Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
Página 4 de 4. • Comparte
Página 4 de 4. • 1, 2, 3, 4
¿Qué opinas de esta colectiva?
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
Hola aparecí (?
Bueno, como soy tan pajosa, dejé pasar mucho tiempo, me pondré a comentar cada uno de sus grandiosos capítulos xD
Sep, sigue Meh jeje, pos como dijo Mel, Meh, pasó el turno y ahora le corresponde recuperarlo xD
Bueno, como soy tan pajosa, dejé pasar mucho tiempo, me pondré a comentar cada uno de sus grandiosos capítulos xD
Sep, sigue Meh jeje, pos como dijo Mel, Meh, pasó el turno y ahora le corresponde recuperarlo xD
Loveru
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
está bien, por suerte me han pillado justo cuando no tenía nada que hacer, entre hoy y mañana lo tendrán, prometido
Invitado
Invitado
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
perdón por la tardanza, pero he estado ocupada estudiando para exámenes muy importantes. tengo una parte, entre hoy o mañana lo termino y lo subo
Invitado
Invitado
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
Buenísimo no puedo esperar para leerlo
Micki Stypayhorlikson
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
yo, estuve muy atareada, pero me queda tan solo una hoja y lo termino
Invitado
Invitado
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
Capítulo 005
Tu trasero se ve jodidamente bien desde aquí detrás.
Toc, toc. El puño de un hombre no dejaba de golpear repetidas veces la puerta de la habitación de la rubia. Sabía quién era, su padre se había encargado personalmente de despertarles aquella mañana a las cinco hermanas que eran para que comenzaran a preparar las cosas que querían llevarse a su nueva casa, con sus supuestos nuevos dueños. Decir que Charlie estaba bastante enfadada con el horrible “experimento” de su padre era quedarse muy, muy corto. Ya no solo por el hecho de que él sabía perfectamente que al menos por su parte, no iba a ser nada sumisa, al contrario de lo que se especificaba en el contrato sino porque él junto con sus socios, se estaba metiendo en un enredo del que no podría salir sin tener mil demandas y cinco órdenes de alejamiento a sus hijas. Tenía muy claro lo que ella deseaba hacer, y entrar en la vida de un cantante multimillonario no estaba en ninguno de sus planes. Tenía su futuro perfectamente organizado –a pesar de que nunca había sido una chica a la que le gustase planificarlo todo– y de ninguna manera iba a dejarlo todo por ser la sumisa de un imbécil con gustos sexuales extraños. No, de ninguna manera.
“¡Charlotte! Todas tus hermanas se han ido ya. ¡Eres la única que queda y el señor Malik se está desesperando!” Gritó su padre, golpeando por enésima vez la puerta. La susodicha bufó, exasperada por la actitud de su progenitor. ¿Cómo podía actuar normal consciente de que acababa de vender a sus hijas para que las utilizasen sexualmente? Charlie no se pensó mucho la respuesta— ¿Sí? Pues que se siga desesperando por un rato más —Respondió grosera, intentando cerrar la maleta—. ¡Joder! —Masculló cuando no podía pasar la cremallera, se tiró literalmente encima de ella y cuando la ropa y los objetos se aplastaron con su peso fue el momento perfecto para por fin poder cerrarla. “¡Ya está bien!” Gritaron desde el otro lado, dándole un manotazo y rompiéndole el seguro a la puerta, para conseguir entrar. Su padre caminó hacia la chica con aire enfadado, aunque no era de extrañar, había pasado como una o dos horas desde que todas sus hermanas se habían marchado. Él la agarró del brazo, clavando sus uñas en su piel y levantándola de la cama. “¡Eres increíble, Charlotte! De verdad que sí.” Rodó los ojos y tiró de la rubia para que saliese de su cuarto –no sin antes agarrar su maleta– y la empujó a través de las escaleras— ¡No voy a ir, papá! ¡No puedes obligarme, tengo diecinueve años! —Intentó convencerle, pero al ver a su padre negar con la cabeza supo que ya estaba todo perdido. Definitivamente, se iba a ir con su nuevo dueño.
Gruñó en cuanto le vio al final de las escaleras, con una sonrisa de oreja a oreja y mirándola de arriba abajo mientras bajaba los escalones. Le daba arcadas saber que tendría que dormir a tan solo unas habitaciones de distancia de él –a no ser que al señorito le diesen ganas de dormir en la misma cama con ella, cosa que no pasaría ni en sus sueños–. La rubia le dedicó una mirada de odio, haciendo que la sonrisa del chico se intensificase, le odiaba muchísimo— ¿A qué esperamos? Vámonos ya, joder —Apresuró, agarrando con fuerza su maleta y caminando hacia la puerta. “Cuida tu vocabulario, señorita.” La voz de Malik resonó en sus oídos. Quería matarlo—. No me digas cómo tengo que comportarme. Eres tú el que me has comprado, carga con las consecuencias —Murmuró en voz baja, sabiendo que su padre estaba oyendo aquella tensa conversación. “Controla su maleta, seguro que tiene un cuchillo ahí metido.” Su padre advirtió al chico, que sólo se rió, tomándoselo a broma. Si de verdad la conociese no se reiría, sino que husmearía en sus pertenencias ahí mismo. “Adiós, Charlotte. No te portes mal.” Si tan sólo supieras papá, si tan sólo supieras, reflexionó en su cabeza.
No le era de extrañar que estuviese viajando en una limusina, hacía tiempo que se había dado cuenta de que si los cinco cantantes se habían podido permitir alquilar durante un año a unas hermanas, debían de ser bastantes reconocidos en el mundo. Frunció el ceño al no caer en quiénes eran. Se cruzó de piernas y se recostó en el asiento, mirando por la ventana e incómoda al sentir la mirada del moreno sobre ella durante todo el camino. Sentarse enfrente de él había sido una mala, muy mala idea. “Adelante, pregunta. Sé que lo estás deseando.” La voz grave de Malik se clavó en su oído. Bufó, claro que quería preguntar pero su orgullo estaba muy por encima de eso. Tenía que aparentar que le daba igual, que no le importaba haber sido comprada para ser utilizada sexualmente— No voy a preguntar nada, no eres tan importante —Contestó simplemente, rodando los ojos y volviendo su vista al paisaje. Estaban saliendo de la ciudad. Otra vez, las preguntas asaltaron su cabeza y por desgracia, debió ser muy poco disimulada. “Bueno, está bien. Entonces contestaré yo.” Suspiró exasperado. ¿Acaso se creía que solo por haberse apropiado de mí ya tenía todo el derecho del mundo a que yo le tratase bien? Porque estaba bastante equivocado. “Soy Zayn Malik. Tengo veinte años. Eh… Bueno, la verdad es que no sé qué más decir. Esto es más incómodo de lo que crees.” Una risa nerviosa fue lo único que se escuchó, antes de que el silencio volviese a invadirles. “Charlie…” Utilizó el mismo tono que usaba su madre cuando su hija cometía una travesura. Molesta, frunció el ceño y giró su cabeza, encarando a Zayn –del cual no sabía su nombre hasta unos segundos antes–. Estaba dispuesta a cantarle las cuarenta, nadie, absolutamente nadie podía comportarse como lo hacía su madre—. ¿Qué? —Preguntó impulsivamente, haciendo destacar su más que obvio enfado. “Ahora te toca a ti.” Mierda.
—No voy a decir nada sobre mí, puesto que ya lo sabes todo, ¿Acaso no sabes que soy consciente de que mi padre te ha dado toda una carpeta con mis datos? —Volvió a contestarle fríamente, ganándose un suspiro de cansancio por parte del moreno, el cual ella contestó rodando los ojos. “Intento que nos llevemos bien, Charlie.” Frunció el ceño, ¿En serio pensaba que se iba a llevar bien con alguien que se pensaba que podía comprar todo con dinero? Negó con la cabeza, volviendo a mirar a la ventana— Primero —Le señaló con el dedo—: Olvídate de seguir llamándome Charlie, para ti soy Charlotte —Contestó con seguridad. Mirándole a los ojos y dejando de señalarle—. Y segundo: No voy a decir nada de mí, no te interesa. Tú tan solo me quieres para desahogarte con un buen polvo, no necesitas saber nada sobre mí —Aquella contestación debió de pillarle bastante desprevenido, pues abrió los ojos como platos. ¿Acaso esperabas que fuese una buena sumisa, Malik? Pensó la rubia, riéndose levemente. “Bueno, supongo que debí de haber previsto que serías una gatita que arañase. Pero eso no me va a intimidar ni en lo más mínimo, Charlie.” Le contestó sonriendo burlonamente, lo que hizo que ella se enfadase aún más y pensase en las diferentes formas de poder matarle—. ¿Cuánto queda? —Murmuró. “¿Tantas ganas tienes de llegar?” Por segunda vez se escuchó la bromista risa de Zayn— No te reirás tanto cuando te demuestre de qué estoy hecha —Le contestó, frunciendo el ceño y apretando sus puños. “Estoy deseando verlo, gatita.”
Cuando ambos entraron por la puerta, esta ya estaba abierta, con una mujer esperándoles pacientemente. Poseía un amigable rostro, era de baja estatura y vestía como lo hacía una ama de llaves. Llevaba su cabello oscuro recogido en el más ordenado de los moños y sus ojos mieles, al igual que sus labios, parecía sonreír a los jóvenes con la mayor de las dulzuras. “Bienvenido, señor Malik.” Saludó al dueño de la mansión –puesto que llamar a aquello una casa, sería quedarse muy corto–, haciéndose a un lado para que pasara. La rubia detectó en su voz un arrastre de las palabras acompañado con un fuerte acento ruso. “Muchas gracias, Sarah.” Se escuchó decir al aludido, cariñosamente. “¿Podrías ayudar a la señorita a instalarse en su habitación?” Normalmente, Charlie se habría espantado ante la mención de la palabra habitación, aunque no tuvo tiempo para reaccionar, ya que en cuanto se encontró en el interior de la casa, tuvo que hacer esfuerzos para no dejar caer su mandíbula debido a la impresión. Increíble, pensó. El suelo de mármol, el techo altísimo y las paredes blancas lucían diferentes cuadros, siendo cada uno más hermoso que el anterior. La decoración era magnífica, propia de un hombre de un millón de dólares. “Claro, señor Malik.” Dijo ella, acercándose amablemente a la rubia para recibir su maleta. Ella le sonrió con amabilidad, observando de reojo al chico que acababa de comprarla y finalmente, le entrega su pertenencia. No quería hacerlo, y tampoco podía permitirse hacer un escándalo frente a la amable mujer. Quizá se había comportado fatal con Zayn, pero tenía un mínimo de decencia y comprendía que ella no le había hecho nada. Sarah le hizo una seña para que Charlie le siguiese, que no se marchó sin antes dedicarle una fuerte mirada de odio al tal señor Malik. No pretendía instalarse por mucho tiempo en su hogar, no lo iba a conseguir, así que no esperaba que él se estuviese familiarizando con la bizarra idea que trae en mente. Tan solo le gustaría saber el porqué está allí, pero su orgullo está muy por encima. Ambas mujeres recorrieron un par de pasillos, llegando hacia una especie de escalera central. Subieron y nuevamente vuelven a perderse entre los montones de pasillos. La chica trataba de memorizar el camino, mas sentía que habían dado tantas vueltas que ya se había perdido. Izquierda, derecha, derecha y ya me había perdido… Maldijo en su interior. ¿Cómo se suponía que iba a escapar si no tenía ni idea de cómo salir?
Tras mucho andar y caminar, se detuvieron frente a una de los tantos cuartos de la mansión. Sarah sacó una llave del bolsillo de su delantal blanco y abrió la puerta, dando paso a la nueva hospedante primero— Wow —Dejó escapar libremente, sin miedo a ser escuchada por Zayn. Aquel lugar no dejaba de sorprenderla. “¿Le ha gustado?” Le preguntó, dejando a flote su evidente entusiasmo. “Yo misma la he diseñado.” De seguro que se había esforzado muchísimo para lograr un resultado como ese, pues era la habitación más bonita que ella había visto en su vida. Aunque claro, no es que tuviese mucho con qué compararla. Su padre nunca le hubiese dejado decorar su antiguo cuarto como ella hubiese querido, tenía que ser prolijo y tranquilo, para dar buena impresión. Pero aquello era diferente, dentro se hallaba una enorme cama de dos plazas, con un fino cobertor blanco y montones de almohadas beige acomodadas sobre ella; una lámpara negra de araña colgaba desde el techo; más allá, un tocador y una pequeña chimenea con sillones de una sola persona alrededor; una enorme televisión de pantalla plana; repisas; una cómoda; un estante de libros y un par de espejos más, se encargaban de darle vida al cuarto. Sí, a cualquier chica le hubiese encantado vivir en aquella habitación, pero no en una situación como esa.
“Me alegro mucho que a la señorita le guste. Ha hecho un buen trabajo, Sarah. Puede marcharse.” Tan solo un solo hombre en aquel mundo podía provocar que a Charlie se le acelerase el corazón de aquella manera tan brusca. ¿Desde cuándo estaba allí? Se mordió el labio inferior cuando la puerta se cerró de golpe, dándole a entender que la sirvienta les había dejado completamente solos, en una habitación, con una cama y Zayn a pocos metros. Se dio la vuelta, estando más segura encarando al chico que de espaldas a él. Se veía tan elegante como siempre, pero ella no debía pensar en eso, no cuando aquel que la estaba mirando se había permitido el lujo de comprarla. Era un sucio engreído que pensaba que podía adquirir todo lo que quisiese tan solo con dinero, no luchaba por lo que quería, se lo daban todo en una bandeja. Por eso ella no sería así, le pondría las cosas difíciles, si al final terminaba quedándose más de una semana. “Me alegro que al fin podamos estar los dos juntos.” Murmuró, acercándose a ella peligrosamente. Se apoderó de su cintura y la juntó a su cuerpo. La rubia gruñó, intentando separarse, en vano—. Suéltame, idiota —Masculló con frialdad, no le gustaba estar tan cerca de las personas, odiaba que sobrepasasen su espacio personal—. Lárgate de aquí, es mi habitación. Además necesito ducharme —Añadió cuando por fin consiguió separarse unos cuantos centímetros de él –y ya no hacía tanto calor en aquel sitio–. “Teóricamente estás en mi casa.” Se encogió de hombros, como si la palabra intimidad no existiese en su vocabulario. “Me voy a ir esta vez. Pero ya que me acuerdo, necesito hablar contigo. Dúchate si quieres, al salir la ropa la tendrás sobre la cama, pero luego pregúntale a Sarah dónde está mi despacho, ella te lo indicará. Hasta dentro de un rato, gatita.” Soltó un bufido exasperado cuando vio al moreno marcharse de la habitación con una sonrisa de ganador en la cara, lo mataría seguro, cualquier día terminaría agotándose su paciencia y Zayn aparecería muerto.
Caminó hacia el baño y aunque intentó evitarlo, no pudo dejar de sorprenderse, aquella casa era increíble, no se merecía el dueño que tenía. Un suelo de mármol blanco e impoluto, unas paredes a cuadritos, aparentando ser hechas a cerámica. Había una bañera gigante, que ocupaba un poco menos de la mitad de lo que era el baño; a su lado había una ducha, no tan impresionante pero era más que obvio que estaba hecha para personas ricas. Había una gran estantería, llena de perfumes, champús, jabones, sales minerales... ¡¿Lubricantes?! ¿Qué demonios pintaban ahí unos lubricantes? Por si fuera poco, no solo era uno, sino que había una gran colección de sabores y olores— Pervertido —Gruñó, enfadada y sobresaltada a la vez. No dudaba del carácter subido de tono a veces del chico, pero aquello era más que claro que estaba puesto ahí por algo, ¿Quizá una indirecta para ella? La rubia negó con la cabeza asqueada, nadie podía ser tan sumamente descarado, ni siquiera Zayn Malik. En su cabeza se agolpaban los pensamientos y las escenas de aquellos últimos dias, de las últimas horas. Finalmente, decidió librarse de toda la ropa que llevaba encima. Se metió bajo la ducha y dejó que el agua resbalara violenta por su cuerpo desnudo. Estuvo diez minutos así, diez minutos que parecieron detener el tiempo, dies eternos minutos que parecían multiplicarse por cada una de las gotas que acariciaba su blanquecina piel. De lejos creyó oír la puerta de su habitación cerrándose, por eso dudó si ir a ver o permanecer en aquel placer que le había aislado del mundo. De repente, algo en lo más profundo de su cabeza le susurró que podía ser él, que podía ser Zayn husmeando en sus cosas. Salió de la ducha, se envolvió en una toalla que le llegaba por los muslos y fue corriendo a la puerta del baño.
En ningún momento llegó a pensar que podría ser solo su imaginación. Juraba haber oído algo y si ella lo certificaba, tenía que ser cierto. Por suerte no era Zayn, o al menos había sido lo suficientemente rápido y había salido antes de que le pillasen. Molesta con quién demonios había entrado, reforzó el nudo en su toalla y caminó hasta su maleta, que seguía en el mismo lugar en el que Sarah la había dejado. Suspirando, se dejó vencer por su pereza y no comprobó el interior de su equipaje, confiaba en que ni siquiera le hubiese dado tiempo a abrirla. Dio media vuelta y entonces se dio cuenta de que había ropa encima de su cama. Frunció el ceño confundida y se acercó. No había nada más que unas medias de red, un corsé que en realidad era un leotardo cubierto por diamantes que seguro que hacían a cualquier mujer verse mucho más majestuosa. Cuando sus pies pisaron algo de cuero, bajó su mirada a unas botas negras hasta las rodillas— Asqueroso —Murmuró, agarrando las medias. De repente, una nota cayó desde estas:
Zayn. No podía ser otra persona. Ella odiaba que le diesen órdenes y más aún si él era un completo desconocido. Lejos de pensar en las consecuencias que tendrían sus actos impulsivos, se decidió por gastarle una broma pesada al moreno. Las ideas pasaron por su cabeza fugazmente, desde a simplemente no aparecer o... La rubia sonrió, perfecto. Ahora sí que le iba a demostrar a Zayn Malik quién demonios era Charlotte Grace Hayley. Se acabó ser una sumisa, aunque no llevase ni un solo día. Así fue como salió de la habitación –a la que aún no consideraría como suya– a la velocidad de un rayo, ni siquiera se molestaría en preguntarle a Sarah por el despacho del moreno, aunque no lo fuese a admitir, estaba segura de que en cuanto la viese, sus mejillas se convertirían en dos pequeños tomates. Por eso fue por todo un largo pasillo abriendo una por una las puerta, solo deseando que en ninguna se encontrase algo que le fuese a dejar un trauma de por vida. Según lo que había visto del carácter del chico, no dudaba en que hubiese una, o varias habitaciones para... Bueno, eso no hace falta que se diga, ¿Verdad? Aunque hubo algunas puertas que no se pudieron abrir –ya que parecían estar cerradas con llave–, no tardó mucho en encontrar a Zayn. Lejos de querer ser educada, abrió la puerta con descaro y se adentró en el cuarto. Vaya, quizá no había sido tan buena idea aparecer tan solo envuelta en una toalla.
Cuando él alzó la vista y ella notó que su puño se apretaba contra el bolígrafo que sostenía entre sus manos, supo enseguida que estaba enfadado. Su ceño se echó hacia abajo y sus ojos castaños la repasaron varias veces, como si no se creyese lo que estaba viendo. “Tan solo te he pedido una cosa. Una jodida y sencilla cosa.” Comenzó a hablar. La rubia abrió la boca para contestarle, pero él la calló alzando su dedo índice. “Tu padre prometió que todas sus hijas eran unas sumisas. Veo que me equivocaba.” Recogió los papeles esparcidos por la mesa y los guardó dentro de una carpeta azul claro. “¿Qué demonios estás ganando con esto, Hayley?” Era la primera vez que ella le oía decir malas palabras, al igual que era la primera vez que pronunciaba su apellido. Y aunque no lo quisiera admitir, había sonado increíblemente sexy. “¿Pretendes seducirme? ¿Excitarme? Yo no soy muy partidario de esa vulgaridad, deberías saberlo.” Continuó mascullando mentiras, sin dejar que le interrumpiese nadie en ningún momento. “Al final resultará que querrás un castigo.” Terminó, o bueno, ella no le dejó excederse de ahí, ¿Cómo se atrevía a tratarla así, como una puta? Ella no era propiedad de nadie y como ya le había dicho, no iba a obedecerle— ¿Todo esto es en serio? —Le detuvo, frunciendo el ceño y acercándose a su mesa— No has dejado de darme órdenes desde que he pisado esta casa. ¡Esto es solo una forma de desahogarme! —Acabó gritándole, estaba harta de esta situación. Harta de que le mandasen, harta de que estuviese echando a perder su futuro por los caprichos de un multimillonario— No voy a ponerme lo que me ordenes. Yo he traído mi propia ropa, ¿Acaso crees que no tenemos el dinero suficiente? Porque estás muy equivocado, tanto que sabes de mí. Que me hayas comprado no quiere decir nada, tan solo que es la peor decisión que has tomado en toda tu vida, Zayn Malik —Soltó todo eso de un sopetón, sorprendiéndose al no haberse trabado por los nervios y la desesperación. “Está bien.” ¿Qué?
Sus cejas se arquearon sorprendida— ¿Está bien? Esto... ¡Sí, claro que está bien! —Contestó, con la vaga esperanza de que por una vez en la vida, le entendiese. “Lo entiendo todo. Tú tan solo estás nerviosa por el traslado.” Miró uno de los papeles, que como ya había supuesto, serían sobre ella. “Aquí dice que la menstruación te vendrá a finales de este mes. Pero queda mucho.” ¡No, no, no! Se estaba pasando de la raya, muchísimo— ¿Pero qué estás diciendo? —Explotó— ¿En serio crees que estoy así por la menstruación y no porque un jodido sadomasoquista me haya comprado para utilizarme? —Movió sus brazos intentando hacerle entender, dios, ¿Cómo una persona podía ponerle tan nerviosa? Nadie, absolutamente nadie se había atrevido a hacerlo, ni siquiera ninguna de sus cinco hermanas, y aquel muchacho con tan solo un par de palabras lo había conseguido, todo un récord. Después de unos segundos en un completo silencio, el moreno se levantó intimidante, haciendo que ella retrocediese, por respeto principalmente. Él se puso delante del escritorio y se apoyó ahí, sosteniendo un bolígrafo en su mano derecha y un montón de papeles en la izquierda. “No voy a seguirte el juego, Hayley. Esta vez no vas a ganar. Intentas que me arrepienta, que te devuelva y eso no va a ser posible.” Sus palabras enfurecían cada vez más y más a la chica, quería matarle lenta y dolorosamente. Volvió a abrir la boca, pero la volvieron a callar. “Se acabó la discusión. Supongo que serás consciente de por qué te he llamado, ¿Verdad?” Ella asintió, no muy segura de si sus palabras saldrían de su boca correctamente. “Entonces empecemos...” Suspiró, seguramente no tendría ni idea de por dónde empezar. “Estudios.” Dijo simplemente, hasta asustó el tono con el que habló. Rápido, sencillo y claro— Estudio, o estudiaba, psicología en la universidad. Al igual que hay veces que me paso por alas clases de español y así aprendo un poco. Lo mismo con las de coreano y alemán, aunque las tengo más abandonadas. También voy, o iba, a clases de natación los martes y jueves y a clases de piano los lunes y miércoles —Aclaró, sonriendo burlonamente. Toma esa, Malik.
“Muy bien, por un momento dudé.” Sonrió, satisfecho. “En cuanto a ese tema, no tengo ningún problema en que estudies, es más, me alegro que lo hagas, el único inconveniente es que te tendrás que cambiar de universidad ya que la tuya está muy lejos, por suerte ahora mismo estáis de vacaciones, ¿No? Lo de piano y natación, bueno, buscaremos algo. El problema es que tan solo irás un día por semana, te necesito los demás días.” La rubia rodó los ojos. Aguanta, Charlie, aguanta... Pensó. “Cambiemos de tema. ¿Relaciones?” Ella se mordió el labio inferior, como odiaba que tocasen esos temas. Ese, precisamente. ¿Cuál sería la reacción de Zayn cuando se enterase de que ella aún no había dado ni su primer beso? Y no era culpa suya, claro que se le habían ofrecido, es solo que su padre a veces solía pasarse de protector. Por eso, y evitándose la posible burla del moreno, decidió mentir— Tan solo he tenido dos o tres parejas formales. Lo demás han sido todo rollos de una noche —Le engañó, o al menos, lo intentó. “No me refería a eso precisamente...” Ella se sonrojó al entender lo que quería decir. Bien, otro momento incómodo, ¿Cómo demonios le diría que su cuerpo aún era completamente virgen? ¿También tendría que mentir? Aquello le cansaba—. No soy virgen, si a eso te referías —Contestó con frialdad, intentando camuflar su avergonzarte vida. “El sábado por la mañana tienes una cita con una ginecóloga.” ¿Quién demonios se creía que era? ¿Acaso se pensaba que ella no sabría abrir un preservativo? Que nunca lo hubiese hecho no significaba nada—. Gracias, pero sé cuidarme yo solita. Créeme, estoy segura de que tú no habrás abierto ni la mitad de condones de los que he abierto yo —Dijo descaradamente, a la hora de mentir, nada importaba. Al contrario de lo que la rubia se esperaba, el moreno comenzó a reírse a carcajadas. “No es para eso precisamente. Tan solo lo hago para asegurarme de que no estás mintiendo y que realmente no eres virgen.”[/i] Suspiró, mientras Charlie se revolvía incómoda en el asiento. “En realidad me importa mucho eso, y me gustaría que me lo dijeses ahora si me estás mintiendo. Puedes juzgarme todo lo que quieras sobre mis gustos sexuales, pero a la hora de la verdad, nunca desvirgaría a nadie de esa forma.” Confesó, en un tono que casi reblandeció el corazón de la muchacha, casi—. Si fuese virgen, no dudes en que te lo diría. A mí esas cosas me dan igual —Continuó con la mentira, le apetecía poner un poco a prueba a Zayn, exactamente como él hacía con ella.
“Bueno, pues creo que ya está todo. De todas formas, aún nos queda un año entero para conocernos más... Profundo.” Y otra vez volvía a aparecer el antiguo Malik, el que se creía el más atractivo del mundo y pensaba que podía jugar con todas las mujeres como le daba la gana— Prepárate, porque dentro de poco tendrás un interrogatorio mío —Le murmuró la rubia con una sonrisa burlona, mientras se levantaba y arreglaba su toalla, que ya la había secado completamente. “Lo dudo mucho, Charlie.” La rubia le oyó, sin embargo no le corrigió ni se dejó vencer por su curiosidad por saber a qué se refería. Además, de alguna forma, le había gustado que Zayn le llamase por su apodo, le hacía parecer más cariñoso. Caminó hacia la puerta, meciendo sus caderas disimuladamente al sentir la mirada del moreno quemando su espalda y más abajo. “Por cierto...” Se giró mientras su mano agarraba el pomo de la puerta, con una ceja enarcada. “Tengo que admitir que tu trasero se ve jodidamente bien desde aquí detrás.” Aquel piropo le hizo querer sonrojarse y marcharse corriendo como una colegiala, sin embargo, su carácter maduro le hizo llenar su pecho de aire y orgullo, mientras le guiñaba un ojo coquetamente—. ¿Lo dudabas, Malik? —Y sin esperar ninguna respuesta, se marchó de su despacho, volviendo a navegar sin rumbo por los pasillos hasta dar con su habitación. Donde se tiró a su cama, cansada y con un solo pensamiento en su cabeza que no le dejaba dormir: Aquel año sería terriblemente largo.
“¡Charlotte! Todas tus hermanas se han ido ya. ¡Eres la única que queda y el señor Malik se está desesperando!” Gritó su padre, golpeando por enésima vez la puerta. La susodicha bufó, exasperada por la actitud de su progenitor. ¿Cómo podía actuar normal consciente de que acababa de vender a sus hijas para que las utilizasen sexualmente? Charlie no se pensó mucho la respuesta— ¿Sí? Pues que se siga desesperando por un rato más —Respondió grosera, intentando cerrar la maleta—. ¡Joder! —Masculló cuando no podía pasar la cremallera, se tiró literalmente encima de ella y cuando la ropa y los objetos se aplastaron con su peso fue el momento perfecto para por fin poder cerrarla. “¡Ya está bien!” Gritaron desde el otro lado, dándole un manotazo y rompiéndole el seguro a la puerta, para conseguir entrar. Su padre caminó hacia la chica con aire enfadado, aunque no era de extrañar, había pasado como una o dos horas desde que todas sus hermanas se habían marchado. Él la agarró del brazo, clavando sus uñas en su piel y levantándola de la cama. “¡Eres increíble, Charlotte! De verdad que sí.” Rodó los ojos y tiró de la rubia para que saliese de su cuarto –no sin antes agarrar su maleta– y la empujó a través de las escaleras— ¡No voy a ir, papá! ¡No puedes obligarme, tengo diecinueve años! —Intentó convencerle, pero al ver a su padre negar con la cabeza supo que ya estaba todo perdido. Definitivamente, se iba a ir con su nuevo dueño.
Gruñó en cuanto le vio al final de las escaleras, con una sonrisa de oreja a oreja y mirándola de arriba abajo mientras bajaba los escalones. Le daba arcadas saber que tendría que dormir a tan solo unas habitaciones de distancia de él –a no ser que al señorito le diesen ganas de dormir en la misma cama con ella, cosa que no pasaría ni en sus sueños–. La rubia le dedicó una mirada de odio, haciendo que la sonrisa del chico se intensificase, le odiaba muchísimo— ¿A qué esperamos? Vámonos ya, joder —Apresuró, agarrando con fuerza su maleta y caminando hacia la puerta. “Cuida tu vocabulario, señorita.” La voz de Malik resonó en sus oídos. Quería matarlo—. No me digas cómo tengo que comportarme. Eres tú el que me has comprado, carga con las consecuencias —Murmuró en voz baja, sabiendo que su padre estaba oyendo aquella tensa conversación. “Controla su maleta, seguro que tiene un cuchillo ahí metido.” Su padre advirtió al chico, que sólo se rió, tomándoselo a broma. Si de verdad la conociese no se reiría, sino que husmearía en sus pertenencias ahí mismo. “Adiós, Charlotte. No te portes mal.” Si tan sólo supieras papá, si tan sólo supieras, reflexionó en su cabeza.
***
No le era de extrañar que estuviese viajando en una limusina, hacía tiempo que se había dado cuenta de que si los cinco cantantes se habían podido permitir alquilar durante un año a unas hermanas, debían de ser bastantes reconocidos en el mundo. Frunció el ceño al no caer en quiénes eran. Se cruzó de piernas y se recostó en el asiento, mirando por la ventana e incómoda al sentir la mirada del moreno sobre ella durante todo el camino. Sentarse enfrente de él había sido una mala, muy mala idea. “Adelante, pregunta. Sé que lo estás deseando.” La voz grave de Malik se clavó en su oído. Bufó, claro que quería preguntar pero su orgullo estaba muy por encima de eso. Tenía que aparentar que le daba igual, que no le importaba haber sido comprada para ser utilizada sexualmente— No voy a preguntar nada, no eres tan importante —Contestó simplemente, rodando los ojos y volviendo su vista al paisaje. Estaban saliendo de la ciudad. Otra vez, las preguntas asaltaron su cabeza y por desgracia, debió ser muy poco disimulada. “Bueno, está bien. Entonces contestaré yo.” Suspiró exasperado. ¿Acaso se creía que solo por haberse apropiado de mí ya tenía todo el derecho del mundo a que yo le tratase bien? Porque estaba bastante equivocado. “Soy Zayn Malik. Tengo veinte años. Eh… Bueno, la verdad es que no sé qué más decir. Esto es más incómodo de lo que crees.” Una risa nerviosa fue lo único que se escuchó, antes de que el silencio volviese a invadirles. “Charlie…” Utilizó el mismo tono que usaba su madre cuando su hija cometía una travesura. Molesta, frunció el ceño y giró su cabeza, encarando a Zayn –del cual no sabía su nombre hasta unos segundos antes–. Estaba dispuesta a cantarle las cuarenta, nadie, absolutamente nadie podía comportarse como lo hacía su madre—. ¿Qué? —Preguntó impulsivamente, haciendo destacar su más que obvio enfado. “Ahora te toca a ti.” Mierda.
—No voy a decir nada sobre mí, puesto que ya lo sabes todo, ¿Acaso no sabes que soy consciente de que mi padre te ha dado toda una carpeta con mis datos? —Volvió a contestarle fríamente, ganándose un suspiro de cansancio por parte del moreno, el cual ella contestó rodando los ojos. “Intento que nos llevemos bien, Charlie.” Frunció el ceño, ¿En serio pensaba que se iba a llevar bien con alguien que se pensaba que podía comprar todo con dinero? Negó con la cabeza, volviendo a mirar a la ventana— Primero —Le señaló con el dedo—: Olvídate de seguir llamándome Charlie, para ti soy Charlotte —Contestó con seguridad. Mirándole a los ojos y dejando de señalarle—. Y segundo: No voy a decir nada de mí, no te interesa. Tú tan solo me quieres para desahogarte con un buen polvo, no necesitas saber nada sobre mí —Aquella contestación debió de pillarle bastante desprevenido, pues abrió los ojos como platos. ¿Acaso esperabas que fuese una buena sumisa, Malik? Pensó la rubia, riéndose levemente. “Bueno, supongo que debí de haber previsto que serías una gatita que arañase. Pero eso no me va a intimidar ni en lo más mínimo, Charlie.” Le contestó sonriendo burlonamente, lo que hizo que ella se enfadase aún más y pensase en las diferentes formas de poder matarle—. ¿Cuánto queda? —Murmuró. “¿Tantas ganas tienes de llegar?” Por segunda vez se escuchó la bromista risa de Zayn— No te reirás tanto cuando te demuestre de qué estoy hecha —Le contestó, frunciendo el ceño y apretando sus puños. “Estoy deseando verlo, gatita.”
***
Cuando ambos entraron por la puerta, esta ya estaba abierta, con una mujer esperándoles pacientemente. Poseía un amigable rostro, era de baja estatura y vestía como lo hacía una ama de llaves. Llevaba su cabello oscuro recogido en el más ordenado de los moños y sus ojos mieles, al igual que sus labios, parecía sonreír a los jóvenes con la mayor de las dulzuras. “Bienvenido, señor Malik.” Saludó al dueño de la mansión –puesto que llamar a aquello una casa, sería quedarse muy corto–, haciéndose a un lado para que pasara. La rubia detectó en su voz un arrastre de las palabras acompañado con un fuerte acento ruso. “Muchas gracias, Sarah.” Se escuchó decir al aludido, cariñosamente. “¿Podrías ayudar a la señorita a instalarse en su habitación?” Normalmente, Charlie se habría espantado ante la mención de la palabra habitación, aunque no tuvo tiempo para reaccionar, ya que en cuanto se encontró en el interior de la casa, tuvo que hacer esfuerzos para no dejar caer su mandíbula debido a la impresión. Increíble, pensó. El suelo de mármol, el techo altísimo y las paredes blancas lucían diferentes cuadros, siendo cada uno más hermoso que el anterior. La decoración era magnífica, propia de un hombre de un millón de dólares. “Claro, señor Malik.” Dijo ella, acercándose amablemente a la rubia para recibir su maleta. Ella le sonrió con amabilidad, observando de reojo al chico que acababa de comprarla y finalmente, le entrega su pertenencia. No quería hacerlo, y tampoco podía permitirse hacer un escándalo frente a la amable mujer. Quizá se había comportado fatal con Zayn, pero tenía un mínimo de decencia y comprendía que ella no le había hecho nada. Sarah le hizo una seña para que Charlie le siguiese, que no se marchó sin antes dedicarle una fuerte mirada de odio al tal señor Malik. No pretendía instalarse por mucho tiempo en su hogar, no lo iba a conseguir, así que no esperaba que él se estuviese familiarizando con la bizarra idea que trae en mente. Tan solo le gustaría saber el porqué está allí, pero su orgullo está muy por encima. Ambas mujeres recorrieron un par de pasillos, llegando hacia una especie de escalera central. Subieron y nuevamente vuelven a perderse entre los montones de pasillos. La chica trataba de memorizar el camino, mas sentía que habían dado tantas vueltas que ya se había perdido. Izquierda, derecha, derecha y ya me había perdido… Maldijo en su interior. ¿Cómo se suponía que iba a escapar si no tenía ni idea de cómo salir?
Tras mucho andar y caminar, se detuvieron frente a una de los tantos cuartos de la mansión. Sarah sacó una llave del bolsillo de su delantal blanco y abrió la puerta, dando paso a la nueva hospedante primero— Wow —Dejó escapar libremente, sin miedo a ser escuchada por Zayn. Aquel lugar no dejaba de sorprenderla. “¿Le ha gustado?” Le preguntó, dejando a flote su evidente entusiasmo. “Yo misma la he diseñado.” De seguro que se había esforzado muchísimo para lograr un resultado como ese, pues era la habitación más bonita que ella había visto en su vida. Aunque claro, no es que tuviese mucho con qué compararla. Su padre nunca le hubiese dejado decorar su antiguo cuarto como ella hubiese querido, tenía que ser prolijo y tranquilo, para dar buena impresión. Pero aquello era diferente, dentro se hallaba una enorme cama de dos plazas, con un fino cobertor blanco y montones de almohadas beige acomodadas sobre ella; una lámpara negra de araña colgaba desde el techo; más allá, un tocador y una pequeña chimenea con sillones de una sola persona alrededor; una enorme televisión de pantalla plana; repisas; una cómoda; un estante de libros y un par de espejos más, se encargaban de darle vida al cuarto. Sí, a cualquier chica le hubiese encantado vivir en aquella habitación, pero no en una situación como esa.
“Me alegro mucho que a la señorita le guste. Ha hecho un buen trabajo, Sarah. Puede marcharse.” Tan solo un solo hombre en aquel mundo podía provocar que a Charlie se le acelerase el corazón de aquella manera tan brusca. ¿Desde cuándo estaba allí? Se mordió el labio inferior cuando la puerta se cerró de golpe, dándole a entender que la sirvienta les había dejado completamente solos, en una habitación, con una cama y Zayn a pocos metros. Se dio la vuelta, estando más segura encarando al chico que de espaldas a él. Se veía tan elegante como siempre, pero ella no debía pensar en eso, no cuando aquel que la estaba mirando se había permitido el lujo de comprarla. Era un sucio engreído que pensaba que podía adquirir todo lo que quisiese tan solo con dinero, no luchaba por lo que quería, se lo daban todo en una bandeja. Por eso ella no sería así, le pondría las cosas difíciles, si al final terminaba quedándose más de una semana. “Me alegro que al fin podamos estar los dos juntos.” Murmuró, acercándose a ella peligrosamente. Se apoderó de su cintura y la juntó a su cuerpo. La rubia gruñó, intentando separarse, en vano—. Suéltame, idiota —Masculló con frialdad, no le gustaba estar tan cerca de las personas, odiaba que sobrepasasen su espacio personal—. Lárgate de aquí, es mi habitación. Además necesito ducharme —Añadió cuando por fin consiguió separarse unos cuantos centímetros de él –y ya no hacía tanto calor en aquel sitio–. “Teóricamente estás en mi casa.” Se encogió de hombros, como si la palabra intimidad no existiese en su vocabulario. “Me voy a ir esta vez. Pero ya que me acuerdo, necesito hablar contigo. Dúchate si quieres, al salir la ropa la tendrás sobre la cama, pero luego pregúntale a Sarah dónde está mi despacho, ella te lo indicará. Hasta dentro de un rato, gatita.” Soltó un bufido exasperado cuando vio al moreno marcharse de la habitación con una sonrisa de ganador en la cara, lo mataría seguro, cualquier día terminaría agotándose su paciencia y Zayn aparecería muerto.
Caminó hacia el baño y aunque intentó evitarlo, no pudo dejar de sorprenderse, aquella casa era increíble, no se merecía el dueño que tenía. Un suelo de mármol blanco e impoluto, unas paredes a cuadritos, aparentando ser hechas a cerámica. Había una bañera gigante, que ocupaba un poco menos de la mitad de lo que era el baño; a su lado había una ducha, no tan impresionante pero era más que obvio que estaba hecha para personas ricas. Había una gran estantería, llena de perfumes, champús, jabones, sales minerales... ¡¿Lubricantes?! ¿Qué demonios pintaban ahí unos lubricantes? Por si fuera poco, no solo era uno, sino que había una gran colección de sabores y olores— Pervertido —Gruñó, enfadada y sobresaltada a la vez. No dudaba del carácter subido de tono a veces del chico, pero aquello era más que claro que estaba puesto ahí por algo, ¿Quizá una indirecta para ella? La rubia negó con la cabeza asqueada, nadie podía ser tan sumamente descarado, ni siquiera Zayn Malik. En su cabeza se agolpaban los pensamientos y las escenas de aquellos últimos dias, de las últimas horas. Finalmente, decidió librarse de toda la ropa que llevaba encima. Se metió bajo la ducha y dejó que el agua resbalara violenta por su cuerpo desnudo. Estuvo diez minutos así, diez minutos que parecieron detener el tiempo, dies eternos minutos que parecían multiplicarse por cada una de las gotas que acariciaba su blanquecina piel. De lejos creyó oír la puerta de su habitación cerrándose, por eso dudó si ir a ver o permanecer en aquel placer que le había aislado del mundo. De repente, algo en lo más profundo de su cabeza le susurró que podía ser él, que podía ser Zayn husmeando en sus cosas. Salió de la ducha, se envolvió en una toalla que le llegaba por los muslos y fue corriendo a la puerta del baño.
En ningún momento llegó a pensar que podría ser solo su imaginación. Juraba haber oído algo y si ella lo certificaba, tenía que ser cierto. Por suerte no era Zayn, o al menos había sido lo suficientemente rápido y había salido antes de que le pillasen. Molesta con quién demonios había entrado, reforzó el nudo en su toalla y caminó hasta su maleta, que seguía en el mismo lugar en el que Sarah la había dejado. Suspirando, se dejó vencer por su pereza y no comprobó el interior de su equipaje, confiaba en que ni siquiera le hubiese dado tiempo a abrirla. Dio media vuelta y entonces se dio cuenta de que había ropa encima de su cama. Frunció el ceño confundida y se acercó. No había nada más que unas medias de red, un corsé que en realidad era un leotardo cubierto por diamantes que seguro que hacían a cualquier mujer verse mucho más majestuosa. Cuando sus pies pisaron algo de cuero, bajó su mirada a unas botas negras hasta las rodillas— Asqueroso —Murmuró, agarrando las medias. De repente, una nota cayó desde estas:
Póntelo, no es ninguna sugerencia. Es una orden.
Hazme caso y ves a mi despacho. Tenemos que hablar de varias cosas.
Hazme caso y ves a mi despacho. Tenemos que hablar de varias cosas.
Zayn. No podía ser otra persona. Ella odiaba que le diesen órdenes y más aún si él era un completo desconocido. Lejos de pensar en las consecuencias que tendrían sus actos impulsivos, se decidió por gastarle una broma pesada al moreno. Las ideas pasaron por su cabeza fugazmente, desde a simplemente no aparecer o... La rubia sonrió, perfecto. Ahora sí que le iba a demostrar a Zayn Malik quién demonios era Charlotte Grace Hayley. Se acabó ser una sumisa, aunque no llevase ni un solo día. Así fue como salió de la habitación –a la que aún no consideraría como suya– a la velocidad de un rayo, ni siquiera se molestaría en preguntarle a Sarah por el despacho del moreno, aunque no lo fuese a admitir, estaba segura de que en cuanto la viese, sus mejillas se convertirían en dos pequeños tomates. Por eso fue por todo un largo pasillo abriendo una por una las puerta, solo deseando que en ninguna se encontrase algo que le fuese a dejar un trauma de por vida. Según lo que había visto del carácter del chico, no dudaba en que hubiese una, o varias habitaciones para... Bueno, eso no hace falta que se diga, ¿Verdad? Aunque hubo algunas puertas que no se pudieron abrir –ya que parecían estar cerradas con llave–, no tardó mucho en encontrar a Zayn. Lejos de querer ser educada, abrió la puerta con descaro y se adentró en el cuarto. Vaya, quizá no había sido tan buena idea aparecer tan solo envuelta en una toalla.
Cuando él alzó la vista y ella notó que su puño se apretaba contra el bolígrafo que sostenía entre sus manos, supo enseguida que estaba enfadado. Su ceño se echó hacia abajo y sus ojos castaños la repasaron varias veces, como si no se creyese lo que estaba viendo. “Tan solo te he pedido una cosa. Una jodida y sencilla cosa.” Comenzó a hablar. La rubia abrió la boca para contestarle, pero él la calló alzando su dedo índice. “Tu padre prometió que todas sus hijas eran unas sumisas. Veo que me equivocaba.” Recogió los papeles esparcidos por la mesa y los guardó dentro de una carpeta azul claro. “¿Qué demonios estás ganando con esto, Hayley?” Era la primera vez que ella le oía decir malas palabras, al igual que era la primera vez que pronunciaba su apellido. Y aunque no lo quisiera admitir, había sonado increíblemente sexy. “¿Pretendes seducirme? ¿Excitarme? Yo no soy muy partidario de esa vulgaridad, deberías saberlo.” Continuó mascullando mentiras, sin dejar que le interrumpiese nadie en ningún momento. “Al final resultará que querrás un castigo.” Terminó, o bueno, ella no le dejó excederse de ahí, ¿Cómo se atrevía a tratarla así, como una puta? Ella no era propiedad de nadie y como ya le había dicho, no iba a obedecerle— ¿Todo esto es en serio? —Le detuvo, frunciendo el ceño y acercándose a su mesa— No has dejado de darme órdenes desde que he pisado esta casa. ¡Esto es solo una forma de desahogarme! —Acabó gritándole, estaba harta de esta situación. Harta de que le mandasen, harta de que estuviese echando a perder su futuro por los caprichos de un multimillonario— No voy a ponerme lo que me ordenes. Yo he traído mi propia ropa, ¿Acaso crees que no tenemos el dinero suficiente? Porque estás muy equivocado, tanto que sabes de mí. Que me hayas comprado no quiere decir nada, tan solo que es la peor decisión que has tomado en toda tu vida, Zayn Malik —Soltó todo eso de un sopetón, sorprendiéndose al no haberse trabado por los nervios y la desesperación. “Está bien.” ¿Qué?
Sus cejas se arquearon sorprendida— ¿Está bien? Esto... ¡Sí, claro que está bien! —Contestó, con la vaga esperanza de que por una vez en la vida, le entendiese. “Lo entiendo todo. Tú tan solo estás nerviosa por el traslado.” Miró uno de los papeles, que como ya había supuesto, serían sobre ella. “Aquí dice que la menstruación te vendrá a finales de este mes. Pero queda mucho.” ¡No, no, no! Se estaba pasando de la raya, muchísimo— ¿Pero qué estás diciendo? —Explotó— ¿En serio crees que estoy así por la menstruación y no porque un jodido sadomasoquista me haya comprado para utilizarme? —Movió sus brazos intentando hacerle entender, dios, ¿Cómo una persona podía ponerle tan nerviosa? Nadie, absolutamente nadie se había atrevido a hacerlo, ni siquiera ninguna de sus cinco hermanas, y aquel muchacho con tan solo un par de palabras lo había conseguido, todo un récord. Después de unos segundos en un completo silencio, el moreno se levantó intimidante, haciendo que ella retrocediese, por respeto principalmente. Él se puso delante del escritorio y se apoyó ahí, sosteniendo un bolígrafo en su mano derecha y un montón de papeles en la izquierda. “No voy a seguirte el juego, Hayley. Esta vez no vas a ganar. Intentas que me arrepienta, que te devuelva y eso no va a ser posible.” Sus palabras enfurecían cada vez más y más a la chica, quería matarle lenta y dolorosamente. Volvió a abrir la boca, pero la volvieron a callar. “Se acabó la discusión. Supongo que serás consciente de por qué te he llamado, ¿Verdad?” Ella asintió, no muy segura de si sus palabras saldrían de su boca correctamente. “Entonces empecemos...” Suspiró, seguramente no tendría ni idea de por dónde empezar. “Estudios.” Dijo simplemente, hasta asustó el tono con el que habló. Rápido, sencillo y claro— Estudio, o estudiaba, psicología en la universidad. Al igual que hay veces que me paso por alas clases de español y así aprendo un poco. Lo mismo con las de coreano y alemán, aunque las tengo más abandonadas. También voy, o iba, a clases de natación los martes y jueves y a clases de piano los lunes y miércoles —Aclaró, sonriendo burlonamente. Toma esa, Malik.
“Muy bien, por un momento dudé.” Sonrió, satisfecho. “En cuanto a ese tema, no tengo ningún problema en que estudies, es más, me alegro que lo hagas, el único inconveniente es que te tendrás que cambiar de universidad ya que la tuya está muy lejos, por suerte ahora mismo estáis de vacaciones, ¿No? Lo de piano y natación, bueno, buscaremos algo. El problema es que tan solo irás un día por semana, te necesito los demás días.” La rubia rodó los ojos. Aguanta, Charlie, aguanta... Pensó. “Cambiemos de tema. ¿Relaciones?” Ella se mordió el labio inferior, como odiaba que tocasen esos temas. Ese, precisamente. ¿Cuál sería la reacción de Zayn cuando se enterase de que ella aún no había dado ni su primer beso? Y no era culpa suya, claro que se le habían ofrecido, es solo que su padre a veces solía pasarse de protector. Por eso, y evitándose la posible burla del moreno, decidió mentir— Tan solo he tenido dos o tres parejas formales. Lo demás han sido todo rollos de una noche —Le engañó, o al menos, lo intentó. “No me refería a eso precisamente...” Ella se sonrojó al entender lo que quería decir. Bien, otro momento incómodo, ¿Cómo demonios le diría que su cuerpo aún era completamente virgen? ¿También tendría que mentir? Aquello le cansaba—. No soy virgen, si a eso te referías —Contestó con frialdad, intentando camuflar su avergonzarte vida. “El sábado por la mañana tienes una cita con una ginecóloga.” ¿Quién demonios se creía que era? ¿Acaso se pensaba que ella no sabría abrir un preservativo? Que nunca lo hubiese hecho no significaba nada—. Gracias, pero sé cuidarme yo solita. Créeme, estoy segura de que tú no habrás abierto ni la mitad de condones de los que he abierto yo —Dijo descaradamente, a la hora de mentir, nada importaba. Al contrario de lo que la rubia se esperaba, el moreno comenzó a reírse a carcajadas. “No es para eso precisamente. Tan solo lo hago para asegurarme de que no estás mintiendo y que realmente no eres virgen.”[/i] Suspiró, mientras Charlie se revolvía incómoda en el asiento. “En realidad me importa mucho eso, y me gustaría que me lo dijeses ahora si me estás mintiendo. Puedes juzgarme todo lo que quieras sobre mis gustos sexuales, pero a la hora de la verdad, nunca desvirgaría a nadie de esa forma.” Confesó, en un tono que casi reblandeció el corazón de la muchacha, casi—. Si fuese virgen, no dudes en que te lo diría. A mí esas cosas me dan igual —Continuó con la mentira, le apetecía poner un poco a prueba a Zayn, exactamente como él hacía con ella.
“Bueno, pues creo que ya está todo. De todas formas, aún nos queda un año entero para conocernos más... Profundo.” Y otra vez volvía a aparecer el antiguo Malik, el que se creía el más atractivo del mundo y pensaba que podía jugar con todas las mujeres como le daba la gana— Prepárate, porque dentro de poco tendrás un interrogatorio mío —Le murmuró la rubia con una sonrisa burlona, mientras se levantaba y arreglaba su toalla, que ya la había secado completamente. “Lo dudo mucho, Charlie.” La rubia le oyó, sin embargo no le corrigió ni se dejó vencer por su curiosidad por saber a qué se refería. Además, de alguna forma, le había gustado que Zayn le llamase por su apodo, le hacía parecer más cariñoso. Caminó hacia la puerta, meciendo sus caderas disimuladamente al sentir la mirada del moreno quemando su espalda y más abajo. “Por cierto...” Se giró mientras su mano agarraba el pomo de la puerta, con una ceja enarcada. “Tengo que admitir que tu trasero se ve jodidamente bien desde aquí detrás.” Aquel piropo le hizo querer sonrojarse y marcharse corriendo como una colegiala, sin embargo, su carácter maduro le hizo llenar su pecho de aire y orgullo, mientras le guiñaba un ojo coquetamente—. ¿Lo dudabas, Malik? —Y sin esperar ninguna respuesta, se marchó de su despacho, volviendo a navegar sin rumbo por los pasillos hasta dar con su habitación. Donde se tiró a su cama, cansada y con un solo pensamiento en su cabeza que no le dejaba dormir: Aquel año sería terriblemente largo.
- Abre si eres lo suficientemente sumisa (?:
- ¡Konichiwa! Mi nombre es Michelle, si gustan pueden llamarme Elle, Meh o como prefieran Quiero agradecerles por darle la oportunidad a mi capítulo y espero que haya de su agrado. Voy a ser sincera, me gusta escribir, pero no había publicado ningún capítulo de este contenido en ningún lado hasta hoy, así que acepto cualquier crítica mientras sea constructiva. Como ya les dije, soy nueva en este pequeño gran mundo de las novelas, así que siento si he cometido algún error o el capítulo está muy mal. No es que me disgusten las lectoras fantasma, pero les pido que hagan lo posible por comentar, ya que sin críticas no hay mejorías y realmente me interesa su opinión. Y ya. Espero que les haya gustado, aunque no sé quién es la siguiente (? Creo que es Nina, pero no sé :c
Invitado
Invitado
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
Acabo de ver una referencia a Lana del Rey en lo de hombre de millón de dólares, no se si fue a propósito, no se si conoces la canción pero con eso te has ganado mi corazón, al fin una hermana hayley con las mismas ganas de pelear que la mía.
pulgares arriba cariño, tu capítulo me encantó
pulgares arriba cariño, tu capítulo me encantó
Micki Stypayhorlikson
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
Micki Stypayhorlikson escribió:Acabo de ver una referencia a Lana del Rey en lo de hombre de millón de dólares, no se si fue a propósito, no se si conoces la canción pero con eso te has ganado mi corazón, al fin una hermana hayley con las mismas ganas de pelear que la mía.
pulgares arriba cariño, tu capítulo me encantó
claro que fue a propósito, amo a lana del rey y sobretodo sentía que esta canción iba tan acorde con la novela que no me resistí a ponerla me alegro que te gustara porque dejé toda mi alma y corazón en el capítulo
además, añado que estoy deseando leer el próximo
Invitado
Invitado
Re: En Sumisión {+18 | Novela Colectiva.
Juro que creí haber comentado tu cap! No se que me paso pero en fin... Lo ame! Charlotte es ruda, eso me gustaa! Me alegra que al fin hayas podido subir y que esta nc siga! Muero por que siga.
Invitado
Invitado
Página 4 de 4. • 1, 2, 3, 4
Temas similares
» When I was your man|Novela Colectiva|
» Novela Colectiva :)
» Books! |Galería|
» Don't let me go|Novela colectiva.
» Always |Novela Colectiva|
» Novela Colectiva :)
» Books! |Galería|
» Don't let me go|Novela colectiva.
» Always |Novela Colectiva|
Página 4 de 4.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.