Retar a una estrella fugaz-Nick jonas & tu (TERMINADA)

La cena aun no comienza. La mesa que me ha tocado esta llena de escritores. Sé que hay también actores y otras celebridades aquí. Preferiría estar asignada a otra mesa. Creen que no sé como me miran, o lo que piensan de mí.
Que soy una pequeña, y lo soy. Aun no tengo ni siquiera veinte años y acabo de sacar mi tercer libro. Pero, ellos me subestiman. Me miran en menos.
Hay una chica de dieciocho años en la mesa llamada Katia, ella es la nieta de una escritora. Y es la más amable de todos. Aun estamos en el área de cocteles. Cinco minutos después pasamos a nuestra mesa.
La forma de servir es un bufet así que cada uno debe escoger lo que desea.
-¡Oh, por dios!-Dice Katia, ella esta a mi lado y acaba de gritar realmente fuerte.
-¿Qué pasa?-Le pregunto. Parece que se ha emocionado en demasía.
-Es…-Me acerca a ella-Es un Jonas.
¿Un Jonas? Podría ser que… Me volteo y ahí esta él. Se ve tan joven, bueno es obvio que sea así.
-¿Te gusta él?-Le pregunto a Katia.
-¡Duh! Es un Jonas y no tengo preferencias, pero él es mi amor platónico.
-Es un tanto mayor ¿No?
-Pero es lindísimo. No lo niegues.-Me reprende ella como toda una fan enamorada.
-No lo hago.-No sabia que me afectaría tanto verlo aquí. Deben estar todos los Jonas aquí.
-Que nervios ¿Debería saludarlo?
-Si, deberías.-Quito mi vista de encima de él y miro a Katia.-Ve por él.
-Pero.-Ella mira alrededor de nuestra mesa y luego me vuelve a hablar.-Me da pena. No sabría que decirle.
-Yo le hablare, espérame aquí.- ¿De donde ha venido esa valentía? No tengo idea, pero la aprovechare.
Él esta tratando de echar en su plato de cada alimento disponible en la mesa. No me extraña, Nicholas siempre dijo que él gozaba de un buen apetito.
-Creo que este te serviría más para lo que deseas.-Estoy ofreciéndole un plato del doble de tamaño que el que tiene en sus manos.
-¿Disculpa?-Me mira y sonríe.
-Solo pienso que si deseas comer de todo debes tener un plato adecuado y este es el mas grande.-Este inicio de conversación es tan extraño, pero siendo él no lo es tanto.
-Buen punto.-Toma el plato de mis manos.-Gracias…
-Soy _______(Tn).-Él deja el plato en la mesa y me ofrece su mano.
-Soy Joseph, pero todos me llaman Joe. Prefiero Joe.-Tomo su mano y le sonrió.
-Me serviré también algo de aquí. –Apunto hacia la mesa, esperando que él me hable. Pongo algunas ensaladas en mi plato.
-¿Y que te trae por acá?
-La beneficencia.-Digo con un tono parecido al que Katia uso para mencionar que obviamente le gustaba Joe.
-Lo sé, me refiero a que eres. Tienes linda voz pero no creo que seas cantante, no pareces modelo aunque eres linda. Así que queda actriz o escritora. O quizás ninguna y solo acompañas a alguien.
-Soy escritora.
-Ah, pues yo soy cantante.
-¿Enserio?
-Si, ¿No me ubicas?
-De hecho si. –Me rio-Solo lo dije porque no sabia que decir.-Él también se ríe.
-Disculpa, pero no creo ubicarte. ¿Qué has escrito?
-Mi primer libro se llama Cincuenta historias de amor.
-Oh, si lo ubico.
-¿Lo has leído?-Continúo echando un poco de carne en mi plato.
-Mi hermano es tu fan. Él incluso tiene un libro autografiado que compro cuando estábamos de gira. Fue un lio. El libro se paseo por varios países hasta que llego a sus manos.
-¿Tu hermano?
-Si, Nick.
Tiene mi libro. Sabe que existo…Al menos.
-¿Y no te ha dejado leerlo?-Intento saber más. Se suponía que la idea de venir era que él hablara con Katia, pero no me esperaba que Nick tuviese mi libro.
-¿Bromeas? No lo suelta. Lo lleva a todos lados. Lo cuida como hueso santo.-Su cara cambia de repente.- Quizás no debí decir eso.
-Descuida, no le diré que me dijiste.-Le guiño un ojo haciendo que él sonría como si tuviéramos un enorme secreto.
-¡Hey! Deberías conocerlo.- ¡¿Qué?!
-¿Él esta aquí?
-No. Que tonto, se ha perdido la oportunidad de conocerte.
-Es una pena. ¿Puedo pedirte un favor?
-¿Qué favor?
-Hay una chica en mi mesa. Ella quería saludarte, pero, no se atrevía.
-¿Quieres que la salude?
-Si no es mucha la molestia.
-No hay problema.
Joe le sonríe a Katia y habla con ella por unos minutos. Le da un autógrafo y se sacan una foto. Ella no puede con la felicidad.
-Gracias, gracias, gracias.-Ella me abraza fuertemente.
-No hay de que.
Cuando estamos sirviéndonos nuestro postre, Joe se acerca a nuestra mesa. Me pongo de pie para hablar a solas con él.
-Ahora yo te pediré un favor a ti.
-Dime.
-Ven a mi casa.
-¿Tu casa?
-La de mis padres. Quiero sorprender a mi hermano con hacer que conozca a su escritora favorita.
-Hmm…Claro. Si, acepto.
-Genial. Te doy mi número para que nos comuniquemos.
Vuelvo al hotel con una estúpida sonrisa en el rostro y me duermo pensando en que veré a Nicholas y que él ama uno de mis libros.