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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
awww que lindo son :arre:
Que lindo es Guanajuato y tambien la historia del callejon
Siguela!!!
Que lindo es Guanajuato y tambien la historia del callejon
Siguela!!!
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Siguelaaa!
Me encanto! El cap un poco obsesivo ló de seguir ala rayis me encanto la historia del callejón se me hizo muy lindo! Sube un cap pronto.. :)
☎ Jimena Horan ♥
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
ayyyy amo a miguelito y a mi miguel!!!!
son tan tiernos joe y la rayis...
siguela!!!!!!!!!!!!
son tan tiernos joe y la rayis...
siguela!!!!!!!!!!!!
jamileth
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capítulo 55
Guanajuato
20.45 h
________ parpadeó y ahogó un bostezo mientras Joe se empeñaba en sacar la centésima foto al Teatro Juarez al oscurecer, y rezando internamente para que no le diera por sacar más fotos del Pipila. Sacó una botella de agua del bolso y mientras daba sorbos, se paseó por los alrededores mirando los escaparates de las tiendas.
Lanzó una mirada de reojo a Joe, pero éste estaba más concentrado en captar lo que el llamaba la “esencia de Guanajuato” y ella calificaba de tortura fotográfica. Con un suspiro de alivio vio como sacaba una tarjeta de memoria de la cámara, y la guardaba en la mochila. Sonrió, porque eso quería decir que ya no cabían más fotos dentro de la tarjetita. Eso quería decir que ya podían ir a cenar, Eso quería decir que ya lo podían pasar bien.
Joe, revolvió un poco en la mochila y sacó otra diminuta tarjeta negra, y la sonrisa se borró de la cara de Roberta. Con un gemido bien audible se acercó a él.
_Vas a gastar la piedra de tanto hacerle fotos…- dijo gruñendo.
_Solo una más y luego nos vamos por ahí…- Dijo Joe distraído.
_________ cruzó los brazos sobre el pecho:_ Es curioso, hace 50 fotos que dijiste “solo una más”.
Joe levantó la vista de la cámara, levantó una mano en el aire y sonrió:_ -Juro que sólo dos o tres más. – bajó la voz y la miró añadiendo:_ Luego si quieres te hago fotos a ti.
_________ se dio la vuelta mascullando:_ Más quisieras, mi rey…
Pero no estaba enfadada, así que esperó pacientemente en un banco, mirando a la gente pasar, y se fijó en el turista solitario que habían visto cuando salieron del callejón del beso. Un hombre grande, que sin plano ni cámara, sólo cargaba uan bolsa y leía un periódico, el mismo, desde aquella tarde y fumaba un cigarrillo tras otro.
Se lo habían cruzado en el jardín Unión, y cuando dudaron si entrar en el Museo de Diego Rivera…. Pero él parecía caminar más lento y siempre llegaba unos minutos más tarde que ellos a los lugares. Ahora acababa de llegar frente al teatro y se sentó en una cafetería a pedir un café.
Mientras lo miraba por encima de la botella de agua, la mirada del hombre y la suya se cruzaron, y él se la mantuvo con firmeza, hasta que _________ ligeramente molesta apartó la mirada. Y la concentró en su fotógrafo particular, que milagrosamente había dejado de hacer fotos y se acercaba para dejarse caer en el banco a su lado con aquella media sonrisa suya tan particular.
_________ se inclinó hacia él y apoyó la cabeza en su hombro y dijo en voz baja:
_Creo que nos están siguiendo.
Joe se sobresaltó y miró a ambos lados, recibiendo un tirón de mangas de ________ que siseó.
_¡Tchhsss, no mires! Mira que eres torpe caray.
Joe se rió bajito y susurró en tono conspiratorio:
_ ¿De verdad y quién crees que es?
_________ señaló discretamente hacia la cafetería y añadió:_ El tipo vestido de negro.
Joe fingió quitarle algo del pelo a Roberta para mirar la mesa con disimulo, y volvió a su posición normal, y Roberta lo sintió reírse a su lado.
_¿De qué te ríes ahora? –le preguntó ella de mala gana.- Podría ser un ladrón o un asesino…
Joe ahogó la risa:_ No hay nadie allí… Casi me lo creo, de verdad.
________ se dio la vuelta, sin preocuparse por el disimulo, y se quedó con la boca abierta. Era verdad, la mesa estaba vacía y allí no había nadie. Giró la cabeza y miró a ambos lados de la calle, pero el hombre no estaba allí….
Joe se levantó del banco y le tendió una mano:_ Vamos James Bond, que te tengo una sorpresa.
_________ tardó un segundo en reaccionar, pero al fin se levantó. Ella estaba segura de que el tipo aquel había estado sentado en la mesa…. Sacudió la cabeza y pensó que tal vez era un turista real, un poco raro eso sí, pero real que simplemente se había tomado algo en el café…
_Estaba ahí de verdad…- Dijo en voz baja, y Joe le lanzó una mirada sonriente.
_¿Te suelen seguir asesinos o ladrones habitualmente?- preguntó en plan de broma. ________ estuvo a punto de darle un golpe en el hombro con el puño, pero la cara le cambió.
_Mi padre…- dijo _________ un poco pálida…
_¿Era tu padre? – Dijo Joe frunciendo el ceño confuso.- Y no lo has reconocido?
_________ lo miró entrecerrando los ojos:
_No era mi padre… Pero en alguna ocasión ha mandado a alguien para averiguar como estoy….
Joe la miró con los ojos como platos, él se quejaba de su familia, pero la de _________ era tan compleja como la suya. Lo bueno del asunto era que al menos el padre de __________ se preocupaba por ella, dudaba mucho que León alguna vez se hubiera molestado en hacer lo mismo. Se echó a reír:
_ Entonces será mejor que te trate como una princesa, y no besarte en público no vaya a ser que tu padre me mate o algo peor.
_________ hizo una mueca y habló pavoneándose un poco:
_Deberías tratarme como una princesa porque lo soy… Y como no me beses seré yo misma la que te mate.
Joe le dio un beso, que por un segundo hizo que el mundo se parara y las rodillas temblasen. Los brazos de _________, parecían tener vida propia y ya se encontraban alrededor de su cuello y permanecieron dándose un beso interminable hasta que Joe se separó con una mirada maliciosa.
_Ahora sí que tu padre me perseguirá y me matará… Por deshonrar a su hija en público.
__________ se rió y lo miró con otra mirada de ese tipo:_ Tú madre me matará a mi, por deshonrar su hijo en público… Me parece que no deberíamos volver a casa…
Joe se rió y pasó un brazo por sus hombros y tiró de ella hacia el coche alquilado:
_ Verás… para una princesa tengo el lugar apropiado… Será mejor que cierres los ojos.
_No pienso cerrar los ojos… - Empezó _______, pero al momento siguiente se acordó de lo que había pasado la última vez que Joe le había pedido que cerrase los ojos… Y aquella vez le había encantado.
Joe no mentía. Tenía el mejor lugar del mundo. Un castillo de verdad. Cuando ________ se bajó del coche, lo hizo frente a un castillo. Un castillo de piedra, un castillo con jardines, … Santo Dios, un castillo en México.
_¿Es de verdad?- balbuceó.
Joe se rió mientras sacaba las bolsas del coche, y las cargaba hacia la entrada.
_100% real. El hotel Santa Cecilia. Tenemos dos noches aquí.
________ lo miró como si hubiera hablado en chino y después dio un gritito y un salto, y salió corriendo por delante de él. Joe se rió un poco más, hasta que se dio cuenta de que lo había dejado solo para llevar todas las maletas.
_________ estaba en el hall del hotel, con un entusiasmo que rozaba lo infantil. Hacía años que no se sentía así de feliz, contenta y despreocupada. Estaba haciendo cosas que no solía hacer, de hecho, nunca se dejaba besar en público por Iñaki, -tampoco es que él quisiera hacerlo porque era poco demostrativo-, ni se abrazaba, ni gastaba bromas, y como Any le solía recordar, tampoco solía reírse tanto….
Suspiró… Dios, mira que se había convertido en la persona más aburrida del planeta. Bueno, pero no por más tiempo, no al menos durante estos días.
Joe entró resoplando en el hotel y dejó caer las bolsas para que un botones se las llevase.
________ sonrió y pensó que si no lo hubiera conocido, probablemente seguiría siendo la misma.
_Gracias por ayudarme ________.- Dijo Joe con retintín.
Ella le sonrió con una cara radiante, y Joe se encogió de hombros:_ Si me miras así te juro que no puedo decirte nada malo.
_Te amo.- Dijo ________ de repente.
Joe la miró sorprendido, y se acercó a ella:_ ¿Y eso porqué pelirroja?
Ella lo abrazó y se encogió de hombros:_ Porque sí.
Joe sonrió, mientras la tenía a su lado. Algo tenía que haber hecho en otra vida para que la fortuna la hubiese puesto en su camino, no estaba seguro de qué cosa en concreto, porque se había equivocado muchas veces, y cometido grandes errores…. Pero durante estos días valían la pena sus equivocaciones, si ella estaba allí.
…………
México D.F.
Casa de Lupe.
Miguel llevaba dos horas releyendo las cartas de su padre. Las guardaba en una caja de metal en el fondo del armario, y estaban con otros tesoros particulares como el primer billete que ganó, una entrada de un concierto, un billete de avión de su viaje de fin de curso, fotos y otras tonterías que tenían sentido para él.
Sacó del sobre la última, la de su 26 cumpleaños, y saltó a uno de los párrafos que conocía casi de memoria.
“Espero hijo que no hayas dicho muchas veces “Te quiero”, porque las palabras a fuerza de repetirlas, pierden sentido. Si lo dices, dilas con sinceridad, sino lo sientes mejor emplea otra frase. Ya te enseñé varias: todas bonitas y no comprometen, pero no le digas a nadie que la quieres si no es cierto.”
Miguel suspiró. Siempre había seguido los consejos de su padre, pero ése era uno que no había hecho falta que su padre le comentase. Él sólo había querido a su familia, a algunos de sus mejores amigos y pocas veces lo había dicho. De hecho a ninguna de sus novias poco o nada permanentes, le había dicho que las quería, no había hecho falta.
Pero ahora….
Ahora se encontraba con que la única persona a la que se planteaba decir que la quería, no tenía ninguna gana de saber de él.
Se levantó del suelo donde había estado leyendo, y con un gruñido desplegó las piernas que se le habían quedado entumecidas de tenerlas dobladas tanto tiempo. Entonces una bala pequeña y morena, enfundada en un pijama de dinosaurios entró en la habitación sin llamar.
_¿A que no sabes qué? – preguntó Miguelito con voz aguda moviéndose por la habitación como una centella.
Miguel puso los ojos en blanco y preguntó al universo qué demonios había hecho él para merecer tremenda tortura. Estiró un brazo para parar al niño que se quedó parado en medio de la habitación, con una bolsa de galletas en la mano.
_¿Todavía estás en pijama? Tu madre te va a matar… - Suspiró con voz cansada.
_Tú también vas en pijama….- Protestó El niño señalando a Miguel, que no había tenido ganas de vestirse en todo el día.
_Yo soy mayor.- Contestó el otro, y le quitó la bolsa de galletas, para comer una. Miguelito no parecía muy convencido con la excusa de ser mayor, pero algo se le ocurrió:
_Yo me visto si tú te vistes.- Dijo el niño sonriendo.
Miguel alzó una negra ceja :_Se me había olvidado que eres un chantajista.
Pero a pesar de eso, se puso en pie y buscó ropa para el niño y para él. Su hermana Lupe era demasiado estricta, y si los pillaba en pijama a la hora de la cena posiblemente, Miguel tendría que aguantar toda una noche de quejas y reclamos.
Consiguió que ambos quedaran decentes, y bajó las escaleras cargando a Miguel hasta la cocina, donde María terminaba de hacer la cena y Luca, el otro niño de Lupe veía un programa de televisión.
Maria, llevaba 10 años en aquella casa, y había visto a Miguel en contadas ocasiones, pero en las últimas semanas lo encontraba cambiado. De hecho hoy parecía que había vuelto de la guerra.
_¿A que no sabes qué? – volvió a decir el niño, cuando Miguel se sentó en una silla.
_¿Qué delincuente? –suspiró Miguel otra vez mientras miraba al vacío de la moderna cocina.
_Yo sé una cosa que tu no sabes…- canturreó el niño.
Miguel lo miró con cara de pocos amigos, una mirada asesina y puso los ojos en blanco. _ No me apetece jugar Miguelito. En otro momento ¿vale?
El niño se bajo de la silla donde estaba sentado y se acercó:_ Yo sé donde está la barbie…
Miguel suspiró y asintió dándole la razón como a los locos. _ Claro, claro… - y le palmeó la cabeza como haría con un cachorrito.
El niño apartó la mano de su tío y dijo con voz más aguda, llamando la atención de todas las personas que había en la cocina.
_La barbie de esta mañana está en el jardín.
Guanajuato
20.45 h
________ parpadeó y ahogó un bostezo mientras Joe se empeñaba en sacar la centésima foto al Teatro Juarez al oscurecer, y rezando internamente para que no le diera por sacar más fotos del Pipila. Sacó una botella de agua del bolso y mientras daba sorbos, se paseó por los alrededores mirando los escaparates de las tiendas.
Lanzó una mirada de reojo a Joe, pero éste estaba más concentrado en captar lo que el llamaba la “esencia de Guanajuato” y ella calificaba de tortura fotográfica. Con un suspiro de alivio vio como sacaba una tarjeta de memoria de la cámara, y la guardaba en la mochila. Sonrió, porque eso quería decir que ya no cabían más fotos dentro de la tarjetita. Eso quería decir que ya podían ir a cenar, Eso quería decir que ya lo podían pasar bien.
Joe, revolvió un poco en la mochila y sacó otra diminuta tarjeta negra, y la sonrisa se borró de la cara de Roberta. Con un gemido bien audible se acercó a él.
_Vas a gastar la piedra de tanto hacerle fotos…- dijo gruñendo.
_Solo una más y luego nos vamos por ahí…- Dijo Joe distraído.
_________ cruzó los brazos sobre el pecho:_ Es curioso, hace 50 fotos que dijiste “solo una más”.
Joe levantó la vista de la cámara, levantó una mano en el aire y sonrió:_ -Juro que sólo dos o tres más. – bajó la voz y la miró añadiendo:_ Luego si quieres te hago fotos a ti.
_________ se dio la vuelta mascullando:_ Más quisieras, mi rey…
Pero no estaba enfadada, así que esperó pacientemente en un banco, mirando a la gente pasar, y se fijó en el turista solitario que habían visto cuando salieron del callejón del beso. Un hombre grande, que sin plano ni cámara, sólo cargaba uan bolsa y leía un periódico, el mismo, desde aquella tarde y fumaba un cigarrillo tras otro.
Se lo habían cruzado en el jardín Unión, y cuando dudaron si entrar en el Museo de Diego Rivera…. Pero él parecía caminar más lento y siempre llegaba unos minutos más tarde que ellos a los lugares. Ahora acababa de llegar frente al teatro y se sentó en una cafetería a pedir un café.
Mientras lo miraba por encima de la botella de agua, la mirada del hombre y la suya se cruzaron, y él se la mantuvo con firmeza, hasta que _________ ligeramente molesta apartó la mirada. Y la concentró en su fotógrafo particular, que milagrosamente había dejado de hacer fotos y se acercaba para dejarse caer en el banco a su lado con aquella media sonrisa suya tan particular.
_________ se inclinó hacia él y apoyó la cabeza en su hombro y dijo en voz baja:
_Creo que nos están siguiendo.
Joe se sobresaltó y miró a ambos lados, recibiendo un tirón de mangas de ________ que siseó.
_¡Tchhsss, no mires! Mira que eres torpe caray.
Joe se rió bajito y susurró en tono conspiratorio:
_ ¿De verdad y quién crees que es?
_________ señaló discretamente hacia la cafetería y añadió:_ El tipo vestido de negro.
Joe fingió quitarle algo del pelo a Roberta para mirar la mesa con disimulo, y volvió a su posición normal, y Roberta lo sintió reírse a su lado.
_¿De qué te ríes ahora? –le preguntó ella de mala gana.- Podría ser un ladrón o un asesino…
Joe ahogó la risa:_ No hay nadie allí… Casi me lo creo, de verdad.
________ se dio la vuelta, sin preocuparse por el disimulo, y se quedó con la boca abierta. Era verdad, la mesa estaba vacía y allí no había nadie. Giró la cabeza y miró a ambos lados de la calle, pero el hombre no estaba allí….
Joe se levantó del banco y le tendió una mano:_ Vamos James Bond, que te tengo una sorpresa.
_________ tardó un segundo en reaccionar, pero al fin se levantó. Ella estaba segura de que el tipo aquel había estado sentado en la mesa…. Sacudió la cabeza y pensó que tal vez era un turista real, un poco raro eso sí, pero real que simplemente se había tomado algo en el café…
_Estaba ahí de verdad…- Dijo en voz baja, y Joe le lanzó una mirada sonriente.
_¿Te suelen seguir asesinos o ladrones habitualmente?- preguntó en plan de broma. ________ estuvo a punto de darle un golpe en el hombro con el puño, pero la cara le cambió.
_Mi padre…- dijo _________ un poco pálida…
_¿Era tu padre? – Dijo Joe frunciendo el ceño confuso.- Y no lo has reconocido?
_________ lo miró entrecerrando los ojos:
_No era mi padre… Pero en alguna ocasión ha mandado a alguien para averiguar como estoy….
Joe la miró con los ojos como platos, él se quejaba de su familia, pero la de _________ era tan compleja como la suya. Lo bueno del asunto era que al menos el padre de __________ se preocupaba por ella, dudaba mucho que León alguna vez se hubiera molestado en hacer lo mismo. Se echó a reír:
_ Entonces será mejor que te trate como una princesa, y no besarte en público no vaya a ser que tu padre me mate o algo peor.
_________ hizo una mueca y habló pavoneándose un poco:
_Deberías tratarme como una princesa porque lo soy… Y como no me beses seré yo misma la que te mate.
Joe le dio un beso, que por un segundo hizo que el mundo se parara y las rodillas temblasen. Los brazos de _________, parecían tener vida propia y ya se encontraban alrededor de su cuello y permanecieron dándose un beso interminable hasta que Joe se separó con una mirada maliciosa.
_Ahora sí que tu padre me perseguirá y me matará… Por deshonrar a su hija en público.
__________ se rió y lo miró con otra mirada de ese tipo:_ Tú madre me matará a mi, por deshonrar su hijo en público… Me parece que no deberíamos volver a casa…
Joe se rió y pasó un brazo por sus hombros y tiró de ella hacia el coche alquilado:
_ Verás… para una princesa tengo el lugar apropiado… Será mejor que cierres los ojos.
_No pienso cerrar los ojos… - Empezó _______, pero al momento siguiente se acordó de lo que había pasado la última vez que Joe le había pedido que cerrase los ojos… Y aquella vez le había encantado.
Joe no mentía. Tenía el mejor lugar del mundo. Un castillo de verdad. Cuando ________ se bajó del coche, lo hizo frente a un castillo. Un castillo de piedra, un castillo con jardines, … Santo Dios, un castillo en México.
_¿Es de verdad?- balbuceó.
Joe se rió mientras sacaba las bolsas del coche, y las cargaba hacia la entrada.
_100% real. El hotel Santa Cecilia. Tenemos dos noches aquí.
________ lo miró como si hubiera hablado en chino y después dio un gritito y un salto, y salió corriendo por delante de él. Joe se rió un poco más, hasta que se dio cuenta de que lo había dejado solo para llevar todas las maletas.
_________ estaba en el hall del hotel, con un entusiasmo que rozaba lo infantil. Hacía años que no se sentía así de feliz, contenta y despreocupada. Estaba haciendo cosas que no solía hacer, de hecho, nunca se dejaba besar en público por Iñaki, -tampoco es que él quisiera hacerlo porque era poco demostrativo-, ni se abrazaba, ni gastaba bromas, y como Any le solía recordar, tampoco solía reírse tanto….
Suspiró… Dios, mira que se había convertido en la persona más aburrida del planeta. Bueno, pero no por más tiempo, no al menos durante estos días.
Joe entró resoplando en el hotel y dejó caer las bolsas para que un botones se las llevase.
________ sonrió y pensó que si no lo hubiera conocido, probablemente seguiría siendo la misma.
_Gracias por ayudarme ________.- Dijo Joe con retintín.
Ella le sonrió con una cara radiante, y Joe se encogió de hombros:_ Si me miras así te juro que no puedo decirte nada malo.
_Te amo.- Dijo ________ de repente.
Joe la miró sorprendido, y se acercó a ella:_ ¿Y eso porqué pelirroja?
Ella lo abrazó y se encogió de hombros:_ Porque sí.
Joe sonrió, mientras la tenía a su lado. Algo tenía que haber hecho en otra vida para que la fortuna la hubiese puesto en su camino, no estaba seguro de qué cosa en concreto, porque se había equivocado muchas veces, y cometido grandes errores…. Pero durante estos días valían la pena sus equivocaciones, si ella estaba allí.
…………
México D.F.
Casa de Lupe.
Miguel llevaba dos horas releyendo las cartas de su padre. Las guardaba en una caja de metal en el fondo del armario, y estaban con otros tesoros particulares como el primer billete que ganó, una entrada de un concierto, un billete de avión de su viaje de fin de curso, fotos y otras tonterías que tenían sentido para él.
Sacó del sobre la última, la de su 26 cumpleaños, y saltó a uno de los párrafos que conocía casi de memoria.
“Espero hijo que no hayas dicho muchas veces “Te quiero”, porque las palabras a fuerza de repetirlas, pierden sentido. Si lo dices, dilas con sinceridad, sino lo sientes mejor emplea otra frase. Ya te enseñé varias: todas bonitas y no comprometen, pero no le digas a nadie que la quieres si no es cierto.”
Miguel suspiró. Siempre había seguido los consejos de su padre, pero ése era uno que no había hecho falta que su padre le comentase. Él sólo había querido a su familia, a algunos de sus mejores amigos y pocas veces lo había dicho. De hecho a ninguna de sus novias poco o nada permanentes, le había dicho que las quería, no había hecho falta.
Pero ahora….
Ahora se encontraba con que la única persona a la que se planteaba decir que la quería, no tenía ninguna gana de saber de él.
Se levantó del suelo donde había estado leyendo, y con un gruñido desplegó las piernas que se le habían quedado entumecidas de tenerlas dobladas tanto tiempo. Entonces una bala pequeña y morena, enfundada en un pijama de dinosaurios entró en la habitación sin llamar.
_¿A que no sabes qué? – preguntó Miguelito con voz aguda moviéndose por la habitación como una centella.
Miguel puso los ojos en blanco y preguntó al universo qué demonios había hecho él para merecer tremenda tortura. Estiró un brazo para parar al niño que se quedó parado en medio de la habitación, con una bolsa de galletas en la mano.
_¿Todavía estás en pijama? Tu madre te va a matar… - Suspiró con voz cansada.
_Tú también vas en pijama….- Protestó El niño señalando a Miguel, que no había tenido ganas de vestirse en todo el día.
_Yo soy mayor.- Contestó el otro, y le quitó la bolsa de galletas, para comer una. Miguelito no parecía muy convencido con la excusa de ser mayor, pero algo se le ocurrió:
_Yo me visto si tú te vistes.- Dijo el niño sonriendo.
Miguel alzó una negra ceja :_Se me había olvidado que eres un chantajista.
Pero a pesar de eso, se puso en pie y buscó ropa para el niño y para él. Su hermana Lupe era demasiado estricta, y si los pillaba en pijama a la hora de la cena posiblemente, Miguel tendría que aguantar toda una noche de quejas y reclamos.
Consiguió que ambos quedaran decentes, y bajó las escaleras cargando a Miguel hasta la cocina, donde María terminaba de hacer la cena y Luca, el otro niño de Lupe veía un programa de televisión.
Maria, llevaba 10 años en aquella casa, y había visto a Miguel en contadas ocasiones, pero en las últimas semanas lo encontraba cambiado. De hecho hoy parecía que había vuelto de la guerra.
_¿A que no sabes qué? – volvió a decir el niño, cuando Miguel se sentó en una silla.
_¿Qué delincuente? –suspiró Miguel otra vez mientras miraba al vacío de la moderna cocina.
_Yo sé una cosa que tu no sabes…- canturreó el niño.
Miguel lo miró con cara de pocos amigos, una mirada asesina y puso los ojos en blanco. _ No me apetece jugar Miguelito. En otro momento ¿vale?
El niño se bajo de la silla donde estaba sentado y se acercó:_ Yo sé donde está la barbie…
Miguel suspiró y asintió dándole la razón como a los locos. _ Claro, claro… - y le palmeó la cabeza como haría con un cachorrito.
El niño apartó la mano de su tío y dijo con voz más aguda, llamando la atención de todas las personas que había en la cocina.
_La barbie de esta mañana está en el jardín.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
siguelaa!
me encato que la rayis ya le dijo que lo ama siguela pronto ;D
☎ Jimena Horan ♥
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
aww me encanta
Joe es un amor
La rayiz le dijo que lo ama aww que lindo
La Barbie se oye chistoso pobre Miguel
Siguela!!!
Joe es un amor
La rayiz le dijo que lo ama aww que lindo
La Barbie se oye chistoso pobre Miguel
Siguela!!!
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capítulo 56
Maria vio sorprendida como Miguel parecía entender al niño, saltaba de la silla y salía corriendo sin decir nada hacia las puertas deslizantes que daban al jardín, y desaparecía en la oscuridad.
Miguelito se encontró con dos pares de ojos, el de su hermano que había apartado la mirada de la tele, y el de la asistenta que lo miraba sin comprender y viendo que ambos esperaban una explicación, se encogió de hombros diciendo:
_Miguel estaba loco buscando una muñeca que se había perdido…
Los dos pares de ojos lo miraron durante un instante más, y luego continuaron con lo que estaban haciendo antes. Y Miguelito sonrió mientras acababa con las galletas de canela de Miguel.
Miguel salió por los escalones que daban al jardín de atrás y tropezó con dos macetas por no haber encendido las luces en su salida.
_Ahora no es el momento de romperse la cabeza papá…- dijo en voz baja.
Mientras, miraba a su alrededor, sin encontrar rastro de Any por ninguna parte. Empezó a temer que su sobrino le hubiese mentido… Como fuera así…. Su hermana se iba a quedar con un solo hijo, y él iba a ir a la cárcel por infanticidio. Entonces oyó un ruido chirriante que se filtraba entre los rosales de Lupe, y sonrió. Ya sabía donde estaba.
El marido de Lupe tardó casi dos meses en montar unos columpios en el fondo del jardín, y lo había hecho tan mal que cada vez que uno se sentaba en ellos hacían un ruido espantoso. El mismo ruido chirriante que él oía ahora.
Efectivamente, Any estaba sentada en uno de los columpios y lo movía con los pies mientras miraba la hora. Debió de ver como Miguel se movía porque levantó la mirada y se quedó quieta. Incluso a la pobre luz del anochecer, Miguel podía ver como se puso colorada.
_Me dejé el bolso. –Dijo Any en voz bajísima.
No se había dado cuenta de eso hasta que llevaba andando 1 hora sin rumbo fijo, y pensó en llamar un taxi. No tenía ni teléfono, ni llaves y salvo 20 pesos en un bolsillo, no tenía dinero. Así que había dado vueltas hasta que se cansó y había regresado a la casa de Miguel, esperando reunir valor para recuperar sus posesiones. Todavía no lo había reunido, de hecho.
Miguel se sentó en el otro columpio a su lado sin tocarla si quiera, no fuera a ser que se asustase. Y dijo:
_Creo que está dentro del coche. Lo dejé allí anoche.
Any lo miró asintiendo. Ahora se levantaría e iría a por el bolso, y no volvería a verlo jamás… Pensó con tristeza, porque los hombres tan guapos como Miguel no soportaban que los dejasen, ella conocía algunos y eran todos demasiado pagados de sí mismos como para aguantar eso.
Pero Miguel no se movió de su lado, sino que permaneció sentado plácidamente, con una cara indescifrable, mirando los rosales. Any pensó que no hablaría más cuando Miguel abrió la boca y dijo con voz callada:
_¿Y si tú te cansas de mi antes Any?- Y la miró de una manera que la hizo temblar.
_No creo que eso vaya a pasar, Miguel. – Reconoció, en un tono que era casi un susurro. Y era la verdad, le encantaba Miguel. Ni loca se cansaría de él.
Miguel sacudió la cabeza y extendió la mano abarcando el jardín:
_Créeme lo podrías hacer. Soy lo que has visto, nada más y nada menos. Tengo arranques de mal humor en mi trabajo, soy competitivo y no me gusta que me lleven la contraria ni perder. Me han acusado de ser superficial, egocéntrico y vanidoso, y reconozco que en ocasiones ha sido cierto, pero en general no lo soy. Mi vida es bastante aburrida Any, trabajo mucho y para compensar salgo mucho.- Dijo y se encogió de hombros.
Any se quedó en silencio muda. No esperaba eso. Normalmente cuando querías conquistar a alguien, le decías todo lo bueno que eres, no lo malo. De todas formas ella no lo creía, sabía que estaba exagerando.
_Así que no asegures tan rápido que no te cansarías de mí, Any. ¿Y entonces qué iba a hacer yo?- La voz de Miguel sonaba ronca y la oscuridad creciente hacía difícil ver toda la expresión de su rostro, pero sus ojos brillaban de manera intensa. – Entonces te irás con otro, más listo, más encantador, más guapo y yo me quedaré solo, llorándote.
Any lo miró y pudo ver que lo decía de verdad, estaba a punto de hablar, pero Miguel levantó una mano para continuar.
_Esta mañana me has dicho lo que pensabas y ahora es mi turno. Yo, sé que es probable que me dejes, mucho más que yo me canse de ti… Y aún así, aún sabiendo que lo pasaré mal, me dá igual si eso significa que antes has querido estar conmigo.
Entonces se calló, y los dos se quedaron balanceándose en un silencio sólo roto por los columpios. Miguel había dicho lo que más miedo le daba, que era descubrirse a sí mismo, y que ella lo viera tal y como era en realidad, porque eso significaba que no lo querría volver a ver.
Pero aún así lo dijo, sabiendo que era mejor decir la verdad.
_Eres un mentiroso, Miguel Arango.- Dijo Any sacudiendo la cabeza y con una ligera sonrisa, que aunque Miguel no lo podía asegurar, parecía divertida.
_Bien esa es otra cosa que añadir a mi lista, junto con lo de mujeriego y vanidoso…- Consideró Miguel, un poco molesto. -¿Se me ha olvidado algo que quieras comentar?
_¿Por qué vives aquí Miguel?- preguntó Any ignorando el comentario, y Miguel la miró sin comprender, así que ella se explicó.- Supongo que te puedes permitir un hotel durante un mes, no te falta el dinero, así que por qué vives aquí?
Miguel se removió incómodo en el columpio y estiró las largas piernas, para decir con voz avergonzada.
_No me gusta estar solo tanto tiempo, los hoteles están bien durante unos días, pero prefiero estar con mi familia.
Any lo miró y Miguel se dio cuenta de que efectivamente sonreía, y ella repitió:
_Eres un mentiroso Miguel Arango. Faltas a la verdad cuando te saltas lo que yo he visto en tu casa. Hasta donde yo sé, te he visto cargando niños y jugando con ellos, te he visto riéndote con tus amigos y me has defendido cuando no tendrías porqué hacerlo. Así que no me digas que me cansaría de ti porque eres superficial y vano…. No me lo creo.
Miguel sonrió, una de aquellas sonrisas que hacían que los hoyuelos de sus mejillas se marcaran más, pero no quiso adelantarse a lo que ella tenía que decir… No fuera a ser que lo dejara allí plantado como un bobo… Dos veces en un día era suficiente para él.
_¿Y eso quiere decir que ….?- Dejó la pregunta en el aire, para que ella la terminase.
Any apartó la mirada y se concentró en las rosas de Lupe, durante unos minutos interminables. Quería decir que sí. Que saldría con el de todas maneras. De verdad que lo quería hacer, pero estaba asustada. Entonces se acordó de todas las cosas que le decía a Roberta, sobre el miedo…
“Sólo te puedes arrepentir de lo que has hecho, así que hazlo, ya habrá tiempo de reconcomerse después” Solía pensar y de hecho es lo que siempre aconsejaba.
_Teniendo en cuenta que yo no me cansaré de ti…- suspiró Any en voz baja, mientras Miguel se sentaba en el borde del columpio, escuchándola con ansiedad.
-…. Y tú aseguras que no te aburrirás de mí…. Me temo que no nos dejaremos.
Miguel saltó del columpio con una sonrisa y se agachó frente a ella, poniendo las manos en sus rodillas:
_ Eres más lista que yo reinita, así que espero que eso signifique que no te echas atrás.
Any sonrió, y asintió con la cabeza y Miguel se inclinó para besarla, en aquella oscuridad iluminada por las luces que llegaban de la casa y con el olor de los rosales.
Aunque a Anahí le había costado mucho decirlo, ahora se sentía mucho mejor, y abrazó a Miguel quedando en equilibrio en el columpio. Tanto que al echarse Miguel hacía atrás se la llevó consigo, y quedaron los dos sentados en el césped.
El le acariciaba la mejilla y ella lo miraba, cuando las luces del porche se encendieron indicando que Lupe, probablemente sabía donde estaban los dos.
Miguel suspiró y dándole un último beso, y después otro en la nariz, dijo:
_Me muero por besarte en un lugar que no sea oscuro y en el que estemos solos.. Pero hoy no es el día, reinita.
………
Día siguiente.
México D.F.
8.35 a.m
Castilla sacó un habano de una de las cajas de puros que guardaba en su escritorio. Era muy temprano para fumar y menos habanos, pero lo cierto es que se lo merecía, pensó con satisfacción.
Además, lo incluiría en la factura al doctor. No se pierde nada.
Sentó en el sillón frente a su mesa y ojeó los papeles que tenía frente a él, mientras cortaba la punta del puro. Tenía varias carpetas, muchas fotos que le había mandado Pajarraco, pero sobre todo estaban los papeles que él mismo había conseguido en Cuernavaca.
Encendió el habano y aspiró el aroma del tabaco, mientras leía el papel de su derecha. Éste era el más interesante para el doctor, y el más antiguo; sin embargo el de la izquierda…. Hmmm Ese era aún más interesante.
Marcó el número del Pajarraco que por lo visto había pasado la noche durmiendo en su coche aparcado a las afueras de Guanajuato.
_Pajarraco, ya puedes volver. Tenemos lo que necesitamos.
Paco “Pajarraco” tenía el cuello retorcido y dolorido de dormir en el coche, y en lugar de responder gruñó audiblemente.
_Jo*der ya era hora. Esos dos son insoportables Jefe.
Castilla se rió con una risa que parecía un ladrido:_Ya veo que el trabajo no te gustó… Te aseguro que la plata es buena.
Pajarraco colgó el celular y se desperezó, y metiendo la llave en el contacto y salió zumbando del camino que llevaba al Hotel donde se alojaban los dos enamoradillos aquellos, y mentalmente les deseó toda la suerte posible.
Maria vio sorprendida como Miguel parecía entender al niño, saltaba de la silla y salía corriendo sin decir nada hacia las puertas deslizantes que daban al jardín, y desaparecía en la oscuridad.
Miguelito se encontró con dos pares de ojos, el de su hermano que había apartado la mirada de la tele, y el de la asistenta que lo miraba sin comprender y viendo que ambos esperaban una explicación, se encogió de hombros diciendo:
_Miguel estaba loco buscando una muñeca que se había perdido…
Los dos pares de ojos lo miraron durante un instante más, y luego continuaron con lo que estaban haciendo antes. Y Miguelito sonrió mientras acababa con las galletas de canela de Miguel.
Miguel salió por los escalones que daban al jardín de atrás y tropezó con dos macetas por no haber encendido las luces en su salida.
_Ahora no es el momento de romperse la cabeza papá…- dijo en voz baja.
Mientras, miraba a su alrededor, sin encontrar rastro de Any por ninguna parte. Empezó a temer que su sobrino le hubiese mentido… Como fuera así…. Su hermana se iba a quedar con un solo hijo, y él iba a ir a la cárcel por infanticidio. Entonces oyó un ruido chirriante que se filtraba entre los rosales de Lupe, y sonrió. Ya sabía donde estaba.
El marido de Lupe tardó casi dos meses en montar unos columpios en el fondo del jardín, y lo había hecho tan mal que cada vez que uno se sentaba en ellos hacían un ruido espantoso. El mismo ruido chirriante que él oía ahora.
Efectivamente, Any estaba sentada en uno de los columpios y lo movía con los pies mientras miraba la hora. Debió de ver como Miguel se movía porque levantó la mirada y se quedó quieta. Incluso a la pobre luz del anochecer, Miguel podía ver como se puso colorada.
_Me dejé el bolso. –Dijo Any en voz bajísima.
No se había dado cuenta de eso hasta que llevaba andando 1 hora sin rumbo fijo, y pensó en llamar un taxi. No tenía ni teléfono, ni llaves y salvo 20 pesos en un bolsillo, no tenía dinero. Así que había dado vueltas hasta que se cansó y había regresado a la casa de Miguel, esperando reunir valor para recuperar sus posesiones. Todavía no lo había reunido, de hecho.
Miguel se sentó en el otro columpio a su lado sin tocarla si quiera, no fuera a ser que se asustase. Y dijo:
_Creo que está dentro del coche. Lo dejé allí anoche.
Any lo miró asintiendo. Ahora se levantaría e iría a por el bolso, y no volvería a verlo jamás… Pensó con tristeza, porque los hombres tan guapos como Miguel no soportaban que los dejasen, ella conocía algunos y eran todos demasiado pagados de sí mismos como para aguantar eso.
Pero Miguel no se movió de su lado, sino que permaneció sentado plácidamente, con una cara indescifrable, mirando los rosales. Any pensó que no hablaría más cuando Miguel abrió la boca y dijo con voz callada:
_¿Y si tú te cansas de mi antes Any?- Y la miró de una manera que la hizo temblar.
_No creo que eso vaya a pasar, Miguel. – Reconoció, en un tono que era casi un susurro. Y era la verdad, le encantaba Miguel. Ni loca se cansaría de él.
Miguel sacudió la cabeza y extendió la mano abarcando el jardín:
_Créeme lo podrías hacer. Soy lo que has visto, nada más y nada menos. Tengo arranques de mal humor en mi trabajo, soy competitivo y no me gusta que me lleven la contraria ni perder. Me han acusado de ser superficial, egocéntrico y vanidoso, y reconozco que en ocasiones ha sido cierto, pero en general no lo soy. Mi vida es bastante aburrida Any, trabajo mucho y para compensar salgo mucho.- Dijo y se encogió de hombros.
Any se quedó en silencio muda. No esperaba eso. Normalmente cuando querías conquistar a alguien, le decías todo lo bueno que eres, no lo malo. De todas formas ella no lo creía, sabía que estaba exagerando.
_Así que no asegures tan rápido que no te cansarías de mí, Any. ¿Y entonces qué iba a hacer yo?- La voz de Miguel sonaba ronca y la oscuridad creciente hacía difícil ver toda la expresión de su rostro, pero sus ojos brillaban de manera intensa. – Entonces te irás con otro, más listo, más encantador, más guapo y yo me quedaré solo, llorándote.
Any lo miró y pudo ver que lo decía de verdad, estaba a punto de hablar, pero Miguel levantó una mano para continuar.
_Esta mañana me has dicho lo que pensabas y ahora es mi turno. Yo, sé que es probable que me dejes, mucho más que yo me canse de ti… Y aún así, aún sabiendo que lo pasaré mal, me dá igual si eso significa que antes has querido estar conmigo.
Entonces se calló, y los dos se quedaron balanceándose en un silencio sólo roto por los columpios. Miguel había dicho lo que más miedo le daba, que era descubrirse a sí mismo, y que ella lo viera tal y como era en realidad, porque eso significaba que no lo querría volver a ver.
Pero aún así lo dijo, sabiendo que era mejor decir la verdad.
_Eres un mentiroso, Miguel Arango.- Dijo Any sacudiendo la cabeza y con una ligera sonrisa, que aunque Miguel no lo podía asegurar, parecía divertida.
_Bien esa es otra cosa que añadir a mi lista, junto con lo de mujeriego y vanidoso…- Consideró Miguel, un poco molesto. -¿Se me ha olvidado algo que quieras comentar?
_¿Por qué vives aquí Miguel?- preguntó Any ignorando el comentario, y Miguel la miró sin comprender, así que ella se explicó.- Supongo que te puedes permitir un hotel durante un mes, no te falta el dinero, así que por qué vives aquí?
Miguel se removió incómodo en el columpio y estiró las largas piernas, para decir con voz avergonzada.
_No me gusta estar solo tanto tiempo, los hoteles están bien durante unos días, pero prefiero estar con mi familia.
Any lo miró y Miguel se dio cuenta de que efectivamente sonreía, y ella repitió:
_Eres un mentiroso Miguel Arango. Faltas a la verdad cuando te saltas lo que yo he visto en tu casa. Hasta donde yo sé, te he visto cargando niños y jugando con ellos, te he visto riéndote con tus amigos y me has defendido cuando no tendrías porqué hacerlo. Así que no me digas que me cansaría de ti porque eres superficial y vano…. No me lo creo.
Miguel sonrió, una de aquellas sonrisas que hacían que los hoyuelos de sus mejillas se marcaran más, pero no quiso adelantarse a lo que ella tenía que decir… No fuera a ser que lo dejara allí plantado como un bobo… Dos veces en un día era suficiente para él.
_¿Y eso quiere decir que ….?- Dejó la pregunta en el aire, para que ella la terminase.
Any apartó la mirada y se concentró en las rosas de Lupe, durante unos minutos interminables. Quería decir que sí. Que saldría con el de todas maneras. De verdad que lo quería hacer, pero estaba asustada. Entonces se acordó de todas las cosas que le decía a Roberta, sobre el miedo…
“Sólo te puedes arrepentir de lo que has hecho, así que hazlo, ya habrá tiempo de reconcomerse después” Solía pensar y de hecho es lo que siempre aconsejaba.
_Teniendo en cuenta que yo no me cansaré de ti…- suspiró Any en voz baja, mientras Miguel se sentaba en el borde del columpio, escuchándola con ansiedad.
-…. Y tú aseguras que no te aburrirás de mí…. Me temo que no nos dejaremos.
Miguel saltó del columpio con una sonrisa y se agachó frente a ella, poniendo las manos en sus rodillas:
_ Eres más lista que yo reinita, así que espero que eso signifique que no te echas atrás.
Any sonrió, y asintió con la cabeza y Miguel se inclinó para besarla, en aquella oscuridad iluminada por las luces que llegaban de la casa y con el olor de los rosales.
Aunque a Anahí le había costado mucho decirlo, ahora se sentía mucho mejor, y abrazó a Miguel quedando en equilibrio en el columpio. Tanto que al echarse Miguel hacía atrás se la llevó consigo, y quedaron los dos sentados en el césped.
El le acariciaba la mejilla y ella lo miraba, cuando las luces del porche se encendieron indicando que Lupe, probablemente sabía donde estaban los dos.
Miguel suspiró y dándole un último beso, y después otro en la nariz, dijo:
_Me muero por besarte en un lugar que no sea oscuro y en el que estemos solos.. Pero hoy no es el día, reinita.
………
Día siguiente.
México D.F.
8.35 a.m
Castilla sacó un habano de una de las cajas de puros que guardaba en su escritorio. Era muy temprano para fumar y menos habanos, pero lo cierto es que se lo merecía, pensó con satisfacción.
Además, lo incluiría en la factura al doctor. No se pierde nada.
Sentó en el sillón frente a su mesa y ojeó los papeles que tenía frente a él, mientras cortaba la punta del puro. Tenía varias carpetas, muchas fotos que le había mandado Pajarraco, pero sobre todo estaban los papeles que él mismo había conseguido en Cuernavaca.
Encendió el habano y aspiró el aroma del tabaco, mientras leía el papel de su derecha. Éste era el más interesante para el doctor, y el más antiguo; sin embargo el de la izquierda…. Hmmm Ese era aún más interesante.
Marcó el número del Pajarraco que por lo visto había pasado la noche durmiendo en su coche aparcado a las afueras de Guanajuato.
_Pajarraco, ya puedes volver. Tenemos lo que necesitamos.
Paco “Pajarraco” tenía el cuello retorcido y dolorido de dormir en el coche, y en lugar de responder gruñó audiblemente.
_Jo*der ya era hora. Esos dos son insoportables Jefe.
Castilla se rió con una risa que parecía un ladrido:_Ya veo que el trabajo no te gustó… Te aseguro que la plata es buena.
Pajarraco colgó el celular y se desperezó, y metiendo la llave en el contacto y salió zumbando del camino que llevaba al Hotel donde se alojaban los dos enamoradillos aquellos, y mentalmente les deseó toda la suerte posible.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
awwww Any le dijo que si :arre:
Que bueno quiero que sean felices se lo merecen :)
Y que hara el tal castilla???
Siguela!!!!
Que bueno quiero que sean felices se lo merecen :)
Y que hara el tal castilla???
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
que va a pasar con la rayis y con joe???
ahhh
siguela!!!!!!
siguela!!!!!!!!
ahhh
siguela!!!!!!
siguela!!!!!!!!
jamileth
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
Capitulo 57
8:35 a.m.
Hotel Santa Cecilia
Guanajuato.
Joe estaba asomado a la ventana que daba a la entrada del hotel viendo como un coche que estaba aparcado cerca de as puertas arrancaba y se iba.
Había dormido mal, la parte de la noche que podía descansar, claro, que con _______ era poca. Sonrió al mirar hacia la cama de madera de 4 postes, en la que _______ dormía enrollada en todas las mantas bocabajo.
Joe se sentía culpable muchas cosas y eso se debía transmitir a los sueños razonó, porque cada día tenía pesadillas peores que no lo dejaban dormir en paz, y de las que se despertaba sudando y respirando con dificultad, pero sin recordar nada de ellas.
Gracias a que no gritaba ni hablaba en sueños, porque si no tendría que explicar a _______ qué le pasaba y no quería, ni tenía fuerzas para hacerlo.
Desvió otra vez la mirada a la ventana, y se apoyó en el marco, mirando las colinas de Guanajuato iluminadas con las luces de la mañana. Se sentía miserable y culpable por estar engañando a dos mujeres a la vez, a la de lo cabellos de fuego que se estiraba como una gata en su cama, y por otro a la que estaba lejos.
Había roto varias promesas durante las últimas semanas, unas tontas otras para las que no estaba preparado para romper, unas antiguas y otras mucho más recientes.
Y el tenerlo callado lo estaba matando. Su padre decía que una de las artes de la vida, indispensables y que había que aprender era mentir. “Porque las mentiras son la base de la vida hijo” decía su padre en su despacho, sacudiendo una pluma delante de las narices de su hijo, “Una buena mentira, te llevará lejos y te salvará el pellejo.”
Era la filosofía de León. Pero tenía que ser una buena mentira, una tramada con tiempo, pero no demasiado complicada, para recordarla mejor y porque demasiados detalles son sospechosos.
Una buena mentira, sencilla y clara. Simple.
A Joe sin embargo, no le gustaba mentir, y sólo lo hacía en excepciones. A pesar de ello tenía su propia técnica. Él callaba. Omitir información es una acción pasiva, no mentías, simplemente no decías la verdad.
Pero cuando llevas mucho tiempo haciéndolo, tantas medias verdades y tantas mentiras no dichas acaban por ahogarte. Y ahí estaba él, doblemente infiel, doblemente mentiroso, simplemente por callar la verdad.
________ abrió los ojos perezosa y se estiró en la cama para encontrarla vacía.
“Otra vez no”. Pensó con un suspiro, pero al contrario de la mañana anterior Diego estaba todavía allí, mirando ensimismado pro la ventana. No le podía ver la cara con claridad, pero parecía pensativo y serio.
________ alargó la mano y cogió una de las almohadas y la lanzó acertándole en el medio de la espalda. Joe se dio la vuelta de golpe y sonrió. Su cara era la de siempre.
Joe la miró. Era la cosa más hermosa que había visto, se había dado la vuelta y lo miraba recostada sobre los codos con ojos todavía soñolientos. Ella le sonrió diciendo:
_¿Se puede saber qué haces fuera de mi cama?- preguntó con voz ronca. – Que yo sepa no te he dado permiso para salir.
_¡Dios! Cómo se me pudo ocurrir tal cosa.- Dijo dándose una palmada en la frente y riéndose bajito.
_______ asintió con la cabeza y dijo teatralmente:_ Eso mismo pienso yo. Debes estar enfermo Joe.
Joe se acercó a la cama mientras comentaba:_No he dormido bien…. Alguien me tuvo distraído.
________ lo miró colorada sonriendo:_ Creo que ninguno de los dos ha dormido bien hoy… A mi también me han tenido distraída…
Joe sonrió y se dejó caer a su lado, tumbado todo lo largo que era. Lo acababa de hacer otra vez, ahí estaba, otra verdad omitida, otra media mentira la no decir porqué no dormía bien. Así toda su vida.
Suspiró y se volvió a mirarla, porque se sentía mejor cuando ella estaba cerca y sonreía como hacía ahora… Él se sentía otra persona, definitivamente una persona mejor.
_Eres demasiado tentadora ________, como para pasar la noche entera durmiendo.
Ella sonrió y le dio un puñetazo de broma en el pecho. Normalmente nadie le decía esas cosas, y todavía no terminaba de acostumbrase. En el fondo no terminaba de pensar que se lo decían en serio.
_Eres un halagador. ¿Estás seguro que de que Miguel no te ha dado clases particulares?
Joe se rió, con verdadero buen humor, y negó con la cabeza.
_Ya te dije una vez que yo solito consigo lo que quiero…. Tengo unos cuantos trucos personales para conseguir que diosas como tú se me acerquen.- LE guiñó un ojo y añadió:_ Además sólo me limito a resaltar lo obvio.
_¿Y cómo es eso?- preguntó ________, que a pesar de que lo intentaba no podía parar de sonreír.
Joe frunció el ceño y fingió inspeccionarla atentamente, como hacía alguien con una obra de arte.
_Definitivamente eres hermosa ________. Y ….- Dijo, e inclinándose hacia delante, levantó la sábana para mirar debajo, y sacudió la cabeza sonriendo.
_...Y totalmente tentadora desnuda a mi lado… Eres la visión de mi vida.
________ se rió para disimular la vergüenza dijo bromeando:
_ Diría lo mismo de ti, pero como vas vestido…
Joe se rió, cuando salió de la cama se había puesto unos pantalones, pero iba descalzo y sin camisa.
_Me temo pelirroja que no podría ser ni la mitad de tentador que tú.- Dijo con una media sonrisa.
______ lo miró, no convencida de esa afirmación. Tal y como ella lo veía Joe era una tentación con patas, desde el mismo momento en que lo abrazó en el hospital.
Joe la observaba en silencio y reparó en que ella no estaba totalmente desnuda, sino que llevaba un collar puesto. Bueno, el collar que siempre le veía, aquel tan particular. Se inclinó otra vez para fijarse bien en él.
Una red de oro formaba un saquito en el que dentro bailaba una turquesa de un vibrante azul… Un collar tremendamente original.
_Lo admito, no encuentro nada mejor que llevar encima de tu piel… -Bajó la voz y puso cara de pirata…- Salvo yo claro.
_¿Podrías dejar de decir esas cosas? Creo que es imposible que me ponga más colorada Joe, de verdad. – Dijo ella riéndose.
Joe se inclinó, con la mano todavía en el collar, para besarla, suavemente disfrutando de ella, y después con profundidad y lentamente, haciendo que la respiración de ambos se acelerase. Cuando se separó de ella la miró a los ojos.
_No hasta que te lo creas…- Dijo con una sonrisa.
Ella desvió la mirada, pero sonreía también, y comentó:
_Me lo regalaron mis padres, representa el alma…. _Tocó el colgante rozando los dedos de Joe.- La red dorada es el cuerpo…
_Dorado como el tuyo…- Susurró Joe y besó su hombro dando un mordisco a la piel.
_... Y la turquesa es el alma dentro del cuerpo. Me encantan las turquesas por eso me dieron ésta.
_... Hmmm….- Joe seguía besando el hombro de _______ y ascendió por el siguiendo la clavícula, dejando un reguero de besos ardientes. Terminó en la base del cuello, donde latía el pulso acelerado de _______. Y levantando la cabeza de allí, añadió:
_Es un regalo magnífico… Hermoso.
_________ sonrió y se inclinó hacia él, apoyándose en su pecho, mirándolo y dijo:
_¿Te he dado permiso para que pares de besarme?- Joe negó con la cabeza, y ella inclinó la cabeza para mirarlo de lado.- Pues entonces, más vale que continúes antes de que me enfade.
Joe sacudió la cabeza y la miró de reojo, con su mejor cara de seductor. Y antes de lanzarse sobre ella añadió:
_Tú te lo has buscado pelirroja… Después no te quejes de nada.
_No creo que vaya a hacerlo Joe.- Fue lo último que dijo ________ en un rato.
……………..
9.45 a.m.
Casa de la Familia de________
México D.F.
Christian bajó las escaleras pesadamente para desayunar, el día anterior no había podido ver a su padre, porque cuando llegó a casa, se había encerrado primero en su estudio y luego en su habitación, mencionando estar muy ocupado para si quiera hablar con él.
Estaba preocupado, ya era oficial, todo era demasiado raro, se salía de las normas habituales, y no se refería sólo a la actitud de su padre, sino también a la de su asistente Ernesto (que definitivamente estaba huyendo de él, porque cada vez que lo veía, se escabullía por la primera puerta a mano), sino también Amanda, que tras su barrera de educación parecía agotada,….
Eso sólo las personas, porque después estaban los negocios. Era inimaginable, que su padre, quien había sacrificado tantas cosas de su vida privada, para llevar las Industrias Pardo-Bernheim a donde estaban, ahora decidiera tomarse las cosas con tranquilidad.
Simplemente im-po-si-ble. Esperaba encontrar a alguien en el comedor o en la cocina, pero resulta que la casa estaba vacía. Con un suspiro de resignación, se acercó al despacho de Amanda, porque creyó oír voces dentro.
Dudó sobre si escuchar como un ladrón, lo echó a suertes mentalmente, y su parte curiosa ganó la partida. Las voces se oían porque la puerta estaba entornada, y no la habían cerrado del todo, mirando por la rendija podía distinguir a Amanda sentada a la mesa, todavía con la bata, con la cabeza apoyada en la mano, mientras miraba al vacío con una cara inexpresiva.
En la otra mano sostenía el teléfono y siseaba a quien quiera que estuviera hablando:
_Acéptalo… Si no quiere volver que no vuelva. No pienso meterme en eso, no me importa lo que digas.
La mujer de su padre cerró los ojos y los apretó, mientras escuchaba la respuesta del otro lado de la línea. Christian nunca la había visto enfadada, de hecho ________ y él habían apostado a que era imposible que gritase. Y no lo hizo, a pesar de las bromas muy pesadas que _________ le gastó cuando era una adolescente.
Pero ahora, parecía a punto de explotar, cuando contestó, sin gritar (claro) pero con una voz heladora.
_Me dá igual lo que pienses, lo que sientas, y lo que hagas. Déjala en paz, te lo aconsejo.
Colgó el teléfono de golpe, y apoyó la frente sobre el escritorio, quedándose inmóvil, durante unos segundos. Christian estaba a punto de irse de la puerta sigilosamente cuando ella levantó la vista de repente y lo vió allí.
“Mier*da” Pensó Christian, ya le habían pillado. Tanto tiempo sin espiar es lo que tiene, que se pierde la costumbre. Entró en el despacho con una sonrisa impecable y dio los buenos días.
_¿Algún problema? Pareces preocupada.- Decidió admitir que había escuchado parte, porque Amanda no era tonta y ya se habría dado cuenta.
Ella se levantó de la mesa y esbozó una sonrisa triste, negando con la cabeza, lo cogió de un brazo, y lo guió fuera del estudio. Cuando cruzaban el pasillo comentó:
_Una secretaria no quiere continuar en la empresa y uno de los directivos quiere que regrese…. Tonterías.
Christian se abstuvo de decir que por su cara no parecían tonterías, pero también sabía que Amanda se lo tomaba todo muy a pecho.
Cuando llegaron al hall, Amanda se encaminó a las escaleras, y le dijo:_ Por cierto, tu padre quiere hablar contigo. Quiere hablar contigo.
8:35 a.m.
Hotel Santa Cecilia
Guanajuato.
Joe estaba asomado a la ventana que daba a la entrada del hotel viendo como un coche que estaba aparcado cerca de as puertas arrancaba y se iba.
Había dormido mal, la parte de la noche que podía descansar, claro, que con _______ era poca. Sonrió al mirar hacia la cama de madera de 4 postes, en la que _______ dormía enrollada en todas las mantas bocabajo.
Joe se sentía culpable muchas cosas y eso se debía transmitir a los sueños razonó, porque cada día tenía pesadillas peores que no lo dejaban dormir en paz, y de las que se despertaba sudando y respirando con dificultad, pero sin recordar nada de ellas.
Gracias a que no gritaba ni hablaba en sueños, porque si no tendría que explicar a _______ qué le pasaba y no quería, ni tenía fuerzas para hacerlo.
Desvió otra vez la mirada a la ventana, y se apoyó en el marco, mirando las colinas de Guanajuato iluminadas con las luces de la mañana. Se sentía miserable y culpable por estar engañando a dos mujeres a la vez, a la de lo cabellos de fuego que se estiraba como una gata en su cama, y por otro a la que estaba lejos.
Había roto varias promesas durante las últimas semanas, unas tontas otras para las que no estaba preparado para romper, unas antiguas y otras mucho más recientes.
Y el tenerlo callado lo estaba matando. Su padre decía que una de las artes de la vida, indispensables y que había que aprender era mentir. “Porque las mentiras son la base de la vida hijo” decía su padre en su despacho, sacudiendo una pluma delante de las narices de su hijo, “Una buena mentira, te llevará lejos y te salvará el pellejo.”
Era la filosofía de León. Pero tenía que ser una buena mentira, una tramada con tiempo, pero no demasiado complicada, para recordarla mejor y porque demasiados detalles son sospechosos.
Una buena mentira, sencilla y clara. Simple.
A Joe sin embargo, no le gustaba mentir, y sólo lo hacía en excepciones. A pesar de ello tenía su propia técnica. Él callaba. Omitir información es una acción pasiva, no mentías, simplemente no decías la verdad.
Pero cuando llevas mucho tiempo haciéndolo, tantas medias verdades y tantas mentiras no dichas acaban por ahogarte. Y ahí estaba él, doblemente infiel, doblemente mentiroso, simplemente por callar la verdad.
________ abrió los ojos perezosa y se estiró en la cama para encontrarla vacía.
“Otra vez no”. Pensó con un suspiro, pero al contrario de la mañana anterior Diego estaba todavía allí, mirando ensimismado pro la ventana. No le podía ver la cara con claridad, pero parecía pensativo y serio.
________ alargó la mano y cogió una de las almohadas y la lanzó acertándole en el medio de la espalda. Joe se dio la vuelta de golpe y sonrió. Su cara era la de siempre.
Joe la miró. Era la cosa más hermosa que había visto, se había dado la vuelta y lo miraba recostada sobre los codos con ojos todavía soñolientos. Ella le sonrió diciendo:
_¿Se puede saber qué haces fuera de mi cama?- preguntó con voz ronca. – Que yo sepa no te he dado permiso para salir.
_¡Dios! Cómo se me pudo ocurrir tal cosa.- Dijo dándose una palmada en la frente y riéndose bajito.
_______ asintió con la cabeza y dijo teatralmente:_ Eso mismo pienso yo. Debes estar enfermo Joe.
Joe se acercó a la cama mientras comentaba:_No he dormido bien…. Alguien me tuvo distraído.
________ lo miró colorada sonriendo:_ Creo que ninguno de los dos ha dormido bien hoy… A mi también me han tenido distraída…
Joe sonrió y se dejó caer a su lado, tumbado todo lo largo que era. Lo acababa de hacer otra vez, ahí estaba, otra verdad omitida, otra media mentira la no decir porqué no dormía bien. Así toda su vida.
Suspiró y se volvió a mirarla, porque se sentía mejor cuando ella estaba cerca y sonreía como hacía ahora… Él se sentía otra persona, definitivamente una persona mejor.
_Eres demasiado tentadora ________, como para pasar la noche entera durmiendo.
Ella sonrió y le dio un puñetazo de broma en el pecho. Normalmente nadie le decía esas cosas, y todavía no terminaba de acostumbrase. En el fondo no terminaba de pensar que se lo decían en serio.
_Eres un halagador. ¿Estás seguro que de que Miguel no te ha dado clases particulares?
Joe se rió, con verdadero buen humor, y negó con la cabeza.
_Ya te dije una vez que yo solito consigo lo que quiero…. Tengo unos cuantos trucos personales para conseguir que diosas como tú se me acerquen.- LE guiñó un ojo y añadió:_ Además sólo me limito a resaltar lo obvio.
_¿Y cómo es eso?- preguntó ________, que a pesar de que lo intentaba no podía parar de sonreír.
Joe frunció el ceño y fingió inspeccionarla atentamente, como hacía alguien con una obra de arte.
_Definitivamente eres hermosa ________. Y ….- Dijo, e inclinándose hacia delante, levantó la sábana para mirar debajo, y sacudió la cabeza sonriendo.
_...Y totalmente tentadora desnuda a mi lado… Eres la visión de mi vida.
________ se rió para disimular la vergüenza dijo bromeando:
_ Diría lo mismo de ti, pero como vas vestido…
Joe se rió, cuando salió de la cama se había puesto unos pantalones, pero iba descalzo y sin camisa.
_Me temo pelirroja que no podría ser ni la mitad de tentador que tú.- Dijo con una media sonrisa.
______ lo miró, no convencida de esa afirmación. Tal y como ella lo veía Joe era una tentación con patas, desde el mismo momento en que lo abrazó en el hospital.
Joe la observaba en silencio y reparó en que ella no estaba totalmente desnuda, sino que llevaba un collar puesto. Bueno, el collar que siempre le veía, aquel tan particular. Se inclinó otra vez para fijarse bien en él.
Una red de oro formaba un saquito en el que dentro bailaba una turquesa de un vibrante azul… Un collar tremendamente original.
_Lo admito, no encuentro nada mejor que llevar encima de tu piel… -Bajó la voz y puso cara de pirata…- Salvo yo claro.
_¿Podrías dejar de decir esas cosas? Creo que es imposible que me ponga más colorada Joe, de verdad. – Dijo ella riéndose.
Joe se inclinó, con la mano todavía en el collar, para besarla, suavemente disfrutando de ella, y después con profundidad y lentamente, haciendo que la respiración de ambos se acelerase. Cuando se separó de ella la miró a los ojos.
_No hasta que te lo creas…- Dijo con una sonrisa.
Ella desvió la mirada, pero sonreía también, y comentó:
_Me lo regalaron mis padres, representa el alma…. _Tocó el colgante rozando los dedos de Joe.- La red dorada es el cuerpo…
_Dorado como el tuyo…- Susurró Joe y besó su hombro dando un mordisco a la piel.
_... Y la turquesa es el alma dentro del cuerpo. Me encantan las turquesas por eso me dieron ésta.
_... Hmmm….- Joe seguía besando el hombro de _______ y ascendió por el siguiendo la clavícula, dejando un reguero de besos ardientes. Terminó en la base del cuello, donde latía el pulso acelerado de _______. Y levantando la cabeza de allí, añadió:
_Es un regalo magnífico… Hermoso.
_________ sonrió y se inclinó hacia él, apoyándose en su pecho, mirándolo y dijo:
_¿Te he dado permiso para que pares de besarme?- Joe negó con la cabeza, y ella inclinó la cabeza para mirarlo de lado.- Pues entonces, más vale que continúes antes de que me enfade.
Joe sacudió la cabeza y la miró de reojo, con su mejor cara de seductor. Y antes de lanzarse sobre ella añadió:
_Tú te lo has buscado pelirroja… Después no te quejes de nada.
_No creo que vaya a hacerlo Joe.- Fue lo último que dijo ________ en un rato.
……………..
9.45 a.m.
Casa de la Familia de________
México D.F.
Christian bajó las escaleras pesadamente para desayunar, el día anterior no había podido ver a su padre, porque cuando llegó a casa, se había encerrado primero en su estudio y luego en su habitación, mencionando estar muy ocupado para si quiera hablar con él.
Estaba preocupado, ya era oficial, todo era demasiado raro, se salía de las normas habituales, y no se refería sólo a la actitud de su padre, sino también a la de su asistente Ernesto (que definitivamente estaba huyendo de él, porque cada vez que lo veía, se escabullía por la primera puerta a mano), sino también Amanda, que tras su barrera de educación parecía agotada,….
Eso sólo las personas, porque después estaban los negocios. Era inimaginable, que su padre, quien había sacrificado tantas cosas de su vida privada, para llevar las Industrias Pardo-Bernheim a donde estaban, ahora decidiera tomarse las cosas con tranquilidad.
Simplemente im-po-si-ble. Esperaba encontrar a alguien en el comedor o en la cocina, pero resulta que la casa estaba vacía. Con un suspiro de resignación, se acercó al despacho de Amanda, porque creyó oír voces dentro.
Dudó sobre si escuchar como un ladrón, lo echó a suertes mentalmente, y su parte curiosa ganó la partida. Las voces se oían porque la puerta estaba entornada, y no la habían cerrado del todo, mirando por la rendija podía distinguir a Amanda sentada a la mesa, todavía con la bata, con la cabeza apoyada en la mano, mientras miraba al vacío con una cara inexpresiva.
En la otra mano sostenía el teléfono y siseaba a quien quiera que estuviera hablando:
_Acéptalo… Si no quiere volver que no vuelva. No pienso meterme en eso, no me importa lo que digas.
La mujer de su padre cerró los ojos y los apretó, mientras escuchaba la respuesta del otro lado de la línea. Christian nunca la había visto enfadada, de hecho ________ y él habían apostado a que era imposible que gritase. Y no lo hizo, a pesar de las bromas muy pesadas que _________ le gastó cuando era una adolescente.
Pero ahora, parecía a punto de explotar, cuando contestó, sin gritar (claro) pero con una voz heladora.
_Me dá igual lo que pienses, lo que sientas, y lo que hagas. Déjala en paz, te lo aconsejo.
Colgó el teléfono de golpe, y apoyó la frente sobre el escritorio, quedándose inmóvil, durante unos segundos. Christian estaba a punto de irse de la puerta sigilosamente cuando ella levantó la vista de repente y lo vió allí.
“Mier*da” Pensó Christian, ya le habían pillado. Tanto tiempo sin espiar es lo que tiene, que se pierde la costumbre. Entró en el despacho con una sonrisa impecable y dio los buenos días.
_¿Algún problema? Pareces preocupada.- Decidió admitir que había escuchado parte, porque Amanda no era tonta y ya se habría dado cuenta.
Ella se levantó de la mesa y esbozó una sonrisa triste, negando con la cabeza, lo cogió de un brazo, y lo guió fuera del estudio. Cuando cruzaban el pasillo comentó:
_Una secretaria no quiere continuar en la empresa y uno de los directivos quiere que regrese…. Tonterías.
Christian se abstuvo de decir que por su cara no parecían tonterías, pero también sabía que Amanda se lo tomaba todo muy a pecho.
Cuando llegaron al hall, Amanda se encaminó a las escaleras, y le dijo:_ Por cierto, tu padre quiere hablar contigo. Quiere hablar contigo.
Nani Jonas
Re: "Un Dulce Mes Contigo" - Joe y tu
xq joe se siente doblemente mentiroso???
ahhh nani me dejas con la curiosidad
siguela!!!!!!!!!!
ahhh nani me dejas con la curiosidad
siguela!!!!!!!!!!
jamileth
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