"Friends, Lovers Or Nothing" (Zayn Malik) TERMINADA

Me desperté. La luz del sol me pegaba en los ojos. Me senté en la cama. Sonreí. Me puse de pie, acomodé mis pies sobre las pantuflas, y baje a desayunar. Mi papá estaba leyendo las noticias en su notebook, y mi mamá preparándoles el desayuno a mis hermanos.
-Buenos días.- dije desplomándome en la silla.- Eran las 10 de la mañana.
-Buenos días.- Contestó mi mamá dejando las tazas de chocolate caliente delante de mis hermanos. -Cómo te fue anoche?- Pensé en contestarle que fue la mejor noche de mi vida, pero decidí guardármelo.
-Bien.- respondí. Mi papá me miró de reojo.
-Un simple bien?.- preguntó. Podía jurar que conocía mis pensamientos. Parecía que tenía telepatía, no sé.
-Emh sí, bien.- Dije sonriendo. Recordaba el momento en que sus labios habían tocado los míos, y sonreía como tonta. Gracias al cielo, ellos no lo notaron.
-A qué hora volviste, y cómo? - Pregunto mi mamá
-A las 5, y me trajo Liam.- dije. Instantáneamente me arrepentí de lo que había dicho, ya que mi mamá me sonrío.
-Así que volviste con Liam.- Siguió. Momento en el que me gustaría tele transportarme e ir a cualquier lado, menos justo en la cocina, donde mi mamá había empezado su bombardeo de preguntas no muy cómodas que digamos. – Es todo un caballero ese chico, además es lindo.- siguió.
-Hay, mamá.- dije revoleando los ojos. Si supieras…
-Solamente estoy diciendo que…- No termino de decir la frase cuando mi celular empezó a sonar. Era él. Me levanté rápido y subí a mi habitación. Contesté. Escuchar su voz me hizo proyectar una imagen en mi cabeza de la pasada noche.
- Cómo estas princesa?- me preguntó. Casi me desmayo! Era lo más tierno que podía existir :)
-Todo bien, vos?.-pregunté.
-Muy bien, mas a hora que escucho tu voz.- Qué hacia? Quedaba muy mal si pegaba un grito de la emoción que tenía? Decidí callarme.
-Ah, que tierno. También me alegro de escucharte.- Sonreí.
-Mirá, hoy tengo el día muy ocupado, pero mañana me gustaría que vayamos a pasear… necesito hablar con vos.- Se me erizó la piel. Hablar conmigo? Qué me diría?.
-Me encantaría.- Sonreí. No podía estar más feliz.- A qué hora?.- pregunté.
-Paso a buscarte a las 4. Te parece bien?.- preguntó.
-Si, a las 4 está bien.- Mi felicidad no podía ser comparada ni con la de un nene que acababa de recibir un juguete nuevo. Es más, nunca antes había estado tan feliz. –Nos vemos entonces.-
-Nos vemos Aldi, un beso.. Te quiero.- Ay, casi me muero.
-Yo también, adiós.- Colgué. Mi familia vendría corriendo a ver que me pasaba si gritaba de felicidad, por lo que me aguanté las ganas. Pero qué diablos me pasaba? Lo único que me faltaba, enamorarme. Mal hábito mío: enamorarme fácilmente. Pero esto, esto no me lo podía guardar, se lo tenía que contar a alguien… a mi mamá? No, imposible. Ella sacaría sus propias conclusiones. Debía contárselo a alguien más. “Zayn” pensé. Se lo contaría esa noche, que le mostraría la vida nocturna de mi ciudad.
Me puse la malla y salí al patio a tomar sol, todo con tal de esquivar las preguntas de mi madre. Habré estado tomando sol unas dos horas, hasta que me llamaron a comer.
A la tarde, me quedé en el living de mi casa, mirando la televisión, y a las 5 fui directo a la computadora. Me conecté un rato. Nadie estaba on-line. Revisé mi correo electrónico, y encontré un mail de las chicas. Me decían que la estaban pasando bomba, y que me extrañaban. Qué deprimente, no? Pero, ni yo lo creía, la verdad es que mi verano, no estaba yendo tan mal después de todo.
Me bañé, me puse un vestido negro al cuerpo con una faja sobre él, y unos altos zapatos. Mire el reloj. Los minutos restantes para las 9, se hacían interminables! Miraba el reloj cada dos minutos, el tiempo no pasaba, no corría! Llegada la tan esperada hora, sonó el timbre. Al abrir la puerta, ahí estaba: Im-pe-ca-ble. Con un jean azul, camisa gris arremangada y los dos primeros botones desabrochados, y su cabello perfectamente peinado hacia arriba. Estaba más lindo que nunca. Hasta podría decir que me sentía atraída por él. Su sonrisa al verme me dejó atontada.

-Hola Aldi.- Dijo con un tono de voz que casi me tumba al suelo.
-Hola Zayn, como estás?- pregunté.
-Ahora que te veo, mucho mejor.- Sonrío. Me hizo sonrojar. - Estás preciosa-. Al parecer, aquel joven me quería ver como un tomate, en cualquier momento mis cachetes se me iban a incendiar. Yo solo sonreí.
Fuimos hacia el restaurante, y amablemente, el mozo nos ofreció una mesa. Nos tomó la orden.
-Pedí para mí lo que quieras.- le dije. No tenía mucha hambre.
-Entonces que sean dos pecetos con papas, y una gaseosa.- dijo dirigiendo su mirada desde el mozo hacia mi.- Sos menor, no podes tomar.- dijo sonriendo burlonamente. Le saqué la lengua en forma de protesta, a lo que él me respondió con una gran sonrisa.
-Listo.- Dijo el mozo terminando de tomar la orden, y se fue.
-Entonces, cómo te fue con Liam anoche?- me preguntó. Otra vez esa pregunta: “Y Liam?” iba a ser sincera con él, y contarle todo. No quería tener con él secretos, y además, necesitaba contárselo a alguien. Así que tomé aire y comencé.
-Bien, la verdad que la pasé muy bien. Me hace reír. Es muy simpático.- sonreí. Su sonrisa seguía ahí, en su rostro, tan impecable como de costumbre, lo que me sorprendió. Tomé aire, y le fui sincera. -Necesito contarte algo, algo que no tiene que salir de acá, y quedar entre nosotros, okey?.- El asintió. -Me gusta Liam.- lo solté. Ya está, no había vuelta atrás. Se lo había dicho. Él solo me miró atónito. Luego pareció entender.
-Ayer te besó, no es así?.- preguntó. Yo solo asentí, colorada. Río por lo bajo. -Es una muy eficaz técnica para enamorar.- dijo sonriendo.- Y al parecer caíste.- Lo mire atónita. A caso este chico tenía telepatía? Como podía ser que supiera todo? Ya hasta parecía chistoso.
-Si, así fue. Y quiere que mañana nos juntemos a hablar, que tenía algo muy importante que decirme. Ya que sabes tanto, que me va a preguntar?- pregunté desafiante.
-No lo sé muñeca, eso lo sabrás mañana.- me dijo fulminándome con la mirada. Sus ojos miel eran simplemente hermosos.
-Tramposo.- dije haciéndome la ofendida. Él solo río. Era tan lindo cuando reía.
El mozo trajo la comida y la bebida. Hablamos durante el resto de la noche sobre nuestras vidas. Luego de una hora de cena, nos levantamos y nos fuimos a caminar por la ciudad. Las calles estaban iluminadas por deslumbrantes faroles, que le daban una tonalidad calida a la agradable y calurosa noche de verano. Estábamos en silencio. El viento soplaba despacio. Hubiese dado cualquier cosa por estar en ese momento junto a Liam.
-Que linda noche…-Rompió el silencio. Gire hacia él. -Las estrellas iluminan el cielo.- La verdad que sí. Estaba tan concentrada pensando en Liam que no me había dado cuenta de lo lindo que era disfrutar de una noche tan hermosa como esa. Nos sentamos en los banquitos de la plaza y miramos el cielo. Las estrellas parecían brillar más que nunca. La luna en su cuarto menguante, estaba brillando. Típica noche de verano.
-Ya deberíamos volver, que decís?.- preguntó Zayn poniéndose de pie.- Son casi las 12. Tus papás me van a matar si llegamos mas tarde.- Asentí. La noche anterior había vuelto muy tarde, y estaba cansada, así que emprendimos viaje de nuevo a casa. Se despidió de mí con un beso en la mejilla, y cada uno giró hacia su casa. Subí las escaleras, me puse el pijama y me acosté a dormir. Mañana seria un largo día.
Sonó el despertador a las 11. Creo que nunca me había levantado de tan buen humor un día de verano. Tomé mi ropa y entré en la ducha. Lentas se hicieron las horas hasta las 4.

Me puse una mini de jean, con una remera verde agua. Tomé mis convers blancas y até los cordones desesperadamente. Me estaba peinando cuando sentí la bocina del auto. Me quedé inmóvil. Respiré hondo, tomé mi celular, y subí al auto.
-Hola Aldi, como estás?.- preguntó Liam mientras ponía en marcha el auto.
-Bien. Vos?.- pregunté. Me hubiese sido imposible preguntar otra cosa. Tenía la mente en blanco.
-Mejor ahora que te veo.- Sonreí y me sonrojé. Siempre buscaba la manera de hacerme poner colorada. Sonrió al verme en aquel estado.
-A dónde iremos?- pregunté.
-Al lago. Hace mucho tiempo que no voy…- dijo mirándome. Su sonrisa me tenía hipnotizada.
-Genial.- sonreí. El resto del viaje pasó rápido. Luego de media hora, llegamos al parque. El agua transparente dejaba ver el fondo dorado de arena. Patos adornaban el paisaje. Comenzamos a caminar rodeando aquella gran laguna. Distraída por aquel paisaje no noté que Liam había tomado mi mano.
-Te traje acá, porque necesito hablar con vos.- me dijo frenando cerca de un puente que pasaba justo por arriba del lago.- Nos conocemos hace cuatro años.- asentí. Cuatro años que parecían una eternidad. -Últimamente pasamos lindos momentos juntos, nos divertimos, no es así?.- sonreí al recordar lo sucedido en la fiesta. No pude evitar ruborizarme. -Por eso quiero que sepas que me gustaría pasar más tiempo con vos… pero de otra manera…- Se trababa y no sabía como seguir la oración. Era muy tierno. -Quiero que seas mi novia, Aldi, ya me es imposible mirarte como amiga.- terminó de decir esas palabras y me miró fijo a los ojos. No daba crédito a mis oídos. Sentía como mi corazón estallaría en cualquier momento. Me quedé atontada. Todo mi cuerpo yacía bajo parálisis. Me quede inmóvil, sin poder articular palabra alguna; miraba pero no veía.
Reaccioné al sentir sus cálidas y suaves manos en mis mejillas. Poco a poco se fue acercando hasta acabar con el espacio que había entre los dos. Fundió nuestros labios en un dulce beso. Una de sus manos pasó a mi cintura, abrazándola. Me atrajo más a él de lo que estábamos. Mis brazos, involuntariamente, rodearon su cuello.
Separó suavemente sus labios. Sus manos aun seguían en mi cintura. Sus tan perfectos ojos café se posaron en los míos nuevamente; aún estaba esperando mi respuesta. Estuvimos en silencio aproximadamente por 30 segundos. No aguanté más. Sonreí y asentí suavemente.
-Sí.- dije. Mi sonrisa viajaba de la punta de mi oreja a la otra. -Sí, me encantaría.- Sonrió.
Caminamos abrazados los últimos metros que nos quedaban del puente, hasta llegar a uno de los bancos a orillas del lago. Nos sentamos sin despegar nuestros cuerpos uno del otro. El silencio se había adueñado de nosotros. Tampoco había palabras para decir. El cielo, salpicado con algunas nubes, dejaba escapar algunos rayos de sol, los cuales nos iluminaban. El viento soplaba suavemente, y movía mis cabellos. Al cabo de unos minutos, Liam dirigió sus ojos a los míos. Su mirada, y aquella sonrisa, lo decía todo: Estaba feliz, al igual que yo. Se acerco para robarme un beso. Le seguí aquel juego. Nuestros labios se encontraban y desencontraban. Cada beso era aún más tierno que el anterior. Cada beso me hacia sentir cosas nunca antes sentidas. Sin lugar a dudas, aquello debía ser amor.
Volví a mi casa. Cada uno haciendo de las suyas, por lo que no notaron mi llegada, ni mi cara de tonta. Subí a mi habitación. Cerré la puerta tras de mí, y con una enorme sonrisa en mi rostro, me tiré sobre el acolchado de mi cama. Liam era la persona más especial que había conocido hasta ahora en mi vida. Desde su irresistible y perfecta sonrisa, hasta sus ojos cafés, aquellos que me hipnotizaban, me volvían loca. Su personalidad, era casi como un imán. Su simpatía, carisma, ternura, su forma de hablar… todo lo hacia perfecto. Perfecto para mí. Éramos dos piezas de rompecabezas que encajaban perfectamente. No solo mi madre decía que hacíamos linda pareja, también comentarios de mis amigas meses atrás, pero yo nunca les había dado importancia. Estaba ciega hasta ese momento, y ahora podía ver.
El grito de llamado a comer de mi madre me hizo despertar de un salto. Me había quedado dormida una hora pensando en aquel castaño, ahora mi actual novio. Una sonrisa se me dibujo al recordar ese momento aquella misma tarde. Me levanté, y bajé a comer.