Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 3 de 11. • Comparte
Página 3 de 11. • 1, 2, 3, 4 ... 9, 10, 11
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
Bienvenida! :DMaferCastilloJonas escribió:[color=yellow]Wowwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww! me encanta![/color]
Daai.Jonas.Lovato
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
Jimee Jonas <3 escribió:Nueva lectora
Siguelaaaa! Ya quiero otro çap!!
BIENVENIDA! Gracias por leer :)
Daai.Jonas.Lovato
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
Hola! Tanto tiempo :D Acá les dejo el maraton que prometi!
Saludos!
CAPITULO 7:
No era la primera vez que Joe hacía el amor con una mujer hermosa. Se había acostado con muchas en sus treinta y cuatro años de vida. Lo que era completamente nuevo para él era lo mucho que deseaba a aquélla en particular. En lo que se refería a _____, el deseo se había convertido en una necesidad más primaria y, mientras se quitaba la ropa y la observaba, se le hizo la boca agua.
La sensación lo dejó un tanto desconcertado. Le gustaba su vida sentimental tal como era, sencilla y sin ningún tipo de compromisos. Joe no estaba disponible para nada más que una aventura. El sentir un deseo tan profundo por alguien a quien no tardaría en abandonar le resultaba tan extraño que prefirió no analizarlo por el momento.
Se dijo a sí mismo que era la situación. Había estado muy inquieto en Nueva York y se suponía que aquel viaje serviría para aliviarlo de dicha inquietud, pero en vez de eso, había estrellado su coche nuevo, había echado por tierra todos sus planes y había conocido a una mujer increíblemente sexy que tenía sus propios problemas. Era evidente que no era más que una atracción mutua sublimada por la comprensión que cada uno sentía por los problemas del otro. No había ninguna duda.
Con tal convicción, echó a un lado cualquier duda y se dispuso a disfrutar del momento.
Una vez despojados de la ropa, Joe la agarró de la mano y tiró de ella hacia sí. Quería volver a sentirla pegada a su cuerpo, como en la pista de baile, pero sin tantas distracciones.
–¿Lo ves? –dijo ella–. Es mucho mejor sin toda esa gente.
–Y sin tanta ropa –añadió él.
Tomó sus pechos en las manos; tenían el tamaño perfecto, generosos sin ser exagerados. ____ olía a flores y tenía el tacto del pecado, una seductora combinación que prometía cosas maravillosas.
Deslizó las manos por su cintura, por sus muslos delicados, deleitándose en sus suaves curvas con la atención con la que un topógrafo estudiaba un mapa. Sus cuerpos encajaban a la perfección, cintura con cintura, calor húmedo contra dura excitación. Era como si estuviera hecha para él, lo que le hizo pensar en un buen número de cosas que podrían hacer sin necesitar siquiera una cama. Se dio cuenta de que quería conocerla a fondo, quería saber lo que la hacía estremecer y se preguntó cuánto tiempo necesitaría para descubrir todos aquellos matices.
“Puede que toda una vida, vaquero”.
Aquella estúpida voz no le sentó bien, pero antes de que estropeara el momento, ____ lo agarró de las caderas, se apretó contra él y borró de su mente cualquier pensamiento que no tuviera que ver con el sexo.
“____ Bristol, dulce y seductora. Sabes muy bien lo que haces”.
____ suspiró cuando Joe la dejó en la cama y sus sabias manos empezaron a obrar el milagro de liberarla de la tensión que había acumulado durante meses. Su cuerpo era fuerte y firme hasta el último centímetro, como piedra esculpida cubierta de piel sedosa. Y la sensación de que toda aquella fuerza la envolviese era un verdadero éxtasis.
Colocó un muslo entre sus piernas y ____ se frotó contra él lentamente mientras él le acariciaba los pechos con la lengua. Cuando por fin la agarró de la cintura y la apretó contra su sexo, ____ se dejó llevar por los espasmos del placer.
–Mmmm –gimió él–. ¿Debo suponer que te gusta? –dijo, recorriendo su vientre con un dedo hasta llegar al pubis–. ¿Quieres más?
Ella abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera hacerlo, él deslizó un dedo y le cortó la respiración de golpe.
____ cerró los ojos y gimió, con cada movimiento de su mano le arrebataba un poco más la capacidad para hacer otra cosa que no fuera dejarse llevar. Era como si tuviera más de dos manos; sus dedos, sus piernas, su boca y su pecho aunaban esfuerzos para llevar las más maravillosas sensaciones a cada rincón del cuerpo de ____. De pronto estaba tumbado encima de ella, frotando su excitación contra su sexo femenino, provocándola para luego cambiar de movimiento. Parecía disfrutar de la tortura de llevarla al borde mismo de la excitación sin concederle la liberación que tanto necesitaba.
Ella cerró los ojos y se olvidó de todos sus problemas; la decepción que era su vida entera, el negro futuro que se abría ante sí… todo desapareció de su mente, al menos por un momento. Nada existía en el mundo excepto lo que él le hacía. Fue entonces cuando se deslizó por su cuerpo y comenzó a acariciarle el sexo con la lengua hasta llevarla al dulce clímax.
Saludos!
CAPITULO 7:
No era la primera vez que Joe hacía el amor con una mujer hermosa. Se había acostado con muchas en sus treinta y cuatro años de vida. Lo que era completamente nuevo para él era lo mucho que deseaba a aquélla en particular. En lo que se refería a _____, el deseo se había convertido en una necesidad más primaria y, mientras se quitaba la ropa y la observaba, se le hizo la boca agua.
La sensación lo dejó un tanto desconcertado. Le gustaba su vida sentimental tal como era, sencilla y sin ningún tipo de compromisos. Joe no estaba disponible para nada más que una aventura. El sentir un deseo tan profundo por alguien a quien no tardaría en abandonar le resultaba tan extraño que prefirió no analizarlo por el momento.
Se dijo a sí mismo que era la situación. Había estado muy inquieto en Nueva York y se suponía que aquel viaje serviría para aliviarlo de dicha inquietud, pero en vez de eso, había estrellado su coche nuevo, había echado por tierra todos sus planes y había conocido a una mujer increíblemente sexy que tenía sus propios problemas. Era evidente que no era más que una atracción mutua sublimada por la comprensión que cada uno sentía por los problemas del otro. No había ninguna duda.
Con tal convicción, echó a un lado cualquier duda y se dispuso a disfrutar del momento.
Una vez despojados de la ropa, Joe la agarró de la mano y tiró de ella hacia sí. Quería volver a sentirla pegada a su cuerpo, como en la pista de baile, pero sin tantas distracciones.
–¿Lo ves? –dijo ella–. Es mucho mejor sin toda esa gente.
–Y sin tanta ropa –añadió él.
Tomó sus pechos en las manos; tenían el tamaño perfecto, generosos sin ser exagerados. ____ olía a flores y tenía el tacto del pecado, una seductora combinación que prometía cosas maravillosas.
Deslizó las manos por su cintura, por sus muslos delicados, deleitándose en sus suaves curvas con la atención con la que un topógrafo estudiaba un mapa. Sus cuerpos encajaban a la perfección, cintura con cintura, calor húmedo contra dura excitación. Era como si estuviera hecha para él, lo que le hizo pensar en un buen número de cosas que podrían hacer sin necesitar siquiera una cama. Se dio cuenta de que quería conocerla a fondo, quería saber lo que la hacía estremecer y se preguntó cuánto tiempo necesitaría para descubrir todos aquellos matices.
“Puede que toda una vida, vaquero”.
Aquella estúpida voz no le sentó bien, pero antes de que estropeara el momento, ____ lo agarró de las caderas, se apretó contra él y borró de su mente cualquier pensamiento que no tuviera que ver con el sexo.
“____ Bristol, dulce y seductora. Sabes muy bien lo que haces”.
____ suspiró cuando Joe la dejó en la cama y sus sabias manos empezaron a obrar el milagro de liberarla de la tensión que había acumulado durante meses. Su cuerpo era fuerte y firme hasta el último centímetro, como piedra esculpida cubierta de piel sedosa. Y la sensación de que toda aquella fuerza la envolviese era un verdadero éxtasis.
Colocó un muslo entre sus piernas y ____ se frotó contra él lentamente mientras él le acariciaba los pechos con la lengua. Cuando por fin la agarró de la cintura y la apretó contra su sexo, ____ se dejó llevar por los espasmos del placer.
–Mmmm –gimió él–. ¿Debo suponer que te gusta? –dijo, recorriendo su vientre con un dedo hasta llegar al pubis–. ¿Quieres más?
Ella abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera hacerlo, él deslizó un dedo y le cortó la respiración de golpe.
____ cerró los ojos y gimió, con cada movimiento de su mano le arrebataba un poco más la capacidad para hacer otra cosa que no fuera dejarse llevar. Era como si tuviera más de dos manos; sus dedos, sus piernas, su boca y su pecho aunaban esfuerzos para llevar las más maravillosas sensaciones a cada rincón del cuerpo de ____. De pronto estaba tumbado encima de ella, frotando su excitación contra su sexo femenino, provocándola para luego cambiar de movimiento. Parecía disfrutar de la tortura de llevarla al borde mismo de la excitación sin concederle la liberación que tanto necesitaba.
Ella cerró los ojos y se olvidó de todos sus problemas; la decepción que era su vida entera, el negro futuro que se abría ante sí… todo desapareció de su mente, al menos por un momento. Nada existía en el mundo excepto lo que él le hacía. Fue entonces cuando se deslizó por su cuerpo y comenzó a acariciarle el sexo con la lengua hasta llevarla al dulce clímax.
Daai.Jonas.Lovato
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
CAPITULO 8:
Joe no concebía nada más sexy que ver a una mujer sumergiéndose en el orgasmo. Nada hacía que se sintiera más hombre que saber que él era el responsable de aquel placer. Especialmente si la mujer en cuestión era ____ Bristol.
Le encantó ver cómo su duro exterior se deshacía, cómo desaparecían las arrugas de preocupación de su frente. Pero sobre todo, le encantó ver cómo perdía el control.
Tenía la impresión de que no era algo que hiciera a menudo, que ____ se esforzaba mucho en que nada se le escapara de las manos. Joe no tenía el menor problema en que las mujeres llevaran las riendas, pero antes le gustaba comprobar que el sexo podía ser una calle de dos direcciones y su encantadora compañera no lo había decepcionado.
Cuando ella aún estaba estremeciéndose de placer, Joe se puso un preservativo y se tumbó sobre ella.
–Por tu cara diría que tu día ha mejorado un poco –le dijo.
Ella sonrió.
–Y aún sigue haciéndolo.
Levantó las manos y le acarició lentamente la espalda, lo que hizo que Joe se excitara aún más.
–¿Qué me dices de ti? –le preguntó–. Eres tú el que ha estrellado su nuevo y carísimo juguete –siguió bajando las manos hasta agarrarle las nalgas–. Me preguntó qué podría hacerte sentir mejor.
–¿Qué tal esto?
Le abrió las piernas suavemente y se sumergió en su interior con facilidad, dejándose envolver por su calor, sustituyendo sus palabras por un gemido. Su cuerpo era como un guante, sintió la contracción de sus músculos al llenarla plenamente con un largo movimiento. La perfección de su unión a punto estuvo de hacerlo acabar en aquel mismo instante, tuvo que detenerse un segundo y mirarla a los ojos mientras calmaba las ansias de su cuerpo.
Observó sus labios, húmedos y rosados como sus mejillas. Tenía un aspecto sexy y salvaje, y al mismo tiempo vulnerable, un aspecto tan paradójico que despertó su curiosidad. Todo su cuerpo se abrió para él, mostrándole una intensa fuerza y a la vez una increíble ternura.
Le gustaba mucho aquella combinación y, mientras comenzaba a moverse lentamente, descubrió que también le gustaba el modo en que ella se fundía con su cuerpo.
Sus ojos verdes azulados se oscurecieron al unirse a él en unos movimientos que enseguida la llevaron a un segundo clímax. Joe no podía dejar de observarla, de ver cómo su rostro pasaba de saciado a excitado y ansioso, al borde ya del orgasmo. Entrelazó los dedos con los de ella y trató de aguantar un poco más para sentir cómo estallaba ella. No iba a permitir que aquello terminara hasta que ocurriera.
Le resultaba extraño estar tan concentrado en su compañera de cama. Eso no quería decir que fuera un amante egoísta, pero normalmente durante el acto pensaba más en su propio placer. Sin embargo esa noche sólo parecía importarle lo que ella sintiera y eso le provocaba una extraña excitación; estaba impaciente por presenciar el momento y eso hacía que aquello fuera algo más que un encuentro sexual con una desconocida. Cuando por fin ella cerró los ojos y la invadió el placer, de sus labios salió un grito que lanzó también a Joe a lo más alto.
Joe no concebía nada más sexy que ver a una mujer sumergiéndose en el orgasmo. Nada hacía que se sintiera más hombre que saber que él era el responsable de aquel placer. Especialmente si la mujer en cuestión era ____ Bristol.
Le encantó ver cómo su duro exterior se deshacía, cómo desaparecían las arrugas de preocupación de su frente. Pero sobre todo, le encantó ver cómo perdía el control.
Tenía la impresión de que no era algo que hiciera a menudo, que ____ se esforzaba mucho en que nada se le escapara de las manos. Joe no tenía el menor problema en que las mujeres llevaran las riendas, pero antes le gustaba comprobar que el sexo podía ser una calle de dos direcciones y su encantadora compañera no lo había decepcionado.
Cuando ella aún estaba estremeciéndose de placer, Joe se puso un preservativo y se tumbó sobre ella.
–Por tu cara diría que tu día ha mejorado un poco –le dijo.
Ella sonrió.
–Y aún sigue haciéndolo.
Levantó las manos y le acarició lentamente la espalda, lo que hizo que Joe se excitara aún más.
–¿Qué me dices de ti? –le preguntó–. Eres tú el que ha estrellado su nuevo y carísimo juguete –siguió bajando las manos hasta agarrarle las nalgas–. Me preguntó qué podría hacerte sentir mejor.
–¿Qué tal esto?
Le abrió las piernas suavemente y se sumergió en su interior con facilidad, dejándose envolver por su calor, sustituyendo sus palabras por un gemido. Su cuerpo era como un guante, sintió la contracción de sus músculos al llenarla plenamente con un largo movimiento. La perfección de su unión a punto estuvo de hacerlo acabar en aquel mismo instante, tuvo que detenerse un segundo y mirarla a los ojos mientras calmaba las ansias de su cuerpo.
Observó sus labios, húmedos y rosados como sus mejillas. Tenía un aspecto sexy y salvaje, y al mismo tiempo vulnerable, un aspecto tan paradójico que despertó su curiosidad. Todo su cuerpo se abrió para él, mostrándole una intensa fuerza y a la vez una increíble ternura.
Le gustaba mucho aquella combinación y, mientras comenzaba a moverse lentamente, descubrió que también le gustaba el modo en que ella se fundía con su cuerpo.
Sus ojos verdes azulados se oscurecieron al unirse a él en unos movimientos que enseguida la llevaron a un segundo clímax. Joe no podía dejar de observarla, de ver cómo su rostro pasaba de saciado a excitado y ansioso, al borde ya del orgasmo. Entrelazó los dedos con los de ella y trató de aguantar un poco más para sentir cómo estallaba ella. No iba a permitir que aquello terminara hasta que ocurriera.
Le resultaba extraño estar tan concentrado en su compañera de cama. Eso no quería decir que fuera un amante egoísta, pero normalmente durante el acto pensaba más en su propio placer. Sin embargo esa noche sólo parecía importarle lo que ella sintiera y eso le provocaba una extraña excitación; estaba impaciente por presenciar el momento y eso hacía que aquello fuera algo más que un encuentro sexual con una desconocida. Cuando por fin ella cerró los ojos y la invadió el placer, de sus labios salió un grito que lanzó también a Joe a lo más alto.
Daai.Jonas.Lovato
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
CAPITULO 9:
Aquél fue, sin lugar a dudas, el mejor encuentro que ____ había tenido desde que recordaba. No sabía cómo, pero lo que debería haber sido una copa rápida y un revolcón aún más rápido se había convertido en una velada de baile, cena, sexo increíble y ahora una película en la cama mientras saboreaban las alitas de pollo más deliciosas de Nashville.
Joe se chupó los dedos y tomó un trago de cerveza.
–No puedo creer que no hubieras visto nunca Los caraduras. ¿Qué clase de sureña aficionada a las carreras eres?
Entre un orgasmo y otro habían acabado hablando de las persecuciones de coches de las películas y, de pronto, Joe había agarrado el teléfono para pedir unas cuantas películas, algo de beber y las alitas de pollo preferidas de ____, todo ello gracias a un carísimo servicio telefónico que entregaba a domicilio prácticamente cualquier cosa, siempre y cuando el cliente tuviera dinero para pagarlo.
____ no tendría mucho problema en acostumbrarse a ese ritmo de vida, aunque tenía que admitir que seguramente también lo pasaría igualmente bien con él en una tienda de campaña en medio del campo. En sólo un día había aprendido bastantes cosas de él, incluyendo que ambos tenían las mismas ansias de vivir. Al igual que ____, Joe no solía decir que no a nada y no tenía miedo a luchar por las cosas que quería. Era exactamente así como vivía ella… o como viviría si su padre no la hubiera dejado cargada con un montón de deudas y de responsabilidades.
Se quitó de la cabeza aquel pensamiento, no pensaba dejar que nada estropeara aquella noche perfecta, y volvió a la conversación que estaba teniendo con Joe.
–Soy sureña, pero nací en los ochenta –dijo ella.
–En esa época ya había vídeos –respondió Joe – La hija de Jimmy Bristol debería saberse de memoria todas las películas de persecuciones. Dime que al menos has visto Bullitt.
–He visto Bullit. Y French Connection, pero mi preferida es Mad Max.
Él lanzó un exagerado suspiro de alivio.
–Menos mal. Por un momento pensé que tendría que buscar una sustituta.
____ lo miró enarcando una ceja.
– ¿Una sustituta para mí?
Él se echó a reír, contento de haberla ofendido.
–Yo tengo ciertas reglas –dijo al tiempo que apartaba las alitas de pollo.
Hizo bien porque ____ estaba empezando a pensar en hacer otra cosa con ellas.
–Creo que me confundes con alguien incapaz de darte una buena paliza.
Él se echó a reír con ganas.
–No tengo ninguna duda de que puedes.
Con gesto desafiante, ____ se dispuso a demostrarle lo que era capaz de hacerle a un hombre que la ofendía. Empezó dándole un codazo en el pecho, pero enseguida se convirtió en una pelea que para lo único que sirvió fue para excitar a Joe. Se sentó a horcajadas sobre él, pero sólo consiguió acabar con su miembro dentro de ella, su boca en los pechos y ella moviéndose hacia un nuevo clímax.
Le encantaba aquella postura, encima para que el pudiera utilizar sus manos y acariciarla allá donde quisiera. Lo montó con fuerza, poniendo a prueba los límites de su propio aguante.
Cuando más rápido se movía, más seria se volvía la mirada de Joe.
De su rostro había desaparecido la sonrisa provocadora y había dejado paso a la desesperación de un hombre al límite. Le gustaba verlo así y más le gustó aún perder el control por completo cuando el orgasmo se apoderó de él. Entonces ella también se dejó llevar por completo.
Saciada, pero no derrotada, se dejó caer sobre su pecho. Cansada, pero feliz. Oyó los latidos de su corazón bajo la mejilla y siguió escuchando mientras se calmaba.
–Dios –dijo él por fin, con la voz agotada, pero con placer.- ¿Qué más puedo hacer para ofenderte?
Aquél fue, sin lugar a dudas, el mejor encuentro que ____ había tenido desde que recordaba. No sabía cómo, pero lo que debería haber sido una copa rápida y un revolcón aún más rápido se había convertido en una velada de baile, cena, sexo increíble y ahora una película en la cama mientras saboreaban las alitas de pollo más deliciosas de Nashville.
Joe se chupó los dedos y tomó un trago de cerveza.
–No puedo creer que no hubieras visto nunca Los caraduras. ¿Qué clase de sureña aficionada a las carreras eres?
Entre un orgasmo y otro habían acabado hablando de las persecuciones de coches de las películas y, de pronto, Joe había agarrado el teléfono para pedir unas cuantas películas, algo de beber y las alitas de pollo preferidas de ____, todo ello gracias a un carísimo servicio telefónico que entregaba a domicilio prácticamente cualquier cosa, siempre y cuando el cliente tuviera dinero para pagarlo.
____ no tendría mucho problema en acostumbrarse a ese ritmo de vida, aunque tenía que admitir que seguramente también lo pasaría igualmente bien con él en una tienda de campaña en medio del campo. En sólo un día había aprendido bastantes cosas de él, incluyendo que ambos tenían las mismas ansias de vivir. Al igual que ____, Joe no solía decir que no a nada y no tenía miedo a luchar por las cosas que quería. Era exactamente así como vivía ella… o como viviría si su padre no la hubiera dejado cargada con un montón de deudas y de responsabilidades.
Se quitó de la cabeza aquel pensamiento, no pensaba dejar que nada estropeara aquella noche perfecta, y volvió a la conversación que estaba teniendo con Joe.
–Soy sureña, pero nací en los ochenta –dijo ella.
–En esa época ya había vídeos –respondió Joe – La hija de Jimmy Bristol debería saberse de memoria todas las películas de persecuciones. Dime que al menos has visto Bullitt.
–He visto Bullit. Y French Connection, pero mi preferida es Mad Max.
Él lanzó un exagerado suspiro de alivio.
–Menos mal. Por un momento pensé que tendría que buscar una sustituta.
____ lo miró enarcando una ceja.
– ¿Una sustituta para mí?
Él se echó a reír, contento de haberla ofendido.
–Yo tengo ciertas reglas –dijo al tiempo que apartaba las alitas de pollo.
Hizo bien porque ____ estaba empezando a pensar en hacer otra cosa con ellas.
–Creo que me confundes con alguien incapaz de darte una buena paliza.
Él se echó a reír con ganas.
–No tengo ninguna duda de que puedes.
Con gesto desafiante, ____ se dispuso a demostrarle lo que era capaz de hacerle a un hombre que la ofendía. Empezó dándole un codazo en el pecho, pero enseguida se convirtió en una pelea que para lo único que sirvió fue para excitar a Joe. Se sentó a horcajadas sobre él, pero sólo consiguió acabar con su miembro dentro de ella, su boca en los pechos y ella moviéndose hacia un nuevo clímax.
Le encantaba aquella postura, encima para que el pudiera utilizar sus manos y acariciarla allá donde quisiera. Lo montó con fuerza, poniendo a prueba los límites de su propio aguante.
Cuando más rápido se movía, más seria se volvía la mirada de Joe.
De su rostro había desaparecido la sonrisa provocadora y había dejado paso a la desesperación de un hombre al límite. Le gustaba verlo así y más le gustó aún perder el control por completo cuando el orgasmo se apoderó de él. Entonces ella también se dejó llevar por completo.
Saciada, pero no derrotada, se dejó caer sobre su pecho. Cansada, pero feliz. Oyó los latidos de su corazón bajo la mejilla y siguió escuchando mientras se calmaba.
–Dios –dijo él por fin, con la voz agotada, pero con placer.- ¿Qué más puedo hacer para ofenderte?
Daai.Jonas.Lovato
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
aaaaaahhhhhhhhhhh me encanto el maraton
seguila!!!!:D
seguila!!!!:D
Let's Go
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
wow.....
el maratón estuvo demás .....
siguela...
el maratón estuvo demás .....
siguela...
jonatic&diectioner
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa me encataron esos caps!!
ufff
que joe se quede con ella para siempre :)
siguela
ufff
que joe se quede con ella para siempre :)
siguela
andreita
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
Graaacias por comentar chicas! Son las mejores (:
Daai.Jonas.Lovato
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
de eso no hay duda..jajajja.. la modestia la deje durmiendo por las dudas.jjja..siguela..
jonatic&diectioner
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
Nueva Lectoraaaaa!!
Santo Dios que capitulos tan lkldjfks hahahaha
Santo Dios que capitulos tan lkldjfks hahahaha
1DPao
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
CAPITULO 10:
Si Joe se salía con la suya, _____ y él pasarían una noche más en Nashville. O quizá dos. Después de todo, había emprendido aquel viaje para olvidarse de todo y encontrarse a sí mismo y, si bien no había experimentado ninguna revelación, desde luego estaba pasándolo muy bien. Claro que, por mucho que él pudiera hacer lo que se antojara, era consciente de que el resto de la gente tenía que trabajar.
Miró el reloj del coche alquilado y se dio cuenta de que no llegarían a Dahlia antes de las diez de la mañana.
–¿Vas a llegar tarde? –le preguntó Joe, tratando de acordarse si le había dicho cómo se ganaba la vida. Porque, aunque la noche anterior la había conocido muy íntimamente, no habían hablado demasiado.
–No. Soy reportera, así que tengo un horario bastante libre.
Joe la miró con curiosidad.
–¿Eres reportera?
–Sí, soy una de los dos reporteros que tiene La voz de Dahlia. No es una gran publicación, pero me ayuda a pagar las facturas y me deja las noches libres para poder ayudar a mi madre en Bristol House. Ella trabaja de camarera por las noches y es entonces cuando yo me hago cargo del hotel.
–Parece que tenéis mucho trabajo.
–Bueno, pero es lo que hay que hacer –respondió, encogiéndose de hombros.
Joe recordó la discusión que había oído el día anterior, cuando la madre de ____ había comentado algo sobre que ella se marchara de Dahlia.
–¿Qué harías si no fuera eso lo que “hay que hacer”? –le preguntó.
–Lo único que sé es que no seguiría pudriéndome en Dahlia.
–¿No te gusta vivir aquí?
Lo miró esbozando una sonrisa.
–¿Te gustaría a ti?
No era necesario pensar mucho para responder.
–No.
Ni siquiera Austin, Texas, había sido suficiente para él. Le gustaba mucho volver a casa de visita, pero no podría vivir atado al rancho como sus hermanos. Por lo que conocía a ____, parecía que ella estaba atada al hotel.
–No me malinterpretes –dijo ella–. Me encanta Dahlia y siempre será mi hogar, pero cuando me marché para estudiar periodismo, pensaba más en trabajar para el National Geographic que para La voz de Dahlia.
–¿Qué pasó?
Gracias por comentar.. Acá una parte del capitulo 10! Las quiero (:
Si Joe se salía con la suya, _____ y él pasarían una noche más en Nashville. O quizá dos. Después de todo, había emprendido aquel viaje para olvidarse de todo y encontrarse a sí mismo y, si bien no había experimentado ninguna revelación, desde luego estaba pasándolo muy bien. Claro que, por mucho que él pudiera hacer lo que se antojara, era consciente de que el resto de la gente tenía que trabajar.
Miró el reloj del coche alquilado y se dio cuenta de que no llegarían a Dahlia antes de las diez de la mañana.
–¿Vas a llegar tarde? –le preguntó Joe, tratando de acordarse si le había dicho cómo se ganaba la vida. Porque, aunque la noche anterior la había conocido muy íntimamente, no habían hablado demasiado.
–No. Soy reportera, así que tengo un horario bastante libre.
Joe la miró con curiosidad.
–¿Eres reportera?
–Sí, soy una de los dos reporteros que tiene La voz de Dahlia. No es una gran publicación, pero me ayuda a pagar las facturas y me deja las noches libres para poder ayudar a mi madre en Bristol House. Ella trabaja de camarera por las noches y es entonces cuando yo me hago cargo del hotel.
–Parece que tenéis mucho trabajo.
–Bueno, pero es lo que hay que hacer –respondió, encogiéndose de hombros.
Joe recordó la discusión que había oído el día anterior, cuando la madre de ____ había comentado algo sobre que ella se marchara de Dahlia.
–¿Qué harías si no fuera eso lo que “hay que hacer”? –le preguntó.
–Lo único que sé es que no seguiría pudriéndome en Dahlia.
–¿No te gusta vivir aquí?
Lo miró esbozando una sonrisa.
–¿Te gustaría a ti?
No era necesario pensar mucho para responder.
–No.
Ni siquiera Austin, Texas, había sido suficiente para él. Le gustaba mucho volver a casa de visita, pero no podría vivir atado al rancho como sus hermanos. Por lo que conocía a ____, parecía que ella estaba atada al hotel.
–No me malinterpretes –dijo ella–. Me encanta Dahlia y siempre será mi hogar, pero cuando me marché para estudiar periodismo, pensaba más en trabajar para el National Geographic que para La voz de Dahlia.
–¿Qué pasó?
Gracias por comentar.. Acá una parte del capitulo 10! Las quiero (:
Daai.Jonas.Lovato
Re: Sólo un impulso [Joe y tu] TERMINADA
noooo un partesita?? :(
dale pon tora partesota
jaja sigue
dale pon tora partesota
jaja sigue
andreita
Página 3 de 11. • 1, 2, 3, 4 ... 9, 10, 11
Temas similares
» ¿Solo dos chicas en el instituto ? 8/8 TERMINADA
» "Te Quiero Solo Para Mí" (Joe&Tú) (TERMINADA)
» Solo los miercoles (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
» Sólo por obsesión [Larry Stylinson] |Terminada|
» " El Amor Verdadero Solo Pasa Una Vez" (Joe&Tu) TERMINADA
» "Te Quiero Solo Para Mí" (Joe&Tú) (TERMINADA)
» Solo los miercoles (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
» Sólo por obsesión [Larry Stylinson] |Terminada|
» " El Amor Verdadero Solo Pasa Una Vez" (Joe&Tu) TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 3 de 11.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.