Seguir escalando.

Casi puedo verlo, aquel sueño que estoy soñando desde hace años atrás. Casi puedo alcanzarlo, sé que me falta muy poco. Pero sin embargo, aún hay una voz en mi cabeza diciéndome que nunca lo lograré. Que cada paso que estoy tomando, cada movimiento se siente perdido sin ninguna dirección, y no servirán de nada una vez que llegue allí arriba. Mi fe se sacude y tiembla, y es ahí el momento en el que no sabes si aferrarte a tu corazón o a la lógica. Pero tengo que seguir intentando, seguir manteniendo mi cabeza en alto. Siempre habrá otra montaña, y yo siempre seguiré escalando. Siempre será una dura batalla, y a veces tendré que perder. No se trata de lo rápido que llegue hasta allí, y tampoco se trata sobre lo que me espera del otro lado. Se trata de seguir escalando, cueste lo que me cueste. Las luchas que estoy enfrentando, las posibilidades que estoy tomando. Todo cuenta, todo vale la pena. A veces simplemente podría bajar, pero no, no me estoy lastimando. Se siente bien tratar de escalar cada vez más; a pesar del esfuerzo, a pesar del sudor en mi cuerpo. Puede que yo no lo sepa, pero estos son los momentos que más recordaré durante toda mi vida. Sólo tengo que seguir adelante, seguir siendo fuerte, sólo seguir luchando. Seguir moviéndome, seguir luchando. Mantener la fe, y todo será cuestión de seguir esforzándome. No importan las horas, los días, los años que me lleve... No importan el sudor, el cansancio, el agotamiento... Ni siquiera me importa abandonar otras rocas pequeñas... Sólo seguir escalando la montaña.