Cómo me enamoré de ti - Liam-Harry-tú

XIII

No me había resistido, y saqué fuerzas de donde no tenía. La había prácticamente obligado a que cumpliera con lo que me prometió. Había pasado sólo un año, y ya no parecía una niña. Me atraía demasiado y seguía sin dejar de pensar en ella. Era lo justo: ella me había hecho esperar mucho tiempo en el que no pude estar sinceramente con ninguna chica. Me sentí extraño con cada una de ellas. Cuando quieres algo empiezas a buscarlo donde sabes que jamás lo encontrarás, porque esperas encontrar algo mejor. Pero ese no era mi caso, jamás lo encontré y quería saber que se sentía besar a ______, abrazarla y escucharla decir que me amaba.

Esa noche me tiré en la cama sin ducharme, aun con lo que vestía cuando la vi. Escuché como Louis se quejaba porque Niall tenía encendida la luz de la lámpara y empezaron una guerra con lo que encontraban a su paso. Zayn parecía una roca fundido en la almohada, ya se había dormido hace mucho; cosa que yo no podría hacer en toda la noche, miraba al techo y creo que me grabé todas las figuras en yeso que en él había. No sabía en qué pensar: el concierto, París, lo que le había dicho a _____, nuestra cita de mañana ¿qué podíamos hacer juntos en esta ciudad, cuando todos estaban pendientes de nosotros y no nos dejaban ni salir del hotel? Ya se me ocurriría algo. Mientras tanto pensaba un poco más, y me dediqué a recordar sus labios. Esos que me hubiese encantado tocar. No era el lugar, era comprensible, había mucha gente alrededor y acaba de verla como la primera vez.

Liam estaba afuera esperándome. Habíamos terminado de recogerlo todo y la carpa se quedaría ahí hasta mañana cuando el último concierto acabara. Se había sentado en el borde de una fuente cercana y parecía pensativo. Me acerqué por detrás sin que se diera cuenta y le di un pequeño beso en el cuello. Se movió un poco y me sentó en sus piernas.
-Algún día volveremos a París
-Pero estamos en París Liam… - le dije con una sonrisa, el me besó
-Cuando volvamos a París será diferente, te llevaré a conocer todo y tendremos una cena romántica – lo miré incrédula – O un desayuno, también los desayunos son románticos… -me abrazó – Si estoy contigo todo me parece bien.
-Si te amo Liam… –le dije como queriendo continuar con la conversación que habíamos dejado. Sentía esas palabras salidas de mi corazón, le empecé a acariciar el cabello y sentí como su pulso se aceleró- …y te amaría así estuviéramos aquí o en la China.

Él había dejado mucho por mí y me sentía culpable: Liam hubiese podido estar trabajando en algún lugar estable, seguir de músico como en Nort Wind, con una casa o un apartamento, sería pequeño, pero lo tendría y fuera suyo. Tal vez un carro, o una bicicleta no lo sé. Estaría pagando cuentas, enamorándose de una chica que fuese capaz de quedarse con él por siempre donde él quisiera. Pero no, estaba conmigo, hoy en París y mañana quien sabe en dónde. Liam estaba ahí cargándome, después de trabajar fuertemente por prácticamente nada de dinero y yo no veía la razón por la que aquel chico quería estar conmigo cuando podía estar con cualquier chica que deseara. Irse con la misión médica es una tarea fuerte y yo lo sabía desde el primer momento en que dije que sí. Y Liam, aunque no lo tenía planeado, decidió venir conmigo.

Aún me cargaba en sus piernas y me miraba con ganas de decirme algo
-¡Hey! Vamos, los llevo chicos– dijo Gustav, el italiano que conduce la ambulancia – También hago paseos turísticos – empezamos a reír.

Llegamos a lo que nos gusta llamar “hotel” aunque nos toca dormir en unas improvisadas colchonetas en el piso del edificio de la Cruz Roja. Ya estábamos acostumbrados. Separan a las chicas de los chicos, pero aun así Liam algunas noches se escapa para verme, si no está cansado claro. Esa noche quedó rendido inmediatamente. Pasé por su colchoneta a ver como estaba, le puse una manta y lo besé. Se veía… tierno, casi como un bebé. Luego de verlo no tenía duda, Liam era el chico para mí y “lo de Harry” era sólo una equivocación.

-Buenos días princesa – abrí los ojos y ahí estaba Liam
-Media hora más amor – le dije tapándome con las cobijas hasta la cabeza
-¿Ya no son cinco minutos? – Se rió y empezó a hacerme cosquillas para que me levantara – Vamos, ¡arriba!
-Tú sabes que ____ es un tronco Liam, no sé porque te esfuerzas – le dijo William nuestro supervisor que se había convertido más que en un amigo, en nuestro papá.
-No pierdo nada con intentar – me miró de una forma paternal, sólo para hacerme sentir mal
-Está bien, está bien… me iré a bañar, ya vuelvo –le di un beso a mi príncipe de armadura azul y salí de ahí

Estando en la regadera me puse a pensar en lo que le diría a Harry para no tener que irme con él. Sería difícil conociendo lo terco que me había hecho saber que era. Me bañé como si no hubiese un mañana, me demoré una eternidad y cuando salí ya no había nadie en “nuestra habitación”. Corrí a cambiarme porque sabía que deberían estar ya todos en reunión, me coloqué el uniforme azul que nos caracteriza y dejé suelto mi cabello hasta que se secara, me puse a medias las botas y salí apresurada de ahí.

-______, hay alguien que te busca afuera
-¿Segura?
-Si… -me quedé pensando, no conocía a nadie en París ¿quién podría ser?

Cuando llegué a la puerta ahí estaba él: cabello perfectamente desordenado, lentes de sol negros, camiseta, pantalones sueltos y podía oler su perfume desde aquí.

Gracias Lulú, quería preguntarte algo. Como soy nueva no sé como hacer que las chicas lean mi nove :sad: ¿sabes cómo puedo hacerlo? :cherry:

Holaaaa! Nueva lectora! Como estas???
Mee encaantaa!!!
Tienes que seguirla, porfavor!!.
Besos!

Estoy muy muy muy asdfghjk (bien xd) Feliz de tenerte como nueva lectoraaaaaa! :D
La seguiré pronto (mañana) xd Que estes bien, muy muy bien!

Y las demás lectoras que estén por ahí... Hello!! :D

-¿Harry?
-Bonjour belle – le dediqué una sonrisa mientras me quitaba los lentes
-Nada de… “bonjour” ¿Qué rayos haces aquí?
-Esperaba que estuvieras más… no sé, ¿feliz?
-¿Feliz? – Me tomó por el brazo y me llevó aparte - ¿Cómo voy a estar feliz? ¿Cómo llegaste hasta aquí?
-Tomé un taxi
-Harry necesito que te vayas… ¡ya!
-Sí claro enseguida – me solté de ella
-Bien adiós
-Me voy… -y ahora quien la tomaba delicadamente por el brazo era yo - …pero contigo.
-Harry no entiendes nada
-No, tú no me entiendes a mí. ¿Sabes todo lo que tuve que hacer para llegar hasta aquí? No, no lo sabes.
-Pues… yo no te lo pedí – quedamos a tan sólo unos centímetros y ya ella había empezado a alzar la voz
-¿Por qué es tan difícil que aceptes salir conmigo? – le dije calmado y ella se quedó concentrada en mí, me entraron unas ganas intensas de besarla a pesar de que estaba enojada conmigo, se le notaba en los ojos
-Harry…- se sentó en una de las sillas del recibidor y casi en un susurro me habló – Tienes un mundo de chicas a tus pies allá afuera
-Pero yo te quiero a ti –le dije como si fuese obvio – No entiendo lo difícil de salir un rato a caminar conmigo. Quiero hablarte, eso es todo –ya me sentía impotente
-Estoy trabajando Harry, no estoy en París jugando.
-Está bien _____. Ya entendí.

Cuando me preguntan si me arrepiento de lo que hice después siempre respondo que no. Si no lo hubiese hecho, bueno, no habría pasado nada de lo que pasó. Tenía que arriesgarme, había aprendido mucho tiempo atrás que no dejas que las cosas pasen, haces que pasen. Ella no entendía lo que quería hacer, pero mientras hablábamos yo había notado que en aquel lobby improvisado sólo estaba la recepcionista y de vez en cuando pasaba alguien aseando el lugar. Me acerqué a la chica y le pedí un vaso de agua, al principio no se decidió, la miré a los ojos y repentinamente aceptó. Mientras ella salía a buscarlo hice lo que tenía que hacer.

-¿No vienes conmigo?
-¡No Harry! Ya déjame en paz por favor
- Okey – me hice el que por fin se rendía, pero cuando ella se estaba parando para por fin irse, sin perder más el tiempo la tomé por las piernas y la subí a mis hombros. ¿Secuestro? Para un chico que no encuentra como hacer que una chica salga con él, eso se llama hacer que las cosas pasen.

¡Imposible! Sí, esa era la mejor palabra para describirlo a él.
-¡Bájame ya si no quieres que grite! – le dije mientras le pateaba y golpeaba con todas mis fuerzas. Pero a él no le importó ya me había sacado de ahí – Uno… dos…
-Te bajo cuando lleguemos a donde quiero que vengas conmigo – me dijo muy serio e intentando que yo no me zafara
-¡Bájame Harry! – Comencé a gritar - ¡Bájame ya! ¡Ayúdenme! ¡Lizzie auxilio! ¡¡¡¡Liam!!!! - ya molesto me bajó y me sostuvo fuerte
-Listo te bajé, ahora podrías por favor dejar de gritar. Todos se van a enterar y no creo que quieras salir mañana en la primera plana de un periódico
-Suéltame que me estás haciendo daño – le dije desafiante
-¿Vendrás conmigo?
-Harry me acabas de sacar de ahí contra mi voluntad y crees que… -lo pensé mejor, suspiré buscando calmarme - ¿Sabes qué? Si iré contigo, me rindo – me soltó por fin
-¿Ves que no es tan difícil a veces decir que sí? – le sonreí irónicamente, sonó su celular y cuando estaba sacándolo del bolsillo de su pantalón vi la oportunidad y empecé a correr muy a prisa.

XVIII

Hasta ahora todo me había parecido muy divertido, ver como su cabello se alborotaba mientras corría me había hecho reír. Sabía que la alcanzaría, las pocas personas alrededor sólo nos miraban y reían al igual que yo. Pero yo sabía que para ella nada de esto se veía bien: ni causaba gracia, ni quería que pasara. Enojada se veía diferente, los ojos le brillaban de otra forma que ya me empezaba a grabar para futuras ocasiones. Yo empezaba a creer que lo único que _____ iba poder sentir por mí alguna vez iba a ser sólo eso, enojo, ira.
Corrí a todo lo que daba, me sorprendió que _____ no estuviera cansada ya, veía a mí alrededor pasar la calle, parecía como si el estático fuera yo y no las paredes de los edificios que ahí estaban, que pasaban rápidamente. Hice mi último esfuerzo por alcanzar a ____ que corría ahora al otro lado de la calle y…

Y la alcancé. La tomé en mis brazos, me sonrió como sólo lo había hecho la primera vez que me atreví a hablarle, en ese momento no sabía que me había enamorado de ella, ni ella ni yo lo sabíamos, yo ahora estaba casi seguro y ella pensaba que esto sólo era un juego para mí, la miré a los ojos mientras acariciaba mi cabello, parecía tranquila así que la bajé y me tomó de la mano delicadamente. Podía sentir que aún estaba agitada por tanto correr, y yo no me resistí a acompañarla adonde me quisiera llevar. Paró en medio de la calle dio media vuelta y de repente me besó. Un beso que me supo a cielo…todo había valido la pena; la espera, sus evasivas, las equivocaciones ¡absolutamente todo!

-¡¡¡¡¡Harry!!!!!

-Greg, Greg… ¿Has visto a ______?
-No hermano, no la he visto desde esta mañana ya te lo dije ¿por qué?
-No la encuentro, ya le pregunté a todos… ¡a todos!
-Bueno, pero no te preocupes. ¿La has llamado?
-Greg fue lo primero que hice, después recordé que su celular no sirve aquí –me senté en el suelo tratando de recordar todo lo que ella me había dicho en la mañana, pero entre sus planes no estaba desaparecer por completo – Le pregunté a Lizzie, la chica en la puerta, me dijo que la vio con un chico pero no supo más.
-¿Con un chico? Tal vez esté con él
-No, _____ jamás se iría con un chico sin contarme – ya empezaba a desesperarme – Además todos estamos aquí ¿con quién se iba a ir? No conoce a nadie. Lo mejor es que vayamos a una estación de policía
-Liam, estás exagerando. No es necesario ya aparecerá, seguro quiso salir a caminar, es más, vamos que nos esperan abajo – me estaba empujando hacia afuera – Recuerda que tenemos trabajo hoy.
-No Gregory, no voy a ninguna parte sin ella. ¡Entiéndelo!
-Liam, cálmate por favor. No querrás que William sepa que _____ no está aquí. Déjate de tonterías
-¿Y si le pasó algo?
-Debe estar bien, no está su uniforme así que seguro la llamaron para…una emergencia. No seas paranoico

Gregory tenía razón en parte. Pero yo estaba obligado a cuidar de ella desde que decidí acompañarla, y que ahora hubiese desaparecido me estaba matando. _____ no era así, y definitivamente tenía que haberle pasado algo para que nadie supiera donde estaba. Pensé entonces que era buena idea esa de Greg, sí, tenía que estar calmado, así pensaría mucho mejor que ahora. Me monté en la ambulancia de Gustav y le prometí a Gregory que lo tendría al tanto de todo. Yo en realidad esperaba que mi chica estuviera ya a las afueras del estadio e iba practicando lo que le diría: que en realidad estaba enojado, y que me había preocupado muchísimo por ella. También le volvería a repetir que la amo, aunque me vuelva a decir que lo sabe. Y la besaría, la besaría hasta cansarme para sentir que jamás se volverá a separar de mí.
Por el resto del camino que no pensé en ella, Gustav me estuvo hablando acerca de que sería su última vez en esa ambulancia. Que luego de hoy volvería a Italia. Le dije que lo lamentaba y que lo extrañaríamos mucho. Cuando llegamos por fin, salí de ahí rápidamente, corrí hacia la carpa pero no estaba…