HANGOVER IN LAS VEGAS N.C

La pantalla del teléfono se ilumino en cuanto acerque el dedo a ella, las dos de la mañana.
Acomode la espalda en el respaldo de la cama esperando a que Kya terminara de ducharse para que volviéramos a salir. Lleve a mis labios el cigarrillo que yacía entre mis dedos, impaciente por la tardanza de la chica.
Podía jurar que llevaba unos veinte minutos en el baño, habíamos decidido abandonar la habitación y dirigirnos al bar del hotel. Agregar un poco de alcohol a la diversión no nos vendría mal.

—¡Por el amor de dios apresúrate! —Exclame apagando el cigarrillo en el cenicero que se encontraba en la mesita de noche.

—Cuánta impaciencia. —Dijo saliendo del baño vestida y maquillada. —¿Nos vamos?

Asentí dejando la cómoda cama y siguiéndola fuera de la habitación.

—Te ves fantástica. —Comente viendo como el vestido se ajustaba a su cuerpo de manera perfecta.

—Ya lo sabía, pero gracias. —Sonrió de manera sensual.

La chica sabia como volver loco a alguien con sus encantos, o quizás era el alcohol en mi sangre lo que provocaba estas reacciones en mí.

Pase mi brazo por sobre sus hombros y nos dirigimos al ascensor para ir al piso donde se ubicaba el bar.  

Al llegar a este tomamos asiento en una mesa vacía, rápidamente una chica se acerco para ofrecernos la carta de bebidas.

—¿Qué quieres tomar? —Mire a Kya mientras esperaba su respuesta.

—¿Hasta donde podemos llegar? —Alzo una ceja mientras sacaba un paquete de cigarrillos de su bolsa.

—Una botella de tequila será suficiente y cárgalo a mi tarjeta. —Le dije a la camarera entregándole una de mis tarjetas de crédito, asintió antes de irse a la barra.

—Le gustaste. —Comento Kya mientras prendía uno de los cigarros. Negue ante la idea. 

Estire mi mano para alcanzar la cajetilla y sacarle uno. 

—Estás loca. 

—Claro que le gustaste. —Afirmo riendo.

—No es correcto hablar de otras chicas mientras estamos en una “cita” —Recordé ironizando la palabra cita.

—Jana te mataría si estuviéramos en una cita. 

—Sabes que no es cierto. —Rei, imagine por un segundo como lo debería estar pasando con Jack y volví a reír. —

Además ya te dije que no puedes hablar de otras chicas.

La camarera volvió y me entrego la tarjeta, dejo en nuestra mesa una botella de tequila Jose Cuervo, dos recipientes pequeños, uno con limones cortados dentro de este y el otro con sal.

Puso delante de cada uno un vaso tequilero y los lleno. Le agradecimos antes de que siguiera atendiendo las otras mesas.

—Por nosotros y el estúpido juego. —Alce mi vaso al igual que Kya, sonreí levemente antes de llevarlo a mis labios y dejar que el liquido corriera por mi garganta.

Kya volvió a llenar los vasos y alzo el suyo con una sonrisa malévola.

—Por ti Romeo. —Chocamos nuestros vasos y tome su contenido en un segundo.

Brindando por cualquier tontería nos terminamos la mitad de la botella, las personas a nuestro alrededor nos echaban miradas de desagrado al escuchar nuestras interminables carcajadas. No podía importarnos menos la opinión de estos estirados.

—Hagamos algo divertido. —Tome la botella de tequila, me puse de pie y espere a que Kya imitara mi acción.

—Espero que valga la pena. —Rio divertida, se notaba a leguas que ambos estábamos un poco ebrios.

Sujeté su mano y nos conduje a la salida del hotel. Un taxi se encontraba estacionado a las afueras. Apure el paso hasta el, sin soltar de la mano de Kya.

—¿Dónde vamos? —Pregunto.

—Solo sube. —Abrí la puerta para ella, al entrar el chofer nos miró esperando una indicación.

—Llévenos a la tienda de disfraces más cercana. —Le pedí amable, asintió y comenzó a conducir.

—Estas mas loco de lo que pensaba. —Se burlo de mi pasando su mano por mi cabello y desordenándolo.

—No te escuche decir eso en la cama. —Me encogí de hombros.

Su boca se abrió en una perfecta “O”, me dio una mirada indignada antes de golpear con fuerza mi brazo.

—¿Se puede saber qué haremos en una tienda de disfraces? —Alzo una de sus cejas mirándome con curiosidad.

—Disfrazarnos. —Le mire como si fuera lo mas obvio del mundo. —¿Qué haría en una tienda de disfraces?

—Si voy a tener que seguir contigo necesitaremos mas alcohol. —Dijo quitándome la botella de la mano y dándole un largo trago.

Me la ofreció y espero que hiciera lo mismo, sin dudarlo lo hice. El líquido quemo mi garganta provocando que una mueca de asco se posara en mis labios.

El conductor nos avisó que ya habíamos llegado a nuestro destino, le di un par de billetes antes de bajar.
“Party city” las luces llamaban la atención de cualquiera que pasara por ahí. Entramos y directamente me acerque a la única vendedora que se encontraba ahí, dejando a Kya atrás mientras observaba unos disfraces. Le explique lo que quería, tenia una idea muy precisa de lo que necesitábamos.

La vendedora se fue a buscar mi encargo, me acerque a Kya con una sonrisa ganadora.

—No quiero ni imaginar lo que has encontrado. —Murmuro para sí misma dándole otro trago a la botella.

—Sera divertido. —Rei pasando un brazo por sus hombros y llevándola a los vestidores.

La empuje a uno de los vestidores y la vendedora le entrego lo que había elegido. Entre al otro vestidor, eran tan pequeños que apenas se podía respirar en ellos.

—Quiero matarte Collin. —Dijo Kya riendo. —Me retracto, voy a matarte.

Solté una sonora carcajada que hizo que enredara mis pies con los apretados pantalones que debía ponerme. En menos de un segundo estuve en el suelo maldiciendo el disfraz que yo mismo me había tomado la molestia de escoger.

Kya salió del vestidor con un vestido de época color rojo, su vista se dirigió hacia mí, aun me encontraba en el suelo terminado de vestir.

—Supongo que ya adivinaste. 

—Oh, Romeo, Romeo. ¿Dónde estas que no te veo? —Exclamo fingiendo buscar a su alrededor. 

—No busquéis mas mi querida dama. —Me levante riendo.

—¿Andaremos así por las calles de Las Vegas?

—Claro. —Tome la botella de su mano y acabe el contenido que tenía. —Quizás podemos ser los Romeo y Julieta exhibicionistas de la ciudad.

—Sin un Elvis no podremos hacerlo. —Murmuro. 

El alcohol ya comenzaba a tener nuevamente efecto en nuestras mentes.

—Podemos ir a una capilla y robarnos uno. —Sugirió con una sonrisa maliciosa.

—¿Por qué una capilla? —Le mire confundido.

—Ahí siempre están los Elvis. 

—Tienes razón. —Susurre pensativo. 

Kya tomo una mochila que se encontraba ahí y metió nuestras cosas. Salimos de la tienda luego de pagar nuestros disfraces y caminamos por la icónica calle de Las Vegas.

Hicimos una corta parada en una botillería para comprar otra botella de tequila.

—¿Qué piensas que hacen los demás?

—Me importa una mierda. —Rio bebiendo tequila como si no hubiera un mañana.

Asentí dándole la razón.

Nos detuvimos frente a un gran cartel, anunciaba que estaba abierto las 24 horas. 

—Este es el lugar. —Chillo con emoción.

Ingresamos al lugar, el blanco provocaba que me tambaleara. O eso creía ya que la mayor parte de la culpa la tenía el alcohol.

Un chico vestido solo con un pañal de adultos se acerco a nosotros. 

—¿Vienen a casarse? —Su voz monótona me distrajo de lo que estaba observando.

Kya me dio una mirada que pude descifrar al instante. Ambos asentimos con una sonrisa en los labios.

El rodo los ojos y fingió una sonrisa. Aquí vamos.


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El frio calaba hasta mis huesos sin compasión. Intente abrir uno de mis ojos, pero me era imposible considerando el dolor de cabeza que tenia en esos momentos. 

—¿Por qué nadie cierra la ventana? —Murmure para mí mismo buscando una sábana para abrigarme.

Lo único que pude sentir bajo mi cuerpo era concreto. Abrí los ojos de golpe y miré a mi alrededor, me encontraba en la villa de las chicas a un lado de la piscina. Tome mi celular el cual se encontraba a un lado de mi cuerpo, intente ver la hora en este pero lo único que podía ver era la señal de baja batería.

Maldije entre dientes y me dirigí a nuestra villa. No recordaba nada de lo que había pasado anoche, solo recuerdo a un culpable.

Jose Cuervo, su nombre y apellido.

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Al parecer nadie estaba de buen humor luego del juego. Podía asegurarlo luego de ver la escena que habían montado Jack y Mer, donde una de las afectadas fue Jana.

Noah había desaparecido, ahora solo quedábamos Kya, Jana y yo en la sala. 

Kya prestaba atención a su teléfono desde uno de los sillones, Jana aun se encontraba algo sorprendida por lo sucedido con Jack y yo solo observaba a mi alrededor esperando que alguna dijera algo. 

Carraspeé para llamar su atención, a ninguna pareció importarle ya que siguieron en lo suyo. Jana se levantó y se dirigió a la puerta principal, antes de que llegara a esta unos toques se escucharon.

Del otro lado se encontraba un empleado del hotel con una gran caja entre las manos.

—¿Collin Jefferson? 

—Soy yo. —Respondí confundido, me levanté para recibir la caja y dejarlo en la mesa.

Al parecer el contenido misterioso llamo la atención de ambas ya que Kya dejo su teléfono a un lado y se acerco y Jana cerro la puerta volviendo a nosotros. 

Abrí la caja deseoso de saber su contenido, ojalá no lo hubiera hecho ya que ahora tenia a dos chicas mirándome sorprendidas.

—¿Qué mierda hicieron anoche? —Pregunto Jana riendo, tomo una de las tazas, en ellas se encontraba una fotografía de Kya y mía junto a las palabras recién casados.

Agarre una de las camisetas que venían, en ella estaba mi ahora esposa junto a un cupido en pañales y cara de amargado, mientras que ambos besábamos sus mejillas.

—Por lo menos conseguimos a Elvis. —Murmuro Kya riendo y levantando una fotografía en la que salíamos abrazando a un imitador del rey del rock and roll.

Como mierda le explicaría esto a Noah, ahora sí que estaba jodido.