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Mona Lisa kinda Lisa
O W N :: Zona Libre :: Zona Libre :: Tus ideas
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Jaeger.
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Re: Mona Lisa kinda Lisa
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- damon brull:
- Jimin y Chae van a una boda de una amiga de la infancia de Chae. Los dos se ponen de acuerdo para ensuciar el vestido de la suegra
—¿Crees que le dimos suficiente dinero?
—Tiene que serlo, puse un dineral allí.
—Siempre quiso un pony. Quizás le alcance.
El día esta demasiado caluroso. Jimin tiene que bajar todos los vidrios de la camioneta porque apenas se puede respirar y el camino es un poco largo. Vamos a una finca que queda a las afueras de la ciudad.
Hyuna es nuestra vecina. La conocimos cuando se mudo de una ciudad muy lejos para conocer a su entonces futuro marido. Según nos contó, tuvieron un romance por redes y llamadas por unos meses hasta que decidieron saltar a la pileta. Nos hicimos amigas cuando comenzamos a asistir al mismo grupo de entrenamiento y Jimin y ella se llevaron bien casi al instante. Dos años después, nos pide que seamos sus damas de honor junto a la hermana de su prometido.
—¿Crees que le dimos suficiente dinero?
Me cercioro que el sobre con dinero este dentro de mi cartera. Mentiría si dijera que el regalo de bodas no se me paso por alto, porque así sucedió y lo admito con mucha vergüenza. Jimin tampoco lo recordó hasta esta mañana que Haizel nos pregunto que le daríamos.
—Tiene que serlo, puse un dineral allí. —asegura Jimin compartiendo una rápida mirada hacia a mi—Dijo que siempre quiso un pony. Quizás le ayudemos a cumplir ese sueño.
—Entonces ya hice mi primera buena acción del día.
—Te queda para hacer una mala. ¿Te gustaría hacerla conmigo?
Le lanzo un manotazo con las mejillas un poco sonrojadas, lo que le hace reír. No sé como siempre se las arregla para soltarme una de sus boberías y dejarme como tonta. Y no puedo evitar pensar mientras le observo, con el cabello revoloteando en el aire y el brillo del sol golpeando el costado de su cara, que quiero comermelo a besos ahora mismo. Pero supongo que debería esperar después de la boda para ello.
Una vez que llegamos bajamos del auto y, tras saludar a algunos de los conocidos en el camino, vamos directo a la habitación donde se hospeda Hyuna.
.....
Mis ojos se abren a todo dar al igual que mi boca. Una combinación entre estupefacción e indignación al ver a la madre de Hyojoong con un vestido de seda largo hasta sus tobillos, los brazos descubiertos y un corto en v en el pecho. Y blanco. Tiene un puñetero vestido blanco.
Hyuna rompe a llorar cubriendo sus manos contra su rostro, sin poder evitar la crisis que la sacude en estos momentos. Jimin la sostiene con las manos sobre sus hombros antes que pueda desplomarse sobre el suelo. Songhye corre hacía su madre que empieza a gritar desporidicamente contra su nuera.
—¡¿Por qué lloras?! ¡¿Por qué siempre quieres hacerme ver la mala?!
—¡Como se atreve!—chillo enfadada, a nada de quitarme el taco y lanzarselo en mitad de la cara.
—¡No voy a cambiarme! —responde a su hija, quien intenta inutilmente llevarsela.—¡Puedo vestirme como yo quiera, ella no puede decirme que hacer!
—¡Papa! —exclama Songhye directo hacia la puerta.
Finalmente logran llevarsela entre los fuera de la habitación. Hyuna no deja de llorar y solo se detiene un segundo en beber el vaso que su prima le alcanza. Jimin esta a su lado sobandole la espalda mientras le susurra palabras de aliento.
—Respira, respira —y le ayuda a seguir sus respiraciones.
—No puedo creer que me haga esto este día —murmuro Hyuna con dolor, sin poder dejar de soltar lagrimas—¿Y ahora que hago?
Aprieto los puños con fuerza en lo que intercambio una mirada con Jimin. Los dos asentimos sin mas.
—Escuchame—Hyuna levanto su mirada hacia a mi—Hoy será un gran día, ¿de acuerdo?
Parece captar el mensaje oculto tras analizar mis palabras. Lo piensa un segundo antes de asentir con seguridad.
—Gracias, chicos.
Cojo la copa mas grande y alta que hay disponible en la cocina y procedo a servir hasta el tope de la botella de vino que esta sobre la mesada. Camino con el brazo un poco alejado, esperando que no se derrame en mi vestido. Después de todo, no es este el cual debería arruinar.
Diviso a la madre de Hyejong hablando con unas personas. Jimin esta a unos metros de ella. Nuestras miradas se encuentran nuevamente y, como si fuera una señal silenciosa, los dos nos acercamos casi al mismo tiempo.
Jimin choca con la señora de costado y esta se tropieza desde mi lado, aprovecho el momento para derramar la copa de vino y su precioso vestido blanco es teñido de rojo.
—¡Qué haces mocosa maldita!—grita en mi contra y por un momento veo sus garras a punto de arañarme la cara.
Para mi suerte, Jimin me sujeta del brazo y me mueve detrás de él.
—¡Fue un accidente, detengase!—le grita realmente enfadado.
—Oye, vi a la vieja hacerse ojitos con el tío de la novia. ¿Deberíamos...?
—Si esa maldita se atreve a aparecerse de nuevo con el vestido blanco, la jodemos.
—No me gusta bailar.
—Mentira, lo haces todo el tiempo. Te mueves como el goma-goma.
—¿Entonces por que me invitas de todos modos?
—Porque nunca dije que no me gustara. Y para tu suerte, yo si soy un buen bailarin. ¿Sabes que dicen de los buenos bailarines?
Mis mejillas se enrojecen y me cruzo de brazos volteando la cabeza hacia otro lado. Jimin me abraza por la espalda, dejando un beso en mi hombro descubierto que me eriza la piel. Suavemente, nos va meciendo al ritmo de la banda que toca.
Sus manos se mueve directamente hacia la parte descubierta de mi ombligo, acariciandolo con la yema de los dedos y destrozando mas mis nervios.
Deja un beso en la parte posterior de mi cabeza antes de girarme letamente.
Me abraza por la cintura mientras seguimos balanceandonos. Me quedo absorta en su mirada cariñosa hacia a mi. Rodeo mis brazos en su cuello y me dejo llevar por completo a todas las sensaciones que vivo con el, provocadas por el.
—
Como puede ser la linea temporal de something all about love
PRIMER ACTO: NAEUN Y YOONGI.
Lo de la inseguridad de naeun y como propone el sado
Escenas con el sado
Como es la dinamica de su relación
El descuido de Yoongi
Naeun sintiendose todavía mal en la relación.
Se da cuenta que quizas nunca estuvieron del todo tan bien hasta que vio la carta de Jieun.
ACTO 2: JUNGKOOK, NÍA
Historia de Jungkook y Nia.
Viaje de jk y naeun
Lo que sucede con el perro y el trauma de jk
Los problemas de nia y jk
Los celos de yoongi con jk
La amistad de jk y naeun
La amstad de nia y yoongi
ACTO TRES: NAEUN Y NARA
Vida de Nara
Problema de la vete
La familia de Naeun
Naeun con lo de su mama
Yoongi y ella han estado mas distanciados.
Sucede la primera pelea.
Namjoon entra en accion.
ACTO CUATRO: YOONGI, HOBI Y JEONG
Como fue para el salir con Naeun después de terminar con Jieun
Un poco de su vida
Naeun recuerda como fue cuando comenzaron a salir y lo que paso con Jieun
Hobi y Jeong, relacion con Yoongi
Hobi y Jeong ellos
Naeun y yoongi visitan a los padres de este.
ACTO 5: REVUELTOS
Yoongi con lo de los papas.
Naeun acostumbrarse a estar en la vete sola. Nia justo pierde el trabajo y trabaja con ella
Nía y Jungkook problemas
Tae y Naeun
Yoongi celoso
Naeun reconciliandose con sus hermanos
Naeun finalmente hablando con Yoongi de lo de la visita de sus papas.
ACTO 6:
Naeun y yoongi con los padres.
Ellos teniendo su primera pelea fuerte
Yoongi yendo a buscarla.
Reconciliacion
..........
O&P
Fiesta de año nuevo en la casa de la mama de una de las vecinas.
—Namjoon, este es Jin. ¿Te acuerdas de él?
—No—responde rotundamente, como si no diera espacio para continuar la conversación.
—¿Cómo que no? Jugaban juntos, Jin siempre cuidaba de ti.
Namjoon procedio a ignorarla mas concentrado en su bebida que en los presentes. Jin penso que si al menos el moreno no era capas de ser cordial, él no tendria que serlo mucho menos.
—Parece que ninguno se acuerda del otro—y volteo pronto su atención en Jimin, quien lucia levemente incomodo con una sonrisa de disculpas—¿Han disfrutado las visperas de Navidad? No ha dejado de nevar toda la noche.
—Ciertamente fue reconfortable—dice Jimin con dulzura.—Pasamos la noche jugando a las cartas y bebiendo chocolate caliente. ¿Que hay de ustedes?
—Oh, nosotros estuvimos con unos amigos bebiendo en la playa y cantando karaoke.
—Mmm pero no es ilegal beber en la playa?
—Eh si—jin se rasco la nuca con una sonrisa avergonzada y pilla—Supongo que no pensamos bien las cosas.
—
Por otro lado, Jungkook no disimula que toda su atención esta sobre el chico. Jin promete burlarse de su hermano cuando esten a solas. A simple vista se ve que se enamoro a primera vista.
—
—Entonces, me dijo que quería que nos entendiéramos con la mirada. A un día de darle un maldito beso —comento Jungkook sin creérselo. —Una necesidad de afecto tan intenso que tome mis cosas y me fui.
—Vaya, que fuerte, ¿verdad?—se ríe Jimin, preguntándose como puede estar tan sorprendido con lo descarado que había sido entre ellos—Debe ser una locura, ¿cierto?
—Puff, demasiado. —Jungkook puso los ojos en blanco, todavía sin entender la indirecta. O quizás la ignoraba a propósito. Ambas opciones eran fiables—Quería que le prometa que nada entre nosotros iba a cambiar y que siempre estuviera para él. Lo conocía hace un mes y lo mejor que pude hacer fue recomendarle terapia —prosiguió Jungkook comiendo de su helado.
—¿Sabes? A mi también me sucedió algo loco con un chico
Jungkook frunció el ceño, preguntándose que se había perdido de Jimin. Se jactaba de conocerlo perfectamente, y sabia que Jimin seguramente no habría estado con nadie luego de Kate. ¿O tal vez si?
Ladeo la cabeza con curiosidad, inclinándose levemente con interes.
—¿Si? ¿Que te paso?
—Nos enamoramos en un mes y luego decidió mudarse a mi casa sin darme cuenta. Ahora tengo que quedarme con él o va a cortarme los huevos. ¿Te lo puedes creer?
Jungkook le dio un manotazo antes de acurrucarse contra él, aun comiendo de su helado.
—Yo tampoco lo supe, solo quería pasar mas tiempo contigo. Cuando me di cuenta, ya estaba a mitad del proceso y pensé que no te molestaría. Lo mejor que podía hacer era terminar con lo que empecé.
—No me molesta—dijo Jimin con seguridad y se perdió en la acción de acariciar sus hebras.
—Ademas es diferente. Nosotros nos conocemos hace mucho tiempo —replico con una mueca en los labios y la mirada tierna—Apenas le conocía, solo íbamos a clases juntos. Yo te quiero desde hace años.
Jimin le dio un beso en la frente, acariciándole la mejilla y acomodando los mechones que caían sobre su rostro.
—Lo sé, yo también te quiero hace años.
—Pero no de la misma forma.
—Mmm, no lo sé—Jimin le abrazo en lo que Jungkook le dedico otra mirada curiosa—Creo que siempre te he querido de una manera distinta. Eso nunca ha cambiado.
—¿No me amas?—insistió Jungkook, aunque ya sabia que Jimin si lo ama. Pero le gustaba oírlo.
—Te amo.
—Lo sé, yo también me amo.
Fue toda una odisea llegar a casa sanos y salvos. Apenas pudo sacar a Jungkook del restaurante antes que se le fuera encima a Kate. Jin tampoco hizo las cosas fáciles porque salto de su asiento para pelear con su hermano a los gritos mientras Kate recibía una pizza vegana y sin tac para ella, comiéndose una porción a la vez que observaba todo el espectáculo. No parecía preocupada por todo el lío que se armo y se excuso con un comentario sobre su obstetra diciéndole que debía sobrellevar un embarazo tranquilo.
Al menos, Jimin se alegro que la bebe y ella estuvieran bien. Quien no iba a estarlo era él, sobre todo porque Jungkook se encerró en la habitación que compartían.
—Cariño, por favor —le rogó recostado en la puerta.
Llevaba unos quince minutos intentando hablar con el pelinegro. Lo peor no era que lo ignorara, sino que podía escuchar los sollozos del otro lado.
—Mi amor, abre. Por favor. —suplico de nuevo, manoteando la manija sin éxito. Mas sollozos se escucharon —Por favor, hablemos.
Nada.
Diez minuto mas, Jimin sentía el nudo en la garganta y la impotencia de no tenerlo en sus brazos para consolarlo.
—Jungkook abre la maldita puerta—esta vez no lo pidió, no rogó. Se lo exigió, y se sintió tan raro hacerlo, pero ya no lo soportaba —Abre o la tiro abajo. Es enserio.
Aunque se sentía como un estúpido amenazando porque, vale, ni siquiera tenia fuerzas para abrir la mermelada y solo podía comer de esta si su novio la abría para él.
—Abre o… eh, me i-iré —se detuvo intentando formar una oración correcta. ¿A donde iba a irse?—Me mudaré con Can, o Yoongi, o con Ems, o con Tae y Hobi. O no sé, con…—¿se atrevería a decirlo?—Con… Kate Y Ji—
Dio un salto hacia atrás en cuanto la puerta se abrió. Un golpe en la cabeza lo dejo viendo estrellas. ¿Le había dado con un martillo o con la almohada?
No tuvo tiempo de comprobar antes de quedarse prendando en los ojos rojos y llenos de furia de su novio.
—Pones un puto pie fuera de esta casa y te juro que haré que Nala, Harry y Baby te coman la polla —prometió Jungkook con la voz un poco rota, pero sin perder la determinación en ella. Le lanzo otro golpe con la almohada que Jimin pudo amortiguar con sus brazos—¡Como te putas atreves a decirle que si a esa idiota! ¡Como te atreves a hacerme sentir miserable!
—¡No, espera, espera!—pedía Jimin intentando sujetarle de los brazos.
Apenas lograba hacerlo, Jungkook se soltaba con fuerza y volvía a arremeter contra él.
—¡Te odio! ¡Te odio, te odio tanto, tanto!
—¡Jungkook, basta! —exclamo Jimin aun luchando contra la estúpida almohada, mas no se atrevía a dar siquiera un paso atrás.
Logro robarle el objeto y lanzarlo lo mas lejos que pudo. Tal vez no tenía la almohada para atacarle, Jungkook decidió usar sus manos, empujándolo a la vez que de sus ojos seguían cayendo lagrimas.
—¡Si te vas con ella no volverás a verme! ¡Me voy a ir lejos, lejos donde nunca nadie me encuentre! —le dio otro empujo con la suficiente fuerza que casi lo deja caer de culo al suelo, pero logro sujetarse del sofá antes de volver a ser atacado por otro empujón—¡Ojala nunca hubiese vuelto! ¡Ojala nunca te hubiese conocido! ¡Me arrepiento tanto, tanto que…!
Jungkook no pudo terminar su frase porque el rostro de Jimin estuvo tan cerca del suyo de un momento a otro, sujetándole las mejillas para conectar la mirada con la suya. Oh, cuando se dio cuenta del peso de sus palabras se transmitían en el rostro lloroso de su novio, pero también el dolor de este.
—Ey, no digas eso —murmuro Jimin con la voz acongojada, temblandole ante el llanto que trataba de apaciguar—No digas eso con todo lo que te quiero.
No le creyó.
—Tu no me quieres. Solo te gusta que te ame porque Kate ya no lo hace —Jungkook se mordió el labio con fuerza ante la incredibilidad del otro—No me amas. Todavía la quieres a ella. Todavía estas enamorado de ella. ¿Y yo que soy para ti? Un reemplazo, nada más.
Jimin jadeo, sufriendo, y sacudiendo la cabeza.
—¿Cómo podrías ser tu un reemplazo, si eres lo mas bonito que tengo?
—¡No! —chillo Jungkook, apartándole de un empujón. Jimin se quedo de pie frente a él, sintiéndose tan vació—No me vas a engatusar con eso. ¿Por qué no eres honesto? ¿Por qué dices esas cosas cuando es obvio que no me quieres?
—¡Que si lo hago!—grito, esta vez desesperado.
—¡Pero no de la manera que yo quiero! ¡Y nunca vas a hacerlo!
Nunca peleaban. Eran contadas las veces que discutían y generalmente eran por tonterías sobre la decoración de la casa y de las travesuras de los gatos. Esta era la primera vez que lo hacían y Jimin se sentía tan atormentado al pensar que sería la primera y la última vez que lo hicieran. No soportaban las palabras que Jungkook tomaba como verdad, porque no tenían ni una pizca de cierto. Tampoco en prohibirse en sentirlo entre sus brazos ya que él no lo dejaba acercarse. Pero lo que lo dejo con terror fue ver su espalda marchándose hacia la habitación con sus hombros sacudiéndose de espasmos ante el llanto.
Antes que Jungkook pudiera volver a encerrarse, Jimin le abrazo con fuerza por la espalda, hundiendo su cara entre su cuello y su hombro. Intento quitárselo, queriendo deshacer el agarre y zarandearlo para liberarse. Nada servía, ni aunque tuviera mas fuerza que Jimin. Este se negaba a separarse de él.
Intento un poco mas hasta que sus brazos perdieron fuerza y los dejo caer a sus costados, al igual que todas sus defensas.
—Ya suéltame —susurro débil por el llanto y el estrés de la situación—Ya estoy cansado.
Estaba cansado después de intentarlo por mas de diez años de que lo amara. Sus esfuerzos nunca valían la pena, no cuando se trataba de que alguien lo amara. Al menos, eso había aprendido Jungkook de pequeño. Nada de lo que hiciera significara que mereciera amor.
—No quiero. No te voy a soltar nunca —balbuceo Jimin, apenas entendiendole entre el llanto y su boca apresada contra la espalda de Jungkook. Se aferro mas a él, tanto que sorprendió al otro al sentir más fuerza de la que recordaba que Jimin tenía—Si me dejas, te juro que voy a vender todos tus muñecos de Marvel, le daré a Emily toda tu colección de mangas, a Can tu álbum autografiado por Miley y-y… ¡y daré en adopción a tus gatos!
Por poco y no se da la vuelta para encajarle un puñetazo al escuchar lo último. Con sus bebes no.
—Te mataré antes de que lo intentes —gruño, otra vez probando suerte a ver si se quitaba a Jimin de encima.
—No me importa.
—Cuando te agarre de los huevos verás que te importara, Park. ¡Ahora suéltame!
—¡Que no, joder!—Jimin lo apreso mas contra si, sacudiéndolo solo una vez para hacerle entrar en razón—Tienes razón: nunca voy a quererte de la manera en que quieres que te quiera.
A Jungkook se le cayo el corazón al vació al escucharlo.
—Porque de la forma en que te quiero ni siquiera puedo tener control y tu mucho menos—prosiguió al sentir al otro tenso. A Jimin ya no le avergonzaba ser cursi y tonto en el amor, mucho menos con Jungkook—Lo siento si te lastimo lo de esta tarde. No quise que te sintieras mal. Jamás me atrevería a hacerte daño con todo lo que significas para mi. Pero realmente, realmente espero que comprendas que esto es importante para mi. Que Kate es importante en mi vida, aunque ya no de la manera que tu te imaginas.
—Solo acepta que todavía la amas, Jimin.
—Por supuesto que lo hago. La amo con todo mi corazón y la amare siempre —cerro sus ojos, estrujándolo mas contra si con temor a que se escapara de sus brazos. Jungkook sintió tantos deseos de huir al escuchar esas palabras—Pero mi amor por ella es distinto. No puede compararse
contigo. No puede compararse con nosotros.
—Porque a mi no me quieres.—afirmo Jungkook.
—No, no—se separo lentamente de él, necesitando observarle a los ojos para que viera su sinceridad. A Jungkook le costo devolverle la mirada una vez frente a él cuando el contrario le dio vuelta. Pero Jimin tiro de su camiseta, rogando por que lo viera.
Jungkook se resistió al comienzo hasta que bajo la cabeza, encontrándose con los ojos marrones brillando entre lagrimas.
—Ya te lo dije. Te quiero. Eres lo mas bonito que existe en mi vida. Eres mi hogar, Jungkook. Y aunque odie que traigas mas gatos, uses todas mis camisetas, te comas todo mi helado y me obligues a ir al gimnasio, quiero todo eso contigo y mucho más.
—Y por que putas tienes que asistir al nacimiento de su hija? ¿Y luego qué? ¿Te pide que vayas con ella a su luna de miel con Jin o qué?
—Creo… que solo es una manera de mantenernos conectados. De volver a conectar. No como antes, no como… como cuando terminamos. Solo… solo sé que la extraño porque no solo fue mi primer amor, sino porque Kate era mi mejor amiga. Yo quiero esto. Realmente quiero estar cerca de ella. Como amigos, como grandes amigos.
—¿Aun si eso signifique perderme?
—Tu no vas a dejarme —aseguro Jimin.
Jungkook encarno una ceja.
—¿Y como estas tan seguro?
—Porque… porque si. Porque eres Jungkook.
—Si se quien soy, tarado.
—A lo que voy es que… eres tu. Y aqui me tienes, completamente. —le sujeto de la cara, intentando que vea la sinceridad en sus ojos
- Spoiler:
- —¿Te han llamado tus padres? Porque los míos se olvidaron de mi.
Kyung se tira sobre mi cama, rebotando en el colchón. Alcanza la revista de música que estaba leyendo hace unas horas. Han entrevistado a papá y mamá casi se compra todas las copias de la ciudad para repartirlas entre todos los conocidos y algunos clientes de la veterinaria.
—Merezco presumir a mi hombre. Algún día me entenderás, mi cielito —contesto en cuanto le pregunte si no era demasiado. Hasta me dio para repartirlas entre mis amigos.
Me dio un poco de pena hacerlo porque, aunque todos conocen quien es mi papa, no sé si es algo que deba presumir. Excepto cuando me lleva a escondidas a conocer artistas y tengo la oportunidad de burlarme de Kyung y Seo. Pero mis amigues lo recibieron con gusto y me felicitaron por los logros de papa. Que todavía no entiendo porque me felicitan a mi, si el merito es todo de él.
Kyung también tiene su revista porque fue de los primeros en recibirla junto a sus padres, aunque no creo que siquiera la haya ojeado. Y es correcto, pues después de darle un par de leídas la lanza hacia un costado.
—¿Qué te he dicho de lanzar las cosas?—bufo molesta, moviendo el mentón hacia el objeto tirado en el suelo—Levántalo antes que me moleste.
—¿La tía Jeong te llamo?—inquiere como si nada, cruzando sus brazos por detrás por su cabeza con un aire desinteresado. Entrecierro los ojos, pensando si debería lanzarle el libro que tengo en las manos justo en su cara—No he sabido nada de Aera desde ayer.
—Han de estar bien. La tía Jeong y el tío Hobi son responsables. O al menos mas que nosotros.
—Ellos tienen dinero para sobornarlos.
La sonrisa de Kyung indica que parece recordar al igual que yo los días en que nos quedábamos con ellos. Generalmente nos portábamos bien, pero si eramos demasiado ruidosos o hacíamos muchas travesuras, bastaba para que el tío Hobi saque del bolsillo algún billete y la tía Jeong comentara sobre la heladería frente a su edificio. Aprendimos a negociar gracias a ellos, así que supongo que Jung y Aera estarán aprendiendo también.
Nuestros padres se tomaron unas pequeñas vacaciones hace cinco días a la ciudad natal de mama y el tío Jungkook. Nos preguntaron si queríamos ir con ellos y ambos dijimos que no porque iríamos a una fiesta universitaria junto con Seo. Que decir que era el cumpleaños de uno de nuestros amigos fue nuestra tapadera, y también fue suficiente para que desistieran. Excepto papa, que se negó a que me quedara sola en casa. O peor, con Kyung. Pero difícilmente ese hombre puede decirle que no a mamá sin que ella se enfade, así que cogieron sus maletas y se largaron.
Era obvio que después de la terrible experiencia de cuidar a nuestros hermanos era una muy mala idea. Por lo que mis tíos preferidos están cuidando de ellos. Kyung y yo nos alternamos para dormir en una casa y otra. Dormimos mas en la suya porque en el sótano están los licores y la pista de bolos que instalaron hace unos años atrás. Pero he extrañado un poco mi cuarto y también dormir con Tanguito, así que desde anoche estamos en mi casa.
—Supongo que vendrán mañana o en dos días —comento mientras prosigo a ordenar los libros que me faltan colocar en la biblioteca—No deben tener cobertura. ¿Has intentado llamarlos?
—No, porque si lo hiciera pensarán que algo malo sucede. Ya sabes como es papá —coloca los ojos en blanco, más la sonrisa y mirada descarada no se desvanecen.
Si papá es pesado a veces, el tío Jungkook se le va de la mano. Lo raro fue que él no protesto en cuanto Kyung dijo que quería quedarse. Estoy segura que no fui la única que le tomo por sorpresa.
La conversación parece morir ahí, por lo que centro mi atención en terminar mi tarea. Son las nueve y todavía no hemos cenado porque ninguno de los dos tenía hambre. Pero sé que Kyung no tardara en sugerir una pizza. Oh, y todavía debo darle de comer a Tanguito.
Habría acabado porque apenas me faltaba un libro para guardar. Kyung me interrumpe con sus brazos alrededor de mi cintura, estrechándome de un solo golpe mi espalda contra su pecho. Le hecho una mirada en el espejo en forma de estrella que esta frente a mi, encontrándome nuevamente con su expresión descarada y atrevida de siempre, reposando su barbilla contra mi hombro. Siento su aliento contra mi cuello y tiemblo ligeramente, lo que le hace acentuar aun mas la sonrisa maliciosa.
—¿Qué? ¿Tienes frío? —claramente se burla, pues afuera hace unos treinta grados y estaríamos muriendo de calor si no fuera por el aire acondicionador.
Ha pasado un tiempo desde que las demostraciones de afecto han llegado a otro extremo un poco mas… intimo. Pero todavía tiemblo como una patética gelatina en sus brazos y todo gesto coqueto en mi contra. Es fácil para él mantenerme así sin mucho esfuerzo, y terriblemente difícil para mi mantenernos cuerdos a los dos.
Quiero responder algo ingenioso para no verme arrastrada a sus intenciones. Mas todo queda en un burdo intento en cuando pasa su nariz por mi cuello, rozando sus labios sobre mi piel. Sin darme cuenta, voy ladeando mi cabeza hacia un costado para darle mas acceso. No lo desaprovecha para nada, dirigiendo sutiles besos y entrelazando sus manos por encima de mi estomago.
—Estas muy tensa —vuelve a dejar un beso mas duradero y otra vez un escalofríos me delata. Sonríe con su rostro escondido entre mi cuello y mi hombro, lo veo perfectamente desde el espejo—¿Debería ayudar que te relajes?
—No seas cerdo —le doy un manotazo en las manos, pero el cabrón afianza el agarre.
Levanta su cabeza para encontrar sus ojos con los míos. Conectamos de inmediato, tan pronto que no es necesario decir nada que sé que ambos lo sentimos. Que sabemos perfectamente lo que significa. Mi pecho tiembla de impaciencia a la vez que de inseguridad. Pues nunca puedo dejar de lado todas las absurdas y no tan absurdas en mi mente cada vez que estamos de esta manera.
—No soy yo quien tiene una tira entera de condones en su cajón.
Frunzo el ceño sintiendo un leve sonrojo en mis mejillas. Desde que tuve mi primera experiencia sexual el año pasado, mamá se encarga de comprarme condones y lubricante. Al principio me horrorice y se los regalaba a Seo porque él les daría un mejor uso que yo. Pero entre mas avanzaban las cosas entre Kyung y yo, empece a guardarlos y, para que mentir, a usarlos también.
—Tu también tienes en tu cajón.
—Porque papá los pone sin que me dé cuenta.
—¿Y crees que mamá no hace lo mismo?—levanto las cejas en alto. Era lo obvio, ambos parecen actuar de manera sincronizada. —Deberíamos bajar. Tengo que darle de comer a Tanguito.
—Un poco más—pide Kyung, otra vez escondiéndose entre mi hombro y el cuello.
Nos mecemos suavemente en lo que nos detenemos a
BLABLABLA
No habré dado dos pasos en que una mano tira de mi brazo con fuerza. Vuelvo sobre mis pasos con torpeza hasta chocar con el pecho de Kyung una vez mas, pero esta vez de frente. Abro la boca para preguntarle que coño sucede. No son necesarias las palabras en cuanto sus labios se encuentran con los míos en un beso demandante. Retengo la respiración apenas mis ojos se cierran y sus dientes se encargan de jugar con mis belfos con la intensión de hacerme responder. Una vez que la sorpresa pasa, la duda se asienta, y aunque esta quiera dar un poco mas de batalla, la dejo ir en cuanto Kyung me empuja con su cuerpo hasta los pies de la cama. Caemos casi de inmediato, aun sin dejar de besarnos. Es mas, es cuando realmente empezamos a besarnos con fervor por ambas partes.
- Spoiler:
- Impaciente, observo por séptima vez la hora en su celular en los quince minutos que llevaba esperando. Que llevaban, mejor dicho. Pues no solo se encontraba él en aquella pizzería de la equina a dos manzanas de su departamento, sino que también se encontraban Kate y Jin. Pronto, Jungkook se uniría a ellos.
La incomodidad nunca había sido tan asfixiante como hasta ahora.
Jimin no entendía como diablos se envolvió en aquella situación. Como carajos acepto la invitación de una cena entre los cuatro. Fue hace una semana que Jin le intercepto a la salida de su trabajo y se apresuro a pegarse como lapa a su lado, acompañándolo hacia el estacionamiento donde aparcaba su auto. Se mantuvo firme y amigable, actuando como si nada hubiese sucedido entre ellos. Como si Jimin no fuese el ex novio de su ahora novia. Aunque, para ser justos, Jin nunca intervino de manera inadecuada durante su relación y mucho menos en el proceso de mudanza. Jamás dijo un comentario fuera de lugar, ni siquiera una mueca de desagrado o molestia. Nada. Dejo que el agua siguiera su curso por el río, sin dejar caer una roca que obstruyera el camino o quitarlas para facilitar el flujo. No como Jungkook, su ahora novio.
Lo que si tenía seguro era lo obvio
, incluso si no compartían el mismo factor de sangre,
. Ninguno de los dos se salvaba de ser extremadamente cabezota una vez que una idea se entre ponía en ojo y ojo.
Lo único que tenía en claro es que haría lo imposible porque el encuentro fuese lo mas corto de lo necesario. O al menos que Jungkook se atrasara en el gimnasio unos diez minutos más, así tendría la excusa perfecta para salir huyendo como el cobarde que siempre fue.
Había pasado al menos unos cinco meses la última vez que los vio. A Kate y Jin. Después de la “ruptura” oficializada, Jimin coincidió con Kate sobre mantener distancia. Al menos un tiempo hasta que todo fuese menos incomodo y doloroso para ambos. Él necesitaba aprender a vivir sin ella como su compañera de vida y aventurarse a resolver sus propios conflictos internos; los que aplazo por el miedo de enfrentarse a ellos. Y Kate… Kate tenía alguien más por quien preocuparse, y no se trataba de Jin. Se trataba de la vida que llevaba en su vientre. Un vientre hinchado de unos siete meses, que para Jimin fue la bofetada que no pidió, solo se asentó una realidad que aun era difícil de digerir.
Porque Kate sería madre. Pero Jimin no sería el padre.
Viéndola armar una torre con los palillos que reposaban en un cuenco al costado de la mesa, recordó los años en que jugaban a elegir los nombres de sus futuros hijes según la estación del año en que nacería. Armaban juegos de palabras y cada tanto disputaban que apellido llevaría quien encontrara primero las llaves de la casa. Hablaron de cuantos tendrían. Kate se conformaba con uno. Jimin quería unos cinco porque siempre deseo una familia grande.
Todo eso quedo en la nada misma.
Y aunque una parte de si todavía dolía verla formar una familia con él, otra parte le abrazaba con cariño y confort al comprobar, una vez mas, que Jin era sincero.
—¿Quieres mi chaqueta? Esta haciendo un poco de frío.
Kate apenas volteo a observarlo antes de negar y volver a su torre de palillos.
—Esta bien, aquí es bastante cálido. Aunque podrías pasarme los palillos de la mesa de al lado, así sigo con esto.
Volteando a los costados, Jin se estiro lo suficiente para coger el cuenco de la mesa vacía a su costado. Tenía los brazos suficientemente largos para tomarlos sin llamar la atención del personal o de los demás clientes. Kate le regalo una sonrisa antes de proseguir con su torre.
—Podemos hacer con pan y escarbadientes algunos personajes —le sugirió, tomando una hogaza de pan que habían dejado como aperitivo mientras esperaban su orden.
—Genial. Serán Geralt y Jaskier.
—Pensaba en Aragorn y Legolas—comento en un tono sugerente.
Con los ojos en blanco, Kate volvió a negarse.
—No, Geralt y Jaskier.
—Ni siquiera están en una torre.
—¿Tu que sabes? Te quedaste dormido en el segundo capitulo.
—No es mi culpa que tu serie sea aburrida.
Los observo verles discutir un poco más sobre la serie que habían comenzado el año pasado, sintiéndose tan ajeno al momento. Hace un año, Kate y Jimin estaban enredados en el cómodo sofá con Lennon sobre la alfombra, las luces apagadas para concentrarse aun más en la trama y el cuenco con frutas cortadas a su alcance en la mesita aun lado. El corazón se le acongojo como si una mano lo encerrara en un puño, estrujándolo con melancolía.
—¿Tu que opinas, Jimin? —Jin le cuestiono, dirigiéndole una sonrisa sin dientes y una mirada suave, como si supiera que la escena le afectaba mas de lo que pretendía.
Sus ojos fueron directos hacia Kate, quien bajo la mirada hacia sus manos, rehuyendo de su la suya. Jimin la entendía, pues estaba seguro que ella deseaba correr tan lejos como él. Pese a que estuvieron separados cinco meses, todavía tenía la intuición que seguían siendo mas parecidos de lo que ambos imaginaban.
—Que creo que se están tardando. Pensé que solo sería una pizza y una cerveza.
—Oh, es cierto.—Jin chequeo la hora en su celular— Ya ha pasado veinte minutos desde que llegamos.
Veinticuatro, y solo faltaban unos pocos minutos más para que Jimin usara una estúpida excusa y correr.
Quería correr lejos, lejos.
Lejos de los momentos que ya no volverían.
Lejos de los recuerdos que lo agobiaban.
Lejos donde podría seguir su vida junto con Jungkook, como si esa siempre hubiese sido su realidad.
Todavía dolía. Dolía tanto que recurría a pellizcarse los muslos para no echarse a llorar allí sin más razones. Tenía las suficientes. Porque verla frente a él, intentando no conectar las miradas y responder con simples monosílabos, acrecentaba la verdad que se negaba aceptar. La perdió. Kate ya no era parte de su rutina, de sus días, de su vida. Ya no estaba con él abrazándole en cada crisis. Ya no esperaba por él todas las noches para hacerse la rutina de skincare. Tampoco le buscaba los martes después del trabajo para ir al supermercado y comprar cualquier cosa, menos lo necesario para la semana.
Jimin comprendió en esos meses que nunca dudo del amor sincero entre ellos. Pero si en los cambios que traerían una vez expuesta la metamorfosis de este amor. Porque ya no era indispensable para ella. Era reemplazable y desechable, tan propio de su persona. Tal cual aprendió en su infancia.
—¿Te comiste una vaca o algo?
Por poco no cae la silla cuando noto que Jungkook estaba a su lado. Llevaba unos jearsy sueltos con una hoodies de Stranger Things que se lo había regalado a Jimin para su cumpleaños, pero que el muy pillo usaba gran parte del tiempo. Jimin apenas pudo usarlo el primer día y luego unas dos veces mas antes que su novio se adueñara de este. También noto que llevaba el cabello mojado, recién salido de la ducha, y supo que seguramente discutirían por aquello cuando llegaran a la casa. Le quebraban los nervios cada vez que veía a Jungkook salir con el cabello mojado en pleno invierno, que hasta que no cogiera una pulmonía no aprendería.
Ninguno de los tres estaba sorprendido por la grosería del recién llegado. Jungkook nunca se preocupo por ser agradable o tener siquiera tacto. Mucho menos si sus intenciones eran ser fastidioso. Kate parecía intuir los celos del menor, dejando de lado su trabajo con los palillos para observarle con una pequeña sonrisa y los ojos brillando solazmente. No importaba cuantos insultos Jungkook lanzara en su contra, había compuesto cierta inmunidad sobre estos después de tantos años de amistad.
—Compórtate —le regaño Jin al instante.
—¿Disculpa? ¿Tu quien eres?—le dio una mirada de arriba abajo, sin importarle la expresión de ofensa del otro.
—¡Cómo que “quien soy”, pendejo! —chillo Jin. Boqueaba en busca de aire, alternando la mirada entre Jimin y Kate, como si les preguntara con los ojos si también habían escuchado lo mismo. No busco respuesta, solo respiro profundo antes de proseguir mas calmado —Solo siéntate, que bastante llevamos esperándote.
—Ahora los perros ordenan—bufo con burla, sentándose en las piernas de Jimin e ignorando a propósito el asiento vacío al lado de este—No lo tienes bien entrenado, Kathie.
—¡No le digas Kathie! ¡No le gusta! —replico Jin en defensa de su novia, quien arrugo los labios ante el apodo.
—Tiene cara de Kathie. De perra chihuahua. O simplemente de perra.
Jin y Jimin abrieron la boca para regañarlo al mismo tiempo, pues se estaba yendo un poco de las manos toda la situación. Lo único que les detuvo fue la risa con gracia de Kate, quien acomodo su espalda contra el respaldo de la silla.
—Gracias por tu observación, Jeon. Que te digo, a veces se nace perra y otras veces gata—fingiendo estar concentrada en dejar un palillo sobre su torre ya casi terminada, se apresuro a explicar—Las perras llaman la atención solo por su presencia. Las gatas necesitan mover la cola para ello. Como tú.
Los dos espectadores jadearon con sorpresa. Si esto terminaba en guerra, pues no les sorprendería con el carácter que ambos se cargaban.
Jungkook lanzo un manotazo para derribar la torre de palillos, furioso por la indirecta clara que le envió. Pues claro, porque Kate solo necesito ser ella misma para que Jimin cayera a sus pies. Jungkook tuvo que esforzarse el triple de lo que Kate nunca se esforzó por Jimin. O al menos, eso era lo que creía.
—Kookie, por favor —Jimin susurro en su oído, sintiendo su piel erizarse ante el choque de su respiración contra si. Sujetándole de las caderas, intento quitarlo sobre él para llevarlo a la silla vacía.
Mas dolido que ofendido, apretó los dientes para disimular lo fatal que le sentaba estar reunidos los tres. Lo único que podía pensar es que las comparaciones eran mas evidentes y fáciles de percibir al estar presente su némesis. No le daría el gusto de siquiera atreverse a pensar en volver con Jimin. No después de tanto tiempo que deseo estar junto a él.
Lo detuvo de un manotazo, lanzándole una mirada fulminante sobre su hombro.
—Déjame tranquilo. Yo me siento donde quiero y encima de ti es el lugar que mas me apetece —contesto con un gruñido. Le quito el agua que tenía Kate aun lado de la mesa y le dio un enorme sorbo, lo suficiente para dejarlo poco menos de la mitad y estampo con fuerza la botella sobre la mesa, dejándola en el lugar anterior. La observaba como si estuviese retándola a lo mas mínimo—Ahora, ¿por qué coño nos quieres aquí?
La mirada de Kate se mantuvo inflexible, que Jimin anticipo que lo siguiente no podría gustarle a ninguno de los dos. Aquella también había sido su duda cuando recibió la llamada de Jin la semana pasada con la petición de reunirse. Ni siquiera le dijo de que se trataba, por lo que toda la semana se mantuvo nervioso e impaciente para saber que era lo que tenían en mente.
Sin embargo, todo cambio en el momento en que Kate poso una mano sobre su vientre.
—En dos semanas tengo programada la cesaría—comento con tranquilidad. Aún así, Jimin percibió un deje de nerviosismo en su voz.
Jungkook no lo percibió o lo obvio, cualquiera de los dos era una opción factible.
—Aja, ¿y qué?
—Quiero que Jimin este conmigo.
Algo le golpeo en el pecho que la respiración se agoto sin preámbulos. Y por unos momentos, no pudo hacer mas que sostener los luceros de Kate que rogaban por un si.
En cambio, Jungkook sintió que le arrancaban el amor de sus brazos.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Acaso ahora lo quieres de regreso? —ataco de inmediato, dirigiendo ahora su mirada asesina hacia su hermano. Le dolía tanto la garganta de contener los gritos y el llanto que se avecinaban—¿Y tu qué? ¿Acaso ya no te funciona el pene o qué mierda?
—Me funcionan bien los puños, pendejo —Jin chasqueo la lengua, buscando paciencia. Jungkook celoso era mil veces mas insoportable. —¿Quieres dejar de actuar como un crío tonto? No es como si le pidiera que sea el padre.
—Y porque putas le pide que entre con ella. Se supone que para eso estas tu, inútil de mierda.
—Dijeron que dos personas pueden entrar —procedió a explicar Kate, sin inmutarse por la actitud del chico. Sus ojos solo estaban puestos en Jimin—Pensé en ti, además de Jin. Realmente me gustaría que estés allí. Por si algo sale mal o…
Parecía luchar contra ella misma para no romper su voz allí sin mas. No tuvo que proseguir porque, gracias a Harrison que la protegía desde quien sabe donde, Jimin aún sabía leerla perfectamente. Estiro su brazo por encima de la mesa para sostener su mano junto a la suya, apretándola con tanta calidez que no supo cuanto había extrañado un simple gesto como aquel hasta que lo hizo. Jimin siempre supo leerla, tanto que no fue necesario exponer sus miedos mas profundos para que él lo supiera. Que le aterraba la idea de la cesárea porque tendría que entrar a un quirófano. Que quizás algo pasaría y las cosas empeorarían. Que puede que tendría que dejar a Jin y a su bebe. Kate no podía pensar en otra persona que los mantuviera a salvo que Jimin. Y aun así, si todo salía bien, no dudaba en querer compartir ese momento con él. Aquel momento y muchos mas en el futuro.
Con los ojos llenos de lagrimas, Jimin asintió.
—Claro que si. Por supuesto que si.
Y una vez que sus miradas se reencontraron, también se reencontraron Jimin y Kate, los dos niños que se volvieron grandes amigos, los adolescentes que estaban locamente enamorados, y los adultos que estaban de espalda a espalda y codo a codo con cualquier situación que se les avecinara.
Eran simplemente ellos, que Jimin ya no tuvo los deseos de correr lejos.
Jungkook se quedo sin habla, petrificado donde estaba sin poder hacer nada. Tan ajeno, tan lejano. Tan reemplazable en cuestiones de segundos.
Habría querido levantarse e irse sin importarle hacer un escándalo. Solo le detuvo la mano libre de Jimin que dejo caer sobre su cintura, rodeándola lo suficiente para mantener su espalda contra su pecho. No se atrevió a moverse cuando Jimin dejo caer su cabeza sobre su espalda, todavía sollozando.
—Gracias, Kate. Sería un placer para mi asistir.
—Gracias a ti, Jimin. Por todo.
—Ugh —Jungkook musito sin poder evitarlo. ¿Cuanto tiempo mas estarían tomados de la mano? ¿Debería arrancársela a esa estúpida de un mordisco o qué?
Jin le dirigió una mirada para que se comportara, pero al hablar fue directo hacia Jimin con una sonrisa.
—Queda de más decir que nos gustaría que fueses el padrino, si es que lo deseas.
—¿Enserio? —enternecido, apretó con cariño la mano de Kate.
—Claro que si. —esta asintió aun con los ojos llenos de lagrimas.
—Me encantaría…
—No. Olvídalo. No puedes —replico Jungkook, separando las manos unidas. Se aferro al cuello de su novio, fulminando a Kate con un puchero en los labios —No quiere a tu bebe, suficiente tiene conmigo.
—El problema es que tu no eres un bebe. Eres un puñetas —Kate se limpio las lagrimas con el pañuelo que Jin le tendió—No te preocupes. Puedes ser el padrino de Lennon.
—Ojala tu perro se coma a tu bebe.
—Ojala Jimin quiera mas a nuestra bebe que a ti.
Jeon ahogo un grito de furia e intento replicar. Jin fue mas rápido y le clavo la hogaza de pan en la boca.
—Ya cállate. No vinimos a pelear o a robarte a tu novio—acaricio con amor el vientre de su novia, pasando un brazo por alrededor de los hombros de esta, como si estuviera protegiéndola de su hermano y su estupidez—Solo queremos hacer las paces, sobre todo ahora que la bebe esta por nacer.
—¿Es una niña?—Jimin estiro su sonrisa, observando con anhelo el vientre hinchado—Sería hermoso si se pareciera a ti.
—Mmm, tengo la impresión que será idéntica a Jin—sonrió, atrapando su mano con la de su novio para entrelazarla sobre su vientre—No tengo suerte.
—Bueno, siempre puedes tener otro.
—No, gracias.
—Ojala que tengas unos cinco mas —deseo Jungkook con los dientes rechinando, ansiando porque se volviera realidad.
Kate arrugo el entrecejo y chasqueo la lengua con disgusto.
—Tu enserio quieres que Jimin me acompañe otras cinco veces mas a parir, ¿verdad?
Fue la gota que derramo el vaso para Jeon.
—¡Suficiente, pendeja!
Fue toda una odisea llegar a casa sanos y salvos. Apenas pudo sacar a Jungkook del restaurante antes que se le fuera encima a Kate. Jin tampoco hizo las cosas fáciles porque salto de su asiento para pelear con su hermano a los gritos mientras Kate recibía una pizza vegana y sin tac para ella, comiéndose una porción a la vez que observaba todo el espectáculo. No parecía preocupada por todo el lío que se armo y se excuso con un comentario sobre su obstetra diciéndole que debía sobrellevar un embarazo tranquilo.
Al menos, Jimin se alegro que la bebe y ella estuvieran bien. Quien no iba a estarlo era él, sobre todo porque Jungkook se encerró en la habitación que compartían.
—Cariño, por favor —le rogó recostado en la puerta.
Llevaba unos quince minutos intentando hablar con el pelinegro. Lo peor no era que lo ignorara, sino que podía escuchar los sollozos del otro lado.
—Mi amor, abre. Por favor. —suplico de nuevo, manoteando la manija sin éxito. Mas sollozos se escucharon —Por favor, hablemos.
Nada.
Diez minuto mas, Jimin sentía el nudo en la garganta y la impotencia de no tenerlo en sus brazos para consolarlo.
—Jungkook abre la maldita puerta—esta vez no lo pidió, no rogó. Se lo exigió, y se sintió tan raro hacerlo, pero ya no lo soportaba —Abre o la tiro abajo. Es enserio.
Aunque se sentía como un estúpido amenazando porque, vale, ni siquiera tenia fuerzas para abrir la mermelada y solo podía comer de esta si su novio la abría para él.
—Abre o… eh, me i-iré —se detuvo intentando formar una oración correcta. ¿A donde iba a irse?—Me mudaré con Can y Yoongi, o con Ems, o con Tae y Hobi. O no sé, con…—¿se atrevería a decirlo?—Con… Kate Y Ji—
Dio un salto hacia atrás en cuanto la puerta se abrió. Un golpe en la cabeza lo dejo viendo estrellas. ¿Le había dado con un martillo o con la almohada?
No tuvo tiempo de comprobar antes de quedarse prendando en los ojos rojos y llenos de furia de su novio.
—Pones un puto pie fuera de esta casa y te juro que haré que Nala, Harry y Baby te coman la polla —prometió Jungkook con la voz un poco rota, pero sin perder la determinación en ella. Le lanzo otro golpe con la almohada que Jimin pudo amortiguar con sus brazos—¡Como te putas atreves a decirle que si a esa idiota! ¡Como te atreves a hacerme sentir miserable!
—¡No, espera, espera!—pedía Jimin intentando sujetarle de los brazos. Apenas lograba hacerlo, Jungkook se soltaba con fuerza y volvía a arremeter contra él.
—¡Te odio! ¡Te odio, te odio tanto, tanto!
—¡Jungkook, basta! —exclamo Jimin aun luchando contra la estúpida almohada, mas no se atrevía a dar siquiera un paso atrás.
Logro robarle el objeto y lanzarlo lo mas lejos que pudo. Tal vez no tenía la almohada para atacarle, Jungkook decidió usar sus manos, empujándolo a la vez que de sus ojos seguían cayendo lagrimas.
—¡Si te vas con ella no volverás a verme! ¡Me voy a ir lejos, lejos donde nunca nadie me encuentre! —le dio otro empujo con la suficiente fuerza que casi lo deja caer de culo al suelo, pero logro sujetarse del sofá antes de volver a ser atacado por otro empujón—¡Ojala nunca hubiese vuelto! ¡Ojala nunca te hubiese conocido! ¡Me arrepiento tanto, tanto que…!
Jungkook no pudo terminar su frase porque el rostro de Jimin estuvo tan cerca del suyo de un momento a otro, sujetándole las mejillas para conectar la mirada con la suya. Oh, cuando se dio cuenta del peso de sus palabras se transmitían en el rostro lloroso de su novio, pero también el dolor de este.
—Ey, no digas eso —murmuro Jimin con la voz acongojada, temblandole ante el llanto que trataba de apaciguar—No digas eso con todo lo que te quiero.
No le creyó.
—Tu no me quieres. Solo te gusta que te ame porque Kate ya no lo hace —Jungkook se mordió el labio con fuerza ante la incredibilidad del otro—No me amas. Todavía la quieres a ella. Todavía estas enamorado de ella. ¿Y yo que soy para ti? Un reemplazo, nada más.
Jimin jadeo, sufriendo, y sacudiendo la cabeza.
—¿Cómo podrías ser tu un reemplazo, si eres lo mas bonito que tengo?
—¡No! —chillo Jungkook, apartándole de un empujón. Jimin se quedo de pie frente a él, sintiéndose tan vació—No me vas a engatusar con tu palabrerio. ¿Por qué no eres honesto? ¿Por qué dices esas cosas cuando es obvio que no me quieres?
—¡Que si lo hago!—grito, esta vez desesperado.
—¡Pero no de la manera que yo quiero! ¡Y nunca vas a hacerlo!
Nunca peleaban. Eran contadas las veces que discutían y generalmente eran por tonterías sobre la decoración de la casa y de las travesuras de los gatos. Esta era la primera vez que lo hacían y Jimin se sentía tan atormentado al pensar que sería la primera y la última vez que lo hicieran. No soportaban las palabras que Jungkook tomaba como verdad, porque no tenían ni una pizca de cierto. Tampoco en prohibirse en sentirlo entre sus brazos ya que él no lo dejaba acercarse. Pero lo que lo dejo con terror fue ver su espalda marchándose hacia la habitación con sus hombros sacudiéndose de espasmos ante el llanto.
Antes que Jungkook pudiera volver a encerrarse, Jimin le abrazo con fuerza por la espalda, hundiendo su cara entre su cuello y su hombro. Intento quitárselo, queriendo deshacer el agarre y zarandearlo para liberarse. Nada servía, ni aunque tuviera mas fuerza que Jimin. Este se negaba a separarse de él.
Intento un poco mas hasta que sus brazos perdieron fuerza y los dejo caer a sus costados, al igual que todas sus defensas.
—Ya suéltame —susurro débil por el llanto y el estrés de la situación—Ya estoy cansado.
Estaba cansado después de intentarlo por mas de diez años de que lo amara. Sus esfuerzos nunca valían la pena, no cuando se trataba de que alguien lo amara. Al menos, eso había aprendido Jungkook de pequeño. Nada de lo que hiciera significara que mereciera amor.
—No quiero. No te voy a soltar nunca —balbuceo Jimin, apenas entendiendole entre el llanto y su boca apresada contra la espalda de Jungkook. Se aferro mas a él, tanto que sorprendió al otro al sentir más fuerza de la que recordaba que Jimin tenía—Si me dejas, te juro que voy a vender todos tus muñecos de Marvel, le daré a Emily toda tu colección de mangas, a Can tu álbum autografiado por Miley y-y… ¡y daré en adopción a tus gatos!
Por poco y no se da la vuelta para encajarle un puñetazo al escuchar lo último. Con sus bebes no.
—Te mataré antes de que lo intentes —gruño, otra vez probando suerte a ver si se quitaba a Jimin de encima.
—No me importa.
—Cuando te agarre de los huevos verás que te importara, Park. ¡Ahora suéltame!
—¡Que no, joder!—Jimin lo apreso mas contra si, sacudiéndolo solo una vez para hacerle entrar en razón—Tienes razón: nunca voy a quererte de la manera en que quieres que te quiera.
A Jungkook se le cayo el corazón al vació al escucharlo.
—Porque de la forma en que te quiero ni siquiera puedo tener control—prosiguió al sentir al otro tenso. A Jimin ya no le avergonzaba ser cursi y tonto en el amor, mucho menos con Jungkook—Lo siento si te lastimo lo de esta tarde. No quise que te sintieras mal. Jamás me atrevería a hacerte daño con todo lo que significas para mi. Pero realmente, realmente espero que comprendas que esto es importante para mi. Que Kate es importante en mi vida, aunque ya no de la manera que tu te imaginas.
—Solo acepta que todavía la amas, Jimin.
—Por supuesto que lo hago. La amo con todo mi corazón y la amare siempre —cerro sus ojos, estrujándolo mas contra si con temor a que se escapara de sus brazos. Jungkook sintió tantos deseos de huir al escuchar esas palabras—Pero mi amor por ella es distinto. No puede compararse contigo. No puede compararse con nosotros.
—Porque a mi no me quieres.—afirmo Jungkook.
—No, no—se separo lentamente de él, necesitando observarle a los ojos para que viera su sinceridad. A Jungkook le costo devolverle la mirada una vez frent a él cuando jimin le dio vuelta. Pero Jimin tiro de su camiseta, rogando por que lo viera.
Jungkook se resistió al comienzo hasta que bajo la cabeza, encontrandose con los ojos marrones brillando entre lagrimas.
—Ya te lo dije. Te quiero. Eres lo mas bonito que existe en mi vida. Eres mi hogar, Jungkook. Y aunque odie que traigas mas gatos, uses todas mis camisetas, te comas todo mi helado y me obligues a ir al gimnasio, quiero todo eso contigo y mucho más.
—Y por que putas tienes que asistir al nacimiento de su hija? ¿Y luego qué? ¿Te pide que vayas con ella a su luna de miel con Jin o qué?
—Creo… que solo es una manera de mantenernos conectados. De volver a conectar. No como antes, no como… como cuando terminamos. Solo… solo sé que la extraño porque no solo fue mi primer amor, sino porque Kate era mi mejor amiga. Yo quiero esto. Realmente quiero estar cerca de ella. Como amigos, como grandes amigos.
—¿Aun si eso signifique perderme?
—Tu no vas a dejarme —aseguro Jimin.
Jungkook encarno una ceja.
—¿Y como estas tan seguro?
—Porque… porque si. Porque eres Jungkook.
—Si se quien soy, tarado.
—A lo que voy es que… eres tu. Y aqui me tienes, completamente. —le sujeto de la cara, intentando que vea la sinceridad en sus ojos
—Si realmente te molesta que vea a Kate, puedo esperar. Pero al menos comprende que debo estar en el parto. Luego de ello, puedo tomar un poco de distancia y…
—¿Enserio dejarías de vrla por mi? Aun si tuvieras la oportunidad?
—Te daria tu espacio. Sé que… que es dificil para ti de otra manera. Pero la bebe que nacera tambien será tu sobrina. ¿Lo entiendes?
—Jin no es mi hermano.
—Pero se han criado como hermanos. Sería genial que ella creciera pensando en nosotros como sus tíos, ¿verdad?
—Ey, tienes que confiar en mi. En lo mucho que te quiero. Sé que te lastime en el pasado, de forma directa o indirecta, pero es el pasado. Estoy aqui, contigo. Y no quiero estar en otro lugar sin ti.
—Yo… a veces pienso que vas a despertar un dia y quieras volver con ella. Y si ella.
—No es posible. Porque cuando despierto y te veo, solo quiero quedarme contigo todo el día.
—¿Y si un dia no me ves?
—Te extraño mucho cuando me despierto sin ti. Todo se siente muy frio.
—¿Tanto me quieres?
—Mucho, mucho.
—Mas te vale.
—Perdón por golpearte. No estuvo bien.
—No, no lo estuvo. Que por cierto, ¿que carajos esa almohada?
—Perdón por gritarte.
—Perdón por gritarte también.
—Perdón por insultarte.
—Esta bien, amor.
—Y perdón por romper tus camisetas preferidas.
—Jungkook —regaño suavemente.
—Te amo mucho, mucho. Tanto que nos vamos a casar y adoptar muchos gatitos mas. Tanto que voy a suicidarme el día que te mueras.
—¿Cómo pasamos del altar al ataúd?—se rió.—¿Y que pasa si mueres antes que yo?
—Dejaré pagado un sicario para que te mate rápido. Seguramente Can o Ems lo harán, les gusta el dinero.
—Ey, ¿que no puedo tener la oportunidad de conocer a alguien después de ti?
—Tengo mas dinero. Ya te dije, a esas dos les gusta el dinero.
- Spoiler:
- JiminxJungkook ——————yoonmin
—Oye Jimin, ¿quieres hablar? —le pregunto Jungkook.
Desvió la mirada de la taza de Deku para observar a Jungkook y Taehyung de pie en el marco de la puerta de la cocina. Ladeo la cabeza con el ceño frunciendo levemente en señal de confusión. No alcanzo a responder que Taehyung decidió ir hacia una de las ventanas para abrirla, en señal que se quedarían.
—Oh, gracias.
—De nada.
Ambos compartieron una suave sonrisa con una mirada que, aunque duro unos segundos, fue suficiente para que Jimin se sintiera ajeno a la situación, casi desubicado por atreverse a estar presente.
No era la primera vez que presenciaba una mirada como aquella, puesto que en los ultimos tiempos habia crecido la intensidad con la qu su primo y su mejor amigo se observaba. Jimin preferia callar porque, a fin de cuentas, no era algo que le incumbiera a él exactamente. Ademas, Jungkook y Tae parecian estar bien con ello.
Por un segundo creyo que le dirian que estaban juntos.
—¿Están saliendo?
—¿Qué dices?—dijo Jungkook haciendose el tonto, acomodandose en la silla en que acababa de sentarse.
Tae sonrio de lado antes de volver a su primo.
—En verdad estabamos preocupados por ti.
—¿Por mi?—jimin se señalo a si mismo sin entender a que se refieren.
No estaba enfermo. El resfriado de la semana pasada habia durado apenas dos días, para su suerte, considerando que en verano siempre acababa enfermandose por semanas.
—Si, por ti —asintió Tae con la cabeza.
—Oh, pero si estoy bien —Jimin se encogio de hombros antes de proseguir a frotar el trapo a la taza.
Fue jungkook quien se acerco con cuidado a quitarle la rejilla y la taza de las manos, dejando a Jimin sorprendido.
—¿Puedo decirte algo?
Jimin sabia que cuando Jungkook preguntaba eso es que venía algo que quizas no le agradaba demasiado, pero estaba seguro que Jungkook nunca diria algo para lastimarle o subir su propio ego. No era ese tipo de personas. Siempre intentaba cuidar de los suyos de una manera cariñosa y abierta.
—Has estado toda la mañana limpiando las tazas, y sueles hacerlo cuando te sientes mal.
—No me siento mal. Estoy bien —replico inmediato pestañeando repetidas veces, dirigiendo una mirada hacia tae. Quien se levanto de la silla con los brazos cruzados y las cejas alzadas.
—Hoy ordenaste tu cuarto.
—¿Y que?
—Solo lo haces cuando no te sientes bien. Ni siquiera pasaste por el invernadero hoy…
—Oh, lo olvide… pero eso no significa que me sienta mal, ¿cierto?
Jungkook y tae cruzaron una mirada en que Jimin sintió que dijo algo mal.
—¿Por que no nos cuentas? Te sentirás mejor—insistió Jungkook, dejando caer una mano en su espalda.
Jimin se quedo en blanco con la mirada hacia abajo.
—¡Jimin!
—¡Oh abuela! —chillo con falsa alegria y se apresuro a retirarse la bata. —Lo siento chicos, luego hablamos.
—¿Sabes que no vas a salvarte de mi?—insistio Jungkook queriendo perseguirlo, pero fue detenido por Tae, sujetandolo del brazo.—Ese tonto…
—Hay que darle tiempo.—fue lo ultimo que escucho jimin a sus espaldas.
—Cariño, ¿donde diablos estabas metido?—pregunto la abuela queriendo sonar molesta, pero al ver los ojos brillantes y las mejillas rechonchas de Jimin la molestia se esfumo—¿Puedes encargarte de unos proveedores por mi? He prometido a Florence pasar por su casa. Su hija va a casarse y esta echa todo un lío con los preparativos. Ire a llevarle de las mejores flores.
—Claro abuela, ve con cuidado
Mariah lo intentaba con fuerza, pero era claro para todos quien de sus tres nietos era su preferido. Jimin no recordaba muchas cosas de su madre porque apenas era un niño cuando sus padres se divorciaron y nunca mas volvió a saber de ella, hasta hace unos pocos años que volvieron a reencontrarse, aunque fue mas casualidad que por gusto. Solo recordaba que su padre siempre estaba triste y su abuela solía también porque para esa época, ella también atravesaba un divorcio. Jimin de adulto se enteraría que en verdad su madre y su abuelo habían decidido vivir un romance fuera de la familia, sin importarle a quienes heria por el camino.
La abuela también estaba triste porque Tae y Namjoon se mudaron junto con sus padres al otro lado del país, y al ser sus padres doctores, poco y nada de tiempo tenian para visitarlos.
Así que Jimin a los cuatro años decidió que sería la alegría del hogar, la razon por la que la gente sonreiera en casa. Aunque por mucho que intento con su padre, no fue suficiente. Pues lo dejo con su abuela luego de volver a contraer matrimonio y poco y nada lo visitaba. Pero para Jimin estaba bien, puesto que nunca se habia sentido realmente cercano a sus padres. Con su abuela empezo a acercarse a traves de las plantas.
—Jimin.
Este volteo hacia atras donde se encontraba Yoongi, el dependiente de la florería. Ademas de su amigo.
Jimin se vio visiblemente incomodo, por lo que intento suprimir sus sentimientos y colocar una sonrisa que pronto desterro un poco la mueca incomoda
—Yoongi, pensé que era tu día libre.
Yoongi se rasco la parte trasera de la nuca antes de sonreír un poco y asentir.
—He salido temprano del grupo de estudio. Decidí venir a trabajar a ver si podía hacer horas extras —comento y no perdió el tiempo antes de mover las macetas con las rosas en ellas, dispuesto a colocarlas —Mamá sigue quejándose que la caldera no funciona y que me gasto todo el agua caliente, pero como despierta luego de las diez no ve que es mi tonto hermano que lo ocupa todo. Apenas queda agua tibia para mi, aunque si admito que a veces despierto en mitad de la noche para ducharme primero y dormir luego. Y… ah, lo siento, ¿volvi a hacerlo cierto?
—Esta bien, me gusta escucharte.
Yoongi le sonrio en grand mostrando las encimas. Jimin se enamoro de Yoongi cuando vio lo deslumbrante que era su sonrisa una tarde de inviero en que estaba todo oscuro y gris. Pero yoongi habia llegado ala floreria después de ser contratado por su abuela. Jimin había sido quien le entreno los primeros días hasta que finalmente le tomo la mano a la caja y a los clientes.
Tenía una personalidad brillante y optimista, aunque Jimin notaba que Yoongi solía quejarse siempre de cosas pequeñas y se extendia demasiado sobre ello, señalando punto por punto que incluso acababa arrepintiéndose.
—Las personas dicen que hablo demasiado a veces
Jimin no entendía como eso molestaba porque era cierto que le gustaba escucharlo. Y viceversa, porque cuando Jimin se detenía a comentarle el significado de cada una de las rosas y flores, como también los diversos procesos de plantación y cosecha. Yoongi incluso hacia preguntas. Y quizás por ello jimin siempre se sintió tan cómodo con él porque yoongi no fingia que le interesaba, sino que realmente lo hacia.
Tal vez por ello le gusto desde que le conocia, aunque sabia que podia no ser reciproco, decidio guardar sus sentimientos para él.
Hasta que un día, Jimin le invito a Yoongi al invernadero especial del cual Jungkook se encargaba. Fumaron de la cosecha de su abuela y se la pasaron horas hablando, drogados pero divertidos. Casi al final de la noche, solo basto que se observaran por unos segundos antes de encontrarse en el camino con un beso un poco timido pero seguro por parte de ambos.
¿CUAL ES LA HISTORIA?
Jimin y Yoongi son amigos con derechos.
Yoongi tiene la boda de su hermana mayor.
Jimin le pregunta como lo presentara para la
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