Untouchables Hearts

Narra Liam:

Zayn había estado molestando toda la semana, diciendo que nos comportaramos en la fiesta de su amiga, pero Dios, como pueden pedirme control con una barra de tragos libres ¡¿AL LADO MÍO?!
Lo inevitable sucedió, y terminé ebrio, recuerdo muy poco, y entre ello a una castaña de ojos claros, Era demasiado hermosa. Aunque una persona decente jamás iría a decírselo, el Alcohol en exceso tiene sus castigos
Me acerqué a ella, estaba de espaldas, bailando con sus amigas, y la tomé de la cintura, acorralándola contra la pared.
Sus amigas se sobresaltaron, pero luego se fueron sonrientes.
-Tu…eres muy linda-dije viéndola a los ojos-.
Ella se sonrojó y puso una mano en mi pecho, alejándome, sin embargo no me moví, Jugaba con sus manos, y mordía nerviosamente su labio inferior, el color rojo de su piel la hacía ver adorable.
-Amm…Gracias creo-dijo luego- ¿Adiós?.
-No podría decirte adiós-dije haciendo una mueca de obviedad- Probablemente nunca conozca a una chica como tú, asi que ven- la tomé de las manos y la guíe a la pista, ví a Harry hablando con una rubia mientras la sostenía de la cintura, y reí.
La chica también lo vió y sonrió.
-¿Conoces a ese patán?-dije en su oído por el volumen de la música-.
-Creo que se llama Henry, soy amiga de la rubia-dijo acercándose a mi oído para hablarme-.
-Harry-corregí- ¿Cómo dijiste que te llamabas?-.
-No lo dije-dijo ella elevando una ceja-.
-¿Y piensas decírmelo?- dije sonriente-.
-No-dijo simplemente y siguió bailando-.
-¿Por qué?-pregunté viéndola-.
-Estas ebrio, se huele el alcohol hasta la china, es más-se acercó más a mí- Es licor…de menta-sonrió-.
Sonreí-Correcto-¿Te gusta?-.
-No- dijo negando leve con la cabeza- me gusta de cereza-.
-Vale, pero debes decirme…¿Por qué no me quieres decir tu nombre?-.
-Ya te dije-dijo ella- Estás ebrio-
-¿Y?-
-Mañana no te acordarás de mí, ni de lo que llevo puesto, ni de nada-dijo bajando la mirada-.
-Hey-dije levantando su mentón- quizás esté algo pasado de copas, pero no por eso podría olvidarte, eres demasiado inolvidable-.
Sonrió y se puso roja nuevamente, reí leve.
-Dime Zana-dijo ella sonriente-.
-Liam- dije yo-.
De pronto empezó a sonar una música lenta. L a miré y ella negó con la cabeza.
Reí- Vale, entiendo, no bailarás lento conmigo-dije- Ven-.
La tomé de la mano y la guie a una esquina donde había unos sillones Blancos, Había muchas parejas besuqueándose.
Me senté y le hice una seña para que se siente a mi lado, a mi lado había un gordo barbudo, que miraba mucho a Zana.
Zana empezó a tararear la canción.
-¿La conoces?-dije viéndola-.
-Claro, es de Coldplay-dijo sonriente-,
-Cántala- pedí viéndola con cara de cachorro-.
-mmm ok- dijo y se acercó a mi oído, cantando Yellow en mi oído-.
Su voz era suave, y de esas voces que te gustaría haber grabado para luego repetir una y otra vez.
Es lo que recuerdo, recuerdo que su voz era preciosa, dulce y armoniosa.
-Cantas hermoso- le dije sonriente-.
-Gracias-dijo poniéndose colorada nuevamente-.
-¿Vas a alguna escuela de música?-dije viéndola-.
Negó leve con la cabeza- Canto en mis tiempos libres, también toco la guitarra-.
-Eres increíble-dije sonriente-.
-Solo estás ebrio-dijo ella humildemente-.
-No tanto-dije sonriente-.

Narra Louis:
Fiestas, esa puta definición de diversión, donde Liam se emborracha, Zayn hace de todo, y Harry…bueno, él no es de hablar con chicas…
Y yo, yo bueno, soy más bien relajado, no me gusta alcoholizarme, o empezar a bailar sobre las mesas…cof cof Zayn cof cof.
Jamás fui “bueno” con esto de hablar con chicas, normalmente soy un patán, no sé qué decirles, y simplemente se alejan de mí. Por eso me sorprendió MUCHO cuando aquella castaña de ojos verdes-marrones aceptó bailar conmigo, pero esto no fue de repente…
Les cuento…
Estaba sentado en un sillón blanco, viendo como la fiesta avanzaba sin interrupción, de pronto las luces se apagaron, este es el momento de la fiesta en que todas las luces se cortan, y solo ponen algunos pequeños rayos de luces de colores que se mueven, nada fuera de lo normal, seguí tomando mi cerveza.
Pero entre ello; ví a una chica en una esquina, estaba algo atemorizada, con un vestido negro algo brillante, se veía como en shock, y miraba todo con una mirada perdida, de pronto vi como se tambaleo, y rápidamente fui y la tomé, así evitando que se diera un fuerte golpe en la cabeza.
La música sonaba muy fuerte, y de pronto noté confusión en su rostro, no sabía si morir de risa, o salir corriendo.
-¿Estás Bien?-dije con mis manos en su espalda-.
-Oh…si-dijo en un tono raro…creo que está borracha-.
Me acerqué a ella y la olí. Ella me miró raro.
-¿Eres hombre perro o algo?-dijo viéndome raro- Aun no entiendo porque me hueles- dijo riendo un poco.
Sonreí- No, quería saber si tenías olor a alcohol-.
-OH, claro, pero no te preocupes, sí, estoy borracha…es que mis amigas me desafiaron a…ya sabes tomar-.
-Claro-dije riendo un poco, esta chica me causaba simpatía- ¿y esa lastimadura en tu rodilla?- dije viéndola-.
-Es kétchup- afirmó tocándose y metiéndose el dedo en la boca, luego hizo una mueca- No…no era kétchup…
De pronto solté una carcajada, la cara que había hecho esa chica era muy cómica.
-Oye, mejor ven-dije y la alce por debajo de las piernas y la espalda, llevándola al sillón.
Ella rio –Oye, sé que me caigo mucho cuando camino, por eso tengo todas estas lastimaduras, pero puedo caminar sabes- dijo sonriente-.
-Prefiero no arriesgarme- aseguré-.
La senté en el sillón y le pedí al hombre del bar una botella de agua, una vez que la trajo se la pasé, ella la miró.
-¿Qué, olvidaste como tomar agua?-dije sonriente-.
-No…-aseguró y tomo la botella bebiendo su contenido-.
-¿Mejor?-pregunté-
-Si- aseguró- Oh, por cierto, soy Natalia, gracias por…salvar mi vida- dijo riendo
-No hay de que-dije sonriente- Soy Louis-.
-¿Sabes que deberíamos hacer?- dijo emocionada-
-¿Qué?-pregunte sonriente-.
-Ahí afuera hay una pileta, ven, vamos- me tomó de la mano y me guio al patio, ahí había una pileta sin agua, Natalia se metió por las escaleras adentro de la pileta, y yo la seguí.
-Ecooo- dijo gritando-.
Ahí adentro no se escuchaba la fiesta.
Ella me miró. –Oye ¿te gusta el pan?- Oh, dios, adoro a esta chica, sus comentarios tan al azar son geniales-.
Sonreí -¿Por qué la pregunta?-
-Tienes cara de pan-dijo caminando por el borde que separaba la parte playa de la profunda-.
Solté una carcajada, y de pronto ella se tambaleo, y la quise sostener, pero terminamos rodando por la parte profunda.
Empezamos a reír.
-Y tú tienes cara de cosquilluda- dije sonriente, y bajé mis dedos hasta su estómago, haciendo cosquillas-.
Ella soltó una carcajada, y de pronto sus dedos empezaron a hacerme cosquillas a mí.
Y así la conocí, esto somos; dos locos que acaban de conocerse, en una piscina sin agua, riéndonos, algo me dice que seremos muy buenos amigos.