Memoria del olvido - Nick & tú -

por **MichelleWilliams♥JB** Lun 02 Abr 2012, 9:06 pm

Memoria del olvido

Nombre: Memoria del olvido
Autor: Jacqueline Diamond
Adaptación: Si.
Género: Intriga, Drama & Romance
Advertencias: Por mi parte Ninguna.
Otras Páginas: No, que yo sepa.

Irrumpir en la boda de su novia del instituto iba más allá de lo que le exigía el deber, pero el oficial Nick Jonas había percibido algo inquietante, incluso siniestro, en el inminente matrimonio de Tn_______ Marshall con un hombre al que nisiquiera recordaba haberle dicho que sí.
Después del terrible accidente Tn______ no había podido recordar nada del día en el que había estado apunto de morir. & ahora la desconcertada heredera iba a pasar lo que habría sido su Luna de miel esquivando balas junto al policía que había arriesgado su placa... & su vida para protegerla.

Personajes

Tn______ Marshall: Rica herededa de carácter independiente, es víctima de una manipulación, no sabe en quién confiar... & está apunto de jugarse toda una vida el día de su boda.

Nick Jonas: Traumatizado por la mancha de deshonra que cayó sobre su padre, el inspector le polícia le ofrece la protección de Tn______. Pero con ello quizá la esté atrayendo a un peligro mayor.

Chet Dever: Mintió a Tn________ acerca de sus planes de la boda. ¿Habría estado también al volante de la furgoneta que la atropelló?

Lance Bolding: El padrasto de Tn_______ tiene sus propios planes para Marshall Company, la gran empresa que él & Alice, la madre de Tn_____ heredaron.

Brandy Schorr: La nueva ama de llaves de Lance & de Alice oculta sus propios secretos.

Tina Norris: Amiga de Tn_______ & dama de honor, están en el centro de una maraña de relaciones.

Gene Norris: El hermano de Tina sería capaz de casi cualquier cosa con tal de conseguir sus ambiciones.

Edgar Norris: Como comisario, bloquea la investigación de Nick sobre el presunto accidente de Alice & es sospechoso de haber culpado a su padre injustamente de asesinato.

Marie Flanders: La tía desaparecida de Tn________ puede ser víctima de la violencia... o formar parte de ella.

Rick Valdez: ¿Estará el sargento de policía siguiendo su propio juego en todo esté asunto?

Stanley Rogers: Contable desde hace décadas en Marshall Company, controla el fondo personal de Tn_______.

Todd Wilde: Once años atrás, consiguió que no lo acusaran de asesinato. Ahora que a regresa... ¿qué es lo que pretende?

mañana subo el primer capitulo :)

por **Dorin** Lun 02 Abr 2012, 9:25 pm

HOLA!! =) ME MUERO POR QUE LA EMPIESES =)

por **aranzhitha** Lun 02 Abr 2012, 10:26 pm

hola segunda lectora espero el capi :)

por Dayi_JonasLove!* Mar 03 Abr 2012, 9:03 am

¡Nueva Lectora! :D
Se ve muy interesante, ¡SIGUELA!

por **MichelleWilliams♥JB** Mar 03 Abr 2012, 11:15 am

Capitulo 1

La primera vez que Tn________ Marshall se fijó en la furgoneta fue un poco antes de las seis de la tarde. No sabía muy bien por qué le llamó la atención, ya que todavía había varios coches aparados en la zona que rodeaba el carnaval del Fondo de Ayuda a la Infancia, que estaba ayudando a organizar.
No fue únicamente su pintura descarrillada o su parachoques abollado lo que la extrañó. El carnaval de la ciudad de Tustin no sólo había atraído todo tipo de coches y camionetas último modelo, sino también un buen número de antiguallas. Quizá fuera el echo de que estuviera aparcado a cierta distancia, medio oculto a la sombra de un edificio vacío un sábado como aquél. Y sospechaba que había alguien sentado al volante, esperando inmóvil mientras pasaban los minutos.
¿Estaría esperando a alguien? ¿Por qué no salía y disfrutaba del sol de aquella tarde de Septiembre?
-¿Quiere una chocolatina? –le preguntó una voz infantil de niña.
Tn______ apartó la mirada de la furgoneta. Delante del puesto dónde había estado repartiedo folletos, una joven voluntaría le ofrecía la única chocolatina que le quedaba en la bandeja.
-Sólo me queda por vender está y me iré a casa –le dijo-. ¿Le apetece?
Tn_______ estuvo a punto de responderle que no. A sus veintiséis años, se había convertido en una fánatica de la comida sana desde que un ataque cardíaco de llevó a su padre hace dos años atrás. Pero lo cierto era que se había saltado la comida. Y, al fin y al cabo, sólo era un simple chocolatina...
-Claro –sacó unos billetes arrugados del bolso.
-¡Gracias! –con una sonrisa, la niña se la entregó y se dirigió apresurada hacia el puesto de la caja. Detrás de ella, los obreros empezaban a desmontar las atracciones del carnaval, al final del sendero del asfalto. Un aroma a palomitas y algodón de azúcar impregnaba el aire mientras los vendedores cerraban sus tenderetes.
La gente se marchaba a su casa. Tn_______ podía oír arrancar a los coches en la zona del aparcamiento. Nadie parecía en absoluto interesado en recoger un panfleto sobre las actividades del Fondo de Ayuda a la Infancia.
Después de guardarse la chocolatina para comérsela en otro momento, decidió dar una vuelta por si alguien necesitaba su ayuda para cerrar. Como ayudante
administrativa de Conrad Promotions, su responsabilidad era velar para que todo funcionara perfectamente. Miró hacia el vacío edificio. La furgoneta seguía allí.
Probablemente pertenecería a alguno de los artesanos. En cualquier momento su conductor bajaría de la furgoneta y empezaría a cargar la producción que le había quedado por vender.
Aún así, se sentía inquieta. Instintivamente se tocó el colgante de oro que llevaba al cuello, sobre su camiseta azul del Fondo de Ayuda a la Infancia. No podía decir por qué se lo había puesto aquel día. Aunque aveces lo sacaba del cajón solamente para saborear los preciosos recuerdos que le inspiraba. No podía recordar la última vez que se había puesto aquel colgante con forma de medio corazón. Quizá fuera porque, a partir del día siguiente, no volvería a llevarlo más.
Le recordaba a alguien a quien había amado una vez, alguien que probablemente se habría deshecho de la otra mitad de aquel corazón, años atrás. Le hubiera gustado que ese pensamiento no a molestase tanto. De repente una vendedora sacudió una tela en el sendero, sobresaltándola.
-¡Lo siento! No la había visto –se disculpó una mujer. Ya había guardado los ositos de peluche que no había vendido en una caja, debajo de su mesa.
-Espero que las ventas hayan ido bien...
-¡Fantásticas!
Era una buena noticia, ya que el Fondo recibía un porcentaje de cada artículo vendido. Estaba apunto de mirar otra vez hacia la furgoneta cuando un crío de unos cuatro años se le acercó. Detrás iba su madre, algo rezagada, empujando con gesto cansino un carrito de bebé.
-¡Hey! –lo detuvo Tn_____-. Espera a tu mamá.
El niño se plantó frente a ella.
-¡Quiero irme a casa!
-¿Piensas conducir el coche tú solo?
-¿Puedo? –inquirió, esperanzado.
-Desde luego que no. Supongo que por eso será mejor que esperes a tu madre.
Eso a Tn______ le parecía bastante lógico, pero el crío se negaba a aceptarlo.
-¡Tengo hambre! –sollozó, poniéndose colorado.
-Estoy segura de que tu mamá te dará de comer cuanto antes...
La madre llegó a tiempo de intervenir en la conversación:
-Comimos hace una hora, pero estaba demasiado nervioso para terminarse su sándwich. Le prometí que le compraría una chocolatina, pero parece que se han acabado...
El estómago de Tn______ protestó cuando pensó en la chocolatina que llevaba en el bolso. A pesar de su devoción por la comida sana, o quizá precisamente por ello, se le estaba haciendo la boca agua. Pero el niño seguía quejándose.
-Tome –sacó la chocolatina y se la entregó a la mujer-. Cortesía de Conrad Promotions.
-¡Qué amable! Se la pagaré, por supuesto.
-No hace falta. Corre a cuenta de la casa.
-¿Está segura? –al ver que Tn______ asentía con la cabeza exclamo-: ¡Que maravilla! Muchas gracias –partió en dos la chocolatina y le dio la mitad a su hijo.
El aroma de chocolate arrancó otra protesta a su estómago. Esperaba que nadie la hubiera oído en medio de aquel barullo, con los obreros desmantelando las atracciones.
-Que pase una buena tarde.
-¡Y usted también!
Después que la familia se hubiera marchado, Tn______ ya no pudo encontrar un solo puesto de comida abierto. Ya comería un yogur o algo más tarde, en su apartamento...
-¡Tn______! –Bea Conrad la saludó desde el puesto de la caja. La propietaria de Conrad Promotions tenía un rostro simpático y el pelo castaño y sedoso, de color miel. De unos treinta tantos años, la camiseta y los pantalones que llevaba, en lugar de sus habituales trajes, le daban un aspecto mucho más joven.
Tn________ se acercó a ella.
-¿Necesitas algo?
-La verdad es que sí. Tengo un favor que pedirte –dijo Bea.
-Suéltalo –demasiado tarde se le ocurrió que podía quedarse allí sin cenar, comprometida con algún asunto. Bueno, sobreviviría. Quizá.
-¿Sabes? Eres una trabajadora modelo. No pienso perderte –derepente sacudió la cabeza, como disculpándose-. No me hagas caso. Chet es un buen partido. ¿Cuándo le daras una respuesta?
-Bajará mañana –Tn________ sintió el inexplicable impulso de tocarse otra vez el colgante en forma de corazón. No tenía ganas de hablar de Chet-. ¿Qué tal han ido esos ingresos de caja?
-Mejor incluso que el año pasado. Todavía no tengo la cifra definitiva, pero supongo que los beneficios rondarán los quince mil dólares. Y eso sin contar a nuestro misterioso benefactor. ¡No puedo creerlo! Alguien consiguió volver a colar un cheque por una cantidad enorme en la hucha de las donaciones de este año...
-¿Cuánto ha sido esta vez?
-Veinte mil dólares –respondió Bea-. Y otra vez ha resultado que es la Fundación Amigo de un Amigo. Me sorprende que no hayas oído hablar de ella. Quiero decir que... tú eres de Sundown Valley, y la Fundación está establecida precisamente allí. Pero supongo que ya no estás muy al tanto de lo que pasa en tu pueblo...
Tn_______ se encogió de hombros y no dijo nada. De hecho, estaba suscrita al Sundown Sentinel y mantenía un contacto constante con su oblación natal.
-No sé por qué esa gente es tan misteriosa... –Bea había telefoneado el año anterior y sólo había logrado enterarse que la Fundación Amigo de un Amigo hacía donaciones por medio de patrocinadores anónimos-. Bueno, a caballo regalado no le mires el diente, ¿verdad?
-¿Cuál era ese favor que ibas a pedirme?
-¡Oh! Gracias por recordármelo. Sé que ya has ido dos veces al banco, yo iba a hacer ahora mismo el último viaje. Pero la niñera acaba de llamarme para decirme que Kiki ha agarrado una rabieta-. ¿Te importaría hacer el ingreso por mí?
-No hay problema –Tn_______ ignoró una punzada de aprensión al pensar en la camioneta. Tustin era una ciudad segura y todavía era de día, aunque no tardaría en ponerse el sol.
Bea le entregó la caja de caudales. Tn_______ pensó que era ridículamente llamativa, como un reclamo. Pero si alguien se la robaba, ya recibirían otro cheque anónimo para compensarles...
No le había resultado difícil guardar su secreto durante los tres años que llevaba trabajando para Conrad Promotions, pensó Tn________ mientras Bea se volvía a hablar con un vendedor. Era una suerte que apenas nadie en el condado de Orange conociera a su familia. En Sundown Valley, en cambio, todo mundo conocía a Marshall Company. La empresa de administración y desarrolo locar lo poseía todo: desde el centro comercial de la localidad hasta la clínica. Hacía dos años que Tn_______ había heredado la mitad de sus acciones.
No despreciaba la riqueza, pero también sabía que tenía sus incovenientes. Si su madre, Alice, no hubiera sido rica, su padrastro, Lance Bolding... ¿habría parecido repentinamente de la nada durante un crucero del año anterior para seducir y convencer a la afligida viuda que se casara con él? Y si no se hubiera casado, ¿habría conseguido entrometerse tanto en la relación entre madre e hija? Tn________ se preocupó muchisímo cuatro meses atrás, cuando su madre estuvo apunto de ahogarse en el lago cercano de la nueva casa que Lance le había convencido que se compraran. Aunque a policía lo había considerado un simple accidente, temía seriamente por su vida.
Pero Alice se había negado a dejarla intervenir. De hecho, habían tenido una discusión por teléfono justo después del accidente. Desde entonces su madre se había negado a permitirle que la visitara. Lance había conseguido aislarla casi completamente de todo el mundo... excepto de Chet Dever. Como director ejecutivo de Marshall Company había sido la mano derecha de su padre y, desde que Alice presidía el consejo de administradora de la compañía, la asesoraba con frecuencia en los asuntos finacieros. Durante aquellos últimos meses Chet había mantenido informada a Tn________ se la situación de su madre.
Y había empezado a cortejarla. Muchos años antes habían salido alguna vez juntos, de adolescentes. El pasado fin de semana le había pedido que se casara con él. Tras dedicar una semana entera en pensárselo, había pensado en darle una respuesta afirmativa al día siguiente. Chet era guapo, inteligente, amable. Tn________ admiraba sus ambiciosos objetivos como futuro candidato a congresista para las elecciones de la próxima primavera. Y era uno de los pocos hombres que conocía para los que su dinero no era obstáculo ni un factor fundamental de atracción. Se tocó de nuevo el colgante. El chico que se lo había regalado durante sus tiempos de estudiante en el instituto había sido su primer amor, pero era absurdo comparar a Chet con alguien a quien no había visto en diez años. Y al que probablemente nunca volvería a ver. Durante su dolorosa ruptura, Nick le había dejado muy claro que no quería volver a tener nada con ella.
Aún así, el contacto de aquel corazón de oro le proporcionaba una sensación de conexión, de seguridad. ¿Por qué estaba pensando en él en aquel preciso momento? ¿Y por qué se había puesto ese colgante precisamente ese día? De repente supo la respuesta, aunque no había querido reconocerlo. Porque le recordaba alguien con quien había sentido cosas que nunca podría llegar a sentir con Chet: un entusiasmo íntimo, visceral. Una pasión espontánea, impulsiva.
Hasta que otro hombre le suscitara de nuevo esos sentimientos, casarse carecía de sentido.
-¿Es por algo que he dicho yo? –le preguntó Bea-. Te has quedado pensativa.
-Lo siento.
-Desde luego no es por la responsabilidad de llevar tanto dinero encima, porque ayer ingresaste más –observó su jefa.
-Es por lo de Chet –le espetó-. Es un error.
-¿Qué es lo que es un error?
-Iba a decirle que sí. Pero no puedo casarme con él –soltó un profundo suspiro, sorprendida ella misma de la inmensidad de su alivio.
-El matrimonio es un gran paso, pero yo creía que te gustaba de verdad –repuso Bea-. A mi marido y a mí nos acusó muy buena impresión.
Chet se los había llevado un día a comer a un restaurante francés.
-Sí me gusta... Pero no lo amo –*y si no lo amo ahora, nunca lo amaré*, añadió para sus adentros.
Se dio cuenta de que, durante todo ese tiempo, había estado esperando a enamorarse de él. Su vida habría sido tan sencilla si hubiera podido enamorarse de Chet... Su madre lo habría aprobado, y eso habría facilitado su reconciliación. A Tn_____ le gustaba el objetivo que se había trazado en su vida, sus ancias de mejorar el mundo. Un objetivo que habrían podido compartir.
¿Por qué había llegado a pensar que todas esas razones habrían sido suficientes para casarse? Sobre todo cuando lo que tenía que hacer era conocerse así misma y marcarse un objetivo en la vida. Aunque entrar a trabajar para Conrad Promotions era un comienzo, no bastaba con eso.
-Tú eres la única que puede tomar una decisión así –le dijo Bea-. Estoy segura de que te lo habrás pensado mucho.
-La verdad es que no, porque en ese caso me habría dado cuenta antes. Quiá debería llamarlo y ahorrarle el viaje –se recordó que Sundown Valley estaba a más de ochenta kilómetros de allí.
-Yo creo que ese tipo de noticias es mejor darlas personalmente...
Tn________ suspiró.
-Tienes razón. Será mejor que vayas a asegurarte de que kiki está bien...
-Nos veremos el Lunes –Bea empezó a recoger sus cosas-. ¡Y gracias otra vez!
Tn______ se dirigió a su coche. Esperaba que el encuentro del día siguiente no fuera demasiado embarazoso... Conocía a Chet lo suficiente para saber que no aceptaría su negativa sin intentar antes hacerla cambiar de idea.
Mientras pasaba por debajo de la cuerda que rodeaba la zona del carnaval, advirtió que el sol se estaba poniendo rápidamente. Y que el aparcamiento estaba desierto, aislado en aquel inmerso parque industrial. A un lado, oyó arrancar un motor. Con su preocupación por Chet, se había olvidado de la furgoneta. Se quedó paralizada al ver que se alejaba del edificio vacío para dirigirse lentamente hacia ella.
Apretó con fuerza la caja de caudales. ¿Debía de echar a correr o simplemente se trataba de una paranoia? Estaba algo lejos de su coche. Sus piernas, cansadas después de todo un día de pie, se resintieron cuando aligeró el paso.
Se dijo que tenía que haberse imaginado aquella amenaza. Aunque la gente no andaba muy lejos, entre los pocos tendederos que quedaban y los obreros que estaban desarmando las atracciones, nadie parecía prestarle atención. La furgoneta aceleró.
Tn_______ cambió de dirección, hacia la zona del carnaval. Y la furgoneta giró también hacia ella. No, no había imaginado la amenaza...
-¡Hey! –gritó hacia los obreros. Nadie alzó la mirada.
Pensó que no valía la pena morir por unos pocos miles de dólares. Al menos esperaba que el conductor de aquella furgoneta fuera un ladrón y no un loco asesino. A regañientes, dejó la caja en el suelo y empezó a correr.
Pero el conductor optó por seguirla. O no había visto la caja o no la quería. Tn______ experimentó una sensación de incredulidad mezclada de pánico. Aquello no podía estar sucediendo. Era demasiado adsurdo. Y aterrador.
Pasó por debajo de las cuerdas y entró en la zona del carnaval, a toda carrera. Con los puestos vacíos, la sensación de soledad resultaba todavía más sobrecogedora. La furgoneta rompió las cuerdas. Le ardían los pulmones. Aquello era como una pesadilla, pero no estaba dispuesta a rendirse fácilmente. No tenía tiempo para llamar a alguien por el móvil, ni para otra cosa que no fuera correr por aquel sendero de asfalto que parecía prolongarse hacia el infinito.
Por muy increíble que resultara, los obreros seguían sin darse cuenta de lo que estaba pasando. Miró hacia atrás. Una sombra oscurecía el parabrisas, ocultando el rostro del conductor. Hasta que la sombra desapareció.
Vio quién era. Y no podía creerlo. No era un asalto al azar. Y tampoco un robo...
La furgoneta se dispuso a embestirla. Desesperada, Tn________ saltó a un lado. Demasiado tarde. El vehículo la alcanzó en la cadera, levantándola en el aire y lanzándola contra unos arbustos. El tiempo parecío detenerse poco a poco, como en una película de cámara lenta. Las ramas le arañaban los brazos. Reconoció el perfume de un jazmí.
Como si viniera de muy lejos, oyó gritar a uno de los obreros. Al fin la habían visto.
Tenía que sobrevivir. Tenía que decirle a alguien lo que había visto. El peligro era enorme, no sólo para ella si no para su madre. Hasta que cayó al suelo y todo quedó a escuras.

Bienvenidas a todas, espero & les guste el primer capitulo :)

por **chelis** Miér 04 Abr 2012, 4:57 pm

OOOOOOOOOOOOOOHH
YO CREO QUE FUE CHET
AAII NUEVA LECTORAAA

por Dayi_JonasLove!* Jue 05 Abr 2012, 6:37 am

¡Está muy buena! :D
Por favor tienes que seguirla pronto.
¡SIGUELAAAAA!

por **chelis** Jue 05 Abr 2012, 6:08 pm

un caaaapiiiiss

por **Dorin** Jue 05 Abr 2012, 9:05 pm

me encanta =) y apenas empiesa

siguelaaaa

por **chelis** Jue 05 Abr 2012, 9:11 pm

OTROO PORFIISSS

por Invitado Jue 05 Abr 2012, 9:18 pm

nueva lectora!! :D me gustó muchooo :P siguela pronto porfa!!

por **chelis** Vie 06 Abr 2012, 11:46 am

UN CAAAPIISS

por **Dorin** Sáb 07 Abr 2012, 1:48 pm

capituloo

por **MichelleWilliams♥JB** Sáb 07 Abr 2012, 10:09 pm

Capitulo 2

-¡Eres la novia más guapa del mundo! –exclamó Tina Norris, una de sus damas de honor, mientras se miraban en el espejo de cuerpo entero.
-Gracias y tú estás preciosa con ese tono verde –repuso Tn_______.
-Supongo que somos un par de mujeres fatales –sonrió su amiga.
Tn________ tenía que admitir que el vestido de novia de su madre, de un precioso color marfil y reliquia sagrada de la familia, le sentaba a la perfección. En el cuello lucía una gargantilla de diamantes, con una diadema a juego que adornaba su cabello castaño, peinado con una trenza francesa. Estaba muy pálida pero parecía una novia de verdad, aunténtica, feliz. Y sin embargo se sentía como una extraña.
De repente empezó a sonar un zumbido dentro de su cabeza, y la suite d club del campo de Sundown Valley empezó a girar a su alrededor. Faltando poco menos de una hora para la ceremonia, no quería para nada ponerse enferma... Durante el mes y medio transcurrido desde su accidente, la memoria se le había quedado completamente en blanco. No recordaba anada anterior a aquel día. También había padecido ansiedad y pesadillas, trastornos que el médico había atribuido al estrés postraumático.
Se presionó las sienes. El mareo estaba cediendo.
-¿Quieres sentarte? –le preguntó Tina-. No tienes buena cara.
-Sólo son los nervios.
Deseó que la boda hubiera podido esperar hasta que se encontrara algo más fuerte, pero para el mes siguiente Chet estaría inmerso en la vorágine de la campaña electoral, sólo tenía tiempo para una corta luna de miel en la noche en el lago Tahoe. Tn________ sabía que debería sentirse entusiasmada ante la perspectiva de quedarse a solas con su novio, dado que había conservado su virginidad para la noche de bodas, pero durante las últimas semanas le había resultado muy difícil analizar sus emociones. Según Chet, ella misma lo había llamado gozosa para responder afirmativamente a su proposición de matrimonio. Sin embargo, desde que se hirió en la cabeza ese mismo día, poco después de afectuar aquella llamada, había experimentado lo que el médico llamaba *derrumbe emocional*. Dada su desorientación, y su amnesia, se había apoyado en la familia y en los amigos.
Afortunadamente Chet había demostrado ser una firme fuente de apoyo. No le hubiera extrañado que hubiera tenido tantas ganas de casarse con él. No dudaba que a su debido tiempo volverían aquellos sentimientos del pasado: mientras tanto, sería un alivio empezar a construir una vida en común. También le estaba muy agradecida a Tina, su mejor amiga desde el instituto. Tina, que se había convertido en profesora de enseñanza secundaria, había ido a verla una vez que la trasladaron al hospital de Sundwown. Y había continuado vistándola durante el mes anterior, mientras Tn______ se recuperaba en la casa de su madre.
Nadie de Tustin la había visitado, ni aceptado asistir a la boda. Tn______ se había llevado una gran decepción cuando Alice le informó de que Bea no había respondido a la invitación que le envió. En aquel instante. Tina interrumpió sus reflexiones:
-¿Qué tal la pierna? ¿Serás capaz de avanzar hacia el altar sin cojear?
Entre el golpe en la cadera y la herida en la cabeza, Tn______ apenas había salido del hospital o de la casa.
-Eso espero...
De repente llamaron con fuerza a la puerta.
-¡Espero que no sea otra vez el fotógrafo! –Tn_______ se sentía incapaz de forzar más sonrisas.
-Probablemente sea Chet.
Chet pensaba acompañar a Tn_________ a la iglesia, ya que Alice se estaba recuperando de un nuevo ataque de bronquitis. Tn________ se había opuesto a que su padrasto desempeñara esa función en la ceremonia. Aunque Lance se había mostrado muy amable con ella durante aquel último mes, seguía sin gustarle nada. Supuestamente no había perdido contacto del todo con sus antiguos sentimientos y emociones.
Tina asomó la cabeza fuera de la habitación. Antes de que Tn______ pudiera ver quién era, su amiga salió al vestíbulo y cerró la puerta. Tenía que ser el novio de Tina, Rick un sargento de policía que había desafiado la oposición de su padre a que salieran juntos. Cualquiera hubiera esperado una mejor reacción del comisario de Sundown Valley, Edgar Norris siempre se había caracterizado por ser etilista. Ahora que ya había conseguido ingresar en el club de campo, prefería que sus hijos se movieran en el círculo de la elite local.
Afortunadamente para ella, Tina no compartía las preocupaciones de su padre por el estatus social. Tn_________ confiaba en que acabaría cediendo con el tiempo, por que Rick le caía muy bien. Tina entró de nuevo en la habítación, apresurada.
-Es un inspector de policía. Quiere verte. ¿Puedes hablar con él?
-¿Un inspector de policía?
-Sí. Quiere hacerte algunas preguntas sobre tu accidente.
-¿Ahora? –el momento no podía ser más desafortunado. Además, ya le había contado al departamente de policía de Tustin todo lo que recordaba... que era nada-. ¿Y ha venido desde Tustin un sábado para hablar conmigo?
-Es alguien de aquí –Tina se aclaró la garganta-. Tn_______, se trata de Nick.
Nick. No podía ser él. Sabía que se había incorporada a la polícia y que era amigo de Rick, pero no había esperado verlo. No estaba preparada para un encuentro semejante, y menos vestida de novia... Tiempo atrás había estado lo más cerca de él que una mujer podía estarlo de un hombre. Hasta que le rompió el corazón, o quizá fue ella quien le rompió el suyo. Probablemente ambas cosas.
-Lo que a mí me paso tuvo lugar en Tustin –se oyó decir así misma-. Es otra jurisdicción.
-Lo sé –Tina recogió su ramo nupcial y acarició las flores verdes, azules y color marfil-. Pero es que Nick ha estado investigando el accidente de tu madre. Y cree que puede haber una relación con lo que te sucedió a ti.
-¿Cómo puede ver una relación entre dos sucesos tan diferentes? –habían ocurrido en lugares distintos y con una diferencia de cuatro meses.
-Será mejor que te lo explique él mismo. Me prometió que no tardaría mucho.
-No puedo verlo.
-Me dijo que había intentado hablar contigo antes, pero que Lance se opuso y mi padre le ordenó que se mantuviera al margen. Insiste en que es muy importante.
El chico al que había adorado cuando sólo tenía quince años estaba justo al otro lado de a puerta, en el vestíbulo. ¿Cómo podía negarse a verlo? ¿Y cómo podía verlo cuando estaba tan nerviosa?
La mujer que había sido antes de sufrir el accidente habría podido manejar aquella situación on confianza y seguridad. Pero en aquel momento no podía confiar en sus propias reacciones. Durante el último mes, se había sorprendido así misma dudando de todos los que la rodeaban e irritándose por ninguna razón en especial. ¿Cómo podría mantener la compostura en presencia de Nick?
Recordaba un detalle concreto. En el hospital había descubierto que llevaba el colgante del corazón roto que él le había regalado de los tiempos del instituto. Ojalá pudiera recordar porqué se lo había puesto aquel día, aparentemente poco después de telefonear a Chet para comunicarle que aceptaba casarse con él. Eran muchas cosas las que seguían careciendo de sentido. Por ejemplo, ignoraba por qué sus amigos de Tustin la habían abandonado. Y en casa de madre tenía la sensación de que la gente interrumpía sus conversaciones cada vez que entraba en una habitación. O sonaba el teléfono y alguien respondía en susurros, como si no quisieran que ella se enterara de nada.
En el instituto, Nick había sido la persona en la que más confiaba. Quizá ahora podría ayudarla de alguna forma. En cualquier caso, se negaba a echarlo de allí sin saludarlo antes.
-De acuerdo –aceptó-. Pero sólo un momento.
-Le diré que no te canse demasiado –Tina se dirigió hacia la puerta.
¿Que no la cansara demasiado? Aquello iba a ser muy duro. Sólo esperaba que, después de la entrevista, se recuperara lo suficiente para hacer un buen papel en la boda.
Tina lo hizo pasar. Cuando lo vio, la emoción la desbordó por dentro. Aquel era Nick, su Nick. Lo había echado terriblemente de menos, por mucho que se hubiera negado a reconocerlo. Ahora lo sabía. No se había olvidado de nada de lo que había sucedido entre ellos, estaba segura, pero aún así no vio señal alguna de alegría en su mirada. Aquel hombre había cambiado, era evidente. Se volvió hacia Tina:
-Sólo tardaré unos minutos –conrtésmente, la estaba echando.
La joven se encogió de hombros y los dejó solos.
-Gracias por haber aceptado verme –sin moverse de su sitio, sacó un cuaderno de notas-. Quería que me aclarara algunos detalles.
-Pues tu sentido de la oportunidad deja mucho que desear –Tn______ forzó una sonrisa irónica.
-Me temo que no tenía otra elección. No me permitieron verla antes.
-Esta situación es un tanto violenta. Dentro de un rato voy a casarme, ¿sabes? ¿Tan urgente es?
-Hace poco estuvo a punto de morir, y su madre tambié. Es demasiado casualidad –explicó con tono firme pero tensó.
-Bueno, fueron accidentes. No sé qué más puedo decirle al respecto.
-¿Lo fueron?
-¿A qué te refieres?
-¿Fueron realmente accidentes?
Esperó su respuesta, con el bolígrafo apoyado en el cuaderno.
-No lo sé –se agarró al brazo de la silla más cercana a la espera de un nuevo ataque de mareo. Durante todo aquel mes había reaccionado de esa manera cuando Chet, Lance y su madre le decían cosas que no encajaban con sus distorsionadas percepciones.
Le habían dicho que Alice se encontraba bien, aunque Tn________ la veía demacrada, nerviosa. Le había dicho que debía seguir adelante con los planes de la boda, incluso en el estado de aturdimiento en que se encontraba.
Pero todavía tenía la mente clara. Aquel polícia de rasgos duros no estaba hablando de percepciones. Estaba insinuando que alguien la había atacado deliberadamente a ella y a su madre. Era lo primero que oía en el último mes y medio que tenía sentido. Y no podía dejarla más aterrada.

Hey bienvenidas a Todas, que tal su sábado de gloria? el Lunes les subo más :)

por **chelis** Dom 08 Abr 2012, 6:22 pm

AAAAAAAAAAIIII..
ESTO ESTA MUUUYY RAROOOOOO!!!!
Y PUES MASO!!!!.. TENEMOS PROBLEMAS EN CASA MUY GRAVES!!!
PERO ESPERO QUE EL TUYO BIEN!!!!

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