Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
[Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 2 de 11. • Comparte
Página 2 de 11. • 1, 2, 3, ... 9, 10, 11
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
Wuauuuu Nick es intenso jejejeje okno
Vamos Siguela quiero mas CAPS Pliiiiis!!!
SIGUELAA!!
Vamos Siguela quiero mas CAPS Pliiiiis!!!
SIGUELAA!!
Karli Jonas
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
Wiiiii siiiii pase de PAG!!
MERESCO CAP!!
:D :D :D
MERESCO CAP!!
:D :D :D
Karli Jonas
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
nueva
lectora
siguela
siguela
siguela
lectora
siguela
siguela
siguela
nickian
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
*Karli Jonas* escribió:Wuauuuu Nick es intenso jejejeje okno
Vamos Siguela quiero mas CAPS Pliiiiis!!!
SIGUELAA!!
Hola Otra vez!
Gracias por pasarte!
ya estoy subiendo un capitulo más! :D
HeyItsLupitaNJ
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
nickian escribió:nueva
lectora
siguela
siguela
siguela
Hola!
BIENVENIDA! :D
Espero que la nove te agrade!
e igual espero seguirte leyendo!
Ya estoy subiendo! :)
HeyItsLupitaNJ
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
Hola!
Aquí traigo una parte del tercer capítulo! :)
Espero que les guste!
Gracias a mis lectoras por escribir un comentario!
Capitulo 3 (Parte 1)
Capítulo 3
Espero que les haya gustado!
Nos Leemos Mañana! :D
XOXO
Lu!
:hi:
Aquí traigo una parte del tercer capítulo! :)
Espero que les guste!
Gracias a mis lectoras por escribir un comentario!
Capitulo 3 (Parte 1)
Capítulo 3
Era diminuto. Dos pequeños rectángulos de hierba hasta el tobillo a cada lado de la entrada. Pero la casa no era pequeña en absoluto. Tenía dos pisos y sobre las ventanas que miraban al oeste colgaban toldos de rayas marrón y blanco. Era una casa de muros blancos, con garaje y tejado de terracota.
Uno sólo tenía que mirar las casas de ladrillo oscuro de primeros de siglo al otro lado de la calle, para saber que aquella era una casa de construcción reciente. Y muy cara.
Lo que le hizo volver a pensar en la misteriosa Madge. ¿Sería una amiga rica con la que ___(tn) vivía? ¿O una de esas mujeres sofisticadas que creía que una mujer nunca podía ser ni demasiado rica ni demasiado delgada?
Nick se dirigió hacia el elegante porche y llamó al timbre. Cuando una mujer entrada en carnes y en años abrió la puerta, intentó no demostrar su sorpresa. Desde luego, una amiga rica y sofisticada no era. Tenía el pelo gris y respiraba con dificultad, probablemente por el esfuerzo de bajar la escalera que Nick podía ver tras ella.
Cuando la mujer lo miró de arriba abajo, con un brillo de desaprobación en los ojos, se alegró de haber dejado la chaqueta de cuero y los guantes dentro de la maleta de su Harley. A él le parecía que no estaba tan mal con sus vaqueros y una camiseta blanca, pero no se había afeitado y eso parecía haber capturado la atención crítica de Madge.
También se alegraba de haber dejado la moto donde Madge no pudiera verla. La había dejado en la pared de cemento que conectaba la casa con el garaje.
—Nick, ¿verdad?
—Ese soy yo —sonrió él—. Y usted debe de ser Madge.
Su sonrisa fácil pareció hacerle más simpático, porque ella le devolvió la sonrisa y la adusta expresión de sus ojos desapareció.
—Sí. Qué calor hace ahí fuera, ¿verdad?
—Desde luego.
—Entre. ¿Le gustaría tomar algo frío antes de ponerse a trabajar? ¿O prefiere que le lleve al garaje directamente?
—Lo mejor será que primero corte el césped. No me sorprendería que luego tuviéramos tormenta.
—¿Usted cree? —preguntó ella, mirando al cielo—. ___(tn) se llevará un disgusto si llueve porque quiere servir la cena en el jardín.
Quizá Madge era la cocinera, pensó Nick.
—Pase por aquí —dijo ella, dirigiéndose hacia la derecha.
Nick la siguió, cerrando la puerta. El interior era agradablemente fresco y estaba diseñado como un enorme espacio sin puertas, con suelos de madera y techos muy altos.
Entraron en un enorme salón rectangular, dividido en dos estancias diferentes por tres amplios escalones de madera. En medio de una de ellas, sobre una multicolor alfombra persa había un caro sofá negro de piel, con dos sillones a juego, alrededor de una mesa de cristal.
Bajando los escalones había una mesa de comedor también de cristal, rodeada de seis sillas negras de piel y, en el centro de la mesa, una original y valiosa escultura de una pantera negra.
Además de aquella pieza, no había más objetos de arte en la habitación. No había esculturas en las esquinas, ni cuadros en las paredes blancas, sólo una chimenea cuyo frente era de hierro forjado.
A Nick le gustaba la elegante simplicidad de la decoración.
—Bonita casa —murmuró.
—Cuando ___(tn) termine de decorarla va a quedar preciosa.
Nick esperaba que «terminar de decorarla» no significara colocar cortinas en una de las paredes, que era completamente de cristal y mostraba una espectacular vista del puerto.
En el original jardín trasero había enormes tiestos con plantas y una mesa y sillas de madera. Nick podía imaginarse lo agradable que sería estar sentado allí una noche de primavera, siempre que no lloviera. Pero las oscuras nubes en el horizonte no parecían augurar nada bueno para la cena de ___(tn).
—Por aquí —dijo Madge, abriendo una puerta blanca, camuflada en la pared. Varios escalones llevaban al garaje, en el que había más cajas de las que Nick había visto nunca. No había ningún coche, pero con todas aquellas cajas sólo quedaba sitio para uno. O ___(tn) no tenía coche o se lo había llevado a trabajar.
—La cortadora de césped está en esa esquina —señaló Madge—. Intente no hacer demasiado ruido, acabo de dormir al niño.
—¿Niño? ¿Qué niño? —preguntó Nick sorprendido.
—El niño de ___(tn) —contestó Madge, mirándolo con sorpresa—. Creí que usted era un amigo de la familia.
—En realidad, no. Soy amigo de Dave. ___(tn) y yo no nos conocemos.
—Ah, Dave —dijo Madge, haciendo una mueca—. Ese hombre es un completo desastre. Se porta como si Rory le diera pánico, pero yo creo que es para no tener que cuidarlo.
—¿Y el padre del niño? —preguntó Nick, intrigado.
—Es una historia muy triste. El padre del niño murió en Camboya; le explotó una mina anti–personas. ___(tn) estaba con él cuando ocurrió. Ella también es periodista, ya sabe y él era un fotógrafo muy conocido. Iban juntos a todas partes. Pobrecilla —dijo Madge, con lágrimas en los ojos—. Ni siquiera sabía que estaba embarazada cuando ocurrió el accidente. No sólo eso, iban a casarse cuando volvieran a casa.
El corazón de Nick se encogió.
—Qué mala suerte.
—Sí. No sé cómo ___(tn) lo ha podido soportar, de verdad. Es una mujer muy valiente. Compraron esta casa hace unos años y la arreglaron, pero no paraban mucho por aquí porque siempre estaban viajando por todo el mundo. Él hacía las fotografías y ella escribía los reportajes.
Nick no decía una palabra para seguir escuchando la historia.
—Bueno, un día cuando estaba a punto de dar a luz, ___(tn) apareció en mi casa y me preguntó si podría invitarla a una taza de té. Se sentía muy sola, la pobre. Como le he dicho, ese hermano que tiene es un desastre y sus padres han muerto, así que no tenía con quién hablar. Después de aquel día, me visitaba regularmente y nos hicimos amigas. Cuando nació Rory y empezó a tener problemas, se desesperaba. Yo hice todo lo que pude para ayudarla, pero, francamente, ___(tn) no es de esa clase de mujeres que puede estar todo el día en casa con un niño. Se volvía loca.
—No debe ser fácil sin un padre —murmuró Nick, comprensivo.
—Desde luego que no. Pero yo creo que pronto encontrará a alguien que la quiera y quiera ser el padre de Rory. Es una chica muy guapa, ¿sabe? Desde que volvió a trabajar, yo cuido del niño y lo hago encantada, aunque a veces se porta como un diablillo. Tiene mucho carácter, como su madre. Pero, bueno, seguramente lo estaré aburriendo. Lo mejor será que empiece a cortar el césped.
Nick se puso a ello, pero en su mente seguía la historia de ___(tn). Era realmente trágica, pero no creía que la solución fuera que se casara con cualquiera. Había visto muchos padrastros que ni querían ni sabían cuidar de los hijos de otro hombre.
Pero aquello no era asunto suyo. Él sólo estaba allí para cortar el césped.
No tardó más que quince minutos en terminar el trabajo. Cuando paró la cortadora y volvió a llevarla al garaje, oyó el llanto de un niño.
Nick suspiró, lamentando haber despertado al crío, pero no podía hacer nada. Cortar el césped era un trabajo ruidoso y pesado. El sudor hacía que la camiseta se le pegase a la espalda y decidió aceptar la oferta de Madge de tomar algo frío.
Cuando abrió la puerta, el llanto había aumentado de intensidad y alternaba gritos y sollozos.
¿Por qué no iba Madge a ver qué le pasaba al niño?
Nick cruzó la habitación con gesto preocupado. No aprobaba la idea de dejar que un niño llorara hasta quedarse dormido, sobre todo cuando el llanto había pasado a ser histeria.
La figura inerte de Madge tumbada al final de la escalera lo explicó todo. Lanzando una exclamación, Nick corrió hacia la mujer.
Uno sólo tenía que mirar las casas de ladrillo oscuro de primeros de siglo al otro lado de la calle, para saber que aquella era una casa de construcción reciente. Y muy cara.
Lo que le hizo volver a pensar en la misteriosa Madge. ¿Sería una amiga rica con la que ___(tn) vivía? ¿O una de esas mujeres sofisticadas que creía que una mujer nunca podía ser ni demasiado rica ni demasiado delgada?
Nick se dirigió hacia el elegante porche y llamó al timbre. Cuando una mujer entrada en carnes y en años abrió la puerta, intentó no demostrar su sorpresa. Desde luego, una amiga rica y sofisticada no era. Tenía el pelo gris y respiraba con dificultad, probablemente por el esfuerzo de bajar la escalera que Nick podía ver tras ella.
Cuando la mujer lo miró de arriba abajo, con un brillo de desaprobación en los ojos, se alegró de haber dejado la chaqueta de cuero y los guantes dentro de la maleta de su Harley. A él le parecía que no estaba tan mal con sus vaqueros y una camiseta blanca, pero no se había afeitado y eso parecía haber capturado la atención crítica de Madge.
También se alegraba de haber dejado la moto donde Madge no pudiera verla. La había dejado en la pared de cemento que conectaba la casa con el garaje.
—Nick, ¿verdad?
—Ese soy yo —sonrió él—. Y usted debe de ser Madge.
Su sonrisa fácil pareció hacerle más simpático, porque ella le devolvió la sonrisa y la adusta expresión de sus ojos desapareció.
—Sí. Qué calor hace ahí fuera, ¿verdad?
—Desde luego.
—Entre. ¿Le gustaría tomar algo frío antes de ponerse a trabajar? ¿O prefiere que le lleve al garaje directamente?
—Lo mejor será que primero corte el césped. No me sorprendería que luego tuviéramos tormenta.
—¿Usted cree? —preguntó ella, mirando al cielo—. ___(tn) se llevará un disgusto si llueve porque quiere servir la cena en el jardín.
Quizá Madge era la cocinera, pensó Nick.
—Pase por aquí —dijo ella, dirigiéndose hacia la derecha.
Nick la siguió, cerrando la puerta. El interior era agradablemente fresco y estaba diseñado como un enorme espacio sin puertas, con suelos de madera y techos muy altos.
Entraron en un enorme salón rectangular, dividido en dos estancias diferentes por tres amplios escalones de madera. En medio de una de ellas, sobre una multicolor alfombra persa había un caro sofá negro de piel, con dos sillones a juego, alrededor de una mesa de cristal.
Bajando los escalones había una mesa de comedor también de cristal, rodeada de seis sillas negras de piel y, en el centro de la mesa, una original y valiosa escultura de una pantera negra.
Además de aquella pieza, no había más objetos de arte en la habitación. No había esculturas en las esquinas, ni cuadros en las paredes blancas, sólo una chimenea cuyo frente era de hierro forjado.
A Nick le gustaba la elegante simplicidad de la decoración.
—Bonita casa —murmuró.
—Cuando ___(tn) termine de decorarla va a quedar preciosa.
Nick esperaba que «terminar de decorarla» no significara colocar cortinas en una de las paredes, que era completamente de cristal y mostraba una espectacular vista del puerto.
En el original jardín trasero había enormes tiestos con plantas y una mesa y sillas de madera. Nick podía imaginarse lo agradable que sería estar sentado allí una noche de primavera, siempre que no lloviera. Pero las oscuras nubes en el horizonte no parecían augurar nada bueno para la cena de ___(tn).
—Por aquí —dijo Madge, abriendo una puerta blanca, camuflada en la pared. Varios escalones llevaban al garaje, en el que había más cajas de las que Nick había visto nunca. No había ningún coche, pero con todas aquellas cajas sólo quedaba sitio para uno. O ___(tn) no tenía coche o se lo había llevado a trabajar.
—La cortadora de césped está en esa esquina —señaló Madge—. Intente no hacer demasiado ruido, acabo de dormir al niño.
—¿Niño? ¿Qué niño? —preguntó Nick sorprendido.
—El niño de ___(tn) —contestó Madge, mirándolo con sorpresa—. Creí que usted era un amigo de la familia.
—En realidad, no. Soy amigo de Dave. ___(tn) y yo no nos conocemos.
—Ah, Dave —dijo Madge, haciendo una mueca—. Ese hombre es un completo desastre. Se porta como si Rory le diera pánico, pero yo creo que es para no tener que cuidarlo.
—¿Y el padre del niño? —preguntó Nick, intrigado.
—Es una historia muy triste. El padre del niño murió en Camboya; le explotó una mina anti–personas. ___(tn) estaba con él cuando ocurrió. Ella también es periodista, ya sabe y él era un fotógrafo muy conocido. Iban juntos a todas partes. Pobrecilla —dijo Madge, con lágrimas en los ojos—. Ni siquiera sabía que estaba embarazada cuando ocurrió el accidente. No sólo eso, iban a casarse cuando volvieran a casa.
El corazón de Nick se encogió.
—Qué mala suerte.
—Sí. No sé cómo ___(tn) lo ha podido soportar, de verdad. Es una mujer muy valiente. Compraron esta casa hace unos años y la arreglaron, pero no paraban mucho por aquí porque siempre estaban viajando por todo el mundo. Él hacía las fotografías y ella escribía los reportajes.
Nick no decía una palabra para seguir escuchando la historia.
—Bueno, un día cuando estaba a punto de dar a luz, ___(tn) apareció en mi casa y me preguntó si podría invitarla a una taza de té. Se sentía muy sola, la pobre. Como le he dicho, ese hermano que tiene es un desastre y sus padres han muerto, así que no tenía con quién hablar. Después de aquel día, me visitaba regularmente y nos hicimos amigas. Cuando nació Rory y empezó a tener problemas, se desesperaba. Yo hice todo lo que pude para ayudarla, pero, francamente, ___(tn) no es de esa clase de mujeres que puede estar todo el día en casa con un niño. Se volvía loca.
—No debe ser fácil sin un padre —murmuró Nick, comprensivo.
—Desde luego que no. Pero yo creo que pronto encontrará a alguien que la quiera y quiera ser el padre de Rory. Es una chica muy guapa, ¿sabe? Desde que volvió a trabajar, yo cuido del niño y lo hago encantada, aunque a veces se porta como un diablillo. Tiene mucho carácter, como su madre. Pero, bueno, seguramente lo estaré aburriendo. Lo mejor será que empiece a cortar el césped.
Nick se puso a ello, pero en su mente seguía la historia de ___(tn). Era realmente trágica, pero no creía que la solución fuera que se casara con cualquiera. Había visto muchos padrastros que ni querían ni sabían cuidar de los hijos de otro hombre.
Pero aquello no era asunto suyo. Él sólo estaba allí para cortar el césped.
No tardó más que quince minutos en terminar el trabajo. Cuando paró la cortadora y volvió a llevarla al garaje, oyó el llanto de un niño.
Nick suspiró, lamentando haber despertado al crío, pero no podía hacer nada. Cortar el césped era un trabajo ruidoso y pesado. El sudor hacía que la camiseta se le pegase a la espalda y decidió aceptar la oferta de Madge de tomar algo frío.
Cuando abrió la puerta, el llanto había aumentado de intensidad y alternaba gritos y sollozos.
¿Por qué no iba Madge a ver qué le pasaba al niño?
Nick cruzó la habitación con gesto preocupado. No aprobaba la idea de dejar que un niño llorara hasta quedarse dormido, sobre todo cuando el llanto había pasado a ser histeria.
La figura inerte de Madge tumbada al final de la escalera lo explicó todo. Lanzando una exclamación, Nick corrió hacia la mujer.
Espero que les haya gustado!
Nos Leemos Mañana! :D
XOXO
Lu!
:hi:
HeyItsLupitaNJ
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
HeyItsLupitaNJ escribió:*Karli Jonas* escribió:Wuauuuu Nick es intenso jejejeje okno
Vamos Siguela quiero mas CAPS Pliiiiis!!!
SIGUELAA!!
Hola Otra vez!
Gracias por pasarte!
ya estoy subiendo un capitulo más! :D
Hola :D :D :D
En verdad no es nada
Me encanta tu nove y lo hago con gusto
Wiiiii ya vi el CAP y ya lo leo ahora mismo
:D :D :D
Karli Jonas
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
Ahhhhh que paso!!? Muero
Vamos siguelaaaaaaaaaa!!
Esta súper la nove
PLIS SIGUELA!! :D
Vamos siguelaaaaaaaaaa!!
Esta súper la nove
PLIS SIGUELA!! :D
Karli Jonas
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
Aqui la continuación del capitulo!
Nos Leemos más tarde! :D
Capitulo 3 (Parte 2)
Que Pasará......
Nos Leemos más tarde! :D
Capitulo 3 (Parte 2)
Cuando estaba a punto de hacerle la respiración artificial, Madge lanzó un gemido y abrió lentamente los ojos.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Nick.
—Me he caído —dijo con un hilo de voz—. Creo que me he roto algo.
—Voy a llamar a una ambulancia —dijo él—. Tranquila, Madge. Dentro de un momento estará en el hospital.
—Rory... —murmuró, cuando los gritos del niño se hicieron aún más audibles si aquello era posible.
—¿Está en la cuna?
—Sí.
—No se preocupe. Lo primero es usted, Madge. En cuanto llame a la ambulancia, me encargaré del niño.
—De acuerdo —dijo Madge, con un suspiro.
Nick llamó a urgencias, donde le aseguraron que una ambulancia se dirigía inmediatamente hacia allí. Después, subió las escaleras de un salto, siguiendo el ruido del llanto, hasta una habitación donde un niño de un año, más o menos, estaba de pie en la cuna gritando y sacudiendo la cuna.
Cuando vio a Nick, Rory dejó de gritar durante medio segundo, como si estuviera intentando averiguar quién era aquel extraño que no se parecía ni a su madre ni a Madge. Y después volvió a llorar, incluso más fuerte que antes.
Nick se acercó a la cuna y lo tomó en brazos, ignorando sus aullidos de protesta.
—Cállate, Rory —dijo—. Madge se ha hecho daño y lo último que necesita es oírte gritar.
Rory volvió a callarse durante otro segundo, inspeccionando con los ojos muy abiertos a aquella persona que conocía su nombre y le hablaba con tanta autoridad. Nick se dio cuenta de que no había lágrimas en sus regordetas mejillas.
—Mentirosillo —sonrió Nick.
Rory le devolvió una gloriosa sonrisa, que mostraba el principio de un diente.
Nick sintió una punzada de dolor en el corazón.
—Ni se te ocurra, timador —susurró mientras salía con el niño de la habitación—. No puedes ablandarme tan fácilmente.
Pero parecía que sí podía. Y Madge también.
Nick se encontró a sí mismo prometiéndole a la mujer todo tipo de cosas, sobre todo quedarse con el niño hasta que su madre volviera a casa.
—Si cree que puede hacerlo —añadió Madge, casi sin voz.
Desgraciadamente, Nick había demostrado lo bien que podía hacerlo durante los quince minutos que tardó en llegar la ambulancia. Durante aquel tiempo, colocó a Madge en una posición más cómoda en el suelo, cambió el pañal de Rory y le dio un zumo de naranja. El niño parecía encontrarse a gusto con él. Era eso o que le gustaba jugar con su pelo que, aunque no era demasiado largo, lo era mucho más que los rizos de Madge.
Fuera lo que fuera, no volvió a llorar.
Desafortunadamente, no pudieron hablar con ___(tn) antes de que la ambulancia se llevara a Madge porque su teléfono comunicaba todo el tiempo y Nick tuvo que cumplir la promesa de quedarse con Rory hasta que su madre llegara a casa, alrededor de las cinco.
Pero, ¿qué otra cosa podía hacer? Madge ya tenía suficientes problemas.
Cuando se fue la ambulancia, Nick salió a la calle y, sujetando a Rory con un brazo, llevó con la otra mano su moto hasta el garaje. No le importaba hacer el papel de caballero andante, mientras no perdiera su más preciada posesión. Poniéndose la mochila a la espalda, volvió a entrar en la casa y se dispuso a pasar el tiempo hasta que llegara ___(tn).
En un saloncito del piso de arriba encontró una televisión y se sentó para ver un partido de fútbol, con Rory sobre sus rodillas. A mitad del partido, el niño empezó a quedarse dormido y Nick lo volvió a poner en su cuna, sintiéndose aliviado cuando aquellos ojazos negros se cerraron.
Madge le había dicho que tenía nueve meses, pero parecía mayor.
—Eres un enano muy guapo —dijo, alejándose de puntillas.
Nick volvió a intentar llamar a ___(tn), pero seguía comunicando. Frustrado, llamó a sor Augustine y le dijo que quizá no llegaría aquella noche, pero no le explicó lo que estaba haciendo por miedo a que llegara a una conclusión equivocada, sor Augustine siempre intentaba convencerlo de que sentara la cabeza y no quería darle falsas esperanzas. Cada vez que hablaban por teléfono, le preguntaba por todo lo que estaba haciendo, pero nunca estaba contenta de cómo y dónde, siempre quería saber los cuándos y los porqués. Y siempre le preguntaba cómo se sentía. ¿Es que las mujeres no sabían que a los hombres les gusta mantener sus sentimientos ocultos? En fin, simplemente le dijo que había tenido problemas con la moto.
Cuando colgó, volvió a llamar a ___(tn). Seguía comunicando.
Nick volvió a subir para ver cómo estaba el pequeño y su cara se suavizó con una sonrisa cuando miró la cuna. Estaba durmiendo como un ángel. Todos aquellos gritos lo habían dejado agotado.
El reloj de Nick marcaba las tres y veinte; faltaban casi dos horas hasta que ___(tn) llegase a casa. Frotándose la barbilla, pensó que le iría bien un afeitado. Y una ducha. No quería que la señora de la casa pensara que era un vagabundo.
Pero antes hizo un pequeño reconocimiento del segundo piso. Al lado de la habitación de Rory había un baño y al otro lado, un dormitorio grande con un balcón que tenía vistas al puerto. Frente a éste, otro dormitorio pequeño y el saloncito en el que había estado viendo la televisión.
La decoración del piso de arriba era agradable y cálida, en contraste con el aspecto moderno del piso de abajo. Los suelos estaban cubiertos de moqueta gris y el saloncito era espacioso y muy cómodo.
En él había un enorme sofá tapizado en terciopelo azul, una estantería con una televisión, vídeo y un equipo de música. En una esquina había una encimera de granito y, tras ella, un pequeño espacio que servía de cocina y bar. Además de la pequeña nevera, contenía todo tipo de utensilios de cocina, desde un micro–ondas hasta un tostador. Debajo de la encimera, había armarios llenos de bebidas, vasos, cubiertos, platos, té, galletas y comida para niños.
Nick supuso que en el piso de abajo habría otra cocina más grande, pero por el momento aquella era suficiente para sus necesidades y las del niño.
Otra mirada a su reloj le dijo que eran las tres y media. Hora de ducharse, pensó, dirigiéndose hacia el baño.
Nick tenía costumbre de cantar bajo la ducha. Sobre todo, ópera. O una de aquellas canciones de Mario Lanza que las monjas le habían enseñado cuando era un niño. Especialmente, las canciones religiosas.
Tenía una buena voz de tenor y se lanzó a cantar una de sus favoritas, mientras se enjabonaba. Se olvidó por completo de Rory y seguía cantando a pleno pulmón cuando cerró el grifo y oyó los gritos del niño.
La siguiente línea de la canción fue inmediatamente reemplazada por una maldición que hubiera hecho que sor Augustine y Mario Lanza se ruborizaran. Nick se secó rápidamente el pelo, se envolvió una toalla azul alrededor de la cintura y salió del baño.
—¡No te quites el pañal! —advirtió, mientras abría la puerta de la habitación.
De nuevo, el niño dejó de llorar cuando lo vio.
Nick se quedó parado, con las manos en las caderas, mirando al niño.
—Tengo el presentimiento de que tú necesitas un poco de disciplina, jovencito. Me dan ganas de dejarte ahí llorando mientras voy a vestirme.
Pero cuando Rory sonrió con su boquita sin dientes, Nick no pudo resistirse.
—Eres peor que una mujer guapa —dijo, acercándose a la cuna—. No te puedo decir que no. Venga, ven a ver cómo me pongo presentable para tu madre.
Una vez en brazos de Nick, el pequeño tomó inmediatamente uno de sus rizos y se lo puso en la boca, chupándolo como si tuviera sed.
—Ah, ¿o sea que quieres beber? ¿No gritabas por mi horrible voz?
Cuando salía de la habitación y estaba a punto de torcer hacia el saloncito, algo en la escalera llamó su atención.
Giró la cabeza y vio a una mujer con ojos como dagas, que sostenía una pesada lámpara de bronce en las manos, dispuesta a partírsela a Nick sobre la cabeza.
—¡Espera! —gritó Nick, apartándose.
Ella bajó la lámpara, pero su mirada seguía siendo igual de peligrosa.
—Espero que tenga una buena explicación —advirtió ella—. O es usted hombre muerto.
Nick casi sonrió. La madre tigresa salía en defensa de su cachorro. ¿No se daba cuenta de que no hubiera tenido ni la más mínima oportunidad contra él, si hubiera sido un delincuente? Medía más de un metro noventa, pesaba más de cien kilos y era cinturón negro de kárate. Ella no mediría más de un metro sesenta y cinco y no pesaría más de cincuenta kilos.
Pero, por supuesto, a ella no le importaría nada y lucharía a muerte por su hijo.
Aquel gesto le inspiraba ternura. Y no le sorprendió, porque había sabido desde que habló con ella por teléfono que la hermana de Dave le iba a gustar.
—Estoy esperando.
—Soy Nick, el amigo de Dave. He venido a cortar el césped.
Su fiera expresión no se relajó ni un segundo.
—En ese caso, ¿por qué estás dentro de la casa, medio desnudo y con mi hijo en brazos? ¿Y dónde demonios está Madge?
—Madge se cayó por las escaleras. Está en el hospital.
—¡Oh, no! —exclamó ___(tn), bajando la lámpara, completamente desolada.
Nick la observó. Podría ser una mujer tremendamente atractiva si se tomara alguna molestia con su aspecto. En aquel momento, no llevaba ni gota de maquillaje y llevaba el pelo castaño en un moño tan apretado que no se le salía ni un sólo pelo. Pero nada podía disfrazar los finos rasgos de su cara.
Su cuerpo era otra cosa. Aunque era obviamente delgada, era imposible adivinar su figura, escondida bajo unos pantalones masculinos, una camisa blanca y una chaqueta de lino azul marino.
A Nick le hubiera gustado soltarle el pelo y quitarle aquellos horribles pantalones.
—¿Y cuándo ha ocurrido todo eso?
—Hace un poco más de una hora. Cuando terminé de cortar el césped, Rory estaba llorando como un loco, así que entré en la casa y me encontré a Madge tirada en el suelo. Se había desmayado, pero recobró el conocimiento.
—¿Por qué no me has llamado a la oficina? —preguntó ___(tn), con tono acusador—. Madge sabe mi número.
—Lo he intentado, pero comunicaba todo el tiempo.
—¡Sue! —exclamó ___(tn), dando una patada en el suelo—. Cree que ese teléfono es su línea privada. Me va a oír cuando llegue el lunes a la oficina. Pero eso no explica que no lleves nada puesto —insistió ella, mirándolo de arriba abajo con desaprobación.
Nick estaba empezando a sentirse irritado, a pesar de que comprendía su reacción.
—Me he dado una ducha —explicó con tranquilidad—. Y además, iba a afeitarme.
Ella miró la sombra de su barba y después su pelo, que, despeinado, probablemente le daba un aspecto más bien salvaje.
—¿La moto que hay en el garaje es tuya?
—Sí. ¿Por qué?
—¿Y eres amigo de Dave? —preguntó escéptica.
Nick podía imaginarse lo que estaba pensando y no le gustaba nada.
—¿Por qué no? —contestó él con tono helado—. ¿Tienes algo contra los tíos que van en moto? Sí, ya veo que sí. Bueno, toma a tu niño. Gracias a Dios sigue en esa edad en la que los prejuicios de los padres no afectan a su carácter.
Cuando Nick dio un paso hacia ella, Rory empezó a llorar. ___(tn) extendió los brazos para tomarlo y entonces ocurrió algo que los dejó helados.
La toalla que Nick llevaba alrededor de la cintura se deslizó hasta el suelo, dejándolo frente a ella en toda su gloria natural.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Nick.
—Me he caído —dijo con un hilo de voz—. Creo que me he roto algo.
—Voy a llamar a una ambulancia —dijo él—. Tranquila, Madge. Dentro de un momento estará en el hospital.
—Rory... —murmuró, cuando los gritos del niño se hicieron aún más audibles si aquello era posible.
—¿Está en la cuna?
—Sí.
—No se preocupe. Lo primero es usted, Madge. En cuanto llame a la ambulancia, me encargaré del niño.
—De acuerdo —dijo Madge, con un suspiro.
Nick llamó a urgencias, donde le aseguraron que una ambulancia se dirigía inmediatamente hacia allí. Después, subió las escaleras de un salto, siguiendo el ruido del llanto, hasta una habitación donde un niño de un año, más o menos, estaba de pie en la cuna gritando y sacudiendo la cuna.
Cuando vio a Nick, Rory dejó de gritar durante medio segundo, como si estuviera intentando averiguar quién era aquel extraño que no se parecía ni a su madre ni a Madge. Y después volvió a llorar, incluso más fuerte que antes.
Nick se acercó a la cuna y lo tomó en brazos, ignorando sus aullidos de protesta.
—Cállate, Rory —dijo—. Madge se ha hecho daño y lo último que necesita es oírte gritar.
Rory volvió a callarse durante otro segundo, inspeccionando con los ojos muy abiertos a aquella persona que conocía su nombre y le hablaba con tanta autoridad. Nick se dio cuenta de que no había lágrimas en sus regordetas mejillas.
—Mentirosillo —sonrió Nick.
Rory le devolvió una gloriosa sonrisa, que mostraba el principio de un diente.
Nick sintió una punzada de dolor en el corazón.
—Ni se te ocurra, timador —susurró mientras salía con el niño de la habitación—. No puedes ablandarme tan fácilmente.
Pero parecía que sí podía. Y Madge también.
Nick se encontró a sí mismo prometiéndole a la mujer todo tipo de cosas, sobre todo quedarse con el niño hasta que su madre volviera a casa.
—Si cree que puede hacerlo —añadió Madge, casi sin voz.
Desgraciadamente, Nick había demostrado lo bien que podía hacerlo durante los quince minutos que tardó en llegar la ambulancia. Durante aquel tiempo, colocó a Madge en una posición más cómoda en el suelo, cambió el pañal de Rory y le dio un zumo de naranja. El niño parecía encontrarse a gusto con él. Era eso o que le gustaba jugar con su pelo que, aunque no era demasiado largo, lo era mucho más que los rizos de Madge.
Fuera lo que fuera, no volvió a llorar.
Desafortunadamente, no pudieron hablar con ___(tn) antes de que la ambulancia se llevara a Madge porque su teléfono comunicaba todo el tiempo y Nick tuvo que cumplir la promesa de quedarse con Rory hasta que su madre llegara a casa, alrededor de las cinco.
Pero, ¿qué otra cosa podía hacer? Madge ya tenía suficientes problemas.
Cuando se fue la ambulancia, Nick salió a la calle y, sujetando a Rory con un brazo, llevó con la otra mano su moto hasta el garaje. No le importaba hacer el papel de caballero andante, mientras no perdiera su más preciada posesión. Poniéndose la mochila a la espalda, volvió a entrar en la casa y se dispuso a pasar el tiempo hasta que llegara ___(tn).
En un saloncito del piso de arriba encontró una televisión y se sentó para ver un partido de fútbol, con Rory sobre sus rodillas. A mitad del partido, el niño empezó a quedarse dormido y Nick lo volvió a poner en su cuna, sintiéndose aliviado cuando aquellos ojazos negros se cerraron.
Madge le había dicho que tenía nueve meses, pero parecía mayor.
—Eres un enano muy guapo —dijo, alejándose de puntillas.
Nick volvió a intentar llamar a ___(tn), pero seguía comunicando. Frustrado, llamó a sor Augustine y le dijo que quizá no llegaría aquella noche, pero no le explicó lo que estaba haciendo por miedo a que llegara a una conclusión equivocada, sor Augustine siempre intentaba convencerlo de que sentara la cabeza y no quería darle falsas esperanzas. Cada vez que hablaban por teléfono, le preguntaba por todo lo que estaba haciendo, pero nunca estaba contenta de cómo y dónde, siempre quería saber los cuándos y los porqués. Y siempre le preguntaba cómo se sentía. ¿Es que las mujeres no sabían que a los hombres les gusta mantener sus sentimientos ocultos? En fin, simplemente le dijo que había tenido problemas con la moto.
Cuando colgó, volvió a llamar a ___(tn). Seguía comunicando.
Nick volvió a subir para ver cómo estaba el pequeño y su cara se suavizó con una sonrisa cuando miró la cuna. Estaba durmiendo como un ángel. Todos aquellos gritos lo habían dejado agotado.
El reloj de Nick marcaba las tres y veinte; faltaban casi dos horas hasta que ___(tn) llegase a casa. Frotándose la barbilla, pensó que le iría bien un afeitado. Y una ducha. No quería que la señora de la casa pensara que era un vagabundo.
Pero antes hizo un pequeño reconocimiento del segundo piso. Al lado de la habitación de Rory había un baño y al otro lado, un dormitorio grande con un balcón que tenía vistas al puerto. Frente a éste, otro dormitorio pequeño y el saloncito en el que había estado viendo la televisión.
La decoración del piso de arriba era agradable y cálida, en contraste con el aspecto moderno del piso de abajo. Los suelos estaban cubiertos de moqueta gris y el saloncito era espacioso y muy cómodo.
En él había un enorme sofá tapizado en terciopelo azul, una estantería con una televisión, vídeo y un equipo de música. En una esquina había una encimera de granito y, tras ella, un pequeño espacio que servía de cocina y bar. Además de la pequeña nevera, contenía todo tipo de utensilios de cocina, desde un micro–ondas hasta un tostador. Debajo de la encimera, había armarios llenos de bebidas, vasos, cubiertos, platos, té, galletas y comida para niños.
Nick supuso que en el piso de abajo habría otra cocina más grande, pero por el momento aquella era suficiente para sus necesidades y las del niño.
Otra mirada a su reloj le dijo que eran las tres y media. Hora de ducharse, pensó, dirigiéndose hacia el baño.
Nick tenía costumbre de cantar bajo la ducha. Sobre todo, ópera. O una de aquellas canciones de Mario Lanza que las monjas le habían enseñado cuando era un niño. Especialmente, las canciones religiosas.
Tenía una buena voz de tenor y se lanzó a cantar una de sus favoritas, mientras se enjabonaba. Se olvidó por completo de Rory y seguía cantando a pleno pulmón cuando cerró el grifo y oyó los gritos del niño.
La siguiente línea de la canción fue inmediatamente reemplazada por una maldición que hubiera hecho que sor Augustine y Mario Lanza se ruborizaran. Nick se secó rápidamente el pelo, se envolvió una toalla azul alrededor de la cintura y salió del baño.
—¡No te quites el pañal! —advirtió, mientras abría la puerta de la habitación.
De nuevo, el niño dejó de llorar cuando lo vio.
Nick se quedó parado, con las manos en las caderas, mirando al niño.
—Tengo el presentimiento de que tú necesitas un poco de disciplina, jovencito. Me dan ganas de dejarte ahí llorando mientras voy a vestirme.
Pero cuando Rory sonrió con su boquita sin dientes, Nick no pudo resistirse.
—Eres peor que una mujer guapa —dijo, acercándose a la cuna—. No te puedo decir que no. Venga, ven a ver cómo me pongo presentable para tu madre.
Una vez en brazos de Nick, el pequeño tomó inmediatamente uno de sus rizos y se lo puso en la boca, chupándolo como si tuviera sed.
—Ah, ¿o sea que quieres beber? ¿No gritabas por mi horrible voz?
Cuando salía de la habitación y estaba a punto de torcer hacia el saloncito, algo en la escalera llamó su atención.
Giró la cabeza y vio a una mujer con ojos como dagas, que sostenía una pesada lámpara de bronce en las manos, dispuesta a partírsela a Nick sobre la cabeza.
—¡Espera! —gritó Nick, apartándose.
Ella bajó la lámpara, pero su mirada seguía siendo igual de peligrosa.
—Espero que tenga una buena explicación —advirtió ella—. O es usted hombre muerto.
Nick casi sonrió. La madre tigresa salía en defensa de su cachorro. ¿No se daba cuenta de que no hubiera tenido ni la más mínima oportunidad contra él, si hubiera sido un delincuente? Medía más de un metro noventa, pesaba más de cien kilos y era cinturón negro de kárate. Ella no mediría más de un metro sesenta y cinco y no pesaría más de cincuenta kilos.
Pero, por supuesto, a ella no le importaría nada y lucharía a muerte por su hijo.
Aquel gesto le inspiraba ternura. Y no le sorprendió, porque había sabido desde que habló con ella por teléfono que la hermana de Dave le iba a gustar.
—Estoy esperando.
—Soy Nick, el amigo de Dave. He venido a cortar el césped.
Su fiera expresión no se relajó ni un segundo.
—En ese caso, ¿por qué estás dentro de la casa, medio desnudo y con mi hijo en brazos? ¿Y dónde demonios está Madge?
—Madge se cayó por las escaleras. Está en el hospital.
—¡Oh, no! —exclamó ___(tn), bajando la lámpara, completamente desolada.
Nick la observó. Podría ser una mujer tremendamente atractiva si se tomara alguna molestia con su aspecto. En aquel momento, no llevaba ni gota de maquillaje y llevaba el pelo castaño en un moño tan apretado que no se le salía ni un sólo pelo. Pero nada podía disfrazar los finos rasgos de su cara.
Su cuerpo era otra cosa. Aunque era obviamente delgada, era imposible adivinar su figura, escondida bajo unos pantalones masculinos, una camisa blanca y una chaqueta de lino azul marino.
A Nick le hubiera gustado soltarle el pelo y quitarle aquellos horribles pantalones.
—¿Y cuándo ha ocurrido todo eso?
—Hace un poco más de una hora. Cuando terminé de cortar el césped, Rory estaba llorando como un loco, así que entré en la casa y me encontré a Madge tirada en el suelo. Se había desmayado, pero recobró el conocimiento.
—¿Por qué no me has llamado a la oficina? —preguntó ___(tn), con tono acusador—. Madge sabe mi número.
—Lo he intentado, pero comunicaba todo el tiempo.
—¡Sue! —exclamó ___(tn), dando una patada en el suelo—. Cree que ese teléfono es su línea privada. Me va a oír cuando llegue el lunes a la oficina. Pero eso no explica que no lleves nada puesto —insistió ella, mirándolo de arriba abajo con desaprobación.
Nick estaba empezando a sentirse irritado, a pesar de que comprendía su reacción.
—Me he dado una ducha —explicó con tranquilidad—. Y además, iba a afeitarme.
Ella miró la sombra de su barba y después su pelo, que, despeinado, probablemente le daba un aspecto más bien salvaje.
—¿La moto que hay en el garaje es tuya?
—Sí. ¿Por qué?
—¿Y eres amigo de Dave? —preguntó escéptica.
Nick podía imaginarse lo que estaba pensando y no le gustaba nada.
—¿Por qué no? —contestó él con tono helado—. ¿Tienes algo contra los tíos que van en moto? Sí, ya veo que sí. Bueno, toma a tu niño. Gracias a Dios sigue en esa edad en la que los prejuicios de los padres no afectan a su carácter.
Cuando Nick dio un paso hacia ella, Rory empezó a llorar. ___(tn) extendió los brazos para tomarlo y entonces ocurrió algo que los dejó helados.
La toalla que Nick llevaba alrededor de la cintura se deslizó hasta el suelo, dejándolo frente a ella en toda su gloria natural.
Que Pasará......
HeyItsLupitaNJ
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
me encantan tus capiiis :D y la nove aún más siigueeelaa NUEVA LECTORAAA!! :D
Florjudith96
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
OMJ!
Siguelaa tienes qe seguirlaaa como la dejaas asi..
Siguelaaa ya no puedo esperar el proximo cap!! :D
Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
Siguelaa tienes qe seguirlaaa como la dejaas asi..
Siguelaaa ya no puedo esperar el proximo cap!! :D
Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
☎ Jimena Horan ♥
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
OMG SE QUEDO COMO DIOS LO TRAJO AL MUNDO :O jajaja siguela quiero saber pasa!!!
Florjudith96
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
flor_judith96 escribió:me encantan tus capiiis :D y la nove aún más siigueeelaa NUEVA LECTORAAA!! :D
B I E N V E N I D A!
Que bueno que te guste la nove!
Ya estoy subiendo capitulo!
Espero leerte todos los días!
HeyItsLupitaNJ
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
Jimee Jonas <3 escribió:OMJ!
Siguelaa tienes qe seguirlaaa como la dejaas asi..
Siguelaaa ya no puedo esperar el proximo cap!! :D
Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
:D Subiendo capitulo!
HeyItsLupitaNJ
Re: [Resuelto]Padre sin Rostro; Se Busca Niñera (NickJ&Tu) - Adaptación TERMINADA
:D Me da gusto tener nuevas lectoras!
Bienvenidas!
Les subo otro capitulo!
Capitulo 4 (Parte 1)
Nos Leemos Mañana!
XOXO
Lu!
Bienvenidas!
Les subo otro capitulo!
Capitulo 4 (Parte 1)
Nick se quedó rígido, absolutamente avergonzado. Pero, más avergonzado aún porque ___(tn) estaba mirando fijamente sus partes íntimas y se dio cuenta de que, en lugar de encoger, estaba ocurriendo todo lo contrario.
Ella seguía mirándolo y aquello seguía creciendo asombrosamente.
Apretando los dientes, le entregó al niño e, inclinándose para tomar la toalla del suelo, volvió a envolverse en ella con manos temblorosas.
¿Qué le estaba pasando?, pensaba. ¡Que una mujer lo redujera a aquella situación!
—Si ya me has visto bien, —dijo él— me vestiré y me marcharé.
Rápidamente, se dio la vuelta y se dirigió al cuarto de baño, cerrando la puerta de un portazo. Ya no pensaba en afeitarse porque era incapaz de sujetar una cuchilla de afeitar. Estaba demasiado enfadado, con él mismo y con ella.
—Idiota —musitó, mientras se ponía los pantalones—. Te lo tienes merecido por hacer de buen samaritano. Las mujeres no saben cómo ser agradecidas. ¡Y no tienen ningún decoro!
Cuando terminó de vestirse, su rabia había desaparecido y su imagen en el espejo hizo que sonriera. Si Madame ___(tn) creía que tenía un aspecto peligroso semi–desnudo, no quería ni imaginarse qué pensaría de él con aquella ropa.
Se había puesto una camiseta negra que enfatizaba los músculos de sus brazos y que, junto con los ajustados vaqueros, le daba un aspecto salvaje.
Normalmente, Nick odiaba a la gente que juzgaba sólo por las apariencias, pero ni siquiera él hubiera invitado a cenar a la persona que se reflejaba en el espejo. Lo único que le faltaba era un tatuaje para completar la imagen de primitiva agresividad masculina. Un pendiente tampoco hubiera ido mal, pero incluso sin aquellos toques, se dio cuenta de que no tenía nada que ver con el tipo de hombre clásico con el que ___(tn) debía relacionarse.
No quería darle un susto de muerte, así que se peinó y se puso la chaqueta de cuero, para cubrir en lo posible su imponente aspecto. Aunque, unos minutos antes, ella no parecía haber encontrado amenazadora una determinada parte íntima de su cuerpo. Todo lo contrario; le había mirado como una mujer hambrienta de sexo.
Lo cual, probablemente, era verdad. Una mujer que vivía sola con su hijo, sin marido... Seguramente en su vida, el sexo no era más que un recuerdo.
Era difícil vivir de recuerdos, Nick lo sabía. Al final, por mucho que uno se dijera que nunca volvería a mirar a un miembro del sexo opuesto, llegaba un día en el que ocurría.
___(tn) era una mujer joven. Guapa, sana y seguramente heterosexual. ¿Habría despertado su deseo el verlo desnudo?
Nick decidió que prefería no saberlo porque Dave lo mataría si tocaba a su preciosa hermana. Se puso la mochila al hombro y abrió la puerta.
___(tn) paseaba por el saloncito, intentando calmar a Rory y a sí misma. Seguía avergonzada por no haber sido capaz de apartar los ojos del cuerpo desnudo de Nick; su mirada se había quedado clavada en aquel descarado apéndice masculino que parecía responder a su mirada.
No, descarado no había sido, pensó. A Nick le había avergonzado su involuntaria excitación; era ella la que lo miraba descaradamente. Se había sentido fascinada y excitada por la rapidez y la fuerza de su excitación. Allí, de pie, con las piernas separadas, parecía un animal.
Un hombre poderoso cuyos atributos masculinos habían despertado a la mujer que había en ella. Y, durante un segundo, lo había deseado como nunca había deseado a un hombre, ni siquiera a Gordon. Había estado a punto de acercarse a él y tocarlo; de hacer algo más que tocarlo; de excitarlo hasta el límite, de hacer que perdiera el control y la tomara allí mismo, en medio del pasillo.
En su mente, Rory había desaparecido de la escena y se había imaginado a Nick levantándola del suelo y arrancándole la ropa antes de ponerla, jadeando, contra la pared. Le habría sujetado los brazos sobre la cabeza y le habría abierto las piernas con las suyas antes de introducirse en ella.
Se habría movido con fuerza dentro de ella, con profundas y voluptuosas acometidas, haciendo que tuviera que ponerse de puntillas y llevándola a un mundo hasta entonces desconocido donde no existía la realidad y ella no era más que un cuerpo, buscando desesperadamente el placer.
El amor no tenía nada que ver con esos sentimientos. No buscaba ternura, sino pasión. Buscaba un placer salvaje, dulce y egoísta que borraría todo lo demás, todo excepto la piel y el aroma de aquel hombre, tomándola contra una fría pared y haciéndola gemir como no lo había hecho nunca.
Su fantasía febril había llegado hasta un clímax monumental, cuando el momento se había roto al poner a Rory en sus brazos, dejándola completamente confusa y desorientada.
Pero cuando se había quedado sola con un niño que lloraba a gritos, se había sentido completamente avergonzada. ¿Cómo podía estar pensando aquellas cosas sobre un extraño? ¡Aquel salvaje motorizado!
Ni siquiera era su tipo. A ella le gustaban los hombres elegantes, sofisticados e inteligentes. Al lado de Gordon, aquel hombre era un bruto. ¡Una bestia!
Y, sin embargo, un momento antes lo había deseado como no había deseado a ningún hombre antes. No podía entender por qué. ¿Cómo podía haber deseado hacer tales cosas y que le hicieran tales cosas a ella?
Debía ser la frustración, pensó, desesperada por encontrar una explicación a la intensidad de su deseo. Habían pasado casi dos años desde la última vez que mantuvo una relación sexual.
Pero, si tenía que ser sincera consigo misma, hasta aquel día no había echado de menos el lado físico de su relación con Gordon. Sólo echaba de menos al hombre.
Nunca había sido una persona excesivamente sexual y Gordon tampoco lo era. Meses después de irse a vivir juntos, él prefería hacer fotos que hacer el amor con ella. Por eso se habían llevado tan bien. Su amor se había basado más en la compañía y la compatibilidad que en la pasión física. Se llevaban bien y no se peleaban nunca.
Excepto sobre su deseo de tener un hijo.
___(tn) suspiró profundamente mientras Rory chillaba. Bueno, ya tenía a su niño. Y, aunque adoraba a Rory, el sentimiento no parecía ser mutuo.
Sin embargo, en brazos del Neanderthal parecía portarse bien.
No como tú, pareció decirle una voz. Tú no serías tan buena en los brazos de aquel tal Nick. En sus brazos tú serías todo lo que tu madre te decía que no debías ser. Una mujer lujuriosa. Una criatura salvaje y perversa sin inhibiciones o vergüenza.
___(tn) recordó aquel horrible día, cuando su madre entró de forma inesperada en el cobertizo y encontró a su hija de siete años jugando con el vecinito de al lado. El niño le había estado enseñando cosas que no había visto nunca, cuando su madre hizo su aparición.
El estómago de ___(tn) se encogía cada vez que recordaba la escena que siguió a su entrada. No le habían permitido volver a jugar con aquel niño de ocho años desde entonces. Y le habían hecho sentirse avergonzada.
Había crecido con un lavado de cerebro, pensando que los hombres y el sexo eran algo sucio y desagradable. Y, aunque su natural inteligencia y fuerza de carácter rechazaba aquellas nociones, cuando dejó el colegio seguía siendo una niña inhibida en lo que se refería al sexo opuesto.
Por una razón; su propia satisfacción sólo podía llegar en la seguridad de una habitación a oscuras, donde el hombre con el que estaba no pudiera ver sus gestos de placer. Y era siempre, muy, muy silenciosa. Un ligero quejido, un pequeño gemido. Además de eso, nunca había encontrado valor para tomar la iniciativa. Nunca había puesto sus manos en determinadas partes del cuerpo de un hombre. O, que Dios la perdonara, su boca.
Lo que convertía aquella fantasía en el pasillo en algo sin precedentes. Estaba profundamente desconcertada por sentir aquel incontenible deseo por un hombre al que no sólo no amaba, sino que apenas conocía. De hecho, la enfurecía aquella otra mujer que había crecido dentro de ella y que parecía querer que actuara de una manera tan lujuriosa. Siempre se había sentido orgullosa de no hacer lo que no quería hacer, pero sospechaba que si aquel hombre intentara pasarse con ella, se convertiría en arcilla en sus manos.
Rory dejó de llorar abruptamente, justo a tiempo para oír cómo se abría y se cerraba una puerta en el pasillo.
___(tn) contuvo el aliento y rezó para que se fuera.
De repente, Rory empezó a llorar de nuevo con unos gritos que hubieran destrozado los tímpanos de cualquiera. ___(tn) estaba a punto de ponerse a gritar ella misma. Cuando la puerta se abrió y Nick hizo su aparición, vestido con una ajustada camiseta negra y una chaqueta de cuero, estuvo a punto de lanzar un gemido. Nuevas y más salvajes fantasías invadieron su mente al verlo, ninguna de las cuales tenía lugar en la seguridad de una habitación a oscuras.
Parecía imperativo decir algo para distraer su nueva y perversa imaginación. Cualquier cosa.
—No sé qué le ha hecho a mi hijo, —empezó, mirándolo con furia por ser capaz de hacerla tener aquellos pensamientos— pero no deja de llorar.
Su idea anterior de que ___(tn) podría desearlo sexualmente, aunque fuera un segundo, le parecía entonces ridícula. ¿Desearlo? La única cosa que aquella mujer deseaba era usarlo como esclavo.
—Oye, mira, —contestó él crispado— lo único que le he hecho a Rory ha sido cuidarlo. Está cansado, eso es todo. O eso, o tú le estás comunicando al niño algo que no le gusta nada.
—¿Como qué? ¿Qué estás intentando decir? —dijo, casi gritando.
Nick no se lo podía creer. ¿Qué le pasaba a aquella mujer?.
—¡No quiero decir nada! Sólo estoy diciendo lo que veo. No hay que ser un psicólogo infantil para darse cuenta de que tienes un efecto muy poco tranquilizador en tu hijo.
—Soy su madre, por Dios bendito. No debería portarse así conmigo todo el tiempo. ¡Ni siquiera sé qué estoy haciendo mal!
Sus últimas palabras y el tono angustiado de su voz eran un inconsciente grito de ayuda. Nick suspiró y rezó para tener paciencia.
—Mira. ___(tn), cualquiera se daría cuenta de lo tensa que estás. Estás apretando demasiado a Rory, para empezar. Es un niño, no una botella de nitroglicerina —dijo, con aire resignado, soltando su mochila—. Trae, dame al niño. Te explicaré lo que quiero decir.
Cuando se puso al niño en brazos, éste dejó de llorar inmediatamente y empezó a hacer sonidos guturales de satisfacción, mientras volvía a jugar con su pelo.
—¿Cómo lo has hecho? —preguntó ___(tn)—. Lo estás sujetando igual que yo.
—Creo que le gusta mi pelo. Quizá si te soltaras el tuyo, tendría el mismo efecto. Es un niño muy brillante y así se ocupa en algo mientras lo tienes en brazos, ¿verdad, pequeñajo? —y, sin pensarlo, besó al niño en la mejilla.
Cuando volvió a mirar a ___(tn), ésta lo estaba mirando como si fuera un asesino.
—¿Qué? —preguntó él, desconcertado.
—Nada —murmuró ella—. Es que normalmente a Rory no le gustan los hombres. Cada vez que mira a mi hermano se pone a gritar como loco.
—Dave es un tipo raro —rió Nick.
—Puede que tengas razón —suspiró ___(tn)—. No le gustan mucho los niños y con Rory no tiene nada que hacer. No es como tú —terminó, mirando a Nick y a Rory alternativamente.
—He tenido práctica —admitió Nick.
—¿Tienes hijos? —preguntó, sorprendida.
Nick esperó unos segundos antes de contestar, pero sorprendentemente, aquella vez sólo hubo un ligero asomo de tristeza en su voz. Aún así, no podía exponerse a evocar recuerdos contando la amarga verdad.
—No que yo sepa —dijo, como sin darle importancia—. Pero muchos de mis amigos sí los tienen.
—¿No estás casado?
—No. Y no soy de los que se casan. Ya no. Bueno, lo mejor será que te devuelva a tu hijo y me marche.
—¡No te vayas! —dijo ___(tn) abruptamente, sorprendiéndose a sí misma. Nick podría haber encontrado su reacción divertida, si no hubiera sido vagamente insultante.
Ella seguía mirándolo y aquello seguía creciendo asombrosamente.
Apretando los dientes, le entregó al niño e, inclinándose para tomar la toalla del suelo, volvió a envolverse en ella con manos temblorosas.
¿Qué le estaba pasando?, pensaba. ¡Que una mujer lo redujera a aquella situación!
—Si ya me has visto bien, —dijo él— me vestiré y me marcharé.
Rápidamente, se dio la vuelta y se dirigió al cuarto de baño, cerrando la puerta de un portazo. Ya no pensaba en afeitarse porque era incapaz de sujetar una cuchilla de afeitar. Estaba demasiado enfadado, con él mismo y con ella.
—Idiota —musitó, mientras se ponía los pantalones—. Te lo tienes merecido por hacer de buen samaritano. Las mujeres no saben cómo ser agradecidas. ¡Y no tienen ningún decoro!
Cuando terminó de vestirse, su rabia había desaparecido y su imagen en el espejo hizo que sonriera. Si Madame ___(tn) creía que tenía un aspecto peligroso semi–desnudo, no quería ni imaginarse qué pensaría de él con aquella ropa.
Se había puesto una camiseta negra que enfatizaba los músculos de sus brazos y que, junto con los ajustados vaqueros, le daba un aspecto salvaje.
Normalmente, Nick odiaba a la gente que juzgaba sólo por las apariencias, pero ni siquiera él hubiera invitado a cenar a la persona que se reflejaba en el espejo. Lo único que le faltaba era un tatuaje para completar la imagen de primitiva agresividad masculina. Un pendiente tampoco hubiera ido mal, pero incluso sin aquellos toques, se dio cuenta de que no tenía nada que ver con el tipo de hombre clásico con el que ___(tn) debía relacionarse.
No quería darle un susto de muerte, así que se peinó y se puso la chaqueta de cuero, para cubrir en lo posible su imponente aspecto. Aunque, unos minutos antes, ella no parecía haber encontrado amenazadora una determinada parte íntima de su cuerpo. Todo lo contrario; le había mirado como una mujer hambrienta de sexo.
Lo cual, probablemente, era verdad. Una mujer que vivía sola con su hijo, sin marido... Seguramente en su vida, el sexo no era más que un recuerdo.
Era difícil vivir de recuerdos, Nick lo sabía. Al final, por mucho que uno se dijera que nunca volvería a mirar a un miembro del sexo opuesto, llegaba un día en el que ocurría.
___(tn) era una mujer joven. Guapa, sana y seguramente heterosexual. ¿Habría despertado su deseo el verlo desnudo?
Nick decidió que prefería no saberlo porque Dave lo mataría si tocaba a su preciosa hermana. Se puso la mochila al hombro y abrió la puerta.
___(tn) paseaba por el saloncito, intentando calmar a Rory y a sí misma. Seguía avergonzada por no haber sido capaz de apartar los ojos del cuerpo desnudo de Nick; su mirada se había quedado clavada en aquel descarado apéndice masculino que parecía responder a su mirada.
No, descarado no había sido, pensó. A Nick le había avergonzado su involuntaria excitación; era ella la que lo miraba descaradamente. Se había sentido fascinada y excitada por la rapidez y la fuerza de su excitación. Allí, de pie, con las piernas separadas, parecía un animal.
Un hombre poderoso cuyos atributos masculinos habían despertado a la mujer que había en ella. Y, durante un segundo, lo había deseado como nunca había deseado a un hombre, ni siquiera a Gordon. Había estado a punto de acercarse a él y tocarlo; de hacer algo más que tocarlo; de excitarlo hasta el límite, de hacer que perdiera el control y la tomara allí mismo, en medio del pasillo.
En su mente, Rory había desaparecido de la escena y se había imaginado a Nick levantándola del suelo y arrancándole la ropa antes de ponerla, jadeando, contra la pared. Le habría sujetado los brazos sobre la cabeza y le habría abierto las piernas con las suyas antes de introducirse en ella.
Se habría movido con fuerza dentro de ella, con profundas y voluptuosas acometidas, haciendo que tuviera que ponerse de puntillas y llevándola a un mundo hasta entonces desconocido donde no existía la realidad y ella no era más que un cuerpo, buscando desesperadamente el placer.
El amor no tenía nada que ver con esos sentimientos. No buscaba ternura, sino pasión. Buscaba un placer salvaje, dulce y egoísta que borraría todo lo demás, todo excepto la piel y el aroma de aquel hombre, tomándola contra una fría pared y haciéndola gemir como no lo había hecho nunca.
Su fantasía febril había llegado hasta un clímax monumental, cuando el momento se había roto al poner a Rory en sus brazos, dejándola completamente confusa y desorientada.
Pero cuando se había quedado sola con un niño que lloraba a gritos, se había sentido completamente avergonzada. ¿Cómo podía estar pensando aquellas cosas sobre un extraño? ¡Aquel salvaje motorizado!
Ni siquiera era su tipo. A ella le gustaban los hombres elegantes, sofisticados e inteligentes. Al lado de Gordon, aquel hombre era un bruto. ¡Una bestia!
Y, sin embargo, un momento antes lo había deseado como no había deseado a ningún hombre antes. No podía entender por qué. ¿Cómo podía haber deseado hacer tales cosas y que le hicieran tales cosas a ella?
Debía ser la frustración, pensó, desesperada por encontrar una explicación a la intensidad de su deseo. Habían pasado casi dos años desde la última vez que mantuvo una relación sexual.
Pero, si tenía que ser sincera consigo misma, hasta aquel día no había echado de menos el lado físico de su relación con Gordon. Sólo echaba de menos al hombre.
Nunca había sido una persona excesivamente sexual y Gordon tampoco lo era. Meses después de irse a vivir juntos, él prefería hacer fotos que hacer el amor con ella. Por eso se habían llevado tan bien. Su amor se había basado más en la compañía y la compatibilidad que en la pasión física. Se llevaban bien y no se peleaban nunca.
Excepto sobre su deseo de tener un hijo.
___(tn) suspiró profundamente mientras Rory chillaba. Bueno, ya tenía a su niño. Y, aunque adoraba a Rory, el sentimiento no parecía ser mutuo.
Sin embargo, en brazos del Neanderthal parecía portarse bien.
No como tú, pareció decirle una voz. Tú no serías tan buena en los brazos de aquel tal Nick. En sus brazos tú serías todo lo que tu madre te decía que no debías ser. Una mujer lujuriosa. Una criatura salvaje y perversa sin inhibiciones o vergüenza.
___(tn) recordó aquel horrible día, cuando su madre entró de forma inesperada en el cobertizo y encontró a su hija de siete años jugando con el vecinito de al lado. El niño le había estado enseñando cosas que no había visto nunca, cuando su madre hizo su aparición.
El estómago de ___(tn) se encogía cada vez que recordaba la escena que siguió a su entrada. No le habían permitido volver a jugar con aquel niño de ocho años desde entonces. Y le habían hecho sentirse avergonzada.
Había crecido con un lavado de cerebro, pensando que los hombres y el sexo eran algo sucio y desagradable. Y, aunque su natural inteligencia y fuerza de carácter rechazaba aquellas nociones, cuando dejó el colegio seguía siendo una niña inhibida en lo que se refería al sexo opuesto.
Por una razón; su propia satisfacción sólo podía llegar en la seguridad de una habitación a oscuras, donde el hombre con el que estaba no pudiera ver sus gestos de placer. Y era siempre, muy, muy silenciosa. Un ligero quejido, un pequeño gemido. Además de eso, nunca había encontrado valor para tomar la iniciativa. Nunca había puesto sus manos en determinadas partes del cuerpo de un hombre. O, que Dios la perdonara, su boca.
Lo que convertía aquella fantasía en el pasillo en algo sin precedentes. Estaba profundamente desconcertada por sentir aquel incontenible deseo por un hombre al que no sólo no amaba, sino que apenas conocía. De hecho, la enfurecía aquella otra mujer que había crecido dentro de ella y que parecía querer que actuara de una manera tan lujuriosa. Siempre se había sentido orgullosa de no hacer lo que no quería hacer, pero sospechaba que si aquel hombre intentara pasarse con ella, se convertiría en arcilla en sus manos.
Rory dejó de llorar abruptamente, justo a tiempo para oír cómo se abría y se cerraba una puerta en el pasillo.
___(tn) contuvo el aliento y rezó para que se fuera.
De repente, Rory empezó a llorar de nuevo con unos gritos que hubieran destrozado los tímpanos de cualquiera. ___(tn) estaba a punto de ponerse a gritar ella misma. Cuando la puerta se abrió y Nick hizo su aparición, vestido con una ajustada camiseta negra y una chaqueta de cuero, estuvo a punto de lanzar un gemido. Nuevas y más salvajes fantasías invadieron su mente al verlo, ninguna de las cuales tenía lugar en la seguridad de una habitación a oscuras.
Parecía imperativo decir algo para distraer su nueva y perversa imaginación. Cualquier cosa.
—No sé qué le ha hecho a mi hijo, —empezó, mirándolo con furia por ser capaz de hacerla tener aquellos pensamientos— pero no deja de llorar.
Su idea anterior de que ___(tn) podría desearlo sexualmente, aunque fuera un segundo, le parecía entonces ridícula. ¿Desearlo? La única cosa que aquella mujer deseaba era usarlo como esclavo.
—Oye, mira, —contestó él crispado— lo único que le he hecho a Rory ha sido cuidarlo. Está cansado, eso es todo. O eso, o tú le estás comunicando al niño algo que no le gusta nada.
—¿Como qué? ¿Qué estás intentando decir? —dijo, casi gritando.
Nick no se lo podía creer. ¿Qué le pasaba a aquella mujer?.
—¡No quiero decir nada! Sólo estoy diciendo lo que veo. No hay que ser un psicólogo infantil para darse cuenta de que tienes un efecto muy poco tranquilizador en tu hijo.
—Soy su madre, por Dios bendito. No debería portarse así conmigo todo el tiempo. ¡Ni siquiera sé qué estoy haciendo mal!
Sus últimas palabras y el tono angustiado de su voz eran un inconsciente grito de ayuda. Nick suspiró y rezó para tener paciencia.
—Mira. ___(tn), cualquiera se daría cuenta de lo tensa que estás. Estás apretando demasiado a Rory, para empezar. Es un niño, no una botella de nitroglicerina —dijo, con aire resignado, soltando su mochila—. Trae, dame al niño. Te explicaré lo que quiero decir.
Cuando se puso al niño en brazos, éste dejó de llorar inmediatamente y empezó a hacer sonidos guturales de satisfacción, mientras volvía a jugar con su pelo.
—¿Cómo lo has hecho? —preguntó ___(tn)—. Lo estás sujetando igual que yo.
—Creo que le gusta mi pelo. Quizá si te soltaras el tuyo, tendría el mismo efecto. Es un niño muy brillante y así se ocupa en algo mientras lo tienes en brazos, ¿verdad, pequeñajo? —y, sin pensarlo, besó al niño en la mejilla.
Cuando volvió a mirar a ___(tn), ésta lo estaba mirando como si fuera un asesino.
—¿Qué? —preguntó él, desconcertado.
—Nada —murmuró ella—. Es que normalmente a Rory no le gustan los hombres. Cada vez que mira a mi hermano se pone a gritar como loco.
—Dave es un tipo raro —rió Nick.
—Puede que tengas razón —suspiró ___(tn)—. No le gustan mucho los niños y con Rory no tiene nada que hacer. No es como tú —terminó, mirando a Nick y a Rory alternativamente.
—He tenido práctica —admitió Nick.
—¿Tienes hijos? —preguntó, sorprendida.
Nick esperó unos segundos antes de contestar, pero sorprendentemente, aquella vez sólo hubo un ligero asomo de tristeza en su voz. Aún así, no podía exponerse a evocar recuerdos contando la amarga verdad.
—No que yo sepa —dijo, como sin darle importancia—. Pero muchos de mis amigos sí los tienen.
—¿No estás casado?
—No. Y no soy de los que se casan. Ya no. Bueno, lo mejor será que te devuelva a tu hijo y me marche.
—¡No te vayas! —dijo ___(tn) abruptamente, sorprendiéndose a sí misma. Nick podría haber encontrado su reacción divertida, si no hubiera sido vagamente insultante.
Nos Leemos Mañana!
XOXO
Lu!
HeyItsLupitaNJ
Contenido patrocinado
Página 2 de 11. • 1, 2, 3, ... 9, 10, 11
Temas similares
» Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
» "Un padre para su hijo" Zayn Malik y tu. Adaptada (TERMINADA)
» enamorada de mi supuesto" padre" niall horan y tu PERVER terminada
» El padre de mi hijo! (Zayn y _____) 1era temporada TERMINADA
» ● Una Boda Imprevista● «NickJ&Tu» «Terminada!»
» "Un padre para su hijo" Zayn Malik y tu. Adaptada (TERMINADA)
» enamorada de mi supuesto" padre" niall horan y tu PERVER terminada
» El padre de mi hijo! (Zayn y _____) 1era temporada TERMINADA
» ● Una Boda Imprevista● «NickJ&Tu» «Terminada!»
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 2 de 11.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.