Maze. One Direction.

-Hey, Liam despierta. Tengo sueño.
 
El castaño se desperezó. El suelo estaba durísimo y era muy incómodo. Apenas había dormido un par de horas y le dolía la espalda.
 
-Claro, duerme un poco Niall. ¿Y Harry? –le preguntó a su amigo mientras le cedía el árbol en el que estaba apoyado.
-Se durmió hace 5 minutos. Zayn está despierto, así no estás solo.
-Vale, gracias.
 
El rubio le dedicó una sonrisa cansada y se recostó contra el árbol, pero como no estaba cómodo decidió apoyarse en Louis, que dormía como un tronco tirado en el suelo.
 
-¿Qué haces? –preguntó Liam acercándose a su amigo.
-Pensar.
-¿En cómo salir?
-En por qué habremos entrado.
 
Liam soltó una carcajada y le miró sarcástico.
 
-Déjame que te diga que fue cosa tuya y de Niall.
-Lo sé, lo siento mucho… –susurró el moreno.
-Tranquilo Zayn, no nos obligasteis a nada. Además, es mejor que estemos todos juntos. Para eso están los amigos, ¿no? –le dio una palmadita en el hombro y el otro le miró fijamente.
-¿Qué haríamos nosotros cuatro sin ti?
-Oh, vaya, qué sentimental estás esta madrugada. –se burló el castaño.
-¿Madrugada?
-Son casi las seis y cuarto.
-En cuanto haya un poco de luz buscamos cómo salir de aquí.
 
Liam asintió y permaneció en silencio durante un rato. Zayn le miró de arriba abajo; estaba un poco despeinado, con la camiseta arrugada y el pantalón sucio de dormir en el suelo, además tenía algún rasguño en la cara.
 
-Liam, ¿estás bien?
 
El chico levantó la vista y se encontró con los ojos observadores de su amigo.
 
-Mm, sí… -hizo una pausa y continuó –Zayn, ¿qué fue lo de ayer?
-No lo sé…
-Quiero salir de aquí. Estoy empezando a pensar que este sitio sí que está… ya sabes... encantado…
 
El moreno miró al cielo. Algunos rayos de sol empezaban a alumbrar entre las nubes.
 
-Dejemos dormir un poco a Niall y luego nos vamos, intuyo tenemos un largo trabajo.
 
A las siete de la mañana despertaron a los otros tres chicos y emprendieron el camino.
 
-Tengo hambre.
-¡Louis, lo has dicho cinco veces!
-¡Es que sigo teniendo hambre!
-¿Y qué quieres que hagamos nosotros?
-Me suenan las tripas…
-Niall, no empieces tú también…
-Joba, ¡llevamos horas sin comer!
-Ya lo sabemos tío, nosotros también llevamos horas sin comer.
-Qué desagradable eres Harry. Propongo que sea él el primero al que comamos.
-¿Qué dices Louis?
-No lo sé, tengo hambre.
-Si tener hambre te hace ser idiota, tienes que tener hambre todo el día; estarás acostumbrado.
-Oye ricitos, no te pases con Louis.
-Eso ricitos, no te pases conmigo.
-Es que ya no lo aguanto, Liam. Lleva así desde que se despertó.
-Hombre, no sé tú, pero yo cuando me despierto desayuno.
-Pues come hojas de los árboles.
-Qué asco tío. Donde estén un tazón de leche y unas magdalenas…
-¡Niall, joder! No hables de comida.
-Lo siento Zayn, no puedo evitarlo.
 
Los chicos discutían sobre tonterías mientras intentaban recorrer el camino de vuelta a la salida.
 
-Eh, ¿eso es un árbol con manzanas?
-Sí, ¡muy bien Niall!
-Es que cuando hay hambre…
 
Los cinco se acercaron riendo al árbol para coger algunas manzanas y poder comer algo, y entonces escucharon una voz a sus espaldas.
 
-¿No sois monstruos?

Las chicas también habían hecho turnos para dormir, pero casi no habían dormido. Jhei y Gabby no pudieron pegar ojo pensando en cómo saldrían del laberinto; Elena lloraba porque estaba asustada después de toparse con aquella niña diabólica, no quería dormir y Rho la consolaba, aunque estaba igual de asustada; y Kat echaba de menos su casa y no paraba de pensar en que quería volver ya. Así que, cuando se levantaron y se pusieron a andar para encontrar la salida, ninguna de las cinco tenía ánimos para dar conversación.

Después de casi una hora de camino, se encontraron con una fuente.

-Eh, ¿esta fuente no la hemos visto antes? 
-¡Sí, vamos por el buen camino chicas! –exclamó Rho.
-Voy a beber un poco, me muero de sed.

Kat se acercó a la fuente y las demás la siguieron. Bebieron una detrás de otra, pero cuando se dieron la vuelta se encontraron con algo no previsto.

-¿Pero qué…?
-¿Dónde está el camino? 
-¡Si acabamos de venir de ahí!

Una pared de ladrillo se había alzado a sus espaldas mientras bebían y ahora les impedía el paso de vuelta.

-Esto es muy raro… -comentó Jhei.
-¿Raro? ¡Esto es sobrenatural! ¿Qué hace una pared de ladrillo aquí cuando acabamos de pasar por este camino? ¿Y quién la ha puesto? –preguntó Rho desesperada.
-Tengo miedo chicas… Este laberinto es horrible. –murmuró Elena.

Entonces se oyó una risa de fondo, una risa fría y calculadora que las hizo temblar a todas.

-¿QUÉ QUERÉIS DE NOSOTRAS? –gritó Gabby al aire.
-Vámonos, por favor, por donde sea. –rogó Kat.
-Sí, vámonos.

Emprendieron su camino por la derecha ya que no les quedaba otra opción.

-Este camino me suena. 
-A mí también…
-¿Aquel no es el árbol del que me caí cogiendo manzanas? 
-¡Sí, sí lo es! –exclamó Rho.
-Vamos porfa, tengo hambre. –comentó Elena.
-Está bien, cojamos algunas.

Se iban a dirigir al árbol pero Kat las paró. 

-Esperad. Oigo voces.
-¿Qué dices? Te estás volviendo loca.
-¡Que no Jhei! Que lo digo en serio.
-Yo no oigo nada…
-¡Risas! –agregó Gabby.
-¡Ah, vámonos, por favor, más monstruos! –suplicó Elena aterrorizada.

Vieron a lo lejos a cinco chicos acercándose al árbol para coger unas manzanas.

-No parecen seres diabólicos. De hecho parecen normalitos. –susurró Rho.
-¿No sois monstruos? –preguntó Kat.

Los cinco chicos se giraron asustados y al ver a las cinco de pie con la misma cara de terror se relajaron un poco, pero la tensión entre los dos grupos aún era notable.

-¿Eres tonta Kat? Oh, sí, somos monstruos, queremos mataros para que os quedéis aquí para siempre. –le contestó Jhei –¡Esas cosas no se preguntan! ¡Se corre!

Agarró de la mano a la rubia y tiró de ella. 

-¡Esperad! No os vayáis, no somos monstruos. Estamos perdidos. –habló el chico rubio.
-¿Pe...perdidos? –repitió Gabby mientras miraba al chico fijamente, era guapo y parecía amable.
-Sí, entramos aquí ayer y ahora no sabemos salir. –explicó Zayn fijándose en la chica morena que se escondía con su cámara detrás de Jhei.
-¡Como nosotras! –exclamó Kat.
-Vaya, qué casualidad. –contestó Harry sonriéndole. Ella se ruborizó un poco, pero le sonrió de vuelta.
-Bueno, quizás entre todos podamos encontrar la salida. –propuso Liam.
 -¿Que…queréis quedaros con nosotras? –tartamudeó Rho mirando al castaño asombrada.
-¿Por qué no? Parecéis agradables y cuantos más mejor, ¿no?
-Claro, así los monstruos que quieren encerrarnos tendrán más comida. –habló Jhei.
-O podemos comeros nosotros si nos quedamos sin recursos. –bromeó Louis haciendo que los demás rieran.
-Oh, el gracioso del grupo. Qué bien nos vamos a llevar. –contestó la rubia con sarcasmo.

El castaño hizo una mueca de desagrado y la miró de arriba abajo. 

-¿Siempre eres así de agradable? –ironizó él también.
-Siempre. –contestaron sus amigas haciendo que la rubia pusiera los ojos en blanco.
-Creo que te llevarás bien con Harry entonces. –comentó Niall riendo y se ganó una colleja del rizado.
-Venga, vamos, no quiero estar aquí otro día entero. –les apresuró la chica y los diez empezaron a andar mientras otro camino se cerraba silenciosamente a sus espaldas.

Most escribió:Por fin se han encontrwdo todos!! Ya era hora, un poco más solos y se quedan atrapados para siempre ahí dentro... Sabes que me deprime que le quede poco a la novela, pero igualmente quiero que la sigas pronto Gabby, besos X

Lo sé, y lo siento, pero no queremos que se mueran dentro :(
Pronto intentaré seguirla xx

Kat. escribió:

Aleluya!

Ya quería que se conocieran!

Uuuh Pelea entre Louis y yo

asdfghjklñ ya quiero que la sigas!

Kisses xx.

La seguiré pronto!
Kisses for u xx

 
La chica rubia se sentó en el suelo y se apoyó la cabeza en las rodillas.
 
-Vamos Kat, un poco más. –la animó Rho apoyándose en su rodilla.
-No, ¡llevamos andando horas!
-Tiene razón, quizás deberíamos descansar un rato. –propuso Niall.
 
Todos estuvieron de acuerdo y se sentaron a descansar. El silencio era un poco incómodo así que Louis propuso contarse cosas sobre ellos haciendo un juego. Uno decía una letra y el primero que viese una cosa que empezase por esa letra tenía derecho a hacerle una pregunta. Así pasaron por lo menos una hora jugando y aprendiendo cosas unos de los otros. “Si tenemos que convivir aquí un poco, al menos que sea por las buenas”, argumentaba el chico cuando alguien quería dejar de jugar.
 
-Me muero de hambre. –susurró Elena al cabo de un tiempo.
-Estaba a punto de decir lo mismo. –añadió Niall.
-¿Cómo podemos conseguir comida? –preguntó Rho.
-Si encontráramos más árboles con fruta… -deseó Liam.
-Bueno, lo que está claro es que la comida no va a venir a nosotros si nos quedamos aquí. –atajó Jhei.
-Quién sabe, quizás venga uno de esos bichos que quieren matarnos. –comentó Louis divertido.
-¡Ah! No tiene gracia, vámonos. –exclamó Elena aterrada.
-Vayamos donde vayamos no podemos hacer nada. –aclaró Zayn.
-Tienes razón Malik, pero no vamos a encontrar la salida quedándonos de brazos cruzados. –se quejó Harry.
 
Decidieron caminar un poquito más, aunque sólo fuera por ver si encontraban algo de comer.
 
-Chicos… -susurró Gabby- ¿Eso es una puerta?
-¿Una puerta? ¿Dónde? –exclamó Louis ilusionado.
-¡Para! –lo frenó Liam- ¿No recuerdas qué pasó la última vez que entramos en una puerta?
 
Todos se quedaron en silencio mirando la puerta fijamente. Rho empezó a acercarse lentamente.
 
-¿Qué haces? –le susurró Kat.
-Si no lo intentamos nunca lo sabremos.
-Rho, ¡no!
-Tranquilos, sólo voy a abrirla un poco…
 
Puso la mano sobre el pomo de la puerta y empezó a girarlo ligeramente. Entornó la puerta. No se escuchaba nada y estaba oscuro.
 
-No se ve nada. –anunció.
-Qué miedo. ¡Cierra la puerta ya! –se lamentó Elena.
-Rho, no entres. –le advirtió Zayn.
 
La chica abrió un poco más la puerta y asomó un poco la cabeza. Al fondo de la estancia cuadrada había una mesa con una vela encima. Ésta irradiaba una tenue luz que permitía ver sólo la parte que quedaba alrededor de la mesa. Sobre ella había una bolsa con bocadillos dentro.
 
-¡Comida! –les dijo a los demás.
-No entres. Ni se te ocurra. Seguro que es una trampa. –dijo Liam.
-Pero tengo hambre…
-Y nosotros también Rho, pero no podemos arriesgarnos. –le dijo Jhei.
-Pues yo prefiero eso a morir de hambre. –les dijo Kat, un momento antes de empujar a su amiga y entrar en la habitación.
-¡No! –gritaron todos.
-Tranquilos, estoy bien. No hay nada. –aseguró ella.
 
Los demás se acercaron a la puerta abierta y vieron como la chica se acercaba a la mesa y cogía la bolsa con comida. En el momento en el que la rubia levantó la bolsa, se encendió otra vela.
 
-¿Co…cómo…? –empezó a decir Louis, pero fue interrumpido por un golpe de viento que apagó las velas y cerró la puerta con un fuerte estruendo.
-¡KAT! –gritaron sus amigas.
 
Desde fuera no se oía nada y se asustaron. Los chicos empezaron a aporrear la puerta para intentar abrirla, pero nada. Se escuchó un crujido y el pestillo cedió. Zayn abrió la puerta con un poco de miedo. Todo estaba oscuro, excepto la primera vela de nuevo.
 
-¿Kat? –preguntó Rho con la voz temblorosa, pero no obtuvo respuesta. Asomó un poco la cabeza y miró a su alrededor- ¿Kat, estás ahí?
-¿Cómo no va a estar ahí? –preguntó Elena desesperada.
 
Harry las echó a un lado y se atrevió a entrar. La vela se estaba consumiendo y la luz era más débil que antes. Chocó su pie contra algo y se asustó, pero era solamente la bolsa de comida. La recogió del suelo y se la tiró a sus amigos quienes estaban en la puerta, pendientes de lo que pudiera pasar. Se acercó a la mesa y se fijó en una huella sobre ella. Una huella de pie humano. Levantó la vista y en el techo se encontró un reflejo de algo. Lo siguió y vio que en un lado del cuarto había un armario. Se acercó lentamente maldiciendo porque sus amigos no hablaran para distraerlo. Todo estaba en silencio. Podía escuchar las respiraciones agitadas de los otros ocho chicos cuando puso sus manos sobre las manijas metálicas de la puerta, incluso podía escuchar su corazón acelerándose. Abrió el armario de golpe y allí estaba Kat, hecha una bolita y agarrándose las piernas. Cuando la chica levantó la vista y vio a Harry sus ojos brillaron de agradecimiento, pero su cara expresaba terror. Saltó y se abrazó al cuello del chico.
 
-No mires detrás de ti. –le susurró al oído.
 
Un escalofrío recorrió el cuerpo del chico. Ella lo notó y le abrazó más fuerte.
 
-¿Por qué? –preguntó temblando.
-Cuando te diga agárrame la mano y corre hacia la puerta. Cuando pasas por delante y le miras, sale del cuadro. –el chico asintió y le apretó la mano, dándose cuenta de que la tenía pegajosa.
-¿E…estás sangrando?
-Uno.
-Kat, te está sangrando la mano…
-Dos.
-¡Kat!
-¡Y tres! –exclamó la chica tirando de Harry.
 
Él, por más que lo intentó, no pudo evitar mirar atrás y divisó el cuadro del que la chica le hablaba. Entonces, una mezcla entre hombre y mono salió de él y se abalanzó sobre ellos. Con suerte, sus amigos tiraron de los chicos hacia fuera, pero Harry recibió un arañazo en el hombro. En cuanto salieron, la puerta se volvió a cerrar de golpe.
 
-¿Estáis bien? –les preguntó Gabby exaltada.
-Harry estás sangrando. –advirtió Liam.
-Y tú también Kat. –añadió Rho.
 
Zayn rompió un trozo de la camiseta de Harry y lo utilizó para limpiarle el hombro. Niall hizo lo mismo con Kat y se lo puso alrededor de la muñeca.
 
-Dios, ¿pero qué es esta mierda de laberinto?… -susurró Elena.
 
Los chicos se miraron entre sí. Harry miró a Kat. Ella se miraba la mano, pero de repente abrió la boca y susurró.
 
-Pensé que me iba a quedar allí encerrada. Tenía mucho miedo… -levantó la vista y miró a Harry a los ojos- Pero cuando te vi delante de mí no quise que te pasase lo mismo. Gracias.
-Gracias a ti. –le contestó él.
 
La chica se levantó y lo abrazó. Al principio él no reaccionó, pero finalmente la abrazó también. Los demás les miraban y se dedicaban miradas cómplices. Dentro de la oscuridad de aquella habitación, ellos dos habían encendido una luz.

Las horas pasaban y los chicos no avanzaban. Cada vez oscurecía más y más y ellos estaban más nerviosos.
 
-¡Ah! –exclamó Rho agarrándose al brazo de Liam.
-¿Qué pasa? –preguntó Niall.
 
Rho señaló un árbol y todos se alarmaron.
 
-Es sólo un búho, tranquilos. –aclaró Harry.
-Uf… -suspiraron las chicas.
-Oye, creo que deberíamos descansar un poco, ¿no? Me muero de cansancio. –propuso Louis.
-Está bien. En el próximo claro.
 
Caminaron un poco más, hasta que casi había oscurecido por completo y decidieron hacer guardias de dos en dos.
 
 
La chica se sentó y apoyó la espalda en un árbol. Hizo una mueca de desagrado y se acomodó.
 
-¿Estás bien?-le preguntó él señalando la mano de ella.
-Sí, gracias, ¿y tú?
-También, gracias.
 
Se produjo un silencio, pero era un silencio cómodo. El chico se sentó al lado de ella y le propuso jugar a algo para que se les pasara el tiempo más rápido y así conocerse. Ella aceptó.
 
-¿Tienes novio?
-Buena pregunta para empezar. No, ¿y tú?
-Tampoco. –contestó- Eh, ¿el “y tú” cuenta como pregunta?
-No, pero eso sí. Te quedan ocho.
-Vaya tramposa.
-¿Crees que soy guapa?
-Buena pregunta para empezar. –le dijo el chico mirando para otro lado. Ella le dio un golpe suave en el brazo y se rió- Sí, sí lo eres. ¿Y yo?
-¿Cuántas novias tuviste?
-¿Por qué me respondes a mi pregunta con otra pregunta?
-Ya llevas tres Styles. –el chico rió.
-Novias pocas, chicas muchas.
-Oh, ya veo por donde vas… -contestó la chica un poco apenada.
-¿Tú no eres de esas?
-Bueno, no he tenido muchos chicos en mi vida. ¿Tengo pinta de que sí?
-La verdad es que me sorprende que una chica como tú no tenga al chico que quiere.
-A lo mejor es que todavía no había aparecido el adecuado. –contestó ella mirándole a los ojos. Él se dio cuenta y le aguantó la mirada. Kat se acercó un poco y susurró- Ah, y sí eres guapo.
 
Cinco minutos después al chico sólo le quedaba una pregunta.
 
-Siempre pierdes en este juego, ¿no?
-La verdad es que no, no sé qué me pasa. –se rió.
-Bueno, ¿ya has pensado en qué quieres malgastar tu última pregunta?
-Sí, pero espero que seas consciente de que acabas de preguntarme algo. Ya sólo te queda una pregunta. –Harry sonrió burlón y ella se rió.
-Vale, pregunta.
 
Harry la miró de arriba abajo y directamente le preguntó.
 
-¿Alguna vez has besado a un chico que acababas de conocer?
 
Kat se puso roja y abrió los ojos. Le miró atentamente y adivinó que él pensaba lo mismo que ella.
 
-No.
-Siempre hay una primera vez. –susurró antes de acercarse a ella y besarla.
 
Se separaron lentamente y ella susurró.
 
-Ya sé cuál es mi última pregunta. –cogió aire y volvió a susurrar- ¿Te gustó el beso?
 
Harry la miró a los ojos, a los labios y asintió para después juntarse de nuevo.
 
 
El chico no paraba de dar vueltas y ella le seguía con la mirada.
 
-Te vas a marear. –le dijo tímidamente.
 
Él se paró y la observó. En ese momento, Elena se arrepintió de haber hablado porque ahora se sentía cohibida y muerta de vergüenza. Bajó la mirada y se puso colorada mientras analizaba los cordones de sus tenis.
 
-¿La cámara es tuya? –preguntó Zayn de repente.
-Sí.
-¿Y por qué la trajiste?
-Porque teníamos que sacar una foto al centro del laberinto.
-Nosotros coger una hoja del árbol… Maldito Jason.
-¿Jason? ¿Jase? –preguntó ella asombrada.
-Sí, Jase, en la fiesta, fue quien nos retó.
-¡A nosotras también! –aclaró la chica.
 
Zayn la miro y luego dirigió un vistazo rápido a sus amigas. Todas dormían apoyadas entre ellas o con alguno de los chicos. Miró al cielo y a los alrededores, notaba una presencia pero no sabía si sería su imaginación y no quería decir nada porque sabía que Elena era muy asustadiza. La chica lo tomó como una evasiva para no seguir hablando y se acurrucó debajo del árbol. Pero de pronto, el moreno se acercó y se agachó enfrente de ella.
 
-¿Estás bien?
-Sí…
-¿Tienes miedo?
-Un poco…
 
Zayn no sabía qué era, pero esa chica provocaba algo dentro de él. ¿Ternura? ¿Cariño? ¿Protección? Sentía que debía cuidar de ella.
 
-Oye, aunque no me conozcas mucho no tienes por qué mentirme. Se te nota en la cara que estás muerta de miedo. –le apretó una rodilla y soltó una risita. Ella levantó la vista y sonrió. ¿Tan obvio era?- Puedes estar tranquila. No voy a dejar que te pase nada, te protegeré.
-¿Po…por qué ibas a hacer eso por mí?
 
El chico dudó un segundo en decirle que es lo que haría cualquiera, pero decidió decirle la verdad. No tenía nada que perder.
 
-No lo sé. Tú me provocas algo que no había sentido nunca. Suelo ser un chico callado, ¿sabes? Algunos hasta piensan que soy borde o que no tengo sentimientos, pero no es cierto, es sólo que me los guardo para mí. No me gusta compartir, y menos mis sentimientos. Pero contigo es diferente. Tienes algo que me hace querer decirle a todo el mundo lo especial que eres. No creo que me entiendas o quizás te parecerá una tontería pero… -ella lo interrumpió antes de que terminase la frase.
-Zayn, te entiendo. No soy una chica muy valiente, pero a tu lado me siento segura y eso me hace sentirme diferente, como la chica que siempre quise ser. Y todo gracias a ti.
 
Ella sonrió débilmente y él se acercó para darle un cálido beso en la frente.
 
 
-Sólo llevamos dos días juntos y siento como si te conociese de toda la vida. –anunció el chico.
-A mí me pasa lo mismo. ¿Eres de aquí?
-Sí. ¿Y tú?
-También, siempre he vivido aquí.
 
Se callaron un momento y ella le observó. De perfil se parecía mucho a un chico que a ella le gustaba cuando era pequeña. Rho debía de tener sobre 11 o 12 años cuando se enamoró de un chico del instituto al que iba. No sabía ni su nombre, pero estaba loquita por él. Lo veía todos los días en clase, lo observaba sin que él se diera cuenta, lo seguía a veces hasta que tenía que irse, etc. Sus amigas le decían que estaba loca y que no podía enamorarse de alguien que apenas conocía pero a ella eso le daba igual, lo quería a él y punto. Cuando se acabaron las clases se pasó el verano pensando en él y como no le veía por el barrio supuso que se habría ido de vacaciones, así que decidió que cuando las clases empezaran de nuevo hablaría con él y le contaría que le gustaba. No podía ser tan malo. Pero las clases empezaron y el chico no volvió. Rho le esperó, pero nunca volvió. Lo había pasado mal el primer año, pero hasta ahora no se había acordado de él.
 
-¿Por qué me miras tanto? –le preguntó Liam.
-Oh, lo siento. Es que a veces desconecto y me pongo a pensar en mis cosas.
-¿Y en qué pensabas?
-En que te pareces mucho a un niño que me gustaba de pequeña. –se lo dijo tan tranquila, total, no podía ser él.
-¿Qué niño?
 
Rho le contó la historia y al final, Liam se rió.
 
-¿Qué tiene de gracioso?
-¿Así que eras tú?
-¿Cómo? –preguntó ella sorprendida por la anterior pregunta.
-Eras tú mi admiradora secreta.
-¿Có…cómo que tu admiradora secreta? –la chica se puso colorada.
-Ese niño que desapareció y por el cual estabas loquita, sí era yo. Mis amigos me decían que tenía una admiradora y que había una chica que no paraba de mirarme, pero yo no me daba cuenta.
 
Rho estaba callada y se moría de vergüenza. Como ella no parecía dispuesta a hablar, Liam continuó.
 
-Me cambié de instituto porque nos mudamos al otro lado del valle.
-No me lo puedo creer… ¡Qué vergüenza!
 
Él se rió de nuevo.
 
-Tengo que reconocer que yo también me había fijado algunas veces en ti, pero no me imaginaba que serías mi admiradora.
-Ni yo que tú serías el chico del que estaba enamorada…
 
Liam se acercó un poco a ella.
 
-¿Estabas? Creo que estoy mejor ahora que con 12 años, ¿no?
-Sí… O sea, no sé. –rectificó rápidamente, pero el chico ya se estaba riendo de nuevo.
-No es que antes no fueras guapa, pero yo también creo que estás mejor ahora.
 
Ella le miró y sonrió. Él le sonrió de vuelta y sin avisar ella le dio un pico.
 
-Lo siento, llevaba desde los 12 años esperando a hacer eso.
 
 
La rubia le miró con cara de asco y rodó los ojos.
 
-¿Siempre eres tan agradable? –preguntó el chico con sarcasmo.
-¿Y tú tan gracioso? –preguntó ella del mismo modo.
-Sé que era un chiste malo, pero al menos yo intento dar conversación.
-Prefiero estar callada que hablar con alguien tan ignorante como tú.
-Ah, claro, perdón, se me olvidaba que estaba hablando con Albert Einstein.
-Qué imbécil.
-Qué imbécil. –repitió él con voz más aguda.
-¿Eres tonto?
-¿Eres tonto?
-No me hagas la burla.
-No me hagas la burla.
-Louis…
-Louis…
-¡Arg! –la chica se abalanzó sobre él y lo empujó para tirarlo al suelo.
 
A Louis lo pilló por sorpresa y se cayó de espaldas con Jhei encima.
 
-¿Eres tonta?
-¿Eres tonta? –repitió ella con voz más grave.
-Jhei, no tiene gracia.
-¡Anda, como tus chistes!
-Vale, vale, ya me quedó claro. No más chistes. Ahora, ¿puedes salir de encima de mí?
-La verdad es que se está bastante bien aquí. –contestó ella acomodándose en su pecho.
-Te lo digo en serio.
-Ajá.
 
Louis la empujó y la tiró al suelo. Ella soltó un gritito pero él le tapó la boca.
 
-Shh, vas a despertar a todos.
-Pues así se enteran de lo imbécil que eres. –se quejó ella molesta.
-Oye, fuiste tú la que no quiso salir. –se rió y ella, sin poder aguantarse, se rió también- ¿Sabes? Así estás mucho más guapa.
-¿Qué?
-Pues eso, que riendo estás más guapa.
-¿Piensas que soy guapa?
-¿Qué chico no lo pensaría? –contestó él, obvio. Ella se quedó callada y Louis continuó- Puedes decir que yo también lo soy, no pasa nada.
-Eres tonto… -Jhei se rió de nuevo.
-Pero no niegas que soy guapo.
-No lo niego.
-Venga, reconoce que soy… Espera. –Louis se calló y la miró, ella sonreía divertida- ¿Has admitido que te parezco guapo?
-Sí, ¿qué pasa?
-No me esperaba esa respuesta… ¿Qué se supone que tengo que decir ahora? –preguntó el castaño rascándose la cabeza.
-No digas nada.
 
Se acercó lentamente a él y, cuando sus narices casi se rozaban, él tomó la iniciativa y la besó esperando que eso fuese lo que ella quería, porque sino se llevaría un buen bofetón seguro...
 
 
Niall vio cómo la chica se acurrucaba contra un árbol y se agarraba las rodillas. Se acercó a ella.
 
-Si quieres duerme, yo vigilo.
-Gracias pero no tengo cuatro años. Puedo estar despierta un rato mientras duermen los demás. –le contestó Gabby un poco seca.
-Vale vale. –se defendió él.
 
Se volvió a alejar y se puso a pensar en sus cosas. Desde el primer momento había notado que Gabby era una chica dura, o bueno, que iba de dura, pero que en el fondo tenía un gran corazón. Y a él le gustaba. Sólo había estado con ella un par de días, pero ya se había dado cuenta de que por esa chica empezaba a sentir algo especial. Sentía que sería capaz de dar la vida por ella. ¿Sería eso a lo que llaman amor? Estaba absorto en sus pensamientos y por eso se asustó cuando sintió una mano en su hombro, pero al girarse contempló delante de él a la chica de sus pensamientos.
 
-Gabby, me has asustado.
-Lo siento… -contestó mirando al suelo.
-Tranquila, supongo que no era tu intención.
-No, lo digo por lo de antes. Por todo. Sé que no soy la chica más agradable del planeta, ni la más divertida, pero tampoco soy tan mala como parece. –se miró las manos y jugueteó con sus dedos- Es sólo que tengo miedo. Y quiero salir de aquí. Y juro que no volveré a acercarme a este lugar. Y no quiero que le pase nada a nadie. Y nunca había pensado en cómo me moriría, o cuándo. Y no quiero que sea aquí. –sin darse cuenta, unas lágrimas asomaban a sus ojos.
 
Niall, al verla así, tan frágil, tan vulnerable, se derritió por dentro. La cogió por los hombros y la apretó fuerte contra su pecho. Para que sintiera su calor, para que lo sintiera a él. Le dio un beso en la cabeza cuando sintió cómo temblaba.
 
-Eh, Gabby… No te vas a morir aquí. Nadie se va a morir aquí. Estamos todos juntos, todos queremos salir y entre todos vamos a conseguirlo. –cogió aire y continuó- Mira, nadie sabe lo que va a pasar ni cuándo va a pasar, pero te aseguro que no te vas a morir aquí. Al menos, no si yo estoy contigo, ¿vale? Te lo prometo. Confía en mí.
 
Ella dejó de temblar y levantó la cabeza para mirar al rubio a los ojos. Eran los ojos más bonitos que había visto nunca. Observó todo su rostro, lentamente, deleitándose con cada centímetro de piel. Se concedió un par de segundos para fijarse en sus labios, parecían muy suaves. Como si le leyera el pensamiento, Niall se acercó a ella y le dio un beso.
 
Cuando se separaron se miraron fijamente a los ojos. Esos ojos tan azules.
 
Azules como el agua.
 
Azules como el cielo de verano.
 
Tan azules que, incluso horas después de aquel momento, Gabby no conseguía sacárselos de la cabeza.
 
Incluso antes de morir seguía pensando en aquellos ojos azules.
 

Most escribió:Casi me da algo, m ha encantado ese último capítulo! Son tan tiernos, tan adorables todos ellos! La parte de Niall ha sido hermosa, Gabby ienes mucha suerte, no lo desaproveches... Me da pena que se acabw ya la nove, me gustaba mucho... Ya te di los motivos por los cuales no comenté antes, pero bueno, espero que sigas pronto:(

Lo sé mi niña, no te preocupes, la seguiré en cuanto pueda.
Y la otra también, besitos xx

Most escribió:Dios mío, Gabby, tú quieres que me de algo verdad? Suerte que tienes de Niall! Casi me pongo a llorar! Teniendo en curnta que yo ahora he estado a punto de irme al otro mundo en tan solo unos segundos... Y Zayn, dos de iguales, qué mal... Síguela pronto Gabby y no me des estos sustos, que para sustos de Muerte ya he tenido hace solo un rato... 

¿Qué te ha pasado? 
La seguiré pronto, después de n.e.r.d. jejeje