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"Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
lamento mucho la tardanza chicas esqe estoy enferma y la verdad me siento fatal por eso no habia subido aqi les dejo otro cap espero les guste
Capitulo 98
Unas horas antes….
Adrián plegó el periódico lo guardó bajo el brazo mientras miraba como unos policías se llevaban a Iñaki esposado.
Frunció ligeramente el ceño y retrocedió unos pasos hasta quedar entre las sombras que dibujaba la noche cerrada en el parking del hospital. Se apoyó en la pared del edificio y sacó un cigarrillo de un paquete que había en su abrigo.
Lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo, lo encendió y al tomar la primera calada, cerró los ojos, sintiendo como el aire caliente y picante del tabaco lo llenaba.
Fumó con tranquilidad, deleitándose en el sabor del tabaco como sólo alguien que lo ha dejado tres veces en 1 año puede hacer. Quería dejar de fumar porque las adicciones son vicios, y todos los vicios son debilidades…. Y Adrián no era débil. No lo había sido nunca, pero en estos momentos cada paso debía ser medido con precisión.
Acababan de detener a Iñaki, eso entraba en sus planes… Aunque le molestaba bastante no saber bajo qué cargos lo habían hecho ¿Soborno a las autoridades? ¿Intento de asesinato por lo del coche de Joe?
Sólo esperaba que al doctor le hubiera dado tiempo a terminar el encargo, porque estaba empezando a impacientarse. Sacudió las cenizas de la colilla del cigarrillo y vió como el aire se las llevaba en la oscuridad.
Suponía que sí, porque había estado todo el día en el hospital con Joe al alcance de la mano, y bueno, no se necesitaban tantas horas para matar a alguien.
De hecho, él mismo pensaba emplear tan sólo 20 minutos en eso.
Porque tenía tres cabos, Joe, el Doctor, y Amanda. Esperaba que Iñaki se hubiera encargado de Joe, y ahora, él terminaría con Amanda… Sonrió en la oscuridad, mientras terminaba el cigarrillo y lo aplastaba con la punta del zapato.
Si tenía suerte, dentro de media hora sólo tendría que encargarse de Iñaki, y eso era de lo más fácil.
Adrián no sentía arrepentimiento, ni siquiera ningún tipo de emoción con respecto a lo que estaba a punto de hacer.
Lo tenía todo calculado al milímetro, había sido lo suficientemente listo como para preguntarle a Iñaki qué pensaba hacer con Joe, y pensó en copiar su técnica. Porque Adrián sabía reconocer las buenas ideas, y la de Iñaki lo era.
No podía matar a Amanda de un disparo en un hospital, tampoco podía dejar muchas huellas ni nada extraño porque alguien podría recordarlo. No podía estrangularla y la idea de ahogar a alguien con una almohada le parecía demasiado peliculera como para surtir efecto. Además requería tiempo mientras la persona deja de respirar, y él no pensaba perder minutos preciosos sofocando a Amanda, indefenso a que alguien lo encontrase.
Esperó hasta que toda la policía del edificio se hubo marchado, casi una hora, mientras tomaban declaración a todos los presentes. Y aún esperó diez minutos más para que todo estuviera más tranquilo. Miró su reloj de muñeca y vió que marcaba las 3. 50 de la mañana…
Se palmeó las manos y se dijo que ya había llegado la hora.
Entró en el hospital y se cruzó con una pareja que atravesaba el hall a toda velocidad.
_Vamos…. Se nos va a escapar…- Dijo el chico, moreno y alto tirando de la mano de la chica rubia y linda.
El resto de la conversación de la pareja se le escapó, pero es que él iba concentrado en sus cosas… Llegó a los ascensores y cuando se encontró sólo en el elevador con las puertas cerradas, sacó una bata de debajo de su abrigo y se la puso.
Lanzó una miradita de reojo a su imagen en el espejo del fondo y sonrió. Se veía bien con la bata…. Tenía un aspecto confiable, amable incluso. Salió en la planta de la UCI y dejó su abrigo doblado en una de las sillas de plástico del hall de espera, echando un vistazo al control de enfermeras se aseguró de que desde allí no lo podrían ver.
Sabía en qué habitación estaba Amanda, lo había averiguado nada más que Iñaki le contó que estaba viva, y después de la est*upida mentira que le había intentado colar el doctorcillo, se había asegurado de que seguía ingresada. Sabía que todavía estaba en el hospital.
Así que amparado por la bata, que daba la sensación de ser una capa o un fantasma que volaba alrededor de sus piernas, cruzó en silencio los pasillos hasta llegar al número de puerta que se sabía de memoria. Con cuidado, entró sigilosamente y cerró tras de él la puerta.
Se quedó quieto en la oscuridad de la habitación, acostumbrándose a la escasa luz de los fluorescentes, y examinó el bulto que yacía en la cama. Menudo y delgado se correspondía al aspecto de Amanda, y los mechones de pelo oscuro que se podían ver debajo de los vendajes eran como los que él recordaba.
Pero no era tiempo de sentimentalismos, se acercó a la cama y clavó la jeringuilla que llevaba en el bolsillo, lista desde hacía horas, en la llave de las vías. Para asegurarse de que todo saliese bien, había doblado la dosis necesaria para Joe, no podía fallar.
Antes de salir, leyó las pegatinas que identificaban la medicación y sonrió al ver que no se había equivocado de persona. Amanda Pardo yacía en esa cama, y sería el último lugar que conociese.
Por muy poético que resultase el pensamiento de ser la última persona que la viera viva, o tentadora la idea de ver cómo se moría alguien de un infarto… Decidió que era mejor irse cuanto antes. No fuera a ser que viniese un médico auténtico y lo pillase escabulléndose en una habitación.
Los 6 minutos que tardó en llegar a su escondite entre las sombras, le parecieron eternos y cuando miró su reloj, el corazón latiéndole a toda velocidad, atronando sus oídos, y haciendo que su respiración se acelerase, se dio cuenta, -con satisfacción por que había recortado el tiempo- de que había matado a alguien en 19 minutos.
Mientras se metía en su coche, se dijo que seguramente Iñaki habiendo estado al menos 15 horas en aquel hospital, había tenido tiempo de sobra para acabar con Joe.
…….
10.45 a.m. _______ se despertó con un dolor en el cuello intenso, porque había dormido retorcida en aquel sillón infernal del hospital. Ni siquiera sabía cuando exactamente se había quedado dormida. De hecho pensaba que le sería imposible hacerlo después del día que había tenido.
Después de que Any y Miguel se fueran y la dejaran sola en la habitación, mientras a Joe le recomponían la fractura, por segunda vez; se había sentado y ya no recordaba más.
Ahora, al parpadear por la luz intensa que entraba por la ventana, todo lo que habían pasado le vino a la cabeza.
Y lo primero que se le ocurrió fue que todo era su culpa.
Casi mataban a Joe dos veces por su culpa, y ella estaba allí sentada tan tranquila. El primer accidente había sido más aparatoso, más grave también, y a ella casi lo mató verlo así tan roto y tan vulnerable. Pero lo de la noche pasada había sido peor, peor porque lo vió en directo, y peor porque fue su ex-novio quien lo había hecho todo.
Y por su dinero.
Sonrió con amargura. Un dinero que no era suyo todavía, porque nunca lo había pedido, ni tampoco lo había necesitado. Su padre siempre decía que el dinero traía consecuencias, buenas y malas. No se pueden tener unas sin otras.
Ella por tanto, había optado por prescindir del dinero, pero parecía que era imposible huir de él, porque al final lo que eres te acaba encontrando.
Se pasó la mano por la cara y se apartó el pelo, recogiéndolo en una coleta para que le molestase menos. Miró a la cama vacía y se dijo que era hora de que bajase a la sala de despertar a ver su Joe estaba bien.
¿La querría ver? – Fue lo que se le ocurrió conforme bajaba las escaleras. Intentó ponerse en su lugar y pensar en qué haría si fuese ella la que estuviera tumbada en aquella cama.
¿La culparía? O le diría que visto lo visto no quería seguir saliendo con ella. Era irónico que ella –o su dinero- fuera la causa de la muerte de la única persona de la que se había enamorado.
Entró en la sala de despertar y lo localizó pronto en una de las camas más lejanas. Joe estaba totalmente despierto, mirando al techo. Ella puso una sonrisa en su cara, pero no necesitaba verse para saber que no debía ser una sonrisa ni alegre ni convincente.
Joe al oírla acercarse giró lentamente la cabeza y la miró, _______ se puso nerviosa y sintió como el estómago se le encogía, haciéndole difícil respirar.
_Hola….- Dijo muy poco elocuente y en voz baja.
Joe sonrió débilmente y dijo:
_ ¿Hacen abonos al quirófano? - Tenía la boca pastosa de la anestesia, pero se encontraba bien.- Porque a este ritmo, van a reservarme uno para mi solito.
_______ no sonrió y se quedó a su lado mirándolo fijamente angustiada, calculando lo cerca que había estado de perderlo, por segunda vez.
_Ya sé que la broma era mala, pero al menos podrías sonreír un poquito… Te lo pide un enfermo…
_______ sacudió la cabeza, y se acordó de su madre. No es que Joe le recordase a su madre, ni nada por el estilo, pero si la sensación. La sensación de pérdida y el vacío que queda después. El sentimiento de que el destino te está estafando y que te han robado algo que era tuyo.
Le había costado mucho superarlo, de hecho, había construido su caja negra para protegerse de lo que la rodeaba.
Si no hay lazos que romper, no importa que la gente pase y desaparezca. Y ella había trabajado tanto para no labrar ningún tipo de lazo… Él único que se había colado en su caja, era Joe, y acababa casi muerto.
Joe, no era capaz de leer la mente de nadie, pero si la cara de _______, así que se removió incómodo en la cama.
_¿Qué te pasa? …- Al ver que ella no contestaba, añadió con un suspiro-… Y quiero la verdad…
_______ se encogió de hombros:
_ Lo siento mucho, de verdad…- Acertó a decir y se dio cuenta de que era una tontería… Pero no se le ocurría nada mejor.
Joe la miró confundido, porque no tenía ni idea de lo que estaba hablando:
_No te entiendo… ¿Qué sientes?
_______ levantó las manos, como abarcando el lugar:
_ Lo de Iñaki… Todo… Quería mi dinero… Por eso intentó matarte…
Joe aclaró la mente y se intentó concentrar en ella:
________ no digas tont*erías. Por favor.
A ella le sentó mal eso y se cruzó de brazos, enfadada:
_¿Tonterías? …. Estupendo, ¿Así que lo que digo te parecen ton*terías?
Joe estaba cansado y asintió:
_Es una tontería enorme… Gigantesca…. Una tremenda estup*idez.
_______ lo miró un segundo… Estupidez…. Así que lo que ella sentía eran estupi*deces… Estaba tan nerviosa que se habría puesto a gritar en medio de aquella zona del hospital, pero probablemente la echarían.
Se dio media vuelta y se largó dejando a Joe con la palabra en la boca. Joe la miró marchar, entornando los párpados.
Estaba cansado, tenía el estómago revuelto y no tenía ninguna gana de discutir, ni siquiera con _______. Y menos por una tontería, porque él sabía que el único responsable de sus actos es el que los comete.
En este caso Iñaki, y sólo Iñaki era el responsable de todo, él había toamdo unas decisiones, y cada decisión tiene unas consecuencias… y _______ no tenía nada que ver.
Para Joe todo estaba muy claro.
Pero sí que sabía lo que sentía _______, a él le había pasado lo mismo con Laura y Álvaro. Todavía se sentía culpable y ni siquiera había estado allí. Cuando se acordó de esto, se arrepintió de haber dicho las cosas de esa manera, tendría que haber sido más amable.
Pero era mucho pedir, que alguien recién salido de una operación fuese el rey de la diplomacia
Capitulo 98
Unas horas antes….
Adrián plegó el periódico lo guardó bajo el brazo mientras miraba como unos policías se llevaban a Iñaki esposado.
Frunció ligeramente el ceño y retrocedió unos pasos hasta quedar entre las sombras que dibujaba la noche cerrada en el parking del hospital. Se apoyó en la pared del edificio y sacó un cigarrillo de un paquete que había en su abrigo.
Lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo, lo encendió y al tomar la primera calada, cerró los ojos, sintiendo como el aire caliente y picante del tabaco lo llenaba.
Fumó con tranquilidad, deleitándose en el sabor del tabaco como sólo alguien que lo ha dejado tres veces en 1 año puede hacer. Quería dejar de fumar porque las adicciones son vicios, y todos los vicios son debilidades…. Y Adrián no era débil. No lo había sido nunca, pero en estos momentos cada paso debía ser medido con precisión.
Acababan de detener a Iñaki, eso entraba en sus planes… Aunque le molestaba bastante no saber bajo qué cargos lo habían hecho ¿Soborno a las autoridades? ¿Intento de asesinato por lo del coche de Joe?
Sólo esperaba que al doctor le hubiera dado tiempo a terminar el encargo, porque estaba empezando a impacientarse. Sacudió las cenizas de la colilla del cigarrillo y vió como el aire se las llevaba en la oscuridad.
Suponía que sí, porque había estado todo el día en el hospital con Joe al alcance de la mano, y bueno, no se necesitaban tantas horas para matar a alguien.
De hecho, él mismo pensaba emplear tan sólo 20 minutos en eso.
Porque tenía tres cabos, Joe, el Doctor, y Amanda. Esperaba que Iñaki se hubiera encargado de Joe, y ahora, él terminaría con Amanda… Sonrió en la oscuridad, mientras terminaba el cigarrillo y lo aplastaba con la punta del zapato.
Si tenía suerte, dentro de media hora sólo tendría que encargarse de Iñaki, y eso era de lo más fácil.
Adrián no sentía arrepentimiento, ni siquiera ningún tipo de emoción con respecto a lo que estaba a punto de hacer.
Lo tenía todo calculado al milímetro, había sido lo suficientemente listo como para preguntarle a Iñaki qué pensaba hacer con Joe, y pensó en copiar su técnica. Porque Adrián sabía reconocer las buenas ideas, y la de Iñaki lo era.
No podía matar a Amanda de un disparo en un hospital, tampoco podía dejar muchas huellas ni nada extraño porque alguien podría recordarlo. No podía estrangularla y la idea de ahogar a alguien con una almohada le parecía demasiado peliculera como para surtir efecto. Además requería tiempo mientras la persona deja de respirar, y él no pensaba perder minutos preciosos sofocando a Amanda, indefenso a que alguien lo encontrase.
Esperó hasta que toda la policía del edificio se hubo marchado, casi una hora, mientras tomaban declaración a todos los presentes. Y aún esperó diez minutos más para que todo estuviera más tranquilo. Miró su reloj de muñeca y vió que marcaba las 3. 50 de la mañana…
Se palmeó las manos y se dijo que ya había llegado la hora.
Entró en el hospital y se cruzó con una pareja que atravesaba el hall a toda velocidad.
_Vamos…. Se nos va a escapar…- Dijo el chico, moreno y alto tirando de la mano de la chica rubia y linda.
El resto de la conversación de la pareja se le escapó, pero es que él iba concentrado en sus cosas… Llegó a los ascensores y cuando se encontró sólo en el elevador con las puertas cerradas, sacó una bata de debajo de su abrigo y se la puso.
Lanzó una miradita de reojo a su imagen en el espejo del fondo y sonrió. Se veía bien con la bata…. Tenía un aspecto confiable, amable incluso. Salió en la planta de la UCI y dejó su abrigo doblado en una de las sillas de plástico del hall de espera, echando un vistazo al control de enfermeras se aseguró de que desde allí no lo podrían ver.
Sabía en qué habitación estaba Amanda, lo había averiguado nada más que Iñaki le contó que estaba viva, y después de la est*upida mentira que le había intentado colar el doctorcillo, se había asegurado de que seguía ingresada. Sabía que todavía estaba en el hospital.
Así que amparado por la bata, que daba la sensación de ser una capa o un fantasma que volaba alrededor de sus piernas, cruzó en silencio los pasillos hasta llegar al número de puerta que se sabía de memoria. Con cuidado, entró sigilosamente y cerró tras de él la puerta.
Se quedó quieto en la oscuridad de la habitación, acostumbrándose a la escasa luz de los fluorescentes, y examinó el bulto que yacía en la cama. Menudo y delgado se correspondía al aspecto de Amanda, y los mechones de pelo oscuro que se podían ver debajo de los vendajes eran como los que él recordaba.
Pero no era tiempo de sentimentalismos, se acercó a la cama y clavó la jeringuilla que llevaba en el bolsillo, lista desde hacía horas, en la llave de las vías. Para asegurarse de que todo saliese bien, había doblado la dosis necesaria para Joe, no podía fallar.
Antes de salir, leyó las pegatinas que identificaban la medicación y sonrió al ver que no se había equivocado de persona. Amanda Pardo yacía en esa cama, y sería el último lugar que conociese.
Por muy poético que resultase el pensamiento de ser la última persona que la viera viva, o tentadora la idea de ver cómo se moría alguien de un infarto… Decidió que era mejor irse cuanto antes. No fuera a ser que viniese un médico auténtico y lo pillase escabulléndose en una habitación.
Los 6 minutos que tardó en llegar a su escondite entre las sombras, le parecieron eternos y cuando miró su reloj, el corazón latiéndole a toda velocidad, atronando sus oídos, y haciendo que su respiración se acelerase, se dio cuenta, -con satisfacción por que había recortado el tiempo- de que había matado a alguien en 19 minutos.
Mientras se metía en su coche, se dijo que seguramente Iñaki habiendo estado al menos 15 horas en aquel hospital, había tenido tiempo de sobra para acabar con Joe.
…….
10.45 a.m. _______ se despertó con un dolor en el cuello intenso, porque había dormido retorcida en aquel sillón infernal del hospital. Ni siquiera sabía cuando exactamente se había quedado dormida. De hecho pensaba que le sería imposible hacerlo después del día que había tenido.
Después de que Any y Miguel se fueran y la dejaran sola en la habitación, mientras a Joe le recomponían la fractura, por segunda vez; se había sentado y ya no recordaba más.
Ahora, al parpadear por la luz intensa que entraba por la ventana, todo lo que habían pasado le vino a la cabeza.
Y lo primero que se le ocurrió fue que todo era su culpa.
Casi mataban a Joe dos veces por su culpa, y ella estaba allí sentada tan tranquila. El primer accidente había sido más aparatoso, más grave también, y a ella casi lo mató verlo así tan roto y tan vulnerable. Pero lo de la noche pasada había sido peor, peor porque lo vió en directo, y peor porque fue su ex-novio quien lo había hecho todo.
Y por su dinero.
Sonrió con amargura. Un dinero que no era suyo todavía, porque nunca lo había pedido, ni tampoco lo había necesitado. Su padre siempre decía que el dinero traía consecuencias, buenas y malas. No se pueden tener unas sin otras.
Ella por tanto, había optado por prescindir del dinero, pero parecía que era imposible huir de él, porque al final lo que eres te acaba encontrando.
Se pasó la mano por la cara y se apartó el pelo, recogiéndolo en una coleta para que le molestase menos. Miró a la cama vacía y se dijo que era hora de que bajase a la sala de despertar a ver su Joe estaba bien.
¿La querría ver? – Fue lo que se le ocurrió conforme bajaba las escaleras. Intentó ponerse en su lugar y pensar en qué haría si fuese ella la que estuviera tumbada en aquella cama.
¿La culparía? O le diría que visto lo visto no quería seguir saliendo con ella. Era irónico que ella –o su dinero- fuera la causa de la muerte de la única persona de la que se había enamorado.
Entró en la sala de despertar y lo localizó pronto en una de las camas más lejanas. Joe estaba totalmente despierto, mirando al techo. Ella puso una sonrisa en su cara, pero no necesitaba verse para saber que no debía ser una sonrisa ni alegre ni convincente.
Joe al oírla acercarse giró lentamente la cabeza y la miró, _______ se puso nerviosa y sintió como el estómago se le encogía, haciéndole difícil respirar.
_Hola….- Dijo muy poco elocuente y en voz baja.
Joe sonrió débilmente y dijo:
_ ¿Hacen abonos al quirófano? - Tenía la boca pastosa de la anestesia, pero se encontraba bien.- Porque a este ritmo, van a reservarme uno para mi solito.
_______ no sonrió y se quedó a su lado mirándolo fijamente angustiada, calculando lo cerca que había estado de perderlo, por segunda vez.
_Ya sé que la broma era mala, pero al menos podrías sonreír un poquito… Te lo pide un enfermo…
_______ sacudió la cabeza, y se acordó de su madre. No es que Joe le recordase a su madre, ni nada por el estilo, pero si la sensación. La sensación de pérdida y el vacío que queda después. El sentimiento de que el destino te está estafando y que te han robado algo que era tuyo.
Le había costado mucho superarlo, de hecho, había construido su caja negra para protegerse de lo que la rodeaba.
Si no hay lazos que romper, no importa que la gente pase y desaparezca. Y ella había trabajado tanto para no labrar ningún tipo de lazo… Él único que se había colado en su caja, era Joe, y acababa casi muerto.
Joe, no era capaz de leer la mente de nadie, pero si la cara de _______, así que se removió incómodo en la cama.
_¿Qué te pasa? …- Al ver que ella no contestaba, añadió con un suspiro-… Y quiero la verdad…
_______ se encogió de hombros:
_ Lo siento mucho, de verdad…- Acertó a decir y se dio cuenta de que era una tontería… Pero no se le ocurría nada mejor.
Joe la miró confundido, porque no tenía ni idea de lo que estaba hablando:
_No te entiendo… ¿Qué sientes?
_______ levantó las manos, como abarcando el lugar:
_ Lo de Iñaki… Todo… Quería mi dinero… Por eso intentó matarte…
Joe aclaró la mente y se intentó concentrar en ella:
________ no digas tont*erías. Por favor.
A ella le sentó mal eso y se cruzó de brazos, enfadada:
_¿Tonterías? …. Estupendo, ¿Así que lo que digo te parecen ton*terías?
Joe estaba cansado y asintió:
_Es una tontería enorme… Gigantesca…. Una tremenda estup*idez.
_______ lo miró un segundo… Estupidez…. Así que lo que ella sentía eran estupi*deces… Estaba tan nerviosa que se habría puesto a gritar en medio de aquella zona del hospital, pero probablemente la echarían.
Se dio media vuelta y se largó dejando a Joe con la palabra en la boca. Joe la miró marchar, entornando los párpados.
Estaba cansado, tenía el estómago revuelto y no tenía ninguna gana de discutir, ni siquiera con _______. Y menos por una tontería, porque él sabía que el único responsable de sus actos es el que los comete.
En este caso Iñaki, y sólo Iñaki era el responsable de todo, él había toamdo unas decisiones, y cada decisión tiene unas consecuencias… y _______ no tenía nada que ver.
Para Joe todo estaba muy claro.
Pero sí que sabía lo que sentía _______, a él le había pasado lo mismo con Laura y Álvaro. Todavía se sentía culpable y ni siquiera había estado allí. Cuando se acordó de esto, se arrepintió de haber dicho las cosas de esa manera, tendría que haber sido más amable.
Pero era mucho pedir, que alguien recién salido de una operación fuese el rey de la diplomacia
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
ahh mato a Amanda???
Noo por dios hasta cuando van a ser felices??
Pobre de mi Joe :(
Siguela!!!
Noo por dios hasta cuando van a ser felices??
Pobre de mi Joe :(
Siguela!!!
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Lo siento aranzhitha mañana te subo un super maraton enserio mil disculpas por hacerte esperar
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
sii esperare yo tambien la maraton!!
siguelaaaaaaaaaaaaaaa
siguelaaaaaaaaaaaaaaa
jamileth
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Ok chicas en un ratito les subo el maraton solo lo adapto y listo
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capitulo 99
11:45.
Adrián se despertó cuando el teléfono de su mesilla comenzó a sonar, y sopesó seriamente no contestar, teniendo en cuenta la noche que había tenido, se merecía descansar al menos hasta después del mediodía.
Adrián nunca vacilaba, nunca fallaba, y esta madrugada no había sido diferente, se había librado de Amanda limpiamente y sin esfuerzo. Sólo tenía que esperar a que le llegara la confirmación de la muerte de Joe y todo estaría completo. Porque para Iñaki ya tenía planes.
Con un gruñido se giró en la cama y apartó el pelo claro que le caia por la frente, alargó el brazo para responder el teléfono, y sabía quién era, estaba al 90 por ciento seguro.
_¿Adrián? ... Soy Iñaki. -La voz sonaba ligeramente distorsionada por la mala calidad de la línea.
Adrián sonrió y se tumbó de espaldas en la cama... Siempre acertaba, nunca fallaba. Sus planes iban rodando y ni siquiera tenía que moverse de su colchón.
_¿Hiciste lo que tenías que hacer?- preguntó como si no supiera que estaba encarcelado. O como si él no hubiera sido responsable de su detención.
Sin embargo la voz de Iñaki no sonó tan asustada como debiera, ni tampoco comenzó a dar detalles, ni confirmó nada. Así que Adrián entrecerró los ojos y prestó atención al `doctor.
_Me han detenido Adrián, y será mejor que vengas aquí.- Dijo Iñaki con una tranquilidad asombrosa para alguien que estaba en su situación.
_¿Te han detenido? -Dijo éste con sorpresa fingida.- No me lo puedo creer.... Pero ¿porqué debería ir a verte? Es bastante sospechoso.
Iñaki contuvo la respiración unos segundos, y Adrián fue capaz de imaginárselo en aquella cárcel. Pero no hubo ninguna explosión de ira, ni nada por el estilo, solo el bufido producido por la exhalación de aire.
_Mira Adriancito, es hora de que te aparezcas por aquí, y no pienso decir nada más. Hasta pronto.- Dijo secamente y colgó el teléfono.
Adrián miró sorprendido el auricular, y lo dejó a un lado de su cama. Había que reconocer una cosa, que el doctor tenía h*uevos... Porque estando preso todavía se permitía el lujo de amenazar...
Lo que el doctor no sabía es que no tenía con qué.
...............
Mayté se dejó caer en la silla de la cafetería y se reclinó hacia atrás cerrando los ojos. Christian estaba tentado de hacer lo mismo, pero sabía que si cerraba los ojos posiblemente se quedaría dormido. Ahora que la adrenalina había descendido, y la tensión del momento había pasado, el cansancio se hacía dueño de su cabeza.
Hacía más de 24 horas que no dormía y se había pasado las últimas hablando con la policía, los abogados y demás. Al menos ella no se había ido de su lado.
Mayté fue la primera en reaccionar, y levantó la vista para llamar a un camarero. Al menos estaban en un lugar decente, con camareros y manteles en la mesa, lo que era de agradecer, en comparación con la cafetería del hospital.
_Dos cafés...- empezó a pedir, por los dos, ya que Chris parecía a punto de caer en trance-.... bien cargados y ....- dudó pero su acompañante no dijo nada, así que se dió por vencida- ... y.... lo que sea que pongan aquí para el desayuno.
El camarero la miró extrañado, pero decidió que si iban a pagar a él como que le daba igual lo que tomasen. Cuando se retiró los dos siguieron en silencio en la mesa. Mayté no dejaba de mirar alrededor, y hasta Chris se dió cuenta.
_¿Esperas a alguien?- preguntó enderezándose en la silla y tratando de dar buena impresión.
May sonrió:
_En realidad espero que pase algo....
_¿Algo? ....- Dijo él extrañado.- ¿Algo como qué?
May se encogió de hombros algo avergonzada:
_No sé... Desde que te conozco ha habido chantajes, investigaciones, intentos de asesinato... No me digas que vamos a desayunar sin más.
Chris la miró un segundo fijamente, y Mayté pensó que se había equivocado al hacer aquella broma. "Nunca has sido graciosa, la próxima vez piénsatelo mejor"... Se dijo. Pero Chris se echó a reir, se estaba riendo y mucho.
_Lo siento de verdad.... Pero me temo que sólo habrá café y tostadas... Los asesinatos los dejamos para la cena... Es una tradición de mi familia...
Mayté sonrió y se atrevio a preguntar:
_¿Es esto frecuente? ...Quiero decir, ¿a qué ha venido todo ésto?
Chris negó con la cabeza y apoyó los codos en la mesa, mientras el camarero dejaba los cafés y un plato con tostadas, croissants y algunos dulces.
Chris se sentó serio en la silla y probó el café, que era bastante bueno.
_Esstoy preocupado, no esperaba ésto. - Dijo moviendo la mano en el aire- No sabía quién era Joe, pero ahora me parece raro....
_¿Que Iñaki guarde relación con dos conocidos tuyos y que ambos hayan estado a punto de morir?- Insinuó Mayté, que con dos tragos de café volvía a funcionar como una máquina.
Chirs arqueó las cejas:
_Casi, sólo iba a decir que me parecía raro que conociese a los dos. ¿Crees que tiene algo que ver en el atraco de Amanda?- preguntó curioso.
Él sí que lo creía, pero también era cierto que solía tener ataques de paranoia, y que desconfiaba de la gente que le caía mal... Así que no era una persona objetiva.
Mayté mordió una tostada y asintió:
_Verás, no tengo pruebas ni nada.... Pero le pedí a mi hermano si le podía echar una ojeada al caso, y ...
Chris se inclinó sobre la mesa interesado:
_ No me dijiste nada... -no era un reproche, sino que estaba admirado. Él ni siquiera había cuestionado lo que le dijo la policía.
Mayté lo miró poniéndose colorada, y bebió café para disimular:
_Bueno... Entre chantajes y asesinatos se me olvidó... Yo soy economista, no detective.
Chris asintió y se echó hacia atrás, para no intimidarla, ahora que la conversación se ponía interesante. Mayté lo imitó y dejó que le calor de la comida la relajase. Mientras el café volvíó a poner en marcha a su cabeza.
_Verás, mi hermano cree que todo parece indicar un atraco. Falta todo lo importante. Yo le pregunté que si no fuera un atraco, qué sería.... y él me contestó que una forma de deshacerte de alguien es fingir que lo asaltan.
Christian veía a dónde llegaba Mayté:
_Quieres decir que Iñaki quiso matarla, y fingió un asalto para eso...
May se encogió de hombros y afirmó con la cabeza:
_Podría ser. Yo no lo pensaba, pero teniendo en cuenta que esta noche ha pretendido asesinar a alguien a sangre fría... No me parece tan raro.
Chris se sentó aún más erguido. El sueño y el cansancio parecían retroceder gracias a la comida, y al café, y su mente trabajaba febril.
Esa era la posibilidad que llevaba días temiendo, por eso había hecho lo que había hecho. De todas maneras ahora que Iñaki estaba lejos del hospital, y en una cárcel, no había mucho que temer.
_¿Te parece algo exagerado?- Dijo Mayté que no entendía su silencio. - Es que me parece que me he emocionado con todo este asunto....
Chris estaba removiendo el café concentrado y la miró sorprendido.
_No... - Sonrió y sacudió la cabeza-.... Yo pensaba algo parecido, pero no me atrevía a decirlo por no parecer paranoico. Y para tu información, esto no es lo normal en mi familia.... Hasta hace un mes éramos bastante aburridos...
Mayte sonrió y ló miró escéptica:
_No me puedo creer que seáis aburridos... No me puedo creer que tú seas aburrido.- Aclaró.
Chris sonrió y decidió darse un descanso de asesinatos y chantajes, para volver a las lindas mujeres que lo rodeaban, o bueno, para ser precisos, la linda mujer que desayunaba con él.
Se apoyó en un codo y sonrió presumido.
_Hay desayunos en Tiffanys y desayunos con asesinatos... A mí siempre me han ido las emociones fuertes...
Mayté se rió y asintió:
_¿Esta que es la tercera o la cuarta cita? - Preguntó mirándolo sonriente y con toda la intención.
Chris abrió la boca, y recordó lo que le había dicho la mañana anterior... Parecía cuatro siglos atrás.
_He cumplido... En la tercera cita ha habido manteles en la mesa.... Para la próxima te prometo que no habrá delitos.... Y quizá y sólo si te portas bien, velas.
Mayte se echó a reír, y Chris estaba a punto de arrancarle otra sonrisa con su sarta habitual de tonterías cuando su teléfono comenzó a sonar. Lo miró con ira, estaba empezando a odiar toda la tecnología que lo interrumpía, pero reconoció el número del hospital.
_¿Bueno? Doctor...¿ha pasado algo?
Mayté vió como a Christian le cambiaba la cara y cerraba el teléfono con un sonoro "clac". Acto seguido se levantó y dejó unos billetes en la mesa.
_Me tengo que ir.... Le pasó algo a Amanda...- dijo nervioso y se acercó a ella para despedirse.
Mayté lo miró sorprendida, pero no le dió tiempo a decir nada, porque Chris ya se abrochaba el abrigo para irse. El hospital no estaba lejos, y quería llegar cuanto antes.
Chris se despidió y le plantó un beso en la mejilla, nada especial, sólo un beso de despedida. Y cuando cruzaba la puerta, oyó:
_Ey, Chris espera...
Pensó que se había olvidado algo, y se dió la vuelta a mirar, pero lo que se encontró fue a May que lo seguía. Al llegar a su altura, ella lo miró y esbozó una sonrisa:
_A mi también me van las emociones fuertes. Y no necesito velas...
A Chris se le olvidó momentáneamente porqué estaba donde estaba y porqué salía corriendo, y sólo vió los ojos oscuros y de mirada inteligente de Mayté.
Ella se ruborizó al ser objeto de una mirada tan intesa y comenzó a ponerse nerviosa.
" ¿A quién se le ocurría decir eso, y a su jefe? ... Dios, estaba volviéndose loca....... Tanta investigación la estaba trastornado..."
Chris tomó una decisión y se inclinó para besarla. Pero no era un beso de despedida, sino un beso de verdad. A Mayté se le cayó el abrigo de las manos de la sorpresa, pero ni se dió cuenta. Chris le tomó la cara entre las manos, que todavía estaban calientes de la taza de café y la besó dos veces más. Hasta que se dió cuenta de que estaban obstruyendo el paso y que había gente que quería salir también.
Los dos se apartaron y se miraron, medio incómodos, medio sorprendidos los dos. Y Mayté lo miró dubitativa, como preguntándose porqué la había besado...
Y Chris sonrió, contento, porque al fin se había lanzado y había hecho lo que había querido desde que la vió en aquel aeropuerto.
Se agachó para recoger el abrigo de Mayté y se acercó para colocárselo por los hombros.
_Siempre beso a la chica en la tercera cita.- Dijo medio en broma, medio en serio.
Fue suficiente para que May se riera, mucho menos incómoda y mucho más contenta. Salieron los dos a la calle en silencio, buscando el coche y justo cuando Chris pensaba que ella no iba a decir más, May sonrió.
_Menos mal que lo has hecho... Ya te estabas tardando
11:45.
Adrián se despertó cuando el teléfono de su mesilla comenzó a sonar, y sopesó seriamente no contestar, teniendo en cuenta la noche que había tenido, se merecía descansar al menos hasta después del mediodía.
Adrián nunca vacilaba, nunca fallaba, y esta madrugada no había sido diferente, se había librado de Amanda limpiamente y sin esfuerzo. Sólo tenía que esperar a que le llegara la confirmación de la muerte de Joe y todo estaría completo. Porque para Iñaki ya tenía planes.
Con un gruñido se giró en la cama y apartó el pelo claro que le caia por la frente, alargó el brazo para responder el teléfono, y sabía quién era, estaba al 90 por ciento seguro.
_¿Adrián? ... Soy Iñaki. -La voz sonaba ligeramente distorsionada por la mala calidad de la línea.
Adrián sonrió y se tumbó de espaldas en la cama... Siempre acertaba, nunca fallaba. Sus planes iban rodando y ni siquiera tenía que moverse de su colchón.
_¿Hiciste lo que tenías que hacer?- preguntó como si no supiera que estaba encarcelado. O como si él no hubiera sido responsable de su detención.
Sin embargo la voz de Iñaki no sonó tan asustada como debiera, ni tampoco comenzó a dar detalles, ni confirmó nada. Así que Adrián entrecerró los ojos y prestó atención al `doctor.
_Me han detenido Adrián, y será mejor que vengas aquí.- Dijo Iñaki con una tranquilidad asombrosa para alguien que estaba en su situación.
_¿Te han detenido? -Dijo éste con sorpresa fingida.- No me lo puedo creer.... Pero ¿porqué debería ir a verte? Es bastante sospechoso.
Iñaki contuvo la respiración unos segundos, y Adrián fue capaz de imaginárselo en aquella cárcel. Pero no hubo ninguna explosión de ira, ni nada por el estilo, solo el bufido producido por la exhalación de aire.
_Mira Adriancito, es hora de que te aparezcas por aquí, y no pienso decir nada más. Hasta pronto.- Dijo secamente y colgó el teléfono.
Adrián miró sorprendido el auricular, y lo dejó a un lado de su cama. Había que reconocer una cosa, que el doctor tenía h*uevos... Porque estando preso todavía se permitía el lujo de amenazar...
Lo que el doctor no sabía es que no tenía con qué.
...............
Mayté se dejó caer en la silla de la cafetería y se reclinó hacia atrás cerrando los ojos. Christian estaba tentado de hacer lo mismo, pero sabía que si cerraba los ojos posiblemente se quedaría dormido. Ahora que la adrenalina había descendido, y la tensión del momento había pasado, el cansancio se hacía dueño de su cabeza.
Hacía más de 24 horas que no dormía y se había pasado las últimas hablando con la policía, los abogados y demás. Al menos ella no se había ido de su lado.
Mayté fue la primera en reaccionar, y levantó la vista para llamar a un camarero. Al menos estaban en un lugar decente, con camareros y manteles en la mesa, lo que era de agradecer, en comparación con la cafetería del hospital.
_Dos cafés...- empezó a pedir, por los dos, ya que Chris parecía a punto de caer en trance-.... bien cargados y ....- dudó pero su acompañante no dijo nada, así que se dió por vencida- ... y.... lo que sea que pongan aquí para el desayuno.
El camarero la miró extrañado, pero decidió que si iban a pagar a él como que le daba igual lo que tomasen. Cuando se retiró los dos siguieron en silencio en la mesa. Mayté no dejaba de mirar alrededor, y hasta Chris se dió cuenta.
_¿Esperas a alguien?- preguntó enderezándose en la silla y tratando de dar buena impresión.
May sonrió:
_En realidad espero que pase algo....
_¿Algo? ....- Dijo él extrañado.- ¿Algo como qué?
May se encogió de hombros algo avergonzada:
_No sé... Desde que te conozco ha habido chantajes, investigaciones, intentos de asesinato... No me digas que vamos a desayunar sin más.
Chris la miró un segundo fijamente, y Mayté pensó que se había equivocado al hacer aquella broma. "Nunca has sido graciosa, la próxima vez piénsatelo mejor"... Se dijo. Pero Chris se echó a reir, se estaba riendo y mucho.
_Lo siento de verdad.... Pero me temo que sólo habrá café y tostadas... Los asesinatos los dejamos para la cena... Es una tradición de mi familia...
Mayté sonrió y se atrevio a preguntar:
_¿Es esto frecuente? ...Quiero decir, ¿a qué ha venido todo ésto?
Chris negó con la cabeza y apoyó los codos en la mesa, mientras el camarero dejaba los cafés y un plato con tostadas, croissants y algunos dulces.
Chris se sentó serio en la silla y probó el café, que era bastante bueno.
_Esstoy preocupado, no esperaba ésto. - Dijo moviendo la mano en el aire- No sabía quién era Joe, pero ahora me parece raro....
_¿Que Iñaki guarde relación con dos conocidos tuyos y que ambos hayan estado a punto de morir?- Insinuó Mayté, que con dos tragos de café volvía a funcionar como una máquina.
Chirs arqueó las cejas:
_Casi, sólo iba a decir que me parecía raro que conociese a los dos. ¿Crees que tiene algo que ver en el atraco de Amanda?- preguntó curioso.
Él sí que lo creía, pero también era cierto que solía tener ataques de paranoia, y que desconfiaba de la gente que le caía mal... Así que no era una persona objetiva.
Mayté mordió una tostada y asintió:
_Verás, no tengo pruebas ni nada.... Pero le pedí a mi hermano si le podía echar una ojeada al caso, y ...
Chris se inclinó sobre la mesa interesado:
_ No me dijiste nada... -no era un reproche, sino que estaba admirado. Él ni siquiera había cuestionado lo que le dijo la policía.
Mayté lo miró poniéndose colorada, y bebió café para disimular:
_Bueno... Entre chantajes y asesinatos se me olvidó... Yo soy economista, no detective.
Chris asintió y se echó hacia atrás, para no intimidarla, ahora que la conversación se ponía interesante. Mayté lo imitó y dejó que le calor de la comida la relajase. Mientras el café volvíó a poner en marcha a su cabeza.
_Verás, mi hermano cree que todo parece indicar un atraco. Falta todo lo importante. Yo le pregunté que si no fuera un atraco, qué sería.... y él me contestó que una forma de deshacerte de alguien es fingir que lo asaltan.
Christian veía a dónde llegaba Mayté:
_Quieres decir que Iñaki quiso matarla, y fingió un asalto para eso...
May se encogió de hombros y afirmó con la cabeza:
_Podría ser. Yo no lo pensaba, pero teniendo en cuenta que esta noche ha pretendido asesinar a alguien a sangre fría... No me parece tan raro.
Chris se sentó aún más erguido. El sueño y el cansancio parecían retroceder gracias a la comida, y al café, y su mente trabajaba febril.
Esa era la posibilidad que llevaba días temiendo, por eso había hecho lo que había hecho. De todas maneras ahora que Iñaki estaba lejos del hospital, y en una cárcel, no había mucho que temer.
_¿Te parece algo exagerado?- Dijo Mayté que no entendía su silencio. - Es que me parece que me he emocionado con todo este asunto....
Chris estaba removiendo el café concentrado y la miró sorprendido.
_No... - Sonrió y sacudió la cabeza-.... Yo pensaba algo parecido, pero no me atrevía a decirlo por no parecer paranoico. Y para tu información, esto no es lo normal en mi familia.... Hasta hace un mes éramos bastante aburridos...
Mayte sonrió y ló miró escéptica:
_No me puedo creer que seáis aburridos... No me puedo creer que tú seas aburrido.- Aclaró.
Chris sonrió y decidió darse un descanso de asesinatos y chantajes, para volver a las lindas mujeres que lo rodeaban, o bueno, para ser precisos, la linda mujer que desayunaba con él.
Se apoyó en un codo y sonrió presumido.
_Hay desayunos en Tiffanys y desayunos con asesinatos... A mí siempre me han ido las emociones fuertes...
Mayté se rió y asintió:
_¿Esta que es la tercera o la cuarta cita? - Preguntó mirándolo sonriente y con toda la intención.
Chris abrió la boca, y recordó lo que le había dicho la mañana anterior... Parecía cuatro siglos atrás.
_He cumplido... En la tercera cita ha habido manteles en la mesa.... Para la próxima te prometo que no habrá delitos.... Y quizá y sólo si te portas bien, velas.
Mayte se echó a reír, y Chris estaba a punto de arrancarle otra sonrisa con su sarta habitual de tonterías cuando su teléfono comenzó a sonar. Lo miró con ira, estaba empezando a odiar toda la tecnología que lo interrumpía, pero reconoció el número del hospital.
_¿Bueno? Doctor...¿ha pasado algo?
Mayté vió como a Christian le cambiaba la cara y cerraba el teléfono con un sonoro "clac". Acto seguido se levantó y dejó unos billetes en la mesa.
_Me tengo que ir.... Le pasó algo a Amanda...- dijo nervioso y se acercó a ella para despedirse.
Mayté lo miró sorprendida, pero no le dió tiempo a decir nada, porque Chris ya se abrochaba el abrigo para irse. El hospital no estaba lejos, y quería llegar cuanto antes.
Chris se despidió y le plantó un beso en la mejilla, nada especial, sólo un beso de despedida. Y cuando cruzaba la puerta, oyó:
_Ey, Chris espera...
Pensó que se había olvidado algo, y se dió la vuelta a mirar, pero lo que se encontró fue a May que lo seguía. Al llegar a su altura, ella lo miró y esbozó una sonrisa:
_A mi también me van las emociones fuertes. Y no necesito velas...
A Chris se le olvidó momentáneamente porqué estaba donde estaba y porqué salía corriendo, y sólo vió los ojos oscuros y de mirada inteligente de Mayté.
Ella se ruborizó al ser objeto de una mirada tan intesa y comenzó a ponerse nerviosa.
" ¿A quién se le ocurría decir eso, y a su jefe? ... Dios, estaba volviéndose loca....... Tanta investigación la estaba trastornado..."
Chris tomó una decisión y se inclinó para besarla. Pero no era un beso de despedida, sino un beso de verdad. A Mayté se le cayó el abrigo de las manos de la sorpresa, pero ni se dió cuenta. Chris le tomó la cara entre las manos, que todavía estaban calientes de la taza de café y la besó dos veces más. Hasta que se dió cuenta de que estaban obstruyendo el paso y que había gente que quería salir también.
Los dos se apartaron y se miraron, medio incómodos, medio sorprendidos los dos. Y Mayté lo miró dubitativa, como preguntándose porqué la había besado...
Y Chris sonrió, contento, porque al fin se había lanzado y había hecho lo que había querido desde que la vió en aquel aeropuerto.
Se agachó para recoger el abrigo de Mayté y se acercó para colocárselo por los hombros.
_Siempre beso a la chica en la tercera cita.- Dijo medio en broma, medio en serio.
Fue suficiente para que May se riera, mucho menos incómoda y mucho más contenta. Salieron los dos a la calle en silencio, buscando el coche y justo cuando Chris pensaba que ella no iba a decir más, May sonrió.
_Menos mal que lo has hecho... Ya te estabas tardando
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capitulo 100
Cuando subieron a Joe a su habitación ________ no estaba. Miró el cuarto vacío con el ceño fruncido y una mueca de mal humor.
No tendría que haber dicho aquello, pero fue lo primero que le vino a la mente. Ella no tenía la culpa de nada. Miró a la puerta del baño por si ella estaba dentro, pero después de 20 minutos, estuvo claro que o se había colado o no estaba allí.
¿Dónde demonios se habría metido?
Quería pedirle perdón y explicarse, porque ella no le había dado tiempo a nada. Simplemente se había ido y punto. Y aunque era algo típico de ________ -y que ya les había causado problemas antes- no terminaba de acostumbrarse.
Le habían dicho que no se moviera, que no hiciera esfuerzos con el brazo, y si era posible, que intentase golpear a nadie con él. El médico esperaba que no hubiera más complots en su contra, porque si no recomponer la fractura iba a parecerse a montar un puzzle más que a cirugía.
Así que Joe se quedó tumbado y quieto en la cama, todo el rato que le permitió su cuerpo.... Y eso fue una hora, porque después de eso, se sentó lo mejor que pudo y trató de agarrar el teléfono, que había en la mesilla. Pero ni siquiera estirándose llegaba a rozarlo con las puntas de los dedos. Gruñó un poco, y se inclinó un poco más.
_Gruñendo no vas a acercar el teléfono.- Dijo una voz conocida en la puerta. Y al enderezarse vió a ________ apoyada en el quicio de la puerta.
Se encogió de hombros y musitó:
_Queda más macho si gruñes... La alternativa es lloriquear...
________ no sonrió ni se movió de la puerta. Joe se fiijó en que tenía el pelo húmedo y se había cambiado de ropa. De modo que se había ido a casa... Pero la ducha no había amansado a la fiera, porque ________ lo miraba con ojos inexpresivos y fríos. Él hubiera preferido que fuera con mala cara, eso era algo que podía manejar, pero cuando ella se cerraba en banda no había quien reaccionase.
_¿Tienes que hacer siempre bromas?- Preguntó ella crítica, la cara era inexpresiva, pero la voz no.... ________ sonaba tensa.
Joe la miró y ladeó la cabeza:
_Eso a santo de qué viene...
________ se adelantó, subiendo el tono de voz:
_¿Te lo tomas todo en broma?
_Sabes que no.- Dijo Joe sin saber a dónde llevaba todo aquello.- Sólo cuento chistes cuando estoy a punto de morir... El resto del rato simplemente soy sarcástico...
No trató de parecer razonable, porque ella tampoco lo era. ________ parecía echar chispas por los ojos cuando se acercó a su cama y lo agarró por el camisón claro del hospital.
_¿Ves lo que te digo? Casi te matan y estás aquí diciendo estupidecces... Y cuando yo te digo lo que siento dices que es una tonttería.....
Ahora ella estaba furiosa y lo miraba como si fuera a matarlo. Joe le cogió las muñecas con la mano sana y consiguió que aflojase el tirón de la camisa. Se la acercó un poco, para que ella lo mirase a los ojos.
_No me entendiste ________, y si te tranquilizas y te calmas hablaremos. Es lo mínimo que se puede conceder a un enfermo.- dijo en voz baja sin alterarse.
Pareció surtir efecto la táctica porque ________ se soltó con lentitud de la presa de Joe y se quedó en silencio, mirándolo hostil, pero mirándolo. Joe suspiró y empezó a sentirse cansado
_Para mi todo lo que tenga que ver contigo es importante ________. Que eso no se te olvide...
_No parecía lo mismo hace dos horas.- Soltó ella en voz baja, interrumpiéndolo.
_Si sigues así no continúo... -Amenazó sin ganas Joe. Estaba cansado, agotado más moral que físicamente, y no creía tener fuerzas para mantener discusiones así siempre. Y continuó con voz seria, sin bromas ni sarcasmos- Yo sé lo que es la culpa..... Vivo con ella, y es una vieja amiga.... Y no es algo que desee a nadie. La culpa mata y paraliza y no quiero que la sientas.
________ lo escuchó, parte de su enfado disolviéndose. Joe tenía ojeras y estaba pálido, y recién salido de otra operación estaba allí hablándole... Se sintió mal, pero si lo interrumpía sólo conseguiría que él se enfadase más.
_Esta mañana, lo que no supe decir correctamente, fue que era una tontería sentirse culpable por lo que hizo Iñaki. Él es mayorcito, y sabe tomar sus propias decisiones, ________. Tuvo que elegir entre hacer algo bueno y algo malo y decidió lo malo. Que yo sepa tú no le dijiste que me matase ¿no?
No hacía falta que ella lo negase, pero aún así sacudió la cabeza. Joe sonrió débilmente y palmeó la cama, su gesto favorito en aquel hospital, porque era el que la acercaba a él.
_Siento ser tan torpe hablando, pelirroja. Pero te aseguro que todo lo que piensas me interesa. Y nada es una tontería. -dijo para asegurarse de que todo quedaba perfectamente claro.
________ lo miró unos segundos, pensándose si sentarse a su lado. Estaría cansado y no era lo mejor. Se acercó y se sentó en la silla, pasándole la mano por el pelo.
_Yo... -empezó y él volvió a palmear la cama arqueando las cejas y medio sonriendo.
________ negó con la cabeza:
_Eso no es lo mejor Deigo....
_Lo mejor para mí eres tú.... Así que ven aquí...- Era un asco de frase, pero pareció funcionar porque ella dejó a un lado todo y se tumbó a su lado acomodando la cabeza en la almohada al lado de la suya.
_Estaba tan preocupada.... Pensé que te iban a matar.... Otra vez...- Dijo con la voz entecortada, y pasando la mano lentamente por su cara, acariciando con el pulgar la mejilla de él.
Deigo la miró, no sabía si callarse que él también había estado asustado, o por el contrario decirle que durante unos minutos había estado muerto de miedo, cuando pensaba que no se podía mover y viendo al medicucho aquel acercarse con la jeringuilla.
_ Bueno, ya sabes que mala hierba nunca muere...- comenzó sonriendo.
________ chasqueó la lengua y lo miró triste:
_ A eso me refería antes... Siempre lo minimizas todo y lo terminas con una broma.... ¿Es que te dá igual?
Joe parpadeó, y se quedó en silencio.
_No suelo decir todo lo que siento ________, especialmente el miedo.... no me educaron para eso....- Dijo en un suspiro. Y era cierto, su padre, pensaba que eso era una debilidad, y hasta cierto punto él también.
________ lo tocó en la mejilla para llamar su atención:
_Si yo puedo hacerlo tú también...¿Cómo me dijjiste aquella vez? -dijo tratando de hacer memoria.- ... Ya... que si no te contaba todo no me podías querer.... Que yo no me dejaba querer.
Joe protestó débilmente:
_No es lo mismo... Yo te digo que te quiero, y me dejo querer... Sólo que no me apetece preocuparte diciendo que estuve muerto de miedo hasta que Miguel echó abajo la puerta.
________ asintió, entendiendo lo que él quería decir. Ella no podía imaginarse lo que se siente cuando tienes delante a alguien que pretende asesinarte.
Se quedaron en silencio, ella mirándolo y asegurándose casi de que estaba entero y a su lado; y él pensando que estando cerca de ella se sentía mejor. Casi como si no tuviera roto nada.
Cuando subieron a Joe a su habitación ________ no estaba. Miró el cuarto vacío con el ceño fruncido y una mueca de mal humor.
No tendría que haber dicho aquello, pero fue lo primero que le vino a la mente. Ella no tenía la culpa de nada. Miró a la puerta del baño por si ella estaba dentro, pero después de 20 minutos, estuvo claro que o se había colado o no estaba allí.
¿Dónde demonios se habría metido?
Quería pedirle perdón y explicarse, porque ella no le había dado tiempo a nada. Simplemente se había ido y punto. Y aunque era algo típico de ________ -y que ya les había causado problemas antes- no terminaba de acostumbrarse.
Le habían dicho que no se moviera, que no hiciera esfuerzos con el brazo, y si era posible, que intentase golpear a nadie con él. El médico esperaba que no hubiera más complots en su contra, porque si no recomponer la fractura iba a parecerse a montar un puzzle más que a cirugía.
Así que Joe se quedó tumbado y quieto en la cama, todo el rato que le permitió su cuerpo.... Y eso fue una hora, porque después de eso, se sentó lo mejor que pudo y trató de agarrar el teléfono, que había en la mesilla. Pero ni siquiera estirándose llegaba a rozarlo con las puntas de los dedos. Gruñó un poco, y se inclinó un poco más.
_Gruñendo no vas a acercar el teléfono.- Dijo una voz conocida en la puerta. Y al enderezarse vió a ________ apoyada en el quicio de la puerta.
Se encogió de hombros y musitó:
_Queda más macho si gruñes... La alternativa es lloriquear...
________ no sonrió ni se movió de la puerta. Joe se fiijó en que tenía el pelo húmedo y se había cambiado de ropa. De modo que se había ido a casa... Pero la ducha no había amansado a la fiera, porque ________ lo miraba con ojos inexpresivos y fríos. Él hubiera preferido que fuera con mala cara, eso era algo que podía manejar, pero cuando ella se cerraba en banda no había quien reaccionase.
_¿Tienes que hacer siempre bromas?- Preguntó ella crítica, la cara era inexpresiva, pero la voz no.... ________ sonaba tensa.
Joe la miró y ladeó la cabeza:
_Eso a santo de qué viene...
________ se adelantó, subiendo el tono de voz:
_¿Te lo tomas todo en broma?
_Sabes que no.- Dijo Joe sin saber a dónde llevaba todo aquello.- Sólo cuento chistes cuando estoy a punto de morir... El resto del rato simplemente soy sarcástico...
No trató de parecer razonable, porque ella tampoco lo era. ________ parecía echar chispas por los ojos cuando se acercó a su cama y lo agarró por el camisón claro del hospital.
_¿Ves lo que te digo? Casi te matan y estás aquí diciendo estupidecces... Y cuando yo te digo lo que siento dices que es una tonttería.....
Ahora ella estaba furiosa y lo miraba como si fuera a matarlo. Joe le cogió las muñecas con la mano sana y consiguió que aflojase el tirón de la camisa. Se la acercó un poco, para que ella lo mirase a los ojos.
_No me entendiste ________, y si te tranquilizas y te calmas hablaremos. Es lo mínimo que se puede conceder a un enfermo.- dijo en voz baja sin alterarse.
Pareció surtir efecto la táctica porque ________ se soltó con lentitud de la presa de Joe y se quedó en silencio, mirándolo hostil, pero mirándolo. Joe suspiró y empezó a sentirse cansado
_Para mi todo lo que tenga que ver contigo es importante ________. Que eso no se te olvide...
_No parecía lo mismo hace dos horas.- Soltó ella en voz baja, interrumpiéndolo.
_Si sigues así no continúo... -Amenazó sin ganas Joe. Estaba cansado, agotado más moral que físicamente, y no creía tener fuerzas para mantener discusiones así siempre. Y continuó con voz seria, sin bromas ni sarcasmos- Yo sé lo que es la culpa..... Vivo con ella, y es una vieja amiga.... Y no es algo que desee a nadie. La culpa mata y paraliza y no quiero que la sientas.
________ lo escuchó, parte de su enfado disolviéndose. Joe tenía ojeras y estaba pálido, y recién salido de otra operación estaba allí hablándole... Se sintió mal, pero si lo interrumpía sólo conseguiría que él se enfadase más.
_Esta mañana, lo que no supe decir correctamente, fue que era una tontería sentirse culpable por lo que hizo Iñaki. Él es mayorcito, y sabe tomar sus propias decisiones, ________. Tuvo que elegir entre hacer algo bueno y algo malo y decidió lo malo. Que yo sepa tú no le dijiste que me matase ¿no?
No hacía falta que ella lo negase, pero aún así sacudió la cabeza. Joe sonrió débilmente y palmeó la cama, su gesto favorito en aquel hospital, porque era el que la acercaba a él.
_Siento ser tan torpe hablando, pelirroja. Pero te aseguro que todo lo que piensas me interesa. Y nada es una tontería. -dijo para asegurarse de que todo quedaba perfectamente claro.
________ lo miró unos segundos, pensándose si sentarse a su lado. Estaría cansado y no era lo mejor. Se acercó y se sentó en la silla, pasándole la mano por el pelo.
_Yo... -empezó y él volvió a palmear la cama arqueando las cejas y medio sonriendo.
________ negó con la cabeza:
_Eso no es lo mejor Deigo....
_Lo mejor para mí eres tú.... Así que ven aquí...- Era un asco de frase, pero pareció funcionar porque ella dejó a un lado todo y se tumbó a su lado acomodando la cabeza en la almohada al lado de la suya.
_Estaba tan preocupada.... Pensé que te iban a matar.... Otra vez...- Dijo con la voz entecortada, y pasando la mano lentamente por su cara, acariciando con el pulgar la mejilla de él.
Deigo la miró, no sabía si callarse que él también había estado asustado, o por el contrario decirle que durante unos minutos había estado muerto de miedo, cuando pensaba que no se podía mover y viendo al medicucho aquel acercarse con la jeringuilla.
_ Bueno, ya sabes que mala hierba nunca muere...- comenzó sonriendo.
________ chasqueó la lengua y lo miró triste:
_ A eso me refería antes... Siempre lo minimizas todo y lo terminas con una broma.... ¿Es que te dá igual?
Joe parpadeó, y se quedó en silencio.
_No suelo decir todo lo que siento ________, especialmente el miedo.... no me educaron para eso....- Dijo en un suspiro. Y era cierto, su padre, pensaba que eso era una debilidad, y hasta cierto punto él también.
________ lo tocó en la mejilla para llamar su atención:
_Si yo puedo hacerlo tú también...¿Cómo me dijjiste aquella vez? -dijo tratando de hacer memoria.- ... Ya... que si no te contaba todo no me podías querer.... Que yo no me dejaba querer.
Joe protestó débilmente:
_No es lo mismo... Yo te digo que te quiero, y me dejo querer... Sólo que no me apetece preocuparte diciendo que estuve muerto de miedo hasta que Miguel echó abajo la puerta.
________ asintió, entendiendo lo que él quería decir. Ella no podía imaginarse lo que se siente cuando tienes delante a alguien que pretende asesinarte.
Se quedaron en silencio, ella mirándolo y asegurándose casi de que estaba entero y a su lado; y él pensando que estando cerca de ella se sentía mejor. Casi como si no tuviera roto nada.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capitulo 101
Adrián esperó a que el policía lo acompañara a la sala de visitas. Una habitación grande con mesas alargadas donde sentarse, que se parecía al comedor de su colegio, excepto por las rejas de las ventanas, que hacían recordar que en realidad estaba en una prisión.
Iñaki lo esperaba sentado en la silla de plástico anaranjado, vestido con el mono grisáceo de los presos. Mal afeitado y despeinado, tenía la cara pálida probablemente por la nochecita.
Adrián arrastró la silla y se sentó frente a él. El contraste no podía ser mayor, Adrián limpio oliendo a jabón y a champú, ropa cara y bien planchada, y una expresión amable en su rostro. Casi como si estuviera charlando con un amigo en una cafetería y no en una cárcel de México.
_¿Cómo estás?- preguntó con un tono de voz suave, como si estuviera interesado.
Iñaki se echó atrás en la silla y se pasó una mano por la áspera mejilla:
_Bien… Dentro de lo que cabe estoy bien….
Adrián asintió, y esperó pacientemente a que el otro diera un paso adelante y le explicase qué demonios pretendía. Todavía no sabía nada sobre el trabajito de Joe, en cuanto le confirmase lo que pasó aquella noche en el hospital ya se podría encargar de Iñaki.
El doctor, sospesaba sus opciones, pero sólo tenía una: chantaje. Quería salir de la cárcel, y estaba dispuesto a todo. Midió sus palabras:
_¿Sabes porqué estoy aquí?- dijo con cuidado.
Adrián sonrió débilmente:
_¿No pagar las multas de tu coche? ….- Dijo sarcásticamente- ¿Cómo quieres que lo sepa?
Iñaki enseñó los dientes en una mueca que pretendía ser una sonrisa, pero que le hacía parecer un coyote hambriento.
_Ojalá fueran las multas…. –Ladeó la cabeza a un lado para ver la reacción de Adrián por lo que tenía que decir.- … Por intento de homicidio…
Adrián sintió como las palabras caían sobre su mente como jarros de agua fría, eso no se lo esperaba.
_¿Intento? – Musitó, lo suficientemente bajo para que ninguno de los otros presos lo ooyese.- ¿Has dicho intento? ¿No lo llegaste a matar?
Iñaki puso una sonrisa, esta vez mucho más auténtica en su delgada cara, y asintió:
_Pero fíjate, que también se han enterado, y no tengo ni idea de cómo, del plan del coche…. Saben que envié a Castilla para sobornarlo, y han atado cabos.
Adrián lo miró enfadado, pero sin alterar la postura:
_Eso te pasa por contratar a inútiles… - “Y por ser un inútil” añadió mentalmente. Pero volvió a lo que le importaba- ¿No lo mataste? ¿Tuviste todo el día y no lo mataste?
Iñaki empezó a irritarse:
_No es tan fácil matar a alguien, Adriancito. – Hizo una mueca- Y menos a Joe, con toda esa gente entrando y saliendo de su habitación a todas horas.
A Adrián le sacó de quicio el diminutivo y apoyó los codos sobre la mesa, inclinándose hacia delante.
_Te puedo asegurar que es fácil matar a alguien, Iñaki. Y dá igual que esté en un hospital….
Iñaki frunció el ceño y sintió que había algo en la conversación que se le escapaba. ¿Había matado Adrián a alguien en el hospital? Sólo se le ocurría que hubiese terminado el trabajo de Joe…. Sacudió la cabeza y volvió a ceñirse a la línea de conversación que tenía planeada. El objetivo era salir de la carcel. Salir a toda costa.
Adrián se levantó de la silla, listo para irse ahora que sabía todo por lo que había venido. Aunque había esperado otra respuesta totalmente diferente.
Iñaki lo detuvo cogiéndolo de la muñeca, y los guardias que vigilaban la sala se acercaron llevando las manos a las armas que colgaban de sus cinturones.
Adrián, hizo un gesto con la cabeza para indicar que todo estaba bien, y los guardias se apartaron recelosos todavía.
_¿Qué crees que estás haciendo?- Masculló Iñaki en voz baja.
Adrián alzó las cejas irónico:
_ Bailando …. ¿A ti qué te parece? … Me voy, no tengo nada más que hacer aquí.
Iñaki sacudió la cabeza, y habló con lentitud:
_Estas muy, pero que muy equivocado. Escúchame Adrián… O me sacas de aquí…
Adrián soltó su brazo y se inclinó sobre la mesa interesado. Sabía lo que Iñaki intentaba, era algo que había previsto y estaba disfrutando. Ver a alguien intentando salvarse era fascinante. Sobre todo cuando sabías que no le iba a servir de nada.
_¿O qué? … -Dijo sonriente, con dos hoyuelos en las mejillas.
Iñaki pensó que era asquerosamente guapo. Y asquerosamente odioso. Respiró hondo y volvió a lo que tenía marcado.
_O… a la policía le va a gustar saber que a Joe lo querías muerto. Tú.
Adrián fingió asustarse un segundo, y después se rió.
_¿Y cómo pretendes hacer eso?
Iñaki lo miró extrañado, era obvio, hasta para un ciego lo que pensaba hacer.
_Diciéndoles tu nombre Adrián. –estalló.
Adrián se incorporó y se alisó la ropa con cuidado. Y esbozó una sonrisa mientras se apartaba un mechón de pelo castaño claro de la cara.
_Hazlo. Y ya veremos lo que pasa. Adiós Iñaki.
Iñaki se levantó de la silla y trató de agarrar a Adrián, pero los guardias que habían estado vigilando la conversación, se adelantaron y lo sujetaron para impedir que hiciera algo. Adrián pasó de largo, ignorando la escena.
Mientras Iñaki le gritó, ya falto de discreción y a voz en cuello:
_¡¡¡¡No me dejes aquí…!!! ¡¡Sácame Adrián o te arrepentirás!!
Adrián, salió de la cárcel escuchando a Iñaki. De hecho las palabras resonaron en su cabeza hasta que se sentó al volante del coche. Se abrochó el cinturón y ajustó bien el espejo retrovisor.
En él vió reflejados unos ojos claros, y se guiñó un ojo.
_¿Creo que podemos deshacernos de él ya verdad?
En el espejo sus ojos le dijeron que sí.
………..
Christian estaba sentado en una de las sillas del despacho del jefe de planta, con Mayté a su lado. Frente a ellos el médico se paseaba por el despacho, parándose a cada rato para decirles:
_ Sesenta mil pesos…. ¿Sabe lo que son sesenta mil pesos? –dijo alzando las cejas, y clavando la mirada a Christian.
Chris se encogió de hombros y musitó:_ Vagamente… Tengo una idea.
Mayté los miraba a los dos conteniendo la risa. El médico parecía un abuelo enfadado que le estuviera llamando la atención a un nieto.
El médico se paró frente a él y movió un dedo muy cerca, demasiado cerca de los ojos de Christian.
_Al Dr. Ortiz ya le ha costado una semana de suspensión la bromita…. Sesenta mil pesos, eso es lo que cuesta uno de esos muñecos.
Chris lo sintió por el médico que le había atendido aquella noche de hacía tres días. Pero viéndolo por el lado positivo ahora podría ver el Zorro desde su casa, y no en el hospital.
Se echó adelante en la silla dispuesto a hablar, pero el médico no parecía contento con eso:
_Verá señor Pardo, esto es un hospital, no un lugar de juegos ni de bromas. No me impresionan sus apellidos, que lo sepa. Aquí a los pacientes no se les cambia de habitación ni de nombre, y no se ponen muñecos de prácticas en su lugar.
_Señor, visto así ….- Empezó pero el médico lo cortó.
_¿Visto así? ¿Hay otra forma de verlo? – Al ver que Chris negaba con la cabeza y la bonita morena, los miraba aguantando la risa, se sentó, y se colocó las gafas para leer los papeles que tenía delante.
_¿Le pidió al Dr, Ortiz que cambiara de habitación a su madre hace tres noches?
Chris lo miró sonriente:_¿Es esto un juicio?
_Haga el con*denado favor de responder. ¿Lo hizo o no lo hizo?
Chris se removió en el asiento y admitió:_ Sí lo hice.
El médico siguió leyendo las hojas:_ ¿Y la inscribió bajo otro nombre?
_Sí ….- Dijo de mala gana, y al ver los dos ojos inquisitivos del médico completó la información.- … Le puse Elena Fernández.
_¿Y puso a uno de los carísimos y difíciles de conseguir muñecos de prácticas en la cama original?
Chris lo miró, sin avergonzarse:_ Sí.
El médico lo miró por encima de las gafas y dejó a un lado los papeles:
_Bien, supongo que en su retorcida mente habría una excusa para eso. Ahora, intente explicármelo para que yo lo entienda
Chris suspiró y se acomodó en la silla, de repente dudando de que fuera un buen plan.
_Verá, la mujer de mi padre fue atracada y le dispararon. Por eso se encuentra ingresada. – Hasta ahí era lo que sabía el director de la UCI- Yo, tenía serias dudas de que se tratase de un simple atraco, sino más bien un atentado contra su persona.
Mayté lo miraba sorprendida, y muy interesada, y el Doctor parecía estar pensando lo mismo.
_Sólo intentaba protegerla hasta que saliera del hospital. Tuve una amable charla con el doctor Ortiz, y acordamos con él cambiarla de habitación y de nombre.
Lo del muñeco fue una ocurrencia de última hora.
El médico entrecerró los ojos y se aclaró la garganta.
_¿Está usted insinuando que iban a matarla dentro del hospital? ¿En MI planta? –Dijo indignado.
_Parece ser que sí… Por eso se estropeó el muñeco de prácticas. ¿no?- Dijo Chris con tranquilidad.
El doctor se quedó mirándolo. Esta gente de dinero siempre pensaba que podía hacer lo que quería y cómo quería cuando se les daba la gana. Que ese chamaco estuviera contándole aquellas cosas así le sacaba de quicio.
_Mire, entiendo que no tenga ni idea- empezó con desgana - ese muñeco es uno de los cuatro que compramos al Reino Unido hace menos de un año, son carísimos porque parecen reales. La apariencia es el de una persona, y los usamos en varias prácticas de primeros auxilios entre otras.
Chris asintió, eso ya lo sabía:
_ Ya… Por eso pedí que pusieran uno así en la cama de Amanda.
El médico lo miró enfadado:
_Se creerá muy listo ¿verdad? … El que el muñeco parezca real, no implica que lo sea. Los vasos sólo están preparados para hacer prácticas, no para que se les introduzca ningún tipo de suero en él. Pues al muñeco que pusieron en la cama de su madre, lo han inyectado, y lo han estropeado.
Chris se inclinó hacia delante interesado:
_ ¿Le han inyectado algo? Yo dejé dicho y el Dr. Ortiz se aseguró de que nadie entrase en aquella habitación …¿Qué si puede saberse?
El médico gruñó y miró las hojas:
_ Parece una solución de potasio. Aproximadamente 25 mg.
Chris frunció el ceño, a duras penas sabía lo que era una aspirina:
_¿Es eso malo?
El médico sonrió por primera vez y dijo condescendiente:
_Malo no… Fatal… Para el muñeco y para una persona real.
Chris sonrió…. Tanto él como Mayté habían estado en lo cierto. Se giró a mirarla y ella asintió, estaban pensando lo mismo.
_No sonría así señor Pardo, ¿qué voy a hacer ahora? ¿cómo le voy a explicar a la Junta esto? Esto es un hospital, no un circo.
Chris se levantó y se sentó en el borde de la mesa. Cuando tenía razón se ponía insoportable. Sonriendo se acercó al médico que lo miraba sorprendido.
_Verá, es sencillo. Dejan a Elena Fernández en su cama, y yo les compro no uno, si no dos muñecos de esos. ¿Qué le parece?
El médico se echó hacia atrás para verlo mejor:
_Eso es tremendamente irregular…..
Chris sonrió aún más:
_ Ya, pero no es ilegal, y a mi me haría tremendamente feliz…
……….
________ estaba sentada con Joe mirando la televisión. Lo miró de reojo para ver si estaba cansado y que durmiera un rato, pero parecía satisfecho mientras miraba una película malísima.
Joe había captado su mirada y dijo sin apartar la vista del televisor:
_No me voy a morir por estar despierto…. Así que deja de mirarme y distráete.
________ bufó:
_ Deberías dormir….
_¿Si duermo me sacas de aquí mañana?...- Dijo esperanzado y dispuesto a dormir 15 horas del tirón si podía volver a su casa.
________ sonrió:
_Claaro mi rey, y después nos vamos a correr una maratón. …. ¿Cómo crees? ¿Has visto el estado en que estás?
Joe se miró, revisando la escayola de la pierna, que no lo dejaba en paz de los picores, y la del brazo, mucho más nueva, y blanca.
_Estoy imponente, pelirroja….- Dijo bromeando. Y ________ le lanzó un cojín a la cara.
_Se me olvidaba lo humilde que eres… - Suspiró y miró la gráfica de evolución.- A lo mejor pasado mañana…
Llamaron a la puerta y entró una enfermera con un paquete para él, ________ se acercó y se lo quitó de las manos a Joe, inspeccionándolo.
Joe la miró escéptico:
_¿Tienes complejo de perro anti-droga o qué? – Alargó la mano para que el devolviera el paquete. – Es para mí…. Trae….
________ lo miró desconfiada, mientras Joe le quitaba el envoltorio al paquete:
_¿ Y si es peligroso? –dijo.
Joe se rió por lo bajo:
_ ¿Peligroso? ¿Tipo paquete-bomba o sobre con ántrax? –Dijo riéndose.
________ refunfuñó:
_Teniendo en cuenta que te han intentado matar dos veces…. No sería raro.
Joe terminó de desenvolver un libro de viajes, y leyó la dedicatoria en voz alta:
_ “Para Marco Polo de Princesa, como no puedes viajar por el mundo, te envío el mundo a tu cama” – Dijo con una sonrisa, y comenzó a hojear el libro de gran formato.
________ lo miró enfadada y cruzó los brazos:
_¿Princesa? …. –Dijo subiendo la voz- ¿Quién es princesa?
_Una enfermera…. La rubia del turno de noch…- Empezó con voz despreocupada, pero ________ dio un manotazo sobre el libro impidiendo que siguiera pasando páginas.
_¿Que qué? –Casi gritó.- Será desubicada…
Joe empezó a reírse y la rodeó con un brazo para sentarla al borde de la cama.
_Princesa es mi hermana Lu, y yo soy Marco Polo. Dice que no puede venir a verme ahora por los exámenes, pero que molestará nada más que terminen.
________ frunció el ceño desconfiada y se asomó para mirar bien la dedicatoria. Y era verdad.
_¿Marco Polo? … ¿Te llama Marco Polo?- Dijo extrañada.
Joe sonrió:
_Hacía años que no me decían eso… Cuando éramos pequeños mis hermanos y yo teníamos todos un sobrenombre, y jugábamos a enviarnos notas secretas… Mi padre nos puso algunos y yo me cambié el mío por el de Marco Polo….- Ensanchó la sonrisa- … Quería viajar tanto como él… Y Lu es princesa, porque era la princesa de la casa…
________ se sentó en la cama y al ver las fotos de Barcelona se acordó:
_¿Tú no tienes un viaje en 4 días? – Dijo de repente.
Joe negó con la cabeza, mirándola:
_No… lo cancelé hace unos días. –Señaló las escayolas- No puedo ir así.
________ sonrió:
_¿Eso quiere decir que te quedas?
_Bueno, tengo un contrato con una pelirroja…. El alquiler dura un mes… Después me tirará de una patada. –Dijo muy serio.
________ se rió y se tumbó en la cama, a su lado:
_Hmmmm Tal vez la podamos convencer… Tendrás que darle algo a cambio…
Joe dejó el libro a un lado, y se acercó a ella:
_¿Algo como qué?
Ella se encogió de hombros sonriendo, y Joe se inclinó para besarla, suavemente y cuando se apartó preguntó.
_Eso sirve?
________ sonrió un poco más y asintió:
_Puede que sí… Pero tengo dudas… Igual no es suficiente…
Joe la miró con un brillo peligroso en la mirada y la volvió a besar, ________ le echó los brazos al cuello y lo besó más fuerte aún.
Adrián esperó a que el policía lo acompañara a la sala de visitas. Una habitación grande con mesas alargadas donde sentarse, que se parecía al comedor de su colegio, excepto por las rejas de las ventanas, que hacían recordar que en realidad estaba en una prisión.
Iñaki lo esperaba sentado en la silla de plástico anaranjado, vestido con el mono grisáceo de los presos. Mal afeitado y despeinado, tenía la cara pálida probablemente por la nochecita.
Adrián arrastró la silla y se sentó frente a él. El contraste no podía ser mayor, Adrián limpio oliendo a jabón y a champú, ropa cara y bien planchada, y una expresión amable en su rostro. Casi como si estuviera charlando con un amigo en una cafetería y no en una cárcel de México.
_¿Cómo estás?- preguntó con un tono de voz suave, como si estuviera interesado.
Iñaki se echó atrás en la silla y se pasó una mano por la áspera mejilla:
_Bien… Dentro de lo que cabe estoy bien….
Adrián asintió, y esperó pacientemente a que el otro diera un paso adelante y le explicase qué demonios pretendía. Todavía no sabía nada sobre el trabajito de Joe, en cuanto le confirmase lo que pasó aquella noche en el hospital ya se podría encargar de Iñaki.
El doctor, sospesaba sus opciones, pero sólo tenía una: chantaje. Quería salir de la cárcel, y estaba dispuesto a todo. Midió sus palabras:
_¿Sabes porqué estoy aquí?- dijo con cuidado.
Adrián sonrió débilmente:
_¿No pagar las multas de tu coche? ….- Dijo sarcásticamente- ¿Cómo quieres que lo sepa?
Iñaki enseñó los dientes en una mueca que pretendía ser una sonrisa, pero que le hacía parecer un coyote hambriento.
_Ojalá fueran las multas…. –Ladeó la cabeza a un lado para ver la reacción de Adrián por lo que tenía que decir.- … Por intento de homicidio…
Adrián sintió como las palabras caían sobre su mente como jarros de agua fría, eso no se lo esperaba.
_¿Intento? – Musitó, lo suficientemente bajo para que ninguno de los otros presos lo ooyese.- ¿Has dicho intento? ¿No lo llegaste a matar?
Iñaki puso una sonrisa, esta vez mucho más auténtica en su delgada cara, y asintió:
_Pero fíjate, que también se han enterado, y no tengo ni idea de cómo, del plan del coche…. Saben que envié a Castilla para sobornarlo, y han atado cabos.
Adrián lo miró enfadado, pero sin alterar la postura:
_Eso te pasa por contratar a inútiles… - “Y por ser un inútil” añadió mentalmente. Pero volvió a lo que le importaba- ¿No lo mataste? ¿Tuviste todo el día y no lo mataste?
Iñaki empezó a irritarse:
_No es tan fácil matar a alguien, Adriancito. – Hizo una mueca- Y menos a Joe, con toda esa gente entrando y saliendo de su habitación a todas horas.
A Adrián le sacó de quicio el diminutivo y apoyó los codos sobre la mesa, inclinándose hacia delante.
_Te puedo asegurar que es fácil matar a alguien, Iñaki. Y dá igual que esté en un hospital….
Iñaki frunció el ceño y sintió que había algo en la conversación que se le escapaba. ¿Había matado Adrián a alguien en el hospital? Sólo se le ocurría que hubiese terminado el trabajo de Joe…. Sacudió la cabeza y volvió a ceñirse a la línea de conversación que tenía planeada. El objetivo era salir de la carcel. Salir a toda costa.
Adrián se levantó de la silla, listo para irse ahora que sabía todo por lo que había venido. Aunque había esperado otra respuesta totalmente diferente.
Iñaki lo detuvo cogiéndolo de la muñeca, y los guardias que vigilaban la sala se acercaron llevando las manos a las armas que colgaban de sus cinturones.
Adrián, hizo un gesto con la cabeza para indicar que todo estaba bien, y los guardias se apartaron recelosos todavía.
_¿Qué crees que estás haciendo?- Masculló Iñaki en voz baja.
Adrián alzó las cejas irónico:
_ Bailando …. ¿A ti qué te parece? … Me voy, no tengo nada más que hacer aquí.
Iñaki sacudió la cabeza, y habló con lentitud:
_Estas muy, pero que muy equivocado. Escúchame Adrián… O me sacas de aquí…
Adrián soltó su brazo y se inclinó sobre la mesa interesado. Sabía lo que Iñaki intentaba, era algo que había previsto y estaba disfrutando. Ver a alguien intentando salvarse era fascinante. Sobre todo cuando sabías que no le iba a servir de nada.
_¿O qué? … -Dijo sonriente, con dos hoyuelos en las mejillas.
Iñaki pensó que era asquerosamente guapo. Y asquerosamente odioso. Respiró hondo y volvió a lo que tenía marcado.
_O… a la policía le va a gustar saber que a Joe lo querías muerto. Tú.
Adrián fingió asustarse un segundo, y después se rió.
_¿Y cómo pretendes hacer eso?
Iñaki lo miró extrañado, era obvio, hasta para un ciego lo que pensaba hacer.
_Diciéndoles tu nombre Adrián. –estalló.
Adrián se incorporó y se alisó la ropa con cuidado. Y esbozó una sonrisa mientras se apartaba un mechón de pelo castaño claro de la cara.
_Hazlo. Y ya veremos lo que pasa. Adiós Iñaki.
Iñaki se levantó de la silla y trató de agarrar a Adrián, pero los guardias que habían estado vigilando la conversación, se adelantaron y lo sujetaron para impedir que hiciera algo. Adrián pasó de largo, ignorando la escena.
Mientras Iñaki le gritó, ya falto de discreción y a voz en cuello:
_¡¡¡¡No me dejes aquí…!!! ¡¡Sácame Adrián o te arrepentirás!!
Adrián, salió de la cárcel escuchando a Iñaki. De hecho las palabras resonaron en su cabeza hasta que se sentó al volante del coche. Se abrochó el cinturón y ajustó bien el espejo retrovisor.
En él vió reflejados unos ojos claros, y se guiñó un ojo.
_¿Creo que podemos deshacernos de él ya verdad?
En el espejo sus ojos le dijeron que sí.
………..
Christian estaba sentado en una de las sillas del despacho del jefe de planta, con Mayté a su lado. Frente a ellos el médico se paseaba por el despacho, parándose a cada rato para decirles:
_ Sesenta mil pesos…. ¿Sabe lo que son sesenta mil pesos? –dijo alzando las cejas, y clavando la mirada a Christian.
Chris se encogió de hombros y musitó:_ Vagamente… Tengo una idea.
Mayté los miraba a los dos conteniendo la risa. El médico parecía un abuelo enfadado que le estuviera llamando la atención a un nieto.
El médico se paró frente a él y movió un dedo muy cerca, demasiado cerca de los ojos de Christian.
_Al Dr. Ortiz ya le ha costado una semana de suspensión la bromita…. Sesenta mil pesos, eso es lo que cuesta uno de esos muñecos.
Chris lo sintió por el médico que le había atendido aquella noche de hacía tres días. Pero viéndolo por el lado positivo ahora podría ver el Zorro desde su casa, y no en el hospital.
Se echó adelante en la silla dispuesto a hablar, pero el médico no parecía contento con eso:
_Verá señor Pardo, esto es un hospital, no un lugar de juegos ni de bromas. No me impresionan sus apellidos, que lo sepa. Aquí a los pacientes no se les cambia de habitación ni de nombre, y no se ponen muñecos de prácticas en su lugar.
_Señor, visto así ….- Empezó pero el médico lo cortó.
_¿Visto así? ¿Hay otra forma de verlo? – Al ver que Chris negaba con la cabeza y la bonita morena, los miraba aguantando la risa, se sentó, y se colocó las gafas para leer los papeles que tenía delante.
_¿Le pidió al Dr, Ortiz que cambiara de habitación a su madre hace tres noches?
Chris lo miró sonriente:_¿Es esto un juicio?
_Haga el con*denado favor de responder. ¿Lo hizo o no lo hizo?
Chris se removió en el asiento y admitió:_ Sí lo hice.
El médico siguió leyendo las hojas:_ ¿Y la inscribió bajo otro nombre?
_Sí ….- Dijo de mala gana, y al ver los dos ojos inquisitivos del médico completó la información.- … Le puse Elena Fernández.
_¿Y puso a uno de los carísimos y difíciles de conseguir muñecos de prácticas en la cama original?
Chris lo miró, sin avergonzarse:_ Sí.
El médico lo miró por encima de las gafas y dejó a un lado los papeles:
_Bien, supongo que en su retorcida mente habría una excusa para eso. Ahora, intente explicármelo para que yo lo entienda
Chris suspiró y se acomodó en la silla, de repente dudando de que fuera un buen plan.
_Verá, la mujer de mi padre fue atracada y le dispararon. Por eso se encuentra ingresada. – Hasta ahí era lo que sabía el director de la UCI- Yo, tenía serias dudas de que se tratase de un simple atraco, sino más bien un atentado contra su persona.
Mayté lo miraba sorprendida, y muy interesada, y el Doctor parecía estar pensando lo mismo.
_Sólo intentaba protegerla hasta que saliera del hospital. Tuve una amable charla con el doctor Ortiz, y acordamos con él cambiarla de habitación y de nombre.
Lo del muñeco fue una ocurrencia de última hora.
El médico entrecerró los ojos y se aclaró la garganta.
_¿Está usted insinuando que iban a matarla dentro del hospital? ¿En MI planta? –Dijo indignado.
_Parece ser que sí… Por eso se estropeó el muñeco de prácticas. ¿no?- Dijo Chris con tranquilidad.
El doctor se quedó mirándolo. Esta gente de dinero siempre pensaba que podía hacer lo que quería y cómo quería cuando se les daba la gana. Que ese chamaco estuviera contándole aquellas cosas así le sacaba de quicio.
_Mire, entiendo que no tenga ni idea- empezó con desgana - ese muñeco es uno de los cuatro que compramos al Reino Unido hace menos de un año, son carísimos porque parecen reales. La apariencia es el de una persona, y los usamos en varias prácticas de primeros auxilios entre otras.
Chris asintió, eso ya lo sabía:
_ Ya… Por eso pedí que pusieran uno así en la cama de Amanda.
El médico lo miró enfadado:
_Se creerá muy listo ¿verdad? … El que el muñeco parezca real, no implica que lo sea. Los vasos sólo están preparados para hacer prácticas, no para que se les introduzca ningún tipo de suero en él. Pues al muñeco que pusieron en la cama de su madre, lo han inyectado, y lo han estropeado.
Chris se inclinó hacia delante interesado:
_ ¿Le han inyectado algo? Yo dejé dicho y el Dr. Ortiz se aseguró de que nadie entrase en aquella habitación …¿Qué si puede saberse?
El médico gruñó y miró las hojas:
_ Parece una solución de potasio. Aproximadamente 25 mg.
Chris frunció el ceño, a duras penas sabía lo que era una aspirina:
_¿Es eso malo?
El médico sonrió por primera vez y dijo condescendiente:
_Malo no… Fatal… Para el muñeco y para una persona real.
Chris sonrió…. Tanto él como Mayté habían estado en lo cierto. Se giró a mirarla y ella asintió, estaban pensando lo mismo.
_No sonría así señor Pardo, ¿qué voy a hacer ahora? ¿cómo le voy a explicar a la Junta esto? Esto es un hospital, no un circo.
Chris se levantó y se sentó en el borde de la mesa. Cuando tenía razón se ponía insoportable. Sonriendo se acercó al médico que lo miraba sorprendido.
_Verá, es sencillo. Dejan a Elena Fernández en su cama, y yo les compro no uno, si no dos muñecos de esos. ¿Qué le parece?
El médico se echó hacia atrás para verlo mejor:
_Eso es tremendamente irregular…..
Chris sonrió aún más:
_ Ya, pero no es ilegal, y a mi me haría tremendamente feliz…
……….
________ estaba sentada con Joe mirando la televisión. Lo miró de reojo para ver si estaba cansado y que durmiera un rato, pero parecía satisfecho mientras miraba una película malísima.
Joe había captado su mirada y dijo sin apartar la vista del televisor:
_No me voy a morir por estar despierto…. Así que deja de mirarme y distráete.
________ bufó:
_ Deberías dormir….
_¿Si duermo me sacas de aquí mañana?...- Dijo esperanzado y dispuesto a dormir 15 horas del tirón si podía volver a su casa.
________ sonrió:
_Claaro mi rey, y después nos vamos a correr una maratón. …. ¿Cómo crees? ¿Has visto el estado en que estás?
Joe se miró, revisando la escayola de la pierna, que no lo dejaba en paz de los picores, y la del brazo, mucho más nueva, y blanca.
_Estoy imponente, pelirroja….- Dijo bromeando. Y ________ le lanzó un cojín a la cara.
_Se me olvidaba lo humilde que eres… - Suspiró y miró la gráfica de evolución.- A lo mejor pasado mañana…
Llamaron a la puerta y entró una enfermera con un paquete para él, ________ se acercó y se lo quitó de las manos a Joe, inspeccionándolo.
Joe la miró escéptico:
_¿Tienes complejo de perro anti-droga o qué? – Alargó la mano para que el devolviera el paquete. – Es para mí…. Trae….
________ lo miró desconfiada, mientras Joe le quitaba el envoltorio al paquete:
_¿ Y si es peligroso? –dijo.
Joe se rió por lo bajo:
_ ¿Peligroso? ¿Tipo paquete-bomba o sobre con ántrax? –Dijo riéndose.
________ refunfuñó:
_Teniendo en cuenta que te han intentado matar dos veces…. No sería raro.
Joe terminó de desenvolver un libro de viajes, y leyó la dedicatoria en voz alta:
_ “Para Marco Polo de Princesa, como no puedes viajar por el mundo, te envío el mundo a tu cama” – Dijo con una sonrisa, y comenzó a hojear el libro de gran formato.
________ lo miró enfadada y cruzó los brazos:
_¿Princesa? …. –Dijo subiendo la voz- ¿Quién es princesa?
_Una enfermera…. La rubia del turno de noch…- Empezó con voz despreocupada, pero ________ dio un manotazo sobre el libro impidiendo que siguiera pasando páginas.
_¿Que qué? –Casi gritó.- Será desubicada…
Joe empezó a reírse y la rodeó con un brazo para sentarla al borde de la cama.
_Princesa es mi hermana Lu, y yo soy Marco Polo. Dice que no puede venir a verme ahora por los exámenes, pero que molestará nada más que terminen.
________ frunció el ceño desconfiada y se asomó para mirar bien la dedicatoria. Y era verdad.
_¿Marco Polo? … ¿Te llama Marco Polo?- Dijo extrañada.
Joe sonrió:
_Hacía años que no me decían eso… Cuando éramos pequeños mis hermanos y yo teníamos todos un sobrenombre, y jugábamos a enviarnos notas secretas… Mi padre nos puso algunos y yo me cambié el mío por el de Marco Polo….- Ensanchó la sonrisa- … Quería viajar tanto como él… Y Lu es princesa, porque era la princesa de la casa…
________ se sentó en la cama y al ver las fotos de Barcelona se acordó:
_¿Tú no tienes un viaje en 4 días? – Dijo de repente.
Joe negó con la cabeza, mirándola:
_No… lo cancelé hace unos días. –Señaló las escayolas- No puedo ir así.
________ sonrió:
_¿Eso quiere decir que te quedas?
_Bueno, tengo un contrato con una pelirroja…. El alquiler dura un mes… Después me tirará de una patada. –Dijo muy serio.
________ se rió y se tumbó en la cama, a su lado:
_Hmmmm Tal vez la podamos convencer… Tendrás que darle algo a cambio…
Joe dejó el libro a un lado, y se acercó a ella:
_¿Algo como qué?
Ella se encogió de hombros sonriendo, y Joe se inclinó para besarla, suavemente y cuando se apartó preguntó.
_Eso sirve?
________ sonrió un poco más y asintió:
_Puede que sí… Pero tengo dudas… Igual no es suficiente…
Joe la miró con un brillo peligroso en la mirada y la volvió a besar, ________ le echó los brazos al cuello y lo besó más fuerte aún.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capitulo 102
_Está bien, ¿puede repetir eso? Creo que no lo he entendido bien....- Empezó el teniente López golpeando el bolígrafo sobre el cuaderno de notas, mientras miraba escéptico al preso que tenía delante.
Dos noches dentro de prisión no habían hecho ningún bien a Iñaki, que tenía aspecto de haber sido atropellado por un tren. Su constitución delgada y pálida le daba un aspecto enfermizo, y el pelo le caía en desorden por la frente. Además el "tap, tap" del bolígrafo sobre el cuaderno estaba empezando a ponerlo nervioso.
Iñaki suspiró y volvió a empezar de nuevo:
_Alguien me ordenó matar a Joe Bustamante, yo sólo cumplía órdenes...- Dijo con voz cansada.
Era el colmo que alguien como él tuviera que estar dando explicaciones a un muerto de hambre como aquél policía.
_Yaa... ¿Sabe cuántos delincuentes le echan la culpa a otros? -al ver que Iñaki negaba con la cabeza, explicó:-TODOS.
Tenía las manos esposadas a la espalda así que los movimientos eran incómodos, se inclinó con lentitud hacia delante, y habló más despacio.
_ Señor... -El desprecio de su voz hacía que la palabra señor careciera de respeto alguno.- ... le estoy diciendo la verdad. Acordé la muerte de Bustamante.
López, harto de ver a gente así, en el fondo prefería a los delincuentes de toda la vida, los que te miraban con la violencia pintada en la cara y la ira en la mirada y que sabías que en un descuido te clavarían la navaja en la espalda. Éstos, los de buena familia, los que hablaban bien y te miraban por encima del hombro le retorcían el alma. Quizá porque acostumbrados a una vida de favoritismo pensaban que delinquir era un juego.
_Mire... Primero no me hable como si fuera tonto o retrasado. Hablo perfectamente castellano y no necesito su condescendencia. Y segundo, si tan seguro está de eso. ¿Porque no me cuenta la historia completa?
Iñaki abrió la boca irritado:
_ Quiero un trato... A cambio de lo que diga, quiero que se me rebaje la pena...
López lo miró seriamente, golpeando con el bolígrafo en el cuaderno.
Tap.
Tap.
Tap.
Y se rió desagradablemente:
_¿Usted ve demasiada televisión gringa, verdad? ¿Cree que estamos en Ley y Orden? Agradezca que le estoy escuchando y no partiéndome el pecho de la risa.
Iñaki aspiró aire fuertemente por la nariz ante la ofensa, y se puso todo lo colorado que su color de piel le permitió.
_Oiga... no me habl...
_¿Qué no le hable así? - Preguntó de mejor humor López, al verlo pasarlo mal. - Por si no se ha dado cuenta es un criminal encarcelado a la espera de juicio, no está en su consulta. Dé las gracias que no me esté tomando un café con mis amigos.
Iñaki se echó atrás en la silla, le dolían los hombros de tenerlos retorcidos, y las manos le rozaban con las esposas. Se lo pensó bien, mientras el tap, tap, tap, del bolígrafo continuaba. Se fijo en el bolígrafo, era barato, de plástico, de aquellos que se encuentran en cualquier kiosko. Eso le hizo recordar las dos estilográficas que llevaba encima cuando le detuvieron, una montblanc y otra parker. ¿dónde demonios las habrían puesto los policías?
Esa tontería, le hizo decidirse.
_Se llama Adrián. De él fue la idea de matar a Joe Bustamante.
López lo miró sin creerlo:
_¿Ya, y ese Adrián tiene apellido o es un nombre artístico?
Iñaki frunció el ceño, con ganas de darle un puñetazo al policía, pero se las tragó.
_Claro que tiene apellido... se llama, Adrian Greco....
El policía alzó las cejas ligeramente soprendido, generalmente cuando alguien se inventa un nombre, escoge un apellido común.... Hernández, Fernandez, García.... Es difícil encontrarlos, y es difícil distinguir a unos de otros.
_¿Italiano? - preguntó más por seguir la conversación, para ver si encontraba algún hueco en la mentira.
_No, que yo sepa es mexicanísimo.- Dijo Iñaki dudando. La verdad es qeu nunca habían hablado de su vida anterior a cuando se conocieron.
López se revolvió en la silla y volvió a golpetear el cuaderno con el bolígrafo.
_Está bien.... Digamos que es cierto.... ¿porqué quería matarlo?
Iñaki se quedó en blanco, y recordó aquella tarde de hacía una semana. Cuando se habían encontrado fuera de la ciudad. Odio, venganza, dinero. Esos dijo que eran los motivos para hacer lo que estaban haciendo… Y que él los reunía todos.
_No lo sé con exactitud. Adrián nunca cuenta nada. Es tremendamente reservado.- Contestó evasivo.
_¿Me está diciendo que casi mata a una persona y no sabe por qué? – Dijo López incrédulo, y añadió:_ Eso es bastante estúpido ¿no cree?
Iñaki no contestó sino que se limitó a mirarlo con mala cara. López siguió preguntando.
_Está bien, … una facilita ¿de qué lo conoce?
_Fue una casualidad… Mi familia se arruinó y lo conocí hm… 3 años, más tarde.
Iñaki se removió inquieto en el asiento por segunda vez, y rehuyó la mirada del policía. A López le interesó ese gesto más que cualquier otro que pudo haber hecho o dicho en el rato anterior.
_¿De qué lo conoce? Insistió López. - No esperará que crea que se conocieron por casualidad...
Iñaki abrió la boca un segundo y asintió:
_Por casualidad no, pero no sé cómo me encontró. Un día apareció a la puerta de mi casa, y me ofreció ayuda.- Dijo vagamente.
López arqueó las cejas y golpeteó nuevamente el bloc con el bolígrafo:
_Esa no es una respuesta. -Al ver que Iñaki no estaba convencido, le dijo con maás amabilidad.- Mire doctor, usted está aquí dentro, y él está fuera, no deje que la cosas se queden igual....
Iñaki no lo escuchaba del todo, estaba más bien pensando en la primera vez que vió a Adrián hacía casi 9 años.
_Era un mocoso.... -Dijo sin sonreír.- Era la hora de la comida y me tocó abrir la puerta, y allí estaba, vestido con el uniforme del colegio, pantalón gris, y jersey granate, mirando la puerta vieja con interés....
Iñaki recordó que al principio pensó que se había equivocado de puerta, que preguntaba por otro. Lo miró atentamente, el chico aparentaba tener 16 o 17 años, pero más tarde sabría que sólo tenía 14, y el pelo rubio, más claro de lo que lo tenía ahora le caía por la frente, y él se lo apartaba con la mano, sin conseguir del todo apartarlo de su cara.
Reconoció el uniforme, porque era el mismo del colegio al que había ido hasta "la desgracia" que era como su madre y su abuela llamaban al momento en que todo lo que tenían se había desvanecido; pero no al crío, y por un segundo se avergonzó del estado de la puerta, y del piso viejo y oscuro que se podía ver al fondo.
Sin embargo Adrián no parecía notar aquello... No mejor dicho, no parecía darle importancia, porque sus ojos claros recorrían los detalles y los registraban con atención, pero sin demostrar ninguna emoción al respecto.
_¿Quieres algo escuincle? -Dijo Iñaki que estaba empezando a cansarse.
Adrián con una seguridad insólita para los catorce años que tenía, volvió hacia él su cara guapa y ladeó un poco la cabeza:
_ ¿Eres el hijo de Azpetegui? - Dijo con voz grave y tranquila, la misma que le había escuchado desde entonces.
Iñaki que tenía 18 años ,y todavía estaba resentido porque la falta de dinero había arrruinado sus perspectivas de asistir a la universidad; se apoyó en el quicio de la puerta y cruzó los brazos mirándolo con cautela.
_¿Quién lo quiere saber? ¿Y de qué conoces a mi padre?
_Ésto es para tí....- Dijo Adrián ignorando sus preguntas de la manera más olímpica. Iñaki aprendería más tarde que a pesar de ser menor que él, Adrián siempre se comportaría así, pasando de él, tratándolo con condescendencia y con superioridad. Sin gritar y sin levantar la voz, pero crítico siempre.
Iñaki aceptó el sobre que le tendía, pero antes de abrirlo lo estudió en las manos. Papel del grueso, verjurado y su nombre escrito en la parte superior, con letras de imprenta. El suyo, no el de su padre.
Miró sin entender al chico, que a su vez lo observaba con ligera curiosidad, había dejado la mochila en el suelo y tenía las manos en los bolsillos.
Iñaki todavía podía sentir el papel bajo los dedos, y su grosor al rasgar la parte superior, para encontrar dentro un fajo de billetes. Más de los que había visto en su vida juntos. Billetes nuevos, como los que se sacan actualmente de los cajeros automáticos, casi planchados.
Iñaki miró el dinero y se giró para mirar al interior de la casa. Al fondo oía el ruido de la televisión y, aunque no podía verlas, imaginaba perfectamente a su madre y a su abuela, juntas y amargadas, haciendo como que todavía estaban en su casa e ignorando el viejo apartamento.
Volvió a mirar a Adrián y dió un paso fuera del apartamento.
_¿Qué es esto? -Dijo desconfiado. Temía que fuera una broma cruel de aquel chico. Pero por otra parte ¿Qué adolescente llevaba encima tanto dinero?
Adrián se encogió de hombros, gesto comúnmente indeciso, pero en él tenía seriedad, y movió el mentón para señalar el sobre.
_Hay una nota dentro.
Dicho esto, se sentó en las escaleras, y sacó un libro grueso, y
comenzó a leer, ignorando totalmente a Iñaki por segunda vez, en menos de diez minutos.
Iñaki sabía que había algo malo en aquel dinero, nadie da nada a cambio de nada. Eso era algo bien sabido. Pero rebuscó entre los billetes y sacó una nota, escrita a máquina y dirigida, como el sobre a él.
¿Leerla, o no?
Volvió a mirar al interior del apartamento, y odió todo lo que había dentro. Incluídas a su madre y a su abuela. Odió el papel verde oscuro de las paredes, y los muebles baratos y feos... Odió el ruido del televisor e incluso al presentador del concurso que se estaba emitiendo. Dio otro paso fuera y cerró la puerta para leer.
Y como si el simple hecho de sentarse en la escalera con Adrián fuese un pacto, desde entonces se habían separado en muy pocas ocasiones.
_¿Qué decía el papel doctor? - Preguntó el policía interesado. Si era una mentira, era demasiado rara...
Iñaki sintió ganas de frotarse los ojos, pero las esposas se lo impedían, por eso se conformó con cerrarlos un segundo. No para recordar, porque se sabía la nota de memoria, sino por lo cansado que estaba.
_Tenía dos líneas escritas. La primera decía que se me compensaría por lo sucedido con mi familia y la segunda que sólo tenía que ser leal.
López se echó hacia delante, ya sin golpear el bolígrafo contra la libreta.
_¿Nada más? ¿Ningún nombre, nada?
Iñaki abrió los ojos, y sacudió la cabeza:
_Adrián siempre venía, a veces sólo, a veces con un chófer, pero siempre él. Era el que traía el dinero y el que pagaba la matrícula de la universidad...
_¿Alguna vez le han pedido algo, a parte de lo de Bustamante?
Iñaki sacudió la cabeza:
_Nunca. Lo debía.- Dijo con una sonrisa triste, y en un arranque de sinceridad añadió:_ No es que me caiga bien Joe, y de hecho le partiría la cara sin pensarlo....
López se echó atrás en la silla y sopesó la situación. Era interesante lo que contaba, demasiado raro para ser una invención, pero difícil de comprobar si era mentira. Hablaría con los abogados de Bustamante, para que lo interroguen al respecto del tal Greco...
Al echar una segunda ojeada al detenido, sintió una punzada, menuda, menuda, pero punzada al fin y al cabo de pena.
………
Joe aprovechó que ________ se había ido a consultar con su médico sobre si podía salir de aquel mald*ito –en todos los sentidos de la palabra, porque parecía que estaba gafado- hospital, para hacer algo que llevaba tiempo retrasando.
A pesar de que había procurado no volver a hablar de ello con ________, entendía perfectamente lo que era la culpa, y sentirse culpable por el destino de otros. Él mismo tenía dos personas a sus espaldas, y no podía olvidarlas.
Alargó la mano y rebuscó entre las cosas que había sobre la mesilla hsta encontrar su teléfono móvil, y marcó.
_¿Hola? – Dijo la misma voz que le contestaba siempre, una voz femenina con un acento argentino fortísimo.
Ambos se quedaron en silencio unos segundos y ella preguntó con aire ansioso:
_¿Sos vos? Hablá…. Por favor…
Joe respiró unos segundos y antes de que ella colgase, como solía hacer, hizo lo que siempre quería:
_Hola….- La voz, baja, le sonó como el croar de una rana.
Ella se quedó en silencio y los dos esperaron, cada uno mirando al infinito. Ella en su cocina, y él en aquel hospital.
_Hola Joe … - Dijo ella en voz muy baja.- Has sido vos siempre, ¿verdad?
Joe asintió tontamente, y se dio cuenta de que ella no lo podía ver, así que dijo un escueto:
_Si.
Ella se rió bajito y Joe se asombró de cuánto se parecían las voces, Laura y ella hablaban igual. Hacía tanto que no la escuchaba que no se acordaba de cómo sonaba…
Era doloroso oírlo, pero no tanto como había pensado.
_No viniste al funeral acá Joe, te echamos de menos. – Dijo la madre de Laura, lentamente.
A Joe se le llenaban los ojos de lágrimas y dijo con voz estrangulada:
_No pude, no me atreví. –Confesó.
________ que venía por el pasillo, se asomó a la puerta, pero él no la vió. De hecho parecía que no estaba viendo a nadie allí, sino que estaba en otro lugar.
Abrió la boca para preguntarle con quien hablaba, pero entonces vió una lágrima redonda y pesada rodar por la mejilla de Joe y caer sobre la colcha de la cama. Eso la dejó estupefacta.
Y se apartó de la puerta, pero no lo suficiente como para no oírlo. Joe estaba pidiendo perdón. Pedía perdón por Laura y Álvaro.
_Lo siento muchísimo…- empezó Joe, le había costado años reunir la fuerza necesaria, pero ahora que había empezado no pensaba echarse atrás.
_¿Qué sentís? – Dijo la madre de Laura extrañada- ¿Vos perdiste un hijo también? No tenés que sentir nada.
Joe quiso continuar, quiso decirle que los habían matado por él, que fue su padre, que Laura conducía bien y que …. Y entonces se dio cuenta de que eso sólo le iba a causar más sufrimiento a la madre de ella. Sufrimiento por la incertidumbre, porque no podría probar nada y entonces sólo la dejaría en vilo.
_Siento no haber estado allí….- Dijo, y lo dijo de verdad, era absolutamente cierto- … Siento no haber hecho nada para evitarlo…
La madre de Laura sonrió en su casa y se limpió una lágrima de la cara.
_Joe, me diste un nieto. No te lo podré agradecer demasiado en toda esta vida. No tenés que pedir perdón por nada.
Los dos se quedaron en silencio. Mejor dicho los tres, porque ________ estaba sentada en el pasillo escuchando.
_Vení alguna vez a vernos… Nos hacemos viejitos, y sería bueno verte de nuevo. ¿Dále? – Dijo la madre de Laura pensativa.
Joe asintó con la voz ahogada. Y los dos colgaron el teléfono a la vez. ________ se levantó del suelo y se apartó el pelo de la cara. Espero unos minutos para entrar, y lo hizo tratando de que no se notase nada.
_Hola… El doctor ha dicho que …-empezó.
Joe la miró un segundo, y sacudió la cabeza:
_Ya te dije que cotillear es un vicio muy feo.
_¿De qué hablas? – Dijo ________ nerviosa. Pero su expresión lo decía todo. _¿Cómo lo has sabido? – preguntó resignada.
Joe sonrió triste y se señaló los ojos:
_Los tienes húmedos… - palmeó el que ya era oficialmente el lado de ________ y ella se tumbó allí.
_¿Estás bien? –preguntó, sin esperar una respuesta, porque Joe era reservado para aquellas cosas, pero valía la pena intentarlo.
Joe se lo pensó un momento y contestó:
_Sí…- medio sorprendido- … me siento mejor, yo hacía años que llamaba y colgaba sin hablar. … A todos nos hace bien confesar alguna vez.
________ asintió y lo miró:
_Sé de lo que hablas…
Joe la miró y sonrió, esta vez mucho más real, y más contento:
_Estoy mejor desde que estoy contigo…. –Se corrigió- Soy mejor desde que estoy contigo.
________ se sonrojó y lo besó:
_Eres naquísimo… Tan cursi.
Joe la miró y preguntó medio en serio medio en broma:
_¿Pero me amas igual?
Ella lo miró y dijo con toda seriedad:_ Si.
_Está bien, ¿puede repetir eso? Creo que no lo he entendido bien....- Empezó el teniente López golpeando el bolígrafo sobre el cuaderno de notas, mientras miraba escéptico al preso que tenía delante.
Dos noches dentro de prisión no habían hecho ningún bien a Iñaki, que tenía aspecto de haber sido atropellado por un tren. Su constitución delgada y pálida le daba un aspecto enfermizo, y el pelo le caía en desorden por la frente. Además el "tap, tap" del bolígrafo sobre el cuaderno estaba empezando a ponerlo nervioso.
Iñaki suspiró y volvió a empezar de nuevo:
_Alguien me ordenó matar a Joe Bustamante, yo sólo cumplía órdenes...- Dijo con voz cansada.
Era el colmo que alguien como él tuviera que estar dando explicaciones a un muerto de hambre como aquél policía.
_Yaa... ¿Sabe cuántos delincuentes le echan la culpa a otros? -al ver que Iñaki negaba con la cabeza, explicó:-TODOS.
Tenía las manos esposadas a la espalda así que los movimientos eran incómodos, se inclinó con lentitud hacia delante, y habló más despacio.
_ Señor... -El desprecio de su voz hacía que la palabra señor careciera de respeto alguno.- ... le estoy diciendo la verdad. Acordé la muerte de Bustamante.
López, harto de ver a gente así, en el fondo prefería a los delincuentes de toda la vida, los que te miraban con la violencia pintada en la cara y la ira en la mirada y que sabías que en un descuido te clavarían la navaja en la espalda. Éstos, los de buena familia, los que hablaban bien y te miraban por encima del hombro le retorcían el alma. Quizá porque acostumbrados a una vida de favoritismo pensaban que delinquir era un juego.
_Mire... Primero no me hable como si fuera tonto o retrasado. Hablo perfectamente castellano y no necesito su condescendencia. Y segundo, si tan seguro está de eso. ¿Porque no me cuenta la historia completa?
Iñaki abrió la boca irritado:
_ Quiero un trato... A cambio de lo que diga, quiero que se me rebaje la pena...
López lo miró seriamente, golpeando con el bolígrafo en el cuaderno.
Tap.
Tap.
Tap.
Y se rió desagradablemente:
_¿Usted ve demasiada televisión gringa, verdad? ¿Cree que estamos en Ley y Orden? Agradezca que le estoy escuchando y no partiéndome el pecho de la risa.
Iñaki aspiró aire fuertemente por la nariz ante la ofensa, y se puso todo lo colorado que su color de piel le permitió.
_Oiga... no me habl...
_¿Qué no le hable así? - Preguntó de mejor humor López, al verlo pasarlo mal. - Por si no se ha dado cuenta es un criminal encarcelado a la espera de juicio, no está en su consulta. Dé las gracias que no me esté tomando un café con mis amigos.
Iñaki se echó atrás en la silla, le dolían los hombros de tenerlos retorcidos, y las manos le rozaban con las esposas. Se lo pensó bien, mientras el tap, tap, tap, del bolígrafo continuaba. Se fijo en el bolígrafo, era barato, de plástico, de aquellos que se encuentran en cualquier kiosko. Eso le hizo recordar las dos estilográficas que llevaba encima cuando le detuvieron, una montblanc y otra parker. ¿dónde demonios las habrían puesto los policías?
Esa tontería, le hizo decidirse.
_Se llama Adrián. De él fue la idea de matar a Joe Bustamante.
López lo miró sin creerlo:
_¿Ya, y ese Adrián tiene apellido o es un nombre artístico?
Iñaki frunció el ceño, con ganas de darle un puñetazo al policía, pero se las tragó.
_Claro que tiene apellido... se llama, Adrian Greco....
El policía alzó las cejas ligeramente soprendido, generalmente cuando alguien se inventa un nombre, escoge un apellido común.... Hernández, Fernandez, García.... Es difícil encontrarlos, y es difícil distinguir a unos de otros.
_¿Italiano? - preguntó más por seguir la conversación, para ver si encontraba algún hueco en la mentira.
_No, que yo sepa es mexicanísimo.- Dijo Iñaki dudando. La verdad es qeu nunca habían hablado de su vida anterior a cuando se conocieron.
López se revolvió en la silla y volvió a golpetear el cuaderno con el bolígrafo.
_Está bien.... Digamos que es cierto.... ¿porqué quería matarlo?
Iñaki se quedó en blanco, y recordó aquella tarde de hacía una semana. Cuando se habían encontrado fuera de la ciudad. Odio, venganza, dinero. Esos dijo que eran los motivos para hacer lo que estaban haciendo… Y que él los reunía todos.
_No lo sé con exactitud. Adrián nunca cuenta nada. Es tremendamente reservado.- Contestó evasivo.
_¿Me está diciendo que casi mata a una persona y no sabe por qué? – Dijo López incrédulo, y añadió:_ Eso es bastante estúpido ¿no cree?
Iñaki no contestó sino que se limitó a mirarlo con mala cara. López siguió preguntando.
_Está bien, … una facilita ¿de qué lo conoce?
_Fue una casualidad… Mi familia se arruinó y lo conocí hm… 3 años, más tarde.
Iñaki se removió inquieto en el asiento por segunda vez, y rehuyó la mirada del policía. A López le interesó ese gesto más que cualquier otro que pudo haber hecho o dicho en el rato anterior.
_¿De qué lo conoce? Insistió López. - No esperará que crea que se conocieron por casualidad...
Iñaki abrió la boca un segundo y asintió:
_Por casualidad no, pero no sé cómo me encontró. Un día apareció a la puerta de mi casa, y me ofreció ayuda.- Dijo vagamente.
López arqueó las cejas y golpeteó nuevamente el bloc con el bolígrafo:
_Esa no es una respuesta. -Al ver que Iñaki no estaba convencido, le dijo con maás amabilidad.- Mire doctor, usted está aquí dentro, y él está fuera, no deje que la cosas se queden igual....
Iñaki no lo escuchaba del todo, estaba más bien pensando en la primera vez que vió a Adrián hacía casi 9 años.
_Era un mocoso.... -Dijo sin sonreír.- Era la hora de la comida y me tocó abrir la puerta, y allí estaba, vestido con el uniforme del colegio, pantalón gris, y jersey granate, mirando la puerta vieja con interés....
Iñaki recordó que al principio pensó que se había equivocado de puerta, que preguntaba por otro. Lo miró atentamente, el chico aparentaba tener 16 o 17 años, pero más tarde sabría que sólo tenía 14, y el pelo rubio, más claro de lo que lo tenía ahora le caía por la frente, y él se lo apartaba con la mano, sin conseguir del todo apartarlo de su cara.
Reconoció el uniforme, porque era el mismo del colegio al que había ido hasta "la desgracia" que era como su madre y su abuela llamaban al momento en que todo lo que tenían se había desvanecido; pero no al crío, y por un segundo se avergonzó del estado de la puerta, y del piso viejo y oscuro que se podía ver al fondo.
Sin embargo Adrián no parecía notar aquello... No mejor dicho, no parecía darle importancia, porque sus ojos claros recorrían los detalles y los registraban con atención, pero sin demostrar ninguna emoción al respecto.
_¿Quieres algo escuincle? -Dijo Iñaki que estaba empezando a cansarse.
Adrián con una seguridad insólita para los catorce años que tenía, volvió hacia él su cara guapa y ladeó un poco la cabeza:
_ ¿Eres el hijo de Azpetegui? - Dijo con voz grave y tranquila, la misma que le había escuchado desde entonces.
Iñaki que tenía 18 años ,y todavía estaba resentido porque la falta de dinero había arrruinado sus perspectivas de asistir a la universidad; se apoyó en el quicio de la puerta y cruzó los brazos mirándolo con cautela.
_¿Quién lo quiere saber? ¿Y de qué conoces a mi padre?
_Ésto es para tí....- Dijo Adrián ignorando sus preguntas de la manera más olímpica. Iñaki aprendería más tarde que a pesar de ser menor que él, Adrián siempre se comportaría así, pasando de él, tratándolo con condescendencia y con superioridad. Sin gritar y sin levantar la voz, pero crítico siempre.
Iñaki aceptó el sobre que le tendía, pero antes de abrirlo lo estudió en las manos. Papel del grueso, verjurado y su nombre escrito en la parte superior, con letras de imprenta. El suyo, no el de su padre.
Miró sin entender al chico, que a su vez lo observaba con ligera curiosidad, había dejado la mochila en el suelo y tenía las manos en los bolsillos.
Iñaki todavía podía sentir el papel bajo los dedos, y su grosor al rasgar la parte superior, para encontrar dentro un fajo de billetes. Más de los que había visto en su vida juntos. Billetes nuevos, como los que se sacan actualmente de los cajeros automáticos, casi planchados.
Iñaki miró el dinero y se giró para mirar al interior de la casa. Al fondo oía el ruido de la televisión y, aunque no podía verlas, imaginaba perfectamente a su madre y a su abuela, juntas y amargadas, haciendo como que todavía estaban en su casa e ignorando el viejo apartamento.
Volvió a mirar a Adrián y dió un paso fuera del apartamento.
_¿Qué es esto? -Dijo desconfiado. Temía que fuera una broma cruel de aquel chico. Pero por otra parte ¿Qué adolescente llevaba encima tanto dinero?
Adrián se encogió de hombros, gesto comúnmente indeciso, pero en él tenía seriedad, y movió el mentón para señalar el sobre.
_Hay una nota dentro.
Dicho esto, se sentó en las escaleras, y sacó un libro grueso, y
comenzó a leer, ignorando totalmente a Iñaki por segunda vez, en menos de diez minutos.
Iñaki sabía que había algo malo en aquel dinero, nadie da nada a cambio de nada. Eso era algo bien sabido. Pero rebuscó entre los billetes y sacó una nota, escrita a máquina y dirigida, como el sobre a él.
¿Leerla, o no?
Volvió a mirar al interior del apartamento, y odió todo lo que había dentro. Incluídas a su madre y a su abuela. Odió el papel verde oscuro de las paredes, y los muebles baratos y feos... Odió el ruido del televisor e incluso al presentador del concurso que se estaba emitiendo. Dio otro paso fuera y cerró la puerta para leer.
Y como si el simple hecho de sentarse en la escalera con Adrián fuese un pacto, desde entonces se habían separado en muy pocas ocasiones.
_¿Qué decía el papel doctor? - Preguntó el policía interesado. Si era una mentira, era demasiado rara...
Iñaki sintió ganas de frotarse los ojos, pero las esposas se lo impedían, por eso se conformó con cerrarlos un segundo. No para recordar, porque se sabía la nota de memoria, sino por lo cansado que estaba.
_Tenía dos líneas escritas. La primera decía que se me compensaría por lo sucedido con mi familia y la segunda que sólo tenía que ser leal.
López se echó hacia delante, ya sin golpear el bolígrafo contra la libreta.
_¿Nada más? ¿Ningún nombre, nada?
Iñaki abrió los ojos, y sacudió la cabeza:
_Adrián siempre venía, a veces sólo, a veces con un chófer, pero siempre él. Era el que traía el dinero y el que pagaba la matrícula de la universidad...
_¿Alguna vez le han pedido algo, a parte de lo de Bustamante?
Iñaki sacudió la cabeza:
_Nunca. Lo debía.- Dijo con una sonrisa triste, y en un arranque de sinceridad añadió:_ No es que me caiga bien Joe, y de hecho le partiría la cara sin pensarlo....
López se echó atrás en la silla y sopesó la situación. Era interesante lo que contaba, demasiado raro para ser una invención, pero difícil de comprobar si era mentira. Hablaría con los abogados de Bustamante, para que lo interroguen al respecto del tal Greco...
Al echar una segunda ojeada al detenido, sintió una punzada, menuda, menuda, pero punzada al fin y al cabo de pena.
………
Joe aprovechó que ________ se había ido a consultar con su médico sobre si podía salir de aquel mald*ito –en todos los sentidos de la palabra, porque parecía que estaba gafado- hospital, para hacer algo que llevaba tiempo retrasando.
A pesar de que había procurado no volver a hablar de ello con ________, entendía perfectamente lo que era la culpa, y sentirse culpable por el destino de otros. Él mismo tenía dos personas a sus espaldas, y no podía olvidarlas.
Alargó la mano y rebuscó entre las cosas que había sobre la mesilla hsta encontrar su teléfono móvil, y marcó.
_¿Hola? – Dijo la misma voz que le contestaba siempre, una voz femenina con un acento argentino fortísimo.
Ambos se quedaron en silencio unos segundos y ella preguntó con aire ansioso:
_¿Sos vos? Hablá…. Por favor…
Joe respiró unos segundos y antes de que ella colgase, como solía hacer, hizo lo que siempre quería:
_Hola….- La voz, baja, le sonó como el croar de una rana.
Ella se quedó en silencio y los dos esperaron, cada uno mirando al infinito. Ella en su cocina, y él en aquel hospital.
_Hola Joe … - Dijo ella en voz muy baja.- Has sido vos siempre, ¿verdad?
Joe asintió tontamente, y se dio cuenta de que ella no lo podía ver, así que dijo un escueto:
_Si.
Ella se rió bajito y Joe se asombró de cuánto se parecían las voces, Laura y ella hablaban igual. Hacía tanto que no la escuchaba que no se acordaba de cómo sonaba…
Era doloroso oírlo, pero no tanto como había pensado.
_No viniste al funeral acá Joe, te echamos de menos. – Dijo la madre de Laura, lentamente.
A Joe se le llenaban los ojos de lágrimas y dijo con voz estrangulada:
_No pude, no me atreví. –Confesó.
________ que venía por el pasillo, se asomó a la puerta, pero él no la vió. De hecho parecía que no estaba viendo a nadie allí, sino que estaba en otro lugar.
Abrió la boca para preguntarle con quien hablaba, pero entonces vió una lágrima redonda y pesada rodar por la mejilla de Joe y caer sobre la colcha de la cama. Eso la dejó estupefacta.
Y se apartó de la puerta, pero no lo suficiente como para no oírlo. Joe estaba pidiendo perdón. Pedía perdón por Laura y Álvaro.
_Lo siento muchísimo…- empezó Joe, le había costado años reunir la fuerza necesaria, pero ahora que había empezado no pensaba echarse atrás.
_¿Qué sentís? – Dijo la madre de Laura extrañada- ¿Vos perdiste un hijo también? No tenés que sentir nada.
Joe quiso continuar, quiso decirle que los habían matado por él, que fue su padre, que Laura conducía bien y que …. Y entonces se dio cuenta de que eso sólo le iba a causar más sufrimiento a la madre de ella. Sufrimiento por la incertidumbre, porque no podría probar nada y entonces sólo la dejaría en vilo.
_Siento no haber estado allí….- Dijo, y lo dijo de verdad, era absolutamente cierto- … Siento no haber hecho nada para evitarlo…
La madre de Laura sonrió en su casa y se limpió una lágrima de la cara.
_Joe, me diste un nieto. No te lo podré agradecer demasiado en toda esta vida. No tenés que pedir perdón por nada.
Los dos se quedaron en silencio. Mejor dicho los tres, porque ________ estaba sentada en el pasillo escuchando.
_Vení alguna vez a vernos… Nos hacemos viejitos, y sería bueno verte de nuevo. ¿Dále? – Dijo la madre de Laura pensativa.
Joe asintó con la voz ahogada. Y los dos colgaron el teléfono a la vez. ________ se levantó del suelo y se apartó el pelo de la cara. Espero unos minutos para entrar, y lo hizo tratando de que no se notase nada.
_Hola… El doctor ha dicho que …-empezó.
Joe la miró un segundo, y sacudió la cabeza:
_Ya te dije que cotillear es un vicio muy feo.
_¿De qué hablas? – Dijo ________ nerviosa. Pero su expresión lo decía todo. _¿Cómo lo has sabido? – preguntó resignada.
Joe sonrió triste y se señaló los ojos:
_Los tienes húmedos… - palmeó el que ya era oficialmente el lado de ________ y ella se tumbó allí.
_¿Estás bien? –preguntó, sin esperar una respuesta, porque Joe era reservado para aquellas cosas, pero valía la pena intentarlo.
Joe se lo pensó un momento y contestó:
_Sí…- medio sorprendido- … me siento mejor, yo hacía años que llamaba y colgaba sin hablar. … A todos nos hace bien confesar alguna vez.
________ asintió y lo miró:
_Sé de lo que hablas…
Joe la miró y sonrió, esta vez mucho más real, y más contento:
_Estoy mejor desde que estoy contigo…. –Se corrigió- Soy mejor desde que estoy contigo.
________ se sonrojó y lo besó:
_Eres naquísimo… Tan cursi.
Joe la miró y preguntó medio en serio medio en broma:
_¿Pero me amas igual?
Ella lo miró y dijo con toda seriedad:_ Si.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capitulo 103
Joe sintió un escalofrío en la espalda cuando la escuchó decir que lo quería. No es que no lo supiese, ella ya se lo había dicho antes, y lo veía en los ojos, pero era el hecho de que ella lo dijera en voz alta lo que lo emocionaba.
_¿De verdad me quieres? -le salió solo, medio sorprendido todavía por el hecho de que ella lo amase.
________ sonrió, una de esas sonrisas adorables, que hacían que los ojos reluciesen:
_Si... Por ahora te quiero.... Más vale que te portes bien. –Dijo ________. Había tenido miedo a Laura, a lo que ella representaba, pero cada día enterraba eso un poco más adentro, y se olvidaba un poco más de ella.
Joe se rió y ella se echó de espaldas en la cama, a su lado. Estaban apretujados, y una de las piernas de ella colgaba de la cama, balanceándola.
Joe pensaba que era lo mejor de estar en el hospital, de hecho hasta las escayolas se hacían tolerables.
Debían de estar pensando lo mismo, porque ________ se giró para mirarlo y dijo:
_Tu médico dice que puedes marcharte esta tarde. Pero que es un alta voluntaria, él preferiría que te quedases unos días más. –Sonrió pensando en lo que Joe pensaría de eso:_ De todas maneras llamé a Miguel para que te trajese ropa por si no te quieres quedar.
Joe respiró hondo y sonrió:
_¿Me voy a morir si salgo hoy del hospital?
________ lo miró extrañada y negó con la cabeza:
_Salvo que te metas bajo las ruedas de un coche no...
_¿Seguiré pudiendo usar todos mis extremidades bien?- Preguntó pensativo.
_Claro...- Bufó ________.- ... Estás relativamente bien Joe.
Joe asintió:
_Entonces pelirroja, creo que me voy de aquí tan pronto como pueda vestirme.
Joe empezó a rodar por la cama, algo que teniendo un brazo y una pierna escayolados era cuanto menos difícil. De hecho, cuando cogía impulso para rodar, parecía que iba a conseguirlo pero luego su cuerpo volvía a caer a la cama...
Al séptimo intento se echó de espaldas sofocado, y sintió a ________ ahogar la risa a su lado.
_¿Podrías ayudarme o es mucho pedir? -dijo levemente irritado pero tratando de mantener la dignidad.
________ no contuvo la risa y Joe tuvo que esperar a que se calmase mientras miraba al techo, siguiendo en su intento de conservar la dignidad.
_Lo siento, pero era demasiado divertido... Parecías un perrito que...
Joe levantó una mano en el aire para advertirle que se callase:
_Como sigas por ahí vamos a tener problemas tu y yo...
________ se calló la boca, pero continuó ahogando las risillas mientras lo ayudaba a sentarse en la cama y a levantarse.
________ sonrió al verlo salir disparado, bueno disparado era decir mucho, más bien intentó manejar las muletas.
_Tranquilo Schumacher... Todavía hay que cumplimentar los papeles y tienes que firmar el alta voluntaria... dijo riendo.
"Schumacher" Trastabilló con las muletas y casi se cayó al suelo. Pero en el último momento consiguió mantener la estabilidad, y lanzó una mirada de advertencia:
_Como oiga risitas, te enteras...
________ se mordió las mejillas por dentro para no reírse, y Joe volvió a intentar manejar las muletas, pero un brazo escayolado le dificultaba la labor. Tropezó de nuevo, y unas risas sonaron por la habitación.
_Eres un patoso mi rey... - dijo Miguel que estaba apoyado en el marco de la puerta, con una sonrisa anchísima en su cara.
_Borra esa cara. Ahora.- Lo amenazó Joe levantando la muleta en el aire hacia su amigo.
Miguel se apartó de la puerta, sin borrar la sonrisa y entró en la habitación moviendo en el aire una bolsa de un lado para otro.
_Si no me tratas bien me temo que te quedas sin ropa... Y sería divertido verte caminar por ahi con ese camisoncito....- Bromeó Miguel subiendo y bajando las cejas rápidamente.
Joe se echó hacia delante y lanzó el brazo para ver si le quitaba la bolsa de las manos, pero Miguel la alejó de su alcance. Repitieron la escenita varias veces, la última de las cuales Joe casi acabó en el suelo del impulso.
________ los miraba frunciendo el ceño y pensando que eran peores que dos niños de guardería.
_Miguelito, anda, haz el favor de darle esa bolsa...- Decidió intervenir para acabar con eso, porque se la podían pasar así toda la tarde.
Miguel se despistó al oírla y Joe se abalanzó quitándole la bolsa.
_¡HA! - Dijo con una sonrisa satisfecha, y Miguel se sentó en la silla poniendo los ojos en blanco.
Joe se puso las asas de la bolsa en la boca, usando torpemente las muletas se dirigió a la cama, donde se sentó. Dejó las muletas apoyadas a un lado y abrió la bolsa para ver lo que había dentro.
_¿Qué me has traído...?- Empezó a decir, pero de repente se quedó pálido.- ARgghhh
Miguel y ________ se acercaron de golpe y Joe sacó varias camisas con la manga derecha abierta de un corte que iba desde el puño hasta más arriba del codo.
_¿Que cara*jo le has hecho a mi ropa? -Exclamó. Y tuvo un presentimiento, y siguió rebuscando hasta encontrar los pantalones, y los levantó.
________ se echó a reír y Miguel lo miraba sin comprender. La pierna derecha del vaquero estaba cortada más arriba de medio muslo mientras que la otra estaba entera. Parecía un cruce entre unos shorts y un vaquero normal.
_Eran unos Levis... Me acabas de destrozar unos pantalones de 150 dólares... -Dijo con voz ahogada. Aquellos vaqueros habían estado en Tailandia, Alemania y en Alaska... Pero no habían podido resistir a Miguel.
Miguel lo miró ofendido:
_Vale guapo, si consigues meter esa escayola en unos pantalones normales me trago esos vaqueros. -Se sentó en la silla cruzando los brazos malhumorado.
Joe abrió la boca para contestar pero no se le ocurrió nada mejor que decirle. Era verdad, y él no se había fijado en eso. De mala gana y entre dientes le dijo:
_Vale... . Tinsrazn....
Miguel se inclinó hacia delante y dijo parpadeando:_ ¿Qué?
_Quetinsrazn ... -Repitió Joe, entecerrando los ojos.
_¿Que qué?- Dijo Miguel de nuevo, sonriendo bobamente, porque o había entendido, pero quería que lo repitiese.
_¡¡¡Que tienes razón!!! - Exclamó Joe cansado. Iba a tener que comprarse ropa barata para cortarla. Miró a ________ que todavía se reía de los vaqueros y le preguntó: _¿A qué hora crees que me podré ir?
_A este paso en una o dos.- Comentó ________ sonriendo. De hecho si por Joe fuese ya habría salido aunque fuera desnudo.- ¿Te duchas mientras consigo los papeles... ?
Joe sonrió y dijo bajando la voz:
_Te podrías duchar conmigo...
________ se puso colorada y lo cogió del camisón acercándolo a ella para besarlo. Miguel que seguía sentado en el sillón puso los ojos en blanco y miró para la puerta, pero cuando ella le echó los brazos al cuello y Joe soltó las muletas para abrazarla, Miguel se revolvió en el sillón.
Ellos dos parrecían ignorarlo, y de hecho lo hacían, ________ lo besaba como si se le acabase el mundo, y Joe no se quedaba atrás, sujetándola contra él con el brazo escayolado y subiendo el otro por la espalda.
Miguel estoico aguantó 120 segundos y después soltó una tosecilla, otros 20 segundos y pasó a una tos de asmático, y visto que a los 180 segundos seguían pasando de él, se levantó y metió entre las dos cabezas una mascarilla de oxígeno.
Joe se apartó de mala gana y ________ lo miró visiblemente enfadada.
_¿Qué haces?- Dijo irritada y mirándolo con los ojos entrecerrados.
Miguel sostuvo la mascarilla y les sonrió fastidiado:
_Si seguís así lo vais a necesitar.
________ le apartó la mascarilla de un manotazo, y se levantó arreglándose la ropa, sin dirigirle más que un gruñido a Miguel, salió para pedirle los papeles al médico de Joe.
_Eres de lo más inoportuno ¿Sabías? –Le dijo Joe a Miguel.
_Me lo dicen siempre papá…. –Sonrió Miguel, y se sentó a su lado guiñándole un ojo:- Si quieres te ayudo a ducharte…
Joe se quedó un segundo en silencio y después estalló en carcajadas:
_Ni muerto, mi rey, ni muerto. Antes me ahogo en la ducha….
Miguel sonrió y cambió la cara para fingir estar ofendido:
_Muchas personas se quieren duchar conmigo.. Te lo estás perdiendo.
Joe se rió y le dio unas palmaditas mientras se colocaba las muletas para andar –a su estilo- al baño.
_Ya… pero me parece que todas esas personas son mujeres, y que Any las mataría como se acercasen a tu ducha.
Miguel aprovechó que Joe se había levantado para tumbarse en la cama, y lo miró sonriendo desde las almohadas.
_¿Le has dado ya ese paquete?- Dijo con tono despreocupado.
_¿Qué paquete?- Dijo Joe que estaba intentando mantener el equilibrio y abrir la puerta de aquel baño a la vez.
_No te hagas el tonto… El paquete de Acapulco… -Añadió Miguel.
Joe levantó la cabeza y abandonó la idea de darle una patada a la puerta, lo miró suspicaz:
_¿Porqué piensas que no es para mí?
Miguel sonrió con cara de sabelotodo y aquellos hoyuelos le aparecieron en las mejillas.
_Verás, olvidas que estás hablando con Miguel Arango… He regalado cosas a chicas desde que tengo 16 años. – Esperó un segundo a que Joe dejara de bufar y continuó:_ Además, mi padre compraba a cierto joyero de Acapulco que, casualmente, es el mismo que remite el paquete… No hay que ser muy listo para adivinar…
Joe sonrió y empujó el picaporte con el codo, para abrirlo. Antes de meterse en el baño dijo:
_No pienso decirte qué hay en el paquete, y tampoco pienso regalarlo dentro de un hospital, así que Don Juan charro, no seas intenso, y pásame la ropa.
…………
18.00h
Joe se dejó caer en el sillón y cerró los ojos con un suspiro fortísimo. Verne, lo miraba desde el suelo levantando las orejas, y moviendo el rabo. Después de pensárselo un rato, verne dio media vuelta y se alejó del sofá, para coger carrerilla y saltar a su lado. El perro, se tumbó apoyando la cabeza en la escayola.
________ lo miró desde la puerta y sonrió:
_Creo que te echaba de menos.
Joe apoyó la mano sobre la cabeza y acarició el pelo al perro:
_Tengo un encanto especial para los animalitos…
________ se sentó en el sofá al otro lado y apoyó la cabeza en el hombro de él:
_¿No estás cansado?
_Nop. –Dijo Joe y lo decía en serio. A pesar de que habían tardado más de tres horas en conseguir los papeles, que los firmasen los médicos y Joe, salir del hospital, y llegar a la casa de ________, él se encontraba superbien. Mejor que bien, estaba tranquilo y hasta las escayolas le parecían algo estupendo.
________ lo miró con cautela y lo inspeccionó de cerca:
_Sabes que has tenido un accidente de coche gravísimo, ¿verdad? O esa parte se te ha olvidado.
Joe la miró y se rió:
_Mira no me acordaba de eso….- Le apartó un mechón de pelo de la cara y se lo colocó con cuidado detrás de la oreja. - … Pero estoy bien, y si te acercas más mejor…. Aquí no hay Miguelitos que valgan.
________ mantuvo una expresión desconfiada unos segundos más, pero se le pasó pronto cuando él puso cara de cachorrito abandonado. Ella se acercó un poco y le pasó la mano por el pelo, apartándolo de la cara.
_Te ha crecido el pelo…- Comentó en voz bajita. Pasando entre los dedos un mechón ondulado.
Joe cerró los ojos al sentir la yema de los dedos en el cuero cabelludo. El calor que desprendían se filtraba y lo sentía en los huesos. Si fuera un gato, estaría ronroneando, pero en su lugar soltó un gruñido.
________ dejó de mover la mano y sonrió:
_¿Qué ha sido eso?- le dijo haciéndose la tonta.
Joe parpadeó y la miró sonriente:
_Nada… Ni idea de lo que hablas….
________ se inclinó y se acercó a él lo suficiente como para que él la sintiese respirar a su lado.
_Has gruñido…Joe…
Joe la besó un segundo, y se separó.
_A tu lado lo mínimo que puedo hacer es gruñir.
________ sonrió y lo besó, por una vez sin interrupciones de ningún tipo, sin enfermeras, médicos, migueles u otras. Verne, levantó la cabeza de la pierna de Joe y los miró levantando las orejas. Pareció considerar que no le iban a hacer más caso y volvió a dormir.
En ese momento, el teléfono comenzó a sonar y ________ hizo el intento de separarse, pero Joe le retuvo el labio inferior con los dientes. Ella se paró y el comentó:
-Como respondas… No respondo yo…
Ella se rió y tras tres timbrazos más, el contestador saltó. Joe le estaba besando el cuello, cuando la voz de un desconocido empezó a hablar.
_...Soy el teniente López de la Policía, estamos investigando el caso del Dr. Azpetegui, y tenemos nueva información que quisiera compartir con el Sr. Jonas… Cuando pueda póngase en contacto al número 9 155 236…
________ se maldijo pero se separó y alargó la mano para coger el teléfono.
_... ¿Bueno?… - Preguntó para ver si el policía seguía a la escucha, y él le contestó- Un momento… - Dijo con la voz entrecortada y le pasó el teléfono a Joe que la miraba enfadado.
_¿Señor Jonas?....- Preguntó confuso el teniente que no oía a nadie al otro lado. - ¿Está ahí?
Joe puso los ojos en blanco y dijo:
_Si… Dígame ¿qué quiere saber?
López suspiró y miró las notas que había tomado aquella mañana, y dijo:
_¿Conoce a alguien llamado Adrián Greco?- preguntó esperanzado.
Joe pensó pero no le sonaba para nada:
_Lo siento, pero ni idea. No conozco a ningún Adrián ni tampoco a nadie griego. ¿Porqué?
López suspiró de nuevo, esta vez más fuerte. Así que había mentido el doctorcito, esta vez había estado casi seguro de que decía la verdad.
_Verá… Azpetegui asegura que un tal Greco había ordenado su muerte. Pensé que merecía la pena investigarlo.
Joe se quedó mudo, pero se recuperó:
_No… no conozco a nadie llamado así. Lo siento.
El policía se frotó el puente de la nariz y sacudió la cabeza:
_No tiene nada que sentir Sr. Jonas, si averiguamos algo más, se lo haremos saber.
Joe colgó y se quedó extrañado unos segundos. ________ lo miraba inquisitiva, pero él decidió apartar aquellos pensamientos de su mente. Iñaki era una rata rastrera y posiblemente intentaba de salir de la carcel de cualquier manera.
_¿Dónde nos habíamos quedado pelirroja?- Dijo sonriente. Y lo siguiente que supo fue que ella lo besaba.
Listo chicas espero les guste el maraton
Joe sintió un escalofrío en la espalda cuando la escuchó decir que lo quería. No es que no lo supiese, ella ya se lo había dicho antes, y lo veía en los ojos, pero era el hecho de que ella lo dijera en voz alta lo que lo emocionaba.
_¿De verdad me quieres? -le salió solo, medio sorprendido todavía por el hecho de que ella lo amase.
________ sonrió, una de esas sonrisas adorables, que hacían que los ojos reluciesen:
_Si... Por ahora te quiero.... Más vale que te portes bien. –Dijo ________. Había tenido miedo a Laura, a lo que ella representaba, pero cada día enterraba eso un poco más adentro, y se olvidaba un poco más de ella.
Joe se rió y ella se echó de espaldas en la cama, a su lado. Estaban apretujados, y una de las piernas de ella colgaba de la cama, balanceándola.
Joe pensaba que era lo mejor de estar en el hospital, de hecho hasta las escayolas se hacían tolerables.
Debían de estar pensando lo mismo, porque ________ se giró para mirarlo y dijo:
_Tu médico dice que puedes marcharte esta tarde. Pero que es un alta voluntaria, él preferiría que te quedases unos días más. –Sonrió pensando en lo que Joe pensaría de eso:_ De todas maneras llamé a Miguel para que te trajese ropa por si no te quieres quedar.
Joe respiró hondo y sonrió:
_¿Me voy a morir si salgo hoy del hospital?
________ lo miró extrañada y negó con la cabeza:
_Salvo que te metas bajo las ruedas de un coche no...
_¿Seguiré pudiendo usar todos mis extremidades bien?- Preguntó pensativo.
_Claro...- Bufó ________.- ... Estás relativamente bien Joe.
Joe asintió:
_Entonces pelirroja, creo que me voy de aquí tan pronto como pueda vestirme.
Joe empezó a rodar por la cama, algo que teniendo un brazo y una pierna escayolados era cuanto menos difícil. De hecho, cuando cogía impulso para rodar, parecía que iba a conseguirlo pero luego su cuerpo volvía a caer a la cama...
Al séptimo intento se echó de espaldas sofocado, y sintió a ________ ahogar la risa a su lado.
_¿Podrías ayudarme o es mucho pedir? -dijo levemente irritado pero tratando de mantener la dignidad.
________ no contuvo la risa y Joe tuvo que esperar a que se calmase mientras miraba al techo, siguiendo en su intento de conservar la dignidad.
_Lo siento, pero era demasiado divertido... Parecías un perrito que...
Joe levantó una mano en el aire para advertirle que se callase:
_Como sigas por ahí vamos a tener problemas tu y yo...
________ se calló la boca, pero continuó ahogando las risillas mientras lo ayudaba a sentarse en la cama y a levantarse.
________ sonrió al verlo salir disparado, bueno disparado era decir mucho, más bien intentó manejar las muletas.
_Tranquilo Schumacher... Todavía hay que cumplimentar los papeles y tienes que firmar el alta voluntaria... dijo riendo.
"Schumacher" Trastabilló con las muletas y casi se cayó al suelo. Pero en el último momento consiguió mantener la estabilidad, y lanzó una mirada de advertencia:
_Como oiga risitas, te enteras...
________ se mordió las mejillas por dentro para no reírse, y Joe volvió a intentar manejar las muletas, pero un brazo escayolado le dificultaba la labor. Tropezó de nuevo, y unas risas sonaron por la habitación.
_Eres un patoso mi rey... - dijo Miguel que estaba apoyado en el marco de la puerta, con una sonrisa anchísima en su cara.
_Borra esa cara. Ahora.- Lo amenazó Joe levantando la muleta en el aire hacia su amigo.
Miguel se apartó de la puerta, sin borrar la sonrisa y entró en la habitación moviendo en el aire una bolsa de un lado para otro.
_Si no me tratas bien me temo que te quedas sin ropa... Y sería divertido verte caminar por ahi con ese camisoncito....- Bromeó Miguel subiendo y bajando las cejas rápidamente.
Joe se echó hacia delante y lanzó el brazo para ver si le quitaba la bolsa de las manos, pero Miguel la alejó de su alcance. Repitieron la escenita varias veces, la última de las cuales Joe casi acabó en el suelo del impulso.
________ los miraba frunciendo el ceño y pensando que eran peores que dos niños de guardería.
_Miguelito, anda, haz el favor de darle esa bolsa...- Decidió intervenir para acabar con eso, porque se la podían pasar así toda la tarde.
Miguel se despistó al oírla y Joe se abalanzó quitándole la bolsa.
_¡HA! - Dijo con una sonrisa satisfecha, y Miguel se sentó en la silla poniendo los ojos en blanco.
Joe se puso las asas de la bolsa en la boca, usando torpemente las muletas se dirigió a la cama, donde se sentó. Dejó las muletas apoyadas a un lado y abrió la bolsa para ver lo que había dentro.
_¿Qué me has traído...?- Empezó a decir, pero de repente se quedó pálido.- ARgghhh
Miguel y ________ se acercaron de golpe y Joe sacó varias camisas con la manga derecha abierta de un corte que iba desde el puño hasta más arriba del codo.
_¿Que cara*jo le has hecho a mi ropa? -Exclamó. Y tuvo un presentimiento, y siguió rebuscando hasta encontrar los pantalones, y los levantó.
________ se echó a reír y Miguel lo miraba sin comprender. La pierna derecha del vaquero estaba cortada más arriba de medio muslo mientras que la otra estaba entera. Parecía un cruce entre unos shorts y un vaquero normal.
_Eran unos Levis... Me acabas de destrozar unos pantalones de 150 dólares... -Dijo con voz ahogada. Aquellos vaqueros habían estado en Tailandia, Alemania y en Alaska... Pero no habían podido resistir a Miguel.
Miguel lo miró ofendido:
_Vale guapo, si consigues meter esa escayola en unos pantalones normales me trago esos vaqueros. -Se sentó en la silla cruzando los brazos malhumorado.
Joe abrió la boca para contestar pero no se le ocurrió nada mejor que decirle. Era verdad, y él no se había fijado en eso. De mala gana y entre dientes le dijo:
_Vale... . Tinsrazn....
Miguel se inclinó hacia delante y dijo parpadeando:_ ¿Qué?
_Quetinsrazn ... -Repitió Joe, entecerrando los ojos.
_¿Que qué?- Dijo Miguel de nuevo, sonriendo bobamente, porque o había entendido, pero quería que lo repitiese.
_¡¡¡Que tienes razón!!! - Exclamó Joe cansado. Iba a tener que comprarse ropa barata para cortarla. Miró a ________ que todavía se reía de los vaqueros y le preguntó: _¿A qué hora crees que me podré ir?
_A este paso en una o dos.- Comentó ________ sonriendo. De hecho si por Joe fuese ya habría salido aunque fuera desnudo.- ¿Te duchas mientras consigo los papeles... ?
Joe sonrió y dijo bajando la voz:
_Te podrías duchar conmigo...
________ se puso colorada y lo cogió del camisón acercándolo a ella para besarlo. Miguel que seguía sentado en el sillón puso los ojos en blanco y miró para la puerta, pero cuando ella le echó los brazos al cuello y Joe soltó las muletas para abrazarla, Miguel se revolvió en el sillón.
Ellos dos parrecían ignorarlo, y de hecho lo hacían, ________ lo besaba como si se le acabase el mundo, y Joe no se quedaba atrás, sujetándola contra él con el brazo escayolado y subiendo el otro por la espalda.
Miguel estoico aguantó 120 segundos y después soltó una tosecilla, otros 20 segundos y pasó a una tos de asmático, y visto que a los 180 segundos seguían pasando de él, se levantó y metió entre las dos cabezas una mascarilla de oxígeno.
Joe se apartó de mala gana y ________ lo miró visiblemente enfadada.
_¿Qué haces?- Dijo irritada y mirándolo con los ojos entrecerrados.
Miguel sostuvo la mascarilla y les sonrió fastidiado:
_Si seguís así lo vais a necesitar.
________ le apartó la mascarilla de un manotazo, y se levantó arreglándose la ropa, sin dirigirle más que un gruñido a Miguel, salió para pedirle los papeles al médico de Joe.
_Eres de lo más inoportuno ¿Sabías? –Le dijo Joe a Miguel.
_Me lo dicen siempre papá…. –Sonrió Miguel, y se sentó a su lado guiñándole un ojo:- Si quieres te ayudo a ducharte…
Joe se quedó un segundo en silencio y después estalló en carcajadas:
_Ni muerto, mi rey, ni muerto. Antes me ahogo en la ducha….
Miguel sonrió y cambió la cara para fingir estar ofendido:
_Muchas personas se quieren duchar conmigo.. Te lo estás perdiendo.
Joe se rió y le dio unas palmaditas mientras se colocaba las muletas para andar –a su estilo- al baño.
_Ya… pero me parece que todas esas personas son mujeres, y que Any las mataría como se acercasen a tu ducha.
Miguel aprovechó que Joe se había levantado para tumbarse en la cama, y lo miró sonriendo desde las almohadas.
_¿Le has dado ya ese paquete?- Dijo con tono despreocupado.
_¿Qué paquete?- Dijo Joe que estaba intentando mantener el equilibrio y abrir la puerta de aquel baño a la vez.
_No te hagas el tonto… El paquete de Acapulco… -Añadió Miguel.
Joe levantó la cabeza y abandonó la idea de darle una patada a la puerta, lo miró suspicaz:
_¿Porqué piensas que no es para mí?
Miguel sonrió con cara de sabelotodo y aquellos hoyuelos le aparecieron en las mejillas.
_Verás, olvidas que estás hablando con Miguel Arango… He regalado cosas a chicas desde que tengo 16 años. – Esperó un segundo a que Joe dejara de bufar y continuó:_ Además, mi padre compraba a cierto joyero de Acapulco que, casualmente, es el mismo que remite el paquete… No hay que ser muy listo para adivinar…
Joe sonrió y empujó el picaporte con el codo, para abrirlo. Antes de meterse en el baño dijo:
_No pienso decirte qué hay en el paquete, y tampoco pienso regalarlo dentro de un hospital, así que Don Juan charro, no seas intenso, y pásame la ropa.
…………
18.00h
Joe se dejó caer en el sillón y cerró los ojos con un suspiro fortísimo. Verne, lo miraba desde el suelo levantando las orejas, y moviendo el rabo. Después de pensárselo un rato, verne dio media vuelta y se alejó del sofá, para coger carrerilla y saltar a su lado. El perro, se tumbó apoyando la cabeza en la escayola.
________ lo miró desde la puerta y sonrió:
_Creo que te echaba de menos.
Joe apoyó la mano sobre la cabeza y acarició el pelo al perro:
_Tengo un encanto especial para los animalitos…
________ se sentó en el sofá al otro lado y apoyó la cabeza en el hombro de él:
_¿No estás cansado?
_Nop. –Dijo Joe y lo decía en serio. A pesar de que habían tardado más de tres horas en conseguir los papeles, que los firmasen los médicos y Joe, salir del hospital, y llegar a la casa de ________, él se encontraba superbien. Mejor que bien, estaba tranquilo y hasta las escayolas le parecían algo estupendo.
________ lo miró con cautela y lo inspeccionó de cerca:
_Sabes que has tenido un accidente de coche gravísimo, ¿verdad? O esa parte se te ha olvidado.
Joe la miró y se rió:
_Mira no me acordaba de eso….- Le apartó un mechón de pelo de la cara y se lo colocó con cuidado detrás de la oreja. - … Pero estoy bien, y si te acercas más mejor…. Aquí no hay Miguelitos que valgan.
________ mantuvo una expresión desconfiada unos segundos más, pero se le pasó pronto cuando él puso cara de cachorrito abandonado. Ella se acercó un poco y le pasó la mano por el pelo, apartándolo de la cara.
_Te ha crecido el pelo…- Comentó en voz bajita. Pasando entre los dedos un mechón ondulado.
Joe cerró los ojos al sentir la yema de los dedos en el cuero cabelludo. El calor que desprendían se filtraba y lo sentía en los huesos. Si fuera un gato, estaría ronroneando, pero en su lugar soltó un gruñido.
________ dejó de mover la mano y sonrió:
_¿Qué ha sido eso?- le dijo haciéndose la tonta.
Joe parpadeó y la miró sonriente:
_Nada… Ni idea de lo que hablas….
________ se inclinó y se acercó a él lo suficiente como para que él la sintiese respirar a su lado.
_Has gruñido…Joe…
Joe la besó un segundo, y se separó.
_A tu lado lo mínimo que puedo hacer es gruñir.
________ sonrió y lo besó, por una vez sin interrupciones de ningún tipo, sin enfermeras, médicos, migueles u otras. Verne, levantó la cabeza de la pierna de Joe y los miró levantando las orejas. Pareció considerar que no le iban a hacer más caso y volvió a dormir.
En ese momento, el teléfono comenzó a sonar y ________ hizo el intento de separarse, pero Joe le retuvo el labio inferior con los dientes. Ella se paró y el comentó:
-Como respondas… No respondo yo…
Ella se rió y tras tres timbrazos más, el contestador saltó. Joe le estaba besando el cuello, cuando la voz de un desconocido empezó a hablar.
_...Soy el teniente López de la Policía, estamos investigando el caso del Dr. Azpetegui, y tenemos nueva información que quisiera compartir con el Sr. Jonas… Cuando pueda póngase en contacto al número 9 155 236…
________ se maldijo pero se separó y alargó la mano para coger el teléfono.
_... ¿Bueno?… - Preguntó para ver si el policía seguía a la escucha, y él le contestó- Un momento… - Dijo con la voz entrecortada y le pasó el teléfono a Joe que la miraba enfadado.
_¿Señor Jonas?....- Preguntó confuso el teniente que no oía a nadie al otro lado. - ¿Está ahí?
Joe puso los ojos en blanco y dijo:
_Si… Dígame ¿qué quiere saber?
López suspiró y miró las notas que había tomado aquella mañana, y dijo:
_¿Conoce a alguien llamado Adrián Greco?- preguntó esperanzado.
Joe pensó pero no le sonaba para nada:
_Lo siento, pero ni idea. No conozco a ningún Adrián ni tampoco a nadie griego. ¿Porqué?
López suspiró de nuevo, esta vez más fuerte. Así que había mentido el doctorcito, esta vez había estado casi seguro de que decía la verdad.
_Verá… Azpetegui asegura que un tal Greco había ordenado su muerte. Pensé que merecía la pena investigarlo.
Joe se quedó mudo, pero se recuperó:
_No… no conozco a nadie llamado así. Lo siento.
El policía se frotó el puente de la nariz y sacudió la cabeza:
_No tiene nada que sentir Sr. Jonas, si averiguamos algo más, se lo haremos saber.
Joe colgó y se quedó extrañado unos segundos. ________ lo miraba inquisitiva, pero él decidió apartar aquellos pensamientos de su mente. Iñaki era una rata rastrera y posiblemente intentaba de salir de la carcel de cualquier manera.
_¿Dónde nos habíamos quedado pelirroja?- Dijo sonriente. Y lo siguiente que supo fue que ella lo besaba.
Listo chicas espero les guste el maraton
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
jeeje joe solo piensa en la rayiz!!
siguelaaaaaaaaaaaa
gracias x la maraton!!! :D
siguelaaaaaaaaaaaa
gracias x la maraton!!! :D
jamileth
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capitulo 104
López se sentó en la misma habitación donde habían pasado la mañana con Iñaki y esperó a que le trajeran al detenido. Mientras hacía tiempo, repasaba las notas que tenía en un cuaderno a rayas.
No había encontrado nada sobre Adrián Greco en los archivos policiales, pero no quería que su interrogado lo supiese, para ver cómo se comportaba hoy. Lo estaría vigilando atentamente, mientras le preguntaba sobre el otro cargo que se le imputaba, además del de intento de asesinato, estaba acusado de chantaje.
Sin embargo no podía dejar de pensar en aquel Adrián.
Adrián Greco… Estaba escrito por todas las hojas, en letra más grande y otra más pequeña, tachado, subrayado y rodeado por líneas gruesas en su cuaderno.
Ese nombre, presentía López le iba a llevar por la calle de la amargura. Tenía el presentimiento.
Y después de hablar con Jonas, tendría que empezar a admitir que le estaba mintiendo el doctor. Pero….
Pero López llevaba años interrogando a delincuentes de todo tipo, y los distinguía bien. Los había con un código de silencio tan férreo que costaba que dijesen hasta su propio nombre. Y por otro lado tenía a los que cantaban a la primera. Y sabía, como sabía que el cielo afuera era gris oscuro, que Azpetegui no sería de los que guardan silencio, mucho menos cuando eso implicaba quedarse en la cárcel.
Golpeteó con el bolígrafo el cuaderno, el rítmico sonido calmándolo y haciéndolo pensar. Quería y debía resolver ese caso cuanto antes. No sólo porque no quería rodearse de Iñaki más veces de las necesarias, sino porque sus superiores exigían resultados.
Querían condenar a alguien y hacerlo ya. Y si era alguien de clase media-alta, mejor, de ese modo podían usar el caso de Azpetegui como respuesta a las constantes acusaciones de favoritismo hacia los sectores más favorecidos, de ensañamiento policial y de injusticia hacia la clase baja. Y asegurar que todo el mundo es igual ante los ojos ciegos de la justicia.
López sonrió amargo, una de las muchas mentiras que se cuentan, y que quieren que la gente se trague. Nadie es igual. Suspiró y siguió golpeando el bolígrafo.
Él prefería condenar a los responsables.
Por un lado no cabía duda de que Azpetegui era culpable, eran muchas las pruebas en su contra, y para colmo fue pillado in fraganti tratando de asesinar al fotógrafo aquel. Pero, y en este caso parecía haber muchos “peros”, aún le faltaba el motivo.
Todo crimen tiene un móvil, -salvo los de los asesinos psicópatas, en los que el móvil es el asesinato en sí; sin embargo por muy desagradable que fuera Azpetegui, no era ni de lejos un psicópata-. Todo crimen tiene un móvil, y ha de ser lo suficientemente poderoso como para poner en riesgo la vida que uno tiene, a perderlo todo…. Y francamente, después de conocer a Iñaki dudaba que fuera capaz de sentir algo por una mujer tan potente como para matar por despecho.
Ese tipo parecía sentir solamente sentimientos por si mismo… Así que no creía que fuera a matar a Jonas por una novia…
Pero…. Si ese Adrián no existía…el motivo tampoco existía….
Golpeó más fuerte el bolígrafo y la mina del lápiz se rompió.
_¡Jo*der! – Masculló por lo bajo y en aquel preciso momento Iñaki hizo su aparición en la sala.
……..
Christian entró en la habitación sin hacer ruido, y cerró la puerta con cuidado. Parpadeó unos instantes hasta que se acostumbró a la débil luz de los fluorescentes, y dejó el abrigo doblado sobre una de las sillas más cercanas a la puerta.
Amanda, o Elena Fernández como decía el historial sobre la cama, tenía los ojos cerrados y parecía dormir, pero lo habían llamado para decirle que esa misma tarde, había despertado.
De hecho el médico con el que acababa de hablar –el mismo de la noche del disparo- le había dicho que tenía mucha, muchísima suerte, y que parecía estar entrando en una zona de estabilidad dentro de su gravedad.
Se acercó a la cama y arrastró con cuidado una de las sillas, con un sonoro suspiro de cansancio se dejó caer en ella. Y miró a su alrededor.
Él no entendía nada de nada de medicina, aunque tenía un vago conocimiento de la utilidad de algunos de los aparatos. Cualquiera que hubiera visto la televisión alguna vez, sabía algo.
Su madrastra tenía mejor aspecto, menos pálida y las ojeras no eran tan visibles como la última vez. Seguía, sin embargo, pareciendo demasiado menuda para estar en aquella cama; la cama y los aparatos hacían que pareciese una muñeca abandonada.
Se inclinó un poco más, examinando la mascarilla de oxígeno, y casi se cae de la silla cuando ella parpadeó y lo miró.
_Ahh…- Exclamó y se echó hacia atrás del susto.
En la mirada de ella brillo un destello de diversión, y eso hizo que Christian se recompusiese y se volviera a sentar cerca de ella. No quería que la primera imagen que tuviera ella fuese la de su hijastro haciendo el payaso frente a su cama.
_Hola…- Empezó tratando de parecer una persona decente, y puso su mejor sonrisa.
Se oyeron unos ruidos, y Chris tardó en darse cuenta de que era Amanda tratando de hablar con la mascarilla puesta. Se sintió como un tonto, y se adelantó a bajársela y dejarla bajo la barbilla.
Amanda se humedeció los labios resecos del oxígeno:
_Hola…- Parecía un susurro, de hecho en otra habitación no lo hubiera oído.
Chris no recordaba haberse sentido tan aliviado en toda su vida. Era casi como si hubiera tenido una tonelada de acero sobre los hombros y ahora se la habían quitado de encima. Amanda hablaba… Si alguien habla es que está intacto.
_Menudo susto nos has dado…- Dijo en voz baja para no molestarla, y una leve sonrisa apareció en los labios de ella.
Amanda parpadeó unos segundos y pareció buscar detrás de Christian, como si estuviera comprobando que no había nadie detrás.
Chris siguió el recorrido de su mirada y le aseguró:
_No hay nadie… Sólo estamos tu y yo.- Dijo para tranquilizarla, porque supuso que tenía miedo de que alguien intentase hacerle daño.
_¿Ma..Martín?- Dijo Amanda con aquella voz bajísma, y parte de la luz de sus ojos se oscureció.
Chris se sintió culpable, porque no había traído a su padre a verla. Pero antes quería asegurarse de que ella estaba realmente bien, y que no se les iba a morir delante. Quedarse huérfano de golpe era lo que menos le apetecía.
_Está en casa, esperándote…- Dijo con lo que intentaba fuese un tono alegre, pero Amanda era demasiado inteligente, incluso tras un balazo para él.
Amanda lo miró unos segundos y asintió imperceptiblemente, entendía lo que él no quería decir…
_¿Rober..ta? - preguntó. Y algo pareció pasar por su cara, algo como una sombra, pero a la luz horrible de aquellos fluorescentes era imposible decirlo.
Chris sonrió con mayor confianza:
_Ha llevado a casa a su novio… También ha estado ingresado en el hospital.- Chris dudó sobre si explicarle toda la historia, y también dudo sobre si hacerle preguntas ahora sería demasiado para su estado.
Amanda lo miró con curiosidad e interés y se esforzó por decir:
_Iñaki … es pelig…- En el sonido de la “Gr” se atrancó y no pudo continuar, así que Chris lo hizo por ella.
_ Es un peligroso hijo de su ching*ona madre… - Completó sonriendo. Amanda lo miró con cara de reproche, pero no se arrepintió de lo dicho. – Está detenido.
Amanda suspiró con lo que indudablemente era una mueca de alivio y cerró los ojos. Chris pensaba que se había dormido de golpe, y por si acaso le tocó el cuello para ver si la había matado del susto.
Sólo le faltaba matar a alguien para completar la semana.
Pero Amanda abrió los ojos al sentir el contacto y Chris retiró rápidamente la mano.
_No te va a volver a molestar… Lo juro…- Dijo Chris, para que al menos ella tuviera bien claro ese punto.
Amanda sacudió levemente la cabeza:
_No … sabes…nada…
Chris se sentó en el borde de la silla:
_Sé lo del chantaje… Pero no lo entiendo…. – Se mordió un labio, considerando si hacerle esa pregunta…- ¿De qué lo conoces?
…….
López miró a Iñaki sentado frente a él y, puso frente a la mesa varios papeles que le habían proporcionado la Familia Pardo y aquél joven de pelo teñido. Iñaki fur mirando las hojas sin signos de reconocerlas, y el policía preguntó con tono severo:
_¿De qué conoce a la Sra. Pardo?- Y su cara parecía decir que no intentase mentir porque no lo iba a tolerar.
Iñaki se envaró en la silla y dijo:
_¿De qué me habla?
Lopez suspiró y negó con la cabeza:
_No, no, no, no… No vaya por ahí doctor. ¿Ve esto?- Dijo sacudiendo una de las hojas frente a él. – Son pruebas de un chantaje. Así que ahórreme sus mentiras y conteste.
Iñaki lo pensó unos momentos, mientras el Tap, tap, tap, de López le taladraba la cabeza. Era sorprendente lo molesto que podía llegar a ser. El policía aquel no parecía ir a cansarse y no le quedó más remedio que mascullar:
_Mexlan.
….
_Mexlan. – Dijo Amanda con dificultad, y cerró los ojos unos instantes para aclarar las ideas y poder exponerlas coherentemente.
Chris esperó a que ella recuperase el aliento y mientras, sirvió agua en un vaso y le puso una para que bebiera.
Sabía que la respiración de las mascarillas reseca la boca, y hacía más difícil hablar.
….
_¿Mexlan? –Preguntó confuso López. E hizo memoria hasta recordar las protestas de hacía doce años. Habían detenido a mucha gente por quemar mobiliario público y por desorden. - ¿Habla de la bancarrota del 95?
Iñaki asintió de mala gana y explicó:
_Técnicamente se declararon en bancarrota, pero lo que pasó fue que los ejecutivos se largaron con el dinero de los inversores.
López lo miró y recordó lo que Iñaki había contado el día anterior, sobre que su familia se había arruinado.
_¿Eso tuvo que ver con la situación económica de su familia?
Iñaki sonrió con amargura:
_Esa es una manera muy diplomática de decirlo. Lo perdimos todo. O casi todo.
_¿Y ella fue uno de esos ejecutivos? –Preguntó López tratando de entender mejor la conversación.
……..
Amanda bebió a través de la pajita y echó de nuevo la cabeza sobre la almohada, y lo miró:
_Yo trabajaba en Mexlan. Antes de la bancarrota. Era asistente de inversiones exter…
_Externas .- Completó Chris tratando de ayudar, y ella asintió.
_Al prin…cipio…. Todo era nor…mal. – Dijo Amanda y pareció mirar más allá de Chris y estár viendo algo que no estaba allí.- Las inversion…es eran buenas… Pero desp… después de unos meses me dí cuenta….
…..
Iñaki negó con la cabeza y estiró las piernas:
_Ella se dio cuenta de que las inversiones eran falsas. – Al ver que López no entendía, decidió explicarse.- Verá, buscaban nuevos inversores, y con el dinero de estas familias pagaban los beneficios a los inversores más viejos, y así continuamente, compraban sus propias acciones para hinchar el valor en bolsa… Básicamente estaban mareando el dinero, llevando una pequeña cantidad de un lado para otro, y se quedaban con lo demás.
_¿Y…? – Insistió López.
_Y quiso denunciarlos a la comisión de valores.- Dijo con un gruñido.
……………
_¿Y los denunciaste? – Preguntó Christian ansioso inclinándose sobre el borde de la silla.
Amanda, que hasta entonces había hablado con dificultad, pero tranquilamente, volvió a mirarlo y negó. Parecía triste y avergonzada.
_Era asistente, de inversiones… Mi jefe había usado mi firma para much….- Se ahogó, y cerró los ojos.
Pero Chris asintió. En muchos trabajos a pesar de que los proyectos estén a nombre de un superior, los que firman y se dejan la sangre son los subordinados. Y si tienes que hacer algo ilegal, mejor la firma de alguien que trabaja para ti que la tuya propia, que te puede incriminar.
_¿Por eso te fuiste?- Dijo recordando lo que Mayté había dicho, que se había largado de la noche a la mañana, sin nada, sin sueldo y sin carta de recomendación…
Amanda asintió:
_Trab….ajar allí fue la peor decisión de mi vida. …- Dijo con la voz quebrada. – Me arre….pentí todos estos años… Y entonces apareció Iñaki…
…………
_¿Cómo le hizo chantaje? – Preguntó López, aunque ya lo suponía. Las palabras de Iñaki sólo terminaron de confirmarlo.
_Tuve acceso a algunos de aquellos papeles. – Dijo con una sonrisa torva, estaba orgulloso de eso, porque no había necesitado a Adrián para aquello.- Y ella no quería que nadie se enterara de que había participado en Mexlan… Es lo que tiene la gente honrada…
_¿Cómo los consiguió? – Preguntó López.
……………
Amanda miró a Christian:
_Su padre…- Dijo con un suspiro recordando a su jefe:_ Su padre fue uno de los contables de Mexlan… Yo traba…jaba para él…
Christian soltó un silbido por lo bajo, y se echó atrás en la silla pensando. Había algo que no le cuadraba.
_¿Y porqué vengarse? No lo entiendo…. ¿Su padre no se llevó dinero?
…………….
López miró a Iñaki esperando a que él respondiese. Hasta ahora había contestado bien contento, pero ahora parecía pensárselo mejor. Con cara de desear estar lo más lejos posible de aquella sala, contestó:
_Mi padre no era uno de los principales de la empresa. Cuando Amanda amenazó con ir a la comisión de valores, la junta se inquietó. Decidieron robar lo que quedaba de capital y declararon la bancarrota.
López lo miró tratando de escribir al mismo tiempo. Al ver que se había callado añadió:
_¿Y….?
Iñaki lo miró con rabia:
_A mi padre se le había pagado generosamente todos aquellos años de doble contabilidad y de amaños con el dinero. Pero cuando huyeron lo dejaron de cabeza de turco. – Cada palabra le salía más fuerte y más irritada. -Mi padre quedó en la ruina, condenado por desfalco e inversiones fraudulentas. Se libró de ir a la cárcel por sus amistades que le debían favores.
López lo entendió casi todo, no necesitaba que siguiera, pero Iñaki añadió:
_Mi vida y la de mi familia arruinada por una zorra que se las quiso dar de honrada. …. Por eso la chantajeaba.
………..
_¿Qué fue de Azpetegui?- Preguntó Chris cuando Amanda terminó de hablar.
Ella lo miró e hizo el intento de encogerse de hombros:
_Decían que se encerró en su casa y murió allí amargado… - Suspiró y dijo:
_La verdad es que no lo sé…
Chris asintió y decidió parar de preguntar. Merecía descansar mientras él terminaba de darle vueltas al asunto.
López se sentó en la misma habitación donde habían pasado la mañana con Iñaki y esperó a que le trajeran al detenido. Mientras hacía tiempo, repasaba las notas que tenía en un cuaderno a rayas.
No había encontrado nada sobre Adrián Greco en los archivos policiales, pero no quería que su interrogado lo supiese, para ver cómo se comportaba hoy. Lo estaría vigilando atentamente, mientras le preguntaba sobre el otro cargo que se le imputaba, además del de intento de asesinato, estaba acusado de chantaje.
Sin embargo no podía dejar de pensar en aquel Adrián.
Adrián Greco… Estaba escrito por todas las hojas, en letra más grande y otra más pequeña, tachado, subrayado y rodeado por líneas gruesas en su cuaderno.
Ese nombre, presentía López le iba a llevar por la calle de la amargura. Tenía el presentimiento.
Y después de hablar con Jonas, tendría que empezar a admitir que le estaba mintiendo el doctor. Pero….
Pero López llevaba años interrogando a delincuentes de todo tipo, y los distinguía bien. Los había con un código de silencio tan férreo que costaba que dijesen hasta su propio nombre. Y por otro lado tenía a los que cantaban a la primera. Y sabía, como sabía que el cielo afuera era gris oscuro, que Azpetegui no sería de los que guardan silencio, mucho menos cuando eso implicaba quedarse en la cárcel.
Golpeteó con el bolígrafo el cuaderno, el rítmico sonido calmándolo y haciéndolo pensar. Quería y debía resolver ese caso cuanto antes. No sólo porque no quería rodearse de Iñaki más veces de las necesarias, sino porque sus superiores exigían resultados.
Querían condenar a alguien y hacerlo ya. Y si era alguien de clase media-alta, mejor, de ese modo podían usar el caso de Azpetegui como respuesta a las constantes acusaciones de favoritismo hacia los sectores más favorecidos, de ensañamiento policial y de injusticia hacia la clase baja. Y asegurar que todo el mundo es igual ante los ojos ciegos de la justicia.
López sonrió amargo, una de las muchas mentiras que se cuentan, y que quieren que la gente se trague. Nadie es igual. Suspiró y siguió golpeando el bolígrafo.
Él prefería condenar a los responsables.
Por un lado no cabía duda de que Azpetegui era culpable, eran muchas las pruebas en su contra, y para colmo fue pillado in fraganti tratando de asesinar al fotógrafo aquel. Pero, y en este caso parecía haber muchos “peros”, aún le faltaba el motivo.
Todo crimen tiene un móvil, -salvo los de los asesinos psicópatas, en los que el móvil es el asesinato en sí; sin embargo por muy desagradable que fuera Azpetegui, no era ni de lejos un psicópata-. Todo crimen tiene un móvil, y ha de ser lo suficientemente poderoso como para poner en riesgo la vida que uno tiene, a perderlo todo…. Y francamente, después de conocer a Iñaki dudaba que fuera capaz de sentir algo por una mujer tan potente como para matar por despecho.
Ese tipo parecía sentir solamente sentimientos por si mismo… Así que no creía que fuera a matar a Jonas por una novia…
Pero…. Si ese Adrián no existía…el motivo tampoco existía….
Golpeó más fuerte el bolígrafo y la mina del lápiz se rompió.
_¡Jo*der! – Masculló por lo bajo y en aquel preciso momento Iñaki hizo su aparición en la sala.
……..
Christian entró en la habitación sin hacer ruido, y cerró la puerta con cuidado. Parpadeó unos instantes hasta que se acostumbró a la débil luz de los fluorescentes, y dejó el abrigo doblado sobre una de las sillas más cercanas a la puerta.
Amanda, o Elena Fernández como decía el historial sobre la cama, tenía los ojos cerrados y parecía dormir, pero lo habían llamado para decirle que esa misma tarde, había despertado.
De hecho el médico con el que acababa de hablar –el mismo de la noche del disparo- le había dicho que tenía mucha, muchísima suerte, y que parecía estar entrando en una zona de estabilidad dentro de su gravedad.
Se acercó a la cama y arrastró con cuidado una de las sillas, con un sonoro suspiro de cansancio se dejó caer en ella. Y miró a su alrededor.
Él no entendía nada de nada de medicina, aunque tenía un vago conocimiento de la utilidad de algunos de los aparatos. Cualquiera que hubiera visto la televisión alguna vez, sabía algo.
Su madrastra tenía mejor aspecto, menos pálida y las ojeras no eran tan visibles como la última vez. Seguía, sin embargo, pareciendo demasiado menuda para estar en aquella cama; la cama y los aparatos hacían que pareciese una muñeca abandonada.
Se inclinó un poco más, examinando la mascarilla de oxígeno, y casi se cae de la silla cuando ella parpadeó y lo miró.
_Ahh…- Exclamó y se echó hacia atrás del susto.
En la mirada de ella brillo un destello de diversión, y eso hizo que Christian se recompusiese y se volviera a sentar cerca de ella. No quería que la primera imagen que tuviera ella fuese la de su hijastro haciendo el payaso frente a su cama.
_Hola…- Empezó tratando de parecer una persona decente, y puso su mejor sonrisa.
Se oyeron unos ruidos, y Chris tardó en darse cuenta de que era Amanda tratando de hablar con la mascarilla puesta. Se sintió como un tonto, y se adelantó a bajársela y dejarla bajo la barbilla.
Amanda se humedeció los labios resecos del oxígeno:
_Hola…- Parecía un susurro, de hecho en otra habitación no lo hubiera oído.
Chris no recordaba haberse sentido tan aliviado en toda su vida. Era casi como si hubiera tenido una tonelada de acero sobre los hombros y ahora se la habían quitado de encima. Amanda hablaba… Si alguien habla es que está intacto.
_Menudo susto nos has dado…- Dijo en voz baja para no molestarla, y una leve sonrisa apareció en los labios de ella.
Amanda parpadeó unos segundos y pareció buscar detrás de Christian, como si estuviera comprobando que no había nadie detrás.
Chris siguió el recorrido de su mirada y le aseguró:
_No hay nadie… Sólo estamos tu y yo.- Dijo para tranquilizarla, porque supuso que tenía miedo de que alguien intentase hacerle daño.
_¿Ma..Martín?- Dijo Amanda con aquella voz bajísma, y parte de la luz de sus ojos se oscureció.
Chris se sintió culpable, porque no había traído a su padre a verla. Pero antes quería asegurarse de que ella estaba realmente bien, y que no se les iba a morir delante. Quedarse huérfano de golpe era lo que menos le apetecía.
_Está en casa, esperándote…- Dijo con lo que intentaba fuese un tono alegre, pero Amanda era demasiado inteligente, incluso tras un balazo para él.
Amanda lo miró unos segundos y asintió imperceptiblemente, entendía lo que él no quería decir…
_¿Rober..ta? - preguntó. Y algo pareció pasar por su cara, algo como una sombra, pero a la luz horrible de aquellos fluorescentes era imposible decirlo.
Chris sonrió con mayor confianza:
_Ha llevado a casa a su novio… También ha estado ingresado en el hospital.- Chris dudó sobre si explicarle toda la historia, y también dudo sobre si hacerle preguntas ahora sería demasiado para su estado.
Amanda lo miró con curiosidad e interés y se esforzó por decir:
_Iñaki … es pelig…- En el sonido de la “Gr” se atrancó y no pudo continuar, así que Chris lo hizo por ella.
_ Es un peligroso hijo de su ching*ona madre… - Completó sonriendo. Amanda lo miró con cara de reproche, pero no se arrepintió de lo dicho. – Está detenido.
Amanda suspiró con lo que indudablemente era una mueca de alivio y cerró los ojos. Chris pensaba que se había dormido de golpe, y por si acaso le tocó el cuello para ver si la había matado del susto.
Sólo le faltaba matar a alguien para completar la semana.
Pero Amanda abrió los ojos al sentir el contacto y Chris retiró rápidamente la mano.
_No te va a volver a molestar… Lo juro…- Dijo Chris, para que al menos ella tuviera bien claro ese punto.
Amanda sacudió levemente la cabeza:
_No … sabes…nada…
Chris se sentó en el borde de la silla:
_Sé lo del chantaje… Pero no lo entiendo…. – Se mordió un labio, considerando si hacerle esa pregunta…- ¿De qué lo conoces?
…….
López miró a Iñaki sentado frente a él y, puso frente a la mesa varios papeles que le habían proporcionado la Familia Pardo y aquél joven de pelo teñido. Iñaki fur mirando las hojas sin signos de reconocerlas, y el policía preguntó con tono severo:
_¿De qué conoce a la Sra. Pardo?- Y su cara parecía decir que no intentase mentir porque no lo iba a tolerar.
Iñaki se envaró en la silla y dijo:
_¿De qué me habla?
Lopez suspiró y negó con la cabeza:
_No, no, no, no… No vaya por ahí doctor. ¿Ve esto?- Dijo sacudiendo una de las hojas frente a él. – Son pruebas de un chantaje. Así que ahórreme sus mentiras y conteste.
Iñaki lo pensó unos momentos, mientras el Tap, tap, tap, de López le taladraba la cabeza. Era sorprendente lo molesto que podía llegar a ser. El policía aquel no parecía ir a cansarse y no le quedó más remedio que mascullar:
_Mexlan.
….
_Mexlan. – Dijo Amanda con dificultad, y cerró los ojos unos instantes para aclarar las ideas y poder exponerlas coherentemente.
Chris esperó a que ella recuperase el aliento y mientras, sirvió agua en un vaso y le puso una para que bebiera.
Sabía que la respiración de las mascarillas reseca la boca, y hacía más difícil hablar.
….
_¿Mexlan? –Preguntó confuso López. E hizo memoria hasta recordar las protestas de hacía doce años. Habían detenido a mucha gente por quemar mobiliario público y por desorden. - ¿Habla de la bancarrota del 95?
Iñaki asintió de mala gana y explicó:
_Técnicamente se declararon en bancarrota, pero lo que pasó fue que los ejecutivos se largaron con el dinero de los inversores.
López lo miró y recordó lo que Iñaki había contado el día anterior, sobre que su familia se había arruinado.
_¿Eso tuvo que ver con la situación económica de su familia?
Iñaki sonrió con amargura:
_Esa es una manera muy diplomática de decirlo. Lo perdimos todo. O casi todo.
_¿Y ella fue uno de esos ejecutivos? –Preguntó López tratando de entender mejor la conversación.
……..
Amanda bebió a través de la pajita y echó de nuevo la cabeza sobre la almohada, y lo miró:
_Yo trabajaba en Mexlan. Antes de la bancarrota. Era asistente de inversiones exter…
_Externas .- Completó Chris tratando de ayudar, y ella asintió.
_Al prin…cipio…. Todo era nor…mal. – Dijo Amanda y pareció mirar más allá de Chris y estár viendo algo que no estaba allí.- Las inversion…es eran buenas… Pero desp… después de unos meses me dí cuenta….
…..
Iñaki negó con la cabeza y estiró las piernas:
_Ella se dio cuenta de que las inversiones eran falsas. – Al ver que López no entendía, decidió explicarse.- Verá, buscaban nuevos inversores, y con el dinero de estas familias pagaban los beneficios a los inversores más viejos, y así continuamente, compraban sus propias acciones para hinchar el valor en bolsa… Básicamente estaban mareando el dinero, llevando una pequeña cantidad de un lado para otro, y se quedaban con lo demás.
_¿Y…? – Insistió López.
_Y quiso denunciarlos a la comisión de valores.- Dijo con un gruñido.
……………
_¿Y los denunciaste? – Preguntó Christian ansioso inclinándose sobre el borde de la silla.
Amanda, que hasta entonces había hablado con dificultad, pero tranquilamente, volvió a mirarlo y negó. Parecía triste y avergonzada.
_Era asistente, de inversiones… Mi jefe había usado mi firma para much….- Se ahogó, y cerró los ojos.
Pero Chris asintió. En muchos trabajos a pesar de que los proyectos estén a nombre de un superior, los que firman y se dejan la sangre son los subordinados. Y si tienes que hacer algo ilegal, mejor la firma de alguien que trabaja para ti que la tuya propia, que te puede incriminar.
_¿Por eso te fuiste?- Dijo recordando lo que Mayté había dicho, que se había largado de la noche a la mañana, sin nada, sin sueldo y sin carta de recomendación…
Amanda asintió:
_Trab….ajar allí fue la peor decisión de mi vida. …- Dijo con la voz quebrada. – Me arre….pentí todos estos años… Y entonces apareció Iñaki…
…………
_¿Cómo le hizo chantaje? – Preguntó López, aunque ya lo suponía. Las palabras de Iñaki sólo terminaron de confirmarlo.
_Tuve acceso a algunos de aquellos papeles. – Dijo con una sonrisa torva, estaba orgulloso de eso, porque no había necesitado a Adrián para aquello.- Y ella no quería que nadie se enterara de que había participado en Mexlan… Es lo que tiene la gente honrada…
_¿Cómo los consiguió? – Preguntó López.
……………
Amanda miró a Christian:
_Su padre…- Dijo con un suspiro recordando a su jefe:_ Su padre fue uno de los contables de Mexlan… Yo traba…jaba para él…
Christian soltó un silbido por lo bajo, y se echó atrás en la silla pensando. Había algo que no le cuadraba.
_¿Y porqué vengarse? No lo entiendo…. ¿Su padre no se llevó dinero?
…………….
López miró a Iñaki esperando a que él respondiese. Hasta ahora había contestado bien contento, pero ahora parecía pensárselo mejor. Con cara de desear estar lo más lejos posible de aquella sala, contestó:
_Mi padre no era uno de los principales de la empresa. Cuando Amanda amenazó con ir a la comisión de valores, la junta se inquietó. Decidieron robar lo que quedaba de capital y declararon la bancarrota.
López lo miró tratando de escribir al mismo tiempo. Al ver que se había callado añadió:
_¿Y….?
Iñaki lo miró con rabia:
_A mi padre se le había pagado generosamente todos aquellos años de doble contabilidad y de amaños con el dinero. Pero cuando huyeron lo dejaron de cabeza de turco. – Cada palabra le salía más fuerte y más irritada. -Mi padre quedó en la ruina, condenado por desfalco e inversiones fraudulentas. Se libró de ir a la cárcel por sus amistades que le debían favores.
López lo entendió casi todo, no necesitaba que siguiera, pero Iñaki añadió:
_Mi vida y la de mi familia arruinada por una zorra que se las quiso dar de honrada. …. Por eso la chantajeaba.
………..
_¿Qué fue de Azpetegui?- Preguntó Chris cuando Amanda terminó de hablar.
Ella lo miró e hizo el intento de encogerse de hombros:
_Decían que se encerró en su casa y murió allí amargado… - Suspiró y dijo:
_La verdad es que no lo sé…
Chris asintió y decidió parar de preguntar. Merecía descansar mientras él terminaba de darle vueltas al asunto.
Nani Jonas
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