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totally spies.
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Re: totally spies.
Capítulo 003
Si, definitivamente estaba frita, el reloj marcaba quince a las diez y apenas salía de mi habitación.
Gran trabajo Frankie, te has quedado dormía, milagrosamente nunca te echan porque al menos eres buena en algo...,me reclamaba mi subconsciente mientras me dedicaba a recorrer los pasillos de todo el edificio en busca de alguna de mis compañeras, aunque no era para nada fácil ya que el edifico era enorme.
—¡Hey Frankie! —exclamó la voz de Nando a mis espaldas.
—¡Orlando! —grité exaltada y corriendo en su dirección—. ¿Sabes dónde están todos? ¿En dónde se metió Lu? ¿Y Danielle?
—Tranquila —murmuró con los ojos grises bien abiertos tras sus gafas de laboratorio—. Jeremy las ha citado en su despacho, supongo, y tú tenías también que ir, ¿sabes?
Alcé ambas cejas sorprendida y lleve una mano a mi frente, golpeandome por mi torpeza de algunos días, causando que mi amigo soltara una pequeña risa mientras me explicaba bien toda la situación con el jefe de la TSC.
Besé la mejilla del castaño en forma de despedida y salí corriendo, de nueva cuenta, por el pasillo en dirección del despacho de Jeremy, suplicando internamente que no llegase tan puntual él y que yo no estuviese retrasada por tanto tiempo.
Después de dos minutos corriendo sin detenerme llegué frente a la puerta del despacho y sin previo aviso frené para tomar aire, grandes bocanadas en verdad ya que mi condición física no era la mejor de todas, para después tomar la perilla y girarla para entrar. Grave error, él ya estaba hablando y todas, menos Danielle, se encontraban sentadas en sus respectivos lugares.
—Lo siento director. —hable con pena mientras cierro la puerta detrás mío y prácticamente me abalanzo sobre una silla vacía.
Y pareció que a Jeremy no le importó mi llegada impuntual ya que con un asentimiento de cabeza me miró de manera comprensiva.
Todas las sillas estaban ya en ocupadas, salvo la de mi lado, y cuando Ludmila comenzó a entablar una charla, que parecía más un cuestionario, con el jefe supe que la ausencia de nuestra líder era la única que ponía molesto a Jeremy.
Por lo que no dudé ni un segundo en ayudar a las demás para hacer tiempo en lo que Danielle llegara de quién sabe donde.
Una hora después me encontraba en mi habitación, todas eran individuales en verdad, en la cual sólo las fotografías junto con los dibujos pegados en las paredes, los libros apilados ordenadamente en los libreros y la cama eran lo que le daban vida a aquel cierto impecablemente blanco. Todo ahí era sumamente impecable en verdad.
Después de que nuestra líder apareció en la oficina de Jeremy finalmente, con más de veinte minutos de retraso, se nos informo ampliamente sobre nuestra nueva misión, que sería en equipo, cosa que nos emociono a todas. Nuestro objetivo eran chicos de Abbott Hills, a los cuales debíamos de proteger ya que últimamente se habían dado casos de secuestros, robos e incluso asesinatos, todas las víctimas siendo hijos de grandes empresarios, famosos y millonarios, que estudiaban en la escuela más privilegiada de la ciudad e incluso del estado. Y para ello debíamos de estudiar, al igual que ellos, pues entre más cerca sería mejor todo.
Había pasado la hora de comer y estaba segura de que fuera del edificio el sol estaba ocultándose, las estrellas relucían y la luna comenzaba a proyectarse, en el cielo. Lástima que no podía apreciar tan hermosa vista desde lo alto ya que por lo menos dos cuartos de mi armario aún necesitaba espacio en las maletas.
Llevaba ya cuatro y aún no terminaba de empacar todas mis pertenecías.
Horas más tarde había terminado de empacar todo, como pude pero lo logre por suerte, y en menos de dos minutos había caído completamente dormida después de haberme puesto el pijama. Estaba agotada y lo que se avecinaba estaba segura de que también me agotaría.
Seis en punto de la mañana, me desperté y tome una ducha lo más rápido que pude ya que partíamos a las siete, mi cuerpo necesitaba descansar un poco más pero mi cerebro estaba ya en práctica resanado mentalmente todo lo que había empacado la noche anterior para verificar si no me había olvidado de nada.
Suspiré pesadamente cuando mi celular comenzó a sonar, el tono que indicaba de un contacto importante, como mis padres.
Sin pensarlo dos veces doblé rápidamente unos pantalones de corte brasileño y los lance a la maleta color roja, por desgracia la última que me faltó por llenar, para caer de espalda en la cama mientras le gritaba al móvil que respondiera. Este inmediatamente cedió y un timbre indicó que ya estaba en línea, genial, ¿no? Teníamos tantas cosas tecnológicas muy avanzadas que más que fascinada estaba yo con ellas.
—¡Hola! —exclamé aún boca arriba con el móvil a mi lado.
—Hola Frankie, vaya, finalmente te dignas a contestarnos niña —contestó la voz de mi madre por el altavoz—, fueron tres veces las que te marque ayer y no contestabas. ¿Dónde estabas?
—Lo siento ma —murmuré jugando con las puntas de mi cabello rubio—, me levanté tarde ayer y me pase la mayoría de la tarde en el despacho de Jeremy con las demás chicas.
—Bueno, eso lo explica todo, ¿y como estas? ¿Algo nuevo? —cuestionó animadamente y me la imaginé del otro lado del mundo en la casa probablemente recargada en el balcón de su habitación con un iPhone tratando de ver como estaba en su escaso tiempo libre. Suspire pesadamente—. ¿Eso a que viene?
—A nada, últimamente he entrenado y pasado por mucho, estoy cansada, sólo eso. Supongo. —dije cerrando los ojos— Pero estoy bien, muy bien, de hecho. ¿Y como están todos por allá? ¿Papa ya le tomó confianza a Fred con lo de la empresa?
—Oh, me alegro por ti cariño, y si, tu padre a mejorado últimamente con Frederic, cambió la técnica que usaba antes para mostrarle todo; al parecer tu hermano es un poco más lento para entender las cosas —murmuró entre risas y yo le imité—. Aunque te echamos mucho de menos hija, ¿que no les dan sus vacaciones por salvar al mundo de los villanos?
—No salvamos al mundo de los villanos —susurre divertida—, pero soy consiente de que me merezco unas vacaciones y que Fred es más lento que nadie más.
Mi madre rió y a lo lejos escuche como mi padre junto con Frederic le preguntaban algo sobre su risa, pero ella los ignoro y siguió, haciéndome sonreír inconscientemente.
Los extrañaba mucho en verdad, ya que estaba desde temprana edad en las instalaciones de la TSC y no pasaba mucho tiempo con mi familia. Mi hermosa familia. Pero era algo a lo cual con el tiempo te acostumbrabas y terminaban aceptándolo; aún cuando les visitaba sólo una ó dos veces por año.
—¡Frankie! —exclamó la voz ronca y fuerte de Fred.
—¡Frederic! —grité tan fuerte como si en verdad estuviese frente a mi.
—Oh por dios, creía que te habías vuelto una diva espía y que probablemente andarías por ahí casando malvados junto con Batman, pero ya vi que sigues siendo tan tú —dijo burlesco e intentaba quitarle el aparato a mi madre—. Margaret, dame el teléfono, por favor.
—¡Suéltalo y aléjate Frederic! ¡Maxon, ven por Fred! —exclamaba ella riendo y gruñendo a la vez.
Vaya que tenía una familia normal, si, muy normal. Reía mientras escuchaba los lamentos de mi madre por tener un hijo tan brusco, las amenazas e intentos de sobornos por parte de Fred y las quejas de mi padre por andar en medio del caos.
Unos toques en mi puerta me sacaron de mis carcajadas e inmediatamente salté fuera de la cama y tome el teléfono.
—¡Es hora de subir las maletas Frankie! —gritó alguien por el otro lado de la puerta sin dejar de golpear.
—¡Ya voy! —grité.
Corrí hasta la puerta y la abrí de par en par, un chico entró por esta y miró todas las maletas que había apiladas al lado de la cómoda de la cama, él frunció el ceño y arrastro sus pies pesadamente hasta ellas.
—Tengo que irme. —dije a mi familia e inmediatamente se hizo el silencio en la línea— Voy a ir al Abbott Hills para investigar algo con las demás chicas, en vez de vacaciones me darán más clases, genial, ¿no?
—Que aburrido, creía que está vez te enviarían a un lugar genial como a la luna en vez de a un colegio, diviértete con el francés Frank. —murmuró sarcástico Fred.
—Y tú con las matemáticas, Fred. —conteste usando el mismo tono que él por lo que resopló.
—Cuídate Frankie, te queremos. —dijeron al mismo tiempo mis padres.
—Claro que si, los quiero, adiós. —murmuré y colgué.
Me di media vuelta y vi como el chico trataba de cargar con todas mis maletas suspire como por milésima vez en el día y me dispuse a ayudarle, ya que se me haría más tarde de lo normal.
Gran trabajo Frankie, te has quedado dormía, milagrosamente nunca te echan porque al menos eres buena en algo...,me reclamaba mi subconsciente mientras me dedicaba a recorrer los pasillos de todo el edificio en busca de alguna de mis compañeras, aunque no era para nada fácil ya que el edifico era enorme.
—¡Hey Frankie! —exclamó la voz de Nando a mis espaldas.
—¡Orlando! —grité exaltada y corriendo en su dirección—. ¿Sabes dónde están todos? ¿En dónde se metió Lu? ¿Y Danielle?
—Tranquila —murmuró con los ojos grises bien abiertos tras sus gafas de laboratorio—. Jeremy las ha citado en su despacho, supongo, y tú tenías también que ir, ¿sabes?
Alcé ambas cejas sorprendida y lleve una mano a mi frente, golpeandome por mi torpeza de algunos días, causando que mi amigo soltara una pequeña risa mientras me explicaba bien toda la situación con el jefe de la TSC.
Besé la mejilla del castaño en forma de despedida y salí corriendo, de nueva cuenta, por el pasillo en dirección del despacho de Jeremy, suplicando internamente que no llegase tan puntual él y que yo no estuviese retrasada por tanto tiempo.
Después de dos minutos corriendo sin detenerme llegué frente a la puerta del despacho y sin previo aviso frené para tomar aire, grandes bocanadas en verdad ya que mi condición física no era la mejor de todas, para después tomar la perilla y girarla para entrar. Grave error, él ya estaba hablando y todas, menos Danielle, se encontraban sentadas en sus respectivos lugares.
—Lo siento director. —hable con pena mientras cierro la puerta detrás mío y prácticamente me abalanzo sobre una silla vacía.
Y pareció que a Jeremy no le importó mi llegada impuntual ya que con un asentimiento de cabeza me miró de manera comprensiva.
Todas las sillas estaban ya en ocupadas, salvo la de mi lado, y cuando Ludmila comenzó a entablar una charla, que parecía más un cuestionario, con el jefe supe que la ausencia de nuestra líder era la única que ponía molesto a Jeremy.
Por lo que no dudé ni un segundo en ayudar a las demás para hacer tiempo en lo que Danielle llegara de quién sabe donde.
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Una hora después me encontraba en mi habitación, todas eran individuales en verdad, en la cual sólo las fotografías junto con los dibujos pegados en las paredes, los libros apilados ordenadamente en los libreros y la cama eran lo que le daban vida a aquel cierto impecablemente blanco. Todo ahí era sumamente impecable en verdad.
Después de que nuestra líder apareció en la oficina de Jeremy finalmente, con más de veinte minutos de retraso, se nos informo ampliamente sobre nuestra nueva misión, que sería en equipo, cosa que nos emociono a todas. Nuestro objetivo eran chicos de Abbott Hills, a los cuales debíamos de proteger ya que últimamente se habían dado casos de secuestros, robos e incluso asesinatos, todas las víctimas siendo hijos de grandes empresarios, famosos y millonarios, que estudiaban en la escuela más privilegiada de la ciudad e incluso del estado. Y para ello debíamos de estudiar, al igual que ellos, pues entre más cerca sería mejor todo.
Había pasado la hora de comer y estaba segura de que fuera del edificio el sol estaba ocultándose, las estrellas relucían y la luna comenzaba a proyectarse, en el cielo. Lástima que no podía apreciar tan hermosa vista desde lo alto ya que por lo menos dos cuartos de mi armario aún necesitaba espacio en las maletas.
Llevaba ya cuatro y aún no terminaba de empacar todas mis pertenecías.
Horas más tarde había terminado de empacar todo, como pude pero lo logre por suerte, y en menos de dos minutos había caído completamente dormida después de haberme puesto el pijama. Estaba agotada y lo que se avecinaba estaba segura de que también me agotaría.
Seis en punto de la mañana, me desperté y tome una ducha lo más rápido que pude ya que partíamos a las siete, mi cuerpo necesitaba descansar un poco más pero mi cerebro estaba ya en práctica resanado mentalmente todo lo que había empacado la noche anterior para verificar si no me había olvidado de nada.
Suspiré pesadamente cuando mi celular comenzó a sonar, el tono que indicaba de un contacto importante, como mis padres.
Sin pensarlo dos veces doblé rápidamente unos pantalones de corte brasileño y los lance a la maleta color roja, por desgracia la última que me faltó por llenar, para caer de espalda en la cama mientras le gritaba al móvil que respondiera. Este inmediatamente cedió y un timbre indicó que ya estaba en línea, genial, ¿no? Teníamos tantas cosas tecnológicas muy avanzadas que más que fascinada estaba yo con ellas.
—¡Hola! —exclamé aún boca arriba con el móvil a mi lado.
—Hola Frankie, vaya, finalmente te dignas a contestarnos niña —contestó la voz de mi madre por el altavoz—, fueron tres veces las que te marque ayer y no contestabas. ¿Dónde estabas?
—Lo siento ma —murmuré jugando con las puntas de mi cabello rubio—, me levanté tarde ayer y me pase la mayoría de la tarde en el despacho de Jeremy con las demás chicas.
—Bueno, eso lo explica todo, ¿y como estas? ¿Algo nuevo? —cuestionó animadamente y me la imaginé del otro lado del mundo en la casa probablemente recargada en el balcón de su habitación con un iPhone tratando de ver como estaba en su escaso tiempo libre. Suspire pesadamente—. ¿Eso a que viene?
—A nada, últimamente he entrenado y pasado por mucho, estoy cansada, sólo eso. Supongo. —dije cerrando los ojos— Pero estoy bien, muy bien, de hecho. ¿Y como están todos por allá? ¿Papa ya le tomó confianza a Fred con lo de la empresa?
—Oh, me alegro por ti cariño, y si, tu padre a mejorado últimamente con Frederic, cambió la técnica que usaba antes para mostrarle todo; al parecer tu hermano es un poco más lento para entender las cosas —murmuró entre risas y yo le imité—. Aunque te echamos mucho de menos hija, ¿que no les dan sus vacaciones por salvar al mundo de los villanos?
—No salvamos al mundo de los villanos —susurre divertida—, pero soy consiente de que me merezco unas vacaciones y que Fred es más lento que nadie más.
Mi madre rió y a lo lejos escuche como mi padre junto con Frederic le preguntaban algo sobre su risa, pero ella los ignoro y siguió, haciéndome sonreír inconscientemente.
Los extrañaba mucho en verdad, ya que estaba desde temprana edad en las instalaciones de la TSC y no pasaba mucho tiempo con mi familia. Mi hermosa familia. Pero era algo a lo cual con el tiempo te acostumbrabas y terminaban aceptándolo; aún cuando les visitaba sólo una ó dos veces por año.
—¡Frankie! —exclamó la voz ronca y fuerte de Fred.
—¡Frederic! —grité tan fuerte como si en verdad estuviese frente a mi.
—Oh por dios, creía que te habías vuelto una diva espía y que probablemente andarías por ahí casando malvados junto con Batman, pero ya vi que sigues siendo tan tú —dijo burlesco e intentaba quitarle el aparato a mi madre—. Margaret, dame el teléfono, por favor.
—¡Suéltalo y aléjate Frederic! ¡Maxon, ven por Fred! —exclamaba ella riendo y gruñendo a la vez.
Vaya que tenía una familia normal, si, muy normal. Reía mientras escuchaba los lamentos de mi madre por tener un hijo tan brusco, las amenazas e intentos de sobornos por parte de Fred y las quejas de mi padre por andar en medio del caos.
Unos toques en mi puerta me sacaron de mis carcajadas e inmediatamente salté fuera de la cama y tome el teléfono.
—¡Es hora de subir las maletas Frankie! —gritó alguien por el otro lado de la puerta sin dejar de golpear.
—¡Ya voy! —grité.
Corrí hasta la puerta y la abrí de par en par, un chico entró por esta y miró todas las maletas que había apiladas al lado de la cómoda de la cama, él frunció el ceño y arrastro sus pies pesadamente hasta ellas.
—Tengo que irme. —dije a mi familia e inmediatamente se hizo el silencio en la línea— Voy a ir al Abbott Hills para investigar algo con las demás chicas, en vez de vacaciones me darán más clases, genial, ¿no?
—Que aburrido, creía que está vez te enviarían a un lugar genial como a la luna en vez de a un colegio, diviértete con el francés Frank. —murmuró sarcástico Fred.
—Y tú con las matemáticas, Fred. —conteste usando el mismo tono que él por lo que resopló.
—Cuídate Frankie, te queremos. —dijeron al mismo tiempo mis padres.
—Claro que si, los quiero, adiós. —murmuré y colgué.
Me di media vuelta y vi como el chico trataba de cargar con todas mis maletas suspire como por milésima vez en el día y me dispuse a ayudarle, ya que se me haría más tarde de lo normal.
- hola:
- Bueno, acá lo que me digno a llamar capítulo ;-; pido disculpas por la demora, pero ando con exámenes y se me fue el internet por todo el día, termine el capítulo así como pude para no pasarme ya más y pues...así quedo, es feo lo sé, pero prometo uno mejor para la siguiente ronda. Besos
Última edición por frodo. el Miér 04 Mar 2015, 6:36 pm, editado 1 vez
trunks
Re: totally spies.
me encantó el cap, la familia de frankie es genial, no paré de reír en esa parte.. me toca *-* me pondré a esribir a qué sale de éste dolor de cabeza xd
pd: la próxima que digas que quedó te golpeo :c
pd: la próxima que digas que quedó te golpeo :c
baekhyun.
Re: totally spies.
JAJAJAJAJA es gracioso toda la ropa de Frankie y su familia, ay, quiero una así.
me encantó, fue muy lindo. Después de vos Dani, me va a tocar a mi.
me encantó, fue muy lindo. Después de vos Dani, me va a tocar a mi.
proserpina
Re: totally spies.
Capítulo 004
Salí corriendo de la habitación, si volvía a llegar las me enterrarían viva y harían fiesta sobre mi tumba. Bajé las escaleras a toda velocidad seguida por el chico de las maletas y, como siempre, las cuatro estaban observándome con gracia y a la vez con reproche. Susurré un lo siento y respiré profundo intentando recuperar el aliento perdido.
—Creo que debes comprar una mejor alarma, Dani— escuché decir. Dirijo mi mirada a Lu, quien moría por carcajearse frente a mí.
Continuaron el camino completo haciendo bromas acerca de mi llegada tarde a todos lados. Y tenían razón, debía comenzar a ser más puntual o sería Jeremy quien me enterraría viva y haría fiesta en sobre mi tumba.
—Bien, hay que repartir habitaciones y luego ir a ver el laboratorio— digo girándome hacia las chicas. Todas asienten y vamos escaleras arriba. Para nuestra sorpresa, las habitaciones tenían cada una su nombre en la puerta. Nos miramos entre nosotras y cada una se dirigió a la puerta blanca que tenía su nombre.
El cuarto estaba pintado de blanco con diseños así súper cool en rojo, había un estante lleno de libros, la mayoría libros de artes marciales e idiomas, pero también tenía algunos clásicos como orgullo y prejuicio y jane eyre. Tenía un baño propio y un closet en el que podía entrar, siempre había querido uno esos.
Nota mental: Amar Jeremy por la eternidad, okno.
La cama era gigante y a cada lado tenía mesitas de noche con lámparas. Tenía un balcón y buró justo al lago de éste. Era increíblemente genialoso. El chico de las maletas, que nos había acompañado siendo el chofer, dejó mi equipaje a un lado de la puerta. Le sonrío y agradezco para después verlo desaparecer.
—Chicas nos llama Jeremy— escuché gritar a una de las chicas. Salgo de la habitación encontrándome con Frankie, quien tenía una sonrisa de oreje a oreja.
Nos levantamos y dirigimos hacia el sótano, donde suponíamos que estaba el laboratorio. Abrí la puerta que dos daba camino al mismo y encendí las luces.
—Wow— susurramos todas. Esto si era alta tecnología. Computadoras inteligentes, microscopios, analizadores de sustancias y otras cosas que no sé lo que son pero que tienen a Frankie muy emocionada. Al final una puerta que lleva, supongo, al patio o a algún lugar donde podamos entrenar.
—Esas chicas chillan más que una gallina— dice riendo.
Todas rompieron en carcajadas al ver mis mejillas rojas y mi pelo hecho un desastre gracias a la carrera y al no peinarme cuando me levanté. Tomé la goma elástica de mi mano y lo amarré en una cola alta. Las chicas negaron con sus cabezas y en fila entraron al mini-bus que nos llevaría a la secundaria Abbott Hill.
La verdad era que me encontraba emocionada, ésta era una de las pocas veces que podía hacer misiones con mis amigas y era increíble, pues a pesar de nuestras diferentes personalidades llegábamos siempre a un acuerdo, no como cuando me tocaba con esos viejos amargados que querían hacer todo a su manera. Odio eso.
—Creo que debes comprar una mejor alarma, Dani— escuché decir. Dirijo mi mirada a Lu, quien moría por carcajearse frente a mí.
—Creo que ni con la mejor alarma del mundo podría levantarse temprano— bromea Frankie.
—Apuesto que si cierta persona me dejara descansar bien, no tendría que llegar a tarde a todos los lados— todas rieron sabiendo que me refería a Jeremy, nuestro director.
Continuaron el camino completo haciendo bromas acerca de mi llegada tarde a todos lados. Y tenían razón, debía comenzar a ser más puntual o sería Jeremy quien me enterraría viva y haría fiesta en sobre mi tumba.
Luego de una hora de camino llegamos a una gran casa, blanca y con un estilo colonia. Era hermosa y bastante elegante. Bajamos del auto a toda prisa y esperamos a que Lu abriera la puerta principal.
Literalmente todas quedamos en shock al ver la estructura de la casa por dentro. Tenía una gran sala de estar, con una pantalla plasma y varios video juegos en la mesita que se encontraba debajo de ésta. Amo a Jeremy, video juegos, ¡yei! Seguimos un poco más adentro encontrándonos con la más grande y hermosa cocina que puede existir, tenía estantes y alacenas en madera, el desayunador era mármol gris, y había un gran refrigerador de dos puertas, mucha comida y video juegos, nunca me iré de esta casa.
—Bien, hay que repartir habitaciones y luego ir a ver el laboratorio— digo girándome hacia las chicas. Todas asienten y vamos escaleras arriba. Para nuestra sorpresa, las habitaciones tenían cada una su nombre en la puerta. Nos miramos entre nosotras y cada una se dirigió a la puerta blanca que tenía su nombre.
—A la cuenta de tres todas abrimos— dice Frankie con una sonrisa de oreja a oreja. Asentimos y observamos nuestras puertas —uno, dos— pongo mi mano sobre la manecilla —¡y tres! — abro la puerta de golpe y ahí si es verdad que me quedo en shock.
El cuarto estaba pintado de blanco con diseños así súper cool en rojo, había un estante lleno de libros, la mayoría libros de artes marciales e idiomas, pero también tenía algunos clásicos como orgullo y prejuicio y jane eyre. Tenía un baño propio y un closet en el que podía entrar, siempre había querido uno esos.
Nota mental: Amar Jeremy por la eternidad, okno.
La cama era gigante y a cada lado tenía mesitas de noche con lámparas. Tenía un balcón y buró justo al lago de éste. Era increíblemente genialoso. El chico de las maletas, que nos había acompañado siendo el chofer, dejó mi equipaje a un lado de la puerta. Le sonrío y agradezco para después verlo desaparecer.
—Chicas nos llama Jeremy— escuché gritar a una de las chicas. Salgo de la habitación encontrándome con Frankie, quien tenía una sonrisa de oreje a oreja.
—¿Por qué tan feliz?— le pregunto mientras bajamos las escaleras.
—Tengo un librero gigantesco, creo que amo a Jeremy— dice riendo. Río y me siento en el gran sofá frente a la pantalla plasma. Un Jeremy, serio, como siempre, nos observaba desde la pantalla.
—¿Cómo están chicas?— pregunta con su típico tono de persona aburrido y sin felicidad alguna en su vida.
—Bien— respondemos todas al unísono.
—Bien, como saben mañana deberán ir a la escuela, sus materiales se encuentran ya en sus casilleros, además de que sus uniformes están en sus armarios.
—Wait— interrumpo— ¿usaremos uniformes?
—¿Qué esperabas? Es una escuela privada, deben usar uniformes— dice. Todas lanzamos un bufido de desaprobación. Juro que si es feo o una falda lo mato. —Como decía, todo ya está listo, deben pasar primero por la oficina del director, quien les dará sus horarios y más instrucciones. Él es el único de la escuela que sabe de su trabajo ya que fue quien las contrató— Asentimos y él se despide.
Nos levantamos y dirigimos hacia el sótano, donde suponíamos que estaba el laboratorio. Abrí la puerta que dos daba camino al mismo y encendí las luces.
—Wow— susurramos todas. Esto si era alta tecnología. Computadoras inteligentes, microscopios, analizadores de sustancias y otras cosas que no sé lo que son pero que tienen a Frankie muy emocionada. Al final una puerta que lleva, supongo, al patio o a algún lugar donde podamos entrenar.
Las chicas chillan y gritan por tantas cosas solo para ellas, pues en el TSC las tenemos, pero los viejitos no nos usarlas. Bufo y observo a Lu enarcando una ceja hacia las otras tres chicas. Río ante su expresión y salgo del lugar seguida por ella.
—Esas chicas chillan más que una gallina— dice riendo.
—¿Las gallinas chillan? — pregunto confundida. Ella me mira y ambas reímos con ganas —Lu— susurro. Ella enarca una ceja en respuesta —¿Cómo es la escuela? — pregunto. Nunca había ido a una escuela antes. Apenas era una niña cuando mis padres murieron así que jamás fui a una escuela o algo parecido.
—No lo sé, Jeremy nunca me inscribió en una— responde encogiendo los hombros. Asiento y me dirijo a mi habitación. Algo me dice que mañana será un largo día.
- :moon:
- eh aqui la mas grande atrocidad de la historia de las atrocidades! Lu, espero tu cap.. chicas queria preguntarles si les molestaria que invite a otras 3 chicas para que escriban con nosotras.. o sea, no serian audiciones, solo las invito y si aceptan las agregamos, si quieren podemos seguir como estamos..
baekhyun.
Re: totally spies.
GRACIAS POR AMBOS COMENTARIOS CHICAS. Perdón, la escuela me mata ultimamente y no habia tenido tiempo para agradecerles, so.
Dany...ahora yo tambien me pongo tu plan de: 'no digas que esta feo que te pego' bc lo ame, dios, cada vez más me emociono más con tus capitulos dany, yay.
En verdad por mi no hay problema, como decidas, de igual manera el fin de la colectiva es progresar y divertirnos ñ.ñ
Dany...ahora yo tambien me pongo tu plan de: 'no digas que esta feo que te pego' bc lo ame, dios, cada vez más me emociono más con tus capitulos dany, yay.
En verdad por mi no hay problema, como decidas, de igual manera el fin de la colectiva es progresar y divertirnos ñ.ñ
trunks
Re: totally spies.
viste que mi viejo nos proporciona todo.
es un genio, hay que amarlo.
me gustó la parte en que yo aparezco salvajemente y me hace preguntas danielle y yo tipo: ni puta idea, el viejo no me mandó a una escuela.
es un genio, hay que amarlo.
me gustó la parte en que yo aparezco salvajemente y me hace preguntas danielle y yo tipo: ni puta idea, el viejo no me mandó a una escuela.
proserpina
Re: totally spies.
Gracias por sus cometarios chicas..
Alec: no hay que ser tan agresivo, a mi se acepta bv no escribo tan perfecto como tú :c
Lu: está super buenon el hombre mandándonos todo eso xd
Alec: no hay que ser tan agresivo, a mi se acepta bv no escribo tan perfecto como tú :c
Lu: está super buenon el hombre mandándonos todo eso xd
baekhyun.
Re: totally spies.
Capítulo 005
Si hay algo que odio más que ser la última en dormir, es ser la primera en despertar. Mis amigas duermen en el auto mientras yo las observo, ellas están acá, son mis amigas y tienen vidas, más o menos, normales. De una escala del uno al diez sobre cuanto las envido sería un ocho.
Sé que sus vidas son distintas, complejas y eso, pero mi vida con el imbécil de mi padre no es tan fácil. A veces me gusta pensar en cómo sería mi vida si mi madre estuviera viva; no sería espía, probablemente no me gustarían las armas, no se sabría defender y no descubriría su adicción al cuero. Sí, la vida sería completamente distinta.
¿Sabían que dormí sólo media hora? Aún no repongo mis energías del todo. Para colmo, cuando intento volver a dormir golpeo mi cabeza con al asiento de adelante y veo una casa en la que hemos parado justo en su entrada. Si esa es la casa entonces le debo una disculpa a JJ, o sea, mi papá.
—¡Chicas! Llegamos, levántense. —Las moví a cada una como pude, pero ellas no se inmutaban y por eso, como último de los recursos, grité.
Todas se levantaron de su asiento, y me miraron mal, muy, muy, mal. Sin embargo busqué mis bolsos y bajé del bus con emoción porque hasta ahora no caía en cuenta de que enserio nos íbamos de TSC, ni que iríamos a una escuela con personas reales.
Emoción era que lo fluía por mis venas, estaba a pasos de la puerta y ya quería entrar y ver qué era lo que habían preparado para nosotras. Y vaya que eran cosas preciosas, la sala de estar era tan bonita y blanca, y con videojuegos, y la amé. También amé la cocina de colores cálidos, brillantes y con objetos metálicos nuevos, no como la cocina de mi hogar, sucia y oscura. Espero que no nos obliguen irnos de la casa, o que la tengamos por un buen tiempo. La necesitamos.
—Bien, hay que repartir habitaciones y luego ir a ver el laboratorio. Dice Danielle mientras nos miramos entre sí por las escaleras. Tenemos puertas con nuestros nombres; vamos papá, dame tú mejor golpe.
—A la cuenta de tres todas abrimos.—Frankie exclama sonriendo. Todas estamos atentas a su cuenta regresiva listas para abrir nuestras puertas con nerviosismo. —¡Tres!
—Por todos los santos.
Si esto era obra de mi Jeremy, lo admito estoy noqueada. Es tan yo, incluso mejor que lo que es mi habitación en TSC. Increíble.
Hay estanterías, hay música de la que sólo a mí me gusta, libros de misterio y armas, muebles caros y grandes. Era perfecto, era la habitación que siempre quise, ahora deseo llevarla a mi verdadera casa. Salí al balcón, ¿olvidé mencionar que tengo uno? Pues lo tengo; es luminoso y amplio. Puedo notar todo el vecindario desde ahí. Familias con casas acogedoras y niñitos corriendo debajo de los corros de las mangueras de riego en los patios.
—Chicas, Jeremy nos llama. —Eso fue lo que dijo Briana con su voz melodiosa y divertida desde una de las habitaciones.
Pero no yo quería hablar con papá, eso significaría que tendría que admitir que su, hasta ahora, mejor golpe fue realmente duro de contraatacar. Yo no soy buena disculpándome, no me sale fácil y con él es más que complicado.
Bajo por las esclareas, estoy hablando con Briana y Celeste sobre nuestras habitaciones, las similitudes y sus diferencias. No escuché mucho después de ver como papá apareció en la pantalla del plasma del living.
Joder, vete.
Nos sentamos juntas y muy amontonadas, una arriba de otras, como chicas adolescentes que somos, jóvenes, con ansias de libertad y sensibles, a pesar de nuestro intelecto, claro.
—¿Cómo están chicas? —Papá nos miran a todas en general y no a mí en particular, como si no le importara en lo absoluto mi estado de ánimo. Razón número uno por la cual no diré que ha hecho con excelencia su trabajo.
—Bien. —Respondemos todas.
—Bien, como saben mañana deberán ir a la escuela, sus materiales se encuentran ya en sus casilleros, además de que sus uniformes están en sus armarios.
—Wait—Dani le corta el estúpido monólogo serio y monótono, y gracias. —¿Usaremos uniformes?
—¿Qué esperabas? Es una escuela privada, deben usar uniformes. —Él siempre es una persona súper obvia que no se comporta la mayoría de las veces. No estábamos de acuerdo a eso, espero que lo haya notado por nuestro bufido, sólo espero que sea una bonita falda a la cintura. —Como decía, todo ya está listo, deben pasar primero por la oficina del director, quien les dará sus horarios y más instrucciones. Él es el único de la escuela que sabe de su trabajo ya que fue quien las contrató.
Espero que el director sea amable porque de lo contrario se caerá por las escaleras.
Como si la vista de nuestras habitaciones no fuera suficiente, ahora teníamos que echarle el ojo al laboratorio. Nuestro propio laboratorio, uno en que Frankie pueda enseñarme a usar las teclas raras y de lucecitas que están en los paneles, Ana me ayudaría a ser algún día una buena líder justo como ella lo es, y claro que Abby va a ayudarme a remendar mis prendas que por accidente he roto.
La puerta del laboratorio estaba sellada con códigos, señales e impresiones de laser de nuestros ojos. Nunca pensé que sería tan lento abrir una puerta.
—Wow.
Como toda la casa, es tan distinta a lo que imaginé. Ninguna película en la historia ha podido crear lo que mis ojos ven. Los paneles de lucecitas que brillan más que los árboles de navidad emocionaron tanto a Fran que comenzó a correr por todos lados mirando con atención cada detalle, todas estaban felices con las cosas para cada una, hasta Annabeth que es nuestra líder y no es mucho lo que pueda ver en los computadores y demás tecnologías estaba sonriendo con las demás.
Salvo Danielle, ella lanza un bufido y se gira a verme, nota mi expresión y salimos juntas sin decir nada por la puerta del laboratorio. Me encantaría ir a ver el campo de batalla que se supone debo tener pero con la poca atención que el director me brindó no estoy demasiado bien para fingir ser una niña y ver mis nuevos juguetes. Aunque una nueva navaja me vendría bien.
—Esas chicas chillan más que una gallina. —Río.
—¿Las gallinas chillan? —Preguntó confundida. Nos miramos y comenzamos a reír. —Lu... —Susurra y yo levanto mi ceja en señal para que siga hablando. —¿Cómo es la escuela? —me pregunta como si yo fuera a tener una respuesta, ¿Acaso no sabe que viví toda mi vida de la asociación.
—No lo sé, Jeremy nunca me inscribió en una. —Encojo mis hombros con pena mezclada de indiferencia. Ella me mira y se va a su habitación mientras me quedo en el medio de la casa, seguir los pasos de la chica artes marciales o correr en busca de las infantiles de mis compañeras mirando y hablando con un efervescente tono sobre todo mientras yo ignoro mi sala a prueba de sonidos.
Decido ir a dormir y recuperar fuerzas, mañana no será un día común y nadie quiere lidiar conmigo enfadada.
Sé que sus vidas son distintas, complejas y eso, pero mi vida con el imbécil de mi padre no es tan fácil. A veces me gusta pensar en cómo sería mi vida si mi madre estuviera viva; no sería espía, probablemente no me gustarían las armas, no se sabría defender y no descubriría su adicción al cuero. Sí, la vida sería completamente distinta.
¿Sabían que dormí sólo media hora? Aún no repongo mis energías del todo. Para colmo, cuando intento volver a dormir golpeo mi cabeza con al asiento de adelante y veo una casa en la que hemos parado justo en su entrada. Si esa es la casa entonces le debo una disculpa a JJ, o sea, mi papá.
—¡Chicas! Llegamos, levántense. —Las moví a cada una como pude, pero ellas no se inmutaban y por eso, como último de los recursos, grité.
Todas se levantaron de su asiento, y me miraron mal, muy, muy, mal. Sin embargo busqué mis bolsos y bajé del bus con emoción porque hasta ahora no caía en cuenta de que enserio nos íbamos de TSC, ni que iríamos a una escuela con personas reales.
Emoción era que lo fluía por mis venas, estaba a pasos de la puerta y ya quería entrar y ver qué era lo que habían preparado para nosotras. Y vaya que eran cosas preciosas, la sala de estar era tan bonita y blanca, y con videojuegos, y la amé. También amé la cocina de colores cálidos, brillantes y con objetos metálicos nuevos, no como la cocina de mi hogar, sucia y oscura. Espero que no nos obliguen irnos de la casa, o que la tengamos por un buen tiempo. La necesitamos.
—Bien, hay que repartir habitaciones y luego ir a ver el laboratorio. Dice Danielle mientras nos miramos entre sí por las escaleras. Tenemos puertas con nuestros nombres; vamos papá, dame tú mejor golpe.
—A la cuenta de tres todas abrimos.—Frankie exclama sonriendo. Todas estamos atentas a su cuenta regresiva listas para abrir nuestras puertas con nerviosismo. —¡Tres!
—Por todos los santos.
Si esto era obra de mi Jeremy, lo admito estoy noqueada. Es tan yo, incluso mejor que lo que es mi habitación en TSC. Increíble.
Hay estanterías, hay música de la que sólo a mí me gusta, libros de misterio y armas, muebles caros y grandes. Era perfecto, era la habitación que siempre quise, ahora deseo llevarla a mi verdadera casa. Salí al balcón, ¿olvidé mencionar que tengo uno? Pues lo tengo; es luminoso y amplio. Puedo notar todo el vecindario desde ahí. Familias con casas acogedoras y niñitos corriendo debajo de los corros de las mangueras de riego en los patios.
—Chicas, Jeremy nos llama. —Eso fue lo que dijo Briana con su voz melodiosa y divertida desde una de las habitaciones.
Pero no yo quería hablar con papá, eso significaría que tendría que admitir que su, hasta ahora, mejor golpe fue realmente duro de contraatacar. Yo no soy buena disculpándome, no me sale fácil y con él es más que complicado.
Bajo por las esclareas, estoy hablando con Briana y Celeste sobre nuestras habitaciones, las similitudes y sus diferencias. No escuché mucho después de ver como papá apareció en la pantalla del plasma del living.
Joder, vete.
Nos sentamos juntas y muy amontonadas, una arriba de otras, como chicas adolescentes que somos, jóvenes, con ansias de libertad y sensibles, a pesar de nuestro intelecto, claro.
—¿Cómo están chicas? —Papá nos miran a todas en general y no a mí en particular, como si no le importara en lo absoluto mi estado de ánimo. Razón número uno por la cual no diré que ha hecho con excelencia su trabajo.
—Bien. —Respondemos todas.
—Bien, como saben mañana deberán ir a la escuela, sus materiales se encuentran ya en sus casilleros, además de que sus uniformes están en sus armarios.
—Wait—Dani le corta el estúpido monólogo serio y monótono, y gracias. —¿Usaremos uniformes?
—¿Qué esperabas? Es una escuela privada, deben usar uniformes. —Él siempre es una persona súper obvia que no se comporta la mayoría de las veces. No estábamos de acuerdo a eso, espero que lo haya notado por nuestro bufido, sólo espero que sea una bonita falda a la cintura. —Como decía, todo ya está listo, deben pasar primero por la oficina del director, quien les dará sus horarios y más instrucciones. Él es el único de la escuela que sabe de su trabajo ya que fue quien las contrató.
Espero que el director sea amable porque de lo contrario se caerá por las escaleras.
Como si la vista de nuestras habitaciones no fuera suficiente, ahora teníamos que echarle el ojo al laboratorio. Nuestro propio laboratorio, uno en que Frankie pueda enseñarme a usar las teclas raras y de lucecitas que están en los paneles, Ana me ayudaría a ser algún día una buena líder justo como ella lo es, y claro que Abby va a ayudarme a remendar mis prendas que por accidente he roto.
La puerta del laboratorio estaba sellada con códigos, señales e impresiones de laser de nuestros ojos. Nunca pensé que sería tan lento abrir una puerta.
—Wow.
Como toda la casa, es tan distinta a lo que imaginé. Ninguna película en la historia ha podido crear lo que mis ojos ven. Los paneles de lucecitas que brillan más que los árboles de navidad emocionaron tanto a Fran que comenzó a correr por todos lados mirando con atención cada detalle, todas estaban felices con las cosas para cada una, hasta Annabeth que es nuestra líder y no es mucho lo que pueda ver en los computadores y demás tecnologías estaba sonriendo con las demás.
Salvo Danielle, ella lanza un bufido y se gira a verme, nota mi expresión y salimos juntas sin decir nada por la puerta del laboratorio. Me encantaría ir a ver el campo de batalla que se supone debo tener pero con la poca atención que el director me brindó no estoy demasiado bien para fingir ser una niña y ver mis nuevos juguetes. Aunque una nueva navaja me vendría bien.
—Esas chicas chillan más que una gallina. —Río.
—¿Las gallinas chillan? —Preguntó confundida. Nos miramos y comenzamos a reír. —Lu... —Susurra y yo levanto mi ceja en señal para que siga hablando. —¿Cómo es la escuela? —me pregunta como si yo fuera a tener una respuesta, ¿Acaso no sabe que viví toda mi vida de la asociación.
—No lo sé, Jeremy nunca me inscribió en una. —Encojo mis hombros con pena mezclada de indiferencia. Ella me mira y se va a su habitación mientras me quedo en el medio de la casa, seguir los pasos de la chica artes marciales o correr en busca de las infantiles de mis compañeras mirando y hablando con un efervescente tono sobre todo mientras yo ignoro mi sala a prueba de sonidos.
Decido ir a dormir y recuperar fuerzas, mañana no será un día común y nadie quiere lidiar conmigo enfadada.
- open:
- bueno, dani gracias a vos el cap fue más largo, pero no es la gran cosa, espero que les guste.
proserpina
Re: totally spies.
ay que bonito n.n me encantó el cap, siempre digo que vale la pena esperarlas ^-^ djklfhgd estoy más emocionada por la nc de lo que estaba cuando se me ocurrió xd
alec esperamos tu cap bby
alec esperamos tu cap bby
baekhyun.
Re: totally spies.
Lu... me encantó el capítulo, de verdad que valió la espera, y aunque digas que es esto y el otro yo estoy más que fascinada con él Bueno, me pondré a escribir ya, lo bueno es que ando muy inspirada y ya salí de vacaciones, pronto subiré chicas, lo prometo. Besos.
trunks
Re: totally spies.
Capítulo 006
El viaje hacia la que sería nuestra nueva casa de ese momento en adelante fue tedioso y de lo más aburrido que se podía imaginar. Al parecer la mayoría de las chicas se la habían pasado viendo televisión, charlando con sus parientes, escuchando música, entrenando, empacando y un sinfín de cosas más que me imaginaba hasta muy noche ya que ni diez minutos de viaje llevábamos cuando la mitad de ellas se habían quedado dormidas.
La música de mis auriculares me mantenían en un mundo fuera de el paisaje soleado que nos rodeaba y me arrastraba hacia un lugar en el cual sólo éramos yo y la voz de John Lennon, un lugar fuera de la realidad. Pues cada vez más nos acercábamos a Abbott Hills, nuestro próximo destino, en donde tendríamos que hacernos pasar por comunes y corrientes estudiantes de secundaria. Y para ello deberíamos de actuar, engañar y fingir, cosa que no me tenía del todo contenta.
Pero era lo que debíamos de hacer, era lo que yo debía de hacer, mantener a los estudiantes a salvo de la amenaza que les acechaba desde hace tiempo. Porque nadie más que la TSC podía hacer algo así, nadie más que las mejores espías que tuviesen.
Había tenido muchas misiones anteriormente, unas que incluso estuvieron a punto de acabar conmigo, pero sin embargo sentía muchos nervios por el simple hecho de que asistiría a la escuela otra vez. Sentía pánico e inocuo terror por estar en una academia y rodeada de estudiantes. Porque todo eso me recordaba a mi niñez, cuando asistía a la escuela y los demás siempre se par ataban de mi, me trataban mal y me haciendo menos por el simple hecho de ser diferente, "niña genio" solían llamarme cada que pasaba a su lado, en las escuelas que estuve siempre fui tratada de nerd o geek ya que siempre sacaba suficientes en los exámenes, me sabía todas las respuestas que los profesores hacían y porque siempre era el primer puesto en toda la escuela, la más inteligente de todos, y al parecer eso les molestaba. Porque a ellos jamás les importó que triunfara, siempre querían que fuese una más del montón, sin futuro alguno, porque así de enferma solía ser la sociedad; cruel, hipócrita e infantil.
Sufría mucho y jamás lo aparentaba, siempre seguí siendo la misma que sonreía a pesar de todo y buscaba el bien de los demás, porque eso fue lo que mis padres me enseñaron. Que jamás debes mostrare débil ante los demás porque entonces pueden destruirte fácilmente.
Y así fue como años después me integraron a la TSC siendo apenas una niña. Fue así como logré ser alguien después de todo, y no sólo una "alguien" sino esa "alguien" de las cuales Frederic, Maxon y Margaret O'Neil estaban orgullosos. Me volví así Frankie O'Neil, agente de la TSC. Muy lindo, ¿no?
Y sin embargo, después de años entrenando para sobrevivir, me encontraba temblando por volver a pisar una escuela, literalmente, cuando era algo estúpido en comparación de las otras veces que me había enfrentado a cosas peores y ni un gramo de miedo había tenido. A veces había cosas tan absurdas en mi vida que resultaba más complicado de lo que creía entenderme a mi misma.
Cuando la canción que habla sobre un submarino amarillo se escuchó cerré mis ojos y solté un suspiro pesado, vaya que se sentía bien relajarse aunque sea por un momento, dejándome llevar por las dulces voces de The Beatles hacia un sueño profundo y deseando que Jeremy nos sorprendiera con nuestro nuevo hogar.
Después de todo algo tenía que salir bien de todo aquello.
—¡Chicas! Llegamos, levántense. —gritó alguien cerca de mi oído, muy pero muy cerca, que casi juré haber perdido mi oreja entera.
Di un salto en mi asiento, y de no haber sido porque llevaba el cinturón de seguridad de seguro me hubiese golpeado fuertemente la cabeza con el techo del auto, completamente espantada mientras abría mis ojos para encontrarme con las otras igual de aterradas que yo. Por un momento me pareció que habíamos chocado o algo así, pero después de ver que el auto está aparcado frente a una gran casa me doy cuenta de que no es así, y es cuando todas se voltean hacia Lu y la aniquilan con la mirada, incluida yo.
Parece que no se da cuenta de nuestras miradas envenenadas ya que muy emocionada salé de un salto con su bolso y miró asombrada todo el panorama.
Todas inmediatamente le imitan y yo soy la última en salir ya que soy de esas personas que cuando recién se despiertan ven todo borroso y probablemente girando, por lo queme tomé mi tiempo, pero sentía emoción al igual que todas. Quería ver porque todas empezaron a exclamar de sorpresa con una simple mirada.
Después de un minuto bajé con cuidado del auto y miré el cielo, completamente azul y despejado de nubes, llevando una mano inmediatamente a cubrirme ya que el sol era demasiado brillante en aquel lugar. Agradecí internamente por haber optado usar unos pantaloncillos rasgados color rosa y una camiseta de tirantes blanca y con un bordeado de diminutas flores junto con unas sandalias del mismo color. Hacia un calor terrible.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz pestañeé barías veces y miré la casa, si bien todavía no usaba lentes pero estaba más que segura de que faltaba poco para que comenzara a usarlos por las horas que pasaba frente al ordenador y la pantalla de mi celular, que en ese momento me pareció un simple monumento blanco y gigante. Fue hasta que volví a parpadear barías veces cuando distinguí lo que tenía en frente, era probablemente del mismo tamaño de la mansión que mis padres tenían en Londres, con tres o tal vez cuatros plantas, jardines enormes y grandes fuentes, era una mansión. ¡Teníamos una mansión!
Chillé emocionada e inmediatamente corrí hacia la entrada detrás de las demás chicas, todas nos encontrábamos emocionadas por el simple hecho de tener nuestra propia casota, y sentía mi corazón latir rápidamente cuando nos acercamos a paso veloz hacia las escaleras y nuestras habitaciones.
Cuando todas frenaron frente a mi miré de un lado a otro las grandes puertas de madera con el nombre de cada una de nosotras en busca del mío. No fue tan difícil de localizar ya que Anna estaba prácticamente gritando el nombre de cada habitación y cuando llegó al "Frankie" corrí hacia esa puerta lo más rápido que pude.
—A la cuenta de tres todas abrimos. —dije lo más sonriente y feliz que pude sonar, todas asintieron y comenzamos con la cuenta regresiva—. Uno, dos, ¡tres!
Giré la perilla y con un jalón la abrí al igual que la cerré rápidamente.
Me encontraba de espaldas hacia la que sería mi habitación durante mi estancia ahí, estaba más que intrigada pero quería que todo aquello fuese aún más emocionante, así que cerré los ojos y de poco a poco me fui girando.
No se cuento tarde en abrir los ojos, pues escuché perfectamente como en las otras habitaciones mis compañeras exclamaban completamente satisfechas, y entonces decidí terminar con mis ansias. Abrí los ojos de golpe.
No supe exactamente como fue que me encontré en escasos segundos casi llorando y gritando de la emoción, en verdad no supe como paso, pero fue así que corrí de un lado a otro con las manos temblando sin saber muy bien que hacer primero. Las paredes eran de un color crema que variaban de tonalidad y tenían un borde inferior color blanco, de ellas colgaban cuadros con tonos pasteles al igual que fotografías en blanco y negro, le daba un toque artístico, las puertas eran blancas con detalles en rosa pastel y la cama era blanca con almohadas que variaban desde tonos rosas, blancos, crema y hasta cafés muy bajos, era hermosa la habitación. El armario era gigante y contaba con muchos compartimentos para guardar cualquier tipo de accesorio o prenda, además de que ahí se encontraban unos que otros artefactos especiales que Jeremy nos regalaba a cada una de nosotras con cierta finalidad. Tenía un balcón que me permitía ver un amplio jardín que contaba con una gran piscina, una cancha de tenis, fútbol y basquetbol además de una pequeña barra. Más que increíble, pensaba yo.
El baño era más grande de lo que creía y tenía sus muebles perfectamente acomodados. Eso era algo que tendría que agradecerle en persona a Jeremy después de que pasara la misión, ya que se había superado a sí mismo con las habitaciones, pues estaba segura de que las demás probablemente estarían igual o mejor que la mía. Eso merecía ser agradecido sin duda alguna.
Pero si había algo que me hizo llorar, literalmente, fue el hermoso librero frente a la gran cama individual, la madera fina estaba tallada a la perfección y pintada de un color Beige probablemente de dos metros de altura y tres de ancho. En este mismo se hallaban ejemplares de mis libros favoritos, materiales suficientes para pintar y dibujar al igual que computadoras, celulares y demás aparatos que aún no habían salido a la venta en ningún país. Tenía todo lo que deseaba.
No se cuanto dure parada frente al balcón, pero suponía que fue mucho tiempo, ya que cuando una de las otras gritó por el pasillo y me volteé mis maletas ya estaban ahí, todas y cada una de ellas, vaya que si estaba más que anonada con todo aquello que ni siquiera me había dado cuenta de la presencia de alguien más en la habitación anteriormente. Demoré un poco en salir pero por suerte no fui la última, Danielle venía saliendo de su habitación con una pequeña sonrisa en comparación de mi sonrisa como la de un muñeco.
—¿Por qué tan feliz? —preguntó cuando bajábamos las escaleras.
—Tengo un librero gigantesco, creo que amo a Jeremy —le contesté riendo un poco.
Cuando llegamos no me había fijado mucho en los detalles de la planta de abajo, pero cuando me encontré frente a una enorme sala con una pantalla gigante de plasma frente a ella me di cuenta de que era la casa más hermosa que había visto nunca, incluida la de mis padres, pero no exageraba al decir aquello ya que era completamente cierto. Como pude llegué a uno de los sillones y me senté sin dejar de mirar todo a mi alrededor.
—¿Cómo están chicas? —preguntó la voz de nuestro jefe apareciendo en la gran pantalla frente a nosotras, todas contestamos al unísono muy animadas—. Bien, como saben mañana deberán ir a la escuela, sus materiales se encuentran ya en sus casilleros, además de que sus uniformes están en sus armarios.
—Wait —interrumpió Danielle— ¿usaremos uniformes?
—¿Qué esperabas? Es una escuela privada, deben usar uniformes —contestó Jeremy. Todas lanzamos un bufido de desaprobación—. Como decía, todo ya está listo, deben pasar primero por la oficina del director, quien les dará sus horarios y más instrucciones. Él es el único de la escuela que sabe de su trabajo ya que fue quien las contrató.
Y sin más se despidió de nosotras para desaparecer inmediatamente de la pantalla. Típico de él.
Minutos después nos encontrábamos en el laboratorio, si mi habitación me había gustado el laboratorio me encantó, más que fascinada inmediatamente me puse a chillar emocionada al igual que las otras mientras iba de un lado a otro echándole un vistazo a todo lo que había ahí. Sin duda alguna parecía una niña brincando de allá para acá como si estuviese en una juguetería, aunque en parte tenía razón ya que todavía era una adolescente y mi actitud un tanto infantil, si.
Estaba segura de que aquello me gustaba, me gustaba mi nueva misión y estaba emocionada por el día próximo.
La música de mis auriculares me mantenían en un mundo fuera de el paisaje soleado que nos rodeaba y me arrastraba hacia un lugar en el cual sólo éramos yo y la voz de John Lennon, un lugar fuera de la realidad. Pues cada vez más nos acercábamos a Abbott Hills, nuestro próximo destino, en donde tendríamos que hacernos pasar por comunes y corrientes estudiantes de secundaria. Y para ello deberíamos de actuar, engañar y fingir, cosa que no me tenía del todo contenta.
Pero era lo que debíamos de hacer, era lo que yo debía de hacer, mantener a los estudiantes a salvo de la amenaza que les acechaba desde hace tiempo. Porque nadie más que la TSC podía hacer algo así, nadie más que las mejores espías que tuviesen.
Había tenido muchas misiones anteriormente, unas que incluso estuvieron a punto de acabar conmigo, pero sin embargo sentía muchos nervios por el simple hecho de que asistiría a la escuela otra vez. Sentía pánico e inocuo terror por estar en una academia y rodeada de estudiantes. Porque todo eso me recordaba a mi niñez, cuando asistía a la escuela y los demás siempre se par ataban de mi, me trataban mal y me haciendo menos por el simple hecho de ser diferente, "niña genio" solían llamarme cada que pasaba a su lado, en las escuelas que estuve siempre fui tratada de nerd o geek ya que siempre sacaba suficientes en los exámenes, me sabía todas las respuestas que los profesores hacían y porque siempre era el primer puesto en toda la escuela, la más inteligente de todos, y al parecer eso les molestaba. Porque a ellos jamás les importó que triunfara, siempre querían que fuese una más del montón, sin futuro alguno, porque así de enferma solía ser la sociedad; cruel, hipócrita e infantil.
Sufría mucho y jamás lo aparentaba, siempre seguí siendo la misma que sonreía a pesar de todo y buscaba el bien de los demás, porque eso fue lo que mis padres me enseñaron. Que jamás debes mostrare débil ante los demás porque entonces pueden destruirte fácilmente.
Y así fue como años después me integraron a la TSC siendo apenas una niña. Fue así como logré ser alguien después de todo, y no sólo una "alguien" sino esa "alguien" de las cuales Frederic, Maxon y Margaret O'Neil estaban orgullosos. Me volví así Frankie O'Neil, agente de la TSC. Muy lindo, ¿no?
Y sin embargo, después de años entrenando para sobrevivir, me encontraba temblando por volver a pisar una escuela, literalmente, cuando era algo estúpido en comparación de las otras veces que me había enfrentado a cosas peores y ni un gramo de miedo había tenido. A veces había cosas tan absurdas en mi vida que resultaba más complicado de lo que creía entenderme a mi misma.
Cuando la canción que habla sobre un submarino amarillo se escuchó cerré mis ojos y solté un suspiro pesado, vaya que se sentía bien relajarse aunque sea por un momento, dejándome llevar por las dulces voces de The Beatles hacia un sueño profundo y deseando que Jeremy nos sorprendiera con nuestro nuevo hogar.
Después de todo algo tenía que salir bien de todo aquello.
+++
—¡Chicas! Llegamos, levántense. —gritó alguien cerca de mi oído, muy pero muy cerca, que casi juré haber perdido mi oreja entera.
Di un salto en mi asiento, y de no haber sido porque llevaba el cinturón de seguridad de seguro me hubiese golpeado fuertemente la cabeza con el techo del auto, completamente espantada mientras abría mis ojos para encontrarme con las otras igual de aterradas que yo. Por un momento me pareció que habíamos chocado o algo así, pero después de ver que el auto está aparcado frente a una gran casa me doy cuenta de que no es así, y es cuando todas se voltean hacia Lu y la aniquilan con la mirada, incluida yo.
Parece que no se da cuenta de nuestras miradas envenenadas ya que muy emocionada salé de un salto con su bolso y miró asombrada todo el panorama.
Todas inmediatamente le imitan y yo soy la última en salir ya que soy de esas personas que cuando recién se despiertan ven todo borroso y probablemente girando, por lo queme tomé mi tiempo, pero sentía emoción al igual que todas. Quería ver porque todas empezaron a exclamar de sorpresa con una simple mirada.
Después de un minuto bajé con cuidado del auto y miré el cielo, completamente azul y despejado de nubes, llevando una mano inmediatamente a cubrirme ya que el sol era demasiado brillante en aquel lugar. Agradecí internamente por haber optado usar unos pantaloncillos rasgados color rosa y una camiseta de tirantes blanca y con un bordeado de diminutas flores junto con unas sandalias del mismo color. Hacia un calor terrible.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz pestañeé barías veces y miré la casa, si bien todavía no usaba lentes pero estaba más que segura de que faltaba poco para que comenzara a usarlos por las horas que pasaba frente al ordenador y la pantalla de mi celular, que en ese momento me pareció un simple monumento blanco y gigante. Fue hasta que volví a parpadear barías veces cuando distinguí lo que tenía en frente, era probablemente del mismo tamaño de la mansión que mis padres tenían en Londres, con tres o tal vez cuatros plantas, jardines enormes y grandes fuentes, era una mansión. ¡Teníamos una mansión!
Chillé emocionada e inmediatamente corrí hacia la entrada detrás de las demás chicas, todas nos encontrábamos emocionadas por el simple hecho de tener nuestra propia casota, y sentía mi corazón latir rápidamente cuando nos acercamos a paso veloz hacia las escaleras y nuestras habitaciones.
Cuando todas frenaron frente a mi miré de un lado a otro las grandes puertas de madera con el nombre de cada una de nosotras en busca del mío. No fue tan difícil de localizar ya que Anna estaba prácticamente gritando el nombre de cada habitación y cuando llegó al "Frankie" corrí hacia esa puerta lo más rápido que pude.
—A la cuenta de tres todas abrimos. —dije lo más sonriente y feliz que pude sonar, todas asintieron y comenzamos con la cuenta regresiva—. Uno, dos, ¡tres!
Giré la perilla y con un jalón la abrí al igual que la cerré rápidamente.
Me encontraba de espaldas hacia la que sería mi habitación durante mi estancia ahí, estaba más que intrigada pero quería que todo aquello fuese aún más emocionante, así que cerré los ojos y de poco a poco me fui girando.
No se cuento tarde en abrir los ojos, pues escuché perfectamente como en las otras habitaciones mis compañeras exclamaban completamente satisfechas, y entonces decidí terminar con mis ansias. Abrí los ojos de golpe.
No supe exactamente como fue que me encontré en escasos segundos casi llorando y gritando de la emoción, en verdad no supe como paso, pero fue así que corrí de un lado a otro con las manos temblando sin saber muy bien que hacer primero. Las paredes eran de un color crema que variaban de tonalidad y tenían un borde inferior color blanco, de ellas colgaban cuadros con tonos pasteles al igual que fotografías en blanco y negro, le daba un toque artístico, las puertas eran blancas con detalles en rosa pastel y la cama era blanca con almohadas que variaban desde tonos rosas, blancos, crema y hasta cafés muy bajos, era hermosa la habitación. El armario era gigante y contaba con muchos compartimentos para guardar cualquier tipo de accesorio o prenda, además de que ahí se encontraban unos que otros artefactos especiales que Jeremy nos regalaba a cada una de nosotras con cierta finalidad. Tenía un balcón que me permitía ver un amplio jardín que contaba con una gran piscina, una cancha de tenis, fútbol y basquetbol además de una pequeña barra. Más que increíble, pensaba yo.
El baño era más grande de lo que creía y tenía sus muebles perfectamente acomodados. Eso era algo que tendría que agradecerle en persona a Jeremy después de que pasara la misión, ya que se había superado a sí mismo con las habitaciones, pues estaba segura de que las demás probablemente estarían igual o mejor que la mía. Eso merecía ser agradecido sin duda alguna.
Pero si había algo que me hizo llorar, literalmente, fue el hermoso librero frente a la gran cama individual, la madera fina estaba tallada a la perfección y pintada de un color Beige probablemente de dos metros de altura y tres de ancho. En este mismo se hallaban ejemplares de mis libros favoritos, materiales suficientes para pintar y dibujar al igual que computadoras, celulares y demás aparatos que aún no habían salido a la venta en ningún país. Tenía todo lo que deseaba.
No se cuanto dure parada frente al balcón, pero suponía que fue mucho tiempo, ya que cuando una de las otras gritó por el pasillo y me volteé mis maletas ya estaban ahí, todas y cada una de ellas, vaya que si estaba más que anonada con todo aquello que ni siquiera me había dado cuenta de la presencia de alguien más en la habitación anteriormente. Demoré un poco en salir pero por suerte no fui la última, Danielle venía saliendo de su habitación con una pequeña sonrisa en comparación de mi sonrisa como la de un muñeco.
—¿Por qué tan feliz? —preguntó cuando bajábamos las escaleras.
—Tengo un librero gigantesco, creo que amo a Jeremy —le contesté riendo un poco.
Cuando llegamos no me había fijado mucho en los detalles de la planta de abajo, pero cuando me encontré frente a una enorme sala con una pantalla gigante de plasma frente a ella me di cuenta de que era la casa más hermosa que había visto nunca, incluida la de mis padres, pero no exageraba al decir aquello ya que era completamente cierto. Como pude llegué a uno de los sillones y me senté sin dejar de mirar todo a mi alrededor.
—¿Cómo están chicas? —preguntó la voz de nuestro jefe apareciendo en la gran pantalla frente a nosotras, todas contestamos al unísono muy animadas—. Bien, como saben mañana deberán ir a la escuela, sus materiales se encuentran ya en sus casilleros, además de que sus uniformes están en sus armarios.
—Wait —interrumpió Danielle— ¿usaremos uniformes?
—¿Qué esperabas? Es una escuela privada, deben usar uniformes —contestó Jeremy. Todas lanzamos un bufido de desaprobación—. Como decía, todo ya está listo, deben pasar primero por la oficina del director, quien les dará sus horarios y más instrucciones. Él es el único de la escuela que sabe de su trabajo ya que fue quien las contrató.
Y sin más se despidió de nosotras para desaparecer inmediatamente de la pantalla. Típico de él.
Minutos después nos encontrábamos en el laboratorio, si mi habitación me había gustado el laboratorio me encantó, más que fascinada inmediatamente me puse a chillar emocionada al igual que las otras mientras iba de un lado a otro echándole un vistazo a todo lo que había ahí. Sin duda alguna parecía una niña brincando de allá para acá como si estuviese en una juguetería, aunque en parte tenía razón ya que todavía era una adolescente y mi actitud un tanto infantil, si.
Estaba segura de que aquello me gustaba, me gustaba mi nueva misión y estaba emocionada por el día próximo.
- al fin:
- Para ser sincera ni inspirada estaba y como pude escribí el capítulo, así que no empezare a decir que estuvo cool y eso porque se que estuvo feo, pero aún así tengo la esperanza de que no me quedo tan feo como pienso y que por lo menos no me mataran. Yo las amo ;-; y espero el siguiente de Dany con ansias, besos.
trunks
Re: totally spies.
que bonis, te llevás la mejor parte de todo frankie :))
sabía que se iba a volver loca con la tecnología. está precioso, ¡sigamos!
sabía que se iba a volver loca con la tecnología. está precioso, ¡sigamos!
proserpina
Re: totally spies.
rebenté de risas con las chilladas dio xd, me las imaginé todas lol. Pronto subiré el mío :p
baekhyun.
Re: totally spies.
Capítulo 007
Desperté por el sonido de gritos en la parte de abajo de la casa. Tres voces diferentes, una insultando y dos discutiendo por algo que, apuesto mi vida, no tiene ninguna importancia. Me senté a orillas de cama dispuesta a ir a ver qué demonios sucedía con aquellas tres locas.
Salí de la habitación estrujándome los ojos y bajé las escaleras con toda lentitud del mundo para encontrarme con una Lu jugando video juegos; sí que es rápida la chica. Negué con la cabeza y continué con mi lentitud hasta llegar a la cocina y encontrarme con Frankie sosteniendo una sartén en dirección a Abby quien a su vez sostenía un cuchillo en dirección a Franki y a Cel mandándolas a donde se manda a nadie a estas horas.
—¿Qué demonios sucede? — pregunto con el ceño levemente fruncido. Ninguna de me mira por lo que opto por gritar como las rubias cuando están a punto de ser asesinadas en las películas de terror.
Las tres chicas voltean a verme enojadas. Me cruzo de brazos hacia ellas y digo:
—¿Me pueden decir qué demonios sucede?
—Abby no me quiere dejar freír los huevos— dice Frankie mirando a la castaña con enojo.
—Te dije que yo quería hacer el desayuno— responde Abby fulminándola con la mirada.
—¿Eres tan egoísta como para no dejarme freír los huevos? — contraataca Frankie.
—Yo solo quiero comer— interviene Celeste desde la mesa del comedor.
—Tú callate— dicen ambas al unísono. Me llevo ambas manos al rostro y las froto para quitar un poco el enojo.
—¿Me acaban de despertar porque ambas quieren hacer el maldito desayuno? — pregunto con toda la calma del mundo. Respiro profundo y me acerco a ellas, quienes se abrazan entre sí.
—No nos mates, por favor— dice Abby apuntándome con el cuchillo.
—No las mataré, solo las estrangularé por haberme despertado tan temprano por algo sin importancia.
—Ya lo sentimos, ve y cámbiate tranquila no lo volveremos a hacer— habla Frankie utilizando el sartén como escudo.
Alguien ríe detrás de nosotras y volteo a ver quién es. Lu se encuentra pegada a la puerta negando con la cabeza. Río ante su expresión de son una locas sin cura y hago camino hacia mi habitación.
—Deben aprender a ser más civilizadas, y actuar menos como unas adolescentes sin control— digo parando y volteando hacia ellas.
—Y tu debes aprender a divertirte como una— dice Briana, quien se había mantenido callada al lado de Celeste durante toda la discusión. La observo fijamente y luego giro continuando mi camino.
Quizás ella tenga razón, debo aprender a comportarme como una adolescente, pero se me es imposible cuando toda mi vida la he pasado en TSC, sin más amigos que ellas, sin fiestas a las que ir como una adolescente, sin probar nada ilegal porque soy parte de la ley.
A veces me gustaría poder escapar de todo esto, pero luego recuerdo a mis padres, quienes toda su vida formaron parte del TSC, dando todo con ellos. Tal vez se sentirían demasiado decepcionados y me voy.
Entro al baño y cepillo mis dientes y luego me ducho. Salgo de allí con la toalla rodeando mi cuerpo y me observo el uniforme de la escuela, una camisa blanca con una falda negra a cuadros, una corbata del mismo estilo y unas medias blancas que llegan más o menos a las rodillas.
Suspiro con pesadez, odio las faldas, odio las balerinas y mucho más los uniformes. Me visto con desgano bajo el sonido de The Beatles mientras tarareo su música. Hey Jude sonaba, una de mis canciones preferidas de la banda.
Termino de vestirme y amarro mi cabello en una coleta, tomo el bolso con los libros ya dentro y bajo las escaleras. Todas las chicas ya se encontraban listas y tomando el desayuno, dejo el bolso en el mueble y me siento junto a ellas.
—O ustedes son muy rápidas haciendo el desayuno y vistiéndose o yo soy muy lenta duchándome— digo tomando un pan tostado del plato en el centro de la mesa.
—Tú eres muy lenta— responde todas riendo. Asiento dando una mordida al pan.
—¿Cómo es la escuela? — pregunto en general. Todas las chicas me observan mientras tomo un sorbo del jugo de naranja.
—Horrible— dice Frankie. Dirijo mi mirada a ella quien observa su vaso de jugo. Su mirada es triste, pero no tanto como para llorar; supongo que la escuela no es tan buena a pesar de todo.
—¿Por qué lo dices? — pregunta Briana.
—No me gusta hablar de ello— responde la rubia encogiéndose de hombros.
—No te preocupes— digo —si alguien se mete contigo le parto el cuello— todas ríen y asienten al mismo tiempo. Supongo que no soy la única que ha tenido una vida difícil después de todo.
Terminamos de desayunar y nos dirigimos hacia la mini van que nos había dejado Jeremy. Celeste se coloca en el asiento del conductor y Lud a su lado, detrás vamos las demás.
Llegamos a la escuela entre risas, que pararon de repente al ver el increíble edificio que nos esperaba, el color ladrillo de las columnas resaltaba el crema de las paredes y los uniformes de los chicos que caminaban animadamente. Caminamos hacia la entrada del edificio luego de encontrar un lugar en el que parquearnos. Todos nos miraban fijamente y susurraban entre sí. Tengo el presentimiento de que ganaré muchas detenciones por no pelearme.
- :
- sé que el cap está del asco, no tienen que decirlo u.u y en verdad lo siento, de verdad, de verdad.... no he tenido mucho tiempo y mucho menos inspiración, pero ya me sentía mal porque no había subido cuando lo dije y por favor no me odien por eso :c las amo
baekhyun.
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