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senior class | audiciones cerradas.
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Re: senior class | audiciones cerradas.
representantes: alexandra daddario, lisa olsson, india eisley, alex pettyfer, jeremy irvine.
escrito: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
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aurelia.
Re: senior class | audiciones cerradas.
Representantes: Michael Clifford y Lauren Jauregui
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Si los rp no están disponibles me dices fueron los únicos que se me ocurrieron
Escrito: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Si los rp no están disponibles me dices fueron los únicos que se me ocurrieron
Kurisu
Re: senior class | audiciones cerradas.
Tessa escribió:Representantes: Michael Clifford y Lauren Jauregui
Escrito: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Si los rp no están disponibles me dices fueron los únicos que se me ocurrieron
aceptado !! (◠﹏◠✿)
me gustó el capítulo btw !!
hemmo.
Re: senior class | audiciones cerradas.
isaac. escribió: representantes: alexandra daddario, lisa olsson, india eisley, alex pettyfer, jeremy irvine.
escrito: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
audición aceptada (◠﹏◠✿)
me gustó mucho 'fuego' es >>>
hemmo.
Re: senior class | audiciones cerradas.
audición aceptada ✿◕ ‿ ◕✿reality. escribió:+representantes: Madison Beer, Chlöe Grace Moretz, Taylor Momsen, Joshua Anthony Brand, Jakub Gierszal.+escritos: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]; [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]; [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
leí sólo tu último escrito, pero me gustó bastante y me enganché bue
hemmo.
Re: senior class | audiciones cerradas.
deutch. escribió:– representantes: zoey deutch; zac efron; lily collins; taylor lautner.
– escritos: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] & [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Un poco tarde(?) Y, no soy ella, lo siento
audición aceptada (◠﹏◠✿)
sufrí con the a team bueno (◡﹏◡✿)
hemmo.
Re: senior class | audiciones cerradas.
repersentantes: india eisley, sam smith, liam payne, hannah snow, nicole anderson, jane levy, chad michael murray.
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Invitado
Invitado
Re: senior class | audiciones cerradas.
Lali sólo acepto las audiciones, se suponía que le tenía que responder a todas. La voy a cagar a palo, bueno, ahora les respondo yo
zuko.
Re: senior class | audiciones cerradas.
Holaaaaa, espero tu audiciónpeople suck escribió:yooo, quiero, quiero, quiero.
zuko.
Re: senior class | audiciones cerradas.
JANE LEVY, bueno. Me da paja poner la font, pero estás más que aceptada. Me gusto MUCHO el último, o sea, ya leo la fic Suertefluttershy. escribió: repersentantes: india eisley, sam smith, liam payne, hannah snow, nicole anderson, jane levy, chad michael murray.
escritos: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
zuko.
Re: senior class | audiciones cerradas.
rootless. escribió:Lali sólo acepto las audiciones, se suponía que le tenía que responder a todas. La voy a cagar a palo, bueno, ahora les respondo yo
ME DIJISTE SOLO QUE ACEPTE AUDICIONES
ಠ益ಠ
hemmo.
Re: senior class | audiciones cerradas.
Representantes: Kylie J.; Cailin R.; Taylor H.; Barbara P.; Keegan A.; Robert S.; Sean O.; Shay M.; Dave F.; Jack H.
Escrito: buenis, no tengo un escrito muy lindo publicado para poner link así que.
Escrito: buenis, no tengo un escrito muy lindo publicado para poner link así que.
- Spoiler:
- Chapter Two.Una infancia y adolescencia llena de pesadillas.—Sé dónde vives Jenna —la voz proveniente de las sombras habló—, no puedo esperar encontrar el momento de tenerte frente a mí y estrujarte hasta que tu cuerpo se vuelva pálido y tu alma abandone el cuerpo.—No le hagas caso hermosura, eres fuerte y mientras yo esté para protegerte él no te tocará nunca, confía en mí. —otra sombra de claro color y con tono maternal suave se posó frente a el espectro tenebroso transmitiendo seguridad al pequeño cuerpo de la niñita.—Gracia querida, estás muerta, ¿crees que eres acaso capaz de hacer algo?Y ella sabía que era cierto, era una sombra, sólo un haz de luz que actuaba como capa protectora de Jenna, pero eso solo duraría cuando la maldición de Saghanna tengo efecto, cuando las hermanas se reúnan y sus poderes florezcan. Mientras que eso no pase la castaña estaba segura con Gracia, podría ser un halo de claridad pero eso era suficiente para que nadie tocase a la joven, ni siquiera él. De pronto el humo claro se transformó en una figura de mujer con cabellos rubios y tan blanca como la nieve, pero antes de que pudiera hablar la oscuridad del lugar la cubrió, sofocándola, quería salir, escapar, y llegar hacia algún lado pero mientras más lucha imponía más dolor conseguía para su cuerpo, sentía ardor, como si fueran llamaradas en toda su existencia quemándola y destruyéndola. Y el pequeño ser que estaba observando toda la escena con horror comenzó a sentir pena por la mujer y corrió hacia ella rodeándola con sus brazos.— ¡Para por favor! —gritó.—Jenna, cariño despierta. —Louise estaba intentado despertar a la joven para desayunar zarandeándola un par de veces—. Hay que llamar a la artillería pesada, —puso sus manos a los lados de su cintura como si fuera una taza de té con dos azas—. Que conste que fue porque no había de otra.Otro intento fallido, la castaña seguía dormida con mitad de cuerpo perdido entre las sábanas con una leve expresión de susto en su rostro. Pero claro, Louise no lo notó en absoluto porque estaba ocupada gritándole a su hijo Ethan que se acercara a la habitación. Y el chico entró a la habitación en cuestión de minutos con crema de afeitar en su barbilla, sin la camisilla azul de su piyama mostrando su musculatura trabajada durante más de dieciocho meses en un gimnasio y se le notaba el elástico naranja que hacía un perfecto contraste con su piel morena y apenas un tenue color dorado del verano pasado. Rió al ver a su madre intentando mover a su hermana de la cama. Y luego giró para notar la expresión de Jenna y cómo apretaba las sábanas entendiendo todo.— ¿Me ayudas cariño? ¿Sí? —sonó más como una orden con voz de súplica.Ethan sacó las sábanas haciéndolas a un lado y tomó los brazos de Jenna tirándolos a sus hombros trabajados mientras que con sus manos intentaban colocar cada pierna de la chica a los costados de su cintura. Pasaron segundos para que Jenna junto a su pelo todo enmarañado se fundiera contra el cuerpo de su hermano y Ethan contuvo el aire. Similar a un bebé koala abrazando a su madre Jenna viajó al baño para mojarle la cara y lograr que se despertara, era lo único que lograba hacerlo, más cuando tenía sueños o pesadillas.Al llegar al lavamanos la ojiverde fue bajada muy despacio hacia el suelo haciendo que sintiera de repente el frío intenso de los azulejos debajo de sus pies desnudos y agua tibia en su rostro, y sus lágrimas se fundieron con el líquido. Y ella notó que estaba despierta todo era un pesadilla habitual, solo un mal sueño, nada de eso era real, ni los mensajes, ni las muertes, nada, y así tenía que quedarse, como una simple mala jugada de su mente.—Buenos días hermosa. —Ethan susurró besando su fría mejilla izquierda oyendo como la respiración errática a causa del llanto y la mucosidad era más fuerte que el sonido del agua saliendo del grifo. Sabía exactamente cómo debía tratar a la joven en momentos así, usualmente escenas como estás son generadas por pesadillas las cuales jamás le cuenta y suelen pasarle de tres a cinco veces en un mes. El único que sabía del problema con su hermana era él, ni sus padres ni sus amigos, él y su psicólogo. Sí, lo descubrió la primera vez a los siente años y cuando el Dr. Ramírez intentó hablar sobre el problema escolar del chico este lo evadió completamente, el tema sobre el acoso de ese día no era tan importante. Fue directamente a preguntarle a que se debía el comportamiento de su hermana, y que por favor, no le cuente nada de eso a sus padres.—Anda, ve a cambiarte.Y como si de un perro se tratase la chica obedeció sin chistar apenas el baño había quedado solo, bastó entrar en la habitación e ir al mirar su despertador y notar la fecha que era, primer día de escuela. Aunque no lo pereciese en el estado en que se encontraba estaba muy emocionada, iba a salir de la casa, y aunque fuera a la escuela sería suficiente. Sin embargo había un problema, con su pesadilla de hoy se sentía asustada y con ganas de casi arrepentirse y comenzar el año próximo la escuela. Pensaba en que era posible que al cruzar la calle una grieta se abriera en el pavimento y una mano gigante la arrastrara hasta allí o que haría dos pasos y un asesino se la chocara y enojado la termine matando. Luego se odió a si misma por su imaginación extremista. Jenna había visto, recortado, guardado y decorado toda clase de fotos del mundo una y mil veces, desde que cumplió los cuatro años ha querido salir, pero algo siempre la había detenido, no sabía lo que era, simplemente sentía como si una fuerza invisible le advertía e impedía que sus pies tocasen el cemento de la acera, tal vez era por la importancia que le daba a los sueños aunque no lo admítase. No sabía con certeza la razón por la cual pensaba en eso, inclusive jamás lo había conversado con nadie como para obtener una respuesta. Caminó hacia el ropero y se alistó con la falda del colegio y el blazer color avena con cuadros rojos y azules con una remera descolorida de Ethan con el logo del colegio y sus recién lavadas Vans negras.Pasó por el baño, se miró en el espejo mientras cepilló su cabello que aparecía nido de ratas. Si bien el día no había comenzado como ella esperase no pretendía que una de sus pesadillas le arruinara el día, porque no ha estado lidiando con ellas desde los cinco años, ya aprende a ignorarlas o a fingirlas. Con su cámara instantánea se sacó una foto y corrió por el pasillo que conectaba su recamara con el baño, llegó a él juntando algunas chinches para poner su foto junto a las otras en su pared forrada con corcho color beige y un bonito empapelado de flores, le escribió alguna frese boba como: «First Day Official»Satisfecha con el resultado, volvió al baño y lavó su cara, sus dientes, cepilló su cabello dos veces más bajando hacia la planta baja de la casa, encontrando a sus padres adoptivos desayunando junto a su hermano, el cual no quiso mirar a los ojos hasta que el recuerdo de su pesadilla aparezca superado, por lo que se sentó en una de las sillas de pino de la cocina mientras su pequeño cachorro de Golden Retriever le daba la bienvenida, el aire olía a huevos, carne, cereales y leche y eso la tranquilizaba de alguna manera, porque la hacía sentir en familia.Pero el término “familia” ella no lo tenía en claro de pequeña, pues solía pensar en la familia como una casa con tus padres biológicos queriéndote y sin embargo se dio cuenta que no necesitaban ser biológicos para brindarte amor y eso es lo que amaba de Louise y Burhaan. Sus padres le revelaron la verdad, ella era adoptada y sorprendentemente a la –en aquel entonces– niña de unos tiernos doce años no le afectó como esperaba la pareja, de hecho la pequeña solo agradecía entre lágrimas por haber sido adoptada sabiendo lo mucho que los huérfanos anhelan una familia y tener una como la que ella tenía era un sueño.—Buenos días preciosa ¿había mucha duda en el atuendo o el maquillaje?—Mencionó burlonamente un ojimiel con una sonrisa mientras abrazaba a la cintura de Jenna, no disponía de energía como para levantarse de la silla y saludarla correctamente.—Já, que gracia Ethan. ¿Tú siquiera cambiaste tu ropa interior? —Jenna rió fuertemente robando bacon de la mesa—Por cierto, buenos días. Y lamento la tardanza, yo no encontraba mis zapatillas.Burhaan se echó a reír mientras leía uno de los diarios más conocidos de Castleton, con su voz rasposa, Burhaan le preguntó a su esposa si recordaba el primer día de escuela de su hijo. Había sido una locura de emociones y ahora era un hermoso recuerdo.—Recuerdos. —Louise sonrió— Le arrojé un vaso lleno de agua, con hielo y todo, supongo que eso provocó el humor de los mil demonios que tenía ese día, ¿o acaso me equivoco Francis?—Jenna casi se atragantó con su sándwich de bacon y huevo al tomarle desprevenida una risa espontánea, siempre, se reiría del segundo nombre de su hermano. No sabía por qué el chico lo detestaba a ella le parecía sumamente tierno, pero para Ethan era como tocarle su talón de Aquiles.Ethan odiaba el Francis, puesto que sus padres cuando decidían tomarle el pelo o regañarlo, lo llamaban así. Una vez cuando su madre fue al colegio por una llamada de la directora avisándole que su hijo había sido golpeado por otro compañero, le llamó por su nombre completo, y por supuesto, sus compañeros que habían oído aquel nombre, comenzaron a burlarse de él toda la primaria que hacía él se encerrara en el baño a llorar con la esperanza que la hora de receso termine lo más rápido posible, hasta que Scott Johnson se fue de la escuela, y por ende, sus burlas.—Hijo, hey ¿estás escuchando? —Louise colocó una mano en el rostro de su hijo a lo que solo él asintió sin saber de lo que hablaba su madre.Ethan salió de la cocina buscando su teléfono y mochila Nike que estaba junta a la mochila de su hermana en uno de los sillones de cuero colorado, también tomó la campera de Castleton Day y las llaves de su moto que reposaban en una mesa ratona del living mientras Jenna abría la puerta del garaje y salía por ahí buscando a «Shelley», la moto de su hermano. Jenna comenzaba a pensar en que quería seguir comiendo su emparedado y no saliendo a buscar a una estúpida motocicleta. Luego de tener la puerta de garaje subida, la ojiverde volvió por sus cosas preguntándose por qué no iban en alguno de los dos Audi de su padre o en el BMW de su madre en vez de una Harley Davidson con más años que ella. Agarró su bolsa de libros y subió a la motocicleta del pelinegro, él se puso el casco y ella lo imitó, aferrándose a la cintura del moreno pegando su cabeza a la espalda de este haciendo que un exquisito aroma de su perfume Blue por Chanel más el aroma de su piel se metiera en su nariz. Ese olor que solo era característico de él, lo que emanaba decía Ethan Schmidt todos lados.Pasaron por las calles de Castleton con el sol apenas amaneciendo, era tan hermoso, y lo mejor no era solo eso, había una plaza a unas cuantas calles de la casa, ese podría ser un buen lugar para pasar la tarde. La escuela no se quedaba atrás, de seguro nadie aprecia el gran patio que hay detrás de ella, con tanto verde y longitud lo suficientemente grande como para correr sin molestar a nadie, la verdad que es dichoso campo era casi un cuarto de lo que era el instituto en sí, tantas salas, con tantas personas, la chica tironeó de tal forma el brazo de su hermano que el morocho casi no logra aparar su motocicleta correctamente. Simplemente era euforia, una gran euforia por entrar y tener clases, y aprender y hacer amigos y bueno, ya sabes, lo típico.Pero ese era el problema, ella no era típica y su vida –aunque forzosamente se intente por lo contrario– tampoco lo es, en segundos próximos el mundo podrá odiar, querer e incluso idolatrar a una persona más como Jenna Schmidt-Brannan, la pregunta es… ¿ella está preparada para todo esto?El palo en la rueda era, que sin que lo quisiera admitir completamente, el morocho no quería que su chica especial conozca a los otros peces del mar, por lo menos hasta estar seguro de que ella lo quería tanto cómo él a ella.Pero eso era casi imposible por la burbuja en la que había sido criada. Una en la cual no había nada más que historias de sus padres del cómo eran los adolescentes en la época en que ellos vivían. Así que en otras palabras, esperaba que los jóvenes con los que se topase usaran los uniformes para vestirse y no mostrar piel, que sean chicas tímidas y chicos con ego un poco alto, que los maestros no sean gritones, y que por favor no haya chicas plásticas corriendo de un lado al otro con sus zapatos caros haciendo juego con sus bolsos o mostrando su ropa interior de marca como en libros adolescentes o películas que pasaban por HBO. Sin embargo al entrar no causaría un choque en las vidas de los jóvenes de Castleton Day, es decir, era una chica normal, con un estilo corriente, cabello rebelde, era adoptada y tenía muchísimo dinero, ¿había algo más común que eso? Esperemos que no.—Ethan, tengo miedo. —Jenna se frenó ante la puerta de bachillerato mientras el frío de la madrugada por primera vez penetró a sus huesos y levantó todas las finas hebras de sus brazos y nuca, dejándolas en punta.Ethan rió con gracia mientras tomaba en mentón de su hermana y le besaba la frente con devoción cerrando los ojos al momento en que sus labios tocaron la cálida piel de Jenna. No dijo absolutamente nada, sólo tomó de su brazo y la sentó en uno de los bancos impolutos que reposaban a metros de la entrada de la institución mientras él se ubicaba entre sus piernas intentando pensar en lo que se reflejaba en sus ojos. Él sabía que se sentía insegura por todo, por las clases, los alumnos, los maestros, las actividades extracurriculares, o por el miedo de pasar todas sus clases sin conocer a nadie. — ¿Sabes que eso es ridículo? Jenna, haz estado prácticamente toda tu vida esperando ir al colegio, conocer a tus propios amigos y simplemente no puedes echarte atrás. Julietta te estuvo enseñando bastante bien la mayoría de las cosas que en Castleton Day se ha dado, estás preparada, además tu estilo es el mejor que he visto, con tu simpleza y mi remera la cual no recuerdo prestarte pero aun así te queda hermosa.Jenna rió y se tiró sobre Ethan besándole la mejilla sonoramente mientras murmuraba a su oído cuanto lo quería. Ya estaba decidida, no importaba si en sus clases no estaba Ethan o si los profesores eran demasiado estrictos, no, ya no importaba, estaba ahí y nada la iba a detener. Por eso se levantó rápidamente del suelo pero una punzada golpeó su cabeza tan pero tan fuerte que tuvo que sostenerse de alguien para no caerse al suelo y ahí, su mente le mostró recuerdos horrendos de sombras y sus oídos creyeron oír gritar a muchas personas en busca de ayuda mientras se quemaban vivas y para cuando el recuerdo desapareció, las mejillas de Jenna estaban mojadas en largos surcos de agua salada que caían hasta el concreto del suelo. Ahora era probable que su maquillaje esté destruido, sus ojos vuelvan a ser normales, sin sombras oscuras o máscara para pestañas extra largas o que su nariz esté llena de mucosidad. Y entonces, entonces se dijo a sí misma lo débil que era, lo penoso que era llorar en público por un mal sueño y de dio cuenta de que era demasiado débil aún para enfrentar todo lo que suponía ser un adolescente, así que comenzó a murmurar: “No puedo, no puedo hacerlo, soy débil y quiero volver a casa” pero para cuando Ethan intentó frenarla y todo lo que consiguió fue que ella tuviera un ataque de pánico y comenzara a repetir la frase cada vez más y más fuerte.Algunas personas se giraron para ver el suceso pero el joven ni ella lo notaron, pues las lágrimas y susurros de Jenna era más importante que cualquier cosa, odiaba verla mal y no poder saber por qué estaba así sin poder ayudarla. Hasta que de la nada las lágrimas dejaron de correr y su boca se cerró, dentro de Jenna había una melodía dulce que se reproducía sin cesar con letras amorosas cantadas por una voz femenina y maternal.“Puellae non clamabit, et lux illuminat obvia umbrae relinquuntur.Quae non clamabitis nec tantum sentire.Quisque purus amat animam tuam et spera saluari.Quae non est solus, et non clamavit omnis sperans.”No tenía mucho sentido, pero para la castaña fue suficiente para que vuelva a ser la misma, más calma y sin rastro de haber llorado sentándose nuevamente en el banco y mirando a su hermano con miedo, miedo de que se aleje de ella y sólo le ayude a volver a su casa y encerrarla dentro hasta que cumpla cincuenta años.—Supongo que no vas a hacer mención de nada de lo que acaba de pasar, ¿no? —Ethan cuestionó sentándose en el banco también poniendo una de sus manos en la rodilla de su hermana con cautela pero con amor. Jenna negó apenada mientras se refugiaba en los brazos de su hermano. Jamás hablaba sobre sus ataques o pesadillas, nunca, sólo evitaba el contacto visual por unos minutos y luego pedía un abrazo sin hablar.—Sólo olvidemos este suceso, supongo que tenías razón, no estoy lista, podemos volver a casa y devolverte la remera y las cincuenta libras a mamá y papá de la apuesta. —Se levantó y alisó su falda y tomó su bolso y la mano de Ethan sin mirarlo.—Jenna, no volveremos a casa y tampoco devolverás el dinero, lo usarás para pagar toda la comida que ingieras hoy —tomó una pausa— por favor camina junto a mi hasta que te sientas tranquila y sepas que eres capaz de manejarte por ti sola.La castaña sólo quería correr y cubrirse con su manta azul francia mientras ideaba un buen plan para mostrarse decidida y valiente la próxima vez que haya un día familiar y los Schmidt decidieran salir a comer afuera. Y pese a todo lo que su mente estaba reproduciendo ella sólo se atinó inútilmente a asentir con la cabeza en que decía: «Di que no, di que no». Pero ya era tarde porque sus pies sin su consentimiento estaban siguiendo a Ethan hacia la puerta del Castleton Day y mientras ella se insultaba en voz baja tomaba la mano de su hermano fuertemente esperando y rezando que todos los jóvenes que estaban contenidos en la escuela sean agradables y unidos. El morocho comenzó a hablar sobre que se podían unir juntos amuchas actividades extracurriculares como teatro o cocina, también le habló sobre que sus amigos podrían ser los de ella, en especial Julietta Morrison. Ella era la menor de los tres hermanos Morrison de Castleton, todos los conocían en especial a Smitherson Morrison el único de la familia que era lo suficientemente mayor de edad para viajar por el mundo corriendo carreras de motocicletas GP. Los Morrison en resumen son un grupo de personas iguales físicamente: altos, con un mínimo de un metro setenta y cinco, musculatura detallada y un bronceado color durazno altamente atractivo que es acompañado por un rosto de pómulos prominentes y ojos celestes gigantes; eran en pocas palabras parte del grupo Alfa de Castleton, en los que los apellidos demás poder adquisitivos destacaban apellidos como Rose, Foster, Tomlinson, y por supuesto, Schmidt. Pero claro, Jenna no tenía ni una idea que era lo que hacía su hermano cuando se iba de la casa por la tarde y jamás se lo ha peguntado porque estaba ocupada ayudando en su casa a las criadas, a sus padres, jugando con su perro o simplemente disfrutando de las hectáreas que había en su patio trasero.Melannie se revolvía incómoda en su cama, hacía por lo menos una hora que se había despertado y sólo quería que el despertador sonara fuertemente y así poder salir de su habitación sin que nadie le cuestione nada. Pero eran las cinco de la mañana y el sol apenas salía en el horizonte. Sentía que había algo que le impedía dormir, no tenía nombre, ni razón, pero su corazón le decía que ayudara a alguien, que la necesitaba y Melannie quería hacerlo, a pesar de que ella odia ayudar a la gente. Gimió y se movió de nuevo en la cama. Necesitaba salir pero no quería, Dios, que en que molesta persona se había convertido ella misma.Tomó su teléfono que reposaba debajo de la almohada y lo prendió pero la luz blanca del artefacto la cegó momentáneamente lo que hizo que lo tirara a su lado mientras se lazaba fuertemente en el colchón. El reloj marcaba las cinco y cuarenta y seis de la mañana y ella no podía simplemente hacer otra cosa que insultarse mentalmente. Y mientras eso pasaba su hermano Angus apareció por la puerta llamándola fuertemente porque Meloddie estaba teniendo un recurrente ataque de miedo. Pese a que el mundo de Melannie era ella misma como reina del universo el enterarse de que Meloddie tenía este ataque le preocupaba. Por eso se levantó corriendo mientras arrastraba su piyama de Burberry y abrió de golpe la estúpida puerta blanca con estrellitas y pegatinas animadas mirando hacia la cama rosa en la que su gemela se encontraba, tal vez le gustaba ayudar a las personas aunque eso no sea cierto, tal vez sólo le gustaba ayudar a su hermana porque era idéntica a ella, tal vez porque creía que ayudándola se ayudaría a sí misma, tal vez porque le temía a esos ataques y rezaba todas las noches porque a ella no le ocurriese, tal vez sí quería a las personas y a su gemela casi más que a su propia vida pero no quería admitirlo e inventaba excusas tontas.Los ataques de miedo de Meloddie aparecían la mayoría de veces de noche y duraban horas enteras en las cuales ella lloraba mientras abría y cerraba sus manos, era como volver al pasado y encontrarse con una bebé de ojos celeste que todas las noches quería dormir con Emilce y Xavier StepWalley, los padres adoptivos de ambas chicas. Si Melannie conocería a Jenna, también sabría cómo calmarla, porque siempre que sucedía esas cosas ella cantaba una bonita canción mientras le abrazaba la espalda hasta que despertara por completo o se volviera a dormir y desde sus papás se iban de viaje o trabajaban de tarde Melannie con Angus y sus tres hermanos más fingían que nada pasaba y seguían con sus vidas sin decírselo nunca a sus padres, jamás, era un juramento de hermanos que nadie estaba dispuesto a romper, porque para eso eran familia.Hasta las siete con diez minutos Meloddie lloró desconsoladamente y en el momento en que paró le prometió a su gemela que le contaría todo lo que había soñado, sin censura ni nada. Porque la ojiazul era débil y necesitaba alguien que la apoye y “Lannie” como la llamaba era el pilar que la sostenía. Y ciertas veces, no era suficiente.Para cuando terminaron, todos se levantaron y fueron a sus habitaciones porque necesitaban cambiarse e ir al colegio, todos los StepWalley iban a la misma secundaria con diferencia de un año cada uno, vivían en Chicago, Estados Unidos. Y a pesar de ser unidos y amables uno con otros los StepWalley son de por sí una familia fría y poco amable con los que los rodean e incluso con sus amigos pero dentro de sus puertas de madera pulida y ornamentos de cientos de dólares, son cálidos y buenos como cualquier familia de anuncios de los ochenta. Melannie, Angus y los demás tenían popularidad y egocentrismo, pero Meloddie no. Ella simplemente no podía incluso tratar mal a un animal, personal u objeto, era como un malvavisco: suave y esponjoso que derramaba muchas lágrimas por cualquier cosa y ni siquiera intentaba contestarle mal a alguien o ser rencorosa. Era la única de todos sus hermanos que prefería ayudar a los demás que a sí misma. Y por eso la mayoría de las personas que se juntaran con ella la usaban para luego burlarla en fiestas que no era invitada.—Meloddie, hoy iremos al spa con mis amigas, ¿quieres venir? —Melannie había mencionado casualmente en el receso mientras ingería una emparedado de salmón y trocitos de apio a pesar de que odiaba el salmón. Tal vez hoy era un día sorprendente porque por primera vez desde que nació quería ir al spa con su hermana, ser mimada o reírse con su gemela tranquila como cuando hacían la tarea juntas y se pintaban los cabellos de colores chillones y se ponían cientos de hebillas en sus cabezas chocolate claro. Sonrió ante el recuerdo y se apresuró a contestar cuando vio las caras de disgusto y las manos de Chelsea de doscientos dólares rogándole que dijera que no.Y eso hizo.—Lannie, yo-no es decir, creo que un spa no es lo mejor-mejor para mi… a quiero decir otra noche… digo otro día podemos ir a mojarnos en perfumes ¿sí?La cara de su hermana sólo demostraba confusión, por lo que Meloddie continuó con una gran bocanada de aire mientras sentía que los costados de su cara le sudaban.— ¡No es que diga que huelas mal! Sólo creo que podre-poder-podernos planear otro día porque hoy no me sentirse-sentirme-sentir mal… no quisiera ir hoy.Y para cuando cerró los ojos y largó el aire contenido ya no había nada en la bandeja de su almuerzo, y las amigas de su hermana se estaban levantando para irse con miradas divertidas en su rostro mientras se burlaban de su tartamudeo a la hora de inventar una excusa y se sintió tan mal que quería llorar en ese momento pero el abrazo de despedida de su Lannie y los trescientos dólares en su chaqueta de D&G con un papelito que seguramente sería un mensajito tierno y animador de su parte la hizo sentir tan pero tan bien que su represa de agua que a diario se rompía y le hacía poner ojos rosas y llenar con su nariz con mocos volvió a su altura normal sin ganas de rebalsar, no había por qué llorar, ella era una fabulosa StepWalley y podría ir a un spa con su gemela cualquier otro día sin reservación y sin avisarle a las malvadas de las chicas que se hacían pasar por amigas de Melannie.No se dio cuenta de cuánto tiempo estuvo leyendo y releyendo el pequeño trocito de papel amarillo escrito con pulmón violeta y con la bonita caligrafía, tal vez había sido unos segundos, o tal fueron horas y realmente a ella no le importaba porque todo estaba bien en su mundo y estaba segura que si tenía detención o tarea extra por llegar tarde a geografía pasaría todo el día buscando donde ubicar el papel que Lannie la había dado sin importarle otra cosa. Podría ponerlo en su casillero o en el cuaderno de mensajes especiales para levantar el ánimo.
proserpina
Re: senior class | audiciones cerradas.
Representantes: Bridgit Mendler, Shane Harper, Rosie Tupper, Dylan Minnette.
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dipper.
Re: senior class | audiciones cerradas.
Audición aceptadaaaaaa. No veo ningún problema con tu escritura, admito que me dio un poquito de miedo al principio porque sí (?) Pero escribes muy bonito. Suertepeople suck escribió: Representantes: Kylie J.; Cailin R.; Taylor H.; Barbara P.; Keegan A.; Robert S.; Sean O.; Shay M.; Dave F.; Jack H.
Escrito: buenis, no tengo un escrito muy lindo publicado para poner link así que.
- Spoiler:
Chapter Two.Una infancia y adolescencia llena de pesadillas.—Sé dónde vives Jenna —la voz proveniente de las sombras habló—, no puedo esperar encontrar el momento de tenerte frente a mí y estrujarte hasta que tu cuerpo se vuelva pálido y tu alma abandone el cuerpo.—No le hagas caso hermosura, eres fuerte y mientras yo esté para protegerte él no te tocará nunca, confía en mí. —otra sombra de claro color y con tono maternal suave se posó frente a el espectro tenebroso transmitiendo seguridad al pequeño cuerpo de la niñita.—Gracia querida, estás muerta, ¿crees que eres acaso capaz de hacer algo?Y ella sabía que era cierto, era una sombra, sólo un haz de luz que actuaba como capa protectora de Jenna, pero eso solo duraría cuando la maldición de Saghanna tengo efecto, cuando las hermanas se reúnan y sus poderes florezcan. Mientras que eso no pase la castaña estaba segura con Gracia, podría ser un halo de claridad pero eso era suficiente para que nadie tocase a la joven, ni siquiera él. De pronto el humo claro se transformó en una figura de mujer con cabellos rubios y tan blanca como la nieve, pero antes de que pudiera hablar la oscuridad del lugar la cubrió, sofocándola, quería salir, escapar, y llegar hacia algún lado pero mientras más lucha imponía más dolor conseguía para su cuerpo, sentía ardor, como si fueran llamaradas en toda su existencia quemándola y destruyéndola. Y el pequeño ser que estaba observando toda la escena con horror comenzó a sentir pena por la mujer y corrió hacia ella rodeándola con sus brazos.— ¡Para por favor! —gritó.—Jenna, cariño despierta. —Louise estaba intentado despertar a la joven para desayunar zarandeándola un par de veces—. Hay que llamar a la artillería pesada, —puso sus manos a los lados de su cintura como si fuera una taza de té con dos azas—. Que conste que fue porque no había de otra.Otro intento fallido, la castaña seguía dormida con mitad de cuerpo perdido entre las sábanas con una leve expresión de susto en su rostro. Pero claro, Louise no lo notó en absoluto porque estaba ocupada gritándole a su hijo Ethan que se acercara a la habitación. Y el chico entró a la habitación en cuestión de minutos con crema de afeitar en su barbilla, sin la camisilla azul de su piyama mostrando su musculatura trabajada durante más de dieciocho meses en un gimnasio y se le notaba el elástico naranja que hacía un perfecto contraste con su piel morena y apenas un tenue color dorado del verano pasado. Rió al ver a su madre intentando mover a su hermana de la cama. Y luego giró para notar la expresión de Jenna y cómo apretaba las sábanas entendiendo todo.— ¿Me ayudas cariño? ¿Sí? —sonó más como una orden con voz de súplica.Ethan sacó las sábanas haciéndolas a un lado y tomó los brazos de Jenna tirándolos a sus hombros trabajados mientras que con sus manos intentaban colocar cada pierna de la chica a los costados de su cintura. Pasaron segundos para que Jenna junto a su pelo todo enmarañado se fundiera contra el cuerpo de su hermano y Ethan contuvo el aire. Similar a un bebé koala abrazando a su madre Jenna viajó al baño para mojarle la cara y lograr que se despertara, era lo único que lograba hacerlo, más cuando tenía sueños o pesadillas.Al llegar al lavamanos la ojiverde fue bajada muy despacio hacia el suelo haciendo que sintiera de repente el frío intenso de los azulejos debajo de sus pies desnudos y agua tibia en su rostro, y sus lágrimas se fundieron con el líquido. Y ella notó que estaba despierta todo era un pesadilla habitual, solo un mal sueño, nada de eso era real, ni los mensajes, ni las muertes, nada, y así tenía que quedarse, como una simple mala jugada de su mente.—Buenos días hermosa. —Ethan susurró besando su fría mejilla izquierda oyendo como la respiración errática a causa del llanto y la mucosidad era más fuerte que el sonido del agua saliendo del grifo. Sabía exactamente cómo debía tratar a la joven en momentos así, usualmente escenas como estás son generadas por pesadillas las cuales jamás le cuenta y suelen pasarle de tres a cinco veces en un mes. El único que sabía del problema con su hermana era él, ni sus padres ni sus amigos, él y su psicólogo. Sí, lo descubrió la primera vez a los siente años y cuando el Dr. Ramírez intentó hablar sobre el problema escolar del chico este lo evadió completamente, el tema sobre el acoso de ese día no era tan importante. Fue directamente a preguntarle a que se debía el comportamiento de su hermana, y que por favor, no le cuente nada de eso a sus padres.—Anda, ve a cambiarte.Y como si de un perro se tratase la chica obedeció sin chistar apenas el baño había quedado solo, bastó entrar en la habitación e ir al mirar su despertador y notar la fecha que era, primer día de escuela. Aunque no lo pereciese en el estado en que se encontraba estaba muy emocionada, iba a salir de la casa, y aunque fuera a la escuela sería suficiente. Sin embargo había un problema, con su pesadilla de hoy se sentía asustada y con ganas de casi arrepentirse y comenzar el año próximo la escuela. Pensaba en que era posible que al cruzar la calle una grieta se abriera en el pavimento y una mano gigante la arrastrara hasta allí o que haría dos pasos y un asesino se la chocara y enojado la termine matando. Luego se odió a si misma por su imaginación extremista. Jenna había visto, recortado, guardado y decorado toda clase de fotos del mundo una y mil veces, desde que cumplió los cuatro años ha querido salir, pero algo siempre la había detenido, no sabía lo que era, simplemente sentía como si una fuerza invisible le advertía e impedía que sus pies tocasen el cemento de la acera, tal vez era por la importancia que le daba a los sueños aunque no lo admítase. No sabía con certeza la razón por la cual pensaba en eso, inclusive jamás lo había conversado con nadie como para obtener una respuesta. Caminó hacia el ropero y se alistó con la falda del colegio y el blazer color avena con cuadros rojos y azules con una remera descolorida de Ethan con el logo del colegio y sus recién lavadas Vans negras.Pasó por el baño, se miró en el espejo mientras cepilló su cabello que aparecía nido de ratas. Si bien el día no había comenzado como ella esperase no pretendía que una de sus pesadillas le arruinara el día, porque no ha estado lidiando con ellas desde los cinco años, ya aprende a ignorarlas o a fingirlas. Con su cámara instantánea se sacó una foto y corrió por el pasillo que conectaba su recamara con el baño, llegó a él juntando algunas chinches para poner su foto junto a las otras en su pared forrada con corcho color beige y un bonito empapelado de flores, le escribió alguna frese boba como: «First Day Official»Satisfecha con el resultado, volvió al baño y lavó su cara, sus dientes, cepilló su cabello dos veces más bajando hacia la planta baja de la casa, encontrando a sus padres adoptivos desayunando junto a su hermano, el cual no quiso mirar a los ojos hasta que el recuerdo de su pesadilla aparezca superado, por lo que se sentó en una de las sillas de pino de la cocina mientras su pequeño cachorro de Golden Retriever le daba la bienvenida, el aire olía a huevos, carne, cereales y leche y eso la tranquilizaba de alguna manera, porque la hacía sentir en familia.Pero el término “familia” ella no lo tenía en claro de pequeña, pues solía pensar en la familia como una casa con tus padres biológicos queriéndote y sin embargo se dio cuenta que no necesitaban ser biológicos para brindarte amor y eso es lo que amaba de Louise y Burhaan. Sus padres le revelaron la verdad, ella era adoptada y sorprendentemente a la –en aquel entonces– niña de unos tiernos doce años no le afectó como esperaba la pareja, de hecho la pequeña solo agradecía entre lágrimas por haber sido adoptada sabiendo lo mucho que los huérfanos anhelan una familia y tener una como la que ella tenía era un sueño.—Buenos días preciosa ¿había mucha duda en el atuendo o el maquillaje?—Mencionó burlonamente un ojimiel con una sonrisa mientras abrazaba a la cintura de Jenna, no disponía de energía como para levantarse de la silla y saludarla correctamente.—Já, que gracia Ethan. ¿Tú siquiera cambiaste tu ropa interior? —Jenna rió fuertemente robando bacon de la mesa—Por cierto, buenos días. Y lamento la tardanza, yo no encontraba mis zapatillas.Burhaan se echó a reír mientras leía uno de los diarios más conocidos de Castleton, con su voz rasposa, Burhaan le preguntó a su esposa si recordaba el primer día de escuela de su hijo. Había sido una locura de emociones y ahora era un hermoso recuerdo.—Recuerdos. —Louise sonrió— Le arrojé un vaso lleno de agua, con hielo y todo, supongo que eso provocó el humor de los mil demonios que tenía ese día, ¿o acaso me equivoco Francis?—Jenna casi se atragantó con su sándwich de bacon y huevo al tomarle desprevenida una risa espontánea, siempre, se reiría del segundo nombre de su hermano. No sabía por qué el chico lo detestaba a ella le parecía sumamente tierno, pero para Ethan era como tocarle su talón de Aquiles.Ethan odiaba el Francis, puesto que sus padres cuando decidían tomarle el pelo o regañarlo, lo llamaban así. Una vez cuando su madre fue al colegio por una llamada de la directora avisándole que su hijo había sido golpeado por otro compañero, le llamó por su nombre completo, y por supuesto, sus compañeros que habían oído aquel nombre, comenzaron a burlarse de él toda la primaria que hacía él se encerrara en el baño a llorar con la esperanza que la hora de receso termine lo más rápido posible, hasta que Scott Johnson se fue de la escuela, y por ende, sus burlas.—Hijo, hey ¿estás escuchando? —Louise colocó una mano en el rostro de su hijo a lo que solo él asintió sin saber de lo que hablaba su madre.Ethan salió de la cocina buscando su teléfono y mochila Nike que estaba junta a la mochila de su hermana en uno de los sillones de cuero colorado, también tomó la campera de Castleton Day y las llaves de su moto que reposaban en una mesa ratona del living mientras Jenna abría la puerta del garaje y salía por ahí buscando a «Shelley», la moto de su hermano. Jenna comenzaba a pensar en que quería seguir comiendo su emparedado y no saliendo a buscar a una estúpida motocicleta. Luego de tener la puerta de garaje subida, la ojiverde volvió por sus cosas preguntándose por qué no iban en alguno de los dos Audi de su padre o en el BMW de su madre en vez de una Harley Davidson con más años que ella. Agarró su bolsa de libros y subió a la motocicleta del pelinegro, él se puso el casco y ella lo imitó, aferrándose a la cintura del moreno pegando su cabeza a la espalda de este haciendo que un exquisito aroma de su perfume Blue por Chanel más el aroma de su piel se metiera en su nariz. Ese olor que solo era característico de él, lo que emanaba decía Ethan Schmidt todos lados.Pasaron por las calles de Castleton con el sol apenas amaneciendo, era tan hermoso, y lo mejor no era solo eso, había una plaza a unas cuantas calles de la casa, ese podría ser un buen lugar para pasar la tarde. La escuela no se quedaba atrás, de seguro nadie aprecia el gran patio que hay detrás de ella, con tanto verde y longitud lo suficientemente grande como para correr sin molestar a nadie, la verdad que es dichoso campo era casi un cuarto de lo que era el instituto en sí, tantas salas, con tantas personas, la chica tironeó de tal forma el brazo de su hermano que el morocho casi no logra aparar su motocicleta correctamente. Simplemente era euforia, una gran euforia por entrar y tener clases, y aprender y hacer amigos y bueno, ya sabes, lo típico.Pero ese era el problema, ella no era típica y su vida –aunque forzosamente se intente por lo contrario– tampoco lo es, en segundos próximos el mundo podrá odiar, querer e incluso idolatrar a una persona más como Jenna Schmidt-Brannan, la pregunta es… ¿ella está preparada para todo esto?El palo en la rueda era, que sin que lo quisiera admitir completamente, el morocho no quería que su chica especial conozca a los otros peces del mar, por lo menos hasta estar seguro de que ella lo quería tanto cómo él a ella.Pero eso era casi imposible por la burbuja en la que había sido criada. Una en la cual no había nada más que historias de sus padres del cómo eran los adolescentes en la época en que ellos vivían. Así que en otras palabras, esperaba que los jóvenes con los que se topase usaran los uniformes para vestirse y no mostrar piel, que sean chicas tímidas y chicos con ego un poco alto, que los maestros no sean gritones, y que por favor no haya chicas plásticas corriendo de un lado al otro con sus zapatos caros haciendo juego con sus bolsos o mostrando su ropa interior de marca como en libros adolescentes o películas que pasaban por HBO. Sin embargo al entrar no causaría un choque en las vidas de los jóvenes de Castleton Day, es decir, era una chica normal, con un estilo corriente, cabello rebelde, era adoptada y tenía muchísimo dinero, ¿había algo más común que eso? Esperemos que no.—Ethan, tengo miedo. —Jenna se frenó ante la puerta de bachillerato mientras el frío de la madrugada por primera vez penetró a sus huesos y levantó todas las finas hebras de sus brazos y nuca, dejándolas en punta.Ethan rió con gracia mientras tomaba en mentón de su hermana y le besaba la frente con devoción cerrando los ojos al momento en que sus labios tocaron la cálida piel de Jenna. No dijo absolutamente nada, sólo tomó de su brazo y la sentó en uno de los bancos impolutos que reposaban a metros de la entrada de la institución mientras él se ubicaba entre sus piernas intentando pensar en lo que se reflejaba en sus ojos. Él sabía que se sentía insegura por todo, por las clases, los alumnos, los maestros, las actividades extracurriculares, o por el miedo de pasar todas sus clases sin conocer a nadie. — ¿Sabes que eso es ridículo? Jenna, haz estado prácticamente toda tu vida esperando ir al colegio, conocer a tus propios amigos y simplemente no puedes echarte atrás. Julietta te estuvo enseñando bastante bien la mayoría de las cosas que en Castleton Day se ha dado, estás preparada, además tu estilo es el mejor que he visto, con tu simpleza y mi remera la cual no recuerdo prestarte pero aun así te queda hermosa.Jenna rió y se tiró sobre Ethan besándole la mejilla sonoramente mientras murmuraba a su oído cuanto lo quería. Ya estaba decidida, no importaba si en sus clases no estaba Ethan o si los profesores eran demasiado estrictos, no, ya no importaba, estaba ahí y nada la iba a detener. Por eso se levantó rápidamente del suelo pero una punzada golpeó su cabeza tan pero tan fuerte que tuvo que sostenerse de alguien para no caerse al suelo y ahí, su mente le mostró recuerdos horrendos de sombras y sus oídos creyeron oír gritar a muchas personas en busca de ayuda mientras se quemaban vivas y para cuando el recuerdo desapareció, las mejillas de Jenna estaban mojadas en largos surcos de agua salada que caían hasta el concreto del suelo. Ahora era probable que su maquillaje esté destruido, sus ojos vuelvan a ser normales, sin sombras oscuras o máscara para pestañas extra largas o que su nariz esté llena de mucosidad. Y entonces, entonces se dijo a sí misma lo débil que era, lo penoso que era llorar en público por un mal sueño y de dio cuenta de que era demasiado débil aún para enfrentar todo lo que suponía ser un adolescente, así que comenzó a murmurar: “No puedo, no puedo hacerlo, soy débil y quiero volver a casa” pero para cuando Ethan intentó frenarla y todo lo que consiguió fue que ella tuviera un ataque de pánico y comenzara a repetir la frase cada vez más y más fuerte.Algunas personas se giraron para ver el suceso pero el joven ni ella lo notaron, pues las lágrimas y susurros de Jenna era más importante que cualquier cosa, odiaba verla mal y no poder saber por qué estaba así sin poder ayudarla. Hasta que de la nada las lágrimas dejaron de correr y su boca se cerró, dentro de Jenna había una melodía dulce que se reproducía sin cesar con letras amorosas cantadas por una voz femenina y maternal.“Puellae non clamabit, et lux illuminat obvia umbrae relinquuntur.Quae non clamabitis nec tantum sentire.Quisque purus amat animam tuam et spera saluari.Quae non est solus, et non clamavit omnis sperans.”No tenía mucho sentido, pero para la castaña fue suficiente para que vuelva a ser la misma, más calma y sin rastro de haber llorado sentándose nuevamente en el banco y mirando a su hermano con miedo, miedo de que se aleje de ella y sólo le ayude a volver a su casa y encerrarla dentro hasta que cumpla cincuenta años.—Supongo que no vas a hacer mención de nada de lo que acaba de pasar, ¿no? —Ethan cuestionó sentándose en el banco también poniendo una de sus manos en la rodilla de su hermana con cautela pero con amor. Jenna negó apenada mientras se refugiaba en los brazos de su hermano. Jamás hablaba sobre sus ataques o pesadillas, nunca, sólo evitaba el contacto visual por unos minutos y luego pedía un abrazo sin hablar.—Sólo olvidemos este suceso, supongo que tenías razón, no estoy lista, podemos volver a casa y devolverte la remera y las cincuenta libras a mamá y papá de la apuesta. —Se levantó y alisó su falda y tomó su bolso y la mano de Ethan sin mirarlo.—Jenna, no volveremos a casa y tampoco devolverás el dinero, lo usarás para pagar toda la comida que ingieras hoy —tomó una pausa— por favor camina junto a mi hasta que te sientas tranquila y sepas que eres capaz de manejarte por ti sola.La castaña sólo quería correr y cubrirse con su manta azul francia mientras ideaba un buen plan para mostrarse decidida y valiente la próxima vez que haya un día familiar y los Schmidt decidieran salir a comer afuera. Y pese a todo lo que su mente estaba reproduciendo ella sólo se atinó inútilmente a asentir con la cabeza en que decía: «Di que no, di que no». Pero ya era tarde porque sus pies sin su consentimiento estaban siguiendo a Ethan hacia la puerta del Castleton Day y mientras ella se insultaba en voz baja tomaba la mano de su hermano fuertemente esperando y rezando que todos los jóvenes que estaban contenidos en la escuela sean agradables y unidos. El morocho comenzó a hablar sobre que se podían unir juntos amuchas actividades extracurriculares como teatro o cocina, también le habló sobre que sus amigos podrían ser los de ella, en especial Julietta Morrison. Ella era la menor de los tres hermanos Morrison de Castleton, todos los conocían en especial a Smitherson Morrison el único de la familia que era lo suficientemente mayor de edad para viajar por el mundo corriendo carreras de motocicletas GP. Los Morrison en resumen son un grupo de personas iguales físicamente: altos, con un mínimo de un metro setenta y cinco, musculatura detallada y un bronceado color durazno altamente atractivo que es acompañado por un rosto de pómulos prominentes y ojos celestes gigantes; eran en pocas palabras parte del grupo Alfa de Castleton, en los que los apellidos demás poder adquisitivos destacaban apellidos como Rose, Foster, Tomlinson, y por supuesto, Schmidt. Pero claro, Jenna no tenía ni una idea que era lo que hacía su hermano cuando se iba de la casa por la tarde y jamás se lo ha peguntado porque estaba ocupada ayudando en su casa a las criadas, a sus padres, jugando con su perro o simplemente disfrutando de las hectáreas que había en su patio trasero.Melannie se revolvía incómoda en su cama, hacía por lo menos una hora que se había despertado y sólo quería que el despertador sonara fuertemente y así poder salir de su habitación sin que nadie le cuestione nada. Pero eran las cinco de la mañana y el sol apenas salía en el horizonte. Sentía que había algo que le impedía dormir, no tenía nombre, ni razón, pero su corazón le decía que ayudara a alguien, que la necesitaba y Melannie quería hacerlo, a pesar de que ella odia ayudar a la gente. Gimió y se movió de nuevo en la cama. Necesitaba salir pero no quería, Dios, que en que molesta persona se había convertido ella misma.Tomó su teléfono que reposaba debajo de la almohada y lo prendió pero la luz blanca del artefacto la cegó momentáneamente lo que hizo que lo tirara a su lado mientras se lazaba fuertemente en el colchón. El reloj marcaba las cinco y cuarenta y seis de la mañana y ella no podía simplemente hacer otra cosa que insultarse mentalmente. Y mientras eso pasaba su hermano Angus apareció por la puerta llamándola fuertemente porque Meloddie estaba teniendo un recurrente ataque de miedo. Pese a que el mundo de Melannie era ella misma como reina del universo el enterarse de que Meloddie tenía este ataque le preocupaba. Por eso se levantó corriendo mientras arrastraba su piyama de Burberry y abrió de golpe la estúpida puerta blanca con estrellitas y pegatinas animadas mirando hacia la cama rosa en la que su gemela se encontraba, tal vez le gustaba ayudar a las personas aunque eso no sea cierto, tal vez sólo le gustaba ayudar a su hermana porque era idéntica a ella, tal vez porque creía que ayudándola se ayudaría a sí misma, tal vez porque le temía a esos ataques y rezaba todas las noches porque a ella no le ocurriese, tal vez sí quería a las personas y a su gemela casi más que a su propia vida pero no quería admitirlo e inventaba excusas tontas.Los ataques de miedo de Meloddie aparecían la mayoría de veces de noche y duraban horas enteras en las cuales ella lloraba mientras abría y cerraba sus manos, era como volver al pasado y encontrarse con una bebé de ojos celeste que todas las noches quería dormir con Emilce y Xavier StepWalley, los padres adoptivos de ambas chicas. Si Melannie conocería a Jenna, también sabría cómo calmarla, porque siempre que sucedía esas cosas ella cantaba una bonita canción mientras le abrazaba la espalda hasta que despertara por completo o se volviera a dormir y desde sus papás se iban de viaje o trabajaban de tarde Melannie con Angus y sus tres hermanos más fingían que nada pasaba y seguían con sus vidas sin decírselo nunca a sus padres, jamás, era un juramento de hermanos que nadie estaba dispuesto a romper, porque para eso eran familia.Hasta las siete con diez minutos Meloddie lloró desconsoladamente y en el momento en que paró le prometió a su gemela que le contaría todo lo que había soñado, sin censura ni nada. Porque la ojiazul era débil y necesitaba alguien que la apoye y “Lannie” como la llamaba era el pilar que la sostenía. Y ciertas veces, no era suficiente.Para cuando terminaron, todos se levantaron y fueron a sus habitaciones porque necesitaban cambiarse e ir al colegio, todos los StepWalley iban a la misma secundaria con diferencia de un año cada uno, vivían en Chicago, Estados Unidos. Y a pesar de ser unidos y amables uno con otros los StepWalley son de por sí una familia fría y poco amable con los que los rodean e incluso con sus amigos pero dentro de sus puertas de madera pulida y ornamentos de cientos de dólares, son cálidos y buenos como cualquier familia de anuncios de los ochenta. Melannie, Angus y los demás tenían popularidad y egocentrismo, pero Meloddie no. Ella simplemente no podía incluso tratar mal a un animal, personal u objeto, era como un malvavisco: suave y esponjoso que derramaba muchas lágrimas por cualquier cosa y ni siquiera intentaba contestarle mal a alguien o ser rencorosa. Era la única de todos sus hermanos que prefería ayudar a los demás que a sí misma. Y por eso la mayoría de las personas que se juntaran con ella la usaban para luego burlarla en fiestas que no era invitada.—Meloddie, hoy iremos al spa con mis amigas, ¿quieres venir? —Melannie había mencionado casualmente en el receso mientras ingería una emparedado de salmón y trocitos de apio a pesar de que odiaba el salmón. Tal vez hoy era un día sorprendente porque por primera vez desde que nació quería ir al spa con su hermana, ser mimada o reírse con su gemela tranquila como cuando hacían la tarea juntas y se pintaban los cabellos de colores chillones y se ponían cientos de hebillas en sus cabezas chocolate claro. Sonrió ante el recuerdo y se apresuró a contestar cuando vio las caras de disgusto y las manos de Chelsea de doscientos dólares rogándole que dijera que no.Y eso hizo.—Lannie, yo-no es decir, creo que un spa no es lo mejor-mejor para mi… a quiero decir otra noche… digo otro día podemos ir a mojarnos en perfumes ¿sí?La cara de su hermana sólo demostraba confusión, por lo que Meloddie continuó con una gran bocanada de aire mientras sentía que los costados de su cara le sudaban.— ¡No es que diga que huelas mal! Sólo creo que podre-poder-podernos planear otro día porque hoy no me sentirse-sentirme-sentir mal… no quisiera ir hoy.Y para cuando cerró los ojos y largó el aire contenido ya no había nada en la bandeja de su almuerzo, y las amigas de su hermana se estaban levantando para irse con miradas divertidas en su rostro mientras se burlaban de su tartamudeo a la hora de inventar una excusa y se sintió tan mal que quería llorar en ese momento pero el abrazo de despedida de su Lannie y los trescientos dólares en su chaqueta de D&G con un papelito que seguramente sería un mensajito tierno y animador de su parte la hizo sentir tan pero tan bien que su represa de agua que a diario se rompía y le hacía poner ojos rosas y llenar con su nariz con mocos volvió a su altura normal sin ganas de rebalsar, no había por qué llorar, ella era una fabulosa StepWalley y podría ir a un spa con su gemela cualquier otro día sin reservación y sin avisarle a las malvadas de las chicas que se hacían pasar por amigas de Melannie.No se dio cuenta de cuánto tiempo estuvo leyendo y releyendo el pequeño trocito de papel amarillo escrito con pulmón violeta y con la bonita caligrafía, tal vez había sido unos segundos, o tal fueron horas y realmente a ella no le importaba porque todo estaba bien en su mundo y estaba segura que si tenía detención o tarea extra por llegar tarde a geografía pasaría todo el día buscando donde ubicar el papel que Lannie la había dado sin importarle otra cosa. Podría ponerlo en su casillero o en el cuaderno de mensajes especiales para levantar el ánimo.
zuko.
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