Las cuatro puertas. |NC|

«— Todo esto se los debo a mis fans, ellos son la razón por lo que amo lo que hago. Quiero dedicarles éste triunfo a ellos, no sólo es mi premio es el de ellos.
—Déjate algo de crédito—soltó una risa otra voz —Antes de irnos, Allegra, vienes de una familia con creencias místicas, ¿crees en la conexión de dos personas? ¿Los ojos las ventanas del alma?...»

¿Qué era eso? ¿Otra vez  esa entrevista? Mataré al que haya dejado la televisión encendida. Bajaba las escaleras que conectaban el piso de arriba con el living, mientras bajaba pude darme cuenta de la persona que veía alegremente la entrevista que me había hecho Ellen DeGeneres hace dos días atrás en su programa.

—Apaga eso, créeme quiero olvidar esa agobiante entrevista. ¿Familia mística? Todo pura basura comercial, yo creo que en nada de eso debes creer ¿o sí?—miré incrédula a mi madre quien estaba sentada en sillón frente a la televisión.

«—Por supuesto que si, claro, nunca me ha pasado, pero en los ojos puedes ver ese destello, eso que te impacta y te hace ver más allá de una cara bonita….»—era nuevamente mi voz desde los parlantes de la tv.

— ¿Sabes?, Me tocó despedir al chico que escribió eso en todos mis apuntes, de verdad, como si el amor existiera, la amistad y todo eso; Son inventos de la sociedad para llegar más rápido al dinero de otros—dije para luego en definitivo apagar el televisor  
—Allegra, hija deberías….
— Deberías, deberías… ¿yo debo hacer qué?, tu debiste haber hecho algo para que papá no te dejara, no nos dejara—le espeté rodando los ojos

Ella me veía con pesadez y tristeza desde el sillón; La decepción destellaba en sus ojos. Sólo un problema, no me importaba.

—Aun no sé para qué vienes aquí, búscate una vida, que te importe más que la mía—dejé de mirarla para continuar caminando hacia el ventanal de enfrente, daba justo con la piscina.

A ciencia cierta no sé para qué la tenía, sólo la usaba en sesiones cortas de fotos, lo último que haría sería tomar clases de natación, así que estaba allí de adorno, sin embargo nada me impedía tomar sol.

—Señorita Allegra

Si, pues nada me lo impedirá.
Me giré hacia la voz que me había llamado, era mi manager, observé al fondo que mi madre seguía sentada está vez viendo una que otra revista.

— ¿Que ocurre Silvia?—pregunté lanzando mi mejor sonrisa falsa
—Su agenda del día de mañana ya está lista se la hice llegar a su habitación. En cuanto al día de hoy, tiene una reunión con la señorita Swift  y sus representantes, hay que discutir las ganancias del dúo planeado para el álbum—informó mirando constantemente su carpeta.  

Últimamente ni tenía vida propia, día y noche cumpliendo con esa bendita agenda. Cerré mis ojos y suspiré.

— ¡Cleo!—llamé ignorando completamente a Silvia quien aún esperaba mi respuesta.
En menos de diez segundos se acercó atropelladamente hacia nosotros una chica baja y morena.
—Señorita Grey, aquí tiene su bebida, no encontramos la otra, su madre dijo que no permitiéramos más que…

Tomé en mis manos la bebida y la miré, no era la que acostumbraba a tomar, pero daba igual, con todos los eventos que tenía siempre encima me preocupa muy poco por comer, las bebidas energéticas se habían convertido en mis comidas, aunque últimamente me estaba sintiendo mareada.

—Te diré algo Cleo, tu trabajas para mí, no para mi madre, si yo pido una bebida energética de China, tú me la traes, ¡incompetente buena para nada!—le grité a la chica que agachaba su cabeza asustada, no me importaba, para eso mi dinero se iba todos los meses a su bolsillo.
—No volverá a suceder, en serio…
—No, no sucederá, Estas emmm, ¡Despedida!, y me aseguraré de que no consigas empleo en toda esta zona de los Estados Unidos, ahora la puerta está por allá— indiqué furiosa mientras con la mirada echaba a la castaña. Una vez que la chica se había ido me volví otra vez hacia Silvia quien me observaba atónita.
—No, no fui dura con ella, eso último es mentira, me da igual si la contratan  en la casa de al lado, en fin ¿me decías?
—Su reunión con la…
— ¿Otra canción con Taylor Swift?, esa reunión cancélala, si quieren mañana bien y si no igual, porque hoy será mi día libre —determiné con una sonrisa mientras sorbía mi bebida.
—Pero…
—Sin peros, no quiero que termines como Cleo,  ahora si me disculpas estaré en la piscina—concluí yendo ahora al patio.

Así era mi vida todos los días, ya mañana me tocaría entrevistar a cinco mil personas más para tomar el lugar de Cleo, ni hablar de los compromisos de trabajo, por la disquera y todo eso. Sumado al estrés de los fans ¿en serio esa gente que dice quererte sin conocerte? No los soporto, si canto, es porque me gusta y ya.

Me deshice de la bata de seda que cargaba, para quedar en traje de baño, algo sencillo para mi gusto, pero hoy no tenía ganas de nada. Meneé un poco el envase en mi mano y seguí tomando de aquella bebida. La piscina abarcaba casi toda la parte trasera de la casa, unas pocas sillas para tomar sol la rodeaban, siempre caminaba al borde de la piscina para ir hasta ellas.

Una sensación de ser observada me recorrió, algo estúpido porque la primera regla cuando entras al negocio de la fama es esa. La privacidad no existe. Seguí mi camino a las sillas. No pude evitar llevar mis manos a la cabeza, el dolor se hizo algo intenso, allí estaba de nuevo esos mareos que había tenido por días, sentí mi vista nublándose, las fuerzas en mis piernas desaparecían ¿Qué me ocurría? , no podía más me estaba desvaneciendo.

Agua, por todas partes, nunca había sentido tanta frecuencia de agua en toda mi vida. La sentía, pero no podía moverme. Por un segundo, ya no sentía tanta agua como antes, mis ojos pesaban, se estaban cerrando.

— ¡Te tengo!, todo saldrá bien— dijo una voz poco audible, veía borroso, pero mi vista se encontró con  unos grandes ojos azules que me miraban con intensidad, algo me hizo pensar que estaba ¿segura?
En fracción de segundos mi vista se nubló por completo.


Mi cabeza me dolía, dolía más que nunca ¿resaca? No recodaba haber bebido algo, salvo mis bebidas energéticas pero no eran a base de alcohol. Mientras me removía, mis músculos dolían ¿Qué me había pasado?  Cuando estuviera mejor me encargaría seriamente de mi entrenador personal. Abrí mis ojos, cuando mi visión se aclaró, distinguí muchos objetos, era...era ¿mi habitación? Yo… ¿Cómo, como había llegado allí?

—Al fin despiertas, dormilona—comenta con una sonrisa perfecta un chico alto, con un cabello oscuro alborotado, un par de años mayor que yo, quizá.  Pero con unos impactantes ojos azules. Vestía una camisa azul intenso por lo cual sus ojos resaltaban más.
— ¿Quién eres tú? ¿Y porque estás en mi casa?—pregunté mirándole severamente, lo cual no estaba ayudado por las muecas de dolor que yo hacía cada vez que pronunciaba una palabra.
—Eso no importa ahora, sólo quiero que estés bien—volvió a hablar mientras se acercaba a mi cama.

¿Él se estaba interesando en mí? Si pues no lo creo. Sólo era una estúpida broma de uno de mis empleados, al cual evidentemente por todo lo que pasa en mi cabeza no recordaba. Como pude me levanté de mi cama, sin dejar de ver al extraño, pero muy atractivo—en serio—chico.
— ¿Qué me pasó? Y ¿Y toda esta agua?—exigí saber
—Te caíste a la piscina, y por suerte yo estaba cerca—contestó el castaño cruzándose de brazos soltando otra risa, ¿Qué le era tan gracioso a ese payaso?
— ¿Yo?, Tienes suerte de que no recuerde casi nada, pero te aseguro que tienes dos segundos para irte, o sino llamaré a seguridad y más vale que no te hayas llevado nada, tomado ninguna foto y si me tocaste…  

Pero él sólo seguía riéndose. ¿Un sexy loco maniático se había metido a mi casa?, no cabrán palabras para todo lo que les diré a los de seguridad. Eché un vistazo rápido a mi ropa, cargaba mi traje de baño. Mojado. Pero lo cargaba, y encima la bata rosa de seda que había dejado en el piso.

—Te pareces mucho a mi madre, así de maniaca—volvió a hablar sin quitar esa sonrisa de sus labios.
Fruncí el ceño ¿Por qué demonios me decía aquello?
—Exijo que me digas ¿quién eres?—le reté observando todo a mi alrededor, me odié por un momento al darme cuenta que no había ningún objeto potencial suicido en mi habitación.
—Bien ehh...—pero empezó a reír de nuevo. Suficiente ¿acaso había muerto y ese era mi castigo?
— ¿Qué es tan gracioso?—espeté viéndolo enojada— ¡Seguridad!—me apresuré a añadir
—Soy David. David Brooks Grey—se presentó el ojiazul tendiéndome su mano.
—David—repetí ignorando su mano extendida hacia mí, el asintió—Piensas que voy a creer que... ¡Seguridad!  
—Despediste ayer a dos de esos tipos, y Silvia no se ha encargado de contratar a más—apuntó David. Puse los ojos en blanco, recordando los incompetentes de ayer, momento ¡ese maniático me espiaba!
—No sé por qué sigo aquí—dije para luego salir corriendo, la puerta ya estaba abierta así que sería fácil escapar de mi propia casa.
— ¡Allegra, espera!—gritó él siguiéndome.

Se quedará esperando si cree que voy a parar.

—Soy tu primo—dijo mientras corría detrás de mí.

Seguía corriendo escaleras abajo, aún estaba medio mareada, pero no pararía.

— ¿Primo?, ¡estás demente!—recriminé cuando ya las escaleras habían acabado, no había señal de mi madre, cuando por fin la necesitaba si me hacía caso de largarse, perfecto.
— ¡Silvia!—llamé caminando por todo el living.
— ¿Qué son todos esos gritos?—preguntó entrando al lugar  mi madre.
—Mamá, esto es una locura, un momento voy a tomar sol y al siguiente hay un loco viéndome semi-desnuda en mi habitación….
—David, de verdad disculpa todo esto, últimamente Allegra está más nerviosa de lo normal—habló serenamente viendo a David quien ya había llegado hasta nosotras.
—Descuida tía Emme, debe ser difícil ganar millones y millones de dólares, tener gente que aclamé tu nombre y eso, así que entiendo su actitud—sonreía mientras hablaba y abrazaba a mi madre.

Yo miraba atónita todo aquello, ¿me estaba insultando de nuevo?

— ¿Si dice ser mi primo, por qué nunca había sabido de él? —cuestioné cruzándome de brazos
—Hija, es hijo de la hermana menor de tu padre, antes de sepa…
— ¡Suficiente! no quiero saber más—exclamé dándome la vuelta, pero antes de volver a retornar a mi habitación me giré hasta ellos.
— Sigo sin saber que paso, pero si me salvaste la vida, gracias supongo, que tengas un lindo viaje de regreso a casa, los quiero fuera de aquí así que…
—Él se quedará—sentenció mi castaña madre
— ¿Qué?, está es mi casa, soy mayor de edad, figura pública, millonaria y  sobre todo no quiero tener nada que ver con la familia de mi padre—finalicé y aquello era mi última palabra.
—Lo siento Allegra pero yo tengo que viajar y eres la única que puedes darle hospedaje, no te quitará nada, se la debes y con él podrás reemplanzar a ese guardaespaldas que despediste ayer—insistió.

Volví a mirarlo. Perfecto ese estúpido siguiendome a todos lados. No quería caer en esa carita bonita que me sonreía divertido,  ahora sus ojos grises brillaban con un toque de locura y diversión. ¿Qué se creía ese tipo?, pero bueno era un Grey, no se podía esperar menos si la hermosa familia por ese lado lo había dejado, me tragué unos cuantos comentarios y sonreí amargamente.

—Hay más de cuatro habitaciones en el piso de arriba—dije dándome la vuelta. Escuché unos cuantos saltitos y grititos de mi madre.

Pasé mis manos por mi cara, no soy caritativa, ¿Qué me estaba pasando?, en menos de dos minutos ya mi madre se había despedido, pues iba a un vuelo a no sé qué destino, yo seguía furiosa por no saber nada de mi manager, y claro por tener a un desconocido, ahora conocido y familia en mi casa como si fuera un hotel de turismo.

Ya me había cambiado y puesto ropa seca, merodeaba por el balcón de la casa, estaba en la última planta de la dichosa mansión,justo después de un pequeño ático con millones de cosas que tenía que botar, no sé porque pero ese lugar era lo único bonito de aquella casa—El balcón, no el desastre de estanterias del ático—No creía en eso de mirar las estrellas y los sueños, una vez quizás lo hice pero tenía unos catorce, y por ello estaba rodeada de dinero, fama y lujos, pero y ¿luego?, no sé con quién estoy más furiosa, ¿conmigo, con mis padres o con esta vida?; desde el balcón observaba la piscina, todo el piso de en rededor estaba lleno de agua, supuse que todo aquel embrollo que había hecho al caerme, pero noté más extraño que la piscina no tenía agua y que toda estaba afuera, como si alguien se hubiera estrellado allí y el impacto saco todo lo que había en ella, sacudí mi cabeza, aquello era imposible. Mi vista se fijó en la luces que destellaban en la casa de al lado, había fiesta en la casa de los Rumsfeld…

—Buenas noches Alegría—pronunció aquel extraño que era lo último que quería ver, en serio, me giré para dedicarle mi mejor sonrisa de "Largo, te quedaste aquí pero no puedes hablarme" tengo una sonrisa para eso.
—Te prohíbo que me digas así—dije irritada
—Ya no estás en Italia y ese es tu nombre sólo que al español—argumentó otra vez con esa sonrisa, ¿Qué pretendía? Agh
—Como digas, me voy es de noche, mañana cumpliré con una apretada agenda, y tú, más te vale que no arruines nada—concluí moviéndome de lugar y caminando para irme no sin ates lanzarle una última mirada para advertirle, mi casa, mis reglas.

Pero esta vez fue diferente, cuando volví a verle, seguía con esa sonrisa problemática y tan atractiva pero... sus ojos, recordaba haberlos detallado tan azules como el océano mismo,despúes eran grises, lo cual no me extrañó porque los ojos azules tienden a cambiar un poco (algo así ocurrían con los míos), ¡¿pero ahora eran verdes?!, un verde más claro que una esmeralda ¿Cómo, cómo…? Bien ya no importaba esa anormalidad, seguí mi camino hasta mi habitación, seguía pensando en aquello, pero era totalmente imposible, no te conectas con alguien sólo con mirarlo, esas cosas sólo es actuación seriamente manipulada.

Gracias chcias
May, amo que te guste, de verdad creo que exageras con tanto aww gracias     yo amodoro más como escribes t, ese prólogo me dejo a mi sin palabras. Estaba nerviosa en ncuanto a la personalidad de Allegra, pero gracias a los mismisimos Osiris e Isis okno les gustó. Bueno sólo saque la parte contraria de mi personalidad, porque yo llego a tratar alguna vez así a mis padres y me desheredan xD por suerte Allegra es rica. Yo quería describir la caída de David pero no me parecio muy importante, queria enfocarme en el contacto visual que iban a tener, so muero por escribir desde el punto de vista de él , de nuevo gracias por tu comentario te loveo demasiado  

Soph, jajajaja sii rellena la piscina de Allegra, puede que te pague muy pero muy bien, también puede que te despida, ella es así de especial. Bueno es parte de los golpes que la vida le ha dado y también de que el dinero no lo es todo, okya dejo el sentimentalismo, so te gane :p *hace un baile de 5 minutos hasta que se cansa*, gracias my Soph por el comentario, espero el tuyo ansiosa ya me imagino al introvertido(y sexy) Zayn con la hiperactiva Sophia