"Friends, Lovers Or Nothing" (Zayn Malik) TERMINADA

Mis ojos quedaron abiertos como platos. Nunca me lo hubiese imaginado.
-Porqué nunca me contaste?.- Pregunté.
-Sos la primera persona a la que se lo cuento.- Tomé sus manos para consolarlo. – Su nombre era Estefanía.-
-Yo… nunca me hubiese imaginado.-
-Esa es la simple razón por la que jamás te haría algo así. Sé lo que se siente ser usado de esa manera.- Pude ver cómo se ponía triste. –No te preocupes por mí, ya lo superé.-
-Quién iba a decir que íbamos a pasar por lo mismo?.- Sonreí tímidamente. –De haberlo sabido antes, nunca hubiese pensado cualquier cosa.-
-La relación se basa en la confianza: si no confias en mí, no hay nada que se pueda hacer. Vos misma me lo dijiste la semana pasada.-
-Tenes razón.- Bajé la mirada. –Oh Dios, me siento terrible! .- Él sonrió.
-No te preocupes, yo reaccioné igual con lo de Liam..- Nos miramos unos segundos. Y comenzamos a reírnos.
-Así que… todo como antes?.- Pregunté divertida. Asintió, poniéndose de pie. Me tomó de las manos, y me ayudo a levantarme también. Me tomó entre sus brazos, y besó mis labios.
- Te querés quedar a comer? Mamá dejó pizza.- Me miró y sonrió. -Podemos mirar una película. Dale, Por favor!.- Asintió y besó mis labios.
Subimos al playroom. Apagamos las luces, y prendí la televisión.
-Mi hermano alquiló una de terror. Tengo que devolverla mañana… la vemos?- Pregunté con una sonrisa de oreja a oreja. Él sonrió también.
-Creí que habías prometido no ver más películas de terror. Te acordás?.-
-Las personas cambian, y las promesas se rompen… Vamos! Mirala conmigo!.- Basto poner carita de perro mojado para que sonriera, y al instante asintió. Nos sentamos en el gran sofá, y pusimos play.
La verdad, había elegido una muy buena película de terror. Muy seguido, se nos escapaba un grito a ambos. Luego nos mirábamos y nos reíamos de lo que hacíamos. En un punto, la película se puso re densa, hasta aburrida. Su brazo paso detrás de mi espalda, e inconscientemente, coloque mi cabeza sobre su hombro.
Las gotas de lluvia se sentían en el techo. Un trueno nos hizo saltar del sillón. No parábamos de reír, La forma en que nos asustábamos, y el simple hecho de mirar el miedo en la cara del otro, era demasiado divertido. Aunque no duró mucho. Un rayo cayó cerca, lo que hizo que la luz se fuera. Ambos quedamos frente la oscuridad. Lo único que se escuchaban eran los truenos y el ruido del agua ahora, cayendo más rápidamente que antes.
-No te preocupes, No pasa nada. Yo estoy acá con vos.- Me dijo. Era el único que conocía mi miedo por la oscuridad.
Nos levantamos lentamente del sillón, y bajamos las escaleras por unas velas. Al llegar a la cocina, no tenía miedo. El simple hecho de estar cerca de él, me hacía sentir extrañamente tranquila, y cómoda.
Mientras buscaba en el aparador de la cocina las velas, Zayn miraba la lluvia por la ventana.
-Aldi, decime por favor que no tenes ropa tendida afuera.- dijo riendo. Me sobresalté. La ropa que mi mamá me había pedido que descolgara, la había dejado fuera!
-No! Me olvide!.- Ambos salimos corriendo bajo la lluvia en busca de las prendas de ropa colgadas. Claro, a esa altura, la mitad de la ropa estaba colgada, y la otra distribuida por todo el parque. El viento soplaba fuertemente, y la lluvia no paraba de caer. Zayn se reía de mis actitudes desesperantes, lo que me hiso reír a mi también. Rápidamente, paso a ser una situación divertida. De la cabeza a los pies, mojados bajo la lluvia, juntando las prendas.
Entramos a la casa con las montañas de ropa empapadas entre los brazos, y las dejamos sobre la mesa. Seguíamos riendo. Tome unas toallas y las velas y subimos al piso de arriba. Nos sentamos en el suelo, uno enfrente del otro, y prendimos las velas. Su morocho cabello estaba aun mojado. Tomo una toalla y empezó a secarse. Hice lo mismo con el mío. Nuestras ropas no estaban secas, pero tampoco chorreaban agua. Sus ojos se posaron en los míos. La luz de las velas se reflejaba en ellos. Esos ojos miel me volvían loca.
El silencio domino la sala. No sabía de qué hablar. Él tampoco por lo visto, solo sonreímos tímidamente. Comencé a temblar. Al estar mojada, me agarro escalofríos, y él lo noto. Se puso de pie y agarro la manta negra que estaba sobre el sillón. Se sentó a mi derecha y me coloco la manta. En también se tapo. Mis ojos ahora sí que no los podía desprender de los suyos. Era increíble cómo me conocía. Bastaba con una acción simple que haga para que él se de cuenta que me pasa.

Sus ojos se clavaron en los míos. Él mordio su labio inferior, acto que me hizo enloquecer. Junte mi nariz con la de él, y sus ojos se trasladaron a mis labios. Podía sentir su respiración. Hasta que ya no quedaban centímetros de distancia entre nosotros. Mis ojos se cerraron automáticamente para poder sentir el beso. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, pero no era por el frío. Era por las múltiples mariposas que revoloteaban en mi estomago sin parar. Aun sentados, me tomo de la cintura, y yo pase mis brazos alrededor de su cuello, acariciándolo suavemente. Nuestros labios se movían juntos, sincronizados. Estaban bailando un baile, que no debería tener un final. Con sus manos, aquel morocho acariciaba suavemente mi espalda. De apoco íbamos entrando en calor. Cada movimiento que él hacía con su boca, me ponía más nerviosa. Sus besos eran como los de nadie. Me aparte unos segundos para respirar, y continúe con aquel apasionado beso.
Yo sólo me concentraba en besarlo, pero él empezó a bajar las manos, y así mis dudas se comenzaron a multiplicar. Zayn me podía, no quedaba duda de aquello. Sentía un millón de cosas al mismo tiempo, pero mientras mi boca seguía danzando al compás de la suya, mi mente comenzó a preocuparse. No estaba segura de si me gustaba la dirección que todo aquello estaba tomando. Yo había agarrado la primera ropa que encontré para no tener que quedarme en toalla, y esto resultó ser una musculosa blanca y un short de jean. A decir verdad, la musculosa era bastante escotada. Zayn, que estaba usando una remera gris y una bermuda marrón de mi hermano, se apartó de mi durante un microsegundo para sacarse la remera, que cayó al suelo.. Era obvio que le gustaba ejercitarse, y en ese momento sin pensarlo llevé mis manos a su pecho y me acerqué, lenta y tentadoramente a sus labios nuevamente, hasta que estábamos enredados una vez más en el beso, pero se alejó de mí nuevamente. Esta vez no entendí cuál podía ser su intención. Entonces sin previo aviso, tiró de mi musculosa y me la sacó. De repente estaba más expuesta frente a él de lo quería estar, eso me quedó claro, y sus intenciones me quedaron igual de claras, aunque lógicamente ya lo sabía pero no quería admitírmelo a mi misma. Tomé su mano, que se estaba acercando a mis pechos, y la moví lejos de allí. El pareció confundido, pero yo tenía 16 años y sabía que no estaba lista para eso. Volvió a intentar tocarme, y en ese momento una lágrima se escapó de mi mejilla. Debí haberlo detenido antes, ahora iba a quedar como una tonta cobarde.
-Que pasa? Por qué lloras?-
-Perdón Zayn, perdóname –dije sin animarme a mirarlo a los ojos.
-Por qué me pedís perdón?-
-Porque no me animo, no puedo, simplemente no puedo…-
Él me estrechó en un fuerte abrazo y con el dedo pulgar secó una nueva lágrima que asomaba de mi ojo.
-No pasa nada hermosa, en serio creíste que me iba a enojar?-
Lo miré. Estaba actuando bastante comprensivamente para ser un hombre. Me separé de su abrazo, tomé la musculosa y me la puse de nuevo. Luego volví a abrazarlo, él sólo acto de que no se hubiera enojado me hizo sentirme protegida, evidentemente nunca me iba a presionar. Entonces Zayn se empezó a reír.
-que es lo gracioso?
-que sos muy tierna! En serio pensaste que yo me iba a enojar! Mi amor, que clase de novio sería si no te esperara? Sos todo para mí.
Decir que sentí mariposas en el estómago era poco. Más bien sentí canguros. Esas tres últimas palabras me hicieron volar a otra galaxia. En ese momento comprendí cuan afortunada era.
-Vos también sos toso para mí, Zayn – respondí con una sonrisa de oreja a oreja. En ese preciso instante regresó la luz.
-Tu amor hace milagros!- dije feliz. Él solo rió.
Se nos ocurrió prender la televisión y buscar algún canal de películas. El seguía sin remera pero eso no me perturbaba, me acurruqué contra su pecho y nos dedicamos a mirar una comedia romántica de apariencia vieja. Sin embargo, a los pocos minutos vi como sus párpados empezaban a caer, irremediablemente se estaba quedando dormido.
-Zayn, te estas durmiendo… Querés ir a acostarte?.- Abrió lentamente los ojos, y sonrió.
-Solamente si venís conmigo.- No pude evitar sonreír. Besé cortamente sus labios, y nos dirigimos a mi habitación. Me puse el pijama, y juntos, nos quedamos dormidos.