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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por karla Felix Lun 11 Mar 2013, 1:55 am

-Capítulo 17- (1/ 3)

Jared fue el primero en despertarse aquella mañana cuando el sol le dio de lleno en la cara. El calor de su propio cuerpo aumentó al percibir la tibieza del cuerpo de _______ sobre el suyo. Antes de darse cuenta de lo que hacía, bajó la cabeza y la besó en la mejilla. Ella se movió inquieta, pero continuaba dormida; reprimió el deseo de abrirle los ojos con un beso en sus párpados para bajar, luego, hasta la fruta húmeda y madura que era su boca.
Intentó moverse y liberarse del brazo de _______, que descansaba sobre su pecho; aquel contacto le quemaba la piel y el calor traspasaba la tela de su camisa. Logró quitar su brazo y colocarlo con cuidado a un costado, pero aún quedaba un obstáculo por sortear. Y aquel sería más complicado todavía. Una pierna asomaba por debajo del vestido de _______ y se había enredado entre las suyas y quedaba prácticamente atrapada entre las sábanas y sus muslos. ¿Cómo conseguiría salir de allí sin despertarla? ¿Cómo podría enfrentarse a ella sin sucumbir a sus deseos?
Se pasó la mano por el cabello. Era imposible, no podría levantarse de aquella cama sin que ella se despertara. Pero debía hacerlo; no podía quedarse todo el día allí; aunque la idea sonaba bastante tentadora debía alejarse de _______ antes de que ella abriera sus ojos.
Se movió con suma lentitud y se quedó de costado, pero ella no se había movido ni un milímetro y su pierna, mucho menos. Estiró el brazo, no tenía más remedio que moverla él mismo. Apoyó la mano en el muslo desnudo de _______ y sus dedos se crisparon al entrar en contacto directo con la tibieza de su piel. Sus dedos descendieron despacio hasta detenerse en su rodilla. Cerró los ojos mientras acariciaba el hueco que se formaba detrás.
Abrió los ojos de inmediato cuando sintió que la mano de _______ le rodeaba la muñeca con fuerza e impedía que siguiera con aquella caricia.
—¿Qué crees que estás haciendo?
Ella lo estaba mirando mientras su mano continuaba apretando la suya detrás de su rodilla.
—No… no quería despertarte —se quedó inmóvil cuando se enfrentó al reproche de sus ojos castaños.
_______ contuvo el aliento; el suave masajeo que Jared había comenzado a darle en la parte posterior de la pierna se había detenido, pero sus dedos aún tocaban su piel y aquel roce enviaba chasquidos electrizantes por todo su cuerpo.
Hubo un instante cargado de intensidad cuando los ojos verdes de él bajaron hasta donde había llegado su mano.
—He intentado levantarme, pero estaba literalmente atrapado debajo de tu pierna —susurró él sin apartar la mirada. Parecía que la piel bronceada de su muslo brillaba aun más al recibir los rayos de sol.
—Lo siento —balbuceó _______ y se apartó de él. Se sentó en la cama y se cubrió como pudo con las sábanas, ya que el vestido que llevaba era demasiado revelador y se sentía incómoda bajo la atenta mirada que él le estaba prodigando.
Tenía que preguntarle cómo habían terminado enredados en aquella situación, pero las palabras no salían de su boca; estaba aún conmocionada y tener a Jared tan cerca no le permitía actuar con sensatez. Él le nublaba la razón y hacía pender de un delgado hilo el poco juicio que le quedaba.
Jared se sentó en la cama y le dio la espalda. Ella aprovechó para mirarlo y, por un instante, tuvo la loca idea de acercarse por detrás, abrazarlo y pedirle que no se fuera.
Pero no lo hizo, la poca cordura que le quedaba se lo impidió. Lo observó mientras echaba un vistazo a su reloj.
—¿Tienes algún plan para esta tarde? —le preguntó de repente.
—No, es sábado y pensaba dedicarme a pintar. ¿Por qué lo preguntas?
Se puso de pie y se volvió hacia ella. ¡Dios! ¿Cómo había podido estar tan cerca de ella y no haberle hecho el amor? Pensó que debía tener una voluntad de hierro; de otro modo, no se explicaba cómo no había cedido ante la tentación que significaba _______ para él. Estaba cubierta con las sábanas y sin embargo, percibió que aún temblaba de deseo debajo de ellas. Sus ojos castaños se habían oscurecido y unos mechones de cabello le caían sobre los hombros desnudos.
Un músculo vibró en su mandíbula al contemplar semejante imagen. Si no salía de aquella habitación en ese preciso instante, el dominio del cual había echado mano para soportar no ceder a sus más bajos instintos lo haría flaquear.
—¿Te gustaría acompañarme a un partido de hockey?
_______ no pudo menos que sorprenderse ante aquella invitación.
—¿Un partido de hockey?
—Sí, estamos seguros de que el niño que entregó la caja asistirá al partido —le dijo y fue hacia el cuarto de baño.
Por un instante _______ no supo qué decir. Él le estaba pidiendo que lo acompañara, pero ni siquiera era una cita. Solo formaba parte de su labor como policía. Soltó un suspiro de resignación. ¿Qué otra cosa podía esperar? Después de todo, ella también era parte de su trabajo policial y nada más.
—Está bien, iré contigo —respondió, sin demasiado entusiasmo.
—Bien, el partido es a las tres. En una bolsa que dejé anoche en el salón encontrarás un par de sudaderas de los Falcons; quiero que uses una. —La miró antes de desaparecer detrás de la puerta—. ¿Te importa que use el baño primero?
—No, adelante..
Se quedó contemplando la puerta cerrada y sonrió al escucharlo tararear una canción country mientras se duchaba. Se levantó de la cama y notó con desagrado que el vestido que había elegido para ponerse para la cena malograda estaba completamente arrugado. Se lo había puesto con la intención de seducir a Jared y no le habría importado que él se lo hubiera quitado y luego arrojado al suelo en un momento de pasión; pero en ese momento aquella tela celeste solo era la sombra de lo que había sido la noche anterior.
Fue hasta la cocina para prepararse un café mientras Jared terminaba de ducharse. Al pasar por el salón vio que todavía quedaban sobre el baúl color peltre los restos de la cena. Seguramente, Jared había visto los platos servidos y la botella de vino cuando había llegado. Se mordió el labio, también la había encontrado dormida sobre el sofá y se había tomado la molestia de llevarla hasta la cama.
Dio un salto cuando el teléfono del salón comenzó a sonar. Antes de que pudiera llegar hasta él, el contestador automático entró en funcionamiento:
«Te has comunicado con La casa de los horrores; si quieres que alguno de los seres que moran en este lugar se comunique contigo, deja tu número de teléfono o, si lo prefieres, deja tu mensaje después de la señal.»
_______ no pudo contener la risa; mucho menos, cuando descubrió que lo que el mensaje llamaba «señal» no era más que el grito desgarrador de una mujer que parecía salir de alguno de los pósters que colgaban de la pared de aquel cuarto.
—Jared, soy yo —reconoció la voz de Rachel Parker de inmediato—. Jack Gordon sigue todavía bajo custodia; esta misma tarde su abogado pedirá su liberación. Quería avisarte de que uno de los oficiales se ha encargado de verificar si tiene un nudo celta tatuado en alguna parte de su cuerpo: no lo tiene. Aunque eso no significa nada, tal vez la doctora Grant se equivocó. En fin, quería que lo supieras. Date prisa, debemos encontrar algo para retenerlo y el tiempo está corriendo en nuestra contra. —Hizo una pausa—. No te entretengas demasiado ahí. —Luego cortó.
_______ notó cierto fastidio en la voz de la detective, sobre todo en la última parte de la llamada. «No te entretengas demasiado ahí.» Obviamente se estaba refiriendo a ella. No solo era parte de su trabajo policial, sino que también se había convertido en un entretenimiento para él. Lanzó un par de maldiciones al aire y regresó a la cocina.
—Creía haber escuchado el contestador —dijo Jared y entro detrás de ella.
—Divertido tu mensaje —señaló con sorna.
—Veo que te gusta —respondió él e imitó el tono de su voz.
_______ lo contempló un instante. Llevaba unos pantalones oscuros, ajustados en la parte superior, y una camisa azul que le colgaba fuera del cinturón, aún desprendido.
—Tu compañera te ha dejado un mensaje. Iba a responder pero no me ha dado tiempo —dijo y apartó la mirada para servirse un poco de café en la taza.
—¿Qué ha dicho? —preguntó él mientras se acomodaba la camisa y terminaba de subirse la cremallera de los pantalones.
_______ sirvió otra taza para él y se la entregó.
—Ha hablado de Jack. —Frunció el ceño—. ¿Por qué no me habías dicho que lo habían arrestado?
—Déjame ver. ¿Cuándo habrías preferido que te lo dijera? ¿Anoche al acostarte en la cama, o esta mañana cuando he despertado atrapado debajo de tu cuerpo?
_______ intentó ignorar su sarcasmo pero solo consiguió agitarse.
—Eso no importa, solo creo que es algo que debería haber sabido antes —respondió después de beber un sorbo de café.
Jared se sentó en el taburete y tomó la taza de café entre ambas manos.
—Lo hemos arrestado, sí.
—¿Por qué? ¿Por la llamada a la radio?
—No hemos podido confirmar que él sea el autor de esa llamada, solo sabemos que la cabina telefónica está a tan solo unos cincuenta metros de donde vive. —Hizo una pausa para beber un sorbo de café—. Hicimos un registro en su casa y encontramos un bisturí, los análisis confirmaron que fue usado para escribir los mensajes en la piel de las dos últimas víctimas.


Lo siento, Lo Siento,Lo siento! es que sin la computadora yo no puedo hacer nada, y pues como no la tengo por eso se me dificulta subirles capitulo, solo cuando mi hermana me la presta puedo, por eso hoy vine a subirles varios capitulos Todos estos dedicados a Rosie, mi mas fiel Lectora y me encanta todos lo gif que pone de Paramore, yo quisiera poner un gif o alguna foto, Algo pero pues esto no me deja, me sale que el archivo no se ve y pues de esas e intentado con muchas cosas, fotos gifs, de todo tipo pero nada funciona, pero bueno aqui les dejo el maraton:)

PD: Jared tarareando una canción country en la ducha JAJAJAJAJA


karla Felix
karla Felix


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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por karla Felix Lun 11 Mar 2013, 2:45 am

-Capítulo 17- (2/ 3)
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_______ dejó caer la taza sobre la encimera.
—Entonces, es él… Jack Gordon. —Se negaba a creerlo—. ¿Están seguros?
—No, no lo estamos, pero es el primer sospechoso que tenemos y no podemos dejarlo ir hasta que no encontremos más pruebas que nos demuestren que realmente tenemos al sujeto correcto.
—Rachel ha dicho que su abogado pedirá su excarcelación esta misma tarde —le contó preocupada.
—No me sorprende. ¿Ha dicho algo más?
—Sí, ha mencionado algo sobre el tatuaje. Ha dicho que Jack no lo tenía y que, tal vez, una tal doctora Grant se había equivocado.
Jared asintió, aquel último dato no hizo más que desanimarlo.
—Sigo sin creer que Jack haya sido capaz de cometer esos crímenes, tampoco creo que haya sido él quien me secuestrara —reiteró _______ consternada.
—Ya te he dicho que por ahora es nuestro principal sospechoso. Por desgracia, eso no significa que sea el culpable —señaló y se puso de pie.
—Hace cuatro años tu padre vino a verme un día y me hizo preguntas sobre él.
Jared no pudo evitar inquietarse al oír mencionar a su padre.
—Sí, en aquella época Jack Gordon era también su principal sospechoso.
—Si tan solo pudiera recordar qué sucedió después de que él se marchara de la parada de autobuses —dijo _______ angustiada.
Jared sabía que aquel era el momento oportuno para hablar con ella y decirle lo que había planeado a sus espaldas.
—_______, hay algo que debes saber —comenzó a decir sin mirarla a los ojos directamente. No sabía cuál iba a ser su reacción pero aquella charla ya no se podía dilatar más.
_______ intentó prepararse para lo que fuera que Jared estuviera a punto de decirle.
—Ayer por la mañana te dije que tenía una reunión importante.
_______ asintió. La reunión que había llevado a su misteriosa desaparición. ¿Qué estaría a punto de decirle? Se sintió abrumada por una inexplicable inquietud. ¿Acaso se había visto con su amante, la dueña del sujetador que descansaba en el fondo del cesto de la ropa en el cuarto de baño? No creía estar preparada para escuchar algo semejante de parte de él.
—Fui a ver al doctor Foster. —Se rascó la barbilla recién afeitada—. Es el mejor especialista en hipnosis de la ciudad. Tenemos una cita el martes —dijo la última frase rápidamente.
_______ se quedó en silencio durante un segundo que a él le pareció eterno. Ni siquiera supo cómo reaccionar con lo que acababa de oír; tampoco podía discernir si estaba más sorprendida por el hecho de que él le había conseguido aquella cita a sus espaldas, o porque había hablado usando el plural: «Tenemos una cita el martes.» Eso significaba que él la acompañaría.
—¿El martes, tan pronto?
—Sé que dije que no te presionaría, pero cuanto antes consultes con un especialista, mejor. —Buscó su mirada—. Él te ayudará, no solo a recordar lo sucedido, sino también a superar tus pesadillas; yo le he contado de tu caso y está ansioso por recibirte. Cree que es muy posible que logres recordar todo —alegó entusiasta.
Recordar todo. Traer a su presente lo que tanto daño le había causado en el pasado. Siempre había tenido miedo de intentarlo siquiera y había preferido dejar aquellos recuerdos donde estaban; ocultos en algún lugar oscuro de su memoria. Jared le ofrecía la oportunidad de liberarse de aquella pesadilla de una buena vez, pero no estaba segura de tener el valor suficiente para hacerlo. Pensaba que nunca estaría lo bastante preparada para saber qué le había sucedido en esos tres meses que le fueron robados.
—¿Tienes miedo? —preguntó él de repente, como si pudiera leer sus pensamientos.
_______ asintió.
—Yo iré contigo. El doctor Foster me ha dicho que incluso puedo quedarme a tu lado mientras te hipnotiza. —Le tocó el hombro—. No vas a estar sola, _______.
—Gracias, Jared. —Ella sabía que él lo hacía porque estaba empeñado en que recordara, por fin, quién la había secuestrado; sin embargo, se ilusionó de todos modos con la idea de que realmente se preocupaba por ella.
—Bien, no quería marcharme sin antes decírtelo. —Le sonrió con cariño, y _______ tuvo la sensación de que había algo más que él quería decirle—. Me voy a la comisaría. Nos vemos por la tarde. No olvides el partido de hockey.
—No lo he olvidado.
—Pasaré por ti a las dos y media —le gritó mientras salía.
Ella le respondió que sí, pero él ya no la escuchaba.


—¡Maldición! —Rachel observaba a través del cristal cómo Jack Gordon y su abogado discutían dentro de la sala de interrogatorios—. ¿Crees que va a lograr salirse con la suya?
Jared le lanzó una mirada fugaz a su compañera; él estaba tan molesto como ella.
—No lo sé, el plazo vence mañana. Al menos nos queda algo menos de veinticuatro horas para conseguir algo más en su contra —dijo y miró el reloj que colgaba de la pared del pasillo.
—¿A qué hora es el partido de los Falcons?
—A las tres.
Rachel notó cierto nerviosismo en su compañero y creía saber a qué se debía.
—Supongo que si no me has mencionado nada hasta ahora, es porque ya tienes con quién ir —dijo mientras fruncía el ceño.
—He invitado a _______ —respondió finalmente—. He pensado que le vendría bien salir y distraerse un poco.
—Claro, supongo que la has invitado solo por eso. —Rachel habría querido reírse de su compañero, parecía un adolescente atrapado después de haber organizado una cita clandestina.
—No empieces, Parker. No estoy de humor para uno de tus sermones esta mañana —dijo a la vez que levantaba las manos.
—No pensaba sermonearte, pero es indudable que algo malo habrás hecho para que creas que lo iba a hacer. —Sabía que él le ocultaba algo, su actitud era mucho más evidente que aquello que pretendía esconder con tanto recelo. Lo conocía demasiado bien como para no haberse dado cuenta de que se había enamorado como un tonto de _______ Carmichael.
—Ahí viene —dijo Jared y se refirió al abogado que se acercaba.
Lo esperaron junto a la puerta.
—Detectives, tienen hasta mañana para encontrar algo que realmente obligue a la detención de mi cliente, de lo contrario, tendrán que liberarlo.
—Lo sabemos, abogado. No se preocupe, su cliente no pasará detrás de las rejas más tiempo de lo estipulado por las leyes —le aseguró Jared.
—Bien, en ese caso, regresaré mañana temprano.
—Nos vemos, entonces.
—Guapo, pero demasiado arrogante —señaló Rachel mientras observaba cómo el abogado de Jack Gordon se retiraba a toda prisa y atravesaba el pasillo.
—No deberías ser tan exigente —bromeó Jared mientras se cruzaba de brazos.
—¡Jared Leto!, no creo que quieras que profundicemos en el terreno de lo amoroso! —le advirtió, con una sonrisa maliciosa—. ¡Creo que tú te llevarías la peor parte!
Él alzó una ceja en señal de asombro. ¿Acaso era tan evidente? Comprendió entonces que Rachel sabía cuáles eran sus verdaderos sentimientos hacia _______.
—Es un tema que preferiría no tocar, al menos por el momento —respondió e intentó así dar por terminada aquella discusión.
—Está bien, como quieras, Jared. —Levantó una mano y le apuntó con su dedo índice—. Pero déjame darte un consejo, porque no estás haciendo bien las cosas.
—Te escucho, Rachel.
—No hagas algo que parezca lo que no es.
Jared trató de entender lo que le había dicho, pero parecía un trabalenguas.
—¿Qué demonios significa eso?
—Eres detective, Leto. Descúbrelo por ti mismo. —Le guiñó un ojo y lo dejó solo en medio del pasillo buscando descifrar sus palabras.


-------------------------------------------------------


Hoy en la nochecita les subo los demas, no se me desesperen jaja, esque es tardisimo y en la madrugada es cuando les puedo subir capitulo porque mi hermana esta dormida y pues aprobecho:)
karla Felix
karla Felix


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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por anotheronebitthedust Jue 14 Mar 2013, 4:50 pm

plis chicas necesito lectoras! leen el prologo y me dicen si gusta y la sigo, porfiiis. graciaas
https://onlywn.activoforo.com/t37914-para-nada-una-vida-normal#2024729
por supuesto, AMO LA NOVEEEE! (NUEVA LECTORA, JIJIJI)
anotheronebitthedust
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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por Rosie M. ♥ Vie 15 Mar 2013, 2:02 pm

asjkd aslkdjalskdja Karla perdón por no comentar antes, pero es que no me llegan los mensajes de ninguna de las novelas que leo..

Esto se esta poniendo cada vez mejor, pero.. aun me cae mal esa sosa Rachel.
Rosie M. ♥
Rosie M. ♥


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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por karla Felix Dom 17 Mar 2013, 1:22 pm

-Capitulo 17- (3/3)

_______ se puso la prenda que Jared le había traído encima de los vaqueros y se recogió el pelo en una trenza al costado de la cara. Faltaban diez minutos para que él pasara a buscarla para ir juntos al partido y ya comenzaba a ponerse nerviosa.
El ruido de las llaves que se estrellaban contra el cuenco de barro hizo que su corazón se acelerara y cuando vio a Jared junto a la puertaventana de la terraza jugando con Elvis, un hormigueo le recorrió todo el cuerpo.
—Has sido puntual —dijo ella y así anunció su presencia.
Jared dejó a Sam en el suelo y se dio media vuelta. Lo primero que notó en ella no fue la sudadera de los Falcons que le llegaba casi hasta las rodillas, sino la trenza que caía sobre su hombro derecho. Un escalofrío subió por su espalda. Era la primera vez que la veía peinada de aquella manera y su imagen le trajo a la mente los crímenes del Asesino de las Flores. Le pareció estar viendo a cada una de las víctimas en el rostro de _______. Con aquella trenza se parecía aun más a las cuatro muchachas asesinadas.
—¿Jared, qué sucede? —Avanzó hacia él. Estaba pálido.
—Nada, nada. —Le tocó la trenza—. Es solo que es la primera vez que…
_______ lo comprendió todo entonces. Al instante se quitó la bandita de goma que le sostenía la trenza y comenzó a deshacérsela.
—Lo siento. —Le temblaban las manos—. Ni siquiera me he dado cuenta. —Se soltó el cabello primero y luego se lo recogió en una cola de caballo en lo alto de la coronilla.
—No es culpa tuya, pero me ha causado una extraña impresión verte con esa trenza —explicó mientras recobraba la calma.
—Lo sé. —Quiso sonreír, pero no pudo—. ¿Por qué no nos vamos? Se nos va a hacer tarde.
—Tienes razón. —Comenzó a desabrocharse la camisa—. ¿Dónde has dejado mi sudadera de los Falcons?
—Sigue en la bolsa. —Desvió la mirada de su torso desnudo—. Te la traeré.
Se alejó a paso firme y regresó con la prenda un par de segundos después.
—Aquí tienes —le dijo e intentó mantener sus ojos castaños a la altura de su rostro. Fue hasta donde estaba Sam y le acarició la cabeza mientras él terminaba de ponerse la prenda. Lo observó por el rabillo del ojo mientras lo hacía y cuando finalmente terminó de ponérsela _______ descubrió que aquel atuendo, que le quedaba demasiado ajustado, lograba perturbarla tanto o más que su torso desnudo.
—Vamos —dijo él y se movió para permitirle el paso a _______—. Sam, pórtate bien.
El perro lo miró y dio un gran bostezo.

Antes de que el montacargas se cerrara se oyó un revuelo en el pasillo.
—¡Jared, espera!
Una pareja joven corrió hasta ellos.
—¡Mónica, Jessie! ¿Cómo están?
—Bien, veo que vais al partido —dijo el hombre al observar sus atuendos—. Nosotros también.
—Así es. —Pasó su brazo por el hombro de _______—. Unos amigos nos consiguieron las entradas.
—Hola, _______. Los señores McKey nos comentaron que vivías en el loft de Jared —dijo Mónica y la saludó con un beso en la mejilla—. Mi nombre es Mónica y éste es Jessie, mi marido. —Jessie estrechó la mano delgada de _______ con fuerza.
—Un placer conoceros —dijo con una sonrisa.
—¡Qué novia más bonita te has conseguido, detective! —dijo Jessie mientras le guiñaba el ojo.
—¿Verdad que sí? —respondió Jared y la apretó contra él.
_______ reprimió las ganas de darle un pisotón solo porque tenían compañía. Se lo reservaría para cuando estuvieran a solas.
—Podemos ir en nuestro coche, si queréis —sugirió Jessie mientras abandonaban el edificio—. Después de todo, vamos al mismo lugar.
—¿Qué dices, cariño? —Jared tenía una sonrisa de oreja a oreja instalada en su rostro.
_______ le lanzó una mirada asesina.
—Por mí está bien, cariño —dijo y exageró la última palabra.
—Subid entonces —gritó Mónica mientras abría la puerta del acompañante.
Jared se dio prisa y abrió para ella la puerta ubicada detrás del conductor.
_______ entró sin siquiera mirarlo y se sentó en un rincón con los brazos cruzados. Él rodeó la parte trasera del automóvil y se acomodó a su lado.
—¿Cuánto tiempo hace que eres novia de Jared? —preguntó Mónica mientras se daba la vuelta.
_______ miró a Jared y le hizo señas para que respondiera él a su pregunta; después de todo la idea de inventar que tenían una relación amorosa había sido suya.
—Un par de meses.
—¿Y ya habéis decidido probar la convivencia?
—Así es. —Miró a _______ y le tomó la mano; ella intentó que no lo hiciera, pero no pudo hacer nada cuando Jared se la llevó a la boca y la besó—. _______ y yo no queremos vivir ni un minuto separados.
Los ojos negros de Mónica se abrieron asombrados.
—¡Qué romántico! —Miró de reojo a su esposo que estaba concentrado en conducir—. Jessie y yo pensábamos lo mismo cuando nos casamos, luego tuvimos a nuestra pequeña Priscilla y las cosas cambian cuando llegan los hijos —dijo con tono melancólico.
—Supongo que sí —respondió _______ y trato de soltar su mano.
—Tú y Jessie hacen una pareja estupenda —comentó Jared y apretó más fuerte la mano de _______.
—También _______ y tú.
Sus ojos se encontraron y por un instante, solo por un instante, creyeron que lo que Mónica acababa de decirles era verdad. Estaban fingiendo que estaban enamorados y sin embargo parecía que había poco de engaño detrás de aquella farsa. ¿Acaso los demás veían lo que ellos no? ¿Estarían tan ciegos como para no aceptar que lo que los unía era más que el deseo y la necesidad de proteger y ser protegida?
_______ se preguntó qué pasaría por la cabeza de Jared en aquel momento mientras sus ojos verdes perforaban los suyos.
Jared se moría por descubrir qué se escondía detrás de aquella mirada castaña cada vez que posaba sus ojos en él. Deseaba conocer cuáles eran los sentimientos de _______, comprobar si eran iguales a los suyos.
—Hemos llegado —la voz chillona de Jessie los trajo de nuevo a la realidad.
_______ logró zafarse de la mano de Jared cuando el automóvil se detuvo. Se bajó antes de que él pudiera protestar. Ya fuera, él se acercó por detrás y la sujetó de la cintura.
—No olvides que somos novios y que hacemos una pareja estupenda —le susurró él al oído.
—No lo olvido —le respondió ella e intentó, al menos, poner un poco de distancia entre su espalda y el pecho de Jared.
Los cuatro caminaron hacia una de las entradas laterales del estadio en medio de una gran masa de público. Jared seguía sujetándola de la cintura a medida que avanzaban y _______ solo deseaba que aquella tortura llegara a su fin lo antes posible. Fingir que tenía una relación con Jared Leto se estaba conviniendo en un arma de doble filo para ambos. Sentía que, en cuanto se quitaran las mascaras, la ficción superaría ampliamente a la realidad.
No había nada que ella pudiera hacer para evitar lo que sucedería si seguían con aquel juego. Lanzó un suspiro, la verdad era que tampoco quería hacerlo.


Se acomodó la chaqueta y verificó que el nudo de la corbata estuviera en su lugar. Había ensayado lo que le diría una y mil veces. Aun así, no podía evitar sentirse nervioso. Se secó el sudor de la frente que caía debajo de su gorra de béisbol y dio un par de golpes en la puerta.
Cuando por fin la tuvo enfrente la adrenalina comenzó a correr a través de sus venas. Contó hasta cinco en un intento por calmarse; lo que menos quería era asustarla. Nada podía arruinar aquel momento: su momento.
Saco la identificación y se la mostró.
—Soy Ronnie Walter, trabajo para la Comisión de los Derechos de los Animales. —Había repetido aquellas palabras tantas veces en su cabeza que hasta podía llegar a creer que lo era realmente.
—¿Qué desea? —preguntó la joven escudada detrás de la puerta.
—Estamos realizando una encuesta a todas las personas que tienen mascotas. —Le sonrió—. ¿Un perro, un gato o un canario tal vez?
—Tengo un perro. Se llama Bongo —respondió con recelo.
—Bonito nombre. —Sacó unos papeles del maletín que había dejado en el suelo—. Me gustaría hacerle unas preguntas, señorita…
—Lisa Rogers.
Sabía muy bien cuál era su nombre, solo deseaba que ella se lo dijera.
—Muy bien, señorita Rogers. No querría robarle su tiempo, pero debo hacer mi trabajo. Sé que la mayoría de las veces solo molesto y la gente tiene razón en poner mala cara cuando llamo y les digo que quiero hacer unas cuantas preguntas.
Ella asintió y lentamente abrió la puerta.
—¿No nos hemos visto antes? —preguntó cuando lo miró mejor. Pero la gorra que cubría casi la mitad de su rostro no dejaba mucho para ver.
—¿Quién sabe? ¡Quizá nos conocimos en otra vida!
Lisa Rogers esbozo una sonrisa tibia.
—¿Le llevarán mucho tiempo sus preguntas, señor Walter?
—Unos cuantos minutos, Lisa. —Apoyó el brazo en el marco de la puerta—. Puedes llamarme Ronnie.
Ella se sonrojó.
—Si realmente te molesta que haga esto, solo dímelo. Puedo decir que no encontré a nadie en casa y…
—No, tienes razón. Solo haces tu trabajo. —Abrió más la puerta—. Ven, pasa. ¿Te gustaría tomar algo fresco? Tengo té helado recién preparado.
Una sonrisa plena de satisfacción se instaló en su rostro mientras entraba.
—Me encantaría… —

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Noo Lisa, no lo dejes entrar!

Este es uno de mis capitulos favoritos me hace reir:)
Jared si que supo aprovecharse de la Situación JAJAJA:)
karla Felix
karla Felix


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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por karla Felix Dom 17 Mar 2013, 4:38 pm

-Capítulo 18- -Capitulo HOT-

El partido entre los Falcons y los Sharks de San José había entrado ya en el segundo período. Ganaban los locales dos a uno y había una marcada diferencia entre los dos equipos. Jessie estaba entusiasmado con el juego y se levantaba de su asiento cada vez que algún jugador cometía una falta o era sancionado. A su lado, Mónica se limitaba a calmarlo y a decirle que estaba haciendo el ridículo. De vez en cuando miraba a _______ y ponía cara de fastidio. Parecía que no disfrutaba del partido con la misma euforia que su marido.
Jared y _______ estaban sentados junto a sus vecinos pero ella notó, casi de inmediato, que lo que menos llamaba la atención de él era el partido; ni siquiera había celebrado los dos goles. En cambio, continuaba con su rol de novio perfecto y su brazo se extendía sobre el hombro de _______; era tan largo que sus dedos llegaban hasta allí donde nacían sus senos. Ella temía que él pudiera sentir cómo su corazón había comenzado a palpitar alocadamente dentro de su pecho. Su mano no se movía, pero el calor que emanaba traspasaba la tela gruesa de su sudadera y le quemaba la piel.
Jared estaba atento a la multitud que había asistido a ver el partido pero no olvidaba dónde estaba su mano. Tuvo que reprimir varias veces el impulso de acariciar la curva de su cuello para luego sujetarla del rostro con suavidad y besarle la boca.
Se dijo que lo hacía por el simple hecho de no levantar sospechas con sus vecinos. En el edificio, todos creían que eran novios y era mejor que continuaran creyéndolo. Sin embargo, por más que se engañara, sabía que lo hacía porque quería hacerlo, porque cualquier excusa era buena para estar cerca de _______.
De repente, un niño que sostenía un enorme vaso de refresco de cola llamó su atención. Tenía el cabello rojizo y llevaba una sudadera de los Falcons; coincidía con la descripción del niño que había entregado la caja. Siguió buscando entre la multitud, pronto descubrió que no era el único niño pelirrojo dentro del pequeño estadio. Contabilizó cuatro en total, pero solo dos llevaban la insignia del equipo que iba venciendo.
_______ notó la expectativa en el rostro de Jared; sabía cuál era su verdadera misión al asistir a aquel partido.
—Vuelvo en un momento —le dijo y se puso de pie.
_______ no tuvo más remedio que quedarse sentada en la grada a esperarlo.
Lo observó mientras se alejaba y caminaba hacia la grada ubicada frente a ellos. Se acercó a una mujer que estaba acompañada por un niño pelirrojo. Desde allí vio que Jared le mostraba su placa y el rostro de la mujer se puso pálido. Luego se dirigió al niño y, después de hablar un momento con él, los dejó que siguieran disfrutando del partido. A juzgar por la expresión en el rostro de Jared, aquella charla no había sido positiva.
Lo vio dirigirse hacia otra grada ubicada a un costado y acercarse a otro niño pelirrojo; éste, como el anterior, llevaba una sudadera de los Falcons.
Estaba acompañado por un hombre que _______ supuso sería su padre. Una vez más, Jared sacó su placa y después de intercambiar algunas palabras con el niño y con el hombre sentado junto a él, se alejó y regresó a su lugar. Esa vez su rostro denotaba satisfacción.
—¿Has tenido suerte? —preguntó _______ mientras se sentaba junto a ella.
—Sí, el segundo niño con el que he hablado es el mismo que entregó la caja en tu casa. Irá mañana mismo a la comisaría para que lo interroguemos y para ver si reconoce a Jack Gordon —le informó y la tomó de la mano.
—Jared, ¿es realmente necesario? —_______ miró sus manos unidas.
Él la miró y luego observó con el rabillo del ojo a Mónica y a su marido.
—Debemos hacerlo, cariño. —Esbozó una sonrisa seductora—. Considéralo como parte de mi trabajo.
Trabajo. _______ lo sabía, ella siempre había formado parte de su trabajo, sin embargo, escucharlo de sus propios labios era mucho más doloroso aún. ¡Y ella que creía que existía un vínculo especial entre ellos!
«¡Reacciona, _______!», se dijo para sus adentros. «¡No imagines lo que no es!» Tal vez Jared Leto, además de ser un competen te detective, era un excelente actor que representaba su papel no solo frente a sus vecinos.
Se preguntó si no había estado actuando con ella desde el principio. Prefirió no responderse, porque la respuesta a aquella duda era demasiado dolorosa.
Después de que el partido finalizase, Mónica la buscó.
—Ven, charlemos un poco —le dijo, mientras su marido y Jared caminaban delante de ellas y comentaban los pormenores del partido.
_______ le sonrió, era una mujer simpática y a pesar de que renegaba de su marido, se notaba que lo adoraba.
—¿Sabes?, hace más de un año que conocemos a Jared y nunca nos había presentado a ninguna novia suya —le dijo mientras lanzaba una mirada a Jared que escuchaba con atención como su esposo le explicaba la jugada que había llevado a los Falcons a anotar su tercer gol, el que les había dado la victoria definitiva.
—Me halaga ser la primera —respondió _______ deseosa de seguir escuchando lo que Mónica tenía que decirle.
—Ha traído varias mujeres a su casa, eso sí —bajó el tono de su voz para evitar ser oída—. Jessie y yo hemos visto desfilar unas cuantas por allí.
_______ intento sonreír de nuevo pero no pudo. No tenía ningún motivo, ni el menor derecho, sin embargo sintió celos.
—Puedo imaginármelo —se limitó a responder. Seguramente una de aquellas conquistas se había dejado olvidado el sujetador en alguna de sus visitas.
—Pero ahora parece que va a sentar cabeza. Te ha encontrado a ti y no dudó en pedirte que fueras a vivir con él. —Su rostro regordete adquirió una expresión de emoción—. Ambas sabemos cuál es el siguiente paso.
_______ alzó las cejas.
—¿Siguiente paso?
—Sí. Cuando Jessie y yo llevábamos ya tres años de novios él me pidió que probáramos la convivencia. Compartimos el techo diez meses antes de que por fin me lo propusiera.
Entendió finalmente aquello de lo que Mónica estaba hablando, pero no podía decir o hacer algo para sacarla de su error.
—No lo sé —respondió. ¡Por Dios, ni siquiera sabía qué decirle para salir del paso!
—Hacéis una pareja muy bonita, _______; además reconozco a una mujer perdidamente enamorada cuando la veo.
_______ se detuvo en seco. ¿Qué estaba diciendo aquella mujer? ¿Acaso estaba representando su rol de novia de Jared tan bien? Ella no estaba enamorada de Jared, no podía estarlo.
Lo observó. Seguía caminando junto a Jessie un par de pasos por delante. De repente, como si supiera que tenía sus ojos clavados en la espalda, Jared se dio la vuelta y la miró. No era la primera vez que la miraba de aquella manera; sin embargo, _______ sintió que ella lo estaba contemplando de un modo diferente. Él le sonrió y ahí supo entonces que era verdad. El papel que había estado desempeñando se había vuelto contra ella: lo amaba. Amaba a Jared Leto y ya no podía negarlo. Desvió la mirada de inmediato, temerosa de que él descubriera lo que sus ojos ya no podían ocultar…



Tras despedirse de Mónica y Jessie entraron en casa, no sin antes prometerles que cenarían con ellos lo antes posible. Sam les salió al encuentro. Saltó primero sobre _______ y Jared levantó la mano en gesto de desaprobación.
—Creo que estoy comenzando a sentirme celoso —comentó mientras _______ se agachaba para saludar a Sam con unas cuantas caricias en la cabeza. Luego, como si el perro hubiese entendido sus palabras, se acercó a él y se tumbó sobre sus pies—. No estoy muy seguro de si debo aceptar tus zalamerías ahora.
Extendió la mano para tocarle la cabeza y sus dedos terminaron rozando los dedos de _______.
—¿Tienes hambre? —le preguntó él y buscó su mirada.
_______ tragó saliva; ya ni siquiera se atrevía a mirarlo directamente a los ojos, no después de haber descubierto que lo amaba.
—Sí —contestó y procuró mantener la voz firme.
—Pidamos una pizza —sugirió mientras observaba cómo Sam se acomodaba sobre el sofá—. Sé que no suena tan especular como la cena que habías preparado anoche, pero siento que debo compensarte de alguna manera.
_______ creía que no mencionaría aquel asunto, aunque, cuando lo hizo, no supo qué decir.
—No te preocupes por eso —dijo—. Iré a cambiarme; tú, mientras tanto, pide la pizza.
Jared asintió y la dejó marcharse a la habitación. Presentía que _______ intentaba evitarlo de una manera bastante sutil. Algo había pasado después del partido de hockey, estaba seguro de ello.
Se sacó el teléfono móvil del bolsillo del pantalón y antes de pedir la pizza marcó el número de su compañera.
—Parker, he encontrado al niño- fue lo primero que dijo.
Del otro lado de la línea la voz de Rachel sonaba ronca.
—Estupendo, Leto —dio un bostezo.
—¿Te he despertado?
—¿Tú qué crees? He aprovechado que mi hermana y su esposo han salido de compras con los niños para descansar un rato —dijo impaciente.
—Muy bien, quería avisarte de que el niño y su padre irán a la comisaría mañana temprano.
—Crucemos los dedos, Jared. Si logra identificarlo entonces lo tendremos cogido por el cuello y no habrá artilugio legal que logre sacarlo —dijo esperanzada.
—Esperemos que así sea.
—¿Cómo ha estado el partido?
—Han ganado los Falcons.
—Me alegro. —Se hizo un silencio—. ¿Estás en tu casa?
—Sí, acabamos de llegar.
—Bien.
Jared tuvo el presentimiento de que su compañera quería decirle algo más, pero solo se limitó a despedirse y colgó.
Se quedó mirando el teléfono un instante antes de llamar para pedir una pizza en Angelo's.
Unos minutos después, _______ se reunió con él en la cocina.
—La pizza no debería tardar —dijo él mientras buscaba un par de latas de cerveza.
—Genial, porque me muero de hambre —respondió ella de pie junto a la puerta.
Jared la observó. Había reemplazado la sudadera de los Falcons y los vaqueros por una blusa color rojo borgoña y una falda blanca con pequeñas flores estampadas. La fina tela de algodón caía sobre sus piernas libremente y llegaba hasta la altura de sus rodillas. Ella necesitaba moverse, no podía soportar más los ojos Azules de Jared que desnudaban cada milímetro de su cuerpo.
Caminó hacia el aparador.
—¿Por qué mejor no bebemos vino? —Sacó la botella que había quedado de la noche anterior.
Él le sonrió.
—Me parece estupendo. —Levantó el dedo índice—. Con una condición.
A _______ le preocupó el tono de misterio en su voz.
—¿Cuál sería esa condición?
—Que veamos alguna de las películas de mi colección.
—¿Beber vino y comer pizza mientras miramos una película de terror? —preguntó y alzó las cejas.
—¿No es un plan maravilloso? —Una sonrisa divertida surcó su rostro.
—Pues… no exactamente, pero creo que podré soportarlo.
—¡Te encantará!
_______ asintió, aunque no estaba en absoluto convencida. Estaba a punto de decirle que ella sería quien elegiría la película, pero unos golpes en la puerta se lo impidieron.
—Debe de ser el repartidor de pizza —dijo Jared y fue hacia el salón.
_______ buscó un par de copas y cogió la botella de vino blanco. Cuando salió de la cocina, comprobó que la idea de elegir ella misma la película que verían no daría resultado. Jared ya había quitado el disco de su estuche y lo estaba colocando dentro del reproductor de DVD. Respiró resignada mientras colocaba la botella y las copas encima del baúl.
—Es de mozzarella y aceitunas negras —le dijo y señalo la pizza—. Espero que te guste.
—Con el hambre que tengo me comería hasta la caja —respondió mientras se pasaba una mano por el estomago.
Él sonrió y la invitó.
—Ven, sentémonos. —

_______ se quedo inmóvil durante una fracción de segundo; luego, tomó su mano y dejó que él la condujera hacia el sofá y la ayudara a sentarse. No era necesario pero le agradó que él lo hubiera hecho. Hasta parecía que estaban en medio de una cita romántica y él estaba actuando como el perfecto caballero.
«No es una cita, y menos una romántica», se recordó mientras se ubicaba en el centro del sofá junto a Sam, que ya se había dormido. Tampoco debía olvidar que, tal vez, todo aquello solo era parte del papel que Jared estaba cumpliendo frente a ella, solo estaba haciendo su trabajo, aunque este incluyera una cena con vino blanco y una película de terror de los años treinta.
Él se sentó junto a ella y _______ se movió inquieta en su lugar. En realidad, entre Jared y Sam no le quedaba mucho espacio disponible para moverse.
—¿Estás cómoda? —Una media sonrisa curvaba sus labios.
_______ asintió en silencio.
—Será mejor que empecemos a comer antes de que se enfríe. —Le entregó una porción de pizza a _______.
—Gracias —balbuceó ella y sujetó la porción con ambas manos.
—Espero que te guste la película que he elegido para esta noche. —Apoyó la espalda contra el sofá y estiró las piernas hacia adelante.
—Yo también lo espero —respondió ella y esbozó una sonrisa.
—Bien. —Tomó el control remoto, lo apuntó hacia la pantalla y la película comenzó a pasar.
_______ descubrió enseguida que se trataba de una de las tantas películas protagonizadas por Sam.M Karloff. Jared había elegido para esta ocasión, La momia.
—He visto otras versiones de esta misma película —comento ella después de darle un gran bocado a la pizza.
—Seguramente sí, pero solo son eso, versiones. —Sirvió el vino en las dos copas—. Ahora verás una verdadera obra maestra del gran cine de terror, aquel que no usaba los efectos especiales exagerados que se usan hoy y que terminan robando el protagonismo de los propios actores.
_______ sonrió. Realmente era un apasionado de aquellas películas. Podía comprender aquel sentimiento, porque a ella le pasaba lo mismo con las obras de arte. Tomó la copa que Jared le entregó y bebió un sorbo; el vino le hizo cosquillas en la garganta.
—Está delicioso.
—Sin duda lo está —comentó él y la miró. Los labios de _______ se habían humedecido por el vino y resultaban mucho más tentadores aún.
_______ miró hacia la pantalla, trató de concentrarse en la película y rogó, en silencio, que él hiciera lo mismo. Lanzó un ligero suspiro de alivio cuando por fin Jared apartó los ojos de su boca.
La película, como era de esperar, estaba en blanco y negro y estaba ambientada en Egipto en la década de los años veinte.
_______ observaba con atención.
Whemple, uno de los personajes que se veía en la pantalla, preso de la curiosidad y la codicia, abre el cofre que contiene el rollo de Thoth. Después de quitar la cinta roja que lo sujetaba desenvuelve el antiguo pergamino y así desafía a la maldición. Cuando comienza a leer aquellos jeroglíficos egipcios la momia de Im ho tep, que descansa en su sarcófago, abre sus ojos.
Jared notó que _______ se movía inquieta. Intentó no reírse y procuró seguir atento a la película.

La momia no solo mueve sus ojos, ha separado los brazos del pecho y comienza a caminar hacia el hombre que, sin saberlo, la ha despertado de su sueño de más de tres mil años.
_______ dejó la porción de pizza sobre la caja, estaba empezando a perder el apetito.
La mano de la momia, lentamente se va acercando a su objetivo y cuando, por fin, logra alcanzarlo, el profanador comienza a gritar aterrado.
Jared observó a _______ por el rabillo del ojo. Sostenía la copa casi vacía de vino con las dos manos. Estaba inmóvil.
Los gritos luego se mezclan con fuertes carcajadas; el hombre ha perdido la razón y mientras continúa riendo la momia de Im ho tep desaparece del lugar.
—¿Estás bien? —preguntó Jared y se esforzó por no hacer algún comentario burlón.
_______ asintió mientras bebía el último resto de vino que le quedaba. Extendió la copa.
—Sírveme otra.
Jared obedeció y volvió a llenar con vino blanco su copa vacía.
_______ se lo bebió casi de un sorbo. Jared la miró asombrado.
Volvió a concentrarse en la película.
La pantalla mostraba el primer plano de la cara de Im ho tep, sus ojos sin vida reflejaban una luz aterradora. Un perro ladraba en medio de la noche al percibir su presencia.
_______ dio un salto cuando Sam comenzó a ladrar a su lado.
—¡Por Dios, Sam! —exclamó _______ y se llevó la mano al pecho.
Jared ya no pudo controlarse más y se echo a reír.
—¡Sam, no vuelvas a hacer eso! —lo regañó—. ¿No ves que _______ teme que la maldición de la momia pueda llegar hasta ella?
_______ le lanzó una mirada asesina y por un segundo, deseó tener el mismo brillo maligno de Im ho tep en los ojos para mostrarle lo enfadada que estaba.
—¡No es gracioso!
—¡Oh, sí lo es! —dijo y se mordió el labio—. Eres deliciosamente graciosa.
_______ dejó la copa sobre la mesa y buscó entretenerse acariciando la cabeza de Sam, que parecía estar más asustado que ella. Pero solo era consciente de que Jared la estaba mirando, de que la película seguía avanzando y de que ninguno de los dos le estaba prestando atención ya.
En el momento en que se inclino para besarla _______ volvió la cabeza hacia otro lado. Jared era demasiado encantador pero ella debía resistirse. La tomó de la barbilla para obligarla a mirarlo a los ojos, _______ dejó escapar un gemido que pretendía ser una protesta. Pero ambos sabían que no lo era. Debería apartarse, pero su cuerpo no parecía estar en sincronía con su sentido común.
La oposición, débil como era, cedió cuando sus labios entraron en contacto. Él aún mantenía sus dedos en la barbilla de _______ para obligarla a entreabrir su boca. Su lengua no cruzó el límite de la línea de sus dientes y solo acaricio el interior del labio inferior, pero _______ sintió que se hundía en un mar de deleite. La mano grande y fuerte de Jared se apoyó sobre su espalda para acercarla más a él.
La naturaleza tierna de aquel beso fue cambiando lentamente, se hizo más intenso y demandante. La mano que la sostenía por la parte trasera del cuello avanzó por debajo de su cabellera y se enredó en sus hebras para llevarle la cabeza hacia atrás.
—Eres increíblemente dulce, _______. Dulce y delicada —murmuró él contra su garganta. Su boca estaba tibia y dejó una huella de besos ardientes por la piel hasta el hueco de la clavícula. Jared alzó la cabeza para mirarla y ella trato de moverse.
_______ colocó las palmas de las manos contra el pecho fornido para alejarlo de ella.
—Jared… —Intentó recobrar el aliento para hablar con él. No iba a permitir que volviera a suceder.
—¿Qué pasa? —Clavó sus ojos azules en los suyos.
—No… no voy a dejar que lo hagas de nuevo.
Él sabía con claridad de qué estaba hablando.
—No hablemos ahora —le dijo con la voz ronca—. Es tiempo de sentir, no de conversar….

Una parte de su ser deseaba alejarse, pero sabía que él no lo permitiría, ni ella tampoco deseaba que lo hiciera. Cerró los ojos, apoyó la cabeza en el hombro de Jared y apretó la cara contra la tela suave de su camisa. El fuego comenzó a arder y consumió su determinación.
Entonces, Jared la atrajo hacia sí una vez más y la besó apasionadamente; ladeó la cabeza para absorber todo cuanto pudiera de aquella mujer a quien parecía desear desde hacía siglos. Ella le rodeó el cuello con los brazos y correspondió a su beso con igual pasión.
Deseaba alzarla en brazos y llevarla a donde ella quisiera. Desde el mismo instante en que la había rodeado con los brazos, había anhelado hacerla finalmente suya. Ya no se detendría; aquella noche ya no eran el policía y su protegida. Cuando hicieran el amor solo serían un hombre y una mujer entregados el uno al otro sin miramientos ni reservas.
Sam se movió inquieto, se subió al respaldo del sofá y comenzó a lamer el brazo desnudo de _______. Ella comenzó a reírse.
—¡Ah, no! —protestó Jared sin soltarla—. Esta noche no, amigo. Esta noche _______ me pertenece solo a mí.
Se levantó y la ayudó a hacer lo mismo. Ella dejó que él la guiara hasta la habitación. Sam los seguía, pero antes de que se pudiera colar con ellos
Jared logró cerrar la puerta.
—Lo siento, Sam. —Se dio media vuelta y la contempló—. Esta noche será solo mía.
Esas palabras la dejaron muda y contuvo la respiración cuando él avanzó hacia ella.
Se quito la camisa y luego se deshizo de los pantalones. Se acercó más a ella. _______ se relajó lo suficiente como para volver a respirar. Su cuerpo era poderoso, lleno de vigor, y sus manos ansiaban conocerlo en todo su esplendor. Jared la tomó de las manos e hizo que se pusiera de pie. Con rapidez le desprendió los botones de la blusa y la hizo deslizar por su espalda hasta hacerla desaparecer bajo sus pies. Sus pechos, ocultos detrás de una delicada tela de encaje, refulgían blancos a la luz de la luna que entraba por la ventana.
Él le tomo la mano, la poso sobre su corazón y la retuvo allí.
—Mira lo que provocas en mí, _______.
Ella podía sentir sus latidos acelerados.
Jared avanzo por sus costados, buscó el cierre de su falda y se la quito con destreza, luego, le acaricio la piel sedosa de la espalda y de los hombros. Rozó con los labios su frente, su mejilla, por fin encontró su boca. La besó con suavidad y luego se deslizó hasta su oreja. Ella dejó escapar un profundo gemido que reproducía la excitación, el ansia que a Jared le oprimía el pecho. El deseo, empujado por la adrenalina, atravesó como una descarga el cuerpo de Jared. Nunca se había sentido así. Nunca había deseado tanto a una mujer. Nunca se había sentido tan fuera de sí. Deslizó las manos sobre la espalda desnuda de _______ y ella respondió acariciando su pecho. Jared sintió una lluvia de placer que lo dejó aturdido.
—Te necesito, _______.
Las palabras la atravesaron como flechas al rojo vivo y la dejaron indefensa para resistirse a la urgencia de sus propios deseos. Los labios tentadores e incitantes se posaron nuevamente sobre su boca, que estaba ansiosa por recibirlos una vez más. Su lengua la invadió de manera casi salvaje mientras ella le sostenía la cabeza con ambas manos. La reacción de Jared fue lanzarse a una posesión apasionada que la dejó sin aliento. Su lengua le llenó la boca con un fuego acariciador. Él exploró y probó todo lo que ella le ofrecía, retrocedía solo para incitarla a que lo imitara. Estaba tan ocupada descubriendo las maravillas de la boca de Jared que no advirtió el momento en que él le quitó el sujetador.
La mano de Jared le cubrió uno de los senos. Instintivamente _______ movió su cuerpo para acercarse a él. Entonces Jared frotó su pulgar sobre el pezón tieso y la atormentó. Su ardor creció y sus ansias se hicieron cada vez más sofocantes.
Él seguía saboreando la boca de _______. Ya no servía de nada protestar o negarse, se dejó vencer por la embestida violenta de nuevas sensaciones. El control que él ejercía sobre sus sentidos era inmanejable para ella.
Jared se apartó un momento para mirarla, _______ no pudo abrir los ojos. Luchó denodadamente contra el repentino deseo que se expandió por todo su ser cuando Jared se inclinó para tomar posesión de su pecho con los labios ardientes y mojados.
Ella se arqueó para ofrecerle los suaves montículos de sus senos, los gritos de placer que se escaparon de su garganta solo elevaron el deseo de Jared. La empujó sobre la cama y la aprisionó allí con el peso de su cuerpo. Ella lo contempló mientras él se despojaba de la última prenda y se recostaba a su lado. Jared deslizó sus dedos sobre la superficie satinada de su piel mientras trataba de descubrir lo que le hacía gritar de placer incontenible.
Con los ojos cerrados, _______ sintió que se hundía en un mundo de pasión desconocida en donde solo las caricias y los besos de Jared le producían ese goce tan perfecto y sublime. Con roces apenas insinuados, Jared le acarició la entrepierna para luego pasar el dorso de la mano entre ambas ingles mientras observaba, con detenimiento, el rostro de _______ para conocer su reacción.
—Jay —susurró ella y lo miró a los ojos.
A él le agradó escucharle llamarlo así por primera vez.(En la novela original, él se llama Mathew, y ella le dice Matt… )

Él introdujo sus dedos debajo de la tela de sus bragas y la acarició con deleite.
—¡Oh, Dios! —Su cabeza se echó hacia atrás.
Jared la observó luchar con sus sensaciones, mientras la devoraba la pasión _______ le aferró los hombros y luego deslizó sus manos por la espalda para estrecharlo más contra su cuerpo.
Él arremetió de nuevo contra sus senos turgentes y tibios mientras que con una de sus manos la desnudaba por completo.
Ella dejó escapar un gemido y se frotó contra él. Jadeaba y se deshacía con sus caricias.
La boca de Jared absorbió el grito de placer, mientras sus cuerpos, por fin, se unieron en una comunión arrolladora. El movimiento fuerte e intenso casi la hizo estallar, pero él la sostuvo inmóvil durante un segundo y, cuando la soltó, ella volvió a relajarse.
_______ susurró su nombre a la vez que hundía su rostro en el cuello de Jared. Cuando él comenzó a moverse, ella clavó su mirada en sus pupilas y se unieron tanto emocional como físicamente. Sus embestidas, feroces y posesivas, quebraron su control. Todos sus sentidos estaban pendientes de ella, de sus leves gemidos y de los estremecimientos que sacudían su cuerpo.
Pronto, el ritmo se hizo más urgente, más exigente, y los elevó a ambos a la cima más alta, donde solo los afortunados lograban llegar.
A _______ le dolían los brazos de estrechar a Jared tanto tiempo, pero no podía soltarlo ni por un segundo durante la larga caída de regreso al sosiego. No deseaba moverse, ni siquiera respirar. Lo único que quería era tener a Jared con ella para siempre.
—Eres hermosa —susurró él y trató de moverse, pero ella se ciñó más a él con brazos y piernas.
Él le acaricio el vientre y recogió gotas de sudor con la yema de sus dedos. Aquel ligero roce hacía que su cuerpo sensible se hundiera en el éxtasis. Esa vez, él lo hizo con lentitud; con una ternura extrema. _______ perdió conciencia de su propio ser y se dejó arrastrar una vez más hacia el placer que él le prometía…


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Por fin los dos hicieron aun lado todo y se dejaron llevar...
Este capitulo es tan....Tan Hermoso, Romantico♥ Perfecto! Gracias por Comentar Cuídense mucho!
karla Felix
karla Felix


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Mensaje por Leyre Lun 18 Mar 2013, 2:23 pm

Holis Karla nueva fiel lectora:me llamo Selena soy de Argentina y tengo 15 amo tu adaptacion cuando vi que era sobre Jared me puse super contenta es que no creo que haya alguien mas lindo por dioz! bueno espero que le sigas desde ya soy tu nueva fiel lectora!
PD:ame el ultimo capitulo que publicaste tan romantico!
Leyre
Leyre


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Mensaje por Rosie M. ♥ Lun 18 Mar 2013, 4:05 pm

Genial el capitulo Karla :D !

Rosie M. ♥
Rosie M. ♥


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Mensaje por karla Felix Vie 22 Mar 2013, 1:23 am

-Capítulo 19-


_______ abrió los ojos y estiró los brazos por encima de su cabeza. Jared sujetó una de sus muñecas y se la llevó a los labios.
—Me cuesta mucho controlarme cuando te tengo tan cerca —le dijo él mientras recorría el dorso de su mano con la boca.
Ella se estremeció, aquel contacto desató de nuevo el torbellino de deseo que la había embriagado la noche anterior. Sin dudarlo, se inclinó sobre él y comenzó a besarle el pecho.
—Lo mejor es no controlarse, detective Leto. —Sus ojos castaños lo desafiaron abiertamente. Ella contempló su rostro y le sostuvo la mirada mientras su boca trazaba cada milímetro de su torso musculoso. Levantó la mano para recorrer su mandíbula áspera, luego las mejillas hasta posarse en sus labios entreabiertos para comenzar a descender, muy lentamente, una vez más.
—Llámame Jared—le pidió él y contuvo el aliento—. Anoche lo susurraste una vez y sonó maravillosamente bien.
—Jared… Jared —le susurró en su oreja.
Jared la aprisionó entonces por la cintura y la sentó encima de él. Era una invitación que _______ no iba a desaprovechar. Comenzó a besarlo y Jared sintió una descarga de placer que lo dejó aturdido.
Ella lo acariciaba y lo provocaba con la lengua en suaves movimientos circulares. Cuando llegó hasta dónde él deseaba que ella llegara y justo cuando creía que iba a estallar, ella comenzó a desandar su camino de besos, subiendo de nuevo por el abdomen y el pecho hasta llegar a su boca. Se alzó sobre él y sus pechos oscilaban sobre Jared.
Su ardor creció y sus ansias se hicieron cada vez más sofocantes, hasta volverse arrolladoras. Y no quedó nada más que ella, la pasión y la magia que le entregaba.


—Eres tan parecida. —Sus dedos acariciaban su mejilla temblorosa—. Es casi como tenerla aquí.
Lisa Rogers volvió la cara, aquellas manos le causaban repugnancia. Había estado tocando su rostro durante toda la noche. Le había dicho que se parecía a la mujer que él amaba tantas veces que ya había perdido la cuenta. No recordaba en cuántas oportunidades le había repetido que ella no era la mujer que él creía.
No era _____(d). Le había gritado su nombre, una y otra vez, pero él parecía no escucharla. Lo observó mientras se dirigía a la ventana. Intentó zafarse, pero las esposas que le rodeaban sus muñecas y la tenían atada a la cama no cederían con facilidad. No importaba cuánto se esforzara por liberarse, sabía que no había escapatoria posible.
No entendía qué hacía aquel tipo allí. Lo había dejado entrar a su casa porque la había convencido con su historia de la encuesta para la Comisión de los Derechos de los Animales. Más tarde, en un momento, él la había sujetado por detrás y cuando despertó se encontró atada en su propia cama, con un vestido que no era el suyo y peinada con una trenza al costado de la cabeza. El pequeño Bongo había logrado huir antes de que él pudiera hacerle daño.
—¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? —le gritó y exigió su atención.
Pero él ni siquiera se giró a mirarla. Su _____(d) no le haría aquellas preguntas; ella sabría que, cuando estuvieran juntos, deberían cumplir con el destino que se les había signado. Sería la última vez que haría aquello, ya no tenía sentido dilatar el momento del reencuentro.
Se giró lentamente y la observó. Sus ojos estaban vacíos: la miraban, pero no era a ella a quién veían. En su mente y en su corazón era _____(d) la que estaba tendida en aquella cama y esperaba por él.
Se acercó y cuando la vio temblar y sacudirse en un intento por escapar de su destino le sonrió.
—No hay nada que puedas hacer. _____(d) debe comprender que tiene que estar a mi lado. Tu muerte me llevará con ella, serás el puente que nos unirá al fin.
Lisa gritó y suplicó por su vida. Pero él no la escuchó. La vio llorar y la escuchó rezar pero no le importó. Tenía una misión y no había nada que le impidiera llevarla a cabo.
Sus manos repugnantes, esa vez, no la acariciaron. Solo se cerraron alrededor de su cuello y le arrebataron, poco a poco, la respiración. Sus ojos sombríos y su sonrisa sádica fue lo último que los ojos castaños de Lisa Rogers vieron aquella mañana de domingo.


_______ aun no había puesto un pie fuera de la cama cuando el teléfono del salón comenzó a sonar. Observó la puerta del cuarto de baño por un instante, Jared había desaparecido por ahí un par de minutos antes.
Cubrió su desnudez con la camisa de Jared, que fue lo primero que encontró al alcance de la mano. Salió corriendo de la habitación y llegó a levantar el auricular antes de que comenzara el mensaje del contestador y el grito aterrador fuera proferido por el aparato.
—Hola —dijo mientras respiraba agitada.
Hubo un silencio del otro lado de la línea.
—¿Estoy hablando con el numero de Jared Leto?
Era una voz femenina.
—Sí, así es.
—¿Quién habla?
Notó la sorpresa en aquella voz completamente desconocida para ella.
—Mi nombre es _______. Soy la novia de Jared. ¿Quién es usted? —Si se hubiera detenido a pensar, jamás habría dicho semejante cosa, pero no supo por que lo había hecho.
Su respuesta había dejado muda a la mujer.
—Soy Trisha. —Hizo una pausa—. No sabía que Jared tuviera novia —comentó.
Trisha. ¿De dónde diablos había salido aquella mujer? Decidió que lo mejor era no pensar mucho al respecto.
—Pues ahora lo sabes —respondió con sarcasmo—. Se está duchando en este momento; no creo que pueda atenderte, si quieres dejarle algún recado…
—Solo dile que he llamado, y que no olvide que prometió venir a verme.
—¿Cuál era tu nombre? —Lo recordaba perfectamente.
—Trisha.
—Le diré que has llamado, no te preocupes.
—Está bien, adiós. Espero que podamos conocernos en persona pronto.
_______ se quedó atónita. No estaba en sus planes conocer a la amante de Jared.
Ni siquiera lo escuchó cuando se acercó por detrás y la rodeó por la cintura.
—Te sienta de maravillas mi camisa —le dijo y le besó la oreja.
Ella se quedó quieta. Aquel contacto la hizo zozobrar. No estaba para arrumacos, no después de aquella llamada. Dio media vuelta y se apartó.
—Ven aquí. —Tironeó de la manga que caía de forma holgada sobre sus brazos—. Necesito mi cuota de besos matinales.
_______ cruzó los brazos sobre el pecho. Deseaba más que nada perderse de nuevo en su boca, pero la llamada de la tal Trisha la había dejado intranquila.
—No, mejor no —le dijo y levantó la mano antes de que volviera a avanzar hacia ella.
—¿Qué sucede? —preguntó con los brazos en jarras. Observó el auricular del teléfono mal colocado—. ¿Ha llamado alguien?
_______ contó hasta cinco antes de responderle. Quería saber lo que él iba a decirle, pero al mismo tiempo temía escuchar la respuesta.
—Ha llamado una tal Trisha —dijo por fin; notó que Jared ni siquiera se inmutaba al oír aquel nombre—. Quería hablar contigo, ha mencionado algo de una promesa de que irías a verla.
Jared comprendió, entonces, la actitud distante que había demostrado _______ hacia él. Estaba celosa. Y aquello le encantaba.
—Cierto. —Esbozó una sonrisa—. Le dije delante de su padre que iría a verla.
Los ojos castaños de _______ se abrieron como platos. ¿Su padre? ¿Conocía al padre de aquella mujer? Entonces no se trataba solo de una amante casual, sino de una relación más seria. Sintió que se le encogían los músculos del estómago; aquello no podía estar pasando, mucho menos después de la noche de amor que ambos habían compartido.
—Creo que deberías saber que tal vez he metido la pata —le dijo, incapaz de ocultar su enojo.
Jared frunció el ceño.
—Explícate.
Lo miró directamente a los ojos.
—Le he dicho que era tu novia.
—¿Qué tú qué?
—Le he dicho que era tu novia —reiteró.
—¡Por Dios! ¿Es una broma, verdad?
_______ negó con un leve movimiento de cabeza. Estaba molesto. Se convenció de que había cometido un gran error al decir aquello; aunque el error más grande lo había cometido la noche anterior al entregarse a él. ¿Cómo podía haber sido tan estúpida de creer que después de haber hecho el amor se convertiría en su novia? ¿Cuándo iba a aprender que para Jared Leto ella no era más que trabajo?
—Lo siento. —Hizo un esfuerzo enorme para no llorar.
—No sabes lo que acabas de hacer, _______ —dijo y se pasó una mano por el cabello.
—¡Maldición, Jared! ¡Te he dicho que lo siento! —No pudo contener las lágrimas mucho más—. ¡No creía que te molestara tanto que dijera que era tu novia!
Entonces, Jared se dio cuenta de cuán estúpido había sido. Debía explicarle a _______ el porqué de su enojo antes de que ella siguiera creyendo lo que no era.
—_______. —Se acercó.
—¡No, déjame! —Se apartó cuando su mano intentó acariciarle el rostro.
—¡Déjame explicarte!
—¡No es necesario! —Se secó las lágrimas de un manotazo—. ¡Está todo muy claro para mí!
—¡No es lo que tú piensas! Me he enfadado, pero no por lo que tú crees —explicó y bajó el tono de su voz.
_______ no estaba dispuesta a escucharlo; nada de lo que le dijera podría hacerle sentirse mejor. Deseaba salir corriendo de allí y no regresar jamás.
—No intentes tergiversar los hechos, Jared. Sé muy bien lo que ha sucedido aquí y lamento haber sido tan ingenua como para creer que, después de lo que sucedió anoche, las cosas entre nosotros habían cambiado.
—_______, escúchame —le pidió.
—No, déjame sola. No tiene caso. Si te arrepientes de haber hecho el amor conmigo por temor a lo que vendrá después, no hay nada que yo pueda hacer. —Dio un paso hacia atrás, pero él la sostuvo por el brazo; no dejaría que se fuera sin antes escucharlo.
—No me arrepiento, _______ —le dijo y clavó sus ojos Azules en los ojos húmedos de ella—. Jamás podría. Lo que sucedió anoche fue maravilloso.
Ella no dijo nada. Quería creerle, desde el fondo de su corazón quería creer lo que él le estaba diciendo.
—Si me he molestado por lo que le has dicho a Trisha, es solo por una razón. —Lanzó un suspiro—. Trisha es la hija de Phil Conway, mi jefe, y si él se entera de que tú y yo tenemos una relación, es muy probable que me saque del caso.
Aquellas palabras borraron, en un segundo, la pesada angustia que sofocaba el corazón de _______. Sin embargo, lo que había descubierto no podía dejarla menos que intranquila.
—¿La hija de tu jefe? —Había sido ella la que había cometido un error, un error que quizá le costara a Jared su trabajo.
Jared asintió.
—Lo siento. —Se soltó y le dio la espalda, la vergüenza que sentía era demasiado grande como para que él, además, la estuviera mirando a los ojos.
—No. —Se puso frente a ella—. Perdóname tú a mí por haberte hecho pensar, por un instante, que estaba arrepentido de lo que sucedió anoche.
—Pero ¿qué va a suceder ahora? —No podía sostenerle la mirada—. Si no hubiera abierto mi tremenda bocaza, ahora no estarías en serios problemas con tu jefe.
—Deja que de Phil me encargue yo. —Le acarició la barbilla y la obligó a mirarlo—. Además de ser mi jefe, es mi amigo, y yo sabré cómo dorarle la píldora.
_______ se mordió el labio inferior.
—Debería haber sido menos impulsiva y…
Jared la calló con un beso ligero.
—Me gusta que te hayas puesto celosa —le susurró junto a la boca.
—Yo no he mencionado esa palabra —respondió ella con la mirada clavada en sus labios.
—No importa. —La atrajo hacia él y le rodeó la cintura con los brazos—. Lo estás y eso hace que me vuelva más loco por ti.
_______ no dijo nada; solo apoyó su cabeza en el hombro de Jared, cerró los ojos y se apretó contra él. Necesitaba volver a sentir cada milímetro de su cuerpo pegado al de ella, necesitaba que él le demostrara que estaba todo bien. Que lo que había sucedido entre ellos la noche anterior era la promesa de muchas noches más.



Bueno aqui esta el cap de hoy, espero y les guste:)
Hola y Bienvenida Selena Me alegra saber que te gusta:)
Gracias por comentar, Se cuidan mucho, Besos...!

karla Felix
karla Felix


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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por Leyre Vie 22 Mar 2013, 9:28 am

oww por dioz que mal lo de Trisha,por dioz yo ya habia pensado que era una chica de la lista de ligues de jared "el picaron" jajaja no me hagas caso toy loca,me encanta enserio que si aunque debo admitir que ese maniatico me da mucho chuchis,de solo imaginarmelo se me revuelve la bilis,bueno espero que le sigas porfiss!
muchos kisses linda!
Leyre
Leyre


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Mensaje por Rosie M. ♥ Vie 22 Mar 2013, 2:14 pm

klasjdaslkdjalkda Me encanta tu novela Karla, y cuando la rayis se puso celosa *.*

Con tu novela es como :enamorado:

¡Que le pasa a Lisa! no me dejes con la intriga por mucho tiempo!

Rosie!...♥️
Rosie M. ♥
Rosie M. ♥


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Mensaje por karla Felix Dom 24 Mar 2013, 8:12 pm

-Capítulo 20-


Jared atravesó el pasillo de la comisaría de policía a toda prisa. Llevaba casi media hora de retraso y no estaba dispuesto aquella mañana de domingo a soportar las reprimendas de su compañera. Cuando llegó a la puerta de la oficina que compartía con Rachel se detuvo un instante. Se arregló el nudo de la corbata y se acomodó dos mechones que le caían sobre el rostro. Esperaba no ser demasiado obvio, pero le era difícil ocultar la dicha que sentía por dentro y que amenazaba con quedar expuesta en cualquier momento. Sobre todo delante de su compañera que a la hora de descubrir lo que pasaba en su interior era más eficiente que él mismo. El olfato detectivesco de Rachel Parker, sin lugar a duda, podía llegar a ser un arma de doble filo.

Entró por fin y la encontró sentada detrás de su escritorio leyendo unos papeles.

—Al fin, Leto —dijo y levantó la vista para observarlo—. Parece que se te han pegado las sábanas.

Jared desvió la mirada y caminó hasta su escritorio.
—¿Alguna novedad? —Se sentó y recostó la espalda en la silla—. ¿Ha llegado Jonathan Thomas?

Rachel cerró la carpeta que estaba leyendo y se levantó.
—No, no ha llegado todavía, pero tengo malas noticias —dijo preocupada.

A Jared se le hizo un nudo en la garganta. ¿Acaso Phil ya sabía lo que estaba sucediendo y le iban a comunicar, de forma oficial, que lo retiraban del caso? Se removió inquieto en su silla; de repente, el nudo de la corbata comenzó a molestarle demasiado.

—¿Qué sucede? —hasta temía hacer aquella pregunta.

Rachel percibió su agitación.
—Las huellas de pisadas encontradas en la habitación de Tessa Hodgins y en el sótano de _______ no concuerdan con las de Jack Gordon.

Podría haber respirado aliviado, pero aquella definitivamente no era una buena noticia.

—No pareces demasiado sorprendido —comentó Rachel y frunció el ceño.

—No es solo lo que me acabas de decir. Es cierto que encontramos el bisturí en su casa, pero no tenía sus huellas; tampoco las encontramos en la cabina telefónica y su coartada se la da su propia madre.

—Que puede estar mintiendo. Después de todo, su hijo es lo único que tiene —alegó Rachel y miró con atención a su compañero. Estaba extraño, demasiado nervioso tal vez.

Phil Conway entró en la oficina sin llamar.
—Muchachos, acaba de llegar el niño con su padre —les anunció y volvió a salir.

—¿Sucede algo? —Preguntó Rachel—. Te has puesto pálido cuando ha entrado el jefe.

—No es nada; no te preocupes. —Se levantó de un salto—. Vamos, no perdamos tiempo.

En la pequeña habitación contigua a la sala de interrogatorios Jonathan Thomas y su padre los esperaban acompañados por un oficial. El niño parecía tranquilo, no así su padre.

—¿Está seguro de que el sujeto no puede vernos?

—Sí, señor Thomas. —Lo tranquilizó Jared—. Él no podrá verlos; tampoco sabe de su presencia aquí.

Rachel observó al niño pelirrojo sentado en el regazo de su padre.
—Hola, Jonathan. Mi nombre es Rachel. —Extendió la mano.

El pequeño la miró y extendió su pequeña mano hacia ella.
—¿Eres policía?

—Así es.

La atención de todos se dirigió a la sala de interrogatorios. Jack Gordon acababa de ser traído y descansaba en una silla. Tenía los brazos esposados apoyados sobre las piernas y observaba hacia el espejo que tenía enfrente.

Jared notó el nerviosismo en el padre del niño.

—Le repito, señor Thomas. El sospechoso no puede ver el recinto en el que nos encontramos.

Él asintió.
—Jonathan, ¿sabes por qué estás aquí? —le preguntó Jared y se arrodilló junto a él.

El niño asintió y unos rizos color fuego se movieron sobre su frente.

—Quiero que mires bien a ese señor y me digas si lo has visto antes.

Jonathan volvió a mirar a Jack Gordon. Todos se quedaron en silencio esperando escuchar lo que podía que decirles. Pero lo que el niño les dijo no fue, precisamente, lo que ellos querían oír.

—No lo conozco —dijo y acompañó su respuesta con un movimiento de cabeza.

—¿Estás seguro? ¿No es el señor que te pidió que entregaras un paquete el otro día? —insistió Jared.
Jonathan miró con más atención a Jack Gordon.

—No lo creo. Aquel hombre llevaba una gorra de béisbol oscura y una bufanda alrededor del cuello. Casi no pude verle la cara —respondió.

—Míralo bien, Jonathan. Tal vez, si te concentras mejor, logres recordar algún detalle.

Entonces, Jack Gordon levantó ambos brazos y los apoyó sobre la mesa.

Jonathan se levantó y se acercó al cristal de la ventana.

—Hijo…

—Dejadlo —pidió Rachel.

—El anillo —dijo de repente mientras miraba la mano del detenido—. El hombre del paquete llevaba un anillo.

Jared le hizo una seña a su compañera que abandonó enseguida el lugar. Segundos después la vieron entrar a la sala de interrogatorios para pedirle a Jack Gordon que le entregara su anillo. Ella lo metió dentro de una bolsa de evidencias y regresó con los demás.

Le entregó la pequeña bolsa transparente a Jonathan.

—Obsérvalo bien y dime si es el mismo que usaba aquel hombre.

Jonathan tomó la bolsa entre sus manos y tras observar el anillo durante un instante, levantó la mirada.
—Es el mismo —dijo y le devolvió la bolsa a Jared—. Tiene los mismos dibujos.

Jared le sonrió.

—Gracias, Jonathan. Nos has ayudado mucho.

—¿Podemos irnos ahora? —preguntó su padre y se puso de pie.

—Sí, muchas gracias, señor Thomas. —Apoyó la mano en el hombro del niño—. Eres un buen muchacho, Jonathan.

Jonathan sonrió y se marchó abrazado a su padre.

-Continuación-


—¿Qué crees que significan? —preguntó Rachel mientras miraba el anillo.
—Si no me equivoco, son letras del alfabeto griego; solo es cuestión de averiguar cuáles.
—El anillo lo incrimina directamente; al menos, con el envío del paquete a _______ —comentó Rachel.
Jared asintió.
—Sigo sin verte demasiado convencido al respecto.
—Me habría convencido más si Jonathan lo hubiera identificado.
—¡Pero llevaba una gorra y una bufanda que le cubría casi todo el rostro! A cualquiera le habría sido difícil dar una identificación positiva bajo esas circunstancias.
—Tienes razón. —Respiró hondo—. Será mejor que hable con él.
—Está bien, me quedaré aquí para observaros.
Cuando Jared entró en la sala de interrogatorios notó de inmediato le expresión de fastidio en el rostro de Jack Gordon.
—¿Para qué demonios necesitaban mi anillo? —preguntó y levantó la voz.
Jared se sentó y puso la bolsita que lo contenía sobre la mesa.
—El que hace las preguntas aquí soy yo. —Se cruzó de brazos—. Deja que haga mi trabajo, Jack.
—No hablaré hasta que mi abogado esté presente.
—Es un derecho que tienes y no pienso violarlo; aunque en tu lugar, no me mostraría tan reacio a cooperar.
Jack Gordon no dijo nada.
La puerta se abrió en ese instante y Richard Müller, su abogado, entró y se unió a ellos.
—Señor Gordon, espero que no haya respondido a ninguna pregunta durante mi ausencia —dijo y miró de reojo a Jared.
—No se preocupe, abogado. Estábamos apenas comenzando —respondió Jared sin ocultar su sarcasmo.
Se sentó junto a su cliente y abrió una carpeta. Jared no iba a esperar más.
—Hábleme del anillo.
—¿Qué pasa con él?
—¿Tiene algún significado?
—Es el anillo de la fraternidad a la que pertenecí cuando estaba en la universidad —respondió—. Delta Omega.
—Bien. ¿Podría decirme dónde estaba la mañana del día quince?
—No tengo muy buena memoria —respondió con frialdad.
—Le recomiendo que intente recordar —dijo Jared mientras se armaba de paciencia.
—No lo sé, supongo que estaría trabajando.
—Usted trabaja en un taller mecánico, ¿verdad?
—Sí. El taller de Alfie. Él y los muchachos podrán confirmarle que esa mañana me encontraba allí.
—Hablaremos con ellos.
—¿Por qué es tan importante el anillo, detective? —quiso saber Richard Müller.
—Alguien lo ha reconocido como el mismo que llevaba el hombre que le envió un paquete a _______
Carmichael con la cabeza de su gato en el interior.
Jack Gordon se quedó atónito.
—¿Y ahora creen que yo también lo he hecho?
—Debemos comprobar su coartada.
—El plazo para retener a mi cliente vence hoy, detective —replicó el abogado.
—Lamento informarle que, ante las nuevas evidencias que han surgido, su cliente deberá pasar un tiempo más entre rejas.
Jack Gordon miró desesperado a su abogado.
—¿Eso es legal? ¿Puede retenerme más tiempo aquí?
Richard Müller lanzó un suspiro.
—Me temo que sí, Jack. No hay nada que yo pueda hacer al respecto. Confiemos en que comprueben su coartada —agregó mientras miraba a Jared.
—¡Pero yo no tengo nada que ver en todo este asunto! —Se giró hacia Jared—. ¿Sabe cuántos más deben andar por ahí con el mismo anillo? Todos lo que pertenecimos a Delta Omega tenemos uno.
—No es solo el anillo, Jack. También está el bisturí —le recordó.
—En el que, según tengo entendido, no encontraron las huellas de mi cliente —intervino el abogado.
—Mire, estamos haciendo nuestro trabajo. Sí su cliente es inocente, saldrá en libertad; y si por el contrario es el hombre que buscamos, yo mismo me encargaré de que pague por todo el daño que ha hecho.
—¿Es eso una amenaza, detective?
—Es una promesa, abogado.
Se levantó de su silla, recogió la bolsa que contenía el anillo y salió de aquella habitación que ya comenzaba a ahogarlo.
—Jared, necesito que hablemos. —La voz de su jefe le hizo detenerse en seco.



_______ observó a través de la ventana de su taller improvisado y la embargó una sensación de impotencia. Era un día maravilloso y el sol pendía en lo alto del cielo e inundaba la ciudad de Fresno con su calor. Era una jornada ideal para aprovecharla al aire libre y no encerrada entre aquellas cuatro paredes. Se consoló pensando que al menos tenía sus cuadros y podría entretenerse con ellos mientras el reloj corría sin que ella se diera cuenta. De todos modos, extrañaba los paseos por el parque con Leslie y las carreras matutinas diarias. Desde que vivía en casa de Jared había salido a correr solo una vez y no podía protestar al respecto. Ella misma había estado de acuerdo en aceptar sus condiciones. Si él no podía acompañarla, no saldría. Y, dicho y hecho, casi nunca estaba disponible para hacerlo.
Dejó escapar un suspiro de resignación. Deseaba que aquella pesadilla llegara a su fin lo antes posible; de lo contrario terminaría por enloquecer.
Sam se acercó por detrás y comenzó a saltarle.
—Al menos te tengo a ti para no aburrirme —le dijo y le rascó la cabeza.
Decidió que lo mejor que podía hacer era ponerse a pintar. Comenzaría una nueva obra aquella mañana; se sentía con el ánimo renovado y necesitaba volcar en sus lienzos lo que experimentaba.
No sabía cuándo regresaría Jared. Al marcharse por la mañana después de que hubieran hecho el amor nuevamente, le había dicho que procuraría volver lo antes posible. Lo echaba de menos, recordar los momentos vividos entre el calor de sus brazos solo hacía que lo extrañara más, que lo necesitara desesperadamente y que el amor que sentía por él la arrollara con la fuerza de un huracán.
Se estremeció al evocar la noche de pasión que habían compartido. Ninguno de los dos había mencionado la palabra «amor»; sin embargo, _______ sabía que no había hecho falta. Lo amaba y estaba segura de que él la amaba también.
Colocó un lienzo en blanco sobre el bastidor y vació un poco de trementina en un recipiente de vidrio limpio.
De pronto, Sam se puso inquieto.
—Sam, ¿qué sucede?
El perro ni siquiera la escuchó; corrió hacia la puerta y comenzó a arañarla, pedía salir.
_______ se acercó y le abrió la puerta. Sam corrió a través del pasillo y se perdió de inmediato del alcance de su vista.
—¡Sam, ven aquí!
_______ corrió tras él y alcanzó a ver su trasero bajando por las escaleras.
Intentó alcanzarlo pero Sam corría como el mismísimo demonio, se escabullía una y otra vez. Creyó que lo encontraría frente a la puerta del loft; tal vez había presentido la llegada de Jared. Pero la puerta estaba cerrada y no había señales de él en ninguna parte.
Entonces, lo escuchó ladrar; sus ladridos provenían de la planta baja. Sin dudarlo, bajó los últimos escalones y cuando llegó abajo y vio a Sam tirado en el suelo creyó que se desmayaría…


Subire 2 Capitulos hoy! Enseguida subo el otro *Party Hard* :D
karla Felix
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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por karla Felix Dom 24 Mar 2013, 8:48 pm

-Capítulo 21-

—¿Cuánto hace que te conozco Jared? —preguntó Phil Conway mientras observaba con atención cómo uno de sus mejores detectives daba vueltas como una fiera enjaulada en medio de su oficina.
—Tú lo sabes mejor que nadie, Phil —respondió él sin mirarlo a los ojos y sin dejar de moverse—. Prácticamente desde que tenía cinco años y corría detrás de papá y de ti y os pedía vuestras pistolas.
Phil esbozó una sonrisa.
—Así es. Y sabes que para mí, eres más que uno de mis mejores hombres: eres el hijo de mi mejor amigo y, por tal motivo, me veo en la obligación de mantener esta conversación contigo antes de que se vuelva oficial.
Jared se detuvo y se dejó caer en la silla.
—Te escucho. —Sabía lo que iba a decirle y temía que, después de salir de aquella oficina, su vida cambiara para siempre y le sucediera lo mismo que a su padre.
—Como tu jefe y, sobre todo como tu amigo, debo decirte que has cometido un gran error. Sabes mejor que nadie que no puedes involucrarte de manera personal con nadie que esté relacionado directamente con el caso en el que estás trabajando —comenzó a decir y adoptó una expresión seria—. Sobrepasaste los límites en el preciso instante en que llevaste a _______ Carmichael a vivir contigo. —Hizo una pausa—. ¡Maldición, Jared! ¿Cuándo pensabas decírmelo?
Jared agachó la cabeza. Odiaba estar envuelto en aquella situación pero no estaba arrepentido de nada de lo que había hecho, solo, tal vez, de haber involucrado a su compañera al pedirle que guardara silencio.
—Pensaba hacerlo, Phil. —Se rascó la cabeza—. Estaba esperando el momento adecuado.
—¿Y pretendes que crea eso? Si Trisha no hubiese llamado esta mañana a tu casa, dudo de que me hubiera enterado. —Levantó las cejas—. Tu compañera sí lo sabía, ¿verdad?
—Deja a Rachel fuera de todo esto —se apresuró a responder—. Ella no tiene la culpa de nada, si alguien merece ser sancionado, ese soy yo, no ella.
—¿En qué pensabas, Jared? Sabías que si se descubría, quedarías fuera del caso. ¿Es eso lo que quieres?
—¡No! Estoy dispuesto a recibir cualquier sanción, pero no me quites del caso —le pidió.
—Se ha vuelto personal para ti ahora, Jared. No creo que sea lo más sensato que sigas en él.
—Por favor, Phil.
Phil Conway siempre se había caracterizado por ser un hombre justo que hacía respetar las reglas a rajatabla, por eso le dolía que, esa vez, el involucrado fuese el hijo de su mejor amigo.
—Se lo debo a _______. —Apretó el puño sobre el escritorio—. Se lo debo a mi padre.
Phil se recostó en su silla y lo observó un momento antes de dar su veredicto.
—¿Qué sientes por la muchacha? —pregunto de repente.
Jared no se demoró ni siquiera un segundo en dar la respuesta.
—La amo y estoy dispuesto a hacer lo que sea para atrapar a ese sujeto y acabar con la pesadilla en la que se ha convertido su vida.
—Lo que sea pero dentro de la ley, supongo —dijo Phil y frunció el ceño.
—Sabes que nunca haría algo indebido. Me conoces, Phil, tú mismo lo has dicho.
Su jefe se cruzó de brazos.
—A veces debería detenerme a pensar antes de hablar.
El teléfono móvil de Jared comenzó a sonar.
—Discúlpame. —Se levantó de la silla—. Diga.
—¡Jared! —la voz de _______ denotaba angustia.
—¿_______, qué sucede?
—¡Es Sam! ¡Alguien le ha atacado!
Cortó después de pedirle los datos de la clínica veterinaria adonde lo habían trasladado.
—Debo irme.
—¿Qué ha sucedido? —Phil se puso de pie y se acercó—. ¿Estás bien?
—Al parecer alguien ha atacado a Sam.
—¡Maldición! Esto está llegando demasiado lejos.
Jared caminó hacia la puerta todavía conmocionado por la llamada de _______. Antes de marcharse se dio media vuelta y miró a su jefe.
—¿Sigo en el caso?
Phil Conway le dio unas palmaditas en el hombro.
—No debería pasar por alto lo que has hecho, pero sé que eres uno de los mejores elementos dentro de la división y si existe alguien que pueda detener a ese asesino, ese eres tú sin duda.
—¿Eso es un «sí»?
—Un «sí condicionado»; si descubro que haces de este caso una venganza personal, yo mismo te daré esa patada en el trasero, Jared.
Jared lo abrazó.
—Gracias, jefe.
—Ahora vete y haz lo que tengas que hacer. Mantenme informado —le dijo y disimuló la emoción con una sonrisa.
Jared asintió y abandonó la comisaría de policía sin mirar atrás.


—¿Cómo está Sam?
_______ se abalanzó sobre el veterinario apenas lo vio salir de su consultorio.
—Está bien, no se preocupe; si lo hubieran querido matar, podrían haberlo hecho —respondió el veterinario preocupado.
—¿Qué quiere decir? —preguntó Brandon Tanner mientras sostenía la mano temblorosa de _______.
—Le han inyectado una dosis leve de ketamina, la suficiente como para dejarlo inconsciente, pero no para causarle la muerte. —Frunció el ceño—. ¿Tiene idea de quién podría querer hacerle daño a su perro?
_______ estaba demasiado aturdida todavía como para responder a aquella pregunta.
—Sam no es su perro —dijo Brandon.
—Es como si lo fuera —se apresuró a decir _______.
—Bueno, alguien quería hacerle daño y no precisamente al perro; le repito que la dosis no fue letal.
—Gracias, doctor.
—¿Puedo llevarme a Sam ya? —preguntó _______ y miró hacia la puerta cerrada de su consultorio.
—Continúa sedado, pero puede llevárselo cuando quiera. —Se dirigió al mostrador a hablar con su asistente—. Julie, ve a buscar al canino que está en mi consultorio.
La joven pelirroja lo obedeció de inmediato.
Segundos después reapareció cargando el cuerpo inerte de Sam. _______ no pudo evitar que un par de lágrimas rodaran por sus mejillas.
—¡Oh, Sam! —Lo acurrucó entre sus brazos—. ¡Nunca me habría perdonado si algo malo te hubiese sucedido!
La puerta de la clínica se abrió de golpe y Jared irrumpió en la sala de espera a grandes zancadas.
Se sorprendió al descubrir que _______ estaba acompañada por Brandon Tanner. Ella no le había mencionado que estaba con él cuando lo había llamado por teléfono.
—¡Jared! ¡Qué bien que has llegado! —El rostro de _______ se iluminó.
—¿Cómo está? —Se acercó y tocó la cabeza de Sam; ni siquiera saludó a Brandon.
—Está bien, ahora está bien.
—¿Qué ha sido lo que ha pasado?
Brandon se puso al lado de _______.
—Alguien le ha inyectado ketamina a tu perro —explicó.
—El doctor ha dicho que ha sido una dosis suave, que solo querían dejarlo inconsciente —agregó _______ y apretó a Sam junto a su pecho.
Jared frunció el ceño.
—¿Cómo ha pasado?
—Te lo explico por el camino, será mejor que ahora llevemos a Sam a descansar.
—Está bien. —La tomó de la cintura—. Vamos.
—¿Brandon, vienes con nosotros? —preguntó _______ y se giró hacia él.
—No, no hace falta. —Le sonrió—. Nos vemos mañana.
—Hasta mañana y gracias por todo.
Cuando subieron al Mustang, Jared la acribilló a preguntas.
—¿Cómo pudo alguien inyectarle nada a Sam?
—No lo sé. Estábamos en el taller y, de pronto, se volvió loco.
—¿Escuchó algún sonido?
—No lo creo, yo no escuché nada.
—El oído de los perros es mucho más sensible que el humano —explicó.
—Me pidió salir y cuando le abrí, salió disparado hacia las escaleras. Corrí tras él. Al principio, creía que tú habías regresado, que había percibido tu llegada, pero no se dirigió a la casa, sino que bajó hasta la planta baja. Allí comenzó a ladrar y, de repente, no lo oí más. —Acarició las orejas de Sam—. Cuando llegué al descansillo y lo vi tirado en el suelo, me asusté mucho.
—Me lo imagino. —Apoyó su mano en el regazo de _______.
—Por suerte, Brandon llegó en ese momento y me llevó hasta la clínica.
—¿Brandon Tanner llegó en ese momento? —Jared se quedó pensativo durante un segundo.
—Sí, había decidido hacerme una visita sorpresa y cuando llegó me encontró intentando reanimar a Sam.
—¿Lo viste llegar de la calle o ya estaba dentro del edificio?
A _______ le extrañó aquella pregunta.
—No lo recuerdo; cuando levanté la vista ya estaba a mi lado. ¿Por qué me lo preguntas?
—No lo sé, pero me pareció raro que apareciera precisamente en ese momento.
—¿Sospechas que él le ha hecho esto a Sam?
—Yo no he dicho eso.
—¡Pero lo piensas!
—Soy detective y debo valorar todas las opciones.
—¡Brandon no sería capaz! —Se detuvo de inmediato; lo que estaba comenzando a pensar la estaba aterrando.
—_______, escucha, no digo que tu amigo tenga algo que ver; solo me ha parecido demasiado oportuna su aparición, eso es todo.
—Él pretende hacer lo mismo que hizo con Otelo —dijo y apartó la mirada.
—Esta vez solo ha sido un susto y creo que no estaba dirigido a ti.
Los ojos de _______ se clavaron de inmediato en los suyos.
—¿Qué quieres decir? No pensarás que… —Ni siquiera podía decirlo en voz alta.
—Sam es mi perro; por lo tanto, deduzco que a quien quería advertir era a mí, no a ti —respondió convencido.
—¿Irá detrás de ti ahora? —La sola idea le aterraba.
—Está celoso. Él te ama y no soporta que ningún hombre se acerque a ti.
—¿Y Jack? Él está encerrado. —Hizo una pausa—. ¿Crees que ha enviado a alguien más?
Jared negó con la cabeza.
—Lo dudo. —Odiaba tener que admitirlo, pero parecía que tenían al hombre equivocado tras las rejas.
—¿Entonces?
Jared no le respondió.
—No es él, ¿verdad? Jack no es el asesino.
Él la miró y no hizo falta pronunciar palabra, _______ percibió la preocupación instalada en sus ojos Azules.



¿Jack en realidad sera el asesino? ¿Jared sospecha de brandon Tunner? ¿Tedran a la persona aquivocada tras las rejas? ¿Ahora ira tras Jared? "No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 167695056 askfjhakjfghadjfhaljsdhs Dejen sus comentarios:)

R: Selena: "lista de ligues de jared "el picaron" " JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA xd Igual Besos!
R: Rosie: askjfhksajfhasjfhasd Es bueno saberlo Rosie, ami tambien me encanta que te guste, Pobre Lisa, mas adelate saldra sobre ella... Besos!


karla Felix
karla Felix


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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por Rosie M. ♥ Lun 25 Mar 2013, 8:28 am

AKLSDJAKLDJ adakdalk tu novela es herrmosa..
viste que se separo my chemical romance... (no se si los conoces) me largue a llorar todo el fin de semana, es que yo soy algo fan de ellos.

En fin.. siguela pronto quiero saber sobre la amiga de RAYISS

Rosie!...♥
Rosie M. ♥
Rosie M. ♥


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"No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 Empty Re: "No me olvides" (Jared Leto y Tu)

Mensaje por Leyre Lun 25 Mar 2013, 9:36 am

aww subiste cap yey! que malo que es el psicopata ese como pudo meterse con Sam nooooooooo "No me olvides" (Jared Leto y Tu) - Página 5 2511115047 ya quiero saber quien es!!!!!! para mi no es Gordon ni tampoco Brandon no se porque, me pregunto si su nombre sera tan espelusnante como el?????
bueno espero que subas pronto muchos kisseeeeeeeeeeessssssssssss
Leyre
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