Re: Apple Valley Academy

por **mishel** Dom 27 Ago 2023, 8:26 pm

neverland. escribió:
¡Hola linda! ¿La continuarás?

Holaa
Si pensaba continuarla pero como casi ya no veo comentarios pues no estoy segura

por **neverland.** Lun 28 Ago 2023, 6:20 am

mishel escribió:
neverland. escribió:
¡Hola linda! ¿La continuarás?
Holaa
Si pensaba continuarla pero como casi ya no veo comentarios pues no estoy segura

Espero que decidas continuarla, realmente tengo muchas ganas de seguir leyendo esta novela Apple Valley Academy - Página 5 4098373783

por **neverland.** Lun 28 Ago 2023, 6:21 am

Chicas comentennnn Apple Valley Academy - Página 5 343344823

por **Beaaa22** Lun 28 Ago 2023, 9:31 am

Por favor síguela, me encantaría saber que ocurre!

por **neverland.** Sáb 09 Sep 2023, 6:34 am

por **mishel** Dom 10 Sep 2023, 10:52 pm

Hola chicas
La UNI me ha tenido atada de mano jajaja
Ya tengo algunas cosas escritas
Espero subirlas este fin de semana

por **neverland.** Lun 18 Sep 2023, 5:24 am

mishel escribió:Hola chicas
La UNI me ha tenido atada de mano jajaja
Ya tengo algunas cosas escritas
Espero subirlas este fin de semana

¡Hola linda! No te preocupes, tú sube cuando puedas. Yo aquí estaré esperando con ansias Apple Valley Academy - Página 5 1857533193

por **Beaaa22** Lun 16 Oct 2023, 3:15 am

Holaaa!!!

espero que estés bien y ojalá que puedas continuarla pronto.

un saludo.

por **mishel** Dom 22 Oct 2023, 3:03 am

Holaaaaa
¿Alguien?

por **Beaaa22** Mar 24 Oct 2023, 12:01 pm

Holaaaa!!!

siiiiii yoooo estoy por aquí esperando a que la continúes cuando puedas!!

por **neverland.** Miér 25 Oct 2023, 3:01 am

mishel escribió:Holaaaaa
¿Alguien?

¡Hola linda! Yo también estoy aquí, esperando con ansias Apple Valley Academy - Página 5 77880782

por **Andy Belmar.** Vie 03 Nov 2023, 1:15 pm

Hola! Nueva lectora, síguela cuando puedas, porfis!

por **mishel** Miér 08 Nov 2023, 8:40 am

hiiii:

por **Beaaa22** Miér 08 Nov 2023, 11:55 pm

mishel escribió:
hiiii:

Holaaaa!!!!

Que ganas de volver a leer un capitulo y saber cómo continúa.

Aquí estaré esperándolo con ganas!!!

mi color favorito es el burdeos, aunque también el rosa.

¿y el tuyo?

Un abrazoooo

por **mishel** Jue 09 Nov 2023, 7:00 am

mishel

S I E T E

La noche se mezclaba con la oscuridad en los ojos de Dylan, quien mantenía una mirada expectante a la espera de cualquier micro movimiento que tuviera Victoria, era como si pudiera oler el miedo y el mal augurio que ella había sentido desde el principio.

Sabía perfectamente que el chico no andaba con juegos, días atrás habían intentado entrar a su casa y dejaron una nota en el pórtico: «No creo que prefieras cavar dos tumbas. D.».
Ahora todo cuadraba y la única opción que tenía era ceder ante sus condiciones para mantenerse a salvo a ella misma y a su padre.

— Te quiero a ti.
— No te entiendo. — Victoria fingía la paranoia mientras ideaba un plan de escape y supervivencia.

—Creo que me entiendes perfectamente. — Dylan acarició la mejilla de Victoria con el pulgar mientras el vello de la chica se erizaba. — Considero que lo que te pido no se compara en nada a lo que yo te voy a dar, es decir, se supone que estamos negociando y yo te estoy dando todo a cambio de algo que no te costará nada.

— Quítame tu sucia mano de la cara. — De un tirón apartó la mano de su rostro, el tono de la chica estaba mezclado con enojo e impaciencia. — Ni una estúpida como yo podría confiar en ti.

— Llama a tu papi si no me crees. — Dylan tecleó en su teléfono haciendo una llamada y la puso al altavoz. — Señor D´Angelo, buenas noches ¿disfrutando de sus vacaciones?

—!Aléjate de mi hija! — Se escuchó del otro lado del teléfono, Victoria reconoció la voz. — Cualquier cosa es conmigo, el dinero te lo debo yo, no ella.

— ¿Cómo te tratan Marcos y Andrés? — Dylan usaba un tono burlón. — Te dije que serían grandes amigos en poco tiempo. Verás mi estimado Esteban, las reglas las pone el cobrador no el deudor. Mejor aconsejale a tu hija que se porte linda.

— ¿Dónde tienes a mi papá?. — Victoria lo tomó por el cuello de la camisa logrando que una lasciva sonrisa se asomara en el chico.

— Tu papi, está en un retiro de sanación donde podrá pensar en las consecuencias de sus actos. — Vaciló un poco con los ojos. — Aunque no se encuentra disponible por el momento, coopera y serás feliz de nuevo.

Victoria no sabía si la paranoia la estaba consumiendo o si de verdad había algo de esperanza en las palabras del chico. Su instinto estaba roto y como un zorro intentaba protegerse con su cola del frío cruel que la rodeaba. Sin fuerzas, se fue.

— No te arrepentirás.

*3 semanas después*

El estacionamiento de la escuela era un lugar bullicioso al inicio de semana, los amigos se reunían a ponerse al día después de un agitado fin de semana.
Un par de neumáticos chillaban anunciando la llegada de un deportivo último modelo, desprendía poder y lujo; de él descienden un par de piernas muy bien torneadas luciendo un bronceado perfecto, los murmullos comenzaron a llenar el lugar mientras Victoria caminaba y terminaba de aplicarse una capa de lápiz labial. Parecía que con cada paso que daba congelaba el lugar atrayendo todas las miradas, desde los curiosos hasta los escépticos de que en realidad fuera ella.

A partir de esa noche parecía que la misma tierra la había reclamado como suya y se la hubiera tragado, nadie supo más nada. Unos esparcieron rumores sobre que por fin se había escapado con un hombre rico al que no amaba, otros que se la vivía de fiesta donde las noches las convertía en días vendiendo sustancias ilícitas, sus caderas se contonean de manera que cada paso es como flotar entre todos los demás. Simples larvas molestas por no ser la abeja reina.

— Se pueden ir a la mierda. — Victoria acomodó un poco su falda y caminaba segura hacia su salón.

Toda la ansiedad que se la comía semanas atrás se fue por el caño junto con sus problemas y los que quisieron pisotear su imagen el castigo menos cruel será la muerte.

— Señorita D´Angelo, es un gusto tenerla de vuelta. — La maestra Hudson sonríe de manera amable.
— Y aunque no lo fuera. — El tono de voz de Victoria dejó atónito a más de uno. Por dentro estaba segura de que muchos no estaban felices por su regreso y les daría más motivos para estarlo.
— Más le vale que cuide su vocabulario señorita. — La maestra la miraba directamente.
— ¿O si no…? — La sonrisa burlona por parte de Victoria retaba a cualquier autoridad.
— No pienso soportar esa actitud señorita. — la voz molesta de la maestra resonó en el salón. — Largo de mi clase ahora. — dijo señalando la puerta.
— Ni quien quisiera estar en su estúpida clase. — Victoria se levantó del pupitre, tomó sus cosas y dio algunos pasos en dirección a la salida, no sin antes tirar las cosas de la maestra al suelo. — Y vaya a quejarse, soy intocable.

— Disculpe señorita Hudson, tuve que resolver unos asuntos. — Una voz familiar se planta desde la entrada del aula. Andrew acomodaba su mochila mientras mostraba una sonrisa a la maestra que pronto le dejó pasar. — Pensé que por fin dejaríamos de ser desdichados y te habías largado…

— Métete en tus asuntos. — La chica lo miró de frente haciéndole notar que no era bien recibido por ella, acto seguido le dejó caer el café que traía bebiendo. — Ups, no me fijé.

— Me da gusto verte. — El chico tomó sus pertenencias y se cambió de lugar.
Andrew se sentía exasperado siempre que ella estaba presente, es como si todo lo malo que hay en este estúpido mundo se resumiera en ella. Le parecía pedante y arrogante, se sintió un poco aliviado de no verla por esas semanas, aunque duró muy poco para ser verdad.

En otro punto de la ciudad Emma estaba sentada en la sala de hospital de una clínica de nivel medio, aunque no la conocieran cualquiera podría deducir que estaba nerviosa y a la espera de noticias. Comenzó a caminar de un lado a otro mientras mil y un cosas pasaban por su mente, si las cosas seguían así tendría que salir de la escuela para poder ayudar en la pastelería para que los ingresos pudieran aumentar y así poder operar a su hermana.

— Señorita Stone, buen día. — Un chico de mediana edad se acercó a ella. — Mi nombre es Alex, soy el nuevo médico internista con el que estará su hermana. Como pudieron notificarle, su hermana se encuentra un poco delicada, incluyendo ahora dolor en su padecimiento. Por el momento se encuentra completamente sedada mientras buscamos una forma efectiva y menos agresiva de seguir tratando su enfermedad además de intentar atenuar el dolor. Por lo tanto ahora solo estaremos haciendo algunas pruebas y tratando de esperar lo mejor. Le sugiero que regrese a casa y descanse. Piense bien si quieren seguir con los tratamientos.

Las manos de Emma temblaban, no tuvo el valor de pasar aunque fuera a ver el delicado estado de su hermana, sentía que su pequeño mundo colapsaba sin siquiera permitirle meter las manos.
Salió de la clínica en busca de algo para desayunar antes de regresar a casa, el lugar por donde se encontraba era un complejo de varias clínicas y cerca de ahí había lugares para comer, decidió que lo mejor era tomarse el día alejada de la escuela.
Caminaba por el estacionamiento del hospital aproximándose a una avenida donde habían varios locales lindos. Las mamparas y los lujosos aparadores adornaban el lugar mientras ella decidía que podía comprar que se adecuara al presupuesto.

— Hey, Emma. — Una voz masculina la sacó de sus pensamientos y volteaba a una de las mesas por ahí. — Que gusto verte, ¿estás bien?. — Matt la miraba con el ceño fruncido mientras caminaba hacia ella.

— Hola, sí. Estoy bien. — Emma intentó no tartamudear, lo mínimo que quería era tener preguntas que no estaba dispuesta a responder.

— ¿Qué haces por aquí? — Los ojos cafés de él la miraba expectante y con algo de preocupación.

— Vine a hacerme un chequeo de rutina. — La chica forzó una sonrisa mientras por dentro se regañaba por una respuesta tan tonta. — Tú sabes, a veces pasan cosas y cuando no se puede hacer nada, hay que seguir con los procedimientos, o algo así.
«Por Dios Emma, no actúes como tonta »

— Sí, entiendo. — el chico la miró pensativo. — Siéntate, te invito a desayunar. — Él sonrió ofreciendo una silla. — ¿O vas de prisa?
— No quisiera molestar, de hecho ya me iba. — Se acomodó el bolso y antes de que pudiera darse media vuelta su estómago hizo un ruidito anunciando cuanto ansiaba ser alimentado.
— Desayunamos y puedes irte si así lo quieres. — Matt insistió.

Emma solo miraba el restaurante y era obvio para ella que no podía costear ni una sola bebida ahí, las últimas medicinas de su hermana los habían dejado fritos y lo poco que le quedaba a Ema decidió dárselo a sus papás, que sabía que ellos lo usarían para lo que hiciera falta en casa.

—En serio no quisiera molestarte, yo igual estaba por irme. - La sonrisa de Emma estaba torcida pues no sabía qué hacer.

—Come y te vas. - Mat fue rápido y le quitó el bolso poniéndolo sobre la mesa.- Te llevo a tu casa si gustas

—Supongo que tengo que aceptar. — Emma solo sonrió y se acercó a la mesa.

— A menos que quieras irte sin tu bolso, deberías considerarlo — Matt sonrió. — Dicen que si quieres conocer a una chica debes de conocer lo que hay en su bolso.

— Bueno. - Las manos de Emma sudaban porque sabía que él preguntaría por qué está ahí y su cerebro aún no funcionaba del todo para poder crear un pretexto convincente.

Matt pedía la comida de ambos mientras Emma se limitaba a admirar el lugar en silencio.
De repente Emma lo miró, inspeccionando cada centímetro del rostro del chico con detenimiento. La forma en que se curvan sus labios, el largo de sus pestañas, los pequeños lunares. En realidad Matt era un chico muy atractivo y el estar sentada con él en un restaurante, a solas, poco a poco la tentaba a fantasear. ¿Un chico como él y una chica como ella? ¿Qué tan suave será su piel? ¿Qué tan sedoso es su cabello? Sus manos quizá están frías ¿o serán cálidas?

— Toma, este es para ti. — la voz de Matt la sacó de sus pensamientos. - me tomé la libertad de pedirte un jugo de naranja
— No te hubieras molestado, pero que lindo de tu parte
— Te veo un poco pálida el día de hoy, ¿sucede algo?
— No, todo está de lo mejor, cosas de chicas, los cambios hormonales y eso.

— Ya veo, lo supuse por la bandita en tu antebrazo.-. La mirada de Emma se posó instintivamente en esa zona recordando que había sido pinchada hace un par de horas.
— Bebe tu jugo, te sentirás mejor. -El semblante que Mat le ofrecía era tan reconfortante además de que emanaba paz, que ciertamente es lo que Emma necesitaba.
Emma bebió un poco de jugo la acidez y dulzura de la naranja le ayudaba a sentirse con más energía mientras las rodajas de fresas le agregan un toque fresco.
Poco a poco ambos pudieron comenzar a conversar con fluidez, como un par de amigos de antaño que hacía tiempo que no se encontraban.
El sonido de un teléfono interrumpe la amigable conversación

«Estaré ahí pronto, dame un segundo »
Matt finaliza la llamada, por su parte Emma aprovecha a recoger su bolso y una carpeta verde con documentación.
—Matt ha sido un desayuno muy delicioso pero debo irme - las mejillas de Emma estaban rosadas al iniciar la oración. - tengo que llegar a casa antes del mediodía

— Acompáñame a recoger unos papeles y te llevo yo mismo. – Matt se levantó y le indicó por dónde caminar.
La verdad Emma pensó que sería buena idea, ya había pasado parte de la mañana ahí, no perdía nada, además aún se sentía un poco débil de la donación de sangre que había hecho y el transporte público no era una opción.

Caminaron otra vez en dirección al hospital, Emma se sintió un poco afligida pensando que quizá Matt tenía a algún familiar grave de salud y solo quería un poco de compañía.

El sueño viajero que tenía de vez en cuando la chica era estudiar medicina, pero la vida no era tan dulce y ese tipo de licenciaturas son bastante costosas, así que se tendría que conformar con ser secretaria de un hospital mínimo.
El área administrativa era muy bonita, en general el hospital era demasiado bello, elegante y moderno, era uno de los recintos más prestigiosos de la ciudad, por no decir del país.
"Quizá tiene que hacer papeleo" Pensó Emma mientras se adentraba en el lugar, se acercaron a una recepcionista y Matt dijo un nombre el cual la chica no pudo escuchar muy bien.
— Niño Matt, sabe muy bien que solo tiene que llamar a su madre, no es necesario que venga conmigo. — la señora le sonrió enternecida a Matt, pareciera que se conocen de años.
— Sabes que a mi madre tengo que sacarle cita para verla, Miranda. No hay otra manera. — ambos rieron y le entregó a Matt un pase.
— Está desayunando en su oficina.
Matt hizo la seña para caminar hasta allá.
— Su oficina es esa de ahí. – Matt señaló una placa al final del pasillo que decía "Dra. Lily D. Directora"
— ¿Tu mamá es la directora?
— Y también la dueña. — Contestó sonriente el chico.
¿La mamá de Matt era directora del hospital? Es obvio que iba a reconocerla, lo último que Emma quería era lástima por la condición de su hermana y afrontar las mismas preguntas junto con las miradas era un fastidio y un recordatorio constante de que su hermana quizá morirá. El color se le fue de las mejillas y se detuvo en seco. No podía hacerle eso a Nathaly.
—Debo ir al baño, arregla eso y te veré en el estacionamiento.
Y antes de que Matt pudiera replicar la chica caminó a toda prisa.
Emma salió como pudo del edificio a tomar un poco de aire, a los quince o veinte minutos Matt salió de ahí y se dirigieron al auto.
— Y no me dijiste por qué viniste al hospital. – reavivó la conversación el chico. — ¿Esos resultados son tuyos?
El chico no apartaba la mirada del camino, pero de todos modos Emma pedía auxilio desde adentro para inventarse algo, siempre había sido mala mintiendo.

— Solo unas cosas de sangre, ya sabes, asuntos de chicas.

Conversaron un poco hasta que llegaron a la plaza que Emma había indicado, lo menos que quería era que supieran dónde vivía.

— Me la he pasado muy bien Matt, muchas gracias.
Emma bajó del auto y comenzó a caminar, por fin libre del calvario de esconder algo. Tomó rumbo hacia el negocio de sus padres para darles las novedades del hospital y la situación de su hermana.

Kaylee e Ivy caminaban por la biblioteca, solo buscaban un lugar apartado y tranquilo para conversar sobre un tema en especial. Localizaron una mesa en uno de los cubículos privados, a pesar de que eran de cristal tú podrías estar gritando y nadie podría escucharte desde fuera. Dejaron sus bebidas en la mesa y se dispusieron a hablar.

— Bueno. – inició Kay. — La cosa y el tema aquí es que necesito un novio.

— Nunca te andas por las ramas. — Ivy sonrió. — Pero debes decirme en realidad qué quieres, algo para divertirte o algo en serio.

— Esa es la cuestión, al principio quiero algo serio pasando el tiempo pierdo el interés y solo pienso en divertirme.

— Ya veo, ¿tienes a alguien en mente? — Ivory levantó las cejas divertida.

— Ahora que dices de tener algo en mente. — El rostro pícaro y ladino de Kay confundió un poco a su amiga. — No hemos hablado tanto sobre el tema, es más, ni se habló.

—Suéltalo

— ¿Elliot sabe que tú y Jacob se besaron en la fiesta? — Kay soltó una pequeña risa, aunque no entendió con claridad si fue por diversión o nerviosismo.

— Tienes las ideas fritas – Ivy rodó los ojos. — Ya les dije que no nos besamos, ustedes pensaron eso porque nos vieron bailar un poco.

— Ay amiga, yo sé lo que vi — La morena sólo quería reírse en la cara de su amiga. — Te puedo casi jurar que si están unos centímetros más cerca, se fusionan.

— Eres una estúpida y una loca. Eso es mentira. — La chica se recargó en la silla. — Y Eliiot no debe de saber nada, aunque sean solo estúpidos rumores.

— ¿Besa bien?

— ¿Cómo voy a saberlo si jamás pasó? — Ivy golpeó la mesa con las palmas de las manos. — Y no pienso discutirlo más por respeto a mi relación.
«La verdad es que no lo recuerdo»

— En fin, eres una terca. — Su divertida sonrisa jamás desapareció. — Ahora, necesito a alguien que me ayude a pasar ese tonto proyecto de música o voy a reprobar.

— Solo alguien tan tonta como tú llevaría esa materia, la menos musical de todo el instituto.

— Lo romanticé y pasó. — Kay se puso una mano en el pecho. — Está hecho, solo necesito un milagro.

— Eres la menos musical y la menos católica. — Ivy se rió. — ¿No se supone que vienes del bosque?

— Sí y puedo convertirte en carnada si te sigues portando como tonta.

— Bueno, entonces si necesitamos un milagro.

Ambas chicas conversaron un poco más, fingiendo que estudiaban para que no las sacaran de dichos cubículos. Después de un rato decidieron que lo mejor sería ir a casa. Salieron de la biblioteca y pasaron por el estacionamiento, a lo lejos se escuchaba una dulce melodía que llamó su atención, ya no había mucha gente en la escuela por lo que no sería problema encontrar a esa persona.

— Creo que conseguimos nuestro milagro. — Comenzó Ivory. — No lo conozco mucho, pero Andrew dice que es una buena persona. Confiemos.

— ¿A qué te refieres con milagro?

— El chico sabe tocar y necesitas pasar música, el chico es medio lindo a mi gusto, ya te conseguimos un chico. — Número. — Ahora, necesitas acercarte a él.

— Ni siquiera sé su nombre.

— Claro que lo sabes. — La pelinegra levantó las cejas. — Mason, nuestro salón, basquetbol, becado y guapo. ¿Ya viste esos brazos? Su beca obvio es por deporte.

— Bueno, acompáñame. — Kay volteó a ver a su amiga y luego al chico.

— No seas tonta, dijiste que necesitabas un milagro y aquí lo tienes. Lo demás va por tu cuenta.

Antes de que Kay pudiera replicar, Ivory acomodó el cabello de su amiga, subió un poco su falda y le ofreció brillo labial.

— Mi trabajo está hecho. Espero que tu ropa interior no sea de abuela. — Miró a su amiga satisfecha. — Cuéntame todo mañana y sobre todo si se besan. Ciao bella.

Ivory se fue corriendo antes que su amiga dijera algo más. Debo meditarlo un poco.
A lo lejos ve al chico levantarse y comenzar a guardar sus cosas.

«Mierda, creo que no hay nada que pensar, Ivy tiene razón, necesito un milagro»

Kay puso su cara más celestial y caminó al chico, esperemos que todo salga bien.

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