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Primordials.
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Re: Primordials.
Boluda tú, que no avisas de que ya has puesto el código
A okey, es que juraría que Kayden era el tuyo, tengo que mirar de nuevo las fichas. Espero tu mp
En un rato subo mi capítulo, ya lo estoy terminando
A okey, es que juraría que Kayden era el tuyo, tengo que mirar de nuevo las fichas. Espero tu mp
En un rato subo mi capítulo, ya lo estoy terminando
indigo.
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Re: Primordials.
Kahljahss tenes razon, boluda yo que no aviso Nooo kaydan es de clari pasa que queria reltar un poco lo que es comenzar ahi en la base y esop c: aljshialsjlasha qe rapida que sosssss por favor y yo que me tarde una eteridadlovely rita. escribió:Boluda tú, que no avisas de que ya has puesto el código
A okey, es que juraría que Kayden era el tuyo, tengo que mirar de nuevo las fichas. Espero tu mp
En un rato subo mi capítulo, ya lo estoy terminando
katara.
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Re: Primordials.
Capítulo 002
Alaska fears & Liam Wollatt || lovely rita.
En ocasiones, cuando sentía que se me cerraba la garganta y me ahogaba con mi propio aire, provocaba una tormenta. Logrando así que el aire abandonara su estado viciado de angustia y desolación y se convirtiera en uno fresco, purificador. Por otro lado, si «accidentalmente» caía un rayo sobre la cabeza de uno de los soldados que nos mantenían prisioneros, mejor que mejor. Sin embargo, nunca tenía esa suerte. En realidad, la suerte nunca había estado de mi parte.
Otras veces, simplemente, procedían de un pensamiento benigno que se materializaba segundos después, precedido por un potente rayo. Como en aquella ocasión. Lo que era una noche plácida acababa de convertirse en un taconeo de gotas, en una cacafonía estrepitosa; como si el bosque se lamentara.
Debía tener cuidado con lo que pensaba.
―Has vuelto a hacerlo.
Oteé la habitación en busca de la voz, aunque sabía perfectamente a quién pertenecían las palabras. Marysa, a la que localicé apoyada en el marco de la puerta, con un gesto desaprobatorio en el rostro. Fruncí el ceño en su dirección, pretendiendo trasmitirle mi deseo de que no dijese nada más. En la habitación, aparte de nosotras, se encontraban Jules y Colette. Cada una parecía estar centrada en sus cosas, aunque ello no impedía que estuvieran atentas a lo que hablábamos. Sólo Cali y Marysa sabían que una de las habilidades que poseía era la atmoquinesis, y pretendía que siguiera siendo así. A los demás «presos» no parecía gustarles mucho que lloviera cada dos por tres y si descubrían que yo era la causante, no se lo tomarían demasiado bien. Y ya había tenido suficientes altercados, sobre todo con Liam.
―¿Hacer qué?―dije con la voz más dulce que guardaba en mi interior, aunque Marysa pudo ver la sonrisa de suficiencia que le dirigí entre mis mechones de pelo.
Suspiró fuertemente, dándose por vencida. Marysa creía que cuanto menos usáramos nuestros poderes, menos vigilancia tendríamos por parte de la MEA. Y por ende, cuanta menos atención, más posibilidades de exploración tendríamos, y antes encontraríamos algún fallo en la seguridad de la base. Porque a pesar de llevar años encerradas en esa mansión, no nos resignábamos a pasar la eternidad allí dentro.
Teníamos un plan, o al menos, tratábamos de forjar uno.
Marysa abandonó su lugar junto a la puerta y se adentró en la sala. Una sala repleta de grandes librerías color de madera envejecida, sillones de felpa y un estante repleto de películas de los años 20 difíciles de soportar. Incluso teníamos un par de máquinas retro con el juego del Comecocos y Mario Bross. Odiaba esa sala por el fin con el que había sido creada; mantenernos entretenidos, amansados, igual a como se mantiene a los perros con un estúpido hueso de plástico. Y porque estaba inundada de pasado, llena de antiguayas que se suponía que nos traían buenos recuerdos.
Lo «ya vivido», era lo que no permitía concentrarme en el futuro.
―Chicas, la cena está lista, Rita ordena que acudamos todos al comedor―informó a Jules y Colette, éstas asintieron y se marcharon. Aunque Jules, nos dedicó una mirada inquisitiva antes de cerrar la puerta tras de sí, sospechaba algo.
Bajé las piernas del diván acolchado en el que llevaba sentada toda la tarde observando a Marysa mientras agarraba una silla y la situaba frente a mí para sentarse.
―Rita no ha ordenado nada, ¿no es así?
Era una pregunta retórica, en realidad, porque conocía la respuesta. No solo porque Rita era la persona más transigente del lugar, la única que lograba vernos casi como humanos, sino porque conocía a Marysa más bien de lo que me conocía a mí misma.
Marysa sonrío con la misma malicia que antes me había acompañado a mí, a continuación, añadió:
―De hecho, la cena se ha servido hace dos horas, pero eso nadie lo sabe.
Noté un rugido vacío en el centro del estómago. Mis tripas me recordaban cortésmente que llevaban sin llenarse desde aquella mañana.
―Tengo hambre―me quejé.
―Comerás más tarde, ahora tenemos que hablar, antes de que aparezca alguien―su tono de voz bajó muchos decibelios. Marysa se inclinó hacia mí tanto como pudo. No es que hubiera micrófonos escondidos, pero nunca se era lo suficientemente precavido. Si alguien nos descubría conspirando, nos esperaba algo mucho peor que el confinamiento―. He descubierto algo, creo que he encontrado la salida.
Mi corazón no se alteraba por casi nada a esas alturas, tenía mucha vida y contaba con cientos de emociones a su espalda, que ya era difícil entusiasmarlo. Pero en aquella ocasión, lo notaba patalear bajo mis costillas. Pero aun así, el gesto de mi rostro prosiguió indiferente ante la revelación. Había aprendido a mantener mis emociones a raya.
―¿Una salida?, ¿se ha abierto una puerta a otro plano mágicamente?―rebatí entre dientes, incrédula a pesar de las pataletas internas―. Llevamos años aquí, conocemos todos los lugares de este sitio.
Treinta años dan para mucho.
El labio superior de Marysa se alzó triunfal.
―Eso no es del todo cierto…―dejó las palabras en el aire, provocando mi irritación.
―Te agradecería que fueses más clara, no estoy de humor.
―Nunca estás de humor.
―¡Marysa!―exclamé elevando demasiado el tono de voz. Me obligué a respirar hondo varias veces y después añadí, con mucha más suavidad:―¿De qué salida hablas?
―Como bien sabes, la sala Alfa se cierra cada noche tras las reuniones por medio de un código, un código que cambian cada semana.
―Sí, Cali nos lo dijo.
―Veo que a veces prestas atención cuando hablamos―rodé los ojos con fastidio, aunque en lugar de responder, permanecí callada hasta que prosiguió―. En lo que Cali no ha reparado es en que las combinaciones se repiten cada cierto tiempo. Son tan vagos que no idean una nueva, sino que a los tres meses, vuelven a repetir la primera combinación. Lo cual significa, que el monitor guarda en su base todas las contraseñas, y no debería ser difícil descubrirla.
―Todo eso está muy bien, Marysa. Pero se te olvida que seguimos sin conocer las combinaciones y, que ninguno puede acercarse lo suficiente para mirar por encima del hombro de uno de ellos y memorizar el código de esa semana.
―Colette puede hacerlo, controla la tecnología.
Tenía sentido, esa chica podía controlar cualquier aparato tecnológico de la misma manera que ordenaba a su brazo a moverse. Solo tendría que acercarse al monitor, meterse dentro de él y ordenarle que se abriera. Sin embargo, seguía viendo demasiadas incongruencias en la teoría de Marysa.
―Vale, supongamos que Colette puede y accede a hacerlo, ¿dónde estaría la dichosa salida?
Marysa negó con gesto reprobatorio, cansada de tener que explicármelo todo, pero oye, es que en realidad, todavía no me había explicado nada.
―En cualquier lugar… ¡entiéndelo, Alaska!―Su voz se elevó por la emoción, antes de proseguir, echó un vistazo por encima de su espalda, para comprobar que seguíamos solas―. Pudiendo acceder a la sala Alfa, seríamos capaces de cortar la electricidad del lugar, las cerraduras de las habitaciones funcionan por control remoto, encerraríamos a los guardas e incluso a Longaster en sus respectivos dormitorios.
Por un momento, Marysa casi me convenció, solo por uno. Hasta que de nuevo, los recuerdos me jugaron una mala pasada.
―Hace dos años se fue la electricidad y los generadores de emergencia se activaron cuatro minutos después, pasará lo mismo.
―Ya he pensado en ello, ¿por quién me tomas?―dijo indignada―. Cuatro minutos serán suficientes para marcharnos.
―¿Cómo, atravesando paredes?―ironicé, esa vez, sin evitar poner los ojos en blanco.
―Por ejemplo, tú puedes controlar las moléculas, Liam controla la energía, cualquiera de nosotros podría encontrar la manera de escapar de aquí, solo debemos planearlo con antelación y minuciosidad antes de dar el paso.
Enarqué las cejas, no me podía creer lo que estaba diciendo.
―Quieres decírselo a los demás―afirmé alarmada.
―Sí, creo que ha llegado el momento de hacerlo.
No es que nuestro plan de fuga no los incluyera a ellos. Desde el primer momento, este plan no se trataba solo de nosotras, no éramos así de egoístas, ni siquiera yo lo era. Solo que acordamos que no se lo diríamos a nadie hasta que estuviésemos completamente seguras de que teníamos posibilidades de marcharnos de la base Primordial. Y aunque Marysa parecía estarlo, yo distaba mucho de hacerlo.
―Es una mala idea, nuestro plan no tiene fundamento, nos van a tomar por suicidas.
Marysa se echó hacia atrás, apoyando la espalda en el respaldo de la silla. Se frotó las sienes con gesto compungido.
―No lo sé, puedes o no puedes tener razón. Solo estoy segura de algo, que estoy cansada de todo esto, de sentirme como un ratón corriendo en una rueda mientras es observado.―Entendía perfectamente ese sentimiento―. Hoy ha llegado otro más, lo he visto con Cali, y he visto su mirada, su miedo. No merecemos esto, Alaska.
Claro que no lo merecíamos, como tampoco merecíamos que nos arrancaran de nuestros hogares y nos alteraran genéticamente para combatir en una guerra que no nos incubía. Tampoco que nos encerraron como a criminales porque éramos los monstruos en los que ellos nos habían convertido.
―Podemos estar dándoles falsas esperanzas ―expuse.
―Eso es exactamente lo que necesitan, esperanza, del tipo que sea.
Suspiré, mirando al pulcro suelo tapizado, en el que brillaba mi reflejo apagado. El reflejo de una persona acabada, pálida y sin esperanza. Sí, Marysa tenía razón. Todos necesitábamos esperanza, y del tipo que fuera. Después de todo, si las cosas iban mal el final era la muerte y no estaba segura de si ello sería un castigo peor que en el que vivíamos.
―De acuerdo, mañana se lo diremos, pero hablarás tú.
―Siempre hablo yo, y ahora, vamos a buscar unas sobras, a ver si te pones de mejor humor.
Más tarde, cuando ya estaba en mi dormitorio, tumbada en la cama de matrimonio observando el gris del techo desnudo, pensaba en la conversación que había mantenido con Marysa. Ya era un hecho, uno poco verídico y con altas probabilidades de fracaso, pero íbamos a intentarlo. De una vez por todas, trataríamos de escapar de verdad.
No podía evitar pensar en cómo se lo tomarían los demás, sobre todo Cali, que era la que más se empeñaba en protegernos, porque era la que más tenía que perder. Después de todo, llevaba en la base más tiempo que nadie y la torturaban más que a ninguno. Luego estaban otros, como Liam y Jules, que estaba segura que no perderían la oportunidad de intentarlo. Y yo, Alaska Fears, dispuesta a darlo todo por la libertad, como si me encontrara en la guerra de nuevo. Sin embargo, ahora que se trataba de un hecho. ¿Adónde íbamos a escapar? El mundo estaba lleno de afiliados al proyecto que trabajaban para capturarnos, de personas que conocían nuestra existencia viéndonos como un peligro, quienes invertían su tiempo en tratar de exterminarnos. Aunque la verdad, que no eran esos dos frentes los que verdaderamente me asustaban, sino la posibilidad de poder elegir mi destino una vez más, de tener que volver a ser alguien que no fuera Alaska. Porque ya tenía suficientes problemas con Alaska como para encima, volver a ser alguien más.
Luego estaba lo otro… Marysa me había propuesto como una candidata para abrir una brecha en las instalaciones y escapar. Sin embargo, aunque poseyese la habilidad de manipular cualquier cosa molecularmente, no tenía ni pajolera idea de cómo usar dicha habilidad. Nunca había logrado controlarlo de verdad, solo era capaz de cambiar una camiseta de color, de abrir agujeros de dos milímetros en una hoja de papel… pero de ahí a abrir un brecha de tres metros de profundidad y con la altura suficiente para que entrara una persona, había un trecho bastante grande.
Y así, me quedé dormida, sopesando los pros de mi existencia y de lo que a ésta me depararía.
Ese día me fui pronto a la cama, ni siquiera esperé a la cena. No tenía hambre, no quería nada. La realidad de que estaba encerrado y posiblemente, seguiría siendo así para siempre comenzaba a pesarme y a hacerse eco dentro de mí. Finalmente, después de más de cien años, habían conseguido atraparme. Atrapado por las mismas personas que me dieron la «libertad». Me había creído invencible, eterno y ahí estaba, como un león en la jaula de un zoológico. Tan solo llevaba cinco meses en la dichosa base, cinco meses en los que el tiempo volvía a ser algo transigente desde mi perspectiva. No entendía cómo los que llevaban años encerrados no habían terminado por enloquecer.
¡Por favor!, si ni siquiera nos dejaban beber alcohol. Si por lo menos permitiesen que me bebiera una copa de Bourbon al día aquello no estaría tan mal, un poco de alcohol y un par de chicas como entretención, tal vez… sí, con ésas dos cosas no me sentiría tan acabado.
Estaba tumbado en la cama, lanzando una pelota de goma espuma al techo de la cama de dosel, cuando escuché voces al otro lado del pasillo.
―¿Has visto al chico nuevo?―se trataba de Jules, que hablaba con alguien―. Parece más perdido que Colette cuando la trajeron aquí.
Así que había llegado otro pobre infeliz a la base…
―Claro que lo he visto, he sido yo quien le ha enseñado las instalaciones, como siempre…―La persona con la que hablaba era Cali.
Cali, quien también me enseñó las instalaciones cuando llegué. La persona que menos odiaba en ese dichoso confinamiento.
―¿Cómo se llama?―volvió a preguntar Jules.
―Kayden, se llama Kayden.
Tras escuchar el nombre que Cali pronunció, se me crisparon los pelos de la nuca. Kayden. Por un momento, quise salir de la habitación y comprobar la identidad del nuevo inquilino. Sin embargo, recuperé la tranquilidad casi al segundo siguiente. No podía tratarse del mismo Kayden, no podía ser porque yo me encontraba en aquella base para que el Kayden que yo conocía no estuviera en ella. Él debía de estar lejos, muy lejos de aquí… o al menos eso seguí pensando hasta el día siguiente.
Cuando por fin logré conciliar el sueño, lo que supuso un esfuerzo puesto que llevaba todo el día sin hacer nada, no tuve uno plácido y de color blanco. Había caído en una de mis visiones, ésas que no permitían discernir nada.
Había oscuridad, escuchaba como alguien gritaba, al igual que los disparos de unas armas. Solo pude distinguir dos cosas de aquella mezcla de imágenes. El grito de indignación de Longaster, diciendo: «Atrapadlos, que no escapen» y la imagen de todos los que nos encontrábamos en la base en ese momento corriendo en dirección a una montaña rocosa. Aunque también estaba Kayden, el que yo conocía.
Desperté sudado y desorientado en mitad de la noche.
Ese sueño podía significar dos cosas; que el sueño premonitorio se había mezclado con uno ordinario, o que lograríamos escapar y que Kayden, terminaría aquí, más tarde o más temprano.
Otras veces, simplemente, procedían de un pensamiento benigno que se materializaba segundos después, precedido por un potente rayo. Como en aquella ocasión. Lo que era una noche plácida acababa de convertirse en un taconeo de gotas, en una cacafonía estrepitosa; como si el bosque se lamentara.
Debía tener cuidado con lo que pensaba.
―Has vuelto a hacerlo.
Oteé la habitación en busca de la voz, aunque sabía perfectamente a quién pertenecían las palabras. Marysa, a la que localicé apoyada en el marco de la puerta, con un gesto desaprobatorio en el rostro. Fruncí el ceño en su dirección, pretendiendo trasmitirle mi deseo de que no dijese nada más. En la habitación, aparte de nosotras, se encontraban Jules y Colette. Cada una parecía estar centrada en sus cosas, aunque ello no impedía que estuvieran atentas a lo que hablábamos. Sólo Cali y Marysa sabían que una de las habilidades que poseía era la atmoquinesis, y pretendía que siguiera siendo así. A los demás «presos» no parecía gustarles mucho que lloviera cada dos por tres y si descubrían que yo era la causante, no se lo tomarían demasiado bien. Y ya había tenido suficientes altercados, sobre todo con Liam.
―¿Hacer qué?―dije con la voz más dulce que guardaba en mi interior, aunque Marysa pudo ver la sonrisa de suficiencia que le dirigí entre mis mechones de pelo.
Suspiró fuertemente, dándose por vencida. Marysa creía que cuanto menos usáramos nuestros poderes, menos vigilancia tendríamos por parte de la MEA. Y por ende, cuanta menos atención, más posibilidades de exploración tendríamos, y antes encontraríamos algún fallo en la seguridad de la base. Porque a pesar de llevar años encerradas en esa mansión, no nos resignábamos a pasar la eternidad allí dentro.
Teníamos un plan, o al menos, tratábamos de forjar uno.
Marysa abandonó su lugar junto a la puerta y se adentró en la sala. Una sala repleta de grandes librerías color de madera envejecida, sillones de felpa y un estante repleto de películas de los años 20 difíciles de soportar. Incluso teníamos un par de máquinas retro con el juego del Comecocos y Mario Bross. Odiaba esa sala por el fin con el que había sido creada; mantenernos entretenidos, amansados, igual a como se mantiene a los perros con un estúpido hueso de plástico. Y porque estaba inundada de pasado, llena de antiguayas que se suponía que nos traían buenos recuerdos.
Lo «ya vivido», era lo que no permitía concentrarme en el futuro.
―Chicas, la cena está lista, Rita ordena que acudamos todos al comedor―informó a Jules y Colette, éstas asintieron y se marcharon. Aunque Jules, nos dedicó una mirada inquisitiva antes de cerrar la puerta tras de sí, sospechaba algo.
Bajé las piernas del diván acolchado en el que llevaba sentada toda la tarde observando a Marysa mientras agarraba una silla y la situaba frente a mí para sentarse.
―Rita no ha ordenado nada, ¿no es así?
Era una pregunta retórica, en realidad, porque conocía la respuesta. No solo porque Rita era la persona más transigente del lugar, la única que lograba vernos casi como humanos, sino porque conocía a Marysa más bien de lo que me conocía a mí misma.
Marysa sonrío con la misma malicia que antes me había acompañado a mí, a continuación, añadió:
―De hecho, la cena se ha servido hace dos horas, pero eso nadie lo sabe.
Noté un rugido vacío en el centro del estómago. Mis tripas me recordaban cortésmente que llevaban sin llenarse desde aquella mañana.
―Tengo hambre―me quejé.
―Comerás más tarde, ahora tenemos que hablar, antes de que aparezca alguien―su tono de voz bajó muchos decibelios. Marysa se inclinó hacia mí tanto como pudo. No es que hubiera micrófonos escondidos, pero nunca se era lo suficientemente precavido. Si alguien nos descubría conspirando, nos esperaba algo mucho peor que el confinamiento―. He descubierto algo, creo que he encontrado la salida.
Mi corazón no se alteraba por casi nada a esas alturas, tenía mucha vida y contaba con cientos de emociones a su espalda, que ya era difícil entusiasmarlo. Pero en aquella ocasión, lo notaba patalear bajo mis costillas. Pero aun así, el gesto de mi rostro prosiguió indiferente ante la revelación. Había aprendido a mantener mis emociones a raya.
―¿Una salida?, ¿se ha abierto una puerta a otro plano mágicamente?―rebatí entre dientes, incrédula a pesar de las pataletas internas―. Llevamos años aquí, conocemos todos los lugares de este sitio.
Treinta años dan para mucho.
El labio superior de Marysa se alzó triunfal.
―Eso no es del todo cierto…―dejó las palabras en el aire, provocando mi irritación.
―Te agradecería que fueses más clara, no estoy de humor.
―Nunca estás de humor.
―¡Marysa!―exclamé elevando demasiado el tono de voz. Me obligué a respirar hondo varias veces y después añadí, con mucha más suavidad:―¿De qué salida hablas?
―Como bien sabes, la sala Alfa se cierra cada noche tras las reuniones por medio de un código, un código que cambian cada semana.
―Sí, Cali nos lo dijo.
―Veo que a veces prestas atención cuando hablamos―rodé los ojos con fastidio, aunque en lugar de responder, permanecí callada hasta que prosiguió―. En lo que Cali no ha reparado es en que las combinaciones se repiten cada cierto tiempo. Son tan vagos que no idean una nueva, sino que a los tres meses, vuelven a repetir la primera combinación. Lo cual significa, que el monitor guarda en su base todas las contraseñas, y no debería ser difícil descubrirla.
―Todo eso está muy bien, Marysa. Pero se te olvida que seguimos sin conocer las combinaciones y, que ninguno puede acercarse lo suficiente para mirar por encima del hombro de uno de ellos y memorizar el código de esa semana.
―Colette puede hacerlo, controla la tecnología.
Tenía sentido, esa chica podía controlar cualquier aparato tecnológico de la misma manera que ordenaba a su brazo a moverse. Solo tendría que acercarse al monitor, meterse dentro de él y ordenarle que se abriera. Sin embargo, seguía viendo demasiadas incongruencias en la teoría de Marysa.
―Vale, supongamos que Colette puede y accede a hacerlo, ¿dónde estaría la dichosa salida?
Marysa negó con gesto reprobatorio, cansada de tener que explicármelo todo, pero oye, es que en realidad, todavía no me había explicado nada.
―En cualquier lugar… ¡entiéndelo, Alaska!―Su voz se elevó por la emoción, antes de proseguir, echó un vistazo por encima de su espalda, para comprobar que seguíamos solas―. Pudiendo acceder a la sala Alfa, seríamos capaces de cortar la electricidad del lugar, las cerraduras de las habitaciones funcionan por control remoto, encerraríamos a los guardas e incluso a Longaster en sus respectivos dormitorios.
Por un momento, Marysa casi me convenció, solo por uno. Hasta que de nuevo, los recuerdos me jugaron una mala pasada.
―Hace dos años se fue la electricidad y los generadores de emergencia se activaron cuatro minutos después, pasará lo mismo.
―Ya he pensado en ello, ¿por quién me tomas?―dijo indignada―. Cuatro minutos serán suficientes para marcharnos.
―¿Cómo, atravesando paredes?―ironicé, esa vez, sin evitar poner los ojos en blanco.
―Por ejemplo, tú puedes controlar las moléculas, Liam controla la energía, cualquiera de nosotros podría encontrar la manera de escapar de aquí, solo debemos planearlo con antelación y minuciosidad antes de dar el paso.
Enarqué las cejas, no me podía creer lo que estaba diciendo.
―Quieres decírselo a los demás―afirmé alarmada.
―Sí, creo que ha llegado el momento de hacerlo.
No es que nuestro plan de fuga no los incluyera a ellos. Desde el primer momento, este plan no se trataba solo de nosotras, no éramos así de egoístas, ni siquiera yo lo era. Solo que acordamos que no se lo diríamos a nadie hasta que estuviésemos completamente seguras de que teníamos posibilidades de marcharnos de la base Primordial. Y aunque Marysa parecía estarlo, yo distaba mucho de hacerlo.
―Es una mala idea, nuestro plan no tiene fundamento, nos van a tomar por suicidas.
Marysa se echó hacia atrás, apoyando la espalda en el respaldo de la silla. Se frotó las sienes con gesto compungido.
―No lo sé, puedes o no puedes tener razón. Solo estoy segura de algo, que estoy cansada de todo esto, de sentirme como un ratón corriendo en una rueda mientras es observado.―Entendía perfectamente ese sentimiento―. Hoy ha llegado otro más, lo he visto con Cali, y he visto su mirada, su miedo. No merecemos esto, Alaska.
Claro que no lo merecíamos, como tampoco merecíamos que nos arrancaran de nuestros hogares y nos alteraran genéticamente para combatir en una guerra que no nos incubía. Tampoco que nos encerraron como a criminales porque éramos los monstruos en los que ellos nos habían convertido.
―Podemos estar dándoles falsas esperanzas ―expuse.
―Eso es exactamente lo que necesitan, esperanza, del tipo que sea.
Suspiré, mirando al pulcro suelo tapizado, en el que brillaba mi reflejo apagado. El reflejo de una persona acabada, pálida y sin esperanza. Sí, Marysa tenía razón. Todos necesitábamos esperanza, y del tipo que fuera. Después de todo, si las cosas iban mal el final era la muerte y no estaba segura de si ello sería un castigo peor que en el que vivíamos.
―De acuerdo, mañana se lo diremos, pero hablarás tú.
―Siempre hablo yo, y ahora, vamos a buscar unas sobras, a ver si te pones de mejor humor.
Más tarde, cuando ya estaba en mi dormitorio, tumbada en la cama de matrimonio observando el gris del techo desnudo, pensaba en la conversación que había mantenido con Marysa. Ya era un hecho, uno poco verídico y con altas probabilidades de fracaso, pero íbamos a intentarlo. De una vez por todas, trataríamos de escapar de verdad.
No podía evitar pensar en cómo se lo tomarían los demás, sobre todo Cali, que era la que más se empeñaba en protegernos, porque era la que más tenía que perder. Después de todo, llevaba en la base más tiempo que nadie y la torturaban más que a ninguno. Luego estaban otros, como Liam y Jules, que estaba segura que no perderían la oportunidad de intentarlo. Y yo, Alaska Fears, dispuesta a darlo todo por la libertad, como si me encontrara en la guerra de nuevo. Sin embargo, ahora que se trataba de un hecho. ¿Adónde íbamos a escapar? El mundo estaba lleno de afiliados al proyecto que trabajaban para capturarnos, de personas que conocían nuestra existencia viéndonos como un peligro, quienes invertían su tiempo en tratar de exterminarnos. Aunque la verdad, que no eran esos dos frentes los que verdaderamente me asustaban, sino la posibilidad de poder elegir mi destino una vez más, de tener que volver a ser alguien que no fuera Alaska. Porque ya tenía suficientes problemas con Alaska como para encima, volver a ser alguien más.
Luego estaba lo otro… Marysa me había propuesto como una candidata para abrir una brecha en las instalaciones y escapar. Sin embargo, aunque poseyese la habilidad de manipular cualquier cosa molecularmente, no tenía ni pajolera idea de cómo usar dicha habilidad. Nunca había logrado controlarlo de verdad, solo era capaz de cambiar una camiseta de color, de abrir agujeros de dos milímetros en una hoja de papel… pero de ahí a abrir un brecha de tres metros de profundidad y con la altura suficiente para que entrara una persona, había un trecho bastante grande.
Y así, me quedé dormida, sopesando los pros de mi existencia y de lo que a ésta me depararía.
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Ese día me fui pronto a la cama, ni siquiera esperé a la cena. No tenía hambre, no quería nada. La realidad de que estaba encerrado y posiblemente, seguiría siendo así para siempre comenzaba a pesarme y a hacerse eco dentro de mí. Finalmente, después de más de cien años, habían conseguido atraparme. Atrapado por las mismas personas que me dieron la «libertad». Me había creído invencible, eterno y ahí estaba, como un león en la jaula de un zoológico. Tan solo llevaba cinco meses en la dichosa base, cinco meses en los que el tiempo volvía a ser algo transigente desde mi perspectiva. No entendía cómo los que llevaban años encerrados no habían terminado por enloquecer.
¡Por favor!, si ni siquiera nos dejaban beber alcohol. Si por lo menos permitiesen que me bebiera una copa de Bourbon al día aquello no estaría tan mal, un poco de alcohol y un par de chicas como entretención, tal vez… sí, con ésas dos cosas no me sentiría tan acabado.
Estaba tumbado en la cama, lanzando una pelota de goma espuma al techo de la cama de dosel, cuando escuché voces al otro lado del pasillo.
―¿Has visto al chico nuevo?―se trataba de Jules, que hablaba con alguien―. Parece más perdido que Colette cuando la trajeron aquí.
Así que había llegado otro pobre infeliz a la base…
―Claro que lo he visto, he sido yo quien le ha enseñado las instalaciones, como siempre…―La persona con la que hablaba era Cali.
Cali, quien también me enseñó las instalaciones cuando llegué. La persona que menos odiaba en ese dichoso confinamiento.
―¿Cómo se llama?―volvió a preguntar Jules.
―Kayden, se llama Kayden.
Tras escuchar el nombre que Cali pronunció, se me crisparon los pelos de la nuca. Kayden. Por un momento, quise salir de la habitación y comprobar la identidad del nuevo inquilino. Sin embargo, recuperé la tranquilidad casi al segundo siguiente. No podía tratarse del mismo Kayden, no podía ser porque yo me encontraba en aquella base para que el Kayden que yo conocía no estuviera en ella. Él debía de estar lejos, muy lejos de aquí… o al menos eso seguí pensando hasta el día siguiente.
Cuando por fin logré conciliar el sueño, lo que supuso un esfuerzo puesto que llevaba todo el día sin hacer nada, no tuve uno plácido y de color blanco. Había caído en una de mis visiones, ésas que no permitían discernir nada.
Había oscuridad, escuchaba como alguien gritaba, al igual que los disparos de unas armas. Solo pude distinguir dos cosas de aquella mezcla de imágenes. El grito de indignación de Longaster, diciendo: «Atrapadlos, que no escapen» y la imagen de todos los que nos encontrábamos en la base en ese momento corriendo en dirección a una montaña rocosa. Aunque también estaba Kayden, el que yo conocía.
Desperté sudado y desorientado en mitad de la noche.
Ese sueño podía significar dos cosas; que el sueño premonitorio se había mezclado con uno ordinario, o que lograríamos escapar y que Kayden, terminaría aquí, más tarde o más temprano.
Sigue: Deeper (Emiliana)
- feliz navidad (atrasada):
- bueno como tengo tiempo de sobra gracias a las vacaciones, pues he escrito el capítulo rápido. He pensado que estaría bien agilizar las cosas, ¡ya quiero que sean libres! Espero haber usado bien vuestros personajes, sobre todo el de Emilia, que más he usado xd. Un beso grande
Última edición por wanheda. el Miér 27 Abr 2016, 12:52 pm, editado 1 vez
indigo.
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Re: Primordials.
Milsss, me encantó el capítulo mujer
dylan. escribió:Nos robaron la libertad que tanto añorábamos, aquella por la que tanto resistíamos.
Ese comienzo, el primer párrafo, oh Dios, lo amé es que me puse a pensar en la historia y en todos los pj's y me emociono porque ya empezamos y amo la idea y ¿ves? Me pongo mal
dylan. escribió:Fuimos ocultados de toda la belleza humana y natural, nos aislaron por miedo al rechazo, al descontrol, a una revolución. Nos culparon de muchas cosas, nos hicimos cargo de muchas otras.
O sea, en serio amé esto, de verdad que sí
¿Sabes que amo como escribes, no? Porque en serio lo hago, amo como narras.
dylan. escribió:- Calíope, levántate en este instante y deja de ser tan deprimente - La rubia (..) –. Me molestas.
(...)
- Maldita sea, Alaska deja de hacer eso como si fuese divertido.
AJAJAJAJA amé esa parte xd Alaska está como que 'deja de estar de amargada y párate de ahí mongola '
y Calíope como 'joder tienes más de 100 años, madura y déjame '
me va a gustar la relación entre estas dos
Para Cali debe ser increíblemente difícil estar recordando todo eso, encima con las memorias y emociones de los demás mezclándose junto con ella también, oh Dios
dylan. escribió:- ¡Suficiente! Estas aquí para cumplir órdenes como los demás – Se acercó poco a poco hasta mí – Recuerda que tú no eres nada, y que yo lo soy todo.
Como que me dieron ganas de ir a partirle la cara cuando leí eso ¿qué rayos? uno de ellos debería darle un golpe a esos estúpidos, porque ellos no son nada delante de los primordials
Pobre Kayden, bienvenido al infierno ¡Su padre lo delató! O sea, ¿qué clase de padre es o era ese individuo? ¿¿??????
Creo que me va a encantar él, y amo a Cali ya, es como la madre primicia(?) de todos allí y no se, no se. Además, la pobre, ha tenido que endurar todo eso desde el principio. Y ella solo quería el bien de los de su raza, pero todo salió al revés :c
Me encantó muchísimo
hange.
Re: Primordials.
LO SIENTO. Pero ya saben, las fiestas y salidas me dejan sin tiempo. De verdad perdón.
Ahora, a tu cap querida Kate :3
Ya sabes que AMO como escribes, ¿verdad? También amo lo rápido que subes, solo que no tanto cuando me toca a mí después de a ti
lovely rita. escribió:En ocasiones, cuando sentía que se me cerraba la garganta y me ahogaba con mi propio aire, provocaba una tormenta. Haciendo así que el aire abandonara su estado viciado de angustia y desolación y se convirtiera en uno fresco, purificador.
Comienzo perfecto de un cap hermoso y perfecto(? pero en serio, amé como comenzó todo. No se si ya te lo había dicho, pero me encantan tus personajes y sus historias
Me imagino a la pobre Alaska, teniendo que lidiar con toda la mierda y que sus emociones negativas provoquen una tormenta con tanta facilidad. Yo lo haría hasta que un rayo caiga sobre los hijos de mierda aquellos
lovely rita. escribió:―Has vuelto a hacerlo.
Oteé la habitación en busca de la voz, aunque sabía perfectamente a quién pertenecían las palabras. Marysa, a la que localicé apoyada en el marco de la puerta, con un gesto desaprobatorio en el rostro.
Bien, me emocioné cuando apareció Mary(? Y en serio amé como pusiste la amistad entre ellas dos, mujer, ¡me encantó demasiado! Si la empleaste bien, o como sea, así que tranquila :3
lovely rita. escribió:A los demás «presos» no parecía gustarles mucho que lloviera cada dos por tres (...). Y ya había tenido suficientes altercados, sobre todo con Liam.
Jo, jo, jo jojojojojojoooj
quiero saber de que altercados habla(? quiero momentos de ellos dos...ya mismo(? me intrigas, mujer
lovely rita. escribió:―¿Una salida?, ¿se ha abierto una puerta a otro plano mágicamente?―rebatí entre dientes, incrédula a pesar de las pataletas internas―.
Llevamos años aquí, conocemos todos los lugares de este sitio.
El labio superior de Marysa se alzó triunfal.
―Eso no es del todo cierto…―dejó las palabras en el aire, provocando mi irritación.
―Te agradecería que fueses más clara, no estoy de humor.
―Nunca estás de humor.
OOOHOHHHHHH AMÉ ESO KATE, EN SERIO, JAJAJAJAJAJ creo que ya me estoy enamorando de estas dos xd me va encantando su amistad, de verdad
Y el plan, el plan Kate, eres una genio, ¿sabes? Es que se te ocurrió todo y adfhakakda en realidad me encanta, no sé por qué Alaska está toda reacia a hacerlo
Y pienso que Alaska debería dejar de ser tan negativa, es decir mujer, ¡solo hay que intentarlo!
Yo creo que ella puede hacer mucho mas que cambiar algo de color, podría hasta hacer una pared completa de la casa desaparecer, solo hay que ponerse a practicar :posoc: :posoc: y después hacer desaparecer a todos en un lugar digamos como...el polo sur(?????
lovely rita. escribió:Me había creído invencible, eterno y ahí estaba, como un león en la jaula de un zoológico. Tan solo llevaba cinco meses en la dichosa base, cinco meses en los que el tiempo volvía a ser algo transigente desde mi perspectiva.
Pobre Liam(? no pero en serio, es suertudo el chico de que lo hayan atrapado ahora y no desde un principio, que no se queje tanto aunque bueno, tiene sus razones para quejarse.
lovely rita. escribió:(...)un poco de alcohol y un par de chicas como entretención, tal vez… sí, con ésas dos cosas no me sentiría tan acabado.
Como que ya no es tan pobre Liam...(? mira en lo único que piensa el cabeza de brócoli bueno, es un hombre y encima uno con malos vicios, allá él todos pensando en como salir de allí o en su preciada libertad y él imaginando que estaría mucho mejor borracho y con mujeres fáciles, típico
lovely rita. escribió:Ese sueño podía significar dos cosas; que el sueño premonitorio se había mezclado con uno ordinario, o que lograríamos escapar y que Kayden, terminaría aquí, más tarde o más temprano.
¿Qué es eso de que el y Kayden se conocen??????? ¿De dónde, cómo, cuándo y por qué???? ¿Y qué pasa con eso????
O sea, no tengo buen presentimiento y además ya estoy curiosa necesito saber en serio
Amé el capitulo, mujer, en serio
hange.
cap. 3
- LEAN:
- ¡HOLA! ¡FELIZ AÑO NUEVO!
Realmente lamento haber tardado tanto para subir, las salidas no me dejaban tiempo. Prometo no volver a tardar tanto, en serio. Y...espero que les guste Eh, espero haber usado sus pjs bien u.u No lo hice más largo porque...apenas es el comienzo
y eso, ¡cuídense!
Capítulo 003
Marysa Bekker & Dael Van Houter || Depper.
Me encontraba sentada en el suelo de mi habitación, después de haber cerrado la puerta con seguro, con tres bolas de felpa en mis manos. Había estado practicando el malabarismo desde hace años, desde que las encontré. Las había proclamado como mías desde aquel momento y era algo con qué entretenerme una vez que me cansé de esos jodidos juegos retro que estaban en la sala de la mansión.
Una vez estaba lanzando las bolas con furia, porque estaba frustrada por el hecho de no saber defenderme correctamente ante las torturas de los hijos de puta que nos tenían aquí. Cuando eso no sabía casi nada, ni lo entendía (es decir, fue hace mucho tiempo). Y ellos simplemente se burlaban de ti de la forma más cruel y humillante. La impotencia mezclada con la fuerza que lanzaba las bolas, me hizo darme cuenta de una de mis más praciadas habilidades. Podía transmitir energía en las bolas, tanta como quisiera. Había hecho varios agujeros en el segundo colchón de mi cama, solo para probar. Debía hacerlos allí porque nadie debía saber que tenía otra habilidad y, encima de todo, si dañaba alguna propiedad practicando mis poderes —eso significaba tortura asegurada.
Salí del pasado y me concentré en hacer malabares inocentes con las bolas. Estaba tratando de ver cómo es que les diría a todos el plan que habíamos estado haciendo Alaska y yo. Aunque tampoco sabía por qué me encontraba tratando de ensayar las palabras —al final, siempre improvisaba mis planes. Mi problema estaría en como hacer para mantener bajo raya las reacciones de todos. Estoy segura de que el chico nuevo estaría conmigo, pues le vi en el rostro la desesperación cuando fue a cenar esa noche. Liam también, no parecía del tipo de chico que disfrutaba de mucho tiempo estando encerrado. Los demás, no estaba del todo segura que aceptarían mi plan en específico, pero lo más probable es que sí lo intenten.
Es decir, es mejor que rendirnos así sin dar ninguna pelea.
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Me encuentro en una habitación pequeña, oscura y sin ventanas, solo con una puerta y un cristal oscuro por el que no podía observar nada; sin embargo, estoy segura de que me observan a través del mismo. Mis manos están atadas juntas, mis piernas están atadas con correas de piel cada una a las patas de la silla. Noto otro cinturón por mi cintura y pecho. Huh, esta vez han exagerado, pienso.
Mientras sacudo mi cabeza, intentando mover un mechón que tapa mi ojo izquierdo, recuerdo por qué estoy aquí exactamente. Había estado atravesando paredes sin control porque estaba —estoy, desesperada y decidida a buscar una salida. En el proceso, había chocado con varios guardias. No sé pelear muy bien, así qu usé mi cuerpo para volverlos intangibles y dejarlos atrapados en el cemento del suelo, hasta el pecho. Después, los noqueé. Pero luego me noquearon a mí.
Intento calmar mi pulso y prepararme mentalmente para el dolor que venga. Si no grito, no les daré el gusto. No obstante, por dentro sé que no importa cuanto conozca lo que viene, porque nada podrá prepararme para como me sentiré.
Momentos después, la puerta se abre y trato de observar con ojos inexpresivos los hombres que entran a la habitación. Posteriormente, me quedo sin observar nada, porque uno de los mastodontes coloca una venda en mis ojos. Y luego, la tortura comienza.
Siento unas agujas frías y de metal chocar con mi piel, pero no me las clavan. Mi alivio no dura mucho porque presionan botones y todo mi cuerpo comienza a estremecerse por las cargas eléctricas que desprende el aparato a mi cuerpo. Es doloroso, es horrible, a pesar de tengo los ojos cubiertos siento mis pupilas dilatarse y las lágrimas corren por mis mejillas. Escucho más botones y el dolor aumenta, al compás de mis gritos.
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Desperté sudada y exaltada, apretando con toda la fuerza que pude mis sábanas. Aquello no había sido un sueño, sino un recuerdo. Me incorporé y pasé una mano por mi rostro, secando el sudor. De vez en cuando, tenía esas pesadillas-recuerdos que hacían de mis noches unas sin sueño en lo absoluto. Aquello había sido en mi antigua prisión, hace muchísimo tiempo, antes de haber sido transferida aquí.
Ya para cuando fui transferida aquí, había aprendido como manejar el asunto mejor. El de quedarme tranquila, sumisa y observando todo. Investigando cuando menos se lo esperaban y estando quieta para que nadie llegase a pensar que yo podría ser una amenaza. En mi antigua prisión, eran intento tras intento tras intento. Lo que me llevó a tortura tras tortura tras tortura. En la espalda llevaba marcas que lo comprobaban.
Sabiendo que ya no iba a conciliar el sueño, decidí salir de la habitación en busca de algo que tomar. Por lo menos tendría qu haber leche o té o algo...
No encendí ninguna luz, ya que mi visión me hacía el favor. Además, no quería despertar a nadie. Las habitaciones solo eran cerradas con seguro cuando era alguien amenazante o por castigo y cosas así. Utilicé el mimetismo para afinar mi oído y ver si había alguien merodeando por la cocina. Y acerté, nadie menos que Liam se encontraba allí, tomando leche de un vaso.
—¿Tú tampoco puedes dormir? —le pregunté a modo de anunciar mi presencia.
—No, solo estaba pasando el rato, ¿sabes? —contestó sarcasticamente, entrecerrando los ojos.
—Oh bueno, tienes horas curiosas para pasar el rato —me encogí de hombros y me negué a darle el gusto.
—¿Tuviste una pesadilla? —cuestionó mientras le di un trago a mi leche.
—Así que es eso, ¿también lees mentes? —adiviné, puesto que realmente desconocía de la capacidad completa de Liam. Era misterioso en ese aspecto.
Supongo que todos los éramos. Estaba segura de que más de uno guardaba secretos con respecto a el total de sus habilidades.
—No —sonrió cínico— lo digo porque luces salida de un maratón.
—Oh —hice una pausa— Tal vez si la tuve, ¿a quién le importa?
—¿Asustada por una tonta pesadilla, Marysa? —se burló.
Sentí mi expresión ensombrecerse.
—No hables de lo que no conoces, Liam.
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Después de haber observado la rutina de los hediondos guardias por montones de años, ya me sabía de memoria todos sus movimientos. O la mayoría. Así que esperé justo el momento en el que se van a almorzar en la sala Alfa, para reunir a todos en la sala retro. Atrapé a Jules antes de irse y la mando a sentarse, lo mismo con el chico nuevo, que parecía que tenía problemas con adaptarse con rapidez.
—Bien, Alaska y yo tenemos una propuesta para ustedes —murmuré inquieta, frotando mis manos— Pero primero, quiero pedirles que no me interrumpan y que cero gritos ni exclamaciones, ¿okey?
Nadi respondió, así que proseguí. Cali se cruzó de brazos, de seguro con una idea de sobre qué iba a hablar. Inspiré y decidí comenzar.
—Bueno, es sobre escapar. Hemos estado ideando un plan para escapar de este horrible lugar, sin importar el costo —hice una pausa— Muchos llevamos añales aquí y me resigno a que estos hijos de puta hagan lo que quieran conmigo solo porque me tienen miedo —suspiré, dándome cuenta de que me estaba dejando llevar por las emociones— Como sea, consiste de meternos en el monitor de la sala Alfa para desactivar la energía eléctrica en todo el lugar. Eso lo podríamos hacer con ayuda de Collete.
—¿Qué rayos...?
—Sh, dije que no interrumpan —alzé la mano— como seguía, en los 4 minutos que tarda la energía en volver, tendríamos que escapar de la manera en que podamos. Por ejemplo, Alaska con su control de moléculas podría abrir un agujero en la pared y cosas así. ¡Solo piénsenlo! Es hora de que comencemos a planear nuestra huida de aquí, o resignarnos a estar encerrados toda la eternidad.
Cuando dejé de hablar, Liam hizo atentado de querer tomar la palabra. Pero yo aún no había terminado y no teníamos tiempo.
—Déjala que acabe y luego criticas —lo detuvo Alaska, ganándose una mirada fulminante por parte del chico.
Rodé los ojos ante su actitud.
—En fin, lo que sea que tengan para decirnos, será otro día. Ya no podemos darnos el lujo de seguir así porque vamos a llamar la atención.
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—¿Ves? No fue tan malo, estoy segura de que en este momentos todos están contemplando el asunto con ojos buenos —espeté mientras me dejaba caer en la cama de Alaska, cruzando los brazos por detrás de mi cabeza como almohada.
—No estoy segura, ¿les viste la cara? —contradijo— Además, no les diste tiempo de que te respondan.
—Porque no quiero arriesgarnos a ser descubiertos —le expliqué.
—Te digo que debemos pensar esto con más cuidado, muchas cosas pueden salir mal si hacemos eso.
Le dediqué una mirada con el ceño fruncido, llena de incredulidad y me senté de golpe en la cama.
—¿De qué lado estás, Fears?
—Quiero salir de aquí, no me malinterpretes —alzó ambas manos y se encogió de hombros.
—Entonces, ten un poco más de fe —insistí, dándole un golpesito en la cabeza.
—¡Oye! Solo soy realista.
—Yo también. Así como puede salir mal, puede ser estupdendo —alcé los brazos— ¡Cree que saldrá estupendo! Es lo único que nos queda.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Estaba saliendo de la habitación de Alaska, luego de decidir que ya era suficiente de hablar sobre el plan. Teníamos bastante experiencia cuando se trataba de saber cuando nos vigilaban más y cuando bajaban la guardia. Esos crueles lo único que hacían era tener el ojo pelado en nosotros, tratando de conseguir a uno para torturarlo y alimentar sus horribles y malignos deseos.
De repente, noté que no estaba viendo por donde caminaba y estaba a punto de chocar con la espalda de un chico. Así que usé mis poderes y lo atravesé. Me giré para encontrarme con los ojos cambiantes y hermosos del chico nuevo. Del cual aún no sabía el nombre.
—¿Qué...? —se interrumpió— ¿Acabas de atravesarme? —preguntó incrédulo.
—Emmm...
—Bueno, no debería sorprenderme. ¿Eres Marysa, cierto? —quiso confirmar.
Asentí con la cabeza.— ¿Y tú eres?
—Kayden.
Presentí que quería decir algo más, así que miré en varias direcciones esperando a que se armara de valor y preguntara lo que sea que fuese.
—¿Crees en serio que el plan no tendrá ningún fallo? Es que, pueden pasar muchas cosas. No llevo aquí mucho tiempo, pero en lo que llevo, he notado toda la maldita vigilancia —explicó, mirando hacia los lados cada par de segundos. Algo paranoico, pero entendible— Y que hagamos todo eso, dependiendo solo de cuatro minutos y sin plan B...suena muy riesgoso para mí.
Rodé los ojos y resoplé. No necesitaba ninguna negatividad en mi vida en el momento —ya había tenido demasiada.
—A ver, ¿qué haremos si algo sale mal? —cuestionó, cruzándose de brazos y adoptando una actitud que no me estaba gustando.
—No lo sé, ¿improvisar? —me encogí de hombros— Mira, todos aquí tienen habilidades extraordinarias, que las usen para sacarse de aquí. No deberíamos ponernos límites si solo queremos la libertad que nos pertenece.
—¿Y te has preguntado si alguno sabe ‘improvisar’ con sus poderes? Eso no lo sabes —discutió.
—Pues que practiquen hasta que puedan hacerlo y así nos largamos de aquí —repliqué. Mi oído captó pasos acercándose— Mira, no estoy por aguantar otro año más encerrada. Y creo que todos están conmigo. Ahora, hablamos luego, porque alguien viene.
Me encontraba colocando la comida enlatada que había comprado en un Wallmart en el gran refrigerador. Planeaba quedarme en aquella cabaña, en el bosque, lejos de la civilización, hasta que tuviera que salir por más. Y para eso, nadie se acordaría de mi apariencia. Venir a vivir a Estados Unidos —aú no sabía si eso había sido buena idea del todo. Sin embargo, ya llevaba demasiado tiempo en Europa y tenía que salir de allí. El inglés ya me era un idioma fácil, era mi segunda lengua después del alemán. Así que, ¿por qué no?
Después de contactar a uno de mis ‘colegas’ (si es que se les podía llamar así) para que me facilitara lo de la Identidad y demás, compré el boleto y renté una cabaña en el bosque. No tenía vecinos, así que no debía de preocuparme de esas cosas. El dinero lo sacaba del que heredé de mi familia y el que se supone que le quedó a mi ‘tatara abuelo’ por la pensión militar. Cuyo tatara abuelo en realidad soy yo mismo, hacía muchísimos años, cuando fingí mi muerte cuando no vi otra opción más que esa para escapar del infierno en el que me querían dejar encarcelado —sin merecerlo.
Esperaba realmente que los cazadores no frecuentasen la zona en donde me encontraba mientras visiese aquí. No prendentía irme por un buen tiempo, a menos que me viese en las medidas para hacerlo.
La vida de hermitaño era lo único que conocía después de ser obligado a adoptarla por todos estos años. Y así me quedaría.
Después de terminar con la comida, me di una corta ducha y me puse ropa cómoda. Pantalones de chándal y una camiseta. Fui al escritorio que armé en una pequeña habitación en la parte de atrás de la cabaña. En su totalidad, constaba de dos habitaciones: la principal, con su baño y la pequeña, donde había armado un escritorio con lo necesario. Después había una sala comedor, cocina pequeña y un medio baño. Es justo lo que necesitaba.
Cuando escapé, o bueno, cuando ‘morí’, llevé conmigo copias de algunos documentos que había encontrado de la organización en la que estaba metido. No me iría sin tener algo de ellos. Y desde entonces, me la he pasado investigando organización tras organización como la de las base Primordial, reuniendo información. Asociaciones de personas que se dedicaban únicamente a entrenar para cazarnos y torturarnos hasta eliminarnos o hacernos perder la cordura y la razón de vivir. La habilidad que tenía de detectar los poderes de los demás me servía de mucho para advertirme cuando me acercaba a una gran masa de personas como yo, lo que significaba otra organización y que debía escapar de allí.
Había entrenado mis poderes hasta su máximo alcance en cada viaje, porque consideraba necesario saber qué soy capaz de hacer y cuáles eran mis límites. No los usaría para el mal, aunque los demás creyesen eso, sino para defenderme de aquellos que si quiera intentaran encerrarme otra vez.
Saqué los papeles del maletín y los bolígrafos. Abrí uno de los folders que tenía en letras negras y subrayadas ‘Norteamérica’ delante. Tomé el mapa del país y lo coloqué en otro lado, listo para hacer marcas con marcador rojo en los puntos del mismo en dónde se encontraban las organizaciones.
Si se quiere ganar el juego, hay que saber cómo jugar.
Sigue: Harold (Clari)
hange.
pixie.
Re: Primordials.
¡Ems, muchas gracias!
¿y yo te he dicho que amo tus comentarios? ah, no sé, son tan motivadores y sacan tantas sonrisas. Y encima, vas y subes capítulo Con las ganas que tenía yo de leer. Soy fan de Alaska y Marysa siendo amigas #AlysaForever (me emocioné). Me ha encantado tu capítulo, moco, pero comento mañana para dejarte un comentario en condiciones
¿y yo te he dicho que amo tus comentarios? ah, no sé, son tan motivadores y sacan tantas sonrisas. Y encima, vas y subes capítulo Con las ganas que tenía yo de leer. Soy fan de Alaska y Marysa siendo amigas #AlysaForever (me emocioné). Me ha encantado tu capítulo, moco, pero comento mañana para dejarte un comentario en condiciones
indigo.
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Re: Primordials.
- ems:
- Ay mujer, ¡me ha encantado!, repito, ¡ME HA ENCANTADO!
Ese comienzo con las bolas, un comienzo sencillo, que me ha transportado desde el primer momento al lado de Mary, como si fuese yo la que estaba jugando con las bolitas. Me encanta ella, ¿sabes? Me transmite esa impresión de chica fuerte y decidida, pero al mismo tiempo muy consecuente, vaya que no se deja llevar por los impulsos. ¡Y su fe inquebrantable!, es lo que más me gustaDeeper. escribió:Intento calmar mi pulso y prepararme mentalmente para el dolor que venga. Si no grito, no les daré el gusto. No obstante, por dentro sé que no importa cuanto conozca lo que viene, porque nada podrá prepararme para como me sentiré.
Aquí yo, con ganas de traspasar la pantalla para darles una buena patada a los cabrones esos, no nos maltraten a las chicas hombre, que luego os las van a hacer pagar muy caras. Como he dicho, ¡fuerte y decidida la Mary! Pero ya en serio, que horrible que le den ésas pesadillas, aunque obviamente, es algo normal.Deeper. escribió:El de quedarme tranquila, sumisa y observando todo. Investigando cuando menos se lo esperaban y estando quieta para que nadie llegase a pensar que yo podría ser una amenaza.
Esa es la actitud, a veces una actitud calmada es la mejor manera de solventar los problemas y las situaciones difíciles. Estoy segura de que Marysa ayudará a que ninguno pierda los nervios en muchas ocasiones.Ya la veo dando bofetadas por doquier para que las aguas se templen.Deeper. escribió:—¿Tú tampoco puedes dormir? —le pregunté a modo de anunciar mi presencia.
—No, solo estaba pasando el rato, ¿sabes? —contestó sarcasticamente, entrecerrando los ojos.
—Oh bueno, tienes horas curiosas para pasar el rato —me encogí de hombros y me negué a darle el gusto.
—¿Tuviste una pesadilla? —cuestionó mientras le di un trago a mi leche.
—Así que es eso, ¿también lees mentes? —adiviné, puesto que realmente desconocía de la capacidad completa de Liam. Era misterioso en ese aspecto.
Me encanta que Marysa no se deje amedrentar por Liam, no han hablado casi nada y ya preveo que la relación entre estos dos me va a encantar demasiado Y me imaginé tan bien la parte en la que Mary les cuenta al plan a todos... me imaginaba a Alaska a su lado mirándola con cara de; "nos van a tomar por locas, nos van a tomar por locas".Deeper. escribió:—¿De qué lado estás, Fears?
—Quiero salir de aquí, no me malinterpretes —alzó ambas manos y se encogió de hombros.
—Entonces, ten un poco más de fe —insistí, dándole un golpesito en la cabeza.
—¡Oye! Solo soy realista.
—Yo también. Así como puede salir mal, puede ser estupdendo —alcé los brazos— ¡Cree que saldrá estupendo! Es lo único que nos queda.
Si es que vuelvo a repetirme, me encanta Mary Al igual que la relación entre estas dos, #AlysaY esta parte también me ha encantado mucho, creo que he calado a Mary. No sé es que me encanta porque consigues que me enamore de tus personajes desde el principio.
(Esta es la parte a la que me refería)Deeper. escribió:—A ver, ¿qué haremos si algo sale mal? —cuestionó, cruzándose de brazos y adoptando una actitud que no me estaba gustando.
—No lo sé, ¿improvisar? —me encogí de hombros— Mira, todos aquí tienen habilidades extraordinarias, que las usen para sacarse de aquí. No deberíamos ponernos límites si solo queremos la libertad que nos pertenece.
Dael :omg: :omg: ¡debe de ser de los pocos que no han capturado! En realidad me has dejado muy intrigada con él puesto que parece que tiene un plan, ¡YA QUIERO SABER QUÉ PASA!
Ya lo sabes porque te lo he dicho mil veces, pero lo repito, amo como escribes. Estoy deseando seguir leyendo
indigo.
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Re: Primordials.
Depper. escribió:
- emmmss:
Milsss, me encantó el capítulo mujerdylan. escribió:Nos robaron la libertad que tanto añorábamos, aquella por la que tanto resistíamos.
Ese comienzo, el primer párrafo, oh Dios, lo amé es que me puse a pensar en la historia y en todos los pj's y me emociono porque ya empezamos y amo la idea y ¿ves? Me pongo maldylan. escribió:Fuimos ocultados de toda la belleza humana y natural, nos aislaron por miedo al rechazo, al descontrol, a una revolución. Nos culparon de muchas cosas, nos hicimos cargo de muchas otras.
O sea, en serio amé esto, de verdad que sí
¿Sabes que amo como escribes, no? Porque en serio lo hago, amo como narras.dylan. escribió:- Calíope, levántate en este instante y deja de ser tan deprimente - La rubia (..) –. Me molestas.
(...)
- Maldita sea, Alaska deja de hacer eso como si fuese divertido.
AJAJAJAJA amé esa parte xd Alaska está como que 'deja de estar de amargada y párate de ahí mongola '
y Calíope como 'joder tienes más de 100 años, madura y déjame '
me va a gustar la relación entre estas dos
Para Cali debe ser increíblemente difícil estar recordando todo eso, encima con las memorias y emociones de los demás mezclándose junto con ella también, oh Diosdylan. escribió:- ¡Suficiente! Estas aquí para cumplir órdenes como los demás – Se acercó poco a poco hasta mí – Recuerda que tú no eres nada, y que yo lo soy todo.
Como que me dieron ganas de ir a partirle la cara cuando leí eso ¿qué rayos? uno de ellos debería darle un golpe a esos estúpidos, porque ellos no son nada delante de los primordials
Pobre Kayden, bienvenido al infierno ¡Su padre lo delató! O sea, ¿qué clase de padre es o era ese individuo? ¿¿??????
Creo que me va a encantar él, y amo a Cali ya, es como la madre primicia(?) de todos allí y no se, no se. Además, la pobre, ha tenido que endurar todo eso desde el principio. Y ella solo quería el bien de los de su raza, pero todo salió al revés :c
Me encantó muchísimo
Yo me emocioné escribiendo y me dieron los feeelzzz con z (?) y bueno yo doy feels ah Haaaaw gracias, sos una tierna bueh jaja yo amo como escribis vos c:
JAJAJJJA EXACTO, osea fue muy textual a como lo dijiste vos, una re amargada y la otra jodiendo como un crío.Claro, esa es una de las partes malas de su habilidad de volver al pasado, no lo controla y generalmente vuelve a este en sueños que no la dejan dormir en pazz
OS PRIMORDIALS RLZ OZEA
Su padre era una @?!€&'c, caca ah
Cali es como la directora de la escuela (?)
Me alegro que te haya gustadoooooo <3
katara.
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Re: Primordials.
KATE la flashie que hermoso tu comentario
Pero en serio, me encantó, adjakfjakdjakda amo que te haya encantando y me emocionas con tu emoción(? #Alysaforever, estoy enamorándome de esas dos, adjakdjakda ya tenemos un ship(? Muchas gracias por tu bello comentario
hange.
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