Re: "La Seducción de _____. "(Joe & tu) TERMINADA

por **Bubu ✌** Sáb 10 Sep 2011, 11:27 am

¡Por Dios!
Qe cosas, Primero están molestos y luego ¡BAM! comienzan con su "fraternidad" :risa:
#La dejaste por la mejor parte ale.. S I G U E L A :D
#Espero y Marly no se enoje o algo..
Mujer siguela!!

por **issadanger** Sáb 10 Sep 2011, 2:00 pm

dioss mioooo q noveeee ahhhhhh
jajaj soy nueva lectora
ayer comence a leerla y hoy termine jaja
es muy bna mucha accion jajaj
me da lastima los hermanos jonas pero...
quien no querria estar en el lugar de marly y _____
yo por lo menos sii jajajaj sigueee q esta muy bna no nos dejes asiiii
sigueeee plizz quiero sabes como van hacer castigadas marly y _____ plizzz siguelaaa
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa te amo joe jonas aaaaaaaaaaaaaa "La Seducción de _____. "(Joe & tu) TERMINADA - Página 25 88550944

"La Seducción de _____. "(Joe & tu) TERMINADA - Página 25 88550944

por **karinita de jonas** Dom 11 Sep 2011, 9:45 pm

hoola soy nueva lectora me fasina tu nove me encanta siguela pliss . me llamo karina :inlove:

por **#Alejandra** Mar 13 Sep 2011, 10:00 pm

Capítulo 29

Joseph escogió ese preciso momento para regresar al cuarto, arrastrando detrás de él a una Marly renuente.

—Cade Jonas, voy a patear tu traser*o —ella se quedó callada cuando vio a _____ y a Cade.

A ______ no le gustó la mirada ardiente que vio en los ojos de la otra mujer, cuando observaba como Cade la sostenía.

—¿Eres tú querida? —le preguntó él sedosamente—. Puedes hacerlo muy bien, pero tu pequeño traser*o será castigado primero por desafiarme.

—Yo necesitaba saber. —Ella caminó pesadamente. ______ podía ver claramente su deseo—. Tú eres mi amante.

—No tenías ninguna necesidad, Marly, de compartir mi vergüenza. —Con esas palabras expresaba toda la furia y el enfado que había luchado por contener—. Escogí protegerte de eso. No era tu opción andar tras mis espaldas si no estabas contenta con mi decisión.

—Necesitaba entender —le gritó ella, intentando liberarse del agarre de Joe—. Tenía que hacerlo, Cade.

—Si hubiera decidido follármela, Marly, entonces te lo habría dicho —le informó a Marly mientras se sentaba en la cama.

______ gimió de sorpresa cuando él la puso en su regazo, sosteniéndola con fuerza.

—En lugar de eso —continuó él—. Puedes mirar el castigo de _____ antes de recibir el tuyo.

Su mano aterrizó con fuerza en la nalga derecha del trasero de ______. Ella gritó revolviéndose contra él. Su cuerpo empezó a zumbar. ¿Por qué no podía ser normal? Debería excitarla un beso, no una mano dura palmoteando su trasero. La sintió de nuevo. No tan duro, pero lo suficientemente fuerte como para hacerla ruborizar, lo sabía. Tan fuerte como para hacerla apretar su vagina de anticipación.

Su mano cayó de nuevo, dejando una impresión ardiente de su fuerza. Las lágrimas vinieron a sus ojos, el placer inundó sus sentidos. Nunca hubiera sospechado que pudiera sentirse así. Que pudiera ser tan depravada. La palmeó otra vez. Ella gimió, miró fijamente a Joe viendo como sus ojos se oscurecían con la niebla de la excitación mientras sus manos se movían para ahuecar los pechos llenos de Marly. Su amante estaba abrazando a otra mujer, acariciando sus duros pezones y ______ no sentía el ultraje que se suponía debía serle natural.

Los golpes ardientes continuaron estremeciendo su cuerpo. Por lo menos una docena aterrizó en los llenos globos de su trasero. Cada uno de ellos hizo que los jugos pulsaran dentro de su coño, hasta que sintió como su esencia se deslizaba alrededor de sus labios íntimos.

—Tu piel es suave. —De repente la mano acariciaba el lugar que había sido castigado—. Está tan bonita y roja ahora, ______.

Sus dedos duros y callosos apartaron los montículos llenos, un dedo recorrió el valle que separaba su carne. El dedo de Cade se detuvo en el agujero firme de su traser*o antes de continuar hacia el calor burbujeante de su coño.

_____ apretó las manos por la caricia, sus ojos rastrearon la mano de Joe que exploraba debajo del estómago de Marly y se dirigía a la carne mojada entre sus piernas. _____ lloriqueó cuando Cade empujó el dedo profundamente dentro de ella.

—Voy a lubricarte, _____, luego te insertaré el tapón en ese firme y pequeño agujero —la voz de Cade era gutural—. Quiero que permanezcas quieta. Muy quieta, _____.

Ella lo sintió alcanzando el tubo de lubricación. Escuchó el fuerte gemido de Marly, y vio como arqueaba el cuerpo mientras Joe le empujaba dos de sus largos dedos en la vagina. Las piernas de la otra mujer se extendieron y _____ no pudo evitar mirar como Joe la penetraba con sus dedos dentro y fuera de su coño. Ver como sus dedos desaparecían en el cuerpo de la otra mujer hizo que _____ fuera consciente de las múltiples advertencias que se estrellaban en su cerebro. Ella no tenía que disfrutarlo.

La respiración se le detuvo en la garganta cuando sintió la fresca sensación de la lubricación, seguida de la suave inserción de un grueso dedo en su ano.

—¿Estás mirándolos? —le preguntó Cade, estirándola, apartando su carne para aplicar más deslizante gel mientras su dedo la penetraba una vez más.

—No —susurró ella, mientras miraba a Joe con el brazo alrededor de la cintura de Marly, haciéndola arquear contra él, mientras retiraba sus dedos despacio para acariciar su clítoris, luego los bajaba nuevamente para penetrarla una vez más.

—No me mientas, _____. —Un golpe fuerte aterrizó sobre su nalga con más firmeza que antes.

_____ gimió y se estremeció sintiendo como su coño pulsaba, deslizando su esencia a lo largo de sus muslos.

—¿Estás mirándolos? —le preguntó nuevamente.

_____ gimió por el punzante placer cuando le deslizó dos dedos en su ano, moviéndolos suavemente, estirando con sus empujones el firme agujero.

—Si —quiso gritar de placer, invadida por la decadencia del pecado.

—Marly está mirándote también, _____ —le dijo con su voz llena de aprobación—. Sus ojos están grandes y oscuros mientras ve como tu carne se separa para mí. Como se estira para mí.

El gemido de _____ hizo eco en Marly. Desdichadamente, ninguno de ellos sonó como una protesta. Cada vez que retiraba sus dedos aplicaba más gel para empujar de nuevo dentro de ella, estirándola, penetrándola fácilmente hasta que quiso gritar por la burla deliberada a la que estaba siendo sometida.

—¿Estás lista, _____? —la voz de Cade era oscura. Gruñía de sexualidad.

—Sí. Sí. —Giró su cabeza, casi, casi entendiendo ahora a esos hombres cuando vio como el placer invadía a Marly.

Había algo tan prohibido, tan oscuramente erótico sobre mirar al hombre que amaba dándole placer a otra mujer, mientras ella era complacida al mismo tiempo que derribaba las barreras normales de su sexualidad. En eso consistía el compartir. Estaba segura que lo que ella y Marly compartían era para siempre, ya que saber que la otra mujer conocía a su amante tan íntimamente, no era tan detestable como debía serlo.

Finalmente sintió cuando él se alejó de nuevo. Supuso que estaba recogiendo el grueso tapón para ponerse detrás de ella. Luego sintió la punta del dispositivo contra su firme agujero, haciendo que _____ se tensara instintivamente.

—Relájate para él, _____ —la voz de Joe estaba llena de un anhelo desesperado—. Por favor, nena, hazlo por mí.

Miró fijamente a Joe. Permitió que sus músculos se relajaran, respirando duramente cuando sintió como Cade empezaba a empujar el dispositivo firmemente en su cuerpo. Los ojos de Joe eran ahora casi oscuros, su cara estaba totalmente sonrojada, su expresión estaba absorta centrada en la acción de Cade.

Segundos después sintió la gruesa base del dispositivo dentro de ella, estirándola, llenándola. Entonces la fuerza bruta le fue aplicada una vez más. Se retorció, gimió y se tensó mientras Cade palmoteaba su trasero con más fuerza esta vez, su mano se desplomaba en una sucesión rápida hasta que el fuego se le extendió por el traser*o, haciendo que apretara su entrepierna y comenzara a frotar su carne adolorida contra el muslo duro de Cade, gritando por la dualidad entre el placer y el dolor.

Las duras palmadas se detuvieron tan rápidamente como habían empezado. Luego Cade se movió y puso a _____ a sus pies, envolviendo su brazo alrededor de ella cuando Joe tomó su lugar y Marly el suyo.

La otra mujer estaba claramente excitada, gimiente, preparada para el placer que le esperaba. Sus ojos se centraron en Cade y _____ se sorprendió por el amor con el que brillaban. La adoración completa y cordial que relucía en sus profundidades azules. El placer, la excitación, la completa aceptación se reflejaba en su expresión.

_____ vio como Joseph ponía su mano encima de las nalgas de la otra mujer. Entonces la levantó alto. La bofetada rotunda hizo que Marly se estremeciera, gimiendo, removiendo sus caderas bruscamente sobre los muslos de Joe. Le dio un total de ocho afilados golpes, hasta que su carne estuvo roja y luminosa, y Marly clamaba de dolor y de placer.

La poll*a de Joe se estremeció sobre su abdomen. Una gota perlada de fluido se concentraba en su punta mientras Marly se removía contra él. _____ lamió sus labios. Quiso ir hasta sus rodillas y recorrer con su lengua la carne hinchada para tomarla en su boca.

Miró como Joe le separaba las nalgas a Marly para prepararla. Sus ojos se posaron en los suyos y apenas pudo contener su lamento al ver como la miraba. Como Marly lo había hecho, con completo amor, con completa devoción. La aprobación la invadió. No había ningún dolor en sus ojos, ninguna sombra de tristeza. Había alegría. Eso hizo que _____ quisiera hacer algo para mantener esa mirada en sus ojos. Ahora entendía por qué Marly lo aceptaba.

—_____ —susurró su nombre mientras su dedo se hundía entre las nalgas de Marly.

Él preparó a la otra mujer cuidadosamente, así como Cade lo había hecho con ella. Estirándola, usando el gel en grandes cantidades para luego empujar suavemente el grueso tapón en su interior.

Marly casi gritaba, suplicaba. Rogó para que Cade le permitiera correrse. La transpiración cubría la piel de la otra mujer, la lujuria y el amor en igual medida llenaban sus ojos.

Luego Joseph la levantó, se puso de pie y miró a Cade. Recogió el consolador que había traído cuando fue en busca de Marly. Cade recogió a _____ mientras gemía y sentía como la tiraba en el sofá, estrechándola entre los cojines, mientras Joe ponía a Marly en la cama.

—No hagas esto, Joe —clamó _____ mientras Cade se ponía entre sus muslos, manteniéndola abierta con sus ojos oscuros e intensos—. Por favor, Joe. Necesito que me follen. Ahora. No quiero esto.

Cade presionó la punta del consolador en su apretada y mojada entrada.

—Si te diéramos lo que necesitas ¿Cuál sería el castigo? —le preguntó Cade un segundo antes de que el consolador se sumergiera dentro de ella.

La espalda de _____ se arqueó. No pudo mantener su mirada en Joseph y Marly, ni tampoco podía razonar o entender algo con la increíble llenura que la estiraba y con el placer haciendo erupción entre sus muslos. Sintiéndose caliente, desecha, la boca de Cade presionaba su clítoris, chupándolo al mismo tiempo que penetraba con golpes suaves su apretado coño, mientras la lujuria invadía repentinamente todo su sistema, tan rápido, que se preguntó si perdería su último agarre con la realidad. Ella se estremeció y gimió, su carne se apretaba sobre el penetrante dispositivo, mientras él la montaba con un placer tan tortuoso que se sentía morir. Aún no podía correrse. Ella gimió. Suplicó. Se agitó sobre el dispositivo pero eso solo lo hacía peor.

Escuchó a Marly. Gritando. Se estaba corriendo. La otra mujer estaba explotando, gritando el nombre de Cade, con el clímax latiendo en su voz. La cabeza de _____ se sacudió. Estaba muriendo. Muriendo por correrse.

—Joe. — _____ susurró su nombre cuando los lamentos de Marly comenzaron a menguar. Se estremeció, su cabeza se agitaba buscando la liberación.

Entonces él estuvo allí. Su mano tomó el consolador mientras Cade caminaba hacia la cama. Lo empujó duro en su interior, e inclinó la cabeza para llevar sus labios hacia su clítoris que estaba caliente y duro, para chuparlo firmemente. Empujó un golpecito con su lengua. Luego le dio un segundo empujón más firme y ella explotó. Sus caderas se elevaron una y otra vez, su orgasmo la atravesó con potencia.

Al sentir su liberación, Joe le sacó el dispositivo de su cuerpo y llevó hacia la cabeza de ____ su gruesa poll*a para empujársela dentro de la boca.

Joe ni siquiera le preguntó. Solo se puso de rodillas, encontrándose con los ojos de ____, y empujó la punta de su erección entre sus labios con un gemido agónico. _____ abarcó la pesada cabeza, con la mano le apretó la base, atrayéndolo a su lado, tomándolo tan hambrientamente que al mirarla, sus ojos brillaban llenos de promesas mientras ella drenaba su carne, emparejando los duros golpes y rápidos empujones dentro de su boca.

Él se corrió con un grito. Su cuerpo se estremeció, su semen salió disparado desde la punta de su poll*a en chorros ardientes dentro de la boca de _____. Las manos de él le daban tirones a su cabello, luego arqueó su espalda y dijo su nombre con un grito áspero y de brutal satisfacción.

por **#Alejandra** Mar 13 Sep 2011, 10:03 pm

Bienvenidas a todas la nuevas que bueno qe les guste la nove ahoritaa tengoo un poquitinn de priisa! pero ahi estann su capii amm ammmm adioosiin!! ñ.ñ

por **Bubu ✌** Jue 15 Sep 2011, 3:57 pm

SIGUELAAAA!

por **issadanger** Vie 16 Sep 2011, 9:44 pm

aww super el cap siiguee siguee mueroo por sber q pasaa sigueee no nos ejes asii porfavorr sigueee

por **#Alejandra** Vie 16 Sep 2011, 9:49 pm

Capítulo 30

Josephy Cade estaban sentados en el patio esa tarde cuando Sam volvió del hospital. Este caminó hacia el área protegida de cemento, con una botella de whisky en su mano, y la cara demacrada.

El recinto de hierro y madera cubierto de vides proporcionaba una cierta protección frente a cualquiera con unos prismáticos o una mira telescópica, pero cuando Joe miró los ojos de su hermano, se dio cuenta que había otros modos de matar a un hombre.

Sam se sentó pesadamente en una silla acolchada, mirando hacia las aberturas entre las vides como si el patrón de la vegetación enroscándose alrededor de las gruesas barras de madera requiriera concentración para descifrarlo. Bajó la cabeza lo suficiente para llevarse la botella a la boca, dar un largo trago y hacer una mueca, luego volvió a la concienzuda lectura.

—¿Cómo lo está llevando? —La voz de Cade era tan atormentada como los ojos de Sam.

Sam se encogió de hombros.

—Tara dice que está bien. No quiere verme. No quiere hablarme.

Joe inspiró profundamente. Rick había vuelto temprano, con la ira brillando en los ojos cuando informó de sus heridas. Ella había sido atada y amordazada, las ropas cortadas y arrancadas de su cuerpo. Luego el cuchillo le había hecho pequeños cortes muy finos en los muslos y en la carne de los genitales. Por mucho que fuera el dolor, era tolerable. Pero sin embargo el daño mental y psicológico era grande. El bastardo le había contado como Sam había sido cortado de forma similar y los abusos que había sufrido. Había sido advertida de que sufriría lo mismo si volvía al rancho. Le dijo que estaba pagando por la lujuria que Sam sentía por ella.

Ellos ni siquiera habían sabido que Sam se sentía atraído por ella. No tenían ni idea de que su hermano había estado cortejándola lentamente, seduciéndola. La mujer era una maldita gata salvaje. O al menos, lo había sido.

Sam estaba solo. Aislado en el silencio y el licor, mirando al cielo nocturno como si buscara respuestas. No había risas en él ahora, ningún comentario pedante, ninguna sensación de alegría. Las mismas cualidades por las que Cade y Joe lo habían sacrificado todo lo que eran una vez, para preservar una parte, habían sido arrancadas como si nunca hubieran existido

Sam tomó otro largo trago del licor. Su cuerpo estaba tenso, eléctrico. Casi vibraba con la ira y el dolor que se arremolinaban en su interior.

—No te emborraches, Sam —le advirtió Joe con suavidad.

—¿Por qué no debería? —le preguntó con tono indiferente, frío.

Joseph le echó una mirada a Cade.

—Sam...

—Deseo a tu mujer, Joe. —Sam lo miró a los ojos y Joe casi hizo una mueca de dolor ante la mirada destrozada que había allí—. La necesito.

Joe negó con la cabeza, no toleraría que la tocara mientras estaba así.

—Deberías haber ido a ella antes.

Lo aceptaría, Joe lo sabía. Se estaba acostumbrando lentamente al toque de Cade. Joseph sabía que se acostumbraría al de Sam también. La idea de ello. Una vez, ella se lo había advertido solo una vez. Y solo por él. Pero vio la excitación en sus ojos, la misma excitación que él sentía ante el pensamiento.

—La asusto. —Sam levantó la botella, con la mirada sorprendida como si debiera haber bebido más, o no hubiera bebido suficiente. Joe no estaba seguro de cuál—. No la culpo por estar asustada.

Joe frunció el ceño.

—¿Qué necesitas Sam? —le preguntó con cuidado.

Sam tragó con dificultad, haciendo una mueca.

—Joder —gruñó—. Necesito dejarla jodidamente sola.

Inclinó la botella hacia los labios, el líquido ámbar derramándose más allá. Respiró duramente cuando bajó la botella.

—¿Se han preguntado alguna vez que estamos haciéndoles? —preguntó al fin suavemente.

—No Sam. —La voz de Cade era oscura, áspera—. No las herimos. Las amamos.

Sam negó con la cabeza. Se pasó la mano con cansancio por la cara, inclinándose hacia delante en la silla, mirando al suelo ahora.

—A ella le gusta el dolor, ¿verdad Joseph? —Sam no miró a su hermano.

Todos ellos sabían que a ______ le gustaba el filo del dolor. Cade lo había descubierto antes, Joe lo había sabido desde el principio. No había modo de disfrazar sus gritos, sus ruegos en mitad de la noche, el sonido de la mano abofeteando su culo.

—No tienes que pedirme permiso. —Joe se sintió impotente, inseguro de lo que su hermano necesitaba.

—Deberías —susurró Sam.

La sorpresa destelló en el pecho de Joe. La cabeza de Sam se elevó, su mirada era torturada, brillando con la agonía, atormentada con el pasado.

Joe se encogió de hombros. Le echó una mirada a Cade, sintiéndose tan inseguro como parecía estar su otro hermano.

—Sam... —Cade comenzó a hablar, con la voz grave, vibrando por la preocupación.

—Olvídalo —se echó hacia atrás en la silla y bebió de nuevo.

Estaba tomando largos y duros tragos del licor. Nunca había sido demasiado bebedor, así que a ambos les preocupaba que estuviera dándole tanto a la botella ahora.

—Quiero olvidar —susurró, mirando al frondoso techo una vez más.

Su voz era agonizante. Quemaba sus cerebros, sus almas con los recuerdos. Joe sacudió la cabeza, con los puños cerrados, incapaz de mirar a su gemelo. Podía sentir su ira, la ira de Sam, golpeando su corazón. El lazo que habían compartido cuando eran más jóvenes había estado cerca de destruirse en aquellos meses de pesadilla. Ahora, solo lo reconocía de nuevo durante el sexo, o durante el insoportable dolor que a menudo apretaba a Sam.

por **#Alejandra** Vie 16 Sep 2011, 9:53 pm

—Es suficiente. —Cade se puso en pie, con la voz tensa, inapelable—. No podemos cambiarlo y no podemos olvidarlo. Y no tiene sentido permitir que el bastardo gane. Sobrevivimos, Sam, es mejor de lo que muchos habrían hecho.

Cade les dio la espalda. Apoyó el hombro contra el soporte del patio, e inclinó la cabeza. Joe inspiró fuerte y profundamente.

—¿Dónde esta tu mujer,Joseph? —Le preguntó Sam, con la voz suavizándose en un bajo y lento arrastrar de palabras después de beber mucho de la botella una vez más.

—Tú no tocas a mi mujer bebido. Sabes que no hacemos eso. ______ no puede aliviar este demonio y yo no haré que lo intente.

Su demonio bramó. La ira lo consumía todo, era tan amarga y destruía su alma que Joe supo que Sam no encontraría nunca la suavidad en su interior para tocar a _____ con alguna emoción tierna. No permitiría que los demonios de su hermano destruyeran el frágil equilibrio que habían construido en su hogar. Le placer que _____ recibía de su toque podía ser manchado para siempre si la tomaba con ira.

—No iba a ir a follarla. —Sam se levantó lentamente en ese momento, con los hombros caídos y la voz rota—. Solo quería asegurarme que me quedaba fuera de su camino. Sé que no soy digno de una puta, menos de una buena mujer.

Joe tenía la sensación de que no estaba hablando solo de cuando estaba bebido.

—Sam. —Se levantó mientras su hermano tropezaba hacia las puertas del estudio.

—Me estoy yendo a la cama, Joseph. —Ondeó la mano—. Tal vez pueda dormir la mona.

Era una posibilidad mayor que la pesadilla que le dejaba gritando roto de ira. Joe echó una mirada a Cade, el cual estaba mirando al tambaleante gemelo mientras entraba en el estudio. La preocupación absoluta le arrugó la cara, cansada de dolor.

—Ella significa algo para él. Más que una simple amiga. —Cade suspiró profundamente—. Joder. Debería habérnoslo dicho. Habríamos intentado protegerla.

Joe pensó en la gata salvaje pelirroja que era la hermana de Tara Glaston. Ella no habría aceptado protección. Estaba demasiado ocupada dándola. Suspiró cansadamente, sacudiendo la cabeza ante el dolor y la pena que rodeaban ahora a Sam. Eso se calmaría cuando los tres fueran juntos con _____. Siempre lo hacía. No tenía sentido y demonios, un psiquiatra haría el agosto con ellos. Pero funcionaba. Habían sobrevivido y aún eran parte el uno del otro. Eso era todo lo que importaba. Ellos habían ganado. El Monstruo había perdido. ¿O había perdido él?

por **#Alejandra** Vie 16 Sep 2011, 9:56 pm

listoo!!! qedann amm creoo tress capitulos y acaba la novee! el 31, 32 y 33! aunqe el 32 es bastannte exteennsoo!!! asii qe creooo qe aunn qedaannn vaarioss diiiaas de novee! ñ.ñ!

por **#Alejandra** Vie 16 Sep 2011, 10:18 pm

Capítulo 31

La casa estaba silenciosa, la televisión permanecía encendida con el volumen bajo por consideración a _____, que estaba sentada al lado del cuarto familiar leyendo un libro. A ella no le gustaba ver televisión.

Los hombres estaban vestidos con sus ropas de descanso habituales, chándales, pechos y pies desnudos. Marly tenía puesta una de las largas camisas de Cade y dormitaba cómodamente. ______ lucía una de las camisas de dormir que a tanto le gustaban. Una de esas que iban más allá de las rodillas y que era lo suficientemente amplia como para no tener que usar sostén. Vestir una bata no era una buena opción en esa casa. Los hombres de allí pensaban que había que esconderlas. Todas las que había poseído ya habían desaparecido.

No supo cuanto tiempo estuvo sentada allí ni tampoco se dio cuenta cuando Sam entró al cuarto. Solo fue consciente de su presencia cuando él se puso de rodillas enfrente de ella.

_____ lo miró pestañeando, con el corazón latiendo fuertemente al ver la agonía en sus ojos.

—Yo necesito... —Él tragó con dificultad, con pesar y remordimiento en su voz.

Los ojos de _____ fueron hacia Joe. Él miraba a su hermano fijamente. Cuando sus ojos se encontraron con los de ella, había una súplica implícita en ellos. La respiración se quebraba en el pecho de ______. Sam tenía una necesidad. La necesitaba a ella. Era la única conexión que tenía con su gemelo. Así como Marly era su única conexión con Cade.

Sam le quitó el libro de la mano, marcando cuidadosamente la página y lo colocó encima de la mesa de al lado. _____ tembló. Nunca había visto tanta lujuria en los ojos de un hombre como la veía en los de Sam. Sin amor, sin afecto, solo lujuria torturante y desesperada. Joseph se sentó sobre el sofá y ella vio su gruesa erección marcando su chándal. Allí estaba todo el amor que ella necesitaba. El amor y la aprobación brillaban en sus ojos.

Ella miró a Sam y percibió como sus manos se dirigían hacia sus piernas que estaban encogidas en la silla, envueltas bajo la camisa de dormir. Le agarró las rodillas y se las estiró hasta que le puso los pies en el suelo, con una pierna a cada lado de él.

Las manos de ______ temblaron mientras se aferraba a los brazos de la silla, los apretaba desesperadamente mientras las manos de Sam iban hacia sus muslos para retirar la ropa que había entre ellos. Ella sintió como se calentaba su cuerpo, como se construía su excitación. No quería que ocurriera, aún no podía creer que le pudiera pasar eso, pero le sucedía. Y Sam era tan parecido a Joe que era muy fácil para ella deslizarse en el deseo que él suscitaba.

Joe no se acercó a Sam. Se quedó en el sofá mirando y respirando con esfuerzo, extasiado al ver a otro hombre preparando a su mujer para darle placer. ______ se relajó en la silla, alzó las caderas cuando Sam le sacó la camisa. Luego se la quitó completamente y la tiró a un lado.

—Sé lo que te gusta —le susurró Sam, mientras se inclinaba hacia delante para tocar con sus labios los de _____, quien lo miraba con los ojos bien abiertos entre la sorpresa y el deseo—. ¿Me dejarás darte lo que necesitas, _____?

Le susurró esas palabras y luego le lamió los labios. Los párpados de ______ temblaron, sus pechos se movieron con esfuerzo debido a la necesidad que invadía el aire. Mientras tanto, sentía como se debilitaban sus muslos, como se humedecía su coño preparando a su cuerpo para el hermano de su amante.

Sus labios flotaron sobre los de ella, él luchaba por controlarse poniendo rígidos los músculos, haciendo que su cuerpo se estremeciera por la contención. Podía sentir como intentaba dominar su cuerpo, como luchaba desesperadamente por ser gentil, para poder tocarla con ternura a pesar de la furia que rugía en su interior. Él no quería ser tierno, no quería hacerlo suave. Ella le mordió el labio. Duro.

Sam se estremeció y la miró a los ojos con sorpresa.

—¿Dónde está la gracia si esto no te ayuda? —le preguntó ella—. Yo no soy Marly. No necesito tu amor.

Los ojos de Sam se estrecharon.

—Podría hacerte daño. —Ella pudo ver el miedo en sus ojos, consciente de que no quería lastimarla.

Le puso las manos en los hombros y las guió hacia sus cabellos espesos y tiró de ellos.

—Yo también puedo hacerte daño.

______ observó como los ojos de Sam se encendían, al mismo tiempo que crecía la lujuria en ellos y las sombras disminuían. Una dura sonrisa iluminó su cara. La atrajo hacia su cuerpo y apresó con su boca la de ella, acariciándole con la lengua el profundo espacio entre los labios y los dientes. Y Joe los estaba mirando. _____ se entregó a Sam, a la violencia que él deseaba descargar en su cuerpo, su excitación aumentó al saber que Joe la estaba mirando. Que estaba de acuerdo con lo que estaba pasando.

Sam gimió en su boca mientras ella le pinchaba con las uñas el cuero cabelludo. La tenía aferrada por la espalda y con las uñas raspaba su piel, su boca la estaba devorando, la violencia del beso los sumergió en una vorágine de placer.

______ respiraba con dificultad cuando Sam puso fin a su beso. Él tenía una mancha de sangre en el labio en donde los dientes de ella lo habían mordido. Él se la lamió experimentadamente y le sonrió. Una verdadera mueca de alegría. Una mueca que contenía muchas promesas.

—¿_____? —Joe estaba de pie al lado de la silla, con un poco de preocupación en su rostro y no estaba solo.

Cade estaba allí, mirándolos detenidamente. _____ luchaba por controlar su respiración. Sus pechos estaban hinchados, tenía los pezones duros, ardientes y con hambre de más. Cuando miró a Joe, vio que tenía los ojos pesados, mientras ella percibía la boca de Sam sobre uno de sus erectos pezones. Gimió ásperamente cuando sintió el filo de los dientes de Sam dándole un mordisco, para después lamerla con dureza. Se arqueó hacia él, con el cuerpo ardiendo por el contagioso fuego de los ojos de Joe, quien la miraba con entendimiento y decisión mientras se inclinaba para darle placer a su otro pecho.

Ella gritó por las ardientes sensaciones que la tenían a punto de explotar. Dos bocas igualmente calientes, dientes similares y gemidos masculinos vibraban sobre su carne mientras sus pechos eran atendidos. Eso era demasiado. No sabía si podría seguir soportándolo. Echó la cabeza hacia atrás y enterró una mano en el pelo de Joe y le apretó con los dedos los mechones firmemente, luego repitió la misma acción con Sam. Estaban matándola. Sus dedos amasaban su carne, sus bocas la amamantaban duramente, los dientes la mordían mientras sus lenguas la acariciaban. Los gemidos de _____ la asustaron incluso a ella. Eran profundos, ásperos y hambrientos.

Abrió los ojos al percibir un movimiento. Sam y Joe se apartaron de ella mientras Cade movía la mesa central para colocar en su lugar el colchón del sofá que estaba en la esquina del cuarto. Ahora todos los hombres estaban completamente desnudos, con las pollas duras y palpitantes, hinchadas por la anticipación y la lujuria.

—¿Estás segura, nena? —Joe le pasó la lengua sobre sus hinchados labios—. ¿Estás segura de que esto es lo que quieres, _____?

Ella respiraba tan duramente que casi le hacía daño. ____ deslizó la mano con un poco de esfuerzo debajo de su estómago y acarició despacio con los dedos la carne ardiente entre sus muslos. Sus dedos se zambulleron en la raja de su coño y los dirigió hacia la entrada de su vagina. Allí, los introdujo en el estrecho canal mientras los hombres la miraban fascinados. Luego levantó su mano y los dedos le brillaban con la cremosa esencia de su deseo. Llevó uno de los dedos que estaba cubierto con el jugo reluciente a sus labios y lo chupó lánguidamente.

—Hijo de la gran puta ((Grosero!)) —gruñó Joe con ojos deslumbrados.

Sam no dijo ni una vocal pero uso las acciones para mostrar su aprobación. La tiró contra su pecho y la levantó para llevarla hacia el colchón.

—Ella está usando el tapón. — _____ escuchó el gruñido de Cade.

—Sácaselo antes de que vayamos más lejos.

Sam la arrojó sobre su estómago mientras la acostaba, luego la tiró de las caderas y la puso de rodillas para que pudiera soportar su peso. La posición hizo que al levantar sus nalgas todos los hombres pudieran mirar el dispositivo enterrado en su ano.

______ gruñó cuando sintió que Sam lo agarraba y se lo presionaba firmemente dentro de su cuerpo. Sus músculos lo apretaron enviando una llamarada de calor a través de su ano, contrayendo su útero. Una mano dura cayó sobre una de sus nalgas. Sus caderas se arquearon. Quiso rogar por más. Pero en cambio se quedó callada y bajó la cabeza, con la sumisión vibrando a través de su cuerpo.

La mano la golpeó del otro lado. Ella se estremeció, sacudió la cabeza. La llama de calor, la posición provocativa, los actos que ella sabía estaban por venir la enviaron a una espiral de lujuria que la aterrorizó. Levantó la cabeza. Joe estaba de rodillas delante de ella, acariciándose la poll*a muy despacio mientras la miraba fijamente.

Ella vio como el calor aumentaba en sus ojos, pero también veía la preocupación.

Sam la palmoteó de nuevo. Ella arqueó la espalda, el placer/dolor zumbaba a través de su cuerpo. Ninguno de los golpes era lo suficientemente fuerte como para herirla, pero sabía que su carne estaba ruborizándose ahora y que sus nalgas se enrojecían lentamente a causa de los azotes.

—Te amo, ______ —susurró él profundamente.

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CAPITULOO EXTRAA ñ.ñ

por **Bubu ✌** Sáb 17 Sep 2011, 11:15 am

HERMOSO!!
me encantooooo toodoooo!
la rayiz ya agarro como qe mas confianza :risa:
Pero lo ultimo, lo qe Joe dijo me enamorooo completamente!
Espero y sam se recupere con lo qe quedaste a la mitad!
___________#SIGUELAnena**

por **Bubu ✌** Dom 18 Sep 2011, 5:32 pm

ALEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?

por **#Alejandra** Lun 19 Sep 2011, 12:30 am

♥~§kyscraper~♥ {Michelle} escribió:ALEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?

Michellee! ahoraa lo suboo esqee se me fue la luz y apenass me regreso -.- jaja ñ.ñ tee quieroo!

por **#Alejandra** Lun 19 Sep 2011, 12:31 am

—Te amo —gimió ella cuando otro golpe aterrizó en su trasero.

Ella agitó la cabeza. Esto era para Sam. Para Sam y Cade. De alguna forma sabía que Joe tomaría a Marly. La otra mujer estaba en el sofá, con los ojos muy abiertos brillantes con la excitación y la sorpresa.

_____ se encontró con su mirada y vio la excitación, la aceptación e incluso el placer en los ojos de Marly. La otra mujer sabía lo que pasaría después, sabía que pronto podría sentir la poll*a de Joseph enterrada dentro de su coño mientras su amante follaba a otra mujer.

Y _____ no sentía ningún resentimiento. Se sentía compenetrada con Marly, con una intimidad que jamás pensó que lograría.

—_____. —Joe todavía sonaba angustiado.

La boca de Sam fue a las nalgas de _____, sus dientes le rasparon la piel sensible de su trasero, sus gemidos eran gruñidos de pasión. _____ no le contestó a su amante, envolvió la mano alrededor de su poll*a y lo atrajo hacia ella, ignorando su sorpresa. Sus labios acunaron la cabeza púrpura, chupándolo dentro de su boca, su lamento fue un gemido doloroso cuando sintió los dientes y la lengua de Sam acariciando su carne fuertemente. Más profundamente.

Joe llevó las manos hacia el pelo de _____. La percepción de ellas agrupando los mechones, atrayéndola más cerca, la envió a otro nivel de calor. Podía sentir la humedad que goteaba de su coño, cubriéndole los labios íntimos y los muslos.

Él se apartó de ella mirando a sus hermanos, entonces le lanzó una pequeña sonrisa.

—¿Estás segura, nena? —le preguntó él—. ¿Quieres hacerlo?

—¿Tú seguirás amándome? ¿Siempre? —Necesitaba estar segura. Su amor le daba valor. Su amor le daba la necesidad. No podría soportar perderlo ahora.

—Para siempre, _____ —le juró, con la expresión llena de lujuria, con tanto amor que parecía salvaje—. Con todo lo que soy. Con todo lo que tengo. Con mi corazón, mi alma y mis hermanos.

La declaración fue seguida por su lenta retirada de ella, mientras la miraba, calibrando su reacción mientras iba hacia donde estaba Marly. La mano de Sam aterrizó de nuevo en su trasero. Ella cerró los ojos, su placer hizo eco alrededor del cuarto mientras dejaba que la excitación creciera dentro de ella.

La pusieron de espaldas sin darle tiempo de pensar, mientras Sam se colocaba en medio de sus piernas y enterraba su boca hambrienta sobre su dolorido coño mojado. Cade estaba sobre sus pechos pellizcándola con los dientes. ¿Acaso todos sabían que a ella le gustaba el dolor? Ella sintió el filo de los dientes de Sam mientras le rastrillaba sus palpitantes labios internos en medio de los muslos. Ella se arqueó. Dolorosamente. La lengua de Sam excavaba profundamente dentro de su llorosa vagina, y con sus dedos le resbalaba al mismo tiempo gel lubricante en las profundidades de su relajado ano.

La boca de Cade volvía locos a sus pechos. Lamiéndolos, chupándolos, mordiéndolos. Sentía como el fuego corría a través de su sangre y llenaba de lujuria su cuerpo. Gimió por la sensación, estremeciéndose en medio del intenso placer que la debilitaba.

—______. —Un fuerte tirón de pelo provocó el gutural lamento de Sam. Sin embargo, no sonaba como si estuviera protestando.

______ ya estaba cansada de obtener placer pasivamente. Sus músculos se apretaron con la necesidad de su propia dominación. La necesidad de dar de la misma forma en que recibía. Y cuando Sam se puso de rodillas para ponerse entre sus muslos, decidido a empalarla con su poll*a hinchada, ella se movió.

Rápidamente se puso de rodillas y desnudó sus dientes con una mueca de lujuria sexual. Sam y Cade lucían más que sorprendidos. ______ no les dio ninguna explicación, puso su boca sobre la poll*a de Sam, envolviendo su punta hinchada, y con los dientes rastrillaba las cicatrices que lo estropeaban. El gruñido que hizo erupción en la garganta de Sam fue gutural, salvaje, casi animal.

Él empujó sus caderas contra ella. Metiendo la carne más profundamente dentro de su boca, al mismo tiempo rodeaba la base de su poll*acon la mano para impedir ahogarla con ella. Cade se movió a sus espaldas. Ella lo sintió posarse en el lugar en donde Sam había estado sobre su ano. El gel frío le fue empujado en su interior, mientras ella mordía con sus dientes el escroto de Sam deslizando la boca hacia atrás para chuparlo profundamente, retirándose simultáneamente para lamerlo y morderlo suavemente.

Él tenía las manos en su pelo. La apretó tan fuerte que la hizo gemir por la sensación. Ella le mordió a un lado de la poll*a y él se estremeció.

—Otra vez. —Su voz sonaba como si no fuera suya. Salvaje, brusca.

Ella lo mordisqueo de nuevo, con los dientes lo torturaba, lo atormentaba. Rodeó la hinchada cabeza con la boca, para que sus dientes le rasparan suavemente el largo tronco pulsante que estiraba sus labios. Con la lengua le lamía las heridas suavemente mientras mantenía enterradas las uñas en sus muslos.

—Mierd*a. —Sam tiró de su pelo otra vez, sus gemidos se pusieron más calientes—. Oh si, ______. Lo haces bien, nena. Lo haces tan bien.

Sintió cuando Cade apartó sus nalgas y le puso la punta de la poll*a en el ano. Gritó cuando la poll*a de Sam le penetró la boca al mismo tiempo que Cade se deslizaba en lo más profundo de su entrada trasera.

Estaba salvaje. Chupó y pellizcó la poll*a de Sam, arqueándose al mismo tiempo contra las caderas que empujaban detrás de ella, gritando con la necesidad de correrse, mientras la transpiración cubría su cuerpo. Sintió a Cade estirándola, empujando dentro de ella. El asimiento firme alrededor de la poll*a de Cade, hacía que la pizca agridulce de cada empalamiento fuera superior. Él siguió penetrándola con la poll*a y con sus manos fuertes le daba bofetadas a sus nalgas, su voz áspera la llevaba hacia el éxtasis, presionándola, internándola tan profundamente dentro de las lujurias combinadas de los hombres que ella satisfacía con tanto placer.

Sentía la poll*a de Sam hinchándose dentro de su boca. Estaba a punto de correrse. Boqueaba y con sus manos tiraba fuertemente los mechones de sus cabellos, su cuerpo se estremecía intentando impedir su liberación. Cade empujaba más rápidamente dentro de su ano, con sus manos le sostenía las caderas y su pene se deslizaba fácilmente dentro de su tierna carne.

— _____, todavía no. Tengo que follarte —clamó Sam, manteniendo su cabeza quieta ahora, deteniendo sus empujones, abriendo la boca para poder respirar—. Tengo que follarte, _____.

Cade aceleró su ritmo. Gimió áspera y violentamente mientras empujaba más rápidamente en su interior. Ella sintió como su poll*a pulsó una, dos veces y gritó alrededor de la erección de Sam, cuando se estremeció por las explosiones calientes y potentes de su esperma que se disparaban en lo más profundo de su ano. Entonces Cade se deslizó fuera de ella, acariciándole con las manos sus nalgas azotadas.

Sam se apartó de su boca. La puso de espaldas, agarrando sus piernas para levantarlas rectas contra él. Puso los tobillos de Anahi en su hombro izquierdo y luego posicionó su hinchada poll*a para penetrar profundamente el empapado coño de una sola estocada.

_____ gritó de placer. Su cabeza se inclinó y su cuerpo se arqueó ante ese ataque increíblemente firme, el ángulo de penetración permitía que con su poll*a le acariciara los nervios que ella nunca sospechó que su cuerpo poseía. No podía echarse para atrás, no podía detener los empujones que la mantenían sujeta. Pero eso no era lo que ella quería. Ella gritó para que le diera más. Le suplicó que la follara más duro.

Su cabeza daba vueltas, sus ojos se abrieron, ensanchándose cuando vio a la pareja sobre el sofá. Joe tenía a Marly de espaldas, con las piernas levantadas, sus pies los mantenía lejos de sus hombros. Su poll*a escarbaba dentro de su coño con profundos empujones y ____ podía ver la base del tapón que sabía que estiraba el ano de la otra mujer.

Marly estaba gritando, contrarrestando los movimientos fuertes de las caderas de Joseph mientras él conducía el grueso eje repetidamente. ______ sabía lo llena que estaba la otra mujer, conocía el placer que la llevaría hasta lo más alto. De la misma forma en la que Sam la estaba llevando a ella.

En ese momento, Marly giró la cabeza, abriendo los ojos para encontrarse con la mirada de _____. Los ojos azules oscuros relucían de lujuria mientras la mujer miraba a su amante observando como Sam follaba a _____ ahora. Allí solo había confianza. Confianza y entendimiento. _____ luchó por responder a su mirada, pero Cade escogió ese preciso momento para venir sobre ella y presionar los labios sobre sus pechos y con los dientes mordió su pezón.

_____ perdió la poca cordura que poseía hasta ese punto.

Estaba suspendida en un pináculo de sensación absoluta. Cada pulgada de la erección ardiente de Sam le enviaba agujas de placer agónico directamente a su útero, contrayéndolo, haciéndola rogar, luchar por respirar y suplicar por la liberación que no llegaba.

Estaba muriendo. Sam estaba sudoroso, la calurosa humedad goteaba de su pelo y caía sobre su cuerpo mientras él gemía, los sonidos que hacían erupción de su garganta eran desesperados y potentes mientras él luchaba por llevarla a la cima del placer. Su cuerpo no caería. El clímax que se cernía sobre el filo de su razón podría volverla loca.

—Joseph—ella gritó su nombre.

Su cuerpo estaba rígido, el orgasmo estaba tan cerca, prometiéndole explotar con tal placer que ella podría morir si eso le ocurriera.

—No puedo... no puedo esperar más... —gimió Sam.

—No. No. Sam. Por favor... —ella gritó cuando sintió que su poll*a se estremecía, penetrándola rítmicamente, más profundo, más duro, su liberación explotó caliente y potente en su interior, mientras ella clamaba por su propio placer.

—No —rogó ella, cerca de las lágrimas, tan cerca—. No. No. No todavía.

Sam se apartó de ella rápidamente mientras _____ trataba de alcanzarlo. Entonces Joe estaba allí. Aún tenía la poll*a erecta y palpitante. Enterró de un golpe su poll*a dentro de ella mientras le levantaba las piernas, tirando de sus caderas para embestirla con su potente carne. Tan profundo. Oh Dios. Tan profundo que agujereó su alma. Su calor ardiente la marcaba, más duro, más profundamente que cualquier cosa que ella hubiera podido imaginar jamás. No se detuvo ni una vez después de penetrarla. Se lanzó sobre ella, embistiéndola salvajemente y entonando su nombre.

Sus ojos se salieron de sus orbitas. Su boca se abrió en un grito silencioso. Taladró su útero y sus carnes temblaron haciendo erupción alrededor de él. Ella gritó su nombre cuando sintió como el fuerte orgasmo la sacudía. Le atravesó repentinamente cada hueso y cada músculo de su cuerpo, cada una de sus células explotó en un placer tan caótico que pensó que moriría.

Sintió la ardiente liberación de Joe, la dura sacudida de su poll*a dentro de ella y todavía su orgasmo no menguaba. Hizo eco a lo largo de su cuerpo, pulsó en su coño hasta que ella sintió una liberación tan aguda y desgarradora en lo más profundo de su útero.

Estremeciéndose, abrió la boca para poder respirar, sus brazos cayeron débiles a un lado y cerró los ojos. Estaba empapada con el sudor de ella, de Sam, de Cade, de Joe. Lo sentía escurrirse en todo su cuerpo mientras Joe se ponía sobre ella, era tan caliente como las lágrimas.

Lo miró, deslumbrada, pestañeando por la humedad que se resbalaba de sus ojos.

—Te amo. —Joe bajó sus piernas mientras Cade le daba la espalda, entonces vino hacia ella encogiéndose sobre sus codos y le enterró la cara en el cuello.

Su cuerpo se estremeció. No sexualmente, no por el clímax. Emocionalmente, desesperadamente. Ella sintió el lavado caliente de sus lágrimas en el cuello mientras le susurraba palabras de amor

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