Por decirlo así. | Louis Tomlinson.

Eran los ojos más hermosos que había visto en toda mi vida. O al menos eso pensaba yo. Para los demás solo podrían ser dos ojos de color pero para mí eran como ver el mismo cielo.
—Llamando a Marie Lane— Dijo Jay, mi prima, moviendo la palma de su mano enfrente de mi cara para que volviera mi atención hacia ella.
—Lo siento— Conteste avergonzada.
—Lo que digas— Esta vez era Sarah, mi mejor amiga.
—Sí, siempre es lo mismo—Jay me critica, creo.
Después de eso se hace un silencio nada incómodo. Hasta que Jay vuelve a hablar.
— ¿No crees que deberías de decírselo?
— ¿Decirle que? —me estoy imaginado lo que quieren decir con eso.
—Lo que sientes, dah—Y si, Jay dice lo que pensé que ella diría.
¿Debería de hacerlo? No lo sé. Él es de los chicos más guapos de la escuela y yo, bueno yo era simplemente yo. A parte soy muy tímida con gente que nunca he hablado; quedaría en ridículo frente a él.
—Deberías de escribirle una carta—Dice Sarah como si me hubiera leído el pensamiento.
Solo asiento con la cabeza, no sé si sea una buena idea. Ya que tengo un mal presentimiento. Uno muy malo.
La campana suena y es hora de que vayamos a clases.
Todo el día estuve pensando si hacerlo y por fin lo he decidido, lo hare. Tengo que hacerlo, es nuestro último año en secundaria y me mudare pronto. Mis padres han acabado con el divorcio y la casa al parecer será vendida y hay una gran posibilidad de que nos mudemos a Irlanda, con la abuela.
Así que al llegar a casa tome papel y tinta, empecé y no termine hasta como cinco minutos antes de la cena. Solo trataría de dársela el día de mañana.
— ¡Cariño, es hora de la cena! —Grito mi madre desde la planta baja.
— ¡Ahora bajo!
Al bajar las escaleras se podía notar el olor de la comida. Camine por el comedor, hasta llegar a la cocina donde estaba mi madre; ella voltea, me ve y me sonríe de forma maternal.
—Hice lasaña—dice, le sonrió ya que hizo mi comida favorita.
¬—Genial
Saca la lasaña del horno y se dedica a cortarla y ponerla en dos platos. Me entrega un tenedor y empezamos a comer.
—Nos mudaremos—dice mi mamá y eso no me sorprende, ya sabía que eso iba a pasar.
— ¿Nos iremos con la abuela?
Mi madre suelta un pequeño suspiro antes de contestarme.
—No, no puedo dejar mi trabajo. Es solo que hay una casa barata a unos minutos de aquí y está cerca de la casa de Rebeca, podrás visitar a Jay más seguido.
—Eso está bien—digo y me pongo a comer mi lasaña.

— ¡¿Qué harás que?! — grita Sarah por las bocinas del teléfono después de que le digiera que le daré una carta a Louis.
—Se lo diré por una carta, creo que será menos vergonzoso.
—Creo que debería de desearte suerte—y ríe un poco nerviosa. —Si es que consigues la atención de Louis debes de presentarme a Harry—Ahora yo me rio. Desde hace como un año Sarah empezó a atraerle Harry pero eso no se compara nada con lo que le gusta Tom.
Bufo y le respondo
— ¡Por favor! Ni así podrías salir con el chico más popular de la escuela.
—Lo sé—dice y finge llorar a través de teléfono.

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Estaba parada frente de él como toda una estúpida, y eso era yo, toda una estúpida. “—No lo quiero.” Su rechazo era lo único que pasaba por mi cabeza. “—No lo quiero.” Otra vez. Me había humillado de la peor manera posible. Él, la persona a la que le pertenecía a mi corazón lo había lastimado, pisoteado y humillado.Cuando le entregue mi carta él ni siquiera se molestó en voltear a verme el solo dijo que no la quería, solo eso y se fue. Él se fue y me dejo ahí, sola y rota.
Y ahora sabía que jamás podría tenerlo, que él jamás me amaría.
Antes de que pueda llorar, me doy cuenta de lo que paso realmente y mientras en mi cabeza solo rondan las tres palabras que me dirijo Louis: “—No lo quiero.” Me empiezan a dar arqueadas. Quiero vomitar y sacar todo. Solo quiero irme a casa y meterme bajo las sabanas.e paso las manos por debajo de los ojos en un intento fallido de secarme los ojos, estoy segura de que soy todo un desastre.
Antes de llegar al baño puedo ver a Jay y Sarah así que meto velocidad a mis pasos, no quiero que ellas se enteren de mi total fracaso ahora.
La puerta se abre y yo me encierro en uno de los cubículos.
— ¿Marie? — es claro que la voz es de Jay.
Me limpio la nariz y trato de sonar que estoy lo mejor posible.
— ¿Si?
— ¿Estas bien? —Pregunta de nuevo.
Y lo hago de nuevo: me limpio la nariz y hablo.
—Si.
—Bueno…—dice como si no estuviera poniendo mucha atención—Tengo que irme, Sasha me necesita.
—Aja—contesto, entiendo Sasha es su mejor amiga.
Y escucho como  se va. Pero Sarah sigue ahí, camina hasta el cubículo donde estoy y noto que recarga una mano en la puerta del cubículo donde estoy.
—Sé que no estás bien—es obvio que lo sabe, digo es mi mejor amiga.
—Lo sé—contesto.
— ¿Quieres hablar sobre lo que paso?
—No
—Te dejare sola, estaré en el comedor ¿esta bien?
—Si
Y por fin estoy sola. Gracias a dios.

Estoy frente al espejo, acomodándome el maquillaje y el cabello, ahora ya no se ve un desastre.Me hecho un poco de agua antes de salir.
Camino por los pasillos, en este momento la escuela se me hace tan extraña. Solo quiero que el día acabe y pueda ir a casa. Antes de llegar al comedor me siento en una banca que esta fuera de la dirección. Solo necesitó un momento más. Miro a mis manos y solo veo la carta que le escriba a Louis. ¿Por qué aun la conservo? Debí tirarla por el retrete. ¡Mierda!
—Oye—una voz ronca que proviene de a un lado mío me habla.
Volteo a ver quien e… ¡A-Y- P-O-R- D-I-O-S! No puede ser esto verdad…

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