Re: "Los riesgos de amar" (Nicholas y Tú) - Adaptación

por **Christine Rose** Jue 16 Ago 2012, 10:42 pm

chicas PERDON :oops: se que hace muchooooooooo no subo pero no he tenido oportunidad, hare todo lo posible para subirles la semana que viene! espero que me disculpen :oops:

PD: gracias por seguir comentando

por Dayi_JonasLove!* Dom 19 Ago 2012, 10:51 am

Oh, gracias por hacernos saber que no abandonaras la nove :D
Empezaba a pensar que iba a tener que descaragar la nove para terminar de leerla :/
Esperaré al próximo capítulo :D
SIGUELAAAAAAAA

por **chelis** Dom 19 Ago 2012, 4:35 pm

OOOKIIIISSSSS

por **Christine Rose** Lun 20 Ago 2012, 9:20 pm

Aja chicas, aca estoy para dejarles sus esperados caps :) es tarde pero mañana y el miercoles estare muy ocupada con unos trabajos asi que decidí subirles de una vez para luego no quedarles mal y dejarlas sin cap :oops:

Capitulo 4

Salieron de la nada. Las matas de ambos lados de la carretera se movieron y bloquearon el paso; de pronto, el camión estaba rodeado de guerrilleros, que parecían haber brotado de la maleza. Nick pisó a fondo los frenos. Chirriaron mientras el camión derrapaba hasta detenerse sobre la estrecha carretera. Los niños gritaron aterrados. (Tu nombre), cuyos gritos se fundieron con los del resto, sujetó a Lisa con fuerza. Cuando el polvo se aposentó, todo se quedó estático como una fotografía. Nadie se movía. Hasta los pájaros de la selva parecían intuir el peligro y callaban en sus escondites, arriba.

Los guerrilleros estaban armados. Todos apuntaban con sus metralletas al camión y a los espantados ocupantes. Eran hombres jóvenes, pero de rostros siniestros. Algunos no habían tenido que afeitarse aún nunca, pero poseían ya la implacable mirada de los hombres que no tenían miedo a morir ni a matar. A juzgar por su ropa, llevaban tiempo viniendo en la selva. Lo que no se habían cubierto de barro adrede para camuflarse estaba manchado de sudor, polvo y sangre. Tenían cuerpos finos, fibrosos, duros como su amenazante expresión. Nick, que había estado presente en muchas guerras desde Vietnam, reconoció aquella mirada desnuda de humanidad de quienes llevaban demasiado tiempo matando. Aquellos hombres estaban acostumbrados a la muerte. La vida, ni siquiera sus propias vidas, apenas tenía valor. Sabía que no debía hacer ninguna estupidez para quedar como un héroe. Mantuvo ambas manos sobre el volante, donde todos pudieran verlas sin dificultad. Lo único que reñían a favor era que resultaba evidente que los guerrilleros no formaban parte del ejército del presidente. De haber sido así, no habrían detenido el camión, sino que lo habrían destruido sin contemplaciones y ellos ya estarían muertos a esas alturas.

-(tu nombre), quédate donde estás.-le dijo él.-Yo me ocupo de esto. Procura que los niños mantengan la calma. Diles a los guerrilleros que voy a abrir la puerta y salir.

Les comunicó las intenciones de Nick en español. Pero no obtuvieron respuesta alguna de aquel círculo de rostros hostiles. Nick lo interpretó como que no se oponían. Bajó despacio la mano izquierda. Varios soldados reaccionaron al instante.

-¡No!, ¡no!.-gritó (tu nombre). Luego se apresuró a suplicarles que no dispararan y les explicó que el señor Jonas sólo quería hablar con ellos. Nick volvió a bajar la mano valerosamente y abrió la puerta del camión. Bajó con cautela. Con las manos levantadas sobre la cabeza, se apartó del vehículo. (tu nombre) contuvo la respiración cuando uno de los guerrilleros dio un paso al frente y sacó una pistola. Le ordenaron que tirara el machete al suelo y, aunque no entendía apenas español, Nick entendió la amenaza oculta tras aquel mandato y obedeció sin dudarlo.

-Estamos llevando a los niños a un poblado cerca de la frontera.-les dijo en voz alta y clara.-donde tendrán comida y un lugar en que refugiarse. Son huérfanos. Nosotros no somos vuestros enemigos. Dejadnos…-La explicación de Nick quedó violentamente interrumpida cuando uno de los guerrilleros se le aproximó y le dio un revés en la boca. Giró la cabeza siguiendo el impulso del golpe. Nick, que había aprendido a pelear desde bien pequeño, apretó los puños y los dientes. Sin embargo, antes de que pudiese contraatacar, el soldado le dio un puñetazo en el estómago. Nick cayó al suelo. Le sangrara una comisura de los labios. (tu nombre) salió de la parte trasera del camión y corrió hacia él. Sin amedrentarse por las metralletas que la apuntaban, se dirigió a los guerrilleros:

-Por favor, señor, deje que hablemos.-le pidió apurada.

-Te he dicho que te mantengas al margen.-gruñó Nick mientras se incorporaba.-Vuelve al camión.

-Y dejar que te den una paliza de muerte.-replicó ella. Luego se giró hacia el guerrillero que lo había golpeado. La insignia de la forra indicaba que era el rebelde con mayor rasgo del grupo.-Lo que ha dicho el señor Jonas es verdad. Sólo queremos llevar a los niños a un lugar seguro.-afirmó en español.

-Estás en un camión del presidente.-el guerrillero escupió al suelo, junto a los pies de (tu nombre).

-Cierto. Se lo robé a uno de sus soldados.-uno de los guerrilleros sacó a Joe de la cabina, la cual pasó a explorar. Regresó junto a su jefe con la gorra y la chaqueta militares. Éste se las tiró a (tu nombre) acusatoriamente.-Su propietario se las dejó en el camión cuando entró en un bar a beber y a disfrutar de la compañía de unas prostitutas.

-¿Qué les has dicho?.-preguntó Nick. Estaba de pie, a su lado. Un hilillo de sangre corría por su barbilla. Sin darse cuenta, se rascaba las costillas.

-Querían saber por qué vamos en un camión del ejército. He tenido que explicarles la procedencia del uniforme.-Lisa empezó a llorar. Otros niños sollozaban asustados. El capitán del grupo se estaba impacientando. Miró a ambos lados de la carretera. No solía exponer a sus hombres a posibles francotiradores tanto tiempo. Después de dar la orden, uno de sus hombres instó a Joe a que se reuniera con el resto de los niños en la parte trasera del camión mientras él entraba en la cabina.

-¿Y ahora qué?.-le preguntó Nick a (tu nombre).

-Nos va a llevar a su campamento.

-¿Cuánto tiempo?

-No lo sé.

por **Christine Rose** Lun 20 Ago 2012, 9:24 pm

-¿Para qué?

-Para decidir qué hacen con nosotros.-se pusieron en marcha. Aunque la estaban apuntando con una metralleta por la espalda, (tu nombre) se dirigió a los niños, que estaban llorando, y les dijo que pronto estaría con ellos. Se le clavó en el alma ver sus caras asustadas, llenas de lágrimas, cuando el camión la pasó de largo. El capitán le indicó al conductor que tomara la desviación. Al parecer, el campamento no estaba muy lejos. Los soldados se internaron en la selva sin hacer el menor ruido. Avanzaron sobre la maleza como si no pisasen las hojas.

Nick hizo ademán de seguir hablando con (tu nombre), pero lo obligaron a guardar silencio. Nada más llegar al descampado que había al otro lado, divisaron el campamento. (tu nombre) pidió permiso para ir junto a los niños y se lo concedieron. Estos se abalanzaron sobre ella en busca de consuelo y seguridad. Empujaron a Joe y Nick contra un lateral del camión. Descargaron los talegos con las cámaras de Nick, las abrieron y examinaron a conciencia.

-Diles que quiten sus manazas de mis cámaras.-le gritó a (tu nombre). Ella le lanzó una mirada con la que le rogó que hablara en voz baja y controlara su genio. Se dirigió al capitán:

-El señor Jonas es fotógrafo profesional. Hace fotos y las vende a revistas de actualidad.-le dijo. Pareció impresionado, aunque seguía recelando. De pronto, tuvo una idea y miró a Nick, al que tenían contra el lateral del camión a punta de pistola.-¿Tienes una Polaroid?.

-Sí, a veces la uso para comprobar cómo entra la luz.

-¿Y carrete?.-le preguntó y él asintió. Se giró al guerrillero, cuyos ojos negros recorrían su cuerpo con descaro.-¿Quiere que el señor Jonas le haga una foto junto a sus hombres? una foto de grupo.-supo al instante que la idea fue bien recibida entre los guerrilleros, los cuales empezaron a bromear y darse golpecitos, usando las metralletas como si fueran juguetes. El capitán les ordenó que se callaran y todos obedecieron de inmediato.

-¿Te importa ponerme al corriente de qué demonios está pasando?.-le exigió Nick, enojado. (tu nombre) le dijo lo que había sugerido.

-Quizá nos suelten a cambio de un par de fotos.

-Y quizá se queden con las fotos y nos maten después.-replicó Nick tras mirar hacia el grupo de hostiles guerrilleros.

-¡Entonces piensa tú algo!.-espetó entre susurros.-aunque salgamos con vida de aquí, estamos perdiendo un tiempo precioso.-Nick la miró con respeto. La mayoría de las mujeres se habrían puesto histéricas en tales circunstancias. Sabía por experiencia que (tu nombre) tenía una mente aguda, capaz de improvisar planes según requiriera la situación.

-Está bien, dile al capitán que los ponga en fila.-accedió, mirando con desprecio al hombre que le apuntaba con la metralleta a escasos centímetros del estómago.-Y que me deje preparar la cámara.-(tu nombre) tradujo las palabras de Nick. Al ver que el capitán no parecía tan seducido con la idea como sus hombres, apeló a su vanidad.

-El señor Jonas es famoso. Ha ganado muchos premios. Las fotos que os haga aparecerán en todas partes. Demostrarán al mundo vuestro valor y vuestro espíritu guerrero.-el capitán permaneció pensativo unos segundos, hasta que, de pronto, esbozó una amplia sonrisa. Sus hombres, que se habían mantenido en silencio y expectantes, rompieron a hablar y bromear de nuevo.-Ve por la cámara.-le dijo (tu nombre) a Nick.-Empieza con una Polaroid, para que puedan ver la instantánea de inmediato.

Nick apartó encantado al soldado que había estado vigilándolo. Empleó el canto de la mano con más fuerza de la necesaria, pero el guerrillero se contuvo. Luego se agachó sobre uno de los talegos y maldijo mientras quitaba el polvo de su caro equipamiento, que habían tirado al suelo sin el menor cuidado. Mientras ponía los carretes a las cámaras, y tras decidir que aquellas fotografías no sólo les salvarían la vida, sino que además serían rentables, (tu nombre) reunió a los soldados. Posaron erguidos y orgullosos, mostrando sus metralletas como un pescador mostraría su pieza más grande.

-Están listos.-le dijo a Nick.

-¿Cómo están los niños?.-preguntó él mientras miraba por el visor e indicaba a los guerrilleros que se juntaran más.

-Bien. Joe está con ellos.-(tu nombre) comprendió a qué se debían las pequeñas arrugas que se le marcaban en las esquinas de los ojos: Nick miraba mucho por visores de cámaras fotográficas.

-Diles que no se muevan.-le pidió él y ella obedeció.-Muy bien, disparo a la de tres.

por **Christine Rose** Lun 20 Ago 2012, 9:28 pm

-Uno, dos, tres.-contó (tu nombre). Nick apretó el disparador y, acto seguido, la cámara expulsó una instantánea. (tu nombre) la agarró y le preguntó si podía hacer otra.

-Sí, de nuevo a la de tres.

Después de haber hecho varias, (tu nombre) le llevó las fotos al capitán. Los hombres se arracimaron y las miraron hasta que se hubieron revelado del todo. Rompieron a reír. Se intercambiaron insultos leves. Daba la impresión de que estaban satisfechos con los resultados. Mientras se pasaban las fotografías, Nick volvió a disparar, esa vez con la Nikon. Algunos de esos hombres, de haber nacido en cualquier otro sitio, estarían celebrando la fiesta de graduación del instituto. El contraste entre su inocente alegría por las fotos y los cinturones con granadas de mano que llevaban atados a la cintura era un material excelente para un fotógrafo como él.

-Larguémonos ahora que están de buen humor.-le dijo a (tu nombre).-Encárgate tú de las negociaciones, ya que parece dársete tan bien.

(tu nombre) no supo si tornárselo como un halago o como un insulto, pero tampoco importaba. Tenían que marcharse cuanto antes. El tiempo volaba y cada hora era vital. Sólo les quedaban dos días para llegar a la frontera. Viajar con los niños ralentizaba la marcha. Aún no habían cubierto ni la mitad de lo que les quedaba por recorrer, y eso que Nick apenas había parado de conducir. (tu nombre) se acercó a los guerrilleros con precaución. Con la mayor discreción posible, captó la atención del capitán.

-¿Nos podemos ir ya?.-como si los hubiera apagado un interruptor, los soldados se callaron de golpe. Todos miraron a su jefe, examinando su reacción y anticipando su decisión. (tu nombre) sabía que el capitán quería que sus hombres tuvieran buena imagen de él, razón por la cual se dispuso a defender su causa.-Vosotros sois soldados valientes. No hace falta serlo para ir aterrorizando niños. Son los hombres del presidente los cobardes que pelean contra mujeres y niños, no soldados como vosotros.-dijo, abarcando a todo el grupo con un gesto de la mano.-¿Seríais capaces de degollar a un grupo de niños indefensos? No lo creo, porque vosotros lucháis por la libertad. Todos vosotros habéis dejado atrás hijos, hermanos o hermanas. Éstos podrían ser vuestros hijos. Ayudadme. Dejadme que los lleve a un sitio más seguro, lejos de la guerra.-el capitán miró hacia los niños. A (tu nombre) le pareció distinguir un brillo de compasión, o una emoción muy próxima, en la impenetrable mirada del hombre. Luego se giró hacia Nick y su expresión retomó la hostilidad anterior.

-¿Eres su mujer?.-le preguntó, apuntando con la barbilla hacia Nick.

-Yo…

-¿Qué te ha preguntado?.-quiso saber Nick, al que no le gustaba la cara del rebelde.

espero que los hayan disfrutado, comenten por favor.....que esten bien

por **chelis** Mar 21 Ago 2012, 4:26 pm

OOOOOOOOOHHH.. QUE LEEEEESS DIRAAAAA???
AAAII QUE VALIENTEEE EEEESSSSSS!!!!!!
SIGUEL PORFIISS

por **Belencita** Vie 24 Ago 2012, 10:21 pm

por **chelis** Mar 28 Ago 2012, 5:24 pm

por **Christine Rose** Lun 03 Sep 2012, 6:12 pm

Chicas gracias por comentar :) les dejo cap....

-¿Qué te ha preguntado?.-quiso saber Nick, al que no le gustaba la cara del rebelde.

-Si soy… tu mujer.-contestó ella.

-Dile que no.

-¿No? Pero, ¿y si piensa…?

-Lo utilizará para ir por mí. ¡Dile que no, maldita sea!.-(tu nombre) se giró hacia el capitán de nuevo.

-No, no soy su mujer.-el la miró con frialdad. Luego empezó a sonreír y pronto la sonrisa se convirtió en una carcajada, a la cual se sumaron el resto de guerrilleros, en una broma que sólo ellos comprenderían.

-Sí, os podéis ir.-le dijo en español. (tu nombre) se miró los pies con humildad.

-Gracias, señor.

-Pero antes quiero que tu hombre me haga otra foto.

-No es mi hombre.

-Mientes.-dijo él con suavidad.

-No, él no es… nada para mí. Sólo he contratado al señor Jonas para que me ayude a salvar a los niños.

-Ah.-dijo el capitán.-entonces no le importará hacerme una foto contigo.-añadió en tono burlón.

-¿Conmigo?.-preguntó (tu nombre), confundida y asustada.

-Sí..-varios de sus hombres lo felicitaron y le dieron una palmadita en la espalda por su astucia.

-¿Se puede saber qué está pasando?.-exigió Nick, brazos en jarras.

-Quiere que le hagas otra foto.

-Pues aparta y se la hago.

-Conmigo. Quiere una foto conmigo.-(tu nombre) miró a Nick, cuyo rostro pareció tan amenazante como el de cualquiera de los hombres que la rodeaban.

-Dile a ese capullo que se puede ir a la mierda.-(tu nombre) esbozó una trémula sonrisa de gratitud. Había temido que a Nick le hubiese dado igual fotografiarla junto a aquel animal. Se dio media vuelta y se dirigió orgullosa al capitán, el cual la agarró por una muñeca, apretó con fuerza y tiró de ella.

-¡Suéltame!.-(tu nombre) trató de liberarse. Los guerrilleros la apuntaron con sus metralletas, pero ella mantuvo la barbilla elevada, indignada.-No pienso hacerme ninguna foto contigo.

-Entonces mataré a tu hombre.-la amenazó el capitán.

-No te creo. No eres un asesino a sangre fría.-(tu nombre) sospechaba que sí lo era, pero sabía que no era la imagen que quería difundir a los países libres del mundo. Joe ordenó a los niños, algunos de los cuales estaban llorando, que permanecieran donde estaban. Se acercó a Nick. El capitán ordenó a dos de sus hombres que los vigilaran. El resto se desperdigaron alrededor del descampado. Todos apuntaron al fotógrafo y al adolescente, cuyo rostro estaba crispado de ira. El capitán rió con maldad y rodeó el cuello de (tu nombre) con un brazo. Ella se mantuvo firme.-Quítame las manos de encima.-dijo, y él se la acercó un poco más.

-¡Maldita sea!, ¡suéltala!.-gritó Nick.

-¿Por qué eres tan testaruda, gringa?.-le preguntó el rebelde con voz lujuriosa.-Te estás perdiendo la oportunidad de pasar un rato muy agradable.-de pronto, Joe explotó. Echó a andar, pero en seguida lo zancadillearon y cayó al suelo. Los soldados rieron, ninguno tan alto como el capitán. El guerrillero que lo había derribado apoyó el cañón de su metralleta sobre la cabeza del adolescente y le ordenó que no se moviera.

-¡Dios!.-susurró (tu nombre). ¿Acaso iba a sacrificar la vida de Joe por evitar complacer al capitán? Vaciló.

-Diles que eres monja.-le sugirió Nick.

-¿No lees los periódicos?.-tenía razón. Ser monja o cura ya no era garantía de respeto. De hecho, en algunas ocasiones los elegían como víctimas adrede para sus crueles ejecuciones. El capitán la agarró por la coleta.

-¡Cerdo hijo de…!.-Nick se precipitó hacia el capitán, pero enseguida le golpearon con una metralleta en el estómago. Se dobló de dolor, pero se incorporó dispuesto a pelear.

-¡Nick, no!.-gritó (tu nombre). El capitán sacó una pistola y apuntó hacia Nick.-¡No, por favor!.-(tu nombre) lo agarró del brazo.

-¿Es tu hombre?.-(tu nombre) lo miró a los ojos y supo que lo que de veras deseaba era asustarlos y humillarlos.

-Sí.-respondió desafiante.-Lo es. No lo mates, por favor.-una y otra vez le imploró que fuese clemente, hasta que, por fin, el guerrillero se guardó la pistola. Luego dio una serie de órdenes. (tu nombre) corrió junto a Nick.-Rápido. Ha dicho que podemos irnos.

por Dayi_JonasLove!* Sáb 08 Sep 2012, 1:28 pm

Dios, que asco con esos guerrilleros D:
Gracias a Dios que ______ fue lo suficientemente astuta para lograr salir a salvos de ese campamento de cavernícolas.
Esta muy buen, cuando puedas por favor SIGUELAAAAA :love:

por **chelis** Lun 10 Sep 2012, 12:57 pm

GUUUUAAAUUUUUUU!!!
ESE GUEEERRRIIILLLEEEEROOOOOO!!!???
LO HIZO PARA AYUDARLOS O SOLO POR ASUSTARLOOSSS!!!!!???
SIIGUEEE PORFIISS

por **Christine Rose** Jue 13 Sep 2012, 10:27 pm

-¿Es tu hombre?.-(tu nombre) lo miró a los ojos y supo que lo que de veras deseaba era asustarlos y humillarlos.

-Sí.-respondió desafiante.-Lo es. No lo mates, por favor.-una y otra vez le imploró que fuese clemente, hasta que, por fin, el guerrillero se guardó la pistola. Luego dio una serie de órdenes. (tu nombre) corrió junto a Nick.-Rápido. Ha dicho que podemos irnos.

Nick miró al capitán con odio. Le habría encantado borrarle aquella cara arrogante de un guantazo, y de no ser por (tu nombre) y los niños, habría arriesgado su vida en el intento. Pero ella estaba tirándole de la manga, pidiéndole que volviese al camión. Consciente de que era lo más inteligente, aunque no lo que más le apeteciera, Nick pasó por alto la mirada desafiante del guerrillero. Recogió las cámaras y el carrete mientras (tu nombre) llevaba a los niños a la parte trasera del camión. Luego se acercó con bravura al soldado que estaba apuntando a Joe y ayudó al chico a incorporarse. Éste lo miró con tanto desprecio como Nick al capitán.

-Por favor, Joe, vuelve al camión.-le dijo (tu nombre).-Estoy bien y todos seguimos vivos. Vámonos.-se subió a la parte trasera del camión y se puso a Lisa en el regazo.

-Necesito la pistola y el machete.-le dijo Nick a (tu nombre), la cual le pidió al capitán si podía devolvérselos.

-Dile a tu hombre que se meta en el camión y que cierre la puerta.-(tu nombre) le comunicó la respuesta a Nick, el cual obedeció a regañadientes. Luego, el capitán se acercó al camión y puso el machete a los pies de ella.-No soy idiota. No voy a devolveros la pistola.

(tu nombre) le transmitió el mensaje a Nick, que pareció dispuesto a discutir, pero decidió callarse. Arrancó el camión y salieron del descampado. Siguiendo el sendero serpenteante de la selva, no tardaron en llegar a la carretera. Antes de incorporarse, detuvo el camión y se bajó.

-Sé que hará un calor infernal, pero tapaos con la manta. No quiero correr más riesgos de los necesarios.-dijo y la ayudó a extender la manta de la parte trasera del camión.-¿Te ha hecho daño?.-le preguntó después.

-Estoy bien.-contestó (tu nombre) con voz ronca, desviando la mirada. Entonces la cubrió también a ella. Segundos después, lo oyó cerrar la puerta. El camión echó a andar.-¿Qué te parece?.-le preguntó (tu nombre) en voz baja.

-Da la impresión de estar desierta. Llevaban varios minutos observando desde el borde de la selva la casa de una plantación de azúcar. No habían detectado el menor movimiento.

-Sería estupendo pasar la noche bajo techo.-Nick miró a (tu nombre). Al parar el camión, después de ver por casualidad del tejado de la deshabitada casa, había retirado la manta y había encontrado a (tu nombre) y a los niños como un ramillete marchito. Algunos se habían quedado dormidos encima de ella, además. Pero no se había quejado. Su resistencia parecía no tener límites. Aunque sus ojos reflejaban que estaba empezando a acusar el esfuerzo.

-Quédate aquí. Iré con Joe de avanzadilla.-le dijo. Diez minutos después, estaban de vuelta.-Parece que está vacía hace tiempo. Estaremos a salvo. ¿Quieres ir en camión o andando?.-le preguntó mientras se situaba ante el volante.

-Creo que ya hemos tenido camión de sobra por hoy. Los niños y yo preferimos ir andando.

(tu nombre) acompañó a los huérfanos hasta el jardín de lo que debía de haber sido una preciosa finca. Sin embargo, como el resto del país, había sufrido los estragos de la guerra. Las paredes tenían marcas, agujeros de balas. Unas plantas habían crecido sin la menor atención, asfixiando a otras más pequeñas. La mayoría de las ventanas estaban rotas. No había puerta delantera. Pero el sol no se filtraba en las habitaciones, de modo que el interior ofrecía una temperatura agradable, fresca, maravillosa después de haber pasado varias horas en silencio sudando bajo la lona del camión. No había luz ni gas en la cocina.

Como Nick prohibió encender una hoguera, la cena consistió en unas judías frías, recién sacadas de las latas de conservas. Por suerte, aunque las tuberías estaban oxidadas, el agua que salía de ellas era fresca. (tu nombre) lavó las caras y las manos de los niños, y después los acostó en una de las habitaciones bien ventiladas. Nick la observaba mientras vigilaba por una de las ventanas. (tu nombre) escuchó con paciencia las largas oraciones de los pequeños y a todos les habló de las cosas fantásticas que los esperaban en Estados Unidos. La luna había trepado sobre los árboles e iluminaba su cabello. Se había deshecho la coleta y se lo había peinado con los dedos. Bajo la luz plateada su cabello parecía un pañuelo sedoso sobre sus hombros.

(tu nombre) agarró a Lisa con cariño, le dio un besito en la frente y empezó a mecerla mientras le cantaba una suave nana. Nick deseó tener un cigarro, cualquier cosa que lo distrajera. Aunque no la mirara, notaba cada uno de sus movimientos. Y, maldito fuera, tenía celos por no ser su cabeza la acomodada entre sus pechos. Acabaría en el infierno. Se lo merecía. Porque aun sabiendo que era monja, seguía ardiendo en deseos de estar dentro de ella. Quería volver a tocarla. Pero no de la misma manera. No quería someterla a sus caricias. Quería darle placer con ellas. No quería que se sintiera humillada, que soportara sus roces a disgusto, quieta y ultrajada.

por **Christine Rose** Jue 13 Sep 2012, 10:31 pm

Quería que fuese receptiva, que respondiera con gemidos ardientes. ¿Estaba enfermo o qué? Sus pensamientos no eran más puros que los que sin duda había abrigado el capitán de los guerrilleros. No quería considerarse tan vil, pero daba la impresión de que era igual de canalla. Iría al infierno por lo que estaba pensando, pero no podía remediarlo. Llevaba demasiado tiempo sin una mujer, eso era todo. Aunque no era la primera vez que estaba sin mujeres más de un mes y había sobrevivido. Nunca se había sentido consumido por el deseo como en esos momentos. Y, en cualquier caso, había anhelado la compañía de alguna mujer en general, no de una en concreto. Jamás se había visto incapaz de concentrarse en nada que no fuera aquella fiebre sexual que tensaba la parte delantera de sus pantalones violentamente en los momentos más inesperados.

Lo irritaba verla como una mujer deseable, en vez de como lo que era. Buscó un desahogo a su rabia. Pero no había ningún perro al que patear, ningún clavo salido que golpear. Sólo estaba la mujer responsable de que estuviera comportándose como un idiota.

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