrenado y mis manos ya tienen mente propia, la recorren a ella también , delgada y delicada , de pechos pequeños y redondos. Salimos del baño entre beso y beso y caemos en la cama
“Magno … Espera”-logro balbucear y al mismo tiempo , ella ríe de manera aguda “Vas a rayarme el nombre Kyle”- entonces me doy cuenta
“estas Borracha”-susurro , ella ríe “quizá un poco, poquitito...Poquitito”-tengo que parar , esta borracha , no esta bien …pero el cuerpo no me lo permite , soy puro instinto , me he vuelto un animal, la necesito. Estrello mis labios contra los de ella de manera violenta pero con cuidando de no lastimarla , le acaricio el rostro con una mano , las suyas se mueven peligrosamente hacia abajo, suelto un gruñido, no habrá marcha atrás si dejo que llegue demasiado lejos…Pero la carne es débil , y ambos mi cuerpo y mi corazón tenían una única debilidad ,y esa era la pelirroja que tenía entre mis brazos.
La estrujo contra mi , quiero ser parte de ella, no solo dentro de ella sino a todo su alrededor , quiero que nuestras cajas torácicas se agrieten abiertas. Quiero que nuestros corazones migren y se fusionen quiero que nuestras células se trencen juntas como hilo vivo.
Voy bajando le beso el cuello y aspiro su dulce y embriagante , perfume , me vuelve loco.
Ella ríe “te quiero Kyle”- dice , me detengo en seco siento una punzada en el pecho ,justo en el corazón
'Pero yo te amo'. pienso
“yo te amo mi amor, siempre te he Amado" susurro contra su cuello aunque es casi inaudible, en realidad no parece haberme escuchado y le doy un último beso pequeño en el cuello, luego en los labios y me quito de encima. Esto no era solo sexo, no para mi
Ella se endereza y quedamos lado a lado
“pasa algo?”- susurra risueña contra mi mejilla , suspiro y niego con la cabeza, me da un beso en la mejilla luego en la barbilla, me obligo a mi mismo a no perder la cabeza “que no me quieres”-dice con esa voz particular de cuando hace puchero , le doy un beso en la mejilla ignorando mi necesidad de ir a los labios, ahora habia probado sus besos , y eran adictivos como una droga, Esos labios que en Mis fantasias habian tocado Los mios tantas veces.. Habian sido mejor de lo que habia imaginado, tengo Los labios secos,con sed de Ella conforme digo “claro que te quiero Magno, te quiero muchísimo”- te amo reprimo las palabras en mi cabeza “solo estoy cansado bale , vamos a dormir”-ella bufa
“esta bien”-dice como niña pequeña con una voz aguda.
Termino ayudándola a ponerse la pijama y dándole un vaso de agua, con ella acostada buscando calor contra mi pecho , tan cerca y tan lejos…Siendo de nuevo el mejor amigo que la ama en secreto.
∞∞∞
Grace Youngblood
Dos horas y una botella de vino mas tarde Kalonice ,Holly y yo reimos de nuestra miseria abiertamente , estoy acostada de cabeza con las piernas hacia arriba
“¿que haces Gracie?”-dice Kalonice riendo a gargajos , ¿Cómo es que no lo ve?
“estowy de Ca-beza”-replico y de repente siento ganas de reirme también ciega, ciega , mi amiga la ciega, tarareo en mi cabeza ,Kalonice ríe conmigo
“Nah me digggas”-dice Holly dejándose caer de costado en las piernas de Kalonice , asiento todavía ahogando la risa , se ve graciosa , la mujer azabache se lleva las manos a los ojos para frotarlos y luego preguntar
“¿Ygah ensewrio, powrque?”-suspiro y echo la cabeza ligeramente hacia un lado
“Buano”-comienzo estirándome derecha y a lo largo del sofá “mi mamá solía desscir, que cuando todo estaba de cabeza, había que esstar de cabeza para ver un lado bueno de las cosas”- digo no muy segura…creo que ella estaba borracha cuando me lo dijo, todo sigue viéndose exactamente igual
“¿y como va eso?” pregunta Kalonice en un susurro , yo bufo
“Bah!” en realidad las cosas no cambiaban mucho. “aun soy miserable”. Es entonces que holly decide intervenir levantando la botella “galud a eso!”. Y deja caer la botella al suelo rompiéndola en pedazos, a esto Kalonice y yo reimos y caigo del sofá , reimos otra vez.
“Moriremos solas todas yupii”. Declara Holly , mi cabello sobre la cara bloquea mi visión pero siento unos pies torpes dar contra el piso.
“yo no”. Es Kalonice que ya que estoy en el piso suena más lejana de lo que esta “mwe voy a hablar con Cinna”. Retiro el mechon de mi cara y la veo tambalearse hasta la entrada, luego me enderezo.
“yo…” pienso “yo me vwoy a dorrrmir , buenas noches Holly”. Y consigo levantarme del piso para ir a las plantas del 2, salto fuera del ascensor
Tac!
Resuenan mis pies de manera graciosa contra el piso, pero en ese momento vuelvo a sentirme triste al tiempo que las palabras de Holly resuenan en mi cabeza
moriremos solas todas yupii.
Probable, bastante probable …estaba sola …no sentía nada…quería sentir algo.
Voy corriendo hacia la sala, entro y me despojo de los zapatos , el pantalón de mezclilla y finalmente arrojo la blusa, la cual termina colgando en el balcón , rio
“Whoops!”. Digo antes de adentrarme ahora en el cuarto , tiro la puerta
“¿Magno?, eres tu”. Del baño se asoma Kyle, no tiene camisa y de repente me doy cuenta de que buenos músculos tiene es corpulento y alto , moreno …es…sexy.
Salto hacia el y estrello la boca contra la suya , al principio se muestra sorprendido pero no le toma mucho acostumbrarse, terminamos apoyados contra el lavamanos bajo las manos y comienzo a contornear sus bien formados abdominales , sus manos van a mis pechos y mi cintura, se sienten bien físicamente, pero cuando me toca no pasa de la superficie de mi piel…algo falta. Sin embargo se siente suficientemente bien así que ninguno para ,entre beso y beso nos estamos moviendo y caemos en la cama , sigue siendo extraño por su puesto que siento algo pero es físico, mi corazón late a ritmo normal no hay necesidad , no hay pasión …es …algo que en realidad no puedo describir…un fuego físico y pasajero.
“Magno” susurra sin aliento “espera”. Ay que quiere ahora estamos a la mitad del pre-proceso y este poniéndose a hablar “vas a rayarme el nombre Kyle”. Le digo risueña ya estamos aquí! Y es mejor algo a nada!
“estas borracha”-susurra , yo rio otra vez “ quizá un poco…Poquitito” parece pensar un momento , luego de un movimiento brusco me besa , me acaricia el rostro con las manos entre tanto yo voy bajando , el suelta un gruñido lo cual me hace sonreir orgullosa .
El me estruja contra el , no hay espacio entre nosotros , lo que me deja completamente inmóvil , es mucho mas corpulento que yo y mide 1.89 , que incluso acostados es aun una competencia para 1.55.
Va bajando y me besa el cuello , yo suelto una risita ya que me hace cosquillas “te quiero Kyle”. Digo , el se detiene en seco , y siento como susurra algo contra mi cuello , no logro escucharlo , luego me da un beso más , pero no es desesperado y salvaje como los anteriores , es dulce , casi melancólico - ¿Puede un beso ser melancólico? - . Luego sube a los labios y me besa una vez más para luego quitarse de encima
¿Qué paso algo?.
Nos enderezamos los dos , pego el rostro a su mejilla “¿pasa algo?” pregunto , el niega con la cabeza. “¿Qué no me quieres?”. El besa mi mejilla “claro que te quiero Magno, te quiero muchísimo”. dice
“solo estoy cansado ¿bale?, vamos a dormir”. Bufo cruzándome de brazos
“esta bien”-digo en tono agudo.
Suspira y se levanta, guiándose por el borde de la cama llega hasta a donde estoy y termina ayudándome a ponerme la dormilona , luego me carga y me lleva a la cocina , me sienta en uno de los bancos de la barra y se dirige a la nevera, saca la jarra de cristal llena de agua y me sirve un vaso.
“A ver, bebe, anda”. Ruedo los ojos pero obedezco , en realidad esto me tiene triste…¿sería posiblemente cierto?...No era suficiente para nadie… Nunca lo había sido
“¿Kyle?”. Le digo separando los labios del vaso, el me mira y me toma de la mano , comienza a enredar sus dedos con los míos “Mmh?”. Dice , yo apoyo la barbilla en mi mano libre causando que un mechón rojo me caiga en el cara
“¿es porque no soy bonita verdad?, y porque no tengo buen cuerpo”. Podía ser tan obvio que incluso Kyle, ciego como estaba podía sentirlo? , mi piel pálida mis pechos pequeños, el pecoso rostro, la nariz poco elegante
“no, no Mag…tu…” comienza. “tu eres hermosa”. Bufo
“no tienes que mentir ¿ lo sabes?”-digo “se perfectamente que cualquiera allá afuera es más bonita que yo”. El suspira y se mueve hacia mi yo estoy sentada en el banco y el pega su frente a la mía “escúchame Magnolia”. Dice susurrando y deslizando sus manos por mi cintura. “solo porque te conozco , y se que probablemente no recordaras nada mañana quiero que sepas una cosa”. Giro la cabeza a un lado “¿Qué?”. Pregunto curiosa
“desde la primera vez que te vi , desde niño he pensado que eres la mujer mas perfecta que existe,, eres inteligente , eres divertida, perspicaz , tan dulce con todo el mundo …y eres hermosa , eres bellísima y no lo sabes , tus ojos , tus ojos son lo más bonito que vi en mi vida , aun ciego están en mi memoria , como brillan de esa manera misteriosa, tus pecas son encantadoras , me gusta tu nariz” lleva el índice a esta y toca con la yema del dedo, el cual luego baja a mis labios. “ tu sonrisa , tu cabello , la forma en que eres tan tímida y callada , Magnolia eres perfecta, eres perfecta y nunca tuve la oportunidad de hacértelo saber”. Mis ojos están aguados y le doy una sonrisa pequeña , le beso los labios , pero es un beso pequeño
“¿y porque no quieres que recuerde?”. Le pregunto , el suspira tomando el mechon de cabello que me había caído en el rostro y colocándolo detrás de mi oreja.
“Porque no quiero perderte”.
IMAFREAKBITCHBABE
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
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Siento que estoy en una jungla , el mundo gira demasiado rapido y no puedo detenerlo , la sala es blanca , un comedor ….Un lugar tan elegante se habia vuelto una jungla…Vi la copa de vino , goteando el liquido rojo como sangre propia…Como la sangre de ella , Goteaba sobre la impecable superficie del suelo dejando una insistente gota , tal cual lagrima. Todos llorabamos lagrimas de sangre “La mujer practicamente me salvo la maldita vida maldita sea!, Vosotros la habeis matado! , vosotros la habeis matado malditos bastardos! , voy a asegurarme de que ardais en el infierno!”- gritaba Johanna Mason intentando avalanzarsele encima a un inexpresivo Senaca Crane , quien con ojos aguosos mantenia su semblante inexpresivo…Este seria su ultimo dia de vida y lo sabia… Mi tio Finnick la tenia por detras , igual de enojado pero mas racional, lloraba las lagrimas de un crio que habia perdido a aquella mujer que tambien le habia criado…Tras la muerte de Lee y Cecilia , Prue habia cuidado a Finnick como a su propio hermano , y en los juegos habia protegido a Johanna tal cual me habia protegido a mi…Los juegos , se habian acabado … 4 tributos regresarian al capitolio…Pero mi prima jamás regresaria a casa.
Se presenta con las mas profundas condolencias la carta de defuncion de Prudence Anastasia Phoebe Messer.
Todo en el cuarto era un saperoco , Johanna sigue con su rabieta empujando cosas de aqui para alla , por primera vez desde que conozco a Johanna Mason la veo llorar, Finnick hace lo mejor que puede para mantener un buen agarre de ella , Kanolice ha entrado en una especie de ataque nervioso , llora a mares y Cinna trata de conosolarla, sin mucho exito , pues el mismo esta en discretas lagrimas .
Holly y yo simplemente nos miramos , las dos sentadas en diversos puntos de la mesa , las dos en shock…Lagrimas recorren sus mejillas , y las mias tambien, pero solo nos quedamos en silencio , consolandonos con este , solo ella y yo por el momento concordando en una cosa; Nadie se imaginaba que una mujer como Prudence Messer pudiese ser tan querida por todos…Pero la realidad, es que todos los que estamos aqui habiamos visto tras la mascara. Y aqui estabamos reunidos , en un cuarto magestuoso y blanco , con copas de vino ahora rotas en colera , derramandose como la sangre de Prue a nuestros pies .
Nos habian invitado a una cena , “asistencia obligatoria” decia la carta , parecia una locura luego de que los juegos terminasen asi, pero que podia esperarse? , esto era su enfermizo juego , nuestras vidas eran su enfermizo juego. Habian puesto copas de vino a nuestro frente , como para que las llenaramos de la tristeza y la amargura de la realidad…Y brindaramos por ella , por su muerte y no por su vida.
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PRUDENCE MESSER “EL BESO DE LA MUERTE” COBARDE O HEROINA?.
Por: Jeanine Matthews.
-“me reuso a creer esto Howe”-digo apretando los ojos soltando mas lagrimas
-“Maggie…”- susurra el -“NO, NO! , ESTO NO ESTA BIEN DE ACUERDO NO ES LO QUE NOS ENSEÑARON..NINGUNA SE IRIA ABAJO SIN UNA PELEA!”- digo entre lagrimas , estoy histerica , con los puños apretados, Kyle me abraza hacia el
–Maggie….- dice en mi oido , yo me escondo en su pecho y rompo en un llanto de ira desvergonzado
–“solo no puedo aceptar esto Kyle…No esta bien, todo esta mal , esto no es como ella! , tu la conoces todos la conocemos! , ella es una guerrera! Podia con mas de 21 un hombres a ciegas y a tres metros de distancia!, no pudieron haberla matado! , no tiene ningun tipo de maldito sentido” –Kyle me mira y vo lastima , yo le empujo
-“Maggie”-dice el otra vez , y le meto un puñetazo
–“UGH! NO TE ATREVAS A MIRARME ASI! , NO TE ATREVAS!”- cae para atras y al suelo ,mis ojos se abren como platos , mis manos se han ensuciado con la sangre de su labio roto…Me miro las manos temblorosas, Kyle suelta un gruñido de dolor desde el piso
–“coño”-dice en otro gruñido , me llevo las manos temblorosas a la boca y me arrodillo rapidamente
–“kyle , kyle lo siento , lo siento tanto- Kyle se endereza lentamente y le lleva las manos al rostro
–no pasa nada , no pasa nada – asiento freneticamente y extiendo las manos hacia su rostro desesperadamente –claro que si!, lo siento tanto, yo no …Yo no queria…”-perdo no puedo hablar , las palabras no quieren salir de mi boca y se han vuelto un persistente nudo a la garganta . El toma ambas mis manos en el aire y aunque peleo para zafarme el logra jalarme hacia el .
Quedo contra su pecho y sus brazos me rodean fuertemente. Me besa la cabeza
–“esta bien , esta bien” – susurra besando mi cabeza . Sollozo contra su pecho
–“esta muerta”- gimo –“esta muerta y jamas va a regresar”- las lagrimas caen cual gotas de lluvia de mis ojos
–“perdi la oportunidad de decirle cuanto lo siento , perdi la oportunidad de decirle cuanto significaba para mi , la perdi para siempre Kyle”- el me aprieta mas a el y simplemente me deja desahogarme , de ves en cuando me susurra cuanto me quiere y que todo va a estar bien.
∞∞∞
El sol brilla en el distrito 4. La familia ahora puede vivir “en paz” aunque aun no entiendo como , soy demasiado pequeña para preocuparme por esas cosas, despues de todo , solo tengo ocho años. En esos momentos, en estos momentos escasos , que se nos resbalaban por lo dedos tan rapido como granos de arena, todos eramos relativamente felices.
La pequeña casa de color azul sobresale al fondo de la playa. La casa de mi infancia.
-“Maggie!”- escuche la voz de mi madre , me doy la vuelta y mi rebelde melena roja cae sobre mi cara gracias al viento. La echo para atras y los veo.
Mi madre. Una mujer rubia cereza, de escasa estatura, de tez bastante blanca pero no precisamente palida, casi en el borde de llegar a esta caracteristica. Sus ojos, son iguales a los mios , una rara mezcla entre azul y gris que, en ella , si parece platadeado. Facciones finas y elegantes de una mujer delicada (cosa que realmente no le queda), a veces me dicen que me parezco a ella…Yo pienso que es imposible , no soy hermosa como ella.
A su lado, va mi padre, un hombre guapo y fornido, que le lleva una alarmante ventaja en altura, es de esas ventajas que lo llevaban a tener que cargarla para poder besarla y a ella a levantar la cabeza para poder mirarle. Sus ojos , son azules , al igual que los de mi hermano mayor Uriah. Es de cabellos castaños y lisos , de mirada fria y calculadora , que parecia derretirse , solo al encontrarse con los ojos de mi mamá.
Hariamos un pinic en las zonas montañosas del distrito entre familia. , mi hermano Uriah llega y me toma de la muñeca risueño
–“espera enana, mamá dice que hay que esperar a alguien”- sonrio y asiento , mi hermano me lleva un poco mas atras donde mis padres se han sentado a la orilla de las olas. Mi padre esta sentado con el cuerpo apoyado en los brazos a su espalda y las piernas estiradas mi madre encima de el rescostada en su pecho. Mi hermano y yo nos sentamos junto a ellos.
–“pero bueno! , que no tienes tamaño para lo rapido que vas!”-dice mi padre jocosamente hacia mi, yo levanto el rostro y sonrio orgullosa.
–“si es que las mujeres de la familia siempre hemos sido mucho mas rapidas”- -dice mi madre en voz cantarina , mi hermano frunce el ceño
–“eh! , que nosotros tambien entendemos de algo”- mi padre asiente
–“no podria estar mas deacuerdo hijo”-dice , mi madre rie y se estira todavia apoyada en mi padre para darnos un beso en la frente a cada uno
–“claro que si , hemos criado dos hijos muy inteligentes verdad Robbie”- mi padre sonrie hacia ambos, nosotros
–“dos de los que no podria estar mas orgulloso”- y entonces se escucho un grito doble
-“LAMENTAMOS LLEGAR TARDE!”- todos volteamos el rostro hacia el lugar de donde provienen las voces. Y ahi estaban ellos , los tios Wes y Astro. Gemelos indenticos, altos y melenudos , con un color de cabello rubio ceniza natural, la melena de rulos de ambos siendo alborotoda por el viento , morenos y musculos , de las manos de sus novias Bonnie y Shannon respectivamente. De el antebrazo de Wes cuelga otra cesta. Mi hermano y yo saludamos con entuisiasmo
–“tio Wes, tio Astro!”-ellos sonrien y van hacia nosotros , dejando la cesta con sus novias y levantandonos uno a cada uno. Wes levanta a uriah mientras que astro me levanta a mi -pero vaya que han pegado el estiron!-grita risueño Astro
–que si!-dice Wes desarreglandole el cabello a uriah para luego ponerlo de cabeza –que comen?-mi hermano y yo reimos
–wes, astro!-grita mi madre –que bueno verles muchachos- los gemelos corren hacia donde se encuentran mi padre , mi madre junto con Shannon y Bonnie
–bueno verla tambien señora Youngblood!-dicen al unisono , mi madre mira a las novias de los gemelos con una mirada jocosa –los estais cuidando bien?-pregunta, ellas asientes
–claro , claro , los mantenemos buenos chicos , verdad Bonnie?-inquiere Shannon con una ceja encarnada y Bonnie sonrie , ambas chocan palmas
–sin duda – dice la rubia –son nuestras obras maestras- los gemelos llegan a sus novias
–si nosotros siempre nos hemos portado bien! –dicen cantarines , ambas novias se miran y echan a reir.
–donde esta mi sobrina?-pregunta mi madre con una sonrisa , Astro se encoge de hombros con una sonrisa
–bah! , con lo floja que es esa seguro se ha quedado dormida – entonces una voz rompe
–si vamos detras de ti zopenco!-la voz autoritaria de mi prima Prudence se reconoceria en cualquier parte. Y ahi van; Ella: Una chica alta de cabellos rebeldes ligeramente enrrollados a las puntas y tez morena , va vestida con un par de shorts , sus usuales botas al tobillo y una blusa de medio cuerpo que muestra el abdomen un par de shorts aptos para el calido clima. Sus ojos verdes que resaltan donde los pongas con esa mirada tan peculiar. De su mano va un chico alto tambien , que ha de llevarle dos cabezas , sus cabellos son negros y su piel apiñoñada , es atractivo y musculo , sus ojos son oscuros como la noche, En el medio de ambos , va tio Finnick, no importa que tan raro suene llamarle asi considerando que para ese entonces no tendria mas 12 años. Mi prima cassandra tambien va con ellos.
–Prue! , seshomaru!, Finnick, Cassie! que bueno verles! –saluda mi madre y se levanta a abrazarles a todos , me acerco para escuchar la conversacion cuando se acerca a Prue abrazandola por detras
–hola pequeña P…-dijo con una pequeña sonrisa melancolica
–no quize incomodarte Prudence…Solo…Lo dije porque bueno…-dijo mi madre bajando la mirada , la morena se encogio de hombro
–esta bien tia Ruby, no es la primera vez que me dicen que me parezco a mi madre –mi madre, habia sido recogida por los Youngblood se la calle, y habia crecido practicamente como hermana de ellos, hasta que se termino enamorando de mi padre el hermano mayor de la familia (raro ya lo se , pero tengamos en cuenta que no eran “familia” realmente. Su nombre en realidad era Aleehna , pero le llamaban ruby desde pequeña por la tradicion de la R en la familia, que solo se rompia con la tia Zenniba por ser la mayor de las mujeres.
Mi madre sonrie entre incomoda y melancolicamente
–deberiamos de ir ahora , antes de que el tiempo se eche a perder – Prue asiente y todos nos vamos , yo voy delante con mi hermano y con Finnick que se nos ha unido alante.
Seshomaru y Prue van tomandos de la mano , al igual que Wes y Astro junto con sus novias.
–cuanto creen que dure todo esto?-pregunte, mi hermano y finnick bajaron la mirada hacia mi que estoy en el medio
–que cosa enana?- pregunto mi hermano , enrrede un mechon de mi entonces largo cabello en el dedo indice , como siempre
–esta “felicidad”, no creo que pase mucho tiempo antes de que …Ya saben- nunca fui estupida , nunca , desde pequeña lo sabia , mi familia era una legacia de sangre , y sangre la seguiria donde quiera que fuera. –no deberias de estar hablando así Maggie- dijo Finnick , me encogi de hombros
–solo estoy cansada de tanta gente muriendo…- Uriah suspiro
–tienes ocho enana , hablaremos de esto cuando crezcas – arrugue la nariz.
–puedo tener ocho pero no soy estupida , la tia Rowan , tu hermano Lee- dije dirigiendome a finnick –El tio leo , Cecilia..Es injusto…- finnick aprieta los labios
–si.. Lo se –el era como de la familia despues de todo , suspire y llegamos a los fondos de la playa , eran siempre la parte mas soleada por alguna razon , por lo menos en ese entonces , y por ahi , se veian tambien indicios de lo que era el bosque , todos los distritos tenian uno , solo habia que saber buscarlo. Y a mama siempre le gusto mas el bosque que la playa , por lo que siempre estabamos por ahi.
Los adultos se sentaron y nosotros tambien, tendidos en una sabana en la arena. Comimos y los adultos se sumergieron en su propia convensarcion y yo me sumergi en mi propia cabeza , desde un principio sabia que estaba condenada a sufrir la enfermadad de la familia , mi madre por supuesto no sufria de ella , habiendo sido “adoptada” por asi decirlo , mi padre tampoco , no directamente , solo estaba con las mujeres , sin embargo mi padre era portador , por lo que me lo habia pasado a mi. Empezaba con sintomas leves , distracion , desubicacion de espacio , ligeras alucinaciones , hasta que te dabas cuenta y poco a poco se convertia en parte de ti , estabas cara a cara con la locura y ella corria por tus venas .
-ja! Gallina- escucho decir a Uriah y mi atencion vuelve a la realidad
–no soy!- gimoteo Finnick
–entonces?!-pregunto Uriah divertido soltado una carcajada , Finn fruncio el ceño y se enderezo cruzandose de brazos
–porque no lo haces tu?- le pregunto a mi hermano , el cual se enderzo tanbieny se aclaro la garganta
–yo te lo dije primero –me enderezco echando mi enmarañada melena roja hacia un lado
–que pasa?-pregunte en una voz suave , Finnick se vuelve a mi
–no estabas escuchando?- pregunto , yo nugue con la cabeza , en ese momento una figura mas se nos unio , mi prima Cassandra , de ese entonces unos 18 años , lleva un vestido verde casual abierto en “C” monstrando la rosa de la familia , la que mi madre llevaba tatuada en lila , Rowan la llevaba en rojo en sus tiempos de vida y Prue en negro. Todas en el mismo lugar justo sobre el ombligo hacia la derecha , un costado. La mire con curiosidad , preguntandome si algun dia llevaria yo una tambien…
-que hacen?-pregunto ella , Uriah miro a una direccion y hizo un ademan con la cabeza
–el miedoso no se atreve a subir ese arbol –entonces mi mirada se ubica en el punto del que hablan , es un arbol bastante alto , mis labios se curvan en una sonrisa , siempre me habian atraido las alturas.
–maricas- dije por lo bajo en un maquiavelico murmullo , todos los ojos de los chicos mayores se volvieron a mi con los ojos como platos
-no deberias de saber esa palabra –dicen Uriah y Finnick al unisono , Cassandra simplemente sonrie , imitando mi maquiavelica sonrisa. Se acerco a mi y llevo el dedo indice a mi sonrisa
–te atreves a hacerlo tu?-pregunto , yo aprete los labios y asenti , hace un ademan con la mano
–adelante Maggie- la voz de Uriah rompe
–no, estas loca , es demasiado pequeña- Cassandra rueda los ojos
–tiene mas pelotas que ustedes dos juntos – dice , yo me levanto , ellos tres van detras de mi , miro el arbol una vez se encuentra en frente de mi , se ve gigantesco y el hecho de que yo siempre fui una pulga no ayudaba. , suspire la altura mando una sensacion de adrenalina por mis venas , queria subir!.
Mire el arbol detenidamente olvidandome de todos los que estan detras de mi , me muerdo el labio y entierro ambas uñas a los costados del arbol dandome un impulso , doy un salto y estoy arriba , los pies tomando soporte en lo que sea , y comienzo a escalar , parezco encontrar soporte en cualquier cosa, las pequeñas aberturas del arbol , las ramas , con agilidad y facilidad , una sonrisa orgullosa se extiende en mis labios cuando de repente
–Magnolia Youngblood que haces!?-se escucha la voz de mi madre , y me distraigo , pierdo el balance y la rama de la que estoy agarrada se rompe , el soporte de mis piernas alrededor del arbol no es suficiente y caigo.
Todo parece ir mas lento entonces, como si el tiempo se congelara mientras caigo , veo el arbol alejarse de mi cada vez mas , si caigo asi me rompere algo , no se como lo hago , pero logro encogerme en el aire , me encorbo , abranzando las piernas al cuerpo volviendome “bolita”, mi cuerpo da contra el suelo. No suelto mas que un pequeño gemido.
–MAGNOLIA! , QUE DEMONIOS PENSABAS!- abro los ojos , varios pares de brazos estan en mi instantaneamente , me ayudan a levantarme los gemelos y sus novias lucen caras preocupadas y finnick y mi hermano luchan por llegar hasta donde estoy, mi madre y Prue me ayudan a levantarme
–uhh se ha rasgado el brazo- dice preocupada mi madre
–debemos llamar a un medico! –dice mi padre alarmado , entonces la mayor de las jovenes Messer se hace notar –no hay tiempo para eso tio , la herida es leve , pero significativa, la casa esta lejos y se puede desangrar- mi madre suelta un alarmado gemido , yo solo me quedo ahi , parada , con la mandibula descolgada sin saber que decir. La herida en mi brazo arde pero es un ardor soportable
–que deberiamos hacer entonces?-pregunta mi padre , Prue mira un punto en la sabana
–Astro, la botella- dice a uno de los gemelos, ellos asienten al unisono , Wes, que esta mas cerca del picnic , toma la botella de cristal , con un liquido semi rojo- semi –dorado y la lanza a su hermano , el cual la lanza a Prue, esta suspira y deja la botella al lado un momento , luego hace ademan de deshacerse de su blusa
–ah-dice Seshomaru como todo un caballero deteniendola, y quitandose la suya –aqui , toma , usa la mia – ella lo mira en apreciacion y le da una sonrisa “gracias Sesh” masculla con la boca y Seshomaru le entrega la camisa , ella se arrodilla a mi lado en la arena y arranca la tapa de la botella con los dientes para luego escupirla en la arena , con cuidado echa el pelo a un lado dejando libre el brazo herido y echando el liquido en la sangrante rasgada. Una sensacion de ardor me invade , quema
–agggh!- me queje –que es eso!?- ella aprieta los labios
–Ron , ayudara a cicatrizar – y acto seguido envuelve la herida fuertemente en la camisa de Seshomaru haciendo un fuerte nudo , solo lo suficientemente suelto para no cortarme la circulacion. –bueno , listo- dice mirando a mi madre
–gracias Prudence –Prue asintio levemente
–de nada tia Ruby – dice y mi madre hace un ademan con las manos
–bueno , volvamos a sentarnos- dijo y todos le hicieron caso , Prue se levanto y me extendio la mano con una sonrisita.
–crees que fui estupida Prue?- ella suelta una risita y niega con la cabeza , le tomo de la mano y estoy de pie
–creo que tienes agallas , pequeña P-encarna una ceja –eso que hiciste en el aire…?- le di una pequeña sonrisa
–sabia que era la unica manera de no romperme nada – su pequeña sonrisa se ensancha
–impresionante –yo sonrei emocionada
–puedo preguntarte algo?-le dije suavemente , ella asintio
–a ver dime- me mordi el labio
–si llegase a tener una rosa …Que crees que seria?- ella me dio una sonrisa esta vez mas melancolica , claro que yo para ese entonces no sabia que responsabilidad representaba tener esa rosa tatuada en el abdomen , sangre , la sigue a donde quiera que va. Se dio unos golpecitos en el menton , brevemente. –creo…Que serias…?- se mordio el labio inferior y luego me miro , soltandolo en una tierna expresion
. –sabidura Piper, Sabiduria.
IMAFREAKBITCHBABE
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
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-“Segura que quieres hacer esto?”-pregunto Kyle mirando a la multitud por la ventana , es un homenaje , un homenaje hacia ella…Y una vez mas me pregunto , si a su muerte o su vida?. Algunos lloran , hay camaras por todas partes , todos quieren saber la verdad , de como fue que murio Prudence Messer. Algunos estan furiosos al articulo de Jeaninne mientras que otros la apoyan ..Esto es una controversia , ella , es una controversia porque murio como La dama tras la mascara. Observo la escena asqueada es tan hipocritico que no puedo con ello , arrugo la nariz –“Tengo que ir, Uriah , Wes, Astro , Bonnie , Finnick , Shannon , Annie, tanta gente que merece saber , tengo que llegar al tren e irme al 4, incluso si significa pasar por ahi”- hago un ademan a la multitud, Kyle me toma de los hombros , esta de espaldas a mi , entierra su rostro en mi nuca
–“segura que no quieres que vaya contigo?”- niego
–“tengo que hacer esto sola Kyle , son mi familia”-susurre –“ademas necesito a alguien aqui por si acaso vienen a buscarme , diles , que he ido a dar las noticias a mi familia , no digas a donde , pero avisa que volveré para recibir a los tributos esta noche- me vuelvo a el , el suspira y pega su frente a la mia
–“vas a estar bien?”-le acaricio el rostro sutilmente poniendome de puntas
–“te lo prometo Howe”-
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Tomo una bocanada de aire y me calmo a mi misma , esto me recuerda a la primera vez que iba a disparar en el centro de entrenamiento , la imagen se reproduce en mi cabeza , esta oscuro fuera , de noche , el frio parece traspasar incluso el centro de entrenamiento del capitolio , las brillantes luces me queman los ojos apesar del frio y las palabras de Prue me resuenan en la cabeza.
Tienes punteria , pero te falta control. Toma una bocanada de aire, que sea profunda , calmate, y cuenta hasta tres
Voy siguiendo cada uno de los pasos lentamente y con paciencia hasta que estoy cerca de la puerta
–“uno….; dos …; tres…”- y empujo las puertas de cristal del edficio abiertas una rafaga de viento me alborota el cabello inmediatamente , y de nuevo estoy en la jungla
–“MAGNOLIA!, MAGNOLIA! , DINOS! QUE SE SIENTE SABER QUE TU PRIMA HA PASADO A MEJOR VIDA?!”-Una y muchas mas , de pocas que pude distinguir eran mil voces a la vez
–“MAGNOLIA , MAGNOLIA! , CUALES SON TUS PENSAMIENTOS EN EL ARTICULO DE JEANINE MATTHEWS!?
–GRACE! , DINOS QUEDARAS DE MENTORA PERMANENTE LUEGO DEL PASE DE TU PRIMA?- No digas nada , se nada , contralate , respira .. respira , respira y sigue caminando …Pero fue entonces cuando paso , alguien me detuvo del brazo y paso al centro de la muchedumbre junto conmigo
–seeeñorita Magnolia Youngblood , mi nombre es Violet Harmon , nos gustaria saber cual es su perspectiva al ver tan gran homenaje a ..Su prima a Prudence como lo que fue , como el beso de la muerte , sintenzando diversas preguntas y ofrenciendole mis, mas sinceras condolencias haciendole saber que su prima era respetada y querida y admirada por todos aqui en el Capitolio le pregunto cual su vision en lo que fue tan repentina desaparicion y …esta muerte tan de repente , tan subito e inesperado , las palabras de Jeannine Matthews , os han afectado de alguna manera? – es entonces cuando me vuelvo , cuando ya no puedo mas.
–“YA BASTA DE ESTA HIPOCRESIA!” – grito arrancandole de las manos el microfono a la mujer –“quieren mi opinion en esto, pues les dare lo que piden, lo considero hipocrito y patetico! Apoyais y sois fruto de un gobierno que es el culpable de la muerte de esta gran mujer! , Prudence Messer fue asesinada y ha sido su presidente el responsible de esta muerte no lo dudeis ni un segundo. Me han enseñado a no juzgar a la gente de vuestra ciudad , pero hablare claro esta vez – no podia deternerme , era como un animal , como un leon con sueño siempre habian traqueteado mi jaula , para ver si morida , y esta vez han corrido con suerte, han despertado a la bestia –lloran , gimen y dicen , sufrir , por la muerte de mi prima como “lo que fue” como el beso de la muerte , pero ella fue mucho mas que eso , fue una mujer de sacrificio , una mujer de corazon , si no vieron tras la imagen de la guerrera , no la conocieron realmente , Prudence Messer fue , es y será una guerrera y una heroina pero no por las masacres que tuvo que cometer para vivir , para sobrevivir ese juego tan torcido y tan enfermo que ha establecido su gobierno , no por lo que era capaz de hacer en el campo de batalla , sino por todo lo que hizo fuera de el. Dentro de ese edificio” –digo apuntando – “hay personas que le lloran de verdad! , Prudence Messer fue una mujer que ya a temprana edad tenia una hermana a las espaldas , que tomo a muchos tributos incluso si no eran de su distrito bajo su ala , que dio su vida para que por muchos. Que logro ver humanidad en aquellos que no la veian en si misma. La mujer a la que yo , y muchos otros debemos la vida. Entre tanto ustedes dicen llorar por ella , nosotros exigimos un poco de respeto, y no lo optenemos , su presidente puede hacernos brindar su muerte bajo sus narices y no lo notarian , sepan que viven bajo el gobierno de un tirano y que lloran a la mujer equivocada lloran a la mascara. igual que Jeaninne Matthews , es a la mascara a la que criticas , quiero que sepas que Prue fue una heroina y una mujer digna de admirar que porte mi sangre no tiene nada que ver con lo que digo. Cualquiera de ustedes aqui presente y ella tambien , diciendo que le conocen , comenten un grave, grave error. Gracias por su atencion eso es todo lo que tengo que decir.
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El sol, particularmente flojo esta mañana se levanta entre las nubes del cielo, que se tiñe de rosado sueave , abro un ojo , la tonalidad del cielo me hace pensar en mi hermanita…Ella lo hubiese odiado , reprimo una risa leve , Maggie odiaba cualquier cosa rosa y femenina…Y por recordarmela a ella , esta mañana yo lo odio tambien.
Unos ladridos agudos me sacan de mis pensamientos , abro el otro ojo y cuelgo el brazo en el borde lateral de la cama , siento un par de dientes pequeños que me muerden el dedo
-“Agh”-gruño suavemente –“Toto , cuantas veces te he dicho que no me muerdas”-susurro firme , y salgo de la cama mirando abajo.
Me miran de vuelta un par de ojos cafes , grandes. Toto, es un cachorro , un root weiller (al menos asi decia mamá que se llamaba la raza en el viejo mundo) los perros no eran muy vistos hoy en dia , la mayoria estaban en los bosques , salvajes, lobos y cosas asi. Pero habiamos encontrado a Toto hacia unos años en el bosque , Y Maggie habia querido quedarselo , seamos sinceros , nadie puede decirle que no a Maggie. Por alguna razon se habia quedado pequeño , asi que le habia conservado en la casa para que me hiciese compañia.
El cachorro mueve la cola y ladra histerico y toma las puntas del pantalon de pijama entre los dientes jalandome hacia alguna parte .
-“Se puede saber que quieres cachorro malcriado”-balbuceo aun medio dormido caminando hacia la comoda y sacando la ropa para ir a trabajar y arrastrandole conmigo ya que se rehusa a soltar el pantalón
-“Toto , no puedo jugar, tengo que ir a trabajar”- me abotono la camisa y me quito el pantalon el perro queda colgando de el.
-“A ver perro malcriado”-digo conforme termino de cambiarme –“que es lo que quieres”-el perro me jala ahora del pantalon de mezclilla, le sigo y me toma un momento darme cuenta de a donde me lleva , para cuando lo hago ya estamos en el marco de la puerta
-“Ella no esta aqui Toto”-le digo entrando al cuarto de mi hermana , sonrio suavemente adentradome de todos modos , si estuviera aqui ya me hubiera echado a patadas.
Me acerco a la comoda alrededor del espejo hay varias fotos , en la playa o en las viejas vias del tren , en el dos , en diferentes escenarios, con diferentes personas , Kyle , Christina , Roberta , alguna que otra con Octavian pero la mayoria eran de la familia , o con sus amigas , de las viejas , al costado del espejo estaba colgada su vieja camara fotografica , de las que en el viejo mundo llamaban profesionales. Niego con la cabeza y mis labios se extienden en una sonrisa melancolica
-“Vaya que tenia una fasinacion por los cacharros del viejo mundo , no Toto?”-el diminuto root Weiller me mira y ladra , yo sonrio y me agacho para acariarle detras de la oreja , el mueve la pata echando la cabeza hacia donde lo acaricio , yo me rio
-“Vamos Toto , debo irme a trabajar”-me levanto y voy hacia la puerta , en ese momento escucho al perro lloriquear , me vuelvo irritado –“Que dios mio perro del demonio!”- mi expresion se suaviza cuando me doy cuenta de que el cachorro jala de debajo de la cama la vieja bufanda marron claro de tela , Maggie solia ponersela para ir a todas partes.
Suspiro y me acerco al perro quitandole la bufanda de las manos
-“La extraño yo tambien campeón”- tomo al perro en una mano y la bufanda en la otra , para doblarla y dejarla sobre la cama.
Tenia mas de un año sin ver a mi hermana , siempre estaban las cartas y por supuesto que sabia de ella . Pero el hecho de que en este preciso momento estuviese en el Capitolio supliendo a Prue me ha puesto a pensar en ella mas de lo que deberia.
Mi hermana habia dejado de ser una niña hacia ya muchos años, cuando yo la habia dejado irse sola a estudiar educacion como me habia pedido …Pero a veces , dias como hoy me encantaria no haberlo hecho…Porque pienso que quizá si no la hubiese dejado ir…si se hubiera quedado conmigo podria haberla protegido de toda esta situacion.
Salgo del cuarto con el perro en la mano derecha y bajo las escaleras. Le dejo todo preparado comida, agua et cetera
Le acaricio tras la oreja de nuevo ya en la puerta
-“Portate bien bale, deja de mascar las cortinas”-el perro me mira inocentemente conforme se tira para que le rasque la panza , me rio –“No, no, eso no funcionara conmigo”-me levanto y salgo por la puerta –“Adios Toto!”-digo antes de cerrar y guardandome la llave al bolsillo.
Voy hacia la playa , aun es bastante temprano , a la orilla estan mi barca y la del mayor de los Deméter, quien al parecer no ha llegado , veo a Alcander arreglando las redes y le saludo con la mano, el me devuelve una sonrisa, era un buen muchacho.
Vuelvo mi atencion a mi propia barca y mi sorpresa es grande cuando veo a mi mejor amigo Zeke , arreglando las redes.
-“Zeke!”-digo en su direccion , el me devuelve una sonrisa y me acerco
-“Uriah, hermano!”-me dice conforme nos damos un abrazo y nos palmeamos la espalda –un abrazo de esos de hombres- como diria mi hermana .
-“Que haces aqui tan pronto?, pense que no regresabas del 7 hasta dentro de una semana más”-Zeke se rie sobriamente
-“que pensabas que te librarias de mi tanto tiempo hermano , por favor”-niega con la cabeza –“no soy tan cruel como para dejarte con mi hermano como compañero de trabajo tanta semanas”. Suelto una carcajada ayudandolo con las redes –“Te lo agradezco”-bufo-“no es por ofender pero ya estaba volviendome loco”-Zeke me da una sonrisa burlesca
-“Nunca aprendiste a aceptarle desde que salio con tu hermanita…Por cierto que hay de ella? , ni una carta ? , no hay noticias de Prue?...desde que bueno..”-en ese momento llega el mayor de los Deméter, se ve cansado , ojeras bajo los ojos y expresion inerte , nos saluda educado mas desisteresado con la mano.
-“Pobre miserable”-me susurra Zeke , yo asiento comforme me vuelvo a el –“si…No hay peor castigo que tener que ver a un familiar en los juegos”-si alguien sabia eso , era yo , el niño y yo teniamos en comun una cosa , ambos habiamos tenido que ver a nuestras hermanitas sobrevivir…Sin embargo yo desde un principio supe que la mia saldria viva, somos Youngbloods , cada uno es un asesino a su manera.
Zeke por su parte era el vencedor de la familia.
Justo en ese momento cuando ibamos a empezar con el trabajo una voz a mis espaldas nos interrumpe
-“Esta muerta Uriah”- la mandibula de Zeke cae descolgada , yo me quedo un momento inerte trago saliva con los ojos como platos y me doy la vuelta
-“Maggie…”-digo en un susurro ahogado , y ahi esta. Pequeña y de aspecto fragil , palida como siempre , el halcón dorado y negro con las alas extendidas al costado de su cuello, la rosa azul visible en el abdomen a traves de la blusa de tiros negra de medio cuerpo , pantalones de mezclilla y una chaqueta gris de tela . el cabello rojo y aquellos ojos color plata . Una ultima vez , me puse a mi mismo el reto de buscar a aquella niña en los ojos de mi hermana…Pero se ha ido , la niña se ha ido , solo queda la mujer.
–“a que te…”- me corta
–“a que esta muerta! , muerta! – me quedo congelado , eso era imposible , mas que imposible!
–“eso es imposible”- viva la redondancia al no poder decir algo inteligente! , miro un momento a Zeke con los ojos alarmados , el asiente haciendome saber que puedo irme tranquilo
–“Gracias hermano”- le susurro y voy hacia Maggie , se que los otros dos tambien ha escuchado la conversacion, y miran atentamente a mi hermana , Alcander simplemente asiente reconociendola saludandola , con cuidado de no meterse en ningun asunto, el hermano de la tributo por su parte simplemente la mira con el ceño fruncido tratando de decidir si es que la ha visto antes.
Jalo a mi hermana y me la llevo de ahi
–“Hay algo que te gustara ver”- le digo , ella frunce el ceño corriendo jalada por mi
–“que demonios Uriah!?”- hago caso omiso de sus palabras y la sigo arrastrando hacia la villa de los vencedores
–“ Uriah William Youngblood a donde vamos!?”-pregunta en alarma confundida –“a la casa de los tios”- Enarca ambas cejas
–“Wes y Astro!?- asiento , y seguimos corriendo un poco mas , hasta que nos detemos en el portico del tio Astro. Solo entonces abrazo a mi hernanita levantandola del suelo
–“te extrañe”-dije , ella me abrazo de vuelta
–“si , yo tambien , ahora dime que demonios te pasa?, he venido a decirte que Prue ha muerto y… -la corto y le tomo de los hombros
–“estuvo aqui Grace, hacia unos dias”- me mira con los ojos como platos
–“como dices?”- asiento
–“estuvo aqui, y no estaba sola, no vas a creerme , Quinn la encontro, venia con ella”-mi mandibula cae descolgada
–“Quinn?! El Quinn …Tarquinn, como es eso posible , la ultima vez que lo vimos en el trece tendria…”-le corto
–“nueve”-digo , ella asiente
–“y estaba viviendo con su madre , de la que Prue no tiene ni idea”- suspire
–“he ahi el problema , parece que el chico conto una historia diferente”-frunzo el ceño
–“que?”-aprieta los labios –“conozco a quinn , no suele mentir”- dijo , yo trague saliva
–“pues aparentemente esta vez lo hizo , por lo que me contaron Wes y Astro , Prue vino a dejarle con ellos , dijo que tenia que ir a algun sitio , algo importante , iba a ir a buscar a Leo”- frunce el ceño aun mas
–“Leo esta muerto”-declara , yo enarco ambas cejas
–“quizá no”-le tomo de la mano –“vayamos adentro , es tiempo de conversacion semi-familiar”-y tocamos la puerta de la casa del tio Astro , nos recibe una destrozada Shannon , con lagrimas en los ojos se lleva la mano a la boca
–“mis niños, Maggie, Maggie estas en todas las noticias”-abro los ojos como platos
–“Que cosa!?”- entramos a la casa , alli estan todos , tal cual reunidos. Wes tiene los ojos lacrimosos y sostiene con todas sus fuerzas a su esposa que llora en su pecho , Astro por su parte solloza como un bebe. Shannon corre hacia el y trata de mantenerle de pie . El niño esta encogido en el sofá rodillas abrazadas al cuerpo. Y en la pantalla alli esta mi hermana . Tal cual copia surreal hablando con toda su furia y determinación.
“Prue fue una heroina y una mujer digna de admirar que porte mi sangre no tiene nada que ver con lo que digo. Cualquiera de ustedes aqui presente y ella tambien , diciendo que le conocen , comenten un grave, grave error. Gracias por su atencion eso es todo lo que tengo que decir.”
-“tienes que decirme que esto es una mentira Maggie…:”-llora tio Astro , tan solo haciendo que los sollozos de Bonnie se vuelvan mas fuertes , el intento de auto-control del tio Wes mas forzado y el agarre de Shannon mas fuerte. –“necesitamos hablar con el niño”-digo , y luego miro severo a mi hermana –“y tu y yo , hablaremos luego de esto”-digo con un ademan a la pantalla.
IMAFREAKBITCHBABE
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
∞∞∞
Grace Youngblood.
Nos encontramos ahora en la encimera de la cocina , todos sentados frente al niño. Honestamente , siento una extraña necesidad y urgencia de golpear mi cabeza contra la pared , los sollozos de otras personas me incomodan, es egoista de mi parte, quizá. –“asi que es verdad?”-pregunta Tarquinn con una vocecita –“esta muerta?”- el susurro se convierte en un sollozo y alli vuelve esa urgencia , sin embargo me limito a suspirar y estiro la mano en la encimera tomando la del niño.
–“Por desgracia si Quinn…Es una perdida que nos ha pegado a todos..”-Allí es cuando Tarquinn se derrumba
–“apenas estaba conociendola..”-lloro –“y ahora nunca volverá..”-aprieto la mano del chico con todas mis fuerzas y con rostro compasivo
–“Quinn necesitamos que nos digas la verdad…”- Tarquinn se encoje en su asiento
–“la verdad sobre que?”-solloza , Uriah pega sonoramente el puño contra la encimera
–“LEO ESTA MUERTO O ESTA VIVO! QUEREMOS RESPUESTAS MOCOSO! , LA ULTIMA VEZ QUE NOS VIMOS ESTABAS VIVIENDO CON TU MADRE Y NOS DICES QUE LEO HABIA MUERTO , Y AHORA ESTO!?”-Quinn rompe a llorar yo voy hacia el y le abrazo
–Uriah ya basta!- digo entre dientes –asustas al niño!- mi hermano se calma , y yo tomo el rostro de Quinn entre mis manos
–Quinn?-digo mirandole condescendiente, el traga saliva
–“Leo esta vivo, mamá murio ese mismo año , la ultima vez que estuvieron en el trece, pero Leo , en ese entonces tenia problemas…Bueno , los tiene –dijo suavemente –se volvio loco no queria que nadie supiera que estaba vivo”-aprete los labios y asenti
–“Gracias”- y dejamos al crio ir.
∞∞∞
Antes de saberlo estaba de vuelta entre las gruesas paredes y parecian asfixiarme , asi que no volvi a los cuarteles a pesar de que sabia perfectamente que deberiamos de recibir a los tributos en cuestion de cuartos de hora. , estaba en el techo , sentada en aquel borde , mire hacia abajo viendo la altura “ella estaba embarazada, cayó de aqui” la tia Shannon me habia contado todo , con respecto al bebe , sobre Seshomaru , sobre la caida , el transplante…Todo , y honestamente no sabia que pensar me habia perdido de tanto , habia tanto que no entendia. –“Buenas noches Magnolia, interesante tu entrevista de hoy , yo que tu me consideraria muerta ya. A snow no le va a gustar.”- la voz me deja un amargo sabor en la boca –“bastardo”- dije entre dientes a Haymitch sin voltear a mirarlo , el suelta una amarga risa
–seh , asi me siento cariño- y en un movimiento esta junto a mi , parado en el borde donde yo estoy sentada con las piernas colgando , una botella de whiskey en la mano , una expresion amarga en su rostro
–“esto es tu culpa-le digo con la respiración acelerada , me mira de repente , con rabia en los ojos , los cuales estan aguosos pero inertes.
–“claro , un brindiz por Prudence Messer! , el maldito amor de mi vida! , embarazada de otro hombre!, que rompio mi corazón y ahora segun su tambien psicotica prima su muerte es mi culpa!”- salto del borde del techo –“no vengas hablarme de hacerte la victima Haymitch!- dije ya con lagrimas en las mejillas
–“FUE CONTGO! , PUDISTE HABERLE PEDIDO QUE SE QUEDARA Y NO LO HICISTE!, PUDO HABER SOBREVIVIDO!” – Haymitch aprieta la botella y los ojos con fuerza , tratando de bloquear la posibilidad , que sabe , es cierta, suelta de repente otra risa amarga , las lagrimas semi-ebrias le recorren las mejillas tambien.
–“Mentira”-gruñe a lo borracho –“se habria ido de todas maneras!, es la necesidad que tiene de hacerse la fuerte , ella siempre se va ! , siempre me abandona!- es entonces cuando la segunda gota colma el vaso , le doy un puñetazo en la cara enviandole para atras, la cabeza colgando en el risco.
De un movimiento rapido tambien tomo la botella de Whiskey y la estámpo contra el balcón, esta se rompe en dos , me quedo con la parte del mango , cuya parte inferior se ha convertido en una filosa punta –“ella te amaba! , como nunca la vi amar a nadie! , esta muerta!, esta muerta por tu culpa y estas aqui llamandola falsa!”- el filo de la botella rota contra su yugular, le miro directo a los ojos , le he roto el labio bastante feo y le he destrozado parte de la barbilla , Haymitch solloza como un crio , rendido a una chica de 17 años que es dos veces mas baja que el
–“MATAME! , MATAME DE UNA BUENA VEZ! , QUIZÁ ASI PUEDA IRME CON ELLA!”-y lo vi , la desesperacion brillante en los ojos , esa tristeza , el la amaba tambien , pero era en estos momentos , donde aquel monstro aparecia , aquel que se escondia en mi cuerpo , en mi cabeza , el que trataba de mantener en llave y cerrojo pero era parte de mi sonreí de lado
–“porque habria de tener tal compasión de ti? .
∞∞∞
-“Lista?”-se escucho la suave voz de Tris desde detras de la silla , mire a la mujer , con los ojos llorosos e hinchados–“lamento lo de Seshomaru Tris…”-ella baja la mirada y me acaricia el pelo
–“pequeña…Estos juegos estuvieron colmados de perdidas..Fuera y dentro de la arena…No hubo nada que se pudiese hacer”- la pobre mujer habia perdido a una nuera , a un nieto y a un hijo. Suspire mirando el espejo …Tanto se habia perdido en cuestion de tan poco….
-“Tris?”-dije suavemente , ella me miro
–“mmh?”-aprete los labios tomando un rulo entre los dedos
–“ella se tiñó el cabello cierto?”- pregunto recordando haber visto aquella fotografia la primera noche en las noticias. Tris sonrio melancolica y enternecida
–“si , el dia de su cita con mi hijo”- dice suavemente
–“crees que yo pueda teñirlo tambien?”- pasos se escuchan y de repente una voz mas se añade
–“lo que sea por la enana”- miro a traves del espejo , el hombre rubio de ojos azules como el agua , musculoso con un suave indicio de barbaba
–“Ezekiel!”- el arruga la nariz sonrio enternecido , yo me levanto de la silla y me lanzo a sus brazos estrujandolo con fuerza contra mi , el me levanta ligeramente del suelo como todos los hombres altos que me abrazan.
–“sigue prefieriendo que le llamen Zica querida”-suelto a Zica tras una voz familiar capta mis oidos , lanzandome ahora a la mujer de pelo rosa
–“Effie!”- ambos se veian cansados y obviamente tristes , pero yo estaba feliz de verles , ambos me sonrien melancolicos
–“Vaya-dice Effie juntando las palmas una vez –“Has crecido a una encantadora mujer”-sonrio levemente
–“esperaba verles pero no me los cruze por ninguna parte”-dije –“escuche que vais a casaros”- ambos se miraron y se tomaron de la mano
–“ese es el plan”-dijo Zica –“sin embargo creo que la fecha , quedara pospuesta”-les mire un momento echando la cabeza a un lado , suspire.
∞∞∞
-“pero que bonito!”- se escucha la voz de Effie , ruedo los ojos , aun con los tengo cerrados –“ya puedo ver?”-pregunte
–“Paciencia pequeño saltamontes”- se oye ahora la voz de Four , arrugo la nariz y siento como las manos de Tris introducen ganchos en mi cabello
–“bien , ahora- abro los ojos …Se me descuelga la mandibula. El maquillaje es una mezcla entre gris y plateado en los ojos haciendolos resaltar , los labios de un rojo vino tinto oscuro , y el cabello , que ha sido recogido en un moño alto es ahora de un color…Rubio pero …Es raro , una mezcla entre rubio ceniza y rubio dorado, una especie de rubio miel diria yo.
–“como es que hacen esto?”-me pregunte en voz alta , nadie tuvo tiempo de responderme –“Hora del vestido!”-se escucho la voz de Zica, sonrio y dejo que me ayuden a levantarme y me introduzcan en el vestido.
Es de color negro y mangas largas , hecho de terciopelo , y me llega dos dedos por debajo de los muslos. Es abierto en el abdomen , estilo “C” dejando una clara vista a la rosa de la familia de color azul en mi abdomen , orgullo de familia.
Me ayudan a encararme en los zapatos , negros tambien , stilettos.
-“Gracias”-les digo a todos , me abrazan y se despiden , de ultimos me dirijo a Effie y Zica –“no creo que deban de posponer la boda”–susurre –“es lo que ella hubiera querido”- y me fui.
∞∞∞
Salí del ascensor para adentrarme en la desierta y fria planta , un escalofrio me recorrio el cuerpo
–“Kyle!?-llame
-“esta alistandose , tendremos que irnos pronto.”-resono una repentina voz masculina , varonil y calmada , firme y meticulosa , una pequeña sonrisa se extendio en mis labios vino tintos cuando vi al hombre sentado en el sofá , aspecto relajado pero inteligente , de rasgos atractivos y ojos claros , una barba floja (pero aun asi atractiva) -mente- cortada , cabellos rebeldes y algo largos , enrrulados sin remedio
–“Tobias!”-dije viendo al mentor de Prue , que tambien me habia comentorado a mi , el hombre , de edad madura pero infinitamente bien conservado y –diria cansadra- jodidamente sensual , deja el papel que leia a un lado y se levanta llendo hacia mi
–“que es?”- le pregunto , Tobias suspira
–“Una carta , de ella para el muchacho malcriado..como es que se llama?”- pense un momento
–“Cato , creo”- y en ese momento tobias me abrazo , fue un abrazo muy largo y fuerte , en ese momento compartimos nuestro dolor , eramos las dos partes de la ecuacion que intentaban ser fuertes, pero lo pude ver en sus ojos , el al igual que yo , ya habia tenido sus multiples derrumbes hoy , como yo , con Kyle, en el cuatro , con Haymitch. Ahora debiamos de ser fuertes , porque no quedaba de otra.
–“Que con teñidera de cabello?-pregunto de repente , yo rei levemente y me encogi de hombros –“no lo se Toby”-dije
–“simplemente no me sentia como Magnolia ya mas , ni como Grace tampoco”-el rie
–“bueno , para mi , siempre seras Lynn”-le fulmino con la mirada y luego me rio –tenia 5 y un fanatismo por la “N” , no me culpes.- de pequeña , cuando Prue me habia presentado a tobias , antes de los juegos tenia cierta costumbre de pronunciar mi nombre “Magnolynna” Y pues Lynn quede.
-“listos para ir?”-pregunto Kyle apareciendo ya vestido , suspire y Tobias me bajo , uno de los muchachos en cada brazo y salimos de las plantas.
Hoy era un dia triste para todos …Estos juegos habian dejado que la sangre se extendiese mas de lo que deberia , familias celebrarian , familias llorarian por aquellos tributos de la arena pero esta vez , tambien , habria gente que celebraria o lloraria por la muerte de Prudence Messer.
Yo? Estaba muriendo claro , pero bueno , todos lo estamos cada dia en perfectos incrementos , estaba muriendo de perdida.
IMAFREAKBITCHBABE
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
Me encantó Val, hay tanta tensión en este lugar y aslkamlsjmnajkn ljndubie Grace es increible, no sé que le pasa al foro y esta rara la tablita para comentar, en verdad.
Pero el funeral de Prue fue tan doloroso :( ay, espero su regreso con ansias, ahorita subire mi capítulo, en verdad buen trabajo :D es perfecto y ASOMBROSO, AS ALWAYS.
Pero el funeral de Prue fue tan doloroso :( ay, espero su regreso con ansias, ahorita subire mi capítulo, en verdad buen trabajo :D es perfecto y ASOMBROSO, AS ALWAYS.
Vanellope
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
I will carry your world
Just let me in.
Entonces abro los ojos, despierto de aquella pesadilla, miró a mí alrededor, era demasiado bueno para haber sido real. «Necesitan un vencedor».
Enfoco mi mirada hacia los demás y miró sus rostros, sus expresiones, entonces mi corazón comienza a palpitar tan fuerte que casi me atraviesa el pecho. Seguramente Nyx hubiese hecho algo, seguramente Letha hubiese hecho algo, y no yo, quien estoy aquí parada, sin decir nada. Tiro mis cosas a un lado, y me adentro en el bosque.
― ¿Vas a hacerlo, cierto? –Aquella voz me hizo ponerme de pie, miré hacia todos lados buscando el origen de aquello, pero se supone que no hay nadie, todos están muertos. Continuó recogiendo aquello entre mis manos, cuando escucho unos pasos, el crujir de las ramas y saco el cuchillo de mi bota para ponerme alerta. El cuchillo se escapa de mis manos cayendo al suelo, y dejé de respirar inmediatamente.- ¿Enserio?
Me quede en silencio, sin poder articular ninguna palabra, mis manos comenzaron a temblar, y todo tipo de conexión con mi cerebro había desaparecido. Miró sus ojos transparentes que me conectan fijamente, y curva sus labios en una fina sonrisa.
― Veo que te has quedado sin palabras. –Dice divertido.
― ¿Qué…? Nyx, tú…
― Oh vamos, ¿No me dirás que has visto un fantasma, eh? –Dio un paso hacia adelante, haciéndome retroceder.- Vamos Lec, soy yo.
― Tu, tú estás…
― Muerto. –Dice secamente- Lo sé, pero aún estoy vivo… -se llevó el índice en la sien- Aquí.
― Me estoy volviendo loca. –Mis ojos comenzaron a cristalizarse.- ¿Por qué? ¿Por qué te fuiste?
― No lo sé, Lec. –me miro con dulzura- pero lo que te quiero preguntar a ti, ¿Por qué no me has sacado de tu mente?
― N-no, no puedo. Yo, no puedo –Dos lágrimas recorrieron mis mejillas y me las seque rápidamente.- aún, aún te recuerdo. –mi voz se quebró.
― Me trae paz saber que aún lo haces –sonrió.
― Me abandonaste, aun cuando te pedí que no lo hicieras. –Le recrimine con odio.
― No es momento de que me digas todo eso, Electra. Es momento de que no permitas que se adueñen de ti, no te vuelvas un peón más. –Sentí como si realmente su mano tocase mi mejilla, e hizo que un escalofrío viajara por mi espina dorsal.- seguramente, estaría orgulloso de ti, y lo estoy. –Mis labios se crispan y él posa sus labios sobre mi frente.- Eres mi mejor recuerdo. –susurra. Y puedo sentir su aliento cálido en mi cuello.
― No te vayas, por favor –le suplico.- Ahora, ahora no sé qué hacer.
― Claro que lo sabes, eres la saeta de luz. –Su voz comenzó a hacerse distante, quise gritar, pero un nudo me lleno la garganta. ― recuérdanos Electra, recuérdanos a como éramos.
Y mi aliento se deshizo, estaba rota en ese momento, y abrí los ojos, como si todo hubiese sido un sueño, lo primero que vi fueron los ojos azules e inconfundibles de Peeta.
― No lo hagas. –me suplico.
― Tenemos que hacerlo –dije sin más remedio- ¿Qué más da? No podemos permitirnos el lujo de morir a nuestras propias manos.
― Pero Electra… -Entonces me acerque, sujetando su rostro herido entre mis manos, su mirada compasiva y dulce me hicieron romperme aún más, porque aquellos ojos, esos ojos me recordaban a Letha, trate de cerrarlos pero era imposible.
― Lo haremos juntos ¿De acuerdo? Todos.
Mire nuevamente a Peeta, y saber que ya no estaría allí, me hizo sentir culpable, saber que todas las promesas que alguna vez hice, las estaba rompiendo una por una, seguramente Prudence Messer estaría riéndose de mi debilidad, seguramente, o seguramente no, quizás hasta me tenga lastima de que la saeta de luz, no tenga más opciones. Me acerque lentamente, y pose mis labios sobre los suyos, en un beso inocente y sin querer más, ya que quizás era el primero y el último. Sentí muchas cosas, sentí dolor y pena. Me separe y le susurre: Estaremos bien, te lo prometo. Y quise hacer de esta promesa la primera en cumplir.
― A la cuenta de uno.
― Dos.
Miré hacia el cielo, intentando buscar alguna cámara, imaginándome que todos estarían mirando esto. Trate de buscar compasión en algo que no existía, Peeta sujeto mi mano, y me miró fijamente, entonces asentí.
― Tres.
Todos estamos a punto de meternos las bayas en la boca, era demasiado tarde para cambiar de idea. Justamente las trompetas comienzan a sonar.
― ¡Deténganse! ¡Alto! Damas y caballeros, me llena de orgullo presentarles a los vencedores de los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre: ¡Electra Crown, Thalassa Démeter, Peeta Mellark y Cato Kendrik! ¡Les presento a los tributos ganadores del vasallaje!
Y fue como si todo se hubiese detenido, el aerodeslizador apareció sobre nosotros, y la luz me cegó, no supe que paso después, solo cerré los ojos y se volvió oscuro, deje de escuchar.
Deje de existir.
.
Cuando despierto me da miedo moverme. Todo el techo brilla con una suave luz blanca, me pesa todo el cuerpo, lo tengo entumecido, y me encuentro completamente sola. Del brazo derecho me salen varios tubos que se meten en la pared que tengo detrás. Mis uñas se encuentran en perfecto estado, y las cicatrices han desaparecido.
La puerta se había abierto, quise erguirme pero había un cinturón atándome a la cama, había entrado Kara en esos momentos, mirándome alegre. Entonces recordé, que esto no era una pesadilla, ¡Estaba viva! Habíamos salido, habíamos ganado. Sobrevivimos.
― ¿Peeta está vivo? –Ella asintió, y sostuvo mi mano, como una amiga. Regrese mi cabeza hacia atrás, y algunas lágrimas se escaparon de mis ojos, sollocé, que vulnerable me veía, me daba lastima. Kara seco mis lágrimas, y me dedico una sonrisa reconfortante, y se llevó la mano al pecho, directo en el corazón.
Todo está bien, seguramente eso era lo que me decía.
No recuerdo cuanto tiempo estuve solo durmiendo y comiendo, recuperándome de todo, nadie me había ido a visitar, más que Kara quién me alimentaba todos los días. Es como estar en un crepúsculo continuo.
La puerta se había abierto, estaba demasiado adormecida, pude ver el perfil de una mujer esbelta entrar a mi habitación, abrí los ojos de par en par lentamente, y no la reconocía, no que yo recordara.
― Veo que ya estas despierta –comentó ella, su voz era suave como el terciopelo, la mire recelosamente escrutándola de arriba hacia abajo.
― ¿Quién es usted? –recrimine y quise ponerme de pie, pero nuevamente, aquel cinturón me detenía.
― Haré que te lo quiten inmediatamente, si te incomoda, por supuesto –se sentó en una silla con elegancia, cruzando sus piernas. Sus facciones eran bellas, de nariz fina, labios perfilados y los ojos azules grisáceos. Me quede en silencio, mirándola.- Me llamó Magnolia Piper Grace Youngblood –Bufó seguidamente- no era necesario decirte mi nombre completo, lo siento. –No respondí, solo me quede mirándola- Vaya, es cierto entonces –enarco ambas cejas- me habían comentado que eras demasiado desconfiada, disculpa. Bueno, yo soy la mentora del distrito 2.
― No puede ser –refute- esa persona es Prudence Messer –Y aquel nombre me quemo la garganta.
― Sobre eso –trato de mirar hacia otro lado- escucha, la verdad es que durante los juegos, sucedieron bastantes cosas que seguramente no les dirán.
― ¿Y por qué yo tendría que saberlo? –conteste bruscamente
― Porque lo creas o no, la señorita Messer estuvo cuidando de ustedes por mucho tiempo.
― Disculpa –dije sarcásticamente- pero lo que tenga que ver con ella, no me interesa.
― Vaya… -ella frunció la nariz con desdén- ambas son idénticas.
― ¿Puedo saber el motivo de estar aquí en mi habitación? –trate de soltarme, pero era inútil.
― Solo quería que supieras esto, se me hizo lo justo. Además de que me ha parecido muy valiente y arriesgado lo que has ideado. Has jugado un juego muy peligroso, Electra. Y no todos están contentos.
― Escucha, lo que he hecho lo hice simplemente por… -ella me interrumpió.
― Lo sé, a veces nosotros tendemos a realizar acciones con tal de evitar otras aún peores. La gente te admira, pero por el momento, no todos piensan que lo que hiciste ha sido por amor, sino por rebelión.
― ¿Rebelión? –Fruncí el ceño.
― Mi sugerencia es que hagas lo posible por hacer parecer que esto lo pensaste por tu compañero de distrito. Si ellos piensan que lo hiciste por amor…
― ¿Por qué me estás diciendo esto? –pregunté confundida.
― Las cosas allá afuera están muy delicadas, Electra Crown. Ahora todo mundo cree que la saeta de luz es una heroína, pero muchos otros creen que es una suicida que quería iniciar una rebelión aniquilándose a sí misma.
― Creo que eso me corresponde dictarlo a mi ¿No crees, Grace? –Aquella voz me hizo brincar, Haymitch había entrado a la habitación y Grace había volteado la mirada. – Muchas gracias por tu preocupación, pero creo que ya no va a ser necesario, ¿Nos disculparías un momento? Seguramente Electra y tú podrán hablar más tarde.
― Bien –ella se puso de pie sin perder aquella compostura- creo que es lo mejor, -se volvió hacía mi- hablaremos después, señorita Crown. –Haymitch se hizo a un lado, y ella salió de la habitación, cerrando la puerta a sus espaldas.
― ¿Es cierto eso? ¿Lo de la rebelión? –pregunté a Haymitch inmediatamente.
― Si.
― ¿Dónde está Peeta?
― Esta bien, quieren que te lo encuentres en la ceremonia –respondió.
― Quítame esta cosa de encima –Le dije, refiriéndome al cinturón.
― Al parecer no pudieron cambiar tu mal carácter.
― No es momento para tus comentarios estúpidos. –Le conteste enfurecida.
― En estos momentos iras con Cinna. –Hizo caso omiso a mi insulto- te pondrás al tanto, y también el querrá verte.
.
Un vestido sencillo de color morado reposa en la cama, me quedo mirando un momento y levanto la mirada.
― Creía que sería algo más… extravagante. –Le digo.
― Supuse que a Peeta le gustaría más esto.
― ¿Peeta? –enarco las cejas. No es por Peeta, seguramente es por el Capitolio. Entiendo su tono de voz benévolo y asiento.- Seguro, seguro… -digo finalmente. Entonces me siento en la orilla de la cama, pensando si realmente quería esto, me refiero a que… de ahora en adelante las cosas no van a ser exactamente iguales, ¿Iban a serlo de todos modos? No desde mi perspectiva.
Esa noche me habían preparado una cena espectacular, pero aún me preguntaba si Assa y Cato se encontrarían bien, me llevo el pedazo de bistec a la boca y me lo terminó, pido más pero me lo niegan.
― No más, no vayas a devolverlo todo durante el escenario. –Comentó Octavia sonriendo.
― Han hecho un estupendo trabajo contigo –dijo Flavius- mira ese cabello, tan bello y tus ojos brillan más que antes, cariño.
Sin embargo, cuando me había mirado en el espejo, a pesar de todo miraba cicatrices ficticias, pero a pesar de que fueran de mi propia imaginación, estaban allí. Seleccionan los ajustes que van a realizarme, como el peinado, las uñas, el maquillaje y comienzan a hacerlo. No han parado de hablar durante todo el día, y realizo alguno que otro comentario, porque no lo sé, no me siento con muchas ganas de hablar, tengo tantas cosas en mi mente que me impiden conectar con mis palabras.
En ese momento entra Cinna con el vestido morado entre sus manos.
― Veamos si sigue la saeta de luz. –Me mete el vestido por la cabeza, y entonces al mirarme al espejo, jamás había estado tan brillante, mis ojos brillan tanto que casi parecen artificiales.- Los zapatos, ahora. –Y me ayuda a ponerme las zapatillas.- ¿Y qué te parece?
― Es lo mejor que has hecho hasta ahora. –comentó casi en un deje de aliento.
Bajamos en el ascensor hasta la planta donde nos entrenamos. La costumbre es que el vencedor y su equipo de preparación salgan al escenario en una plataforma elevada. Primero el equipo de preparación, seguido por el acompañante, el estilista, el mentor y, finalmente, el vencedor. Como este año somos cuatro vencedores que comparten acompañante y mentor, han tenido que reorganizarlo todo. Han instalado una nueva plataforma de metal para elevarme; todavía se ven pequeños montoncitos de serrín y huele a pintura fresca. Cinna y el equipo de preparación se van para ponerse sus trajes y colocarse en su sitio, así que me quedo sola. En la penumbra veo una pared improvisada a unos nueve metros de mí; supongo que Peeta estará detrás.
El rugido de la multitud es tan ensordecedor que no me doy cuenta de la llegada de Haymitch hasta que me toca el hombro y doy un bote, sobresaltada; supongo que parte de mí sigue en el estadio.
― Soy solo yo. –Dice- déjame verte. –Pone sus manos sobre mis hombros, y da el visto bueno.- Estupenda. –Y entonces me abraza, cosa que me sorprende al principio.- Lo sabes, lo sabes muy bien –susurra en mi oído.- Ustedes tienen problemas, tienes problemas con el capitolio Electra, están molestos con ustedes, especialmente con tu idea de las jaulas.
― ¿Y que se supone que deba hacer? –murmuro.
― Tu solución es decir que estabas tan enamorada y tan dolida por la muerte de tu compañero –aquello me hizo dar un vuelco el corazón- que no fuiste responsable de lo que hacías, y fue un movimiento de desesperación.
Suspiro. ― De acuerdo.
― Yo sé que puedes con esto, saeta de luz. –Me da un pellizco en la mejilla.- Venga preciosa, tienes que salir a escena.
Estoy a punto de salir al escenario, Haymitch se ha ido, y entonces de las sombras aquella mujer esbelta sale dirigiéndose hacia mí.
― ¿Tú de nuevo? –enarco una ceja.
― Felicidades, Electra.
― ¿No deberías estar con tu tributo?
― Seguramente él debe de estar bien sin mi presencia. –Se acomoda un mechón rubio detrás de la oreja.- escúchame Electra, algo tienes que saber respecto a porque ahora soy yo la mentora y no Prudence.
― Me lo he de imaginar. –digo secamente.
― No, no te lo imaginas en lo absoluto. –Dice con un deje de enojo.- Escucha, Lec…
― Electra.
― Electra. –Corrige.
― ¡A escena! –comenta uno de los de mantenimiento, estoy a punto de entrar a escena cuando ella me sujeta de la muñeca lo suficiente como para acercarse y poner sus labios en mi oído.
― Ella ha muerto. –Mis ojos se pierden, se desorbitan y ella suelta mi muñeca, me doy vuelta para mirarla, pero ya no puedo, los gritos ensordecedores me dejan tonta y ya no sé qué hacer.
.
El himno del capitolio retumba en mis oídos, y después oigo a Caesar Flickerman saludar a la audiencia. Comienza a presentar a todos los mentores, Effie está feliz en estos momentos seguramente. El pecho me pesa cuando las luces me pegan de frente, trato de no tirarme en el suelo, me siento tan vulnerable.
Me siento tan rota.
Y entonces lo veo, veo a Peeta a unos centímetros de mí, se ve tan bien, tan saludable, mucho mejor de lo que se veía en la arena, y me dan ganas de irme a refugiar en sus brazos, de ir a llorar. El me mira directamente a los ojos, como la primera vez, como la última, me dice que todo va a estar bien y yo asiento, con la garganta ardiéndome demasiado. No me resisto, y me tiro hacia él poniendo mi mentón en su hombro, y él me corresponde, acariciando mi cabello.
― Todo está bien. –Me susurra arrulladoramente.
― No lo está, Peeta. No lo está.
El sujeta mi rostro entre sus manos y me mira fijamente, entonces su sonrisa se pronuncia en torno a su rostro.
― Creí que no volvería a ver esos ojos de nuevo. –Comienza a acercarse lentamente, casi sintiendo su aliento rosar la punta de mis labios, y los aprieta contra los míos. Escucho el suspirar de la gente, nos separamos y puedo ver a Cato y a Thalassa, sin pensarlo me acerco hacia ellos, dándole una mirada despectiva y abrazándolos a ambos. Haymitch nos da una mirada para irnos a sentar al sillón del vencedor, o vencedores en este caso, un sillón rojo que seguramente ha sido alterado para que entrasen cuatro personas. Sujeto la mano de Peeta y con él me siento, el me rodea con un brazo y apoyo mi cabeza sobre su hombro. Thalassa y Cato se encuentran a nuestro lado también.
Caesar hace unos cuantos chistes para el público, esta emisión dura tres horas y es obligatorio para todo Panem. El sello del capitolio aparece en la pantalla, y me doy cuenta de que no estoy lista, no estoy preparada para ver como murieron los demás. La primera hora se la pasan mostrando las cosechas, las entrevistas, el desfile, todo. Me pregunto cómo pueden resumir esto en tres horas solamente, tomando en cuenta la cantidad de cámaras que funcionaban en todo el estadio.
Una vez en el campo de batalla se ofrece una detallada cobertura del baño de sangre y después, básicamente, los realizadores alternan imágenes de los tributos muriendo e imágenes nuestras. Comienzan primero con Cato, todo lo que él hacía con los tributos profesionales, la gente que mato, cuando corto a Peeta y cuando se sintió culpable. Después era Thalassa y supe que estaba temiendo echarse a llorar, y recuerdo la muerte de su amiga, yo estaba allí y de hecho me enfocan cuando me la quedo mirando y luego corro hacia el bosque. Cuando muere otro de sus compañeros. Entonces sigue Peeta, quien realmente lleva mucho la delantera, la forma en que susurraba mi nombre en sueños, la forma en que me protegía, él era la estrella. Más sin embargo yo soy el alma sin corazón, un tempano de hielo que se la pasa cazando y sola, entonces enfocan a Letha.
Mi pequeño ruiseñor.
Cuando quemo la comida de los profesionales, y entonces, la muerte de Letha, me enfocan cuando lo tengo en mi regazo y el me pide que le cante. Me pide que no lo deje solo, que no lo abandone en su agonía.
― Electra –él había susurrado con voz suave.- ¿Podrías cantarme?
En esos momentos se me hace un nudo en la garganta, aprieto fuertemente la mano de Peeta y no quiero echarme a llorar por Letha.
― No te vayas… -Y esas son sus últimas palabras. El cañón había sonado. Me dejo sola. Ya mi ruiseñor se había ido. Escucho los sollozos de parte del público, y muestran mi primer momento vulnerable, cuando lo sujeto entre mis brazos y comienzo a llorar.
― Debemos irnos, Electra. –Y aparece Nyx, todos ahogan un grito de emoción. Enfocan todo lo que pase con Nyx, y realmente todos se conmovieron, éramos un buen equipo, discutíamos pero igualmente jamás nos dejábamos de proteger. Y entonces, su muerte. Cuando Altair murió, todo.
Me quiebro, cuando pasan la muerte de Nyx. Sus palabras, todo.
― Estoy enamorado de ti. Siempre lo estuve. –Y todos rompieron en llanto. Si había dos amantes trágicos, me temo decir que esos éramos Nyx y yo.- Yo no te merecía…
Y no lo aguanto más, y las lágrimas se me escapan de mis ojos en pleno programa. Lo más doloroso para mí fue haberlo perdido. Lo amaba.
Lo amo.
― No llores más Electra -me suplica, la lluvia cae más suave. Se hunde nuevamente en mi pecho, abrigándose de todo mal y sufrimiento- tu pecho es tan… cálido. –Respira- Mi vida era un asco…
― ¿y después que paso? –digo con la voz entrecortada, él sonríe con dificultad.
― Después… después te conocí… Lec
Hundo mis labios en su cabello, y me meso con él, me tiro sobre el suelo, sentada y allí permanezco con él un momento, cierro mis ojos y comienzo a tararear la canción del roble de la pradera, su cuerpo pierde calor.
Y se escucha el cañón.
Hundo mi rostro en el hombro de Peeta, con las lágrimas silenciosas desbordándose discretamente por mis mejillas. Y pasan lo último, seguramente no pasaran el ritual de los labios rojos. Apesta a rebelión. A rebelión del distrito 13.
― ¿Nyx? ¿Nyx? –lo llamo, sin embargo él no me contesta.- ¿Nyx? –Grito más fuerte.- ¡Nyx! –mis gritos retumban entre el bosque, y mis lágrimas desesperadas caen sobre su rostro, que ha quedado en paz, con una sonrisa.- ¡Nyx, no te vayas! –Le suplico, lo hundo más en mi pecho y lo abrazo- ¡Nyx, no me dejes sola!
Me sorprendo de mi seriedad en ese momento, aunque por dentro sé que me estoy quebrando, sé que estoy muriendo.
Sé que estoy completamente vulnerable.
Me desconecto por unos minutos, me encuentro en una especie de transe donde la realidad no existe, es más que un mundo paralelo del cual me aseguro que al despertar, no va a estar allí. Siento el calor de Peeta recorrer mi cuerpo, mis ojos perdidos se encuentran con los suyos, y me sonríe. Entonces una ola de risas, de aplausos y de estrepito llenan mis oídos inmediatamente.
― Una gran actuación de parte de nuestra querida Saeta de Luz. –Caesar Flickerman había pronunciado su sonrisa. Lo último que vi en la pantalla se había desvanecido.- ¿Qué tal estas, Electra? –me pregunta ansiosamente.
Me fijo primero en el público, todos me miran ansiosamente, mi sonrisa se pronuncia, una maldita mentira, asquerosamente fingiéndolo.
― Mejor. –sujeto la mano de Peeta y lo miró.- Mucho mejor, en realidad.
Todos sueltan un suspiro, miro hacia Caesar que se seca unas cuantas lágrimas conmovidas.
― Ustedes cuatro, me encantan, sin duda alguna. –Ríe.- Bueno, Electra, al parecer has destacado de entre el doble de tributos de lo normal, has dejado marca, y espero, yo, te deseo lo mejor, a todos ustedes. –Se puso de pie.- ¡Los tributos ganadores, señores!
Nos ponemos de pie, Peeta y yo nos ponemos del lado derecho de Caesar Flickerman mientras que Thalassa y Cato se ponen del lado contrario, todos los presentes en la sala nos aplauden con estruendo, nos miramos mutuamente, entonces Peeta sujeta la mano de Assa, y así, los cuatro levantamos nuestras manos.
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Voy a mi habitación para recoger mis cosas, ha pasado mucho, jamás podría ser capaz de asimilar todo esto. Veo la insignia de sinsajo de mi abuela en el almohadón, lo guardo. Estamos muy apresurados, así que no me da mucho tiempo de despedirme de mis estilistas y de Cinna, aunque los veremos en unos meses, ya que iremos a la gira de la victoria. Thalassa se encarga de subir al tren de su distrito, aunque antes, nos damos un abrazo de despedida.
― No dejes que te asusten, Thalassa. –Le susurró.- Porque estoy segura, que esto no ha acabado.
― Lo sé. –Susurra débilmente, entonces nos separamos.- Espero vernos pronto, Electra.
― Tendrás que venir al doce, de una u otra forma.
― Así es, esto no se ha terminado.
Así, todos nos vamos a nuestros respectivos trenes. Me encuentro pérdida, lamentándome demasiado, entonces la puerta se abre, Peeta atraviesa débilmente el umbral de la habitación silenciosa, y ambos nos quedamos mirando fijamente a los ojos.
― Esto no va a ser igual ¿Cierto? –pregunta él, a lo cual niego con la cabeza, fijando mis ojos en el suelo.
― No sé si lo que hicimos fue lo correcto. –Murmuró.
― Estamos vivos, Electra. Así que si, fue lo correcto.
― Deberías salirte Peeta, no soy una persona sencilla…
Entonces él sonríe, mostrando su dentadura blanca, y su encantador estilo.
― Siempre lo has sido, y eso jamás me ha detenido.
― ¡Me refiero a que no va a ser fácil de ahora en adelante! –Espeto irritado.- La verdad que sí, si lo he hecho por todos, pero por lo mismo, quiero que no estés en mi mundo, Peeta. –Gruño.- no podrás llevarlo bien.
― Puedo llevar tu mundo, Electra. –Suspira.- Solo necesito que me dejes entrar en él.
En sus ojos brilla un reflejo de decepción, estoy completamente segura de que me está costando respirar, él se acerca y sujeta mis manos, mis labios se crispan del coraje, siento una rabia, subiendo desde mi estómago hasta la punta de mi garganta, me siento mareada, odio todo esto, debí de haber muerto en los juegos, no quería tener que lidiar con los problemas, solo quería acabar con esto y ya.
― Quiero pensar que nada de esto es real.
― Para mí ha sido lo bastante real, y no quiero olvidar eso. –Me levanta la cara sujetando mi mentón, y me siento egoísta. El tren se detiene, sabemos que hemos llegado al distrito.- Es hora de salir.
Sujeta mi mano, las puertas se abren, la luz me ciega completamente, y allí los veo a todos, recibiéndonos agradablemente. Zeva se encuentra allí, sonriéndonos, con felicidad, al igual que Kineta y Gale. Siento, me siento estúpida y culpable, Peeta acaricia el dorso de mi mano con su pulgar, las cámaras nos apuntan, y entonces sonrió, completamente hueca.
Solo espero, estar haciendo lo correcto.
Vanellope
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
Val: OMG, ¿WHY? Tiene que volver, estamos todos muertos sin ella. SHE MUST LIVE :lloro: ¡Y AHORA QUÉ VAMOS A HACER! Murió la jefa, estamos perdidos todos :wut: Vale, que no cunda el pánico... Tenemos a Grace, ¡oh! Adoro a esa mujer, OMG, she's just amazing. Además, serálacuñadedemiAssa<3 Aunque eso no viene al tema xD Ay, me encantó, de verdad que sí. Y lo de Quinn y Uriah, también les amo a ellos *O* Por no hablar de Kyle xD ¡QUE ME ENCANTÓ! Jolines, que sí <333
Noe: SE TERMINÓ. I can't believe it. Fue realmente emocionante ese capítulo, describiste tan bien la incertidumbre, la resignación, la duda de Lec, que no sé... Inspirador. Increíble, de verdad que ese cap fue genial, era completamente otro tono a lo habitual. Bravo, Noe, bravo. Adoro a Lec, ¿lo dije ya? Jjajajaja me temo que sí, pero es la verdad. Y Peeta, lo adoro, pobre chico, aunque sí, definitivamente los amantes trágicos, fueron eso, trágicos. Hasta luego Nyx 3 Awesome, Noe.
Noe: SE TERMINÓ. I can't believe it. Fue realmente emocionante ese capítulo, describiste tan bien la incertidumbre, la resignación, la duda de Lec, que no sé... Inspirador. Increíble, de verdad que ese cap fue genial, era completamente otro tono a lo habitual. Bravo, Noe, bravo. Adoro a Lec, ¿lo dije ya? Jjajajaja me temo que sí, pero es la verdad. Y Peeta, lo adoro, pobre chico, aunque sí, definitivamente los amantes trágicos, fueron eso, trágicos. Hasta luego Nyx 3 Awesome, Noe.
Thalassa Deméter.
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
Real or Fake?
Yo le quería, ¿real o ficticio? Real.
Estábamos a salvo. Irónica palabra en una realidad como la nuestra, ¿no es cierto? La cama era demasiado blanda, se acomodaba perfectamente a mi silueta, adaptándose al contorno de esta. Había olvidado lo que era dormir en condiciones, había olvidado lo que era sentir el agua caliente sobre mi piel desnuda, había olvidado lo que era sentirse llena, pero sobretodo, todavía no había vuelto a notarme protegida.
Abrí mis ojos verdes, que enfocaron el techo sin mayor dificultad. No me moví ni un milímetro, sentía una extraña sensación de bienestar físico. Me ponía enferma. Seguro que no tendría ni una cicatriz, ni una herida, ni un golpe. El dolor del hombro había sido anulado, no me atreví a tocármelo por miedo a no notar ni una triste marca. ¿Cómo iba a estar segura de que no había sido todo una pesadilla de lo más real? ¿Qué me daría la certeza de que no había ocurrido todo en mi cabeza? Enloquecería, como todos los demás Vencedores.
Metí mis pies en las zapatillas acolchadas. Demasiado cómodas. Me cubrí con la bata. Demasiado suave. Me desvestí y miré mi cuerpo en el espejo. Demasiado sano. Finalmente, me metí en la bañera soltando un suspiro. Demasiado agradable.
¿Desde cuando la palabra "demasiado" se podía utilizar en contexto negativo? ¿En qué cabeza cabía? En la mía. Al salir, no hice otra cosa que secarme, y antes de que pudiera ponerme encima más que la toalla, entró Kalonice. Desde que había vuelto, solamente había visto a Holly, ver a la morena hizo que me echara a sus brazos, rompiendo en llanto.
Ella no dijo nada, las palabras huecas sobraban. Sabía que nada serviría para calmar mi angustia, mi pena profunda. Ni siquiera hacía falta pronunciar el nombre de nadie. ¿Qué sentido tenía? No habían regresado conmigo. Estaban en casa antes de tiempo. Habrían podido volver, habrían podido conseguirlo. Sin embargo, la única que volvería al cuatro sin estar metida en una caja era yo.
Me senté en la cómoda, y Kalonice empezó a peinar mi suave pelo rubio, haciéndome su peinado favorito, el que ella siempre llevaba. Nunca supe el nombre, eran dos trenzas finas a ambos laterales que se unían detrás, simple, pero precioso. Después procedió a maquillarme, muy suave, cargarme de maquillaje era un error. Sujetó mis brazos con delicadeza y me ayudó a levantarme, llevándome hasta el vestidor.
-Vas a estar preciosa. -Observé el vestido azul turquesa colgado. -Combina con tus ojos. -Yo hice un esfuerzo por sonreír, y solo salió una ligera mueca.
-Me alegro mucho de verte, Kalonice. -Dije, por fin, con ese tono de voz que había perdido para siempre, el que se había quedado en la arena, con mi dulzura, mi inocencia y mi bondad.
-Y yo a ti, Assa. Sabía que volveríamos a vernos. -Sonrío, una sonrisa de verdad. Iluminó la estancia, y yo, no pude evitar contagiarme un poco.
Me pasó el vestido suave, que se ajustaba al tronco, se apretaba a la cintura y caía más vaporoso hasta poco encima de mis rodillas. Luego enfundé mis pies en unos tacones. Por último, acomodó mi cabello, mirándome con una sonrisa.
-¿Cómo están? -Murmuré. A veces no recordaba que habíamos vuelto los cuatro, ¿aflojaba el nudo de mi pecho al recordarlo? Para nada.
-Están perfectamente, Assa, los verás en nada. -Asentí con la cabeza. No necesité decir nada más, mis ojos lo reflejaban a la perfección. ¿Me alegraba de que estuvieran bien, vivos? Enormemente. Una cosa no quitaba a la otra.
Nuestros pasos resonaron por el pasillo, hasta que llegamos hasta el comedor. Absurdamente vacío. Solamente estaban Holly y Saik. Ambos se tiraron a mis brazos como si hubieran pasado décadas desde la última vez que nos vimos. Entonces, entraron Maeve, Odell y Peder. Agradecía a Kalonice que esos tres charlatanes no me hubieran estado torturando. Por suerte, en esos momentos me sentía mucho más relajada. Compuesta. No iba a dejar que mi rostro se desencajara, ni las lágrimas recorrieran mis mejillas y mucho menos darles algún motivo para que crean que preferiría haberme quedado en esa arena. Para que sepan que preferiría haberme quedado en esa arena.
Nos sentamos a cenar, pero a pesar de que hacía horas que no comía, más de las que quería contar, no tenía hambre. El estómago permanecía absolutamente cerrado, sabía que algo no iba bien. Miré a Holly, buscando consuelo, pero a pesar de que ella comía con normalidad, sus manos permanecían nerviosas, las de Kalonice también. Saik y los tres mosqueteros seguían en su mundo lleno de fantasía.
-Deberías comer, algo, Thalassa. -Levanté de nuevo la mirada, clavándola en Saik, no parecía una sugerencia, así que tome los cubiertos y me entretuve el resto de la cena con aquella crema de bogavantes.
-¿Cómo están, Holly? -Kalonice no era tan sincera como Holly, su cariño hacía mi no dejaria que me dijera la verdad. La mirada de mi mentora fue suficiente.
-¡Genial! -Dijo, emocionado Peder. -Oh, estoy deseando que os encontréis todos de nuevo, será tan emotivo.
-¡Y cuando las dos parejas se re-encuentren! ¡Será simplemente mágico! -Añadió, excitada Maeve. -¿Cómo son esos besos? En pantalla parecían tan bonitos... -Suspiraron. Yo miré fugazmente a Kalonice, cohibida y sonrojándome lentamente. No había vuelto a pensar en esos besos. Ni en Cato de esa manera, era como si eso le hubiera ocurrido a otra. Nos habíamos besado ¿real o ficticio? Me quería ¿real o ficticio?
-Oh vamos, no la pongan más nerviosa. -Un coro de risitas y miradas cómplices cayeron sobre mi, después de las palabras de mi estilista. Yo no dije nada más.
Terminada la cena, Holly se levantó. La reseguí con la mirada, nerviosa. En algunos minutos estaría de nuevo ante Panem, volviendo con aquellos con los que había convivido en el infierno.
-Vamos, Thalassa. -Dijo la joven mentora con firmeza. No repliqué. Me levanté a su orden y sin más que echarle una mirada a Kalonice, recibir su sonrisa alentadora y el pulgar hacia arriba, me metí con Holly en aquel ascensor tan lujoso. La mujer apretó el botón y nos dejó sostenidas en el aire. Me daría un patatús, pero controlé mi miedo al abismo que se extendía debajo de nuestros pies.
-¿Qué está pasando, Holly? -Pregunté en un susurro, asustada. Realmente asustada. Me sostuve a la barandilla del cubículo, como si fuera lo que me sostenía a la realidad.
-No me voy a andar con rodeos ni sutilezas. No les ha gustado nada lo que hicisteis. La gente en los distritos se ha tomado la idea de Electra como un desafío, rebelión. Bajo su nombre los distritos se están alzando, empieza la revolución. -Sus ojos castaños me taladran. -Tienen que detenerla. Electra debe demostrar que lo que hizo fue por amor, por amistad. Tu papel es el de mejor amiga inseparable. No olvides eso. En cuanto a Cato y a ti... No podéis separaros, pero tienes que recordar que todo gira entorno a La Saeta de Luz y al Enamorado. Tu y Cato debéis tener el papel de secundarios perfectos, no lo olvides.
El ascensor volvió a funcionar cuando ella pulsó el botón. Tragué saliva. Mi vida daba vueltas a la velocidad en la que el rápido ascensor descendía. No despegué mis manos de la barandilla de metal, estaba demasiado mareada y tenía la sensación de que iba a caerme.
Cuando por fin se detuvo, mi mundo seguía dando vueltas. Me costó ponerme derecha y ambas salimos de aquel artefacto. Entonces, ante mi asombro pude distinguir la silueta de Cato. Estaba solo.
-Suerte. -Me giré y vi como Holly volvía a desaparecer. Seguramente a sentarse con Kalonice entre el público del espectáculo que estaba apunto de ser representado. Me quedé a solas con Cato. Me giré lentamente y me quedé quieta, observándole.
Sus manos dentro de los bolsillos, con traje negro y neutro, pero con el detalle de la corbata exactamente del mismo color que mi vestido. Sus ojos buscaban mi mirada, pero a mi me costó devolvérsela. Intenté aflojar el nudo en mi garganta y pecho. Me quería, ¿real o ficticio?
-Estás preciosa, Assa. -Murmuró, mirándome. Piropo, ¿real o ficticio?
Le miré a los ojos, buscando algo en su mirada. Era más clara que en la arena, más serena. Sin embargo, no encontré lo que buscaba. Mi estómago volvió a cerrarse y realmente no reaccioné ante el abrazo hasta segundos antes de que terminara. Desvié la mirada y entonces, nos dijeron que estábamos apunto de salir a escena.
Nos pusimos delante del pasillo, la voz de Ceasar enloquece de vez en cuando el público, sabemos que Lec y Peeta han salido cuando los suspiros inundan el lugar. Nos dan salida. Suspiro, calmando mis nervios, y entonces noto la mano cálida de Cato envolviendo la mía. Aunque, carece de algo.
Salimos bajo los focos, entre vitoreos, risas y gritos. Yo sonrío como mejor sé, me aferro a la mano de Cato como un salvavidas, y sin planearlo me cobijo en su cuerpo, disimuladamente.
-¡Assa, querida! ¡Ya no tienes que esconderte, nosotros no vamos a hacerte daño! -Bromeó, Ceasar. Me reí, nerviosamente y levanté la mirada a Cato, que me miró con algo parecido a la ternura.
Miré a Electra, acercándose. Nos abrazamos fugazmente y luego nos sentamos en el sofá. Le sonreí a Peeta antes de sentarme y este me devolvió la breve sonrisa. ¿Sabría el papel que tenía que desempeñar? Pero estaba casi segura, de que él no tendría que representar ningún papel.
Entonces, empezó la emisión de tres horas. Primero apareció en pantalla todo el preparamiento previo para el lanzamiento de los tributos a la arena. Era todo tan irreal. Los vestidos, las entrevistas. Adara. ¿debería consolarme que su belleza quedaría intacta en un video para siempre? Esa sonrisa. ¿Real o ficticia? Tan dulce, ¿a dónde había ido a parar toda ella? La echaba tanto de menos... Mi mejor amiga, derrotada por unos juegos crueles, una vida injusta. El corazón se me contrajo al recordar que iba a revivir su asesinato. No estaba preparada para eso.
¡Que empiecen los Septuagésimos Quintos Juegos del Hambre, damas y caballeros!
La voz de Claudius vuelve a resonar en la arena, y es como si en mi cabeza se reprodujera todo de nuevo. Cato fue el primero. No fui capaz de mirar las distintas muertes a manos de él mismo y de otros profesionales. Su mano, se cerró con fuerza sobre la mía. ¿Le dolían ahora esos asesinatos? Después fue mi turno.
"-¡Adara! - me acerco corriendo a ella, mi amiga ahora se encuentra tendida en el suelo, con una mano en el estomago. Veo como poco a poco, una mancha roja se forma en su ropa y la mano se cubre por la misma sustancia. Veo como su piel pierde color y va palideciendo gradualmente, a un
ritmo alarmante, igual de alarmante que el ritmo en el que la sangre sale de la herida. Le aparto la mano, y tengo que retener un gemido de angustia. La lanza está completamente clavada en su hígado, tiene una herida muy profunda…- ¡Vamos! ¡Levántate! ¡No hay tiempo que perder!
-Assa… No puedo levantarme… -veo como una lágrima resbala por su mejilla y noto como retengo las mías en las retinas, para que no corran libremente. Al hablar, me doy cuenta de que tose, aunque intenta disimularlo, reteniendo la tos. No lo resiste, y comienza a toser de una forma muy fea, suena áspero y lo peor… Cuando se descubre la boca veo que en la mano tiene unas gotas rojizas… Sangre, ha tosido sangre. Abro los ojos horrorizada… La herida le ha perforado algo vital, no tiene posibilidades, no demasiadas pero tengo que creer que sí…- Vete… Déjame aquí…
-¡Si puedes! ¡Vamos! –no quiero dejarla, no puedo, así que hago caso omiso de su petición. No voy a dejarla. Intento levantarla, cogiéndola del brazo y tirando de ella suavemente. Me detengo horrorizada al escuchar su gemido de angustia y de dolor. La dejo suavemente en el suelo y veo como ha perdido más color todavía… Las lágrimas salen sin permiso de mis verdes ojos.
-Vete Assa…. –me pide, con los ojos aguados y sin dejar de expulsar saladas gotas de sus ojos azules, azules como el mar… Un mar que seguramente ninguna de las dos volveremos a ver…"
Duele tanto como cuando sucedió. Los sonidos empiezan a distorsionarse en mi cabeza, no son más que ecos, la visión se me nubla y no puedo hacer otra cosa que retener las lágrimas, si comienzo, no terminaré. Como ocurrió con Cato, mi trozo de tortura fue rápida y breve, actuando como buenos secundarios, teloneros.
La agonía de la muerte lenta y dolorosa de Ian me provoca un ardor intenso en el pecho. Mis uñas se clavan en la mano de Cato, pero ni me doy cuenta. Lucho, valiente, contra las lágrimas. Pero ganan la partida.
"-Lo siento, Assa. –susurra él. Yo solo me pongo a llorar silenciosamente. –No debí mantenernos en una mentira, de nada nos ha servido…
-No… No digas eso… -sollozo, intentando dejar de llorar. Una lágrima tibia sale de sus ojos y rueda por mi piel.
-Se lo debía… Eres su hermanita… -siguió él, sin hacerme caso. –Se lo debía a Zale… No me arrepiento de casi nada… -continua, empezando a temblar. Pero yo no puedo hacer nada en contra de su frío, ha perdido demasiada sangre… Y sigue perdiendo…
-Ian… No hace falta que… -él me corta, como si no me escuchara.
-Solo hazme un favor… -quita uno de sus brazos y mete la mano en su chaqueta, en uno de sus bolsillos interiores. Me abre la mano y deja un frío objeto sobre la palma de esta. –Es un anillo… Dáselo a Cascadia… ¿Sabes? Ella iba a ser mi esposa…
Me llevo una mano a la boca y comienzo a llorar, desesperadamente. Él solo suelta una última lágrimas más, antes de decir.
-Y dile que le quiero… -murmura antes de cerrar los ojos y comenzar a respirar más pausadamente.
Nos quedamos así, por minutos, horas, segundos, no lo sé… Lo único que sé, es que cuando los primeros rayos del sol empiezan a asomar, dejo de sentir su respiración y el cañonazo que anuncia la muerte de Ian suena."
Escondo la cara en el hombro de Cato y su brazo me rodea, lloro. Lloro por mis amigos. Por su dolor, por el mío. Por los padres de Ara, por la madre, el hermano menor de Ian y Cascadia. Por mi sentimiento de culpa. Por sus vidas perdidas. Por todas las muertes en aquella maldita arena. Por todas las piezas del juego caídas.
Regreso a la cordura poco después, cuando las lágrimas dejan de cesar. En ese momento las luces del plató me ciegan, no veo la pantalla, y las voces se oyen distorsionadas. Solo la presencia de Cato es real, nada más, todo lo demás es simplemente, irreal.
Incluso cuando veo como se levanta ¿ha terminado ya? Los aplausos producen un eco extraño. Me dejo guiar por Cato, no sé siquiera quién soy. No soy dueña de mi cuerpo. Estaba loca, definitivamente tocada. ¿Real o ficticio?
Nos expusieron, una vez más, ante las cámaras. En fila, como corderos directos al matadero. Estábamos fuera, a salvo. Sí. Pero nunca me había sentido tan vulnerable, desprotegida... Temerosa. Noto una segunda mano rodeado la mía, miro desorientada a Peeta pero él mira el público, con esa gran sonrisa. Levantamos las manos y hago un esfuerzo sobrehumano para sonreír. Todo Panem nos está viendo, todos creen en nuestra felicidad, en nuestro amor. Amor... ¿Sentimiento real o ficticio?
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La salida del Capitolio fue en realidad, una huida. Así lo sentí yo. El ritmo fue frenético, solo pude recoger mis cosas, las pocas cosas que iban a regresar conmigo a casa -entre ellas el anillo de Ian para Cascadia- y salimos hacia el tren. Me despedí en primer lugar de Peeta, no fue una gran despedida.
-Cuídate, Assa. -Yo me limité a sonreír y a susurrar un débil "tu también". Un abrazo fugaz. -Nos vemos pronto.
-Hasta pronto. -Murmuré, viendo como se marchaba. Amaba a Electra, ¿real o ficticio? Real. De pocas cosas estaba tan segura.
La despedida con Electra no fue gran cosa tampoco, podría haber parecido mera formalidad. Pero en cambio, no estábamos ninguna obligadas a decirnos nada. Las cámaras quedaron atrás, tenían la decencia de darnos este momento de intimidad. En unos meses, volveríamos a ser el foco de atención.
-No dejes que te asusten, Thalassa. Porque estoy segura, que esto no ha acabado. -Me susurró ella, a al vez que yo suspiraba débilmente.
-Lo sé. -Murmuré yo a mi vez. Nos separamos y pude observar su mirada violeta.- Espero vernos pronto, Electra.
-Tendrás que venir al doce, de una u otra forma.
-Así es, esto no se ha terminado. -Sin más palabras, se fue. Una última señal con la mano de despedida y el tren del distrito 12 partió.
Sabía que estaba ahí, se había despedido de ellos a lo lejos. No pensaba que fueran a llevarse bien nunca. Me giré, algo temerosa, y me sorprendió que hubiera avanzado hasta mi.
-Te debo una explicación. -Y el jarrón de agua fría se derramó una vez más sobre mi. Me lo estaba esperando, lo cual no quería decir que me sintiera preparada para escucharlo. Porque no lo estaba.
No dije nada, y él interpretó mi silencio como señal para continuar. Metió las manos en los bolsillos, nerviosamente, seguramente no sabía qué hacer con ellas. Yo no sabía dónde rayos meter mi cuerpo entero.
-Se que no estuvo bien, pero... Era la única manera de sobrevivir. Y no quiero que pienses que no te tengo aprecio. Yo te quiero mucho, Assa, pero no de la manera en la que tu me quieres a mi. Aquellos momentos contigo, no los cambiaría, pero no voy a ser tan cruel de dejar que... Te ilusiones. -Sacó las manos de sus bolsillos y las puse sobre mis mejillas, tirantes por la mandíbula cerrada. -Nada me alegra tanto como que hayas salido de ese infierno, Assa.
Sus labios se posaron breve y suavemente sobre mi frente, una lágrima mojó su mano y sin decir nada, ni una sola palabra, reteniendo el orgullo que me quedaba me metí en el tren. Solo hablé cuando las puertas iban a cerrarse, sin girarme a mirarle.
-Yo también me alegro de que estés vivo. -Lo escuchó, lo sé. Lo siguiente fue que se cerraron las puertas y partimos hacia el 4. Cuando llegáramos, nos recibirían las ovaciones, los aplausos, los vítores. Miraría a mi familia y sonreiría. Estaría en casa. ¿Por qué entonces me estaba cruzando por la mente la idea de tirarme a las vías del tren? De no regresar con vida a casa, como Adara e Ian, de no convertirme en la representación de la muerte. Pero había un motivo más egoísta impulsando aquella idea, ciertamente de menos peso, pero sí, existía.
Era evidente el porque. Yo le quería, ¿real o ficticio? Real. Él no me quería, ¿real o ficticio? Nunca nada fue más real.
Abrí mis ojos verdes, que enfocaron el techo sin mayor dificultad. No me moví ni un milímetro, sentía una extraña sensación de bienestar físico. Me ponía enferma. Seguro que no tendría ni una cicatriz, ni una herida, ni un golpe. El dolor del hombro había sido anulado, no me atreví a tocármelo por miedo a no notar ni una triste marca. ¿Cómo iba a estar segura de que no había sido todo una pesadilla de lo más real? ¿Qué me daría la certeza de que no había ocurrido todo en mi cabeza? Enloquecería, como todos los demás Vencedores.
Metí mis pies en las zapatillas acolchadas. Demasiado cómodas. Me cubrí con la bata. Demasiado suave. Me desvestí y miré mi cuerpo en el espejo. Demasiado sano. Finalmente, me metí en la bañera soltando un suspiro. Demasiado agradable.
¿Desde cuando la palabra "demasiado" se podía utilizar en contexto negativo? ¿En qué cabeza cabía? En la mía. Al salir, no hice otra cosa que secarme, y antes de que pudiera ponerme encima más que la toalla, entró Kalonice. Desde que había vuelto, solamente había visto a Holly, ver a la morena hizo que me echara a sus brazos, rompiendo en llanto.
Ella no dijo nada, las palabras huecas sobraban. Sabía que nada serviría para calmar mi angustia, mi pena profunda. Ni siquiera hacía falta pronunciar el nombre de nadie. ¿Qué sentido tenía? No habían regresado conmigo. Estaban en casa antes de tiempo. Habrían podido volver, habrían podido conseguirlo. Sin embargo, la única que volvería al cuatro sin estar metida en una caja era yo.
Me senté en la cómoda, y Kalonice empezó a peinar mi suave pelo rubio, haciéndome su peinado favorito, el que ella siempre llevaba. Nunca supe el nombre, eran dos trenzas finas a ambos laterales que se unían detrás, simple, pero precioso. Después procedió a maquillarme, muy suave, cargarme de maquillaje era un error. Sujetó mis brazos con delicadeza y me ayudó a levantarme, llevándome hasta el vestidor.
-Vas a estar preciosa. -Observé el vestido azul turquesa colgado. -Combina con tus ojos. -Yo hice un esfuerzo por sonreír, y solo salió una ligera mueca.
-Me alegro mucho de verte, Kalonice. -Dije, por fin, con ese tono de voz que había perdido para siempre, el que se había quedado en la arena, con mi dulzura, mi inocencia y mi bondad.
-Y yo a ti, Assa. Sabía que volveríamos a vernos. -Sonrío, una sonrisa de verdad. Iluminó la estancia, y yo, no pude evitar contagiarme un poco.
Me pasó el vestido suave, que se ajustaba al tronco, se apretaba a la cintura y caía más vaporoso hasta poco encima de mis rodillas. Luego enfundé mis pies en unos tacones. Por último, acomodó mi cabello, mirándome con una sonrisa.
-¿Cómo están? -Murmuré. A veces no recordaba que habíamos vuelto los cuatro, ¿aflojaba el nudo de mi pecho al recordarlo? Para nada.
-Están perfectamente, Assa, los verás en nada. -Asentí con la cabeza. No necesité decir nada más, mis ojos lo reflejaban a la perfección. ¿Me alegraba de que estuvieran bien, vivos? Enormemente. Una cosa no quitaba a la otra.
Nuestros pasos resonaron por el pasillo, hasta que llegamos hasta el comedor. Absurdamente vacío. Solamente estaban Holly y Saik. Ambos se tiraron a mis brazos como si hubieran pasado décadas desde la última vez que nos vimos. Entonces, entraron Maeve, Odell y Peder. Agradecía a Kalonice que esos tres charlatanes no me hubieran estado torturando. Por suerte, en esos momentos me sentía mucho más relajada. Compuesta. No iba a dejar que mi rostro se desencajara, ni las lágrimas recorrieran mis mejillas y mucho menos darles algún motivo para que crean que preferiría haberme quedado en esa arena. Para que sepan que preferiría haberme quedado en esa arena.
Nos sentamos a cenar, pero a pesar de que hacía horas que no comía, más de las que quería contar, no tenía hambre. El estómago permanecía absolutamente cerrado, sabía que algo no iba bien. Miré a Holly, buscando consuelo, pero a pesar de que ella comía con normalidad, sus manos permanecían nerviosas, las de Kalonice también. Saik y los tres mosqueteros seguían en su mundo lleno de fantasía.
-Deberías comer, algo, Thalassa. -Levanté de nuevo la mirada, clavándola en Saik, no parecía una sugerencia, así que tome los cubiertos y me entretuve el resto de la cena con aquella crema de bogavantes.
-¿Cómo están, Holly? -Kalonice no era tan sincera como Holly, su cariño hacía mi no dejaria que me dijera la verdad. La mirada de mi mentora fue suficiente.
-¡Genial! -Dijo, emocionado Peder. -Oh, estoy deseando que os encontréis todos de nuevo, será tan emotivo.
-¡Y cuando las dos parejas se re-encuentren! ¡Será simplemente mágico! -Añadió, excitada Maeve. -¿Cómo son esos besos? En pantalla parecían tan bonitos... -Suspiraron. Yo miré fugazmente a Kalonice, cohibida y sonrojándome lentamente. No había vuelto a pensar en esos besos. Ni en Cato de esa manera, era como si eso le hubiera ocurrido a otra. Nos habíamos besado ¿real o ficticio? Me quería ¿real o ficticio?
-Oh vamos, no la pongan más nerviosa. -Un coro de risitas y miradas cómplices cayeron sobre mi, después de las palabras de mi estilista. Yo no dije nada más.
Terminada la cena, Holly se levantó. La reseguí con la mirada, nerviosa. En algunos minutos estaría de nuevo ante Panem, volviendo con aquellos con los que había convivido en el infierno.
-Vamos, Thalassa. -Dijo la joven mentora con firmeza. No repliqué. Me levanté a su orden y sin más que echarle una mirada a Kalonice, recibir su sonrisa alentadora y el pulgar hacia arriba, me metí con Holly en aquel ascensor tan lujoso. La mujer apretó el botón y nos dejó sostenidas en el aire. Me daría un patatús, pero controlé mi miedo al abismo que se extendía debajo de nuestros pies.
-¿Qué está pasando, Holly? -Pregunté en un susurro, asustada. Realmente asustada. Me sostuve a la barandilla del cubículo, como si fuera lo que me sostenía a la realidad.
-No me voy a andar con rodeos ni sutilezas. No les ha gustado nada lo que hicisteis. La gente en los distritos se ha tomado la idea de Electra como un desafío, rebelión. Bajo su nombre los distritos se están alzando, empieza la revolución. -Sus ojos castaños me taladran. -Tienen que detenerla. Electra debe demostrar que lo que hizo fue por amor, por amistad. Tu papel es el de mejor amiga inseparable. No olvides eso. En cuanto a Cato y a ti... No podéis separaros, pero tienes que recordar que todo gira entorno a La Saeta de Luz y al Enamorado. Tu y Cato debéis tener el papel de secundarios perfectos, no lo olvides.
El ascensor volvió a funcionar cuando ella pulsó el botón. Tragué saliva. Mi vida daba vueltas a la velocidad en la que el rápido ascensor descendía. No despegué mis manos de la barandilla de metal, estaba demasiado mareada y tenía la sensación de que iba a caerme.
Cuando por fin se detuvo, mi mundo seguía dando vueltas. Me costó ponerme derecha y ambas salimos de aquel artefacto. Entonces, ante mi asombro pude distinguir la silueta de Cato. Estaba solo.
-Suerte. -Me giré y vi como Holly volvía a desaparecer. Seguramente a sentarse con Kalonice entre el público del espectáculo que estaba apunto de ser representado. Me quedé a solas con Cato. Me giré lentamente y me quedé quieta, observándole.
Sus manos dentro de los bolsillos, con traje negro y neutro, pero con el detalle de la corbata exactamente del mismo color que mi vestido. Sus ojos buscaban mi mirada, pero a mi me costó devolvérsela. Intenté aflojar el nudo en mi garganta y pecho. Me quería, ¿real o ficticio?
-Estás preciosa, Assa. -Murmuró, mirándome. Piropo, ¿real o ficticio?
Le miré a los ojos, buscando algo en su mirada. Era más clara que en la arena, más serena. Sin embargo, no encontré lo que buscaba. Mi estómago volvió a cerrarse y realmente no reaccioné ante el abrazo hasta segundos antes de que terminara. Desvié la mirada y entonces, nos dijeron que estábamos apunto de salir a escena.
Nos pusimos delante del pasillo, la voz de Ceasar enloquece de vez en cuando el público, sabemos que Lec y Peeta han salido cuando los suspiros inundan el lugar. Nos dan salida. Suspiro, calmando mis nervios, y entonces noto la mano cálida de Cato envolviendo la mía. Aunque, carece de algo.
Salimos bajo los focos, entre vitoreos, risas y gritos. Yo sonrío como mejor sé, me aferro a la mano de Cato como un salvavidas, y sin planearlo me cobijo en su cuerpo, disimuladamente.
-¡Assa, querida! ¡Ya no tienes que esconderte, nosotros no vamos a hacerte daño! -Bromeó, Ceasar. Me reí, nerviosamente y levanté la mirada a Cato, que me miró con algo parecido a la ternura.
Miré a Electra, acercándose. Nos abrazamos fugazmente y luego nos sentamos en el sofá. Le sonreí a Peeta antes de sentarme y este me devolvió la breve sonrisa. ¿Sabría el papel que tenía que desempeñar? Pero estaba casi segura, de que él no tendría que representar ningún papel.
Entonces, empezó la emisión de tres horas. Primero apareció en pantalla todo el preparamiento previo para el lanzamiento de los tributos a la arena. Era todo tan irreal. Los vestidos, las entrevistas. Adara. ¿debería consolarme que su belleza quedaría intacta en un video para siempre? Esa sonrisa. ¿Real o ficticia? Tan dulce, ¿a dónde había ido a parar toda ella? La echaba tanto de menos... Mi mejor amiga, derrotada por unos juegos crueles, una vida injusta. El corazón se me contrajo al recordar que iba a revivir su asesinato. No estaba preparada para eso.
¡Que empiecen los Septuagésimos Quintos Juegos del Hambre, damas y caballeros!
La voz de Claudius vuelve a resonar en la arena, y es como si en mi cabeza se reprodujera todo de nuevo. Cato fue el primero. No fui capaz de mirar las distintas muertes a manos de él mismo y de otros profesionales. Su mano, se cerró con fuerza sobre la mía. ¿Le dolían ahora esos asesinatos? Después fue mi turno.
"-¡Adara! - me acerco corriendo a ella, mi amiga ahora se encuentra tendida en el suelo, con una mano en el estomago. Veo como poco a poco, una mancha roja se forma en su ropa y la mano se cubre por la misma sustancia. Veo como su piel pierde color y va palideciendo gradualmente, a un
ritmo alarmante, igual de alarmante que el ritmo en el que la sangre sale de la herida. Le aparto la mano, y tengo que retener un gemido de angustia. La lanza está completamente clavada en su hígado, tiene una herida muy profunda…- ¡Vamos! ¡Levántate! ¡No hay tiempo que perder!
-Assa… No puedo levantarme… -veo como una lágrima resbala por su mejilla y noto como retengo las mías en las retinas, para que no corran libremente. Al hablar, me doy cuenta de que tose, aunque intenta disimularlo, reteniendo la tos. No lo resiste, y comienza a toser de una forma muy fea, suena áspero y lo peor… Cuando se descubre la boca veo que en la mano tiene unas gotas rojizas… Sangre, ha tosido sangre. Abro los ojos horrorizada… La herida le ha perforado algo vital, no tiene posibilidades, no demasiadas pero tengo que creer que sí…- Vete… Déjame aquí…
-¡Si puedes! ¡Vamos! –no quiero dejarla, no puedo, así que hago caso omiso de su petición. No voy a dejarla. Intento levantarla, cogiéndola del brazo y tirando de ella suavemente. Me detengo horrorizada al escuchar su gemido de angustia y de dolor. La dejo suavemente en el suelo y veo como ha perdido más color todavía… Las lágrimas salen sin permiso de mis verdes ojos.
-Vete Assa…. –me pide, con los ojos aguados y sin dejar de expulsar saladas gotas de sus ojos azules, azules como el mar… Un mar que seguramente ninguna de las dos volveremos a ver…"
Duele tanto como cuando sucedió. Los sonidos empiezan a distorsionarse en mi cabeza, no son más que ecos, la visión se me nubla y no puedo hacer otra cosa que retener las lágrimas, si comienzo, no terminaré. Como ocurrió con Cato, mi trozo de tortura fue rápida y breve, actuando como buenos secundarios, teloneros.
La agonía de la muerte lenta y dolorosa de Ian me provoca un ardor intenso en el pecho. Mis uñas se clavan en la mano de Cato, pero ni me doy cuenta. Lucho, valiente, contra las lágrimas. Pero ganan la partida.
"-Lo siento, Assa. –susurra él. Yo solo me pongo a llorar silenciosamente. –No debí mantenernos en una mentira, de nada nos ha servido…
-No… No digas eso… -sollozo, intentando dejar de llorar. Una lágrima tibia sale de sus ojos y rueda por mi piel.
-Se lo debía… Eres su hermanita… -siguió él, sin hacerme caso. –Se lo debía a Zale… No me arrepiento de casi nada… -continua, empezando a temblar. Pero yo no puedo hacer nada en contra de su frío, ha perdido demasiada sangre… Y sigue perdiendo…
-Ian… No hace falta que… -él me corta, como si no me escuchara.
-Solo hazme un favor… -quita uno de sus brazos y mete la mano en su chaqueta, en uno de sus bolsillos interiores. Me abre la mano y deja un frío objeto sobre la palma de esta. –Es un anillo… Dáselo a Cascadia… ¿Sabes? Ella iba a ser mi esposa…
Me llevo una mano a la boca y comienzo a llorar, desesperadamente. Él solo suelta una última lágrimas más, antes de decir.
-Y dile que le quiero… -murmura antes de cerrar los ojos y comenzar a respirar más pausadamente.
Nos quedamos así, por minutos, horas, segundos, no lo sé… Lo único que sé, es que cuando los primeros rayos del sol empiezan a asomar, dejo de sentir su respiración y el cañonazo que anuncia la muerte de Ian suena."
Escondo la cara en el hombro de Cato y su brazo me rodea, lloro. Lloro por mis amigos. Por su dolor, por el mío. Por los padres de Ara, por la madre, el hermano menor de Ian y Cascadia. Por mi sentimiento de culpa. Por sus vidas perdidas. Por todas las muertes en aquella maldita arena. Por todas las piezas del juego caídas.
Regreso a la cordura poco después, cuando las lágrimas dejan de cesar. En ese momento las luces del plató me ciegan, no veo la pantalla, y las voces se oyen distorsionadas. Solo la presencia de Cato es real, nada más, todo lo demás es simplemente, irreal.
Incluso cuando veo como se levanta ¿ha terminado ya? Los aplausos producen un eco extraño. Me dejo guiar por Cato, no sé siquiera quién soy. No soy dueña de mi cuerpo. Estaba loca, definitivamente tocada. ¿Real o ficticio?
Nos expusieron, una vez más, ante las cámaras. En fila, como corderos directos al matadero. Estábamos fuera, a salvo. Sí. Pero nunca me había sentido tan vulnerable, desprotegida... Temerosa. Noto una segunda mano rodeado la mía, miro desorientada a Peeta pero él mira el público, con esa gran sonrisa. Levantamos las manos y hago un esfuerzo sobrehumano para sonreír. Todo Panem nos está viendo, todos creen en nuestra felicidad, en nuestro amor. Amor... ¿Sentimiento real o ficticio?
*************************************************************************************
La salida del Capitolio fue en realidad, una huida. Así lo sentí yo. El ritmo fue frenético, solo pude recoger mis cosas, las pocas cosas que iban a regresar conmigo a casa -entre ellas el anillo de Ian para Cascadia- y salimos hacia el tren. Me despedí en primer lugar de Peeta, no fue una gran despedida.
-Cuídate, Assa. -Yo me limité a sonreír y a susurrar un débil "tu también". Un abrazo fugaz. -Nos vemos pronto.
-Hasta pronto. -Murmuré, viendo como se marchaba. Amaba a Electra, ¿real o ficticio? Real. De pocas cosas estaba tan segura.
La despedida con Electra no fue gran cosa tampoco, podría haber parecido mera formalidad. Pero en cambio, no estábamos ninguna obligadas a decirnos nada. Las cámaras quedaron atrás, tenían la decencia de darnos este momento de intimidad. En unos meses, volveríamos a ser el foco de atención.
-No dejes que te asusten, Thalassa. Porque estoy segura, que esto no ha acabado. -Me susurró ella, a al vez que yo suspiraba débilmente.
-Lo sé. -Murmuré yo a mi vez. Nos separamos y pude observar su mirada violeta.- Espero vernos pronto, Electra.
-Tendrás que venir al doce, de una u otra forma.
-Así es, esto no se ha terminado. -Sin más palabras, se fue. Una última señal con la mano de despedida y el tren del distrito 12 partió.
Sabía que estaba ahí, se había despedido de ellos a lo lejos. No pensaba que fueran a llevarse bien nunca. Me giré, algo temerosa, y me sorprendió que hubiera avanzado hasta mi.
-Te debo una explicación. -Y el jarrón de agua fría se derramó una vez más sobre mi. Me lo estaba esperando, lo cual no quería decir que me sintiera preparada para escucharlo. Porque no lo estaba.
No dije nada, y él interpretó mi silencio como señal para continuar. Metió las manos en los bolsillos, nerviosamente, seguramente no sabía qué hacer con ellas. Yo no sabía dónde rayos meter mi cuerpo entero.
-Se que no estuvo bien, pero... Era la única manera de sobrevivir. Y no quiero que pienses que no te tengo aprecio. Yo te quiero mucho, Assa, pero no de la manera en la que tu me quieres a mi. Aquellos momentos contigo, no los cambiaría, pero no voy a ser tan cruel de dejar que... Te ilusiones. -Sacó las manos de sus bolsillos y las puse sobre mis mejillas, tirantes por la mandíbula cerrada. -Nada me alegra tanto como que hayas salido de ese infierno, Assa.
Sus labios se posaron breve y suavemente sobre mi frente, una lágrima mojó su mano y sin decir nada, ni una sola palabra, reteniendo el orgullo que me quedaba me metí en el tren. Solo hablé cuando las puertas iban a cerrarse, sin girarme a mirarle.
-Yo también me alegro de que estés vivo. -Lo escuchó, lo sé. Lo siguiente fue que se cerraron las puertas y partimos hacia el 4. Cuando llegáramos, nos recibirían las ovaciones, los aplausos, los vítores. Miraría a mi familia y sonreiría. Estaría en casa. ¿Por qué entonces me estaba cruzando por la mente la idea de tirarme a las vías del tren? De no regresar con vida a casa, como Adara e Ian, de no convertirme en la representación de la muerte. Pero había un motivo más egoísta impulsando aquella idea, ciertamente de menos peso, pero sí, existía.
Era evidente el porque. Yo le quería, ¿real o ficticio? Real. Él no me quería, ¿real o ficticio? Nunca nada fue más real.
Thalassa Deméter.
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
Me hiciste llorar ¿Real o ficticio? SÚPER REAL. :lloro:
Ay, de verdad que es increíble que ya hayamos terminado los primeros juegos, me encanto tu capítulo, aunque no me gusto tanto eso de los secundarios u.u :oops: pero aún así todo, absolutamente todo, fue maravilloso.
Lo de Assa y Cato, tan fuerte, tan frío. Que ella si lo haya querido mucho y él no, me hace que la sangre me hierva, no, no y no. Esta se las va a ver con Electra, lo juro, se las va a ver. *Amenaza con el arco y puño.*
La verdad es que si, me da nostalgia que regresemos sin personajes que estuvieron en un principio con nosotros. Un tributo para Nyx, Letha, Adara, Ian. También, para Thera, Deo, Clove, Glimmer, Altaír, Evan, entre otros. La verdad es que fue fascinante haber escrito con ellos, y si entristece, porque uno los llegó a querer bastante.
Ahora, hay que prepararnos, para saber quién es el verdadero enemigo... Lo ame, Noa, amo como escribes y no me digas que escribes normal, me encanta.
Las quiero muchisimo <3
Ay, de verdad que es increíble que ya hayamos terminado los primeros juegos, me encanto tu capítulo, aunque no me gusto tanto eso de los secundarios u.u :oops: pero aún así todo, absolutamente todo, fue maravilloso.
Lo de Assa y Cato, tan fuerte, tan frío. Que ella si lo haya querido mucho y él no, me hace que la sangre me hierva, no, no y no. Esta se las va a ver con Electra, lo juro, se las va a ver. *Amenaza con el arco y puño.*
La verdad es que si, me da nostalgia que regresemos sin personajes que estuvieron en un principio con nosotros. Un tributo para Nyx, Letha, Adara, Ian. También, para Thera, Deo, Clove, Glimmer, Altaír, Evan, entre otros. La verdad es que fue fascinante haber escrito con ellos, y si entristece, porque uno los llegó a querer bastante.
Ahora, hay que prepararnos, para saber quién es el verdadero enemigo... Lo ame, Noa, amo como escribes y no me digas que escribes normal, me encanta.
Las quiero muchisimo <3
Vanellope
Re: Safe & Sound (Novela colectiva de los Juegos del Hambre)
asdfdhdehhfhfhf que cap tan perfecto mi noaaaaa recordar todas las muertes me llegooooooo me teneis llorando como una mardita pendeja ok? Ok :lloro: :lloro:vivir todas la muertes de nuevo fue demasiado fuerte para mi MI IAAAAAAN POSHITOOOO CASCADIA DON'T CRY BABYYYYYYYYYYY y la Adaraaaa la pobre niña que murio a flor de piel y Ash ....NO NO NO VIVIR ESO DE NUEVO FUE MUCHO PARA MI no puedo no puedo, Pobre Assa ya con su propio deje de locura , ash ash niet niet , pobre niña inocente , fue muy perfecto noa te felicito ..USH FUCKING CATO i'll slit your throat painfully for breaking this girl's heart no no no ....BUENO MY LADIES , YOU ARE OUT OF THE ARENA , THE BOSS IS DEAD (jaja yeah right) , now we gotta prepare for fire...cuz trust me when I tell you , it's catching ;)
IMAFREAKBITCHBABE
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