Pedidos de One Shot's a tu gusto.

Antes que nada ¡Hola! Mi nombre es Elena y es un gusto conocerte. Sé que os abréis preguntado ¿Pedidos de One Shot's? No sé si ésto se ha echo antes o si habréis oído algo sobre éstos pedidos. Pero últimamente he estado pensando en editar pequeñas historias a pedido vuestro. Tan solo es un capítulo, pero ustedes elegiréis la historia, el chico y qué quieres que ocurra-O si quieres que yo haga el final a mi gusto-Es preferible un chico de One Directio; pero también me valen demás. Os dejaré una ficha y completaréis cómo queréis vuestra historia. Espero que os guste mi idea. Y una última cosa ¡NO COPIEN! Éstas historias están echas por mi, no me gustaría que de repente alguien se copiara de mi idea. Bueno, un besito preciosas.

Agarré el regalo que había comprado para Harry y con delicadeza lo metí dentro del coche. Era extraño que después de cuatro año siendo mejores amigos sigamos reuniéndonos en el mismo lugar de siempre, pero ésta vez era distinto.
El año pasado Harry había decidido irse a estudiar en una Universidad cerca de Londres, dejando así Chesire, el lugar dónde ha pasado toda su vida.
Me subí en el coche y me puse el cinturón de seguridad. Apoyé mis manos en el volante y soltando un leve suspiro miré hacia delante. 
Aún recuerdo cómo él y yo nos conocimos, es raro, pero desde siempre he sabido que Harry ocupa un lugar importante en mi corazón. Desde el primer día que lo conocí, quedé prendida ante él. Pensé que él sentía lo mismo, pero me equivoqué cuándo él me asignó el ser su mejor amiga.

—Buenos días, ya era hora de que llegaras—Reprochó él con una sonrisa un tanto burlona. Quedé por unos segundos observándola cómo si en ese momento mi mundo le rodeara solo a él.
—Es verano, no pretendas que me levante pronto—Ambos reímos. Me senté en la valla dónde él también estaba sentado y sentí cómo apoyaba una de sus manos en mi muslo.
Sentí cómo un leve cosquilleo recorría todo mi cuerpo. Era una sensación única que nunca antes había sentido; tan solo con él.
—Deby—Me llamó. Nerviosa le miré, por un momento creí lo peor y me puse nerviosa.
—Dime.
—Quiero pedirte una cosa—Me sonrió, cosa que me puso aún más nerviosa de lo que estaba—Eres una chica inigualable y a la que quiero con locura, nunca antes me había sentido así de bien con una chica—Me volvió a sonreír. Dentro de mi comenzaba a tirar voladores ¿Acaso se estaba comprometiendo? No pude evitar sonreír—Y quiero pedirte algo—Cogió mis manos y miró hacia mis ojos.
Mi corazón en ese momento se iba a escapar de mi pecho. Nunca me hubiera imaginado que algún día él expresara sus sentimientos hacia mi, era cómo uno de esos miles de sueños que ya había tenido de él.
—Pídemelo—Murmuré aún mirándolo a sus ojos verdes, esos que tan loca me tenían. Bajó su mirada y volvió a levantarla decidido a que me lo iba a preguntar ya.
—¿Quieres ser mi mejor amiga?—Quedé quieta. En ese momento había oído cómo algo dentro de mi se rompía a pedazos. Agaché mi cabeza, me había ilusionado para nada—¿Y bien?—Preguntó aún esperando a que yo le contestara.
—Me encantaría—Fingí una sonrisa, que por suerte, se creyó.

Aún recuerdo eso y me entran ganas de llorar ¿Por qué aún no lo había sacado de mi mente? No podía dejar de pensar en él, era cómo si en algún momento mi vida se tratara de saber de Harry y eso era una locura.
Debía dejar de pensar en él y en todo lo que habíamos pasado antes de que se fuera a aquella universidad, sé que nunca dejaré de sentir algo por él, pero sí se que aprenderé a vivir sin poder estar a su lado.
Arranqué el coche mientras me preguntaba cómo estará. ¿Seguirá teniendo su ruloso pelo que tanto me encantaba? ¿Aquellos ojos verdes seguirán siendo igual de profundos? ¿Y su sonrisa?
Sacudí mi cabeza intentado sacar todas aquellas preguntas que me habían golpeado sin darme cuenta.
Tan solo ha pasado un año, una persona no puede cambiar tanto en tan poco tiempo. 
Coloqué uno de mis dedos encima del botón de la radio y la encendí. Comencé a pasar canales hasta oír "Try" de Pink. 
Amaba esa canción, me identificaba tanto con ella que había veces que se me salía alguna que otra lágrima. Comencé a cantar alto, me daba igual que en ese momento muchas personas me mirasen, tenía que quitarme los miedos de alguna forma y esa era la única.

Después de una media hora conduciendo comencé a llegar a ese sitio dónde Harry y yo siempre solíamos estar cuándo éramos pequeños. No pude evitar sonreír al recordar todo lo que pasamos y ahora estoy aquí para verle otra vez después de un año entero ¿Será el mismo de antes? 
Cogí aire y agarré el regalo colocándolo contra mi pecho para que no se notara mi agitada respiración. Mis piernas comenzaban a temblar por cada paso que daba, quería girar y ponerme a correr para irme cuándo sea, pero una parte dentro de mi moriría por poder verle otra vez. Esa voz ronca que solía canturrear mi nombre cada vez que me veía o esa brisa que siempre golpeaba su pelo.
Me senté en aquel banco aislado de los demás. Se encontraba tras un muro echo de cemento. Siempre hemos pensado que nadie sabe su existencia, pero tampoco es que sea algo espectacular; aunque para mi si lo sea.
Coloqué mi brazo delante para admirar mejor la hora y me comencé a poner aún más nerviosa cuándo veía que las agujas del reloj pasaban la hora a la que habíamos llegado ¿Dónde estaba? 
"Deby, tranquila tan solo han pasado dos minutos más" Me dijo mi subconsciente.
De repente un balón llega a las puntas de mis pies. Miró hacia arriba y veo a un niño mirándome con una mirada algo asustada. La dirigió hacia su balón y entendí perfectamente que éste era de él. 
Lo cogí y con delicadeza se lo devolví, éste sonrió y salió corriendo para volver a jugar.
—Vaya, veo que aún sigues siendo la misma chica dulce—Pronuncia un voz ronca tras mi oído. No pude evitar ponerme nerviosa y cómo no, mis pelos de punta. Noté cómo esa persona caminaba a pasos lentos para ahora sentarse a mi lado.
Temía a girar mi cabeza y decepcionarme, pero no pude aguantar más y giré. 
Él me miraba y no pude evitar sonreír al ver el mismo Harry de hace un año. Tan solo de su barbilla asomaban algún que otro pelo y el tamaño de su cabellera era más larga.
Harry también sonrió.
—Deby—Murmuró y abrió sus brazos para hundirme en uno de esos abrazos que tanto me gustaban de él. No quería separarme, eso era lo último que quería, pero mierda, lo hizo.
Me volvió a mirar a los ojos, pero ésta vez sin quitar su mirada de ellos. Me ruboricé e intenté apartar mi mirada de la de él.
Juraría que estaba más guapo que antes, incluso se había puesto más fuerte.
—Te he echado de menos—Dijo con un tono algo triste. Hacía ya tiempo que no nos veíamos, y e dónde él estudiaba apenas le dejaban utilizar su teléfono móvil.
—Yo también—Admití con un hilo de voz. No quería llorar, no debía hacerlo, no soy tan débil. Un silencio se creó entre nosotros, estaba nerviosa, simplemente no sabía que decir. 
Me daba pena que él tampoco, antes no éramos así ¿Qué había pasado?
—¿Qué tal estás?—Preguntó ¿Nervioso? No creo, seguro que eran imaginaciones mías.
—Bien—"Mal" "Fatal" "Desde que te fuiste no paro de pensar en ti" "¿Tienes novia?" Sacudí mi cabeza y gruñí por aquellos estúpidos pensamientos—¿Y tú?—El ruloso se encogió de hombros, algo que, sinceramente, me extrañó bastante.
—Mal—Suspiró.
—¿Por qué?—Pregunté preocupada. ¿Le habría pasado algo a su familia? ¿Qué mierdas le pasaba? Noté cómo éste suspiraba y agachaba su cabeza para colocarla entre sus manos.
—Mi padre es gilipollas—Escupió. Era algo extraño, Harry siempre había mantenido una buena relación con sus padres ¿Por qué hablaba ahora así de él?
—¿Qué? ¿Por qué?—El ojiverde resopló, a lo mejor hacerle tantas preguntas no iba a ser bueno.
—Hace poco bajaron el puesto, ahora tiene de jefe al padre de una chica que, por casualidad, estudia en la misma universidad que yo—Noté cómo mi mandíbula en ese momento se tensaba.
—¿Y qué ocurre Harry?
—Deby—Sollozó—Me voy a casar con ella—Noté cómo el mundo se derrumbaba poco a poco encima mía, cómo si sintiera que en ese momento mi vida no sirviera para nada, cómo si por algún casual ese chico me hubiera robado todo lo que era antes de que me dijese eso.
—¿Qué?—Susurré atónita.
—Lo que oyes—Suspiró y dio una leve patada a una pequeña piedra que se encontraba frente a él—Mi padre, el muy gilipollas dice que será lo mejor para mi, pero sé perfectamente que solo lo hace pensando en él—Le estaba oyendo, pero en ese momento no podía reaccionar. Me había quedado en trance y simplemente no podía salir de él.
—No..no te puede obligar—El ruloso asintió con resentimiento.
—Claro que puede, lo está haciendo—Dijo entredientes—La estoy viendo todos los días y creo que ella si siente algo por mi—Y era normal que lo hiciera—No quiero casarme, soy joven y yo...—Una lágrima comenzó a caer por su ojo. 
Rápida le rodeé con mis brazos sintiendo todo aquel dolor que estaba sintiendo él en aquel momento. No pude evitar que una lágrima cayera de mi ojo, rápida la quité.
—¿Estás llorando?—Preguntó mientras rápido se separaba de mi. Yo negué—¿Por qué lloras?
—Por nada, solo que no creo que hagas eso—Susurré. Sabía que lloraba porque aún sentía por él y se iba a casar, lo peor me estaba pasando a mi.
—Pues lo haré—Se colocó en pie—Voy a hacer feliz a mi padre si eso es lo que quiere—Exclamó. Yo también me levanté del banco, pero ésta vez con el ceño fruncido.
Negaba varias veces con mi cabeza.
—Eres un completo gilipollas—Murmuré.
—¿Qué?—Preguntó asombrado.
—¡Qué eres un gilipollas!—Grité con todas mis fuerzas. Para mi suerte, no había nadie cerca de nosotros, a sí que solo me pudo oír él.
—¿Gilipollas yo?—Preguntó ofendido—Es  lo único que puedo hacer ¿O es que no lo entiendes?—Gritó él también. Las lágrimas no tardaron en salir por mis ojos.
—No es lo único que puedes hacer, lo haces porque tú mismo quieres—Comencé a disminuir mi voz—Tú no eras así Harry.
—Ahora soy distinto, no siempre seré el mismo. Igual que tú, no eres igual—Gritó. Aquellas palabras me dolían por insignificantes que fueran.
—No seré igual, pero yo no haría la estupidez que tu serás capaz de hacer—Sequé mis lágrimas—Por un momento creí—Me tapé la boca cuándo me di cuenta de que por casi le suelto todo lo que llevo ocultando estos años.
Harry se acercó a mi con el ceño fruncido. Cada paso que daba hacia mi, más quería desaparecer de éste mundo.
—¿Por un momento creíste, qué?—Preguntó curioso. Yo negué y aparté mi mirada, pero éste fue astuto y agarró mi barbilla para que ahora mirara aquellos ojos verdes de los que un día me enamoré; y sigo enamorada.
—Nada—Murmuré. El terror se apoderaba de mi.
—Dímelo—Chilló. Aquel grito me hizo poner más furiosa, en ese momento quería pegarle, chillarle y decirle que me olvidara para siempre, pero sabía que no podía. Quité el agarré que tenía de mi barbilla y aparté su mano con brusquedad.
Harry me miró incrédulo y era normal, nunca antes me había comportado así con alguien.
—¿Quiéres saberlo?—Pregunté ya sin ninguna fuerza. El ruloso asintió aún mirándome sin entender nada. Cogí aire—Estoy enamorada de ti ¿Vale? Siempre lo he estado, desde el primer puto día que te vi. Me derretí por esos hermosos hoyuelos que acaban esa perfecta sonrisa. Cuándo me miraste a los ojos por primera vez y pude notar un revoloteo dentro de mi barriga. Cómo cuándo te abrazo mi mundo cobra vida o cuándo simplemente me tocas se me eriza la piel. Si, así es, llevo todos éstos años enamorada de ti—Paré por un momento para quitarme una lágrima que brotaba de mi ojo—Pero en cambio tu dijiste ser mi mejor amigo y desde ahí nada es igual, me rompiste el corazón. Sé que no fue tu culpa pero me siento cómo una estúpida al estar detrás tuya. Nunca te tendré. Hasta una chica que no conoces de nada, se va a casar con tigo—Susurré—Es eso ¿Vale? Ahora te puedes reír de mi si quieres—Grité y me fui rápida de aquel lugar.
Quería dirigirme cuánto antes a mi coche, montarme y llegar a casa para poder llorar y llorar en tranquilidad. De lejos pude ver a aquel niño que había tirado la pelota cerca de mi, esa mirada aterrorizada, la tenía Harry cuándo le solté todo eso.
Sé que ahora estará riéndose de mi o diciéndoselo a cualquier amigo de él. Quité aún más lágrimas de mis ojos.
De repente un agarre en mi brazo me hace parar. Cogí aire y lentamente me giré para ahora ver a Harry.
—¿Qué quieres?—Pregunté dolida.
—Deby...
—Si vas a burlarte de mi, te lo puedes ahorrar—Me intenté zafar de su agarre, pero no pude.
—Deby—Volvió a llamarme, pero ésta vez más serio. Suspiré y le miré. 
Tenía miedo de lo que me diría ¿Y si se reía de mi? No quería que me viera llorar, no quería que pensara que fuera una chica tan débil.
—Lo siento ¿Vale?—Dijo. ¿Era para eso? Mejor se lo hubiera ahorrado—Yo..—Bufó. ¿Por qué se estaba poniendo nervioso si fui yo la que me declaré?
Quedó parado por un momento y pude notar cómo ahora pasaba su mirada hacia mis labios. Me moví nerviosa. Rápido capturó mis labios y comenzó a formar el beso más perfecto que había probado jamás. Parecían que encajaban a la perfección, cómo si hubiésemos estado echos el uno para el otro.
Noté cómo su lengua pasaba por mis labios pidiéndome permiso para poder entrar en ella. Tocó mi lengua y comenzaron a bailar entre sí.
No quería separarme, pero lo bueno siempre acaba. La falta de aire nos hizo separar.
Miré a Harry incrédula de lo que había echo.
—¿Qué fue eso?—Colocó un dedo en mi boca haciendo que callara. Luego volvió a rozar sus labios con los míos, pero ésta vez en un beso más simple y pequeño. Sonrió después de besarme.
—Te quiero, siempre te he querido. Pero ya veo que el miedo a perder, te hace perder mucho más—Susurró y volvió a unir sus labios con los míos.
Recordé a aquella chica con la que se iba a casar y lo separé de mi. Levantó una ceja extrañado.
—Te vas a casar—Contesté. Él negó.
—Si me tengo que casar—Sonrió—Que sea contigo—El corazón se me paró al oírle decir aquella frase. Sonreí por inercia.
—No sabes cuántas veces he soñado con ésto—Dije mientras le abrazaba.
—Y tu no sabes cuánto he soñado porque por fin seas mía—Levanté mi mirada para ahora mirar esos ojos verdes que tanto me gustaban.
—Te quiero—Murmuré. Colocó un mechón de mi pelo tras mi oreja y me miró.
—Te aseguro que yo más—Dicho ésto besó otra vez mis labios.