No more love.

olpeados, cansados, malheridos y traicionados  por el amor. Entregaron su corazón a un ser humano errante esperando recibir perfección, y cuando el primer defecto salió a la luz se sintieron burlados. Vagan por las calles buscando un par de manos pulcras que curen sus corazones solitarios, tan cegados e ignorantes. ¡Buscan amor donde no hay! masoquistas empedernidos, aceptan el amor que creen merecer y luego se quejan por no ser tratados como es debido. Dicen ya no más amor, porque la persona que deleitó sus ojos con deseo les falló. Inconscientes rechazaron el destino que los esperaba a la vuelta de la esquina, por voltear a ver a quienes los hirieron.

Dicen no necesitarlo, pero cada noche se arriman a la cama para llorar en vez de dormir. Dicen no desearlo y tiemblan ante el mínimo tacto de afecto. Están destruidos y lo único que hacen es seguir destruyéndose. Entonces, finalmente cuando alguien les entrega un amor puro y sincero, no saben reconocerlo. No pueden cuidar sus propios corazones rotos, mucho menos les queda fuerza para sostener el corazón de otra persona. No dejan que las heridas cicatricen porque dejan que la mente se apodere de sus sentimientos, ¡Caprichosos deseos! Infantiles que no saben la diferencia entre lo que quieren y lo que necesitan. Dicen que ya no quieren ser amados, y buscan con desesperación una persona para amar. Ellos necesitan amor, y no saben dónde encontrarlo.

✖ El respeto es escencial, por favor mantengamos las discuciones fuera de la nc.
✖ Ortografía y gramática al escribir. No es necesario escribir perfecto, pero que sea posible de leer. Recomiendo usar Word u otros correctores.
✖ Dudas y sugerencias se pueden mandar por mensaje privado.
✖ Will H. (Denns) se quedará a cargo de las faltas mientras no estoy, igualmente confío en que todas juntas puedan sacar adelante la idea.
✖ Se darán 5 (cinco) días para subir capítulo. En caso de no poder hacerlo, avisar a Will H. En caso de no haber subido, sin avisar el porqué, se coloca una falta.
✖ A las 2 faltas saldrán de la nc.
✖ Deben usar el código que voy a darles.
✖ Si has leído todo, comenta "I don't wanna be loved."
✖ Disfruten y diviertanse (:

✖dezza.
✖Will H. ×
✖people suck ×
✖Haven.
✖ácido.
✖rhythm.
✖isaac.
✖barnes. ×
✖Mitchell. ×
✖psizzie. ×
✖sally. ×
✖di angelo. × ×

✖Primer Ronda:
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✖Segunda Ronda:
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Marie Louis.


Me sentía exhausta, completamente exhausta. Mis libros estaban siendo arrastrados hasta mi casillero, porque mis brazos ya no daban más, eran como dos plumas tratando de cargar un árbol, completamente imposible. Dos minutos después no lo sentí tan pesado, era como si alguien me hubiera ayudado, así que eleve mi vista y me encontré con los ojos grises del profesor de Historia.

Santa mierda, que ojos.

—Creo que si los sigues arrastrando no podrás estudiar más que pequeños montones de hojas arrugadas. —Los dejo a los pies de mi casillero.

Me quede estática. ¿Cómo mierda sabía dónde estaba colocado mi casillero? Lo sabía, otro profesor idiota y verde que lo único que quería es ver los gemidos de las chicas debajo de ellos.

Pues no, conmigo no iba a ser así. Lo único que iba a gritarle eran palabrotas y de las grandes, idiota egocéntrico.

—Gracias por la ayuda, pero ya puedo sola. —Abrí mi casillero de mala gana y el solo se encogió de hombros mientras tomaba camino hacia el pasillo de la izquierda.

En mi casa me habían enseñado que faltarle el respeto a un profesor, por más idiota que fuera, era signo de falta de educación y era lo que menos quería mi familia, una chica con bajas calificaciones por ser la más odiada entre todo el personal escolar. Mi madre se moriría de un infarto antes de poder solo pegarme una buena cachetada, mi padre me mandaría al colegio militar y pues a mis hermanos, bueno a ellos les importaba mierda lo que me pasara en la escuela así que estaba libre de compromisos con ellos, a menos que les pidiera otro favor.

Tome los pesados libros mientras los dejaba bien acomodados en mi casillero y me gire hacia la pequeña puerta donde tenía un espejo. No era la más fea del instituto, pero tampoco una belleza celestial. Mi  cabello había sido cortado hace unas dos o tres semanas, llevaba un poco de delineador con brillo labial y tenía puesto un conjunto simple, jeans negros, una remera negra  y una chaqueta roja. Hace poco habían comenzado las clases y Grecia se había convertido en uno de mis lugares favoritos. Viajaba mucho, sí, pero mis padres por fin se habían decidido por quedarnos permanentemente en ese hermoso lugar.

Salí del instituto apenas había sonado el timbre, sentía que por fin podría ser libre pero luego me acorde que recién era lunes. Odiaba mi vida, real.

Fije mi mirada hacia un grupo de chicas amontonadas alrededor de alguien. Vire los ojos mientras deducía fácilmente quien era, el idiota de veintitrés años que venía a seducir a las chicas de primero que serían las primeras en quitarse las bragas por él.

Maldito idiota egocéntrico.

Corrí violentamente a alguna de las chicas, haciendo paso y encontrándome con Elliot Fox sonriéndoles y regalando cumplidos.

—Elliot, sabes que es en contra de las políticas de esta institución venir al campus a entablar relaciones con las chicas menores. —Las mire a las chicas—Necesito que se retiren y que esto no se vuelva a repetir, no podre encubrirlas luego.

Ellas agradecieron con la mirada y salieron caminando a paso rápido, podría decir que estaban corriendo a más no poder. Vire los ojos mientras tomaba asiento descaradamente al lado del idiota egocéntrico.

—Elliot, por favor, deja de causarme problemas. —Le mire—Aunque ya sé que eres un idiota sin remedio.
—Marie, quiero que me seas honesta. —Me miró fijamente a los ojos— ¿Me besarías?
— ¡Es que cada vez que te veo te vuelves un poco más estúpido! Quiero que te largues y que no vuelvas. —Me pare mientras tomaba mi mochila entre manos.
—Sí, si, como sea. —Y camino hasta que lo perdí de vista.

Ese día había sido un desastre. Primero, había sacado malas notas en dos evaluaciones sorpresa, luego me había derramado jugo en mi remera favorita, después un profesor pervertido me había llevado los libros a mi casillero y por ultimo estaba por llover mientras yo estaba frustrada porque Elliot había vuelto a la institución sin permiso de superiores. ¡Que me iba a volver vieja de tanta frustración!

Acomode mi mochila de forma que no me pesara tanto, y empecé a caminar las treinta y cinco cuadras que eran para llegar a mi hogar. Mi auto estaba roto y mi bicicleta estaba hecha trizas porque me habían atropellado –o yo esquivé y me choque con un árbol- me da igual, de todas formas había quedado a la miseria y no podía ser usada. No me quedaba otra que usar los pies.

Empezó a llover por más calor que hiciese y aun me faltaban veinte cuadras. Maldije todas las siguientes cuadras, mientras me frotaba de vez en cuando los brazos y miraba a mis costados por si pasaba alguien conocido, pero nada. El mundo verdaderamente estaba en mi contra.

Aumente mis pasos, pero luego escuche el sonido de un auto parar a mi lado mientras tocaban la bocina. El auto no se me hacía conocido para nada, así que solo lo ignore hasta que escuche mi nombre.

— ¡Hey, Marie! —Esa voz, la conocía, ¿Pero de dónde?

Oh por dios. El profesor de Historia.

Lo mire con el ceño fruncido, mientras el bajaba el vidrio y dejaba otra cara conocida a la vista. Hannah. Pocas veces había hablado con ella y me parecía una chica tierna y tímida, por lo que me límite para no hacerla sentir incomoda.

—Vamos, te llevamos.

Este viaje iba a ser incómodo.

Zafire Williams.

— ¡Fletcher, que está lloviendo! ¡No tengo ganas de ir a una maldita fiesta! —Dije mientras me tiraba con teléfono en mano a la cama.
—Oh, bueno, no había visto que estaba lloviendo. —Escuche que algo caía atrás—Iré a tu casa, prepara comida chatarra y películas, me estoy volviendo loco escuchando cosas raras en esta casa.

No pude responder cuando el corto.  Tire mi teléfono lejos mientras que me ataba el cabello en un rodete y me cambiaba la ropa del instituto por un pijama cualquiera a cuadros, amaba los días de lluvia porque Fletch no podía ir a fiestas y yo tampoco, así que comíamos y mirábamos películas hasta tarde o hasta que mis padres empezaran a quejarse por los ruidos que hacíamos cuando nos molestábamos.

Corrí por las largas escaleras mientras llamaba a Ariela, la mucama que se encargaba de la cocina. Era una mujer divina, tenía el cuerpo de modelo y mi padre se le había insinuado varias veces-maldito-pero ella, era fiel a su esposo y a sus hijos por lo que nunca había mostrado interés alguno por él. Ella respondió al sonido de la campana en segundos.

—Ariela, viene Fletcher, tú sabes. —Le hice entender lo de siempre.
—Lo siento, señorita. Pero sus padres me han dado la orden de que le pida que se cambie por algo formal para tomar él te, parece que tienen invitados importantes. —Me miro como si estuviera pidiendo disculpas.
—Oh, bien, no hay problema. Ve a seguir con lo tuyo, Ariela. —La mire con una sonrisa y me di la vuelta mientras corría hacia arriba.

Estaba explotando por dentro, mi madre había invitado a gente importante y no me había llamado. 

Seguramente era otro de los candidatos con los cuales quería casarme, un día de lluvia ¡Pero qué mujer! Dios, que me diera paciencia para decirle a Fletcher que no podía hacer nuestra noche de lluvia.

Tome el teléfono, sonaba cinco veces y no me contestaba. Dios, lo tendría que mandar a su casa cuando llegara, pobre de él.

Tome unos jeans blancos, con una remera de tirantes verde y una camisa a cuadros roja, con unos tacones que me hacían ver cuatro centímetros más alta, algo que necesitaba porque era más petisa que los pitufos. 

Otro chico al cual echar, otra rutina la cual enfrentar.

Spoiler: