Never Ever Red Dress. Zayn Malik y tú.

.zara. escribió:ayy, me enamoré de su casa  y ya quiero el 2do capitulo pls n.n lo espero
besoos

Pronto lo subo, besitos for you   :toosexy:

Hola!! Me encanto el primer cap!! y la sinopsis espectacular..!!!
Espero y subas PRONTO!!
Acá tienes una nueva lectora!!! :3
Mi nombre es Milagros soy de Argentina tengo 15 años :3 pero muy pronto 16 para ser exactos el 26 es mi cumpleaños :3
Bueno emm SIGUELA!!!
PD: si necesitas chicas solo dime ;D

Mili Styles escribió:Hola!! Me encanto el primer cap!! y la sinopsis espectacular..!!!
Espero y subas PRONTO!!
Acá tienes una nueva lectora!!! :3
Mi nombre es Milagros soy de Argentina tengo 15 años :3 pero muy pronto 16 para ser exactos el 26 es mi cumpleaños :3
Bueno emm SIGUELA!!!
PD: si necesitas chicas solo dime ;D

Bienvenida Milagros, puedo llamarte Mili?
Un placer que estés aquí!
Pronto la seguiré, un beso.
(y por si se me olvida, feliz cumpleaños por adelantado )

Esa noche tardé en dormirme. Primero porque era la primera noche allí y no estaba acostumbrada. Y segundo porque no paraba de pensar qué haría al empezar las clases.
¿Por qué tenía que ser todo tan difícil? ¿Tan mal había hecho las cosas? No, definitivamente, esto no es culpa mía.
 
Me desperté por culpa de unos ruidos fuertes en el piso de abajo.
 
-¿Pero qué…? –me senté en la cama despeinada y adormilada.
 
Fui al baño, me lavé la cara y bajé a ver qué eran esos ruidos. En la sala había una aspiradora, varios paños y un cubo con agua. Me acerqué a la cocina al reconocer la voz de mi madre desde allí.
 
-Mamá, ¿qué eran…? –me interrumpí a mí misma al ver a mi madre hablando con otra señora –Lo siento. –me disculpé mirando a la mujer.
-No pasa nada señorita. –respondió ella educadamente.
 
Espera, ¿me había llamado señorita? Qué extraño.
 
-___, hija, quiero presentarte a Candy. Ella es la que cuidará la limpieza de la casa, nos hará la comida y atenderá nuestras necesidades. –mi boca se abrió ligeramente. ¿Teníamos una sirvienta?
-A su servicio señorita ___. –me sonrió dulcemente. Creo que esta mujer será un gran apoyo para mí en la soledad de esta casa.
-Gracias… Candy. –añadí recordando su nombre. Ella me sonrió y salió para seguir con sus tareas –Mamá, sólo queda una semana para que empiece el colegio, necesito salir de compras para tener ya lo que necesito.
-Claro hija, le diré a tu padre que avise a Bill para que te lleve a donde quieras. Oh, ¡y vete a vestirte ___! –me dijo saliendo de la cocina.
-¿Quién es Bill? –grité para que me oyera.
-¡El chofer! –exclamó de la misma manera.
 
¿Tenemos chofer? Sirvienta, chofer… ¿Qué está pasando en mi familia? ¡Sólo nos falta guardaespaldas! Reí por mi comentario y me senté a desayunar.
 
A los cinco minutos Candy entró en la cocina y me vio sentada comiendo una tostada con un vaso de zumo.
 
-Oh, señorita ___, podría haberme avisado y yo misma le prepararía el desayuno. –se ofreció angustiada.
-Por favor Candy, tranquila. Ya tiene usted bastante con sus tareas de limpieza como para que yo la llame para prepararme una tostada. –le sonreí.
-Qué amable por su parte señorita. –me agradeció.
-Mire Candy, yo no sé dónde habrá trabajado antes o con quién, pero yo no soy una niña de esas estúpidas que se creen lo mejor por tener sirvienta y no saben valerse por sí mismas. Nunca la he tenido, sé hacer mis cosas.
-Es usted una joven muy inteligente y muy buena, además de guapa, señorita. –me contestó ella.
-Muchas gracias Candy, pero, por favor, llámeme ___. Señorita suena como si fuera rica y creída, y no lo soy. –reí levemente y ella rió conmigo.
-Usted me agrada, ___. Me agrada mucho. Estoy encantada de tener que trabajar para su familia y ya sabe que puede pedirme lo que sea, estoy a su disposición. Si me disculpa, seguiré con la limpieza. Luego sólo deje las cosas en el mesado y yo las lavaré. –me sonrió antes de salir.
-Está bien. –contesté –¡Candy!
-¿Sí? –se paró.
-¿Dónde se supone que van a dormir usted y Bill? –pregunté.
-En el pequeño apartamento redondo que hay fuera, a la entrada. –me respondió sonriente.
 
Es algo que me encanta de esta mujer, siempre con una sonrisa.
 
-¿Juntos? –añadí curiosa.
-Sí. Oh, verá, Bill es mi hijo, no creo que nos resulte muy problemático dormir en el mismo apartamento. –rió suavemente.
-¡Ah! Claro, no lo sabía. –le contesté riendo también.
 
Ella me sonrió de nuevo y salió hacia el salón. Acabé mi desayuno, dejé el plato y el vaso al lado del fregadero y subí a mi habitación a vestirme para pedirle a ese tal Bill, aún no me acostumbro a decir “chofer”, que me llevara al centro.
 
Me puse esto y bajé.
 
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Me despedí de Candy quién estaba fregando los platos y salí. Fuera encontré a mi madre hablando con mi padre y un hombre con un traje negro, suponía que era Bill. Cuando me acerqué observé que el tal Bill era un chico de unos 25 años más o menos, había calculado que Candy tenía sobre unos 50. Era bastante guapo y fuerte, moreno y con los rasgos bien marcados.
 
-___, justo acabo de decirles a tu padre y a Bill que querías ir al centro comercial.
-Hija, buenos días. –mi padre se acercó y me dio un beso en la sien –Te presento a Bill, él será nuestro chofer y también velará por la seguridad de la casa.
-Oh, increíble. Encantada Bill. –le sonreí y él me devolvió el gesto.
-Lo mismo digo señorita ___. ¿Está lista para marchar ya? –asentí y me hizo una señal para que le siguiera hasta el coche. Y madre mía qué coche, si se puede llamar coche a esto…
 
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Me abrió la puerta y le agradecí con un gesto.
A lo mejor esto no era tan malo como yo pensé…

con que un chiquillo de 25 curioso... ah adghj me encantó cap, debes subir otro. besos

Ame el capitulo....Siguela...Con que Bill tiene 25 o menos

Pilar Styles Horan escribió:Que genial!! esta hermosa!
que valiente la rayis, bajo a ver que eran los ruidos, yo no me atrevería! me taparía hasta el cuello y esperaría que alguien subiera!
Candy es tan tierna! me agrada!
ya quiero que empiecen las clases!
tienes que seguirla pero ya!! 
muero por sabes que pasa!
síguela pronto:))
besos

Gracias linda ♥
Sí la rayita es toda una valiente wajajaja
Subiré ahora uno por vosotras y ya veréis que sorpresitas jeje, besos!

.zara. escribió:con que un chiquillo de 25 curioso... ah adghj me encantó  cap, debes subir otro. besos

¿Verdad? 
Ahora intentaré subir, besitos

Invitado escribió:Ame el capitulo....Siguela...Con que Bill tiene 25 o menos

Jeje exacto, gracias ahora la seguiré

Leslie Tomlinson escribió:Uh, yo me hubiera asustado con los ruidos de abajo xD
Soy muy asustona xD
Uhhh tienen chofer   Y que carro.
¿Que le ha pasado a la vida de rayis?
Bueno ammm.....Debes seguirla Gabe<3
Me encanta!
Besos xx:)

Tendré en cuenta que eres asustona para más adelante 
Su vida ha cambiado y ella tendrá que cambiar también, pronto verás!
Besos xx

xàquera escribió:Qué suerte tiene la Rayis! Sirvienta, chófer... Parece u nsueño hecho realidad... Me gusta su nueva vida ;) Síguela pronto!

Yo también quisiera una vida así eh...
Pronto subo hermosa!

Llegué a casa y le enseñé a mi madre la ropa y el par de zapatos que había comprado.
 
-¿No te has comprado ninguna mochila? –me preguntó.
-No, pensaba llevar la del año pasado. ¿Por qué?
-Me enteré de que en ese colegio tienen taquillas, entonces no vas a necesitar una mochila tan grande como la que tienes porque no necesitas llevar tantos libros.
-Jo, podías habérmelo dicho antes mami…
-No, porque ya te compré yo una. –buscó en el vestidor de su habitación y sacó un paquetito envuelto en papel verde –Toma hija, espero que te guste.

-¡Mamá, es preciosa! –sonreí y la abracé.

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PI-PIPI-PI-PIPI-PI-PIPI-PI-PIPI-PI-PIPI

Me giré sobre mí misma en la cama y apagué el despertador. 7:00 a.m. Recordé todo. Oh dios, era lunes; había llegado el indeseable y asqueroso lunes. Era mi primer día de clase… De repente me puse tan nerviosa que sentí ganas de vomitar.
Me levanté lentamente y fui a darme una ducha, dejé que mi pelo se secara sólo y me vestí. Quería intentar causar buena impresión.

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Mientras bajaba a tomar el desayuno que Candy ya me había preparado, me miré en un espejo y pensé en cómo la gente podía notar que yo era una “nerd”. Tenía buen gusto para vestirme, llevaba mi cabello castaño peinado y liso hasta un poco más abajo de mis pechos, no usaba gafas y me echaba rímel para destacar más mis ojos color miel. ¿Qué tenía de malo?
Me senté en la mesa perdida en mis pensamientos cuando la dulce voz de Candy me sacó de ellos.
 
-___, está usted muy guapa hoy. –me sonrió peinándome el pelo por detrás.
-Muchas gracias Candy, ojalá me vaya todo bien. –le dije sonriendo con pena.
 
En una semana le había cogido muchísimo cariño. Cuando me encontró llorando en mi cuarto le confesé todo lo que me había pasado en mis anteriores institutos. Ella era la única que lo sabía y no se lo había contado a mis padres, como yo le pedí, así que confiaba en ella.
Cuando terminé, me levanté, cogí mi mochila y me despedí de ella.
 
-Le deseo la mejor de las suertes, pequeña. –me dio un corto abrazó que yo agradecí mucho.
 
Salí y me dirigí al coche donde me esperaba Bill para abrirme la puerta.
 
-¿Y mis padres? –pregunté.
-Los señores me pidieron que los llevase a la oficina del jefe de su padre hace media hora, señorita. –me contestó abriendo la puerta.

Yo asentí sonriendo con tristeza y entré. Me dolía que mis padres no estuviesen conmigo para desearme suerte en mi primer día de clase.
Llegamos al instituto, era enorme. Entré en pánico y mis piernas se paralizaron.
Bill bajó y me abrió la puerta.
 
-Ya estamos señorita, mucha suerte. –me sonrió amablemente.
-Gracias Bill, nos vemos luego.
 
Bajé con valentía y me dispuse a entrar en el edificio con la cabeza baja.
Fui hasta dirección y me presenté al director Grahams, éste me pidió que esperara un momento en su despacho y así lo hice. Oí el timbre sonar y eso anunciaba que las clases estaban empezando, por tanto yo tendría que entrar después. “Genial, para llamar poco la atención”, pensé.
El director volvió y me dijo que me acompañaría a mi clase. Tocó la puerta y al abrirla toda la clase se quedó en silencio. Mis nervios eran más grandes que nunca.
 
-Disculpe profesor Johnson, traigo una alumna nueva. –anunció él.
-Claro, pase. –contestó el profesor.
-Bien, alumnos, esta es ___ Miller. Ella es nueva en este instituto así que espero que la recibáis como debe ser y que le mostréis el buen nivel que aquí tenemos. Pasa ___.

Me temblaron las piernas cuando di el primer paso hacia dentro de la clase, levanté la vista lentamente y todos me miraban de arriba abajo. Estaba cada vez más nerviosa.
 
-Di algo mujer, no vamos a comerte. –me dijo alegre el profesor.
-¡Hable por usted! –exclamó un chico de ojos azules mirándome fijamente mientras los demás reían.
-Tomlinson, cállate. –le reprendió el profesor. Luego me miró como invitándome a hablar.
-Mmh… Bueno, pues… Soy ___ Miller y tengo 18 años. Vengo de Wembley aunque nací en Londres, debido al trabajo de mi padre me he mudado muchas veces y bueno, espero que aquí por fin me vaya bien. –acabé mirando al suelo.
-Eso debe de ser porque eres una patética nerd. –levanté la vista de nuevo para ver a una chica rubia de ojos azules mirándome fríamente y sonriendo triunfante mientras otras dos rubias se reían.
-Jessica Murphy, en la hora del recreo a mi despacho. –le dijo el director muy serio –Ah, y vosotras dos, tampoco os libráis. –dijo de nuevo mirando a las otras dos rubias, quienes luego me enteré que se llamaban Claudia Bennett y Dorothy Sanders, y que eran como las perritas falderas de Jessica. Creo que aquí tampoco me libraría de los problemas.
 
El director se fue y el profesor Johnson se acercó a mí.
 
-Bueno ___, por orden alfabético tendrás que sentarte al lado de… -miró su lista de alumnos y anunció –Malik, Zayn Malik. Así que Jessica, lo siento, tendrás que moverte para el siguiente sitio, Miller va antes que Murphy.
-¿Qué? –exclamó la rubia mirándome con odio.
-Ya lo has oído, Jessica. No quiero repetirlo. –contestó el profesor serio.
 
Maldito apellido que no me traería más que problemas…

Me senté al lado de un chico moreno, con rasgos bien marcados y con expresión seria. Sus ojos grandes y de un color precioso parecido al mío me miraban provocándome más nervios de los que ya tenía.
 
-Hola. –le susurré al sentarme a su lado.
 
Él sólo me miró detenidamente y volvió a atender al profesor sin ni siquiera contestarme. “Oh perfecto, seguro que él también piensa que soy una nerd y claro, pasar de estar sentado con una rubia guapísima a estarlo conmigo es horrible”, pensé tristemente.
 
La clase acabó y cuando tocó el timbre agarré mis libros y salí rápidamente. Estaba llegando a mi taquilla cuando alguien me agarró del brazo y me hizo girarme bruscamente. Era ella. Oh oh.
 
-Mira niñata, no sé qué pretendes llegando aquí de ese modo y quitándome el sitio, pero no eres más que una pobre y triste nerd. Nunca serás ni la mitad que yo y Zayn no te va a dar ni la hora, ¿te ha quedado claro? –me habló con frialdad mientras las otras dos chicas esperaban detrás de ella.
 
Yo la miré aterrada. Sonrió triunfante y se dio la vuelta, pero algo dentro de mí, por primera vez en mi vida, me obligó a contestar.
 
-No es mi culpa que tu apellido vaya después del mío. –susurré, pero me oyó.
-¿Qué has dicho friki? –me miró con asco.
-Que no es mi culpa que tu apellido vaya después del mío. –repetí.
-¿Pero de qué vas? ¿Te crees que puedes contestarme? ¿Tú a mí? Eres solamente una nueva y pordiosera nerd que acaba de llegar y yo llevo en este colegio toda mi vida, soy la capitana de las animadoras y además soy rubia, alta y guapa. ¿Te has visto bien? Mejor cállate si no quieres tener más problemas de los que ya tienes. –me empujó contra las taquillas y me tiró todos los libros al suelo.
 
Ella se fue riendo seguida de Claudia y Dorothy. Yo me agaché para recoger mis libros y noté una suave y pequeña mano sobre mi espalda. Levanté la vista y me encontré con una chica bajita, con ojos marrones y el pelo hasta la mitad de la espalda del mismo color. Me sonrió ligeramente y se agachó a mi lado.
 
-Hola.
-Hola. –susurré sorprendida.
-Me llamo Vinyet, pero llámame Vi. –me dijo con una sonrisa, para luego añadir -¿Estás… estás bien?
 
Miré mis manos que temblaban mientras agarraban los libros.
 
-Estoy cansada de que la gente se ría de mí… -susurré con los ojos cristalizados.