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An unusual story of princesses
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Re: An unusual story of princesses
LEI CASI TODO Y YA VOY A DEJAR COMENTARIO ESPEREN QUE EDITE
LAS AMO MUA
LAS AMO MUA
yuuya.
Re: An unusual story of princesses
Amo a Angelo con cada fibra de mi ser es un yo en el día a día. Bueno, yo me río más y todo, pero tiene una actitud que se asemeja a la mía en ciertas ocasiones. QUÉ MALA PERCEPCIÓN TENÍA DE DANIELLE, esta chamaca, tendré que hablar bien con Allison acerca de su personalidad porque estoy confundida jajaja. Igual Susan la ama con todo su ser así que no importa mucho si es una pequeña perra, ahr. AY MI MAGDALENA, el capítulo estuvo precioso. Amo como escribes, creo que ya te lo he dejado claro, pero me encantó la narración y los diálogos y amé a tus personajes con sus respectivas tramas. El final estuvo precioso, no quería que se acabara si Dani y Angelo estaban enojados, así que fue bello que se reconciliaran. Te amo con todo mi corazoncito gracias por subir esta belleza.
wanweird
Re: An unusual story of princesses
hydra escribió:Domingo 27 de Septiembre, 2015Tenía que empezar así para recordar que ese día vi la luNA DE SANGRE, PRECIOSA, HERMOSA, FANTÁSTICA. ERA COMO UN MILAGRO DE DIOS, AUNQUE SÍ, PARECÍA UN DURAZNITO O UNA PELUSA NARANJA PERO LMAO NO SE VA A REPETIR COMO EN DOS DÉCADAS Y LLORO. Lloro toda la sangre que la luna no destiló ayer.
mARIE TODO ESTÁ TAN HERMOSO. La sinopsis (que no me canso de leer pk yolo) y el primer capítulo estuvieron per-fec-tos. Más encima empezaste con la muerte de Dimitri II, y déjame decirte que eso no se hace. Menos con mi corazoncito podrido que ya está cansado de tanta tristeza. Ddskfs siempre me gustó cuando mis personajes aparecían en tus capítulos. Sentía mariposas en la guata DFJGHÑLGKSGKDSLF. Además los retratabas siempre tan bien, yo quedaba en shock :,(.
Ya, bueno, sigo.
Tú sabes que amo cómo escribes. Todo lo que haces es una obra de arte y pOR FAVOR NUNCA DEJES DE ESCRIBIR NI DE CANTAR PK TE ESCUCHÉ CANTAR AYER (AJÁ, UN RECORDATORIO DE ESO ES TAMBIÉN LA FECHA DE ARRIBA) Y FUE TAN ESPLENDOROSO. Ya weona. Cántame tu capítulo completo.
Ahí sí que me daría un orgasmo :,(. Porque un escrito tuyo más tu voz, tu canto, nO SÉ WN SERÍA PERFECTO.
aDKFJSD ME ENCANTARON CAL Y ALEC. Adoro su relación. Y la relación que tienen todos nuestros personajes también. pERDÓN POR TAN FEO COMENTARIO, MARIE. Hace tiempo no comentaba nada, entonces... :,(. Prometo ir mejorando a medida que retome esto de ser comentarista ¿¡¡?????
Te amo mucho
LA OBRA MAESTRA ERES TÚ, SHIQUITA
Estás re loca, mi chava, pero ay cómo te amo Lilian Fernanda. PRIMERAMENTE perdóname la vida, ya que hacía rato habías dejado este comentario y yo no te lo había respondido... Eso te pasa por comentar a destiempo wna (?) ahr mentira, es que soy una persona con exceso de pereza, ya me conoces. Y NO DIGAS ESO DE TUS COMENTARIOS, YO LOS AMO CASI CASI TANTO COMO TE AMO A TI, casi casi porque no manches, tu tienes mi love!!1!1 VISTE ANDO MAL, me pones mal porque es mucho amor.
Fluye.
LA LUNA ROJA FUE UN FIASCO, bueno yo la agarré medio desteñida pero estuvo genial. El próximo eclipse tenemos que verlo juntas (?) va, hay que ponernos una especie de meta o sueño por cumplir, porque LILIAN NO ME QUIERO MORIR SIN CONOCERTE antes de eso quiero ver tu bella cara en vivo y en directo, quiero escuchar tu preciosa y melodiosa voz y apachurrarte entre mis brazos bc harto amor ah. MUCHO AMORRRR. TE CANTARA PERO APESTO. En serio, no puedo cantar otra cosa. Haré un disco cantando Drag me down en distintos idiomas y géneros musicales pq es lo único que me sale jajajaja.
TE AMOOOO, amo a tus personajes y, sé que Zayn es magia negra pero tenemos que hacer algún chanchuy con nuestras tramas para que estemos conectadas, tanto Sussie y Adara, como Harry y Zayn o así. TE AMOOO ya quiero leer tu capítulo pero para eso falta un montón ):
Estás re loca, mi chava, pero ay cómo te amo Lilian Fernanda. PRIMERAMENTE perdóname la vida, ya que hacía rato habías dejado este comentario y yo no te lo había respondido... Eso te pasa por comentar a destiempo wna (?) ahr mentira, es que soy una persona con exceso de pereza, ya me conoces. Y NO DIGAS ESO DE TUS COMENTARIOS, YO LOS AMO CASI CASI TANTO COMO TE AMO A TI, casi casi porque no manches, tu tienes mi love!!1!1 VISTE ANDO MAL, me pones mal porque es mucho amor.
Fluye.
LA LUNA ROJA FUE UN FIASCO, bueno yo la agarré medio desteñida pero estuvo genial. El próximo eclipse tenemos que verlo juntas (?) va, hay que ponernos una especie de meta o sueño por cumplir, porque LILIAN NO ME QUIERO MORIR SIN CONOCERTE antes de eso quiero ver tu bella cara en vivo y en directo, quiero escuchar tu preciosa y melodiosa voz y apachurrarte entre mis brazos bc harto amor ah. MUCHO AMORRRR. TE CANTARA PERO APESTO. En serio, no puedo cantar otra cosa. Haré un disco cantando Drag me down en distintos idiomas y géneros musicales pq es lo único que me sale jajajaja.
TE AMOOOO, amo a tus personajes y, sé que Zayn es magia negra pero tenemos que hacer algún chanchuy con nuestras tramas para que estemos conectadas, tanto Sussie y Adara, como Harry y Zayn o así. TE AMOOO ya quiero leer tu capítulo pero para eso falta un montón ):
wanweird
Re: An unusual story of princesses
perdón por la tardanza, todo ha estado de locos por que estoy en final de semestre a más tardar el viernes ya tienen mi capítulo
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I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
---------
Re: An unusual story of princesses
Chicas, perdón, sé que soy un asco de persona, en serio lo siento, pero final de semestre me ha tenido hasta el cuello pero mañana tengo libre entonces sí o sí encuentro tiempo para subirles el capi, en serio lo siento.
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I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
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Kida
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Re: An unusual story of princesses
NO ME MATEN YA VOY POR LA MITAD DEL CAPÍTULO A MAS TARDAR MAÑANA LO SUBO, EN SERIO LO SIENTO, SOY UNA PÉSIMA PERSONA
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Kida
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Re: An unusual story of princesses
Ay Ally, no te preocupes, en serio, esto está muertísimo
wanweird
Re: An unusual story of princesses
Es por mi culpa
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I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
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Kida
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Re: An unusual story of princesses
quiero que esto sigaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa (sigo aquí, sólo estuve algo ausente, pero vOLVÍ) ah iba a decir otra cosa pero se me olvidó, así que cuando me acuerde edito el mensaje ahq las adoro, a todas (hoy ando con ganas de demostrar mi amor) esop (????)
aurelia.
Re: An unusual story of princesses
Capítulo 5
Sabía que no debía estar ahí, pero no podía dormir y quedarse en su habitación le había resultado imposible. El ambiente era extrañamente oscuro y levemente tenebroso, siendo muy tarde como para ser considerado noche, pero muy temprano para siquiera pensar en la idea del día. Salir del castillo no había sido tan difícil, burlar a la seguridad le fue absurdamente sencillo, lo único que debía cuidar era ser lo suficientemente silenciosa para no despertar a sus hermanos.
Desde que había vuelto de la salida con Angelo, las cosas habían estado difíciles para ella. Primero que todo, aunque amaba a su hermano y agradecía saber que ahora podía contar con él, de cierta manera sentía que la vigilaba. Aparte de eso, las palabras que le dijo en el mercado aún retumbaban en su mente. Sí, le dijo que todo estaba bien, sí, le dijo que le perdonaba, y en verdad lo hacía, pero saber que su hermano también creía lo que ella pensaba de sí misma le dolía, por más que intentara evitarlo. Por lo tanto, agradecía los años de práctica que lograron que ninguno de sus hermanos notara algo diferente a su llegada, ni siquiera al momento de la cena.
Por otra parte, eso no implicaba que pudiera escapar de su mente. Nunca había podido hacerlo. Esa misma que le decía que era débil, que debía ser lo que todos esperaran que fuera ya que temía decepcionarlos si alguna vez dejaba mostrar sus miedos, por eso no lo haría. Ya que no era fuerte por ella misma, debía serlo por sus hermanos. Ya tenían suficiente que cargar como para tener que soportarla a ella también.
Siguió caminando hasta llegar a una parte más abierta del bosque, cerca de las faldas de la montaña, un lugar al que había ido ya varias veces. Un lugar en el que podía entrenar con sus poderes, un lugar solo donde pudiera simplemente despejar su mente y empezar a sentir sus poderes fluyendo, como Liza le había indicado. Así mismo, un lugar en el que podía llorar sin miedo de que alguien la sorprendiera haciéndolo, donde se podía permitir sentir.
Claramente nadie sabía de ese lugar, así como nadie sabía que ella escapaba del castillo en ciertos momentos, en horas de la madrugada, para practicar por sí sola. Danielle pensaba que era lo menos que podía hacer, practicar extra.
Cerró los ojos y aspiró el aire fresco de montaña y sonrió inconscientemente. Recordó la vez que encontró ese lugar.
Podría tener al menos unos siete años, el clima fuera de su habitación constaba de una lluvia torrencial y los truenos habían conseguido mantenerla despierta toda la noche. Al momento de ver a su padre entrar por la puerta de su habitación, corrió a sus brazos. Ella no había llorado, no había hecho ningún ruido, no se había levantado de su cama, pero de alguna manera, su padre supo que ella estaba asustada. Se quedó con ella unos minutos, acariciando su cabello y logrando relajarla lo suficiente como para que se durmiera. Al día siguiente, decidiendo que no podría estar constantemente preocupando a su padre, corrió a lo largo de todo el bosque y al llegar a ese lugar, se sintió extrañamente segura. Más adelante, se dio cuenta que el lugar constaba de piedras de diferentes tamaños que le servirían en caso de querer entrenar de más.
Suspiró, ya no había nadie más, nadie que pudiera descifrarla de la manera que lo hacía su padre. Ya no había nadie que se diera cuenta que ella estaba rota por dentro mientras destilaba una sonrisa por fuera.
Secó las lágrimas que escaparon de sus ojos y se quitó el cabello de la cara. No era que le gustara llorar, el único momento en que se permitía hacerlo era cuando se encontraba sola, eso no significaba que fuera una llorona tampoco. No se sentía con el derecho de llorar cuando todavía no podía hacer nada por proteger el legado de sus padres, nada por proteger todo por lo que ellos habían luchado o por la familia que había criado.
Suspiró y se acercó más a la falda de la montaña rocosa donde la mayoría de las piedras reposaban. Dejó una distancia prudente entre ella y la piedra que había escogido como sujeto de prueba y se enfocó tanto como pudo. Sí podía sentirlo, lo había sentido desde que tenía uso de razón, el problema residía en que también sentía como su propio poder se encontraba reacio a dejarla controlarlo. Lograba hacer vibrar la piedra, pero al mismo tiempo, sentía el peso de ella sobre sus hombros y sobre su mente. Sus piernas empezaron a temblar y su mente comenzó a doler, cuando eso pasaba, usualmente paraba si se encontraba frente alguno de sus hermanos, ellos ni siquiera sabían que a ella le sucedían esas cosas, no quería preocuparlos; pero aquí, estando sola, no tenía que por qué parar, no podía hacerlo.
Sentía la presión subir dentro de su cuerpo al ver los pocos centímetros que la piedra se levantó. Sabía que el peso era demasiado, Liza jamás la pondría a practicar con una roca de ese tamaño, pero tampoco se permitiría intentar levantar nada más liviano. Debía presionarse, debía lograrlo.
Luego de unos segundos, el dolor se volvió insoportable y sus brazos cayeron a su lado al momento en el que ella caía al piso, usando sus brazos y rodillas para detener su caída. Su cuerpo temblaba y su cabeza ardía. Acercó una mano a su nariz y limpió el espeso líquido que comenzaba a resbalar por su nariz. Se acercó a un árbol, se apoyó contra él y sacó el pañuelo que guardaba en el bolsillo de su pantalón. Se lo colocó en la nariz y esperó unos momentos a que el sangrado se detuviera, cosa que no duró mucho ya que no era tan grave, aún.
Ya estaba acostumbrada a que eso pasara, por lo que no presentó ninguna sorpresa ante ello. Cuando la presión se acumulaba en su cerebro era normal que alguno que otro vaso sanguíneo se rompiera. No duraba mucho en sanar y para eliminar la evidencia sólo debía andar algún elemento, preferiblemente desechable, con el cual limpiarse. Sobraba decir que estaba mareada, por lo que apoyó la cabeza en el tronco y cerró los ojos por unos momentos, cuando se sintió mejor, lo volvió a intentar.
-----
Los primero rayos de sol comenzaron a asomarse a través de la montaña cuando Danielle abrió los ojos de nuevo. Luego de largas horas de entrenamiento, la última vez había durado un poco más en detenerse y al apoyarse al árbol había perdido la consciencia por unos momentos. Suspiró y se levantó del piso, frotó sus ojos, eliminando el cansancio de ellos y tomó camino hacia el castillo. Sabía que era muy tarde como para volver a escabullirse en su habitación, por lo que aprovechó uno de los pozos que había en el camino para lavar su rostro, eliminar cualquier rastro de sangre de su nariz y de verse como si recién se hubiera levantado para hacer una caminata matutina.
Al acercarse, pasó rápidamente la mano por uno de los troncos, provocando una pequeña cortada en su palma. Frunció el ceño ante el dolor y colocó el mismo pañuelo alrededor de su mano, eso le ayudaría a explicar la sangre que había en el.
Caminó unos metros más y divisó los cimientos del castillo. Se retiró el cabello de la cara y al salir del bosque pudo divisar a Susan quien recién la había visto y comenzaba a caminar hacia ella.
– ¿Dónde estabas y qué hacías sola? – inquirió luego de ver que no había ningún escolta a su lado.
– Caminata matutina – respondió con una sonrisa. – Me apetecía estar sola por unos momentos.
– Estamos en guerra Danielle, no puedes salir sola.
– No me alejé mucho del castillo, iba a estar bien, fue sólo por unos momentos – mintió, encogiéndose de hombros. Se acercó a besar la mejilla de su hermana y ésta inmediatamente sonrió, desapareciendo el ceño de su frente. Pero este volvió rápidamente al mirar su mano.
– ¿Qué te pasó?
– Me corté con una de las plantas, no es nada grave. ¿Todavía hay desayuno? – cambió de tema.
– Sí, apresúrate a comer. Asegúrate de que te revisen eso luego.
– Dalo por hecho – le guiñó el ojo a su hermana mientras una sonrisa se formaba en sus labios, la mayor sonrió igual antes de ver a Dani correr su camino de vuelta a la entrada del castillo.
Suspiró al estar dentro de él y sonrió hacia sus hermanos que aún desayunaban, comentando y bromeando con ellos, manteniendo una sonrisa en su rostro y una actitud alegre. Al acabar y subir a su habitación, sonrió internamente, de nuevo nadie lo había notado.
{*}
– Calvin, ¿qué se supone que haces?
– Se llama dormir madre, deberías intentarlo, tal vez y así se te quiten las arrugas. – gruñó mientras se cubría con las sabanas, evitando así que el sol entrante por las cortinas recién abiertas dañaran temporalmente su vista.
– Qué gracioso – bufó su madre claramente molesta – Es medio día. Es sumamente embarazoso que aún estés metido en la cama.
– Para mí aún son las cinco de la mañana. – habló entre dientes, aún con la sabana tapando su rostro.
– Para mí eso no es de importancia – jaló las sabanas, tirándolas al suelo y provocando un gruñido por parte de su hijo menor – levántate. – demandó antes de salir de su habitación.
Bufó, frotó sus ojos y se apoyó en su codo, miró su entorno. La luz le molestaba, por lo que bufó de nuevo y se dejó caer en la cama. Igual nunca le había importado mucho lo que su madre le demandaba, se dijo antes de convencerse a sí mismo de seguir durmiendo. Lastimosamente, su mente tenía otra idea, ésta ya estaba completamente despejada y se negaba a seguir durmiendo, por lo que se levantó y resignado se metió al cuarto de baño. Al salir, tenía una toalla envuelta en su cintura y con otra frotaba su cabello con la esperanza de secarlo.
Antes de poder tener la posibilidad de vestirse, escuchó dos golpes en su puerta. Ya que sabía que no sería su madre, puesto que ella nunca tocaba la puerta, nada más entraba, suspiró aliviado
– Adelante – habló, permitiendo el paso, sin importarle mucho sus vestimenta, o en todo caso, la falta de ella.
– Disculpe, vengo a limpiar su habitación – entró una de las muchachas de servicio, haciendo una reverencia al verlo.
Calvin la miró detenidamente, usualmente su madre nunca enviaba muchachas tan jóvenes en lo que correspondía a su aseo.
– ¿Mi madre te envió? – preguntó curioso.
– No señor, yo me ofrecí – respondió claramente sonrojada.
Esto provocó una sonrisa en el castaño. La miró de nuevo, esta vez, sin ningún rastro de confusión en su rostro, esta vez, con una sonrisa que brillaba más que el mismo sol que encontraba su camino dentro de la habitación. Se acercó a ella. Podía admirar como ella perdía la vista en su torso por unos momentos y luego la devolvió a sus ojos, aún más sonrojada que antes.
– ¿Te incomoda mi desnudez? – preguntó, ella se sonrojó más – De verdad lo siento – sonó arrepentido al momento en el que caminaba hacia el otro lado de su habitación y se calzaba su ropa. Luego se volvió a acercar a ella – ¿Ahora estás más cómoda? No me gustaría causar incomodidad a tan bella dama.
– Por favor señor, no soy ninguna dama, soy solo una sirvienta. – él arrugó el entrecejo.
– Toda mujer es una dama – le sonrió y tomó su mano para besar el dorso de ella. – Nunca lo olvides. – habló mirándola a los ojos. Depositó un segundo beso y le guiñó el ojo antes de salir de la habitación.
No era que no le interesara nada más de ella, era simplemente que ya había encontrado más de un problema para sí mismo cuando se juntaba con alguna empleada de su hogar. Su mayor desagrado era lastimar a una mujer, una de las pocas cosas valiosas que le había enseñado su madre era a ser caballeroso. No obstante, sólo porque fuera un caballero no iba a dejar pasar la oportunidad de llevarse a alguna a la cama, en caso de que se presentara. Así mismo, que fuera un caballero, tampoco significaba que estuviera buscando un para siempre.
Terminó de bajar las escaleras de mármol y tomó camino hacia los establos. Tenía hambre, mas no le apetecía entrar a ese comedor, era absurdamente grande y le parecía que un fantasma le aparecería por cualquier lado cada vez que estaba solo, era, ciertamente, espeluznante.
Al llegar a las caballerizas, saludó a la servidumbre y caminó hasta su caballo, lo acarició por unos segundos, luego lo ensilló y se montó en él. Ya tenía en mente su destino, pensó mientras una sonrisa crecía en su rostro.
-----
– Julieta – hizo una reverencia en forma de saludo al ver que la muchacha abría la puerta de su casa.
– Príncipe, ¿qué lo trae por acá?
– Esperaba que quisieras acompañarme a comer – alzó las bolsas que sostenía en su mano.
– Claro. Comer, por supuesto – alzó las cejas, con un tono de voz incrédulo. Antes de poder debatir su incredibilidad, ella lo tomó de la camisa y lo jaló dentro de su casa.
Calvin no puso mucha resistencia, sonrió ante la directa promesa y el deseo por venir. Ya que, como había dicho anteriormente, que fuera un caballero no significaba que dejaría pasar la oportunidad si se le presentaba, y, bueno, se le presentaba muy seguido.
Desde que había vuelto de la salida con Angelo, las cosas habían estado difíciles para ella. Primero que todo, aunque amaba a su hermano y agradecía saber que ahora podía contar con él, de cierta manera sentía que la vigilaba. Aparte de eso, las palabras que le dijo en el mercado aún retumbaban en su mente. Sí, le dijo que todo estaba bien, sí, le dijo que le perdonaba, y en verdad lo hacía, pero saber que su hermano también creía lo que ella pensaba de sí misma le dolía, por más que intentara evitarlo. Por lo tanto, agradecía los años de práctica que lograron que ninguno de sus hermanos notara algo diferente a su llegada, ni siquiera al momento de la cena.
Por otra parte, eso no implicaba que pudiera escapar de su mente. Nunca había podido hacerlo. Esa misma que le decía que era débil, que debía ser lo que todos esperaran que fuera ya que temía decepcionarlos si alguna vez dejaba mostrar sus miedos, por eso no lo haría. Ya que no era fuerte por ella misma, debía serlo por sus hermanos. Ya tenían suficiente que cargar como para tener que soportarla a ella también.
Siguió caminando hasta llegar a una parte más abierta del bosque, cerca de las faldas de la montaña, un lugar al que había ido ya varias veces. Un lugar en el que podía entrenar con sus poderes, un lugar solo donde pudiera simplemente despejar su mente y empezar a sentir sus poderes fluyendo, como Liza le había indicado. Así mismo, un lugar en el que podía llorar sin miedo de que alguien la sorprendiera haciéndolo, donde se podía permitir sentir.
Claramente nadie sabía de ese lugar, así como nadie sabía que ella escapaba del castillo en ciertos momentos, en horas de la madrugada, para practicar por sí sola. Danielle pensaba que era lo menos que podía hacer, practicar extra.
Cerró los ojos y aspiró el aire fresco de montaña y sonrió inconscientemente. Recordó la vez que encontró ese lugar.
Podría tener al menos unos siete años, el clima fuera de su habitación constaba de una lluvia torrencial y los truenos habían conseguido mantenerla despierta toda la noche. Al momento de ver a su padre entrar por la puerta de su habitación, corrió a sus brazos. Ella no había llorado, no había hecho ningún ruido, no se había levantado de su cama, pero de alguna manera, su padre supo que ella estaba asustada. Se quedó con ella unos minutos, acariciando su cabello y logrando relajarla lo suficiente como para que se durmiera. Al día siguiente, decidiendo que no podría estar constantemente preocupando a su padre, corrió a lo largo de todo el bosque y al llegar a ese lugar, se sintió extrañamente segura. Más adelante, se dio cuenta que el lugar constaba de piedras de diferentes tamaños que le servirían en caso de querer entrenar de más.
Suspiró, ya no había nadie más, nadie que pudiera descifrarla de la manera que lo hacía su padre. Ya no había nadie que se diera cuenta que ella estaba rota por dentro mientras destilaba una sonrisa por fuera.
Secó las lágrimas que escaparon de sus ojos y se quitó el cabello de la cara. No era que le gustara llorar, el único momento en que se permitía hacerlo era cuando se encontraba sola, eso no significaba que fuera una llorona tampoco. No se sentía con el derecho de llorar cuando todavía no podía hacer nada por proteger el legado de sus padres, nada por proteger todo por lo que ellos habían luchado o por la familia que había criado.
Suspiró y se acercó más a la falda de la montaña rocosa donde la mayoría de las piedras reposaban. Dejó una distancia prudente entre ella y la piedra que había escogido como sujeto de prueba y se enfocó tanto como pudo. Sí podía sentirlo, lo había sentido desde que tenía uso de razón, el problema residía en que también sentía como su propio poder se encontraba reacio a dejarla controlarlo. Lograba hacer vibrar la piedra, pero al mismo tiempo, sentía el peso de ella sobre sus hombros y sobre su mente. Sus piernas empezaron a temblar y su mente comenzó a doler, cuando eso pasaba, usualmente paraba si se encontraba frente alguno de sus hermanos, ellos ni siquiera sabían que a ella le sucedían esas cosas, no quería preocuparlos; pero aquí, estando sola, no tenía que por qué parar, no podía hacerlo.
Sentía la presión subir dentro de su cuerpo al ver los pocos centímetros que la piedra se levantó. Sabía que el peso era demasiado, Liza jamás la pondría a practicar con una roca de ese tamaño, pero tampoco se permitiría intentar levantar nada más liviano. Debía presionarse, debía lograrlo.
Luego de unos segundos, el dolor se volvió insoportable y sus brazos cayeron a su lado al momento en el que ella caía al piso, usando sus brazos y rodillas para detener su caída. Su cuerpo temblaba y su cabeza ardía. Acercó una mano a su nariz y limpió el espeso líquido que comenzaba a resbalar por su nariz. Se acercó a un árbol, se apoyó contra él y sacó el pañuelo que guardaba en el bolsillo de su pantalón. Se lo colocó en la nariz y esperó unos momentos a que el sangrado se detuviera, cosa que no duró mucho ya que no era tan grave, aún.
Ya estaba acostumbrada a que eso pasara, por lo que no presentó ninguna sorpresa ante ello. Cuando la presión se acumulaba en su cerebro era normal que alguno que otro vaso sanguíneo se rompiera. No duraba mucho en sanar y para eliminar la evidencia sólo debía andar algún elemento, preferiblemente desechable, con el cual limpiarse. Sobraba decir que estaba mareada, por lo que apoyó la cabeza en el tronco y cerró los ojos por unos momentos, cuando se sintió mejor, lo volvió a intentar.
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Los primero rayos de sol comenzaron a asomarse a través de la montaña cuando Danielle abrió los ojos de nuevo. Luego de largas horas de entrenamiento, la última vez había durado un poco más en detenerse y al apoyarse al árbol había perdido la consciencia por unos momentos. Suspiró y se levantó del piso, frotó sus ojos, eliminando el cansancio de ellos y tomó camino hacia el castillo. Sabía que era muy tarde como para volver a escabullirse en su habitación, por lo que aprovechó uno de los pozos que había en el camino para lavar su rostro, eliminar cualquier rastro de sangre de su nariz y de verse como si recién se hubiera levantado para hacer una caminata matutina.
Al acercarse, pasó rápidamente la mano por uno de los troncos, provocando una pequeña cortada en su palma. Frunció el ceño ante el dolor y colocó el mismo pañuelo alrededor de su mano, eso le ayudaría a explicar la sangre que había en el.
Caminó unos metros más y divisó los cimientos del castillo. Se retiró el cabello de la cara y al salir del bosque pudo divisar a Susan quien recién la había visto y comenzaba a caminar hacia ella.
– ¿Dónde estabas y qué hacías sola? – inquirió luego de ver que no había ningún escolta a su lado.
– Caminata matutina – respondió con una sonrisa. – Me apetecía estar sola por unos momentos.
– Estamos en guerra Danielle, no puedes salir sola.
– No me alejé mucho del castillo, iba a estar bien, fue sólo por unos momentos – mintió, encogiéndose de hombros. Se acercó a besar la mejilla de su hermana y ésta inmediatamente sonrió, desapareciendo el ceño de su frente. Pero este volvió rápidamente al mirar su mano.
– ¿Qué te pasó?
– Me corté con una de las plantas, no es nada grave. ¿Todavía hay desayuno? – cambió de tema.
– Sí, apresúrate a comer. Asegúrate de que te revisen eso luego.
– Dalo por hecho – le guiñó el ojo a su hermana mientras una sonrisa se formaba en sus labios, la mayor sonrió igual antes de ver a Dani correr su camino de vuelta a la entrada del castillo.
Suspiró al estar dentro de él y sonrió hacia sus hermanos que aún desayunaban, comentando y bromeando con ellos, manteniendo una sonrisa en su rostro y una actitud alegre. Al acabar y subir a su habitación, sonrió internamente, de nuevo nadie lo había notado.
{*}
– Calvin, ¿qué se supone que haces?
– Se llama dormir madre, deberías intentarlo, tal vez y así se te quiten las arrugas. – gruñó mientras se cubría con las sabanas, evitando así que el sol entrante por las cortinas recién abiertas dañaran temporalmente su vista.
– Qué gracioso – bufó su madre claramente molesta – Es medio día. Es sumamente embarazoso que aún estés metido en la cama.
– Para mí aún son las cinco de la mañana. – habló entre dientes, aún con la sabana tapando su rostro.
– Para mí eso no es de importancia – jaló las sabanas, tirándolas al suelo y provocando un gruñido por parte de su hijo menor – levántate. – demandó antes de salir de su habitación.
Bufó, frotó sus ojos y se apoyó en su codo, miró su entorno. La luz le molestaba, por lo que bufó de nuevo y se dejó caer en la cama. Igual nunca le había importado mucho lo que su madre le demandaba, se dijo antes de convencerse a sí mismo de seguir durmiendo. Lastimosamente, su mente tenía otra idea, ésta ya estaba completamente despejada y se negaba a seguir durmiendo, por lo que se levantó y resignado se metió al cuarto de baño. Al salir, tenía una toalla envuelta en su cintura y con otra frotaba su cabello con la esperanza de secarlo.
Antes de poder tener la posibilidad de vestirse, escuchó dos golpes en su puerta. Ya que sabía que no sería su madre, puesto que ella nunca tocaba la puerta, nada más entraba, suspiró aliviado
– Adelante – habló, permitiendo el paso, sin importarle mucho sus vestimenta, o en todo caso, la falta de ella.
– Disculpe, vengo a limpiar su habitación – entró una de las muchachas de servicio, haciendo una reverencia al verlo.
Calvin la miró detenidamente, usualmente su madre nunca enviaba muchachas tan jóvenes en lo que correspondía a su aseo.
– ¿Mi madre te envió? – preguntó curioso.
– No señor, yo me ofrecí – respondió claramente sonrojada.
Esto provocó una sonrisa en el castaño. La miró de nuevo, esta vez, sin ningún rastro de confusión en su rostro, esta vez, con una sonrisa que brillaba más que el mismo sol que encontraba su camino dentro de la habitación. Se acercó a ella. Podía admirar como ella perdía la vista en su torso por unos momentos y luego la devolvió a sus ojos, aún más sonrojada que antes.
– ¿Te incomoda mi desnudez? – preguntó, ella se sonrojó más – De verdad lo siento – sonó arrepentido al momento en el que caminaba hacia el otro lado de su habitación y se calzaba su ropa. Luego se volvió a acercar a ella – ¿Ahora estás más cómoda? No me gustaría causar incomodidad a tan bella dama.
– Por favor señor, no soy ninguna dama, soy solo una sirvienta. – él arrugó el entrecejo.
– Toda mujer es una dama – le sonrió y tomó su mano para besar el dorso de ella. – Nunca lo olvides. – habló mirándola a los ojos. Depositó un segundo beso y le guiñó el ojo antes de salir de la habitación.
No era que no le interesara nada más de ella, era simplemente que ya había encontrado más de un problema para sí mismo cuando se juntaba con alguna empleada de su hogar. Su mayor desagrado era lastimar a una mujer, una de las pocas cosas valiosas que le había enseñado su madre era a ser caballeroso. No obstante, sólo porque fuera un caballero no iba a dejar pasar la oportunidad de llevarse a alguna a la cama, en caso de que se presentara. Así mismo, que fuera un caballero, tampoco significaba que estuviera buscando un para siempre.
Terminó de bajar las escaleras de mármol y tomó camino hacia los establos. Tenía hambre, mas no le apetecía entrar a ese comedor, era absurdamente grande y le parecía que un fantasma le aparecería por cualquier lado cada vez que estaba solo, era, ciertamente, espeluznante.
Al llegar a las caballerizas, saludó a la servidumbre y caminó hasta su caballo, lo acarició por unos segundos, luego lo ensilló y se montó en él. Ya tenía en mente su destino, pensó mientras una sonrisa crecía en su rostro.
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– Julieta – hizo una reverencia en forma de saludo al ver que la muchacha abría la puerta de su casa.
– Príncipe, ¿qué lo trae por acá?
– Esperaba que quisieras acompañarme a comer – alzó las bolsas que sostenía en su mano.
– Claro. Comer, por supuesto – alzó las cejas, con un tono de voz incrédulo. Antes de poder debatir su incredibilidad, ella lo tomó de la camisa y lo jaló dentro de su casa.
Calvin no puso mucha resistencia, sonrió ante la directa promesa y el deseo por venir. Ya que, como había dicho anteriormente, que fuera un caballero no significaba que dejaría pasar la oportunidad si se le presentaba, y, bueno, se le presentaba muy seguido.
- Hi:
- Chias, en serio lamento la tardanza, tenía un bloqueo asqueroso que no me dejaba hacer nada por mi vida
Este capítulo no me gusta mucho, la verdad me parece un poco aburrido y siento que tuvieran que esperar tanto por esto De todas maneras quería mostrar como una perspectiva de lo que eran las vidas de ambos, no sé si salió bien, en serio lo lamento, hubiera escrito algo mejor, pero no quería atrasar más, espero que me disculpen y las amo
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I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
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Kida
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