"Can you see me?" {Jack Frost & ______ Copper}

Durante el resto del trayecto a la escuela, no pude sacar de mi mente al chico con el extraño cayado. Cada 5 minutos miraba detrás de mí para ver si no había rastro de él pero todo fue en vano.

¿Habrá sido producto de mi imaginación? ¿O tal vez una broma? Posiblemente todo el lio en mis pensamientos me habían hecho una mala jugada, pero un broma definitivamente era imposible ¿Quién rayos puede saltar sobre el tejado de una casa sin problemas?

“¿Puedes verme?” sus palabras no dejaban de repetirse en mi cabeza una y otra vez.

Llegue al estacionamiento del instituto y este estaba desierto. Mire el reloj en mi muñeca y marcaba las 8:25.

—¡Demonios! –maldije.

Otro reporte más en mi historial.


—¿Otra vez llegando tarde a clase, ______? Es tu tercer reporte –la secretaria del director, Sam, me sonrió amable.

—Si te contara lo que me paso esta mañana no me creerías –me deje caer en las frías sillas desplegables que estaban frente al escritorio de Sam.

La puerta a mi lado se abrió.

—Buenos días, Samantha –saludo el Director a su secretaria y luego me miro-. ______... ya no me sorprende verte a aquí.

—Hola –murmure.

—Pasa a mi oficina, regreso en 5 minutos. No toques nada –me ordeno.

—Lo intentare –dije riendo entrando a su oficina. Eran tantas las veces que había visitado ya la oficina del Director que ya nos tratábamos como amigos.

Cerré la puerta y un escalofrió recorrió mi espalda. Mire la habitación. El Director tenía la costumbre de no prender las luces, y la pequeña tormenta que había afuera no ayudaban demasiado para que entrara luz por la ventana y se iluminara un poco el lugar. Camine frente a la pared de donde colgaban un monto. de diplomas y fotos familiares. Siempre que me mandaban a la oficina del director observaba los retratos colgados en esa pared.

Una fuerte oleada de aire me hizo estremecerme, me gire y vi una de las ventanas abierta por completo.

—Qué extraño –musite.

Me acerque a la ventana y sentí el frio aire acariciar mi rostro. Cerré la ventana antes de pescar un buen resfriado.

Al girarme, sentí como si me congelara al ver quien estaba frente a mí. No sé cómo, pero él estaba allí, con la capucha de su sudadera puesta que me impedía verlo bien. De pie a un lado del interruptor, dijo:

—Faltaba algo de luz aquí –y encendió la luz.

—¿Quién eres? –musite paralizada.

—Mi nombre es Jack Frost –echo hacia atrás su capucha y pude ver que sonreía.

—Esto es una broma ¿cierto? –dije atónita.

—¿Por qué te sorprende tanto? –rió y camino hacia mi aun sonriendo.

Ambos miramos la puerta en cuando esta se abrió.

—¿Qué haces de pie allí, ______? –dijo el Director-. Ya te he dicho cientos de veces que debes tomar asiento al entra a mi oficina.

—Lo-lo siento –tome asiento frente el escritorio del director.

Me era realmente difícil prestar atención a lo que decía el director teniendo a ese chico extraño, Jack, prácticamente frente a sus narices. ¿Realmente no lo notaba? ¿Me estaré volviendo yo loca?

—______, te estoy hablando –el director golpeo el escritorio.

—¿Si? –aparte la mirada de Jack que estaba sufriendo un ataque de risa.

—¿Es necesario que te repita el discurso de “Por que el estudiante debe llegar temprano a clase”?

—Ya lo sé de memoria –hice una mueca.

—Perfecto, esto será rápido. Según tu historial, este es tu tercer reporte –comenzó a caminar de un lado otro- así que llamare a tu casa y avisare que hoy tendrás dos horas de detención –Jack seguía sus pasos imitando perfectamente los gestos y movimientos del Director. No pude evitar soltar una pequeña risita- ¿Qué te parece tan gracioso, Copper?

Oh, no. Me llamo por mi apellido.

—Lo siento –trate de no reír e ignorar a Jack pero me era imposible.

—______, eres de los pocos estudiantes que realmente aprecio, pero eso no ayudare a evitar que te expulse por tres días si vuelves a poner un pie en mi oficina ¿de acuerdo?

—Tratare de que no sea así –hice mi mayor esfuerzo por mantenerme seria y no mirar a Jack.

El Director se giro, tomando por sorpresa a Jack y… ¡Oh, Dios! Grite y cubrí mi boca con amabas manos al
ver como el director atravesaba a Jack.

—¿Estás bien? –el director parecía preocupado.

Asentí con la cabeza con mis manos aun cubriendo mis labios.

—¿Segura? –insistió.

—Creo me mordí la lengua –mentí.

—Hace algo de frio aquí –musito el director sentándose en su silla.

—¿Puedo ir a mi siguiente clase?

—Adelante. Cierra la puerta cuando salgas.

Había perdido de vista a Jack. Me puse de pie y camine a la puerta volteando de vez en cuando detrás de mí buscando a Jack con la mirada. Cuando gire la mirada al frente, me encontré con Jack que ya sostenía la puerta para mí. Mire al director nuevamente para verificar que estaba completamente ajeno a aquella escena.

—Gracias –musite al pasar a su lado.

Hizo un gesto con la mano bajando la mirada y sonriendo.