Re: HANGOVER IN LAS VEGAS N.C

por **lovesick** Lun 18 Mayo 2020, 6:09 pm

Suban prontix!

:

por **JessDann** Mar 19 Mayo 2020, 3:21 pm

Abreme:

por **Jaaayleen.** Lun 25 Mayo 2020, 4:16 pm

Espero el próximo capítulo HANGOVER IN LAS VEGAS N.C - Página 2 2841648573

por **JessDann** Lun 25 Mayo 2020, 8:34 pm

Lia ofreció para mañana HANGOVER IN LAS VEGAS N.C - Página 2 1857533193

por **JessDann** Sáb 30 Mayo 2020, 1:32 pm

Por algunos motivos Lia no ha subido capitulo, por lo que subire yo para continuar. Le mandare un mp a Lia.

Mientras tanto en momentos capitulo. ....

por **JessDann** Sáb 30 Mayo 2020, 9:33 pm

Capitulo 4

Jack

Como si todo se trata de una locura; estoy sentado en aquel restaurante, muy familiar. Apuro mi copa de wiski. Observo de reojo a la mujer que entraba. Sonrió, aquella mujer era un buen ejemplar de las mujeres de mundo. Me levanto y la toma la mano, ella se sorprende, tras dar un largo respiro, veo que una lágrima ha corrido por su mejilla.

Me siento un poco mal, que sea por mí esa lágrima. Ella solo sonríe, tras sentarse a lado de su marido, tomo asiento. Los miro, puedo ver que se aman mucho. Tras los años que han pasado aun cada uno puedo verse atreves de los ojos. Miro mi reloj, se está haciendo tarde; pero aún falta alguien. Momentos más después el ¡Vagabundo!; como le suelo decir llega. Abrazo a nuestra madre y estrecha una mano a nuestro padre.

Noah, es una gran persona. Sé que muchas veces él se siente fuera de lugar en nuestra familia. Por eso él ha hecho su alma libre. Viaja por todo lado, claro que igual se mantiene al tanto de la empresa y logra grandes millones para nuestra familia. Me alegra mucho que haya venido.

—Al fin la familia unida. La voz de mi padre es sentimental. Noah tiene una mirada perdida, mi madre sigue sollozando. La escena es muy cómica y sentimental.
—No llores, le reprocha mi padre a mi madre. Ella bebe un poco de agua, y seca sus lágrimas. Acorta el espacio que tiene entre mi hermano y yo. Sus pequeños brazos nos rodean nuestros brazos.
—Mis pequeños. Suspiro, es tan típico de ella. Mi hermano quiere decir algo, pero ella no se lo permite. —Siempre lo serán, solo bastaba que uno sentara cabeza para unirnos.
— ¡Vaya! Es mi reacción al ver la expresión picara que tiene en sus ojos. Siempre ella ha estado en la búsqueda de novias o prospectos para nosotros. Algo que por mi parte no le permitía he ahí una de las razones, por mantenerme casi lejos de la casa.

Meredith en parte es la culpable de esta reunión. Lastimosamente por su trabajo no puedo venir conmigo, por más que casi le suplique ella fue muy tajante. A veces se me complicaba entenderla. Siempre me ha gustado tener bajo control, pero ella era la excepción. La primera vez que lleve a Meredith a casa, ellos estaban muy sorprendidos, mi madre se alegró mucho la acepto enseguida, congeniaron muy bien. En cambio mi padre dudo un poco, pero al final termino aceptándola.

Meredith es como la otra parte que me faltaba. Es enérgica, rebelde, sabe lo que quiere, no duda en decir lo que siente o piensa. Eso entre otras cosas fue lo que me enamoro de ella. Una sonrisa salen de mis labios, por unos segundos no me importa con quien estaba. Cambio de postura. Seguimos conversando de todo y nada. Le pido a Noah que sea mi padrino, mis padres están más que felices. Mi madre y Meredith se están encargando de todo el tema de la boda. Le he dado carta abierta a mi futura mujer. No quiero inmiscuirme mucho es esas cosas.

Puedo escuchar a mi madre regañando a Noah, por lo que intuyo que el es la próxima víctima de sus arrebatos. Me alegra por fin que no sea yo el blanco de sus cosas, compadezco a mi hermano, pero en su manera de liberarse dice algo que me deja sorprendido.

—Ya hay una chica, madre. Dice, lo miro boquiabierto. Mi madre indaga, sabiendo que no se quedara sin que le digiera el nombre él lo suelta.
—Kya, una amiga de Meredith. Sonríe, me observa, luego se pone serio tras ver mi expresión. ¡Maldita sea!; no debería molestarme Kya es agua pasada.
—No me digas, te has liado con la mejor amiga de Meredith. Si se entera, eres hombre muerto. El suelta una carcajada. Creo que el cambio que hice fue lo mejor. Estropear la reunión no estaba en mis planes.
—Solo somos buenos amigos. No hacemos lo mismo que tú y mi cuñada. Mi madre golpea la mesa y todos reímos.

Con mi padre repasamos cifras, mi hermano da ideas. Mi madre se aburre por completo, nos deja a los hombres solos. Le prometí que volvería con Meredith para que ultimen los detalles.
Noah igual se había marchado. Bebí con mi padre un poco, lo lleve a casa. Luego de ese trayecto me dirigí a las oficias principales. La oficina estaban algo abandonas. Mi mal humor se hizo notar, todos corrieron. Estaba totalmente agotado.

Resolví algunos asuntos. Fije la mirada en la fotografía que estaba a lado derecho de mi escritorio. Era Meredtih a mi lado, ella me mira fijamente, mientras yo estoy algo serio pero igual la miro. El primer regalo por parte de ella. Aquel regalo era diferente, la tomo, saco de su cuadro y la doy vuelta. ¡Si, quiero!; la letra es perfecta, bajo esa frase un beso plasmado se encuentra.
La dejo sobre el escritorio, giro un poco en la silla. Me siento confundido. Suelto un poco la corbata.

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Cuando le pedí que se casara conmigo, casi fue un arrebato. Llevábamos días separados, la causa es que no estaba de acuerdo con lo que Mer quería hacer, ella me dio batalla; al final perdí yo. Salió furiosa del apartamento, terminando completamente con lo nuestro. Mi orgullo no me dejo buscarla, pensando que ella volvería a mí. Pues me di contra la pared.

La vigile, sabía lo que hacía. Su trabajo era perfecto. Pero me evitaba por completo. Siempre en las presentaciones o reuniones ella mandaba a su secretaria o alguno del departamento. Estaba cansado de su juego. Teníamos una presentación que era muy importante por lo que no le tocaba más que estar conmigo. Si mal humor era latente. Lo que me sorprendió es que coqueteo con todo el mundo hasta con mi hermano.
Estaba muy molesto, necesitaba acercarme a ellos. Estaba en la mesa principal, por lo que era complicado. El acto era importante. Sostenía la mirada a Meredith, ella se ruborizo, luego se repuso. Tomo del brazo a mi hermano, se le acerco, puede ver que le susurraba algo y el reía.

Eso fue lo último que soportaría. Deje de golpe la copa que tenía, pedí disculpas, con paso firme me acerque a donde ellos. Noah me fulmino con la mirada. Ella solo sonreía, mientras se apegaba más a él, el paso su brazo por su cintura. -Suéltala-; quería gritar. Note que ella estaba algo pasado de copas, creo que eso la llevo a ser eso.

—Yo me hare cargo. Dije, tras tomarla del otro bajo y halarla un poco. Ella soltó un grito, se sacudió.
—Déjalo estar Jack, Mer está a gusto. A mí me apetece más su compañía. El muy idiota sonríe.
—Noah, la escucho susurrar. Creo que es hora de salir de aquí y continuar con lo que te dije. Le da una sonrisa pícara y le guiña un ojo.

Se me agoto lo caballeroso. La tomo y la pongo sobre mis hombros. A pesar de sus protestas, la saco de aquel lugar. La pongo en el asiento, le paso el cinturón. Ella farfulla algunas cosas, que no presto atención. Me pongo al volante y conduzco fuera de la ciudad.

— ¿A dónde me llevas? Por ahí no es mi casa.
—Quien dice que vamos a tu casa, iremos a la mía. Ella se sorprende. Enseguida se repone, se suelta el cinturón he intenta abrir la puerta. Como no puede grita << ¡Idiota!>>.
—Sabes que acabas de arruinar una noche espectacular. Se mofa
—Lo lamento Meredith. Contesto sarcásticamente. Noah no es tu tipo.
—Tu que sabes, yo sé muy bien quien es mi tipo. Pues tu hermano esta como quiere, además los dos estamos solos. Tal vez le dé una oportunidad. Quisiera saber cómo es en la cama. Cuando suelta eso, freno de golpe, ella como esta sin cinturón de golpea. De pronto empieza a reír como loca.
— ¿Qué te causa risa? Estoy muy molesto
—Tu cara. Me indica, se frota un poco su vientre. Aun así sigue riendo.
—Tu broma se está pasando de la raya.
— ¿Cuál broma?, señor Cooper por si noto, usted interrumpió algo muy bueno. Suelto un montón de maldiciones, me bajo del coche. Abro la puerta de Meredith la saco, la sacudo un poco.
— ¡Tú eres mía! Exclamo, nadie más pondrán sus manos en ti. Ella suelta una ¡Oh!, no se aleja pero ya no sonríe. —Así que te casaras conmigo. Cuando digo aquello hasta yo mismo me sorprendo. Desecho todo los que mis pensamientos digan lo contrario. Ella esta estupefacta. Más tranquilo, la abrazo y le digo al oído -¡Cásate conmigo-!;. Mer se mantiene parada sin decir nada. Le doy un beso muy corto pero lleno de promesas. Siento sus lágrimas sobre mis labios. La abrazo con fuerza.
—Jack susurra
—Cásate conmigo, repito. Ella me suelta y empieza a dar vueltas en la acera.
—Cómo puedes soltar una bomba así. Sabes que estoy muy cabreada contigo. Yo asiento. —Jack Cooper, no puedes solo decir -¡Cásate conmigo!-, no eres nada romántico, dice; no ha dicho que si pero tampoco es un no. Sonrió. —Llévame a casa Jack, mañana hablaremos. Hoy llevo demasiado alcohol en la cabeza como para pensar, tú eres una bomba de tiempo.
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Los días han transcurrido, muy lento. Las cosas se estaban complicando. Ni siquiera he tenido tiempo en llamar a Meredih. Pensar que solo falta una reunión más y poder ir a ver a mi prometida. Me llena de energía.
Pasan las horas y al fin me siento satisfecho. Todo ha salido a pedir de boca. Con la ayuda de mis colegas y amigos. Estaba casi libre. Doy instrucciones en la oficina, delego funciones.

Cuando al fin puedo saborear el viaje. Una llamada lo complica todo. Retraso mi regreso un día más. Paso todo el día enfrascado en la oficina. Noah me ha llamado, para decirme que él ya se está ocupando de los asuntos en Nebraska. Aunque aún faltaba finiquitar unos contratos. Llamo para salir en el avión privado lo más pronto posible.
Mi amigo Collin me acompaña. En el vuelo organizamos documentos, repasamos los contratos. Aterrizamos, le doy un descanso a mi amigo. Él se alegra, yo me marcho directamente a la casa de Meredith.
Me llevo una gran sorpresa al ver a Jana, de vuelta. Quería pasar un momento a solo con Mer, lo cual no se logró porque su adorada hermana, la convence de salir. Me cabreo mucho. Ni tiempo a reaccionar me dio, cuando me
dejo planto en la habitación.

De lo molesto que estoy, voy a la cocina boto la comida. Me cambio y salgo sin rumbo. Tras dar unas cuantas vueltas en el coche, aun no se me ha bajado el enfado. Marco el número de Mer pero salta al buzón, le dejo algunos mensajes. Como no recibo ninguna contestación, me molesto más. Me voy a un bar para tomarme unas copas, llamo a mi hermano y a Collin. Ellos no tardan mucho, Noah se burla de mí. Collin solo alza los hombros en forma de resignación.

—Pensé que iba a ver mujeres. Farfulla mi amigo, con una sonrisa traviesa.
—No creo que a mi cuñada le gustaría que eso pasara. Noah pulla.
—Pues me importa lo que ella piensa, ha salido. Sin siquiera pedírmelo. Mi molestia es latente.
—Jack, Mer es independiente. Ella puede salir a divertirse. Lo miro como que dices. Noah solo apura su vaso como si nada. Me cuesta reaccionar, pero luego de pensarlo, claro Kya debía ser la auspiciante de aquel ataque.
—Tu. Le señalo, lo sabias. Que buen hermano tengo.
—Podrían dejar de hablar en claves. Dice Collin. —Si comparten mujer pues me siento excluido. Se lamenta, da un tono dramático. —Yo también quiero formar parte de la fiesta.

Le fulmino con la mirada, el suelta una carcajada. Noah le sigue. Yo a pesar de no gustarme su broma también rio. Unas copas mas todos estamos algo alegres, no estamos ebrios. La pequeña reunión masculina fue buena. Miro el reloj y son casi la una. Noah esta al teléfono, sonríe y luego cuelga. Se dirige a nosotros.

—Creo que unas señoritas nos necesitan. Me guiña un ojo. —Nos veremos en un par de horas, antes de salir deja sobre la mesa una dirección. Mi amigo se adelanta a tomar la nota. Se levanta.
—Es justamente lo que necesito, distracción. Se levanta. Crees que encuentre a alguien digna de mí.

Leo la nota, es la dirección de una discoteca. También me levanto, dejo unos cuantos billetes. Salimos, Collin me lanza un beso volado en son de broma. Yo rio, cuando lo veo salir rápidamente. Me subo en mi auto, al poco tiempo estoy cerca de mi amigo.

El entra a la discoteca. Se pierde de mi vista, el auto de Noah se pierde entre la oscuridad pues eso me da entender que ya se le llevo a Kya. Me bajo, estoy por entrar, cuando observo a Meredith en la entrada, está sonriendo, charlando con el guardia. La distancia es muy corta, ella nota mi presencia, alza su mirada. Su sonrisa se borra. Gira para entrar, pero tropieza. El joven con el que estaba charlando la toma en brazos. Me enfado más, él la sienta en un sofá que está cerca. Me acerco a zancadas.

—Estoy bien. Le escucho decir al joven, él la mira preocupado.
—Ha dicho que está bien. Digo para que el note mi presencia. Sé que sueno molesto. Meredith cierra los ojos. Puedo notar que está contando para no hacer una escena.
—Jack, no pensé verte aquí.
—Te estas divirtiendo. Le digo haciendo caso omiso lo que ella dice.
— ¡Cariño! Susurra. El joven ha desaparecido. Ella extiende su mano. No me acerco me mantengo parado. Su mano cae en el sofá.
—Has bebido más de la cuenta Meredith. Le reclamo. Ella me mira molesta. No me importa, ella sabe muy bien cuanto odio que tome demás.
—Oye, no he pedido que vinieras. Estaba disfrutando la velada. Intenta parase pero como se marea se vuelve a sentarse.
—Son casi las dos Meredith, te llevare a casa. ¿Estás sola? Le pregunto. Espero que Jana no te haya dejado. Ella se para de inmediato. Veo que se tambalea la agarro, ella se alegra y se cuelga de mí. Me besa.
—Espera, traeré a Jana y nos iremos.

Minutos después, ella sale sola. Esta algo enfadada. Me mira y sonríe, su enfado se esfuma. Esa Meredith me gusta, cuando esta pasada de copas se vuelve más libre y juguetona.
Subimos al auto, ella se acomoda en el asiento de copiloto. Lanza el bolso al asiento trasero. Se saca los zapatos. Veo que se suelta la coleta que llevaba hecha, se suelta los primeros botones de su blusa. La noto relajarse. Sus movimientos me dejan sin aire. De pronto en el auto hace mucho calor. Ella sí que sabía cómo subir la temperatura. Pongo en marcha. Ella pone su mano sobre mi rodilla, hace unos pequeños movimientos con su dedo. Apretó el volante, intento no hacerle caso. Sonríe, sus dedos dejan mi rodilla para subir un poco más, cuando llega a la cremallera, suelto un gemido.

—Jack, te necesito. Dice.
Yo también la necesito. Aparco en un callejón. Ella se mueve rápido y está encima de mí. La acaricio sus pechos por encima de la blusa, ella se arquea, la beso apasionadamente. Ella se abre y puedo saborear toda su boca. Nos separamos para recuperar la respiración. Le desabrocho la blusa y su sostén. Se mueve desesperando cuando succiono uno de sus pezones.

Como no puedo esperar más, le bajo el pantalón. Ella se deja llevar y en segundos la estoy poseyendo. Los dos llegamos al clímax, nos abrazamos. Recobramos fuerzas, la ayudo a incorporarse. Eso ha sido rápido y grandioso. Mer tiene sus mejillas encendidas y una sonrisa de oreja a oreja. Mi enfado se esfuma.

—El mejor polvo de mi vida. Me acomodo yo también mis prendas. Ella me da un beso antes de sentarse y quedar dormida al instante.
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Meredith tiene un libro en sus manos. Yo estoy frente a ella. La portátil está encendida pero no aporto los ojos de ella. Ella me mira, sus ojos se dilatan. Sus mejillas se ruborizan, yo rio por lo bajo.
Estábamos en mi avión privado, dirigiéndonos a Las Vegas, el destino que escogimos para celebrar nuestras despedidas de solteros. A mi alrededor están Jana su hermana, que nos mira de reojo. Ella está en el asiento de alado, a su enfrente es Collin. Noto que mi amigo va muy serio. Estaba molesto por compartir espacio con la hermana de Meredtih.

Noah y Kya estaban atrás igual compartiendo. Sus risas son cómplices. Meredith se arrodilla en su asiento, y se mete en la conversación de ambos. Mi prometida puede ser un poco cotilla. Sabe que existe algo entre su mejor amiga y mi hermano. Aun así, le preocupa algo. Pienso que es algo maternal que ella lleva en las venas.
Me acerco la tomo por la cintura, ella respinga. Su mejor amiga ríe fuerte. Su hermana se levanta de su asiento y se hace espacio entre Noah y Kya. Regreso a ver a mi amigo. Lo noto pensativo. Dejo a Mer, me siento frente a él.

— ¿Qué sucede entre Jana y tú?, el me mira de sollozo. —No me niegues nada, te conozco. Somos amigos.
—Me la tire. Suelta —Creí que era una más que estaba en aquel lugar en busca de sexo. No imagine que era hermana de Mer.
—Pero eres idiota, es de ella de quien hablas la otra tarde. Debí imaginármelo.
—Jack. Me perdonaras si te abandono esta idea.
—Te mato. Respondo. Meredith acerca y se sienta a en mis rodillas.
— ¿Por qué lo mataras? Pregunta, le sonrió. De doy un beso en la punta de la nariz.
—Eres una metiche. Collien responde algo molesto.
—Oye, si estas de un humor de perros, puedes bajarte ahora mismo del avión. Ella se levanta. Collien también se levanta, veo que se van hacer frente. Todos los demás dejan de hacer lo que sea que estuvieran haciendo y observan la escena. Yo me mantengo en mi lugar. Sé que ella no permitirá que me entrometa. Eso se iba a poner bueno.
Noah se levanta, como para meterse. Meredtih alza una mano advirtiéndole. Él se queda en medio camino. Jana se sorprende. Mientras su mejor amiga le hace porras.
— ¡Estás loca! Asalta.
—Pues no. Si quieres te pongo yo misma el paracaídas.
—Jack, tu noviecita está loca. Se dirige a mí, yo solo alzo los hombros.
—No metas a Jack. Ya te dije que no tenemos la culpa de tu mal humor, creo que te falta que de den. Yo suelto una carcajada, no pude aguantar. Noah me sigue. Kya aplaude, Jana suelta la revista y también se uno a la risa.
—Que te den. Dice molesto Collin y deja el asiento para ir a su cabina, cierra la puerta de un portazo.

Meredith, se sienta. Se cubre el rostro con sus manos. Después nos mira. Se siente un poco avergonzada por la escena. Pero igual ríe. El vuelo era largo, aun así todos estábamos ansiosos por llegar. Yo lo ocurrido se olvidaría.

Ábreme:

por **Jaaayleen.** Dom 31 Mayo 2020, 6:17 pm

Ame el capítulo, en un rato editare este comentario por uno más detallado, solo quería que supieras que lo había leído y que me encantó

por **lovesick** Lun 01 Jun 2020, 1:54 pm

:

Subo prontix!

por **lovesick** Mar 02 Jun 2020, 7:59 pm

Capitulo 5

Noah Cooper

Hacer tiempo libre resultaba ser todo un arte.

Sigo sin verle lo malo a no venir a trabajar unos días.

En cuanto pongo un pie en el edificio quiero dar media vuelta e irme, pero estaba seguro de que Jack se quejaría con papá o me buscaría sólo para hacer mi parte y me diría algo como: ¿Puedes comportarte? Tienes 26 y aunque estoy tentado me resisto.

Las horas pasan en su mayoría lentas e intento concentrarme en las juntas matutinas pero me resulta difícil teniendo en cuenta que la ventanas están abiertas y que en realidad no tenía ganas de venir hoy.

— Si queremos una alianza con ellos necesitamos una mejor propuesta … —Propuesta. Propuesta. Propuesta. Si estuviera en mis cinco sentidos no podría pedirlo.

Oh, Kya.

Sacó el celular de mi bolsillo y debato si mandarle un mensaje aunque tal vez con la resaca ni siquiera haya despertado aún, además si me contestara no sabría qué decirle, quería hablar de lo sucedido ayer. — ¿Entonces qué dice, Sr. Cooper?

Todos me miran esperando una respuesta. Imbécil, ni siquiera has prestado atención. Muevo la cabeza asistiendo estúpidamente y todos lucen severamente asustados. — Ah, no. — Me retractó e intento recordar de qué era la junta. — Pidamos respaldo al equipo de evaluación de proyectos y al departamento de finanzas. A mí regreso tomaré una decisión oficial. — Miro las notas en mi celular calmando mi angustia pero incrementa al ver que sólo me la pase haciendo garabatos como un niño. —Tienen hasta entonces.

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Ignoró los mensajes del celular porque seguramente es Jack y él puede arreglar cualquier cosa solo por esta tarde; cargó la comida china junto con otras bolsas como puedo mientras me las arreglo para entrar al elevador y llegar al piso de Kya.

Escuchó su voz afuera en la terraza, así que subo el par de escalones; se encuentra aún con mi camiseta puesta y me hace señas de que está al teléfono mientras riega las plantas. — De acuerdo, estará recibiendo correo de las oficinas de Alphabet entonces… por supuesto… ha sido un placer, gracias. — Escuchó el final de la llamada y me acomodo en uno de los pequeños sillones frente a una mesa de madera, evitó mirarle las piernas desnudas cuando se sienta frente a mi.

—¿Parece que alguien no salió de la casa en todo el día?

— Sólo para recibir un montón de papeleo. — Al menos está de un buen humor, con una sonrisa inspecciona la comida. — No me quería levantar en un principio ni para cerrar las cortinas. — Dice explicando lo de los lentes en su cabello, al extenderme un par de palillos, nuestros dedos se tocan sin querer y ambos reaccionamos al contacto, ella esquiva mi mirada e intenta fingir que no sé dió cuenta.

Pero yo no quiero dejarlo ir, no después de ayer. — Cuando estés lista para mirarme podemos hablar sobre ello.— Digo sin presión. — ¿Prefieres agua, jugo o cerveza? — Yo por mi parte, destapo una lata de cerveza y le doy un trago.

— Lo que yo prefiero, Sr. Cooper, ni siquiera está en esa lista. — Su voz suena como un dulce ronroneo que si no estuviera sentado me hubiera hecho temblar.

—Lo que sea por usted, Milady.— Hay una chispa en sus ojos a la que no me puedo negar una vez que me mira.— Pidalo y es suyo.

Siempre había admirado a Kya Atlas por su honestidad sin filtro y entre otras cosas, aún así no puedo evitar lucir sorprendido cuando lo suelta. — Quiero que me quite ésta camiseta y terminé lo que inició ayer. — Mi corazón late con prisa, me pongo de pié al instante y la tomó de la mano para llevarla conmigo a la privacidad del departamento.

Mis manos van al final de la camiseta que desaparece de su cuerpo en un segundo dejándola solo con unas bragas negras, empujó mi cuerpo al de ella acercándola a la pared en dónde su cuerpo se inclina al mío por el frío, nuestros labios por fin se tocan y el recuerdo de ayer comienza a hacerse más vivido, ella se deshace de mí sweater y mi camisa con su lengua tocando la mía.

Muerdo sus labios como respuesta cuando siento sus dedos alrededor mío dentro de mis pantalones.

—Kya— Vuelvo a moverme un par de veces hacia ella, quién sonríe maliciosamente probando mi ya nublado juicio, colocó ambas manos en la pared a la vez que muerdo delicadamente el lóbulo de la oreja y bajo mi lengua por su cuello, ella desabrocha los pantalones de tela negros.

Kya envuelve ambas piernas alrededor de mi cadera. — Noah. — Mi nombre sale como un susurro y una petición de su boca, con una mano tiró hacia abajo sus bragas y me abro paso en su interior, sus dedos se aferran a mi boca y a mi cabello en la primera embestida que la hace repetir mi nombre cuando por unos segundos yo ya lo había olvidado.

Podía sentirme a mí mismo llenándola, nuestras respiraciones entrecortadas, su mirada salvaje y sus uñas aferrándose a mi espalda con cada movimiento que comienza desde lo lento hasta ir más rápido.

Terminamos lo que teníamos pendiente en lo que restaba de la tarde.

Más tarde, me despierto en cuanto siento que se aleja de mi agarre sigilosamente. — Vuelve y duerme...

Su risa llena mis oídos. — Muero de hambre y sé que tú también. — Abro un ojo sólo para encontrarme con ella desnuda levantando nuestra ropa, se coloca de nuevo mi playera antes de salir de la habitación. Para cuándo vuelve también lidia con las cajas de comida ahora caliente, el olor me embriaga y me doy cuenta de lo mucho que quiero comer.

Se mete de nuevo en la cama y me encuentro buscando fuerza de voluntad para no quitarle la camiseta de nuevo.

Kya siempre ha sido tremendamente sexy, nunca nadie lo ha negado pero ahora frente a mí: hambrienta, el cabello negro despeinado, sin maquillaje y media desnuda me resultaba hermosa.

Nadie era como ella.

Nadie era Kya, ni tenía su personalidad ni su físico.

Nadie era ella, mi mejor amiga y la mujer de la que posiblemente llevó enamorado desde el momento en el que cruzamos palabra, posiblemente soy ya un caso perdido.

—¿Qué? — Nada, que creo que te amo pero si te lo digo correrás en dirección contraria.

— Nada, que todo el día me comporte como un estúpido por tu culpa. — Ella ríe a carcajadas mientras lleno boca de comida antes de que comience a preguntar.

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Kya y yo pasamos los dos días que restaban antes de Las Vegas juntos; cenamos en el techo del Scala, tomamos un carajillo en su cafetería favorita mientras leíamos un libro, bebimos vino en la terraza, cocine para ella como todo buen Cooper, terminamos jugando cartas en su sala y termine siendo llamado perdedor por creer que no sabía jugar luego de que me paterará más de una vez el trasero.

Y carajo, también habíamos tenido sexo, no podíamos pasar mucho tiempo sin tocarnos incluso en el sentido más inocente de la palabra como si sólo quisiéramos afirmar que el otro permanecía ahí.

Muerde mi labio inferior y después lo suelta haciéndome cerrar los ojos un momento. — Recuérdame la razón por la que vamos.

Mis manos están en la espalda desnuda, haciendo círculos en su piel. — Porque el novio es mi hermano mayor, la novia es una de tus mejores amigas, soy su padrino de bodas y tú la dama de honor.

—No me parece tan importante. — Soy yo quién comienza a reír y me resulta una grandiosa idea; no tenía ganas de estar en ningún otro lugar ni aunque fuera la misma boda. — Pero no dudo que Jack y Meredith tirarian la puerta del elevador para llevarnos arrastras.

—Estoy de acuerdo. — Besa la comisura de mis labios y se levanta de la cama para comenzar a vestirse.

—Deberías hacer lo mismo, aún necesitamos llegar al aeropuerto.

Hundo mi cara en la almohada.—Podría decirles que llegaremos horas más tarde. — Intento convencerla de que se vuelva a acostar pero ya se está colocando unos simples jeans y una sudadera blanca.

— Ya vístete, lo haces más difícil.

— ¿Así que admites que podría convencerte?

— Ya quisieras. — Gruño en respuesta pero ella tiene razón, así que me levanto de la cama, luego de media hora parece que estámos listos así que pido el elevador, cuando está a punto de cerrarse lo detengo con una mano, Kya carga una botella de agua y unas pastillas en cuanto entra conmigo a la cabina.

— ¿Te sientes mal? — Pregunto.

—Tranquilizate, Cooper. — Mete una pastilla a su boca y bebe agua. — Sólo son anticonceptivos. — Pone los ojos en blanco.

Saco el celular esperando que el taxi que pedí ya esté afuera y me pregunto si esto de los anticonceptivos lleva tiempo antes de mí. — Lo siento, hubiera comprado condones. — Me niego a la idea de pensar en los amantes de Kya y me enfoco en nosotros, en el gran pequeño paso que habíamos dado en estos días. — Claramente no estaba pensando. — El elevador se abre frente a nosotros y el portero nos despide antes de subir al taxi.

— Claramente. — Me molesta con una sonrisa descarada que me hace enarcar una ceja. — Al aeropuerto. — Pide. — Noah: ¿Has dicho algo sobre esto a alguien?

Niego y era cierto pero no porque no quisiera sino porque no quería incomodarla. — ¿Quieres que se lo diga a alguien?

— Me refiero a que no es como si lo estuviéramos ocultando.

— ¿Las chicas saben?

— No, pero saben que te has quedado conmigo desde que llegaste y me dijeron que te diera un empujón. — Dice como si nada, por supuesto que lo hicieron, no lo ponía en duda.

¿Tan obvio era?

— Pues Jack para este punto ya debe de saber.— La tomó de la mano sin saber lo que la expresión en su cara significa. — ¿Qué pasa? ¿Estás preocupada?

—¿Por qué lo estaría?

— Sabes por qué.

Da una respiración pesada pero se relaja. — Es sólo que… no quiero que pienses que no quiero estar contigo, porque si quiero y lo haré, pero de ahí en fuera sabes que no me interesa tener una etiqueta.

También yo me relajo, le preguntó rápidamente al taxista si puedo fumar y cuando me dice que sí le ofrezco un cigarrillo a Kya con un poco de fuego, luego enciendo el mío. — Lo sé. Vamos, dame más crédito; eres mi mejor amiga sé que te gusta y que no. — Exhalo el humo del cigarrillo por la ventana. — Y sé que lo que menos quieres es ser presentada como mi novia o actuar como una, al menos una convencional.

Me da un codazo juguetón. — Me haces sonar como si fuera una fácil e idiota.

—Creeme, Kya Atlas, eres todo menos fácil. — Me inclinó a besar su cien pero ella pone su boca antes de que haga mi movimiento. — Idiota tal vez. — Me da un pellizco en mi brazo mientras me alejo riendo.

— Bueno, sólo quiero quiero aclarar una última cosa antes de llegar. — Dice ella y asiento. — Ya que vamos a la ciudad del pecado, sólo quiero decirte que eres libre de...

— Oh, Kya. Por favor, no termines. — La interrumpo sabiendo a qué dirección va esta plática, pongo la colilla en el cenicero del carro y saco la billetera antes de llegar, Kya hace lo mismo pero le arrebató la cartera antes de que pueda sacar un billete. — Ni siquiera se me había pasado por la cabeza.

— Puedes acostarte con quien quieras, Noah.

— ¿Sí? Bueno, no lo haré. No después de descubrir lo que es pecar entre tus piernas.— Incluso el taxista intentó no sonrojarse al escucharme, le extiendo el billete en cuanto se estaciona y me compadezco del pobre hombre, Kya baja del auto sin poder mirarlo de nuevo. — Basta o me obligaras a decirles a todos que ya no estoy en el mercado de manera voluntaria.

La morena me levanta el dedo medio aún divertida por la situación, sacó nuestras maletas de la cajuela y vemos al taxi irse.

— Yo también quiero estar contigo y me da igual si es siendo tu novio, tu amigo o como el cuñado de tu mejor amiga. — Se cruza de brazos y frunce el ceño mientras me escucha. — Te dije que me gustabas y aunque no voy a decirte desde cuándo, voy a admitir que no he tenido sexo ni una cita con nadie desde que tu me interesas.

Ella se pone roja y no deja de parpadear asombrada por lo que acabo decir, le doy un último beso antes de meternos por unas horas a un estúpido jet.

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Todos a nuestro alrededor parecen más interesados en nosotros que en los futuros esposos, Kya finge no darse cuenta pero sé que está al tanto como yo. Quién parece estar en apuros es Collin, luce como león enjaulado intentando no moverse de su asiento pero al final Jack se sienta frente a él y comienzan a platicar.

— Y bien… en el hotel ¿compartirán habitación o fingirán que no hay tensión sexual en ustedes? — Habla mi futura cuñada haciéndome toser mientras Kya se muerde la lengua en un tonto intento de no decir algo y Jana evita reírse en voz alta mientras está sentada entre nosotros.

— No lo sabemos aún, pero si dormimos en la misma habitación ojalá pidas una más alejada porque no creo poder mantenerme callada por las noches. —Responde Kya, el recuerdo de ayer por la mañana aparece en mi mente, cuando descubrí que Kya había arañado mi espalda y ella tenía un par de chupetones en su pecho y caderas.

¿En qué me he metido?

Meredith por fin se rinde y desaparece por unos segundos, Jana levanta las manos en rendición. — Ya sé que soy mal tercio, ahorrense las miradas.

— ¿Por qué no me cuentas lo que pasó después de que me fui del bar?— Jana está apunto de contarle pero el rostro de Kya se ve confundido. — Noah. —Me levanto antes su preocupación, Meredith me estira una mano para detenerme sin saber muy bien de qué va el asunto, luego de escuchar su pelea termino riéndome junto a mi hermano mayor mientras Kya sólo le aplaude a su amiga.

Al final nada pasa a mayores y todos se entretienen en algo.

El silencio en el Jet se hace evidente después de un rato, ni siquiera me preocupo en ver lo que los demás hacen, debían estar dormidos o metidos en sus celulares al igual que yo.

Un mensaje aparece en mi barra de notificaciones con la foto de mi mejor amiga, sin querer lo arrastró antes de que pueda verlo, y pierdo la página del libro que he estado leyendo. Ella me mira en el asiento frente a mí y parece darse cuenta de mi torpeza que sólo la hace encogerse de hombros.

Voy directo a los mensajes:

“Este jet es de ustedes ¿no, Sr. Cooper?”

“A decir verdad es de la compañía, pero es para nuestro uso exclusivo personal, Srita. Atlas.”

“La verdad es que tengo una necesidad de su compañía, Sr. Cooper. Y ya que es para su uso exclusivo personal tal vez podríamos resolver este asunto del mismo modo. ”

"Lo dejó a su criterio, Srita. Atlas."

"Sígame entonces" Casi cuando leo lo que dice el mensaje ella se levanta y camina hacia el cubículo del baño, dejó el celular en mi asiento y me meto al mismo baño mientras cierro la puerta con una mano tras de mí espalda.

— Te extrañe — Dice en cuanto mete su lengua en mi boca.

:

Suban prontix!

por **JessDann** Jue 04 Jun 2020, 7:55 am

Hola brenda, sabes leí tu capitulo el primer día. Hoy en la tarde dejo un comentario mas grande.
Y es verdad la perspectiva de los chicos es mejor .

por **JessDann** Jue 04 Jun 2020, 11:59 am

Abreme:

por **Jaaayleen.** Jue 04 Jun 2020, 11:40 pm

Hola, me han encantado amabos capitulos de hecho concuerdo con ustedes de que la perspectiva de los hombres hasta ahora es la mejor. Dejare lo que me gusto de ambos capitulos.

Cap de Jess:

Cap Brenda:

por **Mikaela.A** Vie 05 Jun 2020, 1:58 am

Amo esta novela, sigan la pronto chicas

por **lovesick** Vie 05 Jun 2020, 10:50 pm

Mikaela.A escribió:Amo esta novela, sigan la pronto chicas

Gracias por leernos.

por **Jaaayleen.** Mar 09 Jun 2020, 2:03 pm

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Capitulo 6

Collin Jefferson

— Señor Jefferson, ¿Reviso las cláusulas enviadas por la empresa española? —Pregunto el dueño de una de las empresas que representaba legalmente.
—Eh sí. —Respondí revolviendo la pila de papeles que se encontraban en mi escritorio, puse el teléfono en alta voz. —Estarán en sus oficinas en unos días.
—Eso espero abogado. —Rodé los ojos y suspire cuando el teléfono indico que había colgado.
—Licenciado Jefferson, una llamada de su amigo Jack Cooper está en espera. —Me avisa mi secretaria asomándose por la puerta. Le doy un corto asentimiento y descuelgo el teléfono fijo tomando la llamada.
—¿Aun sigues en la oficina?, creía que tenías una cita hoy. —Pregunto mi amigo, fruncí el ceño. —Lo olvidaste.
—Probablemente ya me odie. —Dije tomando un sorbo de mi vaso con Whisky. —¿Por qué me llamas?, no estas con Meredith.
—No molestes Collin, me cambio por su hermana y sus amigas. —Podía escuchar su molestia a través del teléfono
—¿En qué bar estas? —Le pregunte, el bullicio de la gente llego a mis oídos indicándome su paradero.
—En el del centro, el mismo de siempre. —Colgó el teléfono luego de decir eso.
Ordene los papeles revueltos en el escritorio y tome mi saco. Sali de la oficina despidiéndome de mi secretaria y tome rumbo al bar. Veinte minutos más tarde ya me encontraba dentro de este bromeando con los hermanos Cooper.
—¿Dejaste a la chica plantada y ni siquiera tomaste el teléfono para disculparte? —Me pregunto Noah.
—¿Qué querías que le dijera?, lo recordé hace media hora atrás. —Noah solo me regaño con la mirada.
—¿Si quiera sabias su nombre?
—Marie. —Respondí rápidamente. —Espera creo que es Julia.
—Mejor cambiemos de tema. —Propuso Jack.
Luego de un par de horas los chicos recibieron un llamado para hacerla de taxis.
Entre a la discoteca en la cual se encontraban las conquistas de mis amigos, y porque no, mi chica de esta noche.
—Hola guapo. —Una chica se colgó, literalmente, de mi cuello dejando un beso en mi mejilla.
—Lo siento linda, no me interesa. —Le respondí sacando sus brazos de mi cuello y dándole una pequeña sonrisa. Ella solo rodo los ojos enfadada.
—No me lo creo, primero me dejas plantada y ahora cazas chicas en la discoteca. —Dijo una voz femenina a mis espaldas. Esto no podía ser peor.
Me voltee con una sonrisa de niñito que chiquito que acababa de robar un trozo de la torta que su madre le había prohibido.
—Marie, ¿Cierto? —La chica me miro incrédula, mientras en sus ojos se veía la ira. —Julia.
—Es Maya. —“Idiota”, esa palabra se repetía como eco en mi mente. —Solo quería saber si estabas bien, pero me doy cuenta de que he sido una idiota por preocuparme por un estúpido que no recuerda mi nombre.
Se fue molesta, casi echaba humo por sus orejas. Preferí callar y no decir otra palabra ya que quizás me hundiría más de lo que estaba.
Me encamine a la barra y vi a una linda chica tratando de conquistar a un idiota a su lado, haría mi buena acción de hoy.

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—¿Entonces cuánto tiempo estuviste en Alemania? —Le pregunte a Jana, la chica que había salvado de la humillación.
—Dos meses, antes había estado en Holanda.
—¿Sabes hablar alemán?
—Natürlich ja. (Por supuesto que sí) —Respondió con un raro acento.
—Bastante genial debo decir, aunque no creo haberte entendido. —Dije tomando de la cerveza que había pedido hace unos minutos.
—J´esp
ère pas Monsieur, sinon comment pourrais-je parler de votre beautè. (Espero que no caballero, si no como podre hablar de lo guapo que eres.) —Respondió en un idioma que ya se me hacia un poco más conocido.
—Eso es francés y lo único que entendí fue que dijiste caballero. —Asegure con una sonrisa.
—Estas mejorando. —Asintió con una linda sonrisa. — No me dijiste que estás haciendo aquí.
—Mis amigos me arrastraron aquí y luego se fueron. —Me encogí de hombros.
Miré a mi alrededor y vi que ya solo quedaban unas pocas personas.
—¿Y porque aún estas aquí?
—Salve a una linda chica de sus palabras y no me atrevería a dejarla sola para que cometa nuevamente ese error.
—Aclarando todo esto, creo que los americanos son lentos. —Se defendió con divertida. —Quizás los europeos entienden mejor las señales que ustedes.
—Quizás no probaste con el americano correcto. —Le guiñe un ojo, termine el contenido de mi vaso y negué. —Para ser sincero, creo que el tipo era un idiota.
—He conocido peores. —Murmuro riendo, quizás el alcohol ya comenzaba a tener un efecto en nuestro sistema.
—Sabes que, estaba pensando en que quizás podríamos ir a mi casa. —Le dije. —Podrías enseñarme como ser un chico europeo.
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La chica salto a mis brazos entrelazando sus piernas detrás de mí. El elevador parecía un buen lugar para besarnos en estos momentos. Deje un rastro de besos desde su cuello hasta sus labios, Jana parecía disfrutar de esto, hasta que el ascensor se detuvo. Se bajo rápidamente y camino fuera de este.
—Entre más rápido salgas del elevador más palabras sabrás en francés. —Sonrió coqueta.
Eso fue suficiente para mí, busque las llaves de mi departamento en el bolsillo de mi pantalón sin buenos resultados.
—¿Qué pasa? –Preguntó confundida.
–Dejé las llaves en el auto. –la chica no podía creerlo, lo pude notar por su expresión. –
—No tengo mis llaves. —Busque en todos los bolsillos que tenía, o en los lugares en el cual podían estar las llaves.
—Creo que mejor me voy. —Dijo Jana con una sonrisa incomoda.
—¡NO!, es decir espérame. —Corrí al ascensor y aprete repetidamente el botón para que abriera. —Vamos, vamos estúpido ascensor. —Murmure sin dejar de apretar el maldito botón.

Segundos después las puertas se abrieron dejándome entrar, marque el piso del estacionamiento y espere impaciente a que bajara. La música del ascensor provocaba que mi ansiedad aumentara.
—Baja, baja, baja. —Era lo único que salía de mis labios.

Se abrió la puerta nuevamente y lo primero que vi fue un montón de autos. Trote hacia donde dejaba mi auto habitualmente, desactivé la alarma de este y lo abrí tirándome en los asientos en la búsqueda de las llaves.
—Aquí están malditas llaves. —Las tome entre mis dedos sacándolas de debajo del asiento del piloto.

Sali del auto, y verifique que nada se me quedara en él. Lo cerré y activé la alarma para correr nuevamente al ascensor. Las puertas se abrieron rápidamente, aprete el botón de mi piso y espere con un poco más de paciencia. El elevador llego a mi piso y en cuanto las puertas se abrieron corrí fuera de este, Jana se encontraba sentada en el suelo a un lado de la puerta con una cara de aburrimiento.

—Ya estoy aquí. —Mi voz sonó mucho más agitada de lo que esperaba. Estire una mano hacia mí acompañante para ayudarla a levantarse.
—Eso fue bastante rápido. —Dijo.
Abrí la puerta rápidamente y me hice a un lado para que Jana entrará.
—Bueno, ¿En qué nos quedamos?

La chica sonrió y tiro su bolso al sofá, me acerque a ella y puse mis manos en su cintura pegando nuestros cuerpos, nuestras respiraciones ya se mezclaban y su aroma a vainilla y canela entraba por mis fosas nasales.
—En esto. —Volvió a juntar nuestros labios salvajemente.

La alce en mis brazos dejando mis manos en su trasero, la chica se abrazo a mi cuerpo con sus brazos y piernas. Nos dirigí a la habitación evitando caer, al llegar la de suavemente en la cama. Poco a poco la ropa comenzó a sobrar, cuando las prendas ya no estorbaban me adentre en ella soltando un gemido de satisfacción.
La habitación se rápidamente se lleno de gemidos, nuestros cuerpos se encontraban cubiertos por una fina capa de sudor. Los movimientos se volvieron más rápidos hasta ambos llegamos al ansiado clímax.
—¿Segundo round? —Pregunté con la respiración acelerada.
—Segundo round. —Afirmó la chica con una sonrisa.

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La puerta cerrándose me despertó asustado, recuerdos de la noche anterior llegaron a mi memoria y no pude evitar mirar el lado vacío de la cama. La chica se había ido sin dejar su número o algo, nunca antes me había pasado algo así.
Me levanté rápidamente y corrí hacia la ventana que daba a la calle, Jana salía del edificio descalza y con su teléfono en la mano.
—A la mierda. —Me aleje de la ventana y me prepare para comenzar el día.

Horas más tarde me encontraba en el despacho revisando una pila de contratos que habían llegado esa mañana. Tocaron la puerta de la oficina, Jack asomo su rostro con una sonrisa burlona en este.
—Tu secretaria dijo que te traías un humor de perros. —Entró sentándose frente a mí.
—Una chica me dejó hoy en la mañana.
—¿Eso es lo que te enoja? —Jack se burló.
Rodé los ojos guardando unos papeles en una carpeta.
—Es lo mismo que tu haces, así que solo supéralo y sigue adelante. —Se encogió de hombros. —Nos iremos a Las Vegas, allá te liaras con alguien más.
—Tienes razón. —Murmure.
—¿Cómo se llamaba?
—Ya no importa, ella sólo venía al matrimonio de su hermana o baby shower no lo recuerdo.
—¿Era linda?
—Si, ahora basta de preguntas.

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El viaje a Las Vegas se estaba volviendo una pesadilla, comenzando por Jana la chica que me había tirado días antes era la pequeña hermana de Meredith. Luego de tener una discusión con la mayor de las Grey me mantuve en la cabina del piloto por un largo rato antes de volver a mi asiento. Jana aún se encontraba ahí, era la única despierta ya que Meredith y Jack dormían y Noah y Kya habían desaparecido. Me senté frente a la chica que solo mantuvo su mirada en su teléfono.

—No sabia que eras hermana de Meredith. —Le dije luego de estar unos minutos en silencio pensando en que decir.
—No me pareció un detalle importante. —Respondió sin separar la vista de su aparato. —Además yo no sabía que eras amigo del idiota de Jack.
—¿Acostumbras a dejar a los hombres solos?
—Es lo que ustedes hacen, ¿no?
Rodé los ojos, saqué mi laptop de mi bolso y me dispuse a terminar unos archivos.
—Si vas a estar así de insufrible voy a hacer que Meredith te ponga el puto paracaídas. —Me dijo, su mirada era seria.
—Solo olvidemos lo que paso.
—Literalmente estas peor que una chica, solo diviértete. —Opino. —Es cierto lo que dicen, los abogados son insoportables.
—¿Primero que todo como sabes que soy abogado?
—Mi hermana me lo dijo hace un rato. —Se encogió de hombros restándole importancia.
—¿Quién dijo que somos insoportables?, soy muy divertido.
—Demuéstralo. —Dijo con una sonrisa desafiante.
La mire confundido, ¿Desde cuándo tenía que demostrarle a las personas lo que era?
—Esta bien. —Mi lado competitivo hablo. —¿Qué quieres que haga?
—En Las Vegas serás una persona aceptable, no podrás discutir con Meredith porque es su viaje. —Indico, solo me limite a asentir, quizás si me había pasado con su hermana hace un rato. —Serás divertido.
—Puedo hacer eso. —Acepte su propuesta.
—Genial, por que ya vamos a aterrizar.
—Se ven tan bonitos juntos. —Dijo una recién llegada Kya, detrás de ella venia Noah.
—Kya Atlas no juegues con eso. —Respondió Jana volteando a mirarla. —¿Por qué te ves tan desordenada?
—No juegues con eso Jana Grey. —Murmuro con una pequeña sonrisa antes de sentarse.
Noah solo se encogió de hombros y imito la acción de Kya.
—¿Qué fue eso?
—No seas metiche.
Suspire, este iba a ser un largo viaje.

holaa:

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