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"Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Jajajajajajajaja joseph que rarito que se pone a gritar en medio de las piramides jajajajaja siguela pronto porfi :3
livelikerobots
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
jajaa...me mato Joe cuando dijo que su mujer estaba de parto y era para llamar a la rayita...siguela...
jonatic&diectioner
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
jajaja super el paln de joe :)
me encanta
pero muy poquiot cap
nani
me encanta
pero muy poquiot cap
nani
andreita
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Hola chicas aqi les dejo 2 caps espero les guste
Capítulo 13
Viernes 27 Octubre
13.00h México D.F.
Anny, al asomarse al cristal de la puerta de urgencias de pediatría, reconoció a la amiga de Miguel, la misma que había visto en al cafetería la mañana de los cafés. “Maldición” pensó, y estaba a punto de darse la vuelta y pedirle a Jorge, otro residente de pediatría que la cubriese, y la atendiese él.
Ya se había girado, y empezaba a dar un paso, cuando se encontró cara a cara con la “bulldog”.
Rosa Hernández, mejor conocida como la “bulldog” o la “pitbull”, era la enfermera más odiada y temida de por casi todo el hospital… Y Anahí se atrevería a decir de la mitad de México. Pues Rosa, grande como un caballo, de ojos asesinos y mirada fija, la estaba observando desde el puesto de enfermería a mitad del pasillo. Y Any tuvo la extraña sensación de que bulldog sabía lo que ella tenía planeado.
Antes de arriesgarse a que la enfermera fuera con el cuento a su superior, y conseguir como castigo más trabajo imposible –todavía se acordaba de los historiales de hacía dos noches- Any giró sobre sus talones y abrió la puerta de la sala de exploraciones.
La chica… Hum ¿ Se llamaba Susana? … bueno, la chica, estaba intentando que el niño dejase de llorar, y movía delante de él un muñeco, un spider-man decolorado, que posiblemente había visto mejores tiempos, ya que le faltaba brazo y tenía un parte de un pie deformado por lo que parecían ser mordiscos.
“Genial” pensó con un suspiro “me toca un niño caníbal y comedor de plástico” y con la resaca que tenía encima….
Iba a ser una mañanita….
_Llevo 20 minutos esperando a un médico, y ahora viene una enfermera…- dijo Susana protestando airada sin mirarla bien.
_Yo soy médico.- Dijo Any escuetamente… Ya estaba cansada de tanta gente tonta y sentía la cabeza como si se la golpeasen con un bate de baseball.
Maldito Miguel, entre la bebida y sus amiguitas le estaban arruinando el día.
Susana se dio la vuelta al oír el tono de voz y la miró de arriba abajo. Any esperaba que no la reconociese, teniendo en cuenta el caso que le hizo el domingo y lo maleducada que fue con ella, pero no iba a ser su día de suerte. La chica puso una mala cara inmediatamente.
Any la ignoró y miró al niño, que con grandes lagrimones las miraba alternativamente buscando el mejor momento para llorar. Any le sonrió y levantó un dedo:
_Los niños que lloran no tienen premio.- Y le enseñó una piruleta que llevaba en la bata. Esta era la frase mágica que lo arreglaba casi todo, cuando se trataba de cosas sin importancia.
Antonio, un niño llorón pero despierto miró interesado el dulce, y se calló de repente. Susana se sentó en una de las sillas cruzando las largas piernas y con una cara de desprecio absoluta.
_¿Qué le ha pasado?-preguntó Any.
_Se cayó al suelo en el parque y tiene un corte en la pierna.- Contestó Susana de mala gana.- Es mi sobrino.
Any se acercó al niño y le levantó la pernera del pantalón. Frunció el ceño, el corte era feo pero no para venir al hospital… Y mucho menos que para montar tanto escándalo.
Lavó la herida y mientras lo hacía el niño preguntó:
_¿Tienes que coser?- parecía ilusionado con la idea.
Ella negó con la cabeza:- Me temo que no… Sólo te pondré estas grapas.- Y le enseñó la grapadora. Antonio pareció que la perspectiva de ir grapado era mucho mejor que la de ir cosido, y sonrió contento.
En la silla, Susana, no paraba de dar chasquidos con la lengua, como criticando su trabajo, y de bufar cuando Any hablaba con el niño. Así que cuando Any llegó al límite de su paciencia al ver las miradas que le dirigía Susana, le preguntó directamente:
_¿Estás bien?
Susana se sorprendió, la nena rubia no era tan mosca muerta como parecía, pero en lugar de callarse, le contestó:
_Yo sí, pero tú no lo estarás.
Any arqueó las cejas y dejó la grapadora en el aire, y le preguntó con su mejor sonrisa.
_¿También eres adivina? Porque sino no me explico como sabes como voy a estar.
Susana la miró enfadada:_ Mira linda, no te hagas la tonta. Ya sabes de lo que hablo.
Any controló su rabia. En ese momento si la hubieran dejado le hubiera grapado la cabeza a la silla a Susana. Pero el reglamento del hospital prohibía agredir a nadie, así que iba a tener que aguantarse.
Respiró hondo y volvió su atención al corte. Antonio, que ya se veía como un héroe en el colegio gracias a las grapas, estaba quieto y tranquilo; así que no sería difícil terminar cuanto antes, y así no tener que ver a la vieja loca.
No llevaba ni cinco segundos en silencio cuando Susana volvió a hablar:- Ya veo que eres una cobarde y ni te atreves a dar la cara.
Any la miró de reojo, pensando seriamente en saltarse las normas del hospital y graparle un ojo. Pero en lugar de eso le dijo:
- Mira, o me dices de que cara*jo hablas o la verdad, te sales fuera porque me distraes. No quiero dejarle una cicatriz fea.
Antonio ajeno a la discusión de las dos chicas se emocionó “unas grapas y una cicatriz fea” ¡¡Chido!!. Pero la tía de Antonio, Susana, no parecía compartir esa euforia. La joven estaba poniéndose roja por momentos.
_¿Qué no sabes de lo que hablo?- dijo levantando la voz.- Esta mañana me ha llamado Miguel, y me ha dicho que ya no quiere verme más. Que tiene una novia en la que está muy interesado.
Any sintió un escalofrío por la espalda, y unas imágenes de la noche anterior pasaron fugaces por su mente. Con el resacón que tenía no era capaz de recordar gran parte de la noche, sólo hasta la competición de chupitos (shots). Y aunque había soñado con que besaba a Miguel, eso era sólo un sueño. Susana no tenía porqué saberlo.
_Oye lo siento mucho, de veras. Pero es que no tengo nada que ver, yo hace muy poco que conozco a Miguel.- Dijo volviendo a grapar la pantorrilla de Antonio.
Con la fama que tenía posiblemente, Miguelito ya había encontrado a otra, y le había contado una historia a Susana para quitársela de encima.
Susana colérica, y casi perdiendo los estribos dijo siseante:- Casi me lo creo, ¿sabes? Mientes muy bien, con esa cara de inocente tuya. Pero es que Miguel me dijo que eras tú.
Any la miró boquiabierta. En ese momento estrangularía a Miguel por meterla en semejante lío. A ese donjuán no le bastaba con mentir sino que encima tenía que envolverla a ella en la mentira. Dio la última grapa, y tapó la herida con un apósito, mientras pensaba en qué decir.
_Mira Susana… Miguel tendría sus razones para decirte eso pero la verdad…
Susana la cortó:_ Mira, no pienses que me pienso creer nada de lo que digas. Si eres su novia, pues genial. Pero que sepas que te va a engañar con cualquiera, y que no te va a durar.
Antes de que Any pudiera contestar, Susana agarró a Antonio del brazo y lo arrastró fuera de la consulta.
Se quedó con la grapadora en la mano, deseando graparle la cabeza a alguien, pero en este caso no era a Susana, sino a un regiomontano.
Capítulo 13
Viernes 27 Octubre
13.00h México D.F.
Anny, al asomarse al cristal de la puerta de urgencias de pediatría, reconoció a la amiga de Miguel, la misma que había visto en al cafetería la mañana de los cafés. “Maldición” pensó, y estaba a punto de darse la vuelta y pedirle a Jorge, otro residente de pediatría que la cubriese, y la atendiese él.
Ya se había girado, y empezaba a dar un paso, cuando se encontró cara a cara con la “bulldog”.
Rosa Hernández, mejor conocida como la “bulldog” o la “pitbull”, era la enfermera más odiada y temida de por casi todo el hospital… Y Anahí se atrevería a decir de la mitad de México. Pues Rosa, grande como un caballo, de ojos asesinos y mirada fija, la estaba observando desde el puesto de enfermería a mitad del pasillo. Y Any tuvo la extraña sensación de que bulldog sabía lo que ella tenía planeado.
Antes de arriesgarse a que la enfermera fuera con el cuento a su superior, y conseguir como castigo más trabajo imposible –todavía se acordaba de los historiales de hacía dos noches- Any giró sobre sus talones y abrió la puerta de la sala de exploraciones.
La chica… Hum ¿ Se llamaba Susana? … bueno, la chica, estaba intentando que el niño dejase de llorar, y movía delante de él un muñeco, un spider-man decolorado, que posiblemente había visto mejores tiempos, ya que le faltaba brazo y tenía un parte de un pie deformado por lo que parecían ser mordiscos.
“Genial” pensó con un suspiro “me toca un niño caníbal y comedor de plástico” y con la resaca que tenía encima….
Iba a ser una mañanita….
_Llevo 20 minutos esperando a un médico, y ahora viene una enfermera…- dijo Susana protestando airada sin mirarla bien.
_Yo soy médico.- Dijo Any escuetamente… Ya estaba cansada de tanta gente tonta y sentía la cabeza como si se la golpeasen con un bate de baseball.
Maldito Miguel, entre la bebida y sus amiguitas le estaban arruinando el día.
Susana se dio la vuelta al oír el tono de voz y la miró de arriba abajo. Any esperaba que no la reconociese, teniendo en cuenta el caso que le hizo el domingo y lo maleducada que fue con ella, pero no iba a ser su día de suerte. La chica puso una mala cara inmediatamente.
Any la ignoró y miró al niño, que con grandes lagrimones las miraba alternativamente buscando el mejor momento para llorar. Any le sonrió y levantó un dedo:
_Los niños que lloran no tienen premio.- Y le enseñó una piruleta que llevaba en la bata. Esta era la frase mágica que lo arreglaba casi todo, cuando se trataba de cosas sin importancia.
Antonio, un niño llorón pero despierto miró interesado el dulce, y se calló de repente. Susana se sentó en una de las sillas cruzando las largas piernas y con una cara de desprecio absoluta.
_¿Qué le ha pasado?-preguntó Any.
_Se cayó al suelo en el parque y tiene un corte en la pierna.- Contestó Susana de mala gana.- Es mi sobrino.
Any se acercó al niño y le levantó la pernera del pantalón. Frunció el ceño, el corte era feo pero no para venir al hospital… Y mucho menos que para montar tanto escándalo.
Lavó la herida y mientras lo hacía el niño preguntó:
_¿Tienes que coser?- parecía ilusionado con la idea.
Ella negó con la cabeza:- Me temo que no… Sólo te pondré estas grapas.- Y le enseñó la grapadora. Antonio pareció que la perspectiva de ir grapado era mucho mejor que la de ir cosido, y sonrió contento.
En la silla, Susana, no paraba de dar chasquidos con la lengua, como criticando su trabajo, y de bufar cuando Any hablaba con el niño. Así que cuando Any llegó al límite de su paciencia al ver las miradas que le dirigía Susana, le preguntó directamente:
_¿Estás bien?
Susana se sorprendió, la nena rubia no era tan mosca muerta como parecía, pero en lugar de callarse, le contestó:
_Yo sí, pero tú no lo estarás.
Any arqueó las cejas y dejó la grapadora en el aire, y le preguntó con su mejor sonrisa.
_¿También eres adivina? Porque sino no me explico como sabes como voy a estar.
Susana la miró enfadada:_ Mira linda, no te hagas la tonta. Ya sabes de lo que hablo.
Any controló su rabia. En ese momento si la hubieran dejado le hubiera grapado la cabeza a la silla a Susana. Pero el reglamento del hospital prohibía agredir a nadie, así que iba a tener que aguantarse.
Respiró hondo y volvió su atención al corte. Antonio, que ya se veía como un héroe en el colegio gracias a las grapas, estaba quieto y tranquilo; así que no sería difícil terminar cuanto antes, y así no tener que ver a la vieja loca.
No llevaba ni cinco segundos en silencio cuando Susana volvió a hablar:- Ya veo que eres una cobarde y ni te atreves a dar la cara.
Any la miró de reojo, pensando seriamente en saltarse las normas del hospital y graparle un ojo. Pero en lugar de eso le dijo:
- Mira, o me dices de que cara*jo hablas o la verdad, te sales fuera porque me distraes. No quiero dejarle una cicatriz fea.
Antonio ajeno a la discusión de las dos chicas se emocionó “unas grapas y una cicatriz fea” ¡¡Chido!!. Pero la tía de Antonio, Susana, no parecía compartir esa euforia. La joven estaba poniéndose roja por momentos.
_¿Qué no sabes de lo que hablo?- dijo levantando la voz.- Esta mañana me ha llamado Miguel, y me ha dicho que ya no quiere verme más. Que tiene una novia en la que está muy interesado.
Any sintió un escalofrío por la espalda, y unas imágenes de la noche anterior pasaron fugaces por su mente. Con el resacón que tenía no era capaz de recordar gran parte de la noche, sólo hasta la competición de chupitos (shots). Y aunque había soñado con que besaba a Miguel, eso era sólo un sueño. Susana no tenía porqué saberlo.
_Oye lo siento mucho, de veras. Pero es que no tengo nada que ver, yo hace muy poco que conozco a Miguel.- Dijo volviendo a grapar la pantorrilla de Antonio.
Con la fama que tenía posiblemente, Miguelito ya había encontrado a otra, y le había contado una historia a Susana para quitársela de encima.
Susana colérica, y casi perdiendo los estribos dijo siseante:- Casi me lo creo, ¿sabes? Mientes muy bien, con esa cara de inocente tuya. Pero es que Miguel me dijo que eras tú.
Any la miró boquiabierta. En ese momento estrangularía a Miguel por meterla en semejante lío. A ese donjuán no le bastaba con mentir sino que encima tenía que envolverla a ella en la mentira. Dio la última grapa, y tapó la herida con un apósito, mientras pensaba en qué decir.
_Mira Susana… Miguel tendría sus razones para decirte eso pero la verdad…
Susana la cortó:_ Mira, no pienses que me pienso creer nada de lo que digas. Si eres su novia, pues genial. Pero que sepas que te va a engañar con cualquiera, y que no te va a durar.
Antes de que Any pudiera contestar, Susana agarró a Antonio del brazo y lo arrastró fuera de la consulta.
Se quedó con la grapadora en la mano, deseando graparle la cabeza a alguien, pero en este caso no era a Susana, sino a un regiomontano.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capítulo 14
Viernes 27 Octubre
13.15 horas
A ___________ la llamada de Joe la había alterado mucho. Se sentía como una niña tonta al haber salido corriendo de su casa y al no cogerla las llamadas. Lo cierto era que, había estado pensando en él toda la mañana. Tanto que varias personas le habían dicho que estaba en las nubes. Y era cierto. Había tenido que reconocer, algo que ya sabía hacía días. Que le encantaba. Que le gustaba Joe. Y si seguía analizando sus pensamientos, llegaba a la aterradora conclusión de que lo quería.
Además estaba Iñaki, y aunque su primer pensamiento había sido el de hablar con él, después se había arrepentido, y llevaba parte de la mañana escondiéndose de él. Porque sabía que la primera pregunta que Iñaki le haría cuando le dejase, sería si había otra persona. Y ella no quería mentir, y tampoco quería hacerle daño. Así que la conversación con Joe tendría que esperar a que ella dejase a Iñaki.
Salió al pasillo, mirando a ambos lados, y con un suspiro de satisfacción, al no ver a Iñaki por ninguna parte, se acercó al puesto de enfermeras a coger historiales de los pacientes que tenía que ver.
Y por si no fuera poco, con su vida personal, ese parecía el día de esconderse, estaba intentando evitar a Any. Porque si su amiga le preguntaba algo más sobre lo que había pasado con Miguel, no estaba segura de querer decirle la verdad.
¡Dios! Miguel siempre lo desorganizaba toda su vida, no sólo le presentaba a Joe y echaba al suelo su tranquilidad, sino que además andaba por ahí seduciendo a sus amigas… De hecho a su única buena amiga.
Aunque tenía que reconocer, que Any seguro había puesto de su parte, porque _____________ recordaba las miradas que le lanzaba a Miguel, y ella sabía que a su amiga el Don Juan de Monterrey le gustaba.
__________ suspiró, Any era una consejera genial, pero debería dejarse llevar por sus propios consejos, y hacer caso a lo que sentía.
Para evitar pensar en todos estos problemas, entró en la habitación de su paciente favorito.
_¡¡Hola colorada!! Me estaba preguntando cuando vendrías a verme.
Antonio Suárez tenía 70 años, y en su vida había trabajado de casi todo en casi todas partes. Y aunque __________ sospechaba que algunas cosas no eran ciertas (no se podía creer que hubiera buscado oro en Brasil, en el río Juma), le encantaba pasar por aquella habitación para que Antonio le contara su vida.
_Ya sabes que yo siempre vengo- le sonrió.
Antonio se rió con una carcajada que hacía temblar la curva perfecta de su estómago, muestra de la buena vida, y del gusto por la comida.
_Ay colorada, eres lo más bonito de este hospital. Me tendría que haber puesto enfermo antes. –Y le guiñó un ojo oscuro y divertido.
_No diga eso Antonio- Dijo ___________ con un asomo de tristeza. Antonio tenía cáncer y aquella misma tarde lo iban a operar.
Antonio le palmeó la mano con suavidad, como su abuela hacía con ella cuando era pequeña, y le dijo sonriendo: _¿Te he contado cuando estuve en Perú construyendo rompeolas?
___________ se rió otra vez y negó con la cabeza. Antonio, animado le contó una historia divertida, interesante y probablemente imposible, sobre los rompeolas que construyó en Lima, cerca de La Punta y Cantolao, mientras ella lo examinaba.
Justo cuando se iba, Antonio le preguntó:- ¿Puedes volver a explicármelo, coloradita?- Dijo con voz más seria de lo normal. – Lo de esta tarde, ¿me lo explicas?
__________ vió una sombra de terror en sus ojos y eso la enterneció más que todas las bromas que habían compartido en los últimos días.
Se sentó en un lado de la cama, y puso una mano en el costado derecho de Antonio, justo donde se terminaban las costillas.
_Aquí tiene el hígado, y hay un tumor que crece en él. Esta tarde, abrirán por aquí – dibujó una línea por encima de la piel con el dedo- , y quitarán el tejido enfermo, intentando dejar el máximo de hígado sano posible.
Hasta __________ se dio cuenta de lo mala que era la explicación, demasiado simplista; parecía mentira que fuera médico y no fuera capaz de decirle a un paciente lo que estaba pasando.
Antonio le sonrió:- Parece fácil, muñequita, ¿A qué esa cara?
Ella lo miró y dijo:- No tan fácil Antonio, está cerca de grandes vasos y eso lo hace difícil de operar. Se necesitan grandes cirujanos.
Antonio le palmeó la mano otra vez, suavemente y le dedicó una sonrisa brillante, de aquellas que seguro habían conquistado a las chilenitas de Valparaíso cuando trabajó allí de cocinero; o en las playas de Callao en Perú, a las brasileñas o a las mismas mexicanas cuando trabajó en los campos del Agave Azul.- Seguro que eres la mejor ¿verdad coloradita? Con esos ojos tú tienes que ser grande.
____________, tenía unas lágrimas golpeando tras los párpados, y estaba a punto de responder, cuando otra voz lo hizo por ella.
_En realidad quien lo va a operar, señor Suárez soy yo. –Dijo la voz masculina y ligeramente irritada de Iñaki.- Y ciertamente soy el mejor.
Ni __________ ni Antonio lo habían visto entrar, e Iñaki no parecía contento de encontrar a ____________ sentada en la cama de un paciente y hablando como si fueran amigos.
_Ahora si me permite me llevo a la Doctora Pardo. Tiene cosas importantes que hacer.
Antonio Suárez había visot a mucha gente a lo largo de su vida. Getne buena, gente mala, lista, tonta, simpática, agradable y desagradable, tiránicos e imbéciles, gente maravillosa y a la que podías confiar tu vida con tranquilidad… Y era capaz de reconocer a un patán en cuanto asomaba su cabeza por la puerta, de modo que tan sólo con unos segundos había reconocido al patán que era Iñaki.
Se despidió de ___________ cuando ésta era casi arrastrada fuera de la habitación:-¡Adiós coloradita!
_¡Suéltame car*ajo!- Dijo __________ revolviéndose y soltando el brazo que Iñaki tenía cogido, nada más que pisaron el pasillo. _¿Eres estúpido o qué?
Iñaki parpadeó sorprendido y la miró de arriba abajo:_ Primero me hablas con respeto y segundo ¿se puede saber qué hacías con ese paciente?
___________ lo miró furiosa, con ojos llameantes y un tono de voz mortal.
_Primero, hablo como quiero. Y segundo, Antonio es mi amigo y lo trato como tal.
Iñaki esbozó una mueca que pretendía ser una sonrisa:- Mira __________, no es bueno que te hagas amiga de los pacientes. Y menos de alguien tan …espantoso… como Antonio. Es posible que él no pase lo de hoy.
___________ iba a contestarle mal, pero la información sobre Antonio no le gustó: _¿A qué te refieres?
_Por Dios ___________, tiene 70 años, y cáncer en estado avanzado, dudo que pase el postoperatorio. Ni Sevila ni yo lo creemos.
___________ frunció el ceño… Y una palabra se le pasó por la mente,…. “Gili.po.llas”. Iñaki con una sonrisa satisfecha, se dio media vuelta para alejarse por el pasillo. Ahora, si me disculpas, tengo muchas cosas que hacer.
____________ vió los hombros anchos y delgados alejarse de ella, y dijo en voz baja, pero perfectamente audible:- Como le pase algo a Antonio, despídete de mi.
Y aunque Iñaki no se dio la vuelta para mirarla, estaba segura que la había escuchado.
_____________ se apoyó en la pared de la habitación. Sevila. Un escalofrío recorrió su espalda hasta la nuca. Sevila era un incompetente, un inepto. Con más de 57 años, nunca había ascendido en su trabajo, mientras que casi todos sus compañeros, más jóvenes, ya tenían puestos de responsabilidad. Y aunque nadie quería decirlo en voz alta, todo el mundo sabía que esto se debía a su falta de habilidad como cirujano vascular –parecía incapaz de hacer una sutura vascular que resistiese- y su falta de ojo clínico. Ambas cosas lo hacían en conjunto un médico desastroso.
¿Qué tenía que ver Sevila con Antonio? El encargado de las suturas vasculares, importantísimas en esta operación, era Iñaki.
Una posibilidad, que la aterraba, pasó por su mente, e intentó ignorarla. Pero todos sabemos que esas ideas fugaces, esas chispas, suelen esconder en muchos casos certezas y verdades. De modo que cuando horas más tarde, _____________ no pudo aguantar más la duda, se dirigió corriendo al quirófano, justo para encontrar operando a Sevila.
Operando a Antonio.
Viernes 27 Octubre
13.15 horas
A ___________ la llamada de Joe la había alterado mucho. Se sentía como una niña tonta al haber salido corriendo de su casa y al no cogerla las llamadas. Lo cierto era que, había estado pensando en él toda la mañana. Tanto que varias personas le habían dicho que estaba en las nubes. Y era cierto. Había tenido que reconocer, algo que ya sabía hacía días. Que le encantaba. Que le gustaba Joe. Y si seguía analizando sus pensamientos, llegaba a la aterradora conclusión de que lo quería.
Además estaba Iñaki, y aunque su primer pensamiento había sido el de hablar con él, después se había arrepentido, y llevaba parte de la mañana escondiéndose de él. Porque sabía que la primera pregunta que Iñaki le haría cuando le dejase, sería si había otra persona. Y ella no quería mentir, y tampoco quería hacerle daño. Así que la conversación con Joe tendría que esperar a que ella dejase a Iñaki.
Salió al pasillo, mirando a ambos lados, y con un suspiro de satisfacción, al no ver a Iñaki por ninguna parte, se acercó al puesto de enfermeras a coger historiales de los pacientes que tenía que ver.
Y por si no fuera poco, con su vida personal, ese parecía el día de esconderse, estaba intentando evitar a Any. Porque si su amiga le preguntaba algo más sobre lo que había pasado con Miguel, no estaba segura de querer decirle la verdad.
¡Dios! Miguel siempre lo desorganizaba toda su vida, no sólo le presentaba a Joe y echaba al suelo su tranquilidad, sino que además andaba por ahí seduciendo a sus amigas… De hecho a su única buena amiga.
Aunque tenía que reconocer, que Any seguro había puesto de su parte, porque _____________ recordaba las miradas que le lanzaba a Miguel, y ella sabía que a su amiga el Don Juan de Monterrey le gustaba.
__________ suspiró, Any era una consejera genial, pero debería dejarse llevar por sus propios consejos, y hacer caso a lo que sentía.
Para evitar pensar en todos estos problemas, entró en la habitación de su paciente favorito.
_¡¡Hola colorada!! Me estaba preguntando cuando vendrías a verme.
Antonio Suárez tenía 70 años, y en su vida había trabajado de casi todo en casi todas partes. Y aunque __________ sospechaba que algunas cosas no eran ciertas (no se podía creer que hubiera buscado oro en Brasil, en el río Juma), le encantaba pasar por aquella habitación para que Antonio le contara su vida.
_Ya sabes que yo siempre vengo- le sonrió.
Antonio se rió con una carcajada que hacía temblar la curva perfecta de su estómago, muestra de la buena vida, y del gusto por la comida.
_Ay colorada, eres lo más bonito de este hospital. Me tendría que haber puesto enfermo antes. –Y le guiñó un ojo oscuro y divertido.
_No diga eso Antonio- Dijo ___________ con un asomo de tristeza. Antonio tenía cáncer y aquella misma tarde lo iban a operar.
Antonio le palmeó la mano con suavidad, como su abuela hacía con ella cuando era pequeña, y le dijo sonriendo: _¿Te he contado cuando estuve en Perú construyendo rompeolas?
___________ se rió otra vez y negó con la cabeza. Antonio, animado le contó una historia divertida, interesante y probablemente imposible, sobre los rompeolas que construyó en Lima, cerca de La Punta y Cantolao, mientras ella lo examinaba.
Justo cuando se iba, Antonio le preguntó:- ¿Puedes volver a explicármelo, coloradita?- Dijo con voz más seria de lo normal. – Lo de esta tarde, ¿me lo explicas?
__________ vió una sombra de terror en sus ojos y eso la enterneció más que todas las bromas que habían compartido en los últimos días.
Se sentó en un lado de la cama, y puso una mano en el costado derecho de Antonio, justo donde se terminaban las costillas.
_Aquí tiene el hígado, y hay un tumor que crece en él. Esta tarde, abrirán por aquí – dibujó una línea por encima de la piel con el dedo- , y quitarán el tejido enfermo, intentando dejar el máximo de hígado sano posible.
Hasta __________ se dio cuenta de lo mala que era la explicación, demasiado simplista; parecía mentira que fuera médico y no fuera capaz de decirle a un paciente lo que estaba pasando.
Antonio le sonrió:- Parece fácil, muñequita, ¿A qué esa cara?
Ella lo miró y dijo:- No tan fácil Antonio, está cerca de grandes vasos y eso lo hace difícil de operar. Se necesitan grandes cirujanos.
Antonio le palmeó la mano otra vez, suavemente y le dedicó una sonrisa brillante, de aquellas que seguro habían conquistado a las chilenitas de Valparaíso cuando trabajó allí de cocinero; o en las playas de Callao en Perú, a las brasileñas o a las mismas mexicanas cuando trabajó en los campos del Agave Azul.- Seguro que eres la mejor ¿verdad coloradita? Con esos ojos tú tienes que ser grande.
____________, tenía unas lágrimas golpeando tras los párpados, y estaba a punto de responder, cuando otra voz lo hizo por ella.
_En realidad quien lo va a operar, señor Suárez soy yo. –Dijo la voz masculina y ligeramente irritada de Iñaki.- Y ciertamente soy el mejor.
Ni __________ ni Antonio lo habían visto entrar, e Iñaki no parecía contento de encontrar a ____________ sentada en la cama de un paciente y hablando como si fueran amigos.
_Ahora si me permite me llevo a la Doctora Pardo. Tiene cosas importantes que hacer.
Antonio Suárez había visot a mucha gente a lo largo de su vida. Getne buena, gente mala, lista, tonta, simpática, agradable y desagradable, tiránicos e imbéciles, gente maravillosa y a la que podías confiar tu vida con tranquilidad… Y era capaz de reconocer a un patán en cuanto asomaba su cabeza por la puerta, de modo que tan sólo con unos segundos había reconocido al patán que era Iñaki.
Se despidió de ___________ cuando ésta era casi arrastrada fuera de la habitación:-¡Adiós coloradita!
_¡Suéltame car*ajo!- Dijo __________ revolviéndose y soltando el brazo que Iñaki tenía cogido, nada más que pisaron el pasillo. _¿Eres estúpido o qué?
Iñaki parpadeó sorprendido y la miró de arriba abajo:_ Primero me hablas con respeto y segundo ¿se puede saber qué hacías con ese paciente?
___________ lo miró furiosa, con ojos llameantes y un tono de voz mortal.
_Primero, hablo como quiero. Y segundo, Antonio es mi amigo y lo trato como tal.
Iñaki esbozó una mueca que pretendía ser una sonrisa:- Mira __________, no es bueno que te hagas amiga de los pacientes. Y menos de alguien tan …espantoso… como Antonio. Es posible que él no pase lo de hoy.
___________ iba a contestarle mal, pero la información sobre Antonio no le gustó: _¿A qué te refieres?
_Por Dios ___________, tiene 70 años, y cáncer en estado avanzado, dudo que pase el postoperatorio. Ni Sevila ni yo lo creemos.
___________ frunció el ceño… Y una palabra se le pasó por la mente,…. “Gili.po.llas”. Iñaki con una sonrisa satisfecha, se dio media vuelta para alejarse por el pasillo. Ahora, si me disculpas, tengo muchas cosas que hacer.
____________ vió los hombros anchos y delgados alejarse de ella, y dijo en voz baja, pero perfectamente audible:- Como le pase algo a Antonio, despídete de mi.
Y aunque Iñaki no se dio la vuelta para mirarla, estaba segura que la había escuchado.
_____________ se apoyó en la pared de la habitación. Sevila. Un escalofrío recorrió su espalda hasta la nuca. Sevila era un incompetente, un inepto. Con más de 57 años, nunca había ascendido en su trabajo, mientras que casi todos sus compañeros, más jóvenes, ya tenían puestos de responsabilidad. Y aunque nadie quería decirlo en voz alta, todo el mundo sabía que esto se debía a su falta de habilidad como cirujano vascular –parecía incapaz de hacer una sutura vascular que resistiese- y su falta de ojo clínico. Ambas cosas lo hacían en conjunto un médico desastroso.
¿Qué tenía que ver Sevila con Antonio? El encargado de las suturas vasculares, importantísimas en esta operación, era Iñaki.
Una posibilidad, que la aterraba, pasó por su mente, e intentó ignorarla. Pero todos sabemos que esas ideas fugaces, esas chispas, suelen esconder en muchos casos certezas y verdades. De modo que cuando horas más tarde, _____________ no pudo aguantar más la duda, se dirigió corriendo al quirófano, justo para encontrar operando a Sevila.
Operando a Antonio.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
:roll: Iñaki es un idiota..
me parece a mi o quiere matar a Antonio????
que la rayis termine con el xq me produce rechazo ya ese tipo..siguela
me parece a mi o quiere matar a Antonio????
que la rayis termine con el xq me produce rechazo ya ese tipo..siguela
jonatic&diectioner
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
argg odio a iñaki
enserio es un arggg :enfadado:
sigue
quiero q joe y la rayis juntos
enserio es un arggg :enfadado:
sigue
quiero q joe y la rayis juntos
andreita
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
como iñaki puede ser tan :P ashh!!
espero qe la rayis termine con el...
entre mas rapido mejor :D
espero qe la rayis termine con el...
entre mas rapido mejor :D
☎ Jimena Horan ♥
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capítulo 15
Joe regresó de Teotihuacan al anochecer, le encantaba ese trayecto. Si la antigua ciudad siempre lo había fascinado por la sensación de eternidad, que ese respiraba en aquel lugar; la visión de las luces del D.F le producían una fascinación semejante, pero por diferentes motivos.
D.F era futuro y presente, era vida, era muchas vidas, las de millones de personas que respiraban, vivían, sufrían y gozaban juntos. Aunque la idea era absurda, le parecía que las luces de la ciudad eran casi los latidos de todas aquellas personas juntas, los latidos de la ciudad más grande del mundo.
Se había retrasado a propósito, para dar tiempo a ___________ a pensar, y para estar seguro de encontrarla en casa y no estar esperándola muerto de ansiedad en el sillón. Por eso se sorprendió al encontrar todas las luces de la casa apagadas.
Era raro que ____________ no hubiese vuelto, pensó, pero en ese momento tropezó con el bolso y la cartera de __________, que estaban tirados en el suelo frente a la puerta d entrada.
Maldijo por lo bajo por ser tan tonto de no encender las luces, cuando Verne, atraído por el ruido y por su voz, abandonó el sitio donde estaba tumbado y corrió a su lado.
Al moverse el perro, Joe vio luz filtrarse por debajo de la puerta del baño, luz que había sido tapada por el cuerpo peludo de Verne. Y cuando se acercó, oyó el agua correr. Tuvo una sensación extraña, todo aquello no era normal, ___________ cuando estaba en casa hacía un montón de ruido y dejaba las luces encendidas, además Verne parecía histérico, intentando rascar la puerta con las zarpas.
Se armó de valor y abrió la puerta y no estaba preparado para lo que vio.
____________ estaba vestida aún con el horrible uniforme verde del hospital, sentada en el suelo de la ducha, con la espalda apoyada en la pared y el agua cayendo sobre ella, toda empapada. No podía verle la cara, porque tenía la cabeza apoyada en las rodillas.
Parecía ida, y ni siquiera reaccionó cuando Joe se arrodilló a su lado.
-¡¡___________!! Jo*der, ¿¿qué te ha pasado??- la tocó en un hombro.
Ella no contestó, y Joe la sacudió un poco más fuerte. Al ver que seguí sin hacerle caso, entró en la ducha, mojándose el también y cerró los grifos, entonces se dio cuenta de que a pesar de estar el agua caliente abierta también, llevaban tanto tiempo corriendo que sólo funcionaba la fría. Se agachó a su lado y le apartó el pelo mojado de la cara.
Ella tembló y miró a su alrededor con ojos vacíos.
_¡Noo! Todavía tengo sangre en las manos.- Y comenzó a frotarlas en la ropa empapada.
Joe se las cogió y las sujetó firmemente, no sabía que demonios le pasaba pero sus manos estaban blanquísimas y arrugadas de estar tanto tiempo bajo el agua. Ella se resistió inútilmente, pero tras unos segundos se paró y lo miró:- Está muerto.
Joe la abrazó, fría y mojada en sus brazos, sintió como se movía su cuerpo al llorar, y le acarició el pelo oscurecido por el agua, intentando calmarla, mientras ella le contaba lo que había pasado.
Flashback:
___________ vió a Sevila operando y el corazón se le paró, miró a las figuras enmascaradas del quirófano, y no reconoció a Iñaki.
Los minutos que tardó en vestirse y lavarse para operar le parecieron horas, y cuando entró y se acercó a la mesa de operaciones sus peores temores se confirmaron. Sevila había hecho una chapuza.
Las arterias suprahepáticas estaban destrozadas, y cediendo a la presión, se desgarraron en varios puntos. La sangre comenzó a manar, y la presión arterial se desplomó, a pesar de los esfuerzos de ____________ y dos cirujanos más para cortar la hemorragia.
Allí ______________, con las manos empapadas de la sangre, sentía como la vida de Antonio se le iba, junto con aquel líquido oscuro y caliente. Y allí, mientras Antonio se deslizaba suavemente al último viaje, ella sintió como un odio tan denso y oscuro como la sangre crecía en ella. Odiaba a Iñaki de una manera tan clara y fuerte que casi le dolía.
Fin del flashback.
Joe sintió como ________ hablaba con los dientes apretados:_ Fue Iñaki. Iñaki le dejó morir, Joe, ¿cómo pudo hacer eso?.
Joe la miró y vió como buscaba una respuesta que él no tenía:_No lo sé ________.
Y allí se quedaron, ella lloraba por aquél Antonio, que Joe no conocía, y él con el alma sufriendo por ella, con ganas de partirle la cara y el cuerpo a Iñaki, por hacerla sufrir de aquella manera.
Cuando comenzó a temblar pero del frío, se levantó, llevando a _________ cosigo y la abrigó con una toalla, la mayor que pudo ver. Pero ____________, seguía sin reaccionar, ella tenía la sensación de que había sido culpa suya, no tenía que haberle dicho aquello a Iñaki, tendría que haber llegado antes…
Joe viéndola de aquella manera, tomó las riendas de la situación, le sacó el pelo y buscó un albornoz entre las cosas del baño. Cuando lo tuvo, sentó a ___________ en la tapa del inodoro, y le quitó las tenis que todavía llevaba puestas, y los calcetines.
La miró para ver si ella se negaba y como ni lo registraba, siguió quitándole la ropa, le sacó la parte de arriba del uniforme y el pantalón empapados.
Él había soñado con quitarle la ropa, pero no de aquella manera, pensó amargamente. Fría y aterida por el agua y con sólo la ropa interior puesta y el collar que siempre llevaba, la vistió con el albornoz, y la cogió en brazos, para llevarla a su cama donde la tapó con la duna y la puso a dormir.
LA vigiló desde la puerta, y sólo abandonó su puesto cuando vió que el bulto debajo de la duna, respiraba con regularidad y profundamente. Se quitó la ropa mojada que llevaba y se puso la camiseta y pantalones que normalmente usaba para dormir. Estaba pensando en hacerle una cena a Roberta, cuando sonó el teléfono. Lo cogió para evitar que siguiera sonando.
_¿Bueno?- Dijo con voz cansada.
_¿Quién eres?- preguntó una voz masculina bastante irritada.
_¿Quién eres tú?- Dijo Joe enfadado, marcando el tú.
_Soy Iñaki, el novio de __________, y el que hace las preguntas aquí soy yo.- Dijo Iñaki con retintín. -¿Qué haces en la casa de mi novia?
Joe respiró profundamente, sintiendo como la ira que había comenzado a crecer y amenazaba con explotar. Sólo la posibilidad de despertar a ____________ impidió que le gritara.
_Vivo aquí inútil. Y más te vale que por tu bien no se te ocurra venir por aquí ni llamar. ¿Has entendido?
Iñaki soltó un grito ahogado._¿Y quién eres tú para decirme eso? Que vengo __________ y me lo diga.
Joe se hubiese cortado una mano antes de dejar que __________ hablase con Iñaki, con el tipejo aquél.
_Mira, ___________ no quiere hablar contigo. Y yo te advierto, no te vuelvas a acercar a ella.- Dijo con voz baja y fría, sin esperar a la respuesta de Iñaki, colgó el teléfono.
Se acercó a la puerta de ___________ y la miró unos instantes más, no quería dejarla sola, entonces ella, que debía haber despertado al oír el teléfono le dijo:
_Gracias.
Joe se encogió de hombros, en un gesto que ella no podía ver porque le daba la espalda:- No era el momento para hablar con nadie.
Siguieron en silencio unos segundos más, y Joe estaba a punto de marcharse cuando ella se revolvió en la cama para mirarlo, los ojos brillantes incluso en la oscuridad de la habitación.
_¿Te puedes quedar conmigo?- dijo en un hilo de voz.
Joe asintió y se tumbó en la cama, a su lado, abrazándola
disculpen la tardansa :D
Joe regresó de Teotihuacan al anochecer, le encantaba ese trayecto. Si la antigua ciudad siempre lo había fascinado por la sensación de eternidad, que ese respiraba en aquel lugar; la visión de las luces del D.F le producían una fascinación semejante, pero por diferentes motivos.
D.F era futuro y presente, era vida, era muchas vidas, las de millones de personas que respiraban, vivían, sufrían y gozaban juntos. Aunque la idea era absurda, le parecía que las luces de la ciudad eran casi los latidos de todas aquellas personas juntas, los latidos de la ciudad más grande del mundo.
Se había retrasado a propósito, para dar tiempo a ___________ a pensar, y para estar seguro de encontrarla en casa y no estar esperándola muerto de ansiedad en el sillón. Por eso se sorprendió al encontrar todas las luces de la casa apagadas.
Era raro que ____________ no hubiese vuelto, pensó, pero en ese momento tropezó con el bolso y la cartera de __________, que estaban tirados en el suelo frente a la puerta d entrada.
Maldijo por lo bajo por ser tan tonto de no encender las luces, cuando Verne, atraído por el ruido y por su voz, abandonó el sitio donde estaba tumbado y corrió a su lado.
Al moverse el perro, Joe vio luz filtrarse por debajo de la puerta del baño, luz que había sido tapada por el cuerpo peludo de Verne. Y cuando se acercó, oyó el agua correr. Tuvo una sensación extraña, todo aquello no era normal, ___________ cuando estaba en casa hacía un montón de ruido y dejaba las luces encendidas, además Verne parecía histérico, intentando rascar la puerta con las zarpas.
Se armó de valor y abrió la puerta y no estaba preparado para lo que vio.
____________ estaba vestida aún con el horrible uniforme verde del hospital, sentada en el suelo de la ducha, con la espalda apoyada en la pared y el agua cayendo sobre ella, toda empapada. No podía verle la cara, porque tenía la cabeza apoyada en las rodillas.
Parecía ida, y ni siquiera reaccionó cuando Joe se arrodilló a su lado.
-¡¡___________!! Jo*der, ¿¿qué te ha pasado??- la tocó en un hombro.
Ella no contestó, y Joe la sacudió un poco más fuerte. Al ver que seguí sin hacerle caso, entró en la ducha, mojándose el también y cerró los grifos, entonces se dio cuenta de que a pesar de estar el agua caliente abierta también, llevaban tanto tiempo corriendo que sólo funcionaba la fría. Se agachó a su lado y le apartó el pelo mojado de la cara.
Ella tembló y miró a su alrededor con ojos vacíos.
_¡Noo! Todavía tengo sangre en las manos.- Y comenzó a frotarlas en la ropa empapada.
Joe se las cogió y las sujetó firmemente, no sabía que demonios le pasaba pero sus manos estaban blanquísimas y arrugadas de estar tanto tiempo bajo el agua. Ella se resistió inútilmente, pero tras unos segundos se paró y lo miró:- Está muerto.
Joe la abrazó, fría y mojada en sus brazos, sintió como se movía su cuerpo al llorar, y le acarició el pelo oscurecido por el agua, intentando calmarla, mientras ella le contaba lo que había pasado.
Flashback:
___________ vió a Sevila operando y el corazón se le paró, miró a las figuras enmascaradas del quirófano, y no reconoció a Iñaki.
Los minutos que tardó en vestirse y lavarse para operar le parecieron horas, y cuando entró y se acercó a la mesa de operaciones sus peores temores se confirmaron. Sevila había hecho una chapuza.
Las arterias suprahepáticas estaban destrozadas, y cediendo a la presión, se desgarraron en varios puntos. La sangre comenzó a manar, y la presión arterial se desplomó, a pesar de los esfuerzos de ____________ y dos cirujanos más para cortar la hemorragia.
Allí ______________, con las manos empapadas de la sangre, sentía como la vida de Antonio se le iba, junto con aquel líquido oscuro y caliente. Y allí, mientras Antonio se deslizaba suavemente al último viaje, ella sintió como un odio tan denso y oscuro como la sangre crecía en ella. Odiaba a Iñaki de una manera tan clara y fuerte que casi le dolía.
Fin del flashback.
Joe sintió como ________ hablaba con los dientes apretados:_ Fue Iñaki. Iñaki le dejó morir, Joe, ¿cómo pudo hacer eso?.
Joe la miró y vió como buscaba una respuesta que él no tenía:_No lo sé ________.
Y allí se quedaron, ella lloraba por aquél Antonio, que Joe no conocía, y él con el alma sufriendo por ella, con ganas de partirle la cara y el cuerpo a Iñaki, por hacerla sufrir de aquella manera.
Cuando comenzó a temblar pero del frío, se levantó, llevando a _________ cosigo y la abrigó con una toalla, la mayor que pudo ver. Pero ____________, seguía sin reaccionar, ella tenía la sensación de que había sido culpa suya, no tenía que haberle dicho aquello a Iñaki, tendría que haber llegado antes…
Joe viéndola de aquella manera, tomó las riendas de la situación, le sacó el pelo y buscó un albornoz entre las cosas del baño. Cuando lo tuvo, sentó a ___________ en la tapa del inodoro, y le quitó las tenis que todavía llevaba puestas, y los calcetines.
La miró para ver si ella se negaba y como ni lo registraba, siguió quitándole la ropa, le sacó la parte de arriba del uniforme y el pantalón empapados.
Él había soñado con quitarle la ropa, pero no de aquella manera, pensó amargamente. Fría y aterida por el agua y con sólo la ropa interior puesta y el collar que siempre llevaba, la vistió con el albornoz, y la cogió en brazos, para llevarla a su cama donde la tapó con la duna y la puso a dormir.
LA vigiló desde la puerta, y sólo abandonó su puesto cuando vió que el bulto debajo de la duna, respiraba con regularidad y profundamente. Se quitó la ropa mojada que llevaba y se puso la camiseta y pantalones que normalmente usaba para dormir. Estaba pensando en hacerle una cena a Roberta, cuando sonó el teléfono. Lo cogió para evitar que siguiera sonando.
_¿Bueno?- Dijo con voz cansada.
_¿Quién eres?- preguntó una voz masculina bastante irritada.
_¿Quién eres tú?- Dijo Joe enfadado, marcando el tú.
_Soy Iñaki, el novio de __________, y el que hace las preguntas aquí soy yo.- Dijo Iñaki con retintín. -¿Qué haces en la casa de mi novia?
Joe respiró profundamente, sintiendo como la ira que había comenzado a crecer y amenazaba con explotar. Sólo la posibilidad de despertar a ____________ impidió que le gritara.
_Vivo aquí inútil. Y más te vale que por tu bien no se te ocurra venir por aquí ni llamar. ¿Has entendido?
Iñaki soltó un grito ahogado._¿Y quién eres tú para decirme eso? Que vengo __________ y me lo diga.
Joe se hubiese cortado una mano antes de dejar que __________ hablase con Iñaki, con el tipejo aquél.
_Mira, ___________ no quiere hablar contigo. Y yo te advierto, no te vuelvas a acercar a ella.- Dijo con voz baja y fría, sin esperar a la respuesta de Iñaki, colgó el teléfono.
Se acercó a la puerta de ___________ y la miró unos instantes más, no quería dejarla sola, entonces ella, que debía haber despertado al oír el teléfono le dijo:
_Gracias.
Joe se encogió de hombros, en un gesto que ella no podía ver porque le daba la espalda:- No era el momento para hablar con nadie.
Siguieron en silencio unos segundos más, y Joe estaba a punto de marcharse cuando ella se revolvió en la cama para mirarlo, los ojos brillantes incluso en la oscuridad de la habitación.
_¿Te puedes quedar conmigo?- dijo en un hilo de voz.
Joe asintió y se tumbó en la cama, a su lado, abrazándola
disculpen la tardansa :D
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
:evil: :x :enfadado: :caliente2: :caliente:
esto es lo que pienso de iñaki
esto es lo que pienso de iñaki
andreita
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
joe es hermoso
quiero que la rayis deje al asesino de iñaki
y sea feliz con joe
quiero que la rayis deje al asesino de iñaki
y sea feliz con joe
andreita
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Iñaki es un hijo de la chingada gsjadhahdghsuf lo detesto lo detesto lo detesto.
livelikerobots
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
ahh ese hijo de ***** de iñaki es un asesino lo odio ojala que se muera maldito, en cambio mi Joe todo un amor que la rayiz deje a iñaki y se quede con el
siguela pronto
siguela pronto
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
hola chicas aqi les dejo un cap espero les guste yo lo ame
Capítulo 16
_No suelo ser así- Dijo __________ cuando llevaban en silencio unos minutos. Tenía la cabeza apoyada en el pecho de Joe, y sentía el ritmo de su respiración lo que la tranquilizaba. _Yo no lloro.
Joe le acarició el pelo suavemente:_ Está bien. Cualquiera con un poco de alma lloraría igual. Eres una buena persona, __________.
Ella no respondió, sino que se quedó hipnotizada con el lento tamborilear del corazón de Joe, tanto estuvo callada que Joe pensó que se había quedado dormida. Ella quiso explicarse:- Mi madre también murió de cáncer. Del mismo de Antonio…-Se quedó callada otra vez escogiendo las palabras cuidadosamente.- Y verlo morir ha sido…
Joe la miró, aunque desde su posición sólo veía los cabellos oscuros y la curva de la mejilla. Terminó la frase por ella:-…Como verla morir otra vez.
Ella asintió, Joe sabía lo que era sea sensación. En su vida había vivido más muertes de las que quería. Y aún hoy, tras algunos años le era imposible ver películas de persecuciones de coches en las que éstos se estrellaban.
No era necesario hablar, y pasado un rato, Joe sintió como _________ se relajaba y se dormía en sus brazos. Y él mismo se permitió el lujo de dormir rodeando al tesoro más precioso de la tierra.
__________ tuvo sueños raros, mil imágenes. Se vió en Valparaíso con Antonio, y rápidamente buscando oro en Brasil con su madre y él. Las escenas pasaban a la velocidad del rayo, hasta que de repente se encontró sola en una playa. El mar tranquilo como un espejo, y la arena era oro bajo un sol extraño. Supo, aunque nunca había estado, que era Callao en Perú.
De repente, ya no estaba sola, sino que Antonio en la orilla, se marchaba, adentrándose en el mar, e Iñaki tiraba de él empujándolo hacia el agua. Ella gritaba pero nadie la oía porque de su garganta no salía ninguna voz. La cabeza de Antonio desapareció bajo el agua e Iñaki se reía a su lado en la arena. ___________ alzó el puño y comenzó a pegarle.
Entonces despertó con Joe a su lado rodeándole las muñecas con una mano para que parase.
_Shh Shh. Tranquila soy yo.- Dijo Joe hablando bajito.
Ella aún veía las figuras del sueño, pero Joe a su lado cálido y real la despertó. Se dio cuenta de que la gente moría todos los días sin poder decir lo que pensaban o sentían. A Antonio le había pasado, y a __________ le había pasado con su madre, de la que no pudo despedirse. Pero no le pasaría con Joe.
_Te quiero.- Le dijo casi inaudiblemente.
Joe la miró fijamente, no quería hacerse ilusiones.- ___________ ahora no estás en condic…
Ella lo cortó:_ Te quiero desde que bailé contigo, te quiero desde que te abracé. Te quiero desde que te besé. Te quiero desde que te ví.
Una sonrisa se fue dibujando lentamente en la cara de Joe. La tenía tan cera que no tuvo que moverse para besarla. Besos suaves, ligeros como plumas, besos que siguieron los caminos de las lágrimas que ella había llorado. Ella le sonrió y con las manos libres del apretón de Joe le recorrió la cara y los hombros, quería sentir la piel de Joe bajo sus palmas, tironeó de la camiseta, y cuando Joe paró de besarla interrogante, ella le dijo:
_¡Quítatela!
Él se rió por lo bajo, y tiró del albornoz, diciendo:_ Uno yo, uno tú.
Y así casi jugando, se quitaron la ropa uno al otro. Entre besos interminables que quitaban el aliento y los dejaban exhaustos, ____________ descubrió que Joe, por manso que aparentara ser, era un gran tigre, de movimientos lentos y poderosos, que la acariciaba con sus grandes manos, y cada lugar que tocaba se volvía misteriosamente vivo. Al sentir una de sus manos en el interior del muslo, suspiró profundamente, lo que animó a Diego a ascender un poco más.
Joe, vió confirmadas sus sospechas sobre ___________. No sólo era fuego el color de su pelo, sino que era fuego lo que había justo debajo de la piel. Una piel suave, que palpitaba y parecía casi incandescente. La besó en el cuello, donde la sangre se agolpaba en latidos acelerados, y descendió hasta llegar a uno de aquellos senos perfectos, que mordió suavemente. ___________ cerró las manos sobre el cabello de Joe, y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Ella lo besó, con más ansia, empujando hasta quedar encima de él. Joe, fascinado por la vista de __________, la dejó y ella poderosa sobre él sonrió. Pasó un dedo desde la frente, recorriendo la nariz y los labios, y siguió el recorrido por el pecho de Joe y depositó un beso justo encima del corazón. Juguetona le dio un mordisco y el gruñendo la colocó de golpe bajo él diciendo:
_Peligrosa ¿ehh?
Ella se rió, pero fue la última vez aquella noche, porque los besos de Joe se hicieron más intensos y exigentes, besos que casi robaban la vida. Pero a pesar de no reír, sí que gimió.
Gimió cuando las manos inquietas de Diego se colaron por sus muslos y ella alzó las caderas, a lo que el respondió acariciándola lentamente, llevándola casi al borde de la locura, y gimió cuando lo sintió en ella. Joe, se quedó quieto un segundo, respirando con dificultad y apoyando la frente en el hueco del cuello de ella. Así quietos, dejó pasar tres latidos de su corazón y empujó, sintiendo a _________ moverse debajo de él.
Hacía tiempo que imaginaba esta situación, pero lo que no había previsto s que con sólo mirarla se fuera a volver loco y a perder el control. Porque __________ no se quedaba quieta, sino que pedía, daba y se movía con él, y en cada embate un ronco gemido se escapaba de su garganta, haciendo que el fuera más rápido. Y cuando sintió que ella se arqueaba contra su pecho y se aferraba a su espalda, la miró y se dijo que era imposible una visión más hermosa.
Con un jadeo ahogado y un estremecimiento, __________ sintió que toda la tensión en forma de nudo que había ido creciendo en su interior, y que ya no podía aguantar más, explotó y se deshizo, y quiso gritar, pero el grito murió en la boca de Joe cuando éste la besó. Joe siguió moviéndose hasta que de repente se quedó rígido, y el orgasmo sacudió su cuerpo.
El tiempo se había detenido, y en la noche ardiente sólo se oían sus respiraciones y los latidos acelerados, que se iban calmando. Durmieron abrazados, con la piel fundida, y el alma aferrada al alma del otro.
Disfrutenlo
Capítulo 16
_No suelo ser así- Dijo __________ cuando llevaban en silencio unos minutos. Tenía la cabeza apoyada en el pecho de Joe, y sentía el ritmo de su respiración lo que la tranquilizaba. _Yo no lloro.
Joe le acarició el pelo suavemente:_ Está bien. Cualquiera con un poco de alma lloraría igual. Eres una buena persona, __________.
Ella no respondió, sino que se quedó hipnotizada con el lento tamborilear del corazón de Joe, tanto estuvo callada que Joe pensó que se había quedado dormida. Ella quiso explicarse:- Mi madre también murió de cáncer. Del mismo de Antonio…-Se quedó callada otra vez escogiendo las palabras cuidadosamente.- Y verlo morir ha sido…
Joe la miró, aunque desde su posición sólo veía los cabellos oscuros y la curva de la mejilla. Terminó la frase por ella:-…Como verla morir otra vez.
Ella asintió, Joe sabía lo que era sea sensación. En su vida había vivido más muertes de las que quería. Y aún hoy, tras algunos años le era imposible ver películas de persecuciones de coches en las que éstos se estrellaban.
No era necesario hablar, y pasado un rato, Joe sintió como _________ se relajaba y se dormía en sus brazos. Y él mismo se permitió el lujo de dormir rodeando al tesoro más precioso de la tierra.
__________ tuvo sueños raros, mil imágenes. Se vió en Valparaíso con Antonio, y rápidamente buscando oro en Brasil con su madre y él. Las escenas pasaban a la velocidad del rayo, hasta que de repente se encontró sola en una playa. El mar tranquilo como un espejo, y la arena era oro bajo un sol extraño. Supo, aunque nunca había estado, que era Callao en Perú.
De repente, ya no estaba sola, sino que Antonio en la orilla, se marchaba, adentrándose en el mar, e Iñaki tiraba de él empujándolo hacia el agua. Ella gritaba pero nadie la oía porque de su garganta no salía ninguna voz. La cabeza de Antonio desapareció bajo el agua e Iñaki se reía a su lado en la arena. ___________ alzó el puño y comenzó a pegarle.
Entonces despertó con Joe a su lado rodeándole las muñecas con una mano para que parase.
_Shh Shh. Tranquila soy yo.- Dijo Joe hablando bajito.
Ella aún veía las figuras del sueño, pero Joe a su lado cálido y real la despertó. Se dio cuenta de que la gente moría todos los días sin poder decir lo que pensaban o sentían. A Antonio le había pasado, y a __________ le había pasado con su madre, de la que no pudo despedirse. Pero no le pasaría con Joe.
_Te quiero.- Le dijo casi inaudiblemente.
Joe la miró fijamente, no quería hacerse ilusiones.- ___________ ahora no estás en condic…
Ella lo cortó:_ Te quiero desde que bailé contigo, te quiero desde que te abracé. Te quiero desde que te besé. Te quiero desde que te ví.
Una sonrisa se fue dibujando lentamente en la cara de Joe. La tenía tan cera que no tuvo que moverse para besarla. Besos suaves, ligeros como plumas, besos que siguieron los caminos de las lágrimas que ella había llorado. Ella le sonrió y con las manos libres del apretón de Joe le recorrió la cara y los hombros, quería sentir la piel de Joe bajo sus palmas, tironeó de la camiseta, y cuando Joe paró de besarla interrogante, ella le dijo:
_¡Quítatela!
Él se rió por lo bajo, y tiró del albornoz, diciendo:_ Uno yo, uno tú.
Y así casi jugando, se quitaron la ropa uno al otro. Entre besos interminables que quitaban el aliento y los dejaban exhaustos, ____________ descubrió que Joe, por manso que aparentara ser, era un gran tigre, de movimientos lentos y poderosos, que la acariciaba con sus grandes manos, y cada lugar que tocaba se volvía misteriosamente vivo. Al sentir una de sus manos en el interior del muslo, suspiró profundamente, lo que animó a Diego a ascender un poco más.
Joe, vió confirmadas sus sospechas sobre ___________. No sólo era fuego el color de su pelo, sino que era fuego lo que había justo debajo de la piel. Una piel suave, que palpitaba y parecía casi incandescente. La besó en el cuello, donde la sangre se agolpaba en latidos acelerados, y descendió hasta llegar a uno de aquellos senos perfectos, que mordió suavemente. ___________ cerró las manos sobre el cabello de Joe, y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Ella lo besó, con más ansia, empujando hasta quedar encima de él. Joe, fascinado por la vista de __________, la dejó y ella poderosa sobre él sonrió. Pasó un dedo desde la frente, recorriendo la nariz y los labios, y siguió el recorrido por el pecho de Joe y depositó un beso justo encima del corazón. Juguetona le dio un mordisco y el gruñendo la colocó de golpe bajo él diciendo:
_Peligrosa ¿ehh?
Ella se rió, pero fue la última vez aquella noche, porque los besos de Joe se hicieron más intensos y exigentes, besos que casi robaban la vida. Pero a pesar de no reír, sí que gimió.
Gimió cuando las manos inquietas de Diego se colaron por sus muslos y ella alzó las caderas, a lo que el respondió acariciándola lentamente, llevándola casi al borde de la locura, y gimió cuando lo sintió en ella. Joe, se quedó quieto un segundo, respirando con dificultad y apoyando la frente en el hueco del cuello de ella. Así quietos, dejó pasar tres latidos de su corazón y empujó, sintiendo a _________ moverse debajo de él.
Hacía tiempo que imaginaba esta situación, pero lo que no había previsto s que con sólo mirarla se fuera a volver loco y a perder el control. Porque __________ no se quedaba quieta, sino que pedía, daba y se movía con él, y en cada embate un ronco gemido se escapaba de su garganta, haciendo que el fuera más rápido. Y cuando sintió que ella se arqueaba contra su pecho y se aferraba a su espalda, la miró y se dijo que era imposible una visión más hermosa.
Con un jadeo ahogado y un estremecimiento, __________ sintió que toda la tensión en forma de nudo que había ido creciendo en su interior, y que ya no podía aguantar más, explotó y se deshizo, y quiso gritar, pero el grito murió en la boca de Joe cuando éste la besó. Joe siguió moviéndose hasta que de repente se quedó rígido, y el orgasmo sacudió su cuerpo.
El tiempo se había detenido, y en la noche ardiente sólo se oían sus respiraciones y los latidos acelerados, que se iban calmando. Durmieron abrazados, con la piel fundida, y el alma aferrada al alma del otro.
Disfrutenlo
Nani Jonas
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