Recordatorio: Casate conmigo -ADAPTACION- NICK Y TU TERMINADA

ok esperare

Hola!
Me gustado mucho tu novela, espero y puedas seguirla (:

siguela!!!!!!!!

olaaa chicas ahora stoi haciendo una tarea pero ls voy a subir maraton de 6 caps
espero q m perdonen x no haberles subido pero s que no puedo..
ahora esperenm un momento

BUENO AQUI STA LA MARATON

CAPITULO cinco
Si él desprestigiaba a su agencia entre sus colegas, el resultado sería el mismo.
-¿Es lo qué está pensando? -preguntó _______.
-No -contestó él tanjantemente-. Sin embargo, me impresiona la devoción que tiene por su agencia y sus recursos. He decidido que, efectivamente, puede apaciguarme de una forma.
-Lo que sea. Una frase de agradecimiento en la lápida de mi tumba. El primer gatito que tenga Jemina. Todos los huevos de Betty durante un año... -parecía desesperada y le abrasaban las mejillas-. Todo eso le dará igual, claro, pero ¿qué es lo que ha pensado? Si está a mi alcanze, cuente con ello.
-¿Jemina? ¿Betty? -él susurró los nombres y una sombra burlona se reflejó en sus ojos.
Un hombre que podía sonreír era tan atrctivo... Él sin embargo, sacudió la cabeza.
-Al principio pensé que necesitaba a alguien que mantuviera las cosas en un orden aceptable hasta que mi secretaria volviera de su baja -concluyó Nick.
-Claro -_______ agitó la cabeza y el pelo le tapó las mejillas-. Eso fue lo que me dijo cuando me llamó.
Él dio un paso, alargó la mano hacia la mejilla de ella, se paró y se metió las manos a los bolsillos.
-Las cosas han cambiado.
-Creo que no lo entiendo del todo.
Ella agarró el lápiz con todas sus fuerzas. ¿Realmente había estado a punto de acariciarle la cara?
Todo su cuerpo lo anheló.
-Una mujer como usted tiene que conocer bien los entresijos de una oficina -afirmó él.
-Bueno, si...
Ella siguió anotandolo todo, pero no entendió por qué hablaba de ella.
-¿Ha echo trabajos temporales? -Nick apretó las mandíbulas y sus ojos se clavaron fugazmente en la boca de ella-. ¿Sigue aceptandolos?
Ella tuvo que hacer un esfuerzo por no llevarse los dedos a los labios. Sintió la nesesidad de tocarselos, como si él hubiera cambiado su forma al mirarlos.
-Acepto trabajos cortos que no me mantienen mucho tiempo alejada de mis otras responsabilidades. Mi dedicación no me permite mucho más.
Eso era verdad, pero no del todo.
-Si las circunstancias lo exigiesen, podría hacer más. Se adaptaría. Creo que lo haría bien. -afirmó Nick.
Lo dijo con un tono áspero que hizo que ella se preguntara a qué adaptación se refería, pero asintió levemente con la cabeza.
-Ésta es mi propuesta: quiero que venga usted a mi oficina para solucionar los problemas y ocuparse del trabajo acumulado.
_______ fue abriendo cada vez más los ojos. Se sintió dominada por una mezcla de ansiedad, incredulidad y miedo. ¿Que quería que fuera ella? Podría ir un par de semanas, pero ni siquiera eso entraba en sus planes.
-No puedo abandonar mi trabajo...
-Te sorprendería lo que puedes hacer, _______ Olsen, si hay una motivación y una necesidad -la interrumpió Nick, tuteándola-. Quiero que consigas que mi oficina funcione como lo ha echo durante los últimos once años, sin que me moleste ni un estornudo. Cuando vuelva Maddie, quiero que todo esté tan impecable que ella no note que se ha ido.

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CAPITULO seis 1/2
-Lo siento, de verdad.
_______ había querido otra oportunidad, pero no ésa. Haría el ridículo y mostraría su debilidad delante de él. Era imposible. Como lo era explicar su negativa a aceptar lo que él consideraría una oferta aceptable.
-No podría... -balbuceó _______.
-Si puedes y lo harás. Eres la persona indicada porque el resultado te importa tanto que harás lo imposible para que todo funcione.
Él no se movió, pero ella pudo notar cómo se sacudía las manos mentalmente al presentarle ese echo consumado. Si tenía la más minima preocupación por sentirse atraído por ella, debería estar enterrada muy profundamente. Quizá se hubiera limitado a sofocar esa atracción. Ella podía hacer lo mismo. La tensión de la situación le había limitado su clarividencia, pero podía hacerlo.
-Estoy seguro de que tu capacidad organizativa está a la altura del trabajo y sólo seran unos cuantos meses.
-Unos cuantos... meses...
Estaba empeñado en que ella hiciera ese trabajo y no iba a aceptar nada más. En cuanto a su capacidad organizativa, tuvo que contener una carcajada. Se sintió atada de pies y manos. El bloc de notas se le cayó al suelo. Su mundo cuidadosamente organizado se cayó al mismo tiempo. Contando con el mes que le había ofrecido estúpidamente, serían tres meses y tres semanas. No podía permitirselo ni remotamente. Tendría que engañarlo. Aceptaría el ultimátum, pero más adelante lo convencería para que aceptara a Elizabeth.
-No tienes elección -Nick recogió el bloc y se lo dio.
Ese bloc era un símbolo de su debilidad. Intentaba mantener el control de su vida entre esas páginas. Ahí entraba todo. Desde la lista de la compra a las citas, las demandas de trabajo y los nombres de las personas a las que quizá tuviera que volver a llamar.
-Lo tengo decidido. Pon a la maravillosa Elizabeth al frente de tu agencia. Que ella se ocupe de lo que normalmente haces tú -bajó el tono para resultar más convicente-. Y tú, _______ Olsen, vente conmigo.

CAPITULO seis 2/2
Nicholas Jonas había dado quince minutos a _______ para que organizara los asuntos de su agencia. Su conversación telefónica con Elizabeth era insuficiente y tampoco ayudaba ver a Nicholas sentado en su despacho, con la puerta abierta y trabajando con mucha atención entre dos montañas de papeles. Hasta eso le gustaba de él, ¡era un hombre muy trabajador!
-Me ocuparé de todo, _______, no te preocupes.
Casi ni se enteró de lo que dijo Elizabeth. Era muy difícil atender a algo que no fuera aquel hombre. Él levantó la vista como si hubiera notado la mirada de ella y _______ se sonrojó mientras giraba la cabeza.
-Gracias, Eliza. Tienes las llaves de mi despacho y las cintas... -¿dónde había dejado las cintas?-. Deberían estar al lado del ordenador. Si no, a lo mejor las he dejado en el primer cajón de la mesa. Desvía el teléfono a tu casa. Te llamaré esta noche para ponerme al día.
En cuanto colgó, _______ empezó a pegar notas con instrucciones por todo lados. En el teléfono, en el archivador, en el dictáfono... También le habría gustado poder poner notas que le recordaran que no podía tener tan presente a su jefe. Además, estaba perdiendo mucha energía mental cuando casi habían pasado los quince minutos. Tenía que hacerse una idea y parecer competente durante esa fase de adaptación al territorio desconocido. Sin embargo, ¿aceptaría Nicholas a Elizabeth cuando las cosas se hubieran asentado un poco?


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CAPITULO siete
-¿Has arreglado las cosas con tu ayudante para que ahora en adelante sólo te dediques a tu trabajo aquí?
Él estaba en la puerta del despacho con la camisa remangada y el nudo de la corbata suelto. ¿Qué pasaría si ella no podía dejar de alterarse al verlo como le pasaba en ese momento?
-Si. Todo está arreglado, aunque ha habido que reorganizar bastantes cosas.
Ella preferiría que Nick se peinara ese pelo rebelde y volviera a ponerse la chaqueta que se había quitado en cuanto ella aceptó.
-Me alegro, porque tienes mucho trabajo aquí -él esbozó una media sonrisa.
¿Por qué le atraía? No era su tipo. Si alguna vez volvía a meter a un hombre en su vida, algo muy improbable, sería un hombre afable, quizá un estudioso o un poeta. Un hombre que llevara sweaters gastados y pantalones deformados, no impecebles trajes grises que resaltaban cada músculo.
-Haré lo que pueda, señor Jonas.
Evitó mencionar cualquier plazo de tiempo e intentó que la angustia no se le notara. Tenía que engañarlo el tiempo suficiente. Su tutor del centro le decía que tenía que ser franca sobre sus limitaciones, pero él no sabía lo que era ver el gesto en sus caras, ver la lástima, como mínimo, en sus ojos. Además, dominaría aquella reacción inesperada a Nicholas Jonas.
Dejó la agenda en un sitio donde pudiera consultarla todo el rato.
-Ordenaré todo esto y me pondré con lo que sea más urgente.
-Yo lo haré -él tenía las manos caídas a los costados-. También, me temo que este desorden tendrá que esperar un poco.
-¿Si no se trata de todo este barullo...? -ella extendió una mano-. ¿Qué quiere que haga primero?
-Por algún sitio hay unas propuestas grabadas que deberían haberse echo el viernes -él levantó unos papeles como si buscara las cintas-. Cada una debe llevar presentación normal, pero las dos últimas páginas personalizadas. También hay una reunión programada para hoy a las doce y media en la sala de reuniones. Son diez personas y nosotros dos.
-Muy bien.
Sólo tenía que mecanografiar un montón de propuestas atrasadas y que preparar una reunión con comida en una hora y media. El pánico se apoderó de ella.
-Me pondré con las propuestas -siguió ella con un tono de tranquilidad que no sentía-. ¿Qué se nesesita para la reunión?
-Quiero la copia de las propuestas para cada asistente y otra de todas ellas para mi. Organiza también la comida y toma notas de todo lo que se diga. ¿Está claro?
Él levantó la mirada y la vio anotándolo todo en el bloc. Suavizó el gesto.
-Eres muy aplicada al tomar notas de todo -añadió él.
-Es mi forma de trabajar. Empezaré ahora mismo. Si eso es todo...
_______ se sintió aterrada porque se había quedado en blanco. No podía acordarse de ninguna de sus instrucciones. Habían desaparecido por uno de sus agujeros de la cabeza. Esperaba que las notas se lo aclararan.
-Eso es todo -él empezó a darse la vuelta, pero se paró-. Hay millones de dólares en juego en la reunión de hoy. El proyecto más grande es de un hombre que puede ser complicado. No quiero que tenga motivo para criticar mi empresa.
-Entendido.
-Lo dejo en tus manos -él asintió con la cabeza con un gesto complacido-. Confío en que tengas pronto las propuestas.
Nick entró en su despacho y cerró la puerta. _______ repasó las notas. Afortunadamente, tenían sentido.



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CAPITULO ocho
Apuntó los datos de la reunión en el tablón de la pared y en su agenda, se hizo unas notas para no olvidarse de las propuestas y buscó la agenda de teléfonos. Afortunadamente, podía engatusar a la gente cuando le hacía falta. A la gente que no fuera Nicholas Jonas, claro.
Al cabo de unos minutos, una vez concertada la comida y que le hubieran prometido que se la llevarían a las doce y cuarto, empezó a mecanografiar. Las propuestas estuvieron en la mesa de Nick con el tiempo justo. Eran un resumen convincente de los últimos éxitos de Jonas Enterprises y una oferta concreta a cada empresa. Si los asistentes no se quedaban impresionados, ella si lo estaba. Nick se dedicaba a asuntos de altura. Conocer su poder era muy estimulante. En un sentido intelectual.
Lo miró mientras él leía los papeles y reconoció que ningún hombre le había atraído tanto y tan pronto. ¿Qué le pasaba? Desde que llegó a Sidney, había evitado hasta el interés más minimo en los hombres y no le había costado nada hasta entonces.
-Muy bien -Nick cerró la última copia y se levantó-. Muy preciso. Debes de mecanografiar deprisa como traquigra... tomas notas.
Él se había dado cuenta de que su técnica no era la taquigrafía normal. Si se lo preguntaba, le explicaría que era un sistema nuevo. Era verdad, pero le preocupaba que se hubiera dado cuenta tan rápidamente. ¿Que más habría visto?
Él se estiró para relajar los hombros y ella intentó no fijarse en él, pero fracasó estrepitosamente. Él parecía tener unos buenos músculos debajo del traje y parte de su naturaleza femenina se sentía atraída por eso. Se cruzó de brazos como defensa a sus propios pensamientos.
-Me alegro de que le haya gustado, aunque Elizabeth lo habría echo igual de bien. Si aceptan estas ofertas, eso supondrá mucho más trabajo.
Él la miró de arriba abajo con mucha calma. A ella no le consoló mucho saber que, en ese caso, al revés que cuando hablaron de Rochelle, la atracción parecía mutua. Ella no quería desearlo, aunque fuera recíproco. Nick se rehizo y miró hacia la ventana.
-Si, pero tenemos que adaptarnos a estas entradas. A mis asesores financieros y de planificación les encanta -frunció el ceño-. Son un grupo de gente muy interesante. Los que buscan socios o quieren vender no siempre tienen dificultades económicas. Por ejemplo, dos de ellos son herederos inmobiliarios. -Herederos inmobiliarios -repitió ella mientras habría dado cualquier cosa por pasarle los dedos por el cabello aun alborotado de él-. ¿Se han encontrado de repente con una monstruosidad que no pueden asimilar? Claro. Puedo entender que algunas personas quieran dejarlo. ¿Usted puede conseguir que todos esos negocios sean rentables?
-He propuesto otras salidas para los que no lo serán -su jefe temporal sonrió y ella se quedó sin aliento-. Piensas como una empresaria. Me parece que vas a ser un fichaje mejor de lo que esperaba.
-Bueno -ella intentó no hacer caso del pulso desbocado por ese halago. No pensaba quedarse mucho tiempo ahí-. Será mejor que nos vayamos a la sala de reuniones.
-Esperemos que sean puntuales. ¿Qué has elegido de comida?
Él se levantó, juntó un montón de notas para la reunión y se las dio a ella. Sus dedos rozaron. Ella sintió calidez y deseó que esos dedos un poco ásperos la acariciaran. Él la miraba fijamente a la cara. La acariciaba con los ojos, que pasaron por los ojos y por la nariz y se detuvieron en la boca.


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CAPITULO nueve
-_______...
-Nosotros... eh...
Tenía la boca seca. Aquello no podía ser, pero creía que iba a besarla.
¿Desde cuándo tenía una imaginación tan delirante? Entró corriendo a su despacho. Cualquier cosa con tal de tomarse un
respiro. Él le había preguntado algo. ¡La comida! Era todo lo que podía recordar. Tenía que improvisar.
-Le gustará lo que he pedido. Ya lo verá. Tengo que recojer un par de cosas y estaré preparada.


-Buenos días. Encantada de conocerlo.
_______ parecía tranquila mientras iba recibiendo a los visitantes. Nick, sin embargo, estaba al lado de ella en la puerta de la sala y percibió la tensión que irradiaba. Él sonrió, asintió con la cabeza e intercambió algunas palabras con cada asistente, pero tampoco estaba tranquilo. No lo había estado desde que le rozó los dedos y sintió una oleada ardiente por todo el cuerpo. La había deseado desde que la conoció y sería tonto si fingía otra cosa. Quizá no le gustara darse cuenta, pero se preciaba de afrontar la verdad. Sólo tenía que encontrar una manera de sortear ese deseado interés por ella. Desde que hacía cinco años Lara le enseñó lo que tenía que ser su vida, él había salido desenfadadamente con las mujeres. No se movía ni por amistad ni por compromisos y no pensaba variar ese principio. Sin embargo, en ese momento, _______ y él estaban tan cerca que respiraban el mismo aire. Sólo quería abrazarla y encontrar respuestas a las preguntas que lo abrumaban. Si la besaba, ¿sus labios lo corresponderian apasionadamente? Si la estrechaba contra si, ¿sus cuerpos se adaptarían como si estuvieran echos el uno para el otro? ¿El deseo ardería a llamaradas o lentamente? Aquello era absurdo. Acababan de conocerse, pero él no podía sofocar esospensamientos.
-Wallace, pasa, siéntate.
Nick señaló la mesa preparada para la comida, pero no podía quitarse a _______ de la cabeza. Ella olía a un suave aroma.
Quiso recorrer cada rincón del cuerpo que lo llevaba. Contuvo un resoplido y estrechó la mano del último invitado.
-Bienvenido, Hardy.
-¿De verdad? -Hardy estrechó su mano con más fuerza de la necesaria-. Ya lo veremos cuando haya leído tu propuesta. Si no me impresiona, puedes olvidarte de que venda. Sólo estoy pensándome esta operación. No tengo nada decidido.
-Sea cual sea tu decisión, la respetaremos.
Sin embargo, los dos sabían que la mujer de Hardy, un capricho para él, había hundido la empresa desde que él se la regaló.
-Mmm -Hardy entrecerró los ojos-. La moda puede ser un negocio voluble, puede dar un giro radical en cualquier momento.
-Todo es posible -Nick intentó no mostrar su incredulidad.
Cuando Hardy vio a _______, su semblante cambió. Un interés depredador iluminó su cara.
-¿Quién es esta belleza?
Era suya. Nick lo pensó al instante. Un pensamiento posesivo y desproporcionado porque acababa de conocerla.
-Hardy, te presento a _______ Olsen, mi asistente. _______, te presento a Andrew Hardy.
Nick lo dijo con cierta indiferencia, pero su cuerpo bullía con una advertencia que transmitió a Hardy con la mirada. Éste parpadeó al asimilar el mensaje.
-Encantada de conocerlo. Espero que pase un buen rato hoy con nosotros.
_______ esbozó una sonrisa forzada y le entregó una carpeta. La tensión de Nick se disipó. Ella no había caído en las redes de Hardy, había captado algo del conquistador que la había disuadido.


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CAPITULO diez
-Aquí encontrará la propuesta por su negocio -_______ señaló la carpeta-. Puede sentarse y ojearla hasta que sirvan la comida.
Era fría como una ensalada de lechuga. Nick contuvo una sonrisa y Hardy se alejó.
_______ se sentó a la derecha de Nick y tuvo la sensación de haber estado ahí toda la vida.
-Ahora que estamos sentados, ¿podría volver a decirme todos los nombres? -_______ se dirigió a él-. Empiece por la persona de mi derecha y dé la vuelta a la mesa. No se olvide de nadie.
Ella tenía el bloc sobre la rodilla y el lápiz preparado. Si no hubiera visto cómo se aferraba al bloc, él habría pensado que era todo confianza en sí misma. Saber que estaba inquieta hacía que fuera más humana para él, más atractiva. Nick inclinó la cabeza y le dio el nombre y una breve descripción del negocio de cada uno. Habría podido rozarle la oreja con los labios y nadie se habría dado cuenta. Su aliento se habría paso por el objeto de sus pensamientos. Ella se estremeció y lo miró a los ojos. Era muy receptiva. Él posó la mirada en su cabello castaño, de ahí fue a su boca, a los labios que anhelaba besar y a su nariz corta y recta. Los ojos eran de color azul cielo. Unos hermosos ojos abrasadores. Sin saber cómo, le dio el último nombre.
Ella lo apuntó todo, soltó un leve suspiro y se dejó caer contra el respaldo.
-Gracias, asi podré asosiar los comentarios con las personas.
¿Sabría ella que sus ojos adoptaban un aire soñador cuando lo miraban? No voraz ni deborador como los de Rochelle, sino delicado, casi vulnerable, y muy sexy.
-Quería saber el menú...
_______ sacó un papel escrito a mano que le había dado un camarero cuando ella entró en la sala, lo desplegó y lo miró.
-Comentamos varias posibilidades, pero elegí copas de marisco, minipasteles de carne y hortalizas para empezar... Eso nos permite probar el vino blanco y el tinto.
Nick no quería saber nada del menú. No apartó los ojos de ella. Quería besarla.
Ella esbozó el resto del menú con los ojos clavados en los de él y se sonrojó un poco.
-La factura de vino va a ser astronómica. Pensé que querría el mejor.
-El dinero no es obstáculo en esta operación -él ladeó la cabeza.
Los asistentes estudiaron las ofertas mientras se servía la comida. A eso le siguió una animada discusión y Nick hizo todo lo posible por participar y dejar a un lado los pensamientos que tenía sobre la piel de _______ y las ganas que tenía de acariciarla.
-Cuando se acepte una propuesta, se la pasaré a alguno de los especialistas de mi equipo -le explicó a un hombre que tenía sentado enfrente-. Él estudiará la compra o la reorganización de la estructura. No se pierde tiempo._______ tomaba notas de todo mientras picaba gambas y vieiras y daba sorbos de un delicioso Sauvignon blanco. Nick contestaba preguntas y eludía comentarios con habilidad. Sin embargo, no dejaba de notar la presencia de ella. Cada vez que había una pausa, él la miraba, envidiando cada bocado que daba y deseando deleitarse con aquella boca.
-Has elegido muy bien el catering. ¿Lo conozco?
-Seguramente, no. Tienen una camioneta y van a cualquier sitio en un instante. Otras oficinas ya lo han utilizado.
-Lo sabes porque has llamado a otras secretarias en lugar de ponerte a llamar a restaurantes y otros caterings. Muy lista.


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bueno chicas hasta aqui la maraton ... por cierto gracias por los comentariios

u pueden votar???
http://www.mtv.com/content/news/2012/boybandbattle/
es por los jonas plissss

Gracias por el maraton!!!!

Espero que la sigas pronto (:

Claro que ya vote

Me encanta esta noveee!
Siguela Pronto
Besos

bueno chicas aqui les subo tres caps
espero que les guste =)



CAPITULO once 1/2
Lista, decidida y tan deseosa de hacer bien su trabajo que él no podía dejar de preguntarse si sería tan entusiasta a la hora de complacer a un hombre durante una noche rebosante de sensualidad. Era algo que no debería plantearse. Sin embargo, su halago hizo que ella lo mirara con una gratitud sorprendida.
-Tuve que... intenté salirme de lo normal.
Hizo que pareciera un incordio y tomó precipitadamente un poco de arroz con azafrán. Pese a no quererlo, él bajó los párpados al verla comer.
-Mmm -_______ miró su plato-. Tengo que reconocer que está muy bueno.
Él comió pastelillos de carne mientras apreciaba la belleza de su estructura ósea, la delicadeza de sus hombros bajo la chaqueta. Notó un estremecimiento.
-La comida te ha salido muy bien, _______ -intentó concentrarse en el trabajo-. Si todo el trabajo que me haces es igual de eficiente, quedaré encantado.
_______ se puso muy recta, frunció los labios y volvió a aferrarse al bloc de notas.
-Puede confiar en mi agencia para cualquier necesidad de su empresa.
Cuando sirvieron los postres, la conversación se apaciguó para disfrutar de la comida. _______ también se relajó, pero Nick, en lugar de hacer lo mismo, se puso más tenso. ¿Por qué no había podido aplacar los pensamientos personales sobre ella? Quizá los problemas no llegaran de su cabeza. Quíza tuviera que satisfacer su curiosidad. Una degustación para poder apartarla siempre de sus pensamientos.

CAPITULO once 2/2
-La mousse de café está deliciosa -comentó ella.
Se volvió hacía él y sonrió. Una sonrisa inocente, pero él sintió la necesidad de arrastrarla hasta el cuarto de atrás y besarla entre escobas, cubos y fregonas.
Estaba volviéndose loco. Sólo podía pensar en saborearla, aunque cada poro de su cuerpo le decía que pensar así era peligroso.
-Espero que la crema de limón y los pasteles de fruta estén a la misma altura -ella tomó otra cucharada-. ¿Quiere que le sirvan un poco de mousse de café para que lo pruebe todo?
-No. Gracias -Nick se aclaró la garganta-. Así... está bien.
Él probó la crema de limón, alabó la elección e intentó no fijarse en la boca de ella. Estaban en una reunión y aquello no podía ser. Ella parpadeó.
-Me alegro que le guste el postre...
-Si...
Llegó el café. Con alivio, él se enfrascó en una conversación que tenía a su izquierda hasta que las cosas volvieron a su cauce.
Por fin, llegó el momento de que él pronunciara un breve discurso para terminar.
-Todos necesitan tiempo para meditar, para comentarlo con sus compañeros y para estudiar las cifras. Propongo conferencias por teléfono mañana y el miércoles para concluir las operaciones. Llamen a _______ por la mañana y ella les dirá las horas que están libres.
Vio por el rabillo del ojo que _______ anotaba algo y lo subrayaba. Los asistentes fueron saliendo entre murmullos de agradecimiento. Nick los despidió en la puerta mientras _______ se ocupaba de que los empleados recogieran la mesa. Ella vovió justo cuando Hardy se metía un puro apagado en la boca y decía:
-La conferencia por teléfono no me gusta. Pásate mañana a las cuatro por mi oficina. Entonces te daré la respuesta.
-Estoy ocupado a esa hora -Nick intentó decirlo con un tono apesumbrado-. Durante toda la semana sólo podré reunirme por teléfono. Comprenderás que tengo trabajo. Estoy seguro de que tu también tienes cosas que hacer. Llámame el jueves o el viernes si quieres. A ti puedo ampliarte el plazo.
-Ya veremos.
Hardy salió con la oferta debajo del brazo y el ceño fruncido.
-Vaya despedida -_______ lo miró a los ojos con una sonrisa-. ¿Cree que aceptará su propuesta?
-Creo que acabará haciendolo.
Él inclinó la cabeza hacia la de ella. La deseaba aunque no quisiera. _______ dejó escapar un leve suspiro muy revelador.
-Bueno, amm, voy a comprobar que, amm , hayan recogido todo... No me espere. Siga con lo suyo -_______ tomó aire-. Iré cuando me haya calmado... dentro de un minuto. Iré dentro de un minuto.
Él se fue. Si no lo hubiera echo, la habría abrazado y se habrían besado desaforadamente, aunque acabaran de conocerse.