Ballet shoes {colectiva

Capítulo seis.

Baile, algo con lo que estoy familiarizada, algo con lo que nunca podría estar, algo que necesito para ser realmente yo. Bailar, se podría decir que es mi vida.
No recuerdo cuando empecé a amar el baile, lo que sí recuerdo es estar en la calle con mis vecinos del barrio hasta altas horas de la noche, esos momentos no los olvidare. Sigo bailando con mis vecinos, pero no cuando trabajo en el bar de Tito, y hoy era ese caso.
El Bar de Tito, era conocido por los alrededores por sus hamburguesas, que eran exquisitas(y no solo yo lo digo), y su estupenda aunque anticuada decoración. Me gustaba este bar, cuando era pequeña, mi madre y mi padre me traían a cenar, yo bailaba por los espacios libres que había. Muchas personas dijeron que tenía un talento natural para el baile. Por eso he conseguido que algunas noches, mis amigos y yo, hagamos algún espectáculo, aunque amara hacer mi propio baile y no hacer una coreografía, en los espectáculos del bar de Tito, creamos bailes con los distintos estilos de baile de cada componente. Y en esos momentos son mágicos.
—Scarlett, ves y atiende esa mesa por favor—dijo Lucy, la mujer de Tito, ella es como si fuera mi tía, siempre intenta que no trabaje tanto y que estudie y baile. Se preocupa por mí, pero yo me preocupo por mi familia.
—Claro
Me encamine a la mesa que Lucy me había dicho. Lo normal en el Bar de Tito es encontrarte con gente de los barrios de alrededor o alguno que ha escuchado hablar del bar pero sigue estando en unos de los barrios pobres de Brookling. Así que imagínate la sorpresa al encontrarme con dos chicos de mi edad(un chico y una chica), que por sus pintas sabias que no pertenecían aquí. Él chico me miro de arriba abajo y sonrió de medio lado, una sonrisa maravillosa…¿Pero que estoy diciendo? ¿No me dijo Henry que no confiara en chicos con sonrisa de medio lado?
—Hola, bienvenidos al Bar de Tito, ¿Qué desean tomar?
El chico me seguía mirando, y eh de decir que me ponía nerviosa, pero nerviosa del tipo bueno no del tipo malo; mientras la chica leía la carta con cara de disgusto. Odio las chicas así, enserio, casi ni comen por temor a engordar, son insufribles.
—¿Tenéis algo que no contenga frito? —pregunto la chica
—Hay unas cosas que se llama ensaladas, y no llevan cosas fritas, si es a lo que te refieres
El chico se rió y la chica se enfado. Creo que esta cita le está yendo mal al chico. Aunque el chico ha elegido mal el sitio, quiero decir, si los ves, sabes que son ricos que viven en alguna parte de Manhattan. Posiblemente ella sea la capitana de las animadoras y él el capitán de fútbol o de algún deporte. No encajan aquí, y no sé porque él, decidió que este sitio sería perfecto para su cita.
—¿Es aquí donde dicen que hacen las mejores hamburguesas de todo Brookling?-pregunto él
—Sí
—Ponme una, la especial, con patatas fritas y una cerveza.
—Travis, eso es mucha comida, ¿no te parece? Y si…
—Tranquila, es un día. No pasara nada.
—Si tu madre se entera…Yo quiero una ensalada mediterránea y una agua.
—Claro, ahora vuelvo.
Tras entregar el pedido a Tito y llevarles las bebidas, fui a la barra para atender a mi mejor amigo Henry. Somos vecinos desde siempre, amigos desde que nacimos, es como si fuera mi hermano, lo quiero mucho.
—Así que hoy nos quedamos ¿no Tito?—dijo Henry con esa sonrisa que pone cuando quiere algo.
—No tientes a la suerte, Henry.—le digo. Henry me sonríe y se encoge de hombros como diciendo : “Que quieres, siempre tiento a la suerte”
—Deberías buscarte un chico mejor, Scarlett. Alguien que no tiente a la suerte—le dijo Tito
Hay a veces que a Henry y a mí nos confundían con una pareja, nosotros negábamos siempre, aunque era normal, ya que siempre íbamos juntos(con muchísimas personas más),pero molestaba.
Acordamos quedarnos luego de que cerraran. Siempre hacíamos eso, preguntábamos a Tito si podíamos quedarnos, él respondía que sí, Henry se quedaba en la barra llamado a nuestros amigos, mientras yo servía. Era fácil y sencillo.
Ya había terminado, el Bar de Tito estaba cerrado al público. Era hora de hacer algo que amaba, bailar.
Henry estaba en el pequeño escenario bailando, mientras que algunos de los chicos le veían bailar. Las chicas por otro lado, se habían puesto en un rincón y estaban haciendo un nuevo baile, en el cual necesitaríamos sillas. Yo estoy sacando agua del congelador, hace calor cuando estas encerrado unas cuantas horas aquí y bailando.
—Deberías bailar—dice Henry poniéndose a mi lado
—¿Y quién sacaría la bebida sin que decidáis comer?
—Scar, vamos a bailar, sabes que el baile te ama
—Au contraire, amo el baile. Y no me llames Scar, me recuerda al malo de “El Rey León”.
Tocaron a la puerta, y fui a ver quién era y decirle que estaba cerrado. Para mi sorpresa, era el chico rico de esta noche. Era tremendamente guapo y sexy, seamos sinceros. Él, me escaneo y sonrió de manera arrogante.
—¿Hola?
—Hola preciosa
—No es por ser maleducada pero...¿No has visto el cartel de cerrado?
—Sí, pero no vengo por eso. Os he escuchado a ti y tu amigo hablar sobre bailar esta noche aquí.
—¿Y con eso quieres decir?
—Si podrías incluirme esta noche de baile
—No sé…Mis amigos no son partidarios a nuevas personas.
—Te pagaré lo que sea
Pensándolo bien, si lograba conseguir cien dólares por que entrara, ese dinero se destinaria a pagar mi universidad…
—Bien, quiero cien dólares, y si vuelves a venir otros cien
—Trato
Saco de su billetera cien dólares y me los pasó. ¿Quién lleva cien dólares en metálico? Definitivamente los ricos que no se preocupan por el dinero. Acompañe a Travis hacía donde estaban todos.
—Chicas y chicos os presento a Travis, será nuestro invitado especial.
Las chicas suspiraron cuando Travis las saludo. Esto es increíble, algunas de ellas tenían novio ¡y estaba ahí mismo! A Travis no le importaba la atención de las chicas.
—¿Quién demonios es? —preguntó Henry
—Un cliente que ha venido hoy, me ha dado cien dólares por dejarlo entrar, y sabes que necesito dinero para ir a la universidad—susurré
—Te darán beca
—Pero quiero también independizarme cuando llegue el momento y no seas maleducad Henry, solo quiere bailar—di por terminada esa conversación—¿Empezamos?
Bailamos, reímos. Ese Travis coqueteo hasta con las que tenían novio(casi se lleva una paliza, menos mal que les calmé). Y al terminar, Travis me llevo a casa en su moto. Había sido un paseo genial, tranquilo. Nunca disfrute tanto de un paseo en moto.
—Me ha encantado conocerte, preciosa.
—Igualmente
—¿Te gustaría quedar algún día?
—Imposible, tengo que trabajar y…un hijo al que atender
Me miró sorprendido. Perdóname hermanito, por utilizarte.
—¡Scarlett, Scarlett! —dijo mi pequeño hermano Colin o “mi hijo”
—Hola cielo
—¿Quién eres? —dijo preguntando a Travis
—Travis, ¿y tu pequeño?
—Colin, Scarlett es mi hermana.
Travis sonrió, me había pillado. Mierda Colin,¿no te podrías haber quedado en casa?
—Que suerte tenerla como hermana, ¿no?
—¡Sí! Es la mejor hermana del mundo.
—Estoy seguro
Mi pequeño hermano estaba hablando tan normal con Travis, como si lo conociera desde recién nacido. Molestaba, ese pequeño demonio había arruinado mi posibilidad de que Travis no quisiera saber de mi.
—Scarlett…—“oh no, ese tono no” pensé—¿Podríamos ir a ver algún día un partido de Travis?
Lo que decía, Travis era jugador de algún de algún deporte y posiblemente capitán.
—¿Y a que juega?
—Lacross, soy bastante bueno la verdad—dijo él sonriendo
—Y necesitas su número para saber cuándo es el próximo partido.
¿Ese tío había engatusado a mi hermano para pedirme el teléfono? Dios no veía que tenía cinco años ¡CINCO!. Y encima me hace la carita de cuando quiere algo y sabe que yo no le puedo negar nada.
Tras dar nuestros teléfonos, Colin saltar de la alegría de que volverá a ver a su nuevo amigo y entrar en casa, tenía claro una cosa, Travis era un estúpido mujeriego que le daba igual hacer que el hermano de una le pida que le dé su teléfono.
Cuando estaba ya en la cama, dispuesta a dormirme, me llego un mensaje de Travis.
“Buenas noches, preciosa”
Definitivamente, este chico iba a ser un gran problema si mi hermano estaba de su parte.