Amores Prohibidos: En busca de un final feliz {H.S}

¡Jellow linda! ¡Primera lectora! Me gustó mucho la sinopsis, me dejaste con ganas de leer más. Por cierto me presento; mi nombre es Carolina y soy de Argentina, a partir de ahora fiel lectora. Estaré esperando con ansias el primer capítulo c:
PD. Si necesitas chicas, ¿podría estar con Niall?
Besos

¿Por qué será que nos aferramos más a los amores prohibidos que a los que son permitidos? 


La alarma sonó como todos los días a las seis y media de la mañana. La habitación se encontraba iluminada por una cálida luz que provenía de la enorme ventaba de vidrio a un costado de su cama, donde Alison se encontraba. 
 
Abrió lentamente sus pequeños ojos celestes y estiró sus delgados brazos como de costumbre. No pudo evitar sonreír al recodar la fecha de aquel día. Diez de marzo, hoy llegaría.  

Se levantó rápidamente de la cama, quitando de su cuerpo las inmensas capas de sábanas, arrojándolas hacia cualquier parte y se dirigió a su baño, el cual queda a unos pocos centímetros de donde dormía. 

Su habitación se compone de una inmensa alfombra esponjosa blanca en el suelo, su puerta, de un color rosa claro y a su izquierda un cómodo escritorio de madera. Luego, en la próxima pared, se encuentra el baño y a su lado, la cama de Alison. Un enorme espejo de cuerpo completo se apodera de una de las esquinas y cerca se encuentra una ventana de vidrio, la cual dirige a un pequeño balcón. Lo que más llama la atención, es el armario, ubicado en frente de su cama, el cual, ocupa todo el largo de la pared. 

Abrió la llave de su ducha y arrojó las prendas que poseía, al cesto de ropa sucia. Soltó su largo cabello ondulado rubio y lo sacudió, para luego entrar a la bañera y relajar todo su cuerpo con el agua caliente que caía.

Al fin lo vería nuevamente. Hace cuatro años que se fue y jamás pasó un día en el que no pensara en él. Todo, porque su madre deseaba hacer un viaje fuera de la cuidad con su hijo. Pero ahora, el estará de vuelta en pocas horas. 

La última vez, él tenía quince años y ella catorce. Eran muy jóvenes para comprender de amor, pero aún así, lo intentaban. Aunque, mantuvieron todo oculto, no es de ver todos los días que dos hermanastros se amaran.  

Cerró la llave de agua caliente y envolvió su cuerpo en una toalla blanca. Secó su cabello y lo recogió con un simple moño rojo. Caminó hasta su habitación y buscó en su ropero algo que ponerse.  

Se decidió por una camisa holgada blanca y botones negros, junto con un short rojo y unas vans. Pintó sus labios de color carmesí y delineo sus ojos. Luego, salió de su habitación, para bajar por la larga escalera blanca, pasando la entrada, el salón principal, y llagar por fin a la cocina.

Al entrar, se encontró con su madre, la cual preparaba unos deliciosos waffles y los servía con un jugo de naranja.
 
—Buenos días, cariño —dijo mientras limpiaba sus manos con un delantal y observaba a su marido, quien no quitaba la vista de su periódico. 

—Buenos días, mamá —respondió —. ¿A qué hora llega él? —Preguntó tratando de ocultar su felicidad, pero le fue algo imposible. 

—Llegará por la tarde,  Anne lo traerá. —ella asintió y se tomó asiento en la mesada, con su jugo de naranja en la mano.

—Alison, siéntate bien. —Su padrastro levantó la voz y ella rodó sus ojos. No era nadie para decirle que hacer, pero si no quería que su madre se enfadara con ella, debía obedecer. La joven tomó asiento en frente de ellos. 

No tardaron muchos minutos para que su padrastro observara la hora en su reloj, dejara el periódico a un lado y se acercara a besar en los labios a su mujer, y luego a Alison en la frente.

—Debo irme al trabajo, llámame cuando él llegue.

—Claro, amor… —Se alejó de la cocina y Carol exclamó: —¡Suerte! —pero no la oyó.

Terminó de desayunar y se dirigió al armario junto a la puerta para tomar un fino saco negro y su bolso. Comenzó a caminar fuera de su casa, saliendo de su vecindario, hacia un campo despejado. En este, se encontraba un bosque, descocido para muchas personas, por lo que es perfecto para ella, ya que se encontraba sola.

Subió a un enorme árbol y una vez acomodada, sacó de su bolso uno de los tantos libros que tenía para leer. Una historia de dos jóvenes enamorados y un amor imposible, igual que el de Alison. Aunque deseaba que el final no terminara igual. 
 
Miró a su alrededor y sonrió al recordar cómo había encontrado aquel lugar. Todo gracias a Harry. Su hermanastro.

Era el 5 de Septiembre de 1994 . El pequeño hermano de Alison cumplía años y su madre había organizado una inmensa fiesta en su casa. Los invitados solo eran los numerosos familiares y algunos amigos de él, lo que significaba que el lugar sería un gran caos y terminaría perdiendo la cabeza. 

Sin darse cuenta, alguien entró a la habitación de Alison, quien estaba ocupada con sus asuntos.

—¿Qué estás haciendo? —Preguntó curioso aquel niño de ojos color esmeralda.

Alison levantó su libro, para que comprendiera que estaba leyendo. Pero, la casa no era un lugar para relajarse en aquel momento. Su pequeño hermano lloraba a mares y su madre estaba ocupada solucionando algunos detalles para la fiesta que se realizaría en pocos minutos. 

—¡Alison! —Exclamó molesta Carol —. ¿Por qué no te has cambiado aún? —La rubia la miró y comenzó a buscar en su cabeza alguna escusa, pero la verdad era que no deseaba usar aquel vestido amarillo que su tía le había obsequiado.

—Fue mi culpa. —Interrumpió Harry —. La entretuve y se nos pasó la noción del tiempo. —Carol miró a los dos adolescentes y suspiró.

—Bien, haré de cuenta que les creo. Ahora, tú. —Señalo a su hija —. Ve a cambiarte y tú jovencito. —Se dirigió a Harry —. Sal de la habitación para que pueda hacerlo. —Ambos asintieron y ella se alejó murmurando todo lo que tenía que hacer.

—No quiero estar en esta estúpida fiesta —protestó Alison y se recostó en su cama boca arriba frustrada. 

El timbre de la casa resonó por todo el enorme lugar, y a Harry se le ocurrió una idea. 

—¿Quieres ir a un lugar más tranquilo? —Preguntó y ella frunció su ceño —. Hablo de que nos escapemos. Carol estará ocupada, ni siquiera notará nuestra ausencia. ¿Qué dices? —La rubia no estaba muy convencida, pero de todos modos aceptó.

—Cualquier cosa por alejarme de aquí, la tía Betty vendrá y no soporto que apriete mis mejillas a cada minuto, solo para que se divierta. Además, tengo que usar el ridículo vestido que ella me regaló… —Harry rió ante aquel comentario y Alison lo miró confundida —. ¿Qué? —Se levantó de su cama, para acercarse a él.

—Te ves muy linda cuando te enojas así. —Su hermanastro bajó su rostro y mordió fuertemente su labio inferior avergonzado. Por otra parte, la rubia sonrió tiernamente y besó la mejilla del chico, haciendo que éste la mirara.

Ambos se querían, y no como hermanos, no, era algo muchísimo más fuerte. Pero, lo ocultaban. Aunque, tanto como Harry y como Alison, sabían lo que sentían el uno para el otro. 

Luego de aquel contacto, la pálida mejilla de Harry adquirió  un color rojizo y ella lo notó, haciéndola feliz. Eran muy jóvenes para comprender lo que sucedía, y aún así, podían hacerlo. 

—Es mejor que nos vayamos, ahora… —Harry tomó la mano de su hermanastra y juntos, caminaron rápidamente hacia su ventana, en el cual había un pequeño balcón. 

Ambos, observaron la distancia que había hasta el suelo. No mucha, era el segundo piso, pero, aún así, pocos metros eran lo que los separaban de aquel objetivo.

—Saltaré primero, ¿De acuerdo? —Alison asintió y Harry prosiguió —: Luego, lo harás tú y yo te atraparé. —Pero, la rubia no se veía tan convenida —. Lo prometo —Ella suspiró, olvidándose por un momento su temor hacia las alturas. Y así fue, como Harry la atrapó en sus brazos al saltar, claro que no como en las películas. Aunque nunca lo confesaran, el brazo de él y pierna izquierda de Alison, dolerían por varias semanas.

Caminaron por varios minutos, ella no sabía exactamente a dónde irían… Pero, realmente la sorprendió cuando llegaron a su destino.

Las hojas que caían en el suelo, daban a entender que se encontraban en un húmedo otoño y formaban un interminable camino, rodeado de secos y delgados árboles, pero hermosos a la vez. Una brisa soplaba en sus rostros y llevaban a su paso algunas de las hojas, sin rumbo alguno. 

—Es hermoso… —Susurró Alison.

Abrime c:

¡Me encantó el primer capítulo linda! Nada de aburrido y horrible, estuvo hermoso. Harry está llegando, estoy igual de emocionada que Alison xD Son hermanastros, eso no me lo esperaba, pero no comparten lazos de sangre ¿cierto? A ella le gusta leer, qué bien Oww me dieron mucha ternura Harry y Alison cuando eran más jóvenes, estaban enamorados    
Me gusta mucho tu nombre, ¿puedo decirte Den? Yo soy de San Luis c: Espero que la sigas pronto linda.
PD. Ya te envío mi ficha por MP.
Besos