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18: We´re ready to run
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Re: 18: We´re ready to run
AMBOS PROLOGOSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
ME QUIERO MATARRRRRRRRRRR
perdon por no comentar antes, la universidad me tiene del cuello y eso, pero como no soy buena comentando hago estas kks aunque me esfuerce
Ambos me hicieron sufrir y llorar posta, porque soy una chica de muchos sentimientos visteh ah.
nada, amo como escriben, espero el próximo.
bai ah
ME QUIERO MATARRRRRRRRRRR
perdon por no comentar antes, la universidad me tiene del cuello y eso, pero como no soy buena comentando hago estas kks aunque me esfuerce
Ambos me hicieron sufrir y llorar posta, porque soy una chica de muchos sentimientos visteh ah.
nada, amo como escriben, espero el próximo.
bai ah
changkyun.
Re: 18: We´re ready to run
Mel, tu prologo no pudo haber sido más perfecto. Lo ame, really. Hasta se me puso la piel de gallina bc es tan lindo que quiero leerlo siempre.
Gabriel es un amor de persona, o al menos eso me pareció a mi. En secreto, creo que es a quien más amo por ahora. Pero shhh, no se lo digas a nadie.
Espero el siguiente.
Gabriel es un amor de persona, o al menos eso me pareció a mi. En secreto, creo que es a quien más amo por ahora. Pero shhh, no se lo digas a nadie.
Espero el siguiente.
wang.
Re: 18: We´re ready to run
- Primavera:
- OMG! El cap de Jules me partió el alma, enserio, ese FlashBack me partió el alma, lo juro con cada prologo amo más el hecho de haber llevado acabo esta idea. Me partiste el alma! Cuando dijo "Mire a mi esposo..." por alguna razón me llego, me llego fuerte.
- Mel:
- GOD! Me asustaste con el inicio! Dije como "WHAAAT?" Pero luego cuando empezó a desflorar la verdad quede impactada y con ganas de saber lo que pasara, ya sabes nuestra trama me ENCANTA!
Última edición por zayngirl. el Miér 01 Abr 2015, 3:04 pm, editado 2 veces (Razón : m)
zayngirl.
Re: 18: We´re ready to run
Prólogo
"Éramos tan iguales como diferentes a la vez. Yo sin él, moría. Y él sin mí, vivía" Jamie Coleman | Michael Miller
No entendía el futuro que me había tocado, me sentía frustrado y sin alma, se suponía que en algo me había equivocado, pero no lograba entender en qué, todo en mi vida había sido una mierda pero en lo único que no me había equivocado, y lo sabía, era en amar.
Admiraba la taza de porcelana sobre mi mesa de noche, un humeante té que Sophie había hecho para mí para que pudiera conciliar el sueño después de tantos días sin prácticamente dormir, comer y sí, vivir. No le veía lo bueno a levantarme cada mañana cuando tenía una daga que me atravesaba todo el corazón, ¿Qué sentido tendría empezar cada día sabiendo que todo lo que amaba y amé estaba lejos de mi? Ninguno.
Mi hermana lo había logrado. Había logrado su cometido de verme sufrir, con mi ego lastimado y todo de mi olvidado, como si se tratase de una vieja caja que permanece en el ático. Porque ella era feliz y yo no. Ella podía lucir un flamante anillo en su dedo anular, podía sonreír a la cámara enseñando su abultado vientre, el fruto del amor que tenía con alguien yo había amado y aun amaba. Ellos habían acribillado mi corazón, cuando me apartaron de las personas que quería en mi alma. Mi padre había muerto de cáncer y no me habían dejado acercarme para simplemente llorar por él y decirle que aun lo quería, aun cuando me había echado de casa, cuando había pisoteado mi orgullo y había dicho que estaba enfermo. No habían dejado que me acerque a mi madre cuando su depresión fue peor y tuvieron que intervenir mandándola a un sanatorio para personas con trastornos, yo pedí acercarme a ella porque después de todo, aun cuando ella me excluía del mundo, me abofeteaba y decía que yo era la vergüenza de la familia, yo la quería, y ella me repelaba por elegir besar a un hombre y no a una mujer como siempre quiso. Y por último, mi hermana me había apartado de todo aquello, porque ella decía que yo estaba mal, con mis ideas sobre la igualdad, sobre el amor, sobre amar a un hombre, cual ella quería y no podía aceptar ser rechazada una vez en su vida.
Mi vida ya no era la misma, todo había cambiado, y quizá había conseguido millones de personas pero ninguna era la que yo amaba. Quizá tendría un trabajo estable, y un hombre cada noche en mi cama, pero eso no lograba curar mi roto corazón. Me preguntaba millones de veces, si acaso ser gay estaba mal; quizá yo mismo me había destinado a esa vida por elegir diferente a toda la maldita sociedad.
La puerta de la habitación se abrió, Sophie y Mona estaban de nuevo colándose al cuarto para ayudarme a dormir. Eran mi única solución para vivir. Ellas aún mantenían su fe y sus creencias en que algún día todo cambiaría.
— ¿Qué ha pasado, Jamie? —Me preguntó Mona, con su extravagante acento francés. Ella siempre se había mantenido a mi lado, aun cuando yo alguna vez la había despreciado.
—Volvieron otra vez —susurré, mi vista estaba ida por toda la habitación, no quería ver sus rostros de compasión y llorar nuevamente. Siendo tan débil y frágil como lo odiaba ser.
— ¿Quienes? —Esta vez preguntó Sophie, y para cuando quise responder ya no había nada que decir que ahogarme en lágrimas y llorarle a la nada.
Habían regresado los recuerdos, aquellos que aparecían de vez en vez, atemorizándome y haciendo estremecer todo mi cuerpo.
— ¿Tu la quieres? ¿Tanto como a mí? —Le grité con mi voz a punto de quebrarse, estábamos escondidos del mundo, de todo aquello a lo que él temía. De todo aquello que podría lastimarnos, aunque, mi mundo era él y justamente, eso era lo que estaba haciendo, lastimándome.
—James, sabes que yo no puedo-
— ¿No puedes qué? ¿Amarme? —Lo interrumpí elevando mi voz, de nuevo. Él escondió su rostro, quizá no querría verme en aquel momento, mientras mis lágrimas se escurrían por mis mejillas y mi voz no era la misma. Siempre yo había sido el débil, y en ese momento, los roles se habían invertido.
—James, yo lo siento, pero no puedo vivir así —titubeó, frustrado y agonizando que todo se termine allí para ambos. Él decía querer todo lo mejor para mi, pero, aquello no lo era.
—No lo sientes —murmuré sintiendo como sus palabras parecían ser confusas y una mentira, una maldita mentira que afectaba ambas vidas.
—Lo siento, pero prefiero vivir como un feliz heterosexual que condenado homosexual —fue su última frase antes de marcharse, dejándome herido y lastimado, y sobre todo, derrotado porque todo el mundo había ganado siguiendo sus políticas ideas de que amar a alguien de tu misma sexualidad estaba mal.
Al parecer yo estaba mal. Pero no lograba entender por qué lo hacía, cuando lo único que quería era amar.
Admiraba la taza de porcelana sobre mi mesa de noche, un humeante té que Sophie había hecho para mí para que pudiera conciliar el sueño después de tantos días sin prácticamente dormir, comer y sí, vivir. No le veía lo bueno a levantarme cada mañana cuando tenía una daga que me atravesaba todo el corazón, ¿Qué sentido tendría empezar cada día sabiendo que todo lo que amaba y amé estaba lejos de mi? Ninguno.
Mi hermana lo había logrado. Había logrado su cometido de verme sufrir, con mi ego lastimado y todo de mi olvidado, como si se tratase de una vieja caja que permanece en el ático. Porque ella era feliz y yo no. Ella podía lucir un flamante anillo en su dedo anular, podía sonreír a la cámara enseñando su abultado vientre, el fruto del amor que tenía con alguien yo había amado y aun amaba. Ellos habían acribillado mi corazón, cuando me apartaron de las personas que quería en mi alma. Mi padre había muerto de cáncer y no me habían dejado acercarme para simplemente llorar por él y decirle que aun lo quería, aun cuando me había echado de casa, cuando había pisoteado mi orgullo y había dicho que estaba enfermo. No habían dejado que me acerque a mi madre cuando su depresión fue peor y tuvieron que intervenir mandándola a un sanatorio para personas con trastornos, yo pedí acercarme a ella porque después de todo, aun cuando ella me excluía del mundo, me abofeteaba y decía que yo era la vergüenza de la familia, yo la quería, y ella me repelaba por elegir besar a un hombre y no a una mujer como siempre quiso. Y por último, mi hermana me había apartado de todo aquello, porque ella decía que yo estaba mal, con mis ideas sobre la igualdad, sobre el amor, sobre amar a un hombre, cual ella quería y no podía aceptar ser rechazada una vez en su vida.
Mi vida ya no era la misma, todo había cambiado, y quizá había conseguido millones de personas pero ninguna era la que yo amaba. Quizá tendría un trabajo estable, y un hombre cada noche en mi cama, pero eso no lograba curar mi roto corazón. Me preguntaba millones de veces, si acaso ser gay estaba mal; quizá yo mismo me había destinado a esa vida por elegir diferente a toda la maldita sociedad.
La puerta de la habitación se abrió, Sophie y Mona estaban de nuevo colándose al cuarto para ayudarme a dormir. Eran mi única solución para vivir. Ellas aún mantenían su fe y sus creencias en que algún día todo cambiaría.
— ¿Qué ha pasado, Jamie? —Me preguntó Mona, con su extravagante acento francés. Ella siempre se había mantenido a mi lado, aun cuando yo alguna vez la había despreciado.
—Volvieron otra vez —susurré, mi vista estaba ida por toda la habitación, no quería ver sus rostros de compasión y llorar nuevamente. Siendo tan débil y frágil como lo odiaba ser.
— ¿Quienes? —Esta vez preguntó Sophie, y para cuando quise responder ya no había nada que decir que ahogarme en lágrimas y llorarle a la nada.
Habían regresado los recuerdos, aquellos que aparecían de vez en vez, atemorizándome y haciendo estremecer todo mi cuerpo.
— ¿Tu la quieres? ¿Tanto como a mí? —Le grité con mi voz a punto de quebrarse, estábamos escondidos del mundo, de todo aquello a lo que él temía. De todo aquello que podría lastimarnos, aunque, mi mundo era él y justamente, eso era lo que estaba haciendo, lastimándome.
—James, sabes que yo no puedo-
— ¿No puedes qué? ¿Amarme? —Lo interrumpí elevando mi voz, de nuevo. Él escondió su rostro, quizá no querría verme en aquel momento, mientras mis lágrimas se escurrían por mis mejillas y mi voz no era la misma. Siempre yo había sido el débil, y en ese momento, los roles se habían invertido.
—James, yo lo siento, pero no puedo vivir así —titubeó, frustrado y agonizando que todo se termine allí para ambos. Él decía querer todo lo mejor para mi, pero, aquello no lo era.
—No lo sientes —murmuré sintiendo como sus palabras parecían ser confusas y una mentira, una maldita mentira que afectaba ambas vidas.
—Lo siento, pero prefiero vivir como un feliz heterosexual que condenado homosexual —fue su última frase antes de marcharse, dejándome herido y lastimado, y sobre todo, derrotado porque todo el mundo había ganado siguiendo sus políticas ideas de que amar a alguien de tu misma sexualidad estaba mal.
Al parecer yo estaba mal. Pero no lograba entender por qué lo hacía, cuando lo único que quería era amar.
Última edición por campbell. el Sáb 23 Ene 2016, 12:59 pm, editado 1 vez
campbell.
Re: 18: We´re ready to run
bony: ay bony, fue perfecto. estoy sentimental y lo de zayn, auch. me da pena, pero él alguna vez la rechazo so no sé que pensar, así que shoro, ah. me encantó bony. yo no soy masoquista, no me hagas sufrir xc
vic: victoria, con que necesidad? encima, larry! ay, fue hermoso, y me encantó muchísimo. ay, me dio feels leer el último párrafo, es una injusticia que te toque larry, vas a hacer que lloré como desgraciada, y lo peor es que te encanta la trama!
diana: ay no diana, me hiciste sufrir pero amar tu prólogo. jules y violette, y tan solo imaginarme en sus pbs literalmente grito feliz. ay di, me encantó, fue perfecto, y siento que voy a amar tanto esa pareja. me hiciste llegar todo, lo amé.
meli: oh por dios, meli, te llevas mis aplausos! que prólogo mas bello, y ademas me encanta como escribís! ay no, fue tan perfecto y me llegó tan en el alma, envidio la forma en que escribís y podes transmitir ese escrito. no tengo palabras, mas que decir que fue perfecto.
- hi:
- les pido disculpas a todas por tardarme tanto en subir, tenía mi prólogo listo pero me parecia injusto publicarlo sin haber leído sus prólogos, y bueno, por eso me tarde, me distraigo mucho y no podía terminar de leer. también la escuela, me tiene algo atareada así que en serio, mil perdones!
campbell.
Re: 18: We´re ready to run
todos sus prólogos me hacen sufrir, es que no se, a la vez los amo
no comento muy largo porque no soy buena soo esop, me gusto mucho.
espero a la siguiente ansiosa, besos.
no comento muy largo porque no soy buena soo esop, me gusto mucho.
espero a la siguiente ansiosa, besos.
changkyun.
Re: 18: We´re ready to run
que malo y cobarde michael! prefirio la infelicidad antes que jugarsela por quien amaba! pobre jamie! ya lo amo, porque siempre amo tus pjs mel? porque tienes ese poder sobre mi? tu sabes que hablo en todos los putos sentidos esto de los prologos me deja con gusto a poco! de verdad necesito maas!
Invitado
Invitado
Re: 18: We´re ready to run
Tengo que leer el prologo de Mel.
No se si Damen sigue en el foro, but, puedo subir el mio así no nos atrasamos y cuando Bony vuelva tiene mínimo 20 capítulos para leer. okno.
No se si Damen sigue en el foro, but, puedo subir el mio así no nos atrasamos y cuando Bony vuelva tiene mínimo 20 capítulos para leer. okno.
wang.
Re: 18: We´re ready to run
Prologo
"Construí muros, para verlos caer. " Noah Woods|Lucy GraySolo tres minutos me bastaron para entender lo que estaba pasando. Con casi treinta años de edad había tirado a la basura la empresa que le había llevado el doble a mi familia construir.
Sabía que Elliot, uno de mis mejores amigos y contador personal, seguía hablando porque sus labios se movían, pero no había podido escuchar nada más desde "Estás quebrado, amigo".
Tome un sorbo de mi café mientras miraba más allá de la melena rubia de mi amigo. Mi padre probablemente me mataría si supiera, pero lamentablemente -o gracias al cielo- había muerto hace ya cinco años.
Desde entonces, mi suerte parecía haberse ido con él.
Tuve todo lo que quise. Nunca nadie me dijo que no, ni mucho menos me traicionaron. Todo el mundo en esta maldita cuidad quería ser mi amigo, pertenecer a mi entorno, tener una foto con el dichoso Noah Woods. Y a mí me encantaba toda esa estúpida fama, que a decir verdad, no sabía de donde venía.
Pero no todo había sido color de rosas. Había pasado por encima a muchas personas, me había burlado de ellas, le había quitado todo lo que tenían.
Mis empleados me habían apodado "Ice Man". Ellos pensaban que no había llegado a mis oídos, pero no era tonto. Podía ver en sus miradas el miedo mezclado con el odio que sentían por mí. Incluso podía asegurar que Chloe, mi secretaria, escupía en mi café -por eso tenía mi propia cafetera en mi oficina-.
Merecía todo esto. Como bien dice el dicho, tú cosechas lo que siembras. Yo había sembrado odio.
—Noah, ¿Estas escuchando? —Pase una mano por mi cara intentado volver a la realidad.
—¿Qué tan malo es? — pregunte. Elliot me miró mal. Tenía ganas de darme una paliza, lo sabía.
—Muy malo, Noah —respondió pasándome un par de papeles llenos de números y estadísticas. — Tus socios amenazan con sacar sus acciones si no haces algo con urgencia.
—Si yo caigo, ellos también. Así debería ser.
—Debería. Pero no lo es. Dejaste muy en claro en la última reunión que esta empresa era tuya, y qué harías lo que sea para salvarla —explico Elliot.
—¿Yo dije eso?
—Si, eso y que estabas tan borracho que probablemente no recordarías nada.
—Diablos, Elliot. ¿Cómo no me detuviste? —golpee mis puños contra el escritorio al recordar aquel día. Había pasado la noche en un bar luego de que la mujer que creía amar me engañara con mi chófer.
—¡Lo intente!— soltó mi amigo. — Y tú me gritaste que no me metiera en tus asuntos.
—¿Y eso es todo? ¿Me dejaste entrar a la reunión?
—¡Me golpeaste, Noah! ¿Qué querías que hiciera? — Suspiré bajando la mirada. Él no tenía la culpa.
Elliot tenía la misma expresión que aquella chica que traicione en la secundaria. La mandíbula apretada, la mirada sin expresión, sus fosas nasales eran lo único que se movía. Muchos me habían mirado así, pero nada se comparaba con la mirada de mi mejor amigo o la de Lucinda.
—¿Qué podemos hacer?—pregunté aliviando el ambiente.
—Ya lo consulte con la abogada. Está esperando en la sala de reuniones por si quieres hablar.
—Elliot...
—Dice que lo mejor es vender la empresa. —Solté una carcajada ante la idea. — Hablo enserio, Noah.
—¿Realmente crees que voy a aceptar semejante idea?
—Es lo único que se le ocurrido para salvar tu nombre, Noah. Ella dice que es preferible tener un nombre limpio a una empresa a punto de desmoronarse.
—¿Ella dice? —pregunte. Ya me caía mal de entrada. —¿Quién la contrato?
—Es la abogada de mi familia. Su padre nos representó por años. Confío en ella.
—¿Confías en ella?
—¿Qué otra cosa harías tú?
—Algo que no incluyera vender la empresa de mi familia —respondí.
—Los accionistas te harán pedazos, Noah. Cuando todo esto termine, apenas tendrás donde vivir. Si es que no te embargan la casa también. —Me puse de pie y camine hacia el ventanal que cubría una de las paredes que la oficina por completo. Desde ahí podía ver toda la cuidad.
De pequeño amaba venir al trabajo con mi padre. Por la mañana temprano, podía apreciar el amanecer, mientras que por la noche, cuando ya no había casi nadie en el edificio y nosotros éramos los únicos, podía ver como danzaban las luces de la cuidad, encendiéndose y apagándose, como si se estuvieran comunicando.
Me sentía indefenso, pero a su vez, me encantaba la sensación de ser el único que podía apreciar todo eso.
Desde abajo, todo era diferente. No podías ver el sol sino hasta el mediodía, donde se posaba justo encima de ti y te brindaba su calor, a veces más de la cuenta, y por las noches, a penas podías ver los autos pasar. Todo se movía muy rápido.
Arriba, tenía poder. Pero ya no tenía nada. Todos me habían abandonado. Mi padre, mi novia, los supuestos amigos, incluso mi madre había decidido tomarse unas interminables vacaciones en la India. La idea de perder lo último que me quedaba me aterraba.
—¿Y tú qué crees? —le pregunte a Elliot.
—Creo que deberías vender la empresa. —afirmo. —Alguien más tendrá que ocuparse de los problemas y tu tendrás dinero suficiente para construir una propia y quien sabe, algún día volver a comprar esta.
Solté el aire que acumulaba en mis pulmones antes de responder. Solo esperaba que después de todo eso, el sol volviera a brillar en la cima para mí.
—Haz pasar a la abogada. Tenemos mucho que hablar.
Elliot asintió y de inmediato se levantó de su asiento y salió por la puerta de mi oficina.
—Señorita Gray, adelante –escuche que decía. Minutos después el sonido de unos tacones retumbo en las paredes, seguido del ruido de la puerta al cerrarse. Tome aire antes de continuar y luego gire sobre mis talones.
—Lucy Gray—se presentó. Pero ambos sabíamos que no hacía falta todo eso. Ella era justo lo que no necesitaba.
Entonces entendí que Lucy era el último golpe que me daba en destino para hundirme en lo más profundo.
Estaba pagando por cada error.
Sabía que Elliot, uno de mis mejores amigos y contador personal, seguía hablando porque sus labios se movían, pero no había podido escuchar nada más desde "Estás quebrado, amigo".
Tome un sorbo de mi café mientras miraba más allá de la melena rubia de mi amigo. Mi padre probablemente me mataría si supiera, pero lamentablemente -o gracias al cielo- había muerto hace ya cinco años.
Desde entonces, mi suerte parecía haberse ido con él.
Tuve todo lo que quise. Nunca nadie me dijo que no, ni mucho menos me traicionaron. Todo el mundo en esta maldita cuidad quería ser mi amigo, pertenecer a mi entorno, tener una foto con el dichoso Noah Woods. Y a mí me encantaba toda esa estúpida fama, que a decir verdad, no sabía de donde venía.
Pero no todo había sido color de rosas. Había pasado por encima a muchas personas, me había burlado de ellas, le había quitado todo lo que tenían.
Mis empleados me habían apodado "Ice Man". Ellos pensaban que no había llegado a mis oídos, pero no era tonto. Podía ver en sus miradas el miedo mezclado con el odio que sentían por mí. Incluso podía asegurar que Chloe, mi secretaria, escupía en mi café -por eso tenía mi propia cafetera en mi oficina-.
Merecía todo esto. Como bien dice el dicho, tú cosechas lo que siembras. Yo había sembrado odio.
—Noah, ¿Estas escuchando? —Pase una mano por mi cara intentado volver a la realidad.
—¿Qué tan malo es? — pregunte. Elliot me miró mal. Tenía ganas de darme una paliza, lo sabía.
—Muy malo, Noah —respondió pasándome un par de papeles llenos de números y estadísticas. — Tus socios amenazan con sacar sus acciones si no haces algo con urgencia.
—Si yo caigo, ellos también. Así debería ser.
—Debería. Pero no lo es. Dejaste muy en claro en la última reunión que esta empresa era tuya, y qué harías lo que sea para salvarla —explico Elliot.
—¿Yo dije eso?
—Si, eso y que estabas tan borracho que probablemente no recordarías nada.
—Diablos, Elliot. ¿Cómo no me detuviste? —golpee mis puños contra el escritorio al recordar aquel día. Había pasado la noche en un bar luego de que la mujer que creía amar me engañara con mi chófer.
—¡Lo intente!— soltó mi amigo. — Y tú me gritaste que no me metiera en tus asuntos.
—¿Y eso es todo? ¿Me dejaste entrar a la reunión?
—¡Me golpeaste, Noah! ¿Qué querías que hiciera? — Suspiré bajando la mirada. Él no tenía la culpa.
Elliot tenía la misma expresión que aquella chica que traicione en la secundaria. La mandíbula apretada, la mirada sin expresión, sus fosas nasales eran lo único que se movía. Muchos me habían mirado así, pero nada se comparaba con la mirada de mi mejor amigo o la de Lucinda.
—¿Qué podemos hacer?—pregunté aliviando el ambiente.
—Ya lo consulte con la abogada. Está esperando en la sala de reuniones por si quieres hablar.
—Elliot...
—Dice que lo mejor es vender la empresa. —Solté una carcajada ante la idea. — Hablo enserio, Noah.
—¿Realmente crees que voy a aceptar semejante idea?
—Es lo único que se le ocurrido para salvar tu nombre, Noah. Ella dice que es preferible tener un nombre limpio a una empresa a punto de desmoronarse.
—¿Ella dice? —pregunte. Ya me caía mal de entrada. —¿Quién la contrato?
—Es la abogada de mi familia. Su padre nos representó por años. Confío en ella.
—¿Confías en ella?
—¿Qué otra cosa harías tú?
—Algo que no incluyera vender la empresa de mi familia —respondí.
—Los accionistas te harán pedazos, Noah. Cuando todo esto termine, apenas tendrás donde vivir. Si es que no te embargan la casa también. —Me puse de pie y camine hacia el ventanal que cubría una de las paredes que la oficina por completo. Desde ahí podía ver toda la cuidad.
De pequeño amaba venir al trabajo con mi padre. Por la mañana temprano, podía apreciar el amanecer, mientras que por la noche, cuando ya no había casi nadie en el edificio y nosotros éramos los únicos, podía ver como danzaban las luces de la cuidad, encendiéndose y apagándose, como si se estuvieran comunicando.
Me sentía indefenso, pero a su vez, me encantaba la sensación de ser el único que podía apreciar todo eso.
Desde abajo, todo era diferente. No podías ver el sol sino hasta el mediodía, donde se posaba justo encima de ti y te brindaba su calor, a veces más de la cuenta, y por las noches, a penas podías ver los autos pasar. Todo se movía muy rápido.
Arriba, tenía poder. Pero ya no tenía nada. Todos me habían abandonado. Mi padre, mi novia, los supuestos amigos, incluso mi madre había decidido tomarse unas interminables vacaciones en la India. La idea de perder lo último que me quedaba me aterraba.
—¿Y tú qué crees? —le pregunte a Elliot.
—Creo que deberías vender la empresa. —afirmo. —Alguien más tendrá que ocuparse de los problemas y tu tendrás dinero suficiente para construir una propia y quien sabe, algún día volver a comprar esta.
Solté el aire que acumulaba en mis pulmones antes de responder. Solo esperaba que después de todo eso, el sol volviera a brillar en la cima para mí.
—Haz pasar a la abogada. Tenemos mucho que hablar.
Elliot asintió y de inmediato se levantó de su asiento y salió por la puerta de mi oficina.
—Señorita Gray, adelante –escuche que decía. Minutos después el sonido de unos tacones retumbo en las paredes, seguido del ruido de la puerta al cerrarse. Tome aire antes de continuar y luego gire sobre mis talones.
—Lucy Gray—se presentó. Pero ambos sabíamos que no hacía falta todo eso. Ella era justo lo que no necesitaba.
Entonces entendí que Lucy era el último golpe que me daba en destino para hundirme en lo más profundo.
Estaba pagando por cada error.
- Spoiler:
- Chicas, siento que el code se vea tan mal. Intente arreglarlo, pero no se donde esta el error. Si alguien sabe, me dice. Espero que les guste el prologo y que sigamos con la nc.
Última edición por wang. el Sáb 23 Ene 2016, 10:21 pm, editado 2 veces
wang.
Re: 18: We´re ready to run
Prologo
"Aun la seguía amando."
Luke Sanders|Zaphire dolls
Me sentía un completo estúpido, parecía que estaba a punto de agarrar algo y romperlo con mis propias manos. La mire por el rabillo del ojo y me maldije en voz baja; allí se encontraba ella, con sus largas piernas cruzadas y mantenía una sonrisa para aquel hombre que la acompañaba; estaba acabado, me sentía incompleto y maldije en voz baja a su perfecta sonrisa.
Quería volver al momento en el que le pedí matrimonio para que los hombres la dejaran de tocar, había sido el año más feliz de mi vida, habíamos salido ambos de ese lugar que tanto odiábamos, porque estábamos cansados de él. Pero luego me di cuenta que ella en parte me había usado, o al menos era lo que me había enterado cuando comenzó a salir horas extras. Me sentía extraño, quería volver a aquellos tiempos, en los que nos amábamos.
También culpaba a mi problema con el alcohol, no comprendía por que había comenzado con ese vicio, pero a Zaphire no le fue muy bien después de que ello comenzara. Me arrepentía mil y un veces de haberla maltratado de esa manera por tantos años, pero me sentía cansado y usado por aquella mujer que amaba; sentía que me comenzaría a enfermar más y terminaría sepultado solo por una pequeña niña, mi hermana Lily, que suponía que sería la única en mi funeral.
Ella no me querría ver ni muerto. Estaba seguro.
Tome una copa de Whisky antes de que mi teléfono comenzara a vibrar por mis Jeans, bufe, dejando el fino vaso en la mesada de madera y contestaba con la garganta seca.
— ¿Diga?
— ¡Oppa! ¿Cuándo vendrás a visitarme con Zaphire? Los extraño—. Sonreí al escuchar la acelerada voz de mi hermanita menor en el otro lado de la línea telefónica.
—Iremos pronto, Cariño. —Trate de sonar convencido, sabiendo que todo sería una mentira. —Pronto será tu cumpleaños número quince, te veré allí para quitarte todos los chicos de encima.
Una tierna risa se escuchó al otro lado de la línea, y sonreí yo también. Amaba a mi hermana pequeña, más que a nada en el mundo.
—Te quiero mucho Oppa, no lo olvides—. Escuche unos gritos atrás, que supuse que eran de mi madre. —Mamá me dice que tengo que ir a dormir, mañana te llamare Oppa. Te quiero.
Antes de que pudiera responderle, me había cortado.
Mi hermanita tenía una personalidad idéntica a la de Zaphire, ambas eran dulces y rudas a la vez, muchas veces podían llegar a ser torpes, pero siempre terminaban haciendo las cosas perfectamente. Realmente quería saber cómo lograban hacer eso. Sus ojos eran parecidos, solo que los de mi hermana eran dulces e inocentes, mientras que los de mi mujer desprendían chispas de todos los colores, volviendo a cualquier hombre loco. Y suspire nuevamente, estaba volviendo loco a otro hombre en ese momento y quería realmente volver a esa época, en la que pensaba que me amaba por completo y con locura.
Deje nuevamente mi vaso de Whisky sobre la cara mesada del hotel y me encamine hacia afuera mientras ataba mi cabello en una cola de caballo. Lo dejaba largo, porque… Porque a ella le encantaba mi cabello largo; lo había dejado así por ella, porque a ella le gustaba; pero no parecía importarle en ese momento; ya que jugaba con los mechones de aquel hombre poseía, sentía que iba a quemar la nieve que caía sobre mí, podría jurar que escuchaba el sonido que hacia una chuleta de cerdo al tocar la sartén caliente, como si yo estuviera en llamas.
Pero al momento deje de tensarme y baje los hombros. Y como cualquier hombre débil, llore, no podía hacer nada más que ello. Me arrepentía de todo, me sentía del asco, quería morirme; porque bien sabía que nada podría hacer para volver al tiempo en el que se amaron y cambiar todo lo que había hecho mal; quería realmente una segunda oportunidad; quería cambiarlo todo.
Y aunque ahora era diferente, aun la seguía amando.
zayngirlMe sentía un completo estúpido, parecía que estaba a punto de agarrar algo y romperlo con mis propias manos. La mire por el rabillo del ojo y me maldije en voz baja; allí se encontraba ella, con sus largas piernas cruzadas y mantenía una sonrisa para aquel hombre que la acompañaba; estaba acabado, me sentía incompleto y maldije en voz baja a su perfecta sonrisa.
Quería volver al momento en el que le pedí matrimonio para que los hombres la dejaran de tocar, había sido el año más feliz de mi vida, habíamos salido ambos de ese lugar que tanto odiábamos, porque estábamos cansados de él. Pero luego me di cuenta que ella en parte me había usado, o al menos era lo que me había enterado cuando comenzó a salir horas extras. Me sentía extraño, quería volver a aquellos tiempos, en los que nos amábamos.
También culpaba a mi problema con el alcohol, no comprendía por que había comenzado con ese vicio, pero a Zaphire no le fue muy bien después de que ello comenzara. Me arrepentía mil y un veces de haberla maltratado de esa manera por tantos años, pero me sentía cansado y usado por aquella mujer que amaba; sentía que me comenzaría a enfermar más y terminaría sepultado solo por una pequeña niña, mi hermana Lily, que suponía que sería la única en mi funeral.
Ella no me querría ver ni muerto. Estaba seguro.
Tome una copa de Whisky antes de que mi teléfono comenzara a vibrar por mis Jeans, bufe, dejando el fino vaso en la mesada de madera y contestaba con la garganta seca.
— ¿Diga?
— ¡Oppa! ¿Cuándo vendrás a visitarme con Zaphire? Los extraño—. Sonreí al escuchar la acelerada voz de mi hermanita menor en el otro lado de la línea telefónica.
—Iremos pronto, Cariño. —Trate de sonar convencido, sabiendo que todo sería una mentira. —Pronto será tu cumpleaños número quince, te veré allí para quitarte todos los chicos de encima.
Una tierna risa se escuchó al otro lado de la línea, y sonreí yo también. Amaba a mi hermana pequeña, más que a nada en el mundo.
—Te quiero mucho Oppa, no lo olvides—. Escuche unos gritos atrás, que supuse que eran de mi madre. —Mamá me dice que tengo que ir a dormir, mañana te llamare Oppa. Te quiero.
Antes de que pudiera responderle, me había cortado.
Mi hermanita tenía una personalidad idéntica a la de Zaphire, ambas eran dulces y rudas a la vez, muchas veces podían llegar a ser torpes, pero siempre terminaban haciendo las cosas perfectamente. Realmente quería saber cómo lograban hacer eso. Sus ojos eran parecidos, solo que los de mi hermana eran dulces e inocentes, mientras que los de mi mujer desprendían chispas de todos los colores, volviendo a cualquier hombre loco. Y suspire nuevamente, estaba volviendo loco a otro hombre en ese momento y quería realmente volver a esa época, en la que pensaba que me amaba por completo y con locura.
Deje nuevamente mi vaso de Whisky sobre la cara mesada del hotel y me encamine hacia afuera mientras ataba mi cabello en una cola de caballo. Lo dejaba largo, porque… Porque a ella le encantaba mi cabello largo; lo había dejado así por ella, porque a ella le gustaba; pero no parecía importarle en ese momento; ya que jugaba con los mechones de aquel hombre poseía, sentía que iba a quemar la nieve que caía sobre mí, podría jurar que escuchaba el sonido que hacia una chuleta de cerdo al tocar la sartén caliente, como si yo estuviera en llamas.
Pero al momento deje de tensarme y baje los hombros. Y como cualquier hombre débil, llore, no podía hacer nada más que ello. Me arrepentía de todo, me sentía del asco, quería morirme; porque bien sabía que nada podría hacer para volver al tiempo en el que se amaron y cambiar todo lo que había hecho mal; quería realmente una segunda oportunidad; quería cambiarlo todo.
Y aunque ahora era diferente, aun la seguía amando.
- Spoiler:
- Es corto, lo admito, pero a mi gusto esta (?) espero que a ustedes tambien le guste. No hay mucho que decir, solo que esperen lo mejor de mi y amen a mis personajes tanto como yo amo a los suyos y espero volver a dar a comienzo a esta linda colectiva. <333 nada, las amo mucho mucho amor hacia mi y hacia Jeonghan ahre.
Última edición por woozi. el Lun 25 Ene 2016, 4:17 pm, editado 1 vez
changkyun.
Re: 18: We´re ready to run
Angie Me encanto el capitulo. Te juro que imaginarme a Jeonghan así se me hizo super sexy. Realmente quería correr y abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien. Aunque obvio después me acorde que se porto muy mal con Zaphire y se me paso.
En fin, me encanto. Quiero seguir con la nc
En fin, me encanto. Quiero seguir con la nc
wang.
Re: 18: We´re ready to run
Lo ame! Lo ame con mi vida y si tu intención era que amaramos a tus personajes, déjame decirte que lo has logrado. Me alegro mucho que estés aquí con nosotras y que retomemos esta bella noche. Eres una escritora bellísima.
zayngirl.
Re: 18: We´re ready to run
Zaphire <3 god, me enamoré del nombre, al igual que de la historia, realmente me encanta la trama que te has creado, y me alegra que bony te haya contactado y estes aqui deleitandonos con tu escritura, que me ha dejado con ganas de mas! Muy lindo Angie.
Me alegra que hayamos vuelto con esto :)
Me alegra que hayamos vuelto con esto :)
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