INOCENCIA, VENGANZA Y UN AMOR PROHIBIDO_SKANDAR Y TU

Voltee a mirar y me encontré con August, a quien no lo veía desde 1830 y en este momento estábamos a 1998, un gran tiempo y por supuesto en el que las personas se diferencian de pies a cabeza, así sean seres fríos.

Seguía siendo el mismo, pero tenía aires de frialdad y de en el tiempo pasado haber cambiado; sus ojos oscuros como la noche sin luna dejaban ver que no había ido de caza en semanas y hasta en pronto un mes, sus ojeras eran bastante vistosas y sus prendas eran lúgubres, estaba de negro entero como un típico cazador de una película épica, tan misterioso como el inframundo y tan incomprensible como lo son los complejos del universo. Era inmerso pensar que estuviera aquí; según Gustav se había ido porque lo deseaba y no por otra razón. Pero una cizaña extraña atacaba mi cabeza con la razón de que habían demasiadas cosas ocultas a mí alrededor.

-¿August? –pregunte tímidamente ante la gran fuerza que empezó de manera tangible sobre mí, tratando de dominar mis pocos sentidos y queriéndome convertir en la prole de Satán.
-___T/N___ ven, no debes con alguien como él. –dijo duramente, probablemente tratando de dominar el ambiente entre el pequeño trió que tenía como centro la tumba de Marx.
-como él. –musito irónicamente Simón –déjame decirte que tengo un nombre, no me trates como algo más bajo que tu, porque probablemente soy mejor que un asqueroso demonio –volvió a hablar de manera rencorosa, y por ultimo me miro algo triste –lo lamente ___T/N___, se que tú no eres un monstruo…

August se lanzo sobre él, con cuan fuerza que se oyó un estruendo sordo, Simón en un arranque de histeria lanzo a August contra un árbol y de manera sobre potente tomo forma de lobo y con elegancia lobuna dio una venia a la divisaba luna que entre las nubes daba su vistazo al frio enfrentamiento.
-no pueden ser amigos, sería imposible. Son razas superiores y sobre quieren mandar aquí en la tierra; los dos son demasiados intolerables a especies perennes. –mascullo en voz alta y demándate August, como si trasmitiera una profana profecía de los tiempos atrases.

Simón gruño de manera colosal y yo en un mutismo total miraba como se desarrollaba tal escena atroz…
Se matarían si yo no paraba aquella pelea, con fuerza… con demasiada fuerza a mi voluntad y de manera ágil corrí al medio de August y Simón.
-paren se mataran… por favor –replique en ayuda a que los dos se calmasen.
-vete ___T/N___, esto no te incumbe. Porque de aquí solo sale uno vivo. –un gruñido sordo salió de la boca de August y de manera censurable él, me lanzo fuertemente de entre los dos.